Respaldo de material de tanatología

EL SIMBOLISMO DEL AJEDREZ Burckhardt, Titus

EL SIMBOLISMO DEL AJEDREZ
TITUS BURCKHARDT
El juego del ajedrez es originario de la India. Fue transmitido al
Occidente medieval por medio de los persas y los �rabes.
La palabra “jaque mate” que deriva del persa (shah =rey y el �rabe
mat=ha muerto).
El antiguo orden estrat�gico es evidente en la posici�n de las figuras
usado en el Oriente antiguo, la tropa ligera, representada por los
peones, ocupa la primera l�nea; el grueso del ejercito lo constituye la
tropa pesada, carros de guerra (torres), caballeros (caballos) y
elefantes de combate (alfiles); el rey con su “dama” o “consejero”
permanecen en el centro de las tropas.
La forma del tablero corresponde al tipo “cl�sico” del Vastumandala,
el diagrama que tambi�n constituye el trazado fundamental de un
templo o ciudad. Dicha diagrama simboliza la existencia concebida
como campo de acci�n de las fuerzas divinas. En su significado mas
universal, el combate figurado por el juego del ajedrez representa el
de los devas con los asuras, los dioses con los titanes, o los �ngeles
con los demonios, deriv�ndose de este todos los dem�s significados
del juego.
Que el ajedrez es de origen brahmanico ,lo prueba el car�cter
eminentemente sacerdotal del diagrama de 8X8 cuadrados. Los
hind�es consideraban el juego del ajedrez con una escuela de
gobierno y defensa.
(Sin el sello que el Esp�ritu divino imprime a la materia, esta no
tendr�a forma inteligible, y sin la materia que recibe el sello divino y,
por decirlo as�, lo delimita, ninguna manifestaci�n seria posible…
Hab�a anta�o, en el comienzo del presente manvantara una “cosa”
indefinible e ininteligible, que “obstru�a cielo y tierra”; viendo esto los
devas la tomaron s�bitamente, la echaron en tierra, boca abajo, y se
establecieron sobre ella en la posici�n que ten�an cuando la tomaron;
Brahma la llen� de devas (es la transformaci�n del caos en cosmos,
el fiat lux, por el que la tierra “informe y vac�a” ser� llenada de
reflejos divinos)
(Los devas de la mitolog�a hind� son an�logos a los angeles de las
tradiciones monote�stas; sabido es que cada �ngel corresponde a una
funci�n divina)

CIENCIA MODERNA Y SABIDURÍA TRADICIONAL

TITUS BURCKHARDT

Los cinco ensayos que componen este volumen tienen un solo fin en común: recordar que existe un tipo de conocimiento que trasciende a la razón discursiva.

Al haberse olvidado, en el mundo moderno, lo que es la simbología y al no tener conciencia de las consecuencias del pensar en términos científicos, el autor, Titus Burckhardt, pone en evidencia los límites de la ciencia moderna y sus contradicciones, tomando como base algunos ejemplos típicos: la «física relativista» de Einstein; el «biologismo evolucionista» de Teilhard y la «psicología de las profundidades» de Jung.

INDICE

Introducción

Capítulo I:
Cosmología perennis

Capítulo II:
Ciencia no sabia

Capítulo III:
El origen de las especies

Capítulo IV:
Psicología moderna y sabiduría tradicional

Capítulo V:
Reflexiones sobre la Divina Comedia de Dante, expresión de la sabiduría tradicional

Títulos originales de los ensayos:

1, Cosmologia perennis; 2, Unweise Wissenschaft; 3, Díe Herkunft der Arten; 4, Moderne Psychologie und Ueberlieferte Weisheit; 5, Zu Dantes Divina Commedia.

Versión castellana de Jordi Quingles y Alejandro Corniero.
TAURUS EDICIONES, S. A., Príncipe de Vergara, 81, 1.º, MADRID, 1979.
ISBN: 84-306-5010-5
Depósito legal: M. 8.661-1982                         

Introducción

Los cinco ensayos que componen este volumen, que desde el punto de vista de la temática no parecen estar estrechamente relacionados entre sí, tienen en común un mismo fin: recordar que existe un tipo de conocimiento que trasciende con mucho a la razón discursiva.

Dos son los obstáculos que hoy, aún más que en el pasado, ocultan este conocimiento, y ambos están íntimamente ligados entre sí.  Ante todo, se ha olvidado qué es la simbología, es decir, que existen modos de expresión que aluden más que enunciar expresamente, sin que por ello sean menos verídicos y exactos.  En segundo lugar, el pensar en términos científicos, en su forma más general, ha dado a la capacidad imaginativa de la gran mayoría de los hombres modernos una dirección determinada que a la vez la limita.

Esta es la razón por la que ha sido necesario poner en evidencia los límites de la ciencia moderna y sus contradicciones intrínsecas sobre la base de algunos ejemplos típicos tomados del campo de la física, del de la biología y del de la psicología, que corresponden a su vez al campo de la materia, al de las formas vivas y al del alma.

A la ciencia natural moderna, que a pesar de su agudeza y precisión incurre en gravísimos errores, contraponemos la cosmología clásica y medieval, a menudo «ingenua» en los detalles, pero profundamente verdadera en lo que a las cuestiones esenciales se refiere. Al principio de la obra describimos sus fundamentos más generales. Las conclusiones sobre la Divina Comedia de Dante quieren poner en evidencia cómo cosmología tradicional y contemplación, es decir, estudio del orden cósmico y conocimiento de la Verdad divina, pueden entrelazarse.

Capítulo I: COSMOLOGÍA PERENNIS

En el mundo tal como es realmente, por el hecho de que estamos insertos en él y de él formamos parte, los modos existenciales corpóreos, psíquicos y espirituales se entrelazan en un conjunto que el método puramente analítico de la ciencia moderna no puede captar. La más mínima percepción, el hecho de aprehender con los sentidos un objeto cualquiera, de incorporarlo a la red de imágenes interiores y que el espíritu lo reconozca como verdadero y real, constituye un proceso indivisible que demuestra cómo, en este mundo, condiciones de tipo muy diverso se insertan unas en otras, unas en modo espacio-temporal, otras en modo temporal no espacial y aun otras en modo supraespacial y supratemporal.  De ello resulta que la «realidad» no consiste en meras «cosas», sino que representa un orden de inconcebible sutileza y multiplicidad de niveles.  Todos los pueblos que no están deformados por la modernidad lo saben.  El tener conciencia de la múltiple gradación interna de la existencia forma parte de la experiencia primordial humana.  Sólo en virtud de una evolución muy particular del pensamiento podía ignorarse este complejo de experiencias hasta llegar al punto de aceptar una ciencia basada exclusivamente en datos numéricos como explicación satisfactoria del cosmos.

Por nuestra parte, no ignoramos que existen algunos científicos espiritualmente despiertos que no se hacen la ilusión de poder penetrar, con el método analítico propio de la ciencia moderna, más allá de un campo bastante limitado y superficial de la realidad.  No obstante, hay una especie de concepción moderna de la realidad con pretensiones totalitarias, condicionada como está no tanto por determinados resultados de la investigación actual como por su punto de vista particular y prácticamente exclusivo de la misma: es por el hecho de que la ciencia moderna se limita a los datos que pueden ser contados, medidos, pesados y, en última instancia, registrados estadísticamente sobre la base de repetidas observaciones, por lo que buena parte de la humanidad contemporánea ha llegado hasta el punto de considerar como «reales» sólo estos elementos.
No es por casualidad por lo que el método empírico de la ciencia obtiene el propio «nihil obstat» de la filosofía cartesiana; ésta, en efecto, divide la realidad en dos esferas, la material y la espiritual, separando al hombre, como un caso especial, del resto del cosmos: sólo en él coincidirán materia y espíritu.  Descartes no conoce otra materia que la corpórea, ni otro modo de ser del espíritu que, el conceptual; ello reduce tanto el espíritu como el alma.  Por el contrario, según las doctrinas cosmológicas y metafísicas de los pueblos antiguos, el universo, el cosmos, consta de numerosos niveles existenciales que, de acuerdo con la naturaleza humana, pueden subdividirse en tres esferas, la del cuerpo, la del alma (o psique) y la del espíritu, mas que si se examinan a fondo, constituyen una multiplicidad casi ilimitada.  En la esfera corpórea se incluye todo lo que está sujeto a la materia (en el sentido corriente del término), al número, al espacio y al tiempo; la esfera psíquica se substrae de tales condiciones, sin que por ello se vea libre de otras, también limitativas, pero menos separativas, sólo el espíritu puro, que como tal es incomparablemente superior a la mera razón, se libera por encima de todas estas condiciones existenciales; está, por así decirlo, ?hecho de conocimiento?, y no está sujeto ni a la forma ni al cambio.
La filosofía cartesiana, con su dualismo de la existencia, está, como tal filosofía, casi olvidada, pero aún sobrevive uno de sus aspectos: el de haber limitado el pensamiento científico a lo cuantitativamente verificable.
Ni siquiera los progresos de la psicología moderna han aportado ningún cambio a este hecho.  Aparecen como un mero oscilar entre dos aspectos irreconciliables de la realidad: mientras que para la ciencia «exacta» la verdad coincide con la efectividad de las cosas exteriores, con lo cual lo conocido no presupone un sujeto que conoce, para la psicología más reciente no hay ya ninguna verdad cierta; amenaza con reducirlo todo a lo subjetivo.  Por consiguiente, el hombre moderno se ve privado de un seguro sostén interior y, al mismo tiempo, queda como encerrado en una coraza que lo separa del riquísimo tejido cósmico.  Ésta, de cualquier modo, es la situación de quien no comprende los presupuestos conceptuales y las formas artificiosas del mundo moderno, convirtiéndose en su víctima.  De hecho, la pretensión totalitaria de la ciencia moderna quizá se explique del modo más eficaz a través del escenario técnico que ella misma ha contribuido a montar; en él se representa el repertorio sensorialmente perceptible de las abstractas tesis científicas, por lo que actúa aún más violentamente sobre el alma. Tal visión exterior y cuantitativa ha llegado a ser tan habitual entre la mayoría de los hombres que viven bajo el influjo de la ciencia moderna, que ahora ya son incapaces de sentir la profundidad inconmensurable de todo lo real. Existe una visión materialista del mundo, aun independiente de la filosofía materialista; y que se encuentra incluso artificialmente conectada con la fe en Dios.
Santo Tomás de Aquino escribía: «Es profundamente erróneo suponer que, en lo que a las verdades de fe respecta, sea indiferente lo que se piense sobre la creación con tal de que se tenga una concepción exacta de Dios … ; puesto que un error sobre la naturaleza de la creación siempre se reflejará en una errónea noción de Dios.. Habla de «naturaleza» de la creación, no de tal o cual de sus aspectos, puesto que el conocimiento de las cosas creadas es infinito.  Una visión exacta de lo creado sólo puede referirse a su naturaleza total, y ésta se volverá, a su vez, cognoscible siempre que no se tome en lugar del todo lo que no es sino una parte, un sector definido de condiciones determinadas.  En este sentido será mucho menos erróneo considerar a la Tierra como centro del universo o incluso considerarla plana, que identificar, por ejemplo, la percepción sensorial con un proceso físico, olvidando así incluso lo que «ven» el ojo y la propia vista.  Conocer la naturaleza de lo creado significa percibir íntegramente sus sucesivas gradaciones, que se extienden desde lo corpóreo hasta lo espiritual puro.  Una vez comprendidos los inconmensurables niveles de la existencia, el hombre advertirá igualmente la unidad que queda expresada en la coordinación de esos diversos niveles entre sí: si espíritu, alma y cosas corpóreas no estuvieran coordinadas entre sí, no habría ningún conocimiento; objeto y sujeto se escindirían; la conexión de las cosas corpóreas escaparía a cualquier lógica, el alma quedaría encerrada irremisiblemente en su propio sueño y el mundo corpóreo sería incognoscible no sólo parcialmente, sino también en su propia esencia. ¿Cómo se demostraría la verdad si no hubiese más que empirismo? ¿Quién puede garantizarnos que la actividad de las células cerebrales corresponde de alguna manera a las leyes reales del mundo?

… Las cosas todas
guardan entre sí un orden: forma
que, al universo, a Dios hace semejante .

«Las cosas todas: es decir, no sólo las corpóreas.  Por «forma», Dante no entiende una conformación definitivamente delimitada o claramente espacial, sino, en el sentido peripatético de la palabra, la unidad cualitativa inherente a un ser o cosa creada. «Forma» que es ley interior, y este significado es ya intrínseco al término griego kósmos, que ante todo significa orden.  Una ciencia que se limite al mundo corpóreo-material no puede, en razón de ello, ser designada como cosmología en sentido estricto, aun cuando pudiera incluir en su propia visión la totalidad del espacio astronómico.
Resulta evidente que la ciencia moderna, con los medios de que dispone, no puede llegar a conocer la unidad cualitativa del universo y la íntima ley de su estructura de múltiples niveles; mas esto no significa finalmente que la capacidad cognoscitiva humana no pueda tener acceso a esa ley.  No existe únicamente una razón calculadora; existe, además, una intuición espiritual, que René Guénon define adecuadamente como «intuición intelectual» , y que se refiere a las verdades universalmente válidas innatas al espíritu.  Esto no tiene nada que ver ni con el sentimiento ni con la «intuición» basada en la fantasía que podría permitir a un científico genial establecer una nueva teoría . La verdadera intuición o visión espiritual tiene un carácter tan poco “subjetivo” como la certeza de que dos por dos son cuatro o que todo triángulo equilátero es inscribible en un círculo: En realidad, la inmediata certeza inherente a estos y otros axiomas del pensamiento, y sin la cual no existiría ninguna ciencia pragmática , corresponde aún en mayor medida a las verdades a las que se refiere, en última instancia, toda cosmología tradicional.
Hablamos de cosmología «tradicional» porque sin una tradición que aporte los necesarios puntos de apoyo, el espíritu humano difícilmente podría superar el plano del pensar consuetudinario a fin de extraer las verdades universalmente válidas, subyacentes al propio pensamiento, para cristalizarlas en la conciencia. Este proceso no consiste en repetir simplemente algunos esquemas conceptuales, puesto que las verdades de las que aquí se trata son conceptualmente inagotables; su manifestación se limitará siempre a un reflejo incompleto que sólo podrá estimular una nueva expresión de la intuición más profunda.
Las máximas intuiciones de que sea capaz el espíritu humano -y en este sentido es más que humano, pues coincide con la fuente luminosa interna de todo conocimiento- se refieren a la esencia de Dios mismo, llegando a cubrir un campo, por lo tanto, más amplio que el teológico en el sentido moderno de la palabra.  En realidad y sobre todo, compete a la teología comentar determinados dogmas revelados: ella deduce y enseña. La intuición espiritual, por el contrario, no está como tal ligada a ninguna forma prefijada. En segundo lugar, la teología se limita por norma  al puro Ser, correspondiente a la visión personal de Dios como creador, conservador y redentor. La intuición espiritual, en cambio, tiene la virtud de penetrar hasta el fondo primordial suprapersonal de la Divinidad, fondo que es, de suyo, absoluto: precisamente por el hecho de ser, el puro Ser ya está limitado a una primera aunque omnicomprensiva condición; por eso está, en cierto modo, autocondicionado, distinguiéndose así del Absoluto.

Llamaremos metafísica a la visión espiritual que se abre a lo Absoluto y a lo Infinito .
La cosmología no se refiere, como tal, ni al Absoluto ni al puro Ser, antes bien a la existencia, a la totalidad de los mundos creados o manifestados.  Sin embargo, como sin origen divino no habría cosmos, y éste, desde un punto de vista existencial, no puede ser más que una imagen limitada de lo divino, la cosmología se interesa también, indirectamente, por las verdades metafísicas, extrayendo de ellas sus certezas últimas.
Rigurosamente hablando, una teología puede subsistir aun sin una infraestructura cosmológica.  En las religiones monoteístas , por ejemplo, la conciencia de la omnipotencia divina es suficiente para colocar al mundo en su justo lugar, mientras que la conciencia de la omnipresencia de Dios desmonta, por así decirlo, la estructura cosmológica del mundo: siendo Dios omnipresente en su totalidad, y teniendo la virtud de revelarse en cualquier momento y de una manera conforme a quien reza, lo único decisivo es la relación entre el hombre y Dios.  Esto presupone, sin embargo, que el conocimiento de la omnipotencia y omnipresencia divinas no se vea invalidado por una falsa valoración del mundo, como ocurre inevitablemente cuando se le atribuye al mundo material una realidad prácticamente autónoma. Lo que obstaculiza la conciencia de Dios no es el hecho de tomar los progresos materiales por lo que son, sino el trastorno metódico de las jerarquías visibles de este mundo, la subordinación de los aspectos cualitativos de la existencia a los cuantitativos, el hecho de hacer derivar a los seres superiores de los inferiores, de reducir datos psíquicos a datos meramente fisiológicos, y otros juicios erróneos que pueden surgir de la ciencia moderna.  No se presentan aisladamente: actúan en conjunto como un muro impenetrable que se opone a cualquier visión realmente espiritual de las cosas.  En realidad, son los aspectos más sutiles, indivisibles, y no cuantitativamente mensurables del mundo los que sugieren su origen divino.  Sugerencia que necesita sostenes conceptuales: el hombre no puede referir el mundo a Dios sin entenderlo -al menos en principio- como un orden lógico.  La distancia entre el mundo y Dios hace, así, que en aquél nunca falten elementos sin sentido aparente; pero ningún hombre puede tolerar vivir totalmente en el absurdo, porque ello corta las alas de su espíritu.  Para el hombre, vivir en el absurdo es la mayor de las desdichas, ya que se ve obligado a evadirse con sofisticaciones terrenas.  Lo cual nos autoriza a decir que una civilización que no posea una cosmología en el verdadero sentido de la palabra, no es una auténtica civilización.
En verdad, sólo la visión metafísica de Dios es independiente de la cosmología y al mismo tiempo inmune a cualquier error cosmológico; para aquélla, el mundo no es sino un reflejo del Absoluto: no se puede oponer el mundo al Absoluto, como si coexistiera junto a él; frente al Absoluto, el mundo es simplemente nada; pero en la medida en que posee realidad, en su esencia, el mundo es el propio Absoluto.
Esta visión es quizá más directamente explícita en el Vedanta hindú, si bien informa también al Budismo Mahâyana en su doctrina de la unidad última de samsâra y Nirvâna.  Entre las religiones monoteístas, esta verdad, aun estando contenida en ellas, sólo se pone en evidencia en la dimensión esotérica; la encontramos expresada en sufíes como Muhyi-I-din lbn ‘Arabi, ‘Abd-al-Karin al-Yili, al-Sabistari y otros, así como en ciertos esoteristas hebreos y algunos maestros cristianos representantes de la gnosis en el sentido auténtico, no herético, de la palabra .
La enunciación vedántica por la cual el mundo no sería sino apariencia o ilusión, no debe entenderse como si con ello se pusiera en duda la realidad empírica del Mundo en sí; tomado en sí mismo, el mundo es lo que es; sólo que este -tomar en sí mismo- incluye un engaño o, mejor dicho, cierto punto de vista provisional, casi onírico, en la medida en que el mundo no posee ninguna realidad autónoma; es totalmente relativo, un mero reflejo que, sin el Sí divino que en él se contempla y sin el espejo divino que lo manifiesta no sería del todo.
La concepción metafísica no caerá nunca en la tentación de considerar un aspecto parcial del cosmos, por ejemplo, el mundo corpóreo, como algo independiente, ni se dejará inducir a atribuir al pensamiento una realidad mayor de la que efectivamente le corresponde: el espíritu humano no podría comprender del todo el universo si no fuera, en su más profunda esencia, idéntico al Origen de éste.
Por esta razón, la clave de cualquier auténtica cosmología es la doctrina de la Esencia universal del espíritu: en realidad, sólo tiene garantía una ciencia cuando se la puede llevar hasta el punto en que ser y conocer, objeto y sujeto, coincidan: esto es lo que ocurre con la Esencia universal del espíritu.
No pretendemos decir con ello que la cosmología como tal tenga por objeto el espíritu puro; su ámbito más real es la existencia, el mundo «objetivo» en su estructura, aun permaneciendo siempre en conexión con la doctrina de la Esencia universal del espíritu.  Un ejemplo muy claro de esto es la cosmología hindú representada por la escuela; o, mejor dicho, el «punto de vista» doctrinal (darshana) del Sânkhya: el fundamento de todo lo que se contempla, desde este punto de vista, es Prakriti, la materia prima que, aun siendo de suyo indefinible-, lleva en sí todos los posibles modos de existencia; Prakriti es la raíz de toda multiplicidad; todos los niveles y todos los contrarios se desarrollan a partir de ella. Sin embargo, es totalmente pasiva y los modos que contiene potencialmente se despliegan sólo por intervención de su polo complementario «esencial» y activo, Purusha. Este no interviene personalmente en el devenir cósmico; no participa en ninguna de las transformaciones determinadas por su presencia; a través de todos los estados cósmicos permanece inmóvil en sí mismo, aun siendo acción pura, así como Prakriti por sí sola es siempre pasividad imperturbable e inmutable. En cierto modo, todo «tomar forma» parte del polo activo, Purusha; mientras que el polo pasivo, Prakriti, se limita a reflejar; y desde otro punto de vista, todo cambio y limitación vienen determinados sólo por la materia prima, Prakriti, mientras Purusha, el contenido puro de todas las cosas, permanece intacto.
Purusha puede ser equiparado al espíritu, así como Prakriti puede considerarse como materia prima; sin embargo, la relación entre los dos polos existenciales, tal como los concibe la cosmología hindú, no tiene nada en común con el dualismo cartesiano de «espíritu» y cmateria»: Purusha no consiste en pensamiento, y Prakriti no tiene extensión ni masa; Purusha es ciertamente cognoscitivo, pero su conocer es esencial, y como tal no sólo comprende a la existencia, sino que, además, la determina en su esencia.
Purusha y Prakriti, por otra parte, sólo se distinguen entre sí en lo que respecta a sus efectos cósmicos; en su origen, en el Ser puro, están unificados, no teniendo la acción pura otro objeto que la pasividad pura, ni ésta otro contenido que la acción pura, determinada sólo por sí misma .
Tomando al cosmos como tal, se puede considerar cada campo o cada modo existencia, bien desde la perspectiva de la esencialidad activa y formativa, Purusha, bien desde la perspectiva de la materia prima, Prakriti. Considerando los impulsos de la esencia de las cosas, su configuración material parece accidental, y, partiendo de ésta, la esencia no puede captarse simultáneamente.  Es como si de una casa se dijera que consiste en piedras, cimientos, vigas y tejas y presupusiéramos tácitamente la forma global de la propia casa.  Volvemos a encontrar estos dos puntos de vista o «dimensiones» de la realidad cósmica en la distinción peripatética entre «forma» y «materia». La «forma» en este sentido esencial se refiere al polo existencial, activo, Purusha; mientras la materia primordial, la hyle o materia prima, corresponde a Prakriti  .
La cosmología del Sânkhya parece ocuparse sólo de lo que nace de Prakriti, como conviene a una visión anclada en la existencia «objetiva», aunque siempre presupone la presencia de Purusha.
En realidad, a toda auténtica ciencia le corresponde una visión más o menos limitada y tiene el derecho a limitarse a esa visión con tal que reconozca los principios de una visión más amplia. El objeto de la cosmología es la existencia diferenciada; su presupuesto es la doctrina del Ser unitario, comprendida a su vez en la doctrina del Infinito y del Absoluto de la metafísica pura.
En virtud de sus tres niveles, espíritu, alma y cuerpo, el hombre es como una imagen del universo entero.  Aunque no puede captar los diversos planos de la existencia en todo su alcance y en todas sus variaciones, puede saber, en principio, mediante la contemplación de sus propias «dimensiones» externas e internas, cómo está «construido» el universo; su espíritu, que «hacia abajo» se ramifica en los sentidos y «hacia arriba» alcanza con su raíz al Ser indiferenciado y al Ente supremo, le permite captar, de algún modo, el eje entero del universo. El saber tradicional garantiza, por lo tanto, conocimientos incomparablemente más profundos y reales que todas las enseñanzas de la ciencia moderna, aunque a veces, en el plano meramente empírico, sus representaciones sean «ingenuas», es decir, simplemente humanas. En el terreno de los fenómenos infinitamente múltiples y al mismo tiempo limitados, todo conocimiento no puede ser, de cualquier modo, más que provisional.
De acuerdo con la visión cristiana del mundo, el conocimiento de la esencia universal absoluta del Espíritu, en que se basa cualquier auténtica cosmología, viene dado por la doctrina joanea  del Logos, «por el que todas las cosas han sido hechas»; y que, al mismo tiempo, es la luz que «ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Juan, I, 3-9); el Logos es el origen del universo, la quintaesencia de la existencia en la que se contienen las posibilidades de todas las cosas creadas; y al propio tiempo es la fuente luminosa de todo conocimiento, sin la cual ninguna percepción, ningún paso del «objeto» al «sujeto», serían posibles. El Logos es el Verbo divino; en su ser determinado se determina y se manifiesta también la multiplicidad de sus posibilidades, y, sin embargo, todo permanece en él y, con él, en Dios.
El aspecto cosmológico del Logos, que no descubre el secreto intrínsecamente divino de las tres Personas, está trazado en la concepción plotiniana del primer espíritu o intelecto (nous), y que escapa a la doctrina cristiana; el espíritu es la primera emanación del Uno supremo; por el hecho de que él mira al Uno y, reflejándolo, objetiviza el contenido inagotable de su visión, de él nace el mundo entero.  Si se entiende este nacer del espíritu a partir del Uno y del mundo a partir del espíritu en la manera en que es entendido, es decir, no como un surgir material, sino como una emanación o un reflejo que no añade ni quita nada al Uno supremo, en esta concepción no hay nada que refute la transcendencia divina; al contrario, se inserta como una dimensión cosmológica en la doctrina joanea del Logos, dando así origen, al mismo tiempo, a la teoría de la jerarquía de la realidad como una expresión de la infinitud contenida en la unidad divina.  Esta infinitud exige su espejo, el espíritu universal, de cuyo reflejo infinito nace el alma universal (psyche) que, reflejando a su vez al espíritu universal, produce la naturaleza (physis) y, finalmente, al mundo corpóreo; en cada nivel, la realidad se hace más exterior, limitada, fragmentaria, aun estando fundamentalmente contenida en el espíritu universal y, por ello, en el Uno supremo. Todo esto debe interpretarse no en un sentido literal, sino simbólico; no obstante, esta terminología puede dar razón de todas las representaciones concretas de la realidad cósmica.
Que el Cristianismo se vale de la doctrina plotiniana del reflejo o fragmentación gradual de la única luz divina, se evidencia, entre otros, en el siguiente pasaje de la Divina Comedia de Dante:
Lo que no muere y lo que puede morir
no son más que reflejos de aquella idea
que nuestro Señor engendra con su amor.
Porque la viva luz que de su luminar surge,
de él no se separa
ni del amor que a ambos entrelaza .

No hay duda, empero, de que existe una diferencia entre la representación bíblica de la creación y la doctrina plotiniana de la emanación de la existencia a partir del Uno; diferencia fácilmente superable, no obstante, si se miran con perspectiva ambas terminologías y se hace justicia al símbolo; ¿qué puede significar, en efecto, la afirmación bíblica de que Dios ha creado el mundo «de la nada» (ex nihilo) sino que Dios no ha creado el mundo de otra materia que exista fuera de Él?  Pero si el mundo no tiene otra realidad que la que le viene de Dios, en este sentido no es sino su reflejo o su emanación. Mientras que el símbolo del crear evoca la representación de una actividad divina, el símbolo del emanar es estática; recuerda a una luz cuya naturaleza es resplandecer, y que necesariamente resplandece, puesto que es.
En este sentido, los cosmólogos griegos y los filósofos posteriores concibieron el cosmos como expresión necesaria del Ente divino y, por lo tanto, como eterno.  A su entender, el cosmos tomado como entidad, no tiene ni principio ni fin temporales, mientras que, según la Biblia, el universo empezó en el mismo momento en que Dios lo creó.  La aparente contradicción entre ambas concepciones se resuelve, sin embargo, cuando se considera que el tiempo, como expresión del cambio y del tránsito, no puede ser anterior a la creación.  El tiempo fue creado con el mundo; por eso el principio del mundo no es de naturaleza temporal, aunque pueda expresarse en términos temporales con una visión que represente simbólicamente los efectos divinos como acción.  Lo que en la teoría de las emanaciones divinas aparece como una jerarquía que va desde una realidad superior hasta una realidad inferior, en el relato de la creación se presenta como un desarrollo temporal. Efectivamente, el mundo corpóreo tiene un principio temporal y un fin temporal; pero en un sentido fundamental o, si se quiere, lógico, el universo empieza y termina fuera del tiempo, desde el momento en que su imprevisible duración es nula respecto a la eterna «hora de Dios».
Los Evangelios no hablan de la estructura del universo y no parecen aportar ningún punto de referencia para una cosmología.  En realidad, la cosmología cristiana se refiere principalmente al relato de la creación tal como es referida en el Antiguo Testamento, utilizando al propio tiempo la herencia de los cosmólogos griegos. Se la puede definir, por lo tanto, como ecléctica, sin que ello signifique que de suyo esté dividida; las diversas tradiciones no coinciden por azar, sino que se complementan recíproca y providencialmente: a la creación bíblica, que reviste una forma mitológica, es decir, puramente metafórica, se añade, a modo de comentario, la cosmología griega, cuya terminología, relativamente racional, permanece neutra desde el punto de vista de la simbología y del de la doctrina de la salvación.
Todo esto no tiene nada que ver con el sincretismo, que sólo aparece cuando se entremezclan los planes y las terminologías espirituales.  El mito bíblico de la creación y la cosmología griega no son ni irreconciliables en sus puntos de vista ni intercambiables; sin embargo, sería imposible mezclar, por ejemplo, la cosmología budista con el lenguaje simbólico de la Biblia.  El relato bíblico de la creación adopta la forma de un drama, representando una acción divina que se desarrollaría simbólicamente en el tiempo, de modo que las condiciones primordiales y las condicionadas, es decir, lo eterno y lo efímero, se distingan como un «antes» y un «después».  La cosmología griega, por el contrario, corresponde a una visión estática del universo; describe su estructura tal como es «ahora» y «siempre», como una jerarquía de condiciones existenciales cuyos grados inferiores estarían determinados por el tiempo, el espacio y el número, mientras que los grados superiores escaparían del transcurso del tiempo, de los límites espaciales y de otras condiciones análogas.  Esta teoría se presenta natural y providencialmente como un comentario científico a los símbolos bíblicos.  El mito bíblico es revelado; sin embargo, la cosmología griega no es tampoco de origen meramente racional y, por lo tanto, puramente humana; aun en Aristóteles, que con mucha razón puede considerarse como el predecesor del racionalismo occidental, algunos conceptos fundamentales, tales como la distinción entre «forma» (eidos) y «materia» (hyle) no son, de suyo, de naturaleza meramente racional, y derivan, desde luego, de un saber sagrado y, por lo tanto, al margen del tiempo. Aristóteles tradujo una sabiduría transmitida a una dialéctica ontológica, en base a la ley de que, a su modo, la lógica tiene la virtud de reflejar la ontología, la unidad de la existencia (Ninguna cosa puede a la vez ser y no ser); pero la limitación de este método consiste exactamente en el hecho de que sólo representa la realidad en la medida en que ésta sea lógicamente representable, es decir, sólo en el marco de la existencia, con exclusión de las verdades supremas, puramente metafísicas. Platón y Plotino van mucho más allá; superan la cosmología «objetiva» de Aristóteles usando las formas conceptuales como meros símbolos y anteponiendo la visión espiritual al pensamiento lógico. La cosmología cristiana -y esto es válido para la cosmología islámica y la hebrea del medioevo- tomó de Aristóteles el pensamiento analítico y de Platón la teoría de los arquetipos, base de toda simbología .
La fusión entre el patrimonio cosmológico griego y el monoteísmo de tipo semítico  se completó con el intercambio, vivo entre los espíritus de los mundos cristiano, islámico y hebreo. De hecho, en estos credos la visión del mundo era esencialmente la misma hasta finales del medioevo.  Las diferencias sólo se producirían en la medida en que la simbología particular de cada fe se extendía también al campo cosmológico: la teoría de los nombres y de las cualidades divinas tiene sus aplicaciones cosmológicas y, por su contenido, la ciencia de los ángeles forma parte de la cosmología. Los contrastes reales sólo subsisten entre las diversas soteriologías, en las que el saber cosmológico apenas afloraba . No faltan, por otra parte, conexiones que se extienden de toda la cosmología occidental hasta las teorías correspondientes de las civilizaciones asiáticas.  Sin embargo, a partir de estas relaciones más o menos históricamente verificables, no puede llegarse a la conclusión de que una cosmología como la occidental de la Edad Media se haya desarrollado por azar y por razones exteriores a las que representa. La correspondencia entre la visión cósmica de los tres credos demuestra ya cómo los elementos antiguos utilizados en la estructura de la cosmología medieval sólo habían servido para estimular y expresar una visión de por sí unitaria, determinada por la Esencia del espíritu y la naturaleza de las cosas.

La cosmología es un modo indirecto de conocimiento de Dios; y aunque lo mismo pueda decirse de la fe, será en un sentido totalmente distinto. Si bien la fe empeña ante todo a la voluntad, como decisión personal hacia un objetivo presentido pero no totalmente conocido, la cosmología tiene desde el primer momento un carácter cognoscitivo y, por lo tanto, impersonal, en virtud del cual se acerca a la gnosis en el sentido real, no herético, de la palabra.  Por otra parte, la fe se relaciona con la gnosis por su incapacidad de subsistir desvinculada de una visión espiritual metafísica más sublime, que tenga por objeto, no al universo, sino al propio Dios, y que sepa interpretar la teoría de lo absolutos contenida en las Sagradas Escrituras y aplicarla a todos los aspectos de la realidad .
¿Debe, pues, una cosmología expresarse en los mismos términos forjados por los maestros medievales mediante una síntesis del patrimonio platónico y aristotélico?  Si bien no es necesario que se exprese con ellos, sigue siendo indispensable que los comprenda. En nuestros días, se considera con demasiada facilidad que una renovación espiritual pase por un desembarazarse de las formas transmitidas en favor de un contenido que aún no se posee ni se está en condiciones de fijar; sólo se consigue una auténtica renovación espiritual mediante un conocimiento mejor y más en profundidad de lo que encierran las formas tradicionales. Al espíritu no lo sofoca la forma, sino el uso desprovisto de sentido que de ella se hace.
En la visión antigua y medieval del mundo, cosmología y filosofía estaban estrechamente vinculadas entre sí.  Se separaron precisamente cuando la cosmología se redujo a una mera descripción del universo visible; así, la filosofía pierde su fondo universalmente válido y asume gradualmente el carácter solitario, oportunista y arbitrario que hoy la caracteriza. Las ciencias naturales y la filosofía moderna son como las dos mitades de una entidad perdida: una de ellas se desarrolla hacia la «objetividad», y la otra hacia la «subjetividad».  La entidad se perdió cuando se abandonó su eje seguro, que no es sino la doctrina transmitida del espíritu. Por otra parte, es perfectamente plausible que cualquier investigación sobre la verdad plantee ante todo la siguiente pregunta: ¿Existe alguna razón para que el hombre tenga la facultad de conocer la verdad en cualquier medida o respecto?  O la facultad cognoscitiva del hombre participa de una luz que nace a su vez de la fuente de toda verdad y de todo ser, o no existe verdad alguna.
Quizá el mejor modo de demostrar cuáles son los criterios de verdad propuestos por la cosmología tradicional consista en señalar los errores y contradicciones inherentes a la ciencia moderna de la naturaleza y que sólo pueden ser eliminados y superados con la ayuda de tina verdadera cosmología.  En los capítulos siguientes nos detendremos, por tanto, en tres aspectos típicos de las ciencias naturales modernas, relativos a la materia inorgánica, a la vida y a la psique humana, arrojando luz, de vez en cuando, sobre las tesis modernas desde el punto de vista de la cosmología tradicional.  Para demostrar finalmente qué posibilidades espirituales son inherentes a una visión cosmológica del mundo, añadiremos una interpretación de algunos pasajes del gran poema de Dante. Si con ellos nos desviamos del ámbito propiamente cosmológico, se demostrará, en cambio, cómo, en una «visión del mundo» auténtica y realmente provista de sentido, las cosas están entrelazadas y se produce una conexión entre lo ínfimo y lo más sublime.

El bibliocausto nazi

El bibliocausto nazi
por Fernando B�ez (*)

Todos, en alg�n momento dado, deben haber o�do hablar del Holocausto Jud�o, nombre dado a la aniquilaci�n sistem�tica de millones de jud�os a manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Pero conviene advertir, y eso desde el inicio, que este genocidio tuvo su equivalente. Tambi�n hubo un Bibliocausto, donde 100 millones de libros fueron destruidos directa o indirectamente por el mismo r�gimen. Entender c�mo se gest� puede permitirnos comprender cuanta raz�n ten�a Heinrich Heine cuando escribi� prof�ticamente en su obra Almanzor (1821): […]donde los libros son quemados, al final tambi�n son quemados los hombres[…]. La destrucci�n de libros de 1933 fue, a mi juicio, apenas un pr�logo a la matanza siguiente. Las hogueras de libros inspiraron los hornos crematorios. Y esto merece una reflexi�n detenida, porque se trata de un acontecimiento que marc� para siempre la vida de millones de hombres y va a continuar como uno de los hitos m�s siniestros de la historia.
El comienzo de esta barbarie tiene fecha: el 30 de enero de 1933, cuando el presidente de la llamada Rep�blica de Weimar, en Alemania, Paul Ludwig Hans Anton Von Beneckendorff Und Von Hindenburg (1847-1934), design� a Adolfo Hitler como canciller. Trataba de reconocer as� la inestable mayor�a de este iracundo pol�tico; viejo y cort�s, Hindenburg ignor� lo que sobrevino casi de inmediato: un per�odo pol�tico y militar conocido posteriormente como El Tercer Reich (El Tercer imperio). Hitler, quien hab�a sido cabo en el ej�rcito, frustrado pintor, gestor de fracasado golpe de Estado en 1923, utiliz� una estrategia de intimidaci�n contra los jud�os, los sindicatos y el resto de los partidos pol�ticos. No era, como puede pensarse ligeramente, un loco, sino la voz m�s visible de una idiosincracia germana totalitaria.
El 4 de febrero, la Ley para la Protecci�n del Pueblo Alem�n restringi� la libertad de prensa y defini� los nuevos esquemas de confiscaci�n de cualquier material considerado peligroso. Al d�a siguiente, las sedes de los partidos comunistas fueron atacadas salvajemente y sus bibliotecas destruidas. El 27, el Parlamento Alem�n, el famoso Reichstag, fue incendiado, junto con todos sus archivos. El 28, la reforma de la Ley para la Protecci�n del Pueblo Alem�n y el Estado, legitim� medidas excepcionales en todo el pa�s. La libertad de reuni�n, la libertad de prensa y la de opini�n, quedaron restringidas. En unas elecciones controladas, el Partido de Hitler, conocido como Partido Nazi, obtuvo la mayor�a del nuevo Parlamento y se decret� oficialmente el nacimiento del Tercer Reich.
Alemania, obviamente, estaba transformando sus instituciones despu�s de la terrible derrota sufrida durante la I Guerra Mundial. Hitler, quien no era alem�n, fue considerado como el un estadista id�neo para rescatar la autoestima colectiva, y sus purgas contra la oposici�n lo convirtieron en un l�der temido. Su eficacia, no obstante, estaba sustentada en varios hombres. Uno de ellos era Hermann G�ring; el otro era Joseph Goebbels. Ambos eran fan�ticos, pero el segundo fue quien convenci� a Hitler de la necesidad de extremar las medidas que ya ven�an ejecutando, y logr� su designaci�n al frente de un nuevo �rgano del Estado, el Reichsministerium f�r Volksaufkl�rung und Propaganda (Ministerio del Reich para la Ilustraci�n de Pueblo y para la Propaganda).
Goebbels estaba consciente de sus ideas, y Hitler le dio carta blanca. Ten�a una fe absoluta en su amigo, as� como buenas razones para creer ciegamente en sus aciertos. Goebbels, quien no hab�a ingresado al Ej�rcito por ser patizambo, se hab�a doctorado como Fil�logo, en 1922, en la Universidad de Heidelberg, donde fue profesor Friedrich Hegel en el siglo XIX. Era un lector apasionado de los cl�sicos griegos y, en cuanto a pensamiento pol�tico, prefer�a el estudio de los textos marxistas y de todo lo escrito que existiera contra la burgues�a. Admiraba a Friedrich Nietzsche, recitaba poemas de memoria, y, escrib�a textos dram�ticos y ensayos. Cuando se uni� a Hitler, reconoci� su verdadera vocaci�n, como lo dijo muchas veces, y ya con el cargo de Ministro, en 1933, reuni� un equipo de trabajo para redactar la Ley Relativa al Gobierno del Estado, sancionada el 7 de abril de ese a�o. Indudablemente, ahora ten�a un control absoluto sobre la educaci�n y foment� un cambio total en las escuelas y universidades. El 8 de abril se envi� un memorando a las Organizaciones Estudiantiles Nazis, en el cual se propon�a la destrucci�n de aquellas obras consideradas peligrosas en las bibliotecas de Alemania. De todos modos, ya el mes anterior, exactamente el d�a 26 de marzo, se quemaron libros en Schillerplatz, en un lugar llamado Kaiserslautern. El primero de abril, Wuppertal sufri� saqueos y quemas de libros en Brausenwerth y en Rathausvorplatz.
Algo terrible se gest� entonces. Una especie de fervor inusitado que estaba limitado por la presi�n internacional europea, despert� entre los estudiantes e intelectuales alemanes. Un odio manejado por osadas r�fagas de propaganda se extendi� en las aulas, y el resultado no se hizo esperar. El 11 de abril, en D�sseldorf, se destruyeron libros de contenido comunista y jud�o. Algunos de los m�s importantes fil�sofos alemanes, sin ser obligados a ello, como Martin Heidegger, adhirieron las ideas de Goebbels. En abril, Heidegger fue designado Rector de la Universidad de Friburgo y el 1 de mayo se hizo miembro del NSDAP, lo cual indica que debi� recitar el siniestro juramento de esa organizaci�n.
El 2 de mayo, en la Gewerkschaftshaus de Leipzig, se destruyeron textos, pero fue realmente el 5 de mayo de 1933 cuando empez� todo. Los estudiantes de la Universidad de Colonia fueron a la biblioteca, y en medio de l�grimas y risas, recogieron todos los libros de autores jud�os o de procedencia jud�a. Horas m�s tarde, los quemaron. Estaba bastante claro que esa era la v�a elegida para mandar un mensaje al mundo entero. Y los actos as� lo probaron.
Los estudiantes estaban fren�ticos. El d�a 6, del mismo mes, la juventud del Partido Nazi y miembros de otras organizaciones, sacaron media tonelada de libros y folletos del Instituto de Investigaci�n Sexual de Berl�n. Goebbels, indetenible, preparaba reuniones todas las noches porque se hab�a decidido iniciar un gran acto de desagravio a la cultura alemana. Como fecha tentativa, se propuso el 10 de mayo. El 8 de mayo hubo algunos des�rdenes en Friburgo, y destrucciones de libros.
El 10 de mayo fue un d�a agitado desde temprano. Miembros de la Asociaci�n de Estudiantes Alemanes se agolparon en la biblioteca de la Universidad Wilhelm Von Humboldt y comenzaron a recoger todos los libros prohibidos por el r�gimen. Hab�a una euforia inesperada, fluctuante. Finalmente, los libros, junto con los que se hab�an obtenido en otros centros, como el Instituto de Investigaciones Sexuales o en las bibliotecas de jud�os capturados, fueron transportados a Opernplatz. En total, el n�mero de obras sobrepasaba los 25.000. Pronto, se concentr� una multitud alrededor de los estudiantes. �stos empezaron a cantar un himno que caus� gran impresi�n entre los espectadores. La primera consigna fue fulminante: Contra la clase materialista y utilitaria. Por una comunidad de Pueblo y una forma ideal de vida. Marx, Kautsky .
La hoguera ya estaba encendida. Tal vez nadie pod�a creer lo que pasaba, pero una de las capitales m�s cultas del mundo, donde se encontraban algunas de las m�s importantes universidades europeas, fue el centro de una de las quemas de libros m�s impresionante de la �poca. Joseph Goebbels, quien dirig�a todas las acciones, levant� la voz y despu�s de saludar con un estruendoso Heil, explic� los motivos de la quema: La �poca extremista del intelectualismo jud�o ha llegado a su fin y la revoluci�n de Alemania ha abierto las puertas nuevamente para un modo de vida que permita llegar a la verdadera esencia del ser alem�n. Esta revoluci�n no comienza desde arriba, sino desde abajo, y va en ascenso. Y es, por esa raz�n, en el mejor sentido de la palabra, la expresi�n genuina de la voluntad del Pueblo[…]
�Durante los pasados catorce a�os Uds., estudiantes, sufrieron en silencio vergonzoso la humillaci�n de la Rep�blica de Noviembre, y sus bibliotecas fueron inundadas con la basura y la corrupci�n del asfalto literario de los jud�os. Mientras las ciencias de la cultura estaban aisladas de la vida real, la juventud alemana ha reestablecido ahora nuevas condiciones en nuestro sistema legal y ha devuelto la normalidad a nuestra vida[…]
�Las revoluciones que son genuinas no se paran en nada. Ninguna �rea debe permanecer intocable[…]
�Por tanto, Uds. est�n haciendo lo correcto cuando Uds., a esta hora de medianoche, entregan a las llamas el esp�ritu diab�lico del pasado[…]
�El anterior pasado perece en las llamas; los nuevos tiempos renacen de esas llamas que se queman en nuestros corazones[…]
Los cantos entonces prosiguieron y al final de cada estrofa se aplic� la medida de arrojar los libros de aquellos autores mencionados:
Contra la decadencia misma y la decadencia moral. Por la disciplina, por la decencia en la familia y en la propiedad.
Heinrich Mann, Ernst Glaeser, E. Kaestner
Contra el pensamiento sin principios y la pol�tica desleal. Por la dedicaci�n al Pueblo y al Estado.
F.W. Foerster.
Contra el desmenuzamiento del alma y el exceso de �nfasis en los instintos sexuales. Por la nobleza del alma humana.
Escuela de Freud.
Contra la distorsi�n de nuestra historia y la disminuci�n de las grandes figuras hist�ricas. Por el respeto a nuestro pasado.
Emil Ludwig, Werner Hegemann.
Contra los periodistas jud�os dem�cratas, enemigos del Pueblo. Por una cooperaci�n responsable para reconstruir la naci�n.
Theodor Wolff, Georg Bernhard.
Contra la deslealtad literaria perpetrada contra los soldados de la Guerra Mundial. Por la educaci�n de la naci�n en el esp�ritu del poder militar.
E.M. Remarque
Contra la arrogancia que arruina el idioma alem�n. Por la conservaci�n de la m�s preciosa pertenencia del Pueblo.
Alfred Kerr
Contra la impudicia y la presunci�n. Por el respeto y la reverencia debida a la eterna mentalidad alemana.
Tucholsky, Ossietzky
La operaci�n, cuyas caracter�sticas se hab�an mantenido en secreto hasta ese instante, se revel� pronto en su verdadera dimensi�n porque el mismo 10 de mayo, hubo una quema de libros en numerosas ciudades alemanas. La lista de quemas incluy� varias ciudades y fue casi simult�nea para causar p�nico: Bonn, Braunschweig, Bremen, Breslau, Dortmund, Dresden, Frankfurt/Main, G�ttingen, Greifswald, Hannover, Hannoversch-M�nden, Kiel, K�nigsberg, Marburg, M�nchen, M�nster, N�renberg, Rostock y Worms. Finalmente hay que mencionar W�rzburg, en cuya Residenzplatz se incineraron cientos de escritos.
Y, como si se tratara de una avalancha, Goebbels insisti� en continuar con estas quemas de libros prohibidos. No hubo un rinc�n en el que los estudiantes y los miembros de las juventudes hitlerianas no destruyeran obras. El 12 de mayo, se eliminaron libros en Erlangen Schlo�platz, en la Universit�tsplatz de Halle-Wittenberg. Al parecer, el 15 de mayo, algunos miembros apilaron textos en Kaiser-Friedrich-Ufer, en Hamburgo, y a las once de la noche, despu�s de un discurso ante una escasa multitud, los quemaron. La apat�a preocup� a los integrantes de los incipientes servicios de inteligencia del partido y se decidi� repetir el acto. El 17 de ese mes, la Universit�tsplatz, de Heidelberg  se conmovi� cuando hasta los ni�os participaron en estas acciones. Tambi�n el 17 se volvi� a utilizar la Jubil�umsplatz, en Heidelberg, para las quemas. Hubo otras destrucciones adicionales el 17 de mayo: en la Universidad de Colonia, en la ciudad de Karlsruhe.  
El 19 de mayo, Hitler estaba totalmente emocionado. Y Goebbels, seguro de los efectos de este �xito, pidi� a los j�venes no detenerse. El mismo 19, el horror se mantuvo en el Museo Fridericanum, en Kassel, y en la Me�platz, de Mannheim. El 21 de junio, en tres regiones se quemaron libros. Por una parte, estaba Darmstadt,  en cuya Mercksplatz se llevaron a cabo los hechos; por otra, Essen y la m�tica ciudad de Weimar. Varios a�os m�s tarde, espec�ficamente el 30 de abril de 1938, la Residenzplatz, de la famosa Salzburgo, fue utilizada por estudiantes y militares para una destrucci�n masiva de ejemplares condenados.
El impacto producido por las quemas de mayo 1933 fue enorme. Sigmund Freud, cuyos libros fueron seleccionados para ser destruidos, dijo ir�nicamente a un periodista que semejante hoguera era un avance en la historia humana:
En la Edad Media ellos me habr�an quemado. Ahora se contentan con quemar mis libros[…]
Freud, por descuido, tal vez, olvid� en su broma que �l hubiera sido quemado en un horno si se hubiese quedado en Alemania.
Varios grupos intelectuales marcharon en Nueva York contra estas medidas . La revista Newsweek no vacil� en hablar de un �holocausto de libros� y la revista Time utiliz� por primera vez el t�rmino de �bibliocausto�. Los japoneses, impresionados, condenaron los ataques. El repudio, en suma, fue total.
No obstante, seg�n el ensayista W. J�tte , el rechazo no evit� que se destruyeran todas las obras de m�s de 5.500 autores. Los principales textos de los m�s destacados representantes de inicios del siglo XX alem�n recibieron vetos continuos y ardieron sin piedad. La Comisi�n para la reconstrucci�n cultural judeo-europea, estableci� que en 1933 hab�a 469 colecciones de libros jud�os, con m�s de 3.307.000 vol�menes distribuidas de modo irregular. En Polonia, por ejemplo, hab�a 251 bibliotecas con 1.650.000 libros; en Alemania, 55 bibliotecas con 422.000 libros; en la Uni�n Sovi�tica, 7 bibliotecas con 332.000 libros; en Holanda, 17 bibliotecas con 74.000 libros; en Rumania hab�a 25 bibliotecas con 69.000 libros; en Lituania hab�a 19 bibliotecas con 67.000 libros; y en Checoslovaquia hab�a 8 bibliotecas con 58.000 libros. Al finalizar la II Guerra Mundial, no qued� ni la cuarta parte de estos textos. Los libros jud�os eran considerados �enemigos del pueblo� y estaban visiblemente prohibidos. Entre 1941 y 1943, los due�os de las colecciones eran deportados y sus bibliotecas confiscadas. Un informe confidencial del erudito Ernst Grumach revela que la Gestapo convirti� en pulpa de papel cientos de obras para poder sacar folletos y revistas propagand�sticas . Las colecciones judaicas de Polonia y Viena se quemaron en un incendio en las oficinas de la Reichssicherheitshauptamt (Oficina Central de Seguridad del Reich), ocurrido entre el 22 y 23 de noviembre de 1943.
En Polonia, los Brenn-Kommandos acabaron con las sinagogas jud�as y prendieron fuego a la Gran Biblioteca Talm�dica del Seminario Teol�gico Jud�o de Lubl�n. Un informe nazi sobre este hecho se conserva: Para nosotros es motivo de especial orgullo destruir la Academia Talm�dica, conocida como una de las m�s grandes de Polonia[…]Nosotros sacamos la notable biblioteca talm�dica fuera del edificio y colocamos los libros en el mercado, donde les prendimos fuego. El fuego demor� veinte horas[…]
Desde 1939, no hubo una semana en la cual no se produjese un ataque contra una biblioteca o museo polaco. La Biblioteca Raczynsky, la Biblioteca de la Sociedad Cient�fica y la Biblioteca de la Catedral (dotada con una renombrada colecci�n de incunables), sufrieron quemas devastadoras. La biblioteca Nacional de Varsovia, en octubre de 1944, fue destruida con tal sa�a que se quemaron 700.000 libros. Esto no es todo: la biblioteca militar, con 350.000 obras, fue arrasada. Cuando los alemanes abandonaban el pa�s, quemaron los archivos de la Biblioteca P�blica de Varsovia. La Biblioteca Tecnol�gica de la Universidad de Varsovia, con 78.000 libros, fue atacada y destruida en 1944. A duras penas, los bibli�filos rescataron 3.850 t�tulos unos a�os despu�s.
La persecuci�n afect� al matem�tico Waclaw Sierpinski (1882-1969), famoso por haber resuelto un problema planteado por Gauss y por haber escrito libros ininteligibles como La teor�a de los n�meros irracionales (1910). En 1944, los nazis, preocupados por sus hallazgos, arrasaron su biblioteca y la de otros colegas suyos. Seg�n los expertos, unos 15.000.000 de libros desaparecieron en Polonia. Entre 1938 y 1945, el ej�rcito alem�n, inspirado por el mito de una raza pura con textos sagrados, invadi� tambi�n Checoslovaquia. Casi de inmediato, las bibliotecas de la zona de Sudetenland sufrieron saqueos y numerosos ataques adem�s de quemas p�blicas de libros.
La biblioteca Nacional de la Universidad de Praga fue severamente da�ada y al menos 25.000 libros desaparecieron. Todos los vol�menes de la biblioteca de la Facultad de Ciencias Naturales fueron destruidos. Al final de la ocupaci�n, ya no exist�an 2.000.000 de obras y cl�sicos como la Biblia Eslava y siete c�dices preciosos pertenecientes a la biblioteca de Jan Hodejovsky, quedaron en cenizas .
Hitler, por su parte, no distrajo jam�s su afecto por Goebbels y le perdon� todo, hasta sus reiterados deslices con prostitutas jud�as. El d�a de su suicidio, en 1945, lo nombr� Canciller del Reich. Y Goebbels, acept� este honor, pero por unas horas. Casi como si se tratara de una simetr�a perversa, el 1 de mayo, el mes de la gran quema de libros, acab� con todos sus hijos, mat� a su esposa, y luego, no sin esbozar una sonrisa de triunfo y alzar la mano celebrando al F�hrer, se dio muerte .
Poco despu�s, y agrego este comentario ir�nico a modo de final, los libros de la biblioteca personal de Hitler fueron encontrados en una mina de sal cerca de Berchtesgaden por un grupo de soldados de la Divisi�n 101. De una colecci�n de m�s de 16000 libros, quedaban 3000 libros, pero algunos m�s fueron robados y los otros destruidos debido a los datos que conten�an, y el resto, unos 1200, fueron transferidos a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos en enero de 1952, y desde entonces permanecen all�. Lo interesante de este hallazgo fue que nos permiti� saber que Hitler era lector voraz, un bibli�filo preocupado por las ediciones antiguas, por Arthur Schopenhauer, y una devoci�n entera por Magie: Geschichte, Theorie, Praxis (1923) de Ernst Schertel, obra en la que todav�a se puede encontrar subrayado de su pu�o y letra la frase:
Quien no lleva dentro de s� las semillas de lo demon�aco nunca dar� nacimiento a un nuevo mundo
Esta frase curiosa, sesgada, resaltada, puede ser la que explique el horror descrito en este cap�tulo.

DESTRUCCIÓN DE LIBROS

“Mira en la conspiración universal, dirigida al exterminio del júbilo y a la ruina de la belleza, el retorno y el establecimiento definitivo de los antiguos fantasmas del caos y de la nada…”
J.A. Ramos Sucre, El retórico

TODOS LOS FUEGOS, EL FUEGO

No veo cómo comenzar esta historia atroz sin formular algunas premisas:
a) La veneración fanática por un libro convertido en un talismán cultural sagrado causó la aniquilación de miles de libros.
Esto y lo que sigue: el fervor extremista asignó una condición mágica al contenido de una obra (llámese Corán, Biblia o el programa de un movimiento religioso, social, artístico o político) y legitimó su procedencia divina (Dios como autor o en su defecto un iluminado). Es el mito de la Obra Sagrada, a secas. De ahí, y sin reservas, que sobreviniera la condena más absoluta, supersticiosa y oficial de todo aquello que no confirmara semejante postura. La defensa teológica de un libro considerado definitivo, irrebatible e indispensable no ha tolerado discrepancias o manifestaciones de cultura deliberada. En parte, porque la desviación o reflexión crítica se iguala a la rebelión; en parte porque lo sagrado no admite conjeturas: supone un Cielo para sus gendarmes y un Infierno inagotable, domicilio de penalización con tintes de pesadilla combustible, para sus transgresores. La verdad, en este sentido, fue y sigue siendo a priori; principalmente trascendente, propiedad de un colectivo cuya fe da por sentado que la oposición es inoportuna e injusta.
    Esta visión nos lleva a un segundo punto:
b) El diálogo del libro estorba el monólogo del fanático.
El diálogo acuerda la interlocución y el consenso. La destrucción pretende amedrentar, disuadir, antes que convencer o persuadir. Subyace en todo esto la creencia de que el libro sagrado no puede ser cuestionado por meros mortales. No es, en definitiva, un proyecto dialéctico sino impositivo, monotemático, aislado. Un vulgar plan de conquista. El fin superior del proceso castiga la blasfemia para disipar la corrupción de las tesis o su disolución pérfida en la duda; la salvación del alma es la meta y no hay resquicios ni obstáculos que no puedan derribarse. c) El fuego, con escasas excepciones, ha sido el instrumento de la mayor parte de la destrucción de libros en la historia.
Como elemento purificador, principio y fin, antes y nunca, el fuego resulta eficaz al reducir a cenizas la escritura. Actúa, pues, como respuesta al pensamiento heterodoxo y como ofrenda a la posición ortodoxa. La quema de libros ha intentado determinar que dado que el conocimiento es poder (Bacon dixit) la inversión, es decir, el poder como conocimiento, se expresa en la eliminación categórica o, por momentos distraída, del menor atisbo de cuestionamiento o indiferencia.
Importa que el acto sea contundente, irreversible, casi una moraleja. Yavhé no dudó en hacer uso del fuego para destruir Sodoma. Desde ese momento en que los atenienses condenaron a Protágoras y redujeron su obra a las llamas hasta la persecución contra Salman Rushdie y sus irreverentes “Versos satánicos” , por citar uno de lo signos con que cierra este siglo, la moraleja (esto es: la disidencia no redunda en beneficios) ha probado sus efectos desmoralizantes. Lo invocado es lo de menos. Bien sea en el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo, Mahoma o del partido, el horror provocado es idéntico. Todos los fuegos son el fuego original.
En el “Fausto” de Marlowe, quizás el mejor de todos o el más feliz, hay un punto, (Acto V, escena II), en el que Fausto, ya condenado y conducido por los demonios, grita: “No te abras, infierno horrible. !Lucifer, no vengas por mí! !Yo quemaré mis libros!…” . Pero no se salva: sus súplicas son tardías y la promesa de negar el conocimiento, cometido el pecado letal, no basta. No hay absolución que valga. Y sus libros, tarde o temprano, cabe imaginar, correrán la misma suerte.
d) Hay demasiadas definiciones del libro. Yo no tengo ninguna que difiera de las que he leído, por lo que me atrevo a resumir con desparpajo: el libro encuentra al hombre en el lugar donde éste juraría no haber estado nunca. Símbolo del mundo, diestra objetivación de la memoria humana, es también la extensión e instauración de un mensaje espiritual lanzado a través de los siglos condensadamente con el fin de propiciar el renacimiento o encanto de una situación o pensamiento.
Destruir un libro, por tanto, es rescindir, bajo el más crudo realismo, su intención final. La idea (debo darle un nombre) no es otra que desarticular las bases de su intemporalidad y domesticar a sus lectores. Negado como símbolo, negada la humanidad que lo sostiene, negada la memoria misma en su esencia más íntima, se transforma en una lección con fines sociales devastadores. La excusa del libro sagrado o del interés nacional permite, además, sorprender la confianza de la reflexión crítica o simplemente alternativa para exponer las condiciones incuestionables de absoluta devoción de una comunidad por un libro. Una vez establecido este dominio, cualquier cosa es posible.
Cada una de estas premisas se agota en sí misma. Corresponden a la cara visible de lo que llamo el mito de la Obra Sagrada, cuyo poder de estímulo y principio devastador está en sus umbrales. El lado oscuro, sospecho, sólo ha deletreado tres o cuatro signos en los hechos que ofrezco seguidamente.

GENEALOGÍA DEL DOMINIO

El primero acontecimiento, no por fechas sino por importancia, ocurrió hacia el 640 (ó 644) d.C., cuando el comandante Amir ibn al-Ass, terminada la conquista de Egipto, envió una carta al califa Omar I (Umar ibn al-Khattab), refiriéndole sus hallazgos en la exótica Alejandría: había encontrado 4.000 baños, 4.000 palacios, 400 teatros, 40.000 judíos y 12.000 comerciantes de aceite. Posteriormente, añadió a su censo la prestigiosa Biblioteca de la ciudad no sin pedir instrucciones sobre qué hacer con el elevado número de libros (como se llamaba entonces a cada rollo de papiro) que desde el siglo 3 a.C. demandaban el incómodo orgullo helénico. Omar, príncipe de la fe, heredero de la piedad de Mahoma, respondió la inquietud de Amir con pragmatismo: “Si los libros contienen la misma doctrina del Corán, no sirven para nada porque repiten; si los libros no están de acuerdo a la doctrina del Corán, no tiene caso conservarlos”. Abd al-Latif, cronista prudente, resumió las consecuencias de este consejo con frases inhóspitas: “La Biblioteca de Alejandría fue incendiada y totalmente destruida…”. Los papiros sirvieron para encender el fuego que calentaba las termas públicas. En lugar de leña, los textos de Heráclito (quien alguna vez escribió: “El fuego juzgará y alcanzará todas las cosas” ), Hesíodo, Gorgias (el sofista que dijo: “Nada existe” ), Epicuro, Arquíloco, Crisipo, de la gran mayoría de clásicos, ardieron por seis largos meses.
En el intento por salvar la dignidad y el poder de un libro juzgado infalible, inimitable y resplandeciente, los musulmanes ultrajaron millares de volúmenes. Chih-huang-ti, Primer Emperador de China, Señor Augusto, responsable de la Gran Muralla, aceptó alguna vez una proposición ministerial de quemar todos los libros que no llevaran el sello real y el 213 a.C. centenares de escritos chinos desaparecieron. Pero el 206 a.C., una guerra civil que no estaba contemplada dentro de los planes del Emperador, arrasó también con los ejemplares que llevaban el sello real. En Alejandría la ambigua orden de Omar causó el exterminio del cuarenta por ciento de la literatura griega antigua. No obstante, tan infame episodio no fue excepcional. La cremación de obras se practicaba desde siglos anteriores. A petición de Eglé Charmell, historiadora, pude leer en el “Gran Diccionario Histórico o Miscelánea de Curiosidades de la Historia sagrada y profana” de Luis Moreri lo siguiente: “Peleando Cesar contra los habitadores de Alexandria, mandó pegar fuego a sus navíos, y extendiéndole las llamas a la Bibliotheca, lo consumieron todo. No habló este dictador en su Historia de esta desgracia, de la cual era el autor; pero no se olvidaron de ella Plutarco, Dión y Tito Livio. Erigió Cleopatra Reyna de Egypto otra Bibliotheca en el Serapeum, y logró de Antonio la Bibliotheca de Attalo, rey de Pérgamo, para echar cimientos a la suya” . El 47 a.C. ocurrió lo de César, quien no conforme con el daño hecho sustrajo obras de contenido militar (que aprovechó, sin dudas de por medio, a su regreso a Roma). Años después, el emperador Diocleciano (284-305 d.C.) instigó la desaparición de todos los escritos de magia y alquimia. Supersticioso en exceso, temió que los alejandrinos, sometidos a la hipotética Roma que dirigía, aprendiesen, por procedimiento alquímicos, a convertir metales en oro y decidiesen recuperar ánimos belicosos. Algunos historiadores acusan al patriarca Teófilo de haber sido el verdadero causante del más grave de los daños, por haber atacado el Templo de Serapis el año 389 y la Biblioteca el 391 con una multitud enfurecida.
La tradición de infamias condenó 600.000 papiros, aproximadamente, al saqueo y la extinción. Aulo Gelio afirmó que eran 700.000 rollos. Séneca habló de 400.000. Juan Tzetzes, comentarista bizantino, quiso mediar explicando que la Biblioteca estuvo dividida: con 42.800 manuscritos en el Serapeo y 490.000 en el Museo. Autores modernos resistentes al sentido común opinan que pudo haber dos millones de originales.

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En Egipto fue quemado también “El libro de Toth”. Nadie sabe nada de esta obra, excepto que fue escrita por un hombre llamado Toth, inventor de la escritura y secretario de los dioses; asimismo se cree que contenía secretos sobre el poder del faraón y fórmulas mágicas. En varias épocas desapareció y conoció las llamas. Una leyenda lo convierte en el texto de todos los magos que se precien de tal, aunque ninguna evidencia ha podido probar que existió, siquiera, el texto original. Un papiro refiere que hacia el 360 a.C. pudo haber sido objeto de las más oscuras manipulaciones políticas.

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Otra verdadera biblioteca griega maldita fue la de Pérgamo, cuya historia aportó Plinio en su “Historia Natural” y que yo, con añadidos inciertos, me atrevo a compendiar. Eumenes II, monarca irascible, la fundó en el siglo 2 a.C. en abierta declaración de guerra con la de Alejandría. En pocos años, llegó a reunir 200.000 ó 300.000 volúmenes copiados en un nuevo material: el pergamino, más dúctil, menos perecedero. Con Crates de Malos (Siglo 3 a.C.) como director se definió una búsqueda basada en las premisas filosóficas del estoicismo. Los estudios se orientaron hacia exégesis logicistas en lugar de análisis filológicos: “…su principio fundamental es la anomalía, basada en la observación del uso en el lenguaje hablado”. La desaparición de la Biblioteca de Pérgamo a raíz de las luchas políticas en el Asia Menor hizo que Antonio (hay quienes hablan de Augusto) enviara los pergaminos sobrevivientes a su querida Cleopatra con el leve propósito de donarlos al Serapeo de Alejandría (era su manera de disculpar la quema del 47 a.C.). Así acabó la segunda biblioteca helenística más famosa. La rivalidad acabó en ironía, en mueca.

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Aristóteles (H. 384-322 a.C.) pudo haber formado la biblioteca privada más admirada en la antigüedad, si no por su número (pues descollarían las de Atenas, Rodas, Cos, Éfeso), por su calidad. Estrabón aseguró que el filósofo fue el primer vástago entre los coleccionistas serios. En efecto, compró escritos filosóficos, matemáticos, físicos, literarios y políticos de los que supo hacer buen uso al citarlos en sus propias obras. A su muerte, Teofrasto (H. 388-288 a.C.) retuvo los libros y los acrecentó sobremanera con manuscritos excéntricos. Pero la mala fortuna comenzó cuando Neleo de Escépsis, heredero final de la biblioteca murió y sus familiares, temerosos del pillaje, la arrojaron en un sótano. Cuando Apelicón de Teos, rico intelectual, optó por comprarla, muchos papiros ya habían sido destruidos por la humedad. Sila, general romano, se apoderó el 84 a.C. de Atenas y, al enterarse de la existencia de los curiosos legados de Aristóteles, hizo zarpar un barco a toda prisa con los materiales a Roma, en donde Tiranión de Amiso enmendó y reescribió lo mutilado. Posteriormente Andrónico de Rodas se inmortalizó clasificando cada tratado por grupos. Fue él, en realidad, el autor material del título “Metafísica”, otorgado a los textos aristotélicos que venían después de los que se ocupaban de física.

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La primera referencia que poseo de la destrucción de un libro entre los griegos está en Diógenes Laercio y aparece en sus “Vidas de los más ilustres filósofos” (IX,52). Es el caso de Protágoras, condenado en el siglo V por agnóstico. “Sobre los dioses”, su escrito, fue quemado en la plaza pública así como confiscado a sus poseedores. Protágoras tuvo que huir para no ser víctima de las multitudes democráticas atenienses. Platón fue acusado de pegar fuego a los tratados de Demócrito; quería evitar, a tenor de los rumores mezquinos de sus colegas, cualquier acusación de plagio debido a las mágicas coincidencias entre sus escritos y el “Gran Diacosmos”. Laercio cuenta este suceso con la más resignada malicia posible. Hipócrates de Cos, según biógrafos indiscretos, destruyó la biblioteca del Templo de la Salud de Cnido. W.H.S. Jones, en su traducción del “Corpus Hippocraticum” de la colección Loeb, recoge la leyenda imputando al padre de la medicina un descomunal deseo de impedir que intensos secretos se difundiesen o pudiesen ser conocidos por herederos de la gran tradición de los asclepíades.

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Con el advenimiento del cristianismo, resucitó un período pre-inquisitivo. El 415 d.C. una poblada, seguidora de San Cirilo, asesinó a Hipatia, investigadora matemática de la biblioteca de Alejandría. Su cuerpo fue violado, y la piel sufrió quemaduras y raspaduras con conchas marinas hasta el hueso. Tal ferocidad se aplicó a muchos escritos. A falta de testimonios fehacientes, desconocemos los títulos y la cantidad que, desaprobados por la Iglesia, fue arrojada a las llamas. Pero es presumible pensar en un centenar. No fueron tiempos de clemencia. Eran raros los padres verdaderamente instruidos; eran abundantes los logoclastas. Teófilo asestó un golpe bajo a los restos del Serapeo incitando a sus fieles a demoler piedra por piedra a fin de erigir un templo a los mártires cristianos. Nuevamente, los anaqueles sufrieron destrucción y robo. El desinterés por la literatura pagana que produjo el movimiento cristiano derivó en la extinción natural de muchos autores. La copia dañada de un determinado escritor, al no ser reemplazada por una nueva debido a una desidia continua, se convirtió en una mala señal con el pasar de los años. Así perdimos miles de obras. Una convicción fulminante destruyó, con el rigor más extremo, los libros de los gnósticos y lo que de ellos conocemos está en los textos de sus acusadores, los cuales, secretamente, parecen haberlos inmortalizado al recopilar los fragmentos más relevantes.
La caída del imperio romano empeoró la paciente labor de conservación. Alarico tomó Roma con sus hordas bárbaras el 410 d.C. Desde el 24 de agosto, día del suceso, hasta pasada una semana, la ciudad fue saqueada sin piedad. Las casas brillaron como antorchas. Los papiros sirvieron como lumbre en las orgías.
Contrario a esta ferocidad, uno de los caudillos de los godos, cuando éstos encendieron fuegos para destruir las bibliotecas griegas, levantó su voz diciendo que convenía dejarlas a los enemigos como cosa idónea para apartarlos de los ejercicios militares y entregarlos a ocupaciones sedentarias y ociosas. Montaigne (“De la pedantería”, Ensayos, I), fuente de esta anécdota, la relata como un modelo contrario que bien puede oponerse aquí a los hechos expuestos.
Para el siglo 5 d.C. la nueva historia de Roma la retomó Constantinopla, donde la llama de la cultura prendió nuevamente dentro de los márgenes del imperio Bizantino. Esta etapa constituyó un renacimiento parcial de la conciencia helénica porque, según John A. Garraty y Peter Gay (“Columbia History of the World”), “poseer cultura era indispensable para hacer carrera. Con la excepción del rudo Basilio II, los emperadores fueron ejemplares en este terreno y continuaron favoreciendo a los intelectuales. León VI el prudente, estudioso de las teorías de Focio, era un excelente retórico; su hijo Constantino VII convirtió el palacio imperial en punto de encuentro de estudiosos y literatos…”.
Este esfuerzo se mantuvo hasta que la “cristiana” Cuarta Cruzada arrasó el año 1204 con la urbe y diezmó considerablemente los papiros y pergaminos antiguamente rescatados. Durante 3 interminables días, cruzados de ardiente piedad, sacerdotes y soldados asesinaron, robaron y destruyeron con “fe” ejemplar.

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En la Roma imperial no hubo ningún cambio en esta lenta y tenaz destrucción. El defensor de Virgilio, mecenas respetado y querido, césar incuestionable, el pacífico Augusto, destruyó millares de obras alegando razones de Estado. Suetonio relata en su “Vida de los doce césares” (Libro 3, LXI) que la crueldad del voluptuoso Tiberio no tuvo límites. Un resentido, al parecer, acusó a un poeta de injuriar en su obra al mítico Agamenón; otra acusación peligrosa divulgó la noticia de que un historiador alababa en su texto a Bruto y a Casio llamándolos “los últimos romanos”. Tiberio, ofuscado, condenó a muerte a estos y a numerosos escritores destruyendo sus libros con verdadera saña. Se desconoció que los mismos poetas ajusticiados leyeron sus creaciones a Augusto, quien las elogió enormemente. Domiciano procuró contribuir a paliar los incendios a que habían sido sometidas las bibliotecas por las incursiones bárbaras enviando mensajeros a Alejandría a la búsqueda de copias fieles de los grandes clásicos. Esta labor la acompañaba de una insana tendencia a destruir en quemaderos públicos todos los libros sospechosos de ofender su majestad o a Roma (que solía ser lo mismo). Los poetas eran apaleados y los editores crucificados o empalados.

LAS PUERTAS INDUCIDAS

En mayo de 925 d.C., el monasterio de Saint Gall fue atacado. Uno de los propósitos de los bárbaros era aniquilar a los monjes y prender fuego al lugar, lo que hubiera significado el fin de miles de libros resguardados bajo el mayor fervor. Una mujer, ascética, devota, triste, llamada Wilborada, ejercía entonces el cuidado de la biblioteca y tuvo una visión. No sabemos cuál fue, pero entre el atardecer y la madrugada del día siguiente del primero de mayo enterró las obras. La crónica relata que finalmente los sitiados vencieron a sus atacantes; el fuego, de cualquier manera, consumía el monasterio y el cuerpo de Wilborada, mutilado, vejado, erizado en su cólera, yacía sobre un montón de tierra donde se encontraron más tarde todos los libros ilesos. Su acto le valió un santidad curiosa y el patronazgo absoluto sobre los bibliófilos.
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Durante la dominación de los moros en España, Al Hakam II, protector de artistas, fundó en Córdoba una de las Bibliotecas más importantes de su tiempo, adquirió textos raros, envió mensajeros a divulgar su deseo de obtener copias de los mejores libros del mundo lo que le facilitó la selección de 400.000 volúmenes, pero Mohamed Ibn Abi Amir, mejor conocido como Almansur, heredero forzado en el califato, militar ávido de fortuna, asesino de su hijo, apenas muerto Al Hakam II permitió que los teólogos musulmanes quemaran todos los libros de la Biblioteca que contradijeran la fe de Mahoma. Este gesto le valió ser considerado el más piadoso de los hombres, lo cual ratificó al destruir el santuario de Santiago de Compostela y hacer que los prisioneros llevaran sobre sus hombros las campanas de la iglesia.
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Miles de hombres y mujeres acusados de brujería fueron purificados con fuego; en su destino estaba, línea por línea, transcrito el de los libros sospechosos de satanismo o herejía. Miguel Servet fue quemado el 27 de octubre de 1533 por los calvinistas; una efigie suya había sido incendiada por los católicos. Con él ardieron sus libros, donde negaba la Trinidad y la reducía a una sola entidad platónica. Su muerte le valió a Calvino un efusivo elogio de Melanchton. Pero a la historia le agradan las simetrías rebeldes. Esteban Dolet, tipógrafo e impresor, aprovechó un permiso de Francisco I para editar a Terencio, Rabelais, Cicerón, Virgilio y otros clásicos; una redada piadosa encontró en su hogar textos de Calvino y Melanchton e inmediatamente fue detenido, procesado y condenado a la hoguera. Tuvo la satisfacción de que el día de su ejecución, un 3 de agosto de 1546, alguien pensara correcto usar sus libros en lugar de madera y la plaza de Maubert se llenó de humo y ceniza.
Las actividades de la Inquisición perfeccionaron y legalizaron autos de fé contra el pensamiento alternativo. De los índices de libros prohibidos (Index Librorum Prohibitorum) se pasó muy pronto a la acción frenética contra toda disidencia. Jacobo I de Inglaterra, en 1603, ordenó destruir todos los ejemplares de “Descubrimientos de la brujería”, obra de Reginald Scott, miembro del parlamento que, con una inocencia fugaz publicó en 1584 su libro con la esperanza de demostrar que no existían brujas ni demonios.
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Por “Los libros condenados” de Jacques Bergier supe del Abad Tritemo y de John Dee. Cada uno exige un ensayo aparte, pero por ahora bastaría con hacer un poco de memoria. Juan Tritemo, nacido en 1462 y muerto en 1516, antes Johannes de Heidenberg, fue miembro de una sociedad secreta llamada Cofradía Celta donde se estudiaba la astrología, la magia, la cábala, la matemática y la literatura. Un afán de supervivencia lo acercó a la religión, viéndose convertido en Abad. Sus estudios fueron resumidos en los ocho tomos de su “Esteganografía”, un manuscrito que, según él, obedeció a un sueño. La obra, en suma, describía métodos de escritura secreta y de telepatía y telequinética. Felipe II la hizo cremar por miedo a su divulgación.
John Dee, nacido en 1527 y muerto en 1608, fue un personaje fascinante. No importa si su escritura es torpe, ingenuamente fantástica y remeda el estilo de su época. De por sí, Dee causa una admiración enorme. Gustav Meyrink historió su vida, pero lo que maravilla es el hecho de que pasó de una fama tibia a un cálido odio sin demoras. Todo, por haber publicado en 1659 “A true and faithfull relation of what passed betwen Dr. John Dee and some spirits”, un libro que describe sus intemporales conversaciones con seres de otra dimensión a través de una piedra negra de antracita. Esos seres se habría puesto en contacto con él a la búsqueda de un acercamiento provechoso. Su forma de viajar es en el tiempo. Antes de la aparición de este volumen, ya una plebe enardecida saqueó su casa y prendió fuego a los cuatro mil libros de su biblioteca. Igual suerte corrieron numerosos manuscritos de notas. Hoy en día sólo podemos leer “La mónada jeroglífica” en traducciones de dudosa autenticidad.
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El 10 de mayo de 1933 los nazis convocaron a una gran asamblea nacional para destruir los libros de todos los opositores o autores de origen judío. Las obras de Freud, los rosacruces y Thomas Mann, entre muchos, fueron condenadas por Joseph Goebbels al fuego. Una película que recoge el momento en Berlín muestra a estudiantes, filósofos, profesores, escritores, poetas, políticos, niños, arrojando libros a la pira con alegría inefable tras la mención del título.
La persecución contra una obra y su autor responde a la temerosa debilidad que cuestione. El grado de animosidad y empeño en la labor no es ajeno a las circunstancias que exponga al ridiculo. Las “Cartas filosóficas” de Voltaire, publicadas en abril de 1734, provocaron la ira de la iglesia, el escritor fue detenido y un decreto del Parlamento, tres meses después, autorizó a un verdugo a desgarrar y quemar las epístolas por “inspirar el libertinaje más peligroso para la religión y para el orden de la sociedad”.
En el siglo XX se me ocurre que los dos casos más desleznables son los de James Hanley y Salman Rushdie. Hay otros, por supuesto, pero busco solamente una escandalosa y avara representatividad. Del primero se oye hablar poco y se lee menos, pero no fue un escritor mediocre. Autor de “El Chico” (1931), novela extraordinaria que narra la iniciación de un joven marino, sufrió un proceso judicial y en 1934 la policía decomisó su libro. En añadidura, Hugh Walpole, escritor y misterioso vocero de las buenas costumbres inglesas (que nadie conoce) destruyó un ejemplar en público y cientos más fueron quemados. Walpole llegó a manifestar que la obra “es tan desagradable y horrible, tanto en la narración como en lo incidentes que se relatan, que me extraña que los impresores no se hubieran declarado en huelga mientras la imprimían…”. Con Salman Rushdie, escritor inglés de origen hindú, el ensañamiento ha sido inescrupuloso y constituye un anacronismo inadmisible: sobre él pesa una condena a muerte lo mismo que sobre sus “Versos satánicos”, una novela mediocre e impulsiva que tiene el mérito de haber ridiculizado el fundamentalismo en sus axiomas centrales. La persecución contra Rushdie es indescriptible: protegido por Scotland Yard, vive a merced de una mudanza continua en Inglaterra y de los múltiples amigos que ha sabido ganarse en el mundo intelectual. En Irán fue quemada su obra y algunas librerías inglesas dinamitadas.
En un régimen político, militar o religioso despótico el libro deja de ser un instrumento de conocimiento y sólo se acepta como entretenimiento o propaganda. La Unión Soviética o China o Thailandia o Vietnam. El nombre no importa: el terrorismo aplicado no modifica sus métodos: incineración de libros y enjuiciamiento popular del autor. Si hay algo que recriminar a la antigua Unión Soviética no sólo serían sus incontables crímenes impunes sino no haber permitido, ni siquiera en la disidencia, la aparición de una literatura próxima a la magnífica vertiente de Dostoievsky y Tolstoi. Gorky no es una excepción, es la confirmación de esta profunda grieta abierta en medio de la narrativa rusa. Lo mismo debo decir de la narrativa y poesía española cortada en dos mitades por el terror del régimen de Francisco Franco. La prohibición, la censura, no son las formas de una dictadura: hay que verlas como su contenido.

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El miedo, el arrepentimiento o la decepción ha impulsado a algunos autores a destruir sus libros. Nostradamus quemó su biblioteca para evitar que el contenido de sus volúmenes sobre astrología y magia llegaran a manos equivocadas. Edgard Allan Poe, deprimido por lo que consideró como mediocres poemas, buscó y destruyó todos los ejemplares de su primer libro de poemas que logró encontrar.

CLAVE IMAGINARIA

Multiplicando sus incertidumbres, la historia de la literatura ha expuesto en cuatro grandes momentos la terrible verdad histórica presentada aquí. Bajo los signos compartidos de una propuesta universal, la destrucción imaginaria de libros ha procurado ser fiel a las más venerables y conmovedoras metáforas del mundo y del hombre. Quevedo hablaba de que su llama podía nadar en agua fría sin extinguirse: algo de eso y tal vez menos o más, se cumple en el origen, que es el fin, de la obra que describe, como un espejo inverso, la eliminación de volúmenes por el fuego. La narrativa ha asumido dos posiciones: la de los hombres que queman los libros que conducen a la locura o la de los que desean abolir el pasado. Entre estos dos extremos de una moneda única todo sucede.
La más célebre quema de libros hecha en una novela, inolvidable, íntima, es la que presenta Cervantes en el capítulo VI de la primera parte de “Don Quijote”. Nadie puede no recordar al cura y al barbero (que es como decir la iglesia y la censura) cuando entran en la biblioteca de Alonso Quijano, dormido entonces, y consiguen un centenar de textos, en su mayoría novelas de caballerías que proceden a revisar y seleccionar, aunque la sobrina y el ama piden una hoguera expedita. Por el “Amadís de Gaula” que se salva por ser el primero y el mejor de todos al corral y al fuego irán “Las sergas de Espladián” y todos los epígonos junto con “Don Olivante de Laura”, “Florismarte de Hircania”, “El caballero Platir”, “El caballero de la cruz”, “Palmerín de Oliva”, “Don Belianís” y otros. Al despertar, la sobrina explica que la biblioteca ha desaparecido por obra de un mago y don Quijote cree perfectamente que un tal Frestón ha sido el destructor. El capítulo sirvió a Cervantes para hacer una crítica poderosa contra los dominios sesgados y mediocres de una tradición que distrajo y falsificó la lectura de libros serios y calificados en pro de una frivolidad de dicha oscura.
Henry James dijo que Nathaniel Hawthorne “se las arregló, a través de un exquisito proceso, mejor conocido por el mismo, para transformar un pesado fardo moral en la sustancia de la imaginación”. En efecto, en “El Holocausto del mundo” narra una fábula universal: hastiados del excesivo cúmulo de conocimientos y cosas, los hombres deciden, en las praderas del Oeste, encender una gigantesca hoguera donde arrojan periódicos, revistas, signos heráldicos, condecoraciones, licores, armamentos, todo lo que ha hecho y deshecho la tecnología o la mecánica o el ingenio, incluyendo los libros. Hawthorne refiere con extraña fruición puritana:
“Allí fueron a dar infolios gruesos y pesados que contenían los trabajos de lexicógrafos, comentaristas y enciclopedistas, los cuales, tras caer en las brasas con pesadez de plomo, ardían sin llama hasta ser cenizas, como leña podrida. Los pequeños y exquisitamente sobredorados tomos franceses del siglo pasado, entre ellos los cien volúmenes de Voltaire, crepitaron soltando una brillante lluvia de chispas y llamas diminutas; mientras que la literatura actual de ese mismo país ardía en rojo y azul y bañaba con luz infernal los rostros de los espectadores, confiriéndoles un aspecto de demonios multicolores. Un compendio de cuentos alemanes exhalaba tufaradas de azufre. Los clásicos ingleses resultaron ser excelente combustible…Las obras de Milton, en particular, emitieron una potente llamarada y, poniéndose al rojo, se convirtieron en un carbón que prometía durar más casi cualquier otro material de la pila. De Shakespeare brotó una llama de tan maravilloso esplendor que las gentes se protegían los ojos…y ni siquiera cuando arrojaron los tratados de sus glosadores dejó de despedir un fulgor deslumbrante…”.
Por último, se comprende que para aniquilar la raíz de los males del mundo es preciso quemar el corazón del hombre y en ese punto el relato se detiene, feliz y confuso.
En 1953 Ray Bradbury publicó “Farenheit 451”, título que es a la vez un dato que informa sobre la temperatura que hace falta para cremar un libro. En esa novela angustiosa y nostálgica, en la línea de “1984” de George Orwell y “Un mundo feliz” de Aldoux Huxley, hay un futuro en el que los libros están prohibidos y un cuerpo de bomberos se encarga de incinerarlos sin demora ante los peligros de que, leídos, perturben la enajenación y ortodoxia vital del sistema imperante. Montag, al concluir la persecución desatada en su contra, se une a los disentes, vagos que llevan en su memoria un libro completo o el capítulo de un libro y esperan reunirse con otros como ellos para así intentar reescribir a los grandes clásicos desaparecidos por los decretos oficiales. Itelio, romano de alta alcurnia, tenía en su casa un cuerpo de cien esclavos a los que llamaba para la sobremesa. Cada uno recitaba un largo texto de memoria y entretenía a los comensales con Homero, Virgilio, Píndaro. En la obra de Bradbury la memoria es un recurso para sobrevivir en un futuro hostil.
Borges, en “El Congreso” , relato incluido en “El libro de arena” rescata a Hawthorne por completo. Un periodista llamado Alejandro Ferri se une a El Congreso, un grupo dirigido por Alejandro Glencoe. Apolíticos, universalistas, los congresales creen que representan el mundo y deciden incorporar a representantes de todas las tendencias y géneros. El fracaso de la empresa termina con una gran hoguera donde son quemados todos los libros recopilados (enciclopedias, atlas, la “Historia Naturalis” de Plinio, obras de diversa procedencia). Fernández Irala, uno de los miembros, comenta: “Cada tantos siglos hay que quemar la Biblioteca de Alejandría”.
Como corolario y desde otra perspectiva, borgiana, erudita, intencionadamente cínica, hay que citar “El nombre de la rosa” de Umberto Eco. Como se sabe, los asesinatos cometidos en esa novela obedecen a los celos extraños de un monje bibliófilo que pretende evitar que el mundo conozca el único ejemplar existente del segundo libro de la “Poética” de Aristóteles que, al parecer, era una defensa de la comedia. La biblioteca secreta del monasterio, al final, arde sin dejar rastro. Adso de Melk, protagonista y narrador señala: “La lámpara fue a parar justo al montón de libros que habían caido de la mesa y yacían unos encima de otros con las páginas abiertas. Se derramó el aceite, y en seguida el fuego prendió en un pergamino muy frágil que ardió como un haz de hornija reseca. Todo sucedió en pocos instantes: una llamarada se elevó desde los libros, como si aquellas páginas milenarias llevasen siglos esperando quemarse y gozaran al satisfacer de golpe una sed inmemorial de ecpirosis…” (Ob. cit., p. 5).
Habría otros ejemplos que citar, como en todo lo dicho, pero no he buscado escribir un informe policial; me limito a aportar referencias y temores. Que, si me escucha con los ojos, me disculpe Quevedo, por la omisión de sus “Sueños” , y en renglón seguido extiendo las disculpas a Lovecraft, Orwell, Zamyatin, Huxley, en fin.

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Hasta aquí, segmento tras segmento, época tras época, el resumen de esta historia. Dante, perplejo y aterido, en el canto XXV del Infierno (46 y sgs.), cuenta cómo una serpiente con seis pies se transforma en hombre y los colores de ambos seres se confunden sin que predomine el de uno o el otro . Una transformación y ambigüedad parecida corresponde a los vértices de los hechos, incompletos, dispersos, que me propuse, con la más minuciosa parcialidad, referir en estas páginas. No es ni deben verse en blanco y negro ni eludirse como tal. La hoguera de ayer, creo, es la de hoy, la misma que arde aún en estas líneas con fulgor intacto.
El dilema, lo reconozco, sigue vigente: ¿Por qué destruyen libros los hombres? He formulado ya una teoría donde atribuyo la causa a la histeria colectiva causada por el mito de la Obra Sagrada. Tal vez no sea del todo cierto; tal vez, y hay que atender esto, los motivos profundos estén en una declaración de Fred Hoyle, astrónomo y novelista. En “De hombres y galaxias” , escribió que cinco líneas bastarían para arruinar todos los fundamentos de nuestra civilización. Esta posibilidad terrible, impertinente, codiciosa, nos aturde y no habría razones para no pensar que, tras la excusa autoritaria, se esconda la búsqueda obsesiva del libro que contenga esas cinco líneas. La conspiración, así, quedaría evidenciada.

Con todo el escepticismo posible, ofrezco un índice de lecturas: Anthon, Charles. A Classical Dictionary of the Greeks and Romans, 1857.
Bergier, Jacques. Los libros condenados, 1971.
Cantarella, Raffaele. La literatura griega de la época helenística e imperial, 1972.
Easterling, P.E.- Knox,B.M.W. The Cambridge History of Classical Literature. I. Greek literature, 1985.
Garraty, John A. Gay, Peter. Columbia History of the World, 1972.
Gibbon, Edward. The decline and fall of the roman empire, 1839.
Kenyon, F.G. Books and Readers in ancient Greece and Rome, 1951.
Laercio, Diogenes. Lives of eminent philosophers, 1972.
Ossa, Felipe. Historia de la escritura y la letra impresa, 1993.
Pfeiffer, Rudolf. History of classical scholarship. From the beginning to the end of the helenistic Age, 1968.
Pichon, Jean-Charles. Histoire universelle des sectes et des sociétés secretes, 1969
Pinner, H.L. The World of Books in Classical Antiquity, 1948.
Rosarivo, Raúl M. Historia general del libro impreso, 1964.
Turner, E.G. Athenian books in the fifth and forth centuries, 1952.
Varios. Paulys Realencyclopaedie Der Classischen Altertums-Wissenschaft, 1893 y ss.
Wilson, N.G. Scribes & Scholars. A Guide to the Transmission of Greek and Latin Literature, 1968.

El reino de las hormigas

El reino de las hormigas
Herbert George Wells
The empire of the ants, © 1905 (The Strand, Diciembre de 1995). Traducido por Alfonso Hernández Catá en Narraciones de ciencia ficción, Editorial Castellote, 1971.

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Cuando el capitán Guérilleau recibió la orden de conducir el Benjamín Constant, cañonero de su nuevo mando, a lo largo del río Batemo para socorrer a los indígenas de Badama amenazados por una invasión de hormigas, sospechó que las autoridades navales trataban, por venganza, de ponerle en ridículo. En su reciente ascenso habían influido de una manera novelesca y eficaz para alterar la regularidad del escalafón la azul languidez de sus ojos y el capricho de cierta noble brasileña; y con tal motivo El Diario y O Futuro insinuaron capciosas ironías, cuyo recuerdo sólo estimulaba en él la decisión de evitar el menor pretexto a nuevas burlas.
En su calidad de criollo, el capitán Guérilleau tenía de la etiqueta y de la disciplina una idea exclusivamente portuguesa; y con el único que se franqueaba a bordo era con el ingeniero Holroyd. Estas confidencias le permitían, de paso, practicar el idioma inglés con una pronunciación que siempre fue en extremo burda.
?Si me envían a esa comisión es para ponerme en ridículo ?le dijo arrugando colérico la orden?. ¿Qué puede hacer un hombre contra las hormigas sino dejarlas venir y marcharse cuando se les antoje?
?Parece ser ?respondió Holroyd? que éstos vienen y no se van. Ese marinero que me ha dicho usted que es un Sambo…
?Sí, hijo de india y blanco, mestizo.
?Pues ése asegura que no serán las hormigas, sino los hombres, los que cedan el terreno esta vez.
El capitán fumó durante algunos instantes nerviosamente y luego opinó:
?¡Quién sabe si tenga razón! Nadie puede saber lo que se propone Dios con esas invasiones de hormigas. Ya en la Trinidad hubo una, pero fueron hormigas pequeñas, de esas que cortan y transportan hojas; y, sin embargo, todos los naranjos y manglares quedaron en esqueleto. ¿No es extraño ese poder de destrucción? A veces verdaderos ejércitos de hormigas de una especie que pudiéramos llamar belicosa, han invadido aldehuelas enteras, y al volver los expulsados habitantes las hallaron limpias de todo insecto: ni pulgas, ni cucarachas, ni nada…
?El mestizo ?replicó el ingeniero? asegura que éstas son de una especie mucho más terrible.
Guérilleau se encogió de hombros y, taconeando irascible, se puso a mirar el cigarrillo. No tardó mucho en expresar la insistencia de sus ideas:
?¿Me quiere usted decir, mi querido Holroyd, qué puedo yo hacer contra hormigas más o menos infernales?
Y tras nueva reflexión, ratificó:
?Nada. ¡Es absurdo… Absurdo!
A mediodía se puso el uniforme de gala y bajó a tierra, de donde no tardaron en llegar, precediéndole, toda suerte de bultos. Sentado bajo la toldilla para disfrutar del frescor vesperal, el ingeniero fumaba absorto en la contemplación del paisaje. Estaban a seis días de la desembocadura del Amazonas y no muy lejos del opuesto océano cuya vasta anchura recordaba muchas veces el gigantesco río; al Sur se divisaba una isla arenosa de escasísima vegetación, y el agua corría continuamente espesa, turbia, cual si viniera de una esclusa monstruosa perdida entre las dos filas de milenarios árboles… De una esclusa en la que por raro y poderoso capricho hubiesen puesto caimanes y toda clase de fluvial fauna. El vasto silencio penetraba el espíritu, y la aldea de Lemquer, sobre la cual se destacaba la pequeña iglesia junto a ruinas delatoras de un pasado próspero, parecía entre la fronda lujuriante una moneda de plata caída en el desierto… El ingeniero inglés, que veía los trópicos por vez primera, recordaba el paisaje nativo, donde vallas, fosos y canales reducen la naturaleza a la más perfecta sumisión. En los seis días que llevaban remontando el río, el esplendor indomado de aquel rincón del mundo le había sugerido una idea hasta entonces no presentida: la insignificancia del hombre. Durante el viaje apenas habían encontrado rastros humanos; un día se cruzaron con una canoa, otro entrevieron en un repecho de la orilla un puesto de vigilancia, y otros, casi todos, nada… nadie. Holroyd comprendió durante este viaje que el hombre es un animal poco frecuente cuyo dominio terrenal se reduce a una ínfima parte del globo.
A medida que se prolongaba la sinuosa navegación hacia Badama se daba más profunda cuenta de aquellas verdades. El pintoresco capitán, preocupado tan pronto de las hormigas como de la recomendación recibida de economizar las municiones del cañón de proa, no lograba apartar ambas ideas de su meditación. A pesar de aplicarse al estudio del castellano para entretenerse, en la práctica estaba constreñido aún a conjugar todos los verbos en presente y a emplear escueto el substantivo, y la sola persona capaz de comprender el inglés, fuera de Guérilleau, era un fogonero negro, que más que hablarlo lo tartamudeaba con fatigosa angustia; así que Holroyd no podía expansionarse mucho. El segundo comandante, llamado Da Cunha, aseguraba hablar francés, pero debía ser un francés diferente del aprendido por el ingeniero en el colegio de Southport, y eso hacía que sus relaciones se limitaran a un cambio de cortesías y de breves observaciones sobre el tiempo, el cual, como tantas otras cosas en el desconcertante nuevo mundo, carecía de alteraciones familiares y era día y noche tórrido, saturado de humedad, surcado apenas por bocanadas caliginosas portadoras de miasmas de pútridas vegetaciones; y árboles, pájaros, insectos, alimañas, serpientes y monos, en terrible variedad, parecían preguntar al hombre con monotonía hostil qué venía a buscar a aquellos parajes, en cuyo cielo los soles carecían de júbilo y las noches de frescas brisas. Aun cuando los vestidos pesaban horriblemente sobre el cuerpo, era imposible desnudarse a causa del calor durante el día y de los mosquitos por la noche. Sobre el puente deslumbraba la luz, mientras en los camarotes se sentían principios de asfixia. Moscas sutiles, ligeras y dañinas, picaban en los tobillos y en los puños; y el capitán Guérilleau, única y pintoresca compensación para Holroyd de tantas incomodidades físicas, se había tornado fastidioso, repitiendo día tras día sus vulgares aventuras cual si desgranara un rosario. A veces, Da Cunha proponía una partida de caza, y disparaban algunos tiros sobre los caimanes; de raro en raro se detenían junto a los caseríos agazapados bajo los árboles e improvisaban festejos cuyos dos únicos números eran el baile y la bebida. Estas escalas constituían oasis momentáneos en la aridez tediosa del viaje sobre las aguas rápidas, aturdidos por el trepidar de los motores; y como no podían llevar a bordo a mujer alguna, se contentaban con reverenciar la damajuana, obesa y seductora deidad prodigadora de entusiasmos y olvidos que se erguía a popa como sobre un altar. Holroyd pensaba con complacencia que debía haber otra divinidad de repuesto en el fondo de la bodega.
A cada escala Guérilleau recogía nuevos pormenores acerca de la invasión de las hormigas, y concluyó interesándose por su misión.
?Se trata de una nueva especie ?decía al volver de interrogar a algún indígena?. Una especie desconocida que seremos los primeros en estudiar, pues vamos a convertirnos en… ¿cómo se llaman los que estudian bichejos? Entomólogos, sí… Dicen que son enormes, que algunas tienen cinco centímetros y aún más… ¿Verdad que es grotesco? ¡Eso de convertirnos en atrapadores de hormigas!… Lo malo es que, según dicen, éstas lo devoran todo y están arrasando la comarca.
Y agitado de patriótica preocupación, prosiguió:
?Supongamos que estalla inopinadamente una guerra con cualquier país de Europa y me coge a mí aquí, a seis días de viaje… Figúrese. ¡Un cañón menos al servicio de la patria!
Y dándose palmaditas en la rodilla, volvió a su idea dominante sin fijarse en la sonrisa irónica del ingeniero.
?Esas gentes en cuyo campamento bailamos ayer, son fugitivos obligados a huir de sus hogares sin poder coger siquiera muebles ni ropa. Las hormigas llegaron un mediodía y fue preciso dejarles libre el terreno inmediatamente y escapar; una sola hora de retraso habría bastado para que los devorasen. ¿Comprende? Por lo general en cuanto se comen los granos y los insectos vuelven a irse, pero esta vez no fue así. Y cuando trataron de ir a explorar y ver si tenían ya permiso para volver a ocupar sus casas, sucedió una cosa espantosa. El primero que se atrevió a entrar fue un mozo, y las hormigas lo atacaron.
?Pero, ¿cómo? ¿En grupos? ¿A picotazos? ¿A mordiscos?
?No sé. Sus parientes lo vieron salir despavorido de la casa, pasar como loco junto a ellos y tirarse de cabeza al río para ahogar las hormigas, que le daban un aspecto negro y horrible.
Y acercando a la cara de Holroyd sus ojos límpidos y oprimiéndole las rodillas, terminó en voz baja y emocionada:
?Por la noche el muchacho murió, cual si lo hubiera mordido una serpiente.
?¿Envenenado por las hormigas?
?¡Quién sabe! Acaso las mordeduras fueran tan tremendas que no hiciese falta veneno… ¡No nos debían mandar para esto!… Yo estudié la carrera para luchar con hombres, no con bichos… Eso no debía de ser cosa nuestra.
A partir de ese día el capitán habló con frecuencia de las hormigas; y cada vez que la casualidad les deparaba el encuentro con un ser humano en aquella inmensidad de agua, de Sol y de inmensos bosques distantes, Holroyd oía que la palabra indígena «sauba» (hormiga) se repetía como un leit motiv inquietante en las conversaciones. El interés crecía a medida que se aproximaban a la zona invadida. Esta curiosidad general hizo que el capitán depusiese su gesto autoritario para aceptar la conversación del segundo, que conocía acerca de las especies de hormigas comunes curiosas particularidades, reveladas a Holroyd a través de la traducción nada fácil de Guérilleau. Da Cunha habló del ejército anónimo de obreras que pululan y combaten guiadas por otras hormigas mayores, reinas al parecer, que cuando ya el enemigo está casi vencido trepan hasta el cuello, infligiendo picaduras de las cuales brota la sangre; explicó también con qué habilidad cortan las hojas para protegerse con ellas, y aseguró haber visto en Caracas hormigueros de más de cien metros… Durante tres días discutieron los tres si las hormigas tenían o no ojos; y la discusión llegó a exaltarse tanto con peligro de jerarquías y respetos, que Holroyd creyó oportuno ir a tierra en busca de una hormiga y decidir experimentalmente la duda. En efecto, capturó varias de distintas especies, y tras largos exámenes creyeron comprobar que unas tenían ojos y otras no. Entonces la discusión volvió a encresparse, so pretexto de si las hormigas mordían o picaban.
?Estas que vamos a combatir ?dijo el capitán, que aseguraba haber visto algunas en un rancho?, no sólo no carecen de ojos, sino que los tienen grandísimos, y en lugar de correr a ciegas como las comunes, permanecen quietas en un rincón y observan desde él antes de atacar.
?Pero, ¿pican? ?preguntó Holroyd.
?Sí, pican e infiltran ponzoña en la picada… Mientras más pienso menos me explico qué podremos hacer contra ellas. Acabarán por irse según han venido, y en paz.
?¿Y si no se van?
?Alguna vez han de irse, ¡qué caramba! ?respondió Guérilleau.
Pasado Tamandú, el río se dilataba en una solitaria extensión de ochenta millas para estrecharse luego y fundirse con otro río aún más caudaloso. En la confluencia tupidos bosques parecían querer encerrar la corriente; el aspecto no era ya el mismo: troncos y vegetaciones flotaban a la deriva, y por primera vez el Benjamín Constant pudo amarrarse aquella noche a los troncos seculares de árboles cuyo ramaje llegaba casi hasta la borda. Holroyd y Guérilleau permanecieron despiertos hasta muy tarde, disfrutando de la deliciosa sensación de estar sumidos en una de las bellezas más grandes de la naturaleza. Entre cigarro y cigarro el capitán hablaba, sin lograr libertarse de la obsesión de las hormigas; ya muy tarde, temeroso del calor, mandó tender una colchoneta sobre el puente. Sus últimas palabras antes de dormirse fueron de amedrentada perplejidad.
?¿Qué vamos a hacer contra esas endiabladas hormigas? ¡Es absurdo, absurdo!
Ya solo, Holroyd, clavándose de vez en cuando la uña para mitigar el dolor en la picadura de algún mosquito, se puso a meditar sentado bajo la toldilla, mientras escuchaba la respiración intranquila de Guérilleau. Rumores extraños partían tan pronto del río como de la selva, y la misma impresión de grandeza que lo había empequeñecido al ponerse por primera vez en contacto con el trópico, se apoderó de nuevo de él. Sólo una luz fulgía sobre la sombría masa del cañonero; la brisa traía de proa bisbiseo de conversación, y luego volvía a quedar todo en calma. Sus ojos iban desde la obra muerta del buque a las aguas, que parecían muertas también, y a la masa profunda del bosque, que se dijera deseosa de penetrar en el río. Entre la fronda, de tiempo en tiempo, palpitaba la llamita fosfórica de algún gusano de luz, y sin turbar el vasto silencio se percibían crujidos, susurros, signos de esa actividad misteriosa y profunda que palpita durante la noche en los bosques.
La selvática inmensidad del paraje lo conmovía. Como todo hombre, Holroyd sabía que los cielos son inmensos y el océano desmesurado e indomable; pero esta noción abstracta había sido modificada por la vida en su país natal, donde todo parece indicar que el mundo pertenece al hombre… Y esta afirmación orgullosa, en Inglaterra no era mentira: allí los animales no domésticos viven por tolerancia y crecen según contrato; por doquiera los caminos, las cercas, las precauciones, hablan de una seguridad establecida por el hombre a su exclusivo servicio; y desde la escuela, en los mapas, se adquiere la noción de que la Tierra pertenece al hombre, que colorea con agradables tintas las porciones ocupadas por cada pueblo mientras deja en un azul monótono la amplia inmensidad de los mares… De este modo Holroyd, igual que tantos, había aceptado sin casi considerarla la idea de que un día no habría sitio del globo en donde el arado no hubiese hecho surco, ni humano agrupamiento en que llanos caminos y ágiles tranvías no facilitasen el tráfico llevando a todas partes la seguridad organizada. Mas ahora, ante la inmensidad americana, empezaba a dudar.
El bosque rumoroso parecía responder a su duda diciéndole: «Soy invencible; si tolero la presencia del hombre es a título de intruso inofensivo a quien impongo la disyuntiva de abandonarme o perecer». Milla tras milla, enmarañándose, los troncos gigantescos, los tupidos arbustos y las enredaderas parásitas unen su barrera a las flores cuyo aroma pujante hace desfallecer las cabezas más fuertes; y a cado paso la tortuga, la serpiente, la variedad infinita de pájaros, insectos y fieras, parecen también decir al hombre: «Estamos en nuestros dominios; nada tienes que hacer aquí». La menor victoria sobre la selva cuesta tremendos sacrificios; hay que combatir la vegetación y los animales; hay que exponerse a sucumbir por la picadura, por la garra y por la fiebre… Y como prueba de la realidad de su meditación, aquí y allá una cabaña abandonada y un ajuar derruido decían a Holroyd la lección del hombre derrotado en su intento de conquistar los intrincados reinos del jaguar y del tigre.
¿Y eran los terribles felinos los verdaderos dueños? Holroyd pensó que selva adentro, a muy pocas millas, debía de haber más hormigas que hombres hay en el mundo; y tuvo de súbito esta idea absolutamente nueva y terrible: Si en algunos millares de años el hombre ha pasado del estado bárbaro a un grado de civilización que le permite creerse dueño del porvenir y soberano de la Tierra, ¿quién impedirá a las hormigas evolucionar de manera análoga? Las conocidas por él vivían en pequeños grupos, sin esfuerzo alguno coordinado contra las fuerzas hostiles; mas si es innegable que poseen un lenguaje y no carecen de inteligencia, ¿por qué habían de detenerse en su estado actual más de lo que se detuvo el hombre en el estado de barbarie?… Supongamos que las hormigas comenzaran a metodizar sus conocimientos y que así como nosotros centuplicamos nuestro poder merced a la tradición y a la escritura, inventaran armas, fundaran imperios y sostuvieran guerras organizadas estratégicamente… ¿Por qué no pensar en la posibilidad de todo esto?… El ingeniero recordó los detalles recogidos por el capitán acerca de aquellas hormigas misteriosas y formidables contra las cuales iban a luchar. Según todos los testimonios, disponían de un veneno tan mortífero como el de las peores serpientes, y obedecían a jefes más aptos por lo visto que las hormigas cortadoras y acarreadoras a que se había referido Da Cunha. Y por si esto fuese poco, eran carnívoras, valerosas, y en lugar de partir después de haber limpiado las casas de granos e insectos, permanecían irreductiblemente fieras, igualmente dispuestas a no compartir con el hombre ningún dominio.
Nada turbaba la quietud de la noche. El agua susurraba contra los costados del navío, y en lo alto, en torno a la luz del mástil, se agitaba un zumbar de falenas. De pronto la voz soñolienta de Guérilleau dijo en la obscuridad, mientras el cuerpo daba una vuelta para poder inmovilizarse de nuevo:
?¿Qué podemos hacer contra esas hormigas?
Y Holroyd fue rescatado del horror de su siniestro ensueño por el clarinear de un mosquito que giraba en torno de su frente, dispuesto a herir.

2
Cuando supo Holroyd a la mañana siguiente que estaban a menos de cuarenta kilómetros de Badama, las riberas más próximas atrajeron su atención. A cada rato subía al puente para observar los alrededores; pero ningún signo de vida humana percibía, excepto las ruinas de alguna casa y la fachada musgosa del abandonado convento de Mojú, por una de cuyas ventanas, cual alegoría del triunfo de la naturaleza, asomaba un árbol su ramaje mientras enredaderas tupidísimas cubrían casi las desconchadas paredes. Extrañas mariposas amarillas, de alas casi traslúcidas, cruzaban el río e iban de vez en cuando a posarse en la cubierta, donde los marineros se entretenían en cazarlas… Fue aproximadamente a mediodía cuando vieron a lo lejos el lanchón arrastrado por la corriente.
A primera vista no creyeron que navegase sin rumbo, pues las velas fláccidas parecían esperar la brisa y una forma humana se divisaba a proa sentada junto a los dos grandes remos. A popa también otra silueta semejaba dormir apoyada contra el extremo del puente central; pero bien pronto las oscilaciones del timón y la tendencia a ser atraída por la estela del cañonero, demostraron que algo insólito ocurría a bordo. Guérilleau, que se puso a observarla con los gemelos, se asombró de la extraña negrura del rostro del hombre sentado a proa; y por más que graduó el anteojo no pudo distinguir la nariz en la mancha negrorrojiza de la cara. El cuerpo parecía más desplomado que sentado a medida que se aminoraba la distancia, y el capitán sentía nacer y crecer en sí una especie de repugnancia hacia aquel misterio del que, sin embargo, no podía separar la atención. Cuando ya estuvo algo más cerca, llamó a Holroyd y ordenó una maniobra para acortar aún más la distancia. Ya a simple vista se veía el nombre de la lancha ?Santa Rosa? escrito a ambos lados de la proa, que cada vez parecía buscar más decididamente la estela del Benjamín Constant.
Al girar el cañonero para acercarse, la Santa Rosa oblicuó brusca y la silueta del hombre sentado a proa se desplomó cual si todas sus articulaciones se hubiesen aflojado de súbito; el sombrero rodó por el puente y dejó al descubierto una cabeza de aspecto repugnante.
?¡Caramba! ¿Ha visto usted? ?exclamó Guérilleau saliendo al encuentro de Holroyd, que subía la escalerilla del puente.
?Sin duda está muerto ?contestó Holroyd?. Creo que lo mejor será arriar uno de nuestros botes e ir a ver. Algo raro pasa en ese lanchón.
?¿Se ha fijado usted en la cara del hombre?
?No. ¿Cómo la tiene?
?No sé cómo ?dijo el capitán contrayendo la boca en un gesto de asco.
Y volviendo de súbito la espalda al inglés, gritó varias órdenes… El cañonero volvió a virar para seguir una dirección paralela a la de la barca; se arrió un bote y embarcaron en él tres hombres al mando del segundo. Devorado por la curiosidad, el capitán maniobró para colocar su navío lo más cerca posible de la Santa Rosa, y mientras los remeros bogaban hacia ella, él y Holroyd eran enteramente ojos… Sin duda alguna sólo estaban a bordo los dos hombres que parecían cadáveres; y aun cuando no podían distinguirse bien sus caras, la crispadura de las manos y la tumefacción de todos los miembros demostraba que habían sido sometidos a algún extraño proceso de descomposición. Durante un instante el interés de Guérilleau y Holroyd se concentró en los hatijos de ropas extrañamente sucios a primera vista; luego fue a fijarse en el entrepuente, donde se apilaban cajas y baúles. La puertecilla de la camareta estaba inexplicablemente abierta, y a medida que la distancia era menor comprobaron aquí y allá grandes manchas negras, movibles. Aquel vaivén obscuro los fascinó enseguida, y al verlo ensancharse en torno de los hombres caídos, les vino a la imaginación, sin necesidad de esforzarse, la imagen de las multitudes saliendo de la plaza al concluir una corrida de toros. Holroyd, que había cambiado de sitio para ver mejor, se dio cuenta de que el capitán estaba junto a él, y le dijo:
?¿Tiene sus gemelos ahí? Fíjese bien en el aspecto de las manchas.
Guérilleau miró con insistencia, balbuceó algunas frases y le tendió los anteojos al ingeniero, quien después de mirar otro rato repuso:
?Son las hormigas, no cabe duda. Ya ve que salen a recibirnos.
Se pusieron de nuevo a observarlas, y al pronto creyeron estar viendo hormigueros semejantes a los de la especie común; mas no tardaron en notar que las hormigas eran mayores, y que algunas de ellas llevaban una especie de manto grisáceo. El examen era tan dificultoso a causa de la oscilación de la lancha, que no podían percibir los detalles. De pronto, la cabeza del segundo apareció tras la borda de la Santa Rosa y entabló con el capitán un breve coloquio:
?Suba a bordo ?dijo el capitán.
Como el teniente objetase que la barca estaba llena de hormigas, Guérilleau arguyó:
?¿No tiene usted botas? Unos cuantos pisotones le bastarán para abrirse camino.
Desviando la conversación, gritó el segundo:
?¿Cómo habrán muerto estos pobres hombres?
El capitán se extendió en hipótesis que Holroyd no pudo seguir, y empezó luego a discutir con vehemencia creciente, mientras el ingeniero, tomando de su mano los anteojos, tornó a examinar las hormigas y el cadáver tendido sobre la cubierta central. He aquí la minuciosa descripción que más de una vez ha hecho de aquel examen:
«Las hormigas eran mayores que las de todas las demás especies conocidas, y se movían con rapidez y precisión nada semejantes a los ciegos tanteos con que suele proceder la hormiga común. De cada veinte o veinticinco se destacaba una más grande, cuya cabeza, sobre todo, tenía desmesurado tamaño; y viéndolas reunirse en torno a las otras, como si coordinaran su esfuerzo, pensé enseguida en capataces que capitanearan un grupo. Estas hormigas mayores recogían el cuerpo extrañamente antes de avanzar, al modo de minúsculos felinos, cual si quisieran servirse mejor de sus patas anteriores. Y más de una vez tuve la idea extraña, imposible de verificar por la distancia y la movilidad de la lancha y del cañonero, de que la mayor parte tenía, tanto en derredor del cuerpo como en la extremidad de sus patas, algo artificial, añadido para ampliar su poder de acción, que brillaba como metal blanco.»
El conflicto de disciplina se elevaba entre el capitán y su segundo con acres caracteres, y arrancó al ingeniero de su contemplación. Guérilleau vociferaba crispando los puños:
?¡Su deber es cumplir la orden y subir a la lancha!
El teniente no parecía participar de esta opinión, y para buscar testigos y apoyo volvía la vista hacia las cabezas cobrizas de los marineros mulatos que tenía cerca. Holroyd, para desviar la cuestión, dijo en inglés:
?Me parece que esos pobres hombres han sido devorados por las hormigas.
Pero, sin responderle, el capitán siguió interpelando colérico a Da Cunha:
?¡Le intimo por última vez a subir, y si no cumple la orden, incurre en el delito de insubordinación! ¿Lo oye? De insubordinación y cobardía… ¿Es ése el valor que se le supone en la hoja de servicios? ¡Si tarda un minuto más en subir, lo meteré en el calabozo, le formaré consejo de guerra y hasta lo fusilaré si es preciso; sí, señor!
Siguió lanzando un torrente de injurias con los puños agarrotados y los pies trémulos, mientras el teniente, silencioso, lívido, lo miraba sin decidirse, pintada la angustia en los ojos. Toda la marinería se había reunido a proa, estupefacta… De pronto, en un instante en que el capitán se detuvo para tomar aliento, el segundo pareció adoptar una heroica resolución, y alzándose merced a una flexión de sus membrudos brazos, subió a la Santa Rosa. El capitán contuvo un nuevo alud de imprecaciones y cerró la boca en un «¡ah!» de satisfecha curiosidad.
Holroyd vio a las hormigas retirarse ante los pesados pasos de Da Cunha, que al llegar junto al cadáver caído en el puente titubeó, se inclinó sobre él y, asiéndolo por la chaqueta, le dio una vuelta para verlo de cara. Una verdadera oleada negra salió del traje, y el teniente retrocedió con rapidez y pateó tres o cuatro veces violentamente. El ingeniero volvió a coger los anteojos, y pudo ver en torno a las recias botas del intruso dispersarse las hormigas y proceder de manera opuesta a la de sus hermanas de la especie común: en vez de perder terreno y tiempo en locas idas y venidas, se apartaban en línea recta y, agrupándose a poca distancia, parecían considerar a Da Cunha como lo haría un grupo de hombres ante un gigantesco monstruo que acabara de derrotarles.
?¿De qué ha muerto? ?gritó el capitán.
Holroyd adivinó que el teniente explicaba que el cuerpo estaba demasiado desfigurado para darse cuenta de la causa de la defunción. La voz del capitán volvió a preguntar:
?¿Qué hay en la camareta de proa?
Da Cunha avanzó algunos pasos y comenzó a responder en portugués; de pronto se detuvo, sacudió con brusco ademán una pierna en movimientos extraños, cual si tratara de pisotear objetos invisibles, y se encaminó de prisa hacia el bote; mas dominado otra vez por el sentimiento del deber, dio media vuelta y, después de bajar a la bodega, se le vio escalar la proa e inclinarse un instante sobre el otro cadáver. Casi enseguida lanzó un gemido y volvió a desandar su camino a pasos rígidos, hasta que se detuvo y en tono respetuoso y frío que contrastaba con la excitación anterior, se puso a dialogar con el capitán. Holroyd, no pudiendo comprenderle bien, no abandonaba los gemelos, y observó que las hormigas habían desaparecido de todos los sitios visibles; mas en los rincones sobrios le pareció distinguir el brillo de innumerables ojos brillantes, en acecho.
Entre el capitán y el teniente se decidió que la Santa Rosa, demasiado llena de hormigas para consentir la permanencia de un destacamento, debía ser remolcada; y Da Cunha marchó de nuevo a proa para recibir el cable y amarrarlo, mientras los marineros, de pie en el bote del Benjamín Constant, miraban curiosos sin poder prestarle ayuda. Cada vez más impresionado, Holroyd se daba cuenta de que una actividad al mismo tiempo unánime y furtiva agitaba a los misteriosos insectos. Por lo pronto descubrió que gran número de hormigas gigantes, no menores de tres o cuatro centímetros, iba de una zona obscura a otra arrastrando objetos inidentificables. No marchaban en columnas compactas, sino en líneas que evocaban los avances, alternados de carreras y ocultaciones, de la moderna infantería bajo el fuego; y como hace ésta en cada trinchera o montículo, se detenían en los accidentes favorables de la cubierta antes de ir a reunirse en multitud innúmera junto a la escalerilla de la bodega por donde indefectiblemente Da Cunha tenía que pasar al regreso.
Holroyd no las vio asaltar al teniente, pero tuvo la certeza de que el ataque había sido ejecutado con terrible método. El grito de Da Cunha fue tan repentino, tan angustioso, que les heló la sangre:
?¡Me han picado, me han picado!
Un instante lo vieron volver hacia ellos su cara dolorida y rencorosa, correr a pasos inciertos hacia la borda y lanzarse al agua con tal violencia, que suscitó un gran remolino.
Los marineros lo izaron al bote y lo condujeron a bordo, donde murió pocas horas después.

3
Al salir del camarote donde el cuerpo del desventurado Da Cunha yacía inflado y contorsionado por la terrible muerte, Holroyd y el capitán se dirigieron a popa y permanecieron un rato contemplando la barca siniestra que seguía las aguas del Benjamín Constant. Las tinieblas de la noche sólo eran interrumpidas de tiempo en tiempo por relámpagos estivales azulosos y trémulos, y la barca de la muerte ?vago triángulo obscuro? se deslizaba tras ellos con su velamen fláccido, sobre el cual el humo de las chimeneas del cañonero ponía un palio de sombra que a veces surcaban rojas chispas… El pensamiento de Guérilleau se detuvo en el recuerdo del agrio coloquio sostenido por la mañana con su segundo y en las palabras acusadoras proferidas por éste en el delirio de la fiebre postrera.
?Es absurdo que haya dicho que yo lo asesiné… ¿No le parece? ¡Alguno tenía que subir a la lancha!… ¿Es que no va a quedar otro remedio que dejarles el campo libre a esas condenadas hormigas en cuanto se presenten?
Holroyd, sin responder, pensaba en el disciplinado asalto de los pequeños e innumerables monstruos sobre la cubierta desnuda, bajo el fuego del Sol. El capitán insistió aún:
?Era a él a quien correspondía ir: yo no podía abandonar el mando. ¿Puede un militar quejarse de morir cumpliendo su deber?… ¡Asesinado! Lo que pasa es que estaba… ¿cómo diré yo?…, loco, loco, sí… quizá por efecto del veneno. ¿No lo cree usted?
Siguió un largo silencio a esta pregunta, e interpretándolo como favorable respuesta, el capitán dijo:
?¡Hay que hundir esa maldita barca!… Voy a mandar ahora mismo que le prendan fuego.
?¿Para qué?
La pregunta pareció irritarlo, y encogiéndose de hombros y cruzándose de brazos, preguntó a su vez:
?¿Que para qué? Para hacer algo. Lo que es esas hormigas no volverán a matar a ningún hombre.
Holroyd no tenía ganas de conversación y no contradijo a Guérilleau. Lejana algarabía de monos llenó de gritos agoreros la densa noche al acercarse la cañonera a la orilla frondosa y suscitar el croar áspero de las ranas. Después de un largo intervalo durante el cual el capitán repitió varias veces sus propias palabras para buscar la controversia, lo invadió una cólera activa que se tradujo en blasfemias y órdenes. Toda la tripulación pareció alegrarse, cual si un deseo de venganza multiplicara su celo. Se cortó el cable, volvieron a arriar el bote, y brazos fornidos lanzaron a la barca siniestra pedazos de estopa saturados de petróleo y luego mechas encendidas. Poco después surgió detrás del cañonero una llama alegre y crujiente; y Holroyd veía la lanza de oro elevarse en la sombra e iluminar el agua, el buque, la ribera, con luz tan pronto amarilla como verdosa. Hasta los maquinistas subieron a ver el espectáculo… Detrás de Holroyd la voz del mulato dijo después de un gran esfuerzo filológico:
?«Sauba» hacer era, era… ¡Oh, yo contento, contento!
Y estalló en ancha risa que no logró comunicar al ingeniero, quien, recordando el drama de la mañana, estaba pensando que las innumerables hormigas abrasadas en la hoguera flotante tenían también ojos para ver y cerebro para pensar.
La interrogación desesperada de Guérilleau «¿qué hacer contra ellas?» se había también incrustado en su mente, y se la repetía a sí mismo todavía cuando el cañonero fondeó delante de Badama. El caserío, con sus techos de palma seca, sus establos, su quieto molino verdecido de enredaderas y su paseo ribereño orillado de rosales que se inclinaban para mirarse en la corriente, dormía en la quietud matinal; y a medida que el Sol iba subiendo, parecía muerto en vez de dormido. En cuanto a las hormigas, su pequeñez y la distancia impedían comprobar su presencia.
?Todos los habitantes deben haber huido ?dijo Guérilleau?; pero como hay que hacer algo pitaremos con la sirena por si queda alguno.
Holroyd tiró del alambre del silbato, y un lamento agudo y tembloroso llenó el aire y fue a arrancar ecos al bosque. Cuando se extinguió, el capitán tuvo una idea laboriosamente concebida:
?Podemos hacer una cosa ?dijo.
?Usted dirá.
?Tocar la sirena otra vez.
Y mientras el alarido volvió a vibrar en la quietud del día naciente, Guérilleau medía a grandes zancadas la cubierta, agitado por pensamientos múltiples que, a veces, temerosos de romper la prisión del cerebro, asomaban a los labios en fragmentos discordes, ya en español, ya en portugués. Parecía dirigirse a un tribunal invisible y justificar ante él su conducta; Holroyd percibió algunas frases referentes a las municiones y se puso a mirarlo extrañado. Entonces Guérilleau le habló en inglés:
?¿Quiere usted decirme, mi querido ingeniero, qué puede hacerse?
Embarcaron en un bote y fueron acercándose a la playa para examinar minuciosamente con los anteojos «al enemigo». Poco a poco las formidables hormigas fueron apareciendo en posturas inmóviles, con los ojos alerta, fijos en el botecillo que se aproximaba. Y cuando estuvieron cerca, ya una multitud estaba belicosamente apiñada junto al embarcadero donde era necesario atracar, dispuestas sin duda a cerrarles el paso. Guérilleau sacó el revólver y, con cólera estéril, se puso a dispararles tiros. Holroyd, apretándose contra las cavidades oculares los gemelos, creyó percibir que de casa a casa iban extrañas zanjas llenas de una actividad incansable. Cuando estuvieron a pocos metros pudieron ver del otro lado del muelle un esqueleto perfectamente mondado y reluciente, cubierto a medias con los harapos del vestido… Los marineros habían dejado de bogar para hablar mejor, y el capitán dijo desesperado:
?¡Y la nota del almirante me dice que todas las vidas de Badama están a mi cargo, ya ve usted! Y como también están las de la tripulación, no puedo mandar un destacamento a tierra: serían atacados y envenenados como Da Cunha; y a la vuelta los veríamos hincharse e insultarme lo mismo que él, para morir retorciéndose en contorsiones espantosas… No, no, es imposible. Caso de desembarcar alguien, debo ser yo… Iré con botas fuertes y decidido a todo… Aunque me parece que tampoco yo debo desembarcar… ¡no sé, no sé!…
Holroyd comprendió que en estas dudas estaba implícita la decisión sensata de no exponerse, y nada dijo. La cólera del capitán volvió a recaer sobre su manía primitiva:
?Esta comisión no ha tenido otro objeto que ponerme en ridículo.
Anduvieron de aquí para allá sin acercarse mucho, examinando el avisador esqueleto desde diferentes lugares, y luego volvieron a bordo. La incertidumbre del capitán se exacerbaba por momentos. A mediodía levantaron presión y el cañonero se dirigió velozmente río abajo, cual si fuese en busca de algo muy urgente, para girar a las pocas horas y volver a anclar al caer la tarde frente al caserío destruido, con su quietud hostil, su muellecito orlado de rosales, sus zanjas amenazadoras y su esqueleto que hablaba con muda elocuencia del dolor, de la impotencia y de la muerte. Una enorme turbonada agitó la atmósfera, y tras la lluvia y los truenos vino la noche fresca profunda, espléndida de astros; y tanto en el pueblo como en el buque pareció dormir todo, excepto Guérilleau, que paseaba como fiera enjaulada por el puente. Holroyd despertó con el alba, y dirigiéndose al insomne, le preguntó:
?¿Hay algo nuevo?
?Nada, nada… pero ya he decidido.
?¿Va usted a desembarcar?
Había en la pregunta del ingeniero una alegría maligna, mas Guérilleau no pareció percibirla, y poniendo a prueba la ansiedad del ingeniero, dijo:
?He decidido, pero no eso… He decidido tirarles con el cañón de proa.
Así lo hizo; y Dios sabe lo que las terribles hormigas pensaron de tan madura decisión. Dos veces, con belicosa solemnidad, mandó en persona el fuego, y toda la tripulación hubo de ponerse algodones en los oídos y formar en zafarrancho de combate, como si se tratase de una batalla. Al primer cañonazo el antiguo molino de azúcar cayó a tierra, y al segundo, el almacén situado cerca del muelle se derribó con pardo estrépito. Sólo entonces se produjo en el ánimo colérico del capitán la reacción razonable:
?Todo es inútil, inútil ?suspiró?. No nos queda más que volver a pedir instrucciones precisas. ¡Y por si no era bastante, ahora me reñirán también por el despilfarro de municiones!… ¡Han querido ponerme en ridículo…! No me cabe duda, mi querido Holroyd.
Todavía un momento, antes de decidir, permaneció con los ojos fijos en el vacío, presa de infinita perplejidad, y volvió a su ritornelo doloroso:
?¿Qué puede hacer el hombre contra las hormigas? ¡Nada, nada!
Durante el día el cañonero descendió perezosamente por el río, y a media tarde un destacamento fue a enterrar bajo los copudos árboles, en un lugar libre aún de la invasión, el cuerpo terriblemente desfigurado de Da Cunha.

4
Holroyd mismo me contó aún no hará tres semanas la historia transcripta anteriormente; y luego se la he oído referir también a otros. Llena la imaginación del recuerdo de las hormigas invencibles, ha regresado a Inglaterra con la idea, según dice, de concitar al país contra las invasoras antes de que sea demasiado tarde.
Asegura que ya amenazan la Guayana, apenas separada por mil millas de su presente zona de acción, y que el ministro de las Colonias debe ocuparse sin tardanza del asunto. Si alguien sonríe al oírlo, se exalta y argumenta así:
?¿Ha pensado usted en que se trata de hormigas inteligentes? Medite en lo que este hecho significa, y suponga que puedan, como nosotros, llegar a servirse de utensilios, a descubrir el fuego y los metales, y a ejecutar, por verdaderos prodigios de mecánica, maravillas superiores a cuantas la ignorancia europea desconoce aún. ¿No saben ustedes que las «sauvas» en 1841 horadaron bajo el Paraíba un túnel no menos ancho que el Támesis a su paso por Londres? Estoy seguro de que se sirven de sus maravillosos medios actuales con un método lógico y minucioso, sin despreciar ninguna lección de la práctica, lo que equivale a nuestros libros guardadores y propulsores de cultura. Hasta aquí su acción se limita a una invasión progresiva que fuerza a perecer o a huir a todo ser humano; pero su número aumenta formidablemente, y estoy persuadido de que pronto el hombre habrá tenido que abandonarles íntegra la América del Sur…
?Usted no habla en serio; usted no cree…
?Creo más. ¿Por qué han de detenerse en la América del Sur? En 1915 o poco más tarde habrán llegado, si no aumentan la velocidad de su avance, a las primeras estaciones del ferrocarril, y entonces los capitalistas europeos no tendrán otro remedio que ocuparse de ellas. Hacia 1920 poseerán de seguro la mitad de la cuenca del Marañón; y no me parece aventurado vaticinar para el 1950 ó 60 la fecha de su descubrimiento de Europa.

Edición digital de Sadrac
Revisión de urijenny (odoniano@yahoo.com.ar)

LAS PARADOJAS DEL TIEMPO

LAS PARADOJAS DEL TIEMPO

Domingo Santos

(Recopilador)
Domingo Santos

© 1982 Ediciones Dronte Biblioteca Básica de CF nº 3.

ISBN: 84-366-0061-4 Edición digital: Umbriel R6 11/02

ÍNDICE

Introducción,
Las paradojas del tiempo © Domingo Santos

Ladrón en el tiempo
(A Thief in Time) © Robert Sheckley, 1954

Sobre el tiempo y Texas
(Of Time and Texas) © William F. Nolan, 1956

El programa del destino
(The Destiny Show) © Derek Lane, 1960

El fundador de la civilización
(¿?) © Romain Yarov, 1969

El armario temporal
(Time Locker) © Lewis Padgett, 1943

El cruce
(L’Incrocio) © Sandro Sandrelli, 1963

Introducción

Las paradojas del tiempo
En 1888, un joven escritor de veintidós años iniciaba la publicación de una serie de ensayos sobre el tiempo en una revista de aficionados. Siete años más tarde, sobre la base de estos ensayos, el mismo autor escribía una novela que en poco tiempo se convertiría en un clásico universal. El autor se llamaba Herbert George Wells, y la novela, por supuesto, se titulaba «La máquina del tiempo».
Desde aquel lejano 1895 hasta hoy, el tema del tiempo se ha convertido en uno los más apasionantes para los autores de ciencia ficción de todo el mundo. Sus posibilidades son infinitas, desde las simples paradojas temporales («Sí señor, fui al pasado, me enamoré de una chica y… ¡Bueno, pues resulta que ahora soy mi propio abuelo!») hasta las meras utopías sociales («Fui a doscientos años en el futuro, y la sociedad se había convertido en una tiranía militarista que…»), sin contar con la posibilidad de hacer cambiar el tiempo («Fui a 1889 y maté a Hitler en su cuna y…») con todas sus previsibles consecuencias.
Pero, de todas ellas, una de las posibilidades que más atraen al autor es precisamente la primera: las paradojas temporales.
A esas paradojas dedicamos este volumen. La paradoja temporal más sencilla de pergeñar es, por supuesto, el lazo cerrado, el pez que se muerde la cola, el clásico problema del huevo y la gallina. Supongamos el ejemplo más simple: nuestro protagonista recibe una extraña visita: un hombre le advierte que al día siguiente no debe tomar el avión con el que pensaba trasladarse a otra ciudad porque este avión se estrellará, y al mismo tiempo le hace entrega de un sobre para que lo abra cuando haya comprobado la veracidad de su aviso. Impresionado por toda el aura que rodea la advertencia, nuestro héroe decide hacer caso. Al día siguiente, efectivamente, el avión se estrella. El sobre que le ha entregado el desconocido, al ser abierto, resulta que contiene los planos de una máquina para viajar por el tiempo, y con los planos hay un nuevo aviso: «Quien te ha avisado eres tú mismo, el tú del futuro. Construye esta máquina del tiempo: su construcción te llevará cinco años. Cuando la hayas terminado, debes acudir al pasado a avisar a tu yo anterior del peligro que puede poner fin a su vida». Nuestro héroe construye su máquina, tarda cinco años en tenerla a punto, y una vez probada satisfactoriamente cumple las instrucciones: viaja al pasado y avisa a su yo de cinco años antes del peligro que corre, al tiempo que le entrega el sobre que a su vez le permitirá realizar todo el proceso. El círculo se ha cerrado. Pero, cabe preguntarse: ¿de dónde ha salido en su origen esta máquina del tiempo? De la nada, evidentemente…
Desde esta paradoja simple, que con más o menos variaciones han explotado casi todos los autores de ciencia ficción del mundo entero, las complicaciones pueden prolongarse al infinito: el primer relato que abre este volumen es un buen ejemplo de ello. Y, generalmente, todas estas paradojas desembocan en una aparente imposibilidad… y ahí reside precisamente su principal atractivo. Como también en sus consecuencias: si yo voy al pasado, pregunta el autor, y mato a mi abuelo antes de casarse, ¿qué me ocurrirá a mí? ¿Desapareceré, seguiré viviendo? ¿Me convertiré en algo distinto a lo que soy ahora?
Las paradojas temporales ponen sobre el tapete el problema metafísico del determinismo, del libre albedrío. De hecho, si el viaje por el tiempo es posible (y me refiero aquí al viaje al futuro), entonces es que todo existe ya a nuestro alrededor, la teoría de que vamos construyendo sobre la marcha el futuro con nuestras decisiones es falsa. Y las historias de paradojas temporales ponen muchas veces una coletilla a este determinismo: al igual que podemos viajar al futuro, ¿acaso podemos también viajar al pasado y cambiarlo?
Naturalmente, en este último aspecto, hay teorías (y relatos) para todos los gustos: desde los que apuntan a que seremos meros fantasmas, espectadores de un pasado al que podremos acceder pero sobre el que no tendremos ninguna influencia (¡por lo que incluso podremos organizar viajes turísticos a los tiempos antiguos!), hasta aquellos en los que, como en un celebre relato de Ray Bradbury, el simple hecho de matar una mariposa en la más remota prehistoria puede transformar por completo a toda la humanidad.
Y finalmente están también aquellas paradojas en las que el viajero del tiempo puede cambiar el pasado, transformando el mundo, pero sin que por ello desaparezca el actual.
Este último apartado de las paradojas temporales entronca directamente con otro tema de gran repercusión también en la ciencia ficción: los universos paralelos.
Pero de esto nos ocuparemos en otro volumen. El tiempo, y sus paradojas, son de por sí un campo lo suficientemente amplio como para que le podamos dedicar varios números. De momento contentémonos con las paradojas puras y simples. Ahora ya son suficientes…

Domingo Santos

LADRÓN EN EL TIEMPO
Robert Sheckley
La base de todo buen relato sobre paradojas temporales es que estas sean lo más complejas posible. Normalmente, el protagonista nunca debe saber de qué va la cosa hasta el final… y a veces ni siquiera entonces. Ha de saltar de sorpresa en sorpresa en su búsqueda de la explicación a todo lo que le sucede, haciendo saltar con él al lector. Situado bajo estas premisas, pocos relatos sobre paradojas temporales son tan absorbentes como este «Ladrón en el tiempo». El desconcierto del protagonista va parejo al desconcierto del lector, que se siente cada vez más fascinado por el enigma de la sucesión de sus aventuras. Claro que por último, como debe ser, todo queda convenientemente explicado… con la Gran Paradoja Final, por supuesto.
Thomas Eldridge estaba completamente solo en su habitación en Butler Hall, cuando oyó detrás de él un débil sonido chirriante. Esto casi no se registró en su consciencia. Estaba estudiando las ecuaciones Holstead, que habían causado tal revuelo hacía unos pocos años, con su insinuación de un universo no-relativista. Era un inquietante conjunto de símbolos, aunque sus conclusiones habían probado ser bastante erróneas.
A pesar de todo, si uno las examinaba sin prejuicios, parecían probar algo. Había una extraña relación de elementos temporales, con interesantes aplicaciones. Había… Escuchó el ruido otra vez, y giró la cabeza. De pie, detrás suyo, había un corpulento hombre vestido con bombachos púrpura, un pequeño chaleco verde y una porosa camisa plateada. Llevaba una cuadrada máquina negra con diferentes diales, y su expresión era decididamente poco amistosa.
Se miraron el uno al otro. Por un momento, Eldridge pensó que era una broma de los estudiantes. Era el profesor adjunto más joven en Carvell Tech, y algún estudiante siempre le estaba entregando un huevo duro o un sapo vivo durante la Semana Infernal.
Pero este hombre no era ningún estudiante retozando. Tenía al menos cincuenta años de edad, y era inconfundiblemente hostil.
?¿Cómo ha entrado aquí? ?preguntó Eldridge?. ¿Y qué es lo que quiere? El hombre alzó una ceja.
?¿Va a vanagloriarse aún de ello, eh?
?¿Vanagloriarme de qué? ?preguntó Eldridge, sorprendido.
?Le está hablando usted a Viglin ?dijo el hombre?. Viglin. ¿Lo recuerda?
Eldridge trató de recordar si había algún asilo de locos cerca de Carvell. Este Viglin parecía un lunático escapado.
?Debe haberse equivocado usted de hombre ?dijo Eldridge, preguntándose si debería pedir auxilio.
Viglin sacudió la cabeza.
?Usted es Thomas Monroe Eldridge ?dijo?. Nacido el 16 de marzo de 1926, en Darien, Connecticut. Estudió en la universidad Heights College, en la universidad de Nueva York, graduándose cum laude. Consiguió un puesto en Carvell el año pasado, a principios de 1953. ¿Correcto hasta ahora?
?Muy bien. De modo que ha investigado acerca de mí por alguna razón. Mejor que sea buena, o llamaré a la policía.
?Siempre fue un cliente sin nervios. Pero su bravata no le servirá. Yo llamaré a la policía.
Apretó un botón en la máquina. Instantáneamente, aparecieron dos hombres en la habitación. Llevaban uniforme de color naranja claro y verde, con insignias metálicas en las mangas. Entre ellos transportaban una máquina negra similar a la de Viglin, excepto que esta llevaba una marca en la parte superior.
?El crimen no paga ?dijo Viglin?. ¡Arresten al ladrón!
Por un momento, la placentera estancia de Eldridge en el colegio, con sus grabados de Gauguin, sus desaliñados montones de libros, su más desaliñado hi-fi, y su pequeña alfombra roja afelpada, parecieron girar aturdidoramente a su alrededor. Parpadeó varias veces, esperando que todo ello hubiera sido causado por el cansancio de sus ojos. O mejor aún, tal vez había estado soñando.
Pero Viglin aún estaba allí, desalentadoramente sustancial. Los dos policías sacaron un par de esposas y avanzaron.
?¡Esperen! ?gritó Eldridge, apoyándose contra su escritorio para sostenerse?. ¿Qué es todo esto?
?Si insiste en acusaciones formales ?dijo Viglin?, las tendrá. ?Se aclaró la garganta?. Thomas Eldridge: en marzo de 1962, usted inventó el Transportador Eldridge. Luego…
?¡Un momento! ?protestó Eldridge?. No estamos aún en 1962, por si ustedes no lo saben.
Viglin pareció molesto.
?No utilice subterfugios. Usted inventará el Transportador en 1962, si prefiere esta terminología. Todo es cuestión de un punto de vista temporal.
Eldridge necesitó un tiempo para digerir esto.
?¿Quieren decir… que ustedes son el futuro? ?dijo torpemente.
Uno de los policías dio un codazo al otro. ? ¡Qué actuación! ?dijo admirativamente.
?Mejor que un espectáculo groogly ?convino el otro, entrechocando las esposas.
?Claro que somos del futuro ?dijo Viglin ?. ¿De qué otro lugar podríamos ser? En 1962, usted inventó, o inventará, el Transportador Temporal Eldridge, haciendo posible el viaje a través del tiempo. Con él, usted se trasladó al primer sector del futuro, donde fue recibido con los más altos honores. Luego viajó a través de los tres sectores del Tiempo Civilizado, dando conferencias. Fue usted un héroe, Eldridge, un ideal. Los chiquillos deseaban crecer para ser como usted ?Con una voz ronca, continuó?: Fuimos engañados. Súbita y deliberadamente, usted robó una cantidad de mercancías de alto valor. ¡Nos sorprendió! Nunca habíamos sospechado que tuviera tendencias criminales.
Cuando lo tratamos de arrestar, usted desapareció.
Viglin hizo una pausa y se frotó la frente cansadamente.
?Yo era su amigo, Tom, la primera persona con quien se encontró en el Sector Uno.
Bebimos más de un tazón de flox juntos. Yo preparé su circuito de conferencias. Y usted me robó. ?Su faz se endureció?. Deténganlo, policías.
Cuando los policías avanzaron, Eldridge pudo ver bien la máquina negra que compartían. Como la de Viglin, tenía varios diales y una hilera de botones. Rotuladas en blanco en la parte superior, figuraban las palabras:

TRANSPORTADOR TEMPORAL ELDRIDGE
?
PROPIEDAD DEL DEP. DE POLICÍA EASKILL

Los policías se detuvieron y se volvieron hacia Viglin.
?¿Tiene los documentos de extradición? Viglin rebuscó en sus bolsillos. ?Parece que no los tengo conmigo. ¡Pero ustedes saben que es un ladrón!
?Todo el mundo lo sabe ?dijo el policía?. Pero no tenemos jurisdicción en un sector de precontacto sin documentos de extradición.
?Esperen aquí ?dijo Viglin?. Los conseguiré. ?Observó cuidadosamente su reloj de pulsera, murmuró algo sobre una media hora de desfase, y apretó un botón en el Transportador.
Desapareció inmediatamente.
Los dos policías se sentaron en el sofá de Eldridge y procedieron a mirar de soslayo los Gauguin.
Eldridge trató de pensar, de planear, de anticipar. Imposible. No podía creerlo. Rehusaba creerlo. Nadie le haría creer…
?Imagina a un individuo famoso como este siendo un bribón ?dijo uno de los policías.
?Todos los genios están locos ?filosofó el otro?. ¿Recuerdas al bailarín de stuggie que mató a su chica? Era un genio, dijo todo el mundo.
?Sí. ?El primer policía encendió un cigarro y tiró la cerilla sobre la pequeña alfombra roja afelpada de Eldridge.
Está bien, decidió Eldridge, era verdad. Tenía que creerlo bajo las circunstancias. Tampoco era tan absurdo. Siempre había sospechado que él podía ser un genio. ¿Pero qué había ocurrido?
En 1962, inventaría una máquina del tiempo.
Era lógico, ya que él era un genio.
Y viajaría a través de los tres sectores del Tiempo Civilizado.
Bien, ciertamente, suponiendo que tuviera una máquina del tiempo. Si había tres sectores, los exploraría.
Incluso podría explorar los sectores no civilizados.
Y entonces, sin ninguna advertencia, se convertiría en un ladrón… ¡No! Podía aceptar cualquier otra cosa, pero esta estaba completamente fuera de su carácter. Eldridge era un hombre joven intensamente honesto, muy por encima de las mezquinas deshonestidades. Como estudiante, nunca había hecho trampa en los exámenes. Como hombre, siempre había pagado el real y exacto impuesto sobre sus utilidades, hasta el último céntimo.
Y aún iba más lejos que esto. Eldridge no tenía ninguna motivación, ninguna necesidad material. Su deseo había sido siempre el establecerse en algún lugar cálido y soñoliento, contento con sus libros y su música, la luz del sol, los vecinos congeniales, el amor de una buena mujer.
De modo que estaba acusado de latrocinio. Incluso si era culpable, ¿qué motivo podía haberlo llevado a la acción? ¿Qué le había ocurrido en el futuro?
?¿Vas a ir al railly scrug? ?preguntó uno de los policías al otro. ? ¿Por qué no? Llega a Malm el domingo, ¿verdad?
No les importaba. Cuando Viglin volviera, lo esposarían y lo arrastrarían hasta el Sector Uno del futuro. Sería sentenciado y arrojado a una celda.
Todo por un crimen que él iba a cometer.
Tomó una rápida decisión, y actuó con idéntica rapidez.
?Me siento mal ?dijo, y empezó a deslizarse fuera de la silla. ? ¡Cuidado… puede tener una pistola! ?aulló uno de los policías.
Se precipitaron hacia él, dejando su máquina del tiempo sobre el sofá.
Eldridge buceó debajo de la mesa y apareció al otro lado, y saltó sobre la máquina. Pese a su prisa, se dio cuenta de que el Sector Uno sería un lugar poco saludable para él.
De modo que, mientras los policías corrían a través de la habitación, apretó el botón marcado Sector Dos.
Instantáneamente, se sintió inmerso en la oscuridad.
Cuando abrió sus ojos, Eldridge se encontró con que se hallaba sumergido hasta los tobillos en un charco de agua sucia. Estaba en un campo, a seis metros de una carretera.
El aire era cálido y húmedo. Tenía el Transportador Temporal firmemente sujeto bajo su brazo.
Estaba en el Sector Dos del futuro, y esto no lo emocionaba en lo más mínimo. Caminó hacia la carretera. A ambos lados de la misma había campos escalonados, llenos con los verdes tallos de las plantas de arroz. ¿Arroz? ¿En el estado de Nueva York? Eldridge recordó que en su propio sector temporal se había detectado un cambio climático. Se había predicho que algún día las zonas templadas volverían a ser cálidas, tal vez tropicales. Este futuro parecía probar la teoría. Estaba transpirando ya. El suelo era húmedo, como si hubiera llovido recientemente, y el cielo era de un azul intenso y sin nubes.
Pero, ¿dónde estaban los agricultores? Mirando al sol, que estaba directamente sobre su cabeza, tuvo la respuesta. Durmiendo la siesta, claro. Dirigiendo la vista carretera adelante, pudo ver edificios a casi un kilómetro de distancia. Se limpió el barro de sus zapatos y empezó a andar.
Pero, ¿qué es lo que haría cuando llegara a los edificios? ¿Cómo podría descubrir lo que le había ocurrido en el Sector Uno? No podía dirigirse a cualquiera y decirle: «Perdone, señor. Soy de 1954, un año del que usted tal vez haya oído hablar. Parece ser que en alguna forma…» No, eso no serviría. Tendría que pensar en algo. Eldridge continuó andando, mientras el sol lo golpeaba furiosamente. Cambió el Transportador al otro brazo, y luego lo inspeccionó de cerca. Puesto que lo iba a inventar ?no, ya lo había hecho?, sería mejor que averiguara como funcionaba.
En su superficie había botones para los tres primeros sectores del Tiempo Civilizado. Había un dial especial para viajar más allá del Sector Tres, hacia los Sectores Sin Civilizar. En un lado había una placa de metal que decía: ATENCIÓN: conceda un margen de medía hora entre saltos temporales, para evitar anulaciones.
Eso no le dijo gran cosa. Según Viglin, Eldridge había necesitado ocho años, desde 1954 a 1962, para inventar el Transportador. Para comprenderlo necesitaría algo más que unos pocos minutos.
Eldridge llegó a los edificios y encontró con que se hallaba en una ciudad de mediano tamaño. Había algunas personas en las calles, caminando lentamente bajo el sol tropical.
Vestían completamente de blanco. Se sintió aliviado al ver que los estilos en el Sector Dos eran tan conservadores y que su traje podía pasar por una versión rústica de lo que allí parecía habitual.
Pasó frente a un edificio de adobe. El letrero de su fachada decía:

LEEDURÍA PÚBLICA.

Una librería. Eldridge se detuvo. En su interior se encontrarían sin duda los archivos de los últimos cientos de años. Habría una crónica de su crimen ?si existía? y las circunstancias bajo las cuales lo había cometido. ¿Pero no sería peligroso? ¿Habría algunos carteles solicitando su arresto? ¿Existiría la extradición entre los Sectores Uno y Dos?
Tendría que arriesgarse. Eldridge entró, pasó rápidamente más allá de la delgada encargada de faz gris, y se dirigió hacia los estantes.
Había un gran departamento sobre el tiempo, pero el tratado más completo en un solo volumen era un libro titulado Orígenes del Viaje Temporal por Ricardo Alfredex. La primera parte decía que el joven genio Eldridge había, en un nefasto día de 1954, recibido el germen de la idea a partir de las controvertidas ecuaciones Holstead. Realmente, la fórmula era simple hasta lo absurdo ?Alfredex citaba las principales proposiciones?, pero nadie se había dado cuenta antes. La genialidad de Eldridge residía principalmente en percibir lo obvio.
Eldridge frunció el ceño ante este menosprecio: Obvio, ¿no es cierto? El aún no lo comprendía. ¡Y él era el inventor!
La máquina había sido construida en 1962. Funcionó al primer intento, catapultando a su joven inventor en lo que luego sería conocido como Sector Uno.
Eldridge levantó la vista y vio que una niña con gafas, de unos nueve años más o menos, estaba de pie al final de su hilera de libros, mirándolo. Se escondió fuera de su vista. Continuó leyendo.
El siguiente capítulo se titulaba «Las Falsas Paradojas del Tiempo». Eldridge lo hojeó rápidamente. El autor empezaba con la clásica paradoja de Aquiles y la tortuga, y la demolía con el cálculo integral. Utilizando esto como una base lógica, continuaba con las llamadas paradojas del tiempo: matar al propio tatarabuelo, encontrarse a uno mismo, etc.
Estas no tuvieron mejor suerte que la antigua paradoja de Zeno. Alfredex continuaba explicando que todas las paradojas temporales eran la invención de autores dotados para la confusión.
Eldridge no comprendió la intrincada lógica simbólica de toda esta parte, lo cual era perturbador, ya que se le citaba a él como la máxima autoridad.
El siguiente capítulo se llamaba «La Caída del Poderoso». Contaba como Eldridge había conocido a Viglin, el dueño de un gran almacén de artículos de deporte en el Sector Uno. Se convirtieron en buenos amigos. El negociante tomó bajo su protección al tímido y joven genio. Le preparó un circuito de conferencias. Luego…
?Perdone, señor ?dijo alguien. Eldridge levantó la vista. La encargada de faz gris se hallaba frente a él. A su lado estaba la niña con gafas con una sonrisa afectada en su rostro.
?¿Sí? ?preguntó Eldridge.
?No se admite a los Viajeros Temporal es en la Leeduría ?dijo la encargada austeramente.
Eso era comprensible, pensó Eldridge. Los Viajeros podían coger un montón de libros valiosos y desaparecer. Probablemente, y por la misma razón, tampoco eran admitidos en los bancos.
El problema es que no deseaba dejar el libro.
Eldridge sonrió, señaló su oreja, y continuó leyendo apresuradamente.
Al parecer el brillante joven Eldridge había dejado que Viglin se cuidara de todos sus contratos y documentos. Y un día se encontró, para su sorpresa, que había firmado un documento cediendo a Viglin todos los derechos sobre el Transportador Temporal a cambio de una discreta cantidad de dinero. Eldridge llevó el caso ante los tribunales. Los tribunales fallaron en contra suyo. El caso fue apelado. Sin dinero y amargado, Eldridge inició su carrera criminal, robándole a Viglin…
?¡Señor! ?dijo la encargada?. Sordo o no, debe marcharse en el acto. Si no lo hace, llamaré a la policía.
Eldridge dejó el libro, murmuró «chivata» a la niña, y se apresuró a salir de la Leeduría.
Ahora sabía porque Viglin estaba tan ansioso por arrestarlo. Con su caso aún pendiente, Eldridge estaría en mala posición detrás de unas rejas.
Pero, ¿por qué había robado?
El latrocinio de su invención era un motivo comprensible, pero Eldridge estaba seguro de que no era por esto. El robarle a Viglin no le haría sentirse mejor ni tampoco repararía el daño. Su reacción sería de luchar o de retraerse, de retirarse de todo el asunto. Cualquier cosa excepto robar.
Bien, ya lo averiguaría. Se escondería en el Sector Dos, quizá encontrara un trabajo. Poco a poco, conseguiría…
Dos hombres le asieron los brazos por ambos lados. Un tercero le quitó el Transportador. Lo hicieron con tal facilidad que Eldridge aún estaba boquiabierto cuando uno de los hombres le enseñó una placa.
?Policía ?dijo el hombre?. Tendrá que venir con nosotros, señor Eldridge. ? ¿Por qué? ?preguntó Eldridge.
?Por robo en los Sectores Uno y Do s. De modo que había robado aquí, también.
Fue llevado a la estación de policía y se le hizo entrar en la pequeña y desordenada oficina del capitán. El capitán era un hombre delgado, calvo, y de facciones joviales. Hizo señas a sus subordinados para que salieran de la habitación, indicó a Eldridge que se sentara en una silla y le entregó un cigarrillo.
?Así que usted es Eldridge ?dijo. Eldridge asintió tristemente.
?Desde chiquillo he estado leyendo cosas sobre usted ?dijo el capitán con nostalgia?. Usted era uno de mis héroes.
Eldridge supuso que el capitán tenía al menos quince años más que él, pero no hizo ningún comentario. Después de todo, se suponía que él era un experto en paradojas temporales.
?Siempre creí que le habían hecho una estafa ?dijo el capitán, jugueteando con un gran pisapapeles de bronce?. Aún as í, no pude comprender porque un hombre como usted se había dedicado a robar. Por un tiempo, creímos que se podría tratar de una locura pasajera.
?¿Lo fue? ?preguntó Eldridge esperanzado.
?Ni por casualidad. Comprobamos su historial. No lo es usted ni en forma potencial. Y eso hace las cosas bastante difíciles para mí. Por ejemplo, ¿por qué robó usted especialmente estos artículos?
?¿Qué artículos?
?¿No lo recuerda?
?Me he olvidado de todo ?dijo Eldridge?. Amnesia temporal.
?Muy comprensible ?dijo el capitán con simpatía. Le entregó un papel a Eldridge?.
Aquí está la lista.
ARTÍCULOS ROBADOS POR THOMAS MONROE ELDRIDGE

Sustraídos del Almacén de Artículos de Deporte Viglin, Sector Uno: Créditos
4 Pistolas Megacarga 10.000 3 Cinturones salvavidas, Hinchables 1005 Latas de Repelente de Tiburones Ollen 400

Sustraídos de la Tienda de Especialidades Alfghan, Sector Uno:
2 Volúmenes Microflex, Literatura Mundial 1.000
5 Cintas grabaciones de la Sinfónica Teeny-Tom 2.650

Sustraídos del Almacén de Productos Loorie, Sector Dos:
4 Docenas de Patatas, marca Tortuga Blanca 5
9 Bolsas de semillas de zanahoria (Surtidas) 6
Sustraídos del Almacén de Novedades Manon, Sector Dos:
5 Docenas de Espejos de mano, Plateados 95

Valor Total 14.256
?¿Qué es lo que quería hacer? ?preguntó el capitán?. Robar un millón de créditos está bien, lo puedo comprender, pero ¿por qué toda esa basura?
Eldridge sacudió la cabeza. No podía encontrar nada que tuviera sentido en la lista. Las pistolas de megacarga podían ser útiles. Pero, ¿por qué los espejos, cinturones salvavidas, patatas y el resto de los artículos que el capitán había calificado con propiedad de basura?
No podía comprenderlo. Eldridge empezó a pensar en sí mismo como si fuera dos personas. Eldridge I había inventado los viajes en el tiempo, había sido estafado, robado algunos artículos incomprensibles, y desaparecido. Eldridge II era él mismo, la persona que Viglin había encontrado. No tenía recuerdos del primer Eldridge. Pero tenía que descubrir los motivos de Eldridge I y/o sufrir por sus crímenes.
?¿Qué ocurrió después que hube robado esas cosas? ?preguntó Eldridge.
?Eso es lo que nos gustaría saber ?dijo el capitán?. Todo lo que sabemos es que se escapó con su botín al Sector Tres.
?¿Y luego?
El capitán se alzó de hombros.
?Cuando pedimos su extradición, las autoridades nos informaron de que usted no estaba allí. No es que le hubieran entregado. Son de la clase orgullosa, independiente, ya sabe. De todas maneras, usted había desaparecido.
?¿Desaparecido? ¿A dónde?
?No lo sé. Podría haber ido a los Sectores sin Civilizar que están más allá del Sector Tres.
?¿Qué son los Sectores sin Civilizar? ?preguntó Eldridge.
?Esperábamos que usted nos lo dijera ?repuso el capitán?. Es usted el único hombre que ha efectuado exploraciones más allá del Sector Tres. ¡Maldita sea, pensó Eldridge, se suponía que él era una autoridad en todo lo que deseaba saber!
?Esto me pone en una situación difícil ?dijo el capitán, mirando a su pisapapeles. ? ¿Por qué?
?Bueno, usted es un ladrón. La ley dice que debo arrestarlo. Sin embargo, también me doy cuenta de que a usted se le hizo una mala jugada. Y también sé que solo robó a Viglin y a sus afiliados en ambos Sectores. Hay una cierta justicia en ello… que desgraciadamente la ley no reconoce.
Eldridge asintió tristemente.
?Mi deber es arrestarlo ?dijo el capitán con un profundo suspiro?. No hay nada que pueda hacer, aunque lo quisiera. Tendrá que ser juzgado y probablemente le caerá una sentencia de unos veinte años, más o menos.
?¿Cómo? ¿Por robar morralla como el repelente de tiburones y las semillas de zanahorias? ¿Por robar basura?
?Somos muy severos para los crímenes en el tiempo ?dijo el capitán?. Ofensa temporal.
?Comprendo ?dijo Eldridge, derrumbándose en su silla.
?Claro que ?dijo el capitán pensativamente?, si de repente me atacara rencorosamente, golpeándome en la cabeza con ese pesado pisapapeles, cogiera mi Transportador Personal ?que está en el segundo estante de ese armario? y retornara a sus amigos en el Sector Tres, no habría realmente gran cosa que yo pudiera hacer al respecto.
?¿Huh?
El capitán se volvió hacia la ventana, dejando el pisapapeles al alcance de Eldridge.
?Son verdaderamente terribles ?comentó?, las cosas que uno haría por un héroe de la infancia. Pero, desde luego, usted es un hombre respetuoso de la ley. Nunca haría una cosa semejante y tengo informes psicológicos que lo demuestran.
?Gracias ?dijo Eldridge. Levantó el pisa papeles y golpeó débilmente la cabeza del capitán. Sonriendo, el capitán se desplomó detrás de la mesa. Eldridge encontró el Transportador en el armario, y lo preparó para el Sector Tres. Suspiró profundamente y apretó el botón.
Una vez más, fue rodeado por la oscuridad.
Cuando abrió los ojos, estaba en una llanura cuyo suelo estaba manchado de amarillo.
A su alrededor se extendía un terreno desértico, sin un solo árbol, y un viento polvoriento soplaba contra su cara. A lo lejos, pudo ver varios edificios de ladrillo y una hilera de tiendas, dispuestas a lo largo de un arroyo seco. Se encaminó hacia allí.
Este futuro, decidió, había pasado por otra variación climática. El ardiente sol había calcinado el terreno, secando los arroyos y los ríos. Si el clima tendía a ser así, podía comprender porque el siguiente sería Sin Población.
Estaba muy cansado. No había comido en todo el día, o en varios miles de años, según como uno lo mirara. Pero eso, se dio cuenta, era una falsa paradoja, una que Alfredex seguramente demolería con su lógica simbólica.
Al infierno con la lógica. Al infierno con la ciencia, las paradojas, todo. No escaparía a un lugar más lejano. Tendría que haber sitio para él en este país polvoriento. La gente de aquí ?de clase orgullosa e independiente? no lo entregarían. Creían en la justicia, no en la ley. Se quedaría aquí, trabajaría, envejecería, y olvidaría a Eldridge I y sus locos planes.
Cuando llegó al poblado, vio que la gente se había reunido para darle la bienvenida. Iban vestidos con túnicas largas y flotantes, como los albornoces árabes, la única vestimenta lógica para este clima.
Un patriarca barbudo se adelantó y con la cabeza asintió gravemente hacia Eldridge. ?Los proverbios antiguos tenían razón. Para cada principio hay un final. Eldridge convino cortésmente.
?¿Alguien puede darme un trago de agua?
?Y en verdad está escrito ?continuó el patriarca?, que el ladrón, teniendo un universo por el que vagar, volverá al final a la escena de su crimen.
?¿Crimen? ?preguntó Eldridge, sintiendo un molesto cosquilleo en su estómago.
?Crimen ?repitió el patriarca. Entre la multitud, un hombre gritó:
?¡Es un pájaro estúpido aquel que ensucia su propio nido! ?La gente rugió al reír, pero a Eldridge no le gustó el sonido. Era una risa cruel.
?La ingratitud engendra la traición ?dijo el patriarca?. La maldad es omnipresente. Te apreciábamos, Thomas Eldridge. Viniste a nosotros con tu extraña máquina, trayendo un botín, y te reconocimos por tu espíritu orgulloso. Te convertía en uno de nosotros. Te protegimos de tus enemigos de los Mundos Húmedos. ¿Qué nos importaba a nosotros que los hubieras agraviado? ¿Acaso no te habían agraviado ellos? ¡Ojo por ojo!
La multitud gruñó aprobadoramente.
?Pero, ¿qué es lo que hice? ?deseó saber Eldridge.
La multitud convergió hacia él, blandiendo palos y cuchillos. Una hilera de hombres vestidos con capas azul oscuro la retenían, y Eldridge se dio cuenta de que incluso aquí habían policías.
?Decidme lo que hice ?persistió mientras los policías le quitaban el Transportador.
?Eres culpable de sabotaje y asesinato ?le dijo el patriarca.
Eldridge miró a su alrededor, desesperado. Se había escapado de los cargos por hurto en el Sector Uno para verse acusado de ello en el Sector Dos. Se había retirado al Sector Tres, donde era buscado por asesinato y sabotaje.
Sonrió amistosamente.
?Lo único que realmente he deseado siempre ha sido un país cálido y pacífico, libros, vecinos amistosos, y el amor de una buena…
Cuando se recuperó, se encontró yaciendo sobre el duro suelo de tierra de una pequeña cárcel de ladrillos. A través de la rendija que era la ventana, pudo ver una insignificante porción de una puesta de sol. Detrás de la puerta de madera, alguien estaba gimiendo una canción.
Encontró un tazón de comida a su lado y comió con hambre de lobo su poco familiar contenido. Después de beber agua de otro tazón, se apoyó contra la pared. A través de la estrecha ventana, la puesta de sol iba desapareciendo. En el patio, un grupo de hombres estaba erigiendo una horca.
?¡Carcelero! ?gritó Eldridge. A los pocos momentos pudo oír el sonido de unos pasos.
?Necesito un abogado ?dijo.
?Aquí no hay abogados ?replicó el hombre orgullosamente?. Aquí hay justicia ?Y se marchó.
Eldridge empezó a revisar sus ideas acerca de una justicia sin ley Estaba muy bien como concepto… pero era horrible como realidad.
Se tumbó en el suelo y trató de pensar. No pudo. Podía escuchar a los trabajadores riendo y bromeando mientras erigían la horca. Trabajaron hasta muy avanzado el atardecer.
A primeras horas de la noche, Eldridge oyó girar la llave en la cerradura. Entraron dos hombres. Uno era de mediana edad, con una pequeña y bien cuidada barba. El otro tenía más o menos la edad de Eldridge, anchos hombros y curtido.
?¿Te acuerdas de mí? ?preguntó el hombre de mediana edad. ? ¿Debería?
?Sí. Yo era su padre.
?Y yo era su prometido ?dijo el hombre joven. Dio un paso amenazadoramente. El hombre con barba lo contuvo.
?Sé lo que sientes, Morgel, pero pagará sus crímenes en la horca.
?Colgarlo es aún poco para él, señor Becker ?arguyó Morgel?. Debería ser destripado, descuartizado, quemado y dispersadas sus cenizas al viento.
?Sí, pero nosotros somos un pueblo justo y misericordioso ?dijo Becker virtuosamente.
?¿El padre de quién? ?preguntó Eldridge?. ¿El prometido de quién? Los dos hombres se miraron el uno al otro.
?¿Qué es lo que hice? ?preguntó Eldridge. Becker se lo dijo.

Tipos de investigacion

INTRODUCCIÓN
Aunque el método científico es uno, existen diversas formas de identificar su práctica o aplicación en la investigación. De modo que la investigación se puede clasificar de diversas maneras. Enfoques positivistas promueven la investigación empírica con un alto grado de objetividad suponiendo que si alguna cosa existe, existe en alguna cantidad y su existe en alguna cantidad se puede medir. Esto da lugar al desarrollo de investigaciones conocidas como cuantitativas, las cuales se apoyan en las pruebas estadísticas tradicionales. Pero especialmente en el ámbito de las ciencias sociales se observan fenómenos complejos y que no pueden ser alcanzados ser observados a menos que se realicen esfuerzos holísticos con alto grado de subjetividad y orientados hacia las cualidades más que a la cantidad. Así se originan diversas metodologías para la recolección y análisis de datos (no necesariamente numéricos) con los cuales se realiza la investigación conocida con el nombre de Cualitativa.

Tipos de investigación
Cuando se inicia el capítulo de la metodología lo primero que se encuentra el investigador es la definición del tipo de investigación que desea realizar. La escogencia del tipo de investigación determinará los pasos a seguir del estudio, sus técnicas y métodos que puedan emplear en el mismo. En general determina todo el enfoque de la investigación influyendo en instrumentos, y hasta la manera de cómo se analiza los datos recaudados. Así, el punto de los tipos de investigación en una investigación va a constituir un paso importante en la metodología, pues este va a determinar el enfoque del mismo. 
Este puede dividirse en dos tipos principales de Campo o de Laboratorio. Que a su vez puede clasificarse en cuatro tipos principales:
Estudios Exploratorios: También conocido como estudio piloto, son aquellos que se investigan por primera vez o son estudios muy pocos investigados. También se emplean para identificar una problemática.
Estudios Descriptivos: Describen los hechos como son observados.
Estudios Correlacionales: Estudian las relaciones entre variables dependientes e independientes, ósea se estudia la correlación entre dos variables.
Estudios Explicativos: Este tipo de estudio busca el porqué de los hechos, estableciendo relaciones de causa- efecto.
Hernández, Fernández y Baptista (2003) establecen estos cuatro tipos de investigación, basándose en la estrategia de investigación que se emplea, ya que ?el diseño, los datos que se recolectan, la manera de obtenerlos, el muestreo y otros componentes del proceso de investigación son distintos en estudios exploratorios, descriptivos, correlacionales y explicativos? (p. 114). No obstante, existen otras maneras de clasificar los tipos de investigaciones, por ejemplo se pueden clasificar según:

El proceso formal:
Este se refiere al método que se emplea en el estudio, se divide en:
Método deductivo: Parte de una premisa general para obtener las conclusiones de un caso particular. Pone el énfasis en la teoría, modelos teóricos, la explicación y abstracción, antes de recoger datos empíricos, hacer observaciones o emplear experimentos.
Método inductivo: Se analizan solo casos particulares, cuyos resultados son tomados para extraer conclusiones de carácter general. A partir de las observaciones sistemáticas de la realidad se descubre la generalización de un hecho y una teoría. Se emplea la observación y la experimentación para llegar a las generalidades de hechos que se repiten una y otra vez.
Método hipotético-deductivo: A través de observaciones realizadas de un caso particular se plantea un problema. Éste lleva a un proceso de inducción que remite el problema a una teoría para formular una hipótesis, que a través de un razonamiento deductivo intenta validar la hipótesis empíricamente.  Este se divide en:
1.-  Investigación pura (básica): Esta investigación busca aumenta la teoría, por lo tanto se relaciona con nuevos conocimientos, de este modo no se ocupa de las aplicaciones prácticas que puedan hacer referencias los análisis teóricos.
2.- Investigación aplicada: Su principal objetivo se basa en resolver problemas prácticos, con un margen de generalización limitado. De este modo genera pocos aportes al conocimiento científico desde un punto de vista teórico.  Se divide en:
2.1- Investigación  fundamental:  A partir de la muestra de sujetos, las conclusiones de la investigación se hacen extensivas a la población y se orienta a las conclusiones. Su objetivo se centra en el aumento de información teórica y se relaciona con la investigación pura (básica).
2.2 Investigación acción: Se centra en generar cambios en una realidad estudiada y no coloca énfasis en lo teórico. Trata de unir la investigación con la práctica a través de la aplicación, y se orienta en la toma de decisiones y es de carácter ideográfico.
Metodología cuantitativa: Para cualquier campo se aplica la investigación de las Ciencias Físico-Naturales. El objeto de estudio es ?externo? al sujeto que lo investiga tratando de lograr la máxima objetividad. Intenta identificar leyes generales referidas a grupos de sujeto o hechos. Sus instrumentos suelen recoger datos cuantitativos los cuales también incluyen la medición sistemática, y se emplea el análisis estadístico como característica resaltante.
Metodología cualitativa: Es una investigación que se basa en el análisis subjetivo e individual, esto la hace una investigación interpretativa, referida a lo particular.

La orientación:
Esta se divide en:
Investigación orientada a conclusiones: esta engloba la metodología cuantitativa.
Investigación orientada a decisiones: No se centra en hacer aportes teóricos, mas bien su objetivo es buscar soluciones a los problemas. La investigación acción forma parte de este tipo de investigación y se vale de algunas metodologías cualitativas.

La manipulación de variables:
Se centra en la manera como se desea controlar o no las variables. Se divide en:
Investigación descriptiva: No hay manipulación de variables, estas se observan y se describen tal como se presentan en su ambiente natural. Su metodología es fundamentalmente descriptiva, aunque puede valerse de algunos elementos cuantitativos y cualitativos.
Investigación experimental: Se manipula una o varias variables independientes, ejerciendo el máximo control. Su metodología es generalmente cuantitativa.
Investigación ?ex post facto?: No se controlan las variables independientes, dado que el estudio se basa en analizar eventos ya ocurridos de manera natural. Como el evento ya ha ocurrido los métodos de análisis pueden ser descriptivos o experimentales.

La naturaleza de los objetivos:
Se refiere en cuanto al nivel de conocimiento que se desea alcanzar. Esta se divide en:
Investigación exploratoria: Es considerada como el primer acercamiento científico a un problema. Se utiliza cuando éste aún no ha sido abordado o no ha sido suficientemente estudiado y las condiciones existentes no son aún determinantes.
Investigación Descriptiva: Se efectúa cuando se desea describir, en todos sus componentes principales, una realidad.
Investigación correlacional: Es aquel tipo de estudio que persigue medir el grado de relación existente entre dos o más conceptos o variables.
Investigación explicativa: Es aquella que tiene relación causal, no sólo persigue describir o acercarse a un problema, sino que intenta encontrar las causas del mismo. Puede valerse de diseños experimentales y no experimentales.
Investigación experimental: El objetivo se centra en controlar el fenómeno a estudiar, emplea el razonamiento hipotético-deductivo. Emplea muestras representativas, diseño experimental como estrategia de control y metodología cuantitativa para analizar los datos.
Investigación predicativa: Se plantea predecir fenómenos o hechos basándose en datos anteriores y técnicas cuantitativas tales como regresión múltiple o análisis causal.

El tiempo en que se efectúan:
El tiempo determina el tipo de investigación, existen dos tipos:
1. Investigaciones sincrónicas: son aquellas que estudian fenómenos que se dan en un período corto.
2. Investigaciones diacrónicas: Son aquellas que estudian fenómenos en un período largo con el objeto de verificar los cambios que se pueden producir.
La dimensión cronológica:
Esta se divide en.
Investigación histórica: se encarga de describir fenómenos que acontecieron en el pasado basándose en fuentes históricas o documentos. Se basa fundamentalmente en describir los hechos.
Investigación descriptiva: Describe los fenómenos como aparecen en la actualidad. Estos pueden ser longitudinales o transversales, cualitativos o cuantitativos.
Investigación experimental: Predice lo que ocurrirá si se produce alguna modificación en la condición actual de un hecho, para logra esto aplica el razonamiento hipotético-deductivo y la metodología suele ser cuantitativa. Los experimentos pueden realizarse en el laboratorio o pueden ser de campo.

El enfoque:
Se puede dividir en:
1. Método experimental: Se experimenta con una variable independiente que puede ser manipulada si así lo desea el investigador, esto implica que habrá una intervención o experimentación. Frecuentemente se aplica en el análisis de los datos una ANOVA o análisis de varianza.
2. Método correlacional: No se manipula una variable independiente experimental y se basa en la observación, no obstante se emplea una correlación de Pearson para el análisis de los datos.

Las fuentes:
Estas son:
1. Investigación bibliográfica: Es la revisión bibliográfica de tema para conocer el estado de la cuestión. La búsqueda, recopilación, organización, valoración, crítica e información bibliográfica sobre un tema específico tiene un valor, pues evita la dispersión de publicaciones o permite la visión panorámica de un problema.
2. Investigación metodológica: Indaga sobre los aspectos teóricos y aplicados de medición, recolección y análisis de datos o de cualquier aspecto metodológico.
3. Investigación empírica: Se basa en observación y experimentación, puede emplear metodología cualitativa y cuantitativa, razonamiento hipotético-deductivo, ser de campo o laboratorio y se pueden emplear métodos transversales o longitudinales, entre otros.

La naturaleza de la información:
La información que se recoge para responder al problema de investigación:
Investigación cuantitativa: Utiliza predominantemente información de tipo cuantitativo directo. Se pueden emplear en los estudios de las Ciencias Físicas. Se encuentran:
Estudios cuantitativos con datos secundarios: Los cuales, a diferencia de los dos  anteriores, abordan análisis con utilización de datos ya existentes.
Investigación cualitativa: Es aquella que persigue describir sucesos complejos en su medio natural, con información preferentemente cualitativa. Se suelen emplear en los estudios de las Ciencias Sociales. Los principales tipos de investigación cualitativa son:
Investigación Participativa: Es un estudio que surge a partir de un problema que se  origina en la misma comunidad, con el objeto de que en la búsqueda de la solución se mejore el nivel de vida de las personas involucradas. Dentro de la investigación      participativa se pueden encontrar:
Estudio de casos: Es el estudio de sucesos que se hacen en uno o      pocos grupos  naturales.
Estudio Etnográfico: Es una investigación en la cual el investigador se inserta, camuflado en una comunidad, grupo o institución, con el objeto de observar, con  una pauta previamente elaborada.

El lugar:
Estos se dividen en:
          Investigación de laboratorio: Dado que el máximo objetivo es el control, se realiza en un ambiente controlado (de tipo laboratorio) pues carece de las características propias del ambiente natural. Se crea el ambiente óptimo, es de tipo experimental y emplea metodología cuantitativa.
Investigación de campo: la investigación se centra en hacer el estudio donde el fenómeno se da de manera natural, de este modo se busca conseguir la situación lo más real posible. Se pueden incluir experimentos de campo y la investigación ex post facto empleando metodología cualitativa.

La muestra:
Se emplea solamente en las ciencias sociales aunque también se puede realizar con animales, dividido en:
1. Estudio de grupo: Para este estudio se emplean muestras grandes de sujetos, seleccionadas por algún método de selección aleatoria, aunque también puede estudiar muestras de sujetos no aleatorios. Se emplea una metodología cuantitativa y los análisis se hace a través de la estadística para generalizar los resultados. En los casos de estudio de grupos pequeños, se suelen hacer análisis cualitativos.
2. Estudio de sujeto único: Se estudia un solo sujeto, es totalmente cualitativo y sus resultados no pueden emplearse para generalizar información.

La temporalización:
Métodos transversales: Se realiza en un lapso de tiempo corto. Es como tomar una instantánea de un evento.
Métodos Longitudinales: El estudio se hace en un tiempo prolongado viendo la evolución del evento bajo estudio. Es como una película de un evento.
Selección, diseño y construcción de instrumentos
Para la elaboración o selección de un buen instrumento, sea cuestionario, pruebas o test, observación sistemática, siempre es bueno elaborar una tabla que ayude a hacer la variable objeto de estudio, ósea la variable dependiente, más manejable. Para esto se emplea la tabla de operalización de variable. La tabla esta dividida en cuatro columnas, estas son: Variable Dependiente, dimensiones, Indicadores e Ítems. 

Dimensiones
Para poder elaborar la tabla se debe hacer primero un buen marco teórico, pues de este es que se toman tanto las dimensiones como los indicadores. Si no se logra construir una buena tabla operacional, es que la base teórica no está bien elaborada, así que parece servir para auto evaluar la base teórica del trabajo. De este modo la dimensión viene a representar la Variable Dependiente en ?pedazos? o elementos reducidos de la Variable Dependiente.
No hay un número específico de Dimensiones y todos tienen el mismo valor. La cantidad de Dimensiones va a depender del marco teórico y de las grandes divisiones de la Variable Dependiente. Criterios para escoger las Dimensiones:
? Se debe tener el menor número de Dimensiones de una variable, siempre y cuando éstos sean        realmente representativos de la misma
? Las dimensiones deben aparecer en el marco teórico del trabajo, no puede existir una dimensión  en la tabla de Operalización de variable que no se vea reflejada en las bases teóricas.
Indicadores
Para definir aun más la variable objeto de estudio, se debe fundamentar en identificar los Indicadores de cada dimensión, que constituyen el conjunto de actividades o características observables propias de un concepto. Cada factor debe ser factible de medir a través de los Indicadores. En otras palabras, los indicadores son algo específico y concreto que representan algo más abstracto o difícil de precisar (dimensiones).
Del mismo modo que las Dimensiones, los Indicadores también deben estar mencionados en las bases teóricas y no todos los indicadores tienen el mismo valor. Es decir, aunque haya varios indicadores para un mismo fenómeno, habrá algunos más importantes que otros, y por lo general cualquier Indicador que se tenga está basado en una probabilidad de que realmente represente al fenómeno. Algunos criterios para escoger los Indicadores:
? Se debe tener el número suficiente de Indicadores de una Dimensión, ya que hay que tener una cantidad realmente representativa de la misma. Pues a menor cantidad de Indicadores menores        posibilidades de observar la Dimensión como tal.
? Cada Indicador debe ser fácil de observar, medir o registrar a través de un instrumento o  técnica. Si es necesario se deben buscar maneras de medición específicas para cada Indicador  o grupo de Indicadores.
? Hay que tener en cuenta que los Indicadores sólo poseen una relación de probabilidad con respecto a la variable o Dimensión.
Ítems
Una vez construida la tabla el último elemento por agregar son los Ítems. Para agregar estos elementos ya el investigador debe estar claro que técnica o instrumento va a emplear, pues los números que se van colocando en estas columnas se refieren a los ítems que se encuentran en el instrumento.
Cuando ya se tiene la Tabla de Operalización de Variable el investigador puede decidir que tipo de instrumento va a construir en base a ella, esto implica de qué manera va a observar o registrar cada indicador o grupo de indicadores, lo cual hace más fácil la construcción del instrumento o la escogencia de una técnica o instrumento determinado. Como ejemplo se puede observar que un cuestionario esta compuesto por varias preguntas, cada pregunta tiene un número, estos número representan cada uno un ítem separado, estos números de las preguntas son los que estarán identificados en la columna de Ítems en la Tabla de Operalización de Variable. Del mismo modo un procedimiento de observación, cada procedimiento puede ser designado para un indicador específico o en efecto para varios indicadores, lo cual amerita que el mismo número (o número del procedimiento ? ítem) sea colocado en relación a varios indicadores.
Al final, los puntajes recogidos a través de los instrumentos o los datos recaudados a través de la técnica que representan cada Indicador, es la suma de la Variable Dependiente. En otras palabras, representa de manera palpable la Variable Dependiente que originalmente parecía ser muy abstracta o difícil de registrar. Lo importante es NO agregar las variables dependientes dentro de la tabla de Operalización de Variable, pues muchas personas suelen cometer el error de colocar como dimensiones las variables independientes, y esto no es correcto, pues ambas variables NO pueden ser mezcladas.

Selección del Instrumento o Técnica
Es importante tener en cuenta que cuando se llega al marco metodológico la selección del instrumento o técnica juegan un papel muy importante, pues de este depende el éxito del trabajo.
Existe una gran diferencia entre técnica e instrumento que es necesaria aclarar el instrumento es palpable se emplea para medir o registrar algo como por ejemplo un cuestionario, un termómetro, entre otros. Pero una técnica comprende los pasos para recaudar datos, por ejemplo los procedimientos para separar los glóbulos rojos de los blancos. Pero también algunas veces un instrumento puede volverse una técnica, dependiendo en el ámbito en que se emplee, por ejemplo la entrevista, cuando se hace una hoja con tres preguntas, esta hoja donde se va 
A registrar lo dicho por la entrevista, con las tres preguntas es un instrumento, pero cuando se va con una encuesta y ésta se aplica a través de una entrevista, la entrevista se vuelve una técnica y la encuesta es el instrumento.

Tipos de instrumentos y técnicas:
Encuestas
Entrevistas
Observación
Análisis de contenido
Cuestionario
Escala de actitudes
Test o pruebas
La selección de uno o varios instrumentos se hace más fácil al saber que es lo que se desea evaluar, medir o registrar. En base a la tabla de Operalización de Variable el trabajo para la selección o diseño de un instrumento se hace mucho más fácil. Si se desea emplear un instrumento ya diseñado por otro autor, también la tabla de operalización de variable permite observar si es el más adecuado. No obstante es importante asegurase que el instrumento diseñado o seleccionado sea válido para el estudio, por lo tanto es importante obtener la validez del instrumento.

CONCLUSIÓN
A partir de todos estos tipos de investigación surge la gran interrogante? ¿cuál es el mejor tipo de investigación? Si se observan los pasos de la investigación explicativa se nota que ésta involucra la exploración, descripción y la correlación, lo cual llevaría a pensar que es la mejor investigación. Pero si se analiza a través de las demás clasificaciones, se puede ver una interrelación entre ellas mismas, predominando la metodología cualitativa o cuantitativa, si es experimental o no, si es longitudinal o transversal. La respuesta es muy sencilla… todas las investigaciones son buenas dependiendo del tipo de estudio. La escogencia de un tipo de investigación va a depender de los resultados que se desea lograr al final. Por lo tanto la escogencia inadecuada puede llevar a que una investigación sea ?mala?, dado que su empleo no era el más adecuado para lo que el investigador buscaba.
De este modo, toda investigación va más allá de los límites de un individuo investigador para ubicarse en redes de problemas, temas e intereses que muchas veces abarcan largos períodos históricos y varias generaciones de estudiosos, constituyendo así una visión transindividual de cualquier proceso de investigación. Cuando un investigador elige un problema de estudio dentro de una temática determinada, lo que hace es inscribirse dentro de una red temática y problemática en la que también trabajan y han estado trabajando otros investigadores. Esta red suelen tener en el tiempo toda una trayectoria de desarrollo y que, a su vez, mantiene sucesivas y complejas conexiones con otras redes y su Programa de Investigación o Líneas de trabajo, que remite a secuencias de desarrollo en torno a un problema global y que aglutina a Grupos Académicos. Galileo y Einstein ilustraron perfectamente bien este concepto cuando declararon que el éxito de sus trabajos personales se debía al hecho de haber caminado “sobre hombros de gigantes”, refiriéndose precisamente a que retomaron planteamientos previamente formulados y se basaron en intentos y soluciones anteriores a ellos, sin tener que comenzar desde cero. No obstante, la escogencia correcta del tipo de investigación juega un papel crucial para el éxito de toda investigación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
? http://www.rena.edu.ve/cuartaEtapa/metodologia/Tema17b.html (CONSULTADA EL 18 ABRIL 2008 HORA: 11:15 a.m)
? Hernández, Fernández y Baptista (2003). TIPOS DE INVESTIGACION McGraw Hill. México.
? http://www.profesiones.cl/papers/lee.php?id=9
? Mario Tamayo y Tamayo. El Proceso de la Investigación. 1999  Limusa Noriega Editores Tercera Edición  Pp. 72- 130.

Investigacion experimental

DEFINICIÓN
La investigación experimental esta integrada por un conjunto de actividades metódicas y técnicas que se realizan para recabar la información y datos necesarios sobre el tema a investigar y el problema a resolver.

CARACTERISTICAS
La investigación experimental se presenta mediante la manipulación de una variable experimental no comprobada, en condiciones rigurosamente controladas, con el fin de describir de que modo o por qué causa se produce una situación o acontecimiento particular.
Su diferencia con los otros tipos de investigación es que el objetivo de estudio y su tratamiento dependen completamente del investigador, de las decisiones que tome para manejar su experimento.
El experimento es una situación provocada por el investigador para introducir determinadas variables de estudio manipuladas por él para controlar el aumento  o disminución de esas variables y su efecto en las conductas observadas.
En el experimento, el investigador maneja de manera deliberada la variable experimental y luego observa lo que ocurre en condiciones controladas. La experimentación es la repetición voluntaria de los fenómenos para verificar su hipótesis.

METODOLOGÍA
Etapas que el investigador debe realizar para llevar a cabo una investigación experimental.
*Presencia de un problema. Para el cual se ha realizado una revisión bibliográfica.
*Identificación y definición del problema.
*Definición de hipótesis y variables y la operación de las mismas.
*Diseño del plan experimental.
-Diseño de investigación.
-Determinación de la población y muestra.
-Selección de instrumentos de medición.
-Elaboración de instrumentos.
-Procedimientos para obtención de datos.
*Prueba de confiabilidad de datos.
*Realización del experimento.
*Tratamiento de datos. Aquí en este punto hay que tener en cuenta que una cosa es el dato bruto, otro el dato procesado y otro, el dato que hay que dar como definitivo

ELECCIÓN DEL TEMA
Es necesario elegir bien el tema para que sea posible su correcta realización. El tema puede ser impuesto en términos generales por la institución  a que se pertenezca, pero siempre es el investigador quien le da el enfoque y desarrollo último.
El tema es una proposición o un concepto que se toma de un asunto o materia de un discurso y se identifica por medio de nombres sustantivos.
Para una correcta elección del tema debemos tomar algunas interrogantes como:
¿Es de interés el tema? ¿Existe información o material sobre el mismo?
¿Quién tiene o en donde se puede encontrar la información? ¿Qué resultados personales y generales traerá el desarrollo de esa investigación?
En la elección del tema es necesario considerar factores de orden subjetivo y orden objetivo, los primeros hacen relación a la persona que va a elaborar la investigación y los segundos hacen relación al tema escogido.
Factores de orden subjetivo: Interés, entusiasmo y agrado por el tema,  es sin duda la ?regla de oro? para el éxito en el desarrollo de un tema escogido, capacidad para desarrollar el tema, tiempo necesario, recursos necesarios y disponibilidad del material.
Orden objetivo; Que el tema sea de interés, útil, relevante, original, preciso, y de extensión limitada. Constatar si el tema llena los requisitos para el desarrollo adecuado de un diseño de tesis o investigación.

CARACTERÍSTICAS DEL TEMA.
INTERÉS.- Factor importante para el investigador para que se mantenga en el proceso de investigación y pueda realizar el esfuerzo requerido para abordarlo, evitando que lo abandone por cansancio o aburrimiento.
ORIGINALIDAD.-Se debe poner en práctica el ingenio para crear o plantear temas con nuevos enfoques, evitando imitaciones o copias.
RELEVANCIA.-Que la investigación aporte algo a la ciencia, a la humanidad, o al propio investigador.
PRECISIÓN.- La precisión evita la generalidad que lo conducirá a resultados superficiales y confusos.
OBJETIVIDAD.- Al plantearse un problema se debe hacer en forma fiel al objeto de estudio y para que sea objetivo no debe asumirse una actitud cerrada.

LIMITACIÓN DEL TEMA.
Toda investigación esta limitada por diversos factores de tipo social, político, económico… pero señalaremos de manera particular a recursos humanos y materiales.
En los recursos humanos, de acuerdo con lo relacionado al investigador: Su capacidad para investigar, considerar todas las partes del problema, aptitud intelectual y humana, adquisición de conocimientos básicos, uso de métodos y técnicas, tiempo disponible para la investigación y la asesoría de algún especialista en el tema de investigación.
Recursos materiales: Fuentes bibliográficas, acceso a bibliotecas, archivos o a cualquier sistema de investigación, e implementos que requiere la aplicación de la técnica de investigación documental.

DELIMITACIÓN DEL TEMA.
PRECISIÓN.- El tema debe ser preciso, tener un contorno bien limitado que lo haga particular.
EXTENSIÓN LIMITADA.-Seleccionar una sola perspectiva o parte de lo que inicialmente se eligió.
ORIGINALIDAD.- Que sea nuevo como materia, interpretación o enfoque.
VIABILIDAD.- Tener ciertas técnicas de análisis se debe tener con el ambiente y la bibliografía necesaria, disponer del tiempo necesario y contar con la orientación de un buen guía especialista en el asunto.

EL PROBLEMA
El problema es el punto de partida  de la investigación. Surge cuando el investigador encuentra una laguna teórica, dentro de un conjunto de datos conocidos, o un hecho no abarcado por una teoría, un tropiezo o un acontecimiento que no encaja dentro de las expectaciones en su campo de estudio.
Todo problema aparece a raíz de una dificultad, la cual se origina a partir de una necesidad, en la cual aparecen dificultades sin resolver. Una situación determinada puede presentarse como una dificultad la cual requiere de una solución a mayor o menor plazo. La dificultad puede ser teórica o practica, según se situé en el campo de la especulación o en el de la ejecución.
Las preguntas que podemos hacer pueden tomar diferentes formas, según el objetivo de nuestro trabajo. Podemos considerar el problema como un instrumento de información  nueva. La novedad para un problema tiene cierta relatividad con respecto a un grupo de personas a quien se comunica, al tipo de conocimiento que acerca de el se tenia, anteriormente, o bien a la comprobación del carácter empírico del mismo conocimiento.
La parte fundamental de toda investigación es el problema, consta de dos partes:
? Titulo del problema.
? Planteamiento del problema.

Titulo del problema: Es la presentación racional de lo que se va ha investigar, procede al plan de investigación y debe presentar una clara idea y precisa del problema, es decir en forma rápida y sintética nos presenta el problema a tratar y debe realizarse con el siguiente criterio? a mayor extensión menor comprensión y viceversa?. Por tal razón, si el titulo es muy largo  conviene reducirlo a pocas palabras y clarificarlo con un subtitulo.
Generalmente existen tres maneras para la formulación de un titulo:
? Por síntesis; cuando condensa la idea central de la investigación.
? Por asociación; cuando se relaciona con  otra idea  o ideas en torno a la investigación.
? Por antitesis; o sea, cuando se presenta todo lo contrario de lo que se va ha tratar en la investigación.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
Decíamos que todo problema aparece a raíz de una dificultad; esta se origina  a partir de una necesidad, en la cual aparecen dificultades sin resolver. No solo es necesario visualizar el problema, sino además plantearlo adecuadamente. De ahí, la  necesidad de hacer un planteamiento adecuado del problema a fin de no confundir  efectos secundarios del problema a investigar con la realidad del problema que se investiga.
Por tanto, el planteamiento va a establecer la dirección del estudio para lograr ciertos objetivos, de manera que los datos pertinentes se recolectan teniendo en mente esos objetivos a fin de darles el significado que les corresponde. Debe haber objetividad ante la dificultad; la objetividad es la actitud básica del investigador. Un problema de investigación no debe ser afectado por la subjetividad del investigador; la investigación  no pretende resolver problemas personales, a no ser que estos sean el objeto de la investigación.
La objetividad nos exige tomar el tiempo  necesario para atender la complejidad de la dificultad, y conociendo la realidad de la dificultad, llegara a conocer  los diversos factores que inciden en ella.
El planteamiento del problema pone de manifiesto tres aspectos que deben tenerse en cuenta desde el principio:
? Descripción del problema,
? Elementos del problema,
? Formulación del problema.
DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA: Es la ambientación de la realidad del problema, en relación con el medio dentro del cual aparece. Implica conocimientos más o menos adecuados a la realidad. La descripción presenta todos aquellos puntos que unen circunstancia-problema en relación con la investigación.
La investigación pura  no existe o no sirve para nada, ya que ésta siempre se hará en relación con:
 

ELEMENTOS DEL PROBLEMA.
Son elementos aquellas características de la situación problemática imprescindibles para el enunciado del problema, es decir, sumados los elementos del problema se tiene como resultado la estructura de la descripción del problema.
Para poder abarcar la búsqueda de una solución a un problema, el investigador debe precisar la naturaleza y las dimensiones del mismo. Para ello se requiere reunir datos que se puedan relacionar con el problema y posibles aplicaciones del mismo, el investigador procura hallar las relaciones que existen entre los hechos, por una parte y entre las explicaciones por la otra, y tratará de relacionar aquellos con estas.
Después el investigador buscara datos que le permita confirmar sus hallazgos, verificar la  exactitud de sus conclusiones con respecto a la naturaleza del problema y determinar sino existen otros hechos, explicaciones y relaciones. Luego de incorporar nuevos datos a la lista de elementos y de eliminar los que considera carentes de importancia, el investigador realiza un profundo examen de los supuestos en los que se basan los hechos, explicaciones y relaciones halladas.
FORMULACIÓN DEL PROBLEMA. Una vez hecha la descripción de las circunstancias en la cual aparece

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION
Consideraciones que deben tomarse en cuenta para el planteamiento de objetivos:
1. Su formulación debe comprender resultados concretos en el desarrollo de la investigación.
2. El enlace de los objetivos deben estar dentro de las posibilidades del investigador.
Objetivos de la investigación: Es el enunciado claro y preciso de los propósitos por los cuales se lleva  acabo la investigación.
Cuando seleccionamos un tema debemos saber el por que lo seleccionamos, cuando identificamos el porque en ese momento, estaremos definiendo el objetivo de nuestro tema, dicho objetivo puede referirse a nuestro interés personal, al interés de otras personas,  por ejemplo: nuestros jefes o por el encargado de nuestra institución  publica o privada.
Objetivo general. Consiste en enunciar lo que se desea  conocer, lo que se desea buscar y lo que se pretende conocer. Así mismo  consiste en lo que pretendemos  realizar en nuestra investigación; es decir, el enunciado claro y preciso de las metas que se persiguen en la investigación a realizar.
Objetivos específicos: los objetivos generales dan el origen a los objetivos específicos que indican lo que se pretende realizar en cada una de las etapas de la investigación. Estos objetivos deben ser evaluados en cada paso para conocer  los distintos niveles de resultados.
Objetivos metodológicos: Existen además objetivos  metodológicos los cuales nos ayudan a lograr  los objetivos propuestos a cualquiera de los dos niveles (?generales y específicos?), el objetivo metodológico nos ayuda a aclarar el sentido de las hipótesis y colabora en el logro operacional  de la investigación.
Como formular objetivos: Un objetivo bien formulado es  aquel que logra trasmitir  lo que intenta realizar  el investigador; es decir, lo que pretende obtener como resultado. El mejor enunciado de un objetivo incluye un mayor número de interpretaciones  posibles del propósito a lograr.

MARCO DE REFERENCIA
El  marco de referencia es la investigación que se realiza y que debe tomar en cuenta el conocimiento previamente construido, pues forma parte de una  estructura teórica existente. El marco teórico referencial  consiste en identificar todo lo desarrollado y que tiene relación con nuestro tema, es decir que si vamos a investigar sobre la adolescencia tendríamos que identificar que otros temas se relacionan con la adolescencia por ejemplo: la relación del adolescente con los padres, enfermedades del adolescente, diversiones y entretenimientos, deportes, drogadicción, etc.
Marco Teórico: Permite ubicar el objeto de la investigación ya existente.
1. Permite decir sobre que datos serán conceptuados y cuales son las técnicas mas apropiadas para la colección.
2. Proporciona una colección para clasificar  los datos recolectados.
3. Orienta al investigador en la descripción de la realidad observada en su análisis.
4. Impide que pasen inadvertidos algunos aspectos importantes que no pueden ser captados.
5. Es un documento que puede ser sometido a crítica y puede ser mejorado.
6. homogeniza el lenguaje teórico empleado.
El marco teórico  nos sirve como antecedente en el como su objetivo  nos brinda buscando los libros o lo que nos puede servir para la investigación. Así mismo busca los antecedentes del tema. (Busca la información en que libros podemos encontrar la información.)
Se refiere a recabar información relacionada con los antecedentes del tema seleccionado, es decir, que nosotros debemos informarnos a base a que teorías, leyes o investigaciones estará basada nuestra investigación.
Marco conceptual: Su función es definir el significado de los términos (lenguaje técnico)  que van a emplearse con mayor frecuencia.
Por ejemplo sobre una investigación sobre organización se definirá: Sistema, autoridad, comunicación.
El marco teórico conceptual se refiere en las palabras  y el concepto o significado de las mismas esto quiere decir que cuando le damos nombre a nuestra investigación debemos utilizar las palabras cuyo significado  coincida con la información que estamos manejando en nuestro tema.
Marco Temporal: Permite comprobar la veracidad  de definir el tiempo dentro del cual se enmarca la investigación.
Marco Histórico: Es la investigación que se realiza a través de información ya existente a través del tiempo y la historia.
COMO HACER UN MARCO DE REFERENCIA
1. Revisar la bibliografía básica
2. Seleccionar la bibliografía o proceso de lectura.
3. seleccionar algunos términos como una especie de glosario.

FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS
La hipótesis es una proposición que nos permite establecer relaciones entre hechos. Las hipótesis son proposiciones anunciadas para responder tentativamente un problema, además puede ser puesta a prueba para determinar su validez.
Las hipótesis se pueden desarrollar desde distintos puntos de vista, está puede estar basada en una conjetura, en el resultado de otros estudios, en la posibilidad de una relación semejante entre dos o mas variables representadas en un estudio, o puede estar basada en una teoría mediante la cual una suposición de proceso deductivo nos lleva a la pretensión de que si se dan ciertas condiciones se pueden obtener ciertos resultados, es decir, la relación causa-efecto.
Una hipótesis sirve de guía para la obtención de datos en función del interrogante presentado en el problema, o también para indicar la forma de cómo deben ser organizados según el tipo de estudio.
IMPORTANCIA DE LAS HIPÓTESIS
La importancia de la hipótesis se deriva del nexo entre teoría y la realidad empírica entre el sistema formalizado y la investigación. Son instrumentos de trabajo de la teoría y de la investigación en cuanto introducen coordinación en el análisis y orientan la elección de los datos.
Mas que nada la hipótesis sirve para orientar y delimitar una investigación, dándole una dirección definida a la búsqueda de la solución de un problema.
REQUISITOS DE LA HIPÓTESIS
Para formular hipótesis seguras se recomienda:
? Establecer las variables a estudiar, es decir, especificar las variables a estudiar, fijarles límites.
? Establecer relaciones entre variables, es decir, la hipótesis debe ser especificada de tal manera que sirva de base a inferencias que nos ayuden a decidir si explica o no los fenómenos observados.
? Mantener la consistencia entre hecho e hipótesis, ya que estos se cimientan, sobre hechos ya conocidos en el campo de estudio.
? Necesitan un número mínimo de supuestos ad hoc. Las hipótesis deben ser formuladas de la manera más sencilla posible.
FUNCIONES DE LAS HIPÓTESIS
Las hipótesis cubren las siguientes funciones:
? De explicación inicial. Los elementos de un problema pueden parecer oscuros, por tanto, a través de la formulación de hipótesis podrían completarse  los datos, detectando los posibles significados y relaciones de ellos, e introduciendo un orden entre los fenómenos.
? De estímulo para la investigación. Las hipótesis concretan y resumen los problemas encontrados, sirviendo de impulso para la consecución del proceso inquisidor.
? De fuente de metodología. Ésta formulación nos lleva a un  análisis de las variables a considerar y, como consecuencia, a los métodos necesarios para controlarlos.
? De criterios para valorar las técnicas de investigación. Con frecuencia  las hipótesis  establecen en su enunciado algún conjunto de condiciones que hacen posible un juicio crítico sobre los procedimientos técnicos seguidos para satisfacer las condiciones especificadas.
? De principios organizadores. las hipótesis constituyen principalmente organizadores alrededor de los cuales pueden formarse mayas de relaciones entre los hechos conocidos, pertinentes al problema, y otros no tan directamente conectados.
DIFICULTADES PARA LA FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS
Las principales dificultades para la formulación de hipótesis son:
? Falta de conocimientos o ausencia de claridad en el marco teórico.
? Falta de aptitud para la utilización lógica del marco teórico.
? Desconocimiento de las técnicas adecuadas de investigación para redactar hipótesis en forma debida.
TIPOS DE HIPÓTESIS
La siguiente clasificación presenta un primer grupo de dos formulaciones diferentes, un segundo grupo clasificado por un objeto y extensión, y un tercer grupo de hipótesis sueltas o de diversa denominación.
PRIMER GRUPO:
? General o empírica. Es la orientadora de la investigación, intenta enfocar el problema como base para la búsqueda de datos, no puede abarcar más de lo propuesto en los objetivos de la investigación o estar en desacuerdo con ellos.
? De trabajo u operacional. Una vez formulada la hipótesis general  se formula la hipótesis de trabajo. Se le llama de trabajo por ser el recurso indispensable para el logro preciso y definitivo de los objetivos propuestos en la investigación.
? Hipótesis nula. Al formular ésta hipótesis se pretende negar la variable independiente, es decir, se enuncia que la causa determinada como origen del problema fluctúa, por tanto, debe rechazarse como tal.
? Hipótesis de investigación. Se identifica con la general y responde en forma amplia y genérica a las dudas presentadas en la formulación del problema.
? Hipótesis operacionales. Nos presenta la hipótesis general de la investigación en torno al fenómeno que se va a estudiar y de los instrumentos con que se va a medir las variables.
? Hipótesis estadística. Es la que expresa la hipótesis operacional en forma de ecuación matemática, por tal debe ser precisa a fin de facilitar relación estadística. La más exacta de las hipótesis estadísticas se denomina hipótesis nula, la cual niega la relación entre las variables de un estudio.
SEGUNDO GRUPO:
? Hipótesis descriptivas. Hacen referencia a la existencia de relaciones de cambio en la estructura de un fenómeno dado que se estudia.
? Hipótesis causales. Es una proposición tentativa de los factores que intervienen como causa en el fenómeno que se estudia.
? Hipótesis singulares. En ésta hipótesis, la proposición presentada se halla localizada en términos espacio-temporales.
? Hipótesis estadísticas. Nos indica que una mayor proporción de personas o elementos con tales o cuales características determinadas presenta tales o cuales otras características.
? Hipótesis generales restringidas. En ésta hipótesis, la proposición hace referencia a la totalidad de miembros que la conforman, quedando restringida ya sea a un lugar o un periodo de tiempo determinado.
? Hipótesis universales no restringidas. Son las verificadas por una determinada ciencia, y que constituyen la base de sus leyes y teorías.
TERCER GRUPO:
? Hipótesis alternativas. Cuando se responde un problema es conveniente proponer otras hipótesis en que aparezcan variables independientes distintas a la primera que formulamos. Por tanto es necesario hallar diferentes hipótesis alternativas como respuesta a un mismo problema y escoger entre ellas cuáles y en que orden vamos a tratar su comprobación.
? Hipótesis particulares. So las que se deducen y articulan de una hipótesis básica.
? Hipótesis empíricas. Son suposiciones aisladas sin fundamento teórico pero empíricamente comprobadas.
? Hipótesis plausibles. Son suposiciones fundamentadas teóricamente, pero sin contraste empírico.
? Hipótesis ante-facto. Éste tipo de hipótesis introduce una explicación antes de la observación. Orienta y procede al descubrimiento.
? Hipótesis post-facto. Se deduce de la observación de un fenómeno o de un hecho.
? Hipótesis convalidadas. Son hipótesis bien fundamentadas y empíricamente comprobadas.
CARACTERÍSTICAS DE UNA HIPÓTESIS BNIEN FUNDAMENTADA.
Generalidad y especificidad.
La hipótesis debe ser general en cuanto trasciende la explicación conjetural de lo singular. Para que sea específica debe permitir el desmenuzamiento de las operaciones y predicciones.
Referencia a un cuerpo de teoría.
Es posible diseñar una investigación y formular hipótesis si que éstas se relacionen con un marco teórico en forma explícita, pero ésta falta de inserción conciente en un cuerpo de teoría, no conduce al acrecentamiento del acervo científico.
Operacionalidad.
Ésta condición exige que esté formulada claramente, sin ambigüedades, de modo que a partir de ella se pueda efectuar la deducción, estableciendo claramente la relación de las variables, las implicaciones de las relaciones establecidas y la descripción clara de los índices que han de utilizarse.

DETERMINACIÓN DE LAS VARIABLES
Las variables son características, atributos, cualidades o propiedad que se dan en individuos, grupos u objetos.
La validez de una variable depende sistemáticamente del marco teórico que fundamenta el problema y del cual se a desprendido, y de su relación directa con la hipótesis que la respalda.
FACTORES A TENER EN CUENTA EN LA ELABORACIÓN DE UNA VARIABLE
En el proceso de elaboración de una variable se recomienda tener en cuenta lo siguiente:
? La definición nominal de la variable a medir.
? La definición real o dimensión de la variable.
? La definición operacional o indicadores de la variable.
Por último se indica el índice que no es más que el resultado de la combinación de valores obtenidos por un individuo o elemento en cada uno de los indicadores propuestos para medir la variable.
CLASIFICACIÓN DE VARIABLES.
Las variables se clasifican según su capacidad o nivel en que nos permitan medir los objetos, es decir, que la característica más común y básica de una variable es la de diferenciar entre la presencia y la ausencia de la propiedad que ella enuncia.
La clasificación de las variables es:
? Variable continua. Se presenta cuando el fenómeno a medir puede tomar valores cuantitativamente distintos. Por ejemplo la edad cronológica.
? Variables discretas. Son aquellas que establecen categorías en términos no cuantitativos entre diversos individuos o elementos.
? Variables individuales. Presentan la característica o propiedad que caracteriza a individuos determinados, y pueden ser:
– Absolutas.
– Relacionales.
– Comparativas.
– Contextuales.
? Variables colectivas. Presentan las características o propiedades que distinguen a un grupo o colectivo determinado, y pueden ser:
– Analíticas.
– Estructurales.
– Globales.
? Variable antecedente. Es la que se supone como antecedente de otra, es decir, que hay variables que son antecedentes de otras.
? Variable independiente. Es la variable que antecede a una variable dependiente, la que se presenta como causa y condición de la variable dependiente, es decir, son las condiciones manipuladas por el investigador a fin de producir ciertos efectos.
? Variable dependiente. Es el efecto producido por la variable que se considera independiente, la cual es manejada por el investigador.
? Variable interviniente o alterna. Es la variable que se encuentra entre las variables independiente y dependiente, de tal forma que pueda reemplazar a la variable independiente, que ha sido formulada, o también puede actuar como factor concerniente en la relación de variable.
? Variables extrañas. Cuando existe una variable independiente no relacionada con el propósito de estudio, pero que puede presentar efectos sobre la variable dependiente tenemos una variable extraña.
? Variables dicotómicas. Solo permiten división en dos categorías. Ejemplo: día y noche.
? Variable Inter. son aquellas que hacen comparaciones entre grupos.
? Variables intra. Son aquellas que pueden estudiar al mismo grupo en diferentes periodos.

DISEÑO  DE INVESTIGACION
Se refiere al plan de la estrategia concebido para responder a las preguntas de la investigación. Lo que debe de hacer el investigador para alcanzar sus objetivos.
Existen tres tipos de diseños de investigación experimentales:
? Experimento puros.
? Preexperimentos
? Cuasi experimentos
– Experimentos puros
Estudio de investigación en que se manipulan los datos
Existen tres requisitos para hacer un  buen trabajo experimental
Primer requisito
Es la manipulación intencional de una o más variables dependientes
El grado para medir las variables dependientes son dos:
El primer grado
– Presencia
– Ausencia
Segundo grado
– Más de dos formas
Segundo requisito
Es medir el efecto que la variable independiente tiene en la variable dependiente.
Tercer requisito
Debe cumplir con un control o validez interno de la situación experimental.
– Preexperimentos
Los preexperimentos se llaman así porque su grado de control es mínimo.
1.- estudio de casos con una sola medición.
Consiste en administrar un estimulo o tratamiento o grupo después aplicar  un medición en una o mas variables para observar cual es  el nivel del grupo en estas variables.
? No cumple con los requisitos de un verdadero experimento.
? No hay manipulación de la variable independiente.
? No hay un referencia previa del cual era antes del estimulo, el nivel que tenia el grupo en la variable dependiente, ni de grupo de comparación.
2.- Diseño de prueba-postprueba con un solo grupo.
Aun grupo se le aplica un prueba previa al estimulo o tratamiento experimental. Después se le administra el tratamiento y finalmente se le aplica una prueba posterior al tratamiento.
? Ofrece una ventaja a lo anterior; Hay un punto de referencia inicial para ver que nivel tenia el gripo en las variables dependientes ante el estimulo.
– Experimentos verdaderos
Son aquellos que reúnen los requisitos para lograr el control y la validez interna:
1).- Grupo de comparación (manipulación de variables independientes o de varios independientes)
2).- Equivalencia de los grupos
1.- Diseño con postprueba únicamente y grupo de control en lo cual incluye dos grupos uno recibe el tratamiento experimental y el otro no.
Reciben solo dos niveles:
? Presencia
? Ausencia
La única diferencia que tiene es la presencia ?ausencia de la variable independiente.
-Diseño con preprueba-postprueba y grupo de control.
Incorpora la administración de preprueba en los grupos que componen el experimento. Los sujetos son asignados al azar a los grupos recibe le tratamiento experimental y el otro no y finalmente se le administra simultáneamente la postprueba.
El diseño controla todas las fuentes de invalidación interno por las mismas razones que se argumentaron en el diseño anterior.
– Cuasi experimento
Manipulan deliberadamente al menos un variable independiente para ver su efecto y relación con una y más variables dependientes, solamente que difieren de los experimentos verdaderos en el grado de seguridad o confiabilidad de poder tenerse sobre la equivalencia inicial de los grupos.
Aquí los sujetos no son asignados al azar a los grupos emparejados, si no dicho grupo ya estaban formados antes del experimento, son los intactos.
Se utilizan cuando no es posible asignar a los grupos en forma aleatoria a los grupos que recibirán  los tratamientos experimentales. La falta de aleatorizaciòn introduce posibles problemas de la validez interna y externa.

DESARROLLO DE LA INVESTIGACION
I.-Primera fase
– Preliminar
Elección del tema:
Es necesario elegir bien el tema para que sea posible su correcta realización. El tema puede ser impuesto en términos generales por la institución a que se pertenezca, pero siempre es el investigador quien le da el enfoque y desarrollo último.
Es necesario considerar factores:
? Orden subjetivo
? Orden objetivo
Características del tema:
? Interés
? Originalidad
? Relevancia
? Precisión
? Objetividad
Planteamiento del problema: afirma y estructura  la idea de investigación.
Se requiere definir bien:
? Las dificultades
? Las circunstancias
Elaboración de marco referencial:
Es la investigación que se realiza, que debe tomar en cuenta previamente construido.
Sus divisiones:
? Marco teórico: permite decir sobre que datos conceptuados y cuales son sus técnicas apropiada de colección.
? Marco conceptual: define el significado de los términos que van a emplearse con mayor frecuencia y sobre los cuales convengan las fases de conocimiento científico.
? Marco espacial: tiene un ámbito de referencia sobre el cual ha de construirse.
? Marco temporal: significa la importancia de determinar cual es el espacio de tiempo el cual ha de corresponder la afirmación que sirve de referencia al investigador en especial cuando esta proviene de fuentes primaria.
? Marco histórico: nos ubica en la época en donde queremos realizar nuestra investigación.
Hipótesis:
Son guías precisas del problema de investigación o fenómeno que están estudiando. Posibles respuestas o pequeños problemas.
Tipo de hipótesis:
? Estadísticas
? Alternativas
? Nula
? De investigación 
II.- Segunda fase
– Ejecutiva
Variables:
Son aspectos o dimensiones de un fenómeno que tiene como característica la capacidad de asumir distintos valores ya sea cuantitativo o cualitativo. Es la relación de causa-efecto que se da entre una o más fenómenos estudiados.
Clasificación de variables:
? Interviniente
? Continua
? Discreta
? Individuales
? Colectivas
? Independientes
? Interviniente o alterna
? Extraña
? Dicotomica
Diseños experimentales de investigación:
Se refiere al plan o a estrategia concebido para responder a las preguntas de investigación lo que debe de hacer para alcanzar sus objetivos.
Tipos de diseños:
? Experimentos puros
? Preexperimentos
? Cuasi experimentos
III.- Tercera fase
– Analítica
Análisis de los datos:
Una vez que los datos se han codificado es transferido a una matriz guardada en un archivo.
Se dividen en cuatro lecturas:
1. Lectura de reconocimiento y/o prelectiva
2. Lectura selectiva
3. Lectura critica o reflexiva
4. Lectura interpretativa
Tipos de lectura:
? Formativa
? Distracción
? Información
Estudios del texto:
? Captación
? Aprendizaje
? Asimilación
IV.- Cuarta fase
– Expositiva
Elaboración del reporte de investigación.
Redacción definitiva del problema.

INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS
Es una del as fases decisivas para la elaboración del trabajo científico. Se trata en primer lugar de la recolección y registro de la información, del análisis e interpretación de los datos reunidos, y por ultimo de la clasificación de estos.
Para obtener provecho de tales riquezas, el secreto son las normas y técnicas de la lectura inteligente. Quien no sabe leer de manera científica las obras escritas, tampoco sabrá tomar buenas anotaciones.
Se puede clasificar la lectura en tres tipos:
1. formativa
2. de distracción
3. informativa
Esta última se hace para reunir datos o información utilizable en trabajos que deben dar respuestas a interrogantes especificas. Siempre se deberán tener presentes los objetivos de la investigación, de lo contrario, la lectura informativa se convierte de distracción o pasatiempo.
LECTURA DE RECONOCIMIENTO Y PRELECTURA
Esta fase inicial de la lectura debe garantizar al investigador la existencia o no de la información que busca, proporcionarle una visión global de ella. Son dos las finalidades de esta lectura: primero, permitir al investigador seleccionar los documentos bibliográficos que contienen los datos o información susceptible de ser aprovechados en la solución de problemas: segundo, dar al investigador una visión global del tema delimitado, indeterminada, pero indispensables para poder avanzar en el conocimiento.
Esta lectura se hace examinando pagina portada, índice, bibliografía, citas de pie de pagina, prefacio, introducción y conclusiones.
LECTURA SELECTIVA
Localizada la información, se procede a la selección. Seleccionar es eliminar lo secundario para fijarse en lo que en verdad es pertinente.
Se da asi el primer paso de una lectura mas seria, aunque no se trata aun de un estudio exhaustivo y minucioso. Para seleccionar datos e información, es necesario definir los criterios. Los criterios de la lectura selectiva son los objetivos del trabajo: el problema formulado, las preguntas elaboradas al cuestionar el tema.
LECTURA CRÍTICA O REFLEXIVA
En esta fase son necesarias ciertas actitudes, como el culto desinteresado de la verdad, la ausencia de preconceptos. El investigador debe tener siempre delante de si los problemas que se dispone a resolver.
Es una fase de de reflexión deliberada y consciente de percepción de los significados, lo que implica a través de las operaciones de análisis, comparación, diferenciación, síntesis y valoración.
La lectura critica supone la capacidad de escoger las ideas principales y diferenciarlas entre si y de las secundarias.
El análisis de los documentos se desdobla en cierto número de operaciones muy precisas.
1. identificación y elección de las ideas
2. diferenciación o comprobación de la ideas entre si para determinar su importancia
3. comprensión del significado exacto de los términos
4. juicio del material, luego de la elección, diferenciación y comprensión.
LECTURA INTERPRETATIVA
Esta fase implica un triple juzgamiento o valoración:
1. Partiendo de las intenciones del autor y del tema del texto, se procura saber lo que aquel en realidad afirma.
2. luego se relaciona lo que el autor afirma con los problemas a los que se les busca una solución.
3. por ultimo se juzga el material reunido de acuerdo con el criterio de ?verdad?. El investigador debe dudar de la realidad de toda y cualquier proposición.
Hecho el análisis y el juzgamiento, se procede a la operación de síntesis, es decir, de integración racional de los datos descubiertos en un conjunto organizado.
En este momento el investigador esta en condiciones de aprovechar las conclusiones para la aplicación practica.
El plan definitivo es el punto de llegada del proceso reflexivo, armazón, de la doctrina o teoría que da respuesta a todos los problemas que envuelven el tema.

PRESENTACION FINAL DE RESULTADOS
Al elaborar el reporte de resultados debemos de seguir el siguiente procedimiento
? Definición del usuario
? Selección del tipo de reporte a presentar: académico o no académico
? Escribir el reporte y elaborar las graficas correspondientes
? Presentación del reporte
DEFINICION DEL USUARIO
Los resultados deben ser con claridad y de acuerdo a las características del usuario o receptor. Antes de presentar los resultados es indispensable que el investigador conteste las siguientes preguntas: ¿Cuál es el contexto en que habrá de presentarse los resultados? ¿Quiénes son los usuarios de los resultados? La manera de cómo se presentan los resultados dependerá de las respuestas a estas preguntas. Existen dos contextos en los que pueden presentarse los resultados de una investigación:
1. Contexto académico
2. Contexto no académico
Contexto académico: implica que los resultados habrán de presenciarse a un grupo de profesores-investigadores, alumnos de una institución de educación superior, lectores con niveles educativos elevados, miembros de una agencia de investigación e individuos con perfil similar. Este contexto es el que caracteriza a la tesis, disertaciones, artículos para publicar en revistas científicas, etc.
Contexto no académico: implica que los resultados habrán de ser presentados con fines comerciales o al público en general (por ejemplo los lectores de un periódico o revista), a un grupo de ejecutivos con poco tiempo para dedicarle a un asunto o a personas con menores conocimientos de investigación.
En ambos contextos se presenta un reporte de investigación, pero su formato, naturaleza y extensión es diferente. El reporte de investigación es un documento donde se escribe el estudio realizado.
ELEMENTOS QUE CONTIENE UN REPORTE DE INVESTIGACION O UN CONTEXTO ACADEMICO

1. Portada
2. Índice
3. Resumen
4. Introducción
5. Marco teórico
6. Método
7. Resultados
8. Conclusiones
9. Bibliografía
10. Apéndices
1.- Portada. La cual incluye el titulo de la investigación, el nombre del autor o autores y su afiliación institucional o el nombre que patrocina el estudio y la fecha en que se presenta el reporte.
Ejemplo:

En el caso de tesis y disertaciones las portadas varían de acuerdo a los lineamientos establecidos por la autoridad pública o institución de educación superior correspondiente
2.-Índice  del reporte con apartartados y subapartados.
3.- resumen. Constituye el contenido esencial del reporte de investigación  (usualmente el planteamiento del problema, la metodología, los resultados mas importantes y la principales conclusiones ?todo resumido-). El resumen debe ser comprensible, sencillo, exacto, informativo y preciso.
4.- introducción. La cual incluye el planteamiento (objetivos y preguntas de investigación, así como la justificación del estudio), el contexto general de la investigación (como y donde se realizo), las variables y términos de la investigación y sus definiciones, así como las limitaciones de esta.
5.- marco teórico (marco de referencia o revisión de la literatura). En el que se desarrollan los estudios e investigaciones antecedentes y las teorías a manejar.
6.- método. Esta parte del repote describe como fue llevada a cabo la investigación e incluye:
? Hipótesis y especificación de las variables
? Diseño utilizado
? Sujetos, universo y muestra (procedencia, edades, sexo y/o aquellos características que sean relevantes de los sujetos; descripción del universo y muestra; y procedimiento de selección de la muestra).
? Instrumentos de medición aplicados (descripción precisa, confiabilidad, validez y variables medidas).
? Procedimiento (un resumen de cada paso en el desarrollo de la investigación).
7.- resultados. Estos son el producto del análisis de los datos. Normalmente resumen de los datos recolectados y el tratamiento estadístico que se les practico. Aunque cuando no se aplican análisis estadísticos o quánticos, los resultados pueden ser frases o afirmaciones que resuman la información.
En el apartado de resultados el investigador se limita a describir estos. Una manera útil de hacerlo es mediante tablas, graficas, dibujos y figuras. Estos elementos deben ir enumerados y con el titulo que lo identifica. Wiersma recomienda al elaborar tablas:
a) El titulo debe especificar el contenido de la tabla.
b) Debe tener un encabezado y los subencabezados necesarios
c) No debe mezclarse una cantidad poco manejable de estadísticas
d) En cada tabla se debe espaciar los números y estadísticas incluidas.
e) Debe ser posible debemos limitar cada tabla a una sola pagina
f) Los formatos deben ser consistentes dentro el reporte
g) Las categorías de las variables deben distinguirse claramente entre si.
A veces los resultados se presentan en el mismo orden que fueron formuladas las hipótesis o las variables, y frecuentemente se presentan primero la estadística descriptiva y luego el resto del análisis.
Cuando los usuarios, receptores o lectores son personas con conocimientos sobre estadística no es necesario explicar en que consiste cada prueba, solo mencionarlas y comentar los resultados. Si el usuario carece de tales conocimientos, no tiene caso incluir las pruebas estadísticas.
8.- Conclusiones, recomendaciones e implicaciones. En esta parte se derivan conclusiones, se hacen recomendaciones para otras investigaciones, se analizan las implicaciones de la investigación y se establece como se respondieron las preguntas de investigación y si se cumplieron los objetivos.
9.- Bibliografía. Son las referencias utilizadas por el investigador para elaborar el marco teórico u otros propósitos y se incluye: al final del reporte ordenadas alfabéticamente.
10.- Apéndice. Estos resultan útiles para describir con mayor profundidad ciertos materiales sin distraer la lectura del texto principal del reporte o evitar que dichos materiales rompan con el formato del reporte.

ELEMENTOS DE UN REPORTE DE INVESTIGACIÓN NO ACADÉMICO
Contiene la mayoría de los elementos que un reporte académico y estos son:
1. portada
2. índice
3. resumen
4. introducción
5. método
6. resultados
7. conclusiones
8. apéndices
Los elementos de este reporte son definidos igual que el anterior reporte.
Solo que cada elemento es tratado con mayor brevedad y eliminando las explicaciones técnicas. El marco teórico y la bibliografía suelen omitirse del reporte o se incluyen como apéndices.
Un reporte no académico es bastante sencillo, breve y no utiliza términos complejos.
PRESENTACIÓN DEL REPORTE DE INVESTIGACIÓN
A veces solamente se entrega el reporte al publico y se explica verbalmente (tal es el caso de la tesis), pero en otras ocasiones la entrega se acompaña de una presentación con diversos apoyos tales como acetatos, graficas, videos, audiovisuales, sistemas computarizados de video y otros mas. El reporte puede elaborarse en maquina de escribir a doble espacio, observando un margen a la izquierda de aproximadamente 4 centímetros y un margen a la derecha de 3 centímetros, o bien en computadora utilizando procesadores de palabras o un sistema similar.

Investigacion cientifica

INTRODUCCIÓN
La Investigación es un proceso que, mediante la aplicación del método científico, procura obtener información relevante y fidedigna (digna de fe y crédito), para entender, verificar, corregir o aplicar el conocimiento.
Para obtener algún resultado de manera clara y precisa es necesario aplicar algún tipo de investigación, la investigación esta muy ligada a los seres humanos, esta posee una serie de pasos para lograr el objetivo planteado o para llegar a la información solicitada. La investigación tiene como base el método científico y este es el método de estudio sistemático de la naturaleza que incluye las técnicas de observación, reglas para el razonamiento y la predicción, ideas sobre la experimentación planificada y los modos de comunicar los resultados experimentales y teóricos.
Además, la investigación posee una serie de características que ayudan al investigador a regirse de manera eficaz  en la misma. La investigación es tan compacta que posee formas, elementos, procesos, diferentes tipos, entre otros.
La investigación es fundamental para el estudiante y para el profesional, esta forma parte del camino profesional antes, durante y después de lograr la profesión; ella nos acompaña desde el principio de los estudios y la vida misma.    Para todo tipo de investigación hay un proceso y unos objetivos precisos.
La investigación nos ayuda a mejorar el estudio porque nos permite establecer contacto con la realidad a fin de que la conozcamos mejor, la finalidad de esta radica en formular nuevas teorías o modificar las existentes, en incrementar los conocimientos; es el modo de llegar a elaborar teorías.
La actividad investigadora se conduce eficazmente mediante una serie de elementos que hacen accesible el objeto al conocimiento y de cuya sabia elección y aplicación va a depender en gran medida el éxito del trabajo investigador.

CONCEPTO
Es la actividad de búsqueda que se caracteriza por ser reflexiva, sistemática y metódica; tiene por finalidad obtener conocimientos y solucionar problemas científicos, filosóficos o empírico-técnicos, y se desarrolla mediante un proceso.
          La investigación científica es la búsqueda intencionada de conocimientos o de soluciones a problemas de carácter científico; el método científico indica el camino que se ha de transitar en esa indagación y las técnicas precisan la manera de recorrerlo.

IMPORTANCIA
La investigación nos ayuda a mejorar el estudio porque nos permite establecer contacto con la realidad a fin de que la conozcamos mejor. Constituye un estímulo para la actividad intelectual creadora. Ayuda a desarrollar una curiosidad creciente acerca de la solución de problemas, además,  Contribuye al progreso de la lectura crítica.

ELEMENTOS
Desde un punto de vista estructural reconocemos cuatro elementos presentes en toda investigación: sujeto, objeto, medio y fin.
Se entiende por sujeto el que desarrolla la actividad, el investigador;
Por objeto, lo que se indaga, esto es, la materia o el tema;
Por medio, lo que se requiere para llevar a cabo la actividad, es decir, el conjunto de métodos y técnicas adecuados;
Por fin, lo que se persigue, los propósitos de la actividad de búsqueda, que radica en la solución de una problemática detectada.

CLASIFICACIÓN
Es conveniente señalar que en la realidad la investigación no se puede clasificar exclusivamente en alguno de los tipos que se señalaran, sino que generalmente en toda investigación se persigue un propósito señalado, se busca un determinado nivel de conocimiento y se basa en una estrategia particular o combinada.
? Por el propósito o finalidades perseguidas: básica o aplicada.
Investigación básica: También recibe el nombre de investigación pura, teórica o dogmática. Se caracteriza porque parte de un marco teórico y permanece en él; la finalidad radica en formular nuevas teorías o modificar las existentes, en incrementar los conocimientos científicos o filosóficos, pero sin contrastarlos con ningún aspecto práctico.
Investigación aplicada: Este tipo de investigación también recibe el nombre de práctica o empírica. Se caracteriza porque busca la aplicación o utilización de los conocimientos que se adquieren. La investigación aplicada se encuentra estrechamente vinculada con la investigación básica, pues depende de los resultados y avances de esta última; esto queda aclarado si nos percatamos de que toda investigación aplicada requiere de un marco teórico. Sin embargo, en una investigación empírica, lo que le interesa al investigador, primordialmente, son las consecuencias prácticas.
Si una investigación involucra problemas tanto teóricos como prácticos, recibe el nombre de mixta. En realidad, un gran número de investigaciones participa de la naturaleza de las investigaciones básicas y de las aplicadas.
? Por la clase de medios utilizados para obtener los datos: documental, de campo o experimental.
Investigación documental: Este tipo de investigación es la que se realiza, como su nombre lo indica, apoyándose en fuentes de carácter documental, esto es, en documentos de cualquier especie. Como subtipos de esta investigación encontramos la investigación bibliográfica, la hemerográfica y la archivística; la primera se basa en la consulta de libros, la segunda en artículos o ensayos de revistas y periódicos, y la tercera en documentos que se encuentran en los archivos, como cartas, oficios, circulares, expedientes, etcétera.
Investigación de campo: Este tipo de investigación se apoya en informaciones que provienen entre otras, de entrevistas, cuestionarios, encuestas y observaciones. Como es compatible desarrollar este tipo de investigación junto a la investigación de carácter documental, se recomienda que primero se consulten las fuentes de la de carácter documental, a fin de evitar una duplicidad de trabajos.
Investigación experimental: Recibe este nombre la investigación que obtiene su información de la actividad intencional realizada por el investigador y que se encuentra dirigida a modificar la realidad con el propósito de crear el fenómeno mismo que se indaga, y así poder observarlo.
? Por el nivel de conocimientos que se adquieren: exploratoria, descriptiva o explicativa.
Investigación exploratoria: Recibe este nombre la investigación que se realiza con el propósito de destacar los aspectos fundamentales de una problemática determinada y encontrar los procedimientos adecuados para elaborar una investigación posterior. Es útil desarrollar este tipo de investigación porque, al contar con sus resultados, se simplifica abrir líneas de investigación y proceder a su consecuente comprobación.
Investigación descriptiva: Mediante este tipo de investigación, que utiliza el método de análisis, se logra caracterizar un objeto de estudio o una situación concreta, señalar sus características y propiedades. Combinada con ciertos criterios de clasificación sirve para ordenar, agrupar o sistematizar los objetos involucrados en el trabajo indagatorio. Al igual que la investigación que hemos descrito anteriormente, puede servir de base para investigaciones que requieran un mayor nivel de profundidad.
Investigación explicativa: Mediante este tipo de investigación, que requiere la combinación de los métodos analítico y sintético, en conjugación con el deductivo y el inductivo, se trata de responder o dar cuenta de los porqué del objeto que se investiga.

CARACTERÍSTICAS
La investigación recoge conocimientos o datos de fuentes primarias y los sistematiza para el logro de nuevos conocimientos. No es investigación confirmar o recopilar lo que ya es conocido o ha sido escrito o investigado por otros. La característica fundamental de la investigación es el descubrimiento de principios generales.
El investigador parte de resultados anteriores, planteamientos, proposiciones o respuestas en torno al problema que le ocupa. Para ello debe:
? Planear cuidadosamente una metodología.
? Recoger, registrar y analizar los datos obtenidos.
? De no existir estos instrumento, debe crearlos.
La investigación debe ser objetiva, es decir, elimina en el investigador preferencias y sentimientos personales, y se resiste a buscar únicamente aquellos datos que le confirmen su hipótesis; de ahí que emplea todas las pruebas posibles para el control crítico de los datos recogidos y los procedimientos empleados.
Finalmente, una vez sistematizados los datos son registrados y expresados mediante un informe o documento de investigación, en el cual se indican la metodología utilizada y los procedimientos empleados para llegar a las conclusiones presentadas, las cuales se sustentan por la misma investigación realizada [45][45].
En la investigación deben darse una serie de características para que sea en realidad científica:
a)    Estar planificada, es decir, tener una previa organización, establecimiento de objetivos ,formas de recolección y elaboración de datos y de realización de informe.
b)    Contar con los instrumentos de recolección de datos que respondan a los criterios de validez, confiabilidad y discriminación, como mínimos requisitos para lograr un informe científicamente valido.
c)    Ser original ,esto es, apuntar a un conocimiento que no se posee o que este en duda y sea necesario verificar y no a una repetición reorganización de conocimientos que ya posean.
d)    Ser objetiva ,vale decir que la investigador debe tratar de eliminar las preferencias personales y los sentimientos que podrían desempeñar o enmascarar el resultado del trabajo de investigación.
e)    Disponer de tiempo necesario a los efectos de no apresurar una información que no responda, objetivamente, al análisis de los datos que se dispone.
f)    Apuntar a medidas numéricas ,en el informe tratando de transformar los resultados en datos cuantitativos más fácilmente representables y comprensibles y más objetivos en la valoración final.
g)    Ofrecer resultados comprobables y verificarles en las mismas circunstancias en las se realizó la investigación.
h)    Apuntar a principios generales trascendiendo los grupos o situaciones particulares investigados, para los que se requiere una técnica de muestreo con el necesario rigor científico, tanto en el método de selección como en la cantidad de la muestra, en relación con la población de que se trate.

EL OBJETO
El objeto de al investigación científica es aquello a lo que se aplica el pensamiento. Cuando se trata de obtener nuevo conocimiento científico el objeto se erige en fortaleza que hay que conquistar con métodos que aseguren la garantía de obtención de una verdad contrastable por toda la comunidad científica.
Este objeto de conocimiento científico, de investigación, está constituido por los vestigios que plantean un conjunto de problemas epistemológicos en el tema de la investigación cuya resolución se persigue.
El investigador debe tener conciencia asumida de que el objeto de conocimiento se le opone por naturaleza, no se deja conocer fácilmente, plantea numerosa dificultades, la investigación es, en consecuencia, ejercicio intelectual dificultoso, lleno de obstáculos y, en consecuencia, factor formativo para la persona que lo ejerce.
Sin embargo, la actividad investigadora se conduce eficazmente mediante una serie de elementos que hacen accesible el objeto al conocimiento y de cuya sabia elección y aplicación va a depender en gran medida el éxito del trabajo investigador. Sin perjuicio de que estos elementos deban especializarse en la propia naturaleza de los problemas concretos objeto de resolución por parte del investigador.
Un ambiente favorable puede estimular al investigador en los momentos de desánimo: es precisamente el clima científico, el ambiente de trabajo en facultades, departamentos y centros oficiales de investigación lo que, con más frecuencia, suple con creces otras carencias.

FORMAS
La Investigación Científica posee dos formas, estas se denominan pura y aplicada y explican a continuación :
A la investigación pura se le da también el nombre de básica o fundamental se apoya dentro de un contexto teórico y su propósito fundamental es el de desarrollar teoría mediante el descubrimiento de amplias generalizaciones o principios.
Esta forma de investigación emplea cuidadosamente el procedimiento de muestreo, a fin de extender sus hallazgos más allá del grupo o situaciones estudiadas. Poco se preocupa de la aplicación de los hallazgos, por considerar que ello corresponde a otra persona y no al investigador.

No obstante la carencia de aplicación inmediata, esta forma de investigación busca el progreso científico y su importancia reside en que presente amplias generalizaciones y niveles de abstracciones con miras a formulaciones hipotéticas de posible aplicación posterior. Persigue igualmente el desarrollo de una teoría o teorías basada en principios y leyes.
La investigación fundamental es un proceso formal y sistemático de coordinar el método científico de análisis y generalización con las fases deductivas e inductivas del razonamiento.
Pardinas nos dice que la investigación pura ?tiene como objeto el estudio de un problema destinado exclusivamente al progreso o a la simple búsqueda del conocimiento?.
A la investigación aplicada se le denomina también activa o dinámica y se encuentra íntimamente ligada a la anterior ya que depende de sus descubrimientos y aportes teóricos. Busca confrontar la teoría con la realidad.
Es el estudio y aplicación de la investigación a problemas concretos, en circunstancias y características concretas. Esta forma de investigación se dirige a su aplicación inmediata y no al desarrollo de teorías.
?La investigación aplicada, movida por el espíritu de la investigación fundamental, ha enfocado la atención sobre la solución de teorías. Concierne a un grupo particular más bien que a todos en general. Se refiere a resultados inmediatos y se halla interesada en el perfeccionamiento de los individuos implicados en el proceso de la investigación?.

TIPOS
Cuando se va a resolver un problema en forma científica, es muy conveniente tener un conocimiento detallado de los posibles tipos de investigación que se pueden seguir. Este conocimiento hace posible evitar equivocaciones en el elección del método adecuado para un procedimiento específico.
Conviene anotar que los tipos de investigación difícilmente se presentan puros; generalmente se combinan entre sí y obedecen sistemáticamente a la aplicación de la investigación. Tradicionalmente se presentan tres tipos de investigación.
? Histórica ……………………….. Describe lo que era.
? Descriptiva ……………………… Interpreta lo que es.
? Experimental …………………….. Describe lo que será.
Histórica: trata de la experiencia pasada; se aplica no sólo a la historia sino también a las ciencias de la naturaleza, al derecho, la medicina o a cualquier otra disciplina científica.
En la actualidad, la investigación histórica se presenta como una búsqueda crítica de la verdad que sustenta los acontecimientos de pasado.
La tarea del investigador en este tipo de investigación tiene las siguientes etapas:
1. Formas y Tipos de Investigación
2. Enunciación del Problema
3. Recolección de información
4. Crítica de Datos y Fuentes
5. Formulación de Hipótesis
6. Interpretación e Informe.
Descriptiva: comprende la descripción, registro, análisis e interpretación de la naturaleza actual, y la composición o procesos de los fenómenos. El enfoque se hace sobre conclusiones dominantes o sobre como una persona, grupo o cosa se conduce o funciona en el presente.
La investigación descriptiva trabaja sobre realidades de hechos, y su característica fundamental es la de presentarnos una interpretación correcta.
La tarea de investigación en este tipo de investigación tiene las siguientes etapas:
1. Descripción del Problema
2. Definición y Formulación de la Hipótesis
3. Supuestos en que se basa la Hipótesis
4. Marco Teórico
5. Selección de Técnicas de Recolección de Datos
6. Categorías de Datos, a fin de facilitar relaciones
7. Verificación de validez del instrumento
8. Descripción, Análisis e Interpretación de Datos.
Experimental: se presenta mediante la manipulación de una variable experimental no comprobada, en condiciones rigurosamente controladas, con el fin de describir de que modo o por qué causa se produce una situación o acontecimiento particular.
El experimento es una situación provocada por el investigador para introducir determinadas variables de estudio manipulada por él, para controlar el aumento o disminución de esas variables y su efecto en las conductas observadas.
La tarea del investigador, el investigador maneja de manera deliberada la variable experimental y luego observa lo que ocurre en condiciones controladas. 
La tarea del investigador en este tipo de investigación presenta las siguientes etapas:
1. Presencia de un Problema para el cual sea realizado una revisión bibliográfica
2. Identificación y Definición del Problema
3. Definición de Hipótesis y variables. Y la operacionalización de las mismas
4. Diseño del plan experimental
5. Prueba de confiabilidad de datos
6. Realización de experimento
7. Tratamiento de datos. Aquí, en este punto, hay que tener en cuenta que una cosa es el dato bruto, otro el dato procesado y otro el dato que hay que dar como definitivo.

PROCESO
La investigación tiene un proceso muy riguroso, este se proceso contiene los siguientes pasos:
? Elección del tema
? Objetivos
? Delimitación del tema
? Planteamiento del problema
? Marco teórico
? Metodología
? Informe
Elección del Tema:  a nivel de procesos investigativos no debe suponerse conocido el tema y arrancar con el problema, lo importante es elegir el tema ya que el problema se deriva de éste. Cuando se selecciona el tema de mueve un marco de generalidades, cuando se selecciona el problema se reduce la misma.
A partir de la realidad surge una problemática, la cual está integrada por una serie de factores.
La realidad de la investigación es problemática;  de dicha problemática, debe elegirse un factor, que se determine como tema de investigación y dentro del cual debe seleccionarse un problema investigable.  Si se comienza por la selección del problema se pierde de vista la ubicación contextual del tema.
La elección del tema es el primer caso en la realización de una investigación. Consiste esta elección en determinar con claridad y precisión el contenido del trabajo a presentar. La elección del tema corresponde necesariamente al alumno investigador, que no presentará por escrito a la persona indicada por la universidad, o centro docente, para su aceptación. 
Objetivos:  cuando de ha seleccionado el tema de la investigación debe procederse a formular los objetivos de investigación; que deben estar armonizados con los del investigador y los de la investigación.
El objetivo de la investigación es el enunciado claro y preciso de las metas que se persiguen. El objetivo del investigador es llegar a tomar decisiones y a una teoría que le permita generalizar y resolver en la misma forma problemas semejantes en el futuro. Los métodos que se elijan deben ser los más apropiados para el logro de los objetivos.
Todo trabajo de investigación es evaluado por el logro de los objetivos mediante un proceso sistemático, los cuales deben haber sido previamente señalados y seleccionados al comienzo de la investigación.  La sistematización hace posible el planeamiento de estrategias válidas para el logro de objetivos. Por esta razón los objetivos tienen que ser revisados en cada una de las etapas del proceso; el no hacerlo puede ocasionar fallas en la investigación con la misma intensidad en que se presentan fallas en los objetivos.
La evaluación de la investigación se realiza en base a los objetivos propuestos y pueden ser sumativa, es decir, progresiva, esto lleva a clasificar los distintos niveles de resultados que se quieren lograr en la investigación. Si la investigación es planeada científicamente, debe tener validez en cada una de sus etapas en razón de objetivos y el logro de este en cada etapa es lo que permite pasar a la siguiente.
Al finalizar la investigación, los objetivos han de ser identificables con los resultados; es decir, toda la investigación deberá estar respondiendo a los objetivos propuestos.
Los objetivos generales dan origen a objetivos específicos que indica lo que se pretende realizar en cada una de las etapas de la investigación. Estos objetivos deben ser evaluados en cada paso para conocer los distintos niveles de resultados. La suma de los objetivos específicos es igual al objetivo general y por tanto a los resultados esperados de la investigación. Conviene anotar que son los objetivos específicos los que se investigan y no el objetivo general, ya que este se logra de los resultados.
Delimitación del tema:  ?delimitar el tema es ver la viabilidad para su desarrollo?.  Unida a esta delimitación es necesaria la justificación del mismo; es decir, indicar las características que llevan el investigador a escoger el tema para desarrollarlo, las cuales deben ser de orden externo u objetivo, y de orden interno o subjetivo.
Una de las fallas más comunes en la investigación consiste en la ausencia de delimitación del tema; el 80% de las investigaciones fracasan por carecer de delimitación del tema, es decir, por ambición del tema. Delimitar el tema quiere decir poner límite a la investigación y especificar el alcance de esos límites.}
En la delimitación del tema n basta con identificar una rama de la ciencia, pues tales ramas cubren variada gama  de problemas. Es preferible señalar, de acuerdo a las propias inclinaciones y preferencias, un tema reducido en extensión. No importante que el tema constituya un grano de arena dentro de la ciencia. Además,  por reducido ilimitado que puede parecer un tema, si se explora convenientemente pronto surge toda una serie de ramificaciones que le dan importancia y valor.
Al delimitar, se aclara si el tema de investigación será de tipo exploratoria, descriptivo o experimental. La aclaración sobre el timo de estudio permite tener una visión general sobre la validez y el grado de confianza que puede tener como resultado. Esto supone determinar el alcance y los límites del tema. 
El Problema:    el problema es el punto de partida de la investigación. Surge cuando el investigador encuentra una laguna teórica, dentro de un conjunto de datos conocidos, o un hecho no abarcado por una teoría, un tropiezo o un acontecimiento que no encaja dentro de las expectaciones en su campo de estudio.
Todo problema aparece a raíz de una dificultad, la cual se origina a partir de una necesidad en la cual aparece dificultades sin resolver. Diariamente se presentan situaciones de muy diversos orden, una situación determinada puede presentarse como una dificultad la cual requiere una solución mayor o menor plazo.
El título del problema es la presentación racional de lo que se va a investigar, precede al plan de la investigación y debe presentar una idea clara  y precisa del problema, es decir, en forma rápida y sintética nos presenta el problema a tratar y debe realizarse con el siguiente criterio ?a mayor extensión menor comprensión y viceversa?. Por tal razón, si el título es muy largo conviene reducirlo a pocas palabras y clarificarlo con un subtítulo. 
Decíamos que todo problema aparece a raíz de una dificultad; ésta se origina a partir de una necesidad en la cual aparecen dificultades sin resolver. De ahí, la necesidad de hacer un planteamiento adecuado del problema a fin de no confundir efectos secundarios del problema a investigar con la realidad del problema que se investiga.
Marco Teórico:    el marco teórico nos amplia la descripción del problema. Integra la teoría con la investigación y sus relaciones mutuas.  Es la teoría del problema, por lo tanto, conviene relacionar el marco teórico con el problema y no con la problemática de donde éste surge. No puede haber un marco teórico que no tenga relación con el problema.
Toda ciencia está estipulada por dos elementos básicos: la teoría y el método del trabajo. Toda investigación requiere un conocimiento presente de la teoría que explica el área de fenómenos de estudio.
Todo hecho anterior a la formulación del problema que sirve para aclarar, juzgar e interpretar el problema planteado, constituye los antecedentes del problema. Establecer los antecedentes del problema, de ninguna manera es hacer un recuento histórico del problema, o presentar fuentes bibliográficas que se va a utilizar, o los datos recolectados los cuales no sabemos en donde ubicar, o la descripción de las causas del problema a no ser que la investigación sea causal.
En los antecedentes trata de hacer una síntesis conceptual de las investigaciones o trabajos realizados sobre el problema formulado con el fin de determinar en enfoque metodológico de la misma investigación.  El antecedente puede indicar conclusiones existentes en torno al problema planteado.
La hipótesis es el eslabón necesario entre la teoría y la investigación que nos lleva al descubrimiento de nuevos hechos. Por tal, sugiere explicación a ciertos hechos y orienta la investigación a otros. La hipótesis puede ser desarrollada desde distinto puntos de vista, puede estar basada en una conjetura, en el resultado de otros estudios, en la posibilidad de una relación semejante entre dos o más variables representadas en un estudio, o puede estar basada en una teoría mediante la cual una suposición de proceso deductivo nos lleva a la pretensión de que si se dan ciertas condiciones se pueden obtener ciertos resultados, es decir, la relación causa – efecto.
Una hipótesis sirve de guía para la obtención de daos en función del interrogante presentado en el problema, o también para indicar la forma como debe ser organizado según el tipo de estudio.
Todo investigador debe hacer uso de conceptos para poder organizar sus datos y percibir las relaciones que hay entre ellos. Un concepto es una abstracción obtenida den la realidad y, por tanto, su finalidad es simplificar resumiendo una serie de observaciones que se pueden clasificar bajo un mismo nombre.  Algunos conceptos están estrechamente ligados a objetos de lo que representan., por eso cuando se define se busca asegurar que las personas que lleguen a una investigación determinada conozcan perfectamente el significado con el cual se va a utilizar el término o concepto a través de toda la investigación. 
Metodología:    para toda investigación es de importancia fundamental que los hechos y relaciones que establece, los resultados obtenidos o nuevos conocimientos y tengan el grado máximo de exactitud y confiabilidad. Para ello planea una metodología o procedimiento ordenado que se sigue para establecer lo significativo de los hechos y fenómenos hacia los cuales está encaminado el significado de la investigación.
Científicamente la metodología es un procedimiento general para lograr de una manera precisa el objetivo de la investigación. De ahí, que la  metodología en la investigación nos presenta los métodos y técnicas para la investigación.
Es necesario tener en cuenta el tipo de investigación o de estudio que se va a realizar, ya que cada uno de estos tiene una estrategia diferente para su tratamiento metodológico.  Por ello, se debe indicar el tipo de investigación, si es una investigación, histórica, descriptivas o experimental. Si es un estudio causal, exploratorio o productivo.
Una población está determinada por su características definitorias, por tanto, el conjunto de elementos que posea ésta característica se denomina población o universo. Población es la y totalidad del fenómeno a estudiar en donde las unidades de población poseen una característica común, la cual se estudia y da origen a los datos de la investigación. 
Unas vez recopilado los datos por los instrumentos diseñados para este fin es necesario procesarlos, es decir, elaborarlos matemáticamente, ya que la cuantificación y su tratamiento estadístico nos permitirán llegar a construcciones en relación con la hipótesis planteada.  El procesamiento de datos, antes dispendioso mediante métodos manuales, es hoy realizado por computadoras electrónicas las cuales han eliminado, por así decirlo, gran parte del trabajo matemático y estadístico que antes se realizaba.
El Informe:    la estructura del informe de investigación es sencilla y sigue fielmente los pasos fundamentales del diseño de la investigación; en ningún momento debe ser contraria al diseño, ya que el informe debe ser la respuesta de lo planteado al diseño de la investigación.
Para la presentación del informe debe seguirse las normas de la metodología formal de presentación de trabajos cinéticos, los cuales se han considerado en diversas obras por los tratadistas de la metodología formal. 

CONCLUSIÓN
Para concluir con el presente trabajo, se pude hacer referencia a la importancia que tiene la investigación como proceso de aprendizaje;  ya que la misma posee una gama de características fundamentales y que se estrechan de manera muy compacta para poder captar la información o para lograr los objetivos propuestos, es preciso recordar que la investigación científica es un método riguroso en el cual se obtiene una serie de objetivos antes propuestos y de manera muy técnica, y la investigación es la que tiene por fin ampliar el conocimiento científico, sin perseguir, en principio, ninguna aplicación práctica e investigar es una acción de aclarar.
Es muy conveniente tener un conocimiento detallado de los posibles tipos de investigación que se pueden seguir. Este conocimiento hace posible evitar equivocaciones en el elección del método adecuado para un procedimiento específico. Por eso se podría acotar que el tema se debería de implantar desde la educación básica ya que a pesar de que la investigación siempre esta presente, siempre es bueno conocer el lado técnico y científico de las cosas por más comunes y cotidianas que suelan resultar.
Una de las fallas más comunes en la investigación consiste en la ausencia de delimitación del tema, es decir, por ausencia de ambición del tema, por eso es básico tener muy claro los objetivos y el camino que se va a recorrer con la investigación para que esta pueda terminar su camino donde debe. 
La hipótesis de una investigación, puede ser desarrollada desde distinto puntos de vista, puede estar basada en una conjetura, en el resultado de otros estudios, en la posibilidad de una relación semejante entre dos o más variables representadas en un estudio, o puede estar basada en una teoría mediante la cual una suposición de proceso deductivo nos lleva a la pretensión de que si se dan ciertas condiciones se pueden obtener ciertos resultados.
El objetivo de la investigación es el enunciado claro y preciso de las metas que se persiguen. El objetivo de la persona que investiga es llegar a tomar decisiones y a una teoría que le permita generalizar y resolver en la misma forma problemas semejantes en el futuro.

BIBLIOGRAFÍA
? El Proceso de la Investigación
                  Mario Tamayo y Tamayo
                  Limusa Noriega Editores
                  Tercera Edición
                  Páginas: 72 hasta 130
? Internet Microsoft Explorer:
http://www.monografias.com/trabajos7/inci/inci.shtml               
http://www.lafacu.com/apuntes/educacion/Metodologiadeinvestigacion/default.htm

La investigación Científica.

La investigación Científica.

1. Introducción
Existen dos niveles de investigación entre los cuales se encuentran:
Investigación común o cotidiana
Investigación racional o crítica
La primera es la actividad humana de búsqueda de conocimientos; de indagación de soluciones y de interrogantes. La segunda de la actividad de búsqueda que se caracteriza por ser reflexiva, sistemática y metódica; tiene por finalidad obtener conocimientos y solucionar problemas científicos, filosóficos o empírico-técnicos, y se desarrolla mediante un proceso.
La investigación científica es la búsqueda intencionada de conocimientos o de soluciones a problemas de carácter científico; el método científico indica el camino que se ha de transitar en esa indagación y las técnicas precisan la manera de recorrerlo.
Podemos señalar varias etapas de la investigación entre las que se encuentran:
? Selección del tema y la consulta bibliográfica preliminar
? Formulación y definición de problemas.
? Formulación de hipótesis
? Recopilación y registro de datos
? Comprobación de hipótesis
? Comunicación de resultados.

También se encuentran los elementos de la investigación los cuales son:
Sujeto: Es quien desarrolla la actividad, el investigador.
Objeto: Lo que se indaga, la materia o el tema.
Medio: Lo que se requiere para llevar a cabo la actividad. Conjunto de métodos y técnicas.
Fin: Lo que se persigue, los propósitos de la búsqueda.
La investigación nos ayuda a mejorar el estudio porque nos permite establecer contacto con la realidad a fin de que la conozcamos mejor. Constituye un estímulo para la actividad intelectual creadora. Ayuda a desarrollar una curiosidad creciente acerca de la solución de problemas. Contribuye al progreso de la lectura crítica.
Los factores de la selección se dividen en Objetivos y Subjetivos. Los primeros son los elementos externos o materiales que posibilitan y determinan, en mayor o menor medida, la realización de una investigación (el tiempo, la sociedad, el ambiente familiar, la cultura, la política, recursos materiales, entre otros). El segundo se refiere a las cualidades del investigador que inciden en el desarrollo de una investigación, además de la de un cierto dominio de la materia en que se investiga.
Para ser un buen investigador se requieren de ciertas cualidades en las que pueden destacar las siguientes:
1. Actitud cognoscitiva
2. Actitud moral
3. Actitud reflexiva
4. Actitud objetiva
5. Habilidad en el manejo de métodos y técnicas
6. Ordenado
7. Perseverante

La investigación puede ser seleccionada por su tipo.
? Por el propósito o finalidades perseguidas: básica o aplicada.
? Por la clase de medios utilizados para obtener los datos: documental, de campo o experimental.
? Por el nivel de conocimientos que se adquieren: exploratoria, descriptiva o explicativa.

Los principales trabajos o productos de la investigación son:
? Monografía
? Ensayo
? Manual
? Tratado
? Reseña
? Resumen
? Tesis

Las fuentes de conocimiento se pueden clasificar por:
? Por la originalidad del dato o información: directas e indirectas.
? Por la correspondencia del dato con lo que se investiga: principales y secundarias.
? Por las características externas de las fuentes: documentales y de campo.

Para la consulta y el aprovechamiento de las fuentes de conocimiento impresas, en especial de los libros y material afín, el investigador tendrá que buscar en bibliotecas, hemerotecas, archivos y cetros de documentación.
Los tipos de bibliografías que podemos encontrar son:
? Descriptivas: Proporciona los elementos externos de las obras, sus características formales.
? Analíticas: Ofrecen los elementos de contenido de las obras.
? Críticas: Facilitan, además de los datos aportados por las otras bibliografías, una apreciación reflexiva del alcance de las obras.

2. Conceptos y elementos de la investigación.
Para dar con el concepto de investigación atenderemos en primer lugar su etimología y después su significado actual, tanto en sentido amplio como en el restringido. La palabra investigación (acción y efecto de investigar) deriva de dos raíces latinas: in y vestigium; la primera que significa ?en, dentro?, y la segunda que se refiere al rastro, huella, indicio o señal, al vestigio de algo; por su parte, la palabra investigar proviene del verbo latino investigare, con lo que alude a la acción de buscar, inquirir, indagar, seguir vestigios o la pista o la huella a alguien o de algo, averiguar o descubrir alguna cosa. Así, el significado etimológico nos indica la actividad que nos conduce al conocimiento de algo.
La investigación común o cotidiana es la que realizamos todos, como la que lleva a cabo un niño que quiere entender su entorno, como la de adulto que pretende solucionar los problemas que le presenta de manera contidiana la vida misma, y la investigación racional o crítica es la que se desarrolla en los ámbitos empírico ? técnico, científico y filosófico.
Entendemos por investigación racional o crítica la actividad de búsqueda que se caracteriza por ser reflexiva, sistemática y metódica, que tiene por finalidad obtener conocimientos y solucionar problemas científicos, filosóficos o empírico-técnicos, y que se desarrolla mediante un proceso.
La investigación es una actividad reflexiva porque se requiere el examen profundo, atento y minucioso de diferentes elementos: de las fuentes de conocimiento, es decir, los datos que se encuentran en la realidad; de los problemas asumidos; de los modelos de comprobación de las hipótesis; de los planes para desarrollar todas y cada una de las actividades de la investigación.
La investigación es sistemática porque lo importante en ella no es tanto dar con datos aislados, sino por cuanto posibilita vincular o relacionar nuestros pensamientos con los datos derivados del análisis crítico de las fuentes de conocimiento; porque integra, mediante relaciones de coordinación y subordinación, los conocimientos adquiridos en el conjunto de los conocimientos organizados o de las teorías válidas existentes.
La investigación es metódica porque requiere de procesos lógicos para adquirir, sistematizar y transmitir los conocimientos; porque son necesarias ciertas vías para el estudio de determinados objetos; es decir, de métodos que permitan realizar de la mejor manera la indagación de la realidad.
Si lo que buscamos es dar con conocimientos que produzcan en nosotros una certeza, los métodos nos auxilian en ese propósito, ya que los conocimientos no se adquieren casualmente, sino que derivan de un esfuerzo intelectual de búsqueda.
La investigación científica se encuentra estrechamente vinculada con el método científico y con el uso de ciertas técnicas, pero sin confundirse con ellos.
Es evidente que la investigación surgió cuando el hombre, al enfrentarse a situaciones problemáticas, buscó descubrir lo que desconocía, cuando sintió la necesidad de responder a las interrogantes que la realidad le planteaba.
La investigación se desarrolla mediante un proceso que ordena una serie de actividades que se realizan en varias fases o etapas:
1. La selección del tema y la consulta bibliográfica preliminar.
2. La formulación y definición de problemas.
3. La formulación de hipótesis.
4. La recopilación y el registro de datos.
5. La comprobación de hipótesis.
6. La comunicación de resultados.

Elementos de la investigación: Desde un punto de vista estructural reconocemos cuatro elementos presentes en toda investigación: sujeto, objeto, medio y fin.
Se entiende por sujeto el que desarrolla la actividad, el investigador; por objeto, lo que se indaga, esto es, la materia o el tema; por medio, lo que se requiere para llevar a cabo la actividad, es decir, el conjunto de métodos y técnicas adecuados, y por fin, lo que se persigue, los propósitos de la actividad de búsqueda, que radica en la solución de una problemática detectada.

3. La investigación y el estudio.
Estas dos actividades se encuentran vinculadas de manera estrecha y se influyen recíprocamente: los resultados de la primera proporcionan material para ser estudiado, mientras que la segunda, por implicar procesos de razonamiento analítico y sintético, facilita el planteamiento del o los problemas que se pueden investigar.
Es importante aprender a investigar, desarrollando nuestro pensamiento reflexivo y tomando conciencia de que se trata de una actividad que reclama perseverancia, ya que mediante la investigación podemos buscar y dar con respuestas propias y originales a las interrogantes que nosotros mismos formulemos y así generar nuevos conocimientos; siguiendo una metodología apropiada podremos plantear enfoques diferentes para estudiar la realidad.
Entre las ventajas que representa el investigar para mejorar el estudio encontramos: permite al alumno establecer contacto con la realidad a fin de que la conozca mejor; contribuye un estímulo para la actividad intelectual creadora; ayuda a desarrollar una curiosidad creciente a cerca de problemas, propia de una mentalidad científica; a considerar que las investigaciones no terminan, porque sus resultados requieren una constante revisión.

Factores de selección.
La investigación se da siempre, por tratarse de una actividad encaminada a adquirir conocimientos, a partir de una determinada situación contextual. Podemos señalar que se encuentra sujeta a una serie de factores y obstáculos. Los factores que inciden en el desarrollo de una investigación pueden ser de dos tipos: los objetivos y los subjetivos.
Entendemos por factores objetivos aquellos elementos externos o materiales que posibilitan y determinan, en mayor o menor medida, la realización de una investigación. Entre ellos podemos citar el tiempo, la sociedad, el ambiente familiar, la cultura, la política, el apoyo de otros investigadores y de instituciones gubernamentales, educativas o ambos, y los recursos materiales, como pueden ser, entre otros, el equipamiento, el espacio físico conveniente para estudiar e investigar, el financiamiento y el acceso a las fuentes de conocimiento.
 
Cualidades del investigador.
Entre las cualidades con que debe contar un investigador, además de cierto dominio de la materia en que se investiga, encontramos las siguientes:
1. Actitud cognoscitiva
2. Actitud moral
3. Actitud reflexiva
4. Actitud objetiva
5. Habilidad en el manejo de métodos y técnicas
6. Ha de ser ordenado
7. Perseverante

Cabe aclarar que algunas de las cualidades con que cuenta el investigador son innatas y otras adquiridas mediante la educación y la instrucción; esto revela que el propio investigador tiene que estar consciente de sus posibilidades y de sus carencias, para que estas últimas puedan, por medio de la práctica y el empeño, ser resueltas.
La cualidad de la actitud cognoscitiva. La asume quien frente a lo desconocido manifiesta una apertura al conocimiento; quien muestra disposición a aprender e indagar la realidad de las cosas.
Es preciso que el investigador no asuma posturas dogmáticas y no se cierre al conocimiento; que no se considere poseedor de verdades absolutas que no diga que la búsqueda ha terminado; que no asuma la actitud de la ignorancia.
Se requiere que el investigador tenga el amor por la investigación, con la conciencia de que es el medio para la obtención de los conocimientos científicos y filosóficos, es decir, de los conocimientos racionales.
El amor a la verdad se manifiesta en la búsqueda insaciable origina un interés, una predisposición a ?detenerse? frente a las cosas para tratar de obtener de ellas su esencia, características, etcétera.
La cualidad de la actitud moral.  Esta actitud se refiere a la honestidad y a la responsabilidad que debe asumir el investigador en el ejercicio de sus actividades.
Por honestidad intelectual el investigador no debe alterar o modificar los datos, no cambiar el sentido de lo expresado por otros investigadores que se consultan. Requiere ponderar el justo valor de las aportaciones de todo autor, sin efectuar críticas desmedidas; implica reconocer méritos ajenos y evitar el plagio.
La cualidad de la actitud reflexiva. Esta actitud se refiere al sentido crítico con que el investigador debe desarrollar su trabajo de análisis de fuentes, a la atención detallada que debe prestar en la detección y selección de los problemas implicados en su investigación, a la postura juiciosa para llevar a cabo la comprobación de sus hipótesis, así como al examen cuidadoso de la proyección de las diferentes actividades involucradas en el proceso de la investigación.
Al contar con esta cualidad el investigador es capaz de realizar aportaciones personales y proponer enfoques a futuras investigaciones.
La cualidad de la actitud objetiva. Esta actitud se refiere a la disposición con que debe contar el investigador a fin de estudiar y enfocar las fuentes de conocimiento tal como son. Hace referencia a la imparcialidad intelectual y a la independencia de criterio para juzgar los datos y los pensamientos ajenos; a la capacidad de recorrer las etapas de la investigación, libre de perjuicios, opiniones e ideas preconcebidas.
Esta cualidad, por estar basada en un criterio realista, nos remite a la capacidad de autocrítica que debe tener el investigador a fin de reconocer y corregir errores.
La cualidad de habilidad en el manejo de métodos y técnicas. Como su nombre lo indica, esta cualidad se refiere a la aptitud del investigador para seleccionar y aplicar los métodos y las técnicas adecuadas a las actividades del proceso de investigación.
La cualidad de ser ordenado. Esta cualidad radica en aquellas personas que están habituadas a ordenar sus cosas y sistematizar sus pensamientos. A un buen investigador lo caracteriza, entre otras cosas, su habilidad para organizar las actividades de su trabajo mediante planes a los que les da seguimiento.
La cualidad de ser perseverante. Se refiere a la constancia que debe presentar el investigador en el logro de los objetivos de su trabajo; tiene que ver con el ejercicio de su voluntad a fin de conseguir los resultados previstos.
El trabajo que tiene que realizar el investigador es arduo, por lo cual quien lo lleva a cabo debe saber persistir, tener paciencia, aun a pesar de los obstáculos o dificultades que puedan presentarse. Todo lo anterior revela que el investigador es una persona disciplinada, que ha desarrollado hábitos de trabajo.

4. Tipos de investigación.
La investigación puede ser clasificada con base a los siguientes criterios: por el propósito o las finalidades perseguidas la investigación es básica o aplicada; según la clase de medios utilizados para obtener los datos, es documental, de campo o experimental; atendiendo al nivel de conocimientos que se adquieren podrá ser exploratoria, descriptiva o explicativa; dependiendo del campo de conocimientos en que se realiza, es científica o filosófica; conforme al tipo de razonamiento empleado, es espontánea, racional o empírico-racional; acorde con el método utilizado, es analítica, sintética, deductiva, inductiva, histórica, comparativa, etc.; y conforme al número de investigadores que la realizan, es individual o colectiva.
Investigación básica. También recibe el nombre de investigación pura, teórica o dogmática. Se caracteriza porque parte de un marco teórico y permanece en él; la finalidad radica en formular nuevas teorías o modificar las existentes, en incrementar los conocimientos científicos o filosóficos, pero sin contrastarlos con ningún aspecto práctico.
Investigación aplicada. Este tipo de investigación también recibe el nombre de práctica o empírica. Se caracteriza porque busca la aplicación o utilización de los conocimientos que se adquieren. La investigación aplicada se encuentra estrechamente vinculada con la investigación básica, pues depende de los resultados y avances de esta última; esto queda aclarado si nos percatamos de que toda investigación aplicada requiere de un marco teórico. Sin embargo, en una investigación empírica, lo que le interesa al investigador, primordialmente, son las consecuencias prácticas.
Si una investigación involucra problemas tanto teóricos como prácticos, recibe el nombre de mixta. En realidad, un gran número de investigaciones participa de la naturaleza de las investigaciones básicas y de las aplicadas.
Investigación documental. Este tipo de investigación es la que se realiza, como su nombre lo indica, apoyándose en fuentes de carácter documental, esto es, en documentos de cualquier especie. Como subtipos de esta investigación encontramos la investigación bibliográfica, la hemerográfica y la archivística; la primera se basa en la consulta de libros, la segunda en artículos o ensayos de revistas y periódicos, y la tercera en documentos que se encuentran en los archivos, como cartas, oficios, circulares, expedientes, etcétera.
Investigación de campo. Este tipo de investigación se apoya en informaciones que provienen entre otras, de entrevistas, cuestionarios, encuestas y observaciones. Como es compatible desarrollar este tipo de investigación junto a la investigación de carácter documental, se recomienda que primero se consulten las fuentes de la de carácter documental, a fin de evitar una duplicidad de trabajos.
Investigación experimental. Recibe este nombre la investigación que obtiene su información de la actividad intencional realizada por el investigador y que se encuentra dirigida a modificar la realidad con el propósito de crear el fenómeno mismo que se indaga, y así poder observarlo.
Investigación exploratoria. Recibe este nombre la investigación que se realiza con el propósito de destacar los aspectos fundamentales de una problemática determinada y encontrar los procedimientos adecuados para elaborar una investigación posterior. Es útil desarrollar este tipo de investigación porque, al contar con sus resultados, se simplifica abrir líneas de investigación y proceder a su consecuente comprobación.
Investigación descriptiva. Mediante este tipo de investigación, que utiliza el método de análisis, se logra caracterizar un objeto de estudio o una situación concreta, señalar sus características y propiedades. Combinada con ciertos criterios de clasificación sirve para ordenar, agrupar o sistematizar los objetos involucrados en el trabajo indagatorio. Al igual que la investigación que hemos descrito anteriormente, puede servir de base para investigaciones que requieran un mayor nivel de profundidad.
Investigación explicativa. Mediante este tipo de investigación, que requiere la combinación de los métodos analítico y sintético, en conjugación con el deductivo y el inductivo, se trata de responder o dar cuenta de los porqués del objeto que se investiga.

5. Trabajos o productos de la investigación.
Todo trabajo de investigación, en principio, por los conocimientos alcanzados o logrados, requiere ser comunicado a terceras personas. La tarea indagadora desarrollada surge de un contexto determinado, y es precisamente ése el que debe tomar en cuenta el investigador en el momento de comunicar sus resultados. Los conocimientos científicos, como ya se habría señalado, para ser tales, han de ser comunicables , divulgados a fin de posibilitar su confirmación y de contribuir al mejoramiento de la educación en general.
La forma en que debe hacerlo es variada y abarca desde la comunicación oral, la gráfica, hasta la escrita. En realidad, lo que prevalece es la comunicación escrita, y dentro de ésta encontramos también una gran diversidad de diseños o formatos: monografías, ensayo, manual, tratado, reseña, resumen, tesis, informe, compendio, artículos, ponencia, etc. a su vez, cada uno de ellos puede revestir ciertas modalidades, por lo que tendríamos un gran número de posibilidades para comunicar los resultados, que en todo caso dependerán de las características propias del trabajo, como pueden ser, entre otras, su extensión, tipo de aportación, el público al que está dirigido, si es un requisito académico, si se pretende incluirlo en una publicación periódica, si ha de estar sujeto a debate en mesas redondas, etc.; pero lo mas importante es que se dé a conocer y ayude a la formación intelectual de otros investigadores.
La monografía. Este trabajo de investigación gira alrededor de un tema específico e involucra uno o varios problemas que se encuentran estrechamente vinculados. Se trata de un análisis particular y profundo, más o menos exhaustivo, de un tema, que puede presentarse en forma descriptiva o explicativa. Requiere de parte del investigador, por derivarse de las características de este trabajo, un dominio del tema tratado y el empleo cabal de una metodología científica adecuada a la materia. Si es un trabajo breve, puede tratarse de un artículo susceptible de publicarse en una revista especializada.
El ensayo. Este tipo de trabajo de investigación se caracteriza por ser breve; se reduce a efectuar comentarios respecto a un tema, original o no, pero con una perspectiva novedosa. Requiere de parte del investigador una cierta madurez intelectual y una dosis de creatividad a fin de proponer nuevas vías para estudiar el objeto que se comenta.
El manual. Este producto de la investigación se presenta en forma de libro en el que se resume lo esencial o fundamental de una materia; se caracteriza por utilizar un lenguaje sencillo y claro (aun siendo de carácter técnico) y por servir a las referencias rápidas en las indagaciones de otros investigadores. Semejante al manual es el vademécum, que es un libro que se encuentra la síntesis de las nociones principales de alguna materia.
El tratado. Es un producto de la investigación que se entrega en forma de libro y que contiene de manera concentrada, explicada y más o menos completa, los conocimientos de una materia determinada. Es de mayor extensión que el manual e incluye una visión más reflexiva y crítica del tema que se desarrolla, así como elementos relacionados con la temática abordada.
La reseña. Se realiza mediante una breve exposición descriptiva o crítica de la totalidad o una parte de la obra de otro u otros investigadores, de ahí que tengamos dos modalidades: la reseña descriptiva y la reseña critica. La primera se limita a efectuar, mediante un resumen, un inventario del contenido o las características de la obra. La segunda, que puede ser objetiva o crítica, implica, también mediante un resumen, una evaluación o valoración más o menos exhaustiva, del documento de que se trate.
En el nivel pedagógico, la reseña cumple un importante papel: evidenciar la calidad y cantidad de conocimientos adquiridos por los alumnos en relación con la obra reseñada.
El resumen. Se trata de una presentación sintética del tema o temas centrales contenidos en una obra propia o ajena, utilizando un lenguaje claro y una redacción sencilla y precisa; requiere de parte del investigador objetividad y respeto al pensamiento del autor en su integridad. En el ámbito pedagógico es imprescindible, ya que estimula la lectura crítica de un libro, manifiesta la capacidad de abstracción y ayuda a afinar el pensamiento analítico y sintético del alumno.
La tesis. Es un trabajo de investigación original que se desarrolla en el ámbito académico con el propósito de obtener un grado, que puede ser de licenciatura, de maestría o de doctorado.
Este producto de la investigación reúne todas las características que hemos señalado respecto a una investigación racional: es reflexivo, sistemático y metódico; tiene por finalidad obtener conocimientos y solucionar problemas en el ámbito científico, filosófico o empírico-técnico, y se desarrolla mediante un proceso. Se trata de un trabajo de investigación complejo que requiere de parte del investigador las cualidades que hemos precisado, esto es, actitud cognoscitiva, actitud moral, actitud objetiva, habilidad en el manejo de métodos y técnicas, y que sea ordenado y perseverante.

6. Las fuentes de información o conocimiento.
La palabra fuente significa ?el lugar de donde proviene algo?, su origen o procedencia; se refiere al principio, fundamento o causa de una cosa. En el campo de la investigación relacional alude al documento, obra o elemento que sirve de información o dato para el desarrollo de la misma.
Las fuentes de conocimiento son esenciales para que el investigador efectúe la transformación consciente de los conocimientos previos de los cuales parte. Dichas fuentes le permiten establecer contacto con las experiencias científicas o filosóficas de integrantes de sociedades contemporáneas y con el legado intelectual de generaciones pasadas; ello aunado a la observación de las cosas, todo con el fin de adquirir conocimientos.
Las fuentes de conocimiento también se clasifican en atención a la correspondencia del dato con lo que se investiga, y así tendríamos fuentes principales y secundarias. Las primeras son aquellas cuyo contenido concuerda con lo que investigamos, las que nos proporcionan la información central de lo que indagamos; las segundas, en cambio, nos brindan únicamente información parcial, nos dan datos conexos, pero que no se centran en lo que investigamos.
Por sus características externas las fuentes se dividen en documentales, y de campo. Las primeras, que derivan de un documento de cualquier tipo, se subdividen en bibliográficas y hemerográficas; y las segundas en materiales y humanas. Las de carácter bibliográfico se caracterizan por tener el formato de un libro, y las herramientas el de una revista o periódico. Reciben el nombre de fuentes materiales las obras de la naturaleza y las obras producidas por el hombre y que encuentran una significación o sentido; las fuentes humanas, en cambio, hacen referencia a la información de carácter testimonial.
En la biblioteca, que es la unidad que conserva, transmite y difunde el conocimiento, los libros se encuentran catalogados y clasificados metódicamente. El que la biblioteca cuente con una catalogación y clasificación responde a un criterio racional de facilitar la agrupación de los libros y, por tanto, permitir la utilización de los mismos; y es precisamente ése uno de los méritos que actualmente tiene la biblioteca: es el e servir de apoyo a las funciones de investigación.
Las bibliografías constituyen un instrumento valioso para el investigador, ya que le orientan para ubicarse dentro del tema, así como para valorar la originalidad de su trabajo. Todo ello redundará en una mejor aportación a su disciplina. Las bibliografías dividen las fuentes de conocimiento de acuerdo con un sistema general de las ciencias. Uno de los sistemas más útiles es la clasificación decimal, que presenta innumerables ventajas sobre los demás.
Las bibliografías pueden ser de tres tipos: descriptivas, analíticas o críticas. Las primeras proporcionan los elementos externos de la obra, sus características formales; las segundas brindan los elementos del contenido de la obra; y las terceras son las que, además de los datos proporcionados por las anteriores bibliografías, facilitan una apreciación reflexiva del alcance de las obras.
Otro criterio de clasificación de las bibliografías es el que toma en cuenta el sector del conocimiento al cual se refiere, y así tenemos bibliografías generales y especializadas. Las primeras se refieren, sin distinción, a todo tipo de obra; las segundas, en cambio, señalan las obras referentes a una ciencia o campo del conocimiento. Tanto las bibliografías generales como las especializadas pueden ser de carácter nacional o internacional.