Respaldo de material de tanatología

reglas del duelo

De: Alias de MSNPaloma_46_  (Mensaje original) Enviado: 16/06/2007 13:29
Como os dije, asisti a una sociación de mutua ayuda ante el duelo en el que hay psicólogos y entre varios artículos que me han dado este que me parece muy interesante:

REGLAS DEL DUELO

  1. Todas las personas no reaccionan igual ante la muerte de un ser querido.
  2. Disimular nuestro dolor no conduce a nada positivo, bloquea la comunicación con los otros familiares que pueden estar sintiéndo lo mismo que nosotros.
  3. Tras la muerte de un ser querido ES NORMAL que el mundo se vuelva caótico e inseguro.
  4. Durante el duelo debe seguirse un control médico periódico para prevenir, tratar a tiempo o controlar ciertas enfermedades que pueden aparecer o empeorar.
  5. Sí existen factores de riesgo de un proceso de recuperación complicado o difícil, ¡consulte a especialistas del duelo!
  6. La pérdida de un ser querido no se “supera”; nos “recuperamos” de las pérdidas, pero nunca se superan y molestaran de cuando en vez como lo suele hacer una cicatriz.
  7. El proceso de recuperación tras la pérdida de un ser querido suele tardar entre 3 años y 4 años para completarse.
  8. La tercera fase del duelo es prácticamente idéntica a una depresión.
  9. Uno de los aspectos más importantes para facilitar la recuperación de los adultos que ha perdido un ser querido es la EDUCACIÓN EN DUELO.
  10. El revivir la experiencia (la causa de la muerte o lo que condujo a esta) facilita la integración de la realidad de la pérdida (todo lo contrario a lo que la gente suele hacer)
  11. El primer paso a dar cuando se quiere ayudar a alguien que intenta reponerse y recuperarse de la pérdida de un ser querido es INFORMASE y aprender la CULTURA DEL DUELO.
  12. ¿SE PUEDE O NO LLORAR?… “Si me golpeo una espinilla, si estoy de parto, si me operan, si algo me sale mal, si me roban un objeto familiar muy valioso, etc., suelo llorar con amplia libertad. Todas estas circunstancias son dolorosas. ¿Porqué no he de llorar ante una situación que me produce un DOLOR TOTAL? Dolor bio-psico-socio-familiar y espiritual; duele el alma, el pasado, el presente, el futuro. Duele la vida”. Asi, no solo se puede llorar, sino que, además, es sano.
  13. La Institución más importante para recupeprarse de la pérdida de un ser querido es LA FAMILIA.
  14. La terapia más importante para podernos recuperar de la pérdida de un ser querido es LA TERAPIA DEL HOMBRO-OIDO-ABRAZO.
  15. ¡DUELO QUE NO SE HABLA ES DUELO QUE NO SE CURA!

Ponencia sobre la muerte

De: Alias de MSNYiack2  (Mensaje original) Enviado: 08/06/2007 18:55

UNIVERSIDAD VERACRUZANA

FACULTAD DE FILOSOFIA

Alumno: Oscar Salazar Salvador

Ante una vida determinada por la muerte

Introducción

    De los temas mas inquietantes, difíciles de entender e interpretar es el  fenómeno de la muerte, este es uno de los más grandes misterios al que se enfrenta el ser humano. La  razón por la que abordo este contenido es por que  tanto el morir como el nacer se convierten en los puntos más relevantes, importantes y decisivos de la existencia humana, los cuales nos hacen considerar aspectos que conducen  a problemas relacionados con el sentido de la vida.

Panorama general

    La muerte[1] es un fenómeno biológico el cual implica el fin irreversible de las funciones vitales; se ha concebido como algo negativo  en tanto que la vida ha de acabar necesariamente con la muerte, esto es la base de la angustia existencial  que se acentúa al considerar que la muerte no sólo es un hecho sino un proceso (desde  que nacemos estamos condenados a muerte) pues la vida misma forma parte de un morir.

?nacimiento y muerte pertenecen igualmente a la vida y se contrapesan. El uno es la condición de la otra. Forman los dos extremos, los dos polos de todas las manifestaciones de la vida?[2].

Planteamiento del problema

    Teniendo su propia noción de muerte, el hombre se ve en medio de  un espacio de inseguridad ante las alternativas a las que puede verse confrontado, surge un miedo al futuro y en una actitud pesimista se llega a preguntar por el significado de su vida. Preguntas como: ¿por qué nacimos, si vamos a morir? Conducen a afirmar que ?vivir es un absurdo? ya que la muerte como fin irremediable de la vida parece oponerse a su significado positivo.

?El centro de todas las incomprensiones lo encontramos en la generación, el nacimiento, el desarrollo y la muerte. El viviente sabe de la muerte y no puede, sin embargo, comprenderla[3]?.

    Las preguntas por el sentido de la vida parten de la consideración  de la muerte como un hecho inevitable, de la conciencia de la muerte, cuado la persona cobra conciencia de esto, regularmente asume estas  posiciones: no seguir viviendo o decidir que vale la pena vivir.

    En base a lo anterior dicho y teniendo la certeza de la muerte individual única e irrepetible, condición y a la vez negación de la vida me surgen las siguientes  preguntas:

1.- ¿el hecho de la muerte  priva de significado a la vida?

2.- ¿Es la muerte el impedimento de una vida con sentido (que anula o suprime el sentido de la vida)?

3.- ¿la muerte hace que nuestro vivir sea irrelevante?

Mi respuesta va mas enfocada en la primera pregunta y en respuesta a esta mi afirmación es que no.  La muerte no priva de significado a la vida.

¿Por qué esta afirmación?

    Bien es cierto que la única certeza en la vida es la muerte y que ante ella no podemos hacer nada.  Es esto puede ser razón para pensar que no vale la pena vivir por que se implica ruptura de nuestras construcciones de vida y de nuestro futuro, sin embargo, esta ruptura no puede ser motivo  para no hacer de una vida algo significativo, puesto que adjunto a la certeza de que vamos a morir hay una indeterminación del no saber cuándo se cumpla este plazo y al no saber el ?cuándo? puede ser razón para no esperar dejando pasar la vida pensando en el momento en que ocurra.

    Otra razón de mi afirmación es por que el hombre  se ve determinado y no puede cambiar aquello que constituye su existencia. Ciertamente tiene un límite el cual marca su finitud humana y de la cual no puede escapar, pero saberse limitado por el tiempo lo puede motivar y  estimular a efectuar su tarea en la vida, así hará que su existencia sea única e irrepetible. Por tanto, la finitud de la temporalidad no sólo es una característica de la vida humana, sino que es un factor que puede formar parte del sentido mismo de la vida (si no existiese la muerte, todo resultaría indiferente, recuperable y aplazable), así, la muerte de alguna forma ayuda a la persona a dar sentido a su vida, al establecer los límites mismos en que esta ocurre y con esto también hace que su vida adquiera un significado.

    De este modo la persona sabiéndose determinada sólo toma decisiones importantes en su actuar por el riesgo de dejar incompleta su obra y de esta manera  le da  cierto valor a su vida por medio de la muerte.

    Para dejar mas clara mi idea, imaginemos la posibilidad de un hombre inmortal. Podemos ver cómo todos los gozos de la vida, todo tipo de vínculo y responsabilidad social desaparecen cuando la muerte ya no supone un límite a la vida, ya nada tiene importancia, los sufrimientos y los gozos no son importantes, ningún sacrificio, lucha por ideal alguno  tiene la relevancia que posee para quien debe morir.

Con el ejemplo anterior imaginamos la posibilidad de que en una vida sin muerte  todo es un pasatiempo irrelevante, que la vida no resulta más plena, sino más pobre.

    En síntesis, la vida de cada persona es única e irrepetible, va a llegar un momento en que se va a terminar, por lo tanto, cada acto de la existencia es un acto que compromete y afecta a otros. Si la vida no fuera finita no se tendría compromiso alguno, se tendría todo el tiempo del mundo para reparar los actos. Al no tener dicho tiempo y al correr el riesgo constante de que una tarea sea una tarea fallida la vida se hace algo significante para quien la vive. Si no existiese la muerte, siempre se podría volver a comenzar desde el principio, por lo tanto, no estaríamos sujetos a un tipo de responsabilidad.

    Para finalizar, es importante aclarar que el sentido de la vida esta no está previamente dado, puesto que a medida que la persona se desenvuelve lo va adquiriendo, el hombre vive en búsqueda del sentido de su vida el cual puede ir resultando de la construcción que haga de esta, no es algo impuesto a cada vida particular sino que es algo que va resultando de la propia búsqueda de este.  ?el sentido  que cada quien encuentre  de su vida  será una respuesta personal[4]?  y esta respuesta variara  asta en los mismo miembros de una cultura.

Bibliografía consultada:

>A. Shopenhauer ?El amor, las mujeres y la muerte?

>león olive ?cómo acercarse a la filosofía?

>Ferrater mora, José. Diccionario de filosofía

>Diccionario de Filosofía Herder

[1] del latín mors, mortis, cesación de la vida. Diccionario de la R.A.E.

[2]A. Schopenhauer.  El amor las mujeres y la muerte. Pág. 53

[3] Wilhelm Dilthey. Teoría de las concepciones del mundo. Traducción de E. Imaz, F.C.E., México 1954, selección de las p.112-114.(fragmento en CD ROM)

[4] León olive. Cómo acercase a la filosofía. Pág.28

De: Raúl Enviado: 17/06/2007 21:19
¿No será que la muerte es finita en este mundo finito?

¿Es la muerte la única certeza en la vida?

¿Qué muere cuando se muere?

Si la vida fuera no finita, ¿por qué circunscribirla al ejercicio voluntario del error?

¿Hay personas que viven y mueren sin existir?

¿Morir la vida, vivir la muerte?

Osho-Guerra y Paz Interiores. Págs.68-70

De: Alias de MSNEmilia1404  (Mensaje original) Enviado: 14/10/2007 11:27
Osho, como el ser humano se ve continuamente confrontado a dilemas interiores, ¿cúal debería ser la base para superarlos? ¿Cómo podemos transformar este estado de dilema interior en crecimiento? ¿Y cuál debería ser el principal factor a la hora de hallar una resolución a un dilema interior?

Arjuna se enfrenta a la misma cuestión, y él también quiere resolverla de la misma manera en que todos los seres humanos intentan hacerlo. Estar en un dilema es la naturaleza del ser humano. No lo es del alma, ni del cuerpo, sino del ser humano.
Si uno trata de solucionar este dilema precipitadamente, lo que sucede es que retorna al estado animal. Las prisas nos hacen retroceder. Es un sendero conocido y familiar: es fácil regresar. Pasar a través del estado de conflicto interior es una disciplina auténtica para crecer. Pasar pacientemente por un estado de conflicto interior es ascetismo de verdad, pues sólo enfrentándonos a ese dilema uno puede trascenderlo. Así pues, si alguien halla  una resolución precipitada, una solución para evitar el dilema interior, no le será de ayuda. Volverá a caer, a retroceder.
Los animales son muy categóricos; no albergan dudas. Viven en la certeza, tienen mucha confianza. ¡Parecen grandes creyentes! Pero su creencia no es el teísmo auténtico, porque a menos que uno haya conocido primero el ateísmo, el teísmo carecerá de significado. Quien nunca haya experimentado el dolor de decir “no” no puede alcanzar el gozo de decir “sí”. La confianza de alguien que nunca  ha dudado no vale nada. Pero en alguien que ha dudado, que ha vivido a través de su duda y que la ha trascendido, hay fortaleza y autenticidad.
Un camino es tomar una decisión precipitada, una resolución precipitada, y el ser humano utiliza muchos caminos para alcanzar una decisión de este tipo. Si accede a alguna escritura, hallará inmediatamente la decisión, la respuesta, ahí mismo. La escritura le dirá en un lenguaje muy categórico que debe hacer tal y cual cosa y tener fe en ello. Pero quien llega a tomar una decisión echando mano de las escrituras se estará negando a sí mismo el estatus de ser humano. Ha tenido una oportunidad de evolucionar, pero la ha rechazado. O también se puede echar mano de algún maestro, de algún tipo de gurú. Pero quien así lo hace estará perdiendo la oportunidad de crecer. Se presentó una crisis, y la vida le permitió atravesarla solo, sin ayudas, pero quiso ahorrarse los inconvenientes. Continuó sin pasar a través de la crisis.
Si el oro hubiera pasado por la fragua habría emergido de ella bien brillante. Pero esa persona nunca pasó por la fragua. En lugar de ello, se ocultó detrás de un gurú. Y claro, el oro no llegó a  purificarse.
No os estoy pidiendo que toméis una decisión. ¿Cómo podrías tomar una decisión? La respuesta de alguien que está en un dilema probablemente esté también a rebosar de conflicto interior. ¿Cómo podéis tomar una decisión cuando estáis metidos en un dilema? Quien está metido en un conflicto interior hasta el cuello no puede hallar una solución, ni tampoco debería.
Vivid el dilema, pasar por la fragua y sufridlo, morid y sed consumidos por él, experimentadlo. No huyáis de la fragua, porque lo que se manifiesta como fuego quemará toda la mica, la inmundicia, toda la porquería, y el oro puro quedará.
Pasad por el dilema; comprended que es el destino humano. Debéis pasar por ello, vivirlo. No os apresuréis. No toméis decisiones apresuradas. Sí, si pasáis por ello, la decisión acabará llegando. Pasad por ello y la confianza se manifestará por sí misma, no tenéis que ir a buscarla a ningún sitio.
Una confianza adquirida en el exterior no tiene valor alguno. El hecho de que la confianza haya sido traída de fuera demuestra que la mente todavía no estaba preparada para ella, que su aparación es prematura. Una confianza que debe ser forzada sólo significa que tras ella existe una mente repleta de conflicto. Este conflicto seguirá vivo tras la capa externa de esta confianza. Y aunque ese tipo de confianza pueda operar superficialmente, no será de ayuda cuando llegue un momento crítico.
Osho- Guerra y Paz interiores.
Cap. Las raíces de la violencia.
Págs. 68-70

La liberación heroica del temor IV-VI

CUARTA ESTROFA : EL DESEO DE QUE NO SE PRODUZCA UN TERRIBLE SUFRIMIENTO EN EL MOMENTO DE LA MUERTE

Ojalá nos veamos libres del tremendo sufrimiento

debido a las diversas causas de la muerte,

cuando en esta ciudad de conceptos erróneos de sujeto y objeto

están a punto de separase el cuerpo ilusorio compuesto de los cuatro elementos impuros

y la consciencia.

1. Practica ahora, para que,  en el momento de la muerte, la fuerza de tu familiaridad con la virtud, afecte tu actitud.

2. Contempla el cuerpo como una auténtica ciudad de malentendidos, porque, aunque parece que está limpio cuando lo lavas y aparenta ser una fuente de felicidad, permanente y bajo tu control, en realidad no es así. Está compuesto de los cuatro elementos:-tierra, agua, fuego y viento- , está sujeto al dolor, y cambia de un momento a otro por propia voluntad.

3. Las personas y las cosas parecen existir por su propio poder, y la ignorancia  acepta esa falsa apariencia, dando origen a las  emociones aflictivas de la lujuria, el odio y más confusión. Estas emociones aflictivas, a su vez , contaminan los actos del cuerpo, el habla y la mente, perpetuando el proceso de la existencia cíclica. Comprende que vives en una ciudad de malentendidos.

QUINTA ESTROFA : EL DESEO DE PACIFICAR LAS APARIENCIAS ERRONEAS DURANTE LA AGONIA

Que nos veamos liberados de las apariencia erróneas de lo no virtuoso,

cuando, engañados, en el momento de necesidad por este cuerpo

tan amorosamente preservado,

los terribles enemigos, los señores de la muerte, se manifiesten,

y acabemos con nuestra propia vida con las armas de los tres venenos,

la lujuria, el odio y el desconcierto.

1. Comprende que este cuerpo, que preservas a toda costa, un día te abandonará.

2. Evita el apego por la situación que estás abandonando.

3. Evita odiar el hecho de tener que partir.

4. Mantente en lo posible alejado de la codicia, el odio y la ignorancia, de modo que puedas conservar una práctica virtuosa durante la agonía.

5. Date cuenta de que, por el hecho de tomar una pastilla o recurrir a una inyección para tener una supuesta muerte en paz, puede que te prives de una oportunidad crucial para manifestar la virtud.

SEXTA ESTROFA : EL DESEO DE RECORDAR LAS INSTRUCCIONES DURANTE LA AGONIA

Ojalá recordemos las instrucciones para la práctica

cuando los médicos nos abandonen y los ritos no sirvan de nada,

los amigos hayan renunciado a la esperanza de que sigamos vivos,

y ya no nos quede nada por hacer.

1. Resulta útil saber que, en determinado momento, cesará toda esperanza de continuar esta vida. En ese punto, los médicos, sacerdotes, amigos y familiares no podrán mantenerte atado a  ella; hacer algo útil dependerá de ti.

2. Mientras agonizas, deberás recordar instrucciones espirituales que encajan con tu propio grado de práctica y ponerlas en práctica.

3. Desarrolla cierta familiaridad con tu práctica. Decídete a mantener esta dirección espiritual en todas las situaciones, por difíciles que éstas sean. Involúcrate en muchas obras meritorias, de modo que su fuerza acumulada afecte  a todos los aspectos de tu vida y de tu muerte. Date cuenta de que el sufrimiento nace del amor a uno mismo, y aprende amar a los demás. Desea conservar tu práctica espiritual durante las vidas futuras.

4. Cuando se esté muriendo otra persona, ten cuidado de no angustiarla haciendo que se sienta apegada al mundo, o suscitando en ella la ira y el odio.No te lamantes de su partida, no te aferres al moribundo ni llores en su presencia. Ayúdale a partir correctamente, recordándole una práctica más profunda.

5. Siempre que te sea posible, pide a otros que hagan lo mismo por ti. Dispón que haya alguien cerca de ti que te hable suavemente al oido de vez en cuando, recorándote una actitud específica que quieras manifestar.

La liberación heroica del temor I-III

De: peregrino  (Mensaje original) Enviado: 02/12/2005 22:23

Para quienes están interesados en cómo prepararse para el momento de la muerte, cómo enriquecer su tiempo en este mundo, cómo morir sin temor ni rencor, y cómo influir sobre el estadio entre esta vida y la siguiente  avanzando por el camino hacia la iluminación.

Metta.

Deseos de ser liberados de los peligrosos apuros del estado intermedio. La liberación heroica del temor.

Por el primer Panchen Lama Losang Chokyi Gyeltsen. 

Comentarios del Dalai Lama.

PRIMERA ESTROFA : DENTRO DEL REFUGIO E INTERESADOS POR LOS DEMAS, ANHELANDO PROTECCION DE LOS TEMORES DE ESTA VIDA, EL ESTADO INTERMEDIO Y LA VIDA FUTURA

Yo y todos los seres, por todo el universo y sin excepción, acudimos  en busca de refugio, hasta la iluminación definitiva a los budas pasados, presentes y futuros, a la Doctrina y a la Comunidad Espiritual.

Que me vea así liberado de los temores de esta vida, el estado intermedio, y el siguiente.

1. La motivación de tu práctica debería benefiaciar a todos los seres vivos, su liberación del sufrimiento y la consecución de la perfección. Adapta siempre tu motivación a ayudar a los demás en todo lo que te sea posible. Al menos, intenta no perjudicar a nadie.

2. Los budas son maestros del camino espiritual; no conceden la realización como un don. Tienes que practicar la moral, la meditación concentrada y la sabiduría, haciéndolo de forma cotidiana.

SEGUNDA ESTROFA : DESDE LA CONTEMPLACION DE LA IMPORTANCIA Y LA DIFICULTAD DE ENCONTRAR APOYO EN ESTA VIDA, Y EL DESEO DE EXTRAER SU ESENCIA

Permítasenos extraer la esencia trascendente de esta vida que gozamos

sin que nos distraigan los hueros asuntos de esta existencia,

dado que este buen fundamento, difícil de crear y que se pierde fácilmente,

ofrece una oportunidad para elegir entre el provecho y la pérdida,

el consuelo y la tristeza.

1. Sé consciente del valor del cuerpo humano que te ha sido concedido, porque éste es el resultado de muchas causas buenas pasadas. Aprecia el hecho de que hay enseñanzas disponibles que están listas para que las acometas.

2. Dado que puedes usar esta preciosa vida humana de formas poderosamente beneficiosas o destructivas, y teniendo en cuenta su fragilidad, empléala bien ahora.

3. La felicidad física es sólo un equilibrio ocasional entre los elementos del cuerpo, no una armonía profunda. Sé consciente de tu transitoriedad.

4. Una mente apaciguada te tranquiliza, relaja y concede felicidad; si tu mente no está tranquila y relajada, te verás acosado por los sobresaltos y las preocupaciones. Date cuenta de que la raíz de tu propia felicidad y bienestar descansa sobre una mente pacífica y moderada. Entonces tambiés serás de un gran beneficio para quienes te rodean.

TERCERA ESTROFA : DENTRO DE LA CONSCIENCIA DE LA TRANSITORIEDAD  Y LA MUERTE, EL DESEO DE SUPERAR EL APEGO QUE SENTIMOS POR LA EXISTENCIA CICLICA

Que nos apercibamos de que no hay tiempo que perder,

que la muerte es un hecho pero ignoramos el momento que llega.

Lo que se ha reunido se separará, lo que se ha acumulado

será consumido sin dejar rastro;

al final de una subida comienza el descenso,

la finalidad del nacimiento es la muerte.

1. Si cultivas un sentido de incertidumbre del momento de la muerte, emplearás mejor tu tiempo.

2. Para evitar la falta de resolución por lo que se refiere a la práctica espiritual, intenta no someterte a la ilusión de que todo es permanente.

3. Date cuenta de que, por maravillosa que pueda ser una situación, su naturaleza le dicta que debe terminar.

4. No pienses que más adelante ya tendrás tiempo.

5. Sé franco al enfrentarte a tu propia muerte. Sé habil animando a otros a ser honestos con su propia muerte. No os engañeis mutuamante con halagos cuando se acerque el momento de partir. La honestidad fomenta el valor y la alegría.

LA HISTORIA DE LA TAZA DE PORCELANA

De: Con fé  (Mensaje original) Enviado: 23/02/2006 18:06

LA HISTORIA DE LA TAZA DE PORCELANA

Se cuenta que una vez en Inglaterra, existía una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Una de sus tiendas favoritas, era la que vendía vajilla antigua. Así encontraron una vez una hermosa tacita que llamó su atención:

?Me permite ver esa taza?, preguntó la Señora, _?nunca vi nada tan fino como eso.?

Cuanto la tuvo en sus manos, la tacita comenzó a hablarle:
?Sepa que yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo; hace mucho tiempo yo sólo era un montón de barro amorfo. Mi creador me tomó entre sus manos  y me golpeó y me amoldó cariñosamente, llegó un momento en que me desesperé y le grité:

?¡Por favor! Ya déjeme en paz?. Sólo me sonrió y me dijo: ?Aguanta un poco más, todavía no es tiempo?.

Después me puso en un horno. Yo nunca había sentido tanto calor! Me pregunté por qué mi creador querría quemarme, así que, toqué la puerta del horno.
A través de la puerta del horno, pude leer los labios de mi creador que me decía:
?Aguanta un poco más, todavía no es tiempo?.

Finalmente se abrió la puerta. Mi creador me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara.
?Así está mucho mejor?, me dije a mi misma, pero, apenas me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintando.  ¡El olor de la pintura era horrible! ¡sentía que me ahogaba!
?Por favor, ¡detente!? le gritaba a mi creador, pero el sólo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía: ?Aguanta un poco más, todavía no es tiempo?.

Al fin dejó de pintarme pero me tomó y me metió nuevamente en un horno! No era como el primero, este era mucho más caliente. Ahora sí estaba segura que me sofocaría. Le rogué y le imploré que me sacara.

Grité, lloré, pero mi creador sólo me miraba diciendo: ?Aguanta un poco más, todavía no es tiempo?.

En ese momento me di cuenta que no había esperanza; nunca lograría sobrevivir a ese horno. Justo cuando estaba a punto de darme por vencida, mi creador abrió la puerta, me tomó cariñosamente entre sus manos y me puso en una repisa que era más alta que la anterior. Allí me dejó un momento
para que me refrescara.

Después de una hora de haber salido del segundo horno, me dio un espejo y me dijo:

?Mírate, esta eres tú?.

¡Yo no podía creerlo, esa no podía ser yo! ¡Lo que veía era hermoso! Mi creador nuevamente me dijo:
?Yo sé que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos; pero si te hubiera dejado como
estabas te hubieras secado.
Sé que te causó mucho dolor y calor haber estado en el primer horno, pero, de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado.
También se que  los gases de la pintura, te provocaron muchas molestias, pero, de no haberte pintado, no tendrías color.
Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo porque la dureza no habría sido la suficiente para que subsistieras.
Ahora tú eres un producto terminado. Eres lo que yo tenía en mente cuando te empecé a formar.

Dios nunca va a intentar ni obligar a que vivamos algo que no podemos soportar.
Dios sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros. Él es el artesano y nosotros somos el barro. Nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir Su Voluntad.

AGUANTA UN POCO MAS Y SERÁS EL MAS PERFECTO RESULTADO DE TU ALFARERO.<

Para reflexionar (extracto de mensaje personal)

PARA REFLEXIONAR
Despues de esta experiencia de la perdida cada vez veo con mas claridad, que la muerte no es perdida sino ganancia( San Pablo dice que morir es una ganancia) ,que es la puerta a una nueva Vida , que es un Nuevo nacimiento y que  que debemos cambiar la imagen de la Muerte de la guadaña  y el rostro cadaverico por el de una Hermana de blanco que nos acompañara a la casa del Padre (volvere a la casa del Padre Lc.15 ,18).

No pretendo quitar el miedo logico alo desconocido ,ni el dolor por los seres queridos , sino que llegemos a descubrir un nuevo rostro y una Nueva Vida, LA VIDA ETERNA.Con mucho Amor ,vieja

No es justo/ estar ahi

De: Alias de MSN1959Asun  (Mensaje original) Enviado: 18/05/2005 9:21
Hola a todos: Me gustaria que alguien me pudiera decir qué es lo hay que decierle a un enfermo terminal. Cuando una persona esta en una cama sin tan apenas poder hablar, mirándote con esa mirada vacia, que no sabes si esta viendo o no, que tan apenas te contesta cuando le hablas ¿qué es lo que le causa paz? ¿qué es lo que podemos decirle para tranquilizarle y que sea un poquito feliz en esos momentos tan duros?¿que es lo que podemos hacer por él , aparte de rezar mucho?
Cuando saben que van a morir  ¿qué es lo que podemos decirles?. Un abrazo muy fuerte a todos.

De: peregrino Enviado: 20/05/2005 21:19
Estar con los que están muriéndose es una experiencia de lo más gratificante – un acto de amor.

Estar significa existir, vivir. Estar allí es vivir con toda la presencia de uno en el presente. Estar con alguien es estar en silencio interiormente y estar en comunicación.

CÓMO ESTAR ALLÍ

    No abandones. Al estar allí con el paciente, sé abierto, sencillo y estate en el presente. Escucha con tu corazón, no con tu mente. A menudo hay ira, rechazo y miedo antes de aceptar lo inevitable

    No intentes remediar el dolor. La clave para morir es poder relajarse. Afrontar los miedos a lo desconocido con aceptación y alegría permite superar los momentos más difíciles, expandiendo la capacidad de rendirse y dejarse ir.

    Permite al paciente terminal recordar su ser esencial. La atención esta diseñada para atravesar las transiciones de la muerte y el nacimiento. El estado entre la muerte y el nacimiento, para el cual nuestra cultura occidental no tiene nombre, se hace más visible para el paciente terminal a medida que éste se aproxima.

    Sé sincero y constante. Ser honesto y hablar directamente con el ser ayuda a que el individuo mantenga una conexión con su propia pureza y fuerza.

    Sé una comadrona terminal. La experiencia entre la muerte y el nacimiento conlleva el olvido y la desintegración del ego Alguien que no está experipentado en mantener la atención durante la muerte puede sentirse muy desorientado. Estar allí como comadrona es un acto de compasión hacia el ser, asistiéndole en que se mantenga lo más consciente posible a través de la transición perturbadora que sigue.

De: peregrino Enviado: 20/05/2005 21:20

    SEÑALES DE LA TRANSICIÓN

        Hay indicios observables de que la transición y/o la travesía están cerca:

    1. Pérdida del control de los músculos faciales.
    2. Sonidos zumbadores, silbidos de tono alto, truenos retumbantes bajos, o pérdida completa del oído.
    3. Visiones, alucinaciones o pérdida completa de la vista.
    4. Respiración sofocada, estertorosa.
    5. Sudor frío, castañeteo de dientes, estremecimiento incontrolable.
    6. Agitación extrema, ansiedad, irritabilidad, depresión.
    7. Calma letárgica, la aparente ausencia repentina e inexplicable del dolor anterior.

   
    LA TRAVESÍA PACÍFICA

        En una cultura que tiene un tabú contra conocer siquiera de la muerte, relajarse en una travesía pacífica y con atención requiere de la ayuda de un guía con dedicación. Un guía dedicado puede ser cualquier persona a quien le importa lo suficientemente como para asistir a un ser querido, o incluso a un desconocido, a que atraviese la transición.

        Usar el Libro Contemporáneo de la Muertos es un pequeño esfuerzo para ayudar al ser a no ofrecer resistencia o ser distraído por las percepciones, sensaciones y pensamientos en que se cae uno cuando atraviesa la transición.

        Guiar y concentrar la atención de un ser para que éste reconozca su verdadera naturaleza esencial es una experiencia que apreciarás y recordarás durante toda tu vida y incluso más allá

De: peregrino Enviado: 20/05/2005 21:23

Esta lectura ha sido extraída del Libro Contemporáneo de los Muertos y presentada aquí para el beneficio de todos los seres en todo lugar. Léelo en medio de congregaciones inmensas. Léelo para curar a los enfermos. Léelo para instruir a la gente mayor. Léelo para los muertos, o para los que se están muriendo, incluso aunque no sepan que se está leyendo para ellos-tus invocaciones y lectura están ayudándoles a lograr la liberación.

Confrontando la Luz Clara

Ahora yo estoy experimentando la Luz Clara de la realidad objetiva. Nada está sucediendo, nada ha sucedido nunca, ni sucederá jamás. Mi sentido presente del yo, el viajero, es en realidad el vacío mismo, sin cualidades ni características. Yo me recuerdo a mí mismo como el viajero, cuya naturaleza más profunda es la Luz Clara misma; yo soy uno; no hay otro. Yo soy la vacuidad del vacío, el eterno no nacido, el no creado, ni real ni irreal. Todo de lo que he sido consciente es de mi propio juego de consciencia, una danza de luz, patrones de luz girando en extensión infinita, infinidad interminable, el Absoluto más allá del cambio, de la existencia, de la realidad. Yo, el viajero, soy inseparable de la Luz Clara; Yo no puedo nacer, morir, existir o cambiar. Yo sé ahora que ésta es mi verdadera naturaleza.

Informacion basica de tanatologia

De: Alias de MSNMyrna6758 Enviado: 20/10/2004 8:30

Hola. A la izquierda tienes el tema de tanatología, el cual te lleva a otras páginas.

Mientras tanto, esta es una información que estoy usando para un trabajo.

El vocablo TANATOS deriva del griego THANATOS, y este era el nombre que se le daba a la diosa de la muerte dentro de la mitología griega. LOGOS deriva del griego LOGOS, tiene varios significados: palabra, estudio, tratado, discurso, “SENTIDO”, etc.

Así llegamos a la siguiente definición de la Tanatología: “DISCIPLINA ENCARGADA DE ENCONTRAR SENTIDO AL PROCESO DE LA MUERTE”. Por lo que a la Tanatología se refiere, “La Ciencia de la Muerte” este término fue acuñado en el año de 1901 por el médico ruso Elías Metchnikoff, quién en el año de 1908 recibiera el Premio Nóbel de Medicina. En ese momento la Tanatología fue considerada como una rama de la medicina forense que trataba de la muerte y de todo lo relativo a los cadáveres desde el punto de vista medicolegal. En 1930 como resultado de grandes avances en la medicina empieza un período en el que se confina la muerte en los hospitales, ya para la década de los cincuentas esto se va generalizando cada vez más y así el cuidado de los enfermos en fase terminal es trasladado de la casa a las instituciones hospitalarias, dando por resultado que la sociedad de esa época “ESCONDIERA” la muerte en un afán de hacerla menos visible para que no le recordara los horrores de la guerra que acababa de terminar. Después en la década de los sesentas se realizaron estudios serios, sobre todo en Inglaterra que nos muestran que la presencia de los familiares durante la muerte de un ser querido se vio disminuido a sólo el 25%. Durante esa época se hace creer a todos que la muerte es algo sin importancia ya que al ocultarla se le despojaba de su sentido trágico convirtiéndola en un hecho ordinario, TECNIFICÁNDOLA y PROGRAMÁNDOLA, se le relega y se le considera insignificante. La Dra. Elizabeth Kübler Ross es quién se da cuenta de los fenómenos psicológicos que acompañan a los enfermos en fase terminal durante el proceso de muerte, define la TANATOLOGíA como una instancia de atención a los moribundos. Por lo que se le considera la fundadora de esta CIENCIA. Es ella a través de su labor quien hace sentir a los moribundos miembros útiles y valiosos de la sociedad, y para tan fin crea clínicas cuyo lema es “AYUDAR A LOS ENFERMOS EN FASE TERMINAL A VIVIR GRATAMENTE, SIN DOLOR Y RESPETANDO SUS EXIGENCIAS ÉTICAS”. La Tanatología viene adquiriendo gran importancia a nivel mundial y México no es la excepción. “Todas las teorías y toda la ciencia del mundo no pueden ayudar a nadie, tanto como un ser humano que no teme abrir su corazón a otro”. Elisabeth Kübler Ross.

Un abrazo, Myrna

Manual de tanatologia para niños

TANATOLOGÍA
¿Cómo puedo decirle que está muriendo?
Manual para adultos que están cerca de un niño que agoniza

Amar a alguien, es decirle: no morirás.
GABRIEL MARCEL

Adriana Pérez Araiza
Daniel E. Chowell Godínez
ÍNDICE
Introducción 4
Capitulo 1.
El duelo o el proceso doloroso. 5
–         El sufrimiento previo a la muerte 5
–         ¿Cuáles son las diferentes fases del sufrimiento previo a la muerte? 5
–         El proceso de duelo en la familia. 6
Capítulo 2.
El niño y la muerte. 7
–         El niño y su concepto de la muerte. 7
–         El bebe (0 ? 1 año) 7
–         El niño en edad de caminar (1 – 2 años) 7
–         El niño en edad pre-escolar (2 ? 5 años) 7
–         El niño en edad escolar (6 ? 11 años) 8
–         El adolescente (12 en adelante) 8
Capítulo 3.
Hablar sobre la muerte. 10
–         Hablar con el niño sobre la muerte. 10
–         ¿Cómo comunicarnos mejor? 10
–         ¿Cómo puedo hablar de su muerte con un niño? 11
–         ¿Es realmente importante tocar este tema con el niño? 12
–         Sentimiento de culpa y vergüenza 12
–         El miedo de que el dolor está asociado con la muerte. 12
–         El miedo a la separación               12
–         El papel de las creencias religiosas y culturales.               12
Capítulo 4.              
Las necesidades psicosociales del niño agonizante y su atención. 14
–         Infancia normal 14
–         Sensación de seguridad 14
–         Comunicación, atención y expresión de los miedos o la ira 14
–         Depresión y tratamiento 14
–         Necesidades espirituales 14
–         Concreción de un deseo 15
–         Autorización de los seres queridos para morir  15
–         Consuelo al saber que no están solos en el proceso de la agonía. 15
–     Establecimiento de límites 15
Algunas estrategias para facilitar la despedida del niño. 15

Capítulo 5.
La familia del niño que muere. 17
El sentimiento de perdida de los hermanos y los amigos. 17
Bibliografía y Referencias 19

Introducción.

Hablar de la muerte en nuestra cultura no es nada fácil. Tendemos a negar esta realidad como si fuese ajena a la vida, como si fuese una tragedia que ocurre por mala suerte, por desgracia.
Cuando por fin hablamos de la muerte, nos referimos mentalmente a conceptos como vejez, enfermedad o accidentes. Nunca pasa por nuestra mente que un niño pueda morir.
Y sin embargo, también los niños mueren. En nuestro país, tan sólo los menores de 1 año que murieron en 2001 representaron el 8 por ciento del total de muertes, sumando casi 36000 fallecimientos por diversas causas.* En edades de la 2ª y 3ª infancia, el cáncer es la principal causa de muerte en la infancia en los países desarrollados después de los accidentes.
Cuando se enfrentan a la muerte, puede ser que también los niños requieran cierto tipo de ayuda o apoyo para morir de mejor manera. Este es el objeto del presente manual. Ayudarte a ti, adulto, familiar o amigo, trabajador de la salud, maestro u orientador que estás, por alguna razón, cerca de un niño que muere, para que a tu vez puedas ayudar a ese niño a cumplir bien con la última etapa de su vida. A salir de su capullo y convertirse en mariposa.
En las siguientes páginas encontrarás algunos elementos que te ayuden a comprender esta realidad que en sí es muy difícil de aceptar; y así, comprendiendo, te puedas acercar más al pequeño, estar ahí, con él o ella, y poder así escucharle, saber lo que necesita y ayudarle en esta etapa en la que se resume su vida, en la que se está despidiendo del mundo, de sus seres queridos, de la vida misma.
En el Capítulo 1 encontrarás una descripción de lo que es el proceso de duelo, tanto para el niño agonizante como para su familia, de modo que puedas identificar en el niño que estás acompañando el momento emocional que está viviendo.
En el Capítulo 2 se revisan algunos conceptos que los niños tienen respecto a la muerte de acuerdo a su edad, de modo que puedas platicar con él desde su propia visión más fácilmente. Al respecto, en el Capítulo 3 encontrarás algunas sugerencias para hablar sobre la muerte con el niño.
En el Capítulo 4 se revisan las necesidades psicosociales del niño así como  unas sugerencias  de lo que puedes hacer con el niño para facilitarle en esta etapa tener mayor calidad de vida y también el paso a la muerte.
Por último, en el Capítulo 5 encontrarás algunas sugerencias importantes sobre la familia y amigos del niño.

CAPÍTULO 1
El Duelo o el proceso Doloroso.

Toda muerte es una separación. Es la separación definitiva, por la cual ya no estará físicamente esa persona tan importante para alguien, para nosotros mismos. Es por eso que duele, y ese dolor y pena que sentimos es más por uno mismo que por el fallecido. Nos duele lo que ya no podremos decirle, lo que ya no podremos hacer juntos, lo que ya no podremos contemplar juntos…
Y en el caso de la muerte de un niño, nos duele la vida misma. Un niño es la imagen perfecta de la vida, del futuro. Es un símbolo de una vida que crece, que apenas empieza a desarrollarse, y que sin embargo, de repente se ve arrancada y marchita, como una flor fuera de su rama. Ya no podrá convertirse en un fruto. Ya no podrá madurar y dar semillas. Ha terminado.
Por eso duele tanto que un niño muera.
Pero la vida sigue. Sigue para los que se quedan, y por eso hay que pasar a través del dolor para poder seguir adelante.
La muerte de un niño es considerada como un factor de riesgo para el duelo complicado; a pesar de la posible presencia de la aflicción anticipatoria ?el sentimiento de pérdida antes de que se produzca el fallecimiento- y de los cambios graduales en la función y estructura familiar que una enfermedad crónica provoca, lo cierto es que para el momento de la muerte y lo que esto significa, nadie está preparado.
Por eso es necesaria una atención tanto al niño que está muriendo, como a la familia que le sobrevive.
A continuación encontrarás un esquema para planear y efectuar el apoyo tanto al niño que agoniza como a los familiares.

El sufrimiento previo a la muerte.

Generalmente se utiliza el concepto de duelo en lo que respecta a la familia y a los seres queridos de la persona agonizante, mientras que para referirnos al sentimiento del niño agonizante utilizamos el de Sufrimiento previo a la muerte.
Este sufrimiento puede iniciar cuando la muerte se convierte más que en una posibilidad, en un diagnóstico.
El sufrimiento tiene algunas etapas comunes que experimentan diferentes personas en la misma situación. Sin embargo, dado que cada individuo y cada familia son diferentes, perciben el sufrimiento, la muerte y la enfermedad de una manera muy particular.

¿Cuáles son las diferentes fases del sufrimiento previo a la muerte?

El sufrimiento y el duelo no tienen magnitudes específicas ni restricciones de tiempo. Cada individuo expresa su sufrimiento y su sentimiento de pérdida a su manera y en su propio tiempo.
El sufrimiento previo a la muerte puede incluir las siguientes fases, aunque no exclusivamente en este orden. Frecuentemente, el sufrimiento es una expresión que incluye cada una de estas fases o estados en tiempos, intensidades y órdenes múltiples.
?         Fase I. En esta etapa, el individuo se da cuenta de que la muerte es inevitable y que no existe una cura posible. Generalmente, la tristeza y la depresión están relacionadas con esta primera etapa del sufrimiento.
?         Fase II. La fase siguiente del sufrimiento previo a la muerte es la preocupación por la persona agonizante. La preocupación en un niño puede aumentar por sí mismo y por su temor a la muerte, o debido a las emociones que expresan los seres queridos que lo rodean.
?         Fase III. En esta fase puede “ensayarse” la verdadera muerte. El proceso físico de la muerte y de lo que puede ocurrir después de ésta son las preocupaciones de esta etapa. Como consecuencia de algún sufrimiento previo a la muerte, el niño puede hacer la despedida de sus seres queridos y realizar una especie de testamento o expresar deseos que quiere cumplir aún o en su funeral.
?         Fase IV. En la última fase, La persona agonizante puede pensar en la vida después de la muerte, y también intentar imaginar cómo será la vida de sus seres queridos en su ausencia.

El proceso de duelo en la familia.

El sufrimiento suele dividirse en cinco etapas, que son útiles para identificar las emociones de cada miembro de la familia en particular, pero debemos recordar que cada persona reacciona a un evento doloroso de una manera única, influyendo su edad, su relación con el niño que muere, etc.
Para la atención de la familia que está perdiendo un hijo es muy probable que se requiera a un profesional, o bien, que la familia encuentre un espacio propicio para su propia atención: grupos de apoyo, etc.
Las etapas del duelo son las siguientes:
? Negación. La negación es una etapa en la cual se cree que la muerte no ocurrió, o bien, antes de ésta, que el diagnóstico terminal es erróneo. La persona puede estar aturdida o conmocionada. La negación es una reacción de protección ante un evento demasiado abrumador para enfrentarlo inmediatamente.
? Enojo. El enojo es la etapa en la cual la persona se encuentra muy alterada y enfadada porque la tragedia le ha sucedido a su familia. Las reacciones con enojo varían de persona a persona, pudiendo llegar a la agresividad.
? Acuerdo. En esta etapa es muy común encontrarse con preguntas dirigidas a Dios como por ejemplo, “¿Por qué a mi hijo?” y “¿Qué hicimos para merecer esto?”. La culpa es el principal sentimiento en esta etapa. Los padres intentan recordar eventos o decisiones propias que puedan haber contribuido a la muerte de su hijo. Es importante recordar que ni usted ni su hijo son responsables de la muerte.
? Depresión o tristeza. En esta etapa ya no se niega la muerte del niño y es probable que los padres y los hermanos sientan una profunda tristeza. Esta reacción es normal y puede ir acompañada de cambios físicos como perturbaciones del sueño o sueño excesivo, cambios en el apetito o dificultades para concentrarse en actividades diarias simples.
? Aceptación. La aceptación es la etapa en la cual el individuo acepta la muerte y la incorpora como parte de su vida. La persona ha llevado a cabo una adaptación a la pérdida. Si bien esto no significa que no vayan a existir otros sentimientos, una vez que se llega a esta etapa, las familias suelen sentirse más confiadas para manejar sus vidas.

CAPÍTULO 2.                         
El niño y la muerte.

El niño y su concepto de la muerte.

Algo que nos puede facilitar el acercarnos a un niño que está muriendo y platicar con él o ella sobre su situación y cómo la está viviendo, es tener una idea general sobre qué es lo que nos podemos encontrar sobre lo que este niño o niña piensa o se imagina sobre la muerte.
En primer lugar tenemos que estar conscientes de que el concepto de muerte es algo que se va construyendo a partir de los bloques o ladrillos que la familia y la cultura particulares de cada quien le va aportando, pero que este proceso de construcción depende también de las herramientas cognitivas que el niño va desarrollando en su proceso de crecimiento y desarrollo psicológico.
Pero lo más importante será, luego de entender lo anterior, tratar de conocer el punto de vista del niño que estamos atendiendo.
Para ello será imprescindible un acercamiento profundo, mediante la comunicación abierta, como veremos en el siguiente capitulo, pero no está de sobra el revisar los conceptos que han surgido de la investigación en este campo, acerca de qué es lo que los niños piensan respecto de la muerte, para así poder entender mejor qué es lo que nuestro niño o niña piensa y siente de su muerte.

El bebé. (0 ? 1 año)

Para un bebé, la muerte no es un concepto real. Sin embargo, los bebés reaccionan frente a la separación de uno o ambos padres, a los procedimientos dolorosos y a cualquier alteración de su rutina. Un bebé con una enfermedad terminal requiere tanto cuidado físico y emocional como cualquier otra persona para lograr un entorno cómodo. Mantener una rutina constante es importante para el niño y las personas que están a su cargo. Los bebés no pueden comunicar sus necesidades verbalmente, pero utilizan otras formas, como el llanto para mostrar su incomodidad y sus sentimientos.

El niño en edad de caminar. (1 ? 2 años)

Para el niño en edad de caminar, la muerte tiene muy poco significado, de hecho, para algunos, es algo temporal y reversible. La persona que muere puede aún comer, ir a la escuela o a trabajar, etc.
Lo que sí sucede es que pueden percibir la ansiedad de las emociones de quienes los rodean. Cuando los padres o los seres queridos de un niño en edad de caminar están tristes, deprimidos, asustados o enojados, los niños intuyen estas emociones y manifiestan preocupación o miedo. Los términos “muerte”, “para siempre” o “permanente” pueden no tener un valor real para los niños de esta edad. Aun contando con experiencias previas con la muerte, el niño puede no comprender la relación entre la vida y la muerte.

El niño en edad pre-escolar (2-5 años)

Los niños en edad pre-escolar pueden comenzar a comprender que la muerte es algo que atemoriza a los adultos. En esta edad se percibe a la muerte como temporal, justo como en las historietas o los dibujos animados y como en sus juegos. Con frecuencia, la explicación sobre la muerte que recibe este grupo es “se fue al cielo”. La mayoría de los niños de esta edad no comprende que la muerte es permanente, que cada persona y cada ser vivo finalmente muere, ni que los seres muertos no comen, no duermen ni respiran.
La experiencia con la muerte con la que cuentan está influenciada por aquellos que los rodean. Pueden preguntar “¿por qué?” y “¿cómo?” se produce la muerte. El niño en edad pre-escolar puede sentir que sus pensamientos o acciones han provocado la muerte y, o la tristeza de quienes lo rodean, y puede experimentar sentimientos de culpa o vergüenza.
Cuando un niño en edad preescolar se enferma gravemente, puede creer que es su castigo por algo que hizo o pensó. No comprende cómo sus padres no pudieron protegerlo de la enfermedad.

El niño en edad escolar. (6-11 años)

Los niños en edad escolar desarrollan un entendimiento más realista de la muerte, en el sentido de que se trata de algo irreversible y definitivo. Aunque la muerte puede ser personificada como un ángel, un esqueleto o un fantasma, el niño ya comienza a comprender la muerte como permanente, universal e inevitable. Pueden manifestar mucha curiosidad sobre el proceso físico de la muerte y qué ocurre después de que una persona muere. Es posible que debido a esta incertidumbre los niños de esta edad teman su propia muerte. El miedo a lo desconocido, la pérdida de control y la separación de su familia y amigos pueden ser las principales fuentes de ansiedad y miedo relacionadas con la muerte en un niño en edad escolar.

El adolescente. (12 y más años).

Al igual que con las personas de todas las edades, las experiencias previas y el desarrollo emocional influyen en gran medida en el concepto de la muerte de un adolescente.
Independientemente de haber o no tenido experiencias previas con la muerte de un familiar, un amigo o una mascota, la mayoría de los adolescentes comprende el concepto de que la muerte es permanente, universal e inevitable.
Es durante el período de la adolescencia cuando la mayoría de los niños comienza el proceso de establecer su identidad, su independencia y la relación con gente de su misma edad.
Un tema predominante de este período es el sentimiento de inmortalidad o de estar exento de la muerte. Cuando la muerte se vuelve una amenaza real para ellos,  todos sus objetivos de destrozan. Las actitudes negativas y desafiantes pueden cambiar de repente la personalidad de un adolescente que se enfrenta a la muerte. Puede sentir no sólo que ya no pertenece o no encaja con sus amigos, sino que tampoco puede comunicarse con sus padres.
Otro concepto importante entre los adolescentes es la imagen que ellos tienen de sí mismos. Una enfermedad terminal y, o los efectos del tratamiento pueden provocar muchos cambios físicos que enfrentar. El adolescente puede sentirse solo en su lucha, temeroso y enojado.
Con esta visión general sobre la evolución del concepto de muerte en los niños hasta los adolescentes, es importante que nos percatemos de que los niños de todas las edades responden a la muerte de una manera particular, pero todos necesitan apoyo y lo demuestran de una u otra manera, sea con llanto, con cambios de conducta bruscos o bien, acercándose y pidiéndolo.
En particular, cuando una persona de cualquier edad, sobre todo un niño, se enfrenta a su muerte, necesita de alguien que le escuche, le tranquilice y disipe sus miedos.
LA VIDA
     Elizabeth, mi sobrinita, entró sigilosamente a mi recámara, para despedirme.
Mirándome fijamente, me preguntó:
     – Tía ¿es cierto que te vas?
     – Me voy, Elizabeth.
     – Entonces me quedo a dormir aquí contigo.
     – Está bien.
Elizabeth corrió a traer su libro ?La vida de las plantas?.  Me lo abrió para que yo le leyera.
Pronto Elizabeth iba a cumplir los cinco años de edad.
Comencé a leer.
Inesperadamente Elizabeth clavó sus ojos en los míos, y me preguntó:
     – La vida de las plantas; tía ¿qué es la vida?
     – Es difícil explicártelo, Elizabeth; la vida es el tiempo que pasa entre el momento en que naciste y el momento en que mueres.
     -¿Nada más, tía?
     – Nada más, Elizabeth.
     – Y, cuando yo me muero ¿ya no soy nada?
     – Ya no serás nada.
     – ¿Cómo cuando una planta en invierno se seca?
     – Más o menos
     – Pero en primavera la planta despierta y tiene flores de nuevo.
     – Elizabeth, para nosotros no es así; cuando tú mueres, mueres para siempre.
     – ¿También tú mueres para siempre, tía?
     – Sí; y también tú, Elizabeth.
     – Pero tía, esto no es posible.
     – Si, Elizabeth, es posible.
     – Pero no es justo.
     – No es justo; pero ahora duérmete, por favor. 
     – Si, Si, me duermo, tía; pero lo que tu me dices no es cierto; cuando yo me muera, si me secaré, pero naceré de nuevo; la vida no es lo que tú me dices, tía; es otra cosa.

(O. Fallaci)
CAPÍTULO   3.
Hablar sobre la muerte

Hablar con el niño sobre la muerte.

Los niños, como cualquier persona, necesitan información honesta y clara sobre su estado de salud y su probable proceso de agonía.
El objetivo final al hablar con un niño agonizante sobre la muerte es brindarle la mayor comodidad posible e intentar disipar sus miedos. Si el niño no está preparado para hablar sobre la muerte, la mejor actitud de los padres y de las personas que lo cuidan es esperar hasta que lo esté.
La parte más importante en el proceso de ayudar a una persona a bien morir es la de la comunicación con esta persona.
Se trata no solo de ?platicar?, sino de estar, de tratar de comprender a esa persona como si uno fuera ella misma, sin dejar de ser uno.
Si repasamos nuestra historia personal, podremos encontrarnos con algún evento en el cual nos sentimos realmente escuchados, comprendidos por otra persona; alguien a quien pudimos tratar de explicarle cómo nos sentíamos o lo que estábamos pensando y sentimos que realmente nos comprendió.
Pues de eso se trata, y no es que sólo algunas personas tengan el don para entender a otras, se trata de una habilidad, y como tal, se puede desarrollar y ejercitar.

¿Cómo comunicarnos mejor?

Tomemos en cuenta que al comunicarnos, no solo intercambiamos ideas y puntos de vista a nivel lógico, sino también, sentimientos, estados de ánimo, emociones y actitudes en una escala mucho mayor que la que imaginamos.
Esto sucede básicamente en dos formas de comunicación: la Verbal y la No ? verbal.
Por comunicación Verbal entendemos propiamente el discurso que establecemos oralmente: las ideas son transmitidas así.
En Comunicación No verbal agrupamos tanto la postura del cuerpo, la mirada, la expresión facial, el tono de voz, la velocidad de las palabras, la cercanía de los cuerpos de los interlocutores, etc. Con todo esto estamos transmitiendo y recibiendo el componente afectivo de la comunicación: actitudes, emociones, sentimientos.
A este tipo de comunicación es al que hay que poner especial atención para mejorar nuestra ?Escucha? cuando interactuemos con una persona agonizante, y en general, cuando queramos de verdad entender lo que otro ser humano está tratando de comunicarnos.
Carl Rogers, un psicólogo norteamericano muy influyente, delineo además tres actitudes básicas de la persona que sabe escuchar en un ambiente terapéutico, es decir, en el cual se pretende que la persona cambie y mejore su propio funcionamiento interpersonal, pero que se puede traspolar a cualquier relación humana:
1.        Aceptación positiva incondicional. Esto significa que no importa lo que nosotros pensemos de lo que la persona nos está comunicando, igual aceptamos a la persona, somos capaces de acoger emocionalmente y de manera positiva a esa persona. Aunque lo que nos cuente sea desagradable, o bien, no compartamos su opinión, lo que nos interesa es la experiencia de la persona y la persona misma, que está por encima de la simple experiencia y de nuestros juicios.
2.        Empatía. con esta actitud, Rogers quiere decir que al escuchar, intentemos ponernos en el mismo nivel de la persona que nos platica, es decir, tratamos de escuchar y al mismo tiempo sentir como si fuese yo mismo esa persona, sin perder de vista que no lo soy. No dejo de ser yo, pero quiero ponerme en su lugar para entenderle mejor y saber porqué usa justo esas palabras, porqué dice lo que dice y calla lo que calla. ¿qué quiere decir con un suspiro? ¿qué quiere expresar con este silencio?
3.        Autenticidad.  Convertir la experiencia de relación con la persona moribunda en una profunda comunicación humana requiere que no perdamos de vista que somos nosotros mismos una persona en sí, que somos únicos, conscientes, libres. Y que lo que estamos compartiendo nos genera nuestros propios sentimientos, y en base a ellos reaccionamos de manera auténtica. En ocasiones nos sentiremos tristes o conmovidos con lo que escuchamos y compartimos. Si somos auténticos, sabremos expresar estos sentimientos para profundizar en la relación.
Respecto de la Comunicación Verbal en la que se formulan las ideas, es necesario considerar, como ya lo señalamos en el capítulo anterior, que los niños tienen su propio concepto de la muerte de acuerdo a su propia evolución psicológica. Por lo mismo, no vamos a esperar un intercambio de ideas desde nuestra propia lógica, sino desde la de cada niño en particular.
Lo que sí vamos a hacer es poner mucha atención en lo simbólico.
La muerte es uno de los misterios más grandes de la vida. Pero no es ajeno a quien está acercándose a él en su propia experiencia. Por eso, tratándose de asistir a alguien en su muerte, quien ?ayuda? es el aprendiz y quien está muriendo es el maestro. Así tenga tres o noventa años de edad.
Y como es un misterio, no puede ponerse en palabras concretas, menos si quien lo está exponiendo es un niño. Por eso se recurre tanto al lenguaje simbólico; y por eso es tan necesario poner atención a los ritos, dibujos, juegos, escritos o cualquier otro medio que el niño utilice para expresar lo que está viviendo.

¿Cómo puedo hablar de su muerte con un niño?

Es necesario, según la edad del niño, tomar en cuenta lo siguiente al hablar con él o con ella sobre la muerte.
Los bebés no poseen habilidades lingüísticas; sin embargo, reaccionan al bienestar físico. Cuando un bebé agoniza, una caricia y un abrazo reconfortantes son tan importantes para él como para aquél que lo cuida. La comunicación del amor se puede expresar mediante una caricia suave y un abrazo tierno.
Para los niños que comienzan a caminar y los niños pequeños, se debe utilizar un lenguaje concreto. Se deben evitar términos confusos para describir la muerte, como por ejemplo, “dormir” y “desaparecer”. Un niño puede tener miedo de dormirse si asocia la idea de dormir con la muerte.
Los niños pequeños pueden hacer preguntas muy directas sobre la muerte, si tienen la oportunidad; y es importante ser honesto y consecuente con las respuestas. Si hacen una pregunta para la cual se desconoce la respuesta, es preferible admitirlo, y no inventar una. Los niños pueden detectar la mentira en una respuesta desde muy temprana edad. También pueden recibir información poco consecuente si las respuestas de diferentes personas son engañosas o evitan la verdad.
Los adolescentes pueden querer hablar sobre la muerte con un amigo u otra persona que no sean sus padres. Se debe fomentar la comunicación de cualquier manera que pueda ayudar al joven a expresar sus miedos y preocupaciones.

¿Es realmente importante tocar este tema con el niño?

Para una persona adulta, la muerte de otros siempre refiere a la propia muerte. Consciente o inconscientemente, cuando nos enfrentamos a la persona moribunda nos damos cuenta de nuestra propia finitud y mortalidad. Por eso es tan difícil enfrentar esta situación y más aún, hablar de la muerte con la persona que está muriendo.
Pero es necesario. Y es importante para esa persona. Por eso, quien ayuda debe primero admitir y aceptar la muerte en sí. Y saber que le va a doler y que puede no ser agradable estar ahí mientras otro, un niño o una niña, a quien preferiríamos ver jugando y riendo, está muriendo en una cama.
En eso consiste la difícil tarea de ayudar a bien morir. Ahora bien, la ayuda al niño puede convertirse fácilmente en la ayuda a la familia, por la cercanía que seguramente habrá de ella.
Por eso es importante evaluar los conceptos y creencias del niño y de su familia acerca de la muerte y la vida después de ésta cuando se establece una comunicación con ellos. Los niños pueden experimentar miedos y preocupaciones que no expresan porque no se sienten cómodos o porque no saben cómo hacerlo.
Entre algunas de estas preocupaciones, se incluyen las siguientes:

Los sentimientos de culpa y de vergüenza.

Los niños pueden creer que sus pensamientos han provocado la enfermedad o la muerte que está causando la tristeza de todos. Es importante hablar con el niño acerca del hecho de que los médicos y las enfermeras no siempre pueden evitar la muerte y, además, asegurarle que los malos pensamientos no pueden causar la muerte y que él no ha hecho nada malo para provocar la muerte o la enfermedad.

El miedo de que el dolor esté asociado con la muerte.

Al confrontar estos temores, es importante explicarle al niño el uso de los medicamentos para controlar el dolor. Recuérdale que la muerte en sí no es dolorosa.

El miedo a la separación.

Este tema puede tratarse recurriendo a las creencias religiosas o culturales específicas relacionadas con el cuerpo, el alma o el espíritu. Tranquiliza al niño afirmándole que no estará solo en el momento de la muerte.

El papel de las creencias religiosas y culturales.

Estas creencias influyen en gran medida en la experiencia de la muerte y los niños son especialmente sensibles a las connotaciones espirituales de la muerte y a la interpretación que de ella se hace en la religión.
Precisamente por el carácter simbólico que tiene el lenguaje religioso, si la familia de un niño que está muriendo lo ha educado en alguna tradición religiosa, será mucho más fácil hablar con él o ella de su propia muerte recurriendo a este lenguaje.
Los padres, los miembros de la comunidad religiosa de la familia, los ministros y los sacerdotes pueden desempeñar un papel importante al momento de explicarle el concepto de muerte a un niño.
Es importante la congruencia en la comunicación de las creencias de la familia sobre la muerte y la vida después de ésta. El hecho de compartir estas creencias con las demás personas que cuidan del niño puede limitar su confusión.
Esto es particularmente importante para evitar reacciones discordantes, por ejemplo, entre el padre de un niño que muere, que ha aceptado este hecho y la mamá del niño, que aún está en una etapa de negación o de coraje contra este suceso; que por lo mismo reaccionarán muy diferente frente al niño, causándole mayor problema a él.
Al respecto, es necesario comentar que los niños, a diferencia de los adultos, no están tan apegados a cosas de la vida, a bienes y a las mismas personas, por lo que para ellos, desprenderse de la vida no es una tarea tan difícil como lo es para los adultos. Es por ello que los adultos que quieren ayudar a un niño deben estar conscientes de esto para que sus propios apegos al niño y a lo que le representa (el futuro, la vida misma, etc.) no obstaculicen el proceso de despedida del niño. Porque a esto sí es muy sensible un niño: a los sentimientos de quienes le rodean. Y si perciben que con su muerte están ?lastimando? a alguien, cuanto más si es a alguien que ellos quieren, experimentarán más dificultades para dejarse morir, para despedirse.
En el siguiente capítulo encontraremos algunas pistas más sobre las necesidades psicosociales del niño que agoniza, las cuales nos darán una mejor idea de qué es lo que podemos hacer al respecto