Respaldo de material de tanatología

EL LENGUAJE DEL ADIÓS – Melody Beattie (Libro)

Aviso: Sepan disculpar los baches de redacción que aparecen en algunos capítulos(días), la única versión del libro que se consigue en formato digital viene con tales errores.

Enero 1
El Año Nuevo
Fija tus metas de Año Nuevo. Escarba dentro de ti y descubre lo que
te gustaría que pasara en este año en tu vida. Esto te ayudará a
hacer tu parte. Es una afirmación de que estás interesado en vivir
plenamente la vida en este año que apenas empieza.
Las metas nos fijan una dirección. Ponen en juego una fuerza
poderosa a un nivel universal, consciente y subconsciente.
Las metas le dan dirección a nuestra vida.
¿Qué te gustaría que ocurriera este año en tu vida? ¿Qué quisieras
hacer y qué quisieras lograr? ¿Qué bien quisieras atraer a tu vida?
¿En cuáles áreas particulares de crecimiento interior te gustaría
avanzar? ¿De cuáles obstáculos, o defectos de carácter, te gustaría
deshacerte?
¿Qué quieres lograr? ¿Pequeñas y grandes cosas? ¿A dónde quisieras
ir? ¿Qué te gustaría que te sucediera en el renglón de la amistad y
del amor? ¿Qué te gustaría que sucediera en tu vida familiar?
Recuerda: con nuestras metas no estamos controlando a los demás,
estamos tratando de darle una dirección a nuestra vida.
¿Qué problemas te gustaría ver resueltos? ¿Qué decisiones quisieras
tomar? ¿Qué te gustaría que pasara en tu trabajo?
¿Qué te gustaría que pasara en tu interior y a tu alrededor?
Escríbelo. Toma una hoja de papel, dedica unas cuantas horas de tu
tiempo y escríbelo todo, como una afirmación de ti mismo, de tu vida
y de tu capacidad para elegir. Luego, déjalo ir.
Ciertamente ocurren cosas que están fuera de nuestro control. A
veces, esos eventos son gratas sorpresas; otras, de naturaleza
distinta. Sin embargo, todos ellos forman parte del capítulo en el
que este año se convertirá tu vida y que añadirán una página más a
tu historia.
El año nuevo está frente a nosotros, como un capítulo de un libro,
esperando ser escrito. Podemos ayudar a escribir esa historia
fijando nuestras metas.

Hoy recordaré que hay una poderosa fuerza motivadora en el hecho de
escribir metas. Haré eso ahora mismo, para este año que empieza, y
de manera regular conforme lo vaya necesitando. No lo haré para
controlar, sino como mi contribución para vivir mi vida.

Enero 2
Límites sanos
Los límites son vitales para la recuperación. Tener y fijar límites
sanos es importante en todas las fases de la recuperación: en el
aumento de la autoestima, en el manejo de sentimientos y en el
aprender a amarnos y valorarnos realmente.
Los límites surgen desde lo profundo de nuestro ser. Tienen relación
con el cese de los sentimientos de culpa y de vergüenza, y con el
cambio de nuestra creencia respecto de lo que merecemos. A medida
que se clarifican nuestros pensamientos acerca de todo esto, sucede
lo mismo con nuestros límites.
Los límites también están conectados a un Tiempo Superior al
nuestro. Fijaremos un límite sólo cuando estemos listos para
hacerlo, ni un momento antes. Lo mismo harán los demás.
Hay algo mágico acerca de alcanzar el punto en que uno está listo para fijar un límite. Sabemos que hablamos en serio; los demás

Más allá de la codependencia.
¿Qué necesitamos hacer para cuidar de nosotros mismos?
Escuchar la voz interior. ¿Qué te hace enojar? ¿De qué estás harto?
¿En qué no confías? ¿Qué no te parece bien? ¿Qué no puedes soportar?
¿Qué te pone incómodo? ¿Qué quieres? ¿Qué necesitas? ¿Qué no quieres
ni necesitas? ¿Qué te gusta? ¿Qué te hace sentir bien?
En la recuperación aprendemos que cuidar de uno mismo nos conduce al
sendero de la voluntad de Dios y al plan que Ã?l tiene para nuestra
vida. El cuidar de uno mismo nunca nos aparta de lo que es nuestro
mayor beneficio; nos conduce a ello.
Aprende a cultivar esa voz interior. Podemos confiar en nosotros
mismos y cuidar de nosotros mismos. Somos más sabios de lo que
pensamos. Nuestra guía es interior y siempre está presente. Escucha
esa guía, confía en ella y cultívala.

Hoy afirmaré que soy un regalo para mí mismo y para el Universo.
Recordare que el amoroso cuidado de uno mismo hace posible ese
regalo en su forma más superior.

Enero 4
Desliguémonos de los asuntos familiares
Podemos pintar una raya sana, un límite saludable, entre nosotros y
nuestra familia nuclear, es decir, nos podemos desligar de sus
asuntos.
Es posible que algún familiar nuestro sea adicto al alcohol o a
alguna otra droga y que aún no esté en recuperación de su adicción.
También puede ser que tengamos familiares con rasgos codependientes
no resueltos. Esos parientes pueden ser adictos a la desgracia, al
dolor, al sufrimiento, al martirio y a la victimización.
Otros familiares también pueden presentar aspectos de abuso o de
familia de origen no resueltos.
Podemos tener parientes adictos al trabajo, a la comida o al sexo.
En nuestra familia puede haber una estrecha comunicación o, por el
contrario, ser una familia disfuncional en la cual los miembros
tienen escaso contacto.
Podemos ser como nuestra familia. Podemos amar a nuestra familia.
Sin embargo hay que recordar que somos seres humanos individuales
con derechos y asuntos personales. Uno de nuestros principales
derechos es el de empezar a sentirnos mejor y entrar en
recuperación, independientemente de que nuestros parientes elijan
hacer lo mismo o no.
No tenemos que sentirnos culpables por descubrir la felicidad y una
vida que funciona. No tenemos que hacer nuestros los asuntos de la
familia para demostrarle nuestra lealtad y nuestro amor.
A menudo, cuando empezamos a cuidar de nosotros mismos, nuestros
parientes responden con intentos abiertos y encubiertos para
hacernos caer dentro del viejo sistema y los antiguos roles. No
tenemos por qué hacerlo. Sus intentos por hacernos sucumbir son
asunto de ellos. El hecho de que cuidemos de nosotros mismos y nos
curemos no quiere decir que no los amemos. Lo que quiere decir es
que estamos solucionando nuestros problemas.
No tenemos que juzgarlos porque tengan asuntos sin resolver, ni
tenemos por qué permitirles que nos hagan lo que quieran simplemente
porque son nuestros parientes.
Ahora somos libres, libres para cuidar de nosotros mismos con todos y
con nuestros familiares. Nuestra libertad comienza cuando dejemos de
negar sus problemas y, en forma adecuada pero asertiva, se los
devolvemos para, de esa forma, solucionar nuestros propios
problemas.

Hoy me apartaré de mis parientes. Soy un ser humano individual,
aunque pertenezca a una unidad llamada familia. Tengo derecho a
solucionar mis propios problemas y a crecer; mis familiares tienen

Dios está ahí, siempre listo para ayudar. También hay mucha gente que se preocupa por nosotros. Si así lo queremos, recibiremos amor y apoyo, consuelo y cuidados. Si nos arriesgamos a pedirla, la ayuda está ahí. Podemos recurrir a la fuerza de nuestro grupo de recuperación y permitir que nuestro Poder Superior nos apoye y nos ayude. Los amigos vendrán, buenos amigos.
No estamos solos. Y no tenemos que hacerlo todo solos. No estamos haciendo las cosas solos. No hay escasez de amor. Ya no la hay. Hoy, Dios mío, ayúdame a abandonar mi necesidad de hacer todo solo y mi creencia de que estoy solo. Ayúdame a recurrir a Tu Divino Poder y Presencia, y a Tus recursos de amor, de apoyo y de amistad. Abre mis ojos y mi corazón para que pueda ver el amor, la ayuda y el apoyo que hay para mí. Ayúdame a saber que soy amado.

Enero 6
Relaciones
Si estamos descontentos sin una relación, probablemente lo estaremos
también teniéndola. Una relación no hace que comience nuestra vida,
una relación no se convierte en nuestra vida. Una relación es la
continuación de la vida.
Más allá de la codependencia.
Las relaciones son la bendición y la ruina de la recuperación. En
ellas mostramos dónde estamos en el camino de la recuperación.
A diario nos enfrentamos a la tarea de funcionar dentro de varias
relaciones. A veces, elegimos esas relaciones; otras, no. La única
opción que generalmente tenemos en nuestras relaciones es la que
concierne, nuestra conducta. En la recuperación de la codependencia,
nuestra meta es comportarnos de manera que demostremos
responsabilidad para con nosotros mismos.
Estamos aprendiendo a reconocer nuestro poder para cuidar de
nosotros mismos en nuestras relaciones y a tener intimidad con la
gente cuando esto sea posible.
¿Necesitamos apartarnos de alguien a quien hemos estado tratando de
controlar? ¿Hay alguien con quien necesitamos hablar, aunque lo que
tengamos que decirle resulte incómodo? ¿Hay alguien a quien hayamos
estado evitando porque nos da miedo cuidar de nosotros mismos con esa
persona? ¿Necesitamos reparar un daño? ¿Hay alguien con quien
necesitemos ponernos en contacto, o a quien demostrarle nuestro
amor?
La recuperación no se lleva a cabo fuera de nuestras relaciones,
si no aprendemos a manejar nuestro propio poder y a cuidar de
nosotros mismos dentro de nuestras relaciones.
Hoy participaré en mis relaciones al máximo de mi capacidad. Estaré
dispuesto a tener intimidad y a compartir con la gente en la que
confío. Pediré lo que necesito y daré lo que me parezca adecuado.

Enero 7
El manejo de los sentimientos dolorosos
El sentimiento de haber sido lastimados y el de ira son los más
difíciles de encarar. Nos podemos sentir vulnerables, asustados e
impotentes cuando estos sentimientos comienzan a aflorar, porque
pueden disparar el recuerdo de ocasiones similares en que nos
sentiamos impotentes.
A veces, para recuperar el sentido de control, quizá castiguemos a
la gente que está a nuestro alrededor, ya sea que los culpemos de
esos sentimientos o que sean víctimas inocentes. Quizá tratemos de
â?? desquitarnosâ? o de manipular a espaldas de la gente para ganar la
sensación de poder sobre la situación.
Estas acciones quizá nos den un sentimiento temporal de

empezar compartiendo con otros nuestro dolor de sentirnos lastimados. Esto trae un alivio y a menudo la curación tanto para ellos como para nosotros.
Con el tiempo aprenderemos la lección de que la verdadera fuerza proviene de que nos permitamos a nosotros mismos ser lo bastante vulnerables como para sentir el dolor. La verdadera fuerza proviene de saber que podemos cuidar de nosotros mismos, aunque sintamos dolor emocional. La verdadera fuerza nos viene cuando dejamos de hacer responsables a los demás de nuestro dolor y asumimos la responsabilidad de nuestros propios sentimientos. Hoy me someteré a mis sentimientos, incluso a los que son emocionalmente dolorosos. En vez de actuar con urgencia, o de intentar castigar a alguien, seré lo bastante vulnerable para experimentar mis sentimientos.

Enero 8
Vulnerabilidad
Algunos de nosotros hemos tomado la decisión de que nadie nos iba a
volver a lastimar. Podemos recurrir automáticamente al
â?? congelamiento de sentimientosâ? cuando encaramos dolor emocional. O
bien, podemos terminar una relación en cuanto nos sentimos heridos.
Que a veces nos hieran es parte de la vida, de las relaciones y de
la recuperación.
Es comprensible que no queramos sentir más dolor. Muchos ya hemos
tenido más que suficiente. De hecho, en alguna época de nuestra vida
quizá nos hayamos visto agobiados, extenuados o nos hayamos detenido
en nuestro camino por el profundo dolor que sentíamos. Quizá no
hayamos tenido los recursos para lidiar con nuestro dolor o cuidar
de nosotros mismos.
Pero eso fue ayer. Hoy no tenemos por qué temerle tanto al dolor.
Este no tiene por qué agobiarnos. Nos estamos volviendo bastante
fuertes para manejar nuestros sentimientos cuando nos sentimos
lastimados. Tampoco tenemos que convertirnos en mártires, diciendo
que el sufrimiento y el dolor es lo único que existe en la vida.
Lo único que necesitamos es que cuando sea apropiado, nos permitamos
sentirnos vulnerables para sentirnos heridos y tomemos responsabilidad
de nuestros sentimientos, de nuestras conductas y de lo que
necesitemos hacer para cuidar de nosotros mismos. No tenemos que
analizar nuestros sentimientos ni justificarlos. Necesitamos
sentirlos y no dejar que controlen nuestra conducta.
Quizá nuestro dolor nos esté mostrando que necesitamos fijar un
límite, que estamos yendo en dirección equivocada o quizá esté
disparando un profundo proceso curativo.
Está bien sentirnos heridos, llorar, curarnos, experimentar el
siguiente sentimiento, pero sólo cuando sea tiempo para ello.
Nuestra disposición y capacidad para sentirnos lastimados con el
tiempo igualarán nuestra disposición y capacidad para sentir
alegría.
Estar en recuperación no significa ser inmune al dolor; significa
aprender a cuidar amorosamente de nosotros mismos cuando nos
sintamos dolidos.
Hoy no me lanzaré en contra de los que me causan dolor. Sentiré mis
emociones y asumiré la responsabilidad de ellas. Aceptaré el hecho
de sentirme herido como parte del tener relaciones. Estoy dispuesto
a rendirme tanto al dolor como a las alegrías de la vida.

Enero 9
Responsables de nosotros mismos
Hemos estado haciendo cosas equivocadas por razones correctas. Ya no seas codependiente.

Ser cuidador no funciona. Lastima a los demás y también nos hiere.
La gente se enoja, se siente lastimada, usada y victimada, y
nosotros también.
La conducta más amable y generosa que podemos elegir es la de asumir
la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos, por lo que
pensamos, sentimos, queremos y necesitamos. Lo más beneficioso que
podemos hacer es ser fieles a nosotros mismos y dejar que los demás
asuman su propia responsabilidad.
Hoy le pondré atención a mis propias responsabilidades. Dejaré que
los demás hagan lo mismo. Si tengo dudas acerca de cuales son mis
responsabilidades reales, haré un inventario.

Enero 10
Miedo
No seas demasiado tímido y escrupuloso acerca de tus actos. La vida
entera es un experimento. Cuantos más experimentos hagas, mejor. ¿Qué
importa si éstos son un tanto burdos y te empapas o te rasgas la
ropa, o si fracasas y te revuelcas en la tierra una o dos veces? Te
levantas de nuevo; nunca debes tenerle tanto miedo a una caída.
Ralph Waldo Emerson.
El miedo puede ser un gran obstáculo para muchos de nosotros: miedo
a la fragilidad, miedo al fracaso, miedo a cometer un error, miedo
al qué dirán, miedo al éxito. Quizá dudemos tanto de nuestra
siguiente acción o palabra que acabemos convenciéndonos de no
participar en la vida.
â?? ¡Pero ya fracasé antes!â? â?? ¡No puedo hacerlo bien!â? â?? ¡Mira lo que me
pasó la última vez!â? â?? ¿Qué pasaría si…?â? Estas afirmaciones pueden
ser un disfraz del miedo. A veces, el miedo es el disfraz de la
vergüenza.
Después de que terminé los primeros dos capítulos de un libro que
estaba escribiendo, los leí e hice una mueca. â?? No están bienâ? ,
pensé. â?? No puedo hacerloâ? . Estaba lista para tirar los capítulos por
la ventana y tirar también mi carrera como autora.
Una amiga escritora me llamó y le conté mi problema. Ella me escuchó
y me dijo: â?? Esos capítulos están bien. Deja ese miedo. Deja de
criticarte a ti misma y sigue escribiendo� .
Seguí su consejo. El libro que estuve a punto de tirar a la basura
se convirtió en un éxito de ventas del New York Times.
Relájate. Nuestro mejor esfuerzo es suficientemente bueno. Puede ser
mejor de lo que pensamos. Incluso nuestros fracasos pueden
convertirse en importantes experiencias de aprendizaje que nos
lleven directamente al éxito, y que sean necesarias para él.
Siente el miedo y luego déjalo ir. Decídete y hazlo, sea lo que sea.
Si nuestros instintos y nuestro sendero nos han traído hasta aquí,
aquí es donde debemos estar.
Hoy participare en la vida al máximo de mi capacidad, sin importarme
el resultado. Eso me hace ser un ganador.

Enero 11
Deja ir el sentimiento de culpa
â?? Hay un buen truco que usan las personas que tienen una relación disfuncionalâ? , dijo una mujer en recuperación. â?? El otro hace algo mal o algo equivocado y luego se queda allí parado hasta que te sientes culpable y terminas ofreciendo disculpas.â? Muchas veces, las cosas por las que nos sentimos culpables no son asunto nuestro. Cuando alguna persona se comporta en forma incorrecta, de alguna manera está violando nuestros límites. Si nos oponemos a esa conducta, la persona se enoja y se pone a la defensiva. Entonces, nosotros nos sentimos culpables.

Hoy dejaré ir mis pequeños y mis grandes sentimientos de culpa. La
luz y el amor están de mi lado.

Enero 12
Encuentra el equilibrio
La meta de la recuperación es el equilibrio; ese precioso punto
medio.
Muchos de nosotros hemos ido de un extremo al otro: años de cuidar
de todos menos de nosotros mismos, seguidos de una temporada en que
nos negamos a concentrarnos en las necesidades de nadie, más que en
las nuestras.
Tal vez pasamos años negándonos a identificar nuestros sentimientos,
a sentirlos y a manejarlos, seguidos de un periodo de obsesión
absoluta con toda huella de energía emocional que pasara por nuestro
cuerpo.
Podemos sucumbir a la impotencia, al desamparo y a la victimización,
y luego ir al otro extremo blandiendo con agresividad el poder sobre
los que nos rodean.
Podemos aprender a dar a los demás al mismo tiempo que asumimos la
responsabilidad para con nosotros mismos, a cuidar nuestros
sentimientos, así como nuestras necesidades físicas, mentales y
espirituales, y a alimentar la callada confianza que nos da el
apropiarnos de nuestra fuerza para comportarnos de igual a igual en
nuestras relaciones con los demás.
La meta de la recuperación es el equilibrio, pero a veces llegamos
a él yéndonos a los extremos.
Hoy seré amable conmigo mismo, comprendiendo que a veces, para
alcanzar el justo medio del equilibrio, necesito explorar las cimas
y los valles. A veces, la única manera que tengo de salir de un
valle es brincar lo suficientemente alto para aterrizar en la cima y
luego, lentamente, deslizarme hacia abajo.

Enero 13
Experimenta sentimientos positivos
Cuando en la recuperación hablamos de los sentimientos, a menudo nos
concentramos en el trío problemático: el dolor emocional, el miedo y
la ira. Pero en el reino emocional hay también otros sentimientos:
felicidad, alegría, paz, contento, amor, cercanía, emoción.
Está bien que nos permitamos sentir los sentimientos placenteros.
No tenemos que preocuparnos cuando experimentamos sentimientos
positivos; no tenemos por qué asustarnos y dejarlo ir; no tenemos
que sabotear nuestra felicidad. A veces lo hacemos para irnos al
terreno, menos feliz, que nos es familiar.
Es bueno sentirnos bien. No tenemos que analizar, juzgar o
justificar. No tenemos que deprimirnos ni dejar que otros nos
depriman, inyectándonos negatividad.
Podemos permitirnos sentirnos bien.
Hoy me recordaré a mí mismo que tengo derecho a sentirme tan bien
como pueda. Puedo experimentar muchos momentos de bienestar; puedo
encontrar un punto de equilibrio en el que me sienta contento, en
paz y bien.

Enero 14
Acepta la ira.
La ira es uno de los efectos más profundos que tiene la vida sobre
nosotros. Es una de nuestras emociones. Cuando se cruce en nuestro camino,
vamos a sentirla, a menos que la reprimamos.
Ya no seas codependiente.
Hoy me permitiré sentir ira, si necesito hacerlo. Puedo sentir mis
emociones y liberarlas constructivamente, incluyendo la ira. Sentiré
gratitud por la ira que sienta y por las cosas que ésta está
tratando de mostrarme. Puedo sentir y aceptar todas mis emociones
sin vergüenza y asumir la responsabilidad de mis actos.

Enero 15
Sabemos defendernos solos
Aprendemos que algunas conductas tienen consecuencias que van en
nuestro propio perjuicio, mientras que otras tienen el efecto
contrario. Aprendemos que tenemos alternativas.
Más allá de la codependencia.
Es tan fácil defender a los demás. Qué claro nos resulta cuando los
demás están siendo usados, controlados, manipulados o se está
abusando de ellos. Es tan fácil pelear por ellos, indignarnos
justamente, correr en su ayuda y animarlos para lograr la
victoria.
â?? Tienes derechosâ? , les decimos. â?? Y esos derechos están siendo
violados. Defiéndete a ti mismo, sin sentimientos de culpaâ? .
¿Por qué es tan difícil, entonces, defenderemos a nosotros mismos?
¿Por qué no podemos ver cuando se nos está usando, victimando,
mintiendo, manipulando o violando de alguna manera? ¿Por qué nos
resulta tan difícil defendernos solos?
Hay ocasiones en la vida en que transitamos por un sendero amable y
amoroso. Sin embargo, en otras necesitamos defendernos solos, cuando
el sendero amable y amoroso nos pone en manos, de aquellos que
pueden maltratarnos.
Algunos días, la lección que estamos aprendiendo y practicando es la
de fijar límites. Otros, la lección que estamos aprendiendo es
luchar por nosotros mismos y por nuestros derechos.
A veces, la lección no acabará hasta que lo hagamos.
Hoy defenderé mi propia causa.
Recordaré que está bien que me defienda sólo cuando esa acción sea
la adecuada. Dios mío, ayúdame a defenderme solo, en forma apropiada
y con confianza.

Enero 16
La oración
De hecho, la oración es la única acción real en el más amplio
sentido de la palabra, porque es lo único que cambia nuestro
carácter. Un cambio de carácter, o un cambio en el alma, es un
cambio verdadero.
Emmet Fox, El sermón de la montaña
Erica Jong ha dicho que somos seres espirituales, que somos humanos.
La plegaria y la meditación son formas que tenemos para cuidar de
nuestro espíritu, son disciplinas que se sugieren en el Paso Once de
los programas de recuperación de Doce Pasos: Al-Anón, Alcohólicos
Anónimos, y otros.
La oración y la meditación no necesariamente están conectadas con
las religiones organizadas, son una forma para mejorar nuestra
relación personal con un Poder Superior para beneficio de nosotros
mismos, de nuestra vida y de nuestro crecimiento interior. Por medio
de la oración nos conectamos con Dios. No oramos porque tengamos que
hacerlo, sino porque queremos hacerlo. Así es como vinculamos
nuestra alma con nuestro Origen.
Estamos aprendiendo a cuidar nuestras emociones, nuestra mente y
nuestras necesidades físicas. Estamos aprendiendo a cambiar nuestras
conductas, pero también a cuidar de nuestro espíritu, de nuestra
alma, porque ahí es donde empieza todo cambio verdadero.

que decidimos usar en forma consciente.
Actuar â?? como siâ? puede ser útil cuando un sentimiento empieza a
controlarnos. Tomamos conscientemente la decisión de actuar como si
nos sintiéramos bien y fuéramos a estar bien.
Cuando un problema nos agobia, actuar â?? como siâ? nos puede ayudar a
salir del atolladero. Actuamos como si el problema ya fuera a
resolverse o ya estuviera resuelto, para que podamos seguir con
nuestra vida.
A menudo, actuamos como si ya sintiéramos desapego.
Existen muchas áreas en las cuales el actuar â?? como siâ? â??combinado
esto con otros principios de recuperación- sienta las bases para la
realidad que deseamos. Actuamos como si nos amáramos a nosotros
mismos, hasta que en realidad empezamos a cuidar de nosotros mismos.
Actuamos como si tuviéramos derecho a decir â?? noâ? , hasta que creemos
que, efectivamente, lo tenemos.
No aparentamos que tenemos dinero suficiente para cubrir un cheque.
No pretendemos que un alcohólico no está bebiendo. Usamos la
conducta de actuar â?? como siâ? como parte de nuestra recuperación,
para sentar las bases para nuevas conductas. Nos forzamos a
experimentar conductas positivas de recuperación, haciendo caso
omiso de nuestras dudas y temores, hasta que nuestros sentimientos
se emparejen con la realidad.
Actuar â?? como siâ? es una manera positiva de superar miedos, dudas y
una baja autoestima. No tenemos que mentir, no tenemos que ser
deshonestos con nosotros mismos. Nos abrimos a las posibilidades
positivas del futuro, en vez de limitar el futuro con los
sentimientos y las circunstancias de hoy.
Actuar â?? como siâ? nos ayuda a atravesar las arenas movedizas y a
trasladarnos a un terreno firme.
Dios mío, muéstrame las áreas donde el actuar â?? como siâ? me podría
ayudar a sentar las bases de la realidad que yo deseo. Guíame al
usar esta poderosa herramienta de recuperación para ayudarme a crear
una vida mejor y relaciones más sanas.

Enero 18
Gratitud
En la vida, a veces las cosas pasan demasiado rápido. Apenas hemos
resuelto un problema cuando surgen otros dos. Nos sentíamos muy bien
por la mañana, pero por la tarde estamos hundidos en la aflicción.
Todos los días nos enfrentamos con interrupciones, demoras, cambios y
retos. Encaramos conflictos de personalidad y decepciones. A menudo,
cuando nos sentimos agobiados, no podemos ver las lecciones que
encierran esas experiencias.
Un concepto sencillo nos puede hacer superar hasta las temporadas
más difíciles. Se llama gratitud. Aprendemos a decir gracias a estos
problemas y sentimientos. Gracias por la manera como se presentan
las cosas. No me gusta esta experiencia, pero gracias de todas
maneras.
Oblígate a la gratitud hasta que ésta se haga algo habitual en ti.
La gratitud nos ayuda a dejar de tratar de controlar los resultados.
Es la llave que abre la energía positiva en nuestra vida. Es la
alquimia que convierte a los problemas en bendiciones, y en regalos
lo inesperado.
Hoy tendré gratitud. Empezaré el proceso de convertir la pena de hoy
en la alegría de mañana.

Enero 19
Apoderarnos de nuestra fuerza
Hay un sentimiento al que le tenemos que prestar una particular
como es su derecho, y nosotros nos estamos sintiendo víctimas porque estamos intentando controlar su proceso o, de manera irracional, estamos esperando que ellos cuiden de nosotros. Nos podemos sentir victimados si nos quedamos atascados en una creencia codependiente, tal como ….Los demás me hacen sentir…. Los demás tienen la llave de mi felicidad y mi destino…. o, no podré ser feliz a menos que otro se comporte de determinada manera, o de que sucedan ciertas
cosas
Otras veces, apoderarnos de nuestra fuerza significa que nos damos
cuenta de que estamos siendo victimados por la conducta de otra
persona. Están siendo invadidos nuestros límites. Es ese caso,
indagamos qué necesitamos hacer para cuidar de nosotros mismos e
impedir que continúe la victimación; necesitamos fijar límites.
A veces, lo único que se requiere es un cambio de actitud. No somos
víctimas.
Luchamos por sentir compasión hacia la persona que nos victimó, pero
comprendemos que a menudo la compasión viene después, cuando nos
hayamos despojado de nuestro papel de víctimas en cuerpo, mente y
espíritu. También entendemos que sentir demasiada compasión puede
volver a ponernos de inmediato en el cajón de las víctimas. Sentir
demasiada lástima por una persona que nos está victimando puede
establecer una situación donde la persona nos pueda convertir de
nuevo en su víctima.
No tratamos de forzar consecuencias ni crisis sobre otra persona,
pero tampoco la rescatamos de las consecuencias lógicas de su
conducta. Si hay un papel que tengamos la responsabilidad de jugar
para que se den esas consecuencias, lo desempeñamos, no para
controlar ni para castigar, sino para ser responsables con nosotros
mismos y con los demás.
Tratamos de descubrir qué podemos estar haciendo que nos hace sentir
victimados, o qué papel estamos jugando dentro de un sistema, y
dejamos, también, de hacerlo. No tenemos poder sobre los demás ni
sobre su conducta, pero podemos apropiarnos de nuestra fuerza y
apartarnos de ser víctimas.
Hoy asumiré la responsabilidad de ser yo mismo y de demostrárselo a
los demás al no permitir que se me victime. No puedo controlar los
acontecimientos, pero sí puedo controlar mi actitud al ser
victimado. No soy una víctima; no merezco ser victimado.

Enero 20
Nuevos comienzos
Los resentimientos son los bloques que nos impiden amarnos a
nosotros mismos y a los demás. Los resentimientos no castigan a la
otra persona, nos castigan a nosotros mismos. Se vuelven barreras que
no nos dejan sentirnos bien y disfrutar de la vida. Nos impiden
estar en armonía con el mundo. Los resentimientos son trozos de ira
endurecidos, que sólo se desbaratan y se disuelven con el perdón y
el olvido.
Deja ir los resentimientos no significa que le permitamos a la otra
persona hacer lo que quiera. Significa aceptar lo que ocurrió en el
pasado y fijar límites para el futuro ¡Podemos dejar ir los
resentimientos y, aun así, tener límites!
Tratamos de ver la parte buena de la persona, o el bien que por fín
se derivó de algún incidente que nos causó resentimiento. Tratamos
de ver nuestra parte en ello.
Luego, nos olvidamos del incidente.
Es de gran ayuda rezar por quienes nos sentimos resentidos. Pedirle
a Dios que tome nuestros resentimientos también ayuda.
Qué mejor manera de empezar un año nuevo que borrando el pizarrón
del pasado y empezarlo libres de resentimientos.
Poder Superior, ayúdame a estar listo para despojarme de mis

otros quieren y necesitan, y aplicar esa habilidad a nosotros
mismos.
¿Qué es lo que parece que queremos y necesitamos?
¿Qué creemos que nos ayudaría a sentirnos mejor? ¿Qué nos están
diciendo nuestros sentimientos? ¿Nuestro cuerpo? ¿Nuestra mente?
¿Nuestra intuición?
Si nos lo preguntamos, y luego escuchamos con cuidado, oiremos la
respuesta.
Somos más listos de lo que pensamos, y somos personas en quienes se
puede confiar.
Lo que queremos y necesitamos cuenta. Es importante y válido. Está
bien que aprendamos a participar en la satisfacción de nuestras
necesidades.
Podemos aprender a identificar lo que queremos y necesitamos y a ser
pacientes con nosotros mismos mientras estamos aprendiendo.
Hoy pondré atención a lo que quiero y necesito. No me subestimaré.

Enero 22
Aprecia tu pasado
Es fácil ser negativos acerca de nuestros errores e infelicidad
pasados. Pero es mucho más sano que nos veamos a nosotros mismos y a
nuestro pasado a la luz de la experiencia, de la aceptación y del
crecimiento interior. Nuestro pasado es una serie de lecciones que
nos hace avanzar a niveles más altos de vivir y de amar.
Las relaciones que establecimos, en las que permanecimos, o que
dimos por terminadas, nos enseñaron lecciones que eran necesarias.
Algunos hemos surgido de las más dolorosas circunstancias con
grandes conocimientos acerca de quiénes somos y qué queremos.
¿Nuestros errores? Necesarios. ¿Nuestras frustraciones, fracasos y a
veces nuestros tropiezos con el progreso y el crecimiento interior?
Necesarios también.
En cada paso del camino, aprendimos. Pasamos exactamente por las
experiencias que necesitábamos para convertirnos en lo que somos
hoy. En cada paso del camino, progresamos.
¿Es un error nuestro pasado? No. El único error que podemos cometer
es confundir ese pasado con la verdad.
Hoy, ayúdame Dios mío a alejar los pensamientos negativos que
pudiera estar albergando acerca de mis circunstancias o de mis
relaciones pasadas. Puedo aceptar, con gratitud, todo lo que el
pasado me ha traído al día de hoy.

Enero 23
Con nueva energía
Lo divertido se vuelve divertido, el amor se vuelve amor, la vida se
convierte en algo que vale la pena vivir. Y nos sentimos
agradecidos.
Más allá de la codependencia
Hay una nueva energía, un sentimiento nuevo en nuestra vida. No
podemos basar nuestras expectativas acerca de lo que sentiremos el
día de mañana, o incluso dentro de unas horas, sobre lo que estamos
sintiendo en este momento.
No hay dos momentos iguales en el tiempo. Nos estamos recuperando.
Estamos cambiado. Nuestra vida está cambiando. A veces, las cosas no
han funcionado como nosotros queríamos. Teníamos lecciones que
aprender. El futuro no será como el pasado.
¡No limites el futuro por el pasado!
Reflexiona acerca del principio de tu recuperación. ¿No han
habido muchos cambios que te han traído hasta donde te encuentras
ahora? Reflexiona acerca de lo ocurrido hace un año. ¿No han
otra forma. En vez de ello, confía. Acepta el hoy, pero no te
limites por él.
Viene una nueva energía. Un nuevo sentimiento está en camino. No
podemos predecir cómo será viendo cómo era o cómo es, porque
entonces cuando llegue, será totalmente diferente. No hemos
trabajado ni luchado en vano. Ha sido por algo y para algo.
Los tiempos están cambiando para mejorar. Sigue en el sendero de la
confianza y la obediencia. Permanece abierto a lo nuevo.
Hoy, Dios mío, ayúdame a no juzgar o a limitar mi futuro por lo que
fue mi pasado. Ayúdame a abrirme a todas las emociones posibles de
cambio, tanto dentro de mí como a mi alrededor.

Enero 24
Borra el pizarrón
Uno de los más grandes regalos que podemos dar es el de un corazón abierto, amoroso. Y asirnos a los sentimientos negativos que nos causaron nuestras relaciones del pasado es una barrera para ese regalo.
La mayoría de nosotros tenemos relaciones que han terminado. Cuando examinamos dichas relaciones, necesitamos borrar el pizarrón emocional. ¿Nos estamos asiendo a la ira o a los resentimientos? ¿Nos sentimos víctimas todavía? ¿Seguimos viviendo con las creencias autoderrotistas vinculadas con esas relaciones: No se puede confiar en las mujeres… Los jefes utilizan a la gente… No existe una buena relación?
Aleja todo lo que hoy pueda estar bloqueando tus relaciones. Podemos saber, con gran certeza, que los viejos sentimientos y las creencias autoderrotistas nos impedirán dar y recibir el amor que deseamos. Podemos borrar el pizarrón del pasado. Este proceso comienza con la toma de conciencia, con la honestidad, con una actitud abierta. El proceso está completo cuando alcanzamos un estado de aceptación y de paz hacia nuestro pasado.
Hoy comenzaré el proceso de alejar todos los sentimientos y creencias autoderrotistas vinculados a relaciones pasadas. Borraré mi pizarrón para poder estar libre para amar y ser amado.

Enero 25
El Paso Uno
Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas
se habían vuelto ingobernables.
Paso Uno de Al-Anón
Para los codependientes en recuperación, hay muchas versiones
diferentes del Paso Uno. Algunos de nosotros admitimos la impotencia
ante el alcohol o ante el alcoholismo de otra persona. Otros
admitimos la impotencia ante la gente; otros más ante el impacto de
haber crecido dentro de una familia de alcohólicos.
Una de las palabras más significativas del Primer Paso es la palabra
admitimos, así, en plural. Nos hemos reunido porque tenemos un
problema en común, y al reunirnos, encontramos una solución común.
Al ser miembros de algún programa de Doce Pasos, muchos de nosotros
descubrimos que, aunque nos hayamos sentido solos en nuestro dolor,
otros han experimentado un sufrimiento similar. Y ahora muchos se
están uniendo en una recuperación similar.
Admitimos, ¿quiénes? nosotros. Una parte importante de la
recuperación. Una experiencia compartida. Una fuerza que se
comparte, que es más fuerte porque se comparte. Una esperanza
compartida, de una vida y relaciones mejores.
Hoy estaré agradecido por toda esa gente alrededor del mundo que se
llama así misma â?? codependiente en recuperaciónâ? . Me ayuda saber que
cada vez que uno de nosotros dan un paso hacia adelante, empuja al

casi deliberados, y los resultados, predecibles.
Alguien se puede poner frente a nosotros y comentar algo o lanzar un
suspiro acerca de un problema, sabiendo o esperando que esa conducta
nos enganche para que nosotros nos hagamos cargo de él. Eso es
manipulación.
Cuando la gente se ponga frente a nosotros y comente o suspire por
algo, y luego diga tímidamente, â?? Pero no importa, tú no te preocupes
por ello� , eso es un truco. Necesitamos reconocerlo. Estamos a punto
de que nos envuelva si permitimos que esto ocurra.
Podemos aprender a insistir en que la gente nos pida sin cortapisas
lo que quiere y necesita.
¿Cuáles son las palabras, las señales, las miradas, los comentarios,
las claves que nos enganchan en una conducta predecible, a menudo
contraproducente?
¿Qué te hace sentir simpatía por alguien? ¿Qué te hace sentir culpa?
¿Qué te hace sentirte responsable de otro?
Nuestro punto fuerte es que nos preocupemos demasiado por los demás.
Nuestro punto débil es que a menudo subestimamos a la gente con la
que tratamos. Ella sabe lo que está haciendo. Es tiempo de que
abandonemos nuestra ingenua suposición de que la gente no hace lo
que mejor le conviene, y no necesariamente lo que mejor nos conviene
a nosotros.
También debemos observarnos a nosotros mismos. ¿Lanzamos â?? ganchosâ? a
los demás, les lanzamos miradas, comentarios, con la esperanza de
engancharlos? Necesitamos asistir en comportarnos con los demás en
forma honesta y directa, en vez de esperar que vengan en nuestro
rescate.
Si alguien quiere algo de nosotros, insistamos en que esa persona
nos pida las cosas directamente. Pidámonos lo mismo a nosotros
mismos. Si alguien lanza el anzuelo, no tenemos por qué morderlo.
Hoy estaré consciente de las â?? conductas ganchoâ? que me llevan a
convertirme en cuidador de los demás y que me hacen sentir
victimado. Ignoraré los comentarios, las miradas y las palabras que
me enganchan, y esperaré de los demás la conducta directa y honesta
que merezco.

Enero 27
Necesitamos de la gente
Podemos encontrar el equilibrio entre el necesitar demasiado de la
gente y no permitirnos necesitar absolutamente a nadie.
Muchos de nosotros tenemos necesidades de dependencia del pasado que
no han sido satisfechas. Aunque queremos que los demás satisfagan
nuestro deseo de ser amados en forma incondicional, podemos haber
elegido gente que no pueda, o no quiera, ser un apoyo para nosotros.
Algunos de nosotros estamos tan necesitados emocionalmente por el
hecho de no haber sido amados, que ahuyentamos a la gente al
hacerles ver que la necesitamos demasiado.
Otros nos vamos al extremo opuesto. Podemos habernos acostumbrado a
que la gente no nos apoye, de modo que la evitamos. Luchamos contra
nuestros sentimientos de necesidad de los demás volviéndonos
demasiado independientes, no permitiéndonos ya necesitar a nadie.
Algunos de nosotros no dejamos que la gente nos apoye.
Sea como sea, estamos dejando inconcluso un asunto importante. Nos
merecemos otra cosa mejor. Cuando cambiemos, nuestras circunstancias
cambiarán.
Si estamos demasiado necesitados de los demás, respondemos aceptando
esa parte necesitada que tenemos. Nos dejamos curar el dolor de
necesidades pasadas que no se satisficieron. Dejamos de decirnos a
nosotros mismos que no somos dignos de amor porque no nos han amado
de la manera como queríamos y necesitábamos.

Podemos preguntarnos esto acerca de nuestras relaciones, de nuestro
trabajo, de nuestra recuperación, de nuestra vida. Es fácil
enredarnos en pensamientos preocupantes.
El preocuparnos acerca de lo que va a pasar nos impide funcionar hoy
de manera efectiva. Nos impide hacer hoy nuestro mejor esfuerzo. Nos
impide aprender y dominar las lecciones de hoy. Permanecer en el
presente, hacer nuestro mejor esfuerzo y participar plenamente el
día de hoy es todo lo que necesitamos para asegurarnos de que lo
que va a suceder mañana será lo mejor.
Preocuparse acerca de lo que ocurrirá mañana es hacer una
contribución negativa al futuro. Vivir en el aquí y en el ahora es,
con mucho, lo mejor que podemos hacer, no nada más para el hoy, sino
para el mañana. Esto ayuda a nuestras relaciones, a nuestra carrera,
a nuestra recuperación y a nuestra vida.
Las cosas saldrán bien si las dejamos. Si necesitamos concentrarnos
en otro futuro que no sea planear, lo único que necesitamos es
afirmar que éste será bueno.
Rezo pidiendo fe en que mi futuro será bueno si vivo el hoy bien y
en paz. Recordaré que quedarme en el presente es lo mejor que puedo
hacer para mi futuro. Me concentraré en lo que está sucediendo hoy
en vez de en lo que va a ocurrir mañana.

Enero 29
Asiste a las reuniones
Aún me sorprende, después de haber estado años en recuperación, lo
fácil que me resulta convencerme a mí mismo de no asistir a las
reuniones. También me sigue sorprendiendo lo bien que me siento
cando sí voy .
Anónimo.
No tenemos por qué quedarnos atascados en nuestra aflicción y
malestar. Tenemos una alternativa inmediata que nos ayudará a
sentirnos mejor: asistir a una reunión, a un grupo de apoyo de Doce
Pasos.
¿Por qué resistirnos a lo que puede ayudarnos a sentirnos mejor?
¿Por qué quedarnos con nuestra obsesión o depresión cuando asistir a
una reunión -aunque ésta sea una reunión adicional- nos ayudará a
sentirnos mejor?
¿Acaso estamos demasiado ocupados?
Cada semana tiene 168 horas. Destinar una o dos horas a una reunión
puede maximizar nuestro potencial para las otras 166. Si nos
quedamos en nuestro â?? rollo codependienteâ? , fácilmente nos podemos
pasar la mayoría de nuestras horas de vigilia obsesionados,
quedándonos sentados sin hacer nada, echados en la cama sintiéndonos
deprimidos, o satisfaciendo las necesidades de otra gente. No
dedicar esas dos horas a asistir a una reunión puede hacer que
desperdiciemos las otras horas que nos quedan.
¿Demasiado cansado?
No hay nada tan revigorizante como volver a tomar el paso.
Asistir a una reunión puede lograr que lo retomemos.
Hoy me acordaré de asistir a las reuniones de ayuda.

Enero 30
Libertad religiosa
â?? …. un Poder Superior a nosotros mismos….â? â?? Dios, según lo concebimosâ? Estás palabras nos introducen a la espiritualidad en los Doce Pasos. Son las primeras dos referencias a Dios, y en ellas se usan esas palabras por una razón.
Cada uno de nosotros tiene la libertad de definir y de concebir a nuestro Poder Superior -Dios- como quiera.

Enero 31
Pidamos lo que necesitamos
Una noche estaba yo sola, harta y exhausta. Había estado viajando
sin cesar, lejos de mis amigos y de mi familia. Había volado de
regreso a casa esa noche, pero parecía que nadie se había dado
cuenta. La gente estaba acostumbrada a verme en casa.
Ya era tarde y empecé a discutir con Dios.
â?? He estado fuera trabajando duro. Me siento sola. Necesito saber que
alguien me quiere. Tú me has dicho que Te diga lo que necesito, y
esta noche, Dios mío, necesito particularmente la presencia de
energía masculina. Necesito un amigo, alguien en quien yo confíe que
le guste estar conmigo en una forma no sexual. Necesito que me
abracen. Pero, ¿dónde estás?
Me recosté en el sillón y cerré los ojos. Estaba demasiado cansada
para hacer cualquier otra cosa que no fuera dejar ir lo que sentía.
El teléfono sonó unos minutos después. Era un antiguo colega que se
había convertido en mi amigo. â?? Hola, chicaâ? , me dijo. â?? Te oyes muy
cansada y con necesidad de hablar. Quédate exactamente donde estás.
Voy para allá a darte un masaje en los pies. Me parece que eso es
exactamente lo que necesitas� .
Media hora después tocó mi puerta. Trajo una pequeña botella con
aceite y suavemente me dio masaje en los pies, me abrazó, me dijo
cuánto me quería y luego se fue.
Sonreí. Había recibido exactamente lo que había pedido.
Es seguro confiar en Dios.
Hoy recordaré que a Dios le importa lo que yo necesito,
especialmente si me importa a mí.

Auto Diagnóstico para la Codependencia

http://www.adicciones.org/diagnostico/formularios/dx-codependencia.html

1. Usted cree y siente que es responsable por otras personas; por sus sentimientos, pensamientos, accoines, decisiones, deseos, necesidades, bienestar o malestar, incluso por lo que les ocurra en el futuro?

    0 = No se aplica o rara vez
    1 = Ocasionalmente
    2 = Frecuentemente

2. Se siente usted instintivamente impulsado a ayudar a otras personas a resolver sus problemas, aún cuando ellos no le hayan pedido ayuda?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

3. Se encuentra a usted mismo diciendo sí, cuando en realidad querias decir no, haciendo cosas que realmente no desea hacer, haciendo mas que lo que se consideraria una repartición justa del trabajo, o haciendo cosas para otras personas que ellos pueden hacer por ellos mismos y entonces sitiendote resentido y victimizado?

    0 = No se aplica o rara vez
    1 = Ocasionalmente
    2 = Frecuentemente

4. Se siente aburrido, vacío y sin valor, si no existe una crisis en su vida, un problema que resolver, o alguien a quien ayudar?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

5.  Usted cree que alguien es responsable de cuidarlo y de hacerlo feliz?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

6. Usted cree y siente que alguien, o el problema de alguien está controlando su vida?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

7. Es el sentimiento de culpa quien determina sus prioridades?  (Por ejemplo, hace usted lo que quiere hacer y piensa que es bueno para usted, o usted hace lo que piensa que debe hacer para minimizar la culpa y crear autoestima?)

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  =Frecuentemente

8. Se siente usted culpable por lo que piensa y siente y lo niega?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

9. Se preocupa usted por una persona hasta el punto donde pierde sueño y no puede relajarse y disfrutar de la vida?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

10. Piensa usted acerca de otra persona y acerca de sus problemas más de tres veces por día?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

11. Está usted tan preocupado por alguien que se ha deprimido y enfermado físicamente?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

12. Está usted muy tan preocupado por alguien que esta tomando sedantes, o esta ingiriendo alcohol para poder manejar la ansiedad resultante?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

13. Cree usted que no puede ser feliz hasta que otra persona – padre, hijo, amigo, amante o pareja – cambie su conducta?  Esta usted esperando que otra persona cambien para poder ser usted feliz?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

14. Usted abandona su rutina abruptamente y dejas de vivir su vida, poque está muy molesto con alguien?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

15. Usted trata de controlar los eventos y a las personas,  a traves de retirar el afecto, producir sentimientos de culpa, coercionar, amenazar, dar consejos no solicitados, ejercer manipulación, o dominación?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

16. Se siente confundido, desamparado, algunas veces piensa que se volverá loco, a causa de la forma que se ha involucrado en la vida de otra persona?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

17. Le permite usted a alguien que lo abuse fisica o emocionalmente?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

18. Está usted abusando emcional y fisicamente a alguien?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

19. Se siente atacado y defensivo cuando otras personas hablan de usted?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

20. Se siente que tiene que ponerse furioso y gritar para que lo oigan?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

21. Busca usted la aprobación de otras personas por su conducta o decisiones?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

22. Trata de probar que usted es suficientemente bueno para oras personas, pero se olvida de preguntarse si esas personas son suficientemente buenas para usted?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

23. Se siente usted atrapado en las relaciones?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

24. Culpa a otras personas de las circunstancias de su vida?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

25. Usualmente usted no dice lo que siente?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

26. Usted pide lo que necesita de manera indirecta o muchas veces no habla de eso?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

27. Miente para proteger y cubrir a las personas que quiere?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

28. Esta tolerando conductas que usted ha dicho que nunca toleraria?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

29. Lo ha herido alguien tan profundamente que usted ha perdido su fe espiritual?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

30. Alguien lo ha herido tan profundamente que ha estado usted pensando en hacer, y haciendo cosas para castigar y vengarse de esa persona?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

31. Esta la ira de alguien controlando sus acciones? Por ejemplo, que inviertes mucho tiempo y energía pensando y escogiendo la conducta que será la que menos provocará la ira de esa persona?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

32. Tienes sexo con alguien aunque no lo quieras tener?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

33. Tiene usted dificultades para relajarse y divertirse?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

34. Se siente estancado, atrapado y desesperanzado, pero te dices a ti mismo que tu problema no es tan serio como para necesitar ayuda?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

35. Ha hecho el problema de otra persona que usted se separe y se aisle de las cosas y las personas que usted disfruta?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

36. A pensado en el suicidio o ha deseado la muerte como un escape a una relación intolerable?

    0 = No se aplica o rara vez
    1  = Ocasionalmente
    2  = Frecuentemente

Si querés hacerlo visitá: http://www.adicciones.org/diagnostico/formularios/dx-codependencia.html

Otros tests: http://www.adicciones.org/diagnostico/formularios/index.html

Libérate de la Codependencia – Melody Beattie Reseña por Fernando Plaza

Libérate de la Codependencia por Melody Beattie
por Fernando Plaza
Publicado: 11/12/2004 

Resumen:
La codependencia es un modo de satisfacer las necesidades que no satisface las necesidades. La vida del codependiente es una continua obsesión y preocupación por los problemas de otra persona.
La codependencia es un trastorno producto del entorno en el que hemos crecido y en el que nos han educado. La persona que es codependiente sufre por cosas por las que realmente no le corresponde sufrir, monopoliza el sufrimiento ajeno y lo hace suyo, al mismo tiempo que se olvida de sus verdaderos problemas, los propios.                                                                             Para la redacción de este artículo me he apoyado en el magnífico libro de Melody Beattie â??Libérate de la Codependenciaâ?, editado por Sirio (Titulo Original: Codependent No More. Hazelden Foundation) que desde aquí recomiendo. Yo lo he leído varias veces y he trabajado mucho con él, aun así sigo recurriendo a su lectura en momentos difíciles cuando necesito reafirmarme y conseguir esa paz interior que sólo te da el saber que no estas sólo.                                Creo que la idea más importante que es conveniente que nos quede clara es que con algo de esfuerzo por nuestra parte podremos dejarnos de comportar de manera codependiente con lo que conseguiremos que nuestra calidad de vida mejore enormemente (lean bien mis palabras, porque no digo que podamos dejar de serlo).                                                                           La conducta codependiente está enquistada en la sociedad a la que pertenecemos y en nuestro entorno familiar, porque es de ahí de donde nosotros la hemos aprendido y terminado aceptando como un comportamiento correcto. Muchas veces queda enmascarada dentro del â??ser buenas personasâ?, â??un buen hijoâ?, â??una buena madreâ?â?¦ lo cual hace que sigamos estancados en una forma de pensar, sentir y comportarnos que nos hace sufrir inútilmente y que no nos hace ser mejores personas.                                                                                                       Es también importante señalar que la codependencia puede afectar sólo a una parcela de nuestra vida, podemos tener un comportamiento correcto en el trabajo, socialmente o con los amigos, y que sin embargo nuestra faceta codependiente sólo se desate en la vida familiar o en las relaciones de pareja.                                                                                                                         Como dice Melody Beattie â??La codependencia es un modo de satisfacer las necesidades que no satisface las necesidadesâ?. Vivimos dentro de una fantasía, normalmente no reconocida, basada en ideas erróneas como la de que â??podemos cambiar a las personas que nos rodeanâ? y aunque todo nuestro esfuerzo no nos conduzca a nada, nosotros creemos que sí lo hace, que está dando sus frutos y que si no son los suficientes es porque aun nos debemos esforzar más.

La codependencia y el triángulo dramático de Karpman
â??Somos rescatadores, los que lo logramos todo. Somos madrinas o padrinos del mundo entero, como dice Earnie Larsen. No sólo satisfacemos las necesidades de la gente, sino que nos anticipamos a ellas. Arreglamos los asuntos de los demás, les enseñamos, nos afligimos por ellosâ?. Melody Beattie
Por alguna razón en algún momento de nuestra vida asumimos que nuestra obligación o deber era cuidar de los demás, que esa manera de actuar nos ennoblecía y nos confería nuestro valor más intrínseco como personas. Es por eso que podemos malgastar nuestra vida rescatando a las personas que nos rodean.
Rescatar, consiste en hacer cosas por los demás que son perfectamente capaces de hacer por si mismos y que probablemente deberían estar haciendo. En las palabras de Scott Egleston, a quien Melody Beattie cita en su libro:
â??(â?¦) rescatamos cada vez que nos hacemos cargo de las responsabilidades de otro ser humano, de los pensamientos, los sentimientos, las decisiones, la conducta, el crecimiento, el bienestar, los problemas o el destino de otra personaâ?.
Lo paradójico es que una persona equilibrada y emocionalmente estable no aceptará que nadie le rescate, entre otras razones, porque ella misma es perfectamente capaz de identificar y resolver sus problemas. Es por eso que como bien entendió Stephen B. Karpman, terminamos rescatando víctimas, que no sólo aceptan ser rescatadas, sino que refuerzan todos nuestras conductas y comportamientos rescatadores, al menos al principio.

                                     
                               Triángulo Dramático de Stephen B. Kapman

                                     Perseguidor                      Rescatador

       
                                                          Víctima

â??Las víctimas en realidad son capaces de cuidar de sí mismas, aunque ni nosotros ni ellas lo admitimos. Generalmente nuestras víctimas están en una esquina del triángulo, simplemente esperando a que nosotros hagamos el primer movimiento y saltemos dentro del triángulo con ellas.â? Melody Beattie
La codependencia se puede entender como una cierta adicción a las personas, nuestra â??drogaâ? por así decirlo, son las personas que dejan que desempeñemos nuestro role favorito, tanto es así que nosotros pasamos a ser controlados por esa necesidad de reafirmarnos con ese comportamiento. Frecuentemente el codependiente termina enamorándose o quedando estrechamente ligado a una persona alcohólica o con algún otro trastorno compulsivo, lo cual termina por abocarle sin remedio a su destrucción emocional si es que no toma medidas antes.

No se puede cambiar a las personas
Cuidar y rescatar de los demás es una manera de escapar de nuestros problemas. Es una conducta basada en una premisa falsa, ya que no se puede cambiar a las personas. Desde luego que las personas cambian, pero lo hacen cuando ellas quieren, cuando les llega su momento y cuando están preparadas para hacerlo.
El intento de controlar y dirigir el cambio de las personas, nos hace que quedemos a merced de éstas. El controlador pasa a ser controlado. Y si ya de por si es malo ser controlado por alguien aun es peor ser controlado por la enfermedad de una persona, ya sea el alcoholismo, la ludopatía o un desorden de alimentación.Uno de los párrafos que más me impacto del libro de Melody Beattie es el siguiente:
â??A fin de cuentas, los demás hacen lo que quieren hacer. Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo), piensan lo que quieren pensar, hacen las cosas que creen que necesitan hacer y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. El hecho de que ellos no tengan razón y nosotros si, no importa. Tampoco importa que se estén lastimando a si mismos. No importa el hecho de que nosotros podríamos ayudarles si nos escucharan y si colaboraran con nosotros. NO IMPORTA. NO IMPORTA. NO IMPORTA, NO IMPORTA (â?¦) La única persona a la que puedes o podrás cambiar es a ti mismo. La única persona a quien te corresponde controlar eres tú.â?

Esperanza para el codependiente
Llegado un momento, la vida del codependiente se convierte en una pesadilla, en algo inmanejable, en una obsesión y preocupación continúa por los problemas de otra persona, se llega a pensar que estás al borde de la locura. Llegado un momento lo mejor que te puede pasar es que la situación se descontrole, ya que sólo así llegas a ser consciente de tu necesidad de cambiar, de evolucionar… de buscar el camino correcto hacia una vida mucho más plena y feliz que antes.Libros como el de Melody Beattie donde es fácil ver muchos rasgos de tu personalidad y de tu forma codependiente de comportarte son el principio del camino. Posteriormente vendrá lo más duro, dejar de comportarnos como un codependiente, para ellos es necesario que en lugar de echarle la culpa a los demás de lo que nos pasa, llevemos a cabo una autocritica cariñosa a nuestro comportamiento cotidiano, asumír nuestra parte de responsabilidad y tomar la determinación de ayudarnos a nosotros mismos.                                                            Es un proceso lento, con muchas recaidas, porque no hay que olvidar que el comportamiento codependiente en un principio nos hace feliz, nos crea la ilusión de que conseguimos algo. Poco a poco uno se va sintiendo mucho mejor, más equilibrado y más fuerte. Con esfuerzo y empeño se consiguen adquirir los nuevos recursos que nos ayudaran a lidiar con el día a día de una manera más racional, entendiendo el ritmo de la vida, el momento en el que estamos y en el que están los que nos rodean… y lo más importante progresivamente nos conseguimos liberar de la pesada carga que supone intentar cambiar y controlar a las personas que nos rodean o amamos.El libro de Melody Beattie contiene tantas cosas interesantes que es muy difícil encontrar el párrafo con el que cerrar este artículo, en cualquier caso me he decidido por este:
â??Si logro convencer de algo de en este libro, espero que sea que la manera mas segura de volvernos locos es involucrarnos en los asuntos de los demás y que la manera más rápida de volver a estar sanos y felices es atender nuestros propios asuntosâ?. Melody Beattie

De la codependencia a la coparticipación positiva

Quiero ser Libre
De la codependencia a la coparticipación positiva
María Esther B: de Castillo
Elía María B: de Maqueo
Tesha P. de Martínez Baez

Estamos llamados a la libertad.
Esta es nuestra vocación.
Sólo existe una ineludible obligación:
No podemos renunciar a la felicidad,
porque sólo el libre es feliz
y sólo el feliz es libre.
José H. Prado Flores

El concepto de codependencia ha surgido en los últimos años y las teorías acerca de ella proceden, en su mayor parte, de personas que admiten tener esa enfermedad y están en proceso de recuperación.
Para las autoras de Quiero ser Libre, la codependencia es una enfermedad que se mani-fiesta en la incapacidad para lograr participar en forma positiva en una relación. El codependiente es una persona que depende emocional, psicológica, espiritual, física o financieramente de otra persona obviamente enferma, incapacitada o necesitada.
Es demasiado responsable y está demasiado involucrada con las necesidades, deseos, pensamientos y actos de otra persona, y esto afecta todas sus otras relaciones.
La palabra codependiente o coadicto proviene, según el diccionario, de las partículas co: con o necesario, y adicción: esclavitud. Es la persona necesaria para que la esclavitud funcione.
Además, la codependencia no respeta edades, estrato social o sexo. Toca a toda la so-ciedad en una forma o en otra.
Entre los grupos con mayor propensión a volverse codependientes están los cónyuges de los alcohólicos o adictos; los adictos en recuperación, los familiares de personas que trabajan demasiado, familias con algún trauma o en donde se sobreprotege y no se pro-picia la autonomía de los miembros, familiares de alguna persona incapacitada crónica-mente o las familias de un neurótico.
La codependencia proviene en gran parte de la manera como la persona se ve en su rela-ción con el mundo. No tiene referencia externa, se considera sin valor en sí misma, ne-cesita recibir ese valor del exterior y vive tratando que los demás la vean como ella quiere ser vista.
Entre otras características, el texto nos habla de que el codependiente siempre quiere aparecer como “bueno” y llega a creer que controla las percepciones de todos. Su vida se rige por lo que cree que los demás piensan de él y hará cualquier cosa por permane-cer en una relación, por temible que ésta sea, ya que sin esa relación siente que no “tie-ne” nada, que no “es” nada. Consume una gran cantidad de energía en conservar esas relaciones, aunque el costo sea muy alto. Quien sufre esta enfermedad tiene un gran miedo al abandono. Por eso muchas veces busca alguien más necesitado que él a quien cuidar y que no lo abandonará. Tiene una necesidad imperiosa de controlar las situacio-nes, a sí mismo y a los demás. En el fondo, se encuentra el “demonio” de la baja autoes-tima.
Como necesita de la aceptación de los demás, desarrolla un “sí mismo falso”, el cual se siente a disgusto, perturbado y sin autenticidad.
Ese “sí mismo falso” o codependiente es como una máscara: es envidioso, crítico y cul-pa a todos. Es perfeccionista y egoísta. Se obliga a ser lo que piensa que los demás quie-ren que sea. Es conformista. Da el amor con condiciones. Cubre, esconde y niega los sentimientos. No sabe lo que siente, es a veces pasivo y a veces agresivo; parece pode-roso y fuerte, pero en realidad no lo es. Tiende a aislarse y siempre quiere tener el con-trol. No se rinde. Bloquea la información que le llega del inconsciente. La mayoría del tiempo, cuando actúa ese “sí mismo falso”, se siente vacío, a disgusto, como aletargado. No se siente real, completo, integrado, sano. Siente que algo está mal. Pero cree que así debe ser, que eso es lo normal. Ese “sí mismo falso” puede ser destructivo para el propio ser, para otros y para las relaciones íntimas. Es como una espada de dos filos que sirve a diferentes propósitos, entre ellos el de protegerse de las heridas y del rechazo.
CODEPENDENCIA Y RELACIONES DE GÃ?NERO
En Quiero ser libre se explica: “Una de las aseveraciones más aceptadas en la sociedad y que destruye tanto la verdadera libertad del hombre y de la mujer, es que las mujeres han nacido y deben ser enseñadas a complacer en todo a su esposo, no importa que sean tratadas injustamente por él y cuánta enfermedad y sufrimiento traiga a la mujer y a los hijos esa sumisión equivocada. “Madonna Kolbenschlag, una autoridad en la filosofía social, en su libro Kiss Sleeping Beauty Good-Bye, explica cómo en la mayoría de las culturas se va equipando a la niña con dos tipos de “persona o máscara”: la de “ser obje-to deseable” y la de “vivir para el otro”.
La primera la condiciona a tener una necesidad de aceptación y de adulación excesiva, y la hace vivir pendiente de ser ese objeto deseable, sin preocuparse ni darse tiempo para desarrollar su personalidad propia y sostener relaciones firmes y auténticas con amigos y compañeros.
“La segunda le enseñará a olvidarse tanto de sí misma e el servicio y el sacrificio al otro, que ella misma no existe. Además, centra su vida en la espera de ese “otro”, que le va a dar sentido a su existencia. Es decir, su vida no vale la pena vivirse sino en razón del “otro”. Cuando ese “otro” no llega, la joven quedará frustrada de por vida y ni si-quiera pensará en la posibilidad de darle otro sentido a su vida. Muchas mujeres hoy en día estudian una carrera solamente para entretenerse mientras llega ese “otro” esperado.
“Por otro lado, a los hombres se les enseña que no deben expresar lo que sienten, ya que su papel de hombre se asocia con un nivel superior al de las mujeres, y por lo tanto, no pueden permitirse debilidades de ninguna índole, como mostrar sufrimiento, dolor o cualquier otro sentimiento.
“El hombre, por otra parte, debe ser educado para controlar el mundo, su familia y, por supuesto, sus sentimientos; y cuando no lo hace, se siente un completo fracaso. Siempre se espera de él que sea un triunfador, y vive su vida tratando de realizar las expectativas de los demás.
“Podríamos pensar que hoy en día todo esto pertenece al pasado, sin embargo, nos en-contramos con muchos matrimonios modernos que se inician sobre estas bases, parecen compartir la idea de compañerismo y de igualdad y aparentemente enfrentan la vida de diferente manera. Con el tiempo hemos visto que, en el fondo, prevalecen las mismas ideas y muchas veces, en lo más profundo de las dificultades matrimoniales, yacen ocul-tos los sentimientos de que la mujer no ha complacido suficientemente a su marido y de que él no ha llenado las expectativas de triunfo y de que no ha sabido controlar las si-tuaciones.”
El texto también detalla las cinco formas en que se puede manifestar la codependencia: rescate, reacción, atadura, dependencia y control. Analiza diversas historias que tienen que ver con situaciones codependientes y expresa posibles soluciones para estos casos, además de concluir con los pasos para la recuperación de esta enfermedad en general, que incluye: darse cuenta, aceptar la realidad y desear cambiar.
Barnetche de Castillo, María Esther y otras, Quiero ser libre. De la codependencia…, pp. 56-58.
Ficha bibliográfica: Barnetche de Castillo, María Esther y otras, Quiero ser Libre, de la Codepen-dencia a la Coparticipación Positiva, México, Vigésimo Primera reimpresión, 1999, editorial Pro-mexa, 211 pp.
Reseña: María de Lourdes Ruiz Pavón

“Si estás en una relación enfermiza y tienes miedo de dejarla, o has perdido a la persona que amas y no eres capaz de aceptarlo, es probable que utilice alguno de los dieciocho pensamientos perturbadores” que se señalan a continuación. Son engaños que emplea la mente para intentar salvar un amor perdido, “no importa qué tan inconveniente o dañino sea, la adicción afectiva no mide consecuencias. Es ciega por naturaleza.”

Excusar o justificar el poco o nulo amor recibido:
01.- “Me quiere pero no se da cuenta”
02.- “Los problemas psicológicos que tiene le impiden amarme”
03.- “Ã?sa es su manera de amar”
04.- “Me quiere, pero tiene impedimentos externos”
05.- “Se va a separar”

Minimizar los defectos de la pareja o de la relación:
06.- “Nadie es perfecto” o “Hay parejas peores”
07.- “No es tan grave”
08.- “No recuerdo que haya habido nada malo”

No resignarse a la pérdida (1). Creer que todavía hay amor donde no lo hay:
09.- “Todavía me llama”, “Todavía me mira”, “Todavía pregunta por mí”
10.- “Todavía hacemos el amor”
11.- “Todavía no tiene otra persona” o “Todavía está disponible”
12.- “Se va a dar cuenta de lo que valgo”

No resignarse a la pérdida (2). Persistir tozudamente en recuperar un amor perdi-do:
13.- “Dios me va a ayudar”, “Me hice echar las cartas” o “Me hice la carta astral”
14.- “Intentaré nuevas estrategias de seducción”
15.- “Mi amor y comprensión lo curarán”

No resignarse a la pérdida (3). Alejarse, pero no del todo:
16.- “Voy a dejarlo poco a poco”
17.- “Sólo seremos amigos”
18.- “Sólo seremos amantes”

“Todos obedecen a la misma necesidad: retener la fuente de apego mediante el au-toengaño”.

“Si logras observar las cosas como realmente son, dejando las parcialidades y las mentiras a un lado, tus esquemas irracionales comenzarán a tambalear. Aunque te duela el alma y tu organismo entre en crisis de abstinencia, no hay otro camino. Además, tal como decía Jalil Gibrán: “Si no se rompe, ¿cómo logrará abrirse tu corazón?”.

Enamorarse con los ojos abiertos | Pareja

Quizás la expectativa de felicidad instantánea que solemos endilgarle al vínculo de pare-ja, este deseo de exultancia, se deba a un estiramiento ilusorio del instante de enamora-miento. Cuando uno se enamora en realidad no ve al otro en su totalidad, sino que el otro funciona como una pantalla donde el enamorado proyecta sus aspectos idealizados. Los sentimientos, a diferencia de las pasiones, son más duraderos y están anclados a la percepción de la realidad externa. La construcción del amor empieza cuando puedo ver al que tengo enfrente, cuando descubro al otro.

Es allí cuando el amor reemplaza al enamoramiento. Pasado ese momento inicial co-mienzan a salir a la luz las peores partes mías que también proyecto en él.

Amar a alguien es el desafío de deshacer aquellas proyecciones para relacionarse verda-deramente con el otro. Este proceso no es fácil, pero es una de las cosas más hermosas que ocurren o que ayudamos a que ocurran. Hablamos del amor en el sentido de “que nos importa el bienestar del otro”. Nada más y nada menos. El amor como el bienestar que invade cuerpo y alma y que se afianza cuando puedo ver al otro sin querer cambiar-lo. Más importante que la manera de ser del otro, importa el bienestar que siento a su lado y su bienestar al lado mío. El placer de estar con alguien que se ocupa de que uno esté bien, que percibe lo que necesitamos y disfruta al dárnoslo, eso hace al amor. Una pareja es más que una decisión, es algo que ocurre cuando nos sentimos unidos a otro de una manera diferente. Podría decir que desde el placer de estar con otro tomamos la decisión de compartir gran parte de nuestra vida con esa persona y descubrimos el gusto de estar juntos. Aunque es necesario saber que encontrar un compañero de ruta no es suficiente; también hace falta que esa persona sea capaz de nutrirnos, como ya dijimos, que de hecho sea una eficaz ayuda en nuestro crecimiento personal. Welwood dice que el verdadero amor existe cuando amamos por lo que sabemos que esa persona puede llegar a ser, no solo por lo que es. “El enamoramiento es más bien una relación en la cual la otra persona no es en realidad reconocida como verdaderamente otra, sino más bien sentida e interpretada como si fuera un doble de uno mismo, quizás en la versión masculina y eventualmente dotada de rasgos que corresponden a la imagen idealizada de lo que uno quisiera ser. En el enamoramiento hay un yo me amo al verme reflejado en vos.” Mauricio Abadi. Enamorarse es amar las coincidencias, y amar es enamorarse de las diferencias.

Enamorarse es amar las coincidencias, y amar es enamorarse de las diferencias

(Mauricio Abadi)

EVITAR LA RUTINA: COSA DE DOS

A veces, con el paso del tiempo, la relación se convierte en rutina. Como consecuencia el desencan-to, y en ocasiones el distanciamiento, se abren paso en la pareja. Para superarlo, es importante reconocer los primeros indicios, cuando aparecen y cómo hacerles frente.

Casi todas las parejas empiezan su relación con amor y grandes esperanzas. Pero el tiempo hace mella en ellas. El encanto de los primeros tiempos se diluye en la rutina del día a día. Piensan que esa persona que prometía ser su mejor amigo para toda la vida, un alma gemela, se ha convertido en alguien con el que se aburren y tienen pocas cosas en común. Se sienten decepcionados con su cónyuge y el matrimonio, y dudan de sus sentimientos.

Algunas de las preocupaciones más habituales de estos hombres y mujeres es pensar que ya no quieren a su pareja. Afirman que se aburren, sienten que han evolucionado mientras el otro se ha quedado atrapado en la monotonía. Su pareja ya no es interesante, excitante, ni sexualmente atractiva.

Cuando la rutina se hace presente
Los primeros indicios surgen cuando, después de haber acostado a los niños, sólo se quiere tener tiempo para sí mismo. Cuando les agrada que su pareja esté de viaje o fuera de la ciudad, cuando a su regreso no se emocionan como antes.

Para otros, existen pruebas de que se han desenamorado ya que se sienten solos y poco valorados. Se preguntan “¿No sería más agradable estar con alguien que no diera mi existencia por sentado, que me encontrara especial o que pensara que soy atractivo?

El peso de los sentimientos
También hay quienes se inquietan porque les atrae otra persona. Este sentimiento, independientemente de que se responda a él o no, en algunas personas suscita serias dudas acerca del amor que sienten por su pareja.

Para muchas, también es problemático cómo se sienten consigo mismas en la relación. Muchas personas afirman: “No me gusto. Me estoy convirtiendo en un refunfuñón. Sé que a menudo hablo con un tono muy desagradable. No me gusta ser así. Me siento vacío. No puedo de mostrar afecto. ¡No siento afecto!”

Momentos críticos
Las parejas pasan por ciclos y en algunos existen más posibilidades que la rutina se apodere de ellos. El inicio de la convivencia, a pesar de ser un periodo de entusiasmo, puede desembocar en monotonía. La pareja descubre los contrastes entre las expectativas y la realidad; este hecho puede llevar al desencuentro y al distanciamiento de la relación.

El nacimiento del primer hijo es otro momento al que se debe prestar especial atención. El ser padres conlleva una pequeña negociación dentro de la pareja donde queden claros las funciones parentales de las conyugales. Si este acuerdo, no se alcanza, sus efectos en la relación no se harán esperar.

Los cambios que implican en la vida familiar la escolarización de los hijos y su marcha del hogar familiar pueden desestabilizar la relación. La dedicación a la pareja debería cobrar mayor protagonismo en estas situaciones.

Adiós a la rutina
Muchos estudios sobre la monotonía de pareja, narran como pueden renacer relaciones moribundas y la facilidad con que las parejas invierten todo el desencanto y problemas que solía envolverles, dando un nuevo sentido a su relación de pareja.

Existen medios al alcance de todos, como la lectura de un buen libro especializado en el tema puede aler-tar a tiempo y descubrir la felicidad deseada. Se puede acudir a un terapeuta, siempre y cuando los miem-bros de la pareja, tengan ganas y crean firmemente en un profesional que puede ayudarles a salir del ba-che en el que se encuentran.

ADICCION AL AMOR
Raúl E. Martínez M.
Doctor en Psicología

Stanton Peele publicó un libro titulado Amor y Adicción (1975), marcando un hito en el estudio y comprensión de cier-tas relaciones de pareja, apasionadas e irracionales. El adicto al amor sufre la absorción por su pareja de la mayor parte de su vida; se distancia de sus amigos y familiares y hasta puede des-cuidar sus responsabilidades laborales por intentar permanecer junto al otro, a quien idealiza, disculpándole y comprendiéndole cuando atenta reiteradamente contra su dignidad. Manifiesta intensos celos inmotivados, pues a cada momento teme perder a quien es fuente de toda su seguridad, tranquilidad y bienes-tar. Esta condición psicológica se diferencia del enamoramiento más o menos normal, pues el adicto soporta estoicamente el abuso físico o emocional del otro, y su tolerancia de estas agre-siones la siente como una demostración más de su inmenso amor. Lo característico de esta distorsión extrema del amor pa-sional, es la total incontrolabilidad de las intensas emociones ligadas a una persona que objetivamente no tiene mérito alguno o no el suficiente para justificar la entrega incondicional. Las personas adictas al amor insisten además en caer una y otra vez en este tipo de relación destructiva con distintas parejas, y más aún, pareciera ser que las buscan expresamente.
Se ha señalado que ciertas creencias culturales originarían o facilitarían en personas predispuestas, esta anormalidad del afecto. Por una parte, se supone erróneamente que una vida re-lativamente distante de nuestros congéneres es siempre una señal de problemas psicológicos como la timidez, la depresión, etc., o en el mejor de los casos una decisión de ascetas que re-chazan los placeres de la sociabilidad, y que por lo tanto sin duda lo más sano sería cultivar estrechas relaciones afectivas con las personas y establecer al fin una relación de pareja para largo tiempo y mejor aún para toda la vida. Por otro lado, la pa-reja matrimonial que antiguamente se constituía a partir de acuerdos familiares, en algún momento de la historia comenzó a formarse sobre la base de la atracción y el afecto mutuo, im-poniéndose como característica importante de la relación un fuerte tono sentimental. La sociedad fue pregonando que ena-morarse era una experiencia trascendente de la que nadie debía privarse y que el romance intenso (con sus altibajos emociona-les a veces catastróficos) era lo más propio del auténtico afecto en pareja. De esta forma, el amor romántico y pasional se exal-tó, aceptándose como muestras de su fuerza la exclusividad, la dependencia emocional y la intimidad compartida sin límites. Son estos elementos los que, obviamente caricaturizados, con-forman precisamente el núcleo de la adicción al amor, que se potencia en una persona con baja autoestima, quien necesita imperiosamente que, los demás en general y su pareja en espe-cial, le sostenga y le conceda valor.
En realidad, el amor sano y constructivo no acepta ni exige una absorción por el otro, sino que espera compartir experien-cias que amplíen las posibilidades de desarrollo personal; no sobreidealiza ni acepta incondicionalmente sino que pretende una relación de mutua ayuda y ajuste; no provoca dolor ni in-certidumbre sino una intensificación de la alegría de vivir; no es accidental ni incontrolable sino construíble y mejorable. Cuan-do realmente se ama, el otro no es imprescindible aunque sí muy importante; se puede existir sin él pero se prefiere hacerlo junto a él. En verdad, sólo se puede vivir en pareja cuando se es capaz de vivir solo.

Amor pleno | Pareja (Ã?xito en la pareja)

La flor más bella no es la que arrancamos ,sino la que llega a nuestras manos elevada por el viento

Aunque parezca un contrasentido, cuando mejor se está en pareja es cuando no se tiene necesidad de ella. Para que una relación sea saludable, cada uno de los miembros debe bas-tarse a si mismo. De este modo, la unión con otra persona añade valor a la vida sin ir en detrimento de la propia identi-dad.
Muchas parejas se forman básicamente por la incapacidad de los individuos para estar solos. Estas personas tienden a pre-cipitarse en la elección del compañero y una vez establecida la relación adoptan posiciones rígidas que se traducen en celos, posesión e inseguridad. Esto se debe a que no buscan a alguien con quien compartir la existencia, sino un parche emocional.
Aquel que esté lleno de heridas, debería sanarlas antes de ponerse en camino. Lo que uno n o resuelva por si mismo no lo hará a través de una relación sentimental.
Si temes la soledad, pregúntate que es lo que te hace sentir incomodo contigo mismo.
El amor es efectivamente un hecho extraordinario. Por eso es esencial que sirva para elevar nuestra vida y no para suplir una carencia.

Pareja | Pareja

01.- De sus estudios se concluye que el amor es… a) ¿una necesidad fisiológica?, b) ¿un instinto animal?, o c) ¿el resultado de un flujo químico en el cerebro?
Amamos porque, hace millones de años, nuestros antepasados necesitaban este flujo cerebral, estos impulsos y sentimientos para dirigir su cortejo, apareamiento, reproduc-ción y paternidad. El impulso del amor está profundamente imbricado en el cerebro humano. Por lo tanto, el amor es una necesidad fisiológica, un instinto animal y también el resultado de un flujo químico en el cerebro.

02.- â??El amor romántico es una droga adictivaâ?. ¿Cómo puede controlarse esta adicción?
Efectivamente, tiene todos los síntomas: a medida que el tiempo pasa, uno quiere más y más de la persona deseada. Además, es una adicción muy difícil de controlar. Creo que la mejor forma de hacerlo es afrontarlo como una sustancia adictiva. Cuando alguien ha sido rechazado, lo mejor es deshacerse de todo lo que le recuerde a esta persona, no llamarla ni contactarla nunca más, salir y hacer cosas que le distraigan. Eventualmente, la química cerebral del amor romántico irá amainando, tal y como sucede con el sín-drome de cualquier adicción.

03.- ¿Qué tienen en común el amor y el chocolate?
El chocolate contiene una sustancia que opera químicamente de manera similar a la do-pamina, que viene asociada siempre al amor romántico. El chocolate es excitante. Ade-más, tiene muchísimo significado cultural, cuando alguien te ofrece chocolate suele ser un mensaje de que le gustas. Pero no creo que por sí mismo sea capaz de encender el amor romántico.

04.- ¿Uno sufre más cuanta más capacidad de amor tiene?
Es cierto. Cuanto más capacidad de amor tiene una persona, más sufre. El amor román-tico es extremadamente poderoso, y cuando a uno le rechazan puede caer fácilmente en una depresión clínica e incluso contemplar el suicidio.

05.- ¿Amamos inconscientemente al otro por lo que tiene de nosotros mismos o por lo que nos diferencia?
Amamos por tantos cientos de razones diferentes… Pero la mayoría de las personas an-sían una unión emocional con su amado; normalmente, esa separación emocional, física o espiritual con la persona que aman no es deseable.

06.- ¿Cómo se configura en una persona el mapa inconsciente del amor, ese patrón que marcará nuestras relaciones amorosas de por vida?
Cuando crecemos, inconscientemente empiezan a gustarnos y disgustarnos determina-das cosas, incorporamos valores específicos, ideas y principios. Configuramos nuestro gusto. De la misma manera, construimos inconscientemente un mapa del amor que fun-ciona como un conjunto de rasgos que buscaremos en nuestra pareja.

07.- ¿Es posible amar a dos personas a la vez?
Creo que es muy posible sentir un profundo apego por una pareja con la que uno lleva mucho tiempo, y a la vez estar locamente apasionado por un amor romántico hacia otra persona distinta, y además sentirse atraído sexualmente por otros individuos. Estos tres sistemas cerebrales (lujuria, amor romántico y apego) no están bien conectados a nivel cerebral. Pero lo que sí creo que es imposible es sentirse locamente apasionado por un amor romántico hacia más de una persona al mismo tiempo. El amor romántico está asociado con la obsesión hacia una persona, y es imposible obsesionarse con dos perso-nas a la vez.

08.- ¿Existen individuos incapaces de desarrollar químicamente el sentimiento de apego? ¿De ahí la abundancia de paternidades mal entendidas y, en menor medi-da, malas maternidades?
Probablemente. Nuestra química cerebral y nuestras experiencias infantiles nos hacen diferentes. Ambos factores contribuyen a que el sentimiento de apego sea diferente en cada uno.

09.- ¿Cuánto dura por término medio la pasión amorosa?
Puede durar la vida entera si existe una barrera real en su relación, tal como que uno de los dos esté casado con otra persona diferente, o que los dos vivan en continentes distin-tos, por ejemplo. Pero los estudios de amantes que comparten la vida diaria demuestra que el amor romántico no dura más que entre 18 meses y tres años.

10.- Sostiene que es posible mantener viva la llama del éxtasis romántico en pareja de larga duración. ¿Podría apuntar alguna receta?
Sí, creo que sí puede mantenerse vivo el romance. Lo más importante es hacer juntos cosas novedosas, que sean excitantes, llamativas, nuevas e incluso ligeramente peligro-sas. Estas novedades excitantes elevan los niveles de dopamina en el cerebro y son ca-paces de estimular los sentimientos de romance. Por esto se explica que las vacaciones puedan resultar tan románticas.

11.- Los hombres, dice, se estimulan fundamentalmente por la vista, y las mujeres, por la palabra. ¿Esto continúa siendo así hoy en día?
Sí, creo que sí. Los hombres se guían fundamentalmente por la vista, porque durante millones de años medían a sus parejas en términos de juventud, salud y fertilidad: nece-sitaba elegir una compañera que pudiera darle hijos sanos. Y lo hacían, mirando y con-templando el físico de las mujeres, que a su vez pasaban la vida intentando tener buen aspecto porque eran conscientes de esta susceptibilidad masculina. Al mismo tiempo, las mujeres necesitaban calibrar la habilidad de su pareja para proveer y proteger a sus vástagos. Y lo hacían, escuchando lo que el hombre les decía: no se puede saber si un hombre es amable, generoso y sincero con mirarle, hay que conversar. De hecho, la habilidad verbal de las mujeres está en relación con la hormona femenina, el estrógeno, que aumenta en el meridiano del ciclo menstrual, mejorando dicha facultad. Para las mujeres, las palabras son la intimidad.

12.- ¿Los hombres, por lo general, prefieren mujeres bellas que inteligentes?
No lo sé, existen muchos tipos de hombres, pero creo que tienden cada vez más a elegir a las mujeres por su cerebro. Hoy en día, tanto hombres como mujeres desean una pare-ja suficientemente lista para traer un salario a casa y mantener una conversación. Nos movemos hacia matrimonios compañeros, entre iguales, donde ambos trabajan, proveen a la familia y son educados e intelectualmente estimulantes. En este medio, lo que se espera de las mujeres es que sean competentes e inteligentes.

13.- â??Los hombres buscan objetos sexuales y las mujeres objetos con éxitoâ?, según los científicos. ¿Usted cree que también esto continúa siendo así?
Creo que de algún modo es una tendencia en declive. Pero incluso en sociedades donde las mujeres son bastante prósperas económicamente, habitualmente tienden a elegir hombres que sean más ricos que ellas.

14.- ¿Por qué las mujeres se enamoran más lentamente que los hombres?
Creo que los hombres se enamoran antes precisamente porque se basan en un factor visual. Y las mujeres tienen más que perder cuando eligen a un compañero: no olvides que son las mujeres quienes gestan al bebé, atraviesan el peligroso proceso del parto y después lo crían durante su infancia. Por tanto, las mujeres tienen que ser, en cierto mo-do, más cuidadosas a la hora de escoger.

15.- ¿En qué se basa la afirmación de que â??para las mujeres el sexo pasajero no existeâ??
Esa afirmación no es mía, pero las mujeres se benefician menos del sexo casual. Tienen más que perder, este tipo de relación sexual encierra para las mujeres más riesgos, fun-damentalmente el de quedarse embarazadas, y menos resultados.

16.- ¿Somos las mujeres menos celosas que los hombres? ¿Por qué?
Creo que ambos pueden volverse muy celosos cuando les provocan. La diferencia es simplemente que las mujeres manejan sus celos de forma diferente. Ellas tienden más a hablar sobre la situación y a tratar de entenderla, mientras que los hombres son más da-dos a desaparecer, porque tienen buenas razones: el hombre cornudo se arriesga a pasar su vida criando a un niño que no es suyo. El adulterio femenino es para ellos una gran amenaza.

17.- ¿El amor a primera vista es una conducta eminentemente animal o qué extra-ño mecanismo nos lleva a amar a otro al primer impulso?
Sí, procede de un instinto natural. Los animales no disponen de meses o años para pro-curarse una pareja; cuando comienza la temporada de apareamiento deben iniciar el proceso, por tanto suelen expresar una atracción instantánea hacia individuos concretos. Nosotros hemos heredado este impulso de atracción inmediata.

18.- ¿El amor a primera vista es más posesivo?
Los hombres y mujeres enamorados son siempre posesivos, forma parte del amor, no importa de qué forma o cómo se haya iniciado.

19.- ¿Los celos amenazan o encienden la pasión?
Pueden operar en ambos sentidos. Pueden provocar el fin de una relación o, por el con-trario, elevar su intensidad y su fuerza; pero depende de muchos, muchos factores.

20.- ¿Es posible amar y no sentir celos?
Sí, hay personas menos celosas que otras. Sin embargo, yo diría que cualquiera que esté realmente enamorado puede volverse muy celoso si siente amenazada su relación.

21.- ¿Los celos son siempre el origen de los malos tratos?
Suele ser la causa más común, pero no necesariamente la única. La mente criminal pue-de tener otros motivos para maltratar a su pareja, tales como el alcoholismo, el consumo de drogas, etcétera.

22.- Concluye usted que la relación cerebral entre el amor y el odio/furia explica sucesos pasionales como el acoso, el homicidio o el suicidio. ¿Son estos sucesos más frecuentes en la actualidad o sólo se habla más de ellos?
Sospecho que la condición humana ha expresado siempre el odio y la venganza, y que los crímenes pasionales en siglos pasados se cometían en igual medida que ahora.

23.- El rechazo del ser amado, dice, es uno de los sufrimientos emocionales más profundos y perturbadores que puede experimentar un ser humano. ¿Más doloro-so que la muerte de un hijo?
Hummmmm. Creo que la muerte de un hijo es el sufrimiento más terrible que un ser humano puede soportar. Tus hijos llevan tu ADN, son tu futuro, tu mañana. Debiéramos morir antes que nuestros hijos, siempre lo he pensado así. Pero el sentimiento de recha-zo en un amor romántico puede ser realmente devastador, sí.

24.- ¿Funciona la voluntad de enamorarse como forma de curar un rechazo amo-roso anterior?
Sí, la mayoría de la gente se recupera gradualmente de un rechazo amoroso y continúa adelante con su vida. Pero, sea como fuere, nunca olvidamos a quien se deshizo de no-sotros.

Etapas del amor | Pareja (Ã?xito en la pareja)

1.- ENAMORAMIENTO: Para algunos psicólogos esta etapa sería de â??imbecilidad transitoriaâ? produce cambios fisiológicos: energía excesiva, euforia, pérdida de apetito, insomnio, deseo sexual, pensamientos repetitivos sobre el ser amado. Es pasajero porque nuestro cuerpo no podría soportarlo a la larga.
2.- ADAPTACIÓN: Se empieza a conocer al otro con sus virtudes pero también con sus defectos, y así debe ser, es una etapa más realista. En esta etapa se definirán los proyectos comunes y aparecerán las discrepancias, el acuerdo lograra la evolución de la pareja y en los desacuerdos estarán las parejas que no superen esta fase.
3.- SEGURIDAD: Es una fase de seguridad donde los proyectos comunes se desarrollan, el amor esta sustentado por otros sentimientos muy importantes, la lealtad, la amistad, el compañerismo sin dejar de lado lo anterior. No debemos olvidar que las relaciones son cambiantes y no podemos creer que al llegar aquí todo esta ganado, es un proceso que nunca para, todos los días tenemos que luchar por disfrutar del amor.

El enamoramiento
¿Una situación pasajera o una situación deseable?

¿Es enamorarse el estado emocional perfecto o un espejismo pasajero que, mientras dura, aliena a la “víctima” hasta el punto de incapacitarle para percibir cualquier cosa distinta de la atracción hacia la persona objeto de sus desvelos? Estas son las dos posturas extremas ante esa coyuntura que constituye el enamorarse de alguien.

El romántico la defenderá como la situación ideal, porque entiende que nada en el mundo merece compararse con esa felicidad que genera la pasión amorosa. El escéptico o desengañado, sin embargo, aducirá que el amor es una enfermedad pasajera que deja secuelas pero que puede superarse a nada que uno se dedique a lo esencial en la vida: la familia, las aficiones, el trabajo, los amigos… Sin duda, ante el fenómeno del amor cada uno tiene su propia percepción y sensibilidad. Se puede caracterizar el enamoramiento como una “locura” transitoria que no tiene edad y que repercute en gran medida en la vida cotidiana del afectado. Es, normalmente, una emoción que irrumpe sin avisar, intensa y bruscamente y que normalmente se atenuará con el paso del tiempo. El enamoramiento es una experiencia que nos conmueve y conmociona, un estado pasajero en que el mundo tiende a convertirse en un paraíso y la vida en una fiesta: el diálogo, por arte de magia, deviene inagotable; el sentido del tiempo desaparece y el “ser con” y el “ser para” ese alguien se convierte en uno de los ejes de nuestra existencia. El amor, en su primera e impulsiva fase, es una nueva, luminosa y diferente forma de estar en la vida, que sacude nuestros cimientos racionales y nos lleva a vivir desde otra perspectiva.
Los síntomas
Aunque suene irónico, el amor puede contemplarse como una patología, como un trastorno ocasional con sus síntomas característicos. Veamos tres de ellos: la idealización de la otra persona, la admiración que sentimos hacia ella y la atribución de un conjunto de característi-cas positivas y nobles, omitiéndose los planteamientos críticos. Otro síntoma es la desapari-ción de la agresividad: para la persona amada, sólo tenemos palabras dulces y amables. Se produce también un cierto trastorno de la atención: todo se nos antoja óptimo, casi mágico. Así, la vida es un regalo e invita a la ensoñación. La comunicación con el enamorado es más comunión que otra cosa y el sentirse adivinado por el otro provee a la relación de sobreen-tendidos y certidumbre. “Te querré siempre”, decimos, insuflados de un optimismo ciego y renunciando a mirar a un pasado poco complaciente. Asimismo, aparece el “secuestro men-tal”: la vida del enamorado gira en torno a cuándo se producirá el próximo encuentro con el destinatario de ese amor. El tiempo adquiere un ritmo distinto, en función de si estamos o no con la persona amada. Sacrificio y esfuerzo no tienen el sentido habitual si se trata de hacer algo por el otro o si permite estar con él o ella. Nos descubrimos más generosos y volcados que nunca: satisfacer, sorprender y agradar al otro se convierte en la mayor ilusión. Ese es uno de los problemas: en esta fase impulsiva y optimista a ultranza: comprender al otro, entenderle, deviene cuestión secundaria.
En los más afectados por el amor, el nerviosismo, las taquicardias, la sudoración, la sensa-ción de no saber cómo comportarse, al igual que las de una extraña placidez y la propensión al lagrimeo y a la risa forman parte de esos momentos irrepetibles del recién enamorado. Visto lo anterior, habrá quien piense que esto de enamorarse (en cuanto que entraña de ingenuidad e ilusión desmedidas y de confianza ciega en el otro) es cosa de juventud o, más bien, de la adolescencia. No todos vivimos de igual modo la experiencia amorosa y puede variar la intensidad de estos síntomas o que no concurran todos ellos, pero la idealización, la peculiar comunicación, la percepción del tiempo, la placidez y las manifestaciones corporales definen el enamoramiento pasional.

Amar es comunicarse y compartir
Amar es darse al otro, comunicarse, desearse y compartirse desde la realidad de quiénes somos. Supone esfuerzo y mimo, confianza y una cierta incondicionalidad ante el proyecto de esa relación. Es un continuo, y casi siempre se manifiesta con vocación eterna, no coyun-tural. Pero el enamoramiento profundo y apasionado, sin embargo, es un pico de explosión que no parte de quiénes somos en realidad sino de unos seres mutuamente idealizados por una relación muy intensa. Esta situación idílica lleva incorporada su fecha de caducidad, por-que el estado de tensión que genera y la suma dedicación que exige no pueden perpetuarse a lo largo de los años. Cuando hablamos de enamoramiento siempre lo asociamos a otra persona y sin embargo ésa es sólo una forma más de amor. Tal vez ese enfoque sea el que nos responda por qué hay personas que nunca o sólo en su juventud recuerdan haberse sentido enamoradas. Y es que para enamorarse de alguien, hay que tener los poros de la piel abiertos a los paisajes, a las personas que nos rodean, a los sentimientos…. Quien sabe reaccionar ante la frustración y el sufrimiento, está mejor preparado para la flexibilidad y apertura mental y emocional que el amor necesita para brotar. En resumen, para poder enamorarse de alguien hay que amar la vida, mostrar interés por lo que acontece a nuestro alrededor, tener ganas de saber, de crear, y aferrarse a la vida apurándola como hacemos con la última gota de agua cuando nos morimos de sed. Puede ser un planteamiento radical, porque a veces es el amor lo que nos permite acceder a todo un mundo de percepciones ya olvidadas pero también es cierto que muchos lamentan no haber estado “preparados” cuan-do el amor llamó a su puerta. Porque la respuesta al amor exige una disposición emocional, un atrevimiento, la asunción del riesgo de fracaso de la relación.
En cualquier momento, independientemente de nuestra edad y situación emocional, enamo-rarse entra dentro de lo posible. Entrar en amores está muy relacionado con la estructura afectiva de las personas, que se ha ido tejiendo en función del tipo de afectos vividos con personas de gran significación emocional, preferentemente del medio familiar. En cada ena-moramiento están presentes, si bien de forma oculta, los modelos y expectativas que arras-tramos desde nuestras experiencias afectivas más tempranas. Muchas relaciones fracasan porque se repiten inconscientemente modelos de relación que no funcionaron o porque se esperaba que la persona amada llenara vacíos heredados de una experiencia insatisfactoria de otras relaciones familiares o amorosas. Cuántas veces hemos oído lo de “si lo sé, no me caso”. Pero, ¿qué es lo que había que saber? Un tanto toscamente expresado: que la otra persona no es el príncipe azul ni la mujer-madre perfecta que nos imaginamos cuando surgió el amor. Aunque haya excepciones, casi nadie responde del todo a las expectativas que sus-citó en el otro mientras duró la fase de enamoramiento, porque somos seres humanos, y por tanto, imperfectos y bien distintos de la persona idealizada que el otro creó en su mente cuando se enamoró.
¿Gestionar el amor?
Hay quien se enamora con frecuencia y de distintas personas por poco tiempo, mientras que otros y otras confiesan no haberse enamorado nunca o haberlo hecho sólo una vez y para toda la vida. El amor pertenece al campo de los sentimientos, a las emociones difícilmente explicables con los argumentos de la razón. El amor hace inexplicable al ser humano y ahí reside su grandeza: continúa siendo un misterio a pesar de los intentos de comprenderlo que el ser humano ha emprendido a lo largo de los siglos. Cuando una persona dice a su enamo-rado “vida mía” siente que el otro es su vida, el compendio de sus aspiraciones emocionales. Pero ahí reside el riesgo: hay que soñar, pero esperarlo todo de la otra persona equivale a arriesgarse a la decepción. Ahí está la clave del fracaso de muchas parejas. Antes de adquirir un compromiso formal, conviene enfriar un poco los ánimos, bajar al terreno de lo real y estudiar a la otra persona, ensayar una relación que nos permita conocer a fondo a nuestro amante, delimitar su manera de pensar, de comportarse en la cotidianeidad, su modo de percibirnos como personas, lo que espera de nosotros y lo que podemos darle para hacerle feliz y consolidar nuestra relación de pareja.
Durante la fase de enamoramiento disculpamos “defectillos” que casi nos parecen un decha-do de originalidad pero quizá el paso del tiempo convierta esas peculiaridades y costumbres en una losa para la relación. Conviene reflexionar un poco. Quizá lo adecuado sea habilitar una convivencia en la que se puedan comprobar lo que dan de sí las expectativas que hemos depositado en el otro. Después podremos adoptar decisiones, siempre dejando la puerta abierta a cambios e imprevistos porque todos somos una caja de sorpresas. En esa cautela pactada puede estar la clave del éxito: vamos a abrir juntos nuestros respectivos cofres para ver qué hay dentro del de cada uno y a asumir conjuntamente la situación real sin perder cada uno su libertad de acción y decisión.
El conocimiento de uno mismo, de las vivencias que han influido en nuestra vida, nos ayuda a saber por qué reaccionamos de determinada manera ante una situación o qué debemos modificar para que las relación amorosa resulte satisfactoria. Pero tampoco nuestra historia personal debe erigirse en condicionante fatal que nos impide abrirnos a opciones con expec-tativas de éxito. Como seres inteligentes y emocionales que evolucionan, somos un proyecto por hacer.

Las obsesiones
El amargo pan de cada día

¿Quién no ha tenido alguna vez ideas o preocupaciones que de forma repetitiva le asaltan sin que sepa alejarlas para vivir sin su pernicioso influjo?

No son pocos quienes dudan sistemáticamente si han cerrado bien la puerta, desconectado el gas, apagado la luz… y vuelven una y otra vez a confirmar que, efectivamente, sí lo habían hecho. Otras personas ritualizan su vida cotidiana con manías como contar las baldosas de las cocinas o los peldaños de las escaleras, no pisar las rayas del suelo, retener las matrículas de los coches, ocupar siempre el mismo asiento en las reuniones o comidas, portar un objeto inútil en el bolsillo… Pero esto no son sino manifestaciones casi anecdóticas de unas costumbres que pueden convertirse en un verdadero problema psicológico. Todos tenemos hábitos que, a pesar de que merezcan el calificactivo de manías, consideramos normales. Pero cuando estos pensamientos o manías hacen sufrir nos encontramos con los trastornos obsesivo compulsivos. Las obsesiones son pensamientos que se repiten de forma insistente a pesar de la voluntad del individuo, y que escapan a su control.
Si los pensamientos obsesivos se convierten en gestos de conducta casi automática, devie-nen en compulsiones, acciones o manías que la persona se ve forzada a ejecutar para sentir-se bien o, al menos, tranquila. Es consciente de lo absurdas e irracionales que son, pero se siente incapaz de eludirlas. Cuando las compulsiones se asocian entre sí, formando una ca-dena, se convierten en rituales patológicos.
Catálogo de rituales obsesivos
Casi siempre están relacionados con:
â?¢ La limpieza. Quienes los padecen tiene pavor a quedar contaminados con lo que to-can o rozan y se lavan repetidamente las manos. Incluso llegan a evitar dar la mano o cualquier contacto físico en los saludos. Una motita de polvo en un mueble les pa-rece algo horrible.
â?¢ El orden No soportan que alguna cosa se halle, siquiera temporalmente, fuera de su sitio. Incluso si ocupan su lugar debe ser en simetría o en conformidad con los ángu-los de la mesa. Tampoco soportan que los demás no cumplan con esos cánones del orden compulsivo y las personas que conviven en la casa, sean adultos o no, habrán de cumplir estrictamente con las normas de orden y limpieza impuestas por el afec-tado por esta manía.
â?¢ Comportamientos indecisos. Por ejemplo, comprueban una y otra vez cómo está la casa antes de cerrar la puerta. Y aun así, vuelven a entrar después de haber ce-rrado. Ante cualquier decisión, por nimia que sea, lo pensarán durante meses. Y, una vez adoptada, dudarán si fue acertada. Y reflexionarán incasablemente sobre si han hecho bien, o consultarán con otras fuentes.
Distinguir los pensamientos obsesivos
Todos tenemos manías, preocupaciones o pensamientos repetidos. Pero si la obsesión llega a dificultar o impedir las relaciones sociales, si la persona pierde libertad… nos hallamos ante un trastorno obsesivo compulsivo que puede requerir de la intervención de un especialista. Resultaría interminable enumerar las consecuencias que pueden acarrear los pensamientos irracionales en quienes los padecen y en quienes conviven con estas personas. El catálogo es muy amplio, desde los inconvenientes más triviales hasta los desenlaces más dramáticos. Y todo ello sólo por haber interpretado distorsionadamente la realidad. Ya en el siglo I, Epicte-to, un filósofo estoico, afirmaba que «los hombres no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que hacen de ellas». En cualquier caso, lo interesante es saber cómo librarse de las obsesiones y hacer frente a estos pensamientos irracionales y distorsio-nados. Y, consecuentemente, cómo conseguir vencer a las conductas compulsivas.
La psicología científica, de la mano de autores como Ellis, Beck, Mahoney o Golfried, ha alumbrado la Reestructuración Cognitiva, una técnica psicológica cuyo objetivo es identificar, analizar y modificar las interpretaciones o pensamientos erróneos que las personas experi-mentan en determinadas situaciones o tienen acerca de otras personas.
Los pensamientos negativos
El pensamiento, en general, es un diálogo con nosotros mismos en el que terminamos haciendo afirmaciones sobre determinadas situaciones. Pueden ser positivos si nos hacen sentir bien y nos ayudan; o negativos, si nos originan emociones negativas o nos hacen su-frir. Serán racionales si se corresponden con lo que sucede objetivamente en la realidad, e irracionales si se alejan de lo que sucede.
Los pensamientos que causan más sufrimiento son los irracionales negativos. Describamos algunos :
â?¢ Pensamiento filtrante. Se toman los detalles negativos y se magnifican, sin filtrar los aspectos positivos de la situación.
â?¢ Pensamiento polarizado. El maniqueismo: las cosas son blancas o negras. La per-sona ha de ser perfecta; si no, es un fracasado. No hay término medio.
â?¢ Sobregeneralización del pensamiento. Se extrae una conclusión general de un simple incidente. Si ocurre algo malo en una ocasión, se esperará que ocurra una y otra vez.
â?¢ Interpretación del pensamiento. Creemos saber qué sienten los demás y por qué se comportan como lo hacen. Nos vemos capaces de adivinar lo que sienten los de-más acerca de nosotros.
â?¢ Visión catastrofista. Se vaticina, se espera y se teme irracionalmente, el desastre. El individuo se entera de un problema y empieza a decirse «¿y si ocurre que…?», «¿y si me sucede a mí?»
â?¢ Personalización. Creemos que todo lo que la gente hace o dice es una forma de re-acción hacia nosotros. Y nos comparamos con los demás, intentando determinar quién es más elegante, quién es más brillante, quién tiene aspecto más saludable¿
â?¢ Culpabilidad. Mantiene que los demás son responsables de su sufrimiento o adopta el punto de vista opuesto y se culpa a sí mismo de los problemas ajenos.
Cómo actuar ante los pensamientos irracionales negativos
â?¢ Seamos conscientes de la influencia que tienen sobre nuestra conducta y emocio-nes. Los pensamientos son esos monólogos que mantenemos con nosotros mismos interpretando la realidad que nos rodea y a nosotros mismos. Pero son sólo hipótesis a demostrar.
â?¢ Identificar los pensamientos, determinar en qué medida son objetivas esas inter-pretaciones de la realidad, hasta qué punto son racionales. Y hasta qué punto son polizones que se han colado sin nuestro permiso y nos hacen sufrir sin razón. La alarma salta cuando nos producen emociones negativas como miedo, angustia o tris-teza. Desenmascaremos entonces al polizón y examinémoslo sobre la racionalidad y la adecuación con la realidad.
â?¢ Analizarlos, partiendo de que son sólo hipótesis a demostrar y que pensar algo no significa que sea cierto.
Cómo analizar si los pensamientos se ajustan a la realidad
â?¢ Qué datos objetivos de la realidad apoyan e invalidan ese pensamiento.
â?¢ Con qué argumentos se defendería ese pensamiento ante otra persona
â?¢ Qué probabilidad existe de que suceda lo que se piensa.
â?¢ Si lo tuviera otra persona, qué le diría yo para demostrarle que está en un error.
â?¢ Es esa la única forma de interpretar la situación o existen otras .
Cómo analizar si influyen en los estados emocionales y en las conductas
â?¢ ¿Me ayuda a conseguir mis objetivos?
â?¢ ¿Me hace bien o me hace daño?
â?¢ ¿Cómo influye en mi estado de ánimo?
â?¢ ¿Cómo influye en mi conducta?
Cómo analizar qué ocurriría si lo que se piensa fuera cierto.
â?¢ Incluso si lo que pienso es correcto ¿es realmente una catástrofe?
â?¢ ¿Qué consecuencias reales tendría para mí si ocurriera?
â?¢ Si es así, ¿está justificado que me descomponga tanto?
â?¢ Si lo malo ocurre, ¿será para siempre? ¿O algo temporal?

El vínculo codependiente en los hombres.*

El vínculo codependiente en los hombres.*
Jaime A. Castrellón Díaz*

“Si quieren conocer a los hombres, díganles
que les hablen de sus amores”.
Jaime Sabines (1998).
El presente trabajo abordará desde la perspectiva de la teoría psicoanalítica y de las configuraciones vinculares los dinamismos patológicos del vínculo que establece el hombre codependiente1 con su pareja. Intento describir como debido a déficit narcisísticos durante la infancia se estructura un yo débil, voluble y dependiente en estos hombres que complica sus posibilidades de relaciones sanas con las mujeres.

Los orígenes de los temas sobre “codependencia”, se remontan a los años de 1950, cuando en la literatura sobre alcoholismo se hacía referencia a las esposas de estos enfermos, como “co-alcohólicas”. Posteriormente, en los setentas, con la proliferación de las “dependencias a sustancias químicas” el término se transforma y a las personas vinculadas en el plano emocional a dichos adictos se les comenzó a nombrar “codependientes”. (Crothers y Warren; 1996).

Si bien es cierto, que el uso del término de codependencia o codependientes, se ha circunscrito al ámbito de las adicciones y más recientemente, a las dependencias relacionales dentro de las parejas, precisaría que: “el o la codependiente, es aquella persona que sufre de ansiedades, tristeza, enojo, confusión mental y trastornos psicosomáticos entre otros, debido a una fuerte dependencia emocional y vida conflictiva con el enfermo adicto. Ahora bien, el padecimiento se ha extendido ya que la codependencia abarca tanto a los que se relacionan con los que usan cualquier tipo de sustancia tóxica al organismo, como a los que se vinculan con personas que presentan algunas tendencias obsesiva -compulsivas al trabajo, al juego o a las compras, al sexo, ante la comida y/o que tienden a relacionarse con los “adictos” a las relaciones destructivas”. (Castrellón, 2002).

Al respecto, poco se ha escrito en relación a la codependencia en hombres, haciéndose siempre el énfasis de este padecimiento en las mujeres. Ahora bien, tendría que mencionar que tanto a nivel de los tratamientos individuales como en los grupales, la atención a los hombres es menor debido a que el malestar psicológico en los hombres no está valido por cuestiones socioculturales y de género, y justamente, cuando estos se presentan a consulta, sufren por lo general, en algunas de sus facetas de lo que se ha dado en llamar “codependencia”.

Según la literatura especializada sobresalen en las personas codependientes: 1- la presencia de disturbios emocionales expresados en fragilidad yoica, dependencia emocional y sentimientos de ansiedad, enojo y tristeza; 2- daño narcisístico reflejado en baja autoestima, sentimiento persistente de vacío, temor al abandono y fuerte necesidad de reconocimiento externo. Poseen también: 3- dificultades en las relaciones interpersonales por la dificultad en marcar límites, la aceptación de conductas destructivas y de maltrato físico y/o psicológico y por ser aferrados(as), celosos(as) y controladores(as). (Beattie, 1990; Cantú, 1995; Kalina, 1995; Crothers y Warren, 1996).

Curiosamente, si tomamos en cuenta el párrafo anterior, a la consulta no llegan los hombres por fragilidad yoica, llegan por ser explosivos, distantes o egoístas con sus parejas. Ninguno osa, tan fácilmente como es el caso de las mujeres, de padecer con una baja autoestima, para nada- más si por el contrario, esgrimen desplantes de que todo marcha bien, poco sufren de vacíos emocionales ya que generalmente “se curan” la inseguridad y sus pesares a través de la prepotencia, la tendencias a la impulsividad, mediante la evasión con amigos, “el trabajo”, el alcohol y la sexualización de los vínculos. A donde voy con estas observaciones, a que no se diagnostica y/o se trata tan fácilmente en la consulta con hombres, su codependencia.

Son múltiples los autores que encuentran en el seno familiar disfuncional, los factores determinantes que predisponen el desarrollo de la conducta o personalidad codependiente. (Cermak, 1986; Cooper, 1995; Irwin, 1995; Hinkin y Kahn, 1998). Cuenta en estas familias una niñez triste, enfermedad psicológica en los padres, fuertes y continuos traumas que incluyen abandono afectivo, separaciones múltiples, divorcio, maltrato físico, psicológico y abuso sexual en la familia, prácticas de crianza violentas y erráticas, problemas de uso de alcohol y drogas en sus miembros y familiares que ya padecen de y/o actúan los patrones codependientes. Asimismo frecuentemente hallamos padres violentos y distantes, madres abandonadoras y sometidas, hecho que hace que el niño(a) no tenga de donde “agarrarse” y/o nutrirse afectivamente.

Al respecto, Lyon y Greenberg (1991), Morgan (1991) y Melody (1989) citados por Crothers y Warren (1996) han reconocido en el concepto de “dependencia mórbida” planteado por K. Horney (1950) una temprana descripción de lo que en la actualidad es conceptualizado como codependencia. Horney identifica en los dependientes mórbidos, datos clínicos en donde describe que estos están “compelidos a una total entrega”, poseen una intensa “ansia de encontrar unidad a través del fundirse con un compañero” y tienden a “perderse en el otro” (Horney, 1950, pág. 157). Aclara que conductualmente estos impulsos tienden a caracterizar la parasitación, las relaciones simbióticas, la autodestructividad y la necesidad de aprobación externa.

Horney teoriza que la dependencia mórbida se desarrolla en el niño como una defensa contra la influencia parental adversa que se expresa a través de la coerción, la impredecibilidad, la intimidación, actuaciones de dominación, sobreprotección y la indiferencia materna-paterna o ambas, condiciones estas que exacerban la inseguridad, el aislamiento y el miedo en el niño. Como resultado el niño sufre una pérdida en la habilidad para expresar sus deseos y la fortaleza interna para determinar su propia vida.

Cermak (1991a, 1991b) por su parte ha planteado una relación entre codependencia y el desarrollo del narcisismo (de la autoestima). De acuerdo a este autor, ambas la codependencia y el narcisismo surgen en la niñez temprana durante la fase simbiótica del desarrollo e impiden la progresión a la fase de separación- individuación (Mahler, 1977). Ambos tipos de rasgos representan procesos de “espejeo” defectuosos: las personas narcisistas se relacionan buscando aspectos de ellos mismos en los otros. Los codependientes, también buscan relacionarse con otros para ser espejeados. En ese sentido el origen de la codependencia y el narcisismo involucran defectos en el espejeo, en este caso, por parte de los padres.

Más recientemente, Diamondstein (1994) plantea una similar línea de pensamiento en torno a la dependencia a las drogas, señalando que el origen de las mismas se genera por el efecto que tiene sobre la personalidad del sujeto los vínculos familiares enfermantes que se manifiestan en un déficit de narcisización, un vacío, en el cual el sujeto coloca la droga, destacando que en relación a la codependencia, acontece lo mismo, es decir, el codependiente presenta una similar deficiencia de narcisización, resultado de una historia familiar caótica y desorganizante, que se refleja en un profundo vacío emocional, el cual el codependiente trata de llenar con el adicto.

Haciendo una reflexión teórico-clínica en torno a la codependencia, tendríamos que por cuestiones de asignación de roles según los géneros y aspectos culturales, la codependencia en el hombre, se expresaría de diferente forma con respecto a las mujeres, por ejemplo y solo me referiré a dos conductas típicas, el rol de proveedor y las actuaciones de infidelidad en el hombre. Desde la perspectiva psicosocial a las mujeres que “sacan a sus casas e hijos adelante, que toleran a un hombre alcohólico o uno más medido, (pero adicto en el fondo, al trabajo o a las mujeres), autoritario e indiferente, se le ha llamado clínicamente, “mujeres codependientes”.

Cuando el hombre saca adelante a la familia, padece una relación con una pareja adicta a las relaciones destructivas por colérica, tiene una que otra adicción “light” (tabaquismo, trabajadora obsesiva en el hogar o hacia afuera, adicta al juego y/o al café, y/o a la televisión, algo compradora compulsiva o comelona), no se le dice codependiente, sino que es un “buen proveedor”.

En ese sentido, muchos hombres son utilizados y hasta explotados (como la codependiente) cuando se han vinculado con quienes se han posicionado en la filosofía de vida de que “el hombre es el proveedor”, indicio de que hombres “muy proveedores”, también pueden ser “muy codependientes”. Así, muchos hombres en la actualidad, presionados psicológica y socialmente por el ideal masculino de protección y bienestar familiar, se acostumbran y se convencen de que “ellos son los que dan”, cueste los que cueste (infartos al miocardio, trastornos gastrointestinales, insomnio, disfunciones sexuales, entre otras), y por ser “dependientes-activos” tienen dificultades para recibir y de invertir esta tendencia.

En esta misma línea de ideas, presentan una hepertolerancia al desgaste físico y emocional y tratando de ser “buenos”, son “adictos al trabajo”, “salvadores” de la empresa donde trabajan, son excelentes esposos, papás y extensivamente buenos hijos y hermanos, son los que mantienen a sus padres, suegros , algún hermano(a), sobrinos, a uno que otro cuñado y hasta a ahijados(as).

En el ámbito de la familia, los hombres codependiente suelen ser padres controladores y ver a sus hijos(as) como una extensión de ellos, por tanto se empecinan en querer decidir lo que es mejor para ellos(as) (que deben estudiar, como deben vestir, de quién se deben enamorar, con quién se deben relacionar). Como resultado de este tipo de crianza observamos posteriormente rebeldía adolescente, adultos inseguros y devaluados o coraje reprimido, el cual se puede manifestar en comportamientos auto destructivos, que muchas veces lleva a que el hijo(a) sea pasivo-dependiente, reedite patrones codependientes en su vida adulta o desarrolle un trastorno adictivo, y/o codependiente, entre otros padecimientos psicológicos.

Por otro lado, debido a sus rasgos pasivos y devaluados, cuando un hijo(as) está “activo(a)” en la adicción, al padre codependientes se le complica diferenciar su función paterna, de actitudes codependientes, por lo que en ocasiones confunden el rol de apoyo psicológico necesario, con sobreprotección, o se previenen de no caer en codependencia, descuidando (evitando) sus funciones. Así están: “los que no meten la mano” y los que “se hacen de la vista gorda” ante las adicciones, delegando toda la responsabilidad de la crianza en la madre u otros parientes cercanos.

Posteriormente, si la persona tiene mucho resentimiento debido a la sobreprotección de los padres, visualizará en su cónyuge a una persona que desea controlarlo, lo cual lo llevará a dificultades para la intimidad en la relación. Por otro lado, pueden apegarse también excesivamente a cualquier persona que les brinde amor, o lo que ellos piensan que puede ser el amor (por ejemplo: llamar por celular a la pareja unas 15 veces al día). Por otro lado, he visto personas irse al otro extremo, al no haber tenido amor llegan a temerle y viven la vida evitando involucrarse en relaciones sentimentales.

Según Puget (2001), “el ir siendo sujeto (sano, maduro y autónomo) proviene de un estar en un vínculo, habitando un espacio, adquiriendo nuevas características y cualidades al ser “dos”. Ese proceso de “subjetivación”, o sea, cuando hay espacio para la ajenidad y se tolera y acepta, esto se convierte en el elemento potenciador del vínculo”. La fuerza de la función vinculante, es la que constituye la entidad vincular, la cual es promovida por el juego de las diferencias entre los miembros de la pareja, cosa que no ocurre en el vínculo codependiente.

Pasando al rubro de cómo se configura la infidelidad en los vínculos de pareja, pareciera que los hombres, desde sus historias de maltrato y abandono infantil, no están carentes de afecto, a ellos solo “les gana la hormona”, sin embargo, frecuentemente relacionado a sus búsquedas de intimidad con la primera mujer que se les ponga enfrente, observamos un mero aferramiento y un ego hambriento de afecto, como es el caso de las mujeres codependientes (“ella me sedujo y yo me deje atrapar”), algunos disfrazan el asunto de su codependencia, diciendo que son: “hombres fáciles”.

Ya en el matrimonio, buscan una cónyuge criticona o adoptan el rol de perseguidor y demandante de atenciones y fidelidad. También pueden apegarse a parejas que le manifiesten y demuestren, casi incondicionalmente, admiración u aprobación o sea que, se da un encuentro de narcisismos maltrechos, por necesidad de resarcir autoestimas vulneradas. Ahora bien, las dificultades que tiene el hombre codependiente de intimidad, de poder comprometerse con la pareja y tener la fortaleza de consolidar un proyecto creativo adulto, se debe a que el ideal de mujer para un hombre que es codependiente, es una mujer rescatadora, cosa que hace que estos hombres se desilusiones rápidamente de sus parejas y regresen con su amantes, con sus mamás o se protejan del compromiso a través del “donjuanismo”.

En la clínica con las parejas evidenciamos igualmente en los vínculos codependientes, la presencia del imaginario “tú y yo somos uno”, con la negación y desconocimiento de la “ajenidad del otro”, “la diferencia” del cónyuge. La consecuente patología, es generadora de insatisfacción en las parejas, aún siendo estas funcionales en muchos aspectos, sumergiéndose estas en el reproche “por que el otro tiene vida privada”, gestándose vivencias de atrapamiento, miedo al estar solo y de empobrecimiento vincular debido a necesidades de sometimiento y control en uno y las vivencias del abuso, por parte del otro.

Desde esta perspectiva vincular actual, encontramos que como menciona Castoriadis (2000) impera un “imaginario radical”, expresado en la necesidad de la pareja unida (a ultranza “hasta que la muerte los separe”), representada en la poesía, en los medios masivos de comunicación (novelas y revistas) y en la música romántica, la cual ofrece un discurso y modelo que exalta la identificación, la idealización, la completud y la complementariedad. No hay espacio mental para el reconocimiento y menos para la aceptación y procesamiento de la diferencia y la ajenidad. De allí, las grandes ansiedades y dificultades para la terminación de estos vínculos o las conductas fallidas de control, búsqueda y/o expresión de amor a través de los celos. Solo como un ejemplo, salgamos al rato y escuchemos las canciones: “Miedo” de Pepe Aguilar, “Lloro” de Sin Bandera, “Una vez nada más” de O.V., y “Contigo hasta morir” de Jair y estos cantantes tocaran con su estribillo lastimero los “huesos” de la codependencia en el hombre.

En consulta, el vínculo codependiente patológico dificulta la toma de conciencia en los miembros de la pareja en cuanto al deterioro y el pronóstico pobre sobre su situación. Al explorar más detenidamente estas resistencias, a menudo se encuentra que buscan soluciones rápidas y cambios en el afuera; no se adhieren al tratamiento, ni siguen las indicaciones psicológicas, adoptando comúnmente actitudes de manipulación a través de cuadros psicosomático (en este grupo están los codependientes cardiacos-infartosos a la primera de cambio, los diabéticos-comatosos, débiles pero controladores y los nerviosos, pero obstinados y agresivos a fin de que no se aborde la simbiosis patológica (su codependencia), no se toquen las fallas caracteriales expresadas en incomunicación, agresión física y verbal, actos de infidelidad, atentado a las normas familiares, pérdida de los límites y la autoridad, entre otros.

Existen también los trastornos duales en los codependientes y un subtipo clínico sociopático caracterizado por parasitismo, búsqueda de sensaciones a través de las drogas, el juego y las mujeres, manipulación sistemática, egoísmo y egocentrismo, que se expresa a través de la violencia doméstica al instaurar un aislamiento social progresivo hacia la pareja, intimidación y/o coerción económica hacia la pareja.

Algo que es importante destacar dentro de la atención al codependiente, es el hecho de que la comprensión del problema por parte del afectado no equivale a querer solucionarlo, ya que lo que determina el vínculo es la indolencia en estas personas. La actitud indolente es clave, como también el pensamiento mágico (omnipotente) que los escuda del dolor, ya que al sujeto parece no dolerle o importarle el sufrimiento al existir una fuerte negación del problema, un mecanismo irracional o racionalizador para justificar su comportamiento (“se que esta relación está mal, pero no la puedo dejar y prefiero seguir con ella”). También existe una fuerte tendencia a repetir los mismos esquemas vinculares con sucesivas parejas, sobresaliendo una especie de fobia a la autonomía (Sirvent, 2001) y la compulsión a la repetición de Freud, en estos hombres.

En tratamiento, muestran una actitud dependiente hacia el terapeuta a través de la postura del “dígame doctor”, situación que expresa una frecuente tendencia en los codependientes a abandonar el rol paternal en los terapeutas, las instituciones, en los “padrinos”(*) o en el resto de la familia codependiente (abuelos, tíos, hermanos, etc.). Abandonan también los tratamientos porque esperan cambios rápidos, casi mágicos y debido a que se mantienen en la indolencia de pronto en la contratransferencia provocan en los terapeutas impotencia, y hasta indiferencia en muchos casos, situación ante la cual el terapeuta debe estar muy atento para darle el manejo adecuado.

*Trabajo leído en el XVI Congreso de la Federación Latinoamericana de Psicoterapia Analítica de grupo. (FLAPAG.) Y X Congreso de la Asociación Mexicana de Psicoterapia Analítica de Grupo (AMPAG.). 11-14/Noviembre/2004, Guadalajara, Jal., México. Dirección: Ave. Amores # 703-2 Col. del Valle. C.P. 03100. México D.F. Tel. 5536 2614. e-mail: jcastrellon@gruporeflexion.com.mx

1 Codependiente: el prefijo “co” se entiende como el “estar al lado”, se refiere a alguien que está junto, que está ayudando. Habría que destacar que la persona que está al lado “ayudando”, de hecho, a lo que ayuda es a prolongar el padecimiento del “dependiente” a sustancias tóxicas al organismo.

FUENTE: http://www.gruporeflexion.com.mx/publicaciones/vinculocodependiente.htm#nota_1