Respaldo de material de tanatología

Evangelio Jn 14, 1-6

Evangelio Jn 14, 1-6 No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios,
creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas. De lo
contrario, ¿os hubiera dicho que voy a prepararos un lugar? Cuando me
haya marchado y os haya preparado un lugar, de nuevo vendré y os
llevaré junto a mí, para que, donde yo estoy, estéis también vosotros.
Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.
Tomás le dijo:
?Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podremos saber el camino?
?Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida ?le respondió Jesús?;
nadie va al Padre si no es a través de mí.

eticay valores

Hoy en día los valores están de moda ¿por qué será? aunque quizá no sea esta la palabra más adecuada. Mas bien habría que decir que los valores están de actualidad. La palabra “moda” indica algo que prevalece y que cae; en cambio los valores no pasan y caen sino que o se actualizan o bien dejan de estar en la actualidad. Si pasado un plazo de tiempo esos valores dejan de estar ahí no es porque hayan dejado de tener importancia sino que sencillamente han perdido notoriedad. Por ejemplo: el valor de la solidaridad no hace mucho estuvo en la palestra a raíz de la campaña del 0´7, ahora que ya ha pasado la campaña no es que el valor solidaridad haya pasado de moda sino que ya no está en la actualidad diaria como lo estaba; pero su importancia sigue estando ahí y los países del tercer mundo siguen necesitando nuestra ayuda.

Por tanto no hay valores de moda sino valores que relucen más que otros; en buena medida porque nosotros necesitamos unos valores más que otros.

Los valores morales son un claro ejemplo de lo que estamos diciendo ya que siempre han estado ahí en cambio ahora salen a la palestra con una especial intensidad y así vemos que por todas partes llueven los cursillos de educación en valores, ¿a qué es debido? Creo que nos hemos ido percatando en la actualidad de lo necesitados que andamos de ellos en el conjunto de nuestra sociedad y en el conjunto de nuestra vida, forman parte de nuestra vida y nos ayudan simplemente a ser humanos. ética y humanidad andan bastante de la mano como también andan de la mano ética y religión, que uno sepa si no hay persona humana no puede haber religioso/a.

Cuando hoy en día se habla tanto de la educación en valores es porque nos estamos dando cuenta de lo bajos que andamos en valores morales o en valores humanos que para el caso es lo mismo.

Y ¿qué ocurre con el resto de valores? Los estéticos, los religiosos, los intelectuales, los útiles… están ahí y no dejan de ser esenciales pero sin duda que son los morales los que nos permiten ordenar los restantes de una forma ajustada a las exigencias de nuestra naturaleza o de nuestro ser personal, ya que los valores morales actúan como integradores de todos los demás y no como sustitutos de ellos.

Pero a todo esto no hemos dicho aún lo que es un valor y ya va siendo hora de hacerlo.

Lo primero que hay que decir es que el terreno de los valores es un tanto escurridizo ya que los valores son cosas difíciles de precisar. Por eso hay que recurrir a los ejemplos. Todos sabemos más o menos lo que es un adjetivo; es lo que acompaña al nombre mostrándole o calificándole. Pues bien un valor es algo que acompaña siempre a lo bueno y así decimos que lo bueno tiene valor y lo malo no. Después vendrá la traducción de ese valor. Cómo se patentiza o se concreta ese valor, lo cual nos llevaría a hablar de la norma en cuanto expresión del valor. La normatividad forma parte de nuestra vida precisamente porque necesitamos valores y puesto que los valores muchas veces se nos escurren y no atisbamos a verlos es por lo que necesitamos de la norma; pero toda norma responde a algún valor hasta el punto de que, valga la redundancia, una norma sin valor es una norma sin valor.

Volviendo un poco al tema tendríamos que decir con Ortega que cuando nos enfrentamos a las cosas, no solo hacemos con respecto a ellas operaciones intelectuales, como comprenderlas, compararlas o clasificarlas sino que también las estimamos o desestimamos, las preferimos o las relegamos; es decir: las valoramos. Por eso uno de los problemas más serios en torno a los valores es si son reales o los inventamos. Es decir ¿un valor es en sí valioso o es valioso porque lo deseamos? Ya que hablamos de la solidaridad: ¿la solidaridad, es en sí valiosa y por eso deseamos construir un mundo solidario, o por el contrario son algunas personas las que han decidido que la solidaridad sea un valor?

Realmente tendremos que decir que los valores valen y por eso nos atraen y nos complacen, no son una pura creación subjetiva. Consideramos buenas aquellas cosas que son portadoras de algún tipo de valor, como es el caso de una melodía hermosa o el de una propuesta liberadora. Y las consideramos buenas porque descubrimos en ellas un valor y no por que decidamos en nuestro fuero interno dárselo. Ahora bien para que esos valores salgan a la palestra tendrá que intervenir un sujeto humano que los capte, de ahí que la creatividad humana sea también conformadora de la realidad ya que ayuda a dar a luz valores y formas de percibir valores. Dependerá de esa intervención del sujeto humano la captación de unos valores y no de otros.

Lo que si debemos hacer es no confundir valor y precio. Normalmente estamos demasiado habituados a poner precio a las cosas y al final acabamos pensando que no sólo fijamos su precio sino también su valor y ahí está el error porque un precio si que podemos ponerlo pero un valor no. Por tanto tendremos que decir que los valores son cualidades o adjetivos reales de las personas, las cosas, las instituciones y los sistemas.

Por tanto cuando se habla de crisis de valores ¿qué se quiere decir? ¿no será acaso que se está cambiando en cuanto a la manera de estimar? Es como si tuviéramos que cambiar de muebles ya que los que tenemos se nos han quedado anticuados o inservibles. Cuando nos decidimos a cambiar es cuando notamos la importancia que tienen para nuestra vida ¿podemos vivir sin muebles? Ciertamente podríamos pero que inhumano y que incómodo sería. Pues así sería nuestra vida sin valores o pensemos sino, en un mundo sin generosidad, sin armonía, sin lealtad…

Otro problema que se nos puede plantear es el de la visibilidad. Que uno sepa, los valores no se ven, luego estamos hablando de cosas in visibles lo que no quiere decir que sean irreales. Qué decir, dado el caso, de la “elegancia”, nosotros podemos apreciar la forma, el color, pero ninguno de nuestros sentidos: vista, oído, olfato… nos permite captar la elegancia, la captamos en la medida que contamos con una capacidad distinta de los sentidos que nos permite captar la elegancia y esta es precisamente la capacidad de valorar.

Un aspecto también a tener en cuenta en lo referente a los valores es su polaridad. Los valores son polares al modo positivo-negativo. Todo valor tiene su correspondiente antivalor: justicia-injusticia, igualdad-desigualdad, utilidad-inutilidad, belleza-fealdad, agilidad-torpeza, salud-enfermedad…

Por último destacar que hay valores y valores. Hay valores que humanizan, sin ellos nuestra humanidad se degrada, mientras que hay valores que son deseables. Así, es deseable que una persona sea simpática a que no lo sea, pero en cambio no es deseable que una persona sea hipócrita, porque la hipocresía no es una peculiaridad más del carácter, sino una característica que lo deshumaniza. Luego serán morales aquellos valores que nos humanizan, aquellos de los que no podemos prescindir si queremos seguir siendo humanos. En cambio hay otros valores que son simplemente deseables. El que todo el mundo sea hermoso es deseable pero nadie pierde cotas de humanidad porque no sea hermoso. Igualmente, si nos encontramos a alguien que desprecia la justicia seguramente pensaremos que a esa persona le falta humanidad y que no aspirar a la justicia significa perder humanidad. Pues bien, de alguna manera los valores morales son aquellos que nos permiten crecer en humanidad y viceversa, carecer de valores humanos supone carecer de aquello que hace nuestra vida más humana y es por ello por lo que son reguladores del resto de valores.

Al finalizar estas breves líneas simplemente constatar lo ya dicho, que estamos en un terreno resbaladizo y que hoy en día todo el mundo habla de valores aunque en el fondo nadie sepa muy bien qué es un valor y para qué sirve, incluso las mentes más conspicuas.