Respaldo de material de tanatología

Etnomedicina en Mesoamérica central

(ALTERACIONES VISTAS POR LA TRADICIÓN. ESPECIALISTAS. MEDIOS Y PROCEDIMIENTOS TERAPÉUTICOS LOCALES).

RESUMEN.
Las culturas tradicionales de salud y las etnomedicinas en Mesoamérica son el resultado de la evolución de sistemas precedentes como el chamanismo. Protegidas en las etnias debido a su carácter de utilidad y necesidad para la supervivencia de las gentes, llegaron a la modernidad más o menos transformadas. La mezcla amerindio-hispana, tras la conquista, dio lugar a una tradición nueva, la mestiza, desarrollada principalmente en las áreas urbanas. Tradiciones originarias y tradición mestiza recogen una serie de ópticas del fenómeno de salud-enfermedad así como los modos y medios adaptados a las culturas para conservar el bienestar de las gentes.

INTRODUCCIÓN.
Las formas de entender el bienestar en cada cultura se relacionan con los contenidos de sus tradiciones. La verdad es que, en un mundo plural, todos los seres humanos deberían poder mostrarse como son. Deberían poder seguir desarrollando sus modos de prevenir los males y curar. En las sociedades del pasado, y en las del presente, los seres humanos fabricaron, y fabrican, sistemas y maneras para atender las necesidades de salud. En el estudio interpretativo que los investigadores Jean Clottes y David Lewis-Williams (2001) han hecho de los dibujos y expresiones pictóricas, así como escultóricas, de las cuevas del paleolítico europeo, se sugiere la existencia de chamanes en la prehistoria. Por lo que se conoce a través de las fuentes documentales (principalmente rusas) estudiadas por Mircea Eliade (2001) sobre el chamanismo asiático y norasiático, ese sistema, además de terapéutico, sería un modo organizativo de los grupos y comunidades en tiempos en los que las amenazas externas (naturales y humanas) hacían peligrar no sólo el equilibrio y bienestar de los individuos sino la estabilidad e integridad de sus grupos. Para Antony Tao (2003), del chamanismo arcaico chino nació una especialidad más dedicada a la terapéutica: el chamanismo curativo, a partir del momento en que las sociedades se hicieron sedentarias (inicio del Neolítico, hace unos 10000 años). De este chamanismo surgiría posteriormente la medicina tradicional china.

Hasta la llegada de los europeos a América, los grupos amerindios dispusieron de modos de curar adaptados a sus formas de pensar y a sus cosmovisiones. Los Cronistas de Indias dieron cuenta de las características del mundo que encontraron y descubrieron. Y, aunque influidos por su origen, su forma de pensar europeo-cristiana y los condicionamientos que el poder religioso y el poder político les imponían, retrataron, como hizo Fray Bernardino de Sahagún (1994) en el Códice Florentino, toda la majestuosidad de aquellas culturas. En esas etnografías de la época, se habla de curadores, de formas de curar y de elementos para curar; es decir, de toda una organización de la terapéutica.

En mi opinión, debido a los condicionamientos de los cronistas, en sus libros se exponen principalmente medios de cura naturales (de origen vegetal, la mayoría; pero también, minerales y de origen animal); aunque se habla tímidamente de la cura simbólica (o mejor, de la parte simbólica de la cura), asociada a los chamanes.

Anna Reid (2003) escribe sobre el chamanismo siberiano, recuperándose, como otras parcelas de la cultura de los pueblos norasiáticos, tras el fin del “Imperio Soviético”. Chamanes y etnomédicos siberianos sufrieron por el avance de la Rusia zarista hacia el Este; y volvieron a sufrir cuando el sistema soviético impuso a los originarios siberianos un orden basado en una cultura materialista de base productiva.

Europa Occidental, como han hecho otras partes del mundo, ha seguido su propio camino de evolución y progreso. Razones sociohistóricas y culturales hicieron posible el surgimiento de la ciencia. Expresa Antony Tao (2003) que los griegos entendieron el universo como un todo ordenado por leyes que el pensamiento es capaz de descifrar y conocer. A esta base cultural se unió el aporte del cristianismo; que, como el judaísmo, entendía un dios transcendente, separado de la naturaleza. Quedó la naturaleza, en las culturas europeas, libre de ataduras y dependencias espirituales, dispuesta para ser estudiada por un pensamiento no mediatizado por la divinidad. En el Renacimiento ya se expresó y se ensayó esa tendencia. Luego, llegó la Ilustración; y después, la Revolución Industrial. Europa se hizo poderosa. Los grupos dirigentes y los poseedores del dinero “proyectaron su mirada” (enfocaron sus intereses), como en su tiempo hizo la Corona de Castilla, a otros lugares del planeta. Encontraron gentes diferentes, gentes que no hablaban como ellos, que no pensaban como ellos, que no veían las cosas como ellos, que no entendían las enfermedades como ellos y que no curaban como ellos. Al igual que hicieron los españoles en América, el resto de los países europeos también impuso unas relaciones de poder a las nuevas sociedades.

La ciencia, como parte de la cultura europea, se ha tomado como modelo de progreso (evolucionismo). Una gran parte de los científicos positivos ha considerado una sola línea de avance humano en el globo: la suya. Se ha visto a gentes de otros pueblos como seres en fase de desarrollo precientífico, tildados, incluso por los primeros antropólogos, de “salvajes”. En la actualidad se ha creado entre los occidentales una conciencia de superioridad basada en todas esas ideas. La medicina se ha hecho científica y, por lo tanto, el modelo a seguir.

Sin embargo, antropólogos como Malinowski, Franz Boas o Clifford Geertz han valorado el aporte original de los miembros de las culturas. Para saber de alguien, no sólo hay que observarlo; también hay que escucharlo hablar de sí mismo. Para conocer una cultura ajena, es necesario que nos la expliquen sus protagonistas. Medicinas tradicionales amerindias y asiáticas entienden que para entender qué le pasa a un enfermo, hay que permitirle hablar de su dolencia, y de la vivencia obtenida a través de esa experiencia. Algo así decía Edward Bach (1999).

Cada etnomedicina se ubica en un asiento cultural propio. Nunca convergerán de manera natural dos líneas de progreso culturales si no se manipulan para que así ocurra. La ciencia surgió en Europa como un hecho propio del camino evolutivo europeo. Pero otros pueblos (amerindios, asiáticos, africanos) no tuvieron cultura griega, ni cristianismo, ni judaísmo, ni Renacimiento, ni Ilustración a la francesa. Y eso no significó, ni significa, que fueran (o que sean) menos que los europeos. Es una cuestión política.

Los Polo (1984) narraron maravillas de progreso en Asia cuando Europa aún vivía en plena Edad Media. Los Cronistas de Indias, y otros hombres inteligentes y sensibles de la época, se quedaron boquiabiertos cuando contemplaron la amplitud de las culturas de los pueblos conquistados en América.

Fue el colonialismo (hablando del colonialismo occidental en general, no sólo del español) el que rompió el desarrollo equilibrado de los pueblos no occidentales. Fue ese colonialismo el que modificó la trayectoria de las líneas de evolución sociocultural no occidentales. Fue el mismo colonialismo el que fabricó las diferencias que generaron complejos de inferioridad a gran escala (entre los pueblos sometidos), potenciando a la vez los egos culturales de los colonizadores.

El llamado Tercer Mundo es una expresión acuñada por la cultura occidental, dominante. Es una gradación. El Primer Mundo, es el mundo rico, por lo tanto superior porque tiene el poder. El Segundo Mundo es un híbrido a medio desarrollar, mal sentado entre dos sillas. El Tercer Mundo es el de los miserables (término con muchas lecturas, dependiendo de la óptica de aproximación a su comprensión). La pobreza, las enfermedades, el hambre y todas las lacras que padecen los hombres, las mujeres y los niños de ese llamado Tercer Mundo surgieron después de que los grupos humanos que en él se desarrollaban desde la antigüedad, se vieran invadidos y sometidos por humanos venidos de lejos. Esas condiciones no se deben, pues, a sus particularidades socioculturales, históricas y organizativas, diferentes de las que condujeron a la revolución científica europea.

En la actualidad se sigue realizando una “ayuda” al Tercer Mundo “asistencialista”, a través de ONG´s, organizaciones religiosos y estatales. Una ayuda, en opinión de muchos miembros de las etnias, improductiva, estéril e incapaz de ajustarse a la organización autóctona de grupos y gentes. Los miembros de esas sociedades desean, primero, que se les respete y se les tenga en cuenta; segundo, si se les ofrece ayuda, ésta debe ser valorada, validada y gestionada desde las propias organizaciones locales. Tercero, que los especialistas sanitarios occidentales y estatales se complementen con los especialistas locales y etnomédicos. A veces, dicen, “llegan los blancos con sus ideas, sus medicinas y su comida para nosotros, lo cual marca todavía más las diferencias entre unos y otros”. Mapuches sudamericanos, mayas de Chiapas o zapotecos oaxaqueños desean poder seguir su desarrollo desde sus organizaciones, compartiendo con el resto de los grupos y con sus naciones un diseño de futuro en una sociedad plural, multicultural y en paz. Para muchos, es parecida la imposición de las armas, de las leyes ajenas, de la educación nacional, de los centros de salud estatales y de sus medicinas. Con ninguno de los grupos locales contaron para hacerlo. No hubo mesa de acuerdo.

Cuando los amerindios sufrieron la desestructuración de sus sociedades en el siglo XVI. Cuando nuevas instituciones impusieron un orden importado de Europa, empezó el camino de decadencia de los grupos originarios, alejados de los puertos seguros de su organización tradicional. Pasaron los años, y los siglos, en América. La mezcla amerindio-hispana creó una nueva sociedad, mixta, mestiza, confluencia de dos fuentes humanas y culturales distintas. Esta sociedad se desarrolló en los núcleos urbanos, fabricando un tipo de etnomedicina mixta, mestiza (como la podemos encontrar hoy en el Mercado de Sonora en México D.F.). Dicha cultura de salud es ya una tradición más en América. Por otra parte, los grupos indígenas, alterados, siguieron su desarrollo relativamente original en las áreas alejadas de las ciudades, manteniendo con mayor o menor grado de aculturación sus propios sistemas terapéuticos.

El mundo en que vivimos hoy presenta otro tipo de “colonialismo” si se quiere llamar así, caracterizado por la sustitución, superposición y empuje de ideas. La cultura occidental (sus iconos ideales y comerciales, la publicidad, la música…), a través del fenómeno de la globalización y de la internacionalización, se muestra poderosa y avanza dominante, imponiéndose en todas las sociedades, superponiéndose a las culturas locales, sustituyéndolas (en el peor de los casos) o mezclándose con ellas (en el mejor de los casos).

Las medicinas tradicionales son medicinas surgidas en sociedades y culturas con rasgos propios y diferenciados, utilizadas con éxito por los miembros de esas sociedades. Representantes de la antropología médica como Robert Hahn, Arthur Kleinman, Peter Brown o Byron Good entienden que salud y enfermedad no se pueden separar de sus contextos socioculturales; y que los sistemas terapéuticos, etnomedicinas y modos de curar son el resultado de la adecuación de la atención a dichos contextos.

La occidentalización del mundo es un hecho palpable. La extensión de la medicina occidental ?científica hace que muchos problemas, entendibles dentro de un contexto cultural global puedan ser atendidos y solucionados. Pero, no todos. Alteraciones como el “susto” o las “mapuche kutran” (enfermedades entendibles dentro del contexto de vida mapuche, Sudamérica), son síndromes de nosología indígena. “Bloqueo de Qi de Hígado-Vesícula Biliar” es un síndrome definido en la medicina tradicional china no necesariamente coincidente con una patología universalmente reconocible según la ciencia occidental. Formas de atención como la “limpia” (culturas amerindias), acceden a la persona enferma de forma diferente a como lo hacen las píldoras de la medicina de patente. En ambos casos, el medio y la forma de atención se ajustan al contexto sociocultural del enfermo así como al modo de entender la enfermedad (por él y por el médico), y a la manera de contrarrestarla. Medios de tratamiento como la acupuntura (medicina tradicional china) no son entendidos en su verdadera dimensión si son estudiados desde ópticas diferentes a la de su contexto de origen. Juzgar la acupuntura desde otra posición cultural (por ejemplo, la científica), implica necesariamente hacer comparaciones.

Si se considera que la posición de partida del estudio, por ejemplo la científica, es la “verdadera”, al no entenderse la acupuntura como se entiende en su contexto de origen, se verá únicamente como una práctica de estimulación de la reacción defensiva, y punto. Incluso se elaborarán juicios calificándola de placebo. Se habrá descubierto una “nueva acupuntura”, una acupuntura diferente a la de su contexto originario. Y se habrá hecho un ejercicio de auténtico etnocentrismo.

Siguiendo a Geertz (1990, 1993) creo que necesitamos acercarnos al objeto del que queremos hablar. Ello implica necesariamente, moverse, “salir de nuestro centro”, conocer al objeto en su lugar, reconocerlo. Es el ejercicio básico en antropología; y es un ejercicio que la antropología recomienda practicar a cualquier investigador (científico natural o científico social). Así entenderemos que la acupuntura tiene un significado relacionado con el contexto en que se creó; o que la “limpia” amerindia significa algo más allá de nuestra propia proyección significativa exótica, hecha desde “nuestro centro”. Nos liberaremos de una incómoda y anticuada posición estática de observación, así como del juicio etnocentrista, inadmisible en los tiempos que corren para cualquier divulgador o comunicador cultural-científico que se precie.

Las medicinas tradicionales pueden practicarse solas o pueden ser combinadas entre sí y con la medicina científica. Puede haber colaboración entre los profesionales de unas y otras.

Pueden convertirse también los sistemas terapéuticos originales en sistemas interculturales cuando los que los conocen y practican los adaptan a las circunstancias específicas de las personas y sus problemas (relación con lo natural-biológico, lo social y lo cultural).

En el futuro podremos tener: a) una gran cultura mundial con más o menos préstamos de las culturas que ha ido encontrando por el camino; b) una sociedad internacional multicultural (con un dominio claro de la cultura occidental); c) una sociedad caracterizada por la interculturalidad; d) una dinámica imprecisa caracterizada por la variación permanente del hecho cultural.

Mientras tanto, supervivientes y preservadas hoy como parte de la cultura indígena por instituciones mexicanas; reconocidas por leyes de salud en algunos Estados (Morelos, Nuevo León); y con reconocimientos parecidos en otros (Oaxaca, Chiapas) se practican y se utilizan las etnomedicinas tradicionales mesoamericanas. En China, gran parte de Asia y un número importante de países del mundo es utilizada con éxito la medicina tradicional china.

En India y Sri Lanka, la medicina ayurvédica. Y en otras áreas del globo siguen vivas aún formas de curar perfectamente válidas dentro de sus contextos y fuera de ellos; de igual rango que la medicina occidental convencional (la más extendida del globo). Como medicinas interculturales (adaptadas por los profesionales y etnomédicos de distintos contextos socioculturales) la más conocida y difundida es la medicina china. Pero la difusión de los conocimientos y la distribución por el mundo de los etnomédicos originarios están haciendo que se conozcan etnomedicinas tan antiguas e importantes como las de los grupos indígenas mexicanos (uso del temazcal, de la herbolaria y las limpias) o sudamericanos (herbolaria, limpia, etc.).

El resumen que sigue corresponde a parte del trabajo de investigación de mi tesis doctoral, realizado en distintos lugares de los Estados de México y Oaxaca en 2004, 2005 y 2006.

2. ENFERMEDADES VISTAS POR LAS TRADICIONES (ORIGINARIA Y MIXTA) EN MESOAMÉRICA. ESPECIALISTAS.
Al hablar de enfermedades vistas por las tradiciones, las que explicaré más adelante pueden entenderse en Mesoamérica tanto dentro de las culturas originarias (rurales) como dentro de la cultura mixta (urbana).

Las distintas maneras de comprender y atender la salud en las sociedades prehispánicas han llegado a nuestros días bien conservadas, que no congeladas, ya que entre tradición y presente hay un reajuste y una adaptación permanentes, tal como piensan los propios médicos indígenas oaxaqueños (Bernal, 1991-I). Muchas alteraciones y problemas de salud pueden ser atendidos por especialistas distintos, es decir que no son exclusivos de profesionales concretos. Otros sí, o simplemente resulta más frecuente acudir a un tipo de profesional que a otro.

Algunos especialistas, los que trabajan técnicas manuales, como: colocadores de huesos, sobadores y otros, sobre todo en las áreas de cultura mestiza, realizan un trabajo en el cuerpo no siempre acompañado por rituales. En otros casos sí, dependiendo de la etiología del problema y de las implicaciones y relaciones. Hay curanderos-yerberos en las ciudades que poco se diferencian de naturistas occidentales, atendiendo la inflamación de abdomen, el dolor de cabeza, el reumatismo o la alteración menstrual con la medicina de plantas o la fórmula de hierbas que corresponda, más los consejos alimenticios, de régimen de vida, etc.

Hay especialistas y sabios (más en áreas rurales) que, viendo en la enfermedad una implicación espiritual o simbólica, llevan a cabo una terapéutica diferente. En México hay tantas posibilidades de ser atendido como visiones e interpretaciones de los problemas se tengan. En cualquier caso, se trate el cuerpo con sobadas o hierbas, se atienda el alma con rituales, la visión de los profesionales y especialistas tradicionales no es parcelada. Recordemos que en la tradición originaria oaxaqueña, la enfermedad se ve como algo que le saca a uno del camino seguro en la vida. Para aproximar a la comprensión occidental dicha idea, y siempre orientado por los informantes, diré que en el plano perceptible no se ve la enfermedad como patología (al estilo occidental) sino como alteración básica que da lugar a variadas manifestaciones y expresiones de problemas (físicos, emocionales, psicosociales, mezcla). Quien padece mareos puede tener el mismo desequilibrio básico que otro que se preocupa demasiado, o que alguien a quien le duele la cabeza y no logra centrarse en su vida: el aire o el mal de ojo.

Diferentes manifestaciones pueden ser consecuencia de la misma causa. Y, por llamarlo de alguna forma, problemas de apariencia similar, tener orígenes distintos. En el primer caso el médico tradicional realiza una atención igual o parecida. En el segundo, el tratamiento será diferente por ser diferente el origen. Algo parecido podemos decir de la terapéutica tradicional en China. En el plano perceptible, lo que en la óptica occidental corresponde a una patología, por ejemplo parkinson, en la visión asiática se vería como síndrome de temblores, teniendo diferentes causas y respondiendo en cada caso a diferentes tratamientos o atenciones.

Al revés, dos situaciones diferentes como la demencia senil o el síndrome de fatiga crónica, pueden encuadrarse dentro de una misma desarmonía de fondo llamada técnicamente en medicina china: Deficiencia de Inn de Riñón, tratándose ambas con formulaciones parecidas o iguales (se trata la causa o la causa y los síntomas). Quiero llegar con todo esto a la idea de necesidad de contemplar a la persona en conjunto y en su relación con el medio para entender su mal y elegir el remedio adecuado, en las terapéuticas tradicionales (como vemos, diferente del planteamiento de la ciencia médica occidental que estandariza y etiqueta las enfermedades, denominadas patologías y, con pequeñas variantes, observables en cualquier persona del mundo). En la visión de la enfermedad de los pueblos prehispánicos se creía que, por diversas razones, el ser humano sufría problemas en relación con las esencias divinas circulantes. Uno de los tipos de circulación era el contagio. Cuando alguien tenía fiebre alta, la enfermedad era extraída del paciente como entidad invisible y depositada en una figurilla de pasta (un perro) que se dejaba en las proximidades a la merced de cualquier caminante (López Austin, 1997).

2.1. RELACIÓN ENFERMEDAD-MUERTE

En la tradición de muchas culturas siberianas, la enfermedad es el resultado de las malas influencias (principalmente espirituales y de los muertos aunque también de vivos, envidias, maldiciones…), según mis informadores rusos. M. Eliade recoge en su obra que para los chukchis siberianos la enfermedad es provocada por los malos espíritus (Eliade, 2001). En la tradición coreana, a los muertos se les convida y se les tiene presente (Kwang-Il Kim, informante). Lo mismo sucede en la cultura chatina mesoamericana (D. Catalino, informante). Y otro tanto hacen en las culturas norasiáticas, por miedo a posibles malas influencias y atracciones de los recién fallecidos (Eliade, 2001). Para los siberianos, según Eliade (2001) los que mueren por enfermedad van a los infiernos. La incineración del cadáver es un modo de purificación.

La muerte para los antiguos nahuas era el fin de un ciclo, tal como en el maíz. Cuando el hombre moría, su esencia era purificada, limpiada, borrada de recuerdos para ocupar un nuevo cuerpo (López Austin, 1997). Explica López Austin (1997) que la vida y la muerte no eran vistas como los extremos de una línea recta sino como dos puntos diametralmente opuestos en un círculo en movimiento. Tal círculo se corresponde con lo que en este trabajo llamo: realidad amplia.

La enfermedad es una manera de provocar la muerte, paso necesario y previo para el nacimiento y la renovación de la vida y de los seres.

2.2. VISIÓN DEL CUERPO Y DE LA PERSONA.

Ya hemos expuesto que los antiguos nahuas entendían al ser humano formado por materia densa-pesada y materia sutil. Las esencias de algunos dioses formaron parte de la creación tras el castigo que sufrieron por pecar. Tanto el espacio terrestre como el tiempo portan materia divina, igual que animales, plantas, ríos, océanos (López Austin, 1997). Siguiendo a este autor, hablando de la tradición, el cuerpo sería el constituyente pesado del hombre, sujeto a la mortalidad, a la necesidad de alimentarse y de reproducirse. El balance de energías, fuerzas y tensiones, en el ser humano y en el medio equivale a la salud. Las esencias divinas que se mueven por el mundo tienen que ver en la ruptura de la estabilidad del bienestar. Las divinidades terrestres y pluviales, oscuras, nocturnas, rigen y controlan el crecimiento y la reproducción del ser humano (López Austin, 1997).

Escribe León-Portilla, hablando de los antiguos mexicanos: Debe subrayarse que al incluir el corazón en el concepto náhuatl de persona, se afirma que, si es importante la fisonomía moral expresada en el rostro, lo es con igual o mayor razón el corazón, centro del que parece provenir toda la acción del hombre…Se complementa así entre los nahuas mejor que entre los mismos griegos la idea del rostro, con el dinamismo interior del propio yo (León-Portilla, 1983: 147).

Existe una relación directa entre la expresión y morfología del rostro con el corazón en la cultura china y en su medicina, entendido dicho corazón no sólo como órgano, estructura, sino como un conjunto formado por elementos físicos, funciones fisiológicas, funciones energéticas y características mentales-emocionales.

Sigue León-Portilla diciendo: Consecuencia de describir al hombre como dueño de un rostro, dueño de un corazón, fue la preocupación de los tlamatimime por comunicar sabiduría a los rostros y firmeza a los corazones (León-Portilla, 1983: 147).

En la obra del médico español Juan de Cárdenas (s. XVI), se expone con bastante sencillez, pero bien expresado y razonado, que la vida es calor y que dicho calor natural es conservado en la humedad sustancial del cuerpo. La muerte natural sería el gasto progresivo del calor vital y el consumo de su humedad contenedora. El cuerpo vive más o menos, dependiendo de sus actividades, de su interacción con el medio, de la alimentación y del estilo de vida de la persona. Para Cárdenas, los españoles nacidos en América vivían menos que los nacidos en España debido a la destemplanza de la región americana, que es caliente y húmeda. El calor del aire y la humedad, explica Cárdenas, consumen el calor humano e inflaman los cuerpos, ahogando su calor (Cárdenas, 1591). Esta visión del cuerpo vivo como una especie de vela encendida, proveniente de Europa, pasó a la cultura mestiza. Para Foster (1980), la medicina tradicional en América se construyó con las tradiciones locales más la cultura médica y de salud española.

En este trabajo defino dos ámbitos de expresión de la cultura tradicional de salud: el de los grupos originarios (rural) y el de la sociedad mestiza (urbano). Las ideas que expone Cárdenas (1591) sobre el cuerpo, la vida, la enfermedad, la curación, la influencia del medio, siguen existiendo hoy en la cultura mixta mexicana, transformadas, mezcladas, compaginadas con otras provenientes de las distintas tradiciones indígenas. La idea de la vida como calor conservado en la sustancia húmeda del cuerpo, relacionada a su vez con la luz de las divinidades tiene que ver con el desarrollo de la cultura tradicional urbana. Por ejemplo, todas las informaciones que me han dado sobre el susto coinciden, considerándolo enfermedad por pérdida o robo de una energía vital de la persona; y relacionado con lo físico y espiritual de la naturaleza y el medio.

Las observaciones de Cárdenas le llevan a la conclusión de que el medio ambiente del Nuevo Mundo (calor-humedad) influye sobre ciertas características de los cuerpos que hacen que éstos duren más o menos. Diferencia, pues, por nacimiento e influencia del medio, no sólo a indios y españoles sino a españoles nacidos en España y españoles nacidos en las Indias. Al indio lo considera de naturaleza flemática permanente y opina que, debido a su cultura y por seguir una vida más ordenada y menos ociosa, su pelo encanece menos que el del español a quien considera flemático accidental. El autor explica por qué el español pierde el pelo mientras que el indígena nunca se vuelve calvo; o por qué el europeo tiene barba y el indio es lampiño. En todo caso se tiene en cuenta la constitución, la herencia y el medio. Resalto esa dedicación de Juan de Cárdenas al estudio del medio como influyente a veces decisivo sobre cambios físicos y fisiológicos. Se puede tildar la medicina occidental de la época de ecomedicina. Ese aspecto era un punto de aproximación a las medicinas tradicionales locales, tremendamente ligadas al ambiente; y, a mi juicio, uno de los modos de unión-mezcla con tradiciones locales.

En este estudio nos interesan las opiniones de los mesoamericanos, pero su contraste con las de los primeros españoles viviendo en estas tierras resulta muy útil a la hora de ver precedentes de la cultura tradicional mestiza. Por otra parte, fueron observadores, testigos e informadores de unas culturas (las originarias, en este caso) algunos de cuyos rasgos, quinientos años más tarde, todavía se aprecian en las tradiciones indígenas actuales.

La visión del cuerpo que tienen los otomíes está asociada a elementos simbólicos que lo unen con el cuerpo amplio de la naturaleza (Galinier, 1997).

Medicina popular; curanderismo; etnomedicina

A medida que aumenta la inmigración desde los países en desarrollo hacia los desarrollados, es más probable que los médicos deban atender a pacientes con una gran variedad de creencias y prácticas médicas indígenas “poco científicas” (etnomedicina), que pueden parecerles extrañas, irracionales o simplemente erróneas y que impiden una atención sanitaria correcta. Es evidente que este hecho no debería ocurrir.

La biomedicina contemporánea es una variedad extremadamente refinada de medicina popular. Constituye una práctica tradicional en las naciones industrializadas occidentales, conlleva un inmenso peso emocional e intelectual y se basa en la ciencia empírica. La medicina popular depende igualmente de la observación empírica.

Las personas que han estado inmersas en la etnomedicina a lo largo de sus vidas, suelen mostrarse intimidadas o asustadas por la biomedicina. Al rechazar los médicos sus creencias tradicionales, es posible que los pacientes eviten recibir la atención biomédica que necesitan. Por ello, el cuidado óptimo se logrará al combinar la biomedicina y la etnomedicina. Esta situación obliga a una tolerancia frente al encuentro de culturas y a una comprensión de lo que es clave en los conceptos etnomédicos.

Los conceptos de salud, enfermedad y malestar son fundamentales en la biomedicina. Salud es un estado existencial de armonía bioorgánica, emocional y espiritual. Enfermedad es un estado anómalo de la salud, ocasionado por una disfunción inherente o por una invasión o exposición a algún agente externo. Malestar es la experiencia individual de la enfermedad. Estas definiciones varían según las distintas culturas.

La salud suele definirse en términos vivenciales o funcionales. La salud vivencial corresponde a la idea individual de salud (el sentido individual de adecuación y reacción al guión dictado por la sociedad), mientras que la salud funcional es el concepto de salud socialmente definido (la habilidad de cumplir con los papeles y obligaciones socialmente establecidos, p. ej., el trabajo, la paternidad). Ambas son independientes y a menudo tienen que ver con la salud individual que es capaz de hacer lo que el individuo quiere, incluso cuando lo que desea se halla definido por la cultura. Las descripciones que proporciona un paciente sobre su estado de salud deben basarse en cualquiera de estas definiciones y necesitan la comprobación de algún médico. Por ejemplo, un joven egipcio acude con hematuria producida por una esquistosomiasis. Puede ser que él considere la hematuria (menstruación masculina) como “normal” si no interfiere en su modo de vida habitual; es decir, considera que goza de buena salud. Por el contrario, el paciente puede estar físicamente sano pero no es capaz de afrontar los deberes impuestos por su cultura, de manera que se considerará a sí mismo enfermo. Por ejemplo, en algunas zonas de México, la carencia del suficiente dinero para hacer frente a las obligaciones sociales (debido a la pobreza o a un gasto excesivo) puede considerarse como una enfermedad, la “angustia por el dinero”.

La enfermedad puede definirse como el resultado de la disfunción orgánica o social o como una forma de inquietud individual o social. De todas maneras, los procesos físicos y sociales tienden a superponerse.

Los problemas sociales pueden considerarse manifestaciones de males con una clara causa popular. Además, los males orgánicos pueden interpretarse como la manifestación de un problema social subyacente. Por ejemplo, la familia emigra desde un ambiente rural hacia un entorno urbano en EE.UU. La hija pequeña presenta dolores abdominales, vómitos y fiebre. En lugar de buscar atención médica, la familia intenta buscar una causa popular, como la violación de algún tabú o algún descuido en las obligaciones rituales. La familia está más predispuesta a expiar los errores cometidos por su conducta que a buscar ayuda médica.

Los inmigrantes pueden simpatizar con la teoría humoral de la medicina y de las enfermedades (que es probablemente el esquema más universal) y que prevalece entre las culturas procedentes de África, India, el sudeste asiático, China, Japón, México y América Central y del Sur). Es habitual que se sienta que la salud es un equilibrio entre elementos “calientes y fríos”. El tratamiento puede basarse en opuestos (situaciones calientes pueden demandar una medicina fría), análogos (situaciones calientes obligan a usar una medicina caliente), o algún tipo de combinación. La “temperatura” de las medicinas se basa en una variedad de características; por ejemplo, algunas culturas del Oriente Medio consideran los anticonceptivos orales como calientes ya que detienen el flujo menstrual (secan el útero), mientras que otras culturas utilizan el color (las píldoras azules son frías). Por tanto, cuando se prescriben fármacos, ¿son aceptables su forma, color o método de administración? Si no es así (lo que puede conducir al incumplimiento de las instrucciones), ¿se puede prescribir algún otro tratamiento alternativo? Si el paciente está preocupado por el color, argumentar que, precisamente, este color es el responsable de que la píldora parezca mejor a los pacientes de EE.UU. (o de cualquier otro país desarrollado), o que bajo este recubrimiento de color el principio activo presenta un color neutro, puede lograr la cooperación del enfermo.

Aparte de las ideas sobre la causalidad, las ideas populares sobre el contagio pueden ser importantes en el tratamiento de los pacientes y en la prevención de enfermedades. En diversas zonas del mundo, los curanderos han introducido la teoría de los gérmenes en el repertorio de causas, aunque este hecho no posee las implicaciones que suponen en el mundo occidental respecto al contagio a partir de los gérmenes. En México, por ejemplo, algunos curanderos afirman que los gérmenes ocasionan las enfermedades, aunque a continuación no observan precauciones de asepsia en sus intervenciones (p. ej., vuelven a usar las agujas hipodérmicas, utilizan sin limpiar los mismos utensilios para diferentes pacientes, permiten que personas enfermas preparen comida) ya que creen que si Dios o los espíritus quieren que alguien enferme, nada puede hacerse para evitarlo. El contagio implica la transferencia de alguna esencia de una entidad a otra, a menudo mediante formas que parecen mágicas. De alguna manera está justificado, ya que lo mágico está relacionado con el mundo invisible. Los espíritus y los dioses, los gérmenes y virus son igualmente invisibles al ojo desnudo y un especialista debe emplear diversas tecnologías para revelarlos (tanto si requiere un microscopio de transmisión de luz como si se trata de estados de trance). Una vez identificado el agente causal, puede iniciarse el tratamiento. Así pues, el enfoque de las tecnologías tradicional y biomédica es similar en las formas e incluso en el contenido.

Diferencias de contenido más importantes entre los conceptos populares y biomédicos (etnofisiología) pueden afectar la asistencia sanitaria. Por ejemplo, al igual que ocurría con la hematuria en algunas comunidades egipcias, en algunos sitios se considera bastante normal la infección por Ascaris e incluso se piensa que es esencial para la digestión. Este concepto es análogo al papel nutricional de algunos componentes de la microflora GI según la biomedicina. Por ello, la erradicación es imposible desde un punto de vista cultural y generará resistencia. Además, si un paciente presenta problemas agudos debidos a los helmintos, se considerará que ya no actúa como un buen huésped. El paciente intenta apaciguar los gusanos, el médico intenta eliminarlos. Se puede encontrar un punto intermedio: si el paciente se ha convertido en un mal huésped, quizá los gusanos necesiten un incentivo (bajo la forma de un antihelmíntico) para mudarse.

Las ideas etnofisiológicas también pueden indicar los alimentos y tratamientos adecuados a impedir que pacientes debilitados tomen los fármacos que necesitan. Por ejemplo, un paciente anémico está débil y, por tanto (según la lógica popular), posee un estómago débil. Puede ser que rehúse tomar suplementos de Fe en comprimidos ya que el comprimido es fuerte y, por tanto, de difícil digestión. En este caso, se debe recetar un suplemento en forma líquida.

Las ideas populares sobre la fuerza se extienden hasta la fertilidad. Por ejemplo, en algunas zonas del sur de Asia se cree que la fuerza del óvulo disminuye durante el ciclo menstrual. Esta idea señala que es mejor tener relaciones entre los días 4 y 16 después de la menstruación, de manera que las parejas observan abstinencia desde el día 16 por miedo a engendrar un niño “débil”. Esta práctica dificulta la fertilidad, pero no es fácil convencer a la pareja de que tenga relaciones fuera de esta “ventana de fuerza”.

Varias ideas sobre la fuerza se refieren a la sangre. Diversas culturas (especialmente en Oriente Medio y en México) sostienen que los humanos tienen una cantidad de sangre fija, lo que hace difícil las extracciones sanguíneas para transfusiones o análisis. Poco se puede hacer, excepto pactar con el donante o con el paciente. Sin embargo, no es raro que el paciente acepte agradecido la transfusión (la sangre puede ser más valiosa que el oro). Pero también es posible que rechace la transfusión en razón de discutibles características morales, espirituales o étnicas del donante con la convicción de que son contagiosas. Deben individualizarse las explicaciones a cada enfermo.

Quizá el aspecto más frustrante de la medicina intercultural es el fenómeno de los síndromes dependientes de la cultura. No tienen una analogía clara en la biomedicina y, con mucha frecuencia, incluyen conceptos populares de causalidad. Suelen constituir factores habituales las causas sobrenaturales (p. ej., brujería, ataques de espíritus, pérdida del alma, quebranto de un tabú), las causas naturales (p. ej., el desequilibrio caliente/frío, la ingesta de comida ligera/pesada) o una combinación de ambas. Estos síndromes pueden parecer inverosímiles y mágicos, aunque pueden ser (y a menudo lo son) causa de muerte. Algunos se presentan de manera que, de algún modo, pueden remedar enfermedades biomédicas establecidas.

Una enfermedad del espíritu es una alteración del alma o del espíritu. Una fuerza espiritual externa (p. ej., un fantasma) penetra en un cuerpo, una parte del alma del paciente se pierde o es robada (susto) o la enfermedad es el justo castigo al quebranto de un tabú, de manera que se traumatiza de forma grave el alma del individuo, lo que produce la enfermedad.

Las enfermedades del espíritu son bastante comunes en África, Asia, Latinoamérica y en los grupos indígenas de Norteamérica. Entre los síntomas biomédicos típicos se incluyen convulsiones, estados de trance, amenorreas, fiebre, letargia y malestar. Los síntomas populares son miedo, indolencia y desventura.

Con frecuencia no puede encontrarse una explicación biomédica a estas alteraciones, que se muestran refractarias a los tratamientos biomédicos estándares. El tratamiento popular consiste en determinar el tipo de la enfermedad del espíritu, sus “agentes causales y operativos” y los pasos apropiados para restablecer el equilibrio social y religioso adecuado.

La causalidad supuesta señala el tratamiento más adecuado. Un inmigrante procedente de Latinoamérica que recibió un fuerte sobresalto puede padecer una pérdida del alma (susto). Ello puede manifestarse en forma de letargia, ansiedad, fiebre y malestar. Por tanto, puede pensarse que una víctima del “susto” padece déficit nutricionales, anemia o, incluso, un shock, aunque el tratamiento de estos síntomas no resolverá el problema subyacente. En otro ejemplo de “susto”, una persona puede ser víctima de un proyectil mágico (una intromisión invisible e imaginaria hacia el interior del cuerpo, que puede ocasionar reacciones locales, sistémicas o ambas). Una llaga que supura se puede imputar a tal proyectil. Un tratamiento antibacteriano producirá la remisión, pero la infección recidivará hasta que el objeto ofensor sea “sacado” por un hechicero. La escisión quirúrgica no es la solución.

Las enfermedades del espíritu (el “susto” es una de ellas) y las muertes del espíritu pueden tener sus análogos en la biomedicina. Los denominados males psicógenos o muerte psicógena reflejan el síndrome giving up/given up (dejando/dejado) en el que los pacientes que se sienten desamparados y desesperados desarrollan un síndrome de abstinencia/depresión que puede ser el factor desencadenante de enfermedades orgánicas o incluso conducir a la muerte. Si el espíritu y los achaques psicógenos son análogos, ambos sistemas de medicina comportan una base común.

Para el médico que debe enfrentarse a los síndromes relacionados con aspectos culturales, a la medicina humoral y a las ideas “singulares” sobre fisiología, la clave del éxito es la tolerancia y la aceptación de las variantes culturales sin prejuicios (relativismo cultural). Aunque no deba esperarse que los médicos conozcan los detalles de las diversas variantes de medicinas populares practicadas en todo el mundo, algunos factores son universales, lo que permite un enfoque común. En el curso de las entrevistas mantenidas con el paciente y su familia, se deben averiguar el país de origen, el tipo de medicina allá practicada y si el paciente participa de la vida de alguna comunidad de otros inmigrantes. Si éste fuera el caso, es posible ser que haya terapeutas populares (tradicionales) en dicha comunidad, lo que ofrecería la posibilidad de un tratamiento conjunto. Aceptar que el paciente se pueda beneficiar de las creencias en las prácticas de la medicina popular tradicional puede tener un efecto terapéutico y permitir el tratamiento biomédico necesario.

Si el objetivo es el mantenimiento de la salud o su retorno, deben emplearse todos los recursos disponibles. Si un paciente inmigrado acude con un síndrome atípico o si un síndrome, aparentemente fácil de diagnosticar, no responde al tratamiento estándar, hay que preguntar al paciente qué es lo que harían en su país de origen. Si la respuesta es la visita a un curandero, debe tenerse en cuenta la posibilidad de remitirlo a uno e incluso establecer contactos con él (si se establecen buenas relaciones entre ambos, éste puede ser un sistema para remitirse pacientes mutuamente, lo que redundará en una mejoría del cuidado de los pacientes). Esta situación obliga a una confianza y un respeto mutuos entre médicos, lo cual se facilita mediante una actitud que relativice, en lugar de estar repleta de prejuicios.

Guias del duelo: Aceptar la pérdida

EL DUELO – ¿porqué nos vinculamos a otras personas?

Los seres humanos tenemos una tendencia innata a establecer vínculos emocionales con otras personas. Así conseguimos la satisfacción de necesidades biológicas (hambre, sed, sexo), y psicológicas (protección, seguridad, afecto).
Estos vínculos se desarrollan a una edad temprana (aunque pueden hacerlo también en otros momentos), se dirigen a unas pocas personas específicas y tienden a perdurar durante gran parte del ciclo vital.

Si se ponen en peligro se producen intensas reacciones (llorar, coaccionar mediante el enfado…) que buscan su restablecimiento. Si observamos otras especies, vemos que no es precisamente infrecuente que respondan con agresividad a la separación de sus seres queridos. Normalmente, el despliegue de este repertorio de conducta suele ser útil y las cosas volver a su cauce. Sin embargo, a veces se produce una pérdida sin marcha atrás.

A pesar de que la pérdida sea irrecuperable, la persona intentará restablecer la relación. Y aquí viene el problema, cuando ya no es posible. Tendrá que aceptar y acostumbrarse a vivir sin esa persona, y eso lleva un tiempo. A este proceso de adaptación se le ha denominado duelo y es una de los períodos de crisis más intensos que puede experimentar una persona a lo largo de su ciclo vital.

¿Cómo se manifiesta?

SENTIMIENTOS

  1. Tristeza
  2. Enfado
  3. Culpa y auto-reproche
  4. Ansiedad
  5. Soledad
  6. Fatiga, apatía, indiferencia
  7. Impotencia
  8. Anhelo
  9. Liberación
  10. Alivio
  11. Insensibilidad

SENSACIONES FÍSICAS

  1. Vacío en el estómago
  2. Opresión en pecho o garganta
  3. Hipersensibilidad al ruido
  4. Sensación de irrealidad
  5. Falta de aire
  6. Debilidad muscular
  7. Falta de energía
  8. Sequedad de boca

COGNICIONES

  1. Incredulidad
  2. Confusión
  3. Preocupación
  4. Sensación de que esa persona está aquí
  5. Alucinaciones

CONDUCTAS

  1. Trastornos del sueño
  2. Comer demasiado o demasiado poco
  3. Conducta distraída
  4. Aislamiento social
  5. Soñar con él/ella
  6. Evitar recuerdos
  7. Buscar y llamar en voz alta
  8. Suspirar
  9. Hiperactividad
  10. Llorar
  11. Visitar lugares relacionados
  12. Atesorar sus pertenencias

¿Qué pasos tenemos que dar para superar la pérdida?

Aceptar que a partir de un determinado momento tenemos que renunciar a vivir con una persona que hasta entonces había sido una parte importante de nuestra vida no es fácil y suele llevar un tiempo considerable.
Una forma útil de ver el duelo es como un proceso que pasa por una serie de fases que hay que superar para poder volver a hacer una vida lo más normal posible sin la persona que desapareció. En síntesis estas fases son:
Aceptar que la persona ha desaparecido de su vida.
Asumir las emociones negativas que se producen.
Adaptarse a un medio en el que esa persona no está, y a las nuevas tareas que han surgido al dejar de desempeñarlas.
Recolocarla emocionalmente y continuar viviendo. Lo que suele llamarse “rehacer la vida”

¿Cuándo ha finalizado?

No hay un tiempo límite, cada persona necesita uno diferente.
Pistas:
Cuando ya se es capaz de pensar en la persona fallecida sin dolor intenso, aunque con tristeza.
Cuando el punto de interés vuelve a estar en la vida y las personas vivas

Guia del duelo: About Grief

About Grief 

Grief is the reaction people have to any loss in their lives. It includes a wide range of responses which vary with each person, the type of loss and its meaning to them, and their particular circumstances and experiences.
The death of a significant person in one’s life is a major loss but grief can be felt about many losses.
Examples include:

  1. the ending of a relationship
  2. moving or migrating
  3. losing a job, health, a pet, a role in life
  4. giving up something that mattered a lot
  5. losing a dream

Secondary losses

One loss can cause other secondary losses. These others may only become clear as time passes and may include:

  1. loss of income
  2. changed roles in the family
  3. loss of the family home
  4. loss of a planned future.

A loss, or something associated with the loss, may cause recurrent or on-going grief. Many things can be mixed up in people’s experience of loss and change and add to a sense of confusion. There can be good aspects or feelings as well as the pain and difficulties. Sometimes even changes that were wanted, such as a promotion, can also result in losses.

Grieving

When people grieve they are coming to terms with what has changed in their lives. At the same time, they are beginning to find new ways of going about their lives to cope with the gaps that the loss has created. This takes varying periods of time. The length of time is affected by things such as the significance of the loss and what other things happen to the person. It is not unusual for grief to be felt over an extended period of time, even up to several years.

The body’s response

Although each person will grieve in their own way, there is a general pattern. Following a loss, the person first may be stunned or distressed with the shock. The human body releases chemicals, such as adrenalin, in response to shock. These are to help with thinking, alertness and coping with pain. The person may have physical reactions such as sleeplessness, difficulty in sitting still or concentrating, loss of appetite, tummy upset, or even chest pains (which should be checked by a doctor). Often people can feel numb or as though they are on “automatic pilot”. They may do normal activities but not feel connected to the real world. Doing some physical activity may be helpful.

Thoughts and feelings

People experience a whole range of thoughts and feelings. These can be all mixed up together and even quite opposite to one another, for example, relief, guilt, laughter, anguish, anger. This storm of emotion comes and goes over time and varies with individual people as they are confronted with reminders of what they have lost and mourn for this. Loss of self esteem and confidence are common.

 

Initially 

In the beginning, most people have a sense of disbelief which they usually give up over time. Seeing the body and having a funeral play a part in how this happens.
The fact that people often cannot believe that it has really happened can be useful in protecting them from being overwhelmed by such a huge change in the way they have expected their life to go on.

Three to four months after the death

This may be a particularly low time. Society’s expectations are that bereaved people should be over their grief by this time and should be back to normal. But this is when the reality of the death is sinking in. The chemicals which support the body after a severe stress are starting to wear off, and the support of friends is dropping away. So bereaved people are often going through a very painful time emotionally when there is least support.

Coping

Most people will find themselves automatically expecting past things to happen again, and may have a need to keep some of these going for a while. But gradually most people begin to face the gaps in their daily lives and struggle to cope with the differences. They start to create a new life for themselves often while the old life and the person who was so much part of that life are mourned. Usually, this whole journey takes a large amount of effort, emotion and energy, but this may not always be seen. Sometimes they do not look after themselves and they may have little energy to reach out for what they need. Interested listening and practical help may be useful.

Later

But the confusion and pain should get less. Most people start to recognise they are having more frequent and longer times when they feel more energy and hope. They often recognise they have successfully survived a difficult time in their life and feel stronger. They may notice their memories are not as painful for as long, although this pain may never go away altogether. The length of time it takes to make this adjustment varies a lot, beginning in the early weeks and perhaps lasting up to several years.

 

Coping with Grief

Many people feel such intense emotional pain following a death that they wonder if they can survive. It may be hard to believe in the early days, but the pain does ease and thoughts about the person who has died become more comfortable and the happy memories are treasured.

Bereaved people may wonder how to get through their grief. The grief process is like a journey running from the starting point of bereavement to a new life. Progress is made through grief as the feelings are worked through. Freud called this grief work.

Some strategies for dealing with grief

Grief time
Some people find it helpful to spend fifteen to twenty minutes alone every day. They put on the answering machine so they won’t be disturbed. This time acts as a safety valve. In it they deal with any emotions they have stored up during the day.
There are different ways of grieving at these times: thinking, crying, praying, meditating, writing or drawing, talking to the dog!
Some people like to keep a diary. They write down their feelings and the memories of the loved one. They can then see how their grief changes over a period of weeks and months. This is proof of progress. If the diary is kept in a safe place the written memories become precious in the future. Alternatively some people feel more comfortable with pictures or diagrams.
Many people feel less alone by also grieving with other family members, including the children.

Tears
Many people find crying a relief. Rather than being an indication of weakness, tears are often a sign of strength and show that the bereaved person is prepared to work through their grief. Some people find it difficult to cry, and yearn for tears to release their grief.

Enlisting help
The process can seem long and lonely, so many people find someone whom they can confide in, for example, a relative or friend. Doctors or the local community health centre may be able to help in this way, or refer bereaved people to a specialist grief counsellor. Some people find the experience of another person who has been through a similar situation invaluable, and so contact a support group

Some other useful strategies

  1. Live a day at time
  2. Do something special for yourself every day
  3. Do not make any major decisions, such as selling the house, in the first year if possible

Some other strategies

  1. Talk to a caring friend, pastor or counsellor
  2. Join a bereavement support group
  3. Read books on grief.
  4. Write letters to the person you have lost to express your feelings or as a way of saying goodbye. You can then keep these in a safe place, or bury them under a bush you plant in their memory, or scatter the pieces in a significant place.
  5. Keep a journal as a record of your own journey of grief.
  6. Create a memorial for the person who died: plant a tree, create a memory book or photo album. Children often like to collect items for a memento box.
  7. Commemorate the person you lost on special days, such as birthdays, Christmas, Father’s Day. Light a candle, drink their favourite bottle of wine, talk about them. Then go and do something special for yourselves- you deserve it! Plan these activities with the rest of the family.

Self Care

Self care is important to prevent further stress to the body. The following have been found to be helpful in coping with grief:

  1. A regular daily routine. Have set times for getting up, meals and going to bed.
  2. A balanced diet. Include: breads and cereals; meat, fish and dairy products; fruit and vegetables.
  3. Avoid too much coffee and tea to help you sleep at night.
  4. Outdoor activities, such as going for a walk or gardening take you away from the stress, and refresh you mentally.
  5. Exercise, such as swimming, walking and team games, will produce chemicals called endorphins in the body which help to counteract depression and make you feel good. The exercise does not need to be strenuous. If you have doubts about your fitness consult your doctor.
  6. Relaxation: meditation, massage, music.
  7. A relaxing pre-sleep routine: winding down before bed and not watching television.
  8. Avoiding seeking relief through alcohol, smoking, medication and other drugs
  9. Consulting the doctor about physical symptoms, for a blood pressure check, for practical help, for medical certificates, and for help with the grief.

Be patient, tolerant and gentle with yourself as you grieve. It is important to seek professional help when you feel overwhelmed by your grief or memories.

No one has to bear it all alone. There is help available.

Helping the Bereaved 

Give:

  1. A good ear
  2. Time to really listen
  3. A hug where appropriate
  4. Continuing contact

What can help bereaved persons

  1.   Contact the person as soon as you hear of the death. Tell them you are sorry to hear of their loss, or send a card or flowers.
  2.   Maintain contact personally or by telephone, notes, cards. Visits need not be long.
  3.   LISTEN: This is possibly the most important thing you can do.
  4.   Talk about the person who has died.
  5.   Accept their behaviour ? crying, screaming, being quiet, laughing. Allow expressions of anger, guilt and blame.
  6.   Offer practical help, such as bringing in a cooked meal, taking care of the children, cutting the grass, shopping.
  7.   Really try to understand and accept the person. Everyone is different.
  8.   Indicate that grief takes time.
  9.   Include children in the grieving process.
  10.   Be sensitive about dates that might be upsetting or significant for the bereaved person, such as Christmas, anniversaries, birthdays, Father?s Day, etc.

What may not be helpful to bereaved persons 

  1. Avoiding talking about the person who died unless the bereaved person does so.
  2. Inhibiting them by offering advice.
  3. Stopping contact with the person if the going gets too heavy.
  4. Lectures or reasoning.
  5. Expecting or judging how it should be.
  6. Using clichés.
  7. False reassurance.
  8. Saying ?I know how you feel?.
  9. Trying to do everything for them.
  10. Comparing one loss to another.
  11. Describing the theory of grief.
  12. Taking the focus away from what they are saying.
  13. Equating a loss you have experienced to your friend?s loss.
  14. Giving details of your grief, unless the bereaved person finds this relevant to their situation

Alejandro Dumas – La mujer del collar de terciopelo

Alejandro Dumas
La mujer del collar de terciopelo
(Mil y un fantasmas)

ÍNDICE
I. EL ARSENAL
II. LA FAMILIA DE HOFFMANN
III. UN ENAMORADO Y UN LOCO
IV. MAESE GOTTLIEB MURR
V. ANTONIA
VI. EL JURAMENTO
VII. UNA BARRERA EN PARES EN 1793
VIII. DE CÓMO ESTABAN CERRADOS LOS MUSEOS Y LAS BIBLIOTECAS; PERO DE CÓMO ESTABA ABIERTA LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN
IX. «EL JUICIO DE PARIS»
X. ARSÈNE
XI. LA SEGUNDA REPRESENTACIÓN DEL «JUICIO DE PARIS»
XII. EL CAFETÍN
XIII. EL RETRATO
XIV. EL TENTADOR
XV. EL NÚMERO 113
XVI. EL MEDALLÓN
XV. UN HOTEL DE LA CALLE SAINT-HONORÉ

I. EL ARSENAL
El 4 de diciembre de 1846, mi navío se hallaba anclado en la bahía de Túnez desde la víspera; me desperté hacia las cinco de la mañana con una de esas impresiones de profunda melancolía que ponen los ojos húmedos y el pecho hinchado para todo un día. Esa impresión procedía de un sueño.
Salté al pie de mi catre, me puse un pantalón, subí al puente y miré al frente y a mi alrededor. Esperaba que el maravilloso paisaje que se desarrollaba ante mi vista apartase mi espíritu de esa preocupación, más obstinada precisamente porque tenía una causa menos real.
Delante de mí tenía, a tiro de fusil, la escollera que se extendía desde el fuerte de la Goulette al fuerte del Arsenal, dejando un estrecho paso a los navíos que quieren penetrar desde el golfo al lago. Este lago, de aguas azules como el azul del cielo que reflejan, era agitado en ciertos lugares por el batir de alas de una bandada de cisnes, mientras sobre las estacas plantadas de trecho en trecho para indicar bajos fondos, se mantenía inmóvil, semejante a uno de esos pájaros que se esculpen sobre las sepulturas, un cormorán que de pronto se dejaba caer en la superficie del agua con un pez atravesado en el pico, tragaba ese pez, volvía a subirse a su estaca, y recuperaba su taciturna inmovilidad hasta que un nuevo pez que pase a su alcance solicite su apetito y, dominando su pereza, le haga desaparecer de nuevo para volver a aparecer a poco.
Y mientras tanto, cada cinco minutos el aire era cruzado por una hilera de flamencos cuyas alas de púrpura destacaban sobre el blanco mate de su plumaje y, formando un cuadrado, parecían un juego de cartas compuesto por el as de diamante únicamente, y volando en una sola línea.
En el horizonte estaba Túnez, es decir, un montón de casas cuadradas, sin ventanas, sin aberturas, subiendo en forma de anfiteatro, blancas como la tiza y destacándose sobre el cielo con una nitidez singular. A izquierda, como una inmensa muralla almenada, se elevaban las montañas de Plomo, cuyo nombre indica ya su tinte sombrío; a su pie se arrastraban el morabito y la población de Sidi-Fathallah; a la derecha se distinguía la tumba de San Luis y el lugar en que estuvo Cartago, dos de los mayores recuerdos que existen en la historia del mundo. Detrás de nosotros se balanceaba, anclado, el Montezuma, magnífica fragata a vapor con una fuerza de cuatrocientos cincuenta caballos.
Desde luego, había en todo aquello motivos para distraer la imaginación más preocupada. A la vista de todas aquellas riquezas, se hubiera olvidado la víspera, el día presente y el día siguiente. Pero mi espíritu, a diez años de allí, estaba fijo de forma obstinada sobre un solo pensamiento que un sueño había clavado en mi cerebro.
Mi mirada se quedó clavada. Todo aquel espléndido panorama se fue borrando poco a poco en la vaguedad de mis ojos. Pronto no vi ya nada de lo que existía. La realidad desapareció; luego, en medio de aquel vacío nubloso, como bajo la varita de un hada, se dibujó un salón de artesonados blancos, en cuyo fondo, sentada ante un piano por cuyas teclas erraban negligentemente sus dedos, estaba una mujer inspirada y pensativa a la vez, una musa y una santa. Reconocí a la mujer y murmuré como si pudiera oírme:-Yo os saludo, María, llena de Gracia, mi espíritu está con vos.
Luego, sin intentar resistir a aquel ángel de alas blancas que, devolviéndome a los días de mi juventud, y como una visión encantadora, me mostraba aquella casta figura de joven, de mujer joven y de madre, me dejé llevar por la corriente de ese río que se llama la memoria y que remonta al pasado en lugar de descender hacia el futuro.
Entonces me sentí dominado por ese sentimiento tan egoísta y, por consiguiente, tan natural al hombre, que le impulsa a no guardar su pensamiento para él solo, a duplicar la extensión de sus sensaciones comunicándolas, y a derramar, finalmente, en otra alma el licor dulce o amargo que llena su ánimo.
Cogí una pluma y escribí:
A bordo del Véloce, a la vista de Cartago y de Túnez. 4 de diciembre de 1846 Señora:
Al abrir una carta datada en Cartago y en Túnez, se preguntará quién puede escribirle desde semejante lugar, y espera recibir un autógrafo de Régulo o de Luis IX. ¡Ay, señora’, el que escribe desde tan lejos, su humilde servidor a sus pies, no es ni un héroe ni un
santo, y si alguna vez se ha parecido algo al obispo de Hipona, cuya tumba visité hace tres días, sólo a la primera parte de la vida de ese gran hombre pueda aplicarse el parecido. Cierto que, como él puede redimir esa primera parte de la vida con la segunda. Pero ya es demasiado tarde para hacer penitencia, y, según todas las posibilidades, morirá como ha vivido, sin atreverse siquiera a dejar tras él sus confesiones que, en rigor, pueden dejarse contar, pero que apenas se pueden leer.
Ha corrido usted ya a la firma, ¿no es cierto, señora? y ya sabe quién le escribe; de suerte que ahora se pregunta cómo, entre este magnífico lago que es la tumba de una ciudad, y el pobre monumento que es el sepulcro de un rey, el autor de los Mosqueteros y del MonteCristo ha pensado en escribirle, precisamente a usted, cuando en París, a su alcance, se queda a veces un año entero sin ir a verla.
Ante todo, señora, París es París; es decir, una especie de torbellino donde se pierde la memoria de todas las cosas, en medio del ruido que provoca el mundo corriendo y la tierra girando. En París, yo ando como el mundo y como la tierra; corro y giro, sin contar que, cuando no giro ni corro, escribo. Pero entonces, señora, ocurre otra cosa: cuando escribo ya no estoy separado de usted más de lo que usted piensa, porque usted es una de esas raras personas para las que escribo, y es muy extraordinario que no me diga cuando acabo un capítulo del que estoy contento, o un libro que es bienvenido: Marie Nodier, ese espíritu raro y encantador, leerá esto; y me siento orgulloso, señora, porque espero que después de haber leído lo que acabo de escribir, tal vez yo crezca algunos centímetros en su pensamiento.
Volviendo a mi pensamiento, señora, esta noche he soñado, no me atrevo a decir que en usted, sino de usted, olvidando el oleaje que balanceaba un gigantesco navío que balanceaba un gigantesco navío a vapor que el gobierno me presta, y en el que doy hospitalidad a uno de sus amigos y a uno de sus admiradores, a Boulanger y a mi hijo, además de Giraud, Maquet, Chancel y Desbarolles, que figuran en el número de sus conocidos; me dormí, decía, sin pensar en nada, y como casi estoy en el país de Las mil y una noches, un genio me ha visitado y me ha hecho entrar en un sueño cuya reina era usted. El lugar a que me condujo, o más bien me llevó, señora, era mucho más que un palacio, era mucho más que un reino; era esa hermosa y excelente casa del Arsenal, en la época de su alegría y de su felicidad, cuando nuestro bienamado Charles hacía en ella los honores con toda la franqueza de la hospitalidad antigua, y nuestra muy respetada Marie con toda la gracia de la hospitalidad moderna.
Ah, créame, señora, que al escribir estas líneas acabo de dejar escapar un gran suspiro. Esa época fue para mí una época feliz. Su espíritu encantador se daba a todo el mundo, y a veces, me atrevo a decirlo, a mí más que a cualquier otro. Ya ve que es un sentimiento egoísta lo que me acerca a usted. Yo me llevaba algo de su adorable alegría, como el guijarro del poeta Saadi se llevaba una parte del perfume de la rosa.
¿Se acuerda del traje de arquero de Paul?¿Se acuerda de las zapatillas amarillas de Francisque Michel? ¿Se acuerda de mi hijo vestido de descargador? ¿Se acuerda del rincón donde estaba el piano y donde usted cantaba Lazzara, esa maravillosa melodía que usted me prometió y que, dicho sea sin reproches, nunca me ha dado?
Ya que apelo a sus recuerdos, vayamos más lejos todavía: ¿Se acuerda de Fontaney y Abed Johannot, esas dos figuras veladas que siempre permanecían tristes en medio de nuestras risas, porque hay en los hombres que deben morir jóvenes un vago presentimiento de la tumba? ¿Se acuerda de Taylor, sentado en un rincón, inmóvil, mudo y pensando en un nuevo viaje, durante el que poder enriquecer Francia con un cuadro español, un bajorrelieve griego o un obelisco egipcio? ¿Se acuerda de Vigny, que en esa época tal vez dudaba de su transfiguración y todavía se dignaba mezclarse en la multitud de los humanos? ¿Se acuerda de Lamartine, de pie delante de la chimenea, y dejando rodar hasta los pies de usted la armonía de sus hermosos versos? ¿Se acuerda de Hugo mirándole y escuchando como Eteocles debía mirar y escuchar a Polinices, el único entre nosotros con la sonrisa de la igualdad en los labios, mientras la señora Hugo, jugando con sus hermosos cabellos, estaba a medias recostada sobre el canapé, como fatigada por la parte de gloria que le tocaba?
Luego, en medio de todo esto, su madre, tan sencilla, tan buena, tan dulce; su tía, la señora de Tercy, tan ingeniosa y tan acogedora; Dauzats, tan fantástico, tan hablador, tan dicharachero; Barye, tan aislado en medio del ruido que su pensamiento siempre parece enviado por su cuerpo a la búsqueda de una de las siete maravillas del mundo; Boulanger, hoy tan melancólico, mañana tan jovial, siempre tan gran pintor, siempre tan gran poeta, siempre tan buen amigo en su alegría como en su tristeza; luego, por último, esa niñita que yo recogía en el hueco de mis brazos y que ofrecía como una estatuilla de Barre o de Pradier, ¡Oh , Dios mío, ¿qué ha sido de todo esto, señora?
El señor ha soplado sobre la clave de bóveda, y el edificio mágico se ha desmoronado, y los que lo poblaban han huido, y todo está desierto en ese mismo lugar donde antes todo estaba vivo, abierto, floreciente.
Fontaney y A~ed Johannot están muertos, Taylor ha renunciado a los viajes, De Vigny se ha vuelto invisible, Lamartine es diputado, Hugo par de Francia, y Boulanger, mi hijo y yo estamos en Cartago, donde la veo a usted, señora, al soltar ese gran suspiro de que le hablaba hace un momento, y que a pesar del viento que arrastra como una nube la humareda moviente de nuestro navío, no volverá a atrapar nunca esos queridos recuerdos que el tiempo de alas sombrías arrastra silenciosamente en la bruma grisácea del pasado.
¡Oh, primavera, juventud del año! ¡Oh, juventud, primavera de la vida!
Pues bien, ése es el mundo desvanecido que un sueño me ha devuelto, esta noche, tan brillante, tan visible, pero al mismo tiempo, ¡ay f, tan impalpable como esos átomos que bailan en medio del rayo de sol infiltrado en una cámara sombría por la abertura de una contraventana entreabierta.
Y ahora, señora, ¿verdad que ya no se asombra usted de esta carta? El presente zozobraría sin cesar si no fuera mantenido en equilibrio por el peso de la esperanza y el contrapeso de los recuerdos, y por suerte o por desgracia tal vez, yo soy de aquellos en quienes los recuerdos prevalecen sobre las esperanzas.
Ahora hablemos de otra cosa; porque está permitido ser triste, pero a condición de no entristecer a los demás. ¿Qué hace mi amigo Boniface?¡Ay , hace ocho o diez días visité una ciudad que le valdrá muchos castigos cuando encuentre su nombre en el libro de ese
maldito usurero que se llama Salustio. Esa ciudad es Constantina, la antigua Cirta, maravilla construida en lo alto de una roca, sin duda por una raza de animales fantásticos con alas de águila y manos de hombre, como Herodoto y Levaillent, esos dos grandes viajeros, la vieron.
Luego, pasamos un poco a Utica, y mucho a Bicerta. En esta última ciudad, Giraud ha hecho el retrato de un notario turco, y Boulanger de su pasante. Se los envío, señora, a fin de que pueda compararlos con los notarios y los pasantes de París. Dudo mucho que sea ventajosa para estos últimos.
En cuanto a mí, me caí al agua cazando flamencos y cisnes, accidente que, en el Sena, probablemente helado en este momento, habría podido tener molestas consecuencias, pero que, en el lago de Catón, no ha tenido más inconveniente que hacerme tomar un baño completamente vestido, y esto para gran asombro de Alexandre, de Giraud y del gobernador de la ciudad, que desde lo alto de una terraza seguían nuestra barca con la mirada, y que no podían comprender un suceso que atribuían a un acto de mi fantasía y que no era otra cosa que la pérdida de mi centro de gravedad.
Me tiré como los cormoranes de que hace poco le hablaba, señora; como ellos desaparecí, como ellos volví a la superficie; aunque, a diferencia de ello, no traje un pez en el pico.
A los cinco minutos ya no pensaba en el lance, y estaba seco como el señor Valéry: fíjese cuál habrá sido la complacencia del sol al acariciarme.
Querría, señora, doquiera esté usted, llevar un rayo de este hermoso sol, aunque no fuera más que para hacer brotar en su ventana una planta de myosotis. Adiós, señora, perdóneme esta larga carta; no estoy acostumbrado a hacerlas, y como el niño que se defendía de haber hecho el mundo, le prometo que no volveré a hacerlo; pero, también, ¿por qué el conserje del cielo se ha dejado abierta esa puerta de marfil por la que salen los sueños dorados?
Reciba, señora, el homenaje de mis sentimientos más respetuosos.
ALEXANDRE DUMAS. Un cordial apretón de manos para Jules.
Y ahora, a qué viene esta carta completamente íntima? Para contar a mis lectores la historia de la mujer del collar de terciopelo, tenía que abrir las puertas del Arsenal, es decir, de la morada de Charles Nodier.
Y ahora que esa puerta me ha sido abierta por la mano de su hija, y que, por consiguiente, estamos seguros de ser bien recibidos, «quien me ame que me siga».
En uno de los extremos de París que continúa al muelle Célestins, adosado a la calle Morland, y dominando el río, se alza un gran edificio sombrío y triste de aspecto llamado el Arsenal.

Taller sobre prevención en farmacodependencia

TALLER SOBRE PREVENCIÓN EN FARMACODEPENDENCIA

PROGRAMA

1. PRESENTACIÓN PERSONAL

PLAN DE TRABAJO : Explicación de la actividad a realizar, distribución de tiempo.

OBJETIVO GENERAL : Centrar la posición del grupo frente a problemática de la farmacodependencia partiendo de la ubicación de cada integrante en su situación particular : entorno social, familiar, escolar para realizar un planteamiento de alternativas de solución y un compromiso en torno a esta problemática.

2. SONDEO : Preguntas que apunten a evaluar el conocimiento que se tiene sobre el tema.

? ¿Qué entiende cada uno de ustedes por prevención ?
? ¿Qué entiende cada uno de ustedes por fármaco ?
? ¿Qué entiende cada uno de ustedes por dependencia ?
? ¿Qué entiende cada uno de ustedes por farmacodependencia ?
? ¿Qué es un factor de riesgo ?

3. MARCO TEÓRICO

PREVENCIÓN

?ES MEJOR HACER ALGO AHORA ANTES DE QUE EL PROBLEMA APAREZCA?.

La prevención es un conjunto de acciones que tiene como objetivo fundamental el mejoramiento de la persona.

Todo trabajo preventivo tiene dos aspectos, siendo uno específico y otro general. El aspecto de la prevención específica es lo que queremos conseguir de forma efectiva y directa, por ejemplo, prevenir la droga, deshidratación, poliomielitis,  sarampión, etc. El aspecto de la prevención en general es el conjunto de técnicas de concienciación, movilización y participación comunitaria y social, difusión de comunicación e información de interés social que sirve de base y estructura para cualquier clase de prevención específica.

Al realizar prevención a cualquier problema específico, estamos auxiliando o preparando el camino para la ejecución de prevención de otros problemas.

Cualquier trabajo de prevención implicará siempre el crecimiento y desarrollo del ser humano.

Así pues, al hacer prevención a las drogas estamos realizando o auxiliando la prevención de los problemas de sexualidad, delincuencia, problemas físicos y mentales.

LA PREVENCIÓN DEBE HACERSE EN LA PRÁCTICA COTIDIANA. NO HAY EXPERTOS, ES UNA PRODUCCIÓN COLECTIVA.

¿QUÉ ES UN FÁRMACO ? 

Se entiende por fármaco o droga toda sustancia que, introducida en el organismo vivo, puede modificar una o más funciones.

DEPENDENCIA PSÍQUICA 

Estado en el que un fármaco produce una sensación de satisfacción y un impulso psíquico que lleva a tomar periódicamente el fármaco para experimentar placer o para evitar un malestar.

DEPENDENCIA FÍSICA   

Estado de adaptación que se manifiesta por la aparición de intensos trastornos físicos cuando se interrumpe la toma de un fármaco. Estos trastornos, es decir el síndrome de interrupción o abstinencia se manifiesta en forma de un conjunto de síntomas y signos de naturaleza psíquica y física que son característicos de cada tipo de fármaco.

TOLERANCIA 

Es la necesidad de aumentar progresivamente la dosis de la droga para obtener la misma acción.

FARMACODEPENDENCIA 

Estado psíquico y a veces físico causado  por la interacción entre un organismo vivo y fármaco, la farmacodependencia se caracteriza por modificaciones del comportamiento y por otras reacciones que incluyen siempre un impulso irreprimible a tomar el fármaco en forma continua o periódica a fin de experimentar sus efectos y a veces para evitar el malestar producido por la privación. La dependencia puede ir acompañada o no de la tolerancia.

FACTOR DE RIESGO   

Circunstancia o evento de naturaleza biológica, psicológica o social cuya presencia o ausencia modifica la probabilidad de que se presente un problema.

Los problemas de salud no corresponden a una sola causa. Éstos se producen por la combinación de la multiplicidad de factores de riesgo de diferente índole.

La distribución de los factores de riesgo en la población explica por que unos individuos son farmacodependientes y otros no.

La prevención implica que se actúe sobre los factores de riesgo modificándolos.

Hay dos formas de saber si una situación determinada es un factor de riesgo.

Estableciendo una asociación del factor de riesgo con el problema. Observando en la experiencia, si la presencia de un factor de riesgo precipita la enfermedad.

Por ejemplo : 

COMERCIO DE ALCOHOL Y OTRAS DROGAS —————————————–EL DESEMPLEO
NARCOTRÁFICO  FUENTE DE INGRESOS ———————————DESARRAIGO CULTURAL

Éstos dos factores relacionados con la estructura económica hacen que se de la existencia de nuevos valores en la sociedad : Agresividad, individualismo, etc.

Otro ejemplo, que tiene que ver con los factores de riesgo relacionado con las características individuales :

INCAPACIDAD DE EXPRESAR    ————————————————-CONSUMO HABITUAL DE
SENTIMIENTOS EN FORMA ADECUADA                                              CIGARRILLO Y/O LICOR

A nivel de la familia, las dificultades de comunicación, la falta de figura masculina, autoritarismo y castigo, padres consumidores de alcohol y otras sustancias, sobreprotección, rechazo, automedicación en la familia.

4. ACTIVIDAD : LECTURA DE CASO ?EMPECÉ CON LA MARIHUANA?

Reunir a los integrantes en subgrupos para la realización de la lectura. (Entregar una copia por grupo). Posteriormente se planteará un cuestionario que contiene preguntas generales que pueden relacionarse con la lectura, para ser discutidas finalmente en la plenaria general.

? ¿Qué haríamos para ayudar a una persona que tiene dificultades con las drogas ?
? ¿Qué sentimos y que pensamos cuando leímos el caso ?
? ¿Qué reflexión podemos extraer de la lectura realizada ?

EMPECÉ CON LA MARIHUANA

?Mis primeras experiencias con las drogas, igual que les ocurre a la mayoría de los adictos que pasan por los centros de tratamiento, fue con la marihuana. Cuando la usé por primera vez estaba acompañado de una hermana. Recuerdo que fue una noche del cual me tuvieron que sacar reventado de la risa en pleno aguacero.

Pero la segunda vez, la cosa no me pareció tan simpática y la que creí que sería una noche fantástica terminó en un centro policlínico.

Todo el día había pensado en lo divertido que sería aquello. Escogí el mejor libro de Kafka, compré marihuana y esperé que llegara la noche. Entonces empecé el ritual : me puse la piyama, doblé muy bien la sobrecama, preparé el cigarrillo, cogí el libro, me metí debajo de las cobijas, me di unas cuantas fumadas y comencé a leer.

Al cabo de un rato me di cuenta que no podía avanzar en la lectura y mis ojos y mi mente se quedaron patinando en un párrafo del texto en el cual se cuestionaba el sentido de la existencia del hombre. Intenté seguir pero fue imposible.

Cerré la obra y quise poner mi mente en blanco, pero los pensamientos empezaron a acelerarse y las imágenes se sucedían unas tras otras. Me tapé con la almohada, di mil vueltas en la cama y cada vez me sentía peor. Pensé en salir a la calle, pero recordé que la puerta ya estaba cerrada con llave y yo había perdido las mías, lo que implicaba despertar a alguien que ya estaba dormido.

Entonces empecé a pasearme por el cuarto y me cogió una claustrofobia espantosa. La habitación se me hacía cada vez más pequeña y decidí que la única salida era llamar a mi hermana que estaba en el piso de arriba. Bajó y quise contarle lo que me pasaba, pero ella, además de escucharme, no sabía que hacer. Me tomaba el pulso, me daba palmaditas en el hombro y mi cabeza seguía dando vueltas hasta que por allá apareció mi mamá preguntando que era lo que pasaba.

Aquello fue peor, se me desencadenó una cuestión religiosa con la presencia de mi mamá, no se si fue que ella invocó al sagrado corazón de Jesús o que paso, en todo caso toda la historia de mi vida se me vino a la mente y empecé a recordar las historias de los muertos que escuchábamos en la infancia.

Se me bajo la presión y mi hermana decidió que habría que llamar a un médico vecino. Pero mi mamá se opuso : ¿Qué le vamos a decir, que su hijo había fumado marihuana y se estaba enloqueciendo ?. ¡Ni riesgos!. Entonces se formó un verdadero caos, vino la discusión, se aceleró mi angustia y todo aquello terminó en policlínica, donde los médicos tuvieron que aplicarme un calmante.

Ahora que soy adicto rehabilitado en una comunidad terapéutica, después de haber pasado muchos años de la vida en la droga, me doy cuenta de que la mayoría de los jóvenes empiezan su adicción en la marihuana como lo hice yo. No es frecuente encontrar reportes tan dramáticos como el de mi primer encuentro con ésta droga pero son espantosamente angustiosos los casos que se desencadenan después, cuando esta hierba abre las puertas a un mundo de descalabros.

Es todo caso, si bien la marihuana no produce los terribles efectos del bazuco o la heroína, de ninguna manera puede negarse el poder nefasto de ésta droga por el daño ético y social que sufre quién la usa.

Todos sabemos que es común en el farmacodependiente la presencia de estragos psíquicos y sociales como el deterioro de su voluntad, la orientación de su conducta hacia la inmoralidad y la antisociabilidad en general?.

5. ACTIVIDAD : REALIZACIÓN DE UNA SÁBANA DE MENSAJES PREVENTIVOS

Se realiza una especie de sábana con mensajes preventivos creados por los alumnos y se expone en un lugar visible del colegio.

6. CUESTIONARIO

? ¿Quiénes cree usted son los más afectados por el problema de las drogas ?
? ¿Cuáles consideran son las drogas de más abuso ?
? ¿Qué acciones de han adelantado para enfrentar el problema ?
? ¿Qué programas de prevención conoces ?
? ¿Cuáles consideran son las principales causas sociales, psicológicas, familiares de la farmacodependencia ?
? Enumere por los menos dos consecuencias que aparecen por el consumo de drogas a nivel familiar, social, físico y psicológico
? ¿Considera usted que la influencia que ejerce una persona sobre otra puede llevar al consumo de droga ?. ¿Porqué ?. ¿Qué alternativa de solución  sugiere para éste factor ?

7. ACTIVIDAD INDIVIDUAL : REALIZAR UN ESCRITO DEL TEMA

Se realizará de forma individual un escrito acerca de la prevención en farmacodependencia de tipo reflexivo para evaluar los resultados obtenidos con el trabajo.

CRONOGRAMA

MARZO 27 / 2000

1. PRESENTACIÓN PERSONAL
2. SONDEO
3. MARCO TEÓRICO

ABRIL 24 / 2000
4. LECTURA DE CASO

MAYO 8 / 2000
5. REALIZACIÓN DE SÁBANA DE MENSAJES PREVENTIVOS

MAYO 22 / 2000
6. CUESTIONARIO
7. ACTIVIDAD INDIVIDUAL : ESCRITO

Taller sobre el perdón

EL PERDÓN

Para comprender en realidad el significado del perdón es necesario tener claridad sobre tres aspectos fundamentales :

1. ¿Qué no es el perdón ?
2. ¿Qué emoción se esconde en las actitudes de resentimiento ?
3. ¿Cuáles son las ganancias secundarias ?

Pasaremos a detallar cada uno de ellos

? Perdonar no significa justificar comportamientos inaceptables.
? No es hacer como que todo va bien cuando sientes que no es así.
? No es adoptar una actitud de superioridad o farisea.
? No significa que debas cambiar tu comportamiento.
? No implica que te comuniques verbal y directamente con la persona a la que has perdonado.

Generalmente detrás del  ?resentimiento – odio? se encuentran subterráneas dos o mas de las emociones básicas (ira, tristeza, miedo). Las dificultades para reconocerlas suelen hallarse en experiencias tempranas que en ocasiones no se recuerdan, pero siguen influyendo en las relaciones actuales, generando ciclos estables de comportamiento.

En ocasiones el medio familiar no permitió la sana expresión, por ejemplo, del miedo o la ira por lo que aprendemos a estar resentidos, recogiendo momentos de dolor, actuando de forma negativa y estableciendo juicios a priori sobre los comportamientos de los demás.

Un niño que necesita de la aprobación de otro para sobrevivir, generalmente padre y madre, comienza a estructurar el mundo a partir de la percepción de éste. Si le quitaban un juguete y no tenía derecho a manifestar la rabia porque eso es feo, por que los niños bonitos no son groseros, etc. ; decide aislarse, llorar y ver negativamente el mundo, generalizando estos comportamientos y provocando en muchos casos dificultades en el estado de ánimo. Es por éstas razones que se hace necesario reconocer la emoción básica, aceptarla, entender la funcionalidad de la estrategia utilizada, darse cuenta de que en la actualidad ya no tienen el mismo valor y cambiar los mecanismos empleados, especialmente por medio de la comunicación.

Algunas de las ganancias secundarias que obtenemos mediante el resentimiento son :

? Permaneces resentido por que eso te da la sensación de tener más poder y dominio.
? Usas el resentimiento a modo de impulso y combustible para conseguir que se hagan las cosas.
? Lo utilizas para controlar a los demás.
? Lo utilizas para evitar la comunicación.
? Lo utilizas para sentirte a salvo, te parece que te sirve de protección.
? Lo usas como una forma de afirmar que tienes razón.
? Lo utilizas para hacer que los demás se sientan culpables.
? Lo utilizas para evitar emociones que encubre.
? Lo utilizas para aferrarte a una relación.
? Lo utilizas para mantenerte en el papel de víctima.
? Continuas sintiendo rencor para no responsabilizarte de lo que sucede actualmente en tu vida o de lo que sientes.

NOTA : Apuntes tomados del texto ?Perdonar? de Robin Casarjin.

OBJETIVOS

? GENERAL :

Facilitar a  los participantes del taller una visión teórica y práctica sobre el perdón.

? ESPECÍFICOS :

? Diferenciar las causa que conducen a las personas a entrar en ?resentimiento? y comprender su funcionalidad.
? Presentar elementos teóricos fundamentados en que no es el perdón.
? Exponer las fichas de reflexión.
? Proponer ejercicios relacionados con el perdón a si mismos y a los demás.

METODOLOGÍA

Taller reflexivo ( preferiblemente un grupo que no exceda de 10 personas).

ACTIVIDADES

?   Ejercicio de la lectura previa acerca del perdón (Anexo No. 1).
?   Ejercicio de relajación (la que usted considere más indicada).
?   Pauta de reflexión (Anexo No. 2).
?   Ejercicio del perdón escogiendo a una persona en particular (Anexo No. 3 ó 4).
?   Retroalimentación.

ANEXO No. 1

PERDONAR

?… Perdonarnos a nosotros mismos consiste en parte en ir más allá de los juicios y las percepciones que nos limitan y nos encierran en la inseguridad… sólo requiere un cambio de percepción, otra manera de considerar a las personas y circunstancias que creemos que nos han causado dolor y problemas?.

?… El perdón es una decisión, la de ver más allá de los límites de la personalidad de otras personas, de sus miedos, idiosincrasia, neurosis y errores, la decisión de ver una esencia pura, no condicionada por historias personales, que tiene una capacidad ilimitada y siempre es digna de respeto y amor, es una actitud que supone estar dispuesto a aceptar la responsabilidad de las propias percepciones, comprendiendo que son opciones, no ?hechos subjetivos?.

ANEXO No. 2

REFLEXIÓN

Haz una pausa de unos pocos minutos y piensa en alguna ocasión en que te hayas enfadado… ¿Cómo te sentías ?. O si en esos momentos la cólera te invade, toma conciencia de como te sientes… Ahora, respira hondo y adéntrate en tus sentimientos… ¿Qué ves bajo tu rabia ? …¿Ves miedo, tristeza, inseguridad, desamparo, impotencia, sientes que te han herido o abandonado ?… Mira aún más profundamente. Bajo ese miedo, esa frustración y/o esa tristeza ¿Hay un ruego a alguien de que te preste atención, de que te escuche ?, ¿Hay una petición consciente o inconsciente, de respeto, reconocimiento, interés o amor ?.

ANEXO No. 3

NOTA : Trabajar con el padre y/o la madre.

REFLEXIÓN

Piensa algo que deseas recibir de tu madre, por ejemplo : amor, aceptación, aprobación, afecto…  Imagínate que estás con ella… Acuérdate de respirar. Ahora dile que deseas que te dé… ?Mamá (o como quieras que la llames), lo que deseo de ti es… ?. Haz una lista de todo lo que necesitas hasta sentir que ya no queda más… Respira hondo, después dile : ?Mamá, ya no te hago responsable de darme… (lo que sea que hayas puesto en la lista)?.

Ahora imagínate que estás con tu padre y repite el ejercicio con él.

Taller de tolerancia en adultos

TALLER DE TOLERANCIA EN ADULTOS

PROPÓSITO

Ser un elemento útil y práctico para el trabajo del maestro en la realización de escuelas de padres y otras actividades con adultos.

JUSTIFICACIÓN

En la vida diaria, nos encontramos con el factor de la intolerancia, manifestada a través de diversas actitudes que tienen las personas. La intolerancia es generadora de violencia, agresividad, impulsividad, dificultades en las relaciones interpersonales, etc.

Éste taller pretende hacer consientes a las personas que lo realicen, de la importancia de la tolerancia como elemento primordial para un mejor vivir y de alguna manera, contribuiremos con la disminución de la agresividad en nuestro medio.

OBJETIVO GENERAL

Brindar un espacio donde el adulto tenga la oportunidad de expresar y recibir pensamientos y sentimientos que pongan a prueba su tolerancia.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

? Aclarar el concepto de tolerancia.

? Sensibilizar el grupo de personas sobre la importancia de la tolerancia en nuestro medio.

? Incrementar niveles de tolerancia.

METODOLOGÍA

Este tema pretende ser un taller teórico – práctico, que brinde elementos y conocimientos sobre el tema de la tolerancia en adultos.

MARCO TEÓRICO

La tolerancia es una actitud que fundamentalmente se basa en el respeto por el otro, que el otro es en sí mismo diferente de mi y por lo tanto, piensa y siente de manera diferente.

Esa tolerancia va dirigida a la dignidad del ser humano y a la libertad de pensamiento, de conciencia, de expresión, de elecciones, de religión, de cultura, etc.

La intolerancia es una manera de rechazar al otro, ya sea por lo que es o por lo que representa. Manifiesta una incapacidad de manejar la diferencia.

Algunas manifestaciones de intolerancia pueden ser las formas de injusticia, formas de opresión fundadas sobre una autoridad déspota.

La tolerancia no significa ceder en todo lo que el otro propone o estar de acuerdo en todos los aspectos de una situación.

ACTIVIDADES

? Actividad No. 1

Esta actividad podrá ser realizada en un grupo de personas que se conozcan entre si.

Objetivo

Aprender a tolerar el hecho de que nos digan las cosas que hacemos que no le agradan a la otra persona.

Recursos

? Persona que dirige el taller.
? Miembros del grupo.

Metodología

1) Las personas forman un semicírculo.

2) Luego, cada uno va a decirle a la persona de su izquierda cuales son las diferentes cosas que no le agradan o le molestan de él.

3) Luego se hará una retroalimentación para analizar que sintió y como reaccionó frente a esas determinadas críticas que le fueron hechas.

Duración : 1 hora.

? Actividad No. 2

Esta actividad puede ser realizada en un grupo de personas que no se conozcan entre si.

Recursos

? Persona que dirige el taller.
? Miembros del grupo .
? Pequeña piedra.

Metodología

1) Las personas formarán un círculo.
2) Luego cada uno se va a meter una pequeña piedra en su zapato y tendrá que caminar durante dos minutos con ella adentro.
3) Luego se hará una retroalimentación para hablar sobre que sintieron y si toleraron o no la molestia de la piedra dentro de su zapato.

Duración :  1hora.

Ve a las personas como seres bondadosos y bellos, aun cuando den la impresión de que se esfuerzan en no parecerlo.

No temas a los desacuerdos y las discusiones, pues las únicas personas que no discuten son las que no se preocupan por nada o están muertas. De hecho no sostengas discusiones breves ; asegúrate de terminarlas en forma definitiva.

Reconoce la calidad humana de la otra persona.

Ve las críticas como algo positivo, ya que conducen a una autoevaluación. Siempre estarás en la libertad de rechazarlas si son injustas o si no vienen al caso.

Aprende a escuchar. No aprenderás nada si te escuchas hablar a ti mismo.

Lo que aprendes acerca de ti mismo te ayudará infinitamente a tratar de comprender a los demás.

Encontrarás gente que habla mucho, gente que habla una cosa y hace otra, haciendo de la incoherencia su contexto habitual. No te compliques vinimos a la tierra a jugar, no a juzgar.