Respaldo de material de tanatología

Autoestima: mi reencuentro

Objetivos:
1. Crear un ambiente positivo, de confianza y respeto entre todos los participantes.
2. Descubrir la importancia de la auto-aceptación y la autoestima en el desarrollo personal.
3. Aprender técnicas de auto ayuda para propiciar la introspección, inculcar la auto-aceptación y aumentar la autoestima.
4. Experimentar en un espacio seguro, una comunicación más abierta y analizar las propias creencias.
5. Brindar herramientas para disfrutar más de la vida y de ser uno mismo.

Requerimientos:
1. Una actitud abierta a nuevas posibilidades.
2. Mostrar respeto por todos los participantes.
3. Ganas de disfrutar más de la vida.
4. Edad suficiente para hacerse responsable de sí mismo.

“Aquel que se ama a sí mismo no tiene rival alguno”

Benjamín Franklin.

Introducción

El padre de la psicología norteamericana es William James, y en su libro Principios de Psicología, cuya primera edición se publicó en 1890, hallamos el primer intento de definir la autoestima. Lo primero que James nos dice sobre sí mismos es que basa su autoestima en cómo se compara con los demás en cualquier tema que elige. Si nadie más puede estar a la par de su pericia, su autoestima queda satisfecha. Si alguien lo supera, se destruye. Esta no es la fórmula para una autoestima positiva sino una receta para la ansiedad.

La autoestima cobró fuerza en la década de los ochenta. No sólo empezaron a publicarse cada vez más libros que hacían referencia a la palabra y se extendían sobre el tema en grado diverso, sino que comenzaron a aparecer estudios más científicos. Sin embargo, aún hoy no hay consenso en cuanto a lo que significa el término.

El propósito de este curso no es tratar exhaustivamente el gran tema de lo que podemos hacer para curar o reconstruir una autoestima dañada, sino fundamentalmente explorar qué es la autoestima.

Este es el punto de partida necesario. Si bien actualmente se habla mucho del tema, no hay comprensión compartida del significado de la autoestima o de las razones por las cuales es tan importante para nuestro bienestar.

Una de las propuestas es observar el poderoso rol que juega la autoestima para todos nosotros en las elecciones y decisiones claves que dan forma a nuestras vidas.

Se describe la buena autoestima y se indica las operaciones mentales de las que ésta depende.

Se hacen observaciones acerca de las fuentes de la autoestima positiva, en la medida en que depende de nuestras propias elecciones y comportamiento.

Así mismo, se trata de la aplicación de los principios de la autoestima al lugar de trabajo.

Esperamos que deseen ir más allá y aprender más acerca de la autoestima ya que de todos los juicios que emitimos en la vida, ninguno es más importante que el juicio que emitimos sobre nosotros mismos.

LA PROPIA IMAGEN ES EL DESTINO.

Lic. Martha Noemí Caraveo Pacheco.

“No hay peligro en mirar en el interior” Louise L. Hay

LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA

El modo como nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta en forma decisiva virtualmente todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, el amor, el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestras respuestas ante diversos acontecimientos que dependen de quiénes y qué pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de nuestra visión íntima de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso. También es la clave para comprendernos y comprender a los demás. La autoestima es una necesidad psicológica básica. La autoestima es estar dispuestos a ser conscientes de que somos capaces de ser competentes para enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida y de que somos merecedores de la felicidad. Esto está compuesto por dos ideas básicas: a)Autoeficacia, es decir confianza en nuestra capacidad de pensar, aprender, elegir y tomar las decisiones adecuadas, y b) auto respeto, es decir, confianza en nuestro derecho a ser felices. Los desafíos básicos de la vida incluyen aspectos tan fundamentales como ser capaz de ganarse la vida y cuidar de uno mismo; ser competente en las relaciones humanas, es decir, capaz de mantener relaciones mayoritariamente satisfactorias para ambas partes; y tener resistencia que nos permite recuperarnos de la adversidad y perseverar en nuestras aspiraciones.

Refleja “el juicio implícito que cada uno hace acerca de su habilidad para enfrentar los desafíos de su vida (para comprender y superar sus problemas) y acerca de su derecho a ser feliz (respetar y defender sus intereses y necesidades).

Tener una alta autoestima es sentirse confiadamente apto para la vida, es decir, capaz y valioso. Tener una autoestima baja es sentirse inepto para la vida; desacertado, no con respecto a esto o aquello, sino desacertado como persona. Tener autoestima término medio es fluctuar entre sentirse apto e inepto, acertado y desacertado como persona, y manifestar estas incoherencias en la conducta â??actuar a veces con sensatez, a veces tontamente-, reforzando, con ello, la inseguridad.

Desarrollar la autoestima es desarrollar la convicción de que uno es competente para vivir y digno de ser feliz, y por lo tanto equivale a enfrentar la vida con mayor confianza, benevolencia y optimismo, lo que nos ayuda a alcanzar nuestras metas y experimentar la plenitud. Desarrollar la autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser felices.

Cuando apreciamos la verdadera naturaleza de la autoestima, vemos que no es competitiva ni comparativa.

La genuina autoestima no se expresa por la auto glorificación a expensas de los otros, o por el afán de ser superior a los otros o de rebajarlos para elevarse uno mismo. La arrogancia, la jactancia y la sobrestimación de nuestras capacidades refleja más bien una autoestima equivocada y no, como imaginan algunos, un exceso de autoestima.

Una de las características más significativas de la autoestima saludable es que es el estado de una persona que no está en guerra ni consigo mismo ni con los demás.

La importancia de una autoestima saludable reside en que es la base de nuestra capacidad para responder de manera activa y positiva a las oportunidades que se nos presentan en el trabajo, en el amor y en la diversión. Es también la base de esa serenidad de espíritu que hace posible disfrutar de la vida. La autoestima nos fortalece, nos da energía y nos motiva. Nos anima a tener éxito y nos permite disfrutar y estar orgullosos de nuestros logros. La autoestima es una experiencia íntima: reside en el centro de nuestro ser. Es lo que pienso y lo que siento sobre sí mismo, no lo que piensa o siente alguna otra persona acerca de mí. Mi familia, mi pareja y mis amigos pueden amarme, y aún así puede que yo no me ame.

“La autoestima es lo que te impulsa a lograr tus más altos objetivos y lo que te sostiene en los momentos difíciles. Si aumentas el amor por ti mismo, tu vida cambiará por completo” Francisco J. Angel

AUTOESTIMA

A la capacidad de tener confianza y respeto por uno mismo se le llama autoestima. (Susan Pick, Planeando tu vida, p. 277).

Es propiciada desde el nacimiento, o tal vez antes, ya que el hecho de que el niño o la niña se sientan deseados por sus padres les va a dar la posibilidad de sentirse esperados y queridos. De lo contrario, crecerá con un sentimiento de rechazo y baja estima. Es en el núcleo familiar en donde el niño adquiere las bases que necesita para una autoestima adecuada, que le permita sentirse apto para la vida, o con una autoestima inadecuada que lo haga percibirse como un ser inepto para enfrentarse al futuro.

Tanto la actitud de la madre como sus características personales son de suma importancia en el desarrollo de la confianza y el sentimiento de valía en los hijos; por lo tanto, es ella quien con su constancia, responsabilidad, interés, presencia y como satisfactora de necesidades, genera en los hijos el sentimiento interno de seguridad, de confianza en sí mismos y de sentirse dignos de la confianza de los demás.

Los padres tendrán que ser “espejos” que reflejen al hijo sus cualidades y logros, ayudándole así a crear un sentido de auto confianza dentro de su familia y dentro de la sociedad. Esta confianza en sí mismo y en los que le rodean, le ofrecerá una base firme para desarrollar su identidad con la certeza de ser aceptado, valioso y capaz.

Asimismo, los padres deben creer en los hijos (as) y producir en ellos la convicción de que lo que hacen tiene un significado; esto se logra a través de la empatía. O sea, percibir la necesidad del otro y responder adecuadamente de tal manera que el niño se sienta realmente comprendido.

Durante el crecimiento del niño (a), y posteriormente en la adolescencia, será el medio ambiente familiar el que ayudará a reafirmar su autoestima. Si ésta no se desarrolló de manera favorable dentro del núcleo familiar, probablemente el individuo tendrá sentimientos de soledad y rechazo, lo que se traducirá en minusvalía, lo cual le impedirá sentirse apto (a) para alcanzar sus metas.

En algunas ocasiones los padres frustran la posibilidad de una fuerte autoestima con base en la creencia de que sus hijos (as) serán adultos presumidos. Esto es un error, lejos de la presunción, estos niños (as) serán seres humanos seguros de sí mismos (as) y fuertes ante la adversidad. En otras ocasiones, la misma sociedad no permite que las personas muestren sus cualidades. Existen prejuicios tales como: “No debes mostrar tus cualidades, eso es presunción”. “Una cualidad importante es la modestia”. “Debes ser humilde”. Ã?stas son frases que escuchamos comúnmente y corresponden a las necesidades sociales. Los individuos con una baja autoestima están más sometidos a patrones vigentes, mientras que una adecuada autoestima se asocia con un reconocimiento de cualidades y defectos y una mayor conciencia de los alcances y limitaciones para luchar y obtener condiciones de vida.

La autoestima deberá ser sentida como la esencia interna de sí mismo (a). No necesita reconocimientos externos; la verdadera autoestima posee el reconocimiento interno, es la fe y respeto por nosotros mismos y es captada a través del amor, el respeto y la fe con la que nos nutrieron desde niños.

Una buena autoestima nos permite crecer, ser libres, creativos, alegres, amistosos, amorosos, sentirnos plenos y con capacidad de dar y recibir.

La palabra autoestima nos habla de cuánto nos valoramos y queremos a nosotros mismos. No todas las personas nos sentimos satisfechas con nuestra apariencia física, con nuestro carácter, con la forma en que nos comportamos, con lo que hemos logrado en la escuela, con nuestros amigos o dentro de la familia. Estos factores determinan cómo nos sentimos con nosotros mismos, qué tan contentos estamos con ser como somos, qué tanto nos aceptamos y que tanto nos queremos.

¿Qué es la autoestima?

La autoestima está directamente relacionada con la auto imagen o el auto concepto, y que son los conocimientos y sentimientos que el individuo tiene sobre sí mismo. Tanto el desarrollo de la realidad individual como la capacidad de autoestima, están consideradas como un proceso. Ambos factores han de avanzar simultáneamente. La autoestima y el desarrollo personal se complementan entre sí; es imposible avanzar en el camino de la evolución humana sin una estima correcta y sin un crecimiento adecuado. La autoestima implica necesariamente que sintamos que somos valiosos, pero también que somos eficientes.

“La autoestima es una parte fundamental para que el hombre alcance la plenitud y la autorrealización en la salud física y mental, productividad y creatividad, es decir, es la plena expresión de sí mismo”. Es apreciar el valor e importancia propios, y tener el carácter para ser responsable de sí y de actuar responsablemente hacia los demás.

“El hombre tiene capacidad para elegir la actitud personal ante cualquier reto o un conjunto de circunstancias y así decidir su propio camino. Lo que el hombre llega a ser lo tiene que ser por sí mismo” (Nathaniel Branden).

A la autoestima se le ha llamado la clave del éxito personal, porque “ese sí mismo” a veces está oculto y sumergido en la inconsciencia o en la ignorancia.

Autoestima es la “suma de la confianza y respeto por uno mismo”. En ella hay un sentimiento:

. Me siento capaz de lograr cosas, de superar problemas, de salir adelante. Confío en mis capacidades para enfrentar la vida a pesar de mis límites.

. Me siento valioso y con derecho a ser feliz, y por lo tanto estoy pendiente de mis emociones, deseos y necesidades.

La autoestima influye en cada situación y acto de nuestra vida: en el trabajo, el estudio. La relación de pareja, la diversión y, por supuesto, la sexualidad.

La autoestima es el puente entre quién es y qué hace, entre el éxito interno y el externo. La autoestima significa creer en ti. Se ha definido la autoestima como apreciar sus puntos fuertes y destrezas, tener un sentimiento de poder y responsabilidad por sus propias acciones; un sentido de afecto mutuo entre usted y los demás y un sentido de dedicación a la sociedad ( Lynn Silton).

La autoestima es el antídoto más eficaz contra la depresión, la ansiedad o el estrés. Le permite actuar. La acción sigue al pensamiento. Pensar en lo que no puede hacer a menudo hace que fracase. Quedarse en los ensayos del pasado es un ensayo para repetir la actuación. Por otro lado, la acción positiva puede hacer realidad sus sueños. La energía y dirección centradas conducen a la mejor autoestima y éxito. La autoestima es una experiencia íntima; habita en mi alma. Es lo que yo pienso y siento respecto a mí mismo, no lo que otra persona piensa o siente respecto a mi.

La principal tarea del hombre en la vida es darse nacimiento a sí mismo, llegar a ser lo que potencialmente es. El producto más importante de este esfuerzo es su propia personalidad (Erich Fromm, el Arte de Amar).

Por tanto la autoestima la podemos definir como el conjunto de creencias (limitantes o desarrolladoras) y valores (virtuosos o viciosos) que el sujeto tiene acerca de quién es, de sus capacidades, habilidades, recursos y potencialidades, pasadas, presentes y futuras, que le han conducido hasta donde está y que le llevarán hasta donde crea que puede llegar.

La autoestima adecuada no es algo con lo que nacemos ni es posible comprarla en un puesto de revistas ni en una tienda de videos; no se adquiere por ir a una conferencia ni por asistir a un taller; es, sencillamente, el resultado del esfuerzo personal y cotidiano por alcanzarla, y una vez alcanzada por mantenerla, pues tampoco es un estado que se adquiera de una vez y para siempre: sube, baja, se cuestiona, peligra, se recobra.

Cuando la autoestima es alta, nos sentimos llenos de energía y entusiasmo, nos sentimos capaces de todo, nos sentimos seguros de nuestro propio valer y nuestra importancia. La alta autoestima busca el desafío y el estímulo de los objetivos difíciles y que merecen la pena. Alcanzar dichos objetivos nutre la buena autoestima.

Una persona con autoestima alta piensa que su vida hace una diferencia importante en el mundo y en las personas que le rodean. Tiene confianza en sus capacidades. Se caracteriza por su honestidad, su amor hacia sí misma y hacia los demás y porque expresa su libertad. Demuestra integridad entre sus valores y sus acciones, entre lo que siente y lo que dice, entre su comunicación verbal y no-verbal. Está bien consciente de que su mejor recurso es su propia persona. Sabe que puede contar con ella misma para todo lo que sea necesario. Tiene confianza en su presente y esperanza en el futuro. Se acepta tal como es y, al mismo tiempo, desea mejorar. Disfruta cuando logra mejorar, pero entiende que no siempre es posible.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, mejor preparados estaremos para enfrentar las adversidades; cuanto más flexibles seamos, más resistiremos las presiones que nos hacen sucumbir a la desesperación o a la derrota. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, nuestras comunicaciones tendrán la posibilidad de ser más abiertas, sinceras y adecuadas, porque creeremos que nuestros pensamientos son valiosos y por lo tanto aceptaremos la claridad en lugar de temerla.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más ambiciosos tenderemos a ser, no necesariamente en nuestra carrera o profesión o en un sentido económico, sino en términos de lo que esperamos experimentar en la vida en el plano emocional, creativo, espiritual.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más posibilidades tendremos de entablar relaciones enriquecedoras y no destructivas, ya que lo semejante se atrae, la salud llama a la salud, y la vitalidad y la generosidad de ánimo son más apetecibles que el vacío afectivo y la tendencia a explotar a los demás. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, tendremos más disposición a establecer relaciones positivas en lugar de tóxicas. Esto se debe a que los que se parecen se atraen, y la salud se siente atraída por la salud. La vitalidad y la extroversión de los demás son, naturalmente, más atractivas para las personas con buena autoestima que la vacuidad y la dependencia. Los hombres y mujeres que confían en ellos mismos se sienten atraídos unos por otros de una forma natural. A la inversa, las mujeres y los hombres inseguros también se sienten atraídos y establecen relaciones destructivas.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más nos inclinaremos a tratar a los demás con respeto, benevolencia y buena voluntad, ya que no los percibiremos como amenaza, no nos sentiremos “extraños y asustados en un mundo que nunca hicimos” (citando el poema de A. E. Housman),y porque el respeto por uno mismo es la base del respeto por los demás.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más alegría experimentaremos por el solo hecho de ser, de despertarnos a la mañana, de vivir dentro de nuestros cuerpos. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más ambiciosos seremos, no sólo en sentido profesional o financiero, sino en materia de lo que esperamos experimentar en nuestras vidas: emocional, romántica, intelectual, creativa y espiritualmente. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, mayor será el deseo de expresarnos, reflejando nuestra riqueza interior .

Cuando la autoestima es baja, estamos cansados, nada nos entusiasma, nos sentimos inseguros de lo que somos capaces de hacer, sentimos que valemos poco. La baja autoestima busca la seguridad de lo conocido y lo fácil. Confinarse a lo conocido y lo fácil sirve para debilitar la autoestima. Cuanto más baja sea nuestra autoestima, más urgente será la necesidad de “probarnos” a nosotros mismos o de olvidarnos de nuestras necesidades viviendo de manera mecánica e inconsciente.

La baja autoestima tiende a generar depresión y ansiedad. Si nos sentimos significativamente carentes de eficacia y valor, casi con seguridad sentiremos que la existencia es aterradora e infructuosa.

Una persona con autoestima baja piensa que es insignificante. Se pasa la vida esperando que le ocurran las peores catástrofes, hasta que le ocurren. Vive sus días aislada del mundo. La soledad parece perseguirla. Tiene enormes dificultades para comunicarse. Cuanto más baja sea nuestra autoestima, nuestras comunicaciones tenderán a ser más turbias, evasivas e inadecuadas debido a la desconfianza en nuestros propios pensamientos y sentimientos, así como a la ansiedad ante la respuesta de nuestros interlocutores.

Puesto que la autoestima se aprende, podemos también cambiarla y volverla más positiva.

Un especialista en relaciones humanas, Satir (1981) ha dicho:

“Siempre hay esperanza de que la vida cambie porque siempre se pueden aprender cosas nuevas.”

Los principales pasos para mejorar la autoestima son:

Reconocer que nuestra autoestima es baja.

Convencerse de que la autoestima se puede cambiar.

Decidir cambiarla.
Otras ideas que ayudarán a mejorar la autoestima son:

Reconocer que solamente nosotros mismos podemos hacer el cambio. En realidad, nadie más tiene esa responsabilidad ni esa capacidad. Quizás hay algunos de nosotros que creemos que la autoestima la produjeron otros (casi siempre es más fácil culpar al resto del mundo).

Hacer un balance de las virtudes y los defectos. Todos tenemos cualidades y defectos y todos podemos sacarle partido a nuestras cualidades y cambiar algunas de las características propias que nos disgustan.

Empecemos primero por uno de los defectos. Debemos estar conscientes de que no todo lo que disgusta se podrá modificar. Pero siempre hay esperanza. Algunas cosas que disgustan no pueden ser cambiadas. Por ejemplo, es poco probable que alguno pueda aumentar su estatura, cambiar la forma o el tamaño de sus orejas, estrenar un nuevo color de ojos. Pero, está dentro del alcance de la mayoría de nosotros cambiar algunos defectos. Por ejemplo, con dietas o ejercicios podemos mejorar el cuerpo, con un especialista en cortes de cabello podemos cambiar su forma o el estilo de peinado.

Para aprender una nueva actitud personal, comencemos con lo sencillo. Y, por supuesto, premiémonos generosamente al alcanzar una meta, por pequeña que ésta sea.

Cualquier cambio que planeemos hacer, hagámoslo para complacernos a nosotros mismos. Podemos complacer a algunas personas por cierto tiempo, pero no podemos complacer a todo el mundo todo el tiempo. Ni tiene caso hacerlo. Nadie puede caerle bien a todos.
Tener una buena autoestima significa ver verdaderamente quien soy, autónomo, capaz de poner límites, orgulloso de ser quien soy y, por último, absolutamente abierto a recibir del universo lo que me he ganado. La autoestima se aprende de los padres, si yo he recibido valoración dela fuera, si mis padres me consideraban valioso, me aceptaban como era, me daban cierta autonomía, respetaban mi privacidad; si estaban orgullosos de mí y me hacían sentir reconocido, sin que me quedara endeudado o culpable cuando me daban algo (vamos recorriendo el esquema de la palabra valor), entonces es más fácil para mí darme cuenta de que soy valioso.

VERDADERO (autoaceptado verdaderamente)

AUTÓNOMO (libre de fijar sus propias normas)

LIMITANTE (capaz de poner límites)

ORGULLOSO (contento de ser quien es)

RECEPTIVO (aceptador del reconocimiento del medio)

Para algunos autores es como una escalera que se construye con distintos escalones. Estos escalones son:

-Auto conocimiento

-Auto concepto

-Auto evaluación

-Auto aceptación

-Auto respeto

-Auto estima

AUTO CONOCIMIENTO

“Cuando aprendemos a conocernos en verdad vivimos” (Schüller).

El auto conocimiento es conocer las partes que componen al “yo”. Cuáles son sus manifestaciones, necesidades y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente.

Es imposible amar algo que no conozco. No puedo amarme y respetarme si no conozco los aspectos que me integran.

Conocerme significa percibirme completo: mi cuerpo, mis pensamientos y sentimientos, y mi capacidad de relacionarme con otros.

Conocerme es descubrirme con capacidades, habilidades y virtudes, pero también con límites, defectos, errores.

Conocerme es darme cuenta de que cambio, no siempre soy igual, soy alguien dinámico y cambiante como cambiante y dinámica es la vida. Es conocer las partes que componen el yo, cuáles son sus manifestaciones, necesidades, y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente. Al conocer todos sus elementos, que desde luego no funcionan por separado sino que se entrelazan para apoyarse uno al otro, el individuo logrará tener una personalidad fuerte y unificada; si una de estas partes funciona de manera deficiente, las otras se verán afectadas y su personalidad será débil y dividida, con sentimientos de ineficiencia y devaloración.

AUTO CONCEPTO

“Dale a un hombre una auto imagen pobre y acabará siendo un siervo” R. Schüller).

El auto concepto es una serie de creencias acerca de uno mismo, que se manifiestan en la conducta. Si alguien se cree tonto, actuará como tonto; si se cree inteligente o apto, actuará como tal.

Es la visión o la imagen que tengo de mí mismo. Si digo: “Yo creo que soy…” todo lo que diga acerca de mí, es mi auto concepto. Todos tenemos una idea de lo que somos y de cómo somos. A veces, esa idea es real, pero a veces no lo es . Esa idea depende mucho de las etiquetas que las demás personas nos han puesto a lo largo de nuestra vida. El auto concepto es el conjunto de creencias que una persona tiene acerca de lo que es ella misma. Cada persona se forma, a lo largo de su vida, una serie de ideas o imágenes que la llevan a creer que así es. Hay personas que creen firmemente en su capacidad para ganar dinero o para vencer en la vida, y también, por desgracia, existen las que se han formado un auto concepto negativo, de manera que están convencidas de su incapacidad para triunfar o para aprender y progresar. Si una persona cree que no es apta para las matemáticas, aunque tenga cualidades para ellas, será inútil. Ninguna persona ha nacido para tapete ni para víctima. Nadie ha nacido fracasado, ni pecador sin esperanzas.

AUTO EVALUACION

“El sentirse devaluado e indeseable es en la mayoría de los casos la base de los problemas humanos” (C. Rogers).

La auto evaluación refleja la capacidad interna de evaluar las cosas como buenas si lo son para el individuo, le satisfacen, son interesantes, enriquecedoras, le hacen sentir bien y le permiten crecer y aprender; y considerarlas como malas, si para la persona lo son, no le satisfacen, carecen de interés, le hacen daño y no le permiten crecer.

Es la capacidad de evaluar como positivo o negativo aquello que sea positivo o negativo para mí, reflexionando al mismo tiempo sobre normas y valores de la sociedad. Poco a poco vamos a encontrar los puntos que van a guiar nuestra conducta, desarrollaremos nuestro propio juicio y aprenderemos a confiar en él, en lugar de basarnos solamente en lo que piensan las demás personas. Y es así, porque confío en mi propio juicio. La auto evaluación requiere estar consciente de sí mismo. El Dr. Elkins dice: “El darse cuenta de uno mismo es la llave para cambiar y crecer”. Cada uno tiene que encontrar e ir haciendo su camino, el que lo lleve a ser una persona valiosa para sí mismo y los demás. El “darse cuenta”, según la teoría de la Gestalt, es prestar más atención a las propias vivencias para comprenderlas y así comprender la existencia; “darse cuenta” de lo que está pasando en ese momento a su alrededor, cómo y qué se percibe, qué siente y cómo queda consigo mismo con la decisión que está tomando. Todo aquello que fue grabado es susceptible de transformarse y cambiar si hay voluntad: “Somos los arquitectos de nuestro propio destino”, “los escultores de nuestra más importante cultura”.

AUTOACEPTACION

“La actitud del individuo hacia sí mismo y el aprecio por su propio valer juega un papel de primer orden en el proceso creador” (M. Rodríguez).

La auto aceptación es admitir y reconocer todas las partes de sí mismo como un hecho, como la forma de ser y sentir, ya que sólo a través de la aceptación se puede transformar lo que es susceptible de ello. Sin auto aceptación la autoestima es imposible. Nos quedamos bloqueados en un hábito de conducta de autorrechazo, el crecimiento personal se ve reprimido y no podemos ser felices.

Aceptar, es experimentar la realidad de una manera completa, sin negarla ni evitarla. Es admitir y vivir como un hecho todas las partes que hay en mí. Aceptarme es ser capaz de sentir y decir: soy todas estas características; mi cuerpo, emociones, deseos, ideas, son partes de mí, independientemente de que algunas me gustarán y otras no. Fíjate: aceptarme no es necesariamente gustarme, sino reconocerme que soy como soy.

Para aceptarme no tengo que negar que soy, al contrario, se tata de aprender a amarme y respetarme con todas mis características: lo positivo y lo negativo, mis capacidades y mis limitaciones, mis aciertos y mis errores. Es necesario rodearse de una atmósfera donde se promueva la confianza, el afecto, el respeto, y la aceptación, y no seguir en una donde estos valores son ignorados o rechazados; tener actividades donde sea posible el éxito, y no aquéllas en que se sabe de antemano que se va a fracasar. Auto aceptarme no significa estar en guerra con nosotros mismos, no negar nuestra realidad actual, en este momento de nuestra existencia. La autoaceptación es negarse a tener una relación de enfrentamiento con uno mismo. Es uno de los fundamentos indispensables para construir una autoestima saludable.

AUTO RESPETO

“La autoestima es un silencioso respeto por uno mismo” (Dr. Elkins).

Auto respetarse es atender, hacer caso a las propias necesidades para satisfacerlas, vivir según nuestros propios valores, y expresar nuestros sentimientos y emociones, sin hacernos daño ni culparnos. Buscar y valorar todo aquello que lo haga a uno sentirse orgulloso de sí mismo.

Si me respeto, estoy al tanto de lo que deseo y necesito para estar bien, pero no solo me doy cuenta: actúo para lograrlo.

Si me respeto defiendo â??aún ante mí mismo- mi derecho a ser la persona que realmente soy. El auto respeto es entender las propias necesidades y valores para satisfacerlos; expresar y manejar en forma conveniente los sentimientos y emociones, sin hacerse daño ni culparse: buscar y valorar todo aquello que lo lleve a sentirse una persona orgullosa de sí misma. Sólo en la medida de este auto respeto se atenderán las necesidades y valores de los demás; no se hará daño, juzgará ni culpará. Se valorarán gracias a las propias necesidades y valores, se entenderá que así como uno tiene los suyos y los necesita, así el otro tiene los suyos y los necesita.

AUTOESTIMA

“Solo podemos amar cuando nos hemos amado a nosotros mismos”.

Quien se quiere a sí mismo se conoce y se acepta tal como es, conoce sus cualidades y sus limitaciones. Todas las personas valemos por nosotras mismas. No es necesario ser el o la mejor. Lo importante es hacer nuestro mejor esfuerzo y sentirnos satisfechos con nuestros logros. La autoestima es la síntesis de todos los pasos anteriores. La autoestima es el aprecio que tenemos por nosotros mismos, de nuestra forma de pensar, actuar y sentir. Ella nos permite reconocer nuestras capacidades y confiar en nosotros mismos. Nuestra persona con las propias virtudes, defectos, emociones, sentimientos, necesidades, etc., es el equipo que tenemos para vivir y así como somos debemos aceptarnos y querernos incondicionalmente, tomando en cuenta que hay cosas de nosotros que podemos modificar.

“El pasado no tiene poder sobre mí” L. Hay

¿CÃ?MO SE FORMA LA AUTOESTIMA?

El sentimiento de valor propio lo aprendemos desde la infancia.

Desde niños pequeños interactuamos con otras personas : nos sentimos apoyados en menor o mayor grado, recibimos palabras de aliento o desaliento, directa e indirectamente de los padres y de otras personas. De las experiencias y comunicaciones con otras personas comenzamos a formarnos una imagen de nosotros mismos, adquirimos una especie de balanza en la que comparamos nuestro propio valer contra el que nos ha dado el mundo adulto.

A través de estas primeras comunicaciones recibimos: ideas de lo que otros sienten hacia nosotros, diversas opiniones sobre qué tan capaces somos para hacer o no las cosas, qué tan agradables o desagradables somos, qué tanta confianza nos tienen, qué tan independientes o dependientes quieren que seamos. Al transcurrir el tiempo, vamos asimilando el concepto que los otros nos transmiten y le vamos asignando una calificación a este concepto. Esta “calificación” es la autoestima. Ã?sta representa qué tanto nos queremos a nosotros mismos.

Existen varias razones para desarrollar una autoestima positiva:

En la medida en que nos conocemos y aceptamos, estaremos más contentos, satisfechos y tranquilos.

Si estamos contentos con nosotros mismos, interactuaremos más constructivamente con otros y lograremos más y mejores metas.

Será más probable que otros nos vean, respeten y admiren, de una manera más positiva, si nos aceptamos como somos. Si tenemos autoestima será más fácil que otros también nos quieran.

La autoestima positiva es un motivador poderoso de nuestra conducta que trabaja para mantener la propia estabilidad y nos brinda una serie de expectativas (metas) de logro y éxito. El autor, Rob Solomón, nos ofrece siete claves para construir y mantener un posición de sólidos valores personales y de una autoestima positiva.
1. Haz una revisión realista de ti mismo.

¿Cuáles son tus posibilidades y tus limitaciones? ¿Qué sabes hacer bien y hasta dónde está tu alcance?

Para poner límite necesito:

Comunicar claramente mis ideas.

Saber cuáles son mis necesidades.

Expresar límites y consecuencias claramente.

Sobreponernos a nuestras limitaciones.

2. Sé congruente con tus valores personales.

Como los valores vienen de fuera, éstos siempre se hayan a prueba, ya sea por nuestras experiencias o por el juicio que hagamos de cada uno de ellos con el paso del tiempo. Lo importante de los valores es que tú debes aceptar los que se adapten a tu persona, siempre pensando en un sistema de valores o código ético.

Si me respeto:

Me quiero y valoro.

Exijo un trato adecuado.

Respeto a los demás.

Mantengo una comunicación abierta.

No me engaño a mí mismo.

3. Desarrolla y mantén un sólido sistema de apoyo personal.

Recuerda que la gente necesita de la gente. Cuando necesites apoyo o te encuentres en una grave crisis personal, no dudes en recurrir a quienes te estiman.

4. Proponte metas realistas.

Que tus metas sean claras y específicas. No te impongas metas que no puedas medir.

5. Sé firme.

Aférrate a lo que crees, o lo que consideras correcto y a aceptar o tomar en cuenta las necesidades, sentimientos e ideas de los demás.

6. Acéptate tal como eres (aprende a perdonarte).

Acepta a los demás como son, con sus virtudes y sus defectos y acéptate también a ti mismo. La aceptación de sí mismo es producto de una auto evaluación realista.

7. Date siempre oportunidades de estímulo.

Una pequeña alabanza a favor de uno mismo siempre constituirá una aportación para nuestro desarrollo. “Buen trabajo”, ¡Lo hiciste realmente muy bien!, son palabras que te ayudarán a mantener en pie tu motivación. Dilas de vez en cuando.

Los sentimientos positivos hacia nosotros mismos sólo pueden crecer en un ambiente de libertad, en donde reconocemos y respetamos las diferencias individuales, en donde decimos las cosas tal como son y donde escuchamos sin criticar, prejuzgar o enjuiciar. ¿Qué podemos hacer? Propiciar un ambiente enriquecedor como el descrito. Un lugar en que la otra persona se sienta realmente estimada, necesaria, amada. Un tiempo en el que no hay prisas para compartir, y en donde se reconozcan las cualidades del otro.

La autoestima deberá ser sentida como la esencia interna de sí mismo (a). No necesita reconocimientos externos; la verdadera autoestima posee el reconocimiento interno, es la fe y respeto por nosotros mismos y es captada a través del amor, el respeto y la fe con la que nos nutrieron desde niños.

Una buena autoestima nos permite crecer, ser libres, creativos, alegres, amistosos, amorosos, sentirnos plenos y con capacidad de dar y recibir.

La autoestima es la experiencia de ser aptos para la vida y para sus requerimientos. Más concretamente consiste en:

Confianza en nuestra capacidad de pensar y de afrontar los desafíos de la vida

Confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos.
La autoestima es una necesidad muy importante para el ser humano. Es básica y efectúa una contribución esencial al proceso de la vida; es indispensable para el desarrollo normal y sano; tiene valor de supervivencia.

El no tener una autoestima positiva impide nuestro crecimiento psicológico. Cuando se posee actúa como el sistema inmunológico de la conciencia, dándole resistencia, fortaleza y capacidad de regeneración. Cuando es baja, disminuye nuestra resistencia fuerte a las adversidades de la vida. Nos derrumbamos ante las vicisitudes que un sentido más positivo del uno mismo podría vencer. Tendemos a estar más influidos por el deseo de evitar el dolor que de experimentar la alegría. Lo negativo ejerce más poder sobre nosotros que lo positivo.

AUTO EFICACIA Y AUTO DIGNIDAD

La autoestima tiene dos aspectos interrelacionados:

Un sentido de eficacia personal (auto eficacia)

Un sentido de mérito personal (auto dignidad)
Como experiencia psicológica realizada plenamente, es la suma integrada de estos dos aspectos.

Auto eficacia significa confianza en el funcionamiento de mi mente, en mi capacidad de pensar, en los procesos por los cuales juzgo, elijo, decido; confianza en mi capacidad de comprender los hechos de la realidad que entran en la esfera de mis intereses y necesidades; confianza cognoscitiva de mí mismo.

Auto dignidad quiere decir seguridad de mi valor; una actitud afirmativa hacia mi derecho de vivir y de ser feliz; comodidad al expresar propiamente mis pensamientos, deseos y necesidades; sentir que la alegría es mi derecho natural.

Partamos de la premisa de que si un individuo se sintiera inepto para enfrentar los desafíos de la vida, si careciera de confianza fundamental en sí mismo, en su mente, reconoceríamos una deficiencia de autoestima, sin importar qué otras ventajas poseyera. O si careciera de un sentido básico de auto dignidad, se sintiera indigno del amor o respeto de los demás, sin derecho a la felicidad, temeroso de expresar pensamientos, deseos o necesidades, nuevamente reconoceríamos una deficiencia de autoestima, sin importar qué otros atributos positivos exhiba.

Los pilares duales de la autoestima

Auto eficacia y auto dignidad son los pilares duales de la autoestima positiva. La falta de cualquiera de ellos la menoscaba. Son las características que definen al término debido a que son fundamentales. No representan significados derivados o secundarios sino la esencia de la autoestima.

La experiencia de la auto eficacia genera el sentido de control sobre la propia vida, que asociamos con el bienestar psicológico, la sensación de estar en el centro vital de la propia existencia, a diferencia de ser un espectador pasivo o víctima de los acontecimientos.

La experiencia de la auto dignidad posibilita un sentido benevolente no neurótico de comunidad con otros individuos, la fraternidad de la independencia y la consideración mutua, a diferencia del aislamiento del resto de los humanos, por un lado, o del hundimiento en la tribu, por el otro.

Dentro de una persona, habrá fluctuaciones inevitables en los niveles de autoestima, así como las hay en todos los estados psicológicos. Necesitamos pensar en términos del nivel promedio de autoestima de una persona.

¿Cómo experimentamos nuestra autoestima?

Si bien a veces hablamos de la autoestima como de una convicción sobre uno mismo, es más exacto hablar de una predisposición a experimentarse de una manera particular. ¿De qué manera? Recapitulando:

Como fundamentalmente competente para afrontar los desafíos de la vida; en consecuencia, confianza en la propia mente y en sus proceso; auto eficacia.

Como digno de éxito y felicidad; en consecuencia, la percepción de nosotros mismos como personas para quienes el logro, el éxito, el respeto, la amistad y el amor son apropiados; auto dignidad.
Para lograr un cambio significativo en tu vida antes de querer cambiar las situaciones externas sería conveniente cambiar lo que pasa dentro de tu mente. Llenarte de pensamientos positivos sobre ti y sobre todo lo que te rodea.

Si en tu mente tienes la creencia de que no mereces estar bien o de que nunca recibes lo que quieres, no importa cuánto trabajes y cuánto te esfuerces, tu mente trabajará para cumplir la creencia.

Si tienes la creencia de que vales poco o de que nunca conseguirás lo que te propones, puedes estar seguro de que sin importar cuantos cambios externos hagas, tu vida será la de alguien que vale poco.

Hay primero que cambiar esos pensamientos que detienen tu desarrollo; ponerlos a trabajar a tu favor y no en tu contra.

Lograr convencerte de que mereces lo mejor, que eres una buena persona digna de amar y de ser amada, tienes que estar seguro de que puedes resolver los problemas que tengas y de que debes ser tratado con respeto, que tienes derecho a pedir lo que quieres y que la vida quiere darte todo lo que deseas.

La autoestima es el motor de tu desarrollo, si aumentas tu amor propio, tus expectativas apuntarán a lo más alto, tendrás la fuerza suficiente para enfrentar las situaciones difíciles y mejorarás tu vida en todos los aspectos.

Una definición formal de autoestima

Resumiendo en una definición formal: La autoestima es la predisposición a experimentarse como competente para afrontar los desafíos de la vida y como merecedor de la felicidad. Branden, (1993). Obsérvese que esta definición no especifica las influencias del ambiente durante la infancia que sustentan la autoestima positiva (por ejemplo, seguridad física, educación, etc.) no los generadores internos posteriores (por ejemplo, vivir consciente, responsablemente con respecto a sí mismo, etc.), ni las consecuencias emocionales o de comportamiento (por ejemplo, compasión, deseo de ser responsable, etc.). Simplemente identifica a qué se refiere y en qué consiste la auto evaluación.

El concepto de “competencia” utilizado en la definición es metafísico, no “occidental”. Es decir, atañe a la naturaleza misma de las cosas, a nuestra relación fundamental con la realidad. No es el producto de una “opción por un valor” cultural en particular. No hay sociedad en la tierra, ni siquiera puede concebirse una cuyos miembros no enfrenten los desafíos de satisfacer sus necesidades, de la adaptación apropiada a la naturaleza y al mundo de los seres humanos. La idea de eficacia en este sentido fundamental (que incluye la competencia en las relaciones humanas) no es un “artificio occidental”, como se ha sugerido.

Nos engañamos a nosotros mismos si imaginamos que existe una cultura o sociedad en la cual no tengamos que enfrentarnos al desafío de adecuarnos a la vida.

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INTRODUCCIÓN
Muchas personas afirman que tienen tantos problemas que no pueden salir adelante y lograr colocar sus vidas al nivel en el que desearían tenerla. Es cierto que no todos cuentan con las mismas oportunidades, el mismo nivel de autoestima, la misma preparación intelectual ni la misma base económica.

Sin embargo es factible persuadir que se tiende a engrandecer las dificultades, a convertirlas en nuestros verdugos y a disminuir y subestimar nuestra capacidad para resolverlas y avanzar creativamente.

En esta investigación se estudiará un poco más el interior de lo que engloba la palabra “AUTOESTIMA” para una mejor comprensión de su significado, ya que es un tema del que tanto se dice y tan poco se comprende. Para ello se citara su concepto desde distintos tipos de vista, cómo se forma, la vida con y sin ella, porqué se necesita, algunos comportamientos dependiendo del nivel de autoestima poseído, cómo incide sobre las relaciones sociales y sobre el trabajo y su relación con la sociedad.

QUÃ? ES LA AUTOESTIMA
Autoestima, es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida; creemos que somos listos o tontos, nos gustamos o no. Los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias así reunidos se juntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos

No existe un concepto único sobre autoestima, más bien hay diferentes formas de entender lo que significa. Como todo, el significado de Autoestima puede entenderse a partir de varios niveles, el energético y el psicológico.

Desde el punto de vista energético, se entiende que:

Autoestima es la fuerza innata que impulsa al organismo hacia la vida, hacia la ejecución armónica de todas sus funciones y hacia su desarrollo; que le dota de organización y direccionalidad en todas sus funciones y procesos, ya sean éstos cognitivos, emocionales o motores.

De aquí se desprende:

_ Existe una fuerza primaria que nos impulsa hacia la vida.

_ Esa fuerza posibilita la realización de las funciones orgánicas armónicamente.

_ Esa fuerza nos permite desarrollarnos.

_ Esa fuerza nos permite tener una organización, una estructura.

_ Esa fuerza es responsable de nuestros procesos de funcionamiento, y tiene que ver con nuestros pensamientos, nuestros estados emocionales y nuestros actos.

Desde el punto de vista psicológico, puede decirse que:

Autoestima es la capacidad desarrollable de experimentar la existencia, conscientes de nuestro potencial y nuestras necesidades reales; de amarnos incondicionalmente y confiar en nosotros para lograr objetivos, independientemente de las limitaciones que podamos tener o de las circunstancias externas generadas por los distintos contextos en los que nos corresponda interactuar.

De aquí se desprende lo siguiente:

_ La Autoestima es una disposición, un contenido, un recurso natural en el ser humano.

_ La Autoestima es desarrollable.

_ La Autoestima sólo existe relacionada con la experiencia de la vida.

_ La Autoestima está relacionada con el hecho de estar conscientes de nuestras potencialidades y necesidades.

_ La Autoestima está relacionada con la confianza en uno mismo.

_ Existen necesidades reales y otras que no lo son aunque a veces así lo pensemos.

_ La Autoestima está relacionada con el amor incondicional hacia uno mismo.

_ La Autoestima orienta la acción hacia el logro de los objetivos y el bienestar general.

_ Podemos tener limitaciones y a pesar de ello tener Autoestima.

_ Los eventos externos, las contingencias, no necesariamente deben afectar nuestra Autoestima., al menos no de manera estable o permanente.

Otros conceptos de Autoestima, relacionados de alguna forma con los que ya hemos expuesto arriba, sugieren que:

_ Es el juicio que hago de mi mismo.

_ La sensación de que encajo y de que tengo mucho por dar y recibir.

_ La convicción de que con lo que soy basta para funcionar; que no tengo que incorporar nada nuevo a mi vida, sino reconocer aspectos de mí que no he concientizado, para luego integrarlos.

_ La reputación que tengo ante mí mismo.

_ Es una manera de vivir orientada hacia el bienestar, el equilibrio, la salud y el respeto por mis particularidades.

Para efectos de facilitar la comprensión de todo lo expresado anteriormente, asumiremos que la Autoestima es siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, ya que si lo vemos con cuidado, concluiremos que siempre es posible amarnos más, respetarnos más o estar más conscientes de nosotros y de la relación que tenemos con todo lo que nos rodea, sin llegar a caer en el narcisismo o egoísmo, que es cuando sólo podemos amarnos a nosotros mismos. Por eso utilizaremos expresiones como aumentar, elevar o desarrollar la Autoestima, para aludir al hecho de que alguien pueda mejorar en los aspectos citados.

De manera que sí es posible una potenciación de este recurso de conocimiento, aceptación y valoración de uno mismo.

Cuando nos referimos a personas o situaciones de poco amor o respeto hacia nosotros mismos, utilizaremos los términos “DESVALORIZACIÓN” o “DESESTIMA”, como palabras que se refieren a una manera inconsciente de vivir que niega, ignora o desconoce nuestros dones, recursos, potencialidades y alternativas.

También es conveniente aclarar, que podemos tener comportamientos de baja Autoestima, en algún momento, aunque nuestra tendencia sea vivir conscientes, siendo quienes somos, amándonos y respetándonos. Puede también suceder lo contrario: vivir una vida sin rumbo, tendente al Autosabotaje y a la inconsciencia, pero podemos experimentar momentos de encuentro con nuestra verdadera esencia. Fragmentos de tiempo de inconsciencia y desconfianza en uno, no son igual que una vida inconsciente regida por el miedo como emoción fundamental. Lo uno es actitud pasajera, lo otro es forma de vida. Hay que distinguir.

CÃ?MO SE FORMA LA AUTOESTIMA
Desde el momento mismo en que somos concebidos, cuando el vínculo entre nuestros padres se consuma y las células sexuales masculina y femenina se funden para originarnos, ya comienza la carga de mensajes que recibimos, primero de manera energética y luego psicológica.

Debido a que los pensamientos y emociones son manifestaciones de energía y en el organismo se presentan en forma de reacciones eléctricas y químicas, cada vez que una mujer embarazada piensa o siente algo con respecto al niño en formación, su cerebro produce una serie de químicos que se esparcen por todo su cuerpo y que la criatura recibe y graba en su naciente sistema nervioso, sin tener la suficiente consciencia como para comprender o rechazar lo que recibe a través de un lenguaje químico intraorgánico.

El hecho de que alguno de los progenitores, por ejemplo, asuma como un problema la llegada del niño, es captado por éste emocionalmente, y su efecto formará parte del archivo inconsciente del pequeño y tendrá repercusiones más adelante, cuando reaccione de diferentes formas y no logre comprender las causas generadoras de sus conflictos. Igualmente, cuando ya se ha producido el alumbramiento, todo estímulo externo influirá en el recién nacido y le irá creando una impresión emocional que influirá sus comportamientos futuros. Los padres y otras figuras de autoridad, serán piezas claves para el desarrollo de la Autoestima del niño, quien dependiendo de los mensajes recibidos, reflejará como espejo lo que piensan de él y se asumirá como un ser apto, sano, atractivo, inteligente, valioso, capaz, digno, respetado, amado y apoyado o, por el contrario, como alguien enfermo, feo, ignorante, desvalorizado, incapaz, indigno, irrespetado, odiado y abandonado. La forma como nos tratan define la forma como nos trataremos, porque esa es la que consideraremos como la más normal.

Con la llegada de la pubertad y la adolescencia, se da la bienvenida a la sexualidad y a la necesidad del joven de encontrarse a sí mismo. Se inicia la llamada “brecha generacional” y el tránsito hacia una mayor definición de la personalidad. Esta etapa es crucial ya que en ella surgen con fuerza la competencia y el deseo de ser mejor que los demás. El joven experimenta una gran necesidad de aprobación por parte de su grupo cercano y aprende a dirigirse hacia quienes lo aplauden y a huir de quienes lo pitan. Desarrolla, con tal de ser querido, conductas muy específicas que se generalizarán hacia la vida adulta.

El ingreso al mundo laboral complica el asunto de la formación y manifestación de la Autoestima, ya que en ese contexto se nos mide por lo que hacemos y no por lo que somos. Si produces, te quedas y si no te vas. Esa es la medida cuando de dinero se trata.

Finalmente en la pareja y el matrimonio se expresa mucho de lo aprendido en los años precedentes: grabaciones, condicionamientos, tradiciones; lo que fue vertido en el molde durante muchos años y que hemos llegado a creer que somos. En este tiempo, formamos parte de una sociedad uniformada en la que muchos han renunciado a expresar su originalidad y tienen ideas fijas de las cosas, que casi siempre siguen aunque no les funcionen. La inconsciencia y falta de comprensión de lo que ocurre, induce a culpar, a resentir, a atacar, a agredir a los demás, a quienes se ve “como malos que no nos comprenden”.

Para entonces, ya hemos construido una imagen de nosotros (autoimagen), puesto que habremos aprendido una forma de funcionar, y llevamos como marca en la piel de vaca, el sello de lo que creemos que podemos o no ser, hacer y tener.

LOS MAPAS.

Es pertinente definir un término al que ya nos hemos referido sin darle nombre: LOS MAPAS. La Autoestima, como lo hemos visto, obedece a un conjunto de programaciones que define la forma como el individuo funcionará y procesará sus experiencias, los mapas son informaciones codificadas, obtenidas de nuestros padres, maestros, personas importantes más cercanas, que hemos ido guardando desde que nacemos. Experiencias del ayer que quedaron codificadas, ancladas en el sistema nervioso central o periférico.

Incluyen todo lo vivido, experienciado, lo aprendido, lo informado.

Si nos preguntamos cuándo nuestro mapa mental es adecuado o positivo, podemos encontrar la respuesta en las palabras del famoso terapeuta Fritz Perls: “Un mapa adecuado es aquel que representa la realidad tan fielmente como sea posible en un momento determinado”. En líneas generales, cada quien percibe la realidad (su realidad) de acuerdo con sus mapas personales.

POR QUÃ? NECESITAMOS AUTOESTIMA
La vida humana es el transcurrir de experiencias y eventos con los que entramos en contacto; un transcurrir en ritmos y fluctuaciones; un ir y venir de flujos y reflujos. En este devenir, podemos llegar a vivir momentos altos y momentos bajos.

La relación social, generalmente signada por cambios rápidos y frecuentes, y por una elevada competitividad, nos obligan a permanentes readaptaciones. En ciertas circunstancias, nuestro sentido de valor personal y de confianza en las propias capacidades pueden verse afectados y hacernos creer que vivimos a merced de las contingencias. En esos momentos la confusión, la impotencia y la frustración producidas por el no logro, nos lleva a dudar de nuestro poder creador, de la capacidad natural de restablecernos, y es entonces cuando optamos por crear y a veces sostener conductas autodestructivas, lejanas al bienestar generado por la Autoestima, es decir, por la consciencia, el amor incondicional y la confianza en uno mismo. Los seres humanos, somos “la única especie capaz de traicionar y actuar contra nuestros medios de supervivencia”. En estado de desequilibrio, el hombre opta por manejarse de formas diversas aunque nocivas y elige, generalmente, los siguientes caminos:

PARÁLISIS.

La frustración es interpretada de forma tal que incapacita para la acción creativa. La apatía es una forma de manifestación de esta reacción.

NEGACIÓN.

La impotencia induce un bloqueo perceptivo, un autoengaño severo basado en el miedo al dolor. El adicto que asegura no tener adicción, es una muestra de este mecanismo.

EVASIÓN.

Aquí la estrategia es hacer todo lo que nos impida ver la situación a la cara. Se conoce su presencia pero se teme enfrentarla y se pospone. La diversión compulsiva es una forma de evasión bastante común.

ENFERMEDAD.

Aunque cualquiera de las manifestaciones anteriores conducen, si se prolongan, a estados de desequilibrio orgánico, en ocasiones se toma el camino corto y la reacción a la frustración es violenta, y se manifiesta en forma de enfermedad.

Todos estos modos de reacción, de manejo inadecuado de la energía interior, reflejan ausencia de Autoestima, de conciencia de la capacidad para responder creativamente a las circunstancias. Es por eso, por la tendencia creciente que exhibe el humano de hoy a la autodestrucción, por lo que necesitamos un recurso protector que nos guíe hasta nuestro poder personal, hacia el restablecimiento del ritmo, del equilibrio, de la conciencia, de la integración. Ese recurso es la Autoestima, con él nacemos pero debemos reencontrarlo.

LA VIDA SIN AUTOESTIMA
Es factible para el observador atento o entrenado, detectar los niveles de Autoestima o Desestima en las personas, ya que su manifestación se extiende a pensamientos, palabras, estados emocionales, hábitos y otras maneras de experiencias. La manera como vive un ser autoestimado es bastante diferente de la forma como funciona un desestimado.

COMPORTAMIENTOS CARACTERÍSTICOS DEL DESESTIMADO.

Algunos comportamientos característicos de las personas desestimadas son:

INCONSCIENCIA.

Ignora quien es y el potencial que posee; funciona automáticamente y depende de las circunstancias, eventualidades y contingencias; desconoce sus verdaderas necesidades y por eso toma la vida con indiferencia o se dedica a hacer mil cosas que no le satisfacen; ignora las motivaciones, creencias, criterios y valores que le hacen funcionar. Muchas áreas de su vida reflejan el caos que se desprende del hecho de no conocerse. Parte de ese caos, generalmente autoinducido, se observa en conductas autodestructivas de distinta índole. El desestimado vive desfasado en el universo temporal; tiene preferencia por el futuro o el pasado y le cuesta vivir la experiencia del hoy: se distrae con facilidad. Pensar y hablar de eventos pasados o soñar con el futuro, son conductas típicas del ser que vive en baja Autoestima.

DESCONFIANZA.

El desestimado no confía en sí mismo, teme enfrentar las situaciones de la vida y se siente incapaz de abordar exitosamente los retos cotidianos; se percibe incompleto y vacío; carece de control sobre su vida y opta por inhibirse y esperar un mejor momento que casi nunca llega. Tiende a ocultar sus limitaciones tras una “careta”, pues al no aceptarse, teme no ser aceptado. Eso lo lleva a desconfiar de todos y a usar su energía para defenderse de los demás, a quienes percibe como seres malos y peligrosos; siempre necesita estar seguro y le es fácil encontrar excusas para no moverse. La vida, desde aquí, parece una lucha llena de injusticia.

IRRESPONSABILIDAD.

Niega o evade sus dificultades, problemas o conflictos. Culpa a los demás por lo que sucede y opta por no ver, oír o entender todo aquello que le conduzca hacia su responsabilidad. Sus expresiones favoritas son: “Si yo tuviera”, “Si me hubieran dado”, “Ojalá algún día”, y otras similares que utiliza como recurso para no aclarar su panorama y tomar decisiones de cambio.

En su irresponsabilidad, el desestimado acude fácilmente a la mentira. Se miente a sí mismo, se autoengaña y engaña a los demás. Esto lo hace para no asumir desde la consciencia adulta las consecuencias de sus actos, de su interacción con el mundo. Ninguna cantidad de nubes puede tapar por mucho tiempo el sol.

INCOHERENCIA.

El desestimado dice una cosa y hace otra. Asegura querer cambiar pero se aferra a sus tradiciones y creencias antiguas aunque no le estén funcionando. Vive en el sueño de un futuro mejor pero hace poco o nada para ayudar a su cristalización. Critica pero no se autocrítica, habla de amor pero no ama, quiere aprender pero no estudia, se queja pero no actúa en concordancia con lo que dice anhelar. Su espejo no lo refleja.

INEXPRESIVIDAD.

Por lo general reprime sus sentimientos y éstos se revierten en forma de resentimientos y enfermedad. Carece de maneras y estilos expresivos acordes con el ambiente, porque no se lo enseñaron o porque se negó a aprenderlos. En cuanto a la expresión de su creatividad, la bloquea y se ciñe a la rutina y paga por ello el precio del aburrimiento.

IRRACIONALIDAD.

Se niega a pensar. Vive de las creencias aprendidas y nunca las cuestiona. Generaliza y todo lo encierra en estereotipos, repetidos cíclica y sordamente. Pasa la mayor parte de su tiempo haciendo predicciones y pocas veces usa la razón. Asume las cosas sin buscar otras versiones ni ver otros ángulos. Todo lo usa para tener razón aunque se destruya y destruya a otros.

INARMONÁ.

El desestimado tiende al conflicto y se acostumbra a éste fácilmente. Se torna agresivo e irracional ante la critica, aunque con frecuencia critique y participe en coros de chismes. En sus relaciones necesita controlar a los demás para que le complazcan, por lo que aprende diversas formas de manipulación. Denigra del prójimo, agrede, acusa y se vale del miedo, la culpa o la mentira para hacer que los demás le presten atención. Cuando no tiene problemas se los inventa

porque necesita del conflicto. En estado de paz se siente extraño y requiere de estímulos fuertes generalmente negativos. En lo interno, esa inarmonía se evidencia en estados ansiosos, que desembocan en adicciones y otras enfermedades.

Para el desestimado, la soledad es intolerable ya que no puede soportar el peso aturdidor de su consciencia.

DISPERSIÓN.

Su vida no tiene rumbo; carece de un propósito definido.

No planifica, vive al día esperando lo que venga, desde una fe inactiva o una actitud desalentada y apática. Se recuesta en excusas y clichés para respaldar su permanente improvisación.

DEPENDENCIA.

El desestimado necesita consultar sus decisiones con otros porque no escucha ni confía en sus mensajes interiores, en su intuición, en lo que el cuerpo o su verdad profunda le gritan.

Asume como propios los deseos de los demás, y hace cosas que no quiere para luego quejarse y resentirlas. Actúa para complacer y ganar amor a través de esa nefasta fórmula de negación de sí mismo, de autosacrificio inconsciente de sus propias motivaciones. Su falta de autonomía, la renuncia a sus propios juicios hace que al final termine culpándose, autoincriminándose, resintiendo a los demás y enfermándose como forma de ejecutar el autocastigo de quien sabe que no está viviendo satisfactoriamente. La dependencia es el signo más característico de la inmadurez psicológica, que lleva a una persona, tal como dice Fritz Perls, a no pararse sobre sus propios pies y vivir plenamente su vida.

INCONSTANCIA.

Desde el miedo, una de las emociones típicas del desestimado, las situaciones se perciben deformadas y el futuro puede parecer peligroso o incierto. La falta de confianza en las propias capacidades hace que aquello que se inicia no se concrete. Ya sea aferrándose a excusas o asumiendo su falta de vigor, el desestimado tiene dificultad para iniciar, para continuar y para terminar cualquier cosa. Puede que inicie y avance en ocasiones, pero frente a situaciones que retan su confianza, abandonará el camino y buscará otra senda menos atemorizante. La inconstancia, la falta de continuidad, señala poca tolerancia a la frustración.

RIGIDEZ.

La persona desvalorizada lucha porque el mundo se comporte como ella quiere. Desea que donde hay calor haya frío, que la vejez no exista y que todo sea lindo. Le cuesta comprender que vivimos interactuando en varios contextos con gente diferente a nosotros en muchos aspectos, y que la verdad no está en mí o en ti, sino en un “nosotros” intermedio que requiere a veces “estirarse”. Sufrir porque está lloviendo, negarnos a entender que una relación ha finalizado, empeñarnos en tener razón aunque destruyamos vínculos importantes, demuestra incapacidad para abandonar posturas rígidas que nos guían por la senda del conflicto permanente. Eso es no quererse, eso es Desestima.

En general, el desvalorizado es un ser que no se conoce, que no se acepta y que no se valora; que se engaña y se autosabotea porque ha perdido el contacto consigo mismo, con su interioridad, y se ha desbocado hacia el mundo con el afán de ganar placer, prestigio y poder, es decir, de obtener a cualquier precio la aprobación de los demás, como un niño que requiere el abrazo materno para sobrevivir. El desestimado no se percata fácilmente de que ha roto el equilibrio que necesita para vivir paz y disfrutar de la vida, que como un don especial le ha sido.

ALGUNOS COMPORTAMIENTOS DE BAJA AUTOESTIMA.

Además de los mencionados anteriormente, existen otros comportamientos que reflejan desamor e irrespeto por nosotros, y como consecuencia de eso, por los demás. Sin que deban ser tomados como algo inmutable y absoluto, algunos de los más frecuentes son:

Mentir

Llegar tarde

Necesitar destacar

Irrespetar a las personas

Preocuparse por el futuro

Actuar con indiferencia

Creerse superior

Descuidar el cuerpo

Negarse a ver otros puntos de vista

Negarse a la intimidad emocional

Vivir aburrido, resentido o asustado

Desconocer, negar o inhibir los talentos

Vivir de manera ansiosa y desenfrenada

Descuidar la imagen u obsesionarse con ella

Desarrollar enfermedades psicosomáticas

Seguir la moda y sufrir si no estamos “al día”

La maternidad y paternidad irresponsables

Improvisar la vida, pudiendo planificarla

Descuidar la salud como si no fuera importante

Negarse a aprender

Idolatrar a otras personas

Asumir como estados habituales la tristeza, el miedo, la rabia y la culpa

Tener y conservar cualquier adicción(Cigarrillo, licor, comida, sexo, etc.)

Anclarse en lo tradicional como excusa para evitar arriesgarse a cosas nuevas

Negarse a la sexualidad(salvo casos especiales vinculados al celibato espiritual)

Incapacidad para manejar los momentos de soledad

Quejarse

Perder el tiempo en acciones que no nos benefician

Manipular a los demás

Culparse por el pasado

Actuar agresivamente

Autodescalificarse

Discriminar y burlarse de los demás

Sentirse atrapado y sin alternativas

Preocuparse porque otro destaque(Envidia)

Actuar tímidamente

Dar compulsivamente para ganar aprobación

Invadir el espacio de otros sin autorización

Depender de otros pudiendo ser independientes

Celar de manera desmedida a amigos o a la pareja

Compulsión por obtener títulos académicos y dinero

Irrespetar a las personas

Incapacidad para expresar los sentimientos y emociones

Maltratar a los hijos en vez de optar por comunicarnos

Denigrar de uno mismo y de los demás de manera frecuente

Sostener relaciones con personas conflictivas que te humillen y maltraten
CREENCIAS SANADORAS

Las cosas van a salir bien

Confío en mi mismo

Siempre hay una forma de lograr lo que quiero

Hoy es un día maravilloso

Soy una persona valiosa

Merezco dar y recibir amor

Me gusta mi vida

Trabajar es algo agradable

Soy inteligente

La comida me cae bien

Esta noche voy a dormir muy bien

Todo lo que pasa tiene una razón de ser y siempre deja algo positivo

No hay mal que por bien no venga

La vida es maravillosa

No existen problemas sino oportunidades de aprender

Cada quien tiene derecho a su propia

Soy un ser espiritual, y transciendo mis limitaciones físicas

Tengo el poder de sentirme bien

Puedo hacer que mi cuerpo me obedezca

Mi fe es firme y crece cada día más

La gente es buena aunque a veces actúe desde la rabia o el miedo

Puedo encontrar una pareja adecuada para mí

El pasado no dirige ni mi presente ni mi futuro

Preocuparme no me ayuda. Lo adecuado es actuar creativamente

Sé que puedo desarrollar cualquier cualidad si lo decido

Detrás de cada aparente pérdida viene una ganancia

Perdonar es importante y liberador

Mi tiempo es valioso y sé administrarlo

Tengo atractivo

Voy a ganar dinero suficiente

Le agrado a la gente
LA VIDA CON AUTOESTIMA
Cuando la vida se vive desde la Autoestima todo es diferente. Las cosas cambian de color , sabor y signo, ya que nos conectamos con nosotros y con el mundo, desde un perspectiva mas amplia, integral, equilibrada, consciente y productiva.

COMPORTAMIENTOS CARACTERÍSTICOS DEL AUTOESTIMADO.

La caracterología que ofrece una persona con una Autoestima desarrollada, es mas o menos la siguiente:

CONSCIENCIA.

El autoestimado es la persona que todos podemos ser. Alguien que se ocupa de conocerse y saber cuál es su papel en el mundo. Su característica esencial es la consciencia que tiene de sí, de sus capacidades y potencialidades así como de sus limitaciones, las cuales tiende a aceptar sin negarlas, aunque o se concentra en ellas, salvo para buscar salidas más favorables. Como se conoce y se valora, trabaja en el cuidado de su cuerpo y vigila sus hábitos para evitar que aquellos que le perjudican puedan perpetuarse. Filtra sus pensamientos enfatizando los positivos, procura estar emocionalmente arriba, en la alegría y el entusiasmo, y cuando las situaciones le llevan a sentirse rabioso o triste expresa esos estados de la mejor manera posible sin esconderlos neuróticamente.

En el autoestimado el énfasis está puesto en darse cuenta de lo que piensa, siente, dice o hace, para adecuar sus manifestaciones a una forma de vivir que le beneficie y le beneficie a quienes le rodean, en vez de repetir como robot lo que aprendió en su ayer cuando era niño o adolescente. Esa consciencia de la autoestima, hace que el individuo se cuide, se preserve y no actúe hacía la autodestrucción física, mental, moral o de cualquier tipo. La gratitud es norma en la vida de quien se aprecia y se sabe bendito por los dones naturales que posee.

CONFIANZA.

Autoestima es también confianza en uno mismo en las fuerzas positivas con las que se cuenta para abordar el día a día. Esta confianza es la guía para el riesgo, para probar nuevos caminos y posibilidades; para ver alternativas en las circunstancias en que la mayoría no ve salida alguna; para usar la inteligencia y seguir adelante aunque no se tengan todas las respuestas. Estas es la características que hace que el ser se exprese en terrenos desconocidos con fe y disposición de éxito. Cuando se confía en lo que se es, no se necesitan justificaciones ni explicaciones para poder ser aceptado. Cuando surgen las diferencias de opinión, confiar en uno hace que las críticas se acepten y se les utilice para el crecimiento.

RESPONSABILIDAD.

El que vive desde una Autoestima fortalecida asume responsabilidad por su vida, sus actos y las consecuencias que éstos pueden generar. No busca culpables sino soluciones. Los problemas los convierte en un “cómo”, y en vez de compadecerse por no lograr lo que quiere, el autoestimado se planteará las posibles formas de obtenerlos. Responsabilidad es responder ante alguien, y ese alguien es, él mismo o Dios en caso de que su visión de la vida sea espiritual. Toma como regalo el poder influir en su destino y trabaja en ello. Quien vive en este estado no deja las cosas al azar , sino que promueve los resultados deseados y acepta de la mejor forma posible lo que suceda.

COHERENCIA.

La Autoestima nos hace vivir de manera coherente y nos impulsa a realizar e esfuerzo necesario para que nuestras palabras y actos tengan un mismo sentido. Aunque el autoestimado guste de hablar, sus actos hablarán por él tanto o más que sus palabras. No quiere traicionarse y se esmera en combatir y vencer sus contradicciones internas.

EXPRESIVIDAD.

Los que viven confiado en su poder, aman la vida y lo demuestran en cada acto. No temen liberar su poder aunque puedan valorar la prudencia y respetar las reglas de cada contexto. Mostrar afecto, decir “te quiero”, halagar y tocar físicamente, son comportamientos naturales en quienes se estiman, ya que disfrutan de sí mismos y de su relación con las personas. La forma de vincularse es bastante libre y sin l típica cadena de prejuicios que atan culturalmente al desvalorizad. En esa expresividad, es seguro observar límites, ya que para expresarse no hay que invadir ni anular a nadie. La expresividad del autoestimado es consciente y natural, no inconsciente ni prefabricada.

RACIONALIDAD.

En el terreno de la Autoestima se acepta lo espontáneo aunque el capricho es indeseable. La vida es vista como una oportunidad lo bastante especial como para no dejarla en manos de la suerte. De esta visión se deriva un respeto por la razón, el conocimiento y la certeza. Quien anda de manos del amor propio, no juega consigo y por eso valora el tiempo como recurso no renovable que es. Quien se respeta busca, sin compulsiones, alcanzar un mínimo control de su existencia y para eso usa su inteligencia y capacidad de discernimiento, confiando en lograr sus objetivos al menor costo. He allí la consciencia de efectividad de la Autoestima.

ARMONÁ.

Autoestima es sí misma armonía, equilibrio, balance, ritmo y fluidez. Cuando existe valoración personal, también se valora a los demás, lo que favorece relaciones sanas y plenas medidas por las honestidad, la ausencia de conflicto y la aceptación de las diferencias individuales. Por ser las paz interna la máxima conquista de la Autoestima, quienes están por ese camino hacen lo posible por armonizar y aminorar cualquier indicador de conflicto. Esta armonía interior ahuyenta la ansiedad y hace tolerable la soledad, vista a partir de un estado armónico de vida como un espacio de crecimiento interior, encuentro con uno mismo y regocijo.

RUMBO.

El respeto hacia nosotros y hacia la oportunidad de vivir engendra una intención de expresar el ser, de trascender , de lograr y de ser útil. Eso se hace más factible al definir un rumbo, un propósito, una línea de objetivos y metas, un plan para ofrendarlo a la existencia y decir “esto es lo que soy y esto es lo que ofrezco”. La vida es un don que se expresa a través de una misión y una vocación; descubrirlo es tarea de cada quien, y es únicamente en ese camino donde hallaremos la plenitud y la alegría de vivir. No hacerlo, equivale a nadar en tierra o arar en mar. E rumbo es indispensable aunque podamos modificarlo, si se llegara a considerar necesario.

AUTONOMÁ.

La autonomía tiene que ver con la independencia para pensar, decidir y actuar; con moverse en la existencia de acuerdo con las propias creencias, criterios convicciones, en vez de cómo seguimiento del ritmo de quienes nos rodean. No se puede vivir para complacer expectativas de amigos, parientes o ideologías prestadas, mientras algo dentro de nosotros grita su desacuerdo y pide un cambio de dirección. El autoestimado busca y logra escucharse, conocerse, dirigirse y pelear sus propias batallas confiado en que tarde o temprano las ganará. No se recuesta en la aprobación, sino que mira hacia el interior donde laten sus autenticas necesidades, sin desdeñar lo que el mundo puede ofrecerle.

VERDAD.

El autoestimado siente respeto reverencial por la verdad, no la niega sino que la enfrenta y asume con sus consecuencias. Los hechos son los hechos, negarlos es un acto irresponsable que nos quita control sobre nuestra vida. Cuando se evade la verdad, comienza uno a creerse sus propias mentiras. No recuerdo quien fue la persona que dijo “no le temas tanto la verdad como para negarte a conocerla”.

PRODUCTIVIDAD.

La productividad es un resultado lógico de la Autoestima. Me refiero a una productividad equilibrada en las distintas áreas de la vida humana. No a la productividad meramente económica que suele ser causas de enormes distorsiones en las relaciones y en la salud. Esta productividad equilibrada es consecuencia de reconocer y utilizar los dones y talentos de manera efectiva. Iniciativa, creatividad, perseverancia , capacidad de relacionarse y otros factores asociados con una sana Autoestima posibilitan, al entrar en funcionamiento, la obtención de aquello que deseamos, o l menos de algo bastante cercano.

PERSEVERANCIA.

Cuando alguien tiene confianza en sí mismo, es capaz de definir objetivos trazar un rumbo, iniciar acciones para lograr esos objetivos y, además desarrollar la capacidad para el esfuerzo sostenido, la convicción de que tarde o temprano verá el sueño realizado. La perseverancia es por eso característica clara de la persona autoestimada, para quien los eventos frustrantes son pruebas superables desde sus conciencia creativa.

FLEXIBILIDAD.

Es característica de la persona autoestimada aceptar las cosas como son y no como se le hubiese gustado que fueran. Ante la novedad, para no sufrir, es necesario flexibilizar nuestras creencias y adecuar nuestros deseos sin caer, claro está, en la resignación o la inacción. Flexibilidad implica abrirse a lo nuevo, aceptar las diferencias y lograr convivir con ellas; tomarse algunas cosas menos en serio, darse otras oportunidades y aprender a adaptarse. Todas estas son manifestaciones de inteligencia, consciencia y respeto por el bienestar.

De forma sencilla y resumida, Lair Ribeiro al referirse a los atributos de la persona autoestimada nos dice que ésta es “ambiciosa sin ser codiciosa, poderosa sin ser opresora, autoafirmativa sin ser agresiva, e inteligente sin ser pedante”.

ALGUNOS COMPORTAMIENTOS DE ALTA AUTOESTIMA.

Algunos comportamientos que revelan Autoestima, sin que deban ser tomados como algo absoluto, son los siguientes:

Aprender

Agradecer

Reflexionar

Planificar

Procurarse salud

Producir dinero

Cuidar el cuerpo

Vivir el presente

Valorar el tiempo

Respetar a los demás

Disfrutar la soledad

Abrirse a lo nuevo

Actuar honestamente

Cumplir los acuerdos

Perdonarse y perdonar

Respetar a los demás

Vivir con moderación

Actuar con originalidad

Aceptarnos como somos

Aceptar los éxitos ajenos

Halagar y aceptar Halagos

Disfrutar del trabajo diario

Actuar para lograr objetivos

Respetar el espacio físico y psicológico de los demás

Vivir con alegría y entusiasmo

Cuidar la imagen personal

Dar ejemplos positivos a los hijos

Confiar en las capacidades propias

Reconocer y expresar los talentos

Expresar los sentimientos y emociones

Abrirse a la intimidad económica y física

Respetar las diferencias de ideas y actitudes

Pensar y hablar bien de uno y de los demás

Relacionarse con personas positivas y armónicas

Disfrutar de las relaciones con las demás personas

Desarrollar independencia en todos los órdenes posibles.
CREENCIAS LIMITADORAS.

Las cosas van a salir mal

No creo que pueda lograrlo

Hoy va ser un día terrible

No sirvo para nada

No le agrado a la gente

Es difícil producir dinero

Trabajar es aburrido y cansón

Detesto mi vida

Soy bruto, soy tonto, soy torpe

Todo me sale mal

Tengo mala suerte

Nunca me alcanza el tiempo

No soporto que me critiquen

Es lógico que siempre me sienta mal

La gente es mala y hay que cuidarse de todos

No existen hombres (o mujeres) que valgan la pena

Yo soy así y no puedo cambiar

Estoy preocupado(a)

Para qué habré nacido. La vida es terrible

Tengo muchos defectos

Los problemas me persiguen

Lo bueno dura poco

Yo olvido pero no perdono

Me odio, no me soporto

Me las van a pagar

No merezco que nadie me ame

Mi familia no me gusta

Seguro que voy a enfermarme

No quiero vivir

Autoestima y desempeño laboral

ABSTRAC

Este trabajo habla sobre la autoestima como un factor influyente en el buen desempeño laboral, para lo cual se empieza definiendo el concepto de autoestima, lo cual se puede decir, que es el amor o estima que una persona tiene de ella misma; se considera importante saber como y cuando se forma la autoestima y quienes son los responsables de esta.

Para cubrir el tema planteado se habla de la relación que tiene la autoestima y el trabajo, definiendo primeramente lo que es trabajo y el porque es importante tener una buena autoestima laboral; y finalmente se habla de cómo mejorar la autoestima, individualmente y luego a nivel empresarial.

I La autoestima

¿Qué es autoestima?

Si nos enfocamos en la palabra autoestima se puede definir según Massó (1997,5) “Es el significado más directo de la palabra auto (sí mismo/a) Estima (amor, aprecio).Quererse a sí mismo/a, ni es egoísmo, ni es enfermizo; es un sentimiento fundamental.”

Se considera necesario enfatizar que es amor, es decir, que al tenerse amor a si mismos la persona tiene la facultad de aceptarse tal cual es, cuando se dice así se refiere que se sabe y se esta conciente que es un ser humanos y que como tal es poseedora de cualidades pero también tiene defectos.

Al estar concientes de esto y al amarse de verdad como lo dice el autor citado anteriormente no se puede caer en el egoísmo, la vanidad, el contenido de sí mismo, la auto justificación, el fariseísmo que al contrario de quererse, es al final de todo un valor muy débil de el mismo, ya que al creerse superior y lo mejor, no se acepta los defectos terminando en pensar que no los posee, entonces pierde la facultad de ser auto crítico, lo cual es malo para cada individuo porque la realidad es que es un ser humanos y que tiene defectos; y el poderse ver con defectos es lo que hace a este avanzar en la vida para una mejor calidad de vida.

Autoestima psicológicamente hablando es según el autor Yagosesky (1997,6) “amarnos incondicionalmente y confiar en nosotros para lograr objetivos, independientemente de las limitaciones que podamos tener ”

Lo que exhorta a tener en cuenta que como humanos se comenten equivocaciones, e incluso se tienen limitaciones, ya sean estas físicas o emocionales; pero que también no hay que perder de vistan que se tiene la capacidad de levantase, y que cada caída no es un fracaso eterno, sino verlo como una oportunidad que nos da la vida de conocernos más y de obtener la experiencia que en la próxima equivocación poder confiar en la capacidad que tenemos de seguir adelante y alcanzar los objetivos que deseamos.

También un significado muy profundo de “Autoestima es la fuerza innata que impulsa al organismo hacia la vida, hacia la ejecución armónica de todas sus funciones y hacia su desarrollo” según Yagosesky, R (1997, 5).

Porque solo el hecho de saber que nos tenemos a nosotros mismos y de estar conciente de que valemos bastante tanto por nuestra capacidad de dar a los demás, de amar, de compartir; es un motivo muy grande para seguir existiendo y dar lo mejor de sí con alegría y solidaridad.

Teniendo una buena valoración de si mismo y estando conciente de las posibilidades, se pueden trazar objetivos claros.

El conocimiento que se tenga de si mismo va bien ligado con el amor que se tenga la persona, pues ayuda a tener una orientación, de lo que se posee tanto cualidades, habilidades, destreza; como también de lo que se carece o con lo que se esta disconforme, defectos, limitaciones, y es así, sabiendo lo bueno y lo malo que se tenga, se pueden hacer de las debilidades fortalezas.

Según Massó(1997,15) “El respeto es consecuencia del valor que nos reconocemos, o la estima que profesamos hacia nuestra persona y la dignidad que exigimos que nos otorguen las demás personas.”

Teniendo claro la persona que es alguien de mucho valor, tanto por lo que tiene como también por lo que puede dar; se estima a si misma, es decir, que se cuida, valora y no realiza acciones que puedan dañar su integridad y a la vez se hace respetar por las personas que le rodean.

Confianza en nuestro derecho de ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a afirmar necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos.

Cuando la persona posee este sentimiento de estimación hacia sí mismo sabe que es merecedor de sentirse bien, de sentirse feliz, por los triunfos que ha alcanzado, que tiene derecho a vivir y expresar de forma apropiada los deseos, necesidades, pensamientos; que sentir alegría es un derecho natural que posee.

Esta estimación de la que se ha hablado, cabe mencionar que puede trabajar desde la valoración que se hace de sí a favor de la persona, es decir, que le ayude a crece como persona; aquí se habla de autoestima positiva; pero también puede trabajar en contra de el individuo mismo, es decir perjudicando su la calidad de vida; entonces se habla de autoestima negativa.

Según la pirámide de necesidades de Abraham H. Maslow, la estima es una necesidad que debe cubrirse, como se explica a continuación:

figura 1

fuente: Martínez Coll, Juan Carlos (2001): “Las necesidades sociales y la pirámide de Maslow”

Esta pirámide de Maslow, explica que el ser humano tiene necesidades que satisfacer, pero que estas tienen orden de prioridad, empezando por la base de la pirámide (ver figura 1) se encuentran las básicas o necesidades fisiológicas, como son el hambre, la sed, dormir; ya satisfecha esta necesidad pasa al siguiente escalón que es la necesidad de seguridad, luego que se siente seguro, esta la de aceptación social, donde busca el amor, la necesidad de ser miembro de un grupos sociales, la necesidad que se encuentra en penúltimo lugar es la necesidad de autoestima, donde necesita tener éxitos propios, que los demás lo alaben y que reconozca que es un persona competente; para culminar dicha pirámide Maslow dice que el ser humano necesita sentir la autorrealización que es ver los logros que ha alcanzado y sentir satisfacción de eso.

¿Cómo se forma la autoestima?

Según Yagosesky (1997, 12) “Los padres y otras figuras de autoridad, serán piezas claves para el desarrollo de la Autoestima del niño, quien dependiendo de los mensajes recibidos, reflejará como espejo lo que piensan de él ”

La autoestima es el concepto que tenemos de nosotros mismos, este concepto es muy importante para nuestro desarrollo humano y se forma desde cuando se esta niño, en el periodo de cinco a seis años de edad, escuchando las críticas que hacen los demás de él, ya sean estas constructivas o destructiva este las recibe todas como ciertas, porque no tiene el suficiente criterio para decir si es cierto o no lo que dicen y piensan de él.

La escuela es otro lugar fundamental donde el niño tiene lugar a formarse y desarrollarse como persona, donde le enseñan valores claros y el significado de estos, los maestros deben ayudar a los niños a que se vean dentro de ellos mismos y a saber que tienen derecho de ser una persona de valor y tener la oportunidad de triunfar; teniendo en cuenta que cada niño tiene diferentes ritmos de desarrollo.

La autoestima se comienza a formar desde pequeños, pero el lapso de formación es de toda la vida, a través de observación, de la imagen que las demás personas tienen de él y apreciación que cada uno haga de si. Lo que influye en gran medida a la formación de la autoestima es el medio familiar y el cultural; que es lo que se espera de cada individuo por el hecho de ser ya sea hombres o mujeres.

Si la autoestima nos dice como un individuo reaccionará ante las circunstancias de la vida, no hay que olvidar que esta reacción viene en gran parte a sus mapas mentales, los cuales han sido formados en el núcleo familiar, en la escuela; estos mapas ayudan a interpretar la realidad, ya que la situación se da en la vida y es opción del individuo si este la ve como un problema muy grande o como oportunidad que le da la vida de crecer.

Según lo expuesto por Bolívar (2003,10) “La autoestima se construye constantemente y a lo largo de toda la vida (â?¦) los demás se convierten en elementos fundamentales del proceso de construcción de la autoestima, haciendo las veces de evaluadores externos a la persona. ”

Algo que influye en la formación de la autoestima son las personas, como lo menciona el autor, ya que estas con sus críticas a los actos o a características personales, ya sean constructivas o destructivas influyen en la formación del auto concepto del individuo; dependiendo del grado de madurez de este.

Para poder atender a las críticas, la persona tiene que tener seguridad de ella misma, para poder discernir cual critica va a favor y cual en contra de su integridad como persona.

Una crítica negativa es capaz de hundir a una persona y de afectar en gran medida el amor propio, llevándola incluso a sentirse que es un verdadero fracaso, y ha sentir un sin sentido de la vida.

“La persona también realiza una construcción interna según sus propias experiencias. Esta construcción va a ser positiva o negativa según lo sean esas experiencias y el criterio de evaluación que se haga de ellas”, según Bolívar (2003).

La autoestima no solo se forma por agentes externos, sino que también el individuo mismo es el formador de su propia autoestima, claro esta formación no siempre es positiva. Esta auto â?? formación se lleva a cabo cuando el individuo se traza metas, y depende de cómo afronte los resultas esta autoestima puede ser positiva o negativa.

II Autoestima en el trabajo.

¿por qué necesitamos autoestima?

“La conciencia del propio valor eleva el estado de ánimo, aumenta la alegría vital, así como el sentimiento del propio poder y fomenta así la capacidad de decisión y la de rendimiento” (Henriz, 1974, p. 259).

Tener estima a uno mismo es muy importante, porque el amor es el motor de la vida y el amor a uno mismo es una pieza fundamental, es la chispa que impulsa a la persona no solo a vivir por vivir sino a disfrutar de la vida que aunque tenga altos y bajos todos los acontecimientos que esta nos ofrece tiene su lado bueno y hay que sacarle el mejor provecho.

Una persona con una baja valoración de ella misma, experimenta ansiedad a la hora de tomar decisiones, no así alguien que tiene una buena valoración de ella misma, porque esta conciente que en la vida va a cometer errores, que va experimentar el fracaso, pero no le teme a la frustración que pueda experimentar, pues confía en ella y sabe que por lo que ella es y tiene puede superarlos y salir de ellos; llevando a esta persona a poder tomar decisiones sin miedo a equivocarse, a arriesgarse por la vida para poder dar más de lo que ella tiene ahora.

“La aceptación activa va reforzando la autoestima, la cual no es más que el valor que el individuo se atribuye a si mismo” (Santos, 1993, p.20).

Es importante también tener presente que el individuo es único e irrepetible, y que a partir de esto debe la persona de valorarse y aceptarse tal cual es. Al reconocer la persona quien es, es decir con defectos y cualidades esta puede ser autocrítica y saber que no es perfecta y que comete errores y a partir de esto poder cambiar para bien.

Según Santos (1993) en su libro esfuérzate y se afirmativo expone la Pirámide de Gestión Personal (PGP), la cual nos ayuda a poder planificar y estar alerta a cualquier situación que se nos presente en nuestra vida, dicha pirámide tiene en su base, es decir donde se sostiene lo demás, el enfoque personal, ya que la persona no puede dar lo que no tiene, entonces debe empezar por ser una persona que sabe que no es más ni menos que nadie, que confía en ella sabiendo sus fortalezas y limitaciones; para poder pasar al siguiente escalón, el tipo de gestión interpersonal, que puede confiar en los demás, ya que es una persona asertiva, es decir, que es capaz de exponer sus deseos, necesidades, pensamientos sin dañar los de los demás; y finalmente, el tipo de gestión integral, que lo logra siendo una persona afirmativa, la que es capaz de nadar contracorriente, claro siendo siempre asertiva, y no darse por vencida por cualquier obstáculo, la que es positiva en el presente y ve con optimismo el futuro.

Según Yagosesky, R (1997,19) “Nuestro sentido de valor personal y de confianza en las propias capacidades pueden verse afectadas y hacernos creer que vivimos a merced de las contingencias”

Nuestra fe en nosotros mismos es probada en los problemas y es en donde se hace fundamental poseer este amor, ya es el que nos ayuda a superar los obstáculos que la vida nos presenta.

La autoestima es muy importante también porque le ayuda a la persona descubrir las habilidades que tiene, a descubrirse a él mismo y a sacar provecho de su potencial; ya que si es ignorante de estas habilidades es como que si no las tuviera, lo mismo pasa con la inteligencia alguien que no tiene amor propio no se cree con capacidades de solucionar un problema, por tanto no lo es. Como lo expone Massó “El cerebro funciona como otros órganos del cuerpo: cuanto más funcionan, más se desarrollan, mientras que el desuso los hace languidecer, se atrofian y rinden menos.”

La autoestima es muy importa porque es como un compañero de batalla que se lleva para poder vencer todo los retos que se presenten.

Autoestima y trabajo.

Para poder hablar de este tema, se hablara primeramente en forma general de lo que es trabajo, lo cual para Zornoza (2004,1) “Actividad del hombre encaminada a la transformación de la naturaleza, para satisfacer las necesidades humanas.”

Otra definición de trabajo es “el trabajo es una actividad manual, mental o mixta, orientada hacia la satisfacción de necesidades, transformar el medio y mantener una adecuada salud mental.” (Santos, 1993, p. 31).

Teniendo estas dos definiciones, se puede ver que la primera de ellas solo enfoca dos razones por las que se trabaja, la de transformar la naturaleza y la de satisfacer las necesidades humanas.

La segunda definición, toca tres razones: la de satisfacer las necesidades, la de transformar el medio y tener una buena salud mental

Satisfacer necesidades; las cuales según Santos se pueden agrupar en básicas, sociales, psicológicas y existenciales.

La otra razón por la que se trabaja es para transformar el medio, quiere decir que se trabajo no solo para producir, sino también para innovar, optimizar y ocupar el ingenio para crear, ya sea procesos o maquinaria y obtener cosas útiles y que faciliten la vida de la civilización, esta razón va muy liga con la autoestima, ya que hemos visto con anterioridad que difícilmente alguien con una desvalorización de el mismo pueda tener creativita y peor aún el deseo de innovar y utilizar el ingenio.

Y finalmente como lo expone Santos, otra razón de trabajar es para sentirse bien; ya que cuando una persona trabaja se siente útil e importante para el desarrollo de su empresa, el solo hecho de poseer un trabajo le ayuda a su auto valoración.

Una definición importante también es el de la autoestima profesional que según Ganster y Schaubroeck (1995, citado en Asociación Colombiana para el Avance de las Ciencias del Comportamiento [ABA] 2003) “es una actitud individual sobre la competencia, desempeño y valor profesional a lo largo de una dimensión positiva-negativa y es señalada como un factor importante en la explicación del desempeño, la satisfacción laboral y vital, y parece actuar como variable moderadora en la relación estrés laboral-salud.”

Según Vidal (2000, 5) “Así pues, podemos afirmar que la autoestima de un individuo define la calidad de las relaciones interpersonales (con otras personas), intrapersonales (consigo mismo) y con su entorno (con lo que le rodea). ”

Es importante señalar que el individuo en su lugar de trabajo se relaciona con otras personas, y a veces hasta tiene el destino de la empresa en sus manos.

La autoestima la ayuda en el sentido que esta persona sabe que puede lograr las metas que se proponga, y en este sentido actúa para bien; cuando la persona se valora de una forma muy pobre, esta actúa para mal, ya que ha creado un obstáculo; mas grande de los que la vida puede proporcionar, ya que este se estanca en los problemas porque no se cree capaz de poder salir de estos, y hasta tiene la habilidad de ver problemas donde no los hay cerrándose así todas las puertas que pudieran estar abiertas.

Para poder desarrollarse de una forma satisfactoria y explotar todas las habilidades, debemos de tener oportunidades, pero para esto se debe de sentir aptos de poder lograr lo que se proponga, de alcanzar esas metas trazadas por ellos mismos y que estas estén bien definidas y firmes de lo que queremos, y de saber que el trabajo que realizamos es valioso e importante, tanto para la empresa como para el mismo individuo.

Las metas se las planteas la persona y es deber de esta ir tras ellas y alcanzarlas, sabiendo esta que es capaz de lograrlo, ya que estas metas no se pueden dejar a que pasen por ellas mismas, sin esforzarse y luchar por ellas.

Algunas características de la autoestima positiva son:

Defender sus principios y valores, aun cuando hay gran oposición, pero también se siente segura de poder cambiar estos valores y principios si nuevas experiencias indican que al individuo que estaba equivocado.

Disfruta diversas actividades como, trabajar, estudiar, jugar

confía en la capacidad que tiene de resolver problemas, sin dejarse acobardar por las dificultades que experimente.

No desperdicia su tiempo en preocupaciones de lo que halla ocurrido en el pasado ni de lo que va suceder en el futuro.

No se deja manipular por los demás.

Sabe que es una persona valiosa por lo menos para aquellos con los que se asocia.

III ¿Cómo mejorar la autoestima?

1. Mejorar la Autoestima a Nivel Personal.

Según lo expuesto con anterioridad se ha dicho que la autoestima se forma a lo largo de la vida, es decir, que es algo que va cambiando, por consiguiente se esta diciendo que se puede mejorar, pero ¿como?

Una manera muy interesante y fundamental, para todo cambio que se desee hacer en la vida es saber que no se esta bien, y para poder inferir esto la persona tiene que saber, como funciona, que al final se refiere a que sepa cuales son sus fortalezas y limitaciones, ya sabiendo esto es capaz de decidir que es lo que desea mejorar y estará dispuesta ha hacer de sus debilidades sus fortalezas.

Otro punto a tomar en cuenta es que la persona pierde de vista su realidad y generalmente se identifica con una idea de el mismo y no lo hace con su realidad de sus sentimientos y experiencias actuales, se dice que su vida se divide entre lo que piensa que es lo que realmente es; y este concepto erróneo de el mismo lo vuelve presa de sus temores al fracaso, ya que no quiere echar a perder su imagen irreal de el mismo

Según, el centro clínico de psicología (2003, 3) “El hecho de juzgarse y rechazarse a uno mismo produce un enorme dolor. Como consecuencia es posible que la persona llegue a evitar con todas sus fuerzas que aumente el rechazo que siente hacia sí misma.”

Es muy importante que la persona este consiente que es humana y que como tal comete errores y que es poseedora de defectos, es decir sentirse triste no es malo, lo verdaderamente catastrófico es ser pesimista, y para poder cambiar lo principal es mirar desde el problema de donde se encuentra, no algo oscuro y negro sino una oportunidad que da la vida de seguir adelante.

Para poder mejorar la autoestima se tiene que anular las ideas o conceptos distorsionados y equivocados formados en la niñez para que no se siga haciendo sufrir, ya que estos sentimientos no resueltos, crean un estado de enojo y este se convierte en odio a la misma persona, y no es capaz de perdonarse; estas ideas negativas se reemplazan por otras ideas que ayuden a adquirir seguridad y tener presentes sus derechos.

Si una persona tiene una buena valoración de ella misma, esta protegida de sentir culpa irracionales, de sentirse incapaz de lograr lo que se propone, malo o inútil y de tener que complacer para ser aceptada.

Para concretizar y dar una guía de cómo cambiar lo que esta mal, lo que no deja avanzar, se expone la alternativa de aplicar el retcambio, el cual es según su creador, (Santos, 2004, p. 6) “Un reto a las obvias realidades (â?¦) un cambio que rompe con el sentido común de las practicas tradicionales, con la vieja manera de ver y hacer las cosas, a través de la adquisición de nuevos ciclos de aprendizaje para acción.”

Entonces ya sabiendo que se esta mal y que se necesita un cambio, el ciclo de aprendizaje para la acción (CAPLA), es:

La persona tiene que estar en su obvia realidad, que posee baja autoestima, al tener esto claro, declara que tiene un mal concepto de el mismo y si esta dispuesto a cambiar para mejorar, debe de cambiar este concepto ya que ha descubierto el origen de su problema.

Las acciones que mejorarán su situación es reconocerse que es un ser humano, que no es omnipotente, que comete errores y que esto al final no es malo, lo que es malo es no aprender ni levantarse de estos errores, lo que se logra con estas acciones es aceptarse como es, ya haciendo esto, reconociendo sus limitaciones y fortalezas es capaz de ponerse metas, alcanzarlas a pesar de los fracasos y lo más importante se considera una persona con valor, con una alta autoestima.

2. Mejorar la Autoestima en la Empresa.

Mejorar los niveles de autoestima de los empleados en una empresa fomenta un mayor desempeño laboral, mejorando la eficiencia y las utilidades de la empresa. La importancia al aumentar el desempeño laboral merece la atención por parte de la empresa para brinda los recursos necesarios con enfoque al desarrollo del empleado, en toda la estructura de la empresa.

El resultado eficaz requiere planear, organizar, continuar, dirigir y mejorar un programa integral que considere las necesidades concretas de la empresa, desarrollando talleres, seminarios, concursos e incluyendo un eficiente sistema informativo con temas especiales en boletines o periódico .

IV. CONCLUSIONES

El quererse a uno mismo garantiza un buen desempeño del individuo en su trabajo ya que confiando en él mismo, puede crear y sugerir nuevas ideas para optimizar la producción y permitir de esta forma que la empresa crezca.

Para que la persona pueda quererse a sí misma debe primero de aceptarse como ella es, y saber que es una persona valiosa.

Para poder mejorar la autoestima lo fundamental es saber la obvia realidad y a partir de esto cambiar para bien.

De la autoestima depende en gran medida que se alcancen todos nuestros objetivos, ya que de lo visto con anterioridad se puede decir que si se ve con pesimismo el futuro difícilmente se desarrollara de una manera optima las metas que se han visualizado.

V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Santos, J. Alberto (2004). La Ruta: Un mapa para construir futuros. (1ª Ed.). San Salvador, El Salvador. (Pág. 6).

Santos, J. Alberto (1993). Esfuérzate y sé afirmativo. San Salvador, El Salvador. (1ªEd.). (Págs. 20).

Heinz, R (1974). Psicología de la personalidad. Madrid, España. (Pág. 259)

Yagosesky, R. (1997): ” Autoestima” extraido el 10 de Marzo de 2006 de:

http://www.monografias.com/trabajos16/autoestima/autoestima.shtml

Massó, F. (2003): ” Autoestima”. Extraido el 10 de Marzo de 2006 de:

http://es.salut.conecta.it/pdf/injuve/IIguianorexia_4.pdf.

Bolivar, C. y Vargas, C. (2003): “Construcción de la autoestima y su importancia en la empresa”. Extraido el: 13 de Marzo de 2006 de :

http://www.sht.com.ar/archivo/temas/autoestima.htm

ABA (Asociación Colombiana para el Avance de las Ciencias del Comportamiento) (2003). Extraido el 13 de Marzo de 2006 de:

http://www.abacolombia.org.co/bv/organizaciones/organ45.pdf#search=’autoestima%20laboral’

Martínez, J. C. (2001): “Las necesidades sociales y la pirámide de Maslow” en La Economía de Mercado, virtudes e inconvenientes http://www.eumed.net/cursecon/2/necesidades_sociales.htm
consultado el 7 de Abril de 2006.

Vidal, L. (2000): “La Autoestima en la Empresa”.

Extraido el 4 de Abril de 2006 de:

http://www.gestiopolis.com/Canales4/rrhh/lautoem.htm

Zornoza, L. (): “Motivación laboral”

Extraido el 4 de Abril de 2006 de:

http://www.gestiopolis.com/recursos2/documentos/fulldocs/rrhh/motlaboral.htm

Centro clinico de Psicologia, (2003): “¿Qué es la Baja Autoestima?”

Extraido el: 20 de Marzo de 2006 de:

http://www.previsl.com/es/centropsicologia/autoestima.asp

VI. ANEXOS.

Burn out síndrome de agotamiento profesional

El estilo de vida de este siglo ha gestado nuevas enfermedades relacionadas con el Stress laboral y la Desocupación, una de ellas adquirió la denominación de Burn Out ( quemado ) o síndrome de Tomas.

El síndrome de Tomas lleva su nombre por el personaje de la novela “La insoportable levedad del ser”, del director checo Kundera, donde el protagonista “Tomas”, era un individuo que había perdido su autoestima, su actitud evidenciaba desánimo, tedio en la labor diaria y ausencia de expectativas de mejoría.

El índice de desocupación en nuestro país toca cifras históricas, pero no solo los sin trabajo sufren las consecuencias de los cambios de la globalización, un alto porcentaje de gente con trabajo sufren enfermedades psicosomáticas causadas por la falta de adaptación a las nuevas reglas del mercado.

El Burn-out es un estado de agotamiento físico, emocional y mental, causado por el involucrarse en situaciones emocionalmente demandantes, durante un tiempo prolongado, ( extraído de Pines and Aronson, 1989)

La feroz competitividad e inseguridad que rigen en el ámbito laboral, las exigencias del medio, los cambios trascendentales en los enfoques de la vida y las costumbres, condicionan un ritmo vertiginoso, que genera angustia, agotamiento emocional, trastornos en los ritmos de alimentación, actividad física y descanso, con dolencias físicas, psíquicas y factores de riesgo que ponen en jaque a la salud de los individuos del nuevo milenio.

El Hombre, como entidad compleja, que puede habituarse a circunstancias adversas, pero al verse superados los procesos de adaptación, se origina un desborde que ocasiona trastornos orgánicos y psicológicos; el individuo superado por sus circunstancias laborales, agotamiento físico y emocional comienza a generar situaciones autodestructivas.

Quienes trabajan en profesiones que se encuentran en íntima relación con el sufrimiento humano (tales como psicoterapeutas, médicos, enfermeros, personal de rescate, etc.) son igualmente vulnerables al desgaste por empatía y al Burn out, dado que la empatía es un recurso importante en el trabajo con poblaciones traumatizadas o sufrientes

La vocación por el trabajo puede ser un arma de doble filo: brinda satisfacción si se crece profesionalmente, pero también puede ocasionar desilusión y apatía si la propia tarea es percibida como intrascendente. En este último caso, el estrés crónico puede producir algunos síntomas como: resistencia a concurrir al trabajo, culpa y pérdida de la autoestima, miradas frecuentes al reloj, pérdida del interés e indiferencia, insomnio, dolores de cabeza, problemas conyugales y familiares, entre otros. Cuando varias de estas señales se combinan, hay que replantearse la forma de trabajar, incluida la extensión de la jornada y la relación con pares y superiores.

Las fuertes presiones a que se ven expuestos muchos profesionales, cuyas caras mas visibles son el empeoramiento de las condiciones laborales, la caída salarial , el aumento de las exigencias por parte de las instituciones y la falta de expectativas de solución, se manifiestan a través de vivencias de vacío existencial y stress prolongado que van minando las defensas y debilitando las técnicas de respuesta.

Al personal jerárquico lo estresa tener que lidiar con responsabilidades que exceden lo que ellos definen como el rol profesional. Esto se acentúa en los jefes de oficina, si bien consideran que la jefatura implica un reconocimiento y ascenso en su carrera, dándoles la posibilidad de ser creativos e introducir cambios, también reciben el embate de los factores humanos del rol, como algo que se aparta de la verdadera función, que sería la atención del trabajo.

Se genera un verdadero estado de agobio y desprotección, donde el oponerse a la estructura del sistema crea la impresión de luchar contra imposibles, en el que cada intento frustrante va debilitando al individuo hasta que este resigna su capacidad de perseverar.

Muchos profesionales en relación de dependencia, en el ámbito estatal o privado, desempeñan tareas en condiciones impropias, con horarios excesivos, inseguridad en el cargo, remuneración insuficiente y carencia de recursos materiales o humanos indispensables para una correcta labor, ellos, integran el universo de personas en riesgo de contraer el síndrome de agotamiento laboral .

Este síndrome es un cuadro polifacético y evolutivo, con un desarrollo histórico de enfermedad, conocido por los médicos desde la década del â??70, puede comenzar con cambios psicológicos que van incrementando su intensidad desde el descontento y la irritabilidad hasta estallidos emocionales, afectando los sistemas físicos y psíquicos fundamentales para la supervivencia del individuo.

Los efectos del Burnout son:

Afecta negativamente la resistencia del trabajador, haciéndolo más susceptible al desgaste por Empatía (Compassion Fatigue).

Favorece la Silencing Response o Respuesta Silenciadora ( Danieli, 1984, Baranowsky 1997) que es la incapacidad para atender a las experiencias de los consultantes, que resultan abrumadoras.

Gradualmente el cuadro se agrava en relación directa a la magnitud del problema, inicialmente los procesos de adaptación protegen al individuo, pero su repetición los agobia y a menudo los agota, generando sentimientos de frustración y conciencia de fracaso, existiendo una relación directa entre la sintomatología , la gravedad y la responsabilidad de la tareas que se realizan.

El concepto mas importante es que el Burn-out es un proceso (más que un estado) y es progresivo (acumulación de contacto intenso con consultantes).

El proceso incluye:

1. Exposición gradual al desgaste laboral

2. Desgaste del idealismo

3. Falta de logros

Los síntomas observados pueden evidenciarse como:

1. Físicos: fatiga, problemas del sueño, dolores de cabeza, impotencia, gastrointestinales, etc.

2. Emocionales: irritabilidad, ansiedad, depresión, desesperanza, etc.

3. Conductuales: agresión, actitud defensiva, cinismo, abuso de sustancias, etc.

4. Relacionados con el trabajo: ausentismo, falta de rendimiento, robos, etc.

5. Interpersonales: pobre comunicación, falta de concentración, aislamiento, etc.

Síntomas:

Baja de la autoestima

Abandono

Melancolia

Tristeza

Neurosis

Psicosis

Ideación de suicidio

Síntomas:

Irritabilidad

Cinismo

Aburrimiento

Perdida del idealismo

Frustración

Incompetencia

Autovaloración negativa

El sentirse usado, menoscabado o exhausto debido a las excesivas demandas de energía, fuerza o recursos personales, crea además intensas repercusiones en la persona y en su medio familiar.

Estados de fatiga o frustración son el resultado de la devoción a una causa , estilo de vida, o relación que fracasó en producir la recompensa esperada.

La progresiva perdida del idealismo, de la energía y el propósito que experimentan muchos profesionales que trabajan ayudando a otras personas son el resultado de sus condiciones de trabajo.

El síndrome de agotamiento, es el último paso en la progresión de múltiples intentos fracasados de manejar y disminuir una variedad de situaciones laborales negativas.

La lista de síntomas psicológicos que puede originar este síndrome es extensa, pudiendo ser leves, moderados, graves o extremos.

Uno de los primero síntomas de carácter leve pero que sirven de primer escalón de alarma es la dificultad para levantarse por la mañana o el cansancio patológico, en un nivel moderado se presenta distanciamiento, irritabilidad, cinismo, fatiga, aburrimiento, progresiva perdida del idealismo que convierten al individuo en emocionalmente exhausto con sentimientos de frustración, incompetencia, culpa y autovaloración negativa.

Los graves se expresan en el abuso de psicofármacos, ausentismo, abuso de alcohol y drogas, entre otros síntomas.

Es la repetición de los factores estresantes lo que conforma el cuadro de crónico, que genera baja de la autoestima, un estado de frustración agobiante con melancolía y tristeza, sentimientos de impotencia, pérdida, fracaso, estados de neurosis, en algunos caso psicosis con angustia y/o depresión e impresión de que la vida no vale la pena, llegando en los casos extremos a ideas francas de suicidio.

Muchos expertos dicen que es una enfermedad de la sociedad moderna, donde el trabajo deja de ser una fuente generadora de bienestar, para transformarse en un causal de desilusión y que es la sociedad quien debe deshacer el camino mal transitado.

El diagnóstico precoz, la terapia médica y psicológica, cambios en la calidad de alimentación y la distribución del tiempo de sueño- trabajo- esparcimiento, permiten revertir muchos cuadros.

Lo más positivo para estos estados es gestionar técnicas de recursos humanos y materiales para humanizar la relación laboral y gratificar al individuo en el sentido amplio del término con lo cual se actuaría previniendo el primer eslabón que encadena a estas dolencias y mejorando la CALIDAD DE VIDA.

Autoestima en estudiantes

¿Por qué es importante que los estudiantes tengan autoestima?

-Es muy importante para la toma de decisiones, y es fundamental para el rendimiento académico. Si un chico piensa que es torpe, no se esforzará en hacer bien las cosas porque pensará que no es capaz y, además, será infeliz. Hay que pensar que la educación obligatoria no sólo sirve para que los jóvenes continúen luego estudios superiores, sino que se trata de que lo que aprendan les sea útil en la vida, y qué mejor que ser un ciudadano responsable y feliz. Los chavales, desde una idea de cómo son, pueden plantearse qué pueden hacer en el futuro, y qué pasos deben seguir.

-Desde su experiencia profesional, ¿qué tal andan de autoestima los estudiantes ahora?

-A mi departamento de Orientación llegan sólo los casos más especiales, por lo que no puedo hablar de la mayoría. Lo que sí puedo decir es que la falta de autoestima influye en el rendimiento académico.

-¿Cuántos progenitores suelen acudir a las actividades de la Escuela de Padres?

-La de ayer era la tercera charla de este curso. Ã?ltimamente acuden entre 20 y 30 personas a cada sesión. No es un porcentaje muy grande, pero a los padres que acuden les gusta, y les gusta tener la oportunidad de participar, por lo que participan. Además, aprenden cosas y hacen escuela. En este curso tenemos pensado hacer una conferencia por año, pero también tenemos programado organizar un debate cuyo tema será elegido por los padres.

INTRODUCCIÓN
Una de las variables más significativas para la adaptación social y el éxito en la vida es tener una autoestima positiva, es decir, saberse y sentirse competente en diferentes aspectos.

La autoestima es una actitud básica que determina el comportamiento y el rendimiento escolar del alumno. El desarrollo de la autoestima esta estrechamente relacionado con la consideración, valorización y crítica recibida por los niños de parte de los adultos.

Cuando un niño fracasa en un área específica del rendimiento escolar su autoestima será amenazada. En cambio cuando tiene éxito, el niño se siente aprobado, aceptado y valorizado; los sentimientos asociados a esas situaciones de éxito van a ir modificando positivamente las percepciones que el niño tiene de si mismo.

Este trabajo esta organizado en 6 partes: Definición, importancia, clases y dimensiones de la autoestima, así como Estrategias para favorecerla y formas de evitar que sea negativa.

Es así que el presente trabajo tiene como fin motivar a los educadores a mirar la realidad educacional desde la perspectiva psicológica y específicamente desde la perspectiva de la autoestima y puedan cumplir integralmente su labor docente.

LA AUTOESTIMA PROCEDE DE UNO MISMO, NO DE LAS ADQUISICIONES NI LA ACEPTACIÓN DE LOS DEMÁS.

ADOPTA LA DECISIÓN PERSONAL DE ENAMORARTE DE LA PERSONA MÁS HERMOSA, INCITANTE Y DIGNA…. ¡TÃ?!

I.-¿QUé ES LA AUTOESTIMA?
o  ES UNA ACTITUD.

Como actitud es la forma habitual de pensar, amar, sentir y comportarse consigo mismo.

Es la disposición permanente según la cual nos enfrentamos con nosotros mismos. Es el sistema fundamental por el cual ordenamos nuestras experiencias refiriéndolas a nuestro “yo” personal.  Son las líneas conformadoras y motivadoras de nuestra personalidad, que la sustentan y le dan sentido, constituye el núcleo básico de la personalidad.

La autoestima es una forma de ser y actuar radical, puesto que arraiga en los niveles mas honda de nuestras capacidades, ya que es la resultante de la unión de nuestros hábitos y actitudes adquiridas.

o  SU COMPONENTE COGNITIVO.

El componente cognitivo indica idea, opinión, creencia, percepción y procesamiento de la información. Se refiere al autoconcepto definido como opinión que se tiene de la propia personalidad y sobre la conducta.

El autoconcepto ocupa un lugar privilegiado en la génesis, crecimiento y consolidación de la autoestima. Las restantes dimensiones, afectiva y conductual, camina bajo la luz que les proyecta el autoconcepto, que a su vez se hace servir y acompañar por la autoimagen o representación mental que en sujeto tiene de sí mismo en el presente y en las aspiraciones y expectativas futuras.

o    SU ELEMENTO AFECTIVO.

Esta dimensión con lleva la valoración de lo que en nosotros hay de positivo y negativo implica un sentimiento de la favorable o de la desfavorable, de la agradable o desagradable que vemos en nosotros. En sentirse a gusto o disgusto consigo mismo. Es un juicio de valor sobre nuestras cualidades personales. Es la respuesta de nuestra sensibilidad y emotividad ante los valores y contravalores que advertimos dentro de nosotros.

Es aquí en la valoración, el sentimiento, la admiración o desprecio, el afecto, el gozo o dolor íntimos, donde se condensa la quinta esencia de la autoestima.

o    SU INTEGRANTE CONDUCTUAL.

El tercer elemento integrante de la autoestima es el conductual, significa tensión y decisión de actuar, de llevar al práctica un comportamiento consecuente y coherente. Es el proceso final de toda su dinámica interna.

Es la autoafirmación dirigida hacia el propio yo y en busca de consideración y reconocimiento por parte de las demás. El esfuerzo por alcanzar una fama, honor y respeto ante los demás y ante nosotros mismos.

o  COMO EDUCAR LA AUTOESTIMA.

La autoestima es una actitud básica que determina el comportamiento y el rendimiento escolar del alumno. La vida escolar ejerce una influencia decisiva en la configuración del autoconcepto, que acompañara a la persona a lo largo de toda su vida.

El autoconcepto y el autoestima juegan un importante papel en la vida de las personas. Los éxitos y los fracasos, la satisfacción de uno mismo, el bienestar psíquico y el conjunto de relaciones sociales llevan su sello.

Tener un autoconcepto favorece el sentido de la propia identidad, constituye un marco de referencia desde el que interpretar la realidad externa y las propias experiencias, influye en el rendimiento, condiciona las expectativas y la motivación y contribuye a la salud y al equilibrio psíquicos. Toda la persona tiene una opinión sobre sí misma, esto contribuye el autoconcepto y la valoración que hacemos de nosotros mismos en la autoestima.

La autoestima de un individuo nace el concepto que se forma a partir de los comentarios (comunicación verbal) y actitudes (comunicación no verbal) de las demás personas hacia él.

La autoestima se aprende, fluctúa y la podemos mejorar. Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de como nos ve nuestros padres, maestros, compañeros y las experiencias que vamos adquiriendo.

El autoestima es el grado de satisfacción consigo mismo, poniendo especial énfasis en su propio valor y capacidad; es lo que la persona se dice a sí mismo.

La autoestima incluye dos aspectos básicos: el sentimiento de autoeficiencia y el sentimiento de ser valioso, el sentido mas general el se competente y valioso para otros.

Este concepto de sí mismo también llamada “Autoconcepto” se va formando gradualmente a través del tiempo y de las experiencias vividas por el sujeto.

1.1 DESARROLLO DEL AUTOCONCEPTO.

Desde muy pequeño y a partir de sus experiencias, el niño se forma una idea acerca de lo que rodea y también construye una imagen personal. Esta imagen mental es una representación que, en gran medida, corresponde a las que a las otras personas piensan de el o ella.

La valoración de la imagen que el niño va haciendo de si mismo depende de la forma en que el va percibiendo que cumple las expectativas de sus padres, en relación a las metas y a las conductas que se esperen de él. Si el niño siente que sus logros están de acuerdo con lo esperado, se irá percibiendo a sí mismo como eficaz, capaz, competente

Se ira formándose el autoconcepto surge la necesidad de ser estimado por los demás y de estimarse a sí mismo.

Lejuin Gurney (1988), el autoconcepto es aprendido y se construye a partir de las percepciones que se derivan de la experiencia y que va haciéndose progresivamente mas complejas.

II IMPORTANCIA DEL AUTOESTIMA
Tomar conciencia de la trascendencia de la autoestima es un presupuesto determinante de la eficacia y de la perfección que deseamos alcanzar en su formación. La causa de que en los objetivos, programaciones y actividades escolares se descuida la educación de la autoestima estriba en la ignorancia o inadvertencia respecto al influjo decisivo que tiene en todo el proceso de maduración personal.

La autoestima alcanza varios aspectos, como a continuación destacamos.

a.                                Condiciona el aprendizaje.-

Ausubel, nos dice que la adquisición de nuevas ideas aprendizajes está auto-ordenada a nuestras actitudes básicas; y de estas dependen que los umbrales de la percepción estén abiertos o cerrados, que una red interno dificulte o favorezca la integración de la estructura mental del alumno, que se generen energías mas intensas de atención y concentración, es aquí donde reside parte de la causa de tanto fracaso escolar. La autoestima influye en el rendimiento académico, ya que bajas calificaciones, comentarios de los padres profesores y compañeros graban un autoconcepto nocivo que lo aplasta como una losa pesada, para evitar estos resultados en necesario un intervención pedagógica acertada.

También es evidente la proyección que se opera en todo el comportamiento escolar, familiar y social. Diariamente vemos indisciplinados, payasos, alborotados, etc., porque a sí es la imagen de sí mismo, que ellos se viven y que muchos educadores reformamos con nuestras sanciones imprudentes. Estos alumnos realizan un cambio sorprendente cuando conseguimos reflejar en ellos un autoconcepto elevado.

b. Supera las dificultades personales.

Cuando un alumno o cualquier persona goza de autoestima es capaz de enfrentar loa fracasos y los problemas que les sobre vengan. Dispone dentro de sí la fuerza necesaria para reaccionar buscando la superación de los obstáculos. En buena medida es inaccesible al desaliento prolongado y muchas veces consigue unas respuestas mejores, que la llevan a un progreso en su madurez y competencia personal.

La educación debe dar a la persona las bases necesarias para entra al vida social y poder autorrealizarse, tiene que capacitarle para responder a los incesantes tropiezos, choques y hasta latigazos que le esperan.

a.                                Fundamenta la responsabilidad.

La educación propone la formación de personas capaces, responsables y dispuestas a comprometerse, ya que solo se comprometen los que tienen confianza en sí mismo, el que cree en su aptitud y normalmente encuentra en su interior los recursos requeridos para superar las dificultades inherentes a su compromiso.

b.                                Apoya la creatividad.

Una persona creativa únicamente puede surgir desde una fe ensimismo, en su originalidad, sus capacidades.

c.                                Determina la autonomía personal.

Entre los objetos principales de la educación, quizás, se situé en primero o segundo lugar la formación de alumnos autónomos, autosuficiente, seguros de si mismos, capaces de tener decisiones, que se acepten a si mismo, que se sientan a gusto consigo mismo, que encuentren su propia identidad en la crisis de independencia de la adolescencia, que sepan auto-orientarse en esto se necesita desarrollar previamente una autoestimación mayormente positiva.

Será a partir de esta certeza cuando la persona elige las metas que quiere conseguir, decide que actividades y conductas son efectivas para el y asume la responsabilidad de conducir a si mismo, sin dependencia de otros ni de apoyos del medio.

d.                                Posibilita una relación social saludable.

El respeto y aprecio hacia uno mismo es la plataforma adecuada para relacionarse con el resto de las personas.

e.                                Garantiza la proyección futura de la persona.

Desde el sentimiento de las cualidades propias la persona se proyecta hacia su futuro, se autoimpone unas aspiraciones y unas expectativas de realización, se siente capaz de escoger unas metas superiores, le nace la esperanza de la meta para buscar unos bienes difíciles. Y puede conjugar la desesperanza y trasmitir convicción del porvenir a cuanto las rodean. Anticipa el futuro personal, vivir intensamente el presente, reinterpretar el pasado es la triple dimensión que nos acerca a la plenitud humana.

f.                                  Constituye el núcleo de la personalidad.

La persona es un ser que busca de su identidad, la fuerza mas profunda del hombre es su tendencia a llegar a ser el mismo. La fuerza impulsadora ultima es la voluntad inexorable da la persona de captarse de si misma.

El dinamismo básico del hombre es su autorrealización. Educar es suscitar la autoestima. Si los educadores descuidamos nuestra tarea, hemos desertado del trabajo prioritario. Desarrollar y explicar esta afirmación seria apasionante, pero nos llevaría lejos.

Es muy importante la participación de los padres en la concepción de la imagen personal del niño, ya que nosotros nacemos con un sentido de valor propio, esto lo aprendemos en el núcleo familiar; los mensajes que ellos le comunican respecto a su valor como persona. Durante los primeros años el niño aprende la autovaloración en la familia

Si crecemos sintiéndonos amados y seguros son mayores las probabilidades de que poseamos un alto sentido de la autoestima y desarrollemos un verdadero sentido de identidad personal.

Cualquier forma de reconocimiento físico, verbal, positivo, negativo, etc., es denominado por Berne como “caricia”. Una caricia es una manera positiva o negativa de comunicar “se que estas ahí”; tal reconocimiento es necesario para la vida y para sentir que uno esta bien o simplemente que esta vivo.

Es importante no confundir el amor a uno mismo con la petulancia. Quien tiene una alta autoestima no necesita pregonarlo, simplemente lo vive, tampoco debe confundirse la autoestima, con la aprobación que los demás tienen de uno mismo; cada individuo es un ser único y diferente.

2.1.- IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA EN LA EDUCACIÓN

La importancia que tiene la autoestima en la educación es porque tiene que ver con el rendimiento escolar, con la motivación, con el desarrollo de la personalidad, con las relaciones sociales y con el contacto afectivo del niño consigo mismo. cada vez que se establece una relación, se esta trasmitiendo aprobación o desaprobación y en esa misma medida, se van devolviendo o entregando características personales que pasan a integrar la autoimagen de esa persona.

De este modo, la interacción con el profesor va teniendo repercusiones en el sentimiento de confianza de si mismo que desarrolla el niño, es decir, se siente que lo hacen bien o mal.

Si el niño percibe que el profesor es cercano, acogedor y valorativo con los alumnos, va a introyectar formas de establecer relaciones, interiorizara en forma casi automática este tipo de interacciones.

Se puede apreciar que existe una relación circular; si el niño tiene una autoestima alta se comportara en forma agradable, será cooperador, responsable, rendirá mejor y facilitara el trabajo escolar. Por lo tanto el profesor positivamente será reforzante, estimulante y entregara retroalimentación positiva; lo que hará que el niño se comporte mejor, y así sucesivamente generándose un círculo virtuoso.

Si su autoestima es baja se pondrá agresivo irritable, poco cooperador, poco responsable. Con esta situación es altamente probable que el profesor tienda a asumir una postura mas critica y rechazante frente al niño, quien a su vez, se pondrá mas negativo y desafiante, creándose así un circulo vicioso.

Por otro lado, se ha encontrado una relación entre la autoestima de los profesores y la autoestima de los niños. Los profesores con una buena autoestima son mas reforzadores, dan mas seguridad a los niños, están mas satisfechos con su rendimiento escolar, desarrollan un clima emocional mas positivo y sus alumnos se aprecian más contentos en la sala de clases.

Los profesores con baja autoestima tienden a tener miedo de perder autoridad, por lo tanto usan una disciplina mucho mas represiva y sus alumnos son menos creativos, no saben trabajar solos, son mas tensos e irritables y dependen del control que el adulto ejerce sobre ellos

III.- DIMENSIONES DE LA AUTOESTIMA
Si bien existe una valoración global acerca de si mismo, que puede traducirse en una percepción de ser querible, valioso y estar contento de ser como es; o por el contrario, en un sentimiento de ser poco valioso, no querible y, por lo tanto, un sentimiento negativo y de no aceptación respecto de uno mismo, existen también otras dimensiones o áreas específicas de la autoestima. Dentro de ellas, las siguientes son muy significativas en la edad escolar:

o    DIMENSIÓN FÍSICA

Se refiere en ambos sexos, al echo de sentirse atractivo físicamente. Incluye también, en los niños, el sentirse fuerte y capaz de defenderse; y en las niñas, el sentirse armoniosa y coordinada.

o  DIMENSIÓN SOCIAL

Incluye el sentimiento de sentirse aceptado o rechazado por los iguales y el sentimiento de pertenencia, es decir el sentirse parte de un grupo. También se relaciona con el hecho de sentirse capaz de enfrentar con éxito diferentes situaciones sociales; por ejemplo, ser capaz de tomar la iniciativa, ser capaz de relacionarse con personas del sexo opuesto y solucionar conflictos interpersonales con facilidad. Finalmente, también incluye el sentido de solidaridad.

o    DIMENSIÓN AFECTIVA

Está muy relacionada con la anterior, pero se refiere a la autopercepción de características de personalidad, como sentirse:

– Simpático o antipático

– Estable o inestable

– Valiente o temeroso

– Tranquilo o inquieto

– De buen o mal carácter

– Generoso o tacaño

– Equilibrado o desequilibrado

o  DIMENSIÓN ACADÃ?MICA

Se refiere a la autopercepción de la capacidad para enfrentar con éxito las situaciones de la vida escolar y específicamente a la capacidad de rendir bien y ajustarse a las exigencias escolares.

Incluye también la autovaloración de las capacidades intelectuales, como sentirse inteligente, creativo y constante, desde el punto de vista intelectual

o  DIMENSIÓN Ã?TICA

Se relaciona con el hecho de sentirse una persona buena y confiable o, por el contrario, mala y poco confiable. También incluye atributos como sentirse responsable o irresponsable, trabajador o flojo. La dimensión ética depende de la forma en que el niño interioriza los valores y las normas, y de como se ha sentido frente a los adultos cuando las ha transgredido o ha sido sancionado. Si se ha sentido cuestionado en su identidad cuando ha actuado mal, su autoestima se vera distorsionada en el aspecto ético.

El compartir valores refuerza y mantiene la cohesión de un grupo y es muy importante en el desarrollo de la pertenencia, que es una de las variables mas significativas para la valoración personal (Reasoner, 1982).

IV.- CLASES DE AUTOESTIMA
a.  FORMAS DE EXPRESIÓN DE LA BAJA AUTOESTIMA EN LOS NIÃ?OS.

La baja autoestima puede expresarse de diferentes maneras dependiendo de la personalidad del niño, de sus experiencias vitales y de los modelos de identificación a los que ha estado expuesto.

Algunas de las actitudes y conductas mas frecuentes de los niños con problema de autoestima son las siguientes:

o    ACTITUD EXCESIVAMENTE QUEJUMBROSA Y CRÍTICA

Esta actitud es una forma de expresar una sensación de descontento porque las cosas no les resultan como ellos se merecen o esperaban y la sensación de no ser suficientemente valorados por las otras personas.

A través de sus quejas y críticas buscan la atención y la simpatía de los otros, pero pueden llegara ser rechazados porque los demás se aburren de sus constantes quejas o consideran injustos sus reclamos.

Esta actitud del ambiente viene a confirmar en ellos la idea de que nadie los comprende y asumen una posición de víctimas.

o    NECESIDAD COMPULSIVA DE LLAMAR LA ATENCIÓN

Son niños que están constantemente demandando que los atienda, como una manera de lograr que los demás les confirmen que son importantes. Suelen interrumpir, muchas veces de manera desatinada, inapropiada, para que los demás se fijen en lo que están haciendo o pensando. Normalmente no tiene éxito y reciben respuestas negativas. Así, su necesidad de aprobación queda insatisfecha, lo que exacerba la actitud demandante.

o  NECESIDAD IMPERIOSA DE GANAR

Son niños que se frustran y se ofuscan en forma desproporcionada si pierden. Creen que para ser queribles deben lograr ser siempre los primeros y hacerlo siempre los primeros y hacerlo siempre mejor que los demás. Sólo están satisfechos cuando logran ser los mejores.

En los juegos, no pueden asumir una actitud relajada y de diversión, ya que el perder es vivido como una catástrofe. Lo mismo les sucede en todas las situaciones que involucran competencia y les cuesta entender por qué los demás rechazan sus actitudes triunfalistas.

Son malos perdedores, porque no aceptan la derrota; y malos ganadores, porque hacen una ostentación exagerada de sus éxitos.

o    ACTITUD INHIBIDA Y POCO SOCIABLE

En la medida en que se valoran poco, tienen mucho temor a autoexponerse. Imaginan que son aburridos para los otros niños; por esta razón no se atreven a tomar la iniciativa creyendo que podrían ser rechazados.

Estos niños tienen mucha dificultad para hacer amigos íntimos. Aunque no son rechazados, tampoco son populares ya que, como responden en forma poca activa a las demandas de los demás, sus compañeros tienden, inconscientemente a ignorarlos y a buscar para sus juegos y actividades a niños que tengan una actitud mas participativa y entusiasta.

o    TEMOR EXCESIVO A EQUIVOCARSE.

Son personas que están convencidas de que cometer una equivocación equivale a una catástrofe; por esa razón se arriesgan poco o nada. El temor a no tener éxito los paraliza. Son niños que prefieren decir “no se”, cuando se les pregunta algo, si no están completamente seguros de la respuesta.

Con frecuencia presentan ansiedad frente a las exigencias escolares y en ocasiones pueden, incluso, presentar bloqueo o sensación de pizarra en blanco frente apruebas y exámenes.

o      ACTITUD INSEGURA.

Son niños que confían poco en si mismo. Presentan gran inseguridad para autoexponerse: por ejemplo, tienen temor a hablar en público y un marcado sentido del ridículo. Esta actitud frena su creatividad ya que prefieren hacer solo aquello que están seguros de hacer bien.

A pesar que muchas veces tienen gran capacidad y dedican mucho tiempo y energía a su trabajo, les falta originalidad, ya que el temor a errar y a probar nuevas experiencias limita sus posibilidades inhibitorias.

o  ANIMO TRISTE.

A veces aparecen como niños muy tranquilos que no dan problemas al profesor, pero si se les observa con cuidado, muestran un sentimiento general de tristeza, sonríen con dificultad, las actividades que se les proponen no los motivan y, aunque pueden realizarlas, resulta evidente que no se ilusionan con ellas como sus otros compañeros.

Son niños a los que les falta espontaneidad y que aparecen como poco vitales en relación a sus compañeros. En la medida en que no molestan, sus dificultades son percibidas tardíamente, por lo que muchas veces, no se les da ayuda en forma oportuna.

Son niños que no pelean por su espacio y, en una actitud resignada, acepta e lugar que se les asigna. Hay que tener presente que estos niños necesitan más que otros que se les reconozcan sus habilidades.

o ACTITUD PERFECCIONISTA

Rara vez están contentos con lo que hacen. Cuando son pequeños -a diferencia de sus compañeros, que están orgullosos de sus trabajos y quieren mostrarlos- se muestran disconformes con lo realizado y con frecuencia muestran una marcada resistencia a permitir que los demás vean lo que han echo.

La mayoría de ellos, en su afán de corregir y mejorar lo que están haciendo, resultan muy poco productivos. Les cuesta discriminar qué es importante y que no es, por lo que gastan la misma energía en cosas accesorias que en cosas importantes, dejando de hacer, en ocasiones, tareas fundamentales.

Sus padres y profesores suelen quejarse de que, aunque sus trabajos son de una buena calidad, son muy lentos y no alcanzan a terminarlos.

o  ACTITUD DESAFIANTE Y AGRESIVA

Probablemente esta es la conducta infantil más difícil de percibir como problema de baja autoestima, ya que los niños desafiantes aparecen como sobreseguros. Buscan recibir atención de manera inapropiada.

En muchas ocasiones, la mayoría de la gente encubre su frustración y tristeza con sentimientos de rabia. El temor a la falta de aprobación lo compensan trasformando su inseguridad en la conducta opuesta, es decir, en una conducta agresiva.

Cuando un niño tiene una actitud desafiante y agresiva, la mayoría de los adultos reacciona negativamente frente a el. El niño, en una actitud de defensa, no demuestra su tristeza, por lo que a los adultos les resulta difícil conectarse con el sufrimiento del niño, haciéndolo, en cambio, con su agresión. Se genera así un círculo vicioso en la relación interpersonal. Frente a cada nueva interacción, el niño se pone a la defensiva y tiende a desarrollar, en forma automática, un patrón de comportamiento defensivo-agresivo, frente al que el profesor también reacciona con rechazo y agresión.

El pronóstico de estos niños suele ser malo, por que es necesario ser muy tolerante y sabio con ellos para trascender a estos comportamientos y no caer en técnicas represivas, ya que estas conductas negativas tienden a menoscabar la autoridad del profesor.

o  ACTITUD DERROTISTA.

Son alumnos o alumnas que por su historia de fracasos tienden a imaginar que ante cualquier empresa que deban enfrentar los resultados van a ser deficientes, por lo que muchas veces ni siquiera la inician.

Son niños que se autoperciben a sí mismos como fracasados. Muchas veces son descritos por los adultos como flojos, pero la verdad es que detrás de esta flojera está el temor a que a pesar del esfuerzo realizado, los resultados sean insuficientes; como alguna vez lo verbalizó un alumno: “prefiero pasar por flojo que por tonto”.

Con frecuencia estos niños presentan alguna dificultad especifica de aprendizaje que ha contribuido a generar esta actitud derrotista.

o  NECESIDAD COMPULSIVA DE APROBACIÓN.

Son niños y niñas que quisieran ser constantemente aprobados por todos. Necesitan reconocimiento por cada logro y están buscando permanentemente la atención de los adultos, dependiendo de ellos para su valoración personal.

Detrás de esta necesidad de aprobación hay una inseguridad muy grande, falta de confianza en sus propias capacidades y un temor muy marcado a mirarse a si mismos, a enfrentar sus sentimientos y a autoevaluarse.

b).- FORMA DE EXPRESIÓN DE LA AUTOESTIMA POSITIVA EN LOS NIÃ?OS

Las expresiones de un niño con autoestima positiva son variables y dependen tanto de factores de personalidad como de factores ambientales. Sin embargo, hay rasgos comunes que podrían sintetizarse como sigue:

* EN RELACIÓN A SÍ MISMO.

– Tiene una actitud de confianza frente a si mismo, actúa con seguridad y se siente capaz y responsable por lo que siente, piensa y hace.

– Es una persona integrada, que esta en contacto con lo que siente y piensa.

– Tiene capacidad de autocontrol y es capaz de autorregularse en la expresión de sus impulsos.

* EN RELACIÓN A LOS DEMÁS.

– Es abierto y flexible, lo que le permite crecer emocionalmente en la relación con otros.

– Tiene una actitud de valoración de los demás y los acepta como son.

– Es capaz de ser autónomo en sus decisiones y le es posible disentir sin agredir.

– Toma la iniciativa en el contacto social y, a su vez, es buscado por sus compañeros, porque resulta atrayente.

– Su comunicación con los otros es clara y directa. Los elementos verbales coinciden con los no verbales, por lo que su comunicación es congruente.

– Tiene una actitud empática; es capaz de conectarse con las necesidades de los otros.

– Establece en forma adecuada relaciones con sus profesores y con otras personas de mayor jerarquía.

* FRENTE A LAS TAREAS Y OBLIGACIONES:

– Asume una actitud de compromiso, se interesa por la tarea y es capaz de orientarse por las metas que se propone.

– Es optimista en relación a sus posibilidades para realizar sus trabajos.

– Se esfuerza y es constante a pesar de las dificultades. No se angustia en exceso frente a los problemas, pero se preocupa por encontrar soluciones.

– Percibe el éxito como el resultado de sus habilidades y esfuerzos.

– Cuando se equivoca es capaz de reconocerlo y de enmendar sus errores; no se limita a autoculparse ni a culpar a los otros.

– Su actitud es creativa. Es capaz de asumir los riesgos que implica una tarea nueva.

– Es capaz de trabajar en grupo con sus compañeros.

V.- ESTRATEGIAS PARA DESARROLLAR LA AUTOESTIMA DE LOS ALUMNOS
Estrategias como las siguientes pueden ser útiles para desarrollar la autoestima de los alumnos:

– Ser efusivo y claro al reconocer lo que los niños han hecho correctamente. Si no han cumplido como se esperaba, darles una nueva oportunidad explicando un poco más lo que se espera de ellos.

– Generar un clima que posibilite la creatividad. Cuando los niños tienen espacio pueden ser muy creativos y en todas las asignaturas es posible dar un espacio para la creatividad.

– Generar un clima emocional cálido, participativo, interactivo, donde el aporte de cada uno pueda ser reconocido. Fomentar especialmente el trabajo en grupos, durante la clase.

– Usar frecuentemente el refuerzo de los logros de los alumnos frente al grupo. Es importante reconocer logros reales, que sean sentidos como algo especial y único por el alumno, permitiéndole así procesarlos como éxitos personales.

– Mostrar confianza en las capacidades de los niños y en sus habilidades para enfrentar y resolver sus problemas y dificultades en distintas situaciones.

– Desarrollar el espíritu de observación y ayudarlos a buscar formas inhibitorias para adaptarse a la realidad. El ser consiente de lo que le sucede a si mismo y de lo que ocurre a su alrededor, es un atributo del hombre que ha permitido el progreso de la humanidad, pero que también esta en la base del desarrollo personal.

– Incentivar a los alumnos a asumir responsabilidades; esto les demostrara que se confía en ello. Las responsabilidades asignadas deben ser posibles de cumplir por los niños.

– Poner exigencias y metas al alcance de los niños, y que estas metas pueden ser alcanzadas con un esfuerzo razonable. Evaluar el logro de las tareas solicitadas con su criterio a nivel de los niños y no con exigencias de adultos.

VI.- FORMAS DE EVITAR UNA AUTOESTIMA NEGATIVA
Además de lo anterior también es necesario cuidar de no fomentar una autoestima negativa.

Uno de los factores mas determinantes y de mayor frecuencia en el desarrollo de una autoestima negativa es la critica. Es importante evitar la critica, ya que ella va socavando permanentemente la valía de cada persona y tiene efectos negativos en la imagen personal disminuyendo la confianza en si mismo.

También inciden negativamente en la autoestima las reglas y los deberes inflexibles, así como el perfeccionismo, porque no dan libertad ni respiro, y hacen que los niños sientan permanentes agobiados, y con las sensación de no haber logrado nunca las metas.

Si se viven como imperativos morales cuestiones de gusto o de necesidad personal de los adultos, los niños verán amenazada su autoestima. Por ejemplo, si un profesor hace sentirse malo a un niño, porque se le olvidaron las tareas; o si hace sentirse moralmente mal a un bullicioso, porque quiere tranquilidad.

La intensidad de los sentimientos asociados a una autoestima negativa aumenta cuando los padres o los profesores no diferencian entre una conducta y/o la identidad. El niño entonces, no solo procesa que ha tenido una conducta equivocada, sino que siente que el, como persona, es malo. Es importante diferenciar ambos conceptos y para ello los adultos deben ser muy cuidadosos en los mensajes críticos, evitando generalizar. Por ejemplo, es preferible decir “ordena tu escritorio”, que retar diciendo “eres un desordenado, ¿como es posible que siempre tengas tus materiales en desorden?”.

Otro factor que daña la autoestima es una frecuencia muy alta de mensajes que repiten reiteradamente las características negativas del niño. Estos mensajes negativos hacen que el niño empiece a pensar que el es malo o que casi todo lo hace mal. Si la critica o el castigo van acompañados de una actitud de enojo, rechazo o amenaza, aumentan sus efectos así como la sensación de inseguridad que desarrolla el niño.

Mackay y Fanning (1991) llegan a plantear que la critica patológica distorsiona negativamente la autoestima. Esta “critica patológica se interioriza como una voz interior que critica y mantiene baja la autoestima, a través de afirmaciones negativas acerca de si mismo. Una de las estrategias terapéuticas que ellos mismos sugieren para paliar los efectos de dicha critica, consiste en tratar de analizar estas afirmaciones y aprender a defenderse de ellas.

Estos autores dan cuatro reglas para realizar este análisis de si mismo:

– Utilizar un lenguaje no peyorativo.

– Utilizar un lenguaje preciso.

– Utilizar un lenguaje especifico y no general (decirse por ejemplo “debo aprender a sumar” y no “soy malo para las matemática”).

– Encontrar las dotes positivas.

Después de este análisis, se integran en la percepción de si mismo los aspectos positivos y los negativos, pero reestructurados.

Otra forma de evitar el desarrollo de una autoestima es no permitir ni menos fomentar la realización de ejercicios donde los niños se dicen “verdades” unos a otros, que son destructivas para la autoestima : defectos, criticas, problemas, sentimientos negativos que el niño ha provocado en otros. Este tipo de actividades solo genera resentimientos, inseguridades, dudas acerca de si mismo y no produce ningún acercamiento entre los niños. Es preferible que aprendan a decirse lo bueno. Lo malo probablemente a cada uno de ellos ya se lo han hecho saber con mas frecuencia de la deseable, y no es útil señalarlo, menos aun en publico.

Otra razón para evitar este tipo de actividades, es que hay algunos niños muy vulnerables y con baja tolerancia a la frustración, para los cuales estas actividades resultan dañinas, peligrosas y de efectos impredecibles (fobia escolar, depresión, etc.)

CONCLUSIONES
1. La autoestima se constituye en la esencia y motor del valor humano, teniendo en cuenta que solo valorándonos y haciendo un conocimiento profundo de nosotros mismos, valoraremos a nuestros semejantes.

2. La autoestima abarca muchos aspectos de la vida de una persona, por tanto si esta no es adecuadamente estimulada, puede truncar a una persona.

3. La autoestima juega un importante papel en la vida de las personas ya que es el grado de satisfacción consigo mismo y la valorización personal.

4. Es importante el tener una autoestima formada desde niños, para tener una proyección futura adecuada en el aprendizaje.

5. La figura del maestro y su forma de interactuar son decisivas para la formación de la autoestima del alumno. Depende del grado de autoestima positiva que tenga el niño.

6. Para que el docente pueda fomentar una autoestima positiva, deberá poseerla.

BIBLIOGRAFÁ
ALCANTARA, José A. : “COMO EDUCAR LA AUTOESTIMA” Edit. CEAC. S.A. España. 1993.

HAEUSSLER, I.M. : “CONFIAR EN UNO MISMO: PROGRAMA DE AUTOESTIMA”. Edit. DOLMEN. S.A. Chile. 1995.

SCHWARTZ, Doris : “LA AUTOESTIMA Y SU IMPORTANCIA” Primer Seminario Internacional de Capacitación Profesional. UNE. 1998.

INTERNET : “PSICÃ?LOGO DE LA RED: LA AUTOESTIMA”

Gloria Marsellach Umbert.psico @ciudad.futura.com.

INTERNET : “RECURSOS PARA EL AULA: LA AUTOESTIMA”.

e-mail:mabel @roble.pritic.mec.es.

ANEXOS
AUTOESTIMA

·        CAPITULO I: Dimensiones de la autoestima

1.Cognitiva: pensar (pensamientos, creencias, valores…)

  AUTOCONCEPTO (lo que pensamos de nosotros mismos como

                                        personas)

    2.Conductual: lo que decimos y hacemos

          AUTOIMAGEN ( cómo te ves: alegre, feliz, callado…)

3.Afectiva: sentir(el valor que damos a las cosas,

            situaciones , personas que nos rodean y el

            valor que nos damos a nosotros mismos)

                                                         

        AUTOESTIMA (valoración o agrado que se tiene de uno

            mismo)

PERSONAS SUSCEPTIBLES, COMO TRATARLOS…

PERSONAS SUSCEPTIBLES, COMO TRATARLOS…                                WWW.INTERELECTRON.COM

Las personas susceptibles suelen saltar ante cualquier comentario, y piensan constantemente que están hablando de ellas.

Son personas muy frágiles emocionalmente y con baja autoestima teniendo entre otras características, la necesidad irrevocable de ser el centro de atención

Las personas susceptibles, normalmente, han recibido una educación en la que se les ha exigido mucho. En la que no se premiaban las cosas buenas y positivas, y sí se penalizaban todos los errores cometidos.

Las exigencias que las persona susceptibles han interiorizado en su infancia, se convierten más tarde en pretensiones que hacen que no puedan disfrutar de sus aspectos positivos y de sus carencias o limitaciones. En definitiva, no les permiten relajarse.

Todos sus esfuerzos se centran en ofrecer a sus padres una imagen perfecta, acorde a las pretensiones paternas. Cuando estos hacen algún comentario, aunque sea pequeño, sobre alguna imperfección de su hijo, la imagen que desean ofrecer se tambalea. A pesar de sus esfuerzos para ser perfectos ante los ojos de sus padres, esto es imposible.

Personalidad susceptible

Estas personas gozan de una baja autoestima y, por esta razón, tienen la necesidad de ser el centro de atención. Les molestan todos los comentarios y críticas, y tienden a malinterpretar las conversaciones. Tienen un carácter agresivo que no pueden reconocer.

Posiblemente para que este rasgo de susceptibilidad se diese en menor medida, en su educación se debería haber valorado cada uno de los aspectos de su persona, los positivos y los negativos.

Comportamiento susceptible

Las personas susceptibles, son tan frágiles como el cristal. Con un comentario negativo hacia ellos se podrían derrumbar. A pesar de ello, estas personas suelen estar atentas a todo lo que se dice de ellas, y les pueden molestar cualquier comentario, incluso los hechos por alguien que apenas conocen. Se torturan dándoles vueltas y vueltas a esas críticas hacia su persona.

Las palabras de los demás son muy importantes para ellos, ya que tienen una falta de criterio sobre sí mismos, y éstas, aunque malas, le dan seguridad. Cuando los comentarios que reciben son negativos, no las aceptan porque el enfrentamiento a ellas sería algo demasiado doloroso, ya que tendrían que reconocer sus carencias y limitaciones.

Demasiado duros con su persona

La persona susceptible se encuentra en una constante lucha entre una necesidad exacerbada de reconocimiento externo y algo que no conoce, como es la crítica exigente e interna que se hace a sí misma y que no le deja vivir. Estas personas desconocen la severidad con la que se trata a su persona.

A pesar de que a este tipo de personas se le hagan comentarios positivos y halagos, estos son tenidos en cuenta en menor medida que las críticas que le hacen tanto daño y que, inconscientemente, quiere que le hagan. En ocasiones, una gran parte de sus enfados son debidos a que no piensan mucho en lo que la otra persona les está diciendo y en la razón por la que la dicen.

Comportarse con estas personas

A las personas susceptibles, para que se sientan a gusto, se las ha de tratar con mucha delicadeza. Ante un malentendido, esta persona siempre se pondrá en lado de la víctima y siempre esperará que sea a ella a la que se pida perdón. Demandan que sean comprensivos con ellos, aunque ellos mismos suelan ser bastante intolerantes.

¿Como dejar de serlo?

La susceptibilidad es un rasgo que caracteriza a algunas personas. Los que les rodean lo sufren, ya que son personas bastante irritables, que saltan ante cualquier comentario. Pero, en realidad, son ellas mismas las que más padecen este rasgo de su personalidad

Los susceptibles suelen estar en constante monólogo con su persona, echándose en cara diferentes situaciones. Tergiversan los comentarios de los demás y, aunque les aclaren el malentendido, ellos continúan pensando de igual forma.

Si usted es susceptible, podría seguir los siguientes consejos. Encontrará mayor bienestar y su salud mental saldrá beneficiada

Cuando se enfade por alguna razón, piense en el porqué de ese enfado.

Piense cómo reaccionaría otra persona ante un comentario que a usted le ha sentado mal.

Intente ser más duro emocionalmente. Trate de relativizar e implíquese en las situaciones en su justa medida y aprendiendo de ellas.

Intente aumentar su autoestima. Queriérase más a sí mismo.
No castigue a su persona siendo tan duro con usted mismo.

Intente ser más comprensivo frente a los comentarios de los demás.

Trate de controlar sus emociones negativas.

Intente interpretar las críticas que los demás le hagan de manera constructivas, es decir, aproveche las críticas que le hagan y mírelas como algo para mejorar.

¿Cómo tratar con suceptibles?

Las personas susceptibles se irritan con facilidad ante cualquier comentario y tienen una baja autoestima. Son personas algo narcisistas a las que no se les ocurre que una posible discusión pueda ser debido a los malentendidos por los que se suelen enfadar. Es fácil, por ello, enfadarse con una persona susceptible, y esto hace la relación de ésta con los demás no sea demasiado fácil. Para evitar conflictos con ellos, puede tener en cuenta las siguientes indicaciones:

Cuando se ha de hacer una crítica hacia la persona susceptible, se ha de hacer con cuidado y no evitarla, ya que cuando esa crítica no se llega a hacer, esa persona será más dura consigo misma que lo que seguramente iba a ser la crítica.

Dado que tiene una autoestima baja, no estaría de más elogiar sus éxitos y sus logros. De esta forma podrá contrarrestar esa valoración negativa que inconscientemente se hace hacia sí misma.

Estas personas suelen ser un poco egocéntricas y no se dan cuenta de que los demás también pueden sufrir sus críticas. Por esta razón seria recomendable que le hiciese reflexionar sobre ello.

Puede proponerle que cuando algo le siente mal, o tenga una discusión, piense bien si se ha tratado de un malentendido o si realmente tiene motivos para enfadarse.

No estaría mal que le ayudase a ver qué es lo que realmente le hacer sufrir, indagando hasta llegar al meollo de la cuestión.

La gestión de la envidia

http://franciscoalcaide.blogspot.com/2009/…la-envidia.html

Francisco Alcaide Hernandez, 26 de Febrero de 2009

Dejo un artículo que publico hoy en el número 57 de la revista Executive Excellence titulado: «La gestión de la envidia». Lo reproduzco.

Es conocida la historia de un genio todopoderoso que se le apareció a un individuo y le dijo:
â?? Pídeme lo que quieras, pero ten en cuenta que de lo que me solicites le daré a tu vecino el doble.
El individuo, tras una pausa, contestó:
â?? Que me quede tuerto.

(…)

Apuntamos algunas ideas respecto a esta cuestión:

La envidia está incrustada en la naturaleza humana. Viene de fábrica y la experimentan todas las personas, la diferencia es que unos saben domesticarla mejor que otros; unos se dejan llevar por ella y otros son capaces de ponerla riendas para que no se desboque. Quien dice que nunca siente (o ha sentido) envidia, miente. Esquilo aseguraba: «Pocos hombres tienen la fuerza de carácter suficiente para alegrarse del éxito de un amigo sin sentir cierta envidia». Celebrar los éxitos de los demás sólo es propio de personalidades muy maduras y equilibradas. Es conocida la historia de dos amigos que se encuentran y le dice uno al otro: «¡Hombre Juan! ¡Qué alegría verte! Creía que estabas muerto porque todo el mundo habla bien de ti».

La envidia surge porque nos comparamos. No nos gusta tener o ser más, sino tener o ser más que los demás. Nada es mucho ni poco sino en relación a algo. Por ello, cualquier referencia es insuficiente si al otro le van mejor las cosas (y siempre hay alguien a quien le va mejor). El gran error, por tanto, es mirar demasiado hacia «fuera» y poco hacia «dentro». Disfrute con lo que hace, evite mirar a los lados y no sentirá envidia. El viejo Morrie Schwartz, en la obra «Martes con mi viejo profesor» (Maeva, 1996) de Mitch Albom, lo expresa magistralmente: «Haz las cosas que te salen del corazón. Cuando las hagas no estarás insatisfecho, no tendrás envidia y no desearás cosas de otra persona. Por lo contrario, lo que recibirás a cambio te abrumará».

Quien destaca levanta envidias, es inevitable. «Ladran, luego cabalgamos», le decía Don Quijote a su escudero Sancho Panza. Si Vd. vuela alto siempre habrá alguien que le intente cortar las alas. No se preocupe, las críticas malintencionadas son el mejor síntoma de que uno está por el buen camino y avanza con paso firme. Al que no alcanza metas no se le dedica ni un minuto de atención.

El mayor alimento de la envidia es la mediocridad. La envidia no es más que el recurso de los menos capaces; individuos que ante la imposibilidad de alcanzar los objetivos que les gustarían, intentan que otros tampoco se alcen con ellos porque eso supondría dejar al descubierto sus carencias. Para ello no tienen reparos en maldecir las ilusiones y las conquistas de terceros con la finalidad de que desistan y así poder saciar sus propias insatisfacciones personales.

La envidia no sólo hace acto de presencia por «acción» sino también por «omisión». Hay comportamientos que requieren ser alabados y aplaudidos, y no hacerlo, es igualmente una demostración de envidia. Pablo Picasso aseveraba: «Quien se guarda un elogio se queda con algo ajeno». Cuando alguien se alce con algún mérito y el resto permanezca en silencio, probablemente la envidia está presente. Con gran acierto Khalil Gibran aseguraba: «El silencio del envidioso está lleno de ruidos».

Lo de «envidia sana» es un cuento. De sana, nada. Esta expresión es el mecanismo de defensa que utilizamos los humanos para esconder nuestros auténticos sentimientos, ya que como decía Plutarco, «entre los desórdenes del alma, la envidia es el único inconfesable». Por eso, el ser humano busca excusas para no quedar en evidencia y al nombre de la «envidia» se le añade el apellido de «sana».

Lo más triste de la envidia es que habitualmente se manifiesta entre los más cercanos. Esto es, en el círculo de amigos, en el ámbito familiar o entre los compañeros de trabajo. La razón es sencilla: con quien uno tiene a mano existen más posibilidades de comparar. Es una triste paradoja pero cierta: donde teóricamente debería existir más unión y satisfacción por los logros del prójimo, es donde la envidia se manifiesta con mayor crudeza.

La envidia casi nunca se exhibe a cara descubierta. Es más sutil y suele servirse de segundas para disimularla. Jacinto Benavente lo explicaba espléndidamente: «Es tan fea la envidia que siempre anda por el mundo disfrazada». En ocasiones será una carcajada irónica y en otras una sonrisita cargada de doble sentido.

El envidioso es profundamente desdichado. Miguel de Unamuno escribía: «La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual». Una persona dominada por este sentimiento negativo se consume. Vive en un estado de amargura y desazón permanente. No disfruta de la vida. En muchas ocasiones se ha dicho que «la felicidad no consiste en tener muchas cosas sino en disfrutar mucho de lo que se tiene». Así es y así lo afirmaba William Shakespeare: «Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco de lo mucho que tenemos».

La envidia siempre tiene coartada. El arma arrojadiza del envidioso es la crítica, y como todo es susceptible de ser criticado, ello supone un gran alivio para los envidiosos que tienen dónde agarrarse y poder salirse con la suya. Si le va bien en el mundo de los negocios, le dirán que desatiende a su familia; si cumple con sus obligaciones familiares, le reprobarán su falta de ambición… Y así con todo.

La suerte es otro de los recursos de los que a menudo hace uso el envidioso. Si Vd. tiene suerte y él no, ya tiene la ecuación hecha y la conciencia tranquila. Su falta de acierto se debe a factores ajenos a su persona y queda exonerado de toda responsabilidad. Con agudeza Víctor Hugo llamaba «mezquina» a la suerte porque según el escritor «su falso parecido con el verdadero mérito engaña a los hombres».

No se deprima cuando alguien le critique, es lo normal. La experiencia demuestra que 9 de cada 10 críticas están basadas en la envidia o las ganas de hacer daño. Tan sólo 1 de cada 10 busca la mejora y el crecimiento del interlocutor. Por tanto, si «escuchar» es una gran virtud, saber cuando «no escuchar» también lo es.

Huya de los pesimistas que suelen ser «grandes envidiosos». Si hay un rasgo que define a los pesimistas es su carácter excesivamente conservador. El miedo les lleva a mantenerse amarrados en puerto seguro, con lo que sus éxitos no suelen pasar del aprobado raspado. Por eso, les moleta que otros logren metas (ello dejaría al desnudo sus límites) y suelen verse dominados por la envidia.

Una de las mejores formas de evitar envidias gratuitas es no armar mucho ruido. Actuar con discreción es una recomendación válida. De este modo, quienes estén tentados para atacar, no tendrán razones para hacerlo. Es complicado, porque en un mundo en el que tener visibilidad es imprescindible â??lo que no se conoce, no existeâ??, resulta arduo torear la situación.

Lo que más le fastidia al envidioso es que le ignoren. Porque entonces no tiene argumentos con los que atacar a su presa. Dar la razón al envidioso le desconcierta enormemente y le deja en fuera de juego al no poder seguir echando leña al fuego. Un proverbio árabe afirma: «Castiga a los que te envidian haciéndoles el bien». Hace poco cayó en mis manos una entrevista al director de cine David Trueba. Buena parte de la charla transcurría en torno a este tema. Resumo algunas preguntas:

â?? ¿Se siente envidiado?
â?? Bueno, despierto envidias en general. Y, sin querer, las convierto en eternas.
â?? ¿Por qué?
â?? Porque cuando alguien me machaca no le envío los tanques.
â?? Eso fastidia más todavía…
â?? Es lo que más les duele: que los ignores (…). Cuando envidias, odias y haces daño, lo que quieres es que tu víctima te corresponda. Si encima te ignora, ¡te quieres morir!
â?? Como con gran maestría aseguraba Kipling: «No busques más odio que el que te tengan».
â?? Mi madre me decía «Tienes muchas razones para ser envidiado, así que no les des másâ? (…). Cuando perdí todos los Goya, un viejo director amigo mío me dijo: «No sabes la de amigos que has ganado hoy».
â?? ¿Nunca ha envidiado al prójimo?
â?? ¡Pues claro! Todos viajamos con una máquina de odiar a cuestas que recicla todo lo que nos pasa.

En resumen, evite a toda costa ser preso de la envidia, un sentimiento que es tremendamente dañino no sólo para su bienestar mental sino también físico. Desde hace poco se sabe gracias a investigaciones llevadas a cabo en Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas en Inageâ??Ku (Japón), que la envidia activa las mismas zonas del cerebro que el dolor físico. Quizás no sea casualidad la expresión «me muero de envidia».

Un consejo de despedida: haga lo que le gusta, no tenga excesivo apego al reconocimiento de los demás, disfrute de lo que tiene más que fijarse en lo que le falta, no mire demasiado a los lados (el sol sale para todos y en todos los lados cuecen habas), y se sentirá mejor consigo mismo y más libre.

PSICOLOGIA DE LA SOBERBIA

http://74.125.47.132/search?q=cache:zZ7PdYO18JQJ:www.familiaqueesyquenoes.org/Colaboraciones/INDICE/SOBERBIA/PSICOLOGIA%2520DE%2520LA%2520SOBERBIA%2520%2520%2520Por%2520Enrique%2520Rojas.doc+susceptibilidad+excesiva+psicologia&hl=es&ct=clnk&cd=40

PSICOLOGIA DE LA SOBERBIA  Por Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría:

La soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene. Es la trampa del amor propio: estimarse muy por encima de lo que uno vale. Es falta de humildad y por tanto, de lucidez. La soberbia es la pasión desenfrenada sobre sí mismo. Apetito desordenado de la propia persona que descansa sobre la hipertrofia de la propia excelencia. Es fuente y origen de muchos males de la conducta y es ante todo una actitud que consiste en adorarse a sí mismo: sus notas más características son prepotencia, presunción, jactancia, vanagloria, situarse por encima de todos lo que le rodean. La inteligencia hace un juicio deformado de sí en positivo, que arrastra a sentirse el centro de todo, un entusiasmo que es idolatría personal.

Hay dos tipos de soberbia; una que es vivida como pasión, que comporta un afecto excesivo, vehemente, ardoroso, que llega a ser tan intenso que nubla la razón, pudiendo incluso anularla e impedir que los hechos personales se vean con una mínima objetividad. La otra es percibida como sentimiento cursa de forma mas suave y esa fuerza se acompasa y la cabeza aún es capaz de aplicar la pupila que capte la realidad de lo que uno es, aunque sólo sea en momentos estelares. Entre una y otra deambula la soberbia, transita, circula, se mueve y según los momentos y circunstancias hay más de la una o de la otra.

La soberbia es más intelectual y emerge en alguien que realmente tiene una cierta superioridad en algún plano destacado de la vida. Se trata de un ser humano que ha destacado en alguna faceta y sobre una cierta base. El balance propio saca las cosas de quicio y pide y exige un reconocimiento publico de sus logros. Para un psiquiatra , estamos ante lo que se llama una deformación de la percepción de la realidad de uno mismo por exceso.

Ante la soberbia dejamos de ver nuestros propios defectos, quedando éstos diluidos en nuestra imagen de personas superiores que no son capaces de ver nada a su altura, todo les queda pequeño.

Hay una gradación entre las tres estirpes, soberbia-orgullo-vanidad, que van de más a menos intensidad, tanto en la forma como en el contenido. Entre la soberbia y el orgullo hay matices diferenciales, aunque el ritornello que se repite como denominador común puede quedar resumido así: apetito desordenado de la propia valía y superioridad. Es una tendencia a demostrar la superioridad, la categoría y la preeminencia que uno cree que tiene frente a los de su entorno. En general estos dos conceptos se manejan como términos sinónimos, aunque se pueden espigar algunas diferencias interesantes.

La soberbia es más cerebral, se da en alguien que objetivamente tiene una cierta superioridad, que realmente sobresale en alguna faceta de su vida. Facetas concretas de su andadura tienen un relieve que las realzaba sobre los demás. Hay una evidencia por la que puede ser tentado por la soberbia, no necesitando del halago de los otros y haciendo él mismo su propio y permanente elogio de forma clara y difusa, rotunda y desdibujada, a tiempo y a destiempo, con ocasión y sin ella. Sus manifestaciones son más internas y privadas, aunque pueden ser observadas por una atmósfera grandiosa que él crea sobre su persona y además, a través de sus máscaras; hay arrogancia, altanería, tono despectivo hacia los demás, que se mezclan con desprecio, desconsideración, frialdad en el trato, distancia gélida, impertinencia e incluso, tendencia a humillar. Otras veces, esas máscaras son de una insolencia cínica, mordaz, con un ritintín de magnificencia que provoca en el interlocutor un rechazo frontal. En los casos algo más leves, baja la hoguera del engreimiento y entonces la relación personal se hace más soportable.

El orgullo es más emocional. Es una alta opinión de uno mismo mediante la cual la persona se presenta con una superioridad y un aire de grandeza extraordinario. Puede ser lícito y hasta respetable. Decía Luis Vives que «es un amor a uno mismo por méritos propios». Puede ponerse de manifiesto en circunstancias positivas, en donde el lenguaje coloquial se mezcla con hechos e intenciones. En esos casos dimana de causas nobles y puede ser hasta justo. El orgullo de ser un buen cirujano, un buen padre, un excelente poeta, ser de una región concreta de un paísâ?¦ Todo esto está dentro de unos límites normales. Puede encuadrarse en el reconocimiento a una labor bien hecha.

La palabra vanidad procede del latín vanitas,-tatis, que significa falto de sustancia, hueco, sin solidez. Se dice, también, de algunos frutos cuyo interior está vacío, en donde sólo hay apariencia. Mientras la soberbia es concéntrica, la vanidad es excéntrica. La primera tiene su centro de gravedad dentro, en los territorios más profundos de la arqueología íntima. La segunda es más periférica, se instala en los aledaños de la ciudadela exterior. La soberbia es subterránea. La vanidad está en la pleamar del comportamiento. En la soberbia uno tiene una enfermedad en el modo de estimarse uno a sí mismo, en una pasión que tiene sus raíces en los sótanos de la personalidad en donde brota el error por exceso de autonivel. En la vanidad la estimación exagerada procede de fuera y se acrecienta del elogio, la adulación, el halago, la coba más o menos afectada y obsequiosa que lleva a dilatar alguna faceta externa y que de verdad tiene un fondo falso, porque no contempla más que un segmento de la conducta.

En la soberbia y en la vanidad hay una sublevación del amor propio que pide un reconocimiento general. La primera es mas grave, porque a ella se suele añadir la dificultad para descubrir los defectos personales en su justa medida y apreciar las cosas positivas que hay en los demás, al permanecer encerrado en su geografía ampulosa.

Se pueden distinguir dos modalidades clínicas de la soberbia, entre las cuales cabe un espectro intermedio de formas soberbias. Una es la soberbia manifiesta que es notarial y que se la registra a borbotones, con una claridad absoluta, lo cual suele ser poco frecuente. Hay petulancia y presunción. La otra es la soberbia enmascarada, que es la más habitual y que se camufla a soto voce por los entresijos de la forma de ser y que es más propia de las personas inteligentes y teniendo un sentido amplio y desparramado que asoma, se esconde, salta y bulle y revolotea por su mundo personal. ¿Cuáles son estos síntomas? Voy a resumirlos esquemáticamente:

1.- Aire de suficiencia que refleja un bastarse a sí mismo y no necesitar de nadie. Engreimiento que esculpe y hace hierático el gesto y lleva al hábito altanero.

2.- La borrachera de sí mismo tiene su génesis de una zona profunda e íntima donde se elabora esa superioridad. Las manifestaciones más relevantes son: susceptibilidad casi enfermiza para cualquier crítica con un cierto fundamento; gran dificultad para pasar desapercibido; tendencia a hablar siempre de sí mismo, si éste no es el tema central de conversación, enseguida decae su interés en la participación y el diálogo con los demás; desprecio olímpico hacia cualquier persona que aflore en su cercanía y de la que se pueda oír alguna alabanza. Esta embriaguez puede disfrazarse de los más variados ropajes

3.- La soberbia entorpece y debilita cualquier relación amorosa. Cuando alguien tiene un amor desordenado a sí mismo como el descrito, es difícil darse a otra persona y poner los sentimientos y todos sus ingredientes para que esa relación se consolide. Esto hace casi imposible la convivencia, volviéndola insufrible, pues reclama pleitesía, sumisión, acatamiento y hasta servilismo.

No podemos olvidar, que para estar bien con alguien, para establecer una relación de convivencia estable y que funcione hace falta estar primero bien con uno mismo

4.- En la soberbia se hospeda una obsesión exagerada por uno mismo, que ha ido conduciendo a una excesiva evaluación del propio mérito. Y afloran términos como alardear, jactarse, vanagloriarse.

Lo contrario de la soberbia es la humildad. Todo el edificio de la persona equilibrada se basa en una mezcla de humildad y autoestima. La una no está reñida con la otra. Una persona que reconoce sus defectos y lucha por combatirlos y a la vez, tiene confianza y seguridad en sus posibilidades.

Entre la soberbia, el orgullo y la vanidad hay grados, matices, vertientes y cruzamientos recíprocos. Por esos linderos se suele acabar en el narcisismo, patrón de conducta presidido por el complejo de superioridad, la necesidad enfermiza de reconocimiento de sus valías por parte de la gente del entorno y la permanente autocontemplación gustosa.

Lasch, en su libro La cultura del narcisismo, dice que en la cultura americana éste es un emblema de nuestro tiempo. Freud puso de moda este término, recordando a la planta del narciso, que crece a orillas de los estanques y se mira en el espejo que el agua le ofrece. Lipovetsky, en su obra La sociedad perdida, habla del interés desmedido por la propia imagen: por la personalidad, por el cuerpo y sus partes descubiertas (la cara y las manos) y por la necesidad de aprobación de los demás que tienen este tipo de personas. El análisis se complica más de lo que quisiéramos y hay un terreno magnético e imantado entre estas tres estirpes mencionadas.

Sólo el amor puede cambiar el corazón de una persona. Cuando hay madurez, uno sabe relativizar la propia importancia, ni se hunde en los defectos ni se exalta en los logros. Y a la vez, sabe detenerse en todo lo positivo que observa en los que le rodean. Saber mirar es saber amar. A lo sencillo se tarda tiempo en llegar.

Exceso de Susceptibilidad

http://www.psychologiesrevista.com/mejora/mejora6.html

“Soy muy susceptible”

Dueños de un carácter especial que les convierte en intocables, son un misterio para ellos mismos y para su entorno. Tienen reacciones inesperadas, dan respuestas cortantes y son propensos a tener un comportamiento variable que resulta desorientador… ¿Cómo justificarles?

PALOMA ALMOGUERA

Son capaces de transformar una conversación inocente en una situación tensa. Cualquier opinión, comentario o, simplemente, una mirada que se dirija a ellos que no entre en sus esquemas, merma su autoestima y les hiere irracionalmente. Parecen desconfiados, inseguros, hipersensibles… â??¿Estarán hablando de mí? ¿Por qué me habrá dicho eso? Son el epicentro del drama y del pesimismo y, aunque resulte difícil comprenderles, lo cierto es que el verdadero daño se lo provocan a ellos mismos, incapaces de controlar una mente que les traiciona constantemente y les aleja de la felicidad. Según María Jesús Álava, psicóloga y autora de La inutilidad del sufrimiento, las personas susceptibles lo pasan muy mal, ya que tienen una dificultad permanente para disfrutar o sacar los aspectos positivos de la vidaâ?.

¿Víctimas o verdugos?

La manera en la que se relacionan, el modo en el que se integran en la sociedad, puede hacerles parecer groseros, boicoteadores de toda posibilidad de comunicación y destructores de valores como la confianza o el respeto, pero ¿qué se esconde detrás de esta actitud? Jesús Sanz, profesor de Psicología de la Personalidad en la Universidad Complutense de Madrid, aclara que â??por un lado, son personas suspicaces que tienden a interpretar las intenciones de los otros como maliciosas, reaccionando con hostilidad e incluso, agresividad. También puede ocurrir que estén tan preocupadas por la opinión que susciten en los demás, que se aíslan por temor a ser rechazadas. Incluso hay casos en los que existe una necesidad excesiva de llamar la atención, de impresionar: son personalidades histriónicas que tienden a la teatralidad cuando se sienten ofendidasâ?. Es frecuente que la actitud que tomemos con respecto a estas personas sea la de responder a sus provocaciones y acusarlas de intransigentes y desconsideradas. En cualquier caso, las personas susceptibles se transforman en sus principales enemigas, ya que con ese comportamiento sólo logran perder confianza en ellas mismas, condicionadas por la imagen que proyecten en los demás y refugiándose en su interior para huir de su imaginaria desgracia.

Problemas de adaptación

Las situaciones con una persona especialmente susceptible suelen ceñirse al mismo ritual: relación buena y correcta mientras la otra persona mida sus palabras y esté pendiente de lo que no tiene que decir o hacer hasta que, invariablemente, surge algo que hace despertar la irascibilidad y la saca de su letargo. El susceptible no puede controlar sus reacciones, no puede evitar sentirse ofendido a pesar de ser consciente de que, al actuar de ese modo, se está alejando de las personas que le quieren. â??El entorno suele sentirse agotado â??indica Álavaâ??, pues, además de muy susceptibles, tienden a presentar una insatisfacción permanente. Difícilmente se dejan ayudar, aunque aparentemente no paran de solicitar ayudaâ?. Entorpecen el acceso a quienes se quieren acercar a ellos, que desesperan ante la inutilidad de los esfuerzos de confianza pretendidos. Ã?stos llegan a tomar la determinación de no excederse en los límites de la confianza básica, sin llegar a conseguir un afecto verdadero, ya que no pueden confiarse a ellos por temor a sus reacciones. Lo que el susceptible debe entender es que la solución no radica en cambiar el comportamiento de los demás, sino en erradicar su tendencia a menospreciarse. Reforzada su autoestima, logrará establecer lazos afectivos normales.

Síntomas de la Autoestima Alta / Baja

SINTOMAS DE LA AUTOESTIMA ALTA

William James  el padre de la psicología  moderna, decía  que las acciones  y las palabras crean  y refuerzan  sus correspondientes  estados anímicos.  De lo cual deducimos  que la mejor manera  para modificar  nuestra psicología  es, actuando como quisiéramos ser y aprovechando  la fuerza benéfica de las palabras positivas.

¿Cómo son y cómo actúan los que se aman a si mismos?

  1. Sonríen con frecuencia.
  2. Son sencillos y amables.
  3. Son comprensivos y tolerantes.
  4. Dedican pensamientos amables a quienes los fastidian.
  5. No exigen  perfección absoluta ni de sí mismos ni de los demás.
  6. Nunca critican, comparan, minimizan, ni ofenden a nadie.
  7. Son generosos  en los elogios.
  8. Nunca hablan mal de sí mismos ni de los demás.
  9. Aceptan los elogios con una sonrisa y un â??graciasâ? bien sincero.
  10. Saben hacer sentir valiosas e importantes a todas las personas.
  11. Buscan la amistad  de personas optimistas y tranquilas.
  12. Se interesan sinceramente por el bienestar y progreso de los demás
  13. Se alegran  por las cosas buenas  que les suceden a otros.
  14. Creen  en su propia inteligencia  y en sus capacidades.
  15. Reconocen sus limitaciones y las saben suplir y complementar, solicitando o aceptando ayuda de los demás.
  16. Creen en la inteligencia  de otros y saben delegar.
  17. Cuando se ven  en el espejo piensan  algo bueno de sí mismos.
  18. Se dicen a sí mismos palabras y frases cariñosas.
  19. Se premian a sí mismos  cuando hacen algo bien.
  20. Son bondadosos  y compasivos  consigo mismos.
  21. Se permiten ratos de descanso y esparcimiento.
  22. No se sienten superiores ni inferiores a nadie.
  23. Hacen todo con entusiasmo y buen humor.
  24. Aman su profesión.
  25. Son optimistas a toda hora.
  26. Tienen metas claras para su vida.
  27. Se permiten pensar en grande.
  28. Utilizan bien su tiempo.
  29. Consideran con gratitud y respeto  el amor que otros les ofrecen.
  30. Saben ponerse en el sitio de los demás.
  31. Admiten sus errores con facilidad.
  32. Cuidan su salud.
  33. Sienten placer diciendo la verdad.
  34. Le permiten a otra persona disfrutar contando su historia, sin buscar â??echarle tierraâ?, superándosela con una mejor.
  35. Dedican más tiempo a escuchar que a hablar.
  36. Cuando conducen sienten placer  en ceder el paso a otros  conductores que lo necesitan.
  37. Respetan los gustos y opiniones de los demás.
  38. Saben decir  lo que verdaderamente sienten y piensan, sin ser ofensivos ni agresivos.
  39. Orientan y enseñan a otros con docilidad, sin hacerlos sentir culpables  por sus torpezas o desconocimientos.
  40. Son tranquilos  para presentarse en público o ante las cámaras.
  41. Perdonan con facilidad.
  42. Si pueden se compran siempre lo mejor.
  43. Saben perder con elegancia y felicitan al contendor que les ha ganado.
  44. Elogian  sinceramente a los demás.
  45. Creen en la existencia del amor.
  46. Confían en los demás.
  47. Se sienten felices cuando descubren algún parecido a ellos en otros.
  48. Son innovadores y progresistas.
  49. Con frecuencia  dicen que se sienten felices.
  50. Estando solos o acompañados se sienten siempre bien.

Aunque muchos lectores pueden pensar  que las características que se acaban  de enumerar  corresponden  a la descripción de â??un santoâ?, los  psicólogos expertos en este tema,  saben que actuar así resulta así resulta relativamente fácil  para cualquier persona  que se sienta bien consigo misma. 

LOS SINTOMAS DE LA AUTOESTIMA BAJA

Puesto que el odio a sí mismo es inconsciente, sólo podemos detectarlo  a través de las acciones.  Algunos de los síntomas  más frecuentes del desprecio  hacia nosotros  mismos  son los siguientes:

  1. El constante mal genio.
  2. La â??quejaderaâ?  permanente.
  3. Sentir lástima de nosotros mismos.
  4. El pensar  que otros no nos  quieren o que les caemos mal.
  5. La inconformidad  con alguna parte de nuestro cuerpo.
  6. El hablar mucho de nuestros problemas personales.
  7. La propensión  a ofender, criticar, comparar, envidiar, discriminar, regañar, maltratar o minimizar  a los demás.
  8. La afición  a hacer sentir culpables a los demás  aún por cosas insignificantes.
  9. La tendencia a enfermarnos, a tener  accidentes o a pensar en el suicidio.
  10. Los maltratos  a la propia salud (cigarrillo, licor, droga, comida en  exceso, etc.).
  11. Hablar persistentemente  de pergaminos, abolengos y grandes personajes que conocemos.
  12. La inclinación a exagerar  y decir mentiras  para completar el cuadro  insatisfactorio de nuestra propia realidad.
  13. Los insultos  hacia nuestra propia persona cuando fallamos en algo.
  14. El perfeccionismo o inhabilidad  para tolerar imperfecciones.
  15. La intolerancia hacia nosotros mismos y hacia los demás.
  16. El hablar mal de nuestras propias capacidades.
  17. El tardarse demasiado para tomar una decisión.
  18. El creernos superiores a los demás.
  19. El ansia desmedida de poder.
  20. La necesidad de que nos llamen â??doctorâ?.
  21. El masoquismo.
  22. La incapacidad para salirnos de situaciones y relaciones maltratantes.
  23. La resistencia  a que nos tomen fotos o el fastidio que nos produce  vernos en ellas.
  24. El decir las cosas â??indirectamenteâ?, sin sinceridad.
  25. Los celos excesivos.
  26. El darle demasiada importancia al â??que diránâ?.
  27. El uso frecuente de palabras vulgares.
  28. La inhabilidad  para soportar nuestra propia compañía, es decir,  para disfrutar  de ratos de soledad.
  29. La dificultad  para aceptar elogios, cumplidos o expresiones de afecto.
  30. El servilismo.
  31. El creernos indignos del amor, la felicidad o la riqueza.
  32. La tendencia  a relacionarnos con perdedores o gente psicológicamente débil.
  33. La tacañería.
  34. El sadismo.
  35. La crueldad con los animales.
  36. El  desconfiar demasiado de los demás.
  37. El temor a hacer el ridículo.
  38. La tendencia a hacer el papel de víctima.
  39. La resistencia  al progreso e impermeabilidad a ideas nuevas.
  40. El odio a personas, situaciones o cosas.
  41. La susceptibilidad excesiva (no soportar chanzas, alusiones, etc.)
  42. El uso persistente  de palabras o lenguaje  rebuscado o altisonante, para expresar  ideas muy sencillas.
  43. El afán  acentuado  por ganarles siempre a los demás, en todo.
  44. El no  ser capaces de perder con elegancia (en deportes,  concursos,  competencias, etc.).
  45. La necesidad  de hacer o decir cosas únicamente  para llamar la atención.
  46. El sentir molestia  cuando notamos que otras personas se parecen a nosotros en algo.
  47. La tendencia a â??huir de nosotros mismosâ?, manifestada en cosas tales como la poca estabilidad, con respecto a los lugares de residencia o trabajo.
  48. El ser rencorosos o la dificultad para perdonar a otros.
  49. La tendencia a ser violentos.
  50. La timidez.

El solo hecho de conocer estas manifestaciones del desamor propio,  nos ayudará a evitarlas para poder  remplazarlas  por los hábitos positivos  contrarios  y nos permitirá empezar a sentir de inmediato una gratísima renovación anímica.

AUTOESTIMA-1440

Emociones y sentimientos escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, ¡nuestros errores!… El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y ¡una excelente terapia!

La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana es hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.

Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas.
Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo.
Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad.
Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe.
Somos lo que pensamos.
El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc., está acumulando toneladas de peso… Una estatua de bronce con pies de barro.
Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas.
Son personas con mucho barniz y poca raíz.
Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.

El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable.
Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar  las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.

Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas.
La desconfianza es falta de fe en sí y en los otros.

El bueno humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida.
La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive.
“El buen humor nos salva de las manos del doctor”.
La alegría es salud y terapia.