Respaldo de material de tanatología

Dolor de Cuello y Espalda

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RESUMEN

    El dolor persistente en la espalda y el cuello no sólo es causa de malestar e incapacidad sino que, a menudo, puede cronificarse con el consiguiente problema para el paciente. Además del dolor, el paciente puede verse incapacitado para acudir al trabajo, con el consiguiente trastorno sociolaboral.

    Lo cierto es que este tipo de trastornos es relativamente frecuente no constituyendo, de hecho, un problema clínico. Sin embargo, en alguno de ellos sí puede generarse un agravamiento de mayor importancia, por lo tiene interés estudiar si una intervención preventiva, en este sentido, puede ser útil para resolver el problema y, tal vez, impedir que pueda progresar generando más incapacidad y dolor.

    El presente trabajo ha realizado esta tarea. Para ello ha partido de la población general, aprovechando un estudio más amplio realizado sobre dolor de espalda. Los sujetos estudiados no son, por tanto, pacientes que asisten a consulta o tratamiento en un centro clínico, sino una muestra aleatoria obtenida del censo. De estas personas a 253 se les ofreció participar en el estudio, al presentar los tipos de dolor objeto del trabajo. La idea era comparar la eficacia que en estas personas podría tener un acercamiento preventivo de corte cognitivo conductual comparado con otro acercamiento más convencional: la consulta a un médico o a un fisioterapeuta.

    Para evaluar la eficacia de la intervención se tuvieron en cuenta diversas variables relacionadas con el dolor en sí, estrategias de afrontamiento, ansiedad, depresión, etc. Además se consideraron las bajas laborales por el problema. Todas estas variables fueron medidas de forma mesurada y en parte a través del correo.

    Los resultados del trabajo muestran la utilidad del tratamiento cognitivo conductual para reducir el dolor, así como las bajas por enfermedad y otras variables relevantes, en comparación con el grupo de tratamiento convencional. La mejora, además, permanece en el seguimiento a un año de la terapia. En consecuencia, el tratamiento cognitivo conductual parece ser un buen instrumento para prevenir la cronificación de un trastorno de gran importancia personal, social y laboral, como lo es el dolor de espalda.

    El tratamiento aplicado es breve, 6 sesiones semanales de 2 horas, y es aplicado en grupo de acuerdo con un manual. Ello hace que sea realmente asequible en un marco de intervención preventiva, tal vez, extensiva a otros problemas y ámbitos de la psicología de la salud. Esta mejora es aún más llamativa cuando apenas se observaron cambios estadísticamente significativos en las variables psicológicas medidas (ansiedad, depresión, estrategias de afrontamiento, etc.). Parece ser que el motivo principal de esa falta de significación estadística, fue el que ya en las medidas pretratamiento apenas había puntuaciones elevadas en dichas variables, por lo que el tratamiento, uno u otro, no consiguió efecto alguno sobre ellas.

    La posibilidad de que el tratamiento utilizado, aun siendo de carácter psicológico, ejerza un papel positivo en variables clave como las bajas laborales o la incapacidad parece claro en este trabajo. Para ello, posiblemente, no tenga que incidir positivamente en la reducción de la ansiedad o la depresión, y quizá no porque no estén elevados esos índices, al tratarse de población no clínica, sino porque no sea necesaria la mediación de ese efecto.

LA DIMENSION ASISTENCIAL DE LA ETICA EN LA TERAPIA FAMILIAR

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Resumen

    Presentamos un trabajo monográfico en el que realizamos un análisis de los principales elementos que influyen desde el enfoque de la ética en el ejercicio psicoterapéutico, durante la intervención psicoterapéutica en las familias. Se plantea la necesidad de realizar reflexiones en cuanto a la intersección entre dos campos del saber: la Bioética y la Terapia Familiar.

      El análisis de la eticidad de la terapia familiar y lo realizamos a partir de un enfoque que se basa en la existencia de tres dimensiones: institucional, docente y asistencial, las cuales son fundamentadas aquí.

    Nos planteamos la existencia de una dimensión asistencial en la intersección entre la ética y la psicoterapia de familia y lo abordamos a partir de los postulados que se han debatido en los últimos años en el seno de la ética clínica como rama de especial aplicación en el sector de la salud.

Palabras clave: Terapia familiar, ética clínica, dimensión asistencial.

      La contemporaneidad nos ha llegado acompañada de amplios y profundas transformaciones en todas las esferas de la vida, resaltando las de orden tecnológico, social y político. Los cubanos nos insertamos hoy, en un mundo convulso y confuso para muchos, donde afortunadamente se levantan, también con mucha fuerza, otras voces que apuntan hacia la necesidad del debate ético en el mundo científico.

      La tradición subraya que nos es necesario precisar qué está bien y mal, es decir, el contenido de la vida moral. Esta tarea de discernimiento que debemos realizar constantemente como personas, la ponemos también en juego desde una perspectiva científica, en el ejercicio de nuestras profesiones, tarea que viene realizando casi desde siempre la Ética como ciencia, al teorizar sobre la moral. (1)

      Consideramos que el debate ético contemporáneo debe abarcar cuestiones relevantes a las profesiones de todos los sectores y muy en especial a las de la salud. De el deben derivarse aportes concretos, sugerencias específicas de líneas para la actuación y también para la formación de dichos profesionales. (2)

      En la condición de psicoterapeutas y docentes de psicoterapeutas, en múltiples ocasiones hemos reflexionado sobre numerosa aristas éticas en el campo de la psicoterapia y específicamente en el de la Psicoterapia de Familia. Sobre algunas de estas reflexiones queremos referirnos más ampliamente en este trabajo.

      Deseamos proponer realizarlas a manera de apertura de un diálogo que facilite el ponderarlas, refutarlas o transformarlas, adentrándonos en el tercer milenio resulta realmente absurdo enfrentar situaciones complejas, partiendo de postulados unipersonales.

      Expresamos aquí la necesidad de iniciar el debate sobre un asunto que difícilmente puede afrontarse sólo desde posiciones técnicas o instrumentales, pues requiere de la toma en consideración de valores y no disponemos de referentes válidos que nos orienten.

      En nuestra opinión la Psicoterapia de Familia adquiere significación ética fundamentalmente en tres dimensiones :

Primero :Dimensión institucional: La necesidad de este método terapéutico como opción para la atención a las familias disfuncionales. (Implementación en el sistema nacional de salud).
Segundo :Dimensión docente: Formación de psicoterapeutas familiares y fundamentación de los requisitos para el ejercicio profesional de estos. (Competencia).
Tercero :Dimensión asistencial: La realización de la psicoterapia de familia en su relación con la ética clínica.

    Aceptar el desafío de escribir sobre el tema resulta válido sólo si está condicionado por un debate posterior con los colegas y por la investigación sobre el mismo.

    La tercera dimensión ética de la psicoterapia de familia, la propiamente asistencial, nos lleva a la búsqueda en el pensamiento ético psicoterapéutico, del universo de reflexiones que deben acompañar aun terapeuta familiar a lo largo de cada proceso psicoterapéutico.

      En el orden deontológico, ocasión del 40 aniversario de la declaración de los derechos humanos en las Naciones Unidas, fue publicada una Declaración de los Derechos del Paciente en Psicoterapia, elaborada por terapeutas, pacientes y otros trabajadores de la salud mental (3) y que enunciamos a continuación:

1.- Toda persona tiene derecho a recibir asistencia psicoterapéutica y a que esta se le brinde dentro de las mejores condiciones posibles para la recuperación de su salud o la prevención de la enfermedad.
2.- Todo paciente tiene derecho a que se respete su individualidad, sus creencias religiosas, éticas, morales y políticas, sin que estas sean consideradas en sí mismas patológicas o anormales.
3.- Todo paciente tiene derecho a ser informado que existen técnicas y ora metodología de trabajo, distintas a la que se propone el equipo tratante.
4.- Todo paciente tiene derecho a que el terapeuta no se considere dueño exclusivo del conocimiento y a que sus aportes sean estimados con paridad con los del terapeuta.
5.- Todo paciente tiene derecho a que las comunicaciones entre profesionales, acerca de su problema, se realicen con el debido respeto a su dignidad.
6.- Todo paciente tiene derecho a discrepar con las intervenciones de su terapeuta, sin que ello sea considerado ineludiblemente una forma de resistencia, interferencia o ataque a su dignidad.
7.- Todo paciente tiene derecho a que se resguarde su intimidad, mediante el secreto profesional.
8.- Todo paciente tiene derecho a que se le confirme la realidad de sus percepciones, incluyendo aquellas que se refieren a sus terapeutas.
9.- Los pacientes tienen derecho a que todas las intervenciones técnicas sean realizadas de tal modo que su autoestima no resulte dañada.
10.- Todos los pacientes tienen derecho a expresarse libremente pero también a guardar silencio en aquellos momentos que comunicarse pudiera resultar humillante denigrante o peligroso.
11.- Todo paciente tiene derecho a la empatía, comprensión y paciencia de su terapeuta.
12.- Los pacientes tienen derecho a una mirada de su terapeuta que tenga en cuenta sus posibilidades de cambio y también sus limitaciones, que respete y considere su tiempo personal, pero que también insista en que cambie hoy lo que puede ser cambiado.
13.- Los pacientes tienen derecho a un proceso diagnóstico que permita organizar adecuadamente su tratamiento sin ser por ello etiquetados ni limitados arbitrariamente en sus posibilidades de desarrollo.
14.- Todo paciente tiene derecho a recibir información diagnóstica y pronóstica, administrada de forma tal que permita la autonomía de sus decisiones sin dañar la valoración de sí mismo.
15.- Los pacientes tienen derecho a que los terapeutas aporten todos los recursos y métodos que sea necesario aplicar para la resolución o alivio de sus problemas.
16.- Los pacientes y los terapeutas tienen derecho a equivocarse y a tener razón.
17.- Los pacientes tienen derecho a que los terapeutas revisen los modelos y teorías que sustenten sus prácticas, a fin de descubrir si estas los llevan ineludiblemente a vulnerar los derechos enunciados.

Esta declaración no es propiamente un código internacional de ética profesional de los psicoterapeutas, nos sirve al menos como referente, pero no podemos valorar su uso en el mundo profesional, como regulador de la actividad de los psicoterapeutas.

      La sociedad exige a profesiones connotadas que establezcan normas particulares de ejercicio profesional y en deontología referirse al ?debe ser? señala la moral interna de una actividad profesional especifica (4) En salud, ello se expresa, generalmente, en códigos de ética profesional. Revisando la amplísima compilación de estos que se hace en la publicación ?Médicos, Pacientes, Sociedad?, donde aparecen los documentos dictados por diversas organizaciones al respecto (5), no se encuentra nada similar a un código de ética profesional para los psicoterapeutas.

      En el planteo ético de la práctica psicoterapéutica, el acápite de los códigos es aun ?camino por andar”, lo cual es perfectamente comprensible si se compara la práctica milenaria de algunas especialidades médicas, con la historia de poco más de un siglo de existencia de la psicoterapia científica. Opinamos que el objetivo rector de un código en este campo sería perfeccionar el actuar del psicoterapeuta, para lograr elevar del estado de salud de la población

      Para la modalidad familiar se añaden aquí consideraciones relevantes, pues la familia tiene un enorme impacto en la formación social del ser humano y la tríada relacional Madre-Padre-Hijo, es el eje de la socialización en el sistema familiar, por lo que la patología de este determina situaciones, donde las personas actúan creando consecuencias irreversibles para los miembros involucrados y la reflexión ética debe sugerir una visión más global evitando reduccionismos. (7)

      No obstante revertir esta situación, es decir, intervenir psicoterapeúticamente en el grupo familiar de manera tal que se produzcan modificaciones estructurales y dinámicas en el mismo que le permitan recuperar su funcionalidad y garantizar un mayor bienestar es sin lugar a dudas una actuación ética. Del ejercicio de esta modalidad de tratamiento se derivan una serie de contradicciones que deben concientizarse como interrogantes y que tiene relación con la ética clínica y con las posiciones principalistas de la bioética.

      La visión de la ética clínica para la terapia de la familia disfuncional, debe tener en cuenta una especificidad, que esta no se basa en una relación diádica terapeuta-paciente y ocasionalmente con algún otro miembro de la familia (como ocurre en la mayoría de las especialidades médicas, la tradicional Relación Médico-Paciente) sino que, siempre es una interrelación grupal en un nuevo sistema, el terapéutico.
La dedicación a la labor de terapeuta deviene en una vocación de servicio que nos lleva a estar siempre cerca de la ?enredada madeja? del sentir, el saber y el actuar de las personas y los grupos y lo que es un más complejo, de su modificación.

      Cuando hablamos de tratar a una familia que acude a una psicoterapia de familia ,estamos aceptando un presupuesto: que esta desea eliminar un problema o malestar, y que debe realizar un cambio y que nosotros debemos incidir sobre ella para que este cambio se dé. Para ello las concepciones sistémicas apuntan a la necesidad de realizar intervenciones que profundicen el desequilibrio del sistema familiar, para que este por sí mismo buque un momento de cambio y cree solo una nueva manera de funcionar, para ello el terapeuta familiar se sirve de una serie de técnicas que si bien su uso no se puede considerar riesgoso, la certidumbre de su éxito no es mensurable con exactitud.

      El actuar de este en una sesión debe parecerse al de un jugador de ajedrez, él hace un ?movimiento? para que el grupo familiar haga otro. que tenga como resultado un cambio y se estimula la realización de intervenciones paradojales donde, si digo lo que espero que los miembros de la familia deben hacer para mejorar, no logro que lo hagan por tanto en múltiples ocasiones indico lo contrario, y el cambio esperado debe ocurrir mayormente fuera de la sesión, y sin que ellos tengan conciencia de qué fue lo que lo provocó (por solo hablar de un técnica), el fundamento es similar para el resto.

      Entonces, ¿Hasta donde llega el consentimiento informado en este método terapéutico? ¿Son éticas estas limitaciones de información de información? ¿Qué es lo que hay que informar?
Inicialmente es imprescindible informar a la familia de los objetivos del tratamiento, para que sus miembros puedan adecuar sus expectativas (generalmente distorsionadas). Por ejemplo: ?quiero cambiar a mi hijo, que está incontrolable? (adolescente), cuando debe ser: ?vamos a actuar sobre los roles, la jerarquía y los afectos que determinan el funcionamiento de esta familia, para que esta cambie, incluso cambie la conducta del muchacho? y esto muchas veces no puede especificarse en la primera sesión, pues no se sabe aun.

      Un aspecto para el que es básico solicitar consentimiento, es para permitir trabajar con el equipo de supervisión, tras el espejo unidireccional o en la misma sala cuando no se tiene cámara de Gessell, o para realizar grabaciones en caso que la supervisión no se realice en vivo. Aunque se la explique lo necesario y ventajoso de esta, debemos atenernos a la decisión familiar. Aquí existen dos posiciones, la del mundo capitalista que no realizan sesión sin grabación por temor a las demandas de daño y la nuestra que sólo se basa en obtener el mayor beneficio para la familia, por lo que una negativa de este tipo nunca nos llevaría a suspender un tratamiento. Consideramos que es absolutamente antiético ocultar o informar insuficientemente sobre los supervisores por temor a una negativa.

      Se plantea que estas técnicas encierran el peligro de ser manipulativas. En psicoterapia, se modifica a los otros, la tarea del terapeuta y no es ayudar a las personas a comprenderse, ya no es un consultor como en los albores del método, sino un modificador de personas. Como diría el genial Milton Erikson, un terapeuta debe aprender muchas formas diferentes para cambiar a muchos tipos diferentes de gentes o sino debería seguir otra profesión. (8) La psicoterapia no es manipulativa, por definición es influencia y hacerlo teniendo en cuenta los derechos antes expuestos es esencialmente ético.

      En la manipulación se realiza una acción sobre los otros para obtener un beneficio personal, en la influencia esta acción pretende lograr un cambio al servicio de los demás. Cambios que se establecen como metas y se proponen a la familia, pudiendo esta aceptarlas o rechazarlas, eligiendo su propio camino.

      Enfatizamos que el análisis ético, debe ser paralelo al análisis clínico en cada familia en particular que consultemos, pues la dificultad inherente al medio clínico, de que cada caso es diferente (9),no es ajena a la psicoterapia de familia y un método adecuado debe llevarnos por los caminos de la beneficencia (máximo grado de excelencia terapéutica) y la no maleficencia (evitación de la yatrogenia)

      En los últimos años el principio de la autonomía ha desplazado al de la beneficencia como primer principio de la ética médica, cuya realización más completa para os fundamentos de la bioética reside en la doctrina del consentimiento informado (10)Este método favorece la autonomía del grupo familiar al devolverle su funcionalidad por tanto la de cada uno de sus miembros. La terapia exitosa elimina la dependencia hacia terapeuta y tratamiento, devolviendo a ambos la responsabilidad sobre sí mismos.

      Otro momento con implicaciones éticas en este campo es la confidencialidad, es conocido que nuestra profesión basa su trabajo en la información generalmente confidencial, reservada, que nos es aportada y el ejercicio del secreto profesional tiene condicionantes de las que se trata pródigamente en la literatura científica.
La reserva con que ha sido tratada la información en la psicoterapia comenzó a modificarse cuando en 1948, John Rosen hace la primera transcripción textual de una entrevista psicoterapéutica y luego difundió el empleo de la cámara de Gessell para el estudio de las familias de esquizofrénicos y al resto de estas después, todo un trasgresor para su época. (11)

      El empleo actual de material de audio, video y cámaras de Gessell para la investigación, supervisión y docencia, ha modificado significativamente este planteo ético.

      En este acápite quiero hablar de otro secreto que se potencializa en el tratamiento del grupo familiar, la información que nos es trasmitida por uno o más miembros con el pedido expreso, de que otro o todo el resto de la familia no llegue a enterarse, solicitud que generalmente tratan de hacerla fuera de la sesión de psicoterapia. Ejemplos comunes son: un hijo adoptado, o producto de una infidelidad o la propia infidelidad, etc.

    Defendemos la necesidad análisis e interpretación de todo lo que sucede con el sistema terapéutico, en una situación así sería necesario preguntarnos, ¿Por qué y para qué lo hacen?. El criterio para dirimir este conflicto es evitar confesiones que limitan las posibilidades de intervención terapéutica, pero si las escuchamos debemos comprometernos con su preservación y sólo violarla por iguales motivos que nos obligan a romper al secreto profesional con un paciente individual.

      Existe un aspecto muy vinculado a la ética en la clínica que es la calidad de vida, término que tras múltiples intentos definitorios sigue cargado de subjetivismo y riesgo de arbitrariedad que ha sido incomodo para la bioética y se ha relacionado principalmente con la prolongación de la vida de los profundamente invalidados (6)

      En la psicoterapia familiar este concepto nos plantea una contradicción, que requiere de una posición teórica pero con implicaciones éticas, que se puede plantear como una serie consecutiva de interrogantes: ¿Dónde finalizamos el tratamiento? ¿Terminamos se resuelva el problema que los trajo a nosotros? ¿Continuamos las sesiones trabando sobre otras áreas disfuncionales y así aumentar su calidad de vida?

      Diferentes escuelas teóricas dan respuestas opuestas(10),los estratégicos dicen que vasta con solucionar el problema, los estructuralistas que hasta arreglar la ?estructura familiar?, es decir, hasta el final. Consideramos que a esa altura del proceso terapéutico se le debe dar la opción al grupo familiar que este sea quien tome la rienda de su elección y haga valer la autonomía que ha alcanzado durante el tratamiento.

      Otro tema que adquiere matices éticos es la coterapia. Muchos terapeutas deciden compartir con otro la dirección directa de las sesiones. Puede adoptar diferentes patrones, pero en mi experiencia se ha llevado a cabo a partir de un equipo de más de cuatro miembros donde se rotan las funciones de terapeuta principal, coterapeuta y supervisores, podríamos extendernos ampliamente sobre sus ventajas, pero queremos señalar sus peligros(12), pues siempre existen discrepancias entre los miembros de un equipo de trabajo, que en el caso de que sea de terapia, si estas no se trabajan dentro de la supervisión pueden revertirse al seno de las sesiones y dañar intensamente el curso de un proceso psicoterapéutico (problema mayor sería la aparente ausencia de discrepancias). Más que las diferencias objetivas entre los coterapeutas, lo que influye es el manejo que se haga de ellas. De nuevo resalta la importancia del uso que hacen (tengan o no conciencia de ello) de su propia personalidad como ?herramienta? de trabajo y el control que esta le permita de sus relaciones interpersonales, de la importancia de que esta esté en condiciones de ser productiva es un objetivo del entrenamiento, a lo que ya hice referencia en el análisis de la segunda dimensión.

      Existe también un freno propiamente ético en nuestra interacción con la amplia gama de sistemas familiares a que nos enfrentamos y es cuando aparecen normas y conductas en la familia que atendemos que estén en absoluta e irreconciliable contradicción con nuestros patrones, ello se acepta como una contraindicación para tratar a una familia(13). Queremos resaltar que no debe abusarse de esta contraindicación y debe resguardarse para casos excepcionales, salvando esto con profesionalidad y a partir de una amplia cosmovisión que nos permita ser empáticos.

LA IMPORTANCIA DEL ANALISIS FUNCIONAL EN LA ETIOLOGIA DE LA ANOREXIA Y BULIMIA N

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1.- Introducción.
    Los seres humanos por nuestra condición de organismos biológicos, deberíamos mantener una relación natural con la comida. La ingesta regular de alimentos ricos en nutrientes y en cantidades adecuadas tendría que constituir un patrón de conducta universal entre hombres y mujeres.

      El espectacular incremento durante las ultimas décadas del numero de personas que muestran una relación no natural con la comida ha dado pie a un creciente interés por la comprensión de estos paradójicos comportamientos y por como ayudar a estas personas a recuperar un patrón de conducta alimentaría mas apropiado. La mayoría parten de la consideración de estas conductas como síntomas de unos trastornos o enfermedades mentales etiquetadas como anorexia y bulimia nerviosas.

      Etimológicamente hablando, un trastorno de la conducta alimentaría haría referencia a todas aquellas circunstancias que supongan una disfunción en el comportamiento alimentario del afectado. Pero, en realidad, cuando hablamos de problemas en la conducta alimentaría no nos estamos refiriendo solamente a la comida sino que detrás hay toda una serie de dificultades como un inadecuado habito alimentario, un exceso deseo de no engordar, unos desequilibrios emocionales, unas autovaloraciones negativas y todo un sinfín de componentes que nos dan una visión de las características conductuales de este problema.

2.- Modelos explicativos existentes.

? Modelos de Etiología multideterminada (Toro y Vilardell, 1987)

FACTORES PREDISPONENTES          FACTORES DESENCADENANTES              FACTORES DE MANTENIMIENTO

Genéticos                                      Situaciones aversivas                                      Consecuencias

Trastornos afectivos                          Separación y perdidas                                  Interacción familiar

Personalidad                                      Contactos sexuales                                    Interacción social

Obesidad                                                    otros 
 
Elementos socioculturales
   
Contexto familiar     

      Este modelo enumera las posibles causas del problema pero no establece ningún tipo de relación entre los factores, no habla de relaciones causa ? efecto y se limita a describirlos.

3.- Los criterios del DSM ? IV.

    Remitiendo al anexo 1 donde se encuentran recogidos los criterios del DSM ?IV para la anorexia y la bulimia nos proponemos un análisis critico de estos criterios atendiendo a su falta de operacionalidad y a su ambigüedad en la redacción de los mismos.

      En primer lugar, se plantea la necesaria revisión de la traducción que de los criterios se realiza; términos tales como leading to o la traducción de i.e. ( del latín ID EST), muestran una asincronía en la interpretación de los criterios que pueden llevarnos a error en el difícil diagnostico diferencial del cliente con problemas de relación con la comida. Examinando las ambigüedades e incoherencias el principal problema que observamos es el modo de entender los comportamientos no naturales con la comida. Esto es debido a la falta de operacionalizacion que se observa en las definiciones de los criterios.

      El criterio A es ambiguo respecto a que se debe entender por ?rechazo a mantener el peso corporal?. esta expresión puede aplicarse a muchísimas personas que quieran perder peso (en nuestra sociedad la mayoría) y no tienen ningún problema de relación con la comida, así una persona que sigua una dieta restrictiva durante un tiempo largo y pierde como consecuencia de ello mucho peso, así como un miedo intenso a engordar, puede no recibir el diagnostico de anorexia por no haber alcanzado un peso corporal que suponga el 85 % respecto al esperado para su edad y estatura.

    El DSM-IV no indica como determinar la presencia de miedo a engordar o a la obesidad. No facilita directrices para la aparición:

? de la alteración de la valoración de su peso e imagen corporal
? y de su auto-evaluación general como persona.

      Estos problemas dan lugar a numerosos cambios a nivel endocrino; el responsable de la amenorrea es solo uno de ellos. Aunque en todo caso no tiene sentido considerarla como un criterio diagnostico independiente ya que se trata de una consecuencia del criterio A, de la perdida de peso.

    En cuanto a la bulimia nerviosa la definición de atracón resulta imprecisa y difiere de la propuesta para el trastorno de atracón sin justificar claramente esta diferencia. En efecto las cinco manifestaciones propuestas (ver anexo 1) plantean dificultades por su ambigüedad: no se precisa que velocidad de ingesta es la anormal, ni cuanto es una cantidad enorme de comida, ni como se evalúa el malestar y la culpabilidad unida al episodio de atracón.
Una diferencia que no comprendemos es por que este sentimiento de culpabilidad se expone como criterio para el trastorno de atracón y no así para el de bulimia nerviosa. De acuerdo con Walsh y Garner (1997), su introducción persigue proporcionar marcadores conductuales de episodios de atracón, al no observarse en estos sujetos conductas compensatorias que desempeñen tal función. Las conductas compensatorias servirán por tanto como referente para delimitar un atracón en aquellos sujetos que la manifiestan, opinión compartida por Schlundt y Johnson (1990).

      A su vez, en el criterio e conductas compensatorios no se operacionaliza el ayuno, el uso de laxantes, enemas o el ejercicio físico.

      El criterio D no incluye pautas para relacionar la valoración del sujeto sobre su cuerpo con la auto-evaluación negativa general como persona.

4.- El análisis funcional como modelo etiológico de la anorexia y bulimia.

    Tradicionalmente, se ha propuesto la anorexia y bulimia nerviosas como trastornos o enfermedades mentales que dan pie a una serie de síntomas o manifestaciones. Pero esos síntomas o manifestación explican la verdadera causa del problema o solo se limitan a describir este sin proponer un elemento o elementos explicativos reales y científicos de la causa o causas. Entonces el problema cual es realmente: será el miedo a engordar (no, puesto que eso solo es un síntoma), será la percepción distorsionada de la imagen corporal (de nuevo es un síntoma). Una enfermedad no puede ser lo mismo que los síntomas a trabes de los que se manifiesta; luego entonces que son la anorexia y la bulimia aparte de sus síntomas. La anorexia y la bulimia son UN CONJUNTO DE CONDUCTAS Y RESPUESTAS EMOCIONALES ARBITRARIAMENTE SELECCIONADAS, no son ni mas ni menos que eso. Lo otro son simples nombres con los que identificamos los síntomas pero eso no es mas que un nombre (Carrasco, 2000). Como señalan acertadamente Schludnt y Johnson: ?un desorden alimentario es un patrón de conducta anormal respecto a la ingesta de alimentos y el balance energético?.

      Así que nos toca preguntarnos por que las personas con este problema con la comida se comportan así, y una vez conozcamos la causa o causas y sus consecuencias podremos plantearnos la posibilidad de modificarlos.
Los resultados de investigaciones llevadas a cabo en el marco del conductismo consiguen dar una respuesta científica a esta pregunta (Carrasco T, 2000). Por ejemplo, la persona que se da atracones o reducen la ingesta de alimentos de un modo alarmante o se auto describen como obesas lo hacen así porque las consecuencias de su conducta les reportan bienestar y por eso se mantienen en el tiempo. Por esto, como dice Carrasco, T (2000) ?la tarea principal del psicólogo clínico es averiguar cuales son esas consecuencias y actuar sobre su causa?.
Resumiendo, la función de la conducta es facilitar la exposición del sujeto a ciertas consecuencias y de ahí se deriva el análisis funcional.

      Proponemos el repaso por alguna de las posibles causas de la ?anorexia y bulimia nerviosas? y su explicación científica. Por supuesto, no en todos los casos aparecerán la totalidad de las funciones; en algunos intervendrán unas y en otros, otras.

      Se trata por tanto, no de establecer programas de tratamiento aplicables a cualquier persona con una relación no natural con la comida sino de definir operacionalmente las conductas del cliente y las consecuencias que recaen sobre sus emociones (estas emociones en términos de reforzadores mantendrán o eliminaran esa conducta). Asi ahorraremos técnicas que no tienen por que aplicarse ya que el cliente no las necesita. En resumen, el apoyo en el análisis funcional es esencial para determinar las causas del problema conductual etiquetado como ?anorexia o bulimia nerviosa?.

FUNCIONES DE LA REDUCCION DE LA INGESTA DE ALIMENTOS

1. Evitar la obesidad. El estar gorda viene asociado a una gran cantidad de consecuencias aversivas, así ante la anticipación de esa conducta se realizaran conductas de evitacion como dejar de comer, practica ejercicio etc.. Proceso este el similar a una fobia en el cual las conductas de evitacion reducen la ansiedad anticipatoria de la conducta miedo a engordar. Esta función seria la mas extendida y donde se producen la mayoría de errores ya que se piensa que todas las niñas tiene miedo a engordar cuando ahora veremos que no tiene por que ser así sino que la comida es un medio para conseguir otra conducta.

2. Adelgazar ? verse delgada. Las emociones agradables que proporciona el contemplarse delgada facilitan el acceso a reforzadores frecuentes e intensos. (Carrasco, T 2000). La degaldez actúa como un estimulo ante e cual va seguido de reforzador positivo con lo cual el condicionamiento es claro y su aprendizaje inmediato relacionado conductas que le lleven a acceder a la delgadez y, a su vez, a los reforzadores positivos.

3. Sentir control. Es una sensación que se experimenta cuando las descripciones verbales de una conducta se transforman en movimiento motor en relación con el ambiente. La sensación es agradable. Las conductas relacionadas con la comida son importantes fuentes de control y la consecución de estas elicitan una respuesta de bienestar al sentir la capacidad para controlar la conducta en este caso alimentaría. En esta función de la conducta no natural con la comida, el hambre actuaría como un potente reforzador positivo que premiaría su sensación de control, la expectativa de contingencia de reforzamiento de delgadez y la no aparición de la obesidad actuarían a su vez como refuerzo negativo de la sensación de control. Esto se puede operacionalizar, por ejemplo, con los kilos que la persona va perdiendo que también reforzarían negativamente la sensación de control.

    Existen mas reforzadores positivos de las conductas anteriormente citadas; así, por ejemplo, nos encontramos con la atención que va a recibir el paciente, asumir el rol de persona enferma, y la evitacion de conductas indeseables por el hecho de tener un problema de relación con la comida.

      Hemos descrito las funciones que con mayor frecuencia explican las relaciones no naturales con la comida, su inicio y su mantenimiento; para terminar invitar al diseño de tratamientos a la medida del cliente tras la identificación de las funciones de las conductas no naturales con la comida que se suceden en cada caso particular (Carrasco, T 2000).

ANEXO 1

* Criterios para el diagnóstico de F50.0 Anorexia nerviosa [307.1]
A. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable).

B. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.

C. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.

D. En las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones aparecen únicamente con tratamientos hormonales, p. ej., con la administración de estrógenos.)

Especificar el tipo:
Tipo restrictivo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo no recurre regularmente
a atracones o a purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo de
laxantes, diuréticos o enemas)
Tipo compulsivo/purgativo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo
recurre regularmente a atracones o purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo
de laxantes, diuréticos o enemas).

* Criterios para el diagnóstico de F50.2 Bulimia nerviosa [307.51]
A. Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:

(1) ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (p. ej., en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias
(2) sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ej., sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo)

B. Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.

C. Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de 3 meses.

D. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales.

E. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia nerviosa.

Especificar tipo:
Tipo purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo se provoca regularmente el vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso Tipo no purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo emplea otras conductas compensatorias inapropiadas, como el ayuno o el ejercicio intenso, pero no recurre regularmente a provocarse el vómito ni usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.

Comportamiento Autodestructivo Indirecto y Rasgos de Personalidad

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Introducción
    El comportamiento autodestructivo (CADI) pasa desapercibido, frecuentemente negado, menospreciado o deformado tanto por el sujeto que lo realiza como por la gente que lo rodea. La diferencia entre comportamiento autodestructivo directo e indirecto es que el directo es consciente e intencionalmente autodestructivo, mientras que el indirecto no. El CADI se puede considerar como un suicidio lento, inconsciente y a largo plazo siempre y cuando las conductas se repitan y tienda a aumentar la intensidad con las que se presentan.

El Comportamiento Autodestructivo Indirecto
    Freud (1920) declaró que ningún hombre es capaz de imaginar su propia muerte porque no puede integrar su no existencia a través de sus fantasías de inmortalidad. El aparato anímico funciona bajo el principio de constancia; definido por Breuer y Freud en sus Estudios sobre la Histeria como: ?La tendencia a mantener constante la excitación intracerebral? (Breuer, 1985 en Freud, 1920 p 15); esto es la búsqueda del equilibrio de energía. Se introduce el concepto de instinto de muerte como una pulsión biológica que lo empuja a retornar a lo inorgánico, ??deriva una pulsión de la necesidad de restablecer un estado anterior? (Freud, 1920/1955 p. 56) o bien ?el organismo reacciona ante toda perturbación con la tentativa de recuperar el status quo? (Segal, 1984. en Widlöcher, 1991 p.35).

      La compulsión a la repetición es la manifestación de la pulsión de muerte, es un intento de regresar a un estado previo para mantener la constancia. La pulsión de muerte opera casi siempre de manera silenciosa por lo que es difícil observar sus manifestaciones en estado puro, solamente podrán ser percibidas cuando se fusionan con la libido. Segal (1984 en Widlöcher, 1991) propone que el principio de Nirvana es una idealización de la muerte y de la pulsión de muerte, afín a la de una fusión con el objeto, como en el sentimiento oceánico.

      Reckhardt (1984 en Widlöcher, 1991) afirma que el equipamiento primario de preservación de sí del organismo incluye algunas funciones de repliegue y desplazamiento. En consecuencia, las primeras derivaciones de la pulsión de muerte se manifiestan por la indiferencia y la destrucción. El instinto de muerte se manifiesta en suicidio encubierto y comportamiento autodestructivo. Anteriormente se consideraba a una persona suicida si hablaba de suicidio, lo intentaba o tenía éxito, pero estudios posteriores indicaron que había más factores interactuando como el comportamiento, el tiempo, la intención y la actividad. También se introdujo el concepto de tendencias suicidas inconscientes porque el sujeto parecía no darse cuenta o negar que sus acciones tenían el propósito de dañarse.

      Durkheim (1999) se refiere al suicidio como todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que debía producir este resultado. En la definición anterior, es importante resaltar que el suicida está consciente de su acto y las consecuencias de este.

      Litman (1983; en Farberow, 1984) explica que la diferencia entre comportamiento autodestructivo directo e indirecto es la meta consciente de la conducta. Si la meta principal es dañarse a sí mismo, el término conducta autodestructiva es correcto y el suicidio es su forma extrema. En el comportamiento autodestructivo indirecto el dañarse a sí mismo no es la meta principal, sino un efecto indeseado e incluye errores relativamente insignificantes, auto-castigo y pequeños riesgos que sumados aumentan la posibilidad de lesiones serias y la muerte. De esta manera, comienza a fallar la prueba de realidad y se activan esquemas de acción narcisistas.

      CADI, es una forma de vida, un rasgo de carácter repetitivo, un hábito. Se presenta lentamente, de forma inconsciente y las consecuencias se manifiestan a largo plazo. Es una manera de evitar el dolor. Es un intento de mantener el control y la predicción; locus de control interno contra externo. Individuos con poca capacidad de introspección explicarían las consecuencias como productos de la suerte, el destino o víctimas del ambiente. El daño se produce poco a poco cada vez que se presenta la conducta como en el consumo de tabaco, alcohol y drogas, alteraciones del cuerpo (tatuajes, piercings, etc.), trastornos de la alimentación (obesidad, anorexia y bulimia) y relaciones sexuales de alto riesgo. El daño es potencial por la repetición de la conducta y el aumento del riesgo. Se presenta en: apuestas, actos delictivos leves, accidentes y deportes de alto riesgo. Farberow (1984) considera que aquellas personas que presentan una o más de las conductas descritas anteriormente, de manera repetitiva, tienen en común los siguientes rasgos: El razonamiento tiende a ser hueco y superficial; Su comportamiento autodestructivo no se presenta en condiciones de estrés, La motivación es dirigida a la obtención de placer y las acciones se dirigen hacia sí mismo; Pueden mantener su comportamiento por su fuerte capacidad de negación; Tienen poca capacidad para visualizarse a largo plazo, se muestran intolerantes a los retrasos y los compromisos pospuestos; Son incapaces de explicar su conducta y ésta siempre parece ser impulsiva y difícil de entender, pero la justifica el placer mismo que produce la actividad. Mantienen relaciones inestables ya que la principal preocupación es la persona misma y no el otro.

      Casillas y Clark (2002) investigaron a individuos con alta dependencia e impulsividad y con una tendencia a conductas autodestructivas para después correlacionarlo con la personalidad tipo ?B? la cual consiste en una combinación de rasgos de la personalidad antisocial, limítrofe, histriónica y narcisista. La combinación de las tres coincide con las características de personalidad señaladas por Farberow (1984).Por otra parte, El DSM IV (1994) señala algunas conductas de la personalidad tipo ?B?que son similares a las propuestas por Farberow.

      Retomando a los autores antes citados se puede decir que las personas que presentan Conductas Autodestructivas Indirectas presentan las siguientes características de personalidad:

? Búsqueda de placer inmediato y poca tolerancia a la frustración:
? Tendencia a la negación
? Angustia de pérdida del objeto
? Omnipotencia
? Falta da planeación a largo plazo
? Necesidad de estimulación constante
? Relaciones interpersonales superficiales
? Fuerte sentimiento de individualismo

Conclusiones:
    El CADI es difícil de observar en una sola conducta, además de esto, cada persona lo expresa de una manera distinta y por eso es tan complicado de medir. Es el cúmulo de éstas y su tendencia a la repetición, lo que lo convierte en un factor importante de riesgo para el individuo que puede llevarlo a la muerte.

EL VALOR DEL HUMOR EN EL PROCESO PSICOTERAPEUTICO

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I ? Introducción:

    ¿Qué es lo que mantiene sana a una persona a pesar de estar sometida a condiciones ambientales adversas? ¿Por qué  algunos pueden superar eficazmente situaciones conflictivas y otros no? ¿Qué recursos  privilegian estos individuos a la hora de afrontar tales circunstancias?  ¿Son la creatividad, el humor, la autoestima, las habilidades sociales, la capacidad de amar y perdonar, entre otros, ingredientes esenciales para afrontar adecuadamente determinadas situaciones? ¿Cómo se pueden desarrollar y potenciar? ¿Qué papel específicamente cumple el humor como estrategia de afrontamiento? ¿Qué valor cumple el humor como herramienta  de intervención en el proceso terapéutico?
    Frente a todos estos interrogantes surgió la necesidad en el Equipo de Familia del Hospital Álvarez, Sector Infanto Juvenil, de analizar la importancia del humor en psicoterapia desde distintos enfoques psicológicos haciendo hincapié en la terapia  cognitiva. Evaluar su incidencia en el self del terapeuta y en el vínculo que este último establece con el paciente, analizando ventajas y desventajas del mismo.
    Además, consideraremos su implementación dentro del campo interdisciplinario y en los espacios de supervisión.
    La Psicología como ciencia durante mucho tiempo se ha dedicado casi exclusivamente,  al estudio de las patologías.  A partir de la segunda mitad del  siglo XX,  algunos investigadores como Seligman y Csksentmihalyi, se replantearon esa visión,  produciendo un giro en  la mirada del comportamiento humano dando  lugar a un nuevo paradigma que considera y acentúa  los aspectos más saludables de las personas, a este movimiento  se lo denominó Psicología Positiva.
    Martín Seligman (2003) destaca los aspectos que nos permiten aprender a disfrutar, ser alegres, generosos, serenos, solidarios y optimistas. Indica además, que aplicar las ?fortalezas personales? en los momentos y ámbitos cruciales de la vida,  desarrolla protecciones naturales frente a las adversidades, la depresión y las emociones negativas, y permite que la persona tenga una visión diferente de lo que ocurre. 
    Berger en su libro ?Anatomía del Humor? (1998)  define:  ?Lo cómico debe entenderse como una forma de magia. Lo cómico, al igual que la magia, provoca un desplazamiento repentino y racionalmente inexplicable del sentido de la realidad?.
    Moody R.(2002) señala: ?la capacidad de reír es uno de los rasgos más característicos y profundamente  asentados del hombre. Fueron muchos los psicólogos y filósofos que han argumentado que el hombre es el único ser que ríe o tiene sentido del humor, hay quienes han llevado más lejos esta cuestión, como para sugerir que el hombre podría ser definido como ?animal risible? el animal que puede reír.?

II- Desarrollo
a) El humor y su relación con la resiliencia:
    El término  humor nos lleva al concepto de resiliencia, definiendo esta última como la capacidad que tiene una persona o sistema social para lograr vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de condiciones de vida difíciles.  Dicho concepto destaca los recursos para idear soluciones.
    Las características del sujeto resiliente son: habilidad, adaptabilidad, baja susceptibilidad, enfrentamiento efectivo,  conductas vitales positivas, y habilidades cognitivas, todas desplegadas frente a las situaciones vitales adversas estresantes,  que le permiten atravesarlas y superarlas.
    Henderson y Milstein  afirman ?Las personas pueden sobreponerse a las experiencias negativas y a menudo,  hasta se fortalecen en el proceso de superarlas.? (Henderson N, Mike M. 2003)

b) Efectos del humor:

Fisiológicos:

    Cuando el buen humor desencadena la risa dice el Dr. Moody  ?hay un decrecimiento del tono muscular, quedando los músculos fláccidos y la risa implica una liberación de tensión o de energía excesiva.? 
    Las emociones positivas, como alegría, buen humor, optimismo, paz, entusiasmo, son denominados estados de ánimo. Se manifiestan en el cuerpo como realidades bioquímicas que generan  distintas respuestas que ayudan a combatir y hasta revertir algunas enfermedades. 
    Algunos beneficios del buen humor y la risa son:

Libera las hormonas endorfinas: cuando la glándula pituitaria recibe un  estímulo generado por nuestra sonrisa voluntaria y consciente, reacciona liberando endorfinas, las que además de ser el analgésico natural del cuerpo, producen, al ser liberadas, una sensación de bienestar.
Disminuye la hormona suprarrenal cortisol: el estrés crónico provoca cambios fisiológicos adversos, mientras que la risa es su antídoto. Esta  hace descender el nivel de cortisol que se produce en la sangre ante una situación de estrés. La risa y el humor son escapes al sufrimiento que resulta de la diferencia entre las aspiraciones humanas y la realidad que a uno le toca vivir.
El Dr. Daniel Rossetti, (2001)  indica que ?durante la risa hay una  reducción y/o normalización de aquellas  funciones orgánicas que se alteran durante el estrés. Es así mismo como se ha determinado que la risa disminuye la presión arterial, la frecuencia cardiaca, la tensión muscular y decrece la activación del estrés.?

Relaja el sistema muscular: Actúa sobre el sistema neurovegetativo, que es regulado por el sistema limbico, el núcleo de las emociones. En los episodios de  risa se pone en marcha en primer lugar el sistema nervioso simpático, para dar pronto paso al parasimpático,  cuya acción es más duradera. La tensión arterial baja y  regulariza la respiración y la digestión, pues al descender el diafragma se produce un efecto masaje sobre el hígado y la vesícula biliar.  Con relación a la respiración, se produce una mejor oxigenación de todos los tejidos.
Algunas investigaciones médicas y especialmente de la psico-neuro-inmuno-endocrinología determinaron que la glándula timo no se atrofia en la adolescencia. Pero sí cambia de tamaño y disminuye, de este modo, en beneficio del organismo. Es la glándula más importante del sistema inmunológico, en ella maduran los linfocitos T. Si realmente se atrofiaran, no existiría la inmunidad del organismo. El humor, ayuda a mantenerla en funcionamiento.
        Psicológicos:

    El verdadero humor consiste en reírse de sí mismo, de lo que uno hace, dice o piensa. Este proceso se lleva a cabo a través del ?autodistanciamiento?.  Por otra parte, el humor representa una actividad creativa del ser humano, puesto que lo risible no nace de las cosas, sino de la persona misma.
    Cuando la persona se ríe de sí misma aumenta su  autoestima y desarrolla una actitud de  reto o desafío que consiste en hacer frente a las tensiones.  El verse a sí mismo desde una perspectiva cómica brinda afecto, entendimiento, apoyo, diálogo, juego y favorece una relación más cercana con los otros.

Sociales:

    El humor tiene beneficios en el ámbito terapéutico, laboral, escolar y/o en reuniones sociales, ya que descomprime y puede ser útil para solucionar desacuerdos,  porque  relaja y refuerza las  relaciones con los otros (Moody 2002). 
    Respecto del área laboral, muchas empresas como IBM, Xerox, General Motors,  y otras, han incorporado el humor en su filosofía corporativa, su estrategia de recursos humanos o sus programas de formación.  El humor favorece la innovación,  la motivación, potencia la salud actúa  en los  recursos humanos posibilitando  el incremento de su productividad.

c) El humor en la psicoterapia

    La mayoría de las corrientes psicológicas reconocen su valor en el proceso terapéutico. Una minoría concluye que el humor puede ser un modo de descargar hostilidad, frustración o una manera de tomar con ligereza los problemas del paciente. En base a todas estas investigaciones subyace la idea de que el humor es un recurso que hay que nutrir, cultivar y conservar.
    Cloe Madanes (1987), plantea que las intervenciones humorísticas en la terapia de familia tienen el propósito de incluir elementos inesperados y sorpresivos facilitando a los miembros correr el foco de las críticas no constructivas y encontrar otras alternativas  para mirar el conflicto familiar.
    En la terapia de niños y adolescentes Salameh y Fry señalan en ¨Humor y Bienestar en la Intervención Clínica? que el humor promueve rapport positivo entre terapeuta ? paciente facilitando una mejor alianza terapéutica con la población de infantes y jóvenes.
    Por  otro lado,  indica el nivel de desarrollo cognitivo y social de este grupo.
    Por último, como técnica terapéutica para explorar sentimientos, lidia con la resistencia y promueve cambios. 
    El autor aclara que el humor es un medio que facilita la  catarsis en el  proceso terapéutico.
    En la terapia grupal de niños, el humor revela información acerca de ellos, crea una respuesta positiva, y espontánea.

d)  Usos del humor en distintas orientaciones:

1 – El uso del humor en la Terapia psicoanalítica:

    Freud, (1905) en su ensayo sobre el chiste y el inconsciente afirma; ?Como los chistes y lo cómico, el humor tiene algo de liberación acerca de algo, pero tiene también algo de un sentido de grandeza y de elevación que suele faltar en las otras dos formas de obtener placer desde una actividad intelectual. Esta grandeza se basa en el triunfo del narcisismo, y en la victoriosa autoafirmación de la invulnerabilidad del ego.? En este ensayo Freud presenta el humor como un mecanismo de defensa que utilizará la condensación, la simbolización, el desplazamiento y la represión como vehículos donde se expresa el humor. 
    Freud (1905) en ?El chiste y su relación con el inconsciente?  describe la risa como una descarga defensiva de tensiones,  provocada por sentimientos o pensamientos asociados con el odio y la sexualidad en situaciones donde la expresión sería inadecuada.
    Salameh y Fry en ?Humor en la intervención clínica?  citan lo siguiente (Freud 1905),  ?a veces,  los chistes no tienen un fin preciso.?  Creía que algunos  ocultaban sentimientos hostiles, obsesivos o cínicos.
En  ese caso permitían la expresión indirecta de sentimientos reprimidos agresivos o sexuales
    Goldstein (1972) dice ?el humor es una buena sublimación frente a los impulsos no deseados y las necesidades inconscientes de destrucción. Resulta ser un antídoto frente a la ansiedad,  la depresión y un mecanismo útil para la desexualización, y para liberar la amenaza reprimida.?

2 – El uso del Humor en las Terapias cognitivas-conductuales:

    El incluir el humor y la risa en la terapia de la conducta, permite al paciente una nueva forma de afrontar situaciones que con anterioridad habían sido consideradas problemáticas.
    La terapia Racional Emotiva de Ellis (1977, 1983) emplea gran variedad de métodos, entre ellos el humor para interrumpir y alterar las creencias irracionales del paciente, que actúan saboteando en forma de resistencia los procedimientos terapéuticos.
    “De cualquier forma que se presente, la psicopatología consiste en tomar demasiado en serio no sólo la vida sino también a nosotros mismos: exigiendo que debemos conseguir exactamente lo que queremos; concluyendo que es trágico cuando nuestros deseos se ven frustrados o aplazados; juzgando que nosotros y los demás son demonios o dioses según la forma de actuar buena o mala. De aquí se deduce que una de las finalidades más importantes de la psicoterapia es socavar la excesiva seriedad de las personas.? (Ellis, 1976).
    Entonces, en gran medida, la perturbación emocional consiste en tomar la vida demasiado en serio, en exagerar la importancia de las cosas, la sensación de catástrofe, de horror y atrocidad de todo lo que ocurre (o pasando al extremo defensivo de no tomarlas suficientemente en serio). En este sentido la psicoterapia racional-emotiva conductual consiste en demostrar a las personas sus creencias disfuncionales catastróficas y desafiar enérgicamente su  excesiva seriedad.
    Navas (1989) explica que es fundamental diferenciar el reírse y hacer bromas, de las ideas de la persona y humanidad del paciente,  que es fundamental respetar siempre.

3 – El uso de humor en la Logoterapia de Víctor Frankl:

    Frankl (1983) define la intención paradójica como un proceso mediante el cual el paciente es animado a hacer o desear que ocurra aquello que precisamente teme.  Es  la capacidad  humana de captar el lado cómico de las cosas,  el auto-distanciarse de manera que pueda objetivar los síntomas y separarse de ellos.

4 – El uso del humor en la Hipnoterapia Ericksoniana:

    Milton Erickson asocia el humor al uso de metáforas. La utilización de juegos de palabras, chistes, relatos entre otros, busca llevar el conocimiento más allá de su contexto inicial, hacia un contexto nuevo.
    El autor plantea que las personas con dificultades en el accionar muchas veces piensan con  pautas rígidas.  Una de sus metas terapéuticas consiste en  quebrantar dichas creencias creando confusión.  El reencuadre también es otra de  las principales herramientas empleadas para eludir e interferir en las  creencias auto-limitantes de los  pacientes.
    Finalmente y para complementar lo dicho anteriormente, David Gordon y Manbeth Meyers Anderson (1981) han descrito y reproducido el trabajo terapéutico de M. Erickson formulando tres generalizaciones acerca de la orientación básica del mismo:

La importancia de la flexibilidad tanto del paciente como del terapeuta.
Del humor.
La orientación a futuro
e) Intervenciones terapéuticas y tratamientos con el humor:

1 )Desensibilización Sistemática:

    El humor puede usarse previo a la visualización de las escenas temidas, si surge espontáneamente, da cuenta de un efecto de cambio cognitivo, ya que el sujeto puede interpretar de una manera diferente la situación estímulo.

2) Entrenamiento asertivo:

    Las personas no-asertivas experimentan temor excesivo acerca de las consecuencias de su comportamiento disfuncional. De manera que, el crear o enfatizar diversos aspectos humorísticos en la técnica del juego de roles ayuda a  reducir sus temores.
    Una posible estrategia es la exageración. Estas personas, frecuentemente tienen expectativas erróneas de cómo los demás reaccionarán si expresan sus sentimientos, opiniones, o hacen valer sus derechos personales.
    En el entrenamiento asertivo, se enseña a expresar  apropiadamente el coraje a través del humor.

    3) Modelaje:

    Servir de modelo es una función que el terapeuta implementa explícita o implícitamente durante el proceso de tratamiento terapéutico. Muchas veces es favorable que el  profesional transmita  un mensaje,  un problema puede ser tomado seriamente y describirse humorísticamente.

    4) Reforzamiento:

    Cuando un paciente es capaz de hacer una broma o reírse acerca de asuntos personales que antes habían sido dolorosos o vergonzantes, dicha reacción humorística por lo general representa un cambio significativo en la visión de sí mismo, del mundo y de sus circunstancias. (Ventis, 1987; Navas, 1989)
    Al brindar el terapeuta atención al humor por parte del paciente, motiva y refuerza el uso de los recursos humorísticos que la persona no ha utilizado o ha dejado de hacerlo, debido a inhibiciones personales.

f)  Humor en el terapeuta, en el paciente y en las reuniones de supervisión:
a) En relación con el terapeuta:

    El modelaje del terapeuta que implementa el humor favorece en los pacientes una forma de auto-expresión abierta y espontánea.
    Dimmer S. Carroll J. (1990) sostienen que las intervenciones humorísticas pueden ser aplicadas constructivamente siempre que el terapeuta no las utilice en su propio interés mostrando su superioridad frente al paciente.
    El sentido del humor en psicoterapia es una experiencia interpersonal interactiva que se produce entre el terapeuta y su paciente. Heuscher sostiene que la efectividad en el uso del humor es proporcional a la autenticidad de la relación interpersonal.
    Según  Weiss, H (1984) un terapeuta que emplea humor es creativo e imaginativo, el humor genera intimidad, refleja humanidad e interés por parte del mismo.
    Resenheim E, (1974), indica que los intercambios humorísticos durante la terapia incrementan la capacidad del paciente para percibirse a sí mismo y las relaciones con los demás de forma precisa y ayuda a superar la resistencia en  pacientes adolescentes. El humor genera intimidad y refleja la humanidad y el interés por ayudar por parte del terapeuta, de este modo se establece una alianza terapéutica más informal.

b) En relación con el paciente:

    Generalmente, el paciente comienza su trabajo terapéutico cuando esta preparado para hacerlo, por lo cual parte de la sesión es de carácter social, comentando las novedades de la semana, haciendo chistes, suscitando diversión, y desmitificando la creencia de la necesidad de considerar el proceso terapéutico como estructurado, serio y hasta doloroso.

c) En relación con la Supervisión:

    En su texto ?The handbook of humor? E. Buckman hace referencia al humor en las reuniones de supervisión, al respecto menciona: ?Los efectos de las intervenciones humorísticas en psicoterapia incluyen llamar y mantener la atención del paciente, fomentar la motivación, proveer un ambiente agradable y generar  una interpretación mas creativa y expansiva de los eventos con oportunidad de un nuevo aprendizaje (Killinger 1987).? 
    Las experiencias de los pacientes son muy parecidas a las de los supervisados.  Estos también buscan clarificar, entender, crecer y aprender en sus entrenamientos.
    Los pacientes y los supervisados comparten similitudes en la estructura y proceso. En sus  experiencias de desarrollo,  incluyen ayuda profesional a través de la enseñanza y  la guía
    Por otra parte,  Buckman cita a los siguientes autores: ?Friedman y Kaslow (1986) sugirieron que el desarrollo de la identidad profesional progresa en los psicoterapeutas a través de distintos pasos en la supervisión (…) empezando con experiencias de ansiedad y dependencia.  El principal objetivo de la supervisión es permitir el movimiento desde la dependencia hacia la confianza y competencia.?
    Schwartz (1986) sugirió que los supervisados generalmente se preocupan por el aspecto evaluativo del proceso de supervisión y se paralizan por la ansiedad que genera.  Sin embargo para que haya aprendizaje la ansiedad debe reducirse para no interferir en la adquisición de información. Un método es la aplicación del humor y la risa en el proceso de entrenamiento de supervisados.  En este contexto  puede ser usado para mejorar la relación entre supervisor y supervisado, facilitar la adquisición de habilidades clínicas competentes y ayudar a desarrollar la identidad profesional?.

g)  Precauciones y advertencias para el uso del humor en psicoterapia:

    Algunos autores, consideran que el humor no debe usarse  con niños con depresión profunda, esquizofrénicos o que han padecido abuso sexual.
    Salameh y Fry (2001)  hacen los siguientes señalamientos: ?En ciertas ocasiones el humor puede usarse como mecanismo de defensa para no tomar su problema seriamente. Alejarse del objetivo terapéutico puede desalentar al niño en el desarrollo de habilidades sociales. El humor no debe usarse deliberadamente en terapia sino de forma estratégica, consciente y racional.  El terapeuta debe considerar la contra-transferencia y otros factores interpersonales que pueden influenciar el uso del humor con un paciente  y  en un momento determinado.?

III – Conclusiones:

    El recorrido bibliográfico y nuestra experiencia profesional en el Equipo de familia en un Servicio de sicopatología en un Hospital General, nos hizo reflexionar acerca de nuestro quehacer diario y  como optimizar nuestros recursos personales, usando el humor, a la hora de afrontar nuestra tarea de una manera creativa y flexible.
    La salud en el siglo XXI sufrió la influencia de diferentes factores relacionados con guerras, violencia, avances tecnológicos, migraciones etc. Nuestro país vivió en estos últimos años sucesivos cambios políticos y económicos que repercutieron en los aspectos sociales y psicológicos de sus habitantes.
    Actualmente existe un marcado incremento de desordenes psíquicos, los motivos de consulta más frecuentes giran alrededor de temas relacionados con el estrés, trastornos psicosomáticos, aumentaron las consultas por temas de violencia, maltrato y abuso. Crecieron los casos de adicciones, adolescentes embarazadas y  personas que padecen HIV.
    Es necesario que, frente a estos fenómenos, los psicólogos, psicopedagogos y equipo de salud en general, amplíen el  repertorio de estrategias en el área preventivo asistencial. 
    Los profesionales de la salud  y específicamente el terapeuta, asume un  fuerte compromiso en la labor psicoterapéutica dado que el instrumento de la terapia es su propia persona.
    La tarea del terapeuta tiene un punto de excelencia cuando esta inserta dentro de un equipo interdisciplinario, en el que los integrantes se sienten contenidos y acompañados.
    Asimismo, tiene un valor considerable  contar con espacios de humor, recreación y, descanso, ya que estos ingredientes producen distensión y mayor efectividad en el proceso de la psicoterapia.
    Para finalizar, dado que esta temática es muy interesante y actual,  por los interrogantes planteados y  las limitaciones del trabajo acentuamos el tema del humor y sus implicancias en la  psicoterapia. Creemos que, a pesar de los estudios existentes, queda aun mucho por investigar y ahondar.

¿Es la expresión corporal una alternativa para desarrollar habilidades comunicat

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?Una maravillosa armonía  enlaza las cosas creadas entre sí, y el ojo del pintor extrae del espectáculo de la vida los elementos de su arte. El batir de las alas de un pájaro nos dará el trazado de un párpado y la ola que muere en la arena, el movimiento de una sonrisa. En el cielo he hallado reflejos aplicables a la mirada, y las flores me han enseñado actitudes para las manos?.
?Extraigamos las formas de la naturaleza, y las almas de nuestra alma?.
Leonardo De Vinci.

La utilización de las terapias artísticas y corporales ha adquirido actualmente un auge enorme, tanto para la Psicología como para otras disciplinas. Estas abordan al hombre de manera holística y reconocen el cuerpo como mediador del desarrollo, promueven cambios positivos, estimulan la creatividad y  la habilidad de expresarse libre y espontáneamente. La expresión corporal es una terapia corporal que  tiene como instrumento: el propio cuerpo.

La estimulación del desarrollo de habilidades comunicativas a través de las técnicas de Expresión Corporal,  tiene lugar precisamente porque esta última constituye en sí misma un lenguaje y una vía  para la interiorización y exteriorización de sensaciones, emociones, sentimientos y pensamientos en el individuo, que tiene entre sus ventajas englobar la sensibilización y concientización de nosotros mismos para, entre otras cosas, satisfacer nuestras necesidades de expresar, comunicar, crear, compartir e interactuar con el o los otros  en la sociedad en  que vivimos.

Desde el enfoque Histórico- Cultural, enfoque guía de nuestra escuela psicológica actual, se le dedica atención a las cuestiones del cuerpo de manera general. Este marco nos permite aproximarnos a una concepción de cuerpo que podría constituir en sí misma un modo de superación del dualismo de la relación cuerpo-mente que aún hoy pone barreras a las investigaciones y al desarrollo actual. Constituye actualmente una demanda, en múltiples niveles: social, profesional, científico, disciplinar, etc., ampliar la noción que tenemos acerca del cuerpo en la actualidad. Es importante también la integración de las diferentes disciplinas en función de lograr una mayor atención sobre el cuerpo y sus potencialidades para promover un mejor desarrollo humano en todos los sentidos.

El hombre es un ser corporal, portador de una psique y su esencia es histórico social. Desde la ontogenia y durante su desarrollo se encuentra inmerso en diversos grupos sociales, influenciado  por el medio externo: social, natural, histórico, construido. Sus estructuras biológicas y psicológicas están en constante cambio y movimiento, incluso imperceptiblemente, desde que nace hasta que muere. Por tanto somos un cuerpo y tenemos un cuerpo, y el mismo podemos definirlo como: ” Sistema viviente, que se interrelaciona con el medio exterior, crece en el espacio y/o en el tiempo, que cumple diferentes funciones, y en el caso del cuerpo humano se transforma por la historia y la cultura portada otros hombres, generación tras generación, expresándose de forma particular?. Esta definición es una aproximación elaborada por la doctora Febles en: “El cuerpo como mediador de las funciones psíquicas superiores. Hacia una Terapia Corporal?.

Conocer, tomar conciencia de cómo se va construyendo durante nuestro desarrollo, explorar cómo influyen los eventos cotidianos en esta construcción,  saber cómo determina el propio cuerpo, sus potencialidades o sus habilidades, en nuestra conducta diaria y conocer cómo influye nuestro cuerpo en la comunicación, son aspectos importantes e interesantes a su vez, pero también limitados por las barreras que nos imponemos a diario, por las normas establecidas o por las costumbres formadas de generación a generación. Al hacernos partícipes de estos planteamientos nos convertimos, en alguna medida, en responsables de buscar algunas vías para promover el conocimiento del cuerpo, el  trabajo consciente con el mismo, para eliminar esas barreras que impiden que vayamos más allá de la palabra. Entre las vías posibles surge la técnica Expresión Corporal, la misma ha sido utilizada por un gran número de especialistas de diversas ramas y nosotros la asumimos como una  terapia corporal.

La expresión Corporal constituye en sí misma un lenguaje que logra la integración de las áreas física, afectiva e intelectual. ? La Expresión Corporal entendida como movimientos, gestos del cuerpo, es uno de los medios o potencialidades esenciales del individuo para trasmitir sus ideas, sentimientos, estados de ánimo, emociones, para representar la forma en que se percibe y elabora la realidad, donde se ven movilizados todos sus afectos como sus cogniciones? (Aguirre, 2002, p. 17)

?Nuestra vivencia cotidiana es Expresión Corporal? (Cabrera, 1998). Movernos en el espacio y en el tiempo, realizar determinadas actividades cada día, improvisar, crear, sentir y percibir todo esto, interactuar con los otros, descubrir sensaciones, sentimientos, emociones, eso es expresión corporal, es cuando el cuerpo danza por la vida con un movimiento muy propio en el que  se conoce y se reconoce.  ?Se trata especialmente de una manifestación del cuerpo que la persona no ha codificado ni elegido? y por tanto: ?Adquirir conciencia del soporte corporal de cada una de estas expresiones lleva a trabajar sobre sus manifestaciones físicas, descubriendo alternativas que se correspondan cada vez más con nuestros motivos básicos y necesidades comunicativas? (Cabrera, 1998). El uso de técnicas en las que se potencie  el trabajo consciente con el cuerpo, y específicamente con la expresión del mismo ofrece una posibilidad de potenciar la formación de la personalidad en el individuo.

Constituye en sí misma una técnica valiosa, resultando a su vez una manifestación propia del cuerpo,  con los vocablos comunes: explotar, hacer consciente, trabajar, comunicar, expresar. La Expresión Corporal, en toda su magnitud, lenguaje del cuerpo o técnica, adquiere incalculable valor al insertarla en el trabajo terapéutico, grupal o individual, e incluso en el trabajo docente.

La Expresión Corporal es un  lenguaje que a través del movimiento del cuerpo comunica  sensaciones, emociones, sentimientos y pensamientos,  abarcando otros lenguajes expresivos como el habla, el dibujo y la escritura. De igual forma se ha constituido como una disciplina que se apoya en otros recursos como la música, la poesía que permiten al individuo una máxima capacidad expresiva que no requiere previa destreza.

La búsqueda de nuevas alternativas terapéuticas, en el trabajo con grupos, que permitieran la formación de habilidades comunicativas fue el móvil que llevó a la realización de una investigación en la Universidad de La Habana, el pasado 2003, utilizando como muestra un grupo de estudiantes  de la escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar. Podemos concluir que el trabajo corporal, en particular la expresión corporal utilizado en la metodología cualitativa, (incluido el dibujo, la vivencia y reflexión en grupo) constituye no solo un mediador, sino que llega a ser un vehículo importante para el desarrollo psicológico. Para demostrar estos planteamientos  seguimos el siguiente diseño metodológico.

DISEÑO METODOLÓGICO:
Problema:
¿Cómo contribuir a promover el desarrollo de habilidades comunicativas utilizando la expresión corporal,  en un grupo de  adolescentes estudiantes de la Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar?

Justificación del problema:
La Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar forma parte de los cursos de carácter emergente que tienen lugar en nuestro país desde aproximadamente tres años. Partiendo de trabajos anteriores donde se utilizó como muestra alumnos de esta escuela (Febles, 2001; Aguirre, 2002; Colectivo de autores, 2002), resulta esta investigación encaminado a la formación de habilidades comunicativas en los mismos. La comunicación es un elemento fundamental en el ser humano y de hecho en los Trabajadores Sociales, precisamente  por la naturaleza de la tarea de carácter social que desempeñan; de ahí que el desarrollo de habilidades comunicativas favorecería la relación  satisfactoria con los más diversos sectores poblacionales, sin dejar a un lado lo que les aportaría desde el punto de vista personal.

Se encamina este trabajo teniendo como premisas los resultados encontrados en investigaciones anteriores en los que ?se detectaron dificultades en la comunicación relacionados en la mayoría de los casos con la expresión de sentimientos positivos, timidez y en algunos casos comportamientos agresivos?, ?se detectó el área de relaciones interpersonales donde se encontró que los principales conflictos están en esta área? (Aguirre, 2002,  p. 111).      Otros trabajos nos aportan ?problemas tanto en la expresión oral (problemas de fluidez, vocabulario, coherencia o dominio del idioma), como escrita (cortedad, simplicidad de ideas, faltas de ortografía)? (Febles y otros, 2001),  hipótesis que ha surgido de la experiencia docente personal con estos jóvenes.

Objetivo general:
Proponer un sistema de acciones que al contemplar actividades de Expresión Corporal promueva el desarrollo de habilidades comunicativas en un grupo de adolescentes estudiantes de la Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar.

Objetivos específicos:
1. Fundamentar la utilización de actividades de Expresión Corporal en un programa interventivo para el desarrollo de habilidades  comunicativas en los adolescentes de la Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar.
2. Caracterizar  el grupo de sujetos en cuanto al desarrollo de las habilidades comunicativas y de la imagen que tienen de su propio cuerpo.
3. Elaborar un sistema de acciones que contemplen la expresión corporal.
4. Observar el movimiento de los indicadores del desarrollo de las habilidades estudiadas en consonancia con las actividades de expresión corporal utilizadas en los sujetos del grupo  durante el transcurso de las sesiones.
5. Ofrecer un conjunto de reflexiones que fundamenten la utilización de este programa para el desarrollo de las habilidades comunicativas.

Grupo de sujetos
Para la realización de nuestro trabajo se utilizó un grupo de adolescentes estudiantes de  la Escuela Formadora de Trabajadores Sociales de Cojímar, donde impartía clases de Psicología.  Se escogió precisamente por la necesidad de mejorar en ellos la calidad de la comunicación a través del desarrollo de habilidades comunicativas, pues esta es una de las características técnico- personológicas que requiere un profesional de este perfil (Febles M. y otros en Informe de Caracterización psicológica de un grupo de estudiantes del curso emergente de la Escuela de trabajadores sociales de Cojímar) es una condición necesaria para el futuro desempeño de su rol como trabajadores sociales. Las edades oscilan entre 17 y 19 años. Proceden de los municipios Habana Vieja y Cerro, la mayoría vive en barrios caracterizados como marginales (entre ellos ? Belén?, ?Jesús María?,? El Canal?) y su último grado cursado es el decimoprimer grado. Es un grupo de 12 estudiantes, pues se requería de una cifra que oscilara entre 10 y 15 estudiantes, además la propuesta fue negociada con el grupo para que la participación tuviera un carácter voluntario. Conforman el grupo 13 estudiantes, de ellos 2 varones y el resto hembras.

Metodología, métodos y técnicas:

Utilizamos la metodología cualitativa por constituir un enfoque flexible y perfectamente ajustable al estudio de los fenómenos sociales, por ser además un método que no descubre, sino que construye el conocimiento y que defiende la unión investigado \ investigador a través de un enfoque sistemático, flexible, ecológico y orientado a los valores. No obstante también consideramos necesario  el uso de la metodología cuantitativa aunque en menor escala, el uso de porcientos, del método de proporciones nos permite una mejor descripción de los resultados.

Utilizamos varios métodos, entre ellos el estudio documental que consistió en el estudio de diferentes documentos relacionados con los temas tratados en este trabajo (Comunicación y habilidades comunicativas, Expresión Corporal, grupo  y adolescencia); con el objetivo de profundizar en las consideraciones teóricas y prácticas que, sobre los temas mencionados poseen diferentes autores. Se realizó un análisis histórico lógico consistente en la búsqueda de información acerca de investigaciones previamente realizadas, con el objetivo de conocer antecedentes en el trabajo de La Expresión Corporal como técnica de intervención. Tuvo lugar la modelación de un programa de diez sesiones que en las que se incluyeran actividades de expresión corporal, además la observación como método empírico para recopilar toda la información pormenorizada de la evolución de cada uno de los sujetos del estudio.

Utilizamos técnicas para la exploración y diagnóstico del desarrollo las habilidades comunicativas y para la evaluación de la imagen que tenían los sujetos de su propio cuerpo. Entre ellas:  “Mis relaciones más significativas”, “La persona con la que más me comunico”, “Cuestionario de comunicación”, Cuestionario del cuerpo?,  ?Autodibujo?.

PROGRAMA INTERVENTIVO:
Principios:
Carácter activo del sujeto: mediatiza la influencia de la intervención y se hace responsable de los cambios .
Trabajo vivencial: promover la concientización de la vivencia suscitadas por la actividad.
Principios de colaboración: promover colaboraciones entre los miembros del grupo que  favorezcan su desarrollo y propicien un clima de solidaridad y empatía.
Principio del trabajo corporal: expresar vivencias, sentimientos e ideas a través del lenguaje corporal. Desarrollo de la sensibilidad y concientización del cuerpo.
Enfoque individual en la intervención grupal: tratamiento desde diferentes niveles de ayuda que se brindan teniendo en cuenta el grado de desarrollo motivacional alcanzado.
Principio de la reflexión: Reflexión a través del debate.

Normas del grupo:
Asistencia y puntualidad.
Respeto entre los miembros del grupo.
Participación, Colaboración e Implicación con la tarea.
Compartir comentarios.
No decir No Sé, sino expresar lo que se piensa.
Expresar con todo el cuerpo.
No enjuiciar, hacer críticas constructivas.

Procedimiento:
Las sesiones se deben realizar dos veces por semana durante 90 minutos. Se puede utilizar la observación, y realizar grabaciones para obtener una información mucho más completa de lo ocurrido en la sesión. Se requiere de un local amplio,  con la iluminación y ventilación adecuadas. Y para la última sesión creemos aconsejable realizarla en un lugar al aire libre, combinar la sesión con un visita a algún lugar histórico o recreativo.

Cada sesión se divide en tres partes:
Inicio: En esta parte es imprescindible realizar siempre una actividad de caldeamiento, algunas veces se puede comenzar con una relajación en caso de que lo crea el coordinador. Antes de pasar a la actividad de desarrollo se debe retomar lo sucedido en la sesión anterior y  pasar al tema de la sesión.

Objetivos: Motivar a las personas del grupo a través del caldeamiento.
Preparar las personas del grupo para el tema que se trabaja.
Potenciar el intercambio con el propio cuerpo y la expresión a través del mismo.
Favorecer el vínculo entre los miembros.

Desarrollo: Se realiza la actividad de la sesión que debe responder a los  objetivos específicos  de la misma y se reflexiona a través del debate.
Final: Se utiliza una técnica de cierre donde se despide al grupo.
Objetivos: Cerrar la actividad.
Comprobar los contenidos trabajados a través de la evaluación de  la actividad.
Orientar la tarea.
Comprometerlos para las próximas sesiones.

Las sesiones se realizan partiendo de la información obtenida en las técnicas de caracterización persiguiendo como fin principal la estimulación del desarrollo de las habilidades que se encuentran menos desarrolladas. Siempre se tiene en cuenta la sesión anterior para realizar la siguiente. En la mayoría de las sesiones se utiliza música, fundamentalmente para acompañar las actividades, no obstante se da la posibilidad de que utilizaran su lenguaje expresivo para emitir sonidos y cantar con el objetivo de expresar con el cuerpo a través de movimientos, y  del baile.

RESULTADOS
Haciendo un análisis integrado de las técnicas aplicadas inicialmente y de la observación de las sesiones, obtuvimos los siguientes resultados:

En la caracterización inicial de las habilidades comunicativas de los miembros del grupo estudiado se puso de manifiesto que las habilidades menos desarrolladas en el grupo de estudio son, en primer lugar, la habilidad de comprender empáticamente, desarrollada solo en el 25 % de las personas. Le siguen las habilidades de escuchar activamente y de establecer relaciones interpersonales, ambas desarrolladas solo en la mitad de las personas del grupo (50 %). Y como las habilidades más desarrolladas por los sujetos del grupo de estudio encontramos la habilidad de hacer críticas, presente en el 58, 3 %  de los casos y la habilidad de expresar sentimientos positivos, desarrollada en el 66 % de las personas del grupo.

Entre los indicadores que habían alcanzado un menor desarrollo encontramos los relacionados con: la posibilidad de ponerse en el lugar del otro, desarrollado solo en el 25 % de los casos, la posibilidad de comenzar conversaciones con desconocidos, desarrollado solo por la mitad de los sujetos, y los siguientes que se desarrollaron en  un 58, 3 % de las personas del grupo pero que aún encuentran limitaciones, son  los siguientes indicadores: atención a lo que expresa el otro,  adopción de posturas contemplativas, de escucha, posibilidad de aceptar críticas, etc. Estos son indicadores que se encuentran en un nivel medio de  desarrollo en el grupo. Consideramos el resto de los indicadores (más desarrollados) como aspectos en los que nos podemos apoyar para estimular el desarrollo de las habilidades: la capacidad de aceptar elogios, la actitud activa en cuanto a propiciar acercamientos afectivos, actitud de apoyo, etc.  y el nivel de conocimiento del otro que se encuentra entre medio y alto en la mayoría de los casos.

Respecto al desarrollo de la imagen corporal los sujetos se encuentran en un nivel superficial, en el nivel de aceptación de su propio cuerpo se encuentra en un nivel medio para la mayoría de los casos (58,3 %) predominando las partes del cuerpo evaluadas negativamente sobre las evaluadas positivamente. A través del autodibujo pudimos determinar que para la mayoría (83, 3%) la imagen del cuerpo está asociado al punto de vista estético, características físicas externas y elementos del vestir. Entre los resultados de la calificación del autodibujo también detectamos rasgos de inseguridad (91 % de los casos) de inmadurez (83, 3 %), dependencia familiar en el 100 % de las personas del grupo. Esto está muy relacionado con el hecho de que las relaciones más significativas representadas en la técnica # 1, se circunscriben a los marcos: familiar y de pareja en el 100 % de los casos. También nos llama la atención que al 83, 3 % de los casos se detectó problemas de interacción, dificultades en la comunicación aunque  también es relevante que los rostros de los dibujos, en el 75 % demuestra capacidad de expresar, lo que da al traste con los resultados sobre las habilidades obtenidos anteriormente.

A partir de los resultados decidimos orientar la intervención hacia el desarrollo de todas las habilidades haciendo énfasis en los indicadores que aparecieron como mayor dificultad en las técnicas de caracterización, información que se complementa con la recogida a partir de la guía de observación en las sesiones. Los indicadores más deficientes fueron los siguientes: la posibilidad de ponerse en el lugar del otro, la posibilidad de comenzar conversaciones con desconocidos, atención a lo que expresa el otro,  adopción de posturas contemplativas, de escucha, posibilidad de aceptar críticas. También pretendíamos desarrollar la comunicación con el  propio cuerpo y desarrollar la imagen que los sujetos tienen de su propio cuerpo, su conocimiento y aceptación.

Durante las sesiones se manifestaron dificultades encontradas en la caracterización inicial en un mayor grado de deficiencia incluso se detectó en la mayoría un rasgo característico  que no había sido muy evidente en las técnicas: cierta tendencia a la agresividad ante la diferencia de criterios, por lo que se realizan actividades en la transformación también de esta característica. Por ejemplo se hizo énfasis en las actividades en las que se trasmitían afectos, emociones, etc. Otro indicador que se encuentra en un nivel insuficiente de desarrollo, detectado en las sesiones, es el modo en que se realizan las críticas para o que se destinaron actividades de expresión corporal y debates para la reflexión en el grupo.

Hubo un desarrollo gradual de las habilidades en general y de los indicadores fundamentalmente, que se expresa desde el proceso de identificación de los mismos, pasando por la reproducción e imitación de comportamientos hasta la incorporación o concientización , esto último se reflejó en la trascendencia de los contenidos aprendidos a otros momentos fuera del taller y diferentes al mismo. Podemos afirmar que las habilidades más desarrolladas durante las sesiones en los sujetos fueron la de escuchar activamente, de comprender empáticamente  y de establecer relaciones interpersonales.

Los cambios más significativos estuvieron relacionados con la capacidad de prestarle atención a lo que expresa el otro, de expresar sentimientos positivos, además la posibilidad de hacer y recibir críticas y de establecer relaciones interpersonales, y los indicadores que alcanzaron mayor desarrollo fueron el de atención al otro, ponerse en el lugar del otro, y de establecer relaciones interpersonales afectivas.

También se observaron mejorías en cuanto a la dinámica de la expresión corporal, los movimientos se hicieron cada vez más amplios, seguros y espontáneos. Además mejoró el desarrollo de la conciencia del cuerpo a través de la exploración y el tacto. De manera general se observaron cambios positivos en todos los sujetos, en algunos más evidentes que en otros. Las actividades de expresión corporal contribuyeron a la cohesión del grupo a través de las colaboraciones entre los miembros y el trabajo con el cuerpo.  A la vez que el marco grupal propició el intercambio de información y emociones entre  sus miembros, aspecto este que promueve el desarrollo del grupo en  la interacción  a través de las sesiones, también se fortalecieron los vínculos afectivos existentes y se crearon nuevos, logrando un ambiente agradable.

Las sesiones vivenciadas positivamente,  favorecedoras de la construcción del conocimiento y de la formación de habilidades comunicativas son: las sesiones  3, 7, 6 y 8. En las mismas se abordaron los temas: Escucha activa, Expresión de Sentimientos Positivos, Criticidad y Relaciones Interpersonales. Esta sesiones propiciaron la concientización por parte de los sujetos de las dificultades fundamentales en el desarrollo de sus habilidades para la comunicación. Las personas del grupo fueron conscientes de hábitos, conductas aprendidas que interrumpen el proceso de la comunicación y que impiden la expresión a través del cuerpo. Las sesiones que provocaron mayores reflexiones fueron las sesiones 3 (¿Siempre que escuchamos, escuchamos?) y la 6 (Criticidad), y las que tuvieron mayor influencia en la formación de nuevos vínculos afectivos y la creación  de nuevos fueron: la 7 (Expresión de Sentimientos Positivos) y la 8 (Relaciones Interpersonales).

De las actividades, la que es  considerada como difícil aunque no desagradable, fue la actividad en la que se convertían en objetos, animales o cosas. Esto podría estar relacionado con el hecho de que no se explotaban suficientemente las potencialidades del cuerpo. La ? quema de los no puedo? fue la actividad que más se recordó por las vivencias positivas que se produjeron en cada persona del grupo, incluso fue representada como la que más agradó, al igual que un momento de la sesión 3 en la que se creaban y modificaban las estatuas representando situaciones de escucha y no escucha.

Consideramos necesario para otros talleres tener en cuenta la necesidad de activar y motivar a los sujetos desde el inicio de las sesiones, se podría incluir un pequeño espacio de calentamiento utilizando ejercicios físicos. Esta constituiría una alternativa que en conjunto con la relajación prepararían el cuerpo para el trabajo consciente. Ambas se pueden utilizar de acuerdo al estado de los individuos, incluso juntas en las sesiones.

CONCLUSIONES:
Entre los principales logros o aportes de este trabajo podemos referir:

El sistema de acciones elaborado y aplicado contribuyó al desarrollo de habilidades comunicativas en un grupo de estudiantes de la Escuela de Trabajadores Sociales utilizando la Expresión Corporal como una técnica que constituye a su vez un lenguaje, que a través del movimiento comunica sensaciones, emociones, sentimientos y pensamientos.

La caracterización del grupo obtenida nos brindó información sobre el desarrollo de habilidades comunicativas y de la imagen corporal sirviendo de punto de referencia para la elaboración y puesta en marcha del sistema de acciones.

La elaboración del sistema de acciones se realizó de un modo flexible, teniendo en cuenta siempre los resultados obtenidos en la sesión anterior, también se contempló la utilización de actividades de Expresión Corporal, de dinámicas grupales y técnicas participativas.

Se observó el movimiento de los indicadores del desarrollo de las habilidades estudiadas en consonancia con las actividades de expresión corporal utilizadas en los sujetos del grupo  durante el transcurso de las sesiones.

Se ofreció un conjunto de reflexiones que fundamentan la utilización de este programa para el desarrollo de las habilidades comunicativas:
1- El trabajo corporal, en particular la expresión corporal utilizado en la metodología cualitativa, (incluido el dibujo, la vivencia y reflexión en grupo) constituye no solo un mediador, sino que por su carácter ontegenéticamente movilizador de funciones llega a ser un vehículo importante para el desarrollo psicológico.

2- La expresión corporal en adolescentes retoma el papel del desarrollo psicomotriz, probablemente obstruido en edades anteriores, actualizando y potenciando las funciones psíquicas que han permanecido inhibidas o detenidas en su desarrollo, empezando a expresarse.
3- El trabajo realizado nos permite hipotetizar acerca de que la expresión corporal favorece la aparición de emociones, la relación con uno mismo, que a su vez despierta funciones, a partir del restablecimiento de interconexiones y vínculos internos entre lo corporal como un todo y lo psicológico como una función del cuerpo.

4- Por su carácter multidimensional, promueve el desarrollo en diferentes áreas de la personalidad (inseguridad, conflictos, inmadurez, dependencia familiar), pero muy en particular la función comunicativa, que junto a la actividad constituye un principio fundamental del desarrollo.

REFLEXIONES SOBRE EL FENOMENO DE LA APATIA EN AMBITOS ESCOLARES

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“La pasión no solo es constitutiva  del ser humano
sino  principio de toda comunidad  y sociedad,
la misma se  relaciona con la  creatividad y la
acción.  Es decir, la pasión se pone  en juego en
la acción. En todo acto creativo el sujeto se  funda
y, a la vez, se enajena  en la pasión permitiendo
que las  pasiones alegres triunfen sobre las  pasiones
tristes, el amor sobre el  odio, el  sentimiento de lo
maravilloso sobre el sentimiento  de lo siniestro”

Enrique Carpintero

” Pase lo que pase nuestra
esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión”

Walt Witman

Los que trabajamos junto con docentes tratando de acompañarlos oficiando de co-pensores en la dura tarea de crecer como educadores y de realizar aportes para la transformación de la educación, recibimos a menudo consultas respecto al comportamiento de niños y adolescentes denominado “apatía”. Estos educadores señalan a este fenómeno que se ha incrementado en estos últimos tiempos y que afecta a un sinnúmero de alumnos de todas las edades, como “una falta de interés” en el colegio, en las actividades, en el futuro, etc.

Por supuesto que la apatía  como afección ha sido muy estudiada competentemente por profesionales  de todas las ciencias humanas y tratada en ámbitos terapéuticos de prevención de salud mental. Lo que me lleva a desarrollar este entramado de reflexiones es la necesidad de brindar una respuesta que esperan estos docentes respecto a la posibilidad de hacer algo en la tarea cotidiana  respecto a este fenómeno que además, parece exceder el ámbito escolar para instalarse en la misma sociedad.

Pero, qué significa “apatía”? Ninguna consideración debería obviar la pregunta ya que esta nos conduce al significado profundo del término y nos permitirá desprender de ella las consideraciones. El término “apatía” proviene de dos vertientes etimológicas: el verbo p£scw (pasjo) en griego significa en primer lugar, “estar afectado por una pasión o sentimiento; experimentar alguna impresión placentera o dolorosa”  De allí se deriva p£qoj (pathos) que significa  “pasión (en todos sus sentidos); sentimiento, sensación, emoción.  En la vertiente latina, muy emparentada con la griega,  y que luego pasará al castellano, se utiliza el verbo “patior”: padecer, sufrir, soportar, tolerar, consentir, permitir”  y sus derivados: “patiens” : el paciente y “patientia” : tolerancia, sumisión.  Nótese las sutiles diferencias entre las dos vertientes, la griega y la latina.

Por otro lado, la palabra “apatía”, lleva un prefijo  “a” , uno de cuyos significados es el de “privación, falta de, impotencia”.  Reunidos todos estos datos, ¿qué nos aporta este análisis lingüístico al tema que nos ocupa?  Precisamente nos indica que “algo se ha retirado, suprimido, privado” y ese algo es “la pasión, el sentimiento, la experiencia”.  La apatía conforma así un estado de sustracción, de ocultamiento, se supresión de estados emocionales, apareciendo como una sensación de vacío, de ausencia. Y lo curioso es que una pequeña partícula, la letra “a” nos ha dado la pista para descubrir en contenido de este fenómeno.

Y esto es lo que los docentes señalan en su práctica pedagógica: los niños y los adolescentes, ¿qué es lo que retiran, sustraen de su vida escolar? ¿De qué se privan?  ¿Se trata solo de una  situación de tipo personal o está en juego intrincadas redes sociales de interacción?  ¿Porqué sucede esto? ¿Cuáles son sus causas?  Las siguientes reflexiones tratarán de tejer la trama y la urdimbre de la respuesta a esta problemática.

La primera respuesta a estas preguntas es formular otra pregunta: ¿Cuál es la situación  de niños y adolescentes en el sistema educativo? El paso por el sistema educativo se corresponde a las etapas de la niñez, la pubertad y adolescencia, momentos de ansiedad y de incertidumbre, donde se da una apertura a lo social que trasciende el reducido mundo familiar, muchas veces sin recibir ayuda por parte de las personas adultas. Durante estos años, los alumnos en la escuela no solo aprenden contenidos curriculares, sino otra programación oculta, sutil y silenciosa con la que aprenden reglas de interacción social, relaciones de poder, valores que difieren de los que se predican y que se actúan más allá del lenguaje verbal. Las modalidades de vinculación autoritaria se trasmiten en los estilos de comunicación y aprendizaje y se evidencian en la obsesión por la uniformidad y reglamentaciones disciplinarias, en la ausencia de diálogo, en las actitudes intolerantes frente al disenso. Para muchos alumnos, la escuela se ha convertido en una deshumanizada oficina expendedora de títulos y certificados; en un lugar donde no hay lugar para lo nuevo, lo imprevisto, lo diferente; donde la indisciplina solo es vivida como un ataque personal a los adultos que detentan la autoridad. El alumno que transita los abruptos caminos (curricula) del sistema educativo, también percibe la dicotomía entre aprendizajes escolares y extra-escolares (abismo) Vive el aprendizaje como algo cuya justificación y utilidad está encerrada en si misma; desarrolla actividades organizadas por profesores cuya finalidad muchas veces desconoce. Tiene presente “qué tiene que estudiar”, algunas veces no tiene idea de “cómo”, ni “para qué” lo tiene que hacer. Percibe objetos frecuentes y naturales de la vida escolar: libros, papeles, pizarrones, tizas, etc. y también el despojo de lo que le es “propio”.
Si se le preguntara para que sirve lo que está estudiando, las respuestas rondarían alrededor del modelo de sociedad: un modelo de “acumulación” y de “marginación” : “pocos llegan, solo los dotados” . Los contenidos los siente como impuestos y ligados rígidamente al contexto en el que fueron aprendidos y su aplicación es posible en contextos similares: el aula. La prioridad excesiva a un reducido sector de la personalidad, hace  que el énfasis esté puesto en algunos factores intelectuales: el “retener”  y el “repetir”: exigencias casi exclusivas de los exámenes finales que por algo se llaman finales: toda la educación apunta y termina en ellos.
No es extraño que muchos docentes se pregunten con razón qué es lo que el alumno “retira”, “suprime” en su vida escolar. Es precisamente lo que queda afuera de estos exclusivos factores antes mencionados: el sentir, el experimentar, el observar, el investigar, el intuir, el querer, la pasión por el descubrir, etc.
Hace poco se realizó una encuesta en un colegio de educación técnica entre alumnos de los últimos años.. Una de las preguntas consistía en señalar “¿qué características de la escuela son más importantes para Ud.?” Algunas  respuestas reflejaban el pensamiento de casi todos los  entrevistados, como por ejemplo: “Una de las características que me parece importante es que cada vez que paso de año, te dan menos ganas de estudiar” .  Esto de “menos ganas de”,¿no hace recordar a algo?

La segregación escolar y las clasificaciones de los niños en el colegio, son otras de las formas brutales de moldeado (“formación”, que se le dice) que con frecuencia la escuela realiza. Hay poca preocupación por la personalidad de cada alumno y por el respeto que se merece y la poca que existe, se desvía hacia la categorización y el “etiquetaje”  El ejercicio del poder con frecuencia, se manifiesta sutilmente en juicios, muestras de impaciencia, gestos despreciativos y comentarios desvalorizadores, arrebatos de ira e irritación y los gritos estentóreos (las consultas a los fonoaudiologos, lo atestiguan) Y a todo esto hay que agregar la autodesvalorización del niño y del adolescente como forma de reacción ante el ambiente desvalorizador. Recuérdese que los famosos mecanismos de defensa estudiados por el psicoanálisis también pueden ser reinterpretados sistémicamente como “mecanismos de intercambio” con el medio ambiente.
El niño desde su más temprana edad va formando lo que se ha denominado el “autoconcepto”: el conocimiento que tiene de si mismo. El comportamiento posterior depende de ese autoconcepto en cuanto que el mismo se comportará según lo que cree que es capaz  y no tanto por lo que realmente es. De ahí que muchos alumnos anticipen porque “creen  saber” los resultados de su actitud. Los indicadores son las reacciones de los adultos que lo rodean; lo que éstos esperan del niño condiciona severamente lo que el niño hará. Si se le anticipa un hipotético fracaso, los esfuerzos serán mínimos y esperará malos resultados, dando a los adultos la comprobación de la certeza de sus juicios al tiempo que los refuerzan en sus actitudes desvalorizadoras, generándose así lo que se denomina un “circuito de realimentación”.  En realidad no existe un autoconcepto que no haya pasado por los demás. Los niveles de aspiración de los alumnos generalmente están en función de lo que esperan sus docentes. Estas expectativas sobre los alumnos pueden convertirse en “profecías” que se cumplen a  si mismas.  Habría que recordar aquí las investigaciones en el área de la psicología social que se realizaron y que siguen realizándose con los mismos resultados respecto al fenómeno denominado “efecto Pigmalion” (que hace referencia al personaje mitológico que se enamora de su propia obra de tal manera que le impregna vida)
El alumno se ve en los otros como en un espejo y acaba acomodándose a lo que los otros esperan de él. Es fácil comprobar en ámbitos escolares, la correlación existente entre “malas notas” y una autoimagen negativa: al fracaso escolar se lo identifica con el fracaso personal. El tamiz con que se mide a la persona del alumno muchas veces es exclusivamente escolar: “el estudiante se ha comido a la persona”
La apatía no es un fenómeno estático para ser estudiado en un gabinete; tiene un destino dinámico: nace, se desarrolla, lleva al desinterés, el desinterés engendra al aburrimiento y éste muestra muchas caras: la pasividad, la inercia, la tristeza e incluso algo muy nuestro: la bronca y desde allí comienza acercarse al otro polo de la apatía: la agresión rebelde. No es muy extraño encontrar sobre todo en adolescentes la alternancia entre apatía, inercia y exasperación en los comportamientos escolares y extra-escolares. Del rechazo pasivo: apatía, inercia, inhibición, ensueño, escape, ausencia, al rechazo activo: agresividad, rebelión.
Algunos especialistas se han referido a una situación como de contagio: la apatía y el aburrimiento se trasmiten de un alumno a otro, de los alumnos a los profesores, de los profesores a los alumnos y la institución contagia a todos.
Todo lo que se ha señalado sobre la apatía en niños y adolescentes, podría ser referido a los docentes y educadores. Es que en algún momento los docentes pasan a ocupar el mismo lugar del alumno  en el sistema educativo: el lugar de la desvalorización, la no participación, la marginación en las decisiones, la explotación como trabajador de la educación, la coerción, etc. generando inexorablemente la mutilación afectiva que implica  la apatía y que luego es trasmitida (si se puede decir así) al alumno
El docente y el educador pueden pensar que sus intenciones son buenas (y ser así en el nivel conciente) puede pretender la reflexión critica, aprendizaje creador, enseñanza activa, promoción de la personalidad, rescate del sujeto, etc., etc. pero definir el vinculo pedagógico como vínculo de dependencia y sometimiento,  y aquí es donde se da una de las contradicciones más severas que sufren muchos docentes que de muy buena fe e intenciones más que nobles, se quejan de comprobar que sus alumnos están afectados por este sindrome del desinterés y la apatía.
Se predica los méritos del aprendizaje activo, pero en virtud de los supuestos de una natural dependencia, cuanto más pasivo sea el alumno, se cumplirá mejor con los objetivos de una “educación formadora”. Y si esto sucediera así, ya está instalada la apatía en el alumno: él sabe que en aras de cumplir con estos objetivos y de ser aceptado deberá “hipotecar” sus propios intereses, su curiosidad, su “pasión”.  “Mi educación terminó cuando ingresé a la escuela” dijo alguna vez Bernard Shaw.
No es imprescindible que la apatía tenga un rostro trágico o deprimente. No consiste precisamente en esto, sino que el núcleo de la cuestión está en el “retiro” y la “supresión” de la propia pasión por un cumplimiento estricto del “principio de rendimiento”. Me aventuraría a afirmar que detrás de niños muy rendidores, se esconde el fenómeno de la apatía por sometimiento. A veces se llama educación a lo que no es más que un adiestramiento.
La apatía y el desinterés tienen muchas fuentes que los engendran. Para poder comprenderlos hay que tener en cuenta: la historia personal, el ambiente familiar, las motivaciones sociales, las influencias de los medios masivos de incomunicación (¿cuántas horas pasa un chico frente al chupete electrónico de la TV?); los modelos propuestos por la sociedad que padres y maestros refuerzan, la situación socioeconómica y política, la tradición cultural, etc. (un famoso pensador del s. XIX lo expresó diciendo: “Los millones y millones de muertos de nuestra historia pasada, nos oprime el cerebro impidiéndonos pensar”)
Sin una percepción totalizadora e integradora y un pensamiento sistémico, casi es imposible tener un panorama medianamente certero de este fenómeno. Nos duele profundamente la comprobación de que la escuela no está adaptada a las necesidades actuales ni los educadores lo suficientemente preparados para enfrentar esta problemática.
De la misma manera , el desinterés y la apatía no pueden reducirse solo a un factor psicológico individual. Están indefectiblemente ligados a una reacción frente a un complejo mundo de influencias y relaciones de tipo social. En forma brillante, como todas sus producciones, el padre del psicoanálisis, Don Segismundo, nos ha dado la pauta y la orientación suficiente para entender el fenómeno que nos interesa estudiar:

“La oposición entre psicología individual y psicología social o colectiva, que a primera vista puede parecemos muy profunda, pierde gran parte de su significación en cuanto la sometemos a más detenido examen. La psicología individual se concreta, ciertamente, al hombre aislado e investiga los caminos por los que el mismo intenta alcanzar la satisfacción de sus pulsiones, pero sólo muy pocas veces y bajo determinadas condiciones excepcionales le es dado prescindir de las relaciones del individuo con sus semejantes. En la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, “el otro”, como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología  individual es al mismo tiempo y desde un principio psicología social, en un sentido amplio, pero plenamente justificado. Las relaciones del individuo con sus padres y hermanos, con la persona objeto de su amor y con su médico, esto es, todas aquellas que hasta ahora han sido objeto de la investigación psicoanalítíca, pueden aspirar a ser consideradas como fenómenos sociales, situándose entonces en oposición a ciertos otros procesos, denominados por nosotros narcisistas, en los que la satisfacción de las pulsiones elude la influencia de otras personas o prescinde de éstas en absoluto. De este modo, la oposición entre actos anímicos sociales y narcisistas (Bleuler diría quizás autísticos) ­cae dentro de los dominios de la psicología individual y no justifica una diferenciación entre ésta y la psicología social o colectiva.  ( Sigmund Freud “Psicología de las Masas y Análisis del Yo”)

¿Se podría aplicar esto mismo a la Psicopedagogía?¿Las dificultades de aprendizaje, son solo debidas al individuo o también  “a él, sus vínculos y circunstancias”? . No pocos pedagogos opinan que muchos de los males que sufren los escolares deberían ser buscados en la misma escuela.
Para algunos  partícipes y responsables  de la actividad educadora, hablar y ni siquiera mencionar las dificultades de la escuela y las falencias y el mal funcionamiento del sistema educativo, es tener “malas ondas” ó “hacer intentos de destruir la escuela”.  Llevando este razonamiento al extremo, hacen responsables de la desintegración del sistema a los que lo describen y lo diagnostican. De este modo tienen una excelente coartada para abstenerse de cualquier acción sobre esta realidad. Por mi parte pienso que conocer cada vez mejor y más profundo los mecanismos por los cuales se produce el desinterés y la mutilación que supone la apatía, es crear las condiciones para actuar y emprender los cambios profundos que nuestros chicos, adolescentes y jóvenes necesitan para ser ellos mismos, sin mutilaciones afectivas ni intelectuales.
La discusión de si las  condiciones descriptas se dan o no, y en qué medida se dan en ámbitos escolares, es superflua: pertenece a otra investigación que ya fue realizada y repetida un sinnúmero de veces. Sería conveniente que el lector de estas notas interprete que si estas condiciones se dan, no importa donde o en qué medida, es probable que el fenómeno de la apatía esté relacionado con ellas. No existe tampoco una relación lineal entre causas y efectos y mucho menos en el terreno de los comportamientos humanos que se sitúan en otro modelo de comprensión y análisis. Los comportamientos humanos siguen un modelo de causalidad circular tomando formas de “bucles de realimentación”
La detección de la apatía como experiencia escolar, es probable (y habrá que probarlo) que esté ligada a la situación que viven los niños y adolescentes dentro y fuera del sistema educativo. También está ligada a otras causas que deberán ser investigadas y relacionadas entre si  y  esto  es más que obvio.
La idealización de las condiciones en que se desarrolla la educación o la negación de sus efectos más desagradables, probablemente no conduzcan ni ayuden en nada a resolver el problema de la apatía escolar. Solo sirven  para brindarle una excusa al adulto pero bloquean la posibilidad  de preocuparse  por el alumno.

(Interrumpo la redacción de esta nota. Una alumna de una carrera de psicopedagogía viene a saludarme. Le pregunto acerca de sus estudios, cómo le van las cosas, si está contenta. Me dice que no; que le va mal en los estudios (sin embargo, la recuerdo como una  muy buena alumna) Razón? No puede terminar con una materia porque la han “bochado” tres veces y va para la cuarta. Le pregunto porqué. No sabe. Cree haber estudiado mucho. Sigo preguntando para ver si el profesor le dió razones de porqué no aprueba. Parece que no. Solo recibe por contestación un “no es lo que quiere el profesor”.  Y qué es lo que quiere el profesor? , insisto inútilmente. No se lo explican. Sigo preguntando: ¿le dijeron cuál es el criterio con el cual se evalúa la materia, cuáles son las exigencias mínimas para aprobar, cuáles son los objetivos a lograr, cómo tiene que preparar la materia, con qué método tiene que estudiar, cuáles son las fallas que tiene que corregir, etc., etc. etc.? Respuesta negativa. Me despido afectuosamente y le ofrezco mi incondicional apoyo para que pueda seguir adelante. (la psicopedagogía es una carrera clave en este momento en un país que necesita aprender)  Me agradece pero me dice que  “no tiene más ganas de seguir, que no sabe si vale la pena terminar la carrera” . Se va. Me quedo solo. Me indigno. Me lleno de bronca. Siento un calor que me sube por todo el cuerpo….debe ser la pasión…la reconozco…me ha acompañado toda la vida. Siento que estoy vivo…juro seguir luchando por una educación mejor, sin dejar caer los brazos aunque la voz de  Leon me resuene en los oídos:  “Cinco siglos  igual…”)

Después de todo lo expresado surge una pregunta muy obvia y es la que se formulan muchos docentes: Qué se puede hacer? El tratamiento de la apatia ¿es solo un problema de los especialistas? ¿es exclusivo del ámbito terapéutico? ¿Es posible emprender una transformación de las estructuras que posibilitan la apatía y el desinterés?¿Cómo se hace?¿Por donde se empieza? La apatía como señalé antes debe ser investigada y tratada desde un enfoque interdisciplinario.
Estas adnotaciones tienen por propósito tratar el enfoque desde el rol del docente y el de la institución. Es imprescindible que estas ideas sean completadas y extendidas a través del rol activo del lector de las mismas.
La primera consideración acerca del rol del docente y del educador es que la tarea más efectiva es la de prevención. Recurro nuevamente a las etimologías: La preposición “pre” significa “antes”, “de antemano”, “por adelantado”. El verbo “venir” tiene varios significados: el de “llegar”, “encaminarse hacia” y también el de “estar presente”. En la vida cotidiana decimos que alguien vino o dejó de venir señalando que está presente o ausente.  Para el tema que estamos tratando la tarea de “estar antes” y de “hacer algo antes de suceder algo” es fundamental y prioritaria.
Ya sabemos como aparece la apatía. El problema a resolver es qué y cómo hacer para impedir que aparezca. No se trata de “luchar en contra” sino de desplegar estrategias para que no se den las condiciones que puedan generar la apatía y el desinterés en los alumnos.
Existe también un punto de partida. ¿Por donde se empieza? El centro de toda la tarea educativa es el alumno, no es el adulto que enseña. A este enfoque se lo ha denominado “concepción de la educación centrada en el aprendizaje”  ¿Cuáles son las necesidades del alumno? Las respuestas pueden ser muy variadas según desde donde se lo considere: Seguridad (estabilidad del ambiente); Vivir su autonomía (demandas y rechazos); Medios materiales (espacio y objetos de acción); Modelos de acción (mímesis de apropiación); Conocerse y ser reconocido (diferenciación y afirmación de si) etc. También podemos incluir:  sentir que lo elegido le es útil, le interesa y que puede ser dueño de eso; hacer algo que le importe personalmente; no sentirse “inquilino” de un programa ajeno; no sentir que adquiere habilidades “para después”; arriesgarse y “usar” lo aprendido, etc.
¿Cuál es el rol del docente en la situación de aprendizaje? La situación de aprendizaje es social. Los docentes tenemos “socios” en el aprendizaje, no “súbditos”. La tarea educativa consiste en organizar las experiencias a través de la comunicación:

Dejar que el alumno hable y se exprese
Impedir que repita lecciones aprendidas de memoria
Inducirlo a utilizar otras capacidades además de las intelectuales
Promover la expresión de vivencias personales (qué viste, qué sentiste, cómo lo viviste?) y  sobre todo sus opiniones (qué pensás sobre lo que estamos tratando?
Procurar que el alumno establezca con sus compañeros una comunicación “constructiva”  y no meramente “informativa”
Sacar a flote las capacidades (trabajar con lo mejor que tiene cada uno)
Crear un clima donde cada uno se sienta valorado
Buscar el modo en que cada alumno triunfe en algo
Presentar a la educación como el desarrollo de capacidades (autodespliegue) y no como una  carrera de obstáculos o de vallas que hay que saltar
Procurar que al alumno aprenda a “amarse a si mismo”
Impulsar el crecimiento de la identidad: potenciar y promover más el SER que el TENER
Procurar que el “estudiante no se coma a la persona”
Acompañar el desarrollo TOTAL de la persona

Cuanto más valorado y aceptado se sienta el alumno más le ayudará a  avanzar en sus aprendizajes. Si el docente logra  tener una relación auténtica y transparente, de cálida aceptación, de valoración  como persona diferente, donde vea al alumno tal cual es, probablemente esto ayude al alumno  a experimentar y a comprender aspectos de si mismo,  a emprender y enfrentar mejor los problemas.  Sería muy ingenuo por otro lado, esperar y pretender que todo se dé en forma mágica. Es un trabajo arduo y no siempre se perciben  los resultados; por eso se ha comparado la tarea del educador con la del jardinero:

“Podemos pensar  de nosotros mismos no como  maestros, sino como jardineros. Un jardinero no hace crecer flores, él trata de darles lo que cree que les ayudará a crecer y ellas crecerán por si mismas. La mente de un niño, al igual que una flor, es una cosa viva. No podemos hacerla crecer metiéndole cosas, al igual que no podemos hacer que una flor crezca pegándole hojas y pétalos. Todo lo que podemos hacer es rodear la mente en crecimiento con lo que necesita para crecer y tener fe en que tomará lo que necesita y crecerá” (John Holt)

Para muchos docentes el problema de la motivación en la tarea cotidiana es un escollo insalvable. La motivación ha sido muy estudiada por todas las corrientes de investigación psicológica. Hoy ya sabemos que el término no indica un movimiento (motivación viene de “mover”)  “desde afuera hacia adentro” (se lo denomina “incentivación”)  sino por lo contrario proviene “desde adentro hacia afuera” y que una persona “se motiva” a si misma. En rigor no es posible “motivar a otros” aunque  ya lo hemos instalado en el lenguaje popular, sino que en realidad lo que hacemos es crear las condiciones y el clima para que los otros puedan “motivarse” (moverse) Ante cualquier duda, consultar los trabajos de Frederick Herzberg sobre la motivación.
Volviendo a la tarea educativa, el alumno “se interesa” y “se motiva” si el docente hace lo posible para ponerlo “frente a la realidad” teniendo en cuenta que una experiencia tiene sentido si se la compara y confronta con la vida que vive el alumno. La pedagogía activa es más un estado de ánimo y una actitud del docente,  que un problema de aplicación de técnicas.
Se ha desarrollado entre los especialistas en educación una temática centrada en el rol de “mediación” del docente cuya función sería la de oficiar de “puente” entre el alumno y la tarea, entre el alumno y el objeto de conocimiento. El desempeño de este rol haría posible que el alumno realice su propia experiencia en el logro del saber. Este modelo de co-operación (denominado también “vinculo simétrico de co-operación complementaria”: simétrico porque ambos están aprendiendo ; de co-operación porque trabajan juntos; complementaria porque el docente complementa lo que el alumno necesita, porque comenzó antes  y conoce métodos de cómo aprender)  tiene un punto de partida: las necesidades del alumno y un punto de llegada: la adquisición del saber “por apropiación”. Nótese que la actividad :  a) está centrada en el alumno b) el docente ordena los obstáculos del saber  c) no ejerce violencia para lograr una “adaptación pasiva”  d) el objetivo es la dificultad que debe vencer  el  alumno en el logro del saber  e) aprender es apropiarse de los instrumentos para conocer y transformar la realidad (uno de los tres objetivos que fijó la UNESCO para la educación: aprender a ser; aprender a aprender y aprender a hacer)
En este modelo el objeto de conocimiento ya no es más propiedad exclusiva del docente sino que está afuera de ambos y la estrategia sería convocar, invitar, entusiasmar al alumno para “ir juntos en su búsqueda” constituyendo así una verdadera “aventura” del conocimiento, el cual ya no estaría para ser “acumulado” sino buscado, analizado, indagado, transformado y “construido”.
Esta situación permite que el docente quede liberado de la “angustia por acumular” información para luego transmitirla en forma rutinaria y luego dedicar sus energías a desarrollar métodos de aprendizaje y de búsqueda,  propuestas de materiales y experiencias, a poner en contacto con la realidad al alumno promoviendo la investigación y experimentación. En lugar de pretender que los alumnos “lo atiendan a él”, el docente estará “para atender a los alumnos”. Toda esta “movida” pedagógica supone un verdadero “corrimiento” en el espacio simbólico rígido de la educación tradicional, de roles, vínculos, objetos de conocimiento, metodologías, utilización de materiales, ubicación y utilización del espacio físico de aprendizaje (el aula)
Todo lo antedicho nos coloca a todos los que nos dedicamos a la educación frente al problema del cambio. Los cambios en la educación son cambios de sistemas. Pero hay una realidad y es que aun cuando los cambios en el docente estén interrelacionados con otros aspectos del sistema, no hay nada ni nadie que puede cambiar al docente si él no lo hace. Solo el docente puede cambiar al docente.
La tan mentada “pedagogía activa” requiere cambios profundos. Así como la apatía requiere para desarrollarse de un clima y de determinadas condiciones a nivel individual y social, del mismo modo el promover en las clases a los alumnos como sujetos activos, constructores de sus  propios aprendizajes, requiere una re-estructuración significativa de los espacios de aprendizaje.
Esto nos lleva a la idea de un “pasaje” de una situación a otra, de un modelo a otro; de un lugar de pasividad a otro de actividad, de un modelo de exclusión a uno de inclusión que priorice la participación en la tarea educativa, única condición para que la apatía no se haga presente.  Participar es  “tomar una parte, la que le corresponde” en un grupo social, la apatía es “retirarla”

Los conflictos escolares : un problema de todos

😮 😮 :oLa Escuela de hoy no es siempre el espacio de convivencia deseado para nuestros niños y adolescentes, en ella se organizan y planifican la influencia curricular y la no  curricular con el objetivo de fortalecer y construir valores de convivencia, de solidaridad y de diálogo entre los sujetos. La escolarización dejó de ser la única propuesta, después de la familia, de formación y educación de la personalidad. Los mensajes que en ella se transmiten, se reconceptualizan y se producen no son creíbles, legítimos y viables para determinados alumnos, padres y profesores. La repercusión práctica de ello tiene naturaleza diferente y afecta a distintas facetas de la convivencia humana.

    El hombre tiene una naturaleza convivencial, pero esto no niega que las relaciones sociales puedan deteriorarse, nos referimos a los conflictos en las relaciones humanas que ocurren en cualquiera de los escenarios sociales. Los desacuerdos, las tensiones interpersonales, los enfrentamientos intra o intergrupales que pueden adoptar un carácter violento o destructivo, o que dañen la convivencia y la salud humana. ¿Por qué?.

    Este es un fenómeno pluricausal. Algunos estudiosos han ubicado las causas en factores genéticos, sin embargo, después de conocer los resultados de los estudios del genoma humano, sobre el nivel de indeterminación que disponen las personas a tomar decisiones y que el coeficiente de heredabilidad es de alrededor del 60%, se  reafirma que los comportamientos humanos no están determinados biológicamente (lo cual no niega su incidencia) sino que depende del contexto social, de los contextos educativos y de la situación social del desarrollo de los sujetos en particular.

    En el trabajo, por la significación de las influencias escolarizadas realizamos un recorte metodológico y abordamos fundamentalmente el contexto escolar, conocedores del papel de otros contextos educativos en la socialización de niños, adolescentes y jóvenes, y que aportan información para la comprensión del tema.

    En grupos de reflexión con profesores sobre ?la convivencia escolar? expresaron sus percepciones sobre la violencia en las escuelas, los conflictos de autoridad que se presentan en las instituciones educativas y la manera de resolverlos. Además, mencionaron situaciones de robo y el establecimiento de sistemas de vigilancia y seguridad que tiende a constituirse en un modo de resolución frente a estos problemas. Los maestros ,llamaban la atención hacia las causas en el exterior del ámbito educativo, pérdida de valores en la sociedad y los medios de comunicación. Otros la ubican en niños, adolescentes o jóvenes? problemas?.

    Debates de este tipo lo hemos experimentando con docentes de diferentes países de América Latina. Asimismo, las noticias de hechos de violencia graves en países altamente desarrollados despiertan señales de alarma en los educadores de distintas latitudes.

      Afortunadamente en Cuba estos conflictos y la violencia en las escuelas no alcanzan la dimensión existente en otros países. Profundizar acerca de los conflictos inherente a las relaciones interpersonales y los modos de enfrentarlos nos prepara mejor para interpretar las señales de alarma que se manifiestan en las aulas y en las instituciones educativas en general.

La escuela y los conflictos
    Una pregunta formulada por una profesora de enseñanza secundaria básica puede servirnos para la reflexión sobre el asunto: ¿Qué está pasando en las instituciones educativas?.

    Al tratar del lugar de su escuela y su rol disciplinador en la sociedad actual Polinszuk, S. Expresa que ?el rol disciplinador que históricamente tuvo la Escuela como institución social se mantuvo en los últimos siglos (SXIX y XX) como un espacio que produjo sus propias políticas de disciplinamiento, a partir de micromecanismos de vigilancia y control social (Foucault, 1992). La Escuela, tal como la concebimos actualmente emerge históricamente como lugar de encierro configurada al interior de su espacio con una serie de propósitos y reglamentaciones específicas para el encauzamiento de las prácticas cotidianas. (Álvarez, Uría, 1991). Los modos de resolver los conflictos de autoridad en el ámbito escolar se configuran a partir de los dispositivos y las jerarquías institucionales constituidas al interior de dicho espacio.? (Polinszuk, S, 2002).

    Esta autora nos señala acerca de las prácticas institucionales escolarizadas de los docentes y en torno  a los conflictos de autoridad y su contradicción con sus modos de resolución. Por su parte. otros especialistas (Ovejero, 1989; Beltrán, 2002; Martínez ? Otero, 2001) apuntan sobre el incremento de los conflictos escolares. Reconocen la pluricausalidad del fenómeno y destacan una combinación de factores internos y externos al ámbito escolar entre los que señalamos los siguientes:

Aumento de la escolarización en la enseñanza. Siendo un logro de la mayoría de los países la extensión de la escolaridad obligatoria conlleva a un número mayor de alumnos insatisfechos, desmotivados e indisciplinados.
Incremento del alumnado por aula y por escuela. Relacionado con el factor anterior, se produce un aumento progresivo de la matrícula en las escuelas, no comportándose de igual forma el aumento de instalaciones y la infraestructura necesaria. Se observan aulas en las que el ambiente físico influye negativamente en el ambiente psicológico por el hacinamiento en las aulas, falta de espacios para actividades de receso, y deportivas, etc.
Los maestros perciben una disminución gradual de su autoridad frente a los alumnos y mantienen relaciones tradicionales de superior ? subordinado con la aplicación de controles rígidos sobre la conducta de sus alumnos.
Menor disposición al acatamiento de ciertas normas, límites y reglas provocando situación de indisciplina  por parte de  los alumnos.
    Toda relación social contiene elementos de conflicto, desacuerdos e intereses opuestos. La escuela es una organización y como tal su funcionamiento no puede ser entendido sin considerar la significación del conflicto. (Johnson, 1972; Ovejero, 1989).

      La descripción de la realidad anteriormente planteada lleva a retomar los diferentes tipos de acercamiento que se han realizado a la escuela desde tres modalidades educativas. (Ghiso, 1998):
1ro.  El conflicto y el  error son negados y castigados.
2do. La situación problemática es invisibilizada y tratada con el fin de controlar las disfunciones.
3ro Visibiliza el conflicto y el error asumiéndolo como componentes dinamizadores del proceso de formación.

    El conflicto es inevitable en los grupos humanos y los intentos de evadirlos han tenido efectos contrarios, agravándose, Los conflictos escolares no son una excepción. Asimismo poseen un potencial constructivo y destructivo, en dependencia de la manera de enfrentarlos y resolverlos constructivamente. ?Es verdad que a menudo el conflicto crea tensión, ansiedad y molestia, pero como el enfado, estos sentimientos en sí mismo no son siempre malos. Pueden proporcionar el tiro y afloja necesario para el desarrollo y el crecimiento..Creemos que el conflicto en el aula puede proporcionar una tensión creativa que sirva para inspirar la solución de problemas y para motivar la mejora del rendimiento individual o grupal?..Constituye un paso necesario hacia el aprendizaje personal y hacia el proceso de cambio( Schmuck y Schmuck, 1983, p.274) en Ovejero, 1989. )

    En esta misma dirección afirma Johnson (1978, p. 301) en Ovejero, 1989 que el conflicto escolar no solo es inevitable sino que incluso es necesario para combatir la rutina escolar y así facilitar el progreso en la escuela.
Peiró añade en esta línea, el conflicto posee tantos aspectos funcionales como disfuncionales, ?en realidad la funcionalidad o disfuncionalidad de una determinada conducta depende siempre de los criterios adoptados y de la perspectiva considerada. Algo funcional para la organización puede ser disfuncional para algunos miembros y viceversa?. (Peiró, 1985, vol II, p.481) en Ovejero, 1989.

      El tema del conflicto hay sido estudiado desde tres grandes perspectivas (Touzard, 1981) en Ovejero, 1989.
1a Psicológica: Lo ubica en las motivaciones y en las reacciones individuales.
2a Sociológica: Lo ubica en las estructuras sociales y en las entidades sociales conflictivas.
3a Psicosocial: Lo ubica en la interacción de los individuos entre sí o de los individuos con el sistema social.

      La comprensión del conflicto desde una perspectiva psicosocial conduce a estudiar al conflicto en sí mismo, su origen y etapas, así como tener en cuenta el grupo y la organización en que tiene lugar .?Los estudios revisados muestran que las características estructurales de una organización son elementos importantes a la hora de explicar la frecuencia, tipo o intensidad de los conflictos organizacionales?. (Peiró, 1985, vol. II, p. 498) en Ovejero, 1989.

Naturaleza del conflicto.

    Ciertamente, para entender la naturaleza de los conflictos en la escuela es preciso definir qué es un conflicto, determinar su origen y evaluar sus posibles consecuencias funcionales y disfuncionales.
Para Deutsch, M. (1969) existe un conflicto cada vez que se asignan actividades incompatibles. Cuando una acción incompatible interfiere en otra o la obstruye hace que sea menos eficaz. Pueden ser conflictos:

Intrapersonales, si se originan en una persona.
Intragrupales, si se originan en un grupo.
Interpersonales, se originan en dos o más personas.
Intergrupales, se originan en dos o más grupos.
    Es importante dejar claro que, el conflicto surge cuando las acciones de una de las partes afectan a la otra , sino estamos en presencia de diferencias de motivos , de intereses, de valores de metas etc. Entre grupos ,personas, instituciones, y no un conflicto (Puard, Ch, 2002 )

    Según el origen de los conflictos surgen por:

1. Diferencias de saber, creencias, valores, intereses o deseos.
2. Escasez de recursos (dinero, poder, tiempo, espacio o posición)
3.  Rivalidad, personas o grupos compiten entre sí. (Deutsch, 1974).

Conflictos escolares. Tipología.

    En la literatura de Psicología social encontramos diversas tipologías de conflictos, algunas coinciden aunque se denominen de otra manera, otras atienden a otros criterios.
En un estudio realizado por (Schmuck y Schmuck (1983, p.276-281) en el ámbito escolar propone cuatro tipos de conflictos:

a) ?Conflictos de procedimiento: Se caracteriza por el desacuerdo ante acciones que se deben cumplimentar para llevar a cabo una meta.
b) Conflictos de metas: Se caracteriza por el desacuerdo de los valores u objetivos a perseguir. Es un poco más difícil que el anterior pues en la solución no basta esclarecer los objetivos, sino que supone cambios en las metas de las partes implicadas.
c) Conflictos conceptuales: Desacuerdos sobre ideas, informaciones, teorías u opiniones. Las personas implicadas en el conflicto conciben un mismo fenómeno de forma diferente. Muchas veces estos conflictos devienen en conflictos de procedimientos o metas.
d) Conflictos interpersonales: Se caracterizan por la incongruencia en necesidades y estilos personales. En la medida en que se prolongan en el tiempo resultan más difíciles de resolver. Este es el tipo de conflicto más difícil de resolver porque en ocasiones ni las partes implicadas son conscientes de ello. Por otra parte, si el conflicto se prolonga, menor es la interacción y la comunicación y se agudiza el conflicto que puede estar basado en prejuicios, sospechas que no se disipan por la falta de información entre los implicados. ?(Ovejero, 1989).
Otros conflictos que se producen en el aula son los conflictos de roles, conflictos provocados por  las normas escolares y conductas disruptivas en el aula. (Ovejero, 1989).
Los conflictos de roles ocurren cuando las personas ocupan roles diferentes en una institución o grupo. Estos pueden surgir en clases adoptando diferentes tipos:

Conflictos de roles cuya raíz está en el sistema social: Se refiere a la dificultad interaccional que acontece cuando los integrantes de un grupo o institución tienen expectativas diferentes o asumen comportamientos distintos, opuestos a las mismas.
Conflictos de roles cuya raíz está en las características de la personalidad de quienes ocupan esos roles. Las características individuales que dificultan el desempeño del rol pueden ser de tres clases:
      1. Carencia de recursos personológicos necesarios.
      2. Baja imagen de sí mismo con relación a las expectativas.
      3. No se ajusta a sus características.

Conflicto de roles cuya raíz está en la cultura imperante:
1. Conflictos provocados por las normas escolares imperantes: Los maestros y directivos se preocupan por imponer las normas para controlar la clase. El mantenimiento de la relación superior ? subordinado entre maestros y alumnos conduce a un criterio rígido en los maestros y expresa el temor a perder autoridad. Por su parte, los alumnos intentan cambiar o eliminar las normas escolares y ser autónomos personal y socialmente. 
2. Conductas disruptivas en el aula: Acciones que interrumpen el ritmo de la clase. Tienen como protagonista a alumnos molestos que con sus comentarios, risas, juegos, movimientos ajenos al proceso de enseñanza ? aprendizaje dificultan la labor educativa. Los conflictos provenientes de la rebelión de los estudiantes contra la autoridad. Los conflictos de controversia o de intereses pueden transformarse en una rebelión violenta.

Solución de conflictos en clases
    En la solución de un conflicto de modo constructivo se han de conocer la posición y las motivaciones del oponente, asi como propiciar  una comunicación adecuada, una actitud de confianza con él y definir el conflicto como un problema de las partes implicadas.

      Las características del ambiente en clases, si es predominantemente cooperativo o competitivo afecta las percepciones, la comunicación, las actitudes y la orientación respecto de la tarea de las personas cuando enfrentan situaciones de conflicto. (Deutsch, 1966) en Johnson, 1972.

Percepción de las situaciones de conflicto.
    En ocasiones,  los conflictos se tergiversan o no se conocen bien la posición y las motivaciones del opositor. Estas interpretaciones inexactas suelen ser la de la? imagen del espejo?. Este concepto, ?imagen del espejo,? fue acuñado por Bronfenbrenner (1961) se explica como una situación en que dos partes en conflicto tienen la una de la otra opiniones similares pero, diametralmente opuestas. Lo que cada parte implicada percibe es? la imagen en espejo?  de la del otro. (Johnson, 1972).

    Otro mecanismo que revela la distorsión de la percepción en los conflictos es el mecanismo de la? paja en el ojo ajeno?, similar al de la proyección. Se describe como la percepción en otros de características que no percibimos en nosotros mismos. Aquellos rasgos que no podemos o no queremos reconocer en nosotros mismos son no deseables y se lo atribuimos a los otros por lo que aumenta la  distancia entre las partes implicadas en el conflicto.

    La percepción inexacta se observa también en el mecanismo de la ?norma doble? que es el proceso mediante el cual las virtudes personales o del propio grupo son consideradas vicios de la parte contraria. La misma acción evaluada de buena en uno mismo y  es mala en el otro.

    Por último,  existen conflictos surgidos en situaciones de competencia al formarse una imagen exageradamente simplificada de uno mismo y del adversario.
Las interpretaciones erróneas  se originan en los conflictos competitivos condicionadas por los contextos en que tienen lugar, las culturas y las expectativas de los implicados.

    Las deformaciones de la percepción son difíciles de aclarar una vez surgido el conflicto porque:

1.Las partes en conflicto están muy comprometidas y no le es fácil modificar la imagen que se ha formado del otro,  a veces por sentirse culpable por acciones llevadas a cabo contra el adversario ,que no se justificarían, o por temor a que se afecte su prestigio y experimentan sentimientos contradictorios acerca de si se relaciona o no con él.
2. A menudo estas percepciones deformadas se refuerzan porque la persona evita el contacto o la comunicación con el contrario.
3. Además el conflicto se agudiza porque se asume una actitud anticipatoria , de pronóstico futuro de la conducta del adversario y lo percibe agresivo, lo trata como tal y provoca la agresividad en el otro, con lo cual se confirma la desfavorable percepción inicial.

La comunicación en el conflicto.

    En el manejo de los conflictos de manera constructiva constituye un elemento esencial el establecimiento de una comunicación entre las partes.
    Al comparar entre una situación de cooperación y otra de competencia la comunicación en cada una de ellas difiere. En la primera, es abierta, franca, se comparte información entre las partes lo que permite que frente a un conflicto se pueda manejar en forma constructiva, ya que se facilita la comunicación eficaz y fluida con el opositor. Mientras, que en la segunda, el proceso comunicativo es deficiente, se intercambia información distorsionada, se hacen falsos compromisos que no permiten resolver el conflicto ,porque no aprovechan las estrategias que se intentan aplicar en el manejo del mismo y los efectos son destructivos.

    En las situaciones de conflicto se observa como tendencia la deformación de nuestras percepciones del comportamiento y los motivos del otro, así como las dificultades en la comunicación entre las partes, de manera particular si la situación es competitiva. Ante este hecho, descrito hasta aquí, se propone un procedimiento dirigido a disminuir estos obstáculos como es el intercambio de roles.
Intercambio de roles.

    La teoría del intercambio de roles se centra en la obra de Roger, C. (1951, 1952, 1965) como medio para propiciar la comunicación entre dos personas porque considera que la mayor barrera para la comunicación interpersonal es la tendencia a emitir juicios de valor a lo que expresa el otro, desde nuestros propios referentes. Esta tendencia se agudiza porque se asocia a expresiones emocionales intensos  y de valencia negativa

    El procedimiento del intercambio de roles consiste en una discusión mediante la cual cada uno expone el punto de vista del otro en presencia de éste, por lo que intenta colocarse en el marco referencial del contrario, promoviendo una actitud menos defensiva de éste, y convenciéndolo de que ha sido escuchado y comprendido. Al decir de Roger C. Ello ocurre porque :

1) se comprende  exactamente el mundo íntimo del otro,
2) se siente empatía por él, sin pretender ser absorbente, y se le acepta como persona y
3) uno se comporta en la situación de manera auténtica y genuina..
Sin embargo, la comprensión recíproca de la posición del otro no significa que las partes lleguen más fácilmente a un acuerdo. Ciertos malentendidos ocultan las verdaderas diferencias entre los individuos, y su aclaración aumentarían los elementos en conflicto de la situación al remover el pequeño malentendido que pudiera haber y poniendo al descubierto los mayores. Otros malentendidos encubren semejanzas y puntos de coincidencia entre las partes; su aclaración conduciría a la solución del conflicto. (Johnson, D. 1972)

    Desde esta perspectiva la estrategia más eficaz para resolver los problemas escolares, es el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje a través de los grupos cooperativos. Sherif, (1973 )admite la dificultad de que los grupos en conflicto cooperen, para lo cual propuso la técnica de ?metas extraordinarias? que no son más que metas apremiantes y muy atractivas para los miembros de uno o más grupos en conflicto, pero que no pueden conseguirse con los medios y energías de los grupos por separados. (Ovejero, 1989).

    En la propuesta para solucionar conflictos, además de la del aprendizaje por medio de grupos cooperativos se consideran otros que implican estrategias grupales en las que se emplean variables grupales entre las que se destacan:

La cohesión grupal que ayuda a reducir los conflictos escolares (controversia).
El tamaño del grupo, a mayor tamaño, mayor será la insatisfacción de sus miembros y sus problemas.
El liderazgo participativo produce menor conflictividad en el grupo.
La calidad de la relación, mayor contacto y comprensión de la conducta del alumno para solucionar los conflictos. Estudiar la relación, los roles y las expectativas del profesor y los alumnos.
    Otra estrategia de solución de conflictos es la negociación eficaz en los conflictos de intereses. ?La negociación es un proceso por el cual la gente que quiere llegar a un acuerdo para resolver un conflicto, pero que no está de acuerdo sobre la naturaleza de tal acuerdo, intenta hacer un convenio. Las negociaciones se dirigen a la consecución de un acuerdo que especifica lo que cada parte da y recibe en una transacción entre ellas. (Johnson, 1978, p.314).? En la negociación para lograr un convenio constructivo es necesario confrontar la oposición para lo cual hay que clarificar el problema . En este paso la exteriorización de los sentimientos que produce el conflicto puede mostrarse por formas no verbales, incluso adoptando formas de violencia física. La expresión directa y verbal de los sentimientos favorece a la negociación, mucho más que su manifestación no verbal. 

    Los conflictos escolares interfieren en el funcionamiento de la clase, por ello en ocasiones el maestro tiende a reprimir tal conflicto en lugar de determinar las causas y las vías de solución. Otros factores que refuerzan esta postura del maestro es la falta de tiempo y la escasez de recursos para el manejo de conflictos en el aula de manera constructiva. El maestro no suele propiciar las discusiones sobre el problema, para actualizar las causas por temor a que se le desborde la situación conflictiva y no pueda ser contención. Con ello no solo no soluciona el conflicto sino que se torna destructivos para las relaciones interpersonales porque se acumulan malestares, malentendidos, se destacan cada vez más y pueden enfrentarlo de manera molesta. Ni la prioridad de las tareas escolares justifica que el conflicto se evada, ni que se intente una solución constructiva.

    Los conflictos son inevitables como hemos visto hasta aquí. Una Escuela que niegue y evada el conflicto forma a los sujetos para que no actúe, para que no sean protagonistas de su historia, lo cual sería una forma de controlar el pensar, el sentir y el actuar.

      Existen enfoques educativos que revelan deferentes formas de asumir los conflictos. Algunos asumen el conflicto desde una visión mágica y fatalista, evaden y encubren la situación conflictiva con expresiones tales como: ?la vida es así?. Otros invisibilizan el conflicto desde la norma. Entendiendo por invisibilazación como la fuerza que lleva a los sujetos, grupos e instituciones de ocultar procesos, acciones, pensamientos, el encubrimiento de intenciones, decisiones y de situaciones empleando camuflaje y simulaciones.

    En este caso la norma impide que sea develado el conflicto restándole poder a los sujetos para actuar sobre él mismo, reprimiéndoles si es preciso.

    Otros enfoques asumen el conflicto. Unos marcados por la aspiración de construir conocimientos para la vida, de satisfacer necesidades, develando y resolviendo los conflictos a través de modelos de convivencia, de interacción y de comunicación pertinentes a la cultura, que los hacen negociables y modificables, exigiendo en las prácticas sociales educativas de personas con capacidades para ello. En esta misma alternativa hay quienes hacen visible y resuelven el conflicto desde la norma, desde los acuerdos establecidos, conveniados y consensuados. Los sujetos actúan de acuerdo a lo pactado, al convenio o contrato estipulado entre las partes implicadas en el conflicto.

      Efectivamente, el conflicto escolar debe ser atendido y solucionado en la medida de lo posible considerando todo lo expuesto anteriormente.

    Por último, conviene subrayar la incidencia que sobre el conflicto y su solución tienen las características personológicas de las partes intervinientes. El conflicto tiende a agravarse cuando uno de los implicados se muestra agresivo, autoritario, dominante, dogmático, suspicaz. Si bien Stagner cree que la cuestión radica en la percepción, la forma como se percibe un conflicto depende del contexto y de las características de la personalidad de los intervinientes.

    En resumen, ante situaciones de conflicto en el aula es primordial que el maestro asuma la existencia del conflicto para buscar las alternativas para su manejo de forma constructiva. En dependencia de la magnitud del conflicto y de la preparación del maestro en la solución del problema puede solicitar la orientación o la intervención del psicólogo. La definición de las causas y la intensidad del conflicto especifican el modo de manejarlo. La actitud de avestruz ante el conflicto no lo soluciona. La soluciones constructivas de los conflictos mejoran las relaciones interpersonales en el grupo y favorecen el ambiente escolar y el aprendizaje de los alumnos, así como el bienestar emocional de los actores de la trama escolar.

Bibliografía:

Beltrán, J. (2002) Las claves psicológicas de la convivencia escolar. Ponencia. Seminario Convivencia en los centros escolares como factor de calidad, Madrid.

Ghilson,A. (1998) Pedagogía del conflicto. Pistas para deconstruir mitos y desarrollar propuestas de convivencia escolar. Ceep ? Medellín.

Ibarra, L. (en edición) Educar en la Escuela, educar en la familia, ¿realidad o utopía?. Ed. Félix Varela, Ciudad de la Habana.

Johson, D. (1972) Psicología social de la educación, Editorial Kapelusz, Buenos Aires.
Martínez Otero, U. (2001) Conflictos escolares y vías de solución. En Educación y futuro, no 5, pp 23 ? 31.

Ovejero, A. (1989) Psicología social de la educación, Editorial Herde, Barcelona.
Picand, Ch. (2002) la mediación en conflictos interpersonales y de pequeños grupos. Centro Félix Varela, Ciudad de la Habana.

Polnszak, S (2002) La mediación de los conflictos escolares: un abordaje desde la producción de sentido de los docentes. Seminario sobre conflictos, Ponencia, Mar del Plata.
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Depresion e instituciones educativas

El hombre se autorealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida.
“Viktor Frankl – Fundador de la Logoterapia”
El sitio dedicado a la Logoterapia y Análisis Existencial de Viktor Frankl y a la Psicología Existencial Humanista
Ma. Teresa Lemus de Vanek
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Depresión e Instituciones Educativas
Tuesday, March 07, 2006 – Lic. Marcela Arocena y otros
DEPRESIÓN E INSTITUCIÓNES EDUCATIVAS:
ALGUNOS APORTES PARA EL TRABAJO CON DOCENTES
Por: Lic. Marcela Arocena / Ps. Inés Marzaroli / Lic. Mariana Tarragó
INTRODUCCION

La temática que vamos a desarrollar en este trabajo está centrada en la depresión en adolescentes.

La elección del tema surge a partir del importante aumento de suicidios y depresiones que, cada vez más, aparece en la población uruguaya. De cada cinco personas, una sufrirá por lo menos un episodio depresivo en su vida (Publicación de la Universidad de la República, 1997). Según las estadísticas actuales, Uruguay estaría situado en cuarto lugar entre los países subdesarrollados por incidencia de las autoeliminaciones y entre los primeros diez a escala mundial.

De acuerdo con esta última cifra, habría en el país alrededor de 780 suicidios cada año, es decir más de dos por día.
Más allá de ciertas diferencias de números entre las fuentes, hay dos fenómenos incuestionables: el aumento sustancial de los suicidios década tras década, con la característica de que en su mayoría son protagonizados por menores de 30 años.

Es importante aclarar que la depresión es la enfermedad psiquiátrica con más riesgo de suicidio (entre un 10 y un 15%). Existen varias opiniones sobre la significación de los síntomas psiquiátricos en el paciente suicida, aunque la mayoría de las revisiones nos indican que en una proporción del 70%, los intentos de suicidio presentan una condición depresiva que es fácil de reconocer.

Por otro lado, según un informe de la OMS, ?la depresión va en aumento sobre todo entre los trabajadores jóvenes? . Asimismo, sostiene que ?la depresión, la ansiedad y los cambios de humor serán la causa principal de la baja productividad en el mundo en desarrollo a partir del año 2020? (CNNenespañol.com, mayo 1998). Esto indicaría
que la población infantil y joven se ve particularmente afectada por esta patología.
A pesar de la alta prevalencia de la depresión, del total de esta población, sólo un 1,5% consultan a un servicio de salud. Esto podría interpretarse entre otras causas, por la actitud popular de concebirla como una respuesta normal o expresión de ?flojedad de carácter? o ?falta de voluntad? (Publicación de la Universidad de la República,1997).

Por lo expuesto anteriormente nos parece fundamental la formación de los docentes y educadores en esta área. Es a partir de aquí de donde surge nuestra inquietud por aportar algunos conceptos básicos a través de una metodología de taller, para sensibilizar y capacitar a quienes están en contacto directo con adolescentes. Es nuestro interés brindarles algunas herramientas básicas para la detección y prevención del avance de esta patología.

Para la aplicación de este proyecto, hemos elegido una institución privada y católica, de enseñanza primaria y secundaria.

La institución funciona en dos turnos. En el matutino se trabaja a nivel de Secundaria (primer y segundo ciclo); en el vespertino hay preescolar (3, 4 y 5 años) y primaria completa. El total de alumnos que actualmente concurren es de 363. De éstos, 40 son de preescolar, 150 de primaria y 173 de secundaria.

El alumnado del colegio está integrado por hijos de familias de nivel socio-económico medio; muchos son hijos de profesionales o destacados comerciantes y empresarios de la ciudad.

En su proyecto educativo el colegio refiere a tres dimensiones fundamentales en la formación del alumno: la dimensión personal, la comunitaria y la espiritual.

Estas dimensiones se traducen en la formación de ?personas libres, responsables, que tienden hacia la madurez, abiertas a los demás en el amor, el servicio y el perdón, integrándose responsablemente en la comunidad … que acoge el mensaje del Evangelio como respuesta a sus aspiraciones más profundas?.

La propuesta del Colegio define ?a la comunidad educativa como el conjunto de personas que, aunque desde perspectivas diferentes, tienen una misión común: la educación integral de los alumnos?.

II. OBJETIVOS GENERALES

??Generar un espacio de sensibilización, desmitificación e información sobre el fenómeno de la depresión, dirigido a educadores que trabajan con jóvenes en secundaria.
??Promover en ellos una actitud de alerta sobre el tema de la depresión.
??Brindar herramientas básicas para la prevención y el seguimiento del alumno con esta sintomatología dentro de la institución educativa.

III. FUNDAMENTOS TEÓRICOS

1. Reseña histórica

Teniendo en cuenta que uno de los objetivos que nos planteamos es la desmitificación del tema depresión, nos parece importante realizar una breve reseña exponiendo muy sintéticamente las diferentes concepciones que a lo largo de la historia fue objeto esta patología. Esto facilita la visualización por parte de los docentes del aporte de los diferentes momentos históricos y la influencia actual en los prejuicios y conceptos que se manejan a nivel popular.

?La depresión constituye una de las más viejas y persistentes formas de sufrimiento humano? (Ayuso y Saíz, 1981, 11). Estos autores afirman que la historia de la depresión es la historia de la melancolía. Ya en los siglos V y IV A.C. se hablaba de la melancolía. Citan en primer lugar a Hipócrates, quien en esa época planteaba ?si el miedo y la tristeza perseveran mucho tiempo, hay melancolía? (1981,17). Un mérito destacado de Hipócrates radica en la adscripción de la melancolía a un origen natural.

En el siglo I D.C., Areteo de Capadocia describió la melancolía. Según Ayuso y Sáiz, este autor planteó que ?la melancolía es una alteración apurética del ánimo que está siempre fijo y adherido a un mismo pensamiento. A mi me parece que la melancolía es el principio y una parte de la manía. Mientras que el ánimo de los maníacos tiende al furor y al placer, el de los melancólicos está inclinado a la tristeza y pesadumbre? (1981,18).

En el siglo II D.C., Galeno continuó con el estudio de la melancolía. Este autor descubre, bajo la designación de melancolía, cuadros de morfología ezquizofrénica y junto con Hipócrates, señala una íntima relación con la epilepsia.

En la Edad Media, caracterizada por el pensamiento mágico y la tendencia a la interpretación demonológica de la enfermedad mental, el estado depresivo se nos muestra como consecuencia y casi como castigo de una existencia culpable. En el siglo VII, San Isidro de Sevilla describe los síntomas de la melancolía ?como angustia del alma, alteraciones del ritmo cardíaco, acumulación de espíritus demoníacos en el entorno, ideas de persecución y desesperanza del futuro? (Ayuso y Sáiz, 1981, 19).

En el Renacimiento, momento de transición entre la medicina tradicional y moderna, se generan discusiones y críticas con respecto a las concepciones planteadas en el medioevo. Se vuelve a considerar que las melancolías son producidas por causas naturales. Esta crítica se convierte en sistemática en el período Barroco. Robert Burton
(1577-1640) realiza un aporte muy importante para la historia de la depresión. Plantea una etiología multifactorial, ?reconociendo la existencia de un continuo entre factores psicológicos y no psicológicos, destacando la herencia, la falta de afecto en la infancia y las frustraciones sexuales? (Ayuso y Sáiz, 1981, 20).

Los autores continúan citando a Pinel (1745-1826), quien en la época de la Ilustración define a la melancolía como ?un juicio falso que el enfermo se forma acerca del estado de su cuerpo que él cree en peligro por causas nimias, temiendo que sus intereses le salgan mal? (1981, 20).

En 1819, Esquirol ?es el primero en dar carta de ciudadanía al descenso de humor con pérdida del gusto por vivir como fenómeno patológico en sí mismo; antes de él, la tristeza no acompañada de manifestaciones delirantes patentes podía aparecer como excesiva o inexplicable, pero no salía del campo de la psicología banal y de la moral común? (Ayuso y Sáiz, 1981, 20). En 1896, Kraepelin, en la línea de los psiquiatras franceses, enunció el concepto de locura maníaco-depresiva como una entidad nosológica independiente.

Según estos autores, en la literatura actual, hay cierta insatisfacción por el empleo del término depresión dado que presenta múltiples acepciones: ?un estado de ánimo, un síndrome, un perfil caracterológico y una enfermedad? (1981,22). Se plantea también una discusión sobre la distinción entre tristeza normal y depresión.

Así, la síntesis de Kraepelin sobre los trastornos afectivos bajo el nombre de maníaco-depresivos, dio lugar a una gran variedad de diagnósticos. ?La proliferación de categorías clínicas tiene como base las distinciones entre lo endógeno y lo reactivo, lo psicótico y lo neurótico, lo fisiológico y lo psicológico, y lo vital y lo personal? (Ayuso y Sáiz, 1981, 23). Según Ajuriaguerra, el ?término depresión no posee el mismo sentido para el niño que para el adulto. La depresión infantil no tiene el mismo contenido y representa una experiencia diferente según la edad. Considerada por unos como una fase normal de la evolución, y por otros un fenómeno patológico. Si patológico significa fuera de la norma, no creemos que existan individuos que no hayan presentado períodos depresivos, por lo que algunos autores han intentado, con razón, separar el afecto depresivo de la enfermedad depresiva, el momento depresivo de la forma de ser depresiva, las fases depresivas de los procesos depresivos? (1973, 659).

Según Ayuso y Sáiz, ?En la adolescencia…si bien existe una mayor semejanza clínica con las depresiones del adulto que en las etapas anteriores, no se pueden aplicar para su análisis e interpretación las referencias de los trastornos del humor de la edad madura. Sólo en una minoría de los síndromes depresivos de la pubertad la sintomatología ofrece netamente el perfil depresivo típico? (1981, 221).

2. Adolescencia y depresión

2.1. La adolescencia

La adolescencia es una etapa de crisis que supone el pasaje de la infancia a la adultez. El adolescente pasa por tres duelos fundamentales:

a. Duelo por el cuerpo infantil perdido: el adolescente se ve obligado a asistir pasivamente a toda una serie de modificaciones biológicas. Vive la pérdida de su cuerpo infantil con una mente aún en la infancia y con un cuerpo que se va haciendo adulto.
b. Duelo por el rol y la identidad infantiles: hay una confusión de roles ya que no puede mantener la dependencia infantil ni asumir la independencia adulta.
c. Duelo por los padres de la infancia: figuras idealizadas los sustituyen y el adolescente proyecta en profesores, ídolos, amigos, etc, la imagen paterna. Los cambios psicológicos que se generan, son el correlato de los cambios corporales que se producen en él y que lo llevan a establecer una nueva relación con el mundo.

Por su parte, el mundo de los adultos no acepta fácilmente estos cambios que se van produciendo en el adolescente, ya que los mismos reeditan en los padres ansiedades básicas que habían sido controladas hasta cierto punto. Además, los adultos temen ser cuestionados y criticados por sus hijos.

El adolescente que se caracteriza por ser muy vulnerable, asimila los impactos proyectivos del medio que lo rodea, haciéndose cargo de los conflictos que en él se depositan (se lo responsabiliza de adicciones, delincuencia, etc.). Ante este mundo externo, se siente inseguro y por ello se refugia en su propio mundo seguro y   conocido.

Las exigencias que le impone la sociedad, hacen que muchas veces se sienta indigno y carente de valores, lo que lleva frecuentemente a la falta de autoestima.

Otro aspecto que caracteriza al adolescente, es su vivencia de que todas las experiencias son irrevocables y eternas. Siente que todo se ha perdido y que nada puede redimirse, y por consecuencia se deprime. Vive en un mundo en el que le otorga una gran trascendencia a hechos triviales, reaccionando de un modo dramático.

2.2. La depresión en la adolescencia

Este tema resulta de gran controversia entre los diferentes autores, destacándose al mismo tiempo la escasez de información y de profundización en los tratados de depresión y adolescencia.

En esta etapa, período de gran inestabilidad emocional, la incidencia de estados depresivos es muy alta.

En la adolescencia, se configura un sentimiento depresivo, un sentimiento anticipatorio de ansiedad y depresión referida al yo, que lo obliga a aferrarse a precarios estados de identidad. Son microcrisis, microduelos que previenen y preparan al yo ante el peligro de depresiones más severas. Todo esto ocurre con una intensidad muy marcada, que obliga al adolescente a reestructuraciones permanentes externas e internas que son vividas como intrusiones dentro del equilibrio logrado en la infancia.

La reacción depresiva en estas edades supone que existe una gran inmadurez en relación a la capacidad de duelo y que la hostilidad dirigida hacia los padres, se desvía hacia sí mismo. Las tendencias de autodesprecio se relacionan con el deseo de destruir la imagen idealizada de los padres por quienes se siente traicionado. El adolescente que siente debido a su sentimiento depresivo que es malo, reacciona frecuentemente mediante una conducta antisocial que refuerza su creencia de que no es bueno.

Realiza un verdadero proceso de duelo por el cual al principio niega la pérdida de sus condiciones infantiles y tiene dificultades en aceptar las realidades más adultas que se le van imponiendo, entre las que se encuentran las modificaciones biológicas y morfológicas de su propio cuerpo.

Adopta identidades transitorias que están íntimamente relacionadas con el proceso de separación de las figuras parentales y con la aceptación de una identidad independiente. Sólo perdiendo los aspectos que resultan ya inútiles se pueden integrar otros nuevos dentro de la personalidad.

2.3. Caracterización de la enfermedad
La depresión es una enfermedad que afecta la totalidad del individuo, es invasora y permanente, impregnando toda la realidad del sujeto.

Es importante diferenciarla de la tristeza. La tristeza es un sentimiento normal que se experimenta frente a situaciones adversas, es de corta duración y como responde a situaciones penosas, no constituye una patología. En la depresión podemos reconocer al mismo tiempo síntomas de depresión a nivel somáticos y a nivel psicológico.

Los síntomas aparecen generalmente en forma lenta e insidiosa, como una apatía inespecífica o como un descenso en el rendimiento habitual del individuo. La sintomatología es poco espectacular, pero incapacitante.

Es muy frecuente que la depresión comience con síntomas somáticos, como dolores difusos, de poca precisión topográfica, insidiosos, o como una fatiga que se prolonga en el tiempo y que no está de acuerdo a la actividad que desarrolla la persona. Otras veces, la depresión comienza con síntomas psicológicos poco precisos, como sentimientos de inseguridad, inutilidad, falta de ganas de vivir, pesimismo, evolucionando, a veces en meses, hasta el cuadro completo que motiva la consulta.

Para explicar cómo se expresa la depresión en las diferentes esferas psicobiológicas del individuo, nos basaremos en el planteo realizado por el Dr. Lista Varela (trabajo publicado en : www.smu.org.uy), quién realiza una separación artificial de las mismas en cinco grandes áreas: afectividad, motivación e interés, pensamiento, comportamiento y funcionamiento físico.

Afectividad:

La depresión se caracteriza por presentar un estado emocional triste, lo que se denomina humor triste. Este se manifiesta a través de una tristeza profunda, desgano, desinterés por las tareas habituales, embotamiento afectivo y desesperanza. Hay que tener en cuenta que ?la tristeza del adolescente tiene mucho de decepción por tener que enfrentar con una realidad que se aparta mucho de lo imaginado? (Monedero, 1982, 314).