Objetivos:
1. Crear un ambiente positivo, de confianza y respeto entre todos los participantes.
2. Descubrir la importancia de la auto-aceptación y la autoestima en el desarrollo personal.
3. Aprender técnicas de auto ayuda para propiciar la introspección, inculcar la auto-aceptación y aumentar la autoestima.
4. Experimentar en un espacio seguro, una comunicación más abierta y analizar las propias creencias.
5. Brindar herramientas para disfrutar más de la vida y de ser uno mismo.
Requerimientos:
1. Una actitud abierta a nuevas posibilidades.
2. Mostrar respeto por todos los participantes.
3. Ganas de disfrutar más de la vida.
4. Edad suficiente para hacerse responsable de sí mismo.
“Aquel que se ama a sí mismo no tiene rival alguno”
Benjamín Franklin.
Introducción
El padre de la psicología norteamericana es William James, y en su libro Principios de Psicología, cuya primera edición se publicó en 1890, hallamos el primer intento de definir la autoestima. Lo primero que James nos dice sobre sí mismos es que basa su autoestima en cómo se compara con los demás en cualquier tema que elige. Si nadie más puede estar a la par de su pericia, su autoestima queda satisfecha. Si alguien lo supera, se destruye. Esta no es la fórmula para una autoestima positiva sino una receta para la ansiedad.
La autoestima cobró fuerza en la década de los ochenta. No sólo empezaron a publicarse cada vez más libros que hacían referencia a la palabra y se extendían sobre el tema en grado diverso, sino que comenzaron a aparecer estudios más científicos. Sin embargo, aún hoy no hay consenso en cuanto a lo que significa el término.
El propósito de este curso no es tratar exhaustivamente el gran tema de lo que podemos hacer para curar o reconstruir una autoestima dañada, sino fundamentalmente explorar qué es la autoestima.
Este es el punto de partida necesario. Si bien actualmente se habla mucho del tema, no hay comprensión compartida del significado de la autoestima o de las razones por las cuales es tan importante para nuestro bienestar.
Una de las propuestas es observar el poderoso rol que juega la autoestima para todos nosotros en las elecciones y decisiones claves que dan forma a nuestras vidas.
Se describe la buena autoestima y se indica las operaciones mentales de las que ésta depende.
Se hacen observaciones acerca de las fuentes de la autoestima positiva, en la medida en que depende de nuestras propias elecciones y comportamiento.
Así mismo, se trata de la aplicación de los principios de la autoestima al lugar de trabajo.
Esperamos que deseen ir más allá y aprender más acerca de la autoestima ya que de todos los juicios que emitimos en la vida, ninguno es más importante que el juicio que emitimos sobre nosotros mismos.
LA PROPIA IMAGEN ES EL DESTINO.
Lic. Martha Noemí Caraveo Pacheco.
“No hay peligro en mirar en el interior” Louise L. Hay
LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA
El modo como nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta en forma decisiva virtualmente todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, el amor, el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestras respuestas ante diversos acontecimientos que dependen de quiénes y qué pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de nuestra visión íntima de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso. También es la clave para comprendernos y comprender a los demás. La autoestima es una necesidad psicológica básica. La autoestima es estar dispuestos a ser conscientes de que somos capaces de ser competentes para enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida y de que somos merecedores de la felicidad. Esto está compuesto por dos ideas básicas: a)Autoeficacia, es decir confianza en nuestra capacidad de pensar, aprender, elegir y tomar las decisiones adecuadas, y b) auto respeto, es decir, confianza en nuestro derecho a ser felices. Los desafíos básicos de la vida incluyen aspectos tan fundamentales como ser capaz de ganarse la vida y cuidar de uno mismo; ser competente en las relaciones humanas, es decir, capaz de mantener relaciones mayoritariamente satisfactorias para ambas partes; y tener resistencia que nos permite recuperarnos de la adversidad y perseverar en nuestras aspiraciones.
Refleja “el juicio implícito que cada uno hace acerca de su habilidad para enfrentar los desafíos de su vida (para comprender y superar sus problemas) y acerca de su derecho a ser feliz (respetar y defender sus intereses y necesidades).
Tener una alta autoestima es sentirse confiadamente apto para la vida, es decir, capaz y valioso. Tener una autoestima baja es sentirse inepto para la vida; desacertado, no con respecto a esto o aquello, sino desacertado como persona. Tener autoestima término medio es fluctuar entre sentirse apto e inepto, acertado y desacertado como persona, y manifestar estas incoherencias en la conducta â??actuar a veces con sensatez, a veces tontamente-, reforzando, con ello, la inseguridad.
Desarrollar la autoestima es desarrollar la convicción de que uno es competente para vivir y digno de ser feliz, y por lo tanto equivale a enfrentar la vida con mayor confianza, benevolencia y optimismo, lo que nos ayuda a alcanzar nuestras metas y experimentar la plenitud. Desarrollar la autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser felices.
Cuando apreciamos la verdadera naturaleza de la autoestima, vemos que no es competitiva ni comparativa.
La genuina autoestima no se expresa por la auto glorificación a expensas de los otros, o por el afán de ser superior a los otros o de rebajarlos para elevarse uno mismo. La arrogancia, la jactancia y la sobrestimación de nuestras capacidades refleja más bien una autoestima equivocada y no, como imaginan algunos, un exceso de autoestima.
Una de las características más significativas de la autoestima saludable es que es el estado de una persona que no está en guerra ni consigo mismo ni con los demás.
La importancia de una autoestima saludable reside en que es la base de nuestra capacidad para responder de manera activa y positiva a las oportunidades que se nos presentan en el trabajo, en el amor y en la diversión. Es también la base de esa serenidad de espÃritu que hace posible disfrutar de la vida. La autoestima nos fortalece, nos da energía y nos motiva. Nos anima a tener éxito y nos permite disfrutar y estar orgullosos de nuestros logros. La autoestima es una experiencia íntima: reside en el centro de nuestro ser. Es lo que pienso y lo que siento sobre sí mismo, no lo que piensa o siente alguna otra persona acerca de mí. Mi familia, mi pareja y mis amigos pueden amarme, y aún así puede que yo no me ame.
“La autoestima es lo que te impulsa a lograr tus más altos objetivos y lo que te sostiene en los momentos difíciles. Si aumentas el amor por ti mismo, tu vida cambiará por completo” Francisco J. Angel
AUTOESTIMA
A la capacidad de tener confianza y respeto por uno mismo se le llama autoestima. (Susan Pick, Planeando tu vida, p. 277).
Es propiciada desde el nacimiento, o tal vez antes, ya que el hecho de que el niño o la niña se sientan deseados por sus padres les va a dar la posibilidad de sentirse esperados y queridos. De lo contrario, crecerá con un sentimiento de rechazo y baja estima. Es en el núcleo familiar en donde el niño adquiere las bases que necesita para una autoestima adecuada, que le permita sentirse apto para la vida, o con una autoestima inadecuada que lo haga percibirse como un ser inepto para enfrentarse al futuro.
Tanto la actitud de la madre como sus características personales son de suma importancia en el desarrollo de la confianza y el sentimiento de valía en los hijos; por lo tanto, es ella quien con su constancia, responsabilidad, interés, presencia y como satisfactora de necesidades, genera en los hijos el sentimiento interno de seguridad, de confianza en sí mismos y de sentirse dignos de la confianza de los demás.
Los padres tendrán que ser “espejos” que reflejen al hijo sus cualidades y logros, ayudándole así a crear un sentido de auto confianza dentro de su familia y dentro de la sociedad. Esta confianza en sí mismo y en los que le rodean, le ofrecerá una base firme para desarrollar su identidad con la certeza de ser aceptado, valioso y capaz.
Asimismo, los padres deben creer en los hijos (as) y producir en ellos la convicción de que lo que hacen tiene un significado; esto se logra a través de la empatía. O sea, percibir la necesidad del otro y responder adecuadamente de tal manera que el niño se sienta realmente comprendido.
Durante el crecimiento del niño (a), y posteriormente en la adolescencia, será el medio ambiente familiar el que ayudará a reafirmar su autoestima. Si ésta no se desarrolló de manera favorable dentro del núcleo familiar, probablemente el individuo tendrá sentimientos de soledad y rechazo, lo que se traducirá en minusvalía, lo cual le impedirá sentirse apto (a) para alcanzar sus metas.
En algunas ocasiones los padres frustran la posibilidad de una fuerte autoestima con base en la creencia de que sus hijos (as) serán adultos presumidos. Esto es un error, lejos de la presunción, estos niños (as) serán seres humanos seguros de sí mismos (as) y fuertes ante la adversidad. En otras ocasiones, la misma sociedad no permite que las personas muestren sus cualidades. Existen prejuicios tales como: “No debes mostrar tus cualidades, eso es presunción”. “Una cualidad importante es la modestia”. “Debes ser humilde”. Ã?stas son frases que escuchamos comúnmente y corresponden a las necesidades sociales. Los individuos con una baja autoestima están más sometidos a patrones vigentes, mientras que una adecuada autoestima se asocia con un reconocimiento de cualidades y defectos y una mayor conciencia de los alcances y limitaciones para luchar y obtener condiciones de vida.
La autoestima deberá ser sentida como la esencia interna de sí mismo (a). No necesita reconocimientos externos; la verdadera autoestima posee el reconocimiento interno, es la fe y respeto por nosotros mismos y es captada a través del amor, el respeto y la fe con la que nos nutrieron desde niños.
Una buena autoestima nos permite crecer, ser libres, creativos, alegres, amistosos, amorosos, sentirnos plenos y con capacidad de dar y recibir.
La palabra autoestima nos habla de cuánto nos valoramos y queremos a nosotros mismos. No todas las personas nos sentimos satisfechas con nuestra apariencia física, con nuestro carácter, con la forma en que nos comportamos, con lo que hemos logrado en la escuela, con nuestros amigos o dentro de la familia. Estos factores determinan cómo nos sentimos con nosotros mismos, qué tan contentos estamos con ser como somos, qué tanto nos aceptamos y que tanto nos queremos.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima está directamente relacionada con la auto imagen o el auto concepto, y que son los conocimientos y sentimientos que el individuo tiene sobre sí mismo. Tanto el desarrollo de la realidad individual como la capacidad de autoestima, están consideradas como un proceso. Ambos factores han de avanzar simultáneamente. La autoestima y el desarrollo personal se complementan entre sÃ; es imposible avanzar en el camino de la evolución humana sin una estima correcta y sin un crecimiento adecuado. La autoestima implica necesariamente que sintamos que somos valiosos, pero también que somos eficientes.
“La autoestima es una parte fundamental para que el hombre alcance la plenitud y la autorrealización en la salud física y mental, productividad y creatividad, es decir, es la plena expresión de sí mismo”. Es apreciar el valor e importancia propios, y tener el carácter para ser responsable de sí y de actuar responsablemente hacia los demás.
“El hombre tiene capacidad para elegir la actitud personal ante cualquier reto o un conjunto de circunstancias y así decidir su propio camino. Lo que el hombre llega a ser lo tiene que ser por sí mismo” (Nathaniel Branden).
A la autoestima se le ha llamado la clave del éxito personal, porque “ese sí mismo” a veces está oculto y sumergido en la inconsciencia o en la ignorancia.
Autoestima es la “suma de la confianza y respeto por uno mismo”. En ella hay un sentimiento:
. Me siento capaz de lograr cosas, de superar problemas, de salir adelante. Confío en mis capacidades para enfrentar la vida a pesar de mis límites.
. Me siento valioso y con derecho a ser feliz, y por lo tanto estoy pendiente de mis emociones, deseos y necesidades.
La autoestima influye en cada situación y acto de nuestra vida: en el trabajo, el estudio. La relación de pareja, la diversión y, por supuesto, la sexualidad.
La autoestima es el puente entre quién es y qué hace, entre el éxito interno y el externo. La autoestima significa creer en ti. Se ha definido la autoestima como apreciar sus puntos fuertes y destrezas, tener un sentimiento de poder y responsabilidad por sus propias acciones; un sentido de afecto mutuo entre usted y los demás y un sentido de dedicación a la sociedad ( Lynn Silton).
La autoestima es el antídoto más eficaz contra la depresión, la ansiedad o el estrés. Le permite actuar. La acción sigue al pensamiento. Pensar en lo que no puede hacer a menudo hace que fracase. Quedarse en los ensayos del pasado es un ensayo para repetir la actuación. Por otro lado, la acción positiva puede hacer realidad sus sueños. La energía y dirección centradas conducen a la mejor autoestima y éxito. La autoestima es una experiencia íntima; habita en mi alma. Es lo que yo pienso y siento respecto a mí mismo, no lo que otra persona piensa o siente respecto a mi.
La principal tarea del hombre en la vida es darse nacimiento a sí mismo, llegar a ser lo que potencialmente es. El producto más importante de este esfuerzo es su propia personalidad (Erich Fromm, el Arte de Amar).
Por tanto la autoestima la podemos definir como el conjunto de creencias (limitantes o desarrolladoras) y valores (virtuosos o viciosos) que el sujeto tiene acerca de quién es, de sus capacidades, habilidades, recursos y potencialidades, pasadas, presentes y futuras, que le han conducido hasta donde está y que le llevarán hasta donde crea que puede llegar.
La autoestima adecuada no es algo con lo que nacemos ni es posible comprarla en un puesto de revistas ni en una tienda de videos; no se adquiere por ir a una conferencia ni por asistir a un taller; es, sencillamente, el resultado del esfuerzo personal y cotidiano por alcanzarla, y una vez alcanzada por mantenerla, pues tampoco es un estado que se adquiera de una vez y para siempre: sube, baja, se cuestiona, peligra, se recobra.
Cuando la autoestima es alta, nos sentimos llenos de energía y entusiasmo, nos sentimos capaces de todo, nos sentimos seguros de nuestro propio valer y nuestra importancia. La alta autoestima busca el desafío y el estímulo de los objetivos difíciles y que merecen la pena. Alcanzar dichos objetivos nutre la buena autoestima.
Una persona con autoestima alta piensa que su vida hace una diferencia importante en el mundo y en las personas que le rodean. Tiene confianza en sus capacidades. Se caracteriza por su honestidad, su amor hacia sí misma y hacia los demás y porque expresa su libertad. Demuestra integridad entre sus valores y sus acciones, entre lo que siente y lo que dice, entre su comunicación verbal y no-verbal. Está bien consciente de que su mejor recurso es su propia persona. Sabe que puede contar con ella misma para todo lo que sea necesario. Tiene confianza en su presente y esperanza en el futuro. Se acepta tal como es y, al mismo tiempo, desea mejorar. Disfruta cuando logra mejorar, pero entiende que no siempre es posible.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima, mejor preparados estaremos para enfrentar las adversidades; cuanto más flexibles seamos, más resistiremos las presiones que nos hacen sucumbir a la desesperación o a la derrota. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, nuestras comunicaciones tendrán la posibilidad de ser más abiertas, sinceras y adecuadas, porque creeremos que nuestros pensamientos son valiosos y por lo tanto aceptaremos la claridad en lugar de temerla.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más ambiciosos tenderemos a ser, no necesariamente en nuestra carrera o profesión o en un sentido económico, sino en términos de lo que esperamos experimentar en la vida en el plano emocional, creativo, espiritual.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más posibilidades tendremos de entablar relaciones enriquecedoras y no destructivas, ya que lo semejante se atrae, la salud llama a la salud, y la vitalidad y la generosidad de ánimo son más apetecibles que el vacío afectivo y la tendencia a explotar a los demás. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, tendremos más disposición a establecer relaciones positivas en lugar de tóxicas. Esto se debe a que los que se parecen se atraen, y la salud se siente atraída por la salud. La vitalidad y la extroversión de los demás son, naturalmente, más atractivas para las personas con buena autoestima que la vacuidad y la dependencia. Los hombres y mujeres que confían en ellos mismos se sienten atraídos unos por otros de una forma natural. A la inversa, las mujeres y los hombres inseguros también se sienten atraídos y establecen relaciones destructivas.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más nos inclinaremos a tratar a los demás con respeto, benevolencia y buena voluntad, ya que no los percibiremos como amenaza, no nos sentiremos “extraños y asustados en un mundo que nunca hicimos” (citando el poema de A. E. Housman),y porque el respeto por uno mismo es la base del respeto por los demás.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más alegría experimentaremos por el solo hecho de ser, de despertarnos a la mañana, de vivir dentro de nuestros cuerpos. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más ambiciosos seremos, no sólo en sentido profesional o financiero, sino en materia de lo que esperamos experimentar en nuestras vidas: emocional, romántica, intelectual, creativa y espiritualmente. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, mayor será el deseo de expresarnos, reflejando nuestra riqueza interior .
Cuando la autoestima es baja, estamos cansados, nada nos entusiasma, nos sentimos inseguros de lo que somos capaces de hacer, sentimos que valemos poco. La baja autoestima busca la seguridad de lo conocido y lo fácil. Confinarse a lo conocido y lo fácil sirve para debilitar la autoestima. Cuanto más baja sea nuestra autoestima, más urgente será la necesidad de “probarnos” a nosotros mismos o de olvidarnos de nuestras necesidades viviendo de manera mecánica e inconsciente.
La baja autoestima tiende a generar depresión y ansiedad. Si nos sentimos significativamente carentes de eficacia y valor, casi con seguridad sentiremos que la existencia es aterradora e infructuosa.
Una persona con autoestima baja piensa que es insignificante. Se pasa la vida esperando que le ocurran las peores catástrofes, hasta que le ocurren. Vive sus días aislada del mundo. La soledad parece perseguirla. Tiene enormes dificultades para comunicarse. Cuanto más baja sea nuestra autoestima, nuestras comunicaciones tenderán a ser más turbias, evasivas e inadecuadas debido a la desconfianza en nuestros propios pensamientos y sentimientos, así como a la ansiedad ante la respuesta de nuestros interlocutores.
Puesto que la autoestima se aprende, podemos también cambiarla y volverla más positiva.
Un especialista en relaciones humanas, Satir (1981) ha dicho:
“Siempre hay esperanza de que la vida cambie porque siempre se pueden aprender cosas nuevas.”
Los principales pasos para mejorar la autoestima son:
Reconocer que nuestra autoestima es baja.
Convencerse de que la autoestima se puede cambiar.
Decidir cambiarla.
Otras ideas que ayudarán a mejorar la autoestima son:
Reconocer que solamente nosotros mismos podemos hacer el cambio. En realidad, nadie más tiene esa responsabilidad ni esa capacidad. Quizás hay algunos de nosotros que creemos que la autoestima la produjeron otros (casi siempre es más fácil culpar al resto del mundo).
Hacer un balance de las virtudes y los defectos. Todos tenemos cualidades y defectos y todos podemos sacarle partido a nuestras cualidades y cambiar algunas de las características propias que nos disgustan.
Empecemos primero por uno de los defectos. Debemos estar conscientes de que no todo lo que disgusta se podrá modificar. Pero siempre hay esperanza. Algunas cosas que disgustan no pueden ser cambiadas. Por ejemplo, es poco probable que alguno pueda aumentar su estatura, cambiar la forma o el tamaño de sus orejas, estrenar un nuevo color de ojos. Pero, está dentro del alcance de la mayoría de nosotros cambiar algunos defectos. Por ejemplo, con dietas o ejercicios podemos mejorar el cuerpo, con un especialista en cortes de cabello podemos cambiar su forma o el estilo de peinado.
Para aprender una nueva actitud personal, comencemos con lo sencillo. Y, por supuesto, premiémonos generosamente al alcanzar una meta, por pequeña que ésta sea.
Cualquier cambio que planeemos hacer, hagámoslo para complacernos a nosotros mismos. Podemos complacer a algunas personas por cierto tiempo, pero no podemos complacer a todo el mundo todo el tiempo. Ni tiene caso hacerlo. Nadie puede caerle bien a todos.
Tener una buena autoestima significa ver verdaderamente quien soy, autónomo, capaz de poner límites, orgulloso de ser quien soy y, por último, absolutamente abierto a recibir del universo lo que me he ganado. La autoestima se aprende de los padres, si yo he recibido valoración dela fuera, si mis padres me consideraban valioso, me aceptaban como era, me daban cierta autonomía, respetaban mi privacidad; si estaban orgullosos de mí y me hacían sentir reconocido, sin que me quedara endeudado o culpable cuando me daban algo (vamos recorriendo el esquema de la palabra valor), entonces es más fácil para mí darme cuenta de que soy valioso.
VERDADERO (autoaceptado verdaderamente)
AUTÓNOMO (libre de fijar sus propias normas)
LIMITANTE (capaz de poner límites)
ORGULLOSO (contento de ser quien es)
RECEPTIVO (aceptador del reconocimiento del medio)
Para algunos autores es como una escalera que se construye con distintos escalones. Estos escalones son:
-Auto conocimiento
-Auto concepto
-Auto evaluación
-Auto aceptación
-Auto respeto
-Auto estima
AUTO CONOCIMIENTO
“Cuando aprendemos a conocernos en verdad vivimos” (Schüller).
El auto conocimiento es conocer las partes que componen al “yo”. Cuáles son sus manifestaciones, necesidades y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente.
Es imposible amar algo que no conozco. No puedo amarme y respetarme si no conozco los aspectos que me integran.
Conocerme significa percibirme completo: mi cuerpo, mis pensamientos y sentimientos, y mi capacidad de relacionarme con otros.
Conocerme es descubrirme con capacidades, habilidades y virtudes, pero también con límites, defectos, errores.
Conocerme es darme cuenta de que cambio, no siempre soy igual, soy alguien dinámico y cambiante como cambiante y dinámica es la vida. Es conocer las partes que componen el yo, cuáles son sus manifestaciones, necesidades, y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente. Al conocer todos sus elementos, que desde luego no funcionan por separado sino que se entrelazan para apoyarse uno al otro, el individuo logrará tener una personalidad fuerte y unificada; si una de estas partes funciona de manera deficiente, las otras se verán afectadas y su personalidad será débil y dividida, con sentimientos de ineficiencia y devaloración.
AUTO CONCEPTO
“Dale a un hombre una auto imagen pobre y acabará siendo un siervo” R. Schüller).
El auto concepto es una serie de creencias acerca de uno mismo, que se manifiestan en la conducta. Si alguien se cree tonto, actuará como tonto; si se cree inteligente o apto, actuará como tal.
Es la visión o la imagen que tengo de mí mismo. Si digo: “Yo creo que soy…” todo lo que diga acerca de mí, es mi auto concepto. Todos tenemos una idea de lo que somos y de cómo somos. A veces, esa idea es real, pero a veces no lo es . Esa idea depende mucho de las etiquetas que las demás personas nos han puesto a lo largo de nuestra vida. El auto concepto es el conjunto de creencias que una persona tiene acerca de lo que es ella misma. Cada persona se forma, a lo largo de su vida, una serie de ideas o imágenes que la llevan a creer que así es. Hay personas que creen firmemente en su capacidad para ganar dinero o para vencer en la vida, y también, por desgracia, existen las que se han formado un auto concepto negativo, de manera que están convencidas de su incapacidad para triunfar o para aprender y progresar. Si una persona cree que no es apta para las matemáticas, aunque tenga cualidades para ellas, será inútil. Ninguna persona ha nacido para tapete ni para víctima. Nadie ha nacido fracasado, ni pecador sin esperanzas.
AUTO EVALUACION
“El sentirse devaluado e indeseable es en la mayoría de los casos la base de los problemas humanos” (C. Rogers).
La auto evaluación refleja la capacidad interna de evaluar las cosas como buenas si lo son para el individuo, le satisfacen, son interesantes, enriquecedoras, le hacen sentir bien y le permiten crecer y aprender; y considerarlas como malas, si para la persona lo son, no le satisfacen, carecen de interés, le hacen daño y no le permiten crecer.
Es la capacidad de evaluar como positivo o negativo aquello que sea positivo o negativo para mí, reflexionando al mismo tiempo sobre normas y valores de la sociedad. Poco a poco vamos a encontrar los puntos que van a guiar nuestra conducta, desarrollaremos nuestro propio juicio y aprenderemos a confiar en él, en lugar de basarnos solamente en lo que piensan las demás personas. Y es así, porque confío en mi propio juicio. La auto evaluación requiere estar consciente de sí mismo. El Dr. Elkins dice: “El darse cuenta de uno mismo es la llave para cambiar y crecer”. Cada uno tiene que encontrar e ir haciendo su camino, el que lo lleve a ser una persona valiosa para sí mismo y los demás. El “darse cuenta”, según la teoría de la Gestalt, es prestar más atención a las propias vivencias para comprenderlas y así comprender la existencia; “darse cuenta” de lo que está pasando en ese momento a su alrededor, cómo y qué se percibe, qué siente y cómo queda consigo mismo con la decisión que está tomando. Todo aquello que fue grabado es susceptible de transformarse y cambiar si hay voluntad: “Somos los arquitectos de nuestro propio destino”, “los escultores de nuestra más importante cultura”.
AUTOACEPTACION
“La actitud del individuo hacia sí mismo y el aprecio por su propio valer juega un papel de primer orden en el proceso creador” (M. Rodríguez).
La auto aceptación es admitir y reconocer todas las partes de sí mismo como un hecho, como la forma de ser y sentir, ya que sólo a través de la aceptación se puede transformar lo que es susceptible de ello. Sin auto aceptación la autoestima es imposible. Nos quedamos bloqueados en un hábito de conducta de autorrechazo, el crecimiento personal se ve reprimido y no podemos ser felices.
Aceptar, es experimentar la realidad de una manera completa, sin negarla ni evitarla. Es admitir y vivir como un hecho todas las partes que hay en mí. Aceptarme es ser capaz de sentir y decir: soy todas estas características; mi cuerpo, emociones, deseos, ideas, son partes de mí, independientemente de que algunas me gustarán y otras no. FÃjate: aceptarme no es necesariamente gustarme, sino reconocerme que soy como soy.
Para aceptarme no tengo que negar que soy, al contrario, se tata de aprender a amarme y respetarme con todas mis características: lo positivo y lo negativo, mis capacidades y mis limitaciones, mis aciertos y mis errores. Es necesario rodearse de una atmósfera donde se promueva la confianza, el afecto, el respeto, y la aceptación, y no seguir en una donde estos valores son ignorados o rechazados; tener actividades donde sea posible el éxito, y no aquéllas en que se sabe de antemano que se va a fracasar. Auto aceptarme no significa estar en guerra con nosotros mismos, no negar nuestra realidad actual, en este momento de nuestra existencia. La autoaceptación es negarse a tener una relación de enfrentamiento con uno mismo. Es uno de los fundamentos indispensables para construir una autoestima saludable.
AUTO RESPETO
“La autoestima es un silencioso respeto por uno mismo” (Dr. Elkins).
Auto respetarse es atender, hacer caso a las propias necesidades para satisfacerlas, vivir según nuestros propios valores, y expresar nuestros sentimientos y emociones, sin hacernos daño ni culparnos. Buscar y valorar todo aquello que lo haga a uno sentirse orgulloso de sí mismo.
Si me respeto, estoy al tanto de lo que deseo y necesito para estar bien, pero no solo me doy cuenta: actúo para lograrlo.
Si me respeto defiendo â??aún ante mí mismo- mi derecho a ser la persona que realmente soy. El auto respeto es entender las propias necesidades y valores para satisfacerlos; expresar y manejar en forma conveniente los sentimientos y emociones, sin hacerse daño ni culparse: buscar y valorar todo aquello que lo lleve a sentirse una persona orgullosa de sí misma. Sólo en la medida de este auto respeto se atenderán las necesidades y valores de los demás; no se hará daño, juzgará ni culpará. Se valorarán gracias a las propias necesidades y valores, se entenderá que así como uno tiene los suyos y los necesita, así el otro tiene los suyos y los necesita.
AUTOESTIMA
“Solo podemos amar cuando nos hemos amado a nosotros mismos”.
Quien se quiere a sí mismo se conoce y se acepta tal como es, conoce sus cualidades y sus limitaciones. Todas las personas valemos por nosotras mismas. No es necesario ser el o la mejor. Lo importante es hacer nuestro mejor esfuerzo y sentirnos satisfechos con nuestros logros. La autoestima es la síntesis de todos los pasos anteriores. La autoestima es el aprecio que tenemos por nosotros mismos, de nuestra forma de pensar, actuar y sentir. Ella nos permite reconocer nuestras capacidades y confiar en nosotros mismos. Nuestra persona con las propias virtudes, defectos, emociones, sentimientos, necesidades, etc., es el equipo que tenemos para vivir y así como somos debemos aceptarnos y querernos incondicionalmente, tomando en cuenta que hay cosas de nosotros que podemos modificar.
“El pasado no tiene poder sobre mÔ L. Hay
¿CÃ?MO SE FORMA LA AUTOESTIMA?
El sentimiento de valor propio lo aprendemos desde la infancia.
Desde niños pequeños interactuamos con otras personas : nos sentimos apoyados en menor o mayor grado, recibimos palabras de aliento o desaliento, directa e indirectamente de los padres y de otras personas. De las experiencias y comunicaciones con otras personas comenzamos a formarnos una imagen de nosotros mismos, adquirimos una especie de balanza en la que comparamos nuestro propio valer contra el que nos ha dado el mundo adulto.
A través de estas primeras comunicaciones recibimos: ideas de lo que otros sienten hacia nosotros, diversas opiniones sobre qué tan capaces somos para hacer o no las cosas, qué tan agradables o desagradables somos, qué tanta confianza nos tienen, qué tan independientes o dependientes quieren que seamos. Al transcurrir el tiempo, vamos asimilando el concepto que los otros nos transmiten y le vamos asignando una calificación a este concepto. Esta “calificación” es la autoestima. Ã?sta representa qué tanto nos queremos a nosotros mismos.
Existen varias razones para desarrollar una autoestima positiva:
En la medida en que nos conocemos y aceptamos, estaremos más contentos, satisfechos y tranquilos.
Si estamos contentos con nosotros mismos, interactuaremos más constructivamente con otros y lograremos más y mejores metas.
Será más probable que otros nos vean, respeten y admiren, de una manera más positiva, si nos aceptamos como somos. Si tenemos autoestima será más fácil que otros también nos quieran.
La autoestima positiva es un motivador poderoso de nuestra conducta que trabaja para mantener la propia estabilidad y nos brinda una serie de expectativas (metas) de logro y éxito. El autor, Rob Solomón, nos ofrece siete claves para construir y mantener un posición de sólidos valores personales y de una autoestima positiva.
1. Haz una revisión realista de ti mismo.
¿Cuáles son tus posibilidades y tus limitaciones? ¿Qué sabes hacer bien y hasta dónde está tu alcance?
Para poner límite necesito:
Comunicar claramente mis ideas.
Saber cuáles son mis necesidades.
Expresar límites y consecuencias claramente.
Sobreponernos a nuestras limitaciones.
2. Sé congruente con tus valores personales.
Como los valores vienen de fuera, éstos siempre se hayan a prueba, ya sea por nuestras experiencias o por el juicio que hagamos de cada uno de ellos con el paso del tiempo. Lo importante de los valores es que tú debes aceptar los que se adapten a tu persona, siempre pensando en un sistema de valores o código ético.
Si me respeto:
Me quiero y valoro.
Exijo un trato adecuado.
Respeto a los demás.
Mantengo una comunicación abierta.
No me engaño a mí mismo.
3. Desarrolla y mantén un sólido sistema de apoyo personal.
Recuerda que la gente necesita de la gente. Cuando necesites apoyo o te encuentres en una grave crisis personal, no dudes en recurrir a quienes te estiman.
4. Proponte metas realistas.
Que tus metas sean claras y específicas. No te impongas metas que no puedas medir.
5. Sé firme.
Aférrate a lo que crees, o lo que consideras correcto y a aceptar o tomar en cuenta las necesidades, sentimientos e ideas de los demás.
6. Acéptate tal como eres (aprende a perdonarte).
Acepta a los demás como son, con sus virtudes y sus defectos y acéptate también a ti mismo. La aceptación de sí mismo es producto de una auto evaluación realista.
7. Date siempre oportunidades de estímulo.
Una pequeña alabanza a favor de uno mismo siempre constituirá una aportación para nuestro desarrollo. “Buen trabajo”, ¡Lo hiciste realmente muy bien!, son palabras que te ayudarán a mantener en pie tu motivación. Dilas de vez en cuando.
Los sentimientos positivos hacia nosotros mismos sólo pueden crecer en un ambiente de libertad, en donde reconocemos y respetamos las diferencias individuales, en donde decimos las cosas tal como son y donde escuchamos sin criticar, prejuzgar o enjuiciar. ¿Qué podemos hacer? Propiciar un ambiente enriquecedor como el descrito. Un lugar en que la otra persona se sienta realmente estimada, necesaria, amada. Un tiempo en el que no hay prisas para compartir, y en donde se reconozcan las cualidades del otro.
La autoestima deberá ser sentida como la esencia interna de sí mismo (a). No necesita reconocimientos externos; la verdadera autoestima posee el reconocimiento interno, es la fe y respeto por nosotros mismos y es captada a través del amor, el respeto y la fe con la que nos nutrieron desde niños.
Una buena autoestima nos permite crecer, ser libres, creativos, alegres, amistosos, amorosos, sentirnos plenos y con capacidad de dar y recibir.
La autoestima es la experiencia de ser aptos para la vida y para sus requerimientos. Más concretamente consiste en:
Confianza en nuestra capacidad de pensar y de afrontar los desafíos de la vida
Confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos.
La autoestima es una necesidad muy importante para el ser humano. Es básica y efectúa una contribución esencial al proceso de la vida; es indispensable para el desarrollo normal y sano; tiene valor de supervivencia.
El no tener una autoestima positiva impide nuestro crecimiento psicológico. Cuando se posee actúa como el sistema inmunológico de la conciencia, dándole resistencia, fortaleza y capacidad de regeneración. Cuando es baja, disminuye nuestra resistencia fuerte a las adversidades de la vida. Nos derrumbamos ante las vicisitudes que un sentido más positivo del uno mismo podría vencer. Tendemos a estar más influidos por el deseo de evitar el dolor que de experimentar la alegría. Lo negativo ejerce más poder sobre nosotros que lo positivo.
AUTO EFICACIA Y AUTO DIGNIDAD
La autoestima tiene dos aspectos interrelacionados:
Un sentido de eficacia personal (auto eficacia)
Un sentido de mérito personal (auto dignidad)
Como experiencia psicológica realizada plenamente, es la suma integrada de estos dos aspectos.
Auto eficacia significa confianza en el funcionamiento de mi mente, en mi capacidad de pensar, en los procesos por los cuales juzgo, elijo, decido; confianza en mi capacidad de comprender los hechos de la realidad que entran en la esfera de mis intereses y necesidades; confianza cognoscitiva de mí mismo.
Auto dignidad quiere decir seguridad de mi valor; una actitud afirmativa hacia mi derecho de vivir y de ser feliz; comodidad al expresar propiamente mis pensamientos, deseos y necesidades; sentir que la alegría es mi derecho natural.
Partamos de la premisa de que si un individuo se sintiera inepto para enfrentar los desafíos de la vida, si careciera de confianza fundamental en sí mismo, en su mente, reconoceríamos una deficiencia de autoestima, sin importar qué otras ventajas poseyera. O si careciera de un sentido básico de auto dignidad, se sintiera indigno del amor o respeto de los demás, sin derecho a la felicidad, temeroso de expresar pensamientos, deseos o necesidades, nuevamente reconoceríamos una deficiencia de autoestima, sin importar qué otros atributos positivos exhiba.
Los pilares duales de la autoestima
Auto eficacia y auto dignidad son los pilares duales de la autoestima positiva. La falta de cualquiera de ellos la menoscaba. Son las características que definen al término debido a que son fundamentales. No representan significados derivados o secundarios sino la esencia de la autoestima.
La experiencia de la auto eficacia genera el sentido de control sobre la propia vida, que asociamos con el bienestar psicológico, la sensación de estar en el centro vital de la propia existencia, a diferencia de ser un espectador pasivo o víctima de los acontecimientos.
La experiencia de la auto dignidad posibilita un sentido benevolente no neurótico de comunidad con otros individuos, la fraternidad de la independencia y la consideración mutua, a diferencia del aislamiento del resto de los humanos, por un lado, o del hundimiento en la tribu, por el otro.
Dentro de una persona, habrá fluctuaciones inevitables en los niveles de autoestima, así como las hay en todos los estados psicológicos. Necesitamos pensar en términos del nivel promedio de autoestima de una persona.
¿Cómo experimentamos nuestra autoestima?
Si bien a veces hablamos de la autoestima como de una convicción sobre uno mismo, es más exacto hablar de una predisposición a experimentarse de una manera particular. ¿De qué manera? Recapitulando:
Como fundamentalmente competente para afrontar los desafíos de la vida; en consecuencia, confianza en la propia mente y en sus proceso; auto eficacia.
Como digno de éxito y felicidad; en consecuencia, la percepción de nosotros mismos como personas para quienes el logro, el éxito, el respeto, la amistad y el amor son apropiados; auto dignidad.
Para lograr un cambio significativo en tu vida antes de querer cambiar las situaciones externas sería conveniente cambiar lo que pasa dentro de tu mente. Llenarte de pensamientos positivos sobre ti y sobre todo lo que te rodea.
Si en tu mente tienes la creencia de que no mereces estar bien o de que nunca recibes lo que quieres, no importa cuánto trabajes y cuánto te esfuerces, tu mente trabajará para cumplir la creencia.
Si tienes la creencia de que vales poco o de que nunca conseguirás lo que te propones, puedes estar seguro de que sin importar cuantos cambios externos hagas, tu vida será la de alguien que vale poco.
Hay primero que cambiar esos pensamientos que detienen tu desarrollo; ponerlos a trabajar a tu favor y no en tu contra.
Lograr convencerte de que mereces lo mejor, que eres una buena persona digna de amar y de ser amada, tienes que estar seguro de que puedes resolver los problemas que tengas y de que debes ser tratado con respeto, que tienes derecho a pedir lo que quieres y que la vida quiere darte todo lo que deseas.
La autoestima es el motor de tu desarrollo, si aumentas tu amor propio, tus expectativas apuntarán a lo más alto, tendrás la fuerza suficiente para enfrentar las situaciones difíciles y mejorarás tu vida en todos los aspectos.
Una definición formal de autoestima
Resumiendo en una definición formal: La autoestima es la predisposición a experimentarse como competente para afrontar los desafíos de la vida y como merecedor de la felicidad. Branden, (1993). Obsérvese que esta definición no especifica las influencias del ambiente durante la infancia que sustentan la autoestima positiva (por ejemplo, seguridad física, educación, etc.) no los generadores internos posteriores (por ejemplo, vivir consciente, responsablemente con respecto a sí mismo, etc.), ni las consecuencias emocionales o de comportamiento (por ejemplo, compasión, deseo de ser responsable, etc.). Simplemente identifica a qué se refiere y en qué consiste la auto evaluación.
El concepto de “competencia” utilizado en la definición es metafísico, no “occidental”. Es decir, atañe a la naturaleza misma de las cosas, a nuestra relación fundamental con la realidad. No es el producto de una “opción por un valor” cultural en particular. No hay sociedad en la tierra, ni siquiera puede concebirse una cuyos miembros no enfrenten los desafíos de satisfacer sus necesidades, de la adaptación apropiada a la naturaleza y al mundo de los seres humanos. La idea de eficacia en este sentido fundamental (que incluye la competencia en las relaciones humanas) no es un “artificio occidental”, como se ha sugerido.
Nos engañamos a nosotros mismos si imaginamos que existe una cultura o sociedad en la cual no tengamos que enfrentarnos al desafío de adecuarnos a la vida.