Yálemos
Discurso Fúnebre y Libro de Los Muertos
Yálemo: Mit. griega. Hijo de Apolo y de la musa Calíope. Es la personificación del triste lamento que se entonaba por los muertos, por lo que pasaba por ser el creador del género poético correspondiente (“Yálemos” o “Jálemos”). Se le considera como hermano de Orfeo y de Himeneo, la personificación del canto nupcial.
No podré morir con lo que de la vida sueño, pero podré vivir con lo que de la muerte sueño: Un despertar (montedeoya, Madrid, 1996)
Estimado amigo:
Los Necrosales (discurso fúnebre y libro de los muertos) se apoyan en una única convicción: la persistencia del Hombre, consciente, autónomo y vivo, más allá de la muerte de un cuerpo físico, y su único objetivo es facilitar su desenvolvimiento tras la muerte del cuerpo físico. La verdad que ellos exponen, reclaman y celebran es propiedad de todos; no pertenecen o están adscritos o son parte alguna de ninguna religión en particular, aunque pueden ser un complemento de cualquier rito fúnebre de cualquiera de ellas. Esta verdad (que para la gran mayoría sólo podrá ser comprobada tras su muerte) es, más que confortante y esperanzadora, una obligada cita con nuestra más íntima verdad: el reconocimiento de nuestro verdadero Ser, de la herencia que a todos pertenece: nuestra inmortalidad más allá de la carne.
Su lectura pretende ayudar, tanto a nosotros mismos (reforzar nuestra consciencia del Ser, nuestra inmortalidad y nuestra comunión con todos los Seres Humanos) como a aquellos que han muerto para nuestro mundo (ayudarles a “despegarse” de sus ataduras físicas y a reconocer su verdad y permanencia más allá de la muerte del cuerpo físico).
Su estructura está desarrollada de la siguiente manera:
1º Una ceremonia inicial de apertura que permita “armonizar” y “sintonizar” los pensamientos y deseos con el sentir de los necrosales y la importancia y gravedad del aspecto a tratar. Deberá ser celebrada en las primeras 24 horas de acaecida la muerte y puede ser incorporada a cualquier ceremonia fúnebre tradicional.
2º Una selección de 22 Necrosales (12 Iniciales y 10 Ceremoniales Clásicos) que podrán ser incluidos en la parte final de la ceremonia (uno, dos, tres o cuantos deseen los familiares o el lector encargado en caso de ausencia de éstos; esto vale para todos los demás necrosales excepto para los rituales).
3º Una selección de 20 Necrosales Directores para atraer la atención del fallecido (Ser, Ente, Alma, Espíritu, Esencia, Yo superior; deberá elegirse la palabra que más se acomode a las creencias de la familia o del fallecido); elegir un número suficiente acorde con las creencia expresadas por el fallecido o por la familia; cuanto mayor haya sido (o sea) el rechazo a una “vida más allá de la muerte” más oportuno será elegir un número mayor de estos necrosales.
4º Una selección de Necrosales Especiales distribuidos de la siguiente forma:
A. 10 necrosales en caso de muerte por suicidio.
B. 10 necrosales en caso de muerte múltiple.
C. 5 necrosales en caso de muerte y ausencia del cuerpo físico o cadáver.
D. 5 necrosales en caso de muerte de un desconocido (“NN” o “no name”).
E. 5 necrosales en caso de muerte de un personaje famoso.
5º Una selección de 10 Necrosales para el Duelo (período de aflicción o tristeza que sigue a la pérdida de un ser querido).
6º 3 series de 7 Necrosales Rituales para ser leídos por 6 personas y de frecuencia diaria.
Tanto los necrosales directores como los especiales se deberán empezar a leer al terminar la ceremonia; los necrosales para el duelo son para leerlos durante este período (cuantas veces se desee y el tiempo que se desee).
Las 3 series de 7 necrosales rituales deberán ser leídos un mínimo de 3 veces diarias; aunque idealmente se requieren 6 personas para su lectura -y el que empieza deberá terminar su lectura en cada serie-, podrán ser leídos por cualquier número de personas inferior a 6; en caso de ser el número mayor de 6, los demás acompañarán al grupo de 6 leyéndolos en voz baja. Este grupo de personas “lectoras” de necrosales rituales día a día son conocidas como el “Club de Lectores”.
Espero que estos 108 necrosales sean de vuestro beneficio y del de vuestros seres queridos.
montedeoya (J. Montoya Carrasquilla)
Nishamakarma – Madrid, 1996
Fuente: http://necrosales.homestead.com/index.html