Respaldo de material de tanatología

Autoestima: mi reencuentro

Objetivos:
1. Crear un ambiente positivo, de confianza y respeto entre todos los participantes.
2. Descubrir la importancia de la auto-aceptación y la autoestima en el desarrollo personal.
3. Aprender técnicas de auto ayuda para propiciar la introspección, inculcar la auto-aceptación y aumentar la autoestima.
4. Experimentar en un espacio seguro, una comunicación más abierta y analizar las propias creencias.
5. Brindar herramientas para disfrutar más de la vida y de ser uno mismo.

Requerimientos:
1. Una actitud abierta a nuevas posibilidades.
2. Mostrar respeto por todos los participantes.
3. Ganas de disfrutar más de la vida.
4. Edad suficiente para hacerse responsable de sí mismo.

“Aquel que se ama a sí mismo no tiene rival alguno”

Benjamín Franklin.

Introducción

El padre de la psicología norteamericana es William James, y en su libro Principios de Psicología, cuya primera edición se publicó en 1890, hallamos el primer intento de definir la autoestima. Lo primero que James nos dice sobre sí mismos es que basa su autoestima en cómo se compara con los demás en cualquier tema que elige. Si nadie más puede estar a la par de su pericia, su autoestima queda satisfecha. Si alguien lo supera, se destruye. Esta no es la fórmula para una autoestima positiva sino una receta para la ansiedad.

La autoestima cobró fuerza en la década de los ochenta. No sólo empezaron a publicarse cada vez más libros que hacían referencia a la palabra y se extendían sobre el tema en grado diverso, sino que comenzaron a aparecer estudios más científicos. Sin embargo, aún hoy no hay consenso en cuanto a lo que significa el término.

El propósito de este curso no es tratar exhaustivamente el gran tema de lo que podemos hacer para curar o reconstruir una autoestima dañada, sino fundamentalmente explorar qué es la autoestima.

Este es el punto de partida necesario. Si bien actualmente se habla mucho del tema, no hay comprensión compartida del significado de la autoestima o de las razones por las cuales es tan importante para nuestro bienestar.

Una de las propuestas es observar el poderoso rol que juega la autoestima para todos nosotros en las elecciones y decisiones claves que dan forma a nuestras vidas.

Se describe la buena autoestima y se indica las operaciones mentales de las que ésta depende.

Se hacen observaciones acerca de las fuentes de la autoestima positiva, en la medida en que depende de nuestras propias elecciones y comportamiento.

Así mismo, se trata de la aplicación de los principios de la autoestima al lugar de trabajo.

Esperamos que deseen ir más allá y aprender más acerca de la autoestima ya que de todos los juicios que emitimos en la vida, ninguno es más importante que el juicio que emitimos sobre nosotros mismos.

LA PROPIA IMAGEN ES EL DESTINO.

Lic. Martha Noemí Caraveo Pacheco.

“No hay peligro en mirar en el interior” Louise L. Hay

LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA

El modo como nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta en forma decisiva virtualmente todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en el trabajo, el amor, el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida. Nuestras respuestas ante diversos acontecimientos que dependen de quiénes y qué pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos de nuestra visión íntima de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso. También es la clave para comprendernos y comprender a los demás. La autoestima es una necesidad psicológica básica. La autoestima es estar dispuestos a ser conscientes de que somos capaces de ser competentes para enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida y de que somos merecedores de la felicidad. Esto está compuesto por dos ideas básicas: a)Autoeficacia, es decir confianza en nuestra capacidad de pensar, aprender, elegir y tomar las decisiones adecuadas, y b) auto respeto, es decir, confianza en nuestro derecho a ser felices. Los desafíos básicos de la vida incluyen aspectos tan fundamentales como ser capaz de ganarse la vida y cuidar de uno mismo; ser competente en las relaciones humanas, es decir, capaz de mantener relaciones mayoritariamente satisfactorias para ambas partes; y tener resistencia que nos permite recuperarnos de la adversidad y perseverar en nuestras aspiraciones.

Refleja “el juicio implícito que cada uno hace acerca de su habilidad para enfrentar los desafíos de su vida (para comprender y superar sus problemas) y acerca de su derecho a ser feliz (respetar y defender sus intereses y necesidades).

Tener una alta autoestima es sentirse confiadamente apto para la vida, es decir, capaz y valioso. Tener una autoestima baja es sentirse inepto para la vida; desacertado, no con respecto a esto o aquello, sino desacertado como persona. Tener autoestima término medio es fluctuar entre sentirse apto e inepto, acertado y desacertado como persona, y manifestar estas incoherencias en la conducta â??actuar a veces con sensatez, a veces tontamente-, reforzando, con ello, la inseguridad.

Desarrollar la autoestima es desarrollar la convicción de que uno es competente para vivir y digno de ser feliz, y por lo tanto equivale a enfrentar la vida con mayor confianza, benevolencia y optimismo, lo que nos ayuda a alcanzar nuestras metas y experimentar la plenitud. Desarrollar la autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser felices.

Cuando apreciamos la verdadera naturaleza de la autoestima, vemos que no es competitiva ni comparativa.

La genuina autoestima no se expresa por la auto glorificación a expensas de los otros, o por el afán de ser superior a los otros o de rebajarlos para elevarse uno mismo. La arrogancia, la jactancia y la sobrestimación de nuestras capacidades refleja más bien una autoestima equivocada y no, como imaginan algunos, un exceso de autoestima.

Una de las características más significativas de la autoestima saludable es que es el estado de una persona que no está en guerra ni consigo mismo ni con los demás.

La importancia de una autoestima saludable reside en que es la base de nuestra capacidad para responder de manera activa y positiva a las oportunidades que se nos presentan en el trabajo, en el amor y en la diversión. Es también la base de esa serenidad de espíritu que hace posible disfrutar de la vida. La autoestima nos fortalece, nos da energía y nos motiva. Nos anima a tener éxito y nos permite disfrutar y estar orgullosos de nuestros logros. La autoestima es una experiencia íntima: reside en el centro de nuestro ser. Es lo que pienso y lo que siento sobre sí mismo, no lo que piensa o siente alguna otra persona acerca de mí. Mi familia, mi pareja y mis amigos pueden amarme, y aún así puede que yo no me ame.

“La autoestima es lo que te impulsa a lograr tus más altos objetivos y lo que te sostiene en los momentos difíciles. Si aumentas el amor por ti mismo, tu vida cambiará por completo” Francisco J. Angel

AUTOESTIMA

A la capacidad de tener confianza y respeto por uno mismo se le llama autoestima. (Susan Pick, Planeando tu vida, p. 277).

Es propiciada desde el nacimiento, o tal vez antes, ya que el hecho de que el niño o la niña se sientan deseados por sus padres les va a dar la posibilidad de sentirse esperados y queridos. De lo contrario, crecerá con un sentimiento de rechazo y baja estima. Es en el núcleo familiar en donde el niño adquiere las bases que necesita para una autoestima adecuada, que le permita sentirse apto para la vida, o con una autoestima inadecuada que lo haga percibirse como un ser inepto para enfrentarse al futuro.

Tanto la actitud de la madre como sus características personales son de suma importancia en el desarrollo de la confianza y el sentimiento de valía en los hijos; por lo tanto, es ella quien con su constancia, responsabilidad, interés, presencia y como satisfactora de necesidades, genera en los hijos el sentimiento interno de seguridad, de confianza en sí mismos y de sentirse dignos de la confianza de los demás.

Los padres tendrán que ser “espejos” que reflejen al hijo sus cualidades y logros, ayudándole así a crear un sentido de auto confianza dentro de su familia y dentro de la sociedad. Esta confianza en sí mismo y en los que le rodean, le ofrecerá una base firme para desarrollar su identidad con la certeza de ser aceptado, valioso y capaz.

Asimismo, los padres deben creer en los hijos (as) y producir en ellos la convicción de que lo que hacen tiene un significado; esto se logra a través de la empatía. O sea, percibir la necesidad del otro y responder adecuadamente de tal manera que el niño se sienta realmente comprendido.

Durante el crecimiento del niño (a), y posteriormente en la adolescencia, será el medio ambiente familiar el que ayudará a reafirmar su autoestima. Si ésta no se desarrolló de manera favorable dentro del núcleo familiar, probablemente el individuo tendrá sentimientos de soledad y rechazo, lo que se traducirá en minusvalía, lo cual le impedirá sentirse apto (a) para alcanzar sus metas.

En algunas ocasiones los padres frustran la posibilidad de una fuerte autoestima con base en la creencia de que sus hijos (as) serán adultos presumidos. Esto es un error, lejos de la presunción, estos niños (as) serán seres humanos seguros de sí mismos (as) y fuertes ante la adversidad. En otras ocasiones, la misma sociedad no permite que las personas muestren sus cualidades. Existen prejuicios tales como: “No debes mostrar tus cualidades, eso es presunción”. “Una cualidad importante es la modestia”. “Debes ser humilde”. Ã?stas son frases que escuchamos comúnmente y corresponden a las necesidades sociales. Los individuos con una baja autoestima están más sometidos a patrones vigentes, mientras que una adecuada autoestima se asocia con un reconocimiento de cualidades y defectos y una mayor conciencia de los alcances y limitaciones para luchar y obtener condiciones de vida.

La autoestima deberá ser sentida como la esencia interna de sí mismo (a). No necesita reconocimientos externos; la verdadera autoestima posee el reconocimiento interno, es la fe y respeto por nosotros mismos y es captada a través del amor, el respeto y la fe con la que nos nutrieron desde niños.

Una buena autoestima nos permite crecer, ser libres, creativos, alegres, amistosos, amorosos, sentirnos plenos y con capacidad de dar y recibir.

La palabra autoestima nos habla de cuánto nos valoramos y queremos a nosotros mismos. No todas las personas nos sentimos satisfechas con nuestra apariencia física, con nuestro carácter, con la forma en que nos comportamos, con lo que hemos logrado en la escuela, con nuestros amigos o dentro de la familia. Estos factores determinan cómo nos sentimos con nosotros mismos, qué tan contentos estamos con ser como somos, qué tanto nos aceptamos y que tanto nos queremos.

¿Qué es la autoestima?

La autoestima está directamente relacionada con la auto imagen o el auto concepto, y que son los conocimientos y sentimientos que el individuo tiene sobre sí mismo. Tanto el desarrollo de la realidad individual como la capacidad de autoestima, están consideradas como un proceso. Ambos factores han de avanzar simultáneamente. La autoestima y el desarrollo personal se complementan entre sí; es imposible avanzar en el camino de la evolución humana sin una estima correcta y sin un crecimiento adecuado. La autoestima implica necesariamente que sintamos que somos valiosos, pero también que somos eficientes.

“La autoestima es una parte fundamental para que el hombre alcance la plenitud y la autorrealización en la salud física y mental, productividad y creatividad, es decir, es la plena expresión de sí mismo”. Es apreciar el valor e importancia propios, y tener el carácter para ser responsable de sí y de actuar responsablemente hacia los demás.

“El hombre tiene capacidad para elegir la actitud personal ante cualquier reto o un conjunto de circunstancias y así decidir su propio camino. Lo que el hombre llega a ser lo tiene que ser por sí mismo” (Nathaniel Branden).

A la autoestima se le ha llamado la clave del éxito personal, porque “ese sí mismo” a veces está oculto y sumergido en la inconsciencia o en la ignorancia.

Autoestima es la “suma de la confianza y respeto por uno mismo”. En ella hay un sentimiento:

. Me siento capaz de lograr cosas, de superar problemas, de salir adelante. Confío en mis capacidades para enfrentar la vida a pesar de mis límites.

. Me siento valioso y con derecho a ser feliz, y por lo tanto estoy pendiente de mis emociones, deseos y necesidades.

La autoestima influye en cada situación y acto de nuestra vida: en el trabajo, el estudio. La relación de pareja, la diversión y, por supuesto, la sexualidad.

La autoestima es el puente entre quién es y qué hace, entre el éxito interno y el externo. La autoestima significa creer en ti. Se ha definido la autoestima como apreciar sus puntos fuertes y destrezas, tener un sentimiento de poder y responsabilidad por sus propias acciones; un sentido de afecto mutuo entre usted y los demás y un sentido de dedicación a la sociedad ( Lynn Silton).

La autoestima es el antídoto más eficaz contra la depresión, la ansiedad o el estrés. Le permite actuar. La acción sigue al pensamiento. Pensar en lo que no puede hacer a menudo hace que fracase. Quedarse en los ensayos del pasado es un ensayo para repetir la actuación. Por otro lado, la acción positiva puede hacer realidad sus sueños. La energía y dirección centradas conducen a la mejor autoestima y éxito. La autoestima es una experiencia íntima; habita en mi alma. Es lo que yo pienso y siento respecto a mí mismo, no lo que otra persona piensa o siente respecto a mi.

La principal tarea del hombre en la vida es darse nacimiento a sí mismo, llegar a ser lo que potencialmente es. El producto más importante de este esfuerzo es su propia personalidad (Erich Fromm, el Arte de Amar).

Por tanto la autoestima la podemos definir como el conjunto de creencias (limitantes o desarrolladoras) y valores (virtuosos o viciosos) que el sujeto tiene acerca de quién es, de sus capacidades, habilidades, recursos y potencialidades, pasadas, presentes y futuras, que le han conducido hasta donde está y que le llevarán hasta donde crea que puede llegar.

La autoestima adecuada no es algo con lo que nacemos ni es posible comprarla en un puesto de revistas ni en una tienda de videos; no se adquiere por ir a una conferencia ni por asistir a un taller; es, sencillamente, el resultado del esfuerzo personal y cotidiano por alcanzarla, y una vez alcanzada por mantenerla, pues tampoco es un estado que se adquiera de una vez y para siempre: sube, baja, se cuestiona, peligra, se recobra.

Cuando la autoestima es alta, nos sentimos llenos de energía y entusiasmo, nos sentimos capaces de todo, nos sentimos seguros de nuestro propio valer y nuestra importancia. La alta autoestima busca el desafío y el estímulo de los objetivos difíciles y que merecen la pena. Alcanzar dichos objetivos nutre la buena autoestima.

Una persona con autoestima alta piensa que su vida hace una diferencia importante en el mundo y en las personas que le rodean. Tiene confianza en sus capacidades. Se caracteriza por su honestidad, su amor hacia sí misma y hacia los demás y porque expresa su libertad. Demuestra integridad entre sus valores y sus acciones, entre lo que siente y lo que dice, entre su comunicación verbal y no-verbal. Está bien consciente de que su mejor recurso es su propia persona. Sabe que puede contar con ella misma para todo lo que sea necesario. Tiene confianza en su presente y esperanza en el futuro. Se acepta tal como es y, al mismo tiempo, desea mejorar. Disfruta cuando logra mejorar, pero entiende que no siempre es posible.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, mejor preparados estaremos para enfrentar las adversidades; cuanto más flexibles seamos, más resistiremos las presiones que nos hacen sucumbir a la desesperación o a la derrota. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, nuestras comunicaciones tendrán la posibilidad de ser más abiertas, sinceras y adecuadas, porque creeremos que nuestros pensamientos son valiosos y por lo tanto aceptaremos la claridad en lugar de temerla.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más ambiciosos tenderemos a ser, no necesariamente en nuestra carrera o profesión o en un sentido económico, sino en términos de lo que esperamos experimentar en la vida en el plano emocional, creativo, espiritual.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más posibilidades tendremos de entablar relaciones enriquecedoras y no destructivas, ya que lo semejante se atrae, la salud llama a la salud, y la vitalidad y la generosidad de ánimo son más apetecibles que el vacío afectivo y la tendencia a explotar a los demás. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, tendremos más disposición a establecer relaciones positivas en lugar de tóxicas. Esto se debe a que los que se parecen se atraen, y la salud se siente atraída por la salud. La vitalidad y la extroversión de los demás son, naturalmente, más atractivas para las personas con buena autoestima que la vacuidad y la dependencia. Los hombres y mujeres que confían en ellos mismos se sienten atraídos unos por otros de una forma natural. A la inversa, las mujeres y los hombres inseguros también se sienten atraídos y establecen relaciones destructivas.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más nos inclinaremos a tratar a los demás con respeto, benevolencia y buena voluntad, ya que no los percibiremos como amenaza, no nos sentiremos “extraños y asustados en un mundo que nunca hicimos” (citando el poema de A. E. Housman),y porque el respeto por uno mismo es la base del respeto por los demás.

Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más alegría experimentaremos por el solo hecho de ser, de despertarnos a la mañana, de vivir dentro de nuestros cuerpos. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, más ambiciosos seremos, no sólo en sentido profesional o financiero, sino en materia de lo que esperamos experimentar en nuestras vidas: emocional, romántica, intelectual, creativa y espiritualmente. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, mayor será el deseo de expresarnos, reflejando nuestra riqueza interior .

Cuando la autoestima es baja, estamos cansados, nada nos entusiasma, nos sentimos inseguros de lo que somos capaces de hacer, sentimos que valemos poco. La baja autoestima busca la seguridad de lo conocido y lo fácil. Confinarse a lo conocido y lo fácil sirve para debilitar la autoestima. Cuanto más baja sea nuestra autoestima, más urgente será la necesidad de “probarnos” a nosotros mismos o de olvidarnos de nuestras necesidades viviendo de manera mecánica e inconsciente.

La baja autoestima tiende a generar depresión y ansiedad. Si nos sentimos significativamente carentes de eficacia y valor, casi con seguridad sentiremos que la existencia es aterradora e infructuosa.

Una persona con autoestima baja piensa que es insignificante. Se pasa la vida esperando que le ocurran las peores catástrofes, hasta que le ocurren. Vive sus días aislada del mundo. La soledad parece perseguirla. Tiene enormes dificultades para comunicarse. Cuanto más baja sea nuestra autoestima, nuestras comunicaciones tenderán a ser más turbias, evasivas e inadecuadas debido a la desconfianza en nuestros propios pensamientos y sentimientos, así como a la ansiedad ante la respuesta de nuestros interlocutores.

Puesto que la autoestima se aprende, podemos también cambiarla y volverla más positiva.

Un especialista en relaciones humanas, Satir (1981) ha dicho:

“Siempre hay esperanza de que la vida cambie porque siempre se pueden aprender cosas nuevas.”

Los principales pasos para mejorar la autoestima son:

Reconocer que nuestra autoestima es baja.

Convencerse de que la autoestima se puede cambiar.

Decidir cambiarla.
Otras ideas que ayudarán a mejorar la autoestima son:

Reconocer que solamente nosotros mismos podemos hacer el cambio. En realidad, nadie más tiene esa responsabilidad ni esa capacidad. Quizás hay algunos de nosotros que creemos que la autoestima la produjeron otros (casi siempre es más fácil culpar al resto del mundo).

Hacer un balance de las virtudes y los defectos. Todos tenemos cualidades y defectos y todos podemos sacarle partido a nuestras cualidades y cambiar algunas de las características propias que nos disgustan.

Empecemos primero por uno de los defectos. Debemos estar conscientes de que no todo lo que disgusta se podrá modificar. Pero siempre hay esperanza. Algunas cosas que disgustan no pueden ser cambiadas. Por ejemplo, es poco probable que alguno pueda aumentar su estatura, cambiar la forma o el tamaño de sus orejas, estrenar un nuevo color de ojos. Pero, está dentro del alcance de la mayoría de nosotros cambiar algunos defectos. Por ejemplo, con dietas o ejercicios podemos mejorar el cuerpo, con un especialista en cortes de cabello podemos cambiar su forma o el estilo de peinado.

Para aprender una nueva actitud personal, comencemos con lo sencillo. Y, por supuesto, premiémonos generosamente al alcanzar una meta, por pequeña que ésta sea.

Cualquier cambio que planeemos hacer, hagámoslo para complacernos a nosotros mismos. Podemos complacer a algunas personas por cierto tiempo, pero no podemos complacer a todo el mundo todo el tiempo. Ni tiene caso hacerlo. Nadie puede caerle bien a todos.
Tener una buena autoestima significa ver verdaderamente quien soy, autónomo, capaz de poner límites, orgulloso de ser quien soy y, por último, absolutamente abierto a recibir del universo lo que me he ganado. La autoestima se aprende de los padres, si yo he recibido valoración dela fuera, si mis padres me consideraban valioso, me aceptaban como era, me daban cierta autonomía, respetaban mi privacidad; si estaban orgullosos de mí y me hacían sentir reconocido, sin que me quedara endeudado o culpable cuando me daban algo (vamos recorriendo el esquema de la palabra valor), entonces es más fácil para mí darme cuenta de que soy valioso.

VERDADERO (autoaceptado verdaderamente)

AUTÓNOMO (libre de fijar sus propias normas)

LIMITANTE (capaz de poner límites)

ORGULLOSO (contento de ser quien es)

RECEPTIVO (aceptador del reconocimiento del medio)

Para algunos autores es como una escalera que se construye con distintos escalones. Estos escalones son:

-Auto conocimiento

-Auto concepto

-Auto evaluación

-Auto aceptación

-Auto respeto

-Auto estima

AUTO CONOCIMIENTO

“Cuando aprendemos a conocernos en verdad vivimos” (Schüller).

El auto conocimiento es conocer las partes que componen al “yo”. Cuáles son sus manifestaciones, necesidades y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente.

Es imposible amar algo que no conozco. No puedo amarme y respetarme si no conozco los aspectos que me integran.

Conocerme significa percibirme completo: mi cuerpo, mis pensamientos y sentimientos, y mi capacidad de relacionarme con otros.

Conocerme es descubrirme con capacidades, habilidades y virtudes, pero también con límites, defectos, errores.

Conocerme es darme cuenta de que cambio, no siempre soy igual, soy alguien dinámico y cambiante como cambiante y dinámica es la vida. Es conocer las partes que componen el yo, cuáles son sus manifestaciones, necesidades, y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente. Al conocer todos sus elementos, que desde luego no funcionan por separado sino que se entrelazan para apoyarse uno al otro, el individuo logrará tener una personalidad fuerte y unificada; si una de estas partes funciona de manera deficiente, las otras se verán afectadas y su personalidad será débil y dividida, con sentimientos de ineficiencia y devaloración.

AUTO CONCEPTO

“Dale a un hombre una auto imagen pobre y acabará siendo un siervo” R. Schüller).

El auto concepto es una serie de creencias acerca de uno mismo, que se manifiestan en la conducta. Si alguien se cree tonto, actuará como tonto; si se cree inteligente o apto, actuará como tal.

Es la visión o la imagen que tengo de mí mismo. Si digo: “Yo creo que soy…” todo lo que diga acerca de mí, es mi auto concepto. Todos tenemos una idea de lo que somos y de cómo somos. A veces, esa idea es real, pero a veces no lo es . Esa idea depende mucho de las etiquetas que las demás personas nos han puesto a lo largo de nuestra vida. El auto concepto es el conjunto de creencias que una persona tiene acerca de lo que es ella misma. Cada persona se forma, a lo largo de su vida, una serie de ideas o imágenes que la llevan a creer que así es. Hay personas que creen firmemente en su capacidad para ganar dinero o para vencer en la vida, y también, por desgracia, existen las que se han formado un auto concepto negativo, de manera que están convencidas de su incapacidad para triunfar o para aprender y progresar. Si una persona cree que no es apta para las matemáticas, aunque tenga cualidades para ellas, será inútil. Ninguna persona ha nacido para tapete ni para víctima. Nadie ha nacido fracasado, ni pecador sin esperanzas.

AUTO EVALUACION

“El sentirse devaluado e indeseable es en la mayoría de los casos la base de los problemas humanos” (C. Rogers).

La auto evaluación refleja la capacidad interna de evaluar las cosas como buenas si lo son para el individuo, le satisfacen, son interesantes, enriquecedoras, le hacen sentir bien y le permiten crecer y aprender; y considerarlas como malas, si para la persona lo son, no le satisfacen, carecen de interés, le hacen daño y no le permiten crecer.

Es la capacidad de evaluar como positivo o negativo aquello que sea positivo o negativo para mí, reflexionando al mismo tiempo sobre normas y valores de la sociedad. Poco a poco vamos a encontrar los puntos que van a guiar nuestra conducta, desarrollaremos nuestro propio juicio y aprenderemos a confiar en él, en lugar de basarnos solamente en lo que piensan las demás personas. Y es así, porque confío en mi propio juicio. La auto evaluación requiere estar consciente de sí mismo. El Dr. Elkins dice: “El darse cuenta de uno mismo es la llave para cambiar y crecer”. Cada uno tiene que encontrar e ir haciendo su camino, el que lo lleve a ser una persona valiosa para sí mismo y los demás. El “darse cuenta”, según la teoría de la Gestalt, es prestar más atención a las propias vivencias para comprenderlas y así comprender la existencia; “darse cuenta” de lo que está pasando en ese momento a su alrededor, cómo y qué se percibe, qué siente y cómo queda consigo mismo con la decisión que está tomando. Todo aquello que fue grabado es susceptible de transformarse y cambiar si hay voluntad: “Somos los arquitectos de nuestro propio destino”, “los escultores de nuestra más importante cultura”.

AUTOACEPTACION

“La actitud del individuo hacia sí mismo y el aprecio por su propio valer juega un papel de primer orden en el proceso creador” (M. Rodríguez).

La auto aceptación es admitir y reconocer todas las partes de sí mismo como un hecho, como la forma de ser y sentir, ya que sólo a través de la aceptación se puede transformar lo que es susceptible de ello. Sin auto aceptación la autoestima es imposible. Nos quedamos bloqueados en un hábito de conducta de autorrechazo, el crecimiento personal se ve reprimido y no podemos ser felices.

Aceptar, es experimentar la realidad de una manera completa, sin negarla ni evitarla. Es admitir y vivir como un hecho todas las partes que hay en mí. Aceptarme es ser capaz de sentir y decir: soy todas estas características; mi cuerpo, emociones, deseos, ideas, son partes de mí, independientemente de que algunas me gustarán y otras no. Fíjate: aceptarme no es necesariamente gustarme, sino reconocerme que soy como soy.

Para aceptarme no tengo que negar que soy, al contrario, se tata de aprender a amarme y respetarme con todas mis características: lo positivo y lo negativo, mis capacidades y mis limitaciones, mis aciertos y mis errores. Es necesario rodearse de una atmósfera donde se promueva la confianza, el afecto, el respeto, y la aceptación, y no seguir en una donde estos valores son ignorados o rechazados; tener actividades donde sea posible el éxito, y no aquéllas en que se sabe de antemano que se va a fracasar. Auto aceptarme no significa estar en guerra con nosotros mismos, no negar nuestra realidad actual, en este momento de nuestra existencia. La autoaceptación es negarse a tener una relación de enfrentamiento con uno mismo. Es uno de los fundamentos indispensables para construir una autoestima saludable.

AUTO RESPETO

“La autoestima es un silencioso respeto por uno mismo” (Dr. Elkins).

Auto respetarse es atender, hacer caso a las propias necesidades para satisfacerlas, vivir según nuestros propios valores, y expresar nuestros sentimientos y emociones, sin hacernos daño ni culparnos. Buscar y valorar todo aquello que lo haga a uno sentirse orgulloso de sí mismo.

Si me respeto, estoy al tanto de lo que deseo y necesito para estar bien, pero no solo me doy cuenta: actúo para lograrlo.

Si me respeto defiendo â??aún ante mí mismo- mi derecho a ser la persona que realmente soy. El auto respeto es entender las propias necesidades y valores para satisfacerlos; expresar y manejar en forma conveniente los sentimientos y emociones, sin hacerse daño ni culparse: buscar y valorar todo aquello que lo lleve a sentirse una persona orgullosa de sí misma. Sólo en la medida de este auto respeto se atenderán las necesidades y valores de los demás; no se hará daño, juzgará ni culpará. Se valorarán gracias a las propias necesidades y valores, se entenderá que así como uno tiene los suyos y los necesita, así el otro tiene los suyos y los necesita.

AUTOESTIMA

“Solo podemos amar cuando nos hemos amado a nosotros mismos”.

Quien se quiere a sí mismo se conoce y se acepta tal como es, conoce sus cualidades y sus limitaciones. Todas las personas valemos por nosotras mismas. No es necesario ser el o la mejor. Lo importante es hacer nuestro mejor esfuerzo y sentirnos satisfechos con nuestros logros. La autoestima es la síntesis de todos los pasos anteriores. La autoestima es el aprecio que tenemos por nosotros mismos, de nuestra forma de pensar, actuar y sentir. Ella nos permite reconocer nuestras capacidades y confiar en nosotros mismos. Nuestra persona con las propias virtudes, defectos, emociones, sentimientos, necesidades, etc., es el equipo que tenemos para vivir y así como somos debemos aceptarnos y querernos incondicionalmente, tomando en cuenta que hay cosas de nosotros que podemos modificar.

“El pasado no tiene poder sobre mí” L. Hay

¿CÃ?MO SE FORMA LA AUTOESTIMA?

El sentimiento de valor propio lo aprendemos desde la infancia.

Desde niños pequeños interactuamos con otras personas : nos sentimos apoyados en menor o mayor grado, recibimos palabras de aliento o desaliento, directa e indirectamente de los padres y de otras personas. De las experiencias y comunicaciones con otras personas comenzamos a formarnos una imagen de nosotros mismos, adquirimos una especie de balanza en la que comparamos nuestro propio valer contra el que nos ha dado el mundo adulto.

A través de estas primeras comunicaciones recibimos: ideas de lo que otros sienten hacia nosotros, diversas opiniones sobre qué tan capaces somos para hacer o no las cosas, qué tan agradables o desagradables somos, qué tanta confianza nos tienen, qué tan independientes o dependientes quieren que seamos. Al transcurrir el tiempo, vamos asimilando el concepto que los otros nos transmiten y le vamos asignando una calificación a este concepto. Esta “calificación” es la autoestima. Ã?sta representa qué tanto nos queremos a nosotros mismos.

Existen varias razones para desarrollar una autoestima positiva:

En la medida en que nos conocemos y aceptamos, estaremos más contentos, satisfechos y tranquilos.

Si estamos contentos con nosotros mismos, interactuaremos más constructivamente con otros y lograremos más y mejores metas.

Será más probable que otros nos vean, respeten y admiren, de una manera más positiva, si nos aceptamos como somos. Si tenemos autoestima será más fácil que otros también nos quieran.

La autoestima positiva es un motivador poderoso de nuestra conducta que trabaja para mantener la propia estabilidad y nos brinda una serie de expectativas (metas) de logro y éxito. El autor, Rob Solomón, nos ofrece siete claves para construir y mantener un posición de sólidos valores personales y de una autoestima positiva.
1. Haz una revisión realista de ti mismo.

¿Cuáles son tus posibilidades y tus limitaciones? ¿Qué sabes hacer bien y hasta dónde está tu alcance?

Para poner límite necesito:

Comunicar claramente mis ideas.

Saber cuáles son mis necesidades.

Expresar límites y consecuencias claramente.

Sobreponernos a nuestras limitaciones.

2. Sé congruente con tus valores personales.

Como los valores vienen de fuera, éstos siempre se hayan a prueba, ya sea por nuestras experiencias o por el juicio que hagamos de cada uno de ellos con el paso del tiempo. Lo importante de los valores es que tú debes aceptar los que se adapten a tu persona, siempre pensando en un sistema de valores o código ético.

Si me respeto:

Me quiero y valoro.

Exijo un trato adecuado.

Respeto a los demás.

Mantengo una comunicación abierta.

No me engaño a mí mismo.

3. Desarrolla y mantén un sólido sistema de apoyo personal.

Recuerda que la gente necesita de la gente. Cuando necesites apoyo o te encuentres en una grave crisis personal, no dudes en recurrir a quienes te estiman.

4. Proponte metas realistas.

Que tus metas sean claras y específicas. No te impongas metas que no puedas medir.

5. Sé firme.

Aférrate a lo que crees, o lo que consideras correcto y a aceptar o tomar en cuenta las necesidades, sentimientos e ideas de los demás.

6. Acéptate tal como eres (aprende a perdonarte).

Acepta a los demás como son, con sus virtudes y sus defectos y acéptate también a ti mismo. La aceptación de sí mismo es producto de una auto evaluación realista.

7. Date siempre oportunidades de estímulo.

Una pequeña alabanza a favor de uno mismo siempre constituirá una aportación para nuestro desarrollo. “Buen trabajo”, ¡Lo hiciste realmente muy bien!, son palabras que te ayudarán a mantener en pie tu motivación. Dilas de vez en cuando.

Los sentimientos positivos hacia nosotros mismos sólo pueden crecer en un ambiente de libertad, en donde reconocemos y respetamos las diferencias individuales, en donde decimos las cosas tal como son y donde escuchamos sin criticar, prejuzgar o enjuiciar. ¿Qué podemos hacer? Propiciar un ambiente enriquecedor como el descrito. Un lugar en que la otra persona se sienta realmente estimada, necesaria, amada. Un tiempo en el que no hay prisas para compartir, y en donde se reconozcan las cualidades del otro.

La autoestima deberá ser sentida como la esencia interna de sí mismo (a). No necesita reconocimientos externos; la verdadera autoestima posee el reconocimiento interno, es la fe y respeto por nosotros mismos y es captada a través del amor, el respeto y la fe con la que nos nutrieron desde niños.

Una buena autoestima nos permite crecer, ser libres, creativos, alegres, amistosos, amorosos, sentirnos plenos y con capacidad de dar y recibir.

La autoestima es la experiencia de ser aptos para la vida y para sus requerimientos. Más concretamente consiste en:

Confianza en nuestra capacidad de pensar y de afrontar los desafíos de la vida

Confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos.
La autoestima es una necesidad muy importante para el ser humano. Es básica y efectúa una contribución esencial al proceso de la vida; es indispensable para el desarrollo normal y sano; tiene valor de supervivencia.

El no tener una autoestima positiva impide nuestro crecimiento psicológico. Cuando se posee actúa como el sistema inmunológico de la conciencia, dándole resistencia, fortaleza y capacidad de regeneración. Cuando es baja, disminuye nuestra resistencia fuerte a las adversidades de la vida. Nos derrumbamos ante las vicisitudes que un sentido más positivo del uno mismo podría vencer. Tendemos a estar más influidos por el deseo de evitar el dolor que de experimentar la alegría. Lo negativo ejerce más poder sobre nosotros que lo positivo.

AUTO EFICACIA Y AUTO DIGNIDAD

La autoestima tiene dos aspectos interrelacionados:

Un sentido de eficacia personal (auto eficacia)

Un sentido de mérito personal (auto dignidad)
Como experiencia psicológica realizada plenamente, es la suma integrada de estos dos aspectos.

Auto eficacia significa confianza en el funcionamiento de mi mente, en mi capacidad de pensar, en los procesos por los cuales juzgo, elijo, decido; confianza en mi capacidad de comprender los hechos de la realidad que entran en la esfera de mis intereses y necesidades; confianza cognoscitiva de mí mismo.

Auto dignidad quiere decir seguridad de mi valor; una actitud afirmativa hacia mi derecho de vivir y de ser feliz; comodidad al expresar propiamente mis pensamientos, deseos y necesidades; sentir que la alegría es mi derecho natural.

Partamos de la premisa de que si un individuo se sintiera inepto para enfrentar los desafíos de la vida, si careciera de confianza fundamental en sí mismo, en su mente, reconoceríamos una deficiencia de autoestima, sin importar qué otras ventajas poseyera. O si careciera de un sentido básico de auto dignidad, se sintiera indigno del amor o respeto de los demás, sin derecho a la felicidad, temeroso de expresar pensamientos, deseos o necesidades, nuevamente reconoceríamos una deficiencia de autoestima, sin importar qué otros atributos positivos exhiba.

Los pilares duales de la autoestima

Auto eficacia y auto dignidad son los pilares duales de la autoestima positiva. La falta de cualquiera de ellos la menoscaba. Son las características que definen al término debido a que son fundamentales. No representan significados derivados o secundarios sino la esencia de la autoestima.

La experiencia de la auto eficacia genera el sentido de control sobre la propia vida, que asociamos con el bienestar psicológico, la sensación de estar en el centro vital de la propia existencia, a diferencia de ser un espectador pasivo o víctima de los acontecimientos.

La experiencia de la auto dignidad posibilita un sentido benevolente no neurótico de comunidad con otros individuos, la fraternidad de la independencia y la consideración mutua, a diferencia del aislamiento del resto de los humanos, por un lado, o del hundimiento en la tribu, por el otro.

Dentro de una persona, habrá fluctuaciones inevitables en los niveles de autoestima, así como las hay en todos los estados psicológicos. Necesitamos pensar en términos del nivel promedio de autoestima de una persona.

¿Cómo experimentamos nuestra autoestima?

Si bien a veces hablamos de la autoestima como de una convicción sobre uno mismo, es más exacto hablar de una predisposición a experimentarse de una manera particular. ¿De qué manera? Recapitulando:

Como fundamentalmente competente para afrontar los desafíos de la vida; en consecuencia, confianza en la propia mente y en sus proceso; auto eficacia.

Como digno de éxito y felicidad; en consecuencia, la percepción de nosotros mismos como personas para quienes el logro, el éxito, el respeto, la amistad y el amor son apropiados; auto dignidad.
Para lograr un cambio significativo en tu vida antes de querer cambiar las situaciones externas sería conveniente cambiar lo que pasa dentro de tu mente. Llenarte de pensamientos positivos sobre ti y sobre todo lo que te rodea.

Si en tu mente tienes la creencia de que no mereces estar bien o de que nunca recibes lo que quieres, no importa cuánto trabajes y cuánto te esfuerces, tu mente trabajará para cumplir la creencia.

Si tienes la creencia de que vales poco o de que nunca conseguirás lo que te propones, puedes estar seguro de que sin importar cuantos cambios externos hagas, tu vida será la de alguien que vale poco.

Hay primero que cambiar esos pensamientos que detienen tu desarrollo; ponerlos a trabajar a tu favor y no en tu contra.

Lograr convencerte de que mereces lo mejor, que eres una buena persona digna de amar y de ser amada, tienes que estar seguro de que puedes resolver los problemas que tengas y de que debes ser tratado con respeto, que tienes derecho a pedir lo que quieres y que la vida quiere darte todo lo que deseas.

La autoestima es el motor de tu desarrollo, si aumentas tu amor propio, tus expectativas apuntarán a lo más alto, tendrás la fuerza suficiente para enfrentar las situaciones difíciles y mejorarás tu vida en todos los aspectos.

Una definición formal de autoestima

Resumiendo en una definición formal: La autoestima es la predisposición a experimentarse como competente para afrontar los desafíos de la vida y como merecedor de la felicidad. Branden, (1993). Obsérvese que esta definición no especifica las influencias del ambiente durante la infancia que sustentan la autoestima positiva (por ejemplo, seguridad física, educación, etc.) no los generadores internos posteriores (por ejemplo, vivir consciente, responsablemente con respecto a sí mismo, etc.), ni las consecuencias emocionales o de comportamiento (por ejemplo, compasión, deseo de ser responsable, etc.). Simplemente identifica a qué se refiere y en qué consiste la auto evaluación.

El concepto de “competencia” utilizado en la definición es metafísico, no “occidental”. Es decir, atañe a la naturaleza misma de las cosas, a nuestra relación fundamental con la realidad. No es el producto de una “opción por un valor” cultural en particular. No hay sociedad en la tierra, ni siquiera puede concebirse una cuyos miembros no enfrenten los desafíos de satisfacer sus necesidades, de la adaptación apropiada a la naturaleza y al mundo de los seres humanos. La idea de eficacia en este sentido fundamental (que incluye la competencia en las relaciones humanas) no es un “artificio occidental”, como se ha sugerido.

Nos engañamos a nosotros mismos si imaginamos que existe una cultura o sociedad en la cual no tengamos que enfrentarnos al desafío de adecuarnos a la vida.


2 thoughts on Autoestima: mi reencuentro

  1. La docena mágica de la autoestima (Branden, 1988)

    Saber y aceptar que todos tenemos cualidades y defectos.

    Saber que todos tenemos algo bueno de lo cual podemos estar orgullosos.

    Poder liberarnos de conceptos negativos sobre nosotros mismos.

    Aceptar que todos somos importantes.

    Vivir responsablemente de acuerdo con la realidad, reconociendo lo que nos gusta y lo que no nos gusta.

    Aprender a aceptarnos a través de lo que sentimos y de lo que somos.

    Liberarnos de la culpa al evaluar lo que queremos y pensamos.

    Actuar de acuerdo con lo que deseamos, sentimos y pensamos, sin tener como base la aprobación o desaprobación de los demás.

    Sentirnos responsables de nosotros mismos, ya que el hacernos responsables de la propia existencia genera confianza en nosotros mismos y en los demás.

    Vivir auténticamente al aprender a ser congruentes entre la forma de sentir y de actuar.

    Fomentar la autoestima en los otros, ya que la honestidad al fomentar la autoestima de las personas que nos rodean, refleja nuestra propia autoestima.

    Hallar la valentía de amarnos como personas y comprender que ése es un derecho propio que todos tenemos.
    La autoestima es una poderosa fuerza dentro de cada uno de nosotros. Comprende mucho más que ese sentido innato de auto valía que presumiblemente es nuestro derecho al nacer, esa chispa que los psicoterapeutas o maestros intentamos avivar en aquellos con quienes trabajamos, y que es sólo la antesala de la autoestima.

    La autoestima es la experiencia de ser aptos para la vida y para las necesidades de la vida. Más específicamente, consiste en:

    Confianza en nuestra capacidad de pensar y de afrontar los desafíos básicos de la vida.

    Confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos.
    Para comprender la autoestima debemos preguntarnos:¿Por qué surge la necesidad de la autoestima?

    La cuestión de la eficacia de la conciencia o de la dignidad de su ser no existe en los animales inferiores.

    Pero los seres humanos se preguntan: ¿Puedo confiar en mi mente? ¿Soy capaz de pensar? ¿Soy adecuado? ¿Soy suficiente? ¿Soy una buena persona? ¿Tengo integridad, es decir, hay congruencia entre mis ideales y mi práctica? ¿Soy digno de respeto, amor, éxito, felicidad? No es evidente por qué surgen estas preguntas?.

    Nuestra necesidad de autoestima es el resultado de dos hechos básicos, ambos inherentes a nuestra especie. El primero es que nuestra supervivencia y nuestro dominio del medio ambiente dependen del uso apropiado de nuestra conciencia. Nuestras vidas y bienestar dependen de nuestra capacidad de pensar. El segundo es que el uso correcto de nuestra conciencia no es automático, no está “construido” por la naturaleza. Existe un elemento crucial de elección en la regulación de su actividad y, por lo tanto, de responsabilidad personal.

    Cambiar es fácil, ¡lo difícil es que entiendas que es tan fácil!

    Leonardo Stemberg

    Cuando hablamos de Contraanálisis, estamos hablando de que antes de empezar a hurgar en mi pasado, tengo que tener mi mente en el presente, para que aprenda a desplazar en mis búsquedas esa negatividad que me hace seguir utilizando las experiencias vividas para llorar y no para aprender.

    Esto se logra con un simple pero constante entrenamiento mental para adquirir como respuesta automática de nuestra mente una constante construcción de pensamientos, desplazando esa poderosísima negatividad que hizo que el hombre utilizara el pasado para justificar el presente.

    Contraanálisis es NO aplicar excesivamente los procesos analíticos. Es la NO complicidad con nuestros problemas. Es la posibilidad de levantar esa poderosa máscara que me he puesto ante mí mismo y que impide ver la realidad en que vivo. Es el NO culpar a los demás de mis responsabilidades. Es un reencuentro con nuestras reales predisposiciones. Es el punto de partida para recuperar nuestra vocación y creatividad. Es la posibilidad de adaptarme al medio sin que el medio me desadapte. Es la búsqueda del equilibrio entre la razón y la intuición. Es la aceptación lógica de que todo efecto tiene una causa. Es la búsqueda de las causas para no justificar los efectos. Es la posibilidad de entender que lo único sobrenatural es la estupidez humana que no le permite al hombre entender, que puede entender, que hay algo más allá de lo que su mente limitada le permite entender. Es una opción de vida.

    Esto se logra con un simple pero constante entrenamiento mental para adquirir como respuesta automática de nuestra mente una constante construcción de pensamientos, desplazando esa poderosísima negatividad que hizo que el hombre utilizara el pasado para justificar el presente.

    Todos los que dicen que buscan cambiar creen que tienen que encontrar en el cambio lo que dicen que buscan, pero siguen buscando con la misma lógica que selecciona todo lo que hace, escucha, ve o aprende y no le permite entender que el cambio es factible.

    Consumimos cientos de cursos, leemos cientos de libros de auto superación y motivación, pero seguimos buscando a través de nuestros mismos lentes empañados.

    Mi verdad es mi verdad, no “la verdad”. Si mi actitud no me permite transitar por esta vida con felicidad, el mundo no tiene que cambiar, el que tiene que cambiar soy yo.

    Quien canaliza toda su energía y pensamientos para experimentar el miedo a que le roben, lo más probable es que le roben. Quien vive angustiado por la enfermedad, se enferma. Quien se obsesiona por la mala suerte, no hace sino generarla. Quien se afirma incapaz de resolver sus conflictos, no aprende a resolverlos.

    Para poder cambiar:

    ” No basta con querer. Es mentira que hay que tener fuerza de voluntad. No bastan los milagros. Hay que saber cómo”.

    El como está solamente en ti; lo importante es que en el comienzo de tu búsqueda ante el cambio tomes conciencia de que si tú dices que quieres pero no sabes qué quieres, el cambio no se concreta.

    Lo único importante es entender que si mi mente cambia una actitud, esa actitud me va a hacer cambiar toda mi asociación de pensamientos. Si uno cambia, cambia el mundo para uno. Nadie es capaz de amar a nadie, si cree que amar es lo que cree. Nadie es capaz de amar a nadie, si no sabe lo que es la autoestima.

    “La mente está en su propio lugar y puede hacer en sí misma, del cielo un infierno y del infierno un cielo” John Milton

    La mente es la herramienta básica de la supervivencia

    Al igual que todas las demás especies capaces de tener conciencia, nuestra supervivencia y bienestar dependen de la guía de nuestra forma particular de conciencia, únicamente humana, nuestra facultad conceptual: la facultad de abstracción, generalización e integración.

    A esta forma de conciencia se denomina mente. Su esencia es nuestra capacidad de razonar, que implica captar relaciones. Nuestras vidas y bienestar dependen de la ejercitación apropiada de nuestras mentes.

    La mente es algo más que la conciencia explícita inmediata. Es una compleja arquitectura de estructuras y procesos. Abarca más que los procesos verbales lineales, analíticos, a veces popularmente descritos de forma confusa como actividad del “hemisferio izquierdo del cerebro”. Abarca la totalidad de la vida mental, incluyendo lo subconsciente, lo intuitivo, lo simbólico, todo lo que a veces se asocia con el “hemisferio derecho”. La mente es todo aquello por medio de lo cual nos abrimos al mundo y lo aprehendemos.

    Tu cerebro es como una potente grabadora, de hecho la memoria trabaja igual que los casettes y los disquetes de computadora; guardando información por medio de impulsos eléctricos. Tu cerebro está formado por billones de células llamadas neuronas y que guardan todo lo que sabes. La diferencia es que no se guarda la información acomodando las neuronas sino, conectándolas unas con otras (esta conexión es llamada sinapsis).

    Conectando varios millones de neuronas aprendiste a leer, conectando otros millones aprendiste a escribir y conectando otros cuantos has aprendido todo lo que sabes hoy.

    El proceso de pensamiento

    Aprender a cultivar verduras, construir un puente, aprovechar la electricidad, descubrir las posibilidades curativas de alguna sustancia, detectar recursos para elevar la productividad al máximo, descubrir posibilidades de producir riquezas donde antes no habían sido descubiertas, dirigir un experimento científico, crear: todo requiere un proceso de pensamiento. Responder apropiadamente a las quejas de un niño o un marido, reconocer que hay disparidad entre nuestro comportamiento y nuestros sentimientos, descubrir cómo afrontar el dolor y la ira de forma que curen y no destruyan: todo requiere un proceso de pensamiento.

    Aún saber cuándo se deben abandonar los esfuerzos conscientes para resolver problemas y trasladar la tarea al subconsciente, cuándo detener el pensamiento consciente o cuándo prestar una atención más estrecha a los sentimientos o intuición (percepciones o integraciones subconscientes), todo requiere un proceso de pensamiento, un proceso de conexión racional.

    Tenemos dos tipos de memoria, una temporal o de corto plazo y una definitiva, de largo plazo. En la de corto plazo, se guarda todo lo que oyes, hueles, sientes, ves, haces y piensas, pero que después se olvida.

    ¿Cómo se olvida?

    Muy sencillo, la conexión hecha de neuronas no es tan fuerte.

    Esto es indispensable para poder sobrevivir porque cada día recibes muchísima información. Imagínate que un día pudieras recordar todo lo que viste en la televisión, todas las conversaciones que tuviste, todos los anuncios en la calle, todo lo que leíste en el periódico, todos los autos que viste y sus números de matrícula, la cara de cada una de las personas que viste en el subterráneo y cómo iban vestidos, en fin, te volverías loco en menos de lo que imaginas.

    La memoria temporal te ayuda a funcionar bien en el mundo porque necesitas recordar dónde dejaste las llaves o que tienes una cita a las cuatro.

    En cambio, la memoria de largo plazo guarda toda la información que es indispensable para ti, lo que es realmente importante.

    ¿Cómo es que esto no lo olvido fácilmente?

    Ese es el secreto del aprendizaje:

    La primera vez que aprendes algo se crea una conexión de neuronas, esto se llama cordón neuronal. Imagínatelo como un cable muy delgado y delicado. Cuando repites eso que aprendiste, este cordón se hace más grueso y resistente, y cada vez que lo repites, se le suma una capa más y luego otra.

    Tu cerebro no permitirá que se pierda información importante, por eso, además de hacer cordones más gruesos y resistentes, los recubre de una sustancia llamada mielina que los aísla y los protege. Lo que hacías cuando repetías una y otra vez las tablas de multiplicar era crear estos cables y hacerlos más fuertes para que no se te olvidaran.

    De esta forma aprendiste absolutamente todo lo que sabes. En tu mente está guardado lo más importante para ti. Ahí está lo que sabes de la vida y más importante: lo que sabes de ti mismo.

    Estos cordones neuronales siguen fortaleciéndose todo el tiempo.

    Cada experiencia que tú mismo provocas que confirme que eres tonto hace los cordones más fuertes. Así trabajan las profecías auto-cumplidoras.

    Hay que crear nuevos cables. Estas nuevas conexiones neuronales, en lugar de frenar tu desarrollo, te llenarán de fuerza y de confianza en ti mismo. Estarás creando unos cables positivos, fuertes y gruesos que se fortalezcan a sí mismos con cada nueva experiencia.

    El secreto para una reacción en cadena son repetir las afirmaciones. Lo que queremos es restarle fuerza a esas creencias negativas que frenan tu desarrollo y que han estado contigo demasiado tiempo. Ya es hora de que dejen de gobernar tu vida. Lo mejor es repetir tus afirmaciones con convicción, sintiendo lo que dices, imaginando que ya es real, si tu afirmación es: me amo a mí mismo, siéntelo, siente que te quieres más que a nadie y que estás dispuesto a cuidar de ti y darte lo mejor.

    BARRERAS DE LA AUTOESTIMA

    La mayoría de las veces, nuestras deficiencias están “enganchadas” a ciertas experiencias tempranas (archivadas subjetivamente), que tienen relación como miembros de nuestra familia. Esto es lo que se llama barreras de la autoestima. Tales barreras, con frecuencia mantienen ciertas cargas emocionales muy perjudiciales. Me refiero a la culpa, al rencor, por lo que creemos que nos hicieron; miedo, miedo a ser nosotros mismos, a conseguir lo que nos proponemos, y a la dependencia emocional de personas, y a la dependencia de cosas con las que creemos sentirnos superiores o mejores; estados emocionales todos ellos, que bloquean nuestro potencial de autoestima, y nuestro desarrollo como seres humanos completos.

    El miedo, la dependencia y la culpa, son las peores barreras con las que nos encontramos en nuestro camino de progreso, y tenemos que deshacerlas, desmontarlas, derribarlas.

    La responsabilidad es de cada uno de nosotros, ya no podemos seguir culpando a nada ni a nadie de lo que nos ocurre. Cualquier cosa que nos sucede en la vida, somos nosotros los únicos responsables.

    El miedo es un terrible enemigo que nos acecha, que nos impide actuar, que nos bloquea, ese enemigo que no es nada, tan solo miedo.

    Pero, ¿miedo a qué?

    Miedo al cambio, porque otro tipo de miedos reales o traumáticos tienen una solución mucho más concreta. El miedo al cambio, es mucho más traidor, dada su dificultad de identificarlo y derribarlo.

    Temor a perder el control de la situación, temor a no saber lo que va a ocurrir, temor a los retos, temor a no saber actuar correctamente, temor al fracaso, temor al éxito.

    El miedo al éxito nos hace pensar que si cambiamos nos vamos a tener que enfrentar a situaciones nuevas, o a responsabilidades, o a tener que ser nosotros mismos. Es miedo a la acción, a la independencia, al compromiso. El miedo al éxito tiene en definitiva mucho que ver con la pereza, la negligencia, la parsimonia y la comodidad.

    La realidad de la vida está en lo más profundo de nosotros mismos, en un “lugar secreto” donde reside. H. Cayla

    “Las respuestas que hay en mi interior llegan a mi conciencia con facilidad” L. Hay

    AFIRMACIONES.- éstas son algunas de las afirmaciones. Todas ellas han sido seleccionadas cuidadosamente de manera que fortalezcan los aprendizajes en todos los aspectos relacionados con tu autoestima.

    Recuerda que al repetirlas con emoción y realmente sintiendo lo que dices, creas nuevos cordones neuronales, en realidad, estás haciendo cambios en tu cerebro a nivel fisiológico. Estas nuevas sinapsis, influirán en tu comportamiento para lograr ese cambio que quieres en tu vida. Aprende a pensar con afirmaciones positivas. Las afirmaciones son las declaraciones que haces. Haz declaraciones positivas continuamente acerca de cómo quieres que sea tu vida. Sin embargo, hay algo muy importante en esto: Siempre debes hacer tus declaraciones en el Tiempo Presente, por ejemplo: “Soy” o “Tengo”. Tu subconsciente es un servidor tan obediente, que si declaras en el tiempo futuro: “Quiero” o “Tendré”, pues entonces allí se quedará siempre -¡fuera de tu alcance en el futuro!

    -Me acepto como soy.

    -Me gusta mi forma de ser.

    -Me amo y soy amado.

    -Estoy creciendo y mejorando.

    -Soy libre.

    -Puedo lograr y tener lo que yo quiera.

    -Estoy contento de ser yo mismo.

    -Puedo y quiero perdonar mis errores.

    -Puedo y quiero perdonar a los demás.

    -Mi vida marcha mejor cada día.

    -Soy una buena persona.

    -Soy honesto.

    -Soy decente.

    -Soy responsable.

    -Practico lo que predico.

    -Trabajo duro por lo que quiero.

    -Confío en mi futuro.

    -Soy entusiasta.

    -Tengo confianza en mí.

    -La vida es buena conmigo.

    -Agradezco lo que recibo.

    -Estoy saliendo adelante.

    -Si me amo, puedo amar a mis semejantes.

    -Soy amable.

    -Soy positivo

    -Soy único y especial.

    -Veo lo bueno en mí y en otros.

    -Me respeto.

    -Reconozco mi valía.

    -Hoy elijo estar bien.

    -El mundo es seguro y amable. Estoy seguro (a). Estoy en paz con la vida.

    -Me amo y me apruebo. Me veo y veo todo lo que hago con ojos de amor. Estoy seguro (a).

    -Con amor dejo el pasado. Ellos son libres y yo también. Ahora, todo está bien en mi corazón.

    “Merezco lo mejor y ahora acepto lo mejor”.

    Pensar o no pensar: una elección

    El problema y el desafío es que, aunque pensar sea una necesidad para una existencia con éxito, no estamos “programados” para hacerlo automáticamente. Podemos elegir.

    No somos responsables del control de las actividades de nuestro corazón, pulmones, hígados o riñones. Forman todos parte del sistema autorregulador del cuerpo (aunque estamos empezando a aprender que podemos ejercer algún grado de control sobre estas actividades). Tampoco estamos obligados a supervisar los procesos homeostáticos por los cuales, por ejemplo, se mantiene una temperatura más o menos constante. La naturaleza ha diseñado los órganos y sistemas de nuestro cuerpo para funcionar automáticamente al servicio de nuestra vida sin nuestra intervención volitiva. Pero nuestra mente opera de forma diferente.

    Nuestra mente no bombea conocimientos como nuestro corazón sangre, cuando y según se la necesite. No nos guía automáticamente a actuar según nuestro entendimiento del modo mejor, más racional e informado, aun cuando esto sería claramente beneficioso. No comenzamos a pensar “instintivamente” simplemente porque el no hacerlo, en una situación dada, se ha vuelto peligroso para nosotros.

    La conciencia no se expande “de forma refleja” frente a lo nuevo y desconocido; por el contrario, a veces la contraemos. La naturaleza nos ha otorgado una extraordinaria responsabilidad: la opción de aumentar o disminuir la luz de la conciencia. Existen diversas opciones: buscar la conciencia, no intentar buscarla o eludirla activamente; pensar o no pensar. Esta es la raíz de nuestra libertad y de nuestra responsabilidad.

    AUTOESTIMA, “NECESIDAD FUNDAMENTAL DEL SER HUMANO”

    El hombre es un conjunto de cuerpo, mente y espíritu y tiene necesidades en cada uno de estos niveles. Tiene necesidades físicas como el comer y el dormir; espirituales como el creer en algo trascendente y psicológicas como el sentirse aceptado por su grupo y en su ambiente. La frustración en cualquiera de estos niveles puede producirle angustia y hacer que se sienta mal.

    Sin embargo hay una necesidad tan fundamental y tan esencial que si la llenamos de todo lo demás estará en armonía y nos sentiremos felices.

    Esta necesidad es un profundo y sincero amor a nosotros mismos, una aceptación incondicional a nuestra persona, una genuina amistad conmigo mismo. Pensar “Es muy bueno ser yo mismo, me acepto en todos los aspectos, estoy contento con ser quien soy. Soy amigo de mi cuerpo, me gusta como pienso, me quiero”.

    Al oírlo me puedo sentir un poco incómodo, no estamos acostumbrados a esto. Parece como si fuéramos alérgicos a cualquier cosa que hable de amor a uno mismo. Lo asociamos con egoísmo, vanidad, pero no es así, lo que nos hace que sea tan difícil pensar bien de nosotros mismos es la reacción de los demás, pensamos que nos van a rechazar.

    Un hombre no podrá estar en paz con los otros hombres hasta que haya aprendido a estar en paz consigo mismo.

    Ámate y cree en ti mismo y amarás y creerás en el otro.

    Dentro de la creación el hombre es el único que tiene el poder de contemplar su vida, su actividad y el privilegio de la conciencia, ésta lo lleva a buscar, transformar, escoger, y decidir lo que para él es significativo, pero el que no se ama a sí mismo no puede ser libre, no se tiene confianza para atreverse a serlo. (Schüller).

    Hay que pensar que tenemos la capacidad para elegir nuestra actitud en cada circunstancia y decidir de esta manera a nuestro propio camino. Lo que llegamos a ser es lo que tenemos que ser por nosotros mismos. Si nos queremos y nos estimamos y, conocemos nuestras virtudes y defectos, saldremos adelante.

    Soy dueño de mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis triunfos, mis fracasos y errores, puesto que lo mío me pertenece puedo llegar a conocerme íntimamente, puedo llegar a quererme y sentir amistad hacia todas mis partes, puedo hacer por lo tanto todo lo que me concierne y funcione para mis mejores intereses.

    Puedo oír, ver, sentir, pensar, decir, hacer. Tengo los medios para sobrevivir, para acercarme a los demás, para ser productivo y para lograr darle sentido y orden al mundo que me rodea, tanto de personas como de cosas. Me pertenezco y así puedo estructurarme.

    Todas las personas podemos mejorar nuestra autoestima, no importa qué tan alta o baja sea. Para mejorarla podemos tomar en cuenta las siguientes sugerencias:

    -Reconocer que queremos mejorar nuestra autoestima.

    -Aceptar que sólo nosotros podemos hacer ese cambio. No podemos echarle la culpa a otras personas.

    -Hacer un balance de las partes que nos gustan y que nos disgustan de nosotros mismos o nosotras mismas.

    -Sacarle provecho a las partes que nos gustan y optimizar nuestras capacidades y habilidades.

    -Identificar cuáles de las que nos disgustan podemos cambiar.

    -Pensar cómo podemos cambiar, buscar sugerencias y apoyo para cambiar.

    -Llevar a cabo las acciones que nos proponemos.

    -Sentirnos orgullosas y orgullosos de nuestros logros.

    AFIRMACIONES:

    -Soy lo que quiero ser.

    -Yo puedo moldear mi personalidad.

    -El pasado se fue y no volverá.

    -Puedo cambiar aquí y ahora.

    -Yo decido que hacer con mi vida.

    -Estoy al pendiente de mis pensamientos.

    -Cualquier pensamiento negativo sobre mí es falso.

    -Soy como quiero ser.

    -Mi poder es ilimitado.

    -Hoy dejo salir mi potencial.

    -Quiero ser yo mismo.

    -Cuido de mi salud.

    -Soy bueno, honesto y trabajador.

    -Soy el dueño de mi vida

    -Mis pensamientos construyen mi realidad.

    -Soy lo que decido ser.

    -Hoy puedo decidir ser mejor.

    -Soy digno de amor.

    -Los demás me aceptan como soy.

    -La gente disfruta de mi compañía.

    -Soy inteligente.

    -Soy trabajador.

    -Soy capaz.

    -Me amo, por eso me hago responsable de mi vida.

    -Puedo perdonar.

    -Estoy mejorando mi forma de ser.

    -La vida quiere darme todo lo que deseo.

    -Confío en los demás.

    -Si yo estoy bien, ¡Todo está bien!

    YO QUIERO, YO PUEDO, ¡LO VOY A LOGRAR!

    La respuesta a todos nuestros problemas grandes o pequeños, están dentro de nosotros mismos. ¿Hay algo que te gustaría hacer o ser y que te haya faltado mucho por realizarlo? ¿Has fracasado en tu deseo de expresar la vida o de hacer lo que sientes que realmente eres en el control de tu mundo? La respuesta a esto y el poder de resolverlo está dentro de ti mismo, está en la realización de querer y de lo que eres.

    Emerson en su ensayo “Confianza en sí mismo” dice: “Aunque el ancho universo esté lleno de bien, ningún grano de maíz nutritivo llegará hasta él si no es por medio del trabajo de alguien ejecutado en esa parcela de terreno que le es dado para cultivar. El poder que reside en cada hombre es nuevo en la naturaleza, y nadie sino cada uno sabe lo que con él puede hacer hasta que lo haya ensayado”.

    Nosotros creemos algo de nosotros mismos y por esto estamos plantando semillas de pensamiento en nuestro suelo subconsciente. Estas semillas se desarrollarán en una forma marcada por el patrón dentro de la semilla. Las semillas de malas hierbas producen malas hierbas y las de vegetales llegan a ser vegetales. Los pensamientos negativos de enfermedad, pobreza e infelicidad si se les deja echar raíces se convierten en experiencias de su clase.

    Debemos sembrar semillas de pensamiento positivo y aprender a trabajar y a cultivar las plantas de modo que den frutos de experiencia sana. Nuestras ideas, creencias e imágenes mentales son las semillas y se reproducirán de acuerdo a su clase.

    Cuando decimos: “Yo soy desafortunado” o “Yo estoy enfermo” estamos, sin darnos cuenta, haciéndonos daño. Si decimos y creemos “Yo soy un fracaso”, inconscientemente estamos formándonos una imagen mental de fracaso y el poder creador de esas imágenes procede a realizar esa imagen. Ningún hombre triunfante pensó y dijo alguna vez que él era un fracaso.

    En lugar de identificarnos con ideas negativas aprendamos a hacerlo con ideas positivas, pues llegaremos a ser aquello con lo cual nos identificamos. Debemos identificarnos con el más alto ideal que conozcamos y podamos comprender.

    Sabiendo esto yo tengo la inteligencia y el poder de decir: “Yo soy, yo puedo, yo quiero”. Siempre que tengamos un problema sigamos estos tres pasos mentales.

    Cuando lo aceptamos, encontramos que la situación que se nos presenta no es un obstáculo sino un estímulo.

    AFIRMACIONES:

    -Soy como quiero ser.

    -Soy único.

    -Puedo lograr lo que me propongo.

    -El pasado se fue y no volverá.

    -Nada influye en mi forma de ser.

    -Yo controlo mis pensamientos.

    -Soy lo que quiero ser.

    -Soy libre.

    -Estoy bien como soy.

    -Aprendo de mis errores.

    -Ser imperfecto está perfectamente bien.

    -Hago siempre lo mejor que puedo.

    -Me caigo bien.

    -Tomo buenas decisiones.

    -Confío en mi realización.

    -Soy bueno.

    -Me gusto.

    -Gusto a los demás.

    -Mis seres queridos me admiran.

    -El cambio se logra aquí y ahora.

    -Me permito ser más yo.

    -Mi vida es valiosa.

    -Todo está bien en mi vida.

    -Dejo ir el rencor.

    -Dejo ir el pasado.

    -Me cuido porque me quiero.

    -Lo que hago es valioso.

    -Valoro mis momentos presentes.

    -Disfruto de la vida.

    -Soy importante.

    -Cuido de mis cosas.

    -Puedo amar libre y plenamente.

    -Soy honrado.

    -Disfruto de lo que hago.

    -¡Qué suerte tengo de ser yo mismo!

    “Me siento profundamente realizado con todo lo que hago”

    EL PODER DE LA AUTOESTIMA EN EL LUGAR DE TRABAJO

    “Me siento profundamente realizado con todo lo que hago”.

    La autoestima puede ser el recurso psicológico más importante que tenemos para ayudarnos a afrontar los desafíos del futuro. Estos son especialmente evidentes en el lugar de trabajo, donde empieza a verse claramente que la autoestima no es un lujo emocional sino un requisito para la supervivencia.

    Las investigaciones recientes contribuyen a esclarecer el importante rol que juega la autoestima en nuestra capacidad para asumir riesgos, adquirir nuevas aptitudes, ser creativos, recibir realimentación, relacionarnos con los demás con justicia y benevolencia, ser productivos y positivos. Necesitamos cultivar estos rasgos tan importantes para funcionar realmente bien en nuestras familias, organizaciones y comunidades.

    Hemos llegado a un momento de la historia en el que la autoestima, que siempre ha sido una necesidad psicológica para la supervivencia sumamente importante, también es una necesidad económica para esa supervivencia.

    Hemos sido testigos de la transformación de una sociedad industrial a una sociedad de información y de una economía interna a una global. Vivimos en una época de cambios extraordinariamente rápidos, de adelantos científicos y psicológicos fabulosos. El trabajo físico se está convirtiendo en una parte cada vez más pequeña de la actividad económica; el intelectual está creciendo. Este es el momento del trabajador del conocimiento. Deben desarrollarse nuevas técnicas de administración que sean apropiadas para dirigir una fuerza de trabajo mejor educada, más independiente y creativa. Incluso los psicoterapeutas y asesores necesitan tener más conciencia de estos temas, ya que ven cada vez más pacientes con estrés relacionado con el trabajo.

    Los desarrollos en el lugar de trabajo en esta época de cambio acelerado, elecciones y desafíos exigen una mayor capacidad de innovación, autonomía, responsabilidad personal e independencia, todas ellas cualidades de la autoestima positiva.

    Branden, (1997), menciona que EL TRABAJO PRODUCTIVO es cualquier actividad con un fin determinado, que implique la mente, la fuerza y la capacidad de prestar servicio a los propósitos de la vida: desde cavar una zanja, conducir un tractor, diseñar un edificio y llevar adelante un negocio, hasta emprender una investigación científica.

    Cada logro es un valor en sí mismo, pero cada nuevo paso también nos abre un espectro de acción y logro de objetivos más amplio, creando la necesidad de su realización. La supervivencia exige un crecimiento y creatividad constantes. No existe un límite final y definitivo.

    El amor, la amistad, el ocio, la diversión, constituyen elementos vitales para una existencia completa. Pero si no descubrimos la necesidad y el placer de utilizar nuestra capacidad productiva y creativa, nos perderemos una de las más valiosas recompensas con la que cuenta nuestra especie: nos privaremos de una de las grandes experiencias específicamente humanas.

    El primer placer de generación propia en la vida de una persona es el placer de la sensación de control. Cuando un niño aprende a mover su cuerpo, a gatear, a caminar, a golpear una cuchara contra una mesa para producir un sonido, a hacer construcciones con bloques, a pronunciar palabras, el placer que muestra es el de un organismo viviente que adquiere poder sobre su propia existencia.

    El logro productivo es una consecuencia y expresión de la alta autoestima y no su causa fundamental. Quizás una persona con mucho talento y eficiente en su trabajo, pero irracional e irresponsable en su vida privada, desee desesperadamente creer que el único criterio de virtud es la realización productiva, que ninguna otra esfera de acción tiene importancia desde el punto de vista moral o de la autoestima. Quizá se escude en el trabajo para evadir los sentimientos de vergüenza y culpa emergentes de otras áreas de su vida, de manera que el logro productivo se transforme, ya no en una sana pasión, sino en un valor de defensa, en una estrategia de evitación, en un refugio de la realidad y del juicio del propio yo. Es más, si una persona comete el error de identificar el símismo como su trabajo, con sus logros, éxitos o ingresos, o con ser un buen cabeza de familia, las circunstancias económicas que escapen al control del individuo y lo conduzcan al fracaso en un negocio o la pérdida de un trabajo, también pueden llevarlo a la depresión o a una gran desmoralización.

    Uno de los errores más comunes que cometen las personas de baja autoestima con respecto a las personas de elevada autoestima es suponer que éstas siempre se sienten contentas, seguras, que nunca se sienten ni ansiosas ni desmoralizadas, que no conocen la angustia y la desesperación, y que siempre están seguras de lo que hacen. No todas las angustias son angustia de la autoestima, y no siempre la desesperación tiene que ver con dudar del valor personal. Poseer una sana autoestima no significa ser inmune a las vicisitudes de la vida o al dolor de la lucha.

    Una de las formas del heroísmo psicológico es la voluntad de tolerar la ansiedad y la inseguridad en la búsqueda de nuestros valores, seas éstos objetivos del trabajo, el amor de otro ser humano, la educación de los hijos o la madurez personal.

    La persona de alta autoestima incluso puede encontrar placer en la lucha, a pesar de todos los sentimientos desagradables que pueden surgir; la gente de alta autoestima tiende a preservar un punto espiritual que permanece intacto, incluso frente a su propio sufrimiento.

    Una de las actitudes más importantes que diferencia a los individuos de alta autoestima de aquellos de baja autoestima consiste en aceptar el proceso de la lucha como parte de la vida, aceptarlo todo, incluso los peores momentos de angustia (lo cual implica la motivación por el amor, en vez de motivación por la inseguridad). El deseo de evitar el miedo y el dolor no representa el motivo que rige las vidas de los hombres y mujeres muy evolucionados. El móvil, en cambio es la fuerza en la vida intrínseca que impulsa su única forma de expresión: la realización de valores personales.

    Si te encuentras trabajando en un empleo que no te agrada, si quieres cambiar tu puesto, si tienes problemas en el trabajo y sino tienes empleo, la mejor manera de manejarlo es la siguiente: empieza por bendecir tu puesto actual con amor. Date cuenta de que sólo es un trampolín en el camino. Te encuentras en donde estás debido a tus propios patrones de pensamientos. Si “ellos” no te están tratando como te gustaría que te trataran, entonces hay un patrón en tu conciencia que está atrayendo este comportamiento. De modo que, en tu mente, examina tu empleo actual o el último empleo que tuviste y comienza a bendecir todo con amor â??el edificio, el elevador o las escaleras, los cuartos, los muebles y equipo, la gente para quien trabajas. Empieza a afirmar: “Siempre trabajo para los jefes más maravillosos”. “Mi jefe siempre me trata con respeto y cortesía”, y “Mi jefe es generoso y es muy fácil trabajar con él”. Todo esto estará contigo toda la vida y cuando seas jefe, tú también serás así. Tu conciencia te colocó donde te encuentras ahora. Tu conciencia te mantendrá allí o te elevará a un mejor puesto. De ti depende.

    CONFIAR EN USTED MISMO

    El significado más importante de la autoestima es la confianza en su propia mente, en sus propios procesos intelectuales. En consecuencia, la confianza en su capacidad de aprender, de juzgar, de decidir. Para los seres humanos, la mente o conciencia es el medio básico de supervivencia en el que confiamos para mantenernos en contacto con la realidad y orientar nuestro comportamiento de forma apropiada. Esta es la forma primaria como podemos considerar a la autoestima como una necesidad de supervivencia.

    Un individuo que desconfía de su propia mente está en grave desventaja para enfrentarse a las elecciones y opciones que presenta la vida.

    Considere a la autoestima positiva como el sistema inmunológico de la conciencia, que proporciona resistencia, fuerza y capacidad de regeneración para enfrentar los desafíos de la vida. Para alimentar nuestra autoestima necesitamos buscar formas de satisfacer nuestras necesidades físicas, emocionales, intelectuales y sociales. Alimentar nuestra autoestima es una manera de “consentirnos a nosotros mismos”, a la vez que buscamos nuestro bienestar físico y mental. Esto significa que las actividades que favorecen nuestra autoestima y desarrollo personal no perjudican nuestra salud, no ponen en riesgo nuestra seguridad y además de beneficiarnos a nosotros como personas beneficiarán nuestro medio social. Todas las personas requerimos alimento en el sentido amplio del término: además de comida y las vitaminas que conocemos, debemos procurarnos alimento físico (“Mente sana en cuerpo sano”), social (convivencia con otros), emocional (consentirnos y darnos oportunidad de sentirnos bien), e intelectual (aprender por el placer de aprender no por obligación), para crecer y desarrollarnos de manera personal; de ahí el antiguo dicho: “No solo de pan vive el hombre”.

  2. AFIRMACIONES:

    -Si me acepto como soy, acepto a otros.

    -Todos hacemos lo mejor que podemos.

    -La gente es buena.

    -Puedo dar y recibir amor.

    -Prefiero ver lo positivo.

    -Veo lo bueno en mí y en otros.

    -Tengo confianza en la humanidad.

    -Hay en cada ser humano un ser digno de amor.

    -Puedo entender, puedo perdonar.

    -Hoy dejo ir el rencor y la culpa.

    -Yo moldeo mis relaciones.

    -Me gusta dar y recibir.

    -Creo en la gente, creo en mí.

    -Estamos progresando juntos.

    -Dejo ir la envidia.

    -Yo trabajo por lo que quiero.

    -Me gusta la gente.

    -La gente reconoce mi bondad.

    -Soy cálido y amable.

    -Prefiero ser compasivo.

    -Siento compasión por los demás.

    -Me gusta ayudar.

    -Puedo pedir ayuda cuando lo necesito.

    -Mis relaciones mejoran cada día.

    -Lleno mi vida de amor.

    -Antes de juzgar me pongo en el lugar de los demás.

    -Prefiero ver lo bueno y lo positivo.

    -Siento amor por mí y por los que me rodean.

    -Dejo de exigir y de exigirme.

    -La gente es hermosa.

    -Prefiero ser comprensivo.

    -Soy cariñoso.

    -Elijo ser solidario.

    -Los demás cooperan conmigo.

    -Mis faltas han sido perdonadas.

    -Dejo ir la culpa.

    -Nada tengo que demostrarle a nadie.

    -Puedo ser feliz.

    -Me gusta compartir.

    LA CAPACIDAD DE TOMAR DECISIONES

    Estudios realizados entre ejecutivos sugieren que una de las principales causas del fracaso es la incapacidad para tomar decisiones. Esa incapacidad se debe a una autoestima con problemas, a la desconfianza en la propia mente y juicio.

    En muchas situaciones, debe obtenerse y analizarse mucha información a fin de que los gerentes tomen decisiones acertadas, y lo que aportan los demás es un factor que contribuye a ello. Se ha escrito mucho acerca del valor de tomar decisiones “equilibradas”, pero eso debe significar algo más que reunir adhesiones. La búsqueda de consenso puede en realidad desviarnos de elecciones innovadoras.

    PAUTAS PARA TOMAR DECISIONES

    A mi juicio, el tomar decisiones se refiere a observar el contexto más amplio posible en el momento de hacerlo. Se trata de preguntarse:

    ¿Cuáles son todos los factores que, presumiblemente, pueden atañer a mi decisión?

    ¿Cuáles son todas las consecuencias predecibles de mi decisión?

    ¿Quién puede verse afectado y cómo?
    En otras palabras, una persona muy consciente busca la mayor cantidad de aportaciones relevantes que pueda encontrar para orientar el proceso de tomar decisiones. No se trata de mi decisión versus la de otra persona. Es una cuestión de respeto por los hechos, de respeto a la verdad. Uno de los distintivos de la autoestima positiva s una fuerte orientación hacia la realidad y luego la confianza en que su mente tomará la decisión correcta.

    En algunos contextos la autoestima positiva incluye o, aun exige, las aportaciones de otras personas, aunque esto no implica necesariamente realizar encuestas de opinión. Alguien puede estar muy adelantado al resto de personas involucradas y ver cosas que otros no pueden ver. Los hermanos Wrigth, por ejemplo, no se molestaron en realizar una encuesta.

    El modelo del consenso en la toma de decisiones tiene su lugar, pero depende en alguna medida de la capacidad de los innovadores o visionarios para lograr que se comprendan sus ideas. Algunos no pueden explicar su visión de forma suficientemente clara como para obtener el respaldo para la que podría ser la mejor decisión. Algunas ideas muy importantes se pierden debido a esta incapacidad.

    Un nivel alto de autoestima es de inestimable valor para que un innovador logre llevar adelante el nuevo producto o técnica o método de gerencia.

    La responsabilidad de nosotros mismos es claramente indispensable para la autoestima positiva. Si eludimos ese compromiso nos transformamos en víctimas de nuestras propias vidas. Nos deja impotentes. Fortalece a unos mismo el declarar (¡y proponérselo!):

    “Soy responsable del cumplimiento de mis deseos y metas.”

    “Soy responsable de mis elecciones y acciones.”

    “Soy responsable de cómo me relaciono con las personas.”

    “Soy responsable del nivel de conciencia y atención con que afronto mi trabajo.”

    “Soy responsable de las decisiones según las cuales vivo.”

    “Soy responsable de mi felicidad personal.”

    AFIRMACI0NES: (Cambiar la programación en tu mente, sigue el ejemplo)

    -Eres una buena persona. Sí, soy una buena persona.

    -Eres amable.

    -Eres confiable.

    -Eres simpático.

    -Eres alegre y positivo.

    -Estás lleno de energía.

    -Eres muy especial.

    -Estás lleno de amor.

    -Eres lo máximo.

    -Eres muy agradable.

    -Eres seguro de ti mismo.

    -Eres admirable.

    -Eres emprendedor.

    -Estás lleno de bondad.

    -Eres exitoso.

    -Eres creativo.

    -Estás saliendo adelante.

    -Te gusta sobresalir.

    -Eres valiente.

    -Eres fuerte.

    -Eres considerado con los demás.

    ACERCARSE A LOS DEMAS CON ESPÍRITU BENEVOLENTE

    Las personas que están felices de ser como son, que confían en sí mismas y que están en paz con ellas mismas, son libres emocional y psicológicamente para acercarse a los demás con espíritu benevolente. Quienes tienen una autoestima positiva tienden a generar cooperación, entusiasmo compartido y consenso más fácilmente que aquellos que dudan más de sí mismos, son inseguros y piensan en términos de un modelo de relaciones humanas del tipo yo versus tú, ganador/perdedor.

    Ya sea que se piense en las personas en el contexto de una organización grande o de sus propias vidas, las que confían en sí mismas suelen tratar a los demás con mucho más respeto y benevolencia que aquellas que no lo hacen, con resultados predecibles en cuanto a su capacidad de lograr consenso.

    Cuando nuestras interacciones humanas tienen dignidad, las gozamos más; y cuando nosotros manifestamos dignidad, nos gustamos más a nosotros mismos.

    Cuando nos comportamos de maneras que sostienen la autoestima de los otros, sostenemos la nuestra. ¿Qué le da una persona a otra? Da de si misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida. Ello no significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra, sino que da lo que está vivo en él â??da de su alegría, de su interés, de su comprensión, de su conocimiento, de su humor, de su tristeza-, de todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en él. Al dar así su vida, enriquece a la otra persona, realza el sentimiento de vida de la otra al exaltar el suyo propio. No da con el fin de recibir; dar es de por si una dicha exquisita. Algo nace en el acto de dar; y las dos personas involucradas se sienten agradecidas a la vida que nace para ambas.

    Si deseamos nutrir la autoestima de otra persona, hemos de relacionarnos con ella desde nuestra visión de lo que merece y lo que vale, proporcionándole una experiencia de aceptación y respeto.

    Si tenemos el coraje de permitir que los demás vean nuestro entusiasmo o nuestra pasión, implícitamente les estamos comunicando que la pasión es un valor y que ellos no deberían reprimir la suya. Si les dejamos que vean con qué pasión perseguimos nuestras metas, transmitimos implícitamente nuestra aprobación de su aptitud para afanarse apasionadamente por alcanzar una meta. Si honramos con orgullo nuestros valores e intereses, señalamos a los demás que tienen derecho a honrar los suyos. Si tenemos integridad de ser quienes somos, podemos inspirar esa integridad en los demás. Y así, al honrar al símismo, ayudamos a construir una comunidad de personas con una saludable autoestima. El individuo no es el adversario de la comunidad, sino su pilar más vital.

    LA CONVICCIÓN DE QUE SOMOS DIGNOS DE Ã?XITO

    “Cada experiencia es un éxito”

    Esto se relaciona también con el componente de dignidad de la autoestima, esa convicción de que somos dignos y merecemos éxito, felicidad, confianza, respeto y amor.

    Toda la vida consiste en perseguir valores. Para ello tengo que valorar al último beneficiario, es decir a mí mismo. Si en mi interior no me siento digno de éxito o felicidad, lo más probable es que no los alcance y si lo hago seguramente no los disfrute. Solemos ver a personas que trabajando se sienten capaces pero no dignas. En consecuencia, trabajan y trabajan y nunca se sienten con derecho a descansar y disfrutar de lo que han hecho.

    Los que dudan de su eficacia y dignidad tienden a experimentar temor hacia otras personas y, en consecuencia, pueden llegar a caer en relaciones de enemistad con ellas. Perciben a los demás como una amenaza.

    Si por el contrario, confiamos en nuestra eficacia y dignidad, tendremos menos posibilidades de caer en una mentalidad del tipo “yo versus tú”. Es más probable que formemos relaciones cooperativas y que seamos hábiles para crear consenso.

    El arte de ser es el arte de conocernos, de aceptarnos, de vivir en armonía con nosotros mismos y de desarrollar, en la práctica, las más altas posibilidades de nuestra naturaleza. Incluye tres conceptos básicos: la conciencia de sí mismo, la auto aceptación y la afirmación personal.

    La conciencia de sí mismo, se refiere al conocimiento de las continuas necesidades, deseos, emociones, valores, aspiraciones, capacidades, estados mentales y comportamientos que experimentamos.

    Con el auto aceptación sobreviene el deseo de experimentar, en vez de ignorar, cualquiera que sea la realidad de nuestra existencia en un momento dado. La auto aceptación es mi negativa a establecer una relación de oposición conmigo mismo.

    La afirmación personal afianza nuestra relación con la realidad, ya que expresamos nuestra vida interior a través de palabras y acciones. La afirmación personal implica respetar las propias necesidades, el propio juicio, de la misma manera en que respetamos nuestros valores y reconocemos que para vivir plenamente es necesario traducir el símismo en acción.

    Creo que tenemos derecho de ir de éxito en éxito a lo largo de nuestra vida. Si no lo estamos logrando, no estamos sintonizados con nuestras habilidades innatas, o no creemos que esto sea cierto para nosotros o no reconocemos nuestros éxitos.

    DESAFIAR, ESTIMULAR Y EXIGIR

    La autoestima trae consigo la sensación de control sobre nuestra propia existencia. Tenemos una brújula interior que nos guía y marca nuestra dirección, de manera que sentimos el centro del control de nuestro interior, en lugar de creer que se encuentra en cualquier lugar del mundo exterior. Por el contrario, una persona con una autoestima baja se siente fundamentalmente bajo el control de los acontecimientos externos, es decir, las decisiones y las acciones de los demás. Esta diferencia en la manera de vivir es un reflejo del grado en que la mujer actúa por su propia intención consciente. Los estudios sugieren que obtenemos lo mejor de las personas cuando les pedimos algo más de lo que piensan que pueden dar. En otras palabras, les exigimos. Fijemos nuestras miras altas pero no tanto que resulten paralizantes. Creo que el mismo principio puede aplicarse a nosotros mismos.

    La expectativa positiva puede ayudar a las personas a ver más allá de sus propias limitaciones.

    Realmente no hay atajos hacia la autoestima positiva; no podemos engañar a la realidad. Si no vivimos de forma consciente, auténtica, responsable y con integridad, podremos tener éxito, ser populares, ricos y pertenecer a todos los clubes adecuados, pero sólo tendremos pseudo autoestima. La autoestima es siempre una experiencia íntima; es lo que pensamos y sentimos con respecto a nosotros mismos, no lo que otra persona piensa y siente con respecto a nosotros.

    La autoestima es realmente la reputación que obtenemos ante nosotros mismos.

    EL IMPACTO DE LA AUTOESTIMA

    Debemos recordar que la autoestima no es una determinación por el éxito mundano, el aspecto físico, la popularidad o cualquier otro valor que no se halle directamente bajo el control de nuestra voluntad. Mas bien, dependen de nuestra racionalidad, honestidad e integridad, que son procesos volitivos, operaciones de la mente de las cuales somos responsables.

    El siguiente ejercicio de completar oraciones lo ayudará a ubicar bien en qué lugar se halla, en este aspecto, en el presente. En verdad, este ejercicio y los posteriores le informarán bastante bien en qué medida absorbió el curso hasta ahora, y quizá le señalen los puntos que necesita elaborar más.

    Si considero los criterios con los que me juzgo a mí mismo…

    Si nadie más que yo puedo proporcionarme una buena autoestima…

    Si quisiera comprender de qué depende la autoestima…

    Una de las cosas que puedo hacer para elevar mi autoestima es…

    Ya que la autoestima positiva es el sentimiento, la experiencia y la convicción de ser apto para la vida y sus desafíos, y ya que nuestra mente es nuestra herramienta básica de supervivencia, el pilar central de una autoestima saludable es la política de vivir conscientemente (lo cual incluye racionalidad, honestidad e integridad). Vivir conscientemente es vivir responsablemente hacia la realidad, con respeto por los hechos, el conocimiento y la verdad, con la intención de generar un nivel de percatamiento apropiado a nuestras acciones.

    Si me permito entender el significado de vivir conscientemente…

    Si todavía no estoy plenamente preparado para vivir conscientemente…

    Si estuviera dispuesto a entender lo que hago cuando actúo…

    Si estuviera dispuesto a ver lo que veo y saber lo que sé…

    El auto aceptación es un rechazo a negar o desestimar cualquier aspecto del símismo: nuestros pensamientos, emociones, recuerdos, atributos físicos, subpersonalidades o acciones. El auto aceptación es la negativa a mantener una relación de rivalidad con nuestra propia experiencia. Es la base de todo crecimiento y de todo cambio. Es, en su sentido último, el coraje de ser para nosotros mismos. El nivel de nuestra autoestima no puede ser más alto que el nivel de nuestro auto aceptación.

    A medida que aprendo a aceptarme…

    Una de las cosas que necesito aprender a aceptar es…

    A medida que dejo de combatirme…

    A medida que aspiro mis sentimientos en lugar de resistirme a incorporarlos…

    A medida que aprendo a admitir mis acciones como propias…

    Comienzo a percatarme de…

    Para proteger nuestra autoestima, es menester que sepamos evaluar nuestra conducta de la manera apropiada. Esto incluye, primero, tener la certeza de que los parámetros con los cuales juzgamos son verdaderamente nuestros, no meramente los valores de los demás, con los cuales nos sentimos obligados a aparentar que estamos de acuerdo. Segundo, necesitamos efectuar nuestras evaluaciones con una actitud no sólo de honestidad sino de compasión â??una voluntad de considerar el contexto y las circunstancias de nuestras acciones, así como las opciones o alternativas que percibimos como accesibles-. En aquellos asuntos en los que nos sintamos verdadera y justificadamente culpables, es preciso que tomemos las medidas específicas para resolver la culpa en lugar de limitarnos a sufrir pasivamente.

    Si vivir con culpa es una claudicación…

    Si estuviera dispuesto a perdonarme…

    A medida que trato de comprender por qué actúo como actúo…

    A medida que aprendo a vivir según mis propios parámetros…

    Debemos aprender a no disculparnos nunca por nuestras virtudes, ni reprocharnos por ellas, ni tratar de desestimarlas. Debemos tener el coraje de reconocer nuestros puntos fuertes y nuestros aciertos. De otro modo, inevitablemente traicionamos a nuestra autoestima.

    Si me niego a disculparme por mis virtudes…

    Si soy honesto con respecto a mis aciertos…

    Si disfruto de mí mismo…

    Si admito que me gusto a mí mismo…

    Es necesario que reconozcamos a nuestros sub-símismos o sub-personalidades, que nos hagamos amigos de ellos, dialoguemos con ellos y, en definitiva, que los admitamos, para poder sentirnos enteros, no divididos, sino integrados.

    A medida que aprendo a admitir a mi símismo niño…

    A medida que aprendo a admitir a mi símismo adolescente…

    Si desestimo a la persona que fui alguna vez…

    Si me hago amigo de todas las partes de mí mismo…

    Estoy comenzando a ver que…

    Necesitamos vivir activa y no pasivamente, asumir la responsabilidad de nuestras elecciones, sentimientos, acciones y bienestar â??asumir la responsabilidad del cumplimiento de nuestros deseos- para así hacernos responsables de nuestra propia existencia. Como la independencia, la productividad es una virtud básica de la autoestima, y el trabajo es una de las formas prácticas de manifestar la auto responsabilidad.

    Si me hago plenamente responsable de mis acciones…

    Si me hago plenamente responsable de las cosas que digo…

    Si insisto en culpar a los demás…

    Si insisto en verme como una víctima…

    Si acepto que sólo yo puedo lograr mi felicidad…

    La auto confianza y el auto respeto se sostienen viviendo auténticamente. En esto consiste el coraje de ser quienes somos, preservando la coherencia entre nuestro símismo interior y el símismo que presentamos al mundo. En sentido literal, significa vivir auto afirmativamente; que manifestemos al mundo aquello que pensamos, valoramos y sentimos. No nos entregamos al submundo de lo inexpresado y de lo no vivido.

    A medida que aprendo a ser más sincero acerca de lo que pienso y siento…

    A medida que aprendo a ser sincero acerca de mis deseos…

    Cuando pienso en algunas de las mentiras según las cuales he vivido…

    Cuando esté preparado para abandonar esas mentiras…

    Si necesito tiempo para aprender a vivir con integridad…

    Si estuviera dispuesto a darme el tiempo que necesito para aprender…

    Si estuviera dispuesto a comunicar a la gente lo que siento por dentro…

    Si estuviera dispuesto a mostrar a la gente quién soy…

    A medida que aprendo a ser sencillamente yo mismo…

    Al apoyar la autoestima de los otros, apoyamos la nuestra. Así, el vivir con benevolencia sirve a la autoestima.

    Si trato a los demás con respeto y benevolencia…

    Si ofrezco a los otros la buena voluntad que pretendo de ellos…

    Si me permito comprender lo que he estado leyendo…

    Si acepto que quizás aún no esté preparado para absorber todos estos conocimientos…

    Si me doy permiso para crecer a mi propio ritmo…

    Si éste es el comienzo de una gran aventura…

    Necesitamos comprender que, como ideal ético, psicológico, la autoestima implica y presupone el supremo valor de una vida individual. Descansa sobre una visión moral que ve en cada persona un fin en sí misma y â??en oposición a la doctrina de la autorrenuncia y el auto sacrificio- defiendo como principio rector el interés racional por uno mismo.

    Si no vivo para servir a los otros…

    Si los otros no viven para servirme…

    Si mi vida me pertenece a mí…

    Si realmente tengo derecho a existir…

    Si el auto sacrificio no me brindara la autoestima…

    Si hace falta coraje para ser honorablemente egoísta…

    Comienzo a percatarme de…

    ¿Cómo podemos elevar nuestra autoestima? Practicando estas conductas. Viviendo conscientemente, aceptándonos a nosotros mismos, con responsabilidad, autenticidad, benevolencia e integridad.

    Además, a medida que usted crezca en autoestima:

    -Su rostro, sus gestos y su manera de hablar y de moverse tenderán naturalmente a proyectar el placer que le causa estar vivo.

    -En algún momento notará que es más capaz de hablar de sus logros o de sus imperfecciones de manera directa y honesta, puesto que mantendrá una buena relación con los hechos.

    -Quizás descubra que se siente más cómodo al dar y recibir elogios, expresiones de afecto, aprecio, etc.

    -Tenderá a estar abierto a la crítica y a sentirse bien al reconocer equivocaciones, pues su autoestima no está atada a una imagen de “perfección”.

    -Sus palabras y movimientos tenderán a ser desenvueltos y espontáneos, ya que usted no está en guerra con usted mismo.

    -Habrá cada vez más armonía entre lo que usted diga y haga, y su aspecto, su modo de hablar y de moverse.

    -Descubrirá que tiene una actitud cada vez más abierta y curiosa hacia las ideas y experiencias nuevas, las nuevas posibilidades que le ofrece la vida, puesto que para usted ésta se ha convertido en una aventura.

    -Los sentimientos de angustia o inseguridad, si se presentan, tendrán menos posibilidades de intimidarlo o abrumarlo, ya que manejarlos y elevarse por encima de ellos le parecerá más fácil.

    -Es muy probable que descubra que disfruta de los aspectos risueños de la vida, en usted y en los otros.

    -Será más flexible al responder a situaciones y desafíos, movido por un espíritu de inventiva e incluso una capacidad lúdica, ya que confía en su mente y no ve la vida como una fatalidad o una derrota.

    -Se sentirá más cómodo con una conducta enérgica (aunque no beligerante); será más rápido para defenderse y hablar por usted mismo.

    -Tenderá a preservar la armonía y la dignidad en situaciones de estrés, ya que cada vez le resultará más natural sentirse centrado.

    ¿Sufrirá cambios en su vinculación con la gente, el trabajo y las actividades recreativas? Será casi inevitable. ¿Conocerá momentos de conflicto, crisis, decisiones difíciles? Desde luego; son intrínsecos a la vida. ¿Se sentirá dueño de mayores recursos para responder a esos desafíos? Rotundamente sí.

    Incluso en el nivel físico, pueden producirse cambios notables a medida que desarrolla su auto confianza y su auto respeto:

    -Sus ojos se volverán más alertas, brillantes y vivaces.

    -En algún momento su rostro se tornará más relajado y (salvo en caso de enfermedad) tenderá a mostrar un color natural, más en línea con su cuerpo.

    -Su mandíbula tenderá a estar más relajada.

    -Sus manos tenderán a estar más relajadas, elegantes y tranquilas.

    -Sus brazos tenderán a pender de una forma natural y relajada.

    -Su postura tenderá a ser relajada, erecta, bien equilibrada.

    -Su modo de caminar será resuelto (sin ser agresivo ni arrogante).

    -Su voz tenderá a adquirir modulaciones adecuadas a las diversas situaciones, y su pronunciación será clara.

    Lo más probable es que exhiba estos rasgos cada vez en mayor medida, como se ha observado en hombres y mujeres que gozan de una alta autoestima, en los cuales se nota la presencia de estas características físicas, así como de las psicológicas mencionadas antes.

    Hay que recapacitar en lo siguiente:

    Tus pensamientos afectan tu estado de ánimo y hasta la forma en que reacciona tu cuerpo.

    Tus creencias, reales o imaginarias afectan tus pensamientos..

    Cualquier cosa que imaginas es real para ti y reaccionas como si fuera tal.
    No importa cual sea la realidad, tú actúas conforme a lo que pasa, sino a lo que tú crees que pasa.

    El aumento de la autoestima torna las cosas diferentes. Cuando usted tenga claro en qué consiste esa diferencia, sabrá que obtenerla vale la pena.

    Y al comprometerse a realizar el viaje, descubrirá que el viaje ha comenzado.

    CONCLUSIÓN

    La autoestima es una evaluación de mi mente, mi conciencia y, en un sentido profundo, de mi persona. No se trata de una evaluación de determinados éxitos o fracasos, tampoco de determinados conocimientos o habilidades. Es decir, puedo estar muy seguro de mí mismo en el nivel fundamental, y sin embargo sentirme inseguro de mis capacidades en situaciones sociales específicas. De la misma manera, puedo desenvolverme bien en el trato social y, aun así, ser inseguro y dubitativo en mi interior. La autoestima es contagiosa. Trata siempre de tener una persona de apoyo, alguien en quien confiar, con quien compartir tus logros.

    Más aún, puedo ser amado por todo el mundo y no amarme a mí mismo. Puedo ser mundialmente admirado y, sin embargo, no admirarme. Puedo considerarme brillante, pero yo pensar que soy intelectualmente nulo. La autoestima es amor. Cuando aprendemos a querernos a nosotros mismos, estamos listos para querer a los demás y a los que nos rodean.

    Puedo ser una persona de grandes éxitos y aun así sentirme un fracaso, por no haber cumplido mis propias expectativas. La autoestima es auto descubrimiento. Cuando tenemos autoestima descubrimos nuestro interior, esto nos da la base para conocer quiénes somos y cuáles son nuestras capacidades; nuestro verdadero “yo” sale a flote.

    Sentirse competente para vivir significa tener confianza en el funcionamiento de la propia mente. Sentirse merecedor de la vida quiere decir tener una actitud afirmativa hacia el propio derecho de vivir y ser feliz. La autoestima es cósmica. Sí, es cósmica porque todo el potencial del universo está dentro de nosotros mismos. Todo ser humano lleva dentro un universo, sólo es cuestión que busquemos en nosotros esa grandeza.

    El primer paso que tiene que dar cualquier persona que pretenda superarse o desarrollar al máximo su potencial o mejorar cualquier aspecto de su vida, es el aceptarse tal y como es; Darse cuenta que lo que es en este momento es el resultado de su historia, de una serie de circunstancias que rodearon su infancia y de las decisiones que ha tomado hasta ahora.

    Ya es tiempo de ser tu amigo y no tu enemigo, deja atrás las exigencias, las comparaciones, la frustración, la tristeza, el rencor y todo lo que detiene tu desarrollo. Es tiempo de quererte mucho y de reconocer que tú tienes el poder de estar más feliz, más satisfecho, más en paz.

    Llegó el momento de reconocer que nadie lo hará por ti, nadie te dará lo que quieres o lo que necesitas, todo depende de ti y de cuánto te quieras.

    Haz todo lo que puedas para que tu cambio transformacional sea una alegría y un placer. ¡Diviértete!

    BIBLIOGRAFÁ

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    LIC. MARTHA N. CARAVEO PACHECO

    MNKRAVO[arroba]aol.com

    Campeche, Cam.,

    SECUD

    SUBSECRETARIA DE COORDINACIÓN EDUCATIVA

    DIRECCIÓN DE FORMACIÓN Y ACTUALIZACIÓN DOCENTE

    DEPARTAMENTO DE ACTUALIZACION DOCENTE

    CENTRO DE ACTUALIZACION DEL MAGISTERIO

    CURSO-TALLER

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