Respaldo de material de tanatología

Diabetes: preocupación grave de salud para los hispanos

De: Alias de MSNManuel4893 (Mensaje original) Enviado: 12/11/2005 18:53

Diabetes: Por favor, d?mosle la importancia que tiene.

Reci?n perd? a un ser muy querido por esta condici?n. Parec?a tan saludable… fue tan r?pido todo… ceguera parcial, fallo renal, pancreatitis… muerte.

Demasiado r?pido a la percepci?n, pero fue atacando lentamente antes de que se manifestaran todos los s?ntomas.


Diabetes: preocupaci?n grave de salud para los hispanos
11/12/2005
http://www.atanay.com/noticia.aspx?n=3870 ReginaldoAtanay@verizon.net
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S?ntoma de diabetes
Los dietistas dicen que se necesita m?s conciencia sobre la conexi?n entre la enfermedad y los dem?s des?rdenes de salud
Northridge, California-Hispanic PR Wire & www.atanay.com-La diabetes es una preocupaci?n de salud grave para los hispanos y ocurre a edades m?s j?venes para los latinos que para el resto de la poblaci?n. La asociaci?n de diabetes de Estados Unidos llamada American Diabetes Association declara que m?s de dos millones de latinoamericanos tienen diabetes y la ocurrencia de diabetes tipo 2 es casi dos veces m?s alta entre los hispanos que entre los blancos no hispanos.
Aunque la mayor?a de los latinos est? conciente de la enfermedad, muchos no se han dado cuenta que la diabetes viene acompa?ada con otros des?rdenes de la salud, tales como enfermedad del coraz?n, infartos, alta presi?n de la sangre, ceguera y enfermedad de los ri?ones.

?A mi madre la diagnosticaron con diabetes el a?o pasado y aprendi? que el mal manejo de la enfermedad puede llevar a la mala circulaci?n, ceguera, amputaciones y enfermedades del sistema nervioso?, dijo Sandra Marin, M.P.H., dietista registrada y asesora experta de Nature Made Wellness Advisor. “Sugiero que los diab?ticos deben seguir los consejos del doctor, comer porciones adecuadas de alimentos, hacer ejercicio regularmente y complementar una dieta saludable con antioxidantes.

?Tambi?n es importante que vean a los profesionales del cuidado de la salud adecuados en forma regular para mantener la salud general. Adem?s, recomiendo que los pacientes tomen la iniciativa de educarse sobre la enfermedad haciendo preguntas, viendo sitios Web confiables y que participen activamente en la comunidad de la diabetes?.

La diabetes es una enfermedad en la que el cuerpo no produce o no usa adecuadamente la insulina que es una hormona necesaria para convertir az?car, almidones y otros alimentos en la energ?a necesaria para la vida diaria.
Tambi?n puede aumentar el riesgo de problemas del coraz?n y aumentar el estr?s oxidativo que hace que el cuerpo sea m?s susceptible a la enfermedad.
Para manejar la enfermedad los diab?ticos deben seguir una dieta equilibrada y saludable para conseguir los elementos nutritivos esenciales que pueden estar faltando debido a la carga que la enfermedad coloca en la salud del cuerpo.
Como parte del mes de la conciencia sobre la diabetes o Diabetes Awareness Month, Marin ha proporcionado las siguientes ideas sobre las condiciones m?s comunes que acompa?an la diabetes:

El n?cleo del asunto
Simplemente el ser diab?tico aumenta el riesgo de problemas del coraz?n significativamente. Los latinos con diabetes tienden a tener mucho peso y tienen tendencia a la alta presi?n de la sangre y mayores niveles de colesterol.
La diabetes tambi?n puede hacer que se angosten los vasos sangu?neos o que se cierren produciendo un bloqueo o una disminuci?n del flujo en la sangre en el cuerpo. Se produce un ataque al coraz?n cuando un vaso sangu?neo que va al coraz?n se bloquea. Para ayudar a mantener un coraz?n saludable los adultos deben hacer ejercicio por lo menos tres veces a la semana y escoger una dieta m?s saludable con productos verdes llenos de nutrici?n, vegetales con hojas y granos enteros y porciones m?s peque?as.
Seguir el flujo
La disminuci?n del flujo de sangre o la mala circulaci?n asociada con la diabetes contribuye a una condici?n llamada neuropat?a que es da?o a los nervios, lo que lleva a la falta de sensibilidad y cosquilleo en las manos, piernas y pies.
El mantenerse activo mantiene la sangre circulando.
Alrededor de 10.000 pasos al d?a es el equivalente a la recomendaci?n del m?dico director nacional de salud de hacer 30 minutos de ejercicio diario. As? pues, a moverse se ha dicho.
Preoc?pese de la salud de los ojos
Cuando las az?cares en la sangre no est?n controladas la tasa de estr?s oxidativo aumenta. Como resultado los diab?ticos tienen tendencia a tener problemas de los ojos incluso la glaucoma, cataratas, degeneraci?n macular y retinopat?a, una complicaci?n ?nica de la diabetes que ocurre cuando la presi?n alta por la az?car da?a a los vasos capilares peque?os en la retina. La beta carotina que se encuentra en las zanahorias, camotes y mangos ayuda a mantener los ojos fuertes.
Los latinos con diabetes deben trabajar con un m?dico general, un educador certificado en diabetes para aprender el cuidado personal, un dietista registrado para ayudarles a dise?ar un plan de alimentos que sea bueno para ellos y un oftalm?logo para que los examine para ver si tienen retinopat?a diab?tica.

La Diabetes Quita 8 años de Vida

De: Alias de MSNTanato?tica49 (Mensaje original) Enviado: 18/06/2007 15:31

LA DIABETES QUITA 8 A?OS DE VIDA Una investigaci?n reciente se?ala que tambi?n aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca

HealthDay News/Dr. Tango — Una investigaci?n reciente se?ala que un diagn?stico de diabetes implica perder en promedio ocho a?os de esperanza de vida. Adem?s, el estudio hall? que es m?s probable que los diab?ticos desarrollen enfermedad cardiaca m?s pronto que los que no son diab?ticos. “Tener diabetes a los cincuenta a?os o despu?s no s?lo representa un aumento significativo en el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y mortalidad sino una p?rdida importante de la esperanza de vida y en que ?sta est? libre de enfermedad cardiovascular”, asegur? el Dr. Oscar H. Franco, autor l?der, de Centro m?dico universitario de R?tterdam, Pa?ses Bajos, y de Unilever Corporate Research, Sharnbrook, Inglaterra. La mayor?a de los diab?ticos, cerca del 95 por ciento, sufre el tipo 2 de la enfermedad gluc?mica relacionada con la obesidad. Eso significa que “la prevenci?n de la diabetes es una tarea fundamental que enfrenta la sociedad de hoy que propende por lograr una poblaci?n que viva m?s tiempo y m?s saludablemente”, asegur? Franco. Su equipo public? sus hallazgos en la edici?n del 11 de octubre de Archives of Internal Medicine.

En el estudio, el grupo de Franco recolect? datos sobre m?s de 5,200 hombres y mujeres estadounidenses que participaron en el estudio permanente Framingham del coraz?n. Se le dio seguimiento hasta que desarrollaron enfermedad cardiaca o murieron. Adem?s, los investigadores anotaron si los pacientes ten?an diabetes.

Seg?n el estudio, las mujeres diab?ticas ten?an m?s del doble de riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca que las mujeres que no ten?an diabetes. Adem?s, las mujeres que ten?an diabetes que ya ten?an enfermedad cardiaca ten?an m?s del doble de probabilidades de morir comparadas con las mujeres que no ten?an diabetes. Entre los hombres, los investigadores hallaron que los diab?ticos tambi?n ten?an el doble del riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca y se enfrentaban a un riesgo 1.7 veces mayor de muerte luego de desarrollar problemas cardiacos, en comparaci?n con los hombres que no ten?an diabetes. Entre los que ten?an 50 a?os o m?s, los hombres viv?an en promedio 7.5 a?os menos que los que no ten?an diabetes y las mujeres diab?ticas vivieron en promedio 8.2 a?os menos. El grupo de Franco inform? adem?s que la esperanza de vida sin enfermedad cardiaca continu? reduci?ndose en 7.8 a?os en los hombres diab?ticos y en 8.4 a?os entre las diab?ticas, en comparaci?n con los que no ten?an diabetes. “Teniendo en cuenta que el tratamiento de la diabetes y sus complicaciones representan al menos el 10 por ciento de los gastos de atenci?n de la salud en muchos pa?ses, prevenir efectivamente la diabetes no s?lo implicar? un aumento en la esperanza de vida y en la cantidad de a?os libres de enfermedad cardiovascular, sino que tambi?n podr?an representar ahorros importantes para la atenci?n de la salud, al menos en cuanto a los costos m?dicos directos”, asegur? Franco.

Un experto considera que el estudio refleja los peligros que acarrea la diabetes y la necesidad de hacer m?s esfuerzos por prevenir y controlar la enfermedad. “Es aleccionador pensar en la cantidad de a?os de vida perdidos”, asegur? el Dr. Larry Deeb, presidente de medicina y ciencia de la American Diabetes Association. “Deber?amos poder reducir el riesgo cardiovascular porque podemos manejar mejor la diabetes actualmente, pero no es as?”. Deeb considera que los hallazgos reciente resaltan los resultados tr?gicos de no controlar la enfermedad. “Este es un argumento contundente para los que tienen diabetes, que hay que controlarla”, asegur?.

FUENTE: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_50816.html (*Estas noticias no estar?n disponibles despu?s del 10/09/2007)

Temas relacionados: Diabetes – http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/diabetes.html

Ser Enfermera

De: Alias de MSNMyrna67582 (Mensaje original) Enviado: 09/09/2006 12:52

Compartiendo una lectura que enviaron.

SER ENFERMERA
Tereza Leopardi*

Para ser humano es necesario no descubrir…
la intimidad que quiere ser preservada,
el cuerpo revelado en la desnudez no consentida,
?El alma escondida en la aceptaci?n de lo necesario!

Para ser humano es necesario no consentir…
el dolor que angustia el cuerpo y el alma
en la oscuridad de lo desconocido,
?en la frialdad de los corredores de hospital!

Para ser humano es necesario encontrar…
el camino que nos deja seguir al lado de alguien,
la palabra que revela los iguales en la relaci?n
?el mirar que desnuda el alma, como una se?al!

Para ser humano es necesario entrar…
de cuerpo y alma en la tarea del cuidado,
con manos y sentimientos, para deshacer el dolor,
?con coraz?n y sabidur?a, para enfrentar lo incierto!

Para ser humano es necesario revelar…
el dolor que hunde el pecho cuando se ve al dolor,
la impotencia expuesta cuando no hay nada que hacer,
?el error, hijo de esa humanidad!

Para ser humano es necesario disfrutar…
el placer del bien cotidianamente hecho,
el aliento de cada nacimiento, de cada alta,
?la ansiedad deshecha, cuando lo peor ya pas?!

Para ser humano es necesario emocionarse…
y aplaudir, a?n si a la platea no le interes?,
seguir esta pasi?n cuando todas ellas huyen,
?ser enfermera es opci?n, no ha de ser sumisi?n!

*Es doctora en enfermer?a, profesora jubilada del Departamento de Enfermer?a de la Universidad de Santa Catarina. Autora de diversos libros de investigaci?n y teor?a de Enfermer?a. Un ser humano iluminado, que hace con que si?ntame muy orgullosa de ser su amiga. Texto retirado del Libro Enfermer?a y el Arte de Cuidar, traducido para el espa?ol por Zuila Carvalho .

Trasplante de Corazón

De: Alias de MSNNer?n9 (Mensaje original) Enviado: 20/10/2006 12:03

Hola a todos mis compa?eros listeros:

Os pido un favor, alguien tiene informaci?n sobre las etapas que pasan los pacientes antes y despu?s de un trasplante de coraz?n? O de cualquier otro tipo de trasplante? Lo necesito para una investigaci?n que estamos llevando a cabo sobre los conflictos que estos pacientes sufren a trav?s de su vivencia y luego con sus familiares.

Gracias por la ayuda que puedan brindar.


De: Alias de MSNtanatoetica Enviado: 23/10/2006 13:14

Estimado Ner?n: Disculpa la tardanza, ahora es que estoy verificando los mensajes.

Estas personas reaccionan igual que a las personas que se les diagnostica una enfermedad terminal. El sufrimiento, el dolor f?sico, la p?rdida de la salud? Adem?s de la negaci?n, la ira, la depresi?n, es com?n el alejamiento del mundo que lo rodea y el apagamiento de la afectividad. Conversa poco, rechaza a los seres queridos, duerme m?s tiempo, se despreocupa de todo, no quiere que lo perturben. Da la sensaci?n de estar sumergido en un mundo aparte. ?sta es una experiencia solitaria de introspecci?n, reflexi?n, revisi?n de la existencia, b?squeda del sentido y preparaci?n. Estas experiencias psicol?gicas deben ser reconocidas y respetadas. Adem?s, se debe tranquilizar al paciente en el sentido de que nunca ser? abandonado.

En 1981 Ari?s expres? que las actitudes cambian con el tiempo y reflejan los temores, las esperanzas, las expectativas, la conciencia comunitaria y tambi?n individual de la muerte. De manera que con los avances de la ciencia, estas personas tienen m?s esperanzas…

Luego del trasplante: personalmente repito la experiencia de recibir comentarios de que sienten que est?n en una “segunda vida” luego de que reciben el trasplante y continuan con los chequeos m?dicos.

Espero haberte ayudado en algo. Un abrazo, Myrna

Te incluyo un art?culo:

Diariomedico.com > Especialidades > Psiquiatr?a

24 de noviembre de 2004 – Covadonga D?az. Oviedo

La psiquiatr?a de enlace reduce complicaciones postrasplante – La morbilidad psicopatol?gica aumenta en los mayores de 65 a?os ingresados en un centro hospitalario, que, seg?n algunos estudios, puede rondar el 40 por ciento. La atenci?n psiqui?trica puede reducir parte de dichas alteraciones y mejorar el pron?stico.

El 30 por ciento de los pacientes que ingresan en un hospital presentan alg?n tipo de patolog?a psiqui?trica y de ellos el 10 por ciento con una relevancia suficiente como para requerir una atenci?n especializada. La patolog?a m?dico-quir?rgica en las ?reas de trasplantes, oncolog?a y cardiovascular presenta frecuentemente una comorbilidad psiqui?trica asociada que empeora su evoluci?n y requerir?a atenci?n desde la conocida como psiquiatr?a de enlace, disciplina infrautilizada que puede reducir el riesgo de complicaciones postrasplante hasta un 30 por ciento. As? se ha puesto de manifiesto en el I Simposio Nacional sobre Factores Psicol?gicos y Trastornos Mentales Asociados a Enfermedades M?dico-Quir?rgicas, organizado por el Hospital Central de Asturias, en Oviedo, y en el que se hizo referencia a la psiquiatr?a de enlace como un paso m?s en la integraci?n de la atenci?n a la salud mental en el sistema sanitario general para tratar los problemas emocionales que pueden acompa?ar a cualquier patolog?a.

La morbilidad psicopatol?gica se incrementa en los mayores de 65 a?os ingresados en hospitales, que algunos estudios cifran en tasas de un 40 por ciento.

La indicaci?n de un trasplante o el padecimiento de un proceso cardiovascular u oncol?gico da lugar a una gran morbilidad que hace al paciente m?s vulnerable ante cualquier trastorno de orden ps?quico o psiqui?trico. La presencia de esta disfunci?n mental tiene una incidencia clara en el pron?stico de la patolog?a primaria.

As? lo ha se?alado Jos? Garc?a, jefe de Servicio de Psiquiatr?a del Hospital Universitario Central de Asturias, quien se ha referido a las complicaciones postinfarto asociadas a la depresi?n.

En este sentido, ha explicado que el trabajo de los servicios de salud mental reduce la morbilidad y mejora la evoluci?n.

En el caso de los trasplantes, el 20 por ciento de los fracasos se producen por adherencia inadecuada al tratamiento. Y para evitar este incumplimiento el apoyo psiqui?trico y psicol?gico es una cuesti?n clave. As?, cuando se cuenta con dicha asistencia el riesgo de complicaciones postrasplante se reduce hasta un 30 por ciento, seg?n datos facilitados por Beatriz Camporro, coordinadora de Salud Mental del ?rea de Oviedo.

Una de las mesas del simposio ha estado centrada en los aspectos psicosociales y psicopatol?gicos en los paciente sometidos a trasplante. En ella Jos? Carlos Mingote, jefe de secci?n del Servicio de Psiquiatr?a del Hospital Doce de Octubre, de Madrid, ha destacado la importancia de efectuar una exhaustiva valoraci?n del paciente en la fase previa al trasplante para poder realizar as? una tarea de prevenci?n y anticipar posibles s?ntomas que aparecer?n tras la intervenci?n.

En este sentido, el psiquiatra ha precisado que los pacientes con una personalidad pasiva, dependiente y m?s agresiva son los que requerir?n tambi?n una atenci?n m?s intensa por ser los que presentan m?s riesgo de desarrollar complicaciones.

Declaracion de derechos humanos

TEXTO DE LA DECLARACION

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intr?nseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;
considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; y que se ha proclamado como la aspiraci?n m?s elevada del hombre el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;
considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un r?gimen de derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebeli?n contra la tiran?a y la opresi?n;
considerando tambi?n esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;
considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres; y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto m?s amplio de la libertad;
considerando que los estados miembros se han comprometido a asegurar, en cooperaci?n con la Organizaci?n de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo de los derechos y libertades fundamentales del hombre; y considerando que una concepci?n com?n de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno conocimiento de dicho compromiso;

La Asamblea General proclama la presente ?Declaraci?n universal de los derechos humanos? como ideal com?n por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que, tanto los individuos como las instituciones, inspir?ndose constantemente en ella, promuevan, mediante la ense?anza y la educaci?n, el respeto a estos derechos y libertades y aseguren, por medidas progresivas de car?cter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicaci?n universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los estados miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicci?n.

ART?CULOS

Art?culo I
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como est?n de raz?n y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Art?culo II
I. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaraci?n, sin distinci?n alguna de raza, color, sexo, idioma, religi?n, opini?n pol?tica o de cualquier otra ?ndole, origen nacional o social, posici?n econ?mica, nacimiento o cualquier otra distinci?n. II. Adem?s, no se har? distinci?n alguna fundada en la condici?n pol?tica, jur?dica o internacional del pa?s o territorio de cuya jurisdicci?n dependa una persona, tanto si se trata de un pa?s independiente, como de un territorio bajo administraci?n fiduciaria, no aut?nomo o sometido a cualquier otra limitaci?n de soberan?a.

Art?culo III
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Art?culo IV
Nadie estar? sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos est?n prohibidas en todas sus formas.

Art?culo V
Nadie ser? sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Art?culo VI
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jur?dica.

Art?culo VII
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinci?n, derecho a igual protecci?n de la ley. Todos tienen derecho a igual protecci?n contra toda diferenciaci?n que infrinja esta Declaraci?n y contra toda provocaci?n a tal discriminaci?n.

Art?culo VIII
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constituci?n o por la ley.

Art?culo IX
Nadie podr? ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Art?culo X
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser o?da p?blicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinaci?n de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusaci?n contra ella en materia penal.

Art?culo XI
I. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio p?blico en que se le hayan asegurado todas las garant?as necesarias para su defensa. II. Nadie ser? condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueren delictivos seg?n el derecho nacional o internacional. Tampoco se impondr? pena m?s grave que la aplicable en el momento de la comisi?n del delito.

Art?culo XII
Nadie ser? objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputaci?n. Toda persona tiene derecho a la protecci?n de la ley contra tales injerencias o ataques.

Art?culo XIIII.
I. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un estado. II. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier pa?s, incluso del propio, y a regresar a su pa?s.

Art?culo XIV
I. En caso de persecuci?n, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de ?l, en cualquier pa?s. II. Este derecho no podr? ser invocado contra una acci?n judicial, realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los prop?sitos y principios de las Naciones Unidas.

Art?culo XV
I. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. II. A nadie se privar? arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

Art?culo XVI
I. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad n?bil, tienen derecho, sin restricci?n alguna por motivos de raza, nacionalidad o religi?n, a casarse y fundar una familia; y disfrutar?n de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disoluci?n del matrimonio. II. S?lo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podr? contraerse el matrimonio. III. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protecci?n de la sociedad y del estado.

Art?culo XVII
I. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. II. Nadie ser? privado arbitrariamente de su propiedad.

Art?culo XVIII
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religi?n; este derecho incluye la libertad de cambiar de religi?n o de creencia, as? como la libertad de manifestar su religi?n o su creencia, individual y colectivamente, tanto en p?blico como en privado, por la ense?anza, la pr?ctica, el culto y la observancia.

Art?culo XIX
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opini?n y de expresi?n; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas sin limitaci?n de fronteras, por cualquier medio de expresi?n.

Art?culo XX
I. Toda persona tiene derecho a la libertad de reuni?n y de asociaci?n pac?ficas. II. Nadie podr? ser obligado a pertenecer a una asociaci?n.

Art?culo XXI
I. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su pa?s, directamente o por medio de representantes libremente escogidos. II. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones p?blicas de su pa?s. III. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder p?blico; esta voluntad se expresar? mediante elecciones aut?nticas que habr?n de celebrarse peri?dicamente, por sufragio universal, e igual, y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad de voto.

Art?culo XXII
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperaci?n internacional, habida cuenta de la organizaci?n y los recursos de cada estado, la satisfacci?n de los derechos econ?micos, sociales y culturales indispensables a su dignidad y al libre desarrollo a su personalidad.

Art?culo XXIII
I. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elecci?n de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protecci?n contra el desempleo. II. Toda persona tiene derecho, sin discriminaci?n alguna, a igual salario por trabajo igual. III. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneraci?n equitativa y satisfactoria, que le asegure, as? como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana, y que ser? completada, en caso necesario, por cualesquiera medios de protecci?n social. IV. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Art?culo XXIV
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitaci?n razonable de la duraci?n del trabajo y a vacaciones peri?dicas pagadas.

Art?culo XXV
I. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, as? como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentaci?n, el vestido, la vivienda, la asistencia m?dica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de p?rdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. II. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los ni?os, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protecci?n social.

Art?culo XXVI
I. Toda persona tiene derecho a la educaci?n. La educaci?n debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucci?n elemental y fundamental. La instrucci?n elemental ser? obligatoria. La instrucci?n t?cnica y profesional habr? de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores ser? igual para todos, en funci?n de los m?ritos respectivos. II. La educaci?n tendr? por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecer? la comprensi?n, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos ?tnicos o religiosos, y promover? el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. III. Los padres tendr?n derecho preferente de escoger el tipo de educaci?n que habr? de darse a sus hijos.

Art?culo XXVII
I. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso cient?fico y en los beneficios que de ?l resultan. II. Toda persona tiene derecho a la protecci?n de los intereses morales y materiales que le correspondan por raz?n de las producciones cient?ficas, literarias o art?sticas de que sea autora.

Art?culo XXVIII
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social o internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaraci?n se hagan plenamente efectivos.

Art?culo XXIX
I. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que s?lo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. II. En el ejercicio de sus deberes y en el disfrute de sus libertades, toda persona estar? sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el ?nico fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los dem?s, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden p?blico y del bienestar general en una sociedad democr?tica. III. Estos derechos y libertades no podr?n en ning?n caso ser ejercidos en oposici?n con los prop?sitos y principios de las Naciones Unidas.

Art?culo XXX
Nada en la presente Declaraci?n podr? interpretarse en el sentido de que confiere derecho al estado, a un grupo o a una persona para emprendery desarrollar actividades o realizar actos tendentes a la supresi?n de cualesquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaraci?n.

Incidencia de la pérdida de hijos en la relación de pareja

Dark Crow
Feb 25 2008, 02:30 AM

Es de los pocos tanatologos que cubren el area de pareja en procesos de duelo. Hasta donde se es uno de los pocos especializados.

CITA
Incidencia de la p?rdida de hijos en la relaci?n de pareja

Por Carlos Juan Bianchi
Al iniciarse el duelo, vivencias confusas y negativas como la culpa, el resentimiento, la impotencia, la sensaci?n de ser incomprendidos por el medio familiar y social se hacen presentes en ambos padres.
Son adem?s estas emociones vividas de modo particular en cada uno de ellos, y a menudo no coincidentemente.
Frente a tales hechos el silencio, la incomunicaci?n, la hostilidad o los reproches, se instalan en la pareja que buscar? entonces resolver individualmente su duelo distanci?ndolos a?n m?s.
Probablemente un falso sentimiento de ?fidelidad? hacia el hijo ausente har? que disminuyan o se anulen las gratificaciones habituales de la pareja, ahondando as? el dolor y la tristeza. De este modo el distanciamiento entre los padres ser? evidente y el sinsentido del v?nculo comenzar? a instalarse en ellos.
Se apoyan en estos hechos las estad?sticas que hablan de un aumento de las separaciones en las parejas que han perdido hijos.(**)

Al detenernos en el an?lisis de este desarrollo, notamos que las caracter?sticas del v?nculo preexistente a la p?rdida cobran una incidencia fundamental en la evoluci?n de los hechos.
Los que con antelaci?n al duelo sobrellevaban una relaci?n conflictiva son los que dan raz?n a ?stas estad?sticas, ya que la p?rdida obra como detonante que pone en evidencia todo lo que hasta all? se negaba.
De todos modos la separaci?n podr?a evitarse si llegado a este punto ambos padres reconocen y asumen su propio conflicto, y recurriendo a una ayuda externa ( espiritual o terap?utica) evitan sumar al dolor del duelo la ruptura del v?nculo matrimonial.
En cambio, una pareja bien integrada compartir? su dolor, cada uno ser? para el otro el mejor interlocutor para su duelo, buscar?n juntos ayuda, esclarecimiento, consuelo, y unidos recorrer?n el dif?cil camino.
No habr? silencios, recordar?n al hijo a veces con una l?grima, otras con una sonrisa, y el v?nculo quedar? fortalecido por la experiencia compartida.

Algunas sugerencias finales para los padres que atraviesan ?ste tipo de situaciones son:

? Poder escuchar las demandas y requerimientos del otro.

? Identificarse con el sentir de su c?nyuge

? Romper los pactos de silencio con respecto al duelo.

Recordar al ausente cada vez que sientan necesidad de hacerlo, de manera intimista y sin la presencia de terceras personas que no siempre est?n dispuestas a participar de este tipo de reminiscencias.

? No postergar un di?logo por temor al conflicto.

? Incluir la tolerancia y las concesiones en la relaci?n.

? Rescatar los roles perdidos o empobrecidos dentro de la pareja.

Poniendo en pr?ctica ?stas sugerencias, tal vez logremos que las paralelas de la existencia individual en la pareja que enfrenta el duelo, puedan unirse para un compartido beneficio.

(*) Aunque referida a la muerte de su amada esposa, y no a la de un hijo, la siguiente estrofa en la que Macedonio Fern?ndez describe su honda pena, encierra con lucidez el sentimiento que embarga al ser humano ante una p?rdida irreparable;

( Amor se fue); mientras dur?

de todo hizo placer,

cuando se fue,

nada dej? que no doliera.

(**) He conocido, sin embargo, varios casos en que la pareja de padres se hab?a separado con bastante antelaci?n al doloroso suceso de la p?rdida de un hijo, y el hecho de sentirse unidos en el dolor los ha acercado nuevamente a reiniciar la vida en pareja.

Carlos Juan Bianchi

M?dico psiquiatra y psicoterapeuta. Tras la muerte repentina de uno de sus hijos en 1990 ha centrado su labor profesional en torno a la terapia de pareja y la elaboraci?n de los duelos motivados por p?rdidas significativas.
Autor del libro “El proceso del duelo” (Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2003).

Como puedo decirle que está muriendo?, Manual para adultos que están cerca de

Dark Crow
Feb 25 2008, 12:33 AM

Ironicamente es mas pesado decirle a los padres que al ni?o, aunque en el caso de los adolescentes es extremadamente necesario ser cuidadoso.
Me ha tocado varios casos en que tuve que hacerlo.

CITA
TANATOLOG?A
?C?mo puedo decirle que est? muriendo?
Manual para adultos que est?n cerca de un ni?o que agoniza

Amar a alguien, es decirle: no morir?s.
GABRIEL MARCEL

Adriana P?rez Araiza
Daniel E. Chowell God?nez
?NDICE
Introducci?n 4
Capitulo 1.
El duelo o el proceso doloroso. 5
– El sufrimiento previo a la muerte 5
– ?Cu?les son las diferentes fases del sufrimiento previo a la muerte? 5
– El proceso de duelo en la familia. 6
Cap?tulo 2.
El ni?o y la muerte. 7
– El ni?o y su concepto de la muerte. 7
– El bebe (0 ? 1 a?o) 7
– El ni?o en edad de caminar (1 – 2 a?os) 7
– El ni?o en edad pre-escolar (2 ? 5 a?os) 7
– El ni?o en edad escolar (6 ? 11 a?os) 8
– El adolescente (12 en adelante) 8
Cap?tulo 3.
Hablar sobre la muerte. 10
– Hablar con el ni?o sobre la muerte. 10
– ?C?mo comunicarnos mejor? 10
– ?C?mo puedo hablar de su muerte con un ni?o? 11
– ?Es realmente importante tocar este tema con el ni?o? 12
– Sentimiento de culpa y verg?enza 12
– El miedo de que el dolor est? asociado con la muerte. 12
– El miedo a la separaci?n 12
– El papel de las creencias religiosas y culturales. 12
Cap?tulo 4.
Las necesidades psicosociales del ni?o agonizante y su atenci?n. 14
– Infancia normal 14
– Sensaci?n de seguridad 14
– Comunicaci?n, atenci?n y expresi?n de los miedos o la ira 14
– Depresi?n y tratamiento 14
– Necesidades espirituales 14
– Concreci?n de un deseo 15
– Autorizaci?n de los seres queridos para morir 15
– Consuelo al saber que no est?n solos en el proceso de la agon?a. 15
– Establecimiento de l?mites 15
Algunas estrategias para facilitar la despedida del ni?o. 15

Cap?tulo 5.
La familia del ni?o que muere. 17
El sentimiento de perdida de los hermanos y los amigos. 17
Bibliograf?a y Referencias 19

Introducci?n.

Hablar de la muerte en nuestra cultura no es nada f?cil. Tendemos a negar esta realidad como si fuese ajena a la vida, como si fuese una tragedia que ocurre por mala suerte, por desgracia.
Cuando por fin hablamos de la muerte, nos referimos mentalmente a conceptos como vejez, enfermedad o accidentes. Nunca pasa por nuestra mente que un ni?o pueda morir.
Y sin embargo, tambi?n los ni?os mueren. En nuestro pa?s, tan s?lo los menores de 1 a?o que murieron en 2001 representaron el 8 por ciento del total de muertes, sumando casi 36000 fallecimientos por diversas causas.* En edades de la 2? y 3? infancia, el c?ncer es la principal causa de muerte en la infancia en los pa?ses desarrollados despu?s de los accidentes.
Cuando se enfrentan a la muerte, puede ser que tambi?n los ni?os requieran cierto tipo de ayuda o apoyo para morir de mejor manera. Este es el objeto del presente manual. Ayudarte a ti, adulto, familiar o amigo, trabajador de la salud, maestro u orientador que est?s, por alguna raz?n, cerca de un ni?o que muere, para que a tu vez puedas ayudar a ese ni?o a cumplir bien con la ?ltima etapa de su vida. A salir de su capullo y convertirse en mariposa.
En las siguientes p?ginas encontrar?s algunos elementos que te ayuden a comprender esta realidad que en s? es muy dif?cil de aceptar; y as?, comprendiendo, te puedas acercar m?s al peque?o, estar ah?, con ?l o ella, y poder as? escucharle, saber lo que necesita y ayudarle en esta etapa en la que se resume su vida, en la que se est? despidiendo del mundo, de sus seres queridos, de la vida misma.
En el Cap?tulo 1 encontrar?s una descripci?n de lo que es el proceso de duelo, tanto para el ni?o agonizante como para su familia, de modo que puedas identificar en el ni?o que est?s acompa?ando el momento emocional que est? viviendo.
En el Cap?tulo 2 se revisan algunos conceptos que los ni?os tienen respecto a la muerte de acuerdo a su edad, de modo que puedas platicar con ?l desde su propia visi?n m?s f?cilmente. Al respecto, en el Cap?tulo 3 encontrar?s algunas sugerencias para hablar sobre la muerte con el ni?o.
En el Cap?tulo 4 se revisan las necesidades psicosociales del ni?o as? como unas sugerencias de lo que puedes hacer con el ni?o para facilitarle en esta etapa tener mayor calidad de vida y tambi?n el paso a la muerte.
Por ?ltimo, en el Cap?tulo 5 encontrar?s algunas sugerencias importantes sobre la familia y amigos del ni?o.

CAP?TULO 1
El Duelo o el proceso Doloroso.

Toda muerte es una separaci?n. Es la separaci?n definitiva, por la cual ya no estar? f?sicamente esa persona tan importante para alguien, para nosotros mismos. Es por eso que duele, y ese dolor y pena que sentimos es m?s por uno mismo que por el fallecido. Nos duele lo que ya no podremos decirle, lo que ya no podremos hacer juntos, lo que ya no podremos contemplar juntos…
Y en el caso de la muerte de un ni?o, nos duele la vida misma. Un ni?o es la imagen perfecta de la vida, del futuro. Es un s?mbolo de una vida que crece, que apenas empieza a desarrollarse, y que sin embargo, de repente se ve arrancada y marchita, como una flor fuera de su rama. Ya no podr? convertirse en un fruto. Ya no podr? madurar y dar semillas. Ha terminado.
Por eso duele tanto que un ni?o muera.
Pero la vida sigue. Sigue para los que se quedan, y por eso hay que pasar a trav?s del dolor para poder seguir adelante.
La muerte de un ni?o es considerada como un factor de riesgo para el duelo complicado; a pesar de la posible presencia de la aflicci?n anticipatoria ?el sentimiento de p?rdida antes de que se produzca el fallecimiento- y de los cambios graduales en la funci?n y estructura familiar que una enfermedad cr?nica provoca, lo cierto es que para el momento de la muerte y lo que esto significa, nadie est? preparado.
Por eso es necesaria una atenci?n tanto al ni?o que est? muriendo, como a la familia que le sobrevive.
A continuaci?n encontrar?s un esquema para planear y efectuar el apoyo tanto al ni?o que agoniza como a los familiares.

El sufrimiento previo a la muerte.

Generalmente se utiliza el concepto de duelo en lo que respecta a la familia y a los seres queridos de la persona agonizante, mientras que para referirnos al sentimiento del ni?o agonizante utilizamos el de Sufrimiento previo a la muerte.
Este sufrimiento puede iniciar cuando la muerte se convierte m?s que en una posibilidad, en un diagn?stico.
El sufrimiento tiene algunas etapas comunes que experimentan diferentes personas en la misma situaci?n. Sin embargo, dado que cada individuo y cada familia son diferentes, perciben el sufrimiento, la muerte y la enfermedad de una manera muy particular.

?Cu?les son las diferentes fases del sufrimiento previo a la muerte?

El sufrimiento y el duelo no tienen magnitudes espec?ficas ni restricciones de tiempo. Cada individuo expresa su sufrimiento y su sentimiento de p?rdida a su manera y en su propio tiempo.
El sufrimiento previo a la muerte puede incluir las siguientes fases, aunque no exclusivamente en este orden. Frecuentemente, el sufrimiento es una expresi?n que incluye cada una de estas fases o estados en tiempos, intensidades y ?rdenes m?ltiples.
? Fase I. En esta etapa, el individuo se da cuenta de que la muerte es inevitable y que no existe una cura posible. Generalmente, la tristeza y la depresi?n est?n relacionadas con esta primera etapa del sufrimiento.
? Fase II. La fase siguiente del sufrimiento previo a la muerte es la preocupaci?n por la persona agonizante. La preocupaci?n en un ni?o puede aumentar por s? mismo y por su temor a la muerte, o debido a las emociones que expresan los seres queridos que lo rodean.
? Fase III. En esta fase puede “ensayarse” la verdadera muerte. El proceso f?sico de la muerte y de lo que puede ocurrir despu?s de ?sta son las preocupaciones de esta etapa. Como consecuencia de alg?n sufrimiento previo a la muerte, el ni?o puede hacer la despedida de sus seres queridos y realizar una especie de testamento o expresar deseos que quiere cumplir a?n o en su funeral.
? Fase IV. En la ?ltima fase, La persona agonizante puede pensar en la vida despu?s de la muerte, y tambi?n intentar imaginar c?mo ser? la vida de sus seres queridos en su ausencia.

El proceso de duelo en la familia.

El sufrimiento suele dividirse en cinco etapas, que son ?tiles para identificar las emociones de cada miembro de la familia en particular, pero debemos recordar que cada persona reacciona a un evento doloroso de una manera ?nica, influyendo su edad, su relaci?n con el ni?o que muere, etc.
Para la atenci?n de la familia que est? perdiendo un hijo es muy probable que se requiera a un profesional, o bien, que la familia encuentre un espacio propicio para su propia atenci?n: grupos de apoyo, etc.
Las etapas del duelo son las siguientes:
? Negaci?n. La negaci?n es una etapa en la cual se cree que la muerte no ocurri?, o bien, antes de ?sta, que el diagn?stico terminal es err?neo. La persona puede estar aturdida o conmocionada. La negaci?n es una reacci?n de protecci?n ante un evento demasiado abrumador para enfrentarlo inmediatamente.
? Enojo. El enojo es la etapa en la cual la persona se encuentra muy alterada y enfadada porque la tragedia le ha sucedido a su familia. Las reacciones con enojo var?an de persona a persona, pudiendo llegar a la agresividad.
? Acuerdo. En esta etapa es muy com?n encontrarse con preguntas dirigidas a Dios como por ejemplo, “?Por qu? a mi hijo?” y “?Qu? hicimos para merecer esto?”. La culpa es el principal sentimiento en esta etapa. Los padres intentan recordar eventos o decisiones propias que puedan haber contribuido a la muerte de su hijo. Es importante recordar que ni usted ni su hijo son responsables de la muerte.
? Depresi?n o tristeza. En esta etapa ya no se niega la muerte del ni?o y es probable que los padres y los hermanos sientan una profunda tristeza. Esta reacci?n es normal y puede ir acompa?ada de cambios f?sicos como perturbaciones del sue?o o sue?o excesivo, cambios en el apetito o dificultades para concentrarse en actividades diarias simples.
? Aceptaci?n. La aceptaci?n es la etapa en la cual el individuo acepta la muerte y la incorpora como parte de su vida. La persona ha llevado a cabo una adaptaci?n a la p?rdida. Si bien esto no significa que no vayan a existir otros sentimientos, una vez que se llega a esta etapa, las familias suelen sentirse m?s confiadas para manejar sus vidas.

CAP?TULO 2.
El ni?o y la muerte.

El ni?o y su concepto de la muerte.

Algo que nos puede facilitar el acercarnos a un ni?o que est? muriendo y platicar con ?l o ella sobre su situaci?n y c?mo la est? viviendo, es tener una idea general sobre qu? es lo que nos podemos encontrar sobre lo que este ni?o o ni?a piensa o se imagina sobre la muerte.
En primer lugar tenemos que estar conscientes de que el concepto de muerte es algo que se va construyendo a partir de los bloques o ladrillos que la familia y la cultura particulares de cada quien le va aportando, pero que este proceso de construcci?n depende tambi?n de las herramientas cognitivas que el ni?o va desarrollando en su proceso de crecimiento y desarrollo psicol?gico.
Pero lo m?s importante ser?, luego de entender lo anterior, tratar de conocer el punto de vista del ni?o que estamos atendiendo.
Para ello ser? imprescindible un acercamiento profundo, mediante la comunicaci?n abierta, como veremos en el siguiente capitulo, pero no est? de sobra el revisar los conceptos que han surgido de la investigaci?n en este campo, acerca de qu? es lo que los ni?os piensan respecto de la muerte, para as? poder entender mejor qu? es lo que nuestro ni?o o ni?a piensa y siente de su muerte.

El beb?. (0 ? 1 a?o)

Para un beb?, la muerte no es un concepto real. Sin embargo, los beb?s reaccionan frente a la separaci?n de uno o ambos padres, a los procedimientos dolorosos y a cualquier alteraci?n de su rutina. Un beb? con una enfermedad terminal requiere tanto cuidado f?sico y emocional como cualquier otra persona para lograr un entorno c?modo. Mantener una rutina constante es importante para el ni?o y las personas que est?n a su cargo. Los beb?s no pueden comunicar sus necesidades verbalmente, pero utilizan otras formas, como el llanto para mostrar su incomodidad y sus sentimientos.

El ni?o en edad de caminar. (1 ? 2 a?os)

Para el ni?o en edad de caminar, la muerte tiene muy poco significado, de hecho, para algunos, es algo temporal y reversible. La persona que muere puede a?n comer, ir a la escuela o a trabajar, etc.
Lo que s? sucede es que pueden percibir la ansiedad de las emociones de quienes los rodean. Cuando los padres o los seres queridos de un ni?o en edad de caminar est?n tristes, deprimidos, asustados o enojados, los ni?os intuyen estas emociones y manifiestan preocupaci?n o miedo. Los t?rminos “muerte”, “para siempre” o “permanente” pueden no tener un valor real para los ni?os de esta edad. Aun contando con experiencias previas con la muerte, el ni?o puede no comprender la relaci?n entre la vida y la muerte.

El ni?o en edad pre-escolar (2-5 a?os)

Los ni?os en edad pre-escolar pueden comenzar a comprender que la muerte es algo que atemoriza a los adultos. En esta edad se percibe a la muerte como temporal, justo como en las historietas o los dibujos animados y como en sus juegos. Con frecuencia, la explicaci?n sobre la muerte que recibe este grupo es “se fue al cielo”. La mayor?a de los ni?os de esta edad no comprende que la muerte es permanente, que cada persona y cada ser vivo finalmente muere, ni que los seres muertos no comen, no duermen ni respiran.
La experiencia con la muerte con la que cuentan est? influenciada por aquellos que los rodean. Pueden preguntar “?por qu??” y “?c?mo?” se produce la muerte. El ni?o en edad pre-escolar puede sentir que sus pensamientos o acciones han provocado la muerte y, o la tristeza de quienes lo rodean, y puede experimentar sentimientos de culpa o verg?enza.
Cuando un ni?o en edad preescolar se enferma gravemente, puede creer que es su castigo por algo que hizo o pens?. No comprende c?mo sus padres no pudieron protegerlo de la enfermedad.

El ni?o en edad escolar. (6-11 a?os)

Los ni?os en edad escolar desarrollan un entendimiento m?s realista de la muerte, en el sentido de que se trata de algo irreversible y definitivo. Aunque la muerte puede ser personificada como un ?ngel, un esqueleto o un fantasma, el ni?o ya comienza a comprender la muerte como permanente, universal e inevitable. Pueden manifestar mucha curiosidad sobre el proceso f?sico de la muerte y qu? ocurre despu?s de que una persona muere. Es posible que debido a esta incertidumbre los ni?os de esta edad teman su propia muerte. El miedo a lo desconocido, la p?rdida de control y la separaci?n de su familia y amigos pueden ser las principales fuentes de ansiedad y miedo relacionadas con la muerte en un ni?o en edad escolar.

El adolescente. (12 y m?s a?os).

Al igual que con las personas de todas las edades, las experiencias previas y el desarrollo emocional influyen en gran medida en el concepto de la muerte de un adolescente.
Independientemente de haber o no tenido experiencias previas con la muerte de un familiar, un amigo o una mascota, la mayor?a de los adolescentes comprende el concepto de que la muerte es permanente, universal e inevitable.
Es durante el per?odo de la adolescencia cuando la mayor?a de los ni?os comienza el proceso de establecer su identidad, su independencia y la relaci?n con gente de su misma edad.
Un tema predominante de este per?odo es el sentimiento de inmortalidad o de estar exento de la muerte. Cuando la muerte se vuelve una amenaza real para ellos, todos sus objetivos de destrozan. Las actitudes negativas y desafiantes pueden cambiar de repente la personalidad de un adolescente que se enfrenta a la muerte. Puede sentir no s?lo que ya no pertenece o no encaja con sus amigos, sino que tampoco puede comunicarse con sus padres.
Otro concepto importante entre los adolescentes es la imagen que ellos tienen de s? mismos. Una enfermedad terminal y, o los efectos del tratamiento pueden provocar muchos cambios f?sicos que enfrentar. El adolescente puede sentirse solo en su lucha, temeroso y enojado.
Con esta visi?n general sobre la evoluci?n del concepto de muerte en los ni?os hasta los adolescentes, es importante que nos percatemos de que los ni?os de todas las edades responden a la muerte de una manera particular, pero todos necesitan apoyo y lo demuestran de una u otra manera, sea con llanto, con cambios de conducta bruscos o bien, acerc?ndose y pidi?ndolo.
En particular, cuando una persona de cualquier edad, sobre todo un ni?o, se enfrenta a su muerte, necesita de alguien que le escuche, le tranquilice y disipe sus miedos.
LA VIDA
Elizabeth, mi sobrinita, entr? sigilosamente a mi rec?mara, para despedirme.
Mir?ndome fijamente, me pregunt?:
– T?a ?es cierto que te vas?
– Me voy, Elizabeth.
– Entonces me quedo a dormir aqu? contigo.
– Est? bien.
Elizabeth corri? a traer su libro ?La vida de las plantas?. Me lo abri? para que yo le leyera.
Pronto Elizabeth iba a cumplir los cinco a?os de edad.
Comenc? a leer.
Inesperadamente Elizabeth clav? sus ojos en los m?os, y me pregunt?:
– La vida de las plantas; t?a ?qu? es la vida?
– Es dif?cil explic?rtelo, Elizabeth; la vida es el tiempo que pasa entre el momento en que naciste y el momento en que mueres.
-?Nada m?s, t?a?
– Nada m?s, Elizabeth.
– Y, cuando yo me muero ?ya no soy nada?
– Ya no ser?s nada.
– ?C?mo cuando una planta en invierno se seca?
– M?s o menos
– Pero en primavera la planta despierta y tiene flores de nuevo.
– Elizabeth, para nosotros no es as?; cuando t? mueres, mueres para siempre.
– ?Tambi?n t? mueres para siempre, t?a?
– S?; y tambi?n t?, Elizabeth.
– Pero t?a, esto no es posible.
– Si, Elizabeth, es posible.
– Pero no es justo.
– No es justo; pero ahora du?rmete, por favor.
– Si, Si, me duermo, t?a; pero lo que tu me dices no es cierto; cuando yo me muera, si me secar?, pero nacer? de nuevo; la vida no es lo que t? me dices, t?a; es otra cosa.

(O. Fallaci)
CAP?TULO 3.
Hablar sobre la muerte

Hablar con el ni?o sobre la muerte.

Los ni?os, como cualquier persona, necesitan informaci?n honesta y clara sobre su estado de salud y su probable proceso de agon?a.
El objetivo final al hablar con un ni?o agonizante sobre la muerte es brindarle la mayor comodidad posible e intentar disipar sus miedos. Si el ni?o no est? preparado para hablar sobre la muerte, la mejor actitud de los padres y de las personas que lo cuidan es esperar hasta que lo est?.
La parte m?s importante en el proceso de ayudar a una persona a bien morir es la de la comunicaci?n con esta persona.
Se trata no solo de ?platicar?, sino de estar, de tratar de comprender a esa persona como si uno fuera ella misma, sin dejar de ser uno.
Si repasamos nuestra historia personal, podremos encontrarnos con alg?n evento en el cual nos sentimos realmente escuchados, comprendidos por otra persona; alguien a quien pudimos tratar de explicarle c?mo nos sent?amos o lo que est?bamos pensando y sentimos que realmente nos comprendi?.
Pues de eso se trata, y no es que s?lo algunas personas tengan el don para entender a otras, se trata de una habilidad, y como tal, se puede desarrollar y ejercitar.

?C?mo comunicarnos mejor?

Tomemos en cuenta que al comunicarnos, no solo intercambiamos ideas y puntos de vista a nivel l?gico, sino tambi?n, sentimientos, estados de ?nimo, emociones y actitudes en una escala mucho mayor que la que imaginamos.
Esto sucede b?sicamente en dos formas de comunicaci?n: la Verbal y la No ? verbal.
Por comunicaci?n Verbal entendemos propiamente el discurso que establecemos oralmente: las ideas son transmitidas as?.
En Comunicaci?n No verbal agrupamos tanto la postura del cuerpo, la mirada, la expresi?n facial, el tono de voz, la velocidad de las palabras, la cercan?a de los cuerpos de los interlocutores, etc. Con todo esto estamos transmitiendo y recibiendo el componente afectivo de la comunicaci?n: actitudes, emociones, sentimientos.
A este tipo de comunicaci?n es al que hay que poner especial atenci?n para mejorar nuestra ?Escucha? cuando interactuemos con una persona agonizante, y en general, cuando queramos de verdad entender lo que otro ser humano est? tratando de comunicarnos.
Carl Rogers, un psic?logo norteamericano muy influyente, delineo adem?s tres actitudes b?sicas de la persona que sabe escuchar en un ambiente terap?utico, es decir, en el cual se pretende que la persona cambie y mejore su propio funcionamiento interpersonal, pero que se puede traspolar a cualquier relaci?n humana:
1. Aceptaci?n positiva incondicional. Esto significa que no importa lo que nosotros pensemos de lo que la persona nos est? comunicando, igual aceptamos a la persona, somos capaces de acoger emocionalmente y de manera positiva a esa persona. Aunque lo que nos cuente sea desagradable, o bien, no compartamos su opini?n, lo que nos interesa es la experiencia de la persona y la persona misma, que est? por encima de la simple experiencia y de nuestros juicios.
2. Empat?a. con esta actitud, Rogers quiere decir que al escuchar, intentemos ponernos en el mismo nivel de la persona que nos platica, es decir, tratamos de escuchar y al mismo tiempo sentir como si fuese yo mismo esa persona, sin perder de vista que no lo soy. No dejo de ser yo, pero quiero ponerme en su lugar para entenderle mejor y saber porqu? usa justo esas palabras, porqu? dice lo que dice y calla lo que calla. ?qu? quiere decir con un suspiro? ?qu? quiere expresar con este silencio?
3. Autenticidad. Convertir la experiencia de relaci?n con la persona moribunda en una profunda comunicaci?n humana requiere que no perdamos de vista que somos nosotros mismos una persona en s?, que somos ?nicos, conscientes, libres. Y que lo que estamos compartiendo nos genera nuestros propios sentimientos, y en base a ellos reaccionamos de manera aut?ntica. En ocasiones nos sentiremos tristes o conmovidos con lo que escuchamos y compartimos. Si somos aut?nticos, sabremos expresar estos sentimientos para profundizar en la relaci?n.
Respecto de la Comunicaci?n Verbal en la que se formulan las ideas, es necesario considerar, como ya lo se?alamos en el cap?tulo anterior, que los ni?os tienen su propio concepto de la muerte de acuerdo a su propia evoluci?n psicol?gica. Por lo mismo, no vamos a esperar un intercambio de ideas desde nuestra propia l?gica, sino desde la de cada ni?o en particular.
Lo que s? vamos a hacer es poner mucha atenci?n en lo simb?lico.
La muerte es uno de los misterios m?s grandes de la vida. Pero no es ajeno a quien est? acerc?ndose a ?l en su propia experiencia. Por eso, trat?ndose de asistir a alguien en su muerte, quien ?ayuda? es el aprendiz y quien est? muriendo es el maestro. As? tenga tres o noventa a?os de edad.
Y como es un misterio, no puede ponerse en palabras concretas, menos si quien lo est? exponiendo es un ni?o. Por eso se recurre tanto al lenguaje simb?lico; y por eso es tan necesario poner atenci?n a los ritos, dibujos, juegos, escritos o cualquier otro medio que el ni?o utilice para expresar lo que est? viviendo.

?C?mo puedo hablar de su muerte con un ni?o?

Es necesario, seg?n la edad del ni?o, tomar en cuenta lo siguiente al hablar con ?l o con ella sobre la muerte.
Los beb?s no poseen habilidades ling??sticas; sin embargo, reaccionan al bienestar f?sico. Cuando un beb? agoniza, una caricia y un abrazo reconfortantes son tan importantes para ?l como para aqu?l que lo cuida. La comunicaci?n del amor se puede expresar mediante una caricia suave y un abrazo tierno.
Para los ni?os que comienzan a caminar y los ni?os peque?os, se debe utilizar un lenguaje concreto. Se deben evitar t?rminos confusos para describir la muerte, como por ejemplo, “dormir” y “desaparecer”. Un ni?o puede tener miedo de dormirse si asocia la idea de dormir con la muerte.
Los ni?os peque?os pueden hacer preguntas muy directas sobre la muerte, si tienen la oportunidad; y es importante ser honesto y consecuente con las respuestas. Si hacen una pregunta para la cual se desconoce la respuesta, es preferible admitirlo, y no inventar una. Los ni?os pueden detectar la mentira en una respuesta desde muy temprana edad. Tambi?n pueden recibir informaci?n poco consecuente si las respuestas de diferentes personas son enga?osas o evitan la verdad.
Los adolescentes pueden querer hablar sobre la muerte con un amigo u otra persona que no sean sus padres. Se debe fomentar la comunicaci?n de cualquier manera que pueda ayudar al joven a expresar sus miedos y preocupaciones.

?Es realmente importante tocar este tema con el ni?o?

Para una persona adulta, la muerte de otros siempre refiere a la propia muerte. Consciente o inconscientemente, cuando nos enfrentamos a la persona moribunda nos damos cuenta de nuestra propia finitud y mortalidad. Por eso es tan dif?cil enfrentar esta situaci?n y m?s a?n, hablar de la muerte con la persona que est? muriendo.
Pero es necesario. Y es importante para esa persona. Por eso, quien ayuda debe primero admitir y aceptar la muerte en s?. Y saber que le va a doler y que puede no ser agradable estar ah? mientras otro, un ni?o o una ni?a, a quien preferir?amos ver jugando y riendo, est? muriendo en una cama.
En eso consiste la dif?cil tarea de ayudar a bien morir. Ahora bien, la ayuda al ni?o puede convertirse f?cilmente en la ayuda a la familia, por la cercan?a que seguramente habr? de ella.
Por eso es importante evaluar los conceptos y creencias del ni?o y de su familia acerca de la muerte y la vida despu?s de ?sta cuando se establece una comunicaci?n con ellos. Los ni?os pueden experimentar miedos y preocupaciones que no expresan porque no se sienten c?modos o porque no saben c?mo hacerlo.
Entre algunas de estas preocupaciones, se incluyen las siguientes:

Los sentimientos de culpa y de verg?enza.

Los ni?os pueden creer que sus pensamientos han provocado la enfermedad o la muerte que est? causando la tristeza de todos. Es importante hablar con el ni?o acerca del hecho de que los m?dicos y las enfermeras no siempre pueden evitar la muerte y, adem?s, asegurarle que los malos pensamientos no pueden causar la muerte y que ?l no ha hecho nada malo para provocar la muerte o la enfermedad.

El miedo de que el dolor est? asociado con la muerte.

Al confrontar estos temores, es importante explicarle al ni?o el uso de los medicamentos para controlar el dolor. Recu?rdale que la muerte en s? no es dolorosa.

El miedo a la separaci?n.

Este tema puede tratarse recurriendo a las creencias religiosas o culturales espec?ficas relacionadas con el cuerpo, el alma o el esp?ritu. Tranquiliza al ni?o afirm?ndole que no estar? solo en el momento de la muerte.

El papel de las creencias religiosas y culturales.

Estas creencias influyen en gran medida en la experiencia de la muerte y los ni?os son especialmente sensibles a las connotaciones espirituales de la muerte y a la interpretaci?n que de ella se hace en la religi?n.
Precisamente por el car?cter simb?lico que tiene el lenguaje religioso, si la familia de un ni?o que est? muriendo lo ha educado en alguna tradici?n religiosa, ser? mucho m?s f?cil hablar con ?l o ella de su propia muerte recurriendo a este lenguaje.
Los padres, los miembros de la comunidad religiosa de la familia, los ministros y los sacerdotes pueden desempe?ar un papel importante al momento de explicarle el concepto de muerte a un ni?o.
Es importante la congruencia en la comunicaci?n de las creencias de la familia sobre la muerte y la vida despu?s de ?sta. El hecho de compartir estas creencias con las dem?s personas que cuidan del ni?o puede limitar su confusi?n.
Esto es particularmente importante para evitar reacciones discordantes, por ejemplo, entre el padre de un ni?o que muere, que ha aceptado este hecho y la mam? del ni?o, que a?n est? en una etapa de negaci?n o de coraje contra este suceso; que por lo mismo reaccionar?n muy diferente frente al ni?o, caus?ndole mayor problema a ?l.
Al respecto, es necesario comentar que los ni?os, a diferencia de los adultos, no est?n tan apegados a cosas de la vida, a bienes y a las mismas personas, por lo que para ellos, desprenderse de la vida no es una tarea tan dif?cil como lo es para los adultos. Es por ello que los adultos que quieren ayudar a un ni?o deben estar conscientes de esto para que sus propios apegos al ni?o y a lo que le representa (el futuro, la vida misma, etc.) no obstaculicen el proceso de despedida del ni?o. Porque a esto s? es muy sensible un ni?o: a los sentimientos de quienes le rodean. Y si perciben que con su muerte est?n ?lastimando? a alguien, cuanto m?s si es a alguien que ellos quieren, experimentar?n m?s dificultades para dejarse morir, para despedirse.
En el siguiente cap?tulo encontraremos algunas pistas m?s sobre las necesidades psicosociales del ni?o que agoniza, las cuales nos dar?n una mejor idea de qu? es lo que podemos hacer al respecto.

CAP?TULO 4.

Las necesidades psicosociales del ni?o agonizante y su atenci?n.

Un ni?o que padece una enfermedad terminal experimenta la misma necesidad de afecto, apoyo emocional y de realizar actividades normales que cualquier otra persona que debe afrontar la muerte. El amor, el respeto y la dignidad son factores importantes en el cuidado de un ni?o agonizante. A continuaci?n se describen algunas de las necesidades psicosociales de un ni?o agonizante que deben tenerse en cuenta para mejor asistirle:

Infancia normal.

Es muy importante para el ni?o no sentirse ?raro? y diferente de otros ni?os al grado de saberse aislado. Participar en actividades adecuadas para su edad como por ejemplo, juegos infantiles y asistir a una fiesta (u organizarle una, aunque sea en la sala de hospital) en la medida de sus posibilidades le ayudar?n mucho.

Sensaci?n de seguridad.

Para un ni?o, su ambiente b?sico es su casa y saberse rodeado de su familia. Si tiene que estar hospitalizado, es conveniente que pueda llevarse alg?n juguete o que se pueda decorar su habitaci?n como ?l o ella lo prefieran a fin de que se sienta m?s seguro y confortable.

Comunicaci?n, atenci?n y expresi?n de los miedos o la ira.

El ni?o debe tener la posibilidad de contar con alguien con quien pueda hablar acerca de sus temores, alegr?as y enojos sin que se le reprima, o con quien simplemente pueda conversar.
Uno de los miedos que habitualmente experimentan los ni?os agonizantes es la soledad en el momento de la muerte. Escucharlos es la mejor manera de ayudarlos. Tambi?n es importante aceptar que el ni?o puede no sentir deseos de hablar acerca de la muerte.

Depresi?n y retraimiento. .

Los diversos cambios f?sicos que se producen antes de la muerte pueden obligar al ni?o a depender de otras personas para llevar a cabo incluso las tareas m?s simples. La p?rdida de control y la depresi?n pueden conducir al retraimiento. Por lo tanto, es necesario aceptar estos sentimientos y no forzar la comunicaci?n.

Necesidades espirituales.

Las necesidades espirituales y culturales deben ser respetadas y satisfechas. Los ritos que permiten al ni?o y a su familia tanto sea recordar, agradecer y expresar gratitud, como confiar en la presencia de Dios durante la experiencia y despedirse, son formas de sobrellevar la transici?n entre la recuperaci?n y la aceptaci?n de la muerte. El contenido y la precisi?n de la informaci?n que se le proporciona al ni?o depende de la cultura y el origen ?tnico de la familia.
Concreci?n de un deseo.

Algunas organizaciones aportan fondos para que los ni?os que padecen una enfermedad grave o terminal puedan cumplir un “deseo”. Si es posible, ayude al ni?o a decidir qu? le gustar?a hacer antes de morir. Ir de compras, viajar a Disney World, tener una computadora nueva o conocer a una personalidad famosa son algunos de los principales “deseos”. Si el ni?o est? en condiciones de participar activamente, se deben tomar todas las medidas necesarias para ayudarlo. La concreci?n de esos deseos suele ofrecer maravillosos recuerdos a las familias de los ni?os que padecen una enfermedad terminal.

Autorizaci?n de los seres queridos para morir.

Algunos ni?os parecen necesitar que se les “autorice” a morir. Muchos temen que su muerte lastime a sus padres y les produzca un gran dolor. Se ha observado que los ni?os suelen aferrarse a la vida, a pesar del dolor y el sufrimiento, hasta que obtienen la “autorizaci?n” de sus padres para morir. Este hecho tambi?n ocurre en el caso de un adulto agonizante. A veces, los padres no son las personas m?s indicadas para otorgar esta autorizaci?n. Es posible que una persona que comparta una estrecha relaci?n tanto con los padres como con el ni?o, cumpla esta funci?n m?s adecuadamente.
Si durante tus encuentros con el ni?o reconoces que ?l o ella est? en esta situaci?n, procura buscarle una soluci?n, pues se trata de un factor que eleva el sufrimiento que de por s? ya est? experimentando el ni?o en su agon?a.

Consuelo al saber que no est?n solos en el proceso de la agon?a.

Generalmente, el ni?o agonizante necesita tener la certeza de que no morir? solo y de que no ser? olvidado. Esta necesidad humana b?sica aparece muy pronto, pero es dif?cil de expresar.
Sus padres y seres queridos deben asegurarle que, cuando llegue el momento, ellos permanecer?n junto a su cama. Si bien ?sta suele ser una promesa dif?cil de cumplir, deben tomarse todas las medidas necesarias para que sea posible abrazar o tocar al ni?o cuando muera. La presencia de las personas m?s cercanas beneficia tanto al ni?o como a quienes se encargan de su cuidado.

Establecimiento de l?mites.

Sobre todo en edades desde los 6 a?os y hasta la adolescencia, los ni?os necesitan de sus padres que les pongan los l?mites a sus actos y a sus sentimientos que les hagan sentirse que alguien les cuida y se interesa por ellos. Los padres no deben dejar de cumplir esta funci?n por m?s que la culpa o el sufrimiento les inclinen m?s a cumplir todos los caprichos del ni?o, pues de hacer as?, el ni?o podr?a sentirse fuera de control.

Algunas estrategias para facilitar la despedida del ni?o.

Es importante que el ni?o pueda tener en la medida de lo posible los m?nimos cambios, en su entorno; en las relaciones que tiene con sus familiares y en sus actividades, esto le facilitara resolver su propio duelo; sin embargo, tambi?n es importante que se le pueda motivar al ni?o a dibujar, escribir cuentos, narrar historias, jugar con t?teres, escribir un diario, etc., es decir, fomentar la expresi?n simb?lica de lo que est? viviendo.
Otra forma de que el ni?o pueda ir despidi?ndose de la vida, es elaborar una carta para sus seres queridos, en donde les pueda decir su sentir y su pensar. Adem?s puede realizar su testamento para asignar quien se quedar? con sus juguetes, su ropa, y sus dem?s pertenencias, que incluso pueden ser simb?licas: el rinc?n del jard?n, la casita en el ?rbol…
Como ya se ha mencionado es importante que alguna persona lo est? acompa?ando y pueda estar al pendiente de estas necesidades del ni?o, ayud?ndole tambi?n a no sentirse solo.

CAP?TULO 5.

La familia del ni?o que muere

La muerte de un ni?o ejerce un profundo efecto emocional sobre la familia y sus miembros. Los sentimientos de culpa y enojo son frecuentes, observ?ndose un desplazamiento de la hostilidad y agresividad provocada hacia el c?nyuge, hermanos del ni?o enfermo, miembros del personal hospitalario u otras personas conocidas.
Si el entorno paternal ha sido demasiado protector y se busca -mediante determinadas conductas- la sustituci?n del ni?o perdido, se puede estimular artificial e inadvertidamente que los hermanos traten de sustituir al hermano que fallece en su comportamiento, perturbando as? su propio desarrollo.
Por otra parte, cuando una familia pierde a un ni?o, es posible que pierda tambi?n un lazo de uni?n; la familia puede haber utilizado la enfermedad del ni?o y sus complicaciones secundarias como un medio de evitar problemas mutuos y conflictos no relacionados con la enfermedad. Con la muerte del ni?o, y ante la imposibilidad de recurrir a estos modelos desviados, la familia debe, por consiguiente, enfrentarse a los hechos de forma adaptativa y directa, buscar otras alternativas para evitar el conflicto o desintegrarse.
La muerte de un ni?o y su impacto sobre la familia exige un abordaje multidisciplinario ante las graves consecuencias que conlleva sobre el duelo de cada uno de los supervivientes, particularmente si existen otros ni?os peque?os. Por eso es importante canalizar a la familia con alg?n profesional especializado en Tanatolog?a y/o con una formaci?n en terapia familiar que les pueda ayudar a resolver esta complicada situaci?n.
Por su importancia y por la posibilidad real de promover una resoluci?n del duelo, mencionamos algunas caracter?sticas de este proceso en los hermanos.

El sentimiento de p?rdida de los hermanos y los amigos.

Es importante recordar y tratar el impacto que tiene la muerte del ni?o en sus hermanos. La mayor?a de los ni?os pueden superar el trauma de la muerte de un hermano si se les brinda el apoyo y el tiempo necesarios.
Muchos ni?os experimentan sentimientos intensos de culpa ante la muerte de un hermano. El ni?o que ha muerto suele ser idealizado y esto provoca sentimientos de inferioridad y descuido hacia ?l o los hermanos que sobreviven. Estos hermanos frecuentemente estuvieron rodeados por la muerte, la enfermedad y la angustia de todos los miembros de la familia, en especial de los padres, durante la experiencia del hermano agonizante. Muy frecuentemente se protege a los hermanos menores de un ni?o con una enfermedad terminal de algunas de las experiencias asociadas con la muerte. A veces, se les proh?be visitar al ni?o agonizante o participar de las ceremonias religiosas y culturales, e incluso, es probable que se les niegue asistir al funeral. Sin embargo, todas estas experiencias pueden contribuir con la aceptaci?n y pueden hacer que la culpa del hermano sobreviviente sea menos onerosa.
Los compa?eros de clase y los amigos cercanos del ni?o que muere pueden experimentar el proceso de sufrimiento de diversas maneras. Muchos ni?os pueden no haber experimentado nunca la muerte de una persona de su edad a causa de una enfermedad o un accidente.
A cualquier edad se eval?a la idea de nuestra propia mortalidad y el prop?sito en la vida cuando alguien muy cercano fallece. Algunos ni?os pueden sentir que ellos tambi?n podr?an morir pronto. Incluso pueden sentirse culpables, al igual que la expresi?n de sufrimiento de los hermanos. El amigo de un ni?o agonizante tambi?n necesita tiempo y apoyo emocional para superar el sufrimiento de la p?rdida de un amigo, un vecino o un compa?ero de clase.
Una estrategia posible y sencilla es la de integrar a estos amigos del ni?o a las actividades de la familia, a las visitas al hospital mientras el ni?o a?n vive o bien, a alg?n evento conmemorativo cuando ya ha fallecido. Sin ser sustitutos, los amigos de los ni?os ayudan a los padres a recordar los buenos momentos con sus hijos y la familia de su amigo ayuda a los otros ni?os a sentirse cercanos al compa?ero que han perdido.
Una observaci?n importante que es necesario hacer en estas ocasiones con algunos pap?s es que, si tienen otros hijos, no los desatiendan por dedicarse exclusivamente al hijo enfermo. Ellos tambi?n necesitan de sus pap?s y no es justo que pierdan su cari?o y cuidados porque un hermano ha enfermado. En todo caso es necesario que se encuentre el equilibrio que permita que los hermanos se involucren en el cuidado del enfermo y en la atenci?n de la casa mientras los padres se dedican a hacer lo necesario por su hijo enfermo.
Los hermanos pueden involucrarse en el cuidado de su hermano; puede asign?rseles tareas espec?ficas para su cuidado, como llevarle su juguete favorito y jugar con ?l, o bien servirle la comida y ayudar a que su hermano se alimente.

BIBLIOGRAF?A Y REFERENCIAS

Hay algunos libros que te pueden servir para ampliar tus conocimientos y herramientas en torno a ayudar a bien morir a un ni?o o bien, a superar su duelo.
KROEN William, C?mo ayudar a los ni?os a afrontar la p?rdida de un ser querido, Espa?a, Ed. Oniro. (2002).
Este es un manual excelente para adultos que est?n cerca de un ni?o que ha perdido a un ser querido, pueden ser los pap?s o alg?n otro.
KUBLER ? ROSS, Elizabeth, Una luz que se apaga, M?xico, Ed. Pax M?xico. (2001).
En este texto, E. K?bler ? Ross se dirige a los padres que han perdido un hijo para ayudar a que encuentren paz y tranquilidad tras esta dolorosa experiencia.
LARSON Hall, Repentinamente sola, M?xico, Ed. Ariadne. Adapt. de Lilia Granillo. (1999).
Se trata de un libro adaptado al espa?ol con mucha dedicaci?n por una mujer que se divorcia y encuentra en ?l una ayuda efectiva. Los consejos pueden aplicarse a cualquier situaci?n de duelo.
ROCCATAGLIATA, Susana. Un hijo no puede morir. Ed. Grijalbo
SLAIKEU Karl, Intervenci?n en crisis. Manual para pr?ctica e investigaci?n, M?xico. Ed. Manual moderno. (1996).
Se trata de un manual te?rico ? pr?ctico para quien interviene en distintas crisis. Excelente como referencia para profesionales de la salud mental.
SULLIVAN EVERSTINE Diana y Everstine Louis, Personas en crisis, M?xico, Ed. Paz M?xico. (2000)
Si est?s interesado en ayudar a personas en crisis, este es un libro de referencia obligado.
ZANUSO Hermenegildo, Cu?ntame un ejemplo… colecci?n de 367 cuentos y an?cdotas con ense?anza cristiana, M?xico, Ed. Buena prensa, A. C. (2002).
Una colecci?n de relatos que te pueden ayudar para aplicarlos en distintas circunstancias durante el proceso de duelo y en otras ocasiones en la vida.

El Internet es un excelente recurso para encontrar informaci?n respecto al duelo y la tanatolog?a. Algunas p?ginas con documentos interesantes al respecto son:

www.compassionatefriends.org
www.mmhs.com
www.zonapedi?trica.com
www.vivirlaperdida.com
http://tanatologia.org/tanatologia/ninos.html
www.homestead.com/montedeoya/duelos.html

Las pel?culas tambi?n pueden ense?arte sobre el tema.

Gente como uno.
Trata sobre como la muerte de un hermano adolescente afecta a su familia, en especial a su otro hermano; en esta pel?cula podemos ver tanto la afectaci?n emocional en el sistema familiar, como lo que sucede a la pareja cuando han dejado de amarse y se mantienen unidos por los hijos.

Amigos para siempre.
El protagonista de la pel?cula es un ni?o infectado por HIV ?SIDA y la trama se desarrolla con todas las vivencias que ?l tiene junto con su ?nico amigo en la ?ltima parte de su vida.

Un milagro para Lorenzo.
Esta pel?cula trata de c?mo los padres se desviven para encontrar la cura a una enfermedad de su hijo. En ella podemos entender los motivos y el sufrimiento de los padres cuando un hijo se ve amenazado por la muerte.

INEGI. Defunciones generales por grupo de edad y sexo. P?gina web

Carta para un niño con Cáncer

http://kubler-rosscartaparaunnio.blogspot.com/

ELIZABET K?BLER-ROSS (1926-2004) fue doctora en Medicina y Psiquiatr?a. Naci? en Suiza, donde estudi? Medicina, y participo como voluntaria junto con los equipos americanos en la recuperaci?n del campo de concentraci?n de Meidaneck (Polonia) tras su liberaci?n.
Este hecho defini? su posterior inter?s por el comportamiento de las personas conocedoras de la inminencia de su muerte. Trabaj? en Estados Unidos durante 25 a?os ,en las secciones de enfermos terminales de distintos hospitales.
Sus libros traducidos a mas de 25 idiomas y con millones de ejemplares vendidos, la han convertido en una de las autoras mas le?das de los ?ltimos a?os

Reglas

Tomadas de rojointenso.net

Se escoge solo una vez. Elegimos ser guerreros o ser hombres corrientes. No existe una segunda oportunidad. No sobre esta tierra

Castaneda: Conocimiento Silencioso: Pagina 275
Reglas:

1. No identidades dobles.
2. No anuncios de cursos o relacionados con venta de conocimiento
3. Nada prehisp?nico si no se dan fuentes antropol?gicas de instituciones serias.
4. Si tienes algo que decir sobre Castaneda o Don Juan, no divagues, ve al punto.
5. Mensajes ofensivos,o que no cumplan con las reglas anteriores, no seran aprobados.
6. Puede hablarse de temas relacionados con el conocimiento, pero no relacionados con personas que no tengan reglas claras. No se permiten temas de “todo esta permitido”, solo aquellos que esten de acuerdo con valores ?ticos : Estamos contra el comercio de lo sagrado.
7. Cortes?a. Cualquier agresi?n sera tolerada una vez. La segunda, se quita de la lista.
* No son aceptadas personas que hayan sido expulsadas de ojos_abiertos
* Tratar de que los mensajes tengan coherencia. Tener la cortesia de organizar lo ue se dice.
* No se permite hablar mal sin evidencia de personas de la lista. Primer mensaje si no tiene la evidencia se rechaza y se da aviso publico, y al segundo baja definitiva.
Los boots son eliminados inmediatamente.

Regla Maestra:
Estamos en contra hechos impresionantes de quien conoci? a equis o zeta… queremos personas que NO MIENTAN y que no se apoyen en consumo de sustancias qu?micas.
Corolarios
# No al comercio ni a las fantasias dani?as
# No buscamos regresar civilizaciones perdidas, sino no fallarle al esp?ritu del hombre

Reglas de Envio :

La información publicada es responsabilidad del forista que lo hizo y seguimos los principios de wikipedia:

Nos reservamos el derecho de publicar toda la información recibida, y la información recibida por este medio seguirá los mismos lineamientos de la wikipedia :

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b) Eliminaci?n del mensaje original (en el caso de que haya recibido respuestas).

5. No se puede hacer una apertura masiva de nuevas conversaciones. Esta norma se aplica a todos los Paneles de Mensajes. Cuando se quiera responder a un mensaje de una conversaci?n ya abierta, se ha de procurar contestar en la misma, evitando abrir nuevas conversaciones innecesarias.

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