Respaldo de material de tanatología

Jubilación; ¿qué hacer con el tiempo?

Jubilación; ¿qué hacer con el tiempo?

El aumento en la esperanza de vida favorece que las personas mayores, una vez concluida su etapa laboral, tengan mucho tiempo libre con el que a veces no saben qué hacer; no hay por qué deprimirse o desesperarse, ya que existen muchas actividades gratificantes que esperan a quienes las buscan.

Cuando pensamos en qué hace la gente durante su tiempo libre, de inmediato nos remitimos mentalmente a visitas al cine, reuniones con seres queridos, prácticas deportivas ocasionales e incluso paseos por centros comerciales; en otras palabras, acciones que ayudan a romper la rutina y a descansar.

Más que esto, las actividades de ocio ocupan un lugar de baja relevancia en nuestro horario y no dudamos en sacrificarlas ante otros compromisos que catalogamos como “más importantes”, de modo que para muchas personas es poco habitual pensar en actividades deportivas, de ocio, descanso o viajes.

No es raro entonces que muchas personas se encuentren en un predicamento con la llegada de la jubilación o retiro (a los 65 años, aproximadamente), ya que dejar de trabajar es perder aquello para lo que se han preparado durante toda la vida y que les ha ayudado a realizarse como individuos. Además, se deja de contar con importante vía para establecer relaciones sociales, disminuyen los ingresos económicos y se enfrentan situaciones de soledad, pues los hijos han formado ya su propio hogar.

Por ello es importante que el tiempo de ocio reciba su adecuada valoración desde etapas anteriores al retiro laboral, y que toda persona, jubilada o no, aprenda a aprovechar el tiempo libre a través de actividades gratificantes.

Cambio de actitud
Antes de ofrecer algunos ejemplos de acciones que pueden realizarse durante el tiempo libre que se tiene con la jubilación, hay que mencionar que es importante para las personas de la tercera edad desechar algunas ideas preconcebidas que generan aversión o pánico hacia el retiro.

En primer lugar, es mentira que una persona se vuelve inútil sólo por dejar de trabajar, ya que sus capacidades son lo suficientemente amplias para otorgarle independencia de acción y pensamiento, así como para aprender habilidades, emprender proyectos individuales y establecer nuevas relaciones sociales con gente de la misma edad e inquietudes similares.

Así, aunque se suele decir que en la edad madura ya no se tiene la misma vitalidad que en años anteriores, basta con observar a un joven desesperado tratando de llevar el mismo inagotable ritmo de un niño para comprender que el envejecimiento es un hecho natural y que, por ende, cada edad tiene sus propias cualidades, virtudes, ventajas y limitaciones. En efecto, la fuerza física de los ancianos es menor, pero ésta no desaparece y, en cambio, se gana mucho en cuanto a paciencia y capacidad de observación.

Finalmente, el hecho de que ya no se realicen actividades “productivas” no significa que se tenga “menos valor”. Por desgracia, mucha gente tiene la idea de que en todo momento se debe realizar “algo”, de modo que el descanso y las actividades de ocio parecen erradicadas y hasta condenables; nada más lejano de lo ideal, ya que es sabido que la falta de tiempo para uno mismo o someterse a estresantes jornadas laborales genera o acentúa problemas como insomnio, dolor de cabeza, presión arterial alta o neurosis.

Así pues, la jubilación se debe vivir para lo que fue creada: gratificar y agradecer con tiempo libre y tranquilidad a las personas que han dedicado parte de su vida al buen funcionamiento de una sociedad, de modo que puedan brindarse las atenciones y cuidados que no han podido tener consigo mismos.

Más movimiento
Practicar un deporte para mantenerse en forma no es patrimonio exclusivo de los jóvenes, sino de todo aquel que tiene interés por su salud; ciertamente, el ejercicio constante mejora la calidad de vida en la tercera edad y actúa como terapia preventiva ante problemas de articulaciones, huesos, músculos, tendones o sistema cardiovascular (corazón, arterias y venas).

Asimismo, reduce grasa corporal al tiempo que aumenta la masa muscular, favorece el uso adecuado de azúcares y grasas, contrarresta la osteoporosis (pérdida de calcio en los huesos), y retarda el deterioro del sistema nervioso; del mismo modo, agiliza los reflejos, disminuye la percepción del dolor y ansiedad, y optimiza el aprovechamiento de oxígeno, que es vital para las actividades del corazón y cerebro.

Entre los deportes más gustados en la tercera edad se encuentran la natación, ya que tiene mínimo impacto en las articulaciones y pone en movimiento prácticamente a todos los músculos; caminar, andar en bicicleta o trotar a baja velocidad, debido a que ayudan a tener adecuada oxigenación, equilibrio y resistencia al esfuerzo, así como yoga y tai-chi, que brindan elasticidad, relajación y tranquilidad a través de movimientos suaves y coordinados.

Numerosos centros recreativos, deportivos y de convivencia social proporcionan la oportunidad de practicar estas disciplinas bajo la guía de un instructor. Asimismo, las actividades se realizan en grupo, de modo que se tiene la oportunidad de ampliar el círculo de amistades a través de la convivencia con personas de la misma edad que poseen aspiraciones similares.

Cabe hacer la recomendación de que antes de iniciarse en la práctica deportiva se consulte al médico familiar o geriatra, a fin de que realice exámenes para conocer la condición física.

Cursos y talleres
El tiempo libre es útil para aprender nuevas habilidades que ayuden al esparcimiento, contribuyan a la realización personal o que tengan aplicación práctica en la vida; por ello, diversas escuelas y centros culturales disponen de amplia gama de cursos en los que aquellas personas deseosas de ampliar sus horizontes den rienda suelta a sus anhelos.

En muchos de estos sitios se ofrecen interesantes cursos y talleres todo el año, a través de los cuales se pueden adquirir conocimientos de uso cada vez más generalizado, como idiomas y computación; oficios, como artesanía, cerámica, corte y confección, serigrafía y grabado; terapias alternativas como reiki, digitopuntura y aromaterapia, o artes como pintura, dibujo, fotografía, guitarra, canto y creación literaria.

Asimismo, museos y centros educativos realizan a menudo ciclos de cine en los que se exhiben y analizan las obras más representativas del séptimo arte; lecturas en voz alta donde se comparten los pasajes más ingeniosos o apasionados de teatro, literatura y poesía, además de interesantes concursos de ajedrez o dominó que suelen ofrecer momentos de intensa emoción.

A la vez que se aprenden destrezas, este tipo de actividades fomentan nuevas relaciones sociales y, según coinciden especialistas, ayudan a mejorar la agilidad de la memoria y a incrementar el poder de almacenar información, con lo que se evita la “jubilación mental” o estados de amnesia y confusión. Contrario a lo que se piensa, el cerebro humano tiene la oportunidad de ejercitarse toda la vida y mantener viva su capacidad, sólo necesita “ejercicio” para lograrlo.

Arte y entretenimiento
Si lo que se desea es simplemente pasear o pasar un momento solo o acompañado, existen muchas otras alternativas para divertirse y encontrar algo nuevo que aprender; no en balde las ciudades de la República Mexicana cuentan con gran cantidad de parques, museos, auditorios, casas de arte y centros históricos en los que se preparan actividades destinadas a personas de todas las edades y que favorecen la formación de nuevas amistades.

Así, mientras los museos y sitios arqueológicos ofrecen la oportunidad de viajar por distintas épocas de la cultura del país o conocer la evolución del arte y la ciencia, los auditorios y casas de arte permiten admirar obras de teatro clásico o contemporáneo, asistir a la presentación de libros y convivir directamente con los creadores de la cultura contemporánea a través de mesas de debate o pláticas informales.

Además, parques y casas de cultura son sitios en donde se ofrece la posibilidad de realizar paseos al aire libre o de participar en concursos de baile en los que se puede hacer gala de los mejores pasos para danzón, cha-cha-cha, mambo o rock and roll, y entablar amistades que perduren por mucho tiempo.

Ahora bien, si lo que se desea es una actividad más tranquila, es muy recomendable visitar la biblioteca más cercana para adentrarse en la lectura de los libros que siempre han despertado curiosidad pero nunca se tuvo tiempo para leerlos.

Cabe decir que muchos centros de esparcimiento cuentan con cafetería, en donde además de degustar rica bebida es posible sostener una conversación sobre la exposición o presentación a la que se acaba de asistir.

¿Jubilación jubilosa?
Algunas investigaciones han revelado que las personas de la tercera edad que realizan actividades de esparcimiento o se dedican a un arte u oficio, cuentan con una actitud favorable respecto a la jubilación, se sienten satisfechos y entablan mejor relación con sus familiares o conocidos, de modo que su participación social es mayor que en aquellos casos en que se detiene abruptamente el ritmo de vida y aprendizaje.

Asimismo, aunque mucha gente que se retira sufre una disminución en su ingreso económico, el deseo por aprender y disfrutar su tiempo se ve compensado con oportunidades gratuitas o poco costosas que se brindan en talleres y clubes especiales para personas de la tercera edad, los cuales pueden ser auspiciados por instancias gubernamentales, civiles o religiosas, de modo que las oportunidades de desarrollo nunca se cierran para quien las busca.

Por tanto, los adultos mayores deben pensar que cuentan con recursos personales para mantenerse activos y realizar aquellas tareas que les resulten interesantes y atractivas, a fin de sentirse autosuficientes y útiles, lo cual redunda en mayor grado de bienestar físico y mental. Adelante y ¡a disfrutar el tiempo libre!

Zarina Moderador Enviando en: martes, 02 de setiembre, 2003 – 09:15 pm

Es un grave problema el suicidio de menores

Es un grave problema el suicidio de menores

* De cada 100 niños, 15 tienen tendencia o ideas suicidas

En México, el suicidio infantil es un grave problema pero el subregistro no ha permitido mostrar su magnitud, pues la mayoría se definen como intoxicaciones o percances automovilísticos, además de que los padres, las instituciones y la sociedad no quieren ver esa realidad.

Así lo afirmó José Luis Vázquez Ramírez, especialista del Hospital de Psiquiatría “San Fernando”, del IMSS, e indicó que por cada 100 niños de entre ocho y diez años, 15 tienen tendencia o ideas suicidas, y de ellos, 5 por ciento logran su cometido.

Por otra parte, comentó que el 80 por ciento de los menores que intenta o logran suicidarse lo anuncian verbalmente o por escrito días o meses antes, por lo que es importante atender sus reclamos y no pensar que se trata sólo de chantajear o de llamar la atención.

Como medida preventiva, el experto del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomendó, en un comunicado de prensa, que los padres convivan y jueguen con sus hijos, nunca perder la comunicación y siempre demostrarles su amor.

El especialista refirió que en las consultas en psiquiatría o en las cartas de despedida se ha detectado que las principales causas por las que un pequeño pierde el deseo de seguir viviendo son: el maltrato físico, verbal o emocional, el abuso sexual, la desintegración familiar y las exigencias o fracasos escolares.

Vázquez Ramírez anotó que actualmente este sector llega a tener un falso concepto del valor de la vida, ya que en libros, televisión y cine, la muerte está vista como algo cotidiano y simple, e incluso en los juegos electrónicos es tratada como algo intrascendente, ya que se puede volver a vivir, únicamente apretando un botón.

Por otra parte, informó que los niños, menores de ocho años, también intentan quitarse la vida, aunque en menor proporción, ya que únicamente representan el 5 por ciento del total y sólo 1 por ciento de éstos lo logra.

En general, dijo, estos pequeños no tienen definido el concepto de la muerte, lo hacen por curiosidad o pensando que morir es algo pasajero, ya que lo vieron en alguna película, “piensan que es como dormirse y que así les darán una lección a sus padres”

El galeno explicó que la manera en que los menores de ocho años intentan suicidarse es: aventándose desde las alturas; más de ocho años tratan de morirse ingiriendo raticidas (veneno) o productos de limpieza, lanzándose ante un vehículo en movimiento o a las vías del Metro; en tanto que los de mayor edad (10 años en adelante) con el uso de armas, como cuchillo o pistola.

Entre las niñas, lo más frecuente es que recurran al ahorcamiento y a la ingesta de pastillas, así como lanzarse desde puentes peatonales o dejándose atropellar.

Empero, alertó que el 70 por ciento de los niños suicidas son niños y el 30 por ciento restante niñas; “esto se debe a que el varón tiende a ser más agresivo y quizá por ello lleve a cabo sus ideas de privarse de la vida”.

Fuente: Notimex

Zarina Moderador  Enviando en: sábado, 30 de agosto, 2003 – 10:21 pm

El Enfermo en Fase Terminal

El Enfermo en Fase Terminal

  1. NECESIDADEES FISICAS DEL PACIENTE EN FASE TERMINAL.
  2. NECESIDADES PSICOLOGICAS DEL PACIENTE EN FASE TERMINAL
  3. Perdida de salud.-
  4. Perdida de libertad.-
  5. Perdida del cuerpo.
  6. Perdida de la imagen propia.
  7. Perdida de la paz interior.
  8. LOS MIEDOS DEL MORIBUNDO.
  9. Miedo a lo desconocido.
  10. Miedo a la destrucción.
  11. Miedo a la soledad.
  12. Miedo de perder el cuerpo.
  13. Miedo a perder el autocontrol.
  14. Miedo al dolor.
  15. Miedo de pérdida de identidad.
  16. Miedo de regresión del Yo.
  17. NECESIDADES DEL MORIBUNDO
  18. NECESIDAD DE LA VERDAD.
  19. CARACTERISTICAS DE LA TERAPIA CON MORIBUNDOS.

La agonía es ese periodo como lo define Gray, que puede estar cargado de dolor, deterioro corporal y angustia mental. Es el camino por el que se viaja hacia el no ser, que es la Muerte, si le quitamos a esa su sentido de trascendencia. Por esta razón el Enfermo en Fase Terminal tiene muchas necesidades. Entenderlas y saber ayudarle, es hacerle su Muerte amable, llena de paz y serenidad, lo que es el gran objetivo del Tanatólogo.

NECESIDADEES FISICAS DEL PACIENTE EN FASE TERMINAL.
1.- La sensibilidad, los movimientos y los reflejos, los empieza a perder el Enfermo por las piernas y los pies, por lo que debemos vigilar que las sábanas estén suficientemente flojas.

2.- Al aparecer una abundante sudación, señal del deterioro de la circulación periférica, el pie se enfría. Sin embargo la temperatura del organismo aumentara. La agitación que generalmente presenta el moribundo se debe muchas veces a la sensación de calor; muchos enfermos intentan quitarse las sabanas. Necesitan pues ropas ligeras y circulación de aire fresco.

3.- Conforme pasa el tiempo, el moribundo va perdiendo tanto la visión como la audición. Solo ve lo que le está muy cerca y oye nada mas lo que se le dice directamente. Hay que procurar que la habitación tenga luz suficiente, si es indirecta mejor, y pedir a los familiares que no hablen en voz baja, sino cerca de él, al oído pudiera ser, con voz clara y con respuestas SINCERAS.

4.- Aunque vaya disminuyendo su sensibilidad, el Enfermo en Fase Terminal siente la presión. Si a él le gusta, tóquelo. Pero habrá que saber si le place, hay muchos enfermos que prefieren la sola compañía del familiar sin el menor asomo de caricia física.

5.- La presencia del dolor físico puede ser continua a lo largo de todo el proceso agónico. Hay que curarlo. Si el Tanatologo no es medico ni enfermero, entonces se requiere una gran comunicación con el equipo multidisciplinario pertinente.

6.- Con frecuencia., el Enfermo en Fase Terminal permanece con plena conciencia casi hasta el final. Lo que significa que hasta el final, hay que brindarle un cuidado holístico total, biofisiologico, psicológico, emocional., social, afectivo, místico, religioso, espiritual. Fisiológicamente hay que hacer hincapié en los Cuidados Paliativos.
Recordemos que el moribundo sigue siendo persona por mas moribundo que esté y seguirá siendo la misma persona que siempre fue. Nunca debemos olvidarlo.

NECESIDADES PSICOLOGICAS DEL PACIENTE EN FASE TERMINAL.
Respecto a sus necesidades psicológicas-emocionales, recordemos que el paciente está sufriendo diferentes perdidas, muy dolorosas para el. Perdidas a las que el Tantólogo debe poner mucha atención. Estas son principalmente:

Perdida de salud.-
La primera y más obvia. Lo que ya no es tan manifiesto, son las consecuencias necesarias por esta perdida, el enfermo pierde también su seguridad, incluyendo quizás la que da la esperanza, ya que su futuro le es incierto, pierde su tranquilidad, hasta económica en muchos casos, pierde su estabilidad, también emocionalmente hablando, pierde su autonomía, es decir, se vuelve una persona dependiente de todos y para todo y llega a perder hasta su capacidad de decisión, por mas que se trate de su propia vida.

Perdida de libertad.-
Libertad de movimientos, ya que por el gran debilitamiento que padece no podrá moverse aunque este llagado por no cambiar de postura, también perderá su libertad de pensar: la mezcla de emociones que sufre lo obligara a pensar siempre en una misma dirección, perderá su libertad de privacidad, aunque sea el protagonista del drama, en los hospitales muchos estudiantes, los residentes, tienen el derecho de entrar a examinar al paciente, por mas que éste se enoje, o por más vergüenza que le de.

Perdida del cuerpo.
Lo pierde como aliado, como su amigo. Desde el momento en que comenzó el proceso degenerativo consecuencia de la enfermedad terminal, su cuerpo se convierte en el enemigo actual y en un obstáculo para su autorrealización. Para muchos pacientes esto reviste la mayor importancia, hasta se apenan de que alguien vea su deterioro físico.

Perdida de la imagen propia.
Ante el deterioro físico aparece la pérdida de autoestima, principio de una depresión que puede ser muy profunda: por ejemplo, cuando la quimioterapia obliga a la mujer a raparse la cabeza. Con la depresión el paciente sufre también perdida de afectos ya que se negara a toda relación afectiva y se llenara de rabias y de culpas.

Perdida de la paz interior.
Porque, ante la cercanía de la muerte, el moribundo comenzara a hacer una autoanalisis de su vida y sino se le ha ayudado en todas sus perdidas, el saldo será negativo para el. Igual le sucederá cuando, sin llegar aun a la Depresión Anticipatorio, empiece a enfrentar la realidad de su problema, cercana muerte y todas sus consecuencias: como van a quedar sus seres queridos cuando el haya muerto, cuanto irán a sufrir?y es probable que surjan fuertes culpas.

Lo anterior da al Tanatologo, muchas líneas de trabajo importantes, además de las estudiadas durante la carrera. Si recordamos la definición de Enfermo Terminal, sabemos que los problemas empiezan desde el momento mismo en que conoció su diagnóstico. Recordemos que la Angustia, es la primera de las emociones que aparecen y hará que tanto el como su familia olviden muchas de las opciones que dio el medico y muchas de las razones ofrecidas. Recordemos que el diagnostico tiene un profundo significado emocional que continuará a lo largo de todo el proceso e influirá en las consecuencias. Y recordemos la soledad del moribundo, el vacío amoroso que suele tener. Recordemos que lo escrito para que realmente vivamos la misión del Tantólogo. Hay que aumentar otro punto básico en el trato con el Enfermo en Fase Terminal: sus miedos.

LOS MIEDOS DEL MORIBUNDO.
El periodo que va de ser un Enfermo Terminal a un Enfermo en Fase Terminal, esta con mucha frecuencia envuelto en diversas crisis. Percibirlas y definirlas es algo de lo más importante, tanto para el enfermo y sus familiares, como para el Tantólogo. Si el paciente llega a superar realmente la crisis del conocimiento de su cercana Muerte, entonces podrá entrar en un camino integrado de aceptacion, paz y dignidad. En caso contrario, caerá en un proceso de desintegración y se vera obligado a utilizar muchos mecanismo de disfunsion. Las crisis que acompañan al enfermo pueden aflorar problemas del pasado que han estado reprimidos por largos años y activar al mismo tiempo, problemas de dependencia, Pasividad, narcisismo, e identidad, entre otros. La muerte enfrenta a la persona con un potencial disolución de su Yo y esto hace que el enfermo sufra de miedos. El Tantólogo debe ayudar a los Enfermo Terminales y a los Enfermos en Fase Terminal a que negocien con los varios aspectos del proceso del morir, según su personalidad y espiritualidad y con los miedos que brotan sin misericordia. Estos son principalmente los siguientes:

Miedo a lo desconocido.
Aunque todos los estudios del tema lo mencionaran, parece ser que no existe o al menos no es tan fuete, en las personas realmente místicas. Las personas que tienen verdadera fe en la resurrección pueden manejar mejor este miedo. Por el sentido de persona y trascendencia que proclama esta doctrina.

Miedo a la destrucción.
La destrucción del cuerpo en el proceso de putrefacción. Va en contra del narcisismo natural. Además de que muchas personas sufren el miedo al cadáver quizás por las consejas populares y las películas de terror.

Miedo a la soledad.
Desde el momento mismo de la hospitalización se aparta al enfermo del resto de sus amigos y familiares, incluso sucede esto si el paciente permanece en su casa. Es un fenómeno psicológico y cultural que deshumaniza y mecaniza el proceso de morir. El asilamiento y la privación del contacto humano lleva rápidamente a una fuerte depresión. Recordemos que el hombre es un ser antológicamente social y al Enfermo en Fase Terminal, mas si está en alguna unidad de Terapia Intensiva, se le prohíbe estar con miembros de su familia o sus amigos y la persona enferma sabe que esto va a suceder y lo sabe mucho antes de ser un moribundo. Por eso su miedo. El Tantólogo consciente de tal situación futura, deberá trabajarla anticipatoriamente tanto con el Enfermo Terminal como con su familia.

Miedo de perder el cuerpo.
Sentido psicológico de la pérdida del Yo. Si perdemos el Yo perdemos todo. También influye un poco la cultura al físico, típica de nuestros tiempos.

Miedo a perder el autocontrol.
Cada día que pasa y que la enfermedad se agrava, va creciendo la dependencia. El Yo no es mas el amo ni el capitán. Parece que no tiene derecho alguno a hacer la más mínima decisión sobre su vida y esto lo resiente todo enfermo. Por eso es muy importante mejor dicho, es importante en extremo, dejarle al moribundo cualquier autoridad que pueda seguir teniendo y dejarlo que siga reinando tanto como sea posible sobre su propia situación, cuando ya no pueda hacerlo, lo podrá aceptar un poco mas fácilmente y ya no sufrirá vergüenzas por ello.

Miedo al dolor.
Es uno de los mas agudos y realistas es una de las circunstancias que pueden agobiar mas al Tantologo no es especialita en manejo del dolor. No es solamente miedo al dolor físico, sino miedo a estar viviendo de sufrimiento en sufrimiento y de que tal situación se torne inmanejable. Sabemos que el alivio del dolor esta muy influenciado por las propias actitudes del paciente hacia su propio tormento. Manejarlas es una gran meta Tantologica. En muchas ocasiones el miedo al dolor es provocado por algunos otros de los miedos. Es importante tener una buena relación con algún especialista en la cura del dolor físico. Ya existen muy buenas clínicas de dolor. Quitar el dolor es básico. No debemos permitirnos que nuestro ?miedo moral? por el peligro de una adicción impida que ayudemos a nuestro paciente.

Miedo de pérdida de identidad.
Surge como resultado del vacío del contacto humano. En muchos hospitales se ven ?casos muy interesantes? o simplemente ?expedientes? pero no personas enfermas. Una señora decía: ?La vida es triste, cuando vivía mi esposo, yo era la señora X y cuando murió fui solamente Doña Luisa; ahora soy nada más la setenta y siete? al sentirse tratado así y al tener que vivir una soledad profunda e interior, aparecen los miedos ya citados en el Enfermo Terminal y mas aun si se trata de Enfermos en Fase Terminal. Es necesario que el Tantólogo trate de levantar la autoestima de su paciente. Es necesario que por todos los medios a su alcance, lo haga sentirse persona y no solo un número de identificación.

Miedo de regresión del Yo.
Representa quizás la última lucha. El Ego pelea constantemente contra la regresión dentro de su perdida del Yo. Lo que significa que todo Enfermo, todo ser humano, necesita morir con dignidad. No por algo el acto de morir es el último en la vida de las personas y el más trascendente e importante de todos.

Parece que los miedos mas comunes entre los mexicanos, son cuatro: MIEDO AL DOLOR, además de lo dicho renglones arriba, el Tantólogo deberá asegurarles, tanto al paciente como a los familiares, que los fármacos si darán bienestar al enfermo y que el personal del hospital no podrá permitir que un dolor curable lo vaya a hacer sufrir. Quizás sea necesario informar a los familiares que la agonía, en si, es indolora: la naturaleza proporciona, diremos que amorosamente, un anestésico total cuando llega el momento de la Muerte, cuando la agonía es ya el final. Uno de los errores mas habituales es creer que dolor y agonía son compañeros inseparables esto seria una excepción a la regla. Lo común es que la inconciencia aparezca más frecuentemente que el dolor. Morir no es más doloroso que nacer.

Un error que cometemos con muchísima frecuencia es el de sedar al paciente para evitarle molestias a el y a sus familiares. Tratamos de mantenerlo sedado, e incluso lo hacemos por petición expresa de los mismos familiares que la piden movidos por su angustia e impotencia. Pero un manejo inadecuado del dolor físico o mental, trae mayores sufrimientos. Todo miembro del Equipo de salud debería examinarse sobre su actitud mental hacia la Muerte y hacia el dolor de morir, una mala actitud, sea por conceptos culturales, religiosos, históricos, sociales, emocionales, o profesionales, causa sufrimientos físicos y psíquicos en mayor o menor grado. En cambio, una aceptación real de la Muerte, evita mucho dolor y sufrimientos patológicos. Por lo mismo el Tantólogo debe conocer la actitud al respecto de sus paciente el Enfermo y la Familia, lo mismo que la de los miembros del equipo de salud y orientarlos.

Por lo que toca al miedo de la soledad, este guarda una relación directa con el anterior: el dolor es más intenso para el enfermo cuando se queda solo. Para comprender mejor lo dicho recuerde usted sus ideas al odontólogo no se siente igual el martirio si entra solo al consultorio y se sienta solo en la silla del dentista, a que si va acompañado por alguien que usted ama. O recuerde sus consultas con cualquier otro especialita: ir acompañado le facilita escuchar lo que quieren informarle y disminuye muchísimo el grado de angustia que tenga. Imaginese el miedo que sentirá el paciente moribundo cuando este solo.

El enfermo moribundo necesita saber que no lo hemos abandonado. Por eso exige nuestra presencia física y no solo la moral. Según la experiencia es notable el hecho de que la mayoría de los pacientes mueren cuando están acompañados. Esto puede significar que el moribundo prefiere morirse en presencia de otro ser humano. Hay enfermos que temen irse a dormir, porque temen morir solos. Ortiz Quezada nos recuerda que el calor humano vivifica al que se muere, mientras que la soledad acentúa el dolor de despedirse de la vida. Debemos asegurarnos que siempre que sea posible, estén alrededor de su cama las personas que ama el que está muriendo. El necesita de sus seres queridos. Pero a medida que se acerca el final, que se debilita, lo más conveniente será limitar el número de visitas: máximo dos o tres. El Tanatólogo debería conocer bien a la familia y al enfermo para saber que personas son las indicadas para estar con el moribundo, ayudarlas y estar abierto a sus necesidades. Esto no quiere decir que debamos platicar con el moribundo. Nuestra simple presencia es lo que el necesita para saber que no lo hemos abandonado.

No todos los Enfermos en Fase Terminal, pero si muchos, sufren el miedo de que su vida haya carecido de sentido, de significado. Se trata de un miedo tan difícil de explicar como de afrontar. La importancia que tiene este concepto y que debemos insistir en una cosa es la que perder el sentido de nuestra vida es la mayor desgracia que el ser humano puede tener. Los humanos buscamos incesamente un significado para todo, más para los sucesos de la vida, es como si quisiéramos que nuestro vivir estuviera repleto de significado, no importa tanto la autoconservación como la autorrealización. Víctor Frankl constató que los que murieron en los campos de concentración no fueron precisamente los débiles y que tampoco los fuertes fueron los que sobrevivieron, los que pudieron seguir vivos fueron aquellos que encontraron un sentido al sufrimiento y a sus vidas. El enseña ?Haber sido es una forma de ser?. Lo que significa que cada ser humano merece todo el respeto por ser persona individual con una experiencia vital única. Cada uno de nuestros pacientes son únicos. Y así debemos de tratarlos. Para eliminarles el miedo de que su vida pierda todo significado debemos recurría a la virtud de la esperanza. Porque mientras la haya el paciente podrá, seguir teniendo un objetivo, pero debemos también motivar la voluntad del enfermo: si mantenemos viva su voluntad y esperanza, seguirá actuando su creatividad y su imaginación positiva y así estemos fortaleciendo su Yo. Voluntad y esperanza se manifiestan en nuestra capacidad de movernos y expresarnos. No solo. A propósito de este miedo, Williams Ziengler enseña que una medida terapéutica importante es el sentido del humor. Ella dice?A menudo olvidamos que los moribundos también ha de tener risas y alegría en sus vidas?, no como escape o fuga, sino como una manera fundamentalmente humana de relacionarse. La risa es un fenómeno típicamente humano.

Por lo que toca al miedo a morir sin dignidad, un Tanatólogo lo va eliminando simplemente con su trato. Un buen Tanatologo es el mejor medicamento para su enfermo, simplemente por el hecho de escucharlo, orientarlo, comprenderlo, apoyarlo, ayudarlo y estar con el, la presencia del Tanatólogo será la mejor terapia: su actitud humana será el arma fundamental junto con el profundo conocimiento profesional que en conciencia debe poseer.

NECESIDADES DEL MORIBUNDO.

Necesidad de verse bien.
El enfermo tiene diferentes necesidades. Una de ellas es la de verse bien: limpio, arreglada presentable. Es muy importante su sentido de dignidad. Es una necesidad de distinción, de seguir siendo dignamente la persona que siempre había sido. Es tan importante este aspecto que muchas veces le hacemos un daño a nuestro enfermo cuando lo obligamos a recibir visitas ya que el no se siente presentable. No confundir esta necesidad, con la negación a ser visitado por una gran depresión. Por otra parte, si deberás estamos ayudando a nuestro paciente de la manera como el lo necesita, a lo largo de todas sus etapas del proceso del morir, o en esa entremezcla de emociones ya estudiadas, forzosamente se le ira quitando este miedo, porque sabrá con certeza que al morir lo hará con toda dignidad: es consciente de que si lo tratamos como persona y por lo mismo, sabe que todo seguirá siendo igual hasta el final.

NECESIDAD DE LA VERDAD.
Es necesario que siempre le digamos la verdad a nuestro enfermo. Es una condición indispensable. El requiere conocer toda la vereda sobre su estado. Generalmente nos da miedo decirla, pero recordemos que es por nuestra angustia, no por el bien del paciente. Cecily Saunders nos enseña que la verdad no esta reñida con la esperanza y que siempre es mas fácil combatir al enemigo cuando se le conoce que cuando se le ignora. El moribundo vive un real anhelo de certidumbre: los últimos meses, días, momentos, de una persona deben vivirse con toda sinceridad y honestidad. Cierto que el diagnostico, los cambios sufridos y los pronósticos, deberá hablarlos el medico tratante y no el Tanatólogo. Pero este tiene que estar presente en el momento en que se le diga la verdad al enfermo, para apoyarlo en sus muchas necesidades y dudas insatisfechas que empezara a manifestar. La verdad siempre haya que decirla, lo importante s es saber que decir, a quien, para que, como, cuando y donde. Es cierta la frase evangélica: ?La verdad os hará libres?.
Además el paciente ?sabe? interiormente la verdad, pues ve que su condición no mejora, solo que necesita escucharlo de otra persona.

Williams-Ziegler transcribe las palabras escritas de un estudiante moribundo que nos revelan las necesidades básicas de quienes están en esa etapa. Transcribo solo un extracto: ?El paciente moribundo no es contemplado por los demás como una persona y por lo tanto, no puede comunicarse como tal? si realmente le importara, ¿perdería usted mucho de su profesionalismo si llorara conmigo, de persona a persona? Quizá entonces no fuera tan duro morir?? Si. El moribundo seguirá siendo persona por mas moribundo que esté.

CARACTERISTICAS DE LA TERAPIA CON MORIBUNDOS.

Es importante tener en cuenta ciertas características de la terapia con moribundos que la distinguen de la terapia con enfermos no terminales. Shneidman menciona estas:

El focus en tanatología debe estar fuertemente fijo en el contenido afectivo emocional. Es lo más importante, ya que la realidad de la muerte reemplaza a la realidad ordinaria, los hechos duros, temibles están enfatizados, y por lo mismo, los sentimientos están estresados.

Los mensajes del Enfermo Terminal se dan en dos planos: latente y manifiesto.
A los dos habrá que poner interés. Los dos son valiosos y muy significativos. Pero el énfasis debe estar en el manifiesto. El tanatologo debe concentrarse mayormente en esto último para lograr una mejor aceptación y empatia. No importa que se corra el riesgo de provocar una regresión y dependencia. Los mensajes latentes, como por ejemplo hacer los arreglos del funeral o disponer de los asuntos personales del Enfermo en Fase Terminal, pueden envolver los deseos del enfermo de continuar con el control, o manifestar sus deseos de inmortalidad, no necesitan generalmente hacerse explícitos.

Analizar y platicar sobre los significados inconscientes constituye el trabajo principal del psicoanálisis. Pero tratándose de} enfermos Terminales, el mensaje consciente, percibido y comunicado por el paciente o dicho al enfermo, asume la mas grande importancia. Simplemente por la falta de tiempo. No lo hay para trabajar en los escondidos y profundamente reprimidos mensajes inconscientes. No debemos ignorar las latentes implicaciones inconscientes, pero no hay que sacarlas a colación en el tratamiento tanatologico, a menos que la interpretación sea esperada por el paciente como una ayuda inmediata.

Con respecto a los roles, el trabajo tanatologico presenta una especial y única situación de transferencia y contratransferencia. La igualdad convenida entre el enfermo y el tanatologo, adquiere una característica singular en el trabajo con el moribundo, labor que es muy diferente a cualquier otra situación vital; el Tanatologo, además de terapeuta, es también sobreviviente, preservador de la continuidad, mensajero y traductor de deseos no realizados todavía. Por lo que puede surgir una transferencia negativa, nacida entre otras causas por la envida al sobreviviente, que debe ser animada a una libre expresión. Es fundamental hacerlo. La transferencia positiva, en cambio, no necesita ser analizada, simplemente debe ser expresada y aceptada. En cuanto ala contra transferencia, esta debe ser cuidadosamente monitoreada. Si es negativa, lo mejor será que l tanatologo se aparte, lo mas que puede hacer en tal caso, es sugerir el nombre de otro Tanatologo que haga el trabajo, presentarlo el personalmente. Si es positiva, recordemos que si es muy valido un acercamiento extraordinario dada la especial situación que se vive: desde la primera sesión terapéutica el paciente ya esta muriendo.

Es permitido que el moribundo ame al tanatolgo y que este ame a su paciente. Hablamos de amor en un sentido pleno. Y esto no es posible en ningun otro encuentro psicoterapéutico. En el trabajo tanatologico si, ya que el amor verdadero es lo que sostiene al enfermo en Fase Terminal siempre que esté en estado critico. Normalmente, cuando de habla de la transferencia, se esta refiriendo a un fenómeno primariamente inconsciente, cuya característica principal es la experiencia de sentimientos por una persona que no esta presente, pero que es vista, o sentida, como si fuera alguien del pasado.

No olvidemos que el trabajo con Enfermos Terminales y mas con Enfermos en Fase Terminal tienen una doble carga: una intrapsiquica, que lleva al Tanatologo a prepararse para su propia Muerte, y otra, interpersonal, que significa el preparase a si mismo y a los familiares del paciente a ser sobrevivientes. En algunos momentos y en algunos Enfermos Terminales, ciertas regresiones infantiles pueden ser buenas, incluso pueden ser la fuente del valor que necesita el enfermo ola familia. Estas regresiones incluyen por supuesto, la creencia infantil en la figura omnipotente del padre, del que espera total protección, incluso mágica.

Una manera como el tanatologo puede ayudarse ante la vivencia de una estresante transferencia y contratasferencia, será la de cambiar, cuantas veces lo necesite el aspecto de que la muerte es el final. En realidad es ante todo un principio.
Finalmente siempre debemos tener presente tambien que estar al lado de un Enfermo Terminal nos hace testigos de diferentes reacciones humanas, buenas, malas, regulares. Ayudar a bien morir nos hace topar con situaciones que solo la Historia Clínica nos podrá iluminar la historia Clínica es muy importante para el trabajo del Tanatologo.

Zarina Moderador  Enviando en: jueves, 11 de setiembre, 2003 – 04:24 am

Adultos mayores y las precauciones en el hogar

Adultos mayores y las precauciones en el hogar

Mantenga sus escalones de las puertas de salida y pasillos en buenas condiciones y limpios de desechos.

Ilumine todas las escaleras y pasillos y agregue interruptores de luz en ambos extremos y coloque pasamanos en escaleras y pasillos.

Tenga un velador al lado de la cama para que estén dentro de su alcance vasos, remedios y otras cosas personales.

Coloque materiales acolchados o blandos sobre bordes o esquinas de muebles con puntas como veladores, mesas y estantes.

No use alfombras pequeñas que se pueden deslizar y clave los bordes de los pisos alfombrados que esten sueltos.

Instale barandas en el baño (especialmente cerca del baño) y use gomas de baño no deslizantes en las tinas de baño.

Mantenga pasillos limpios de muebles y otros objetos.

Use una silla de ducha y una ducha de manguera para quienes sean incapaces de estar de pie en la ducha.

Zarina Moderador  Enviando en: martes, 08 de febrero, 2005 – 02:25 pm

Terapia del duelo

Terapia del duelo

La pérdida de un ser querido es una situación por la que muchos hemos atravesado o atravesaremos a lo largo de nuestras vidas. Si bien es una de las transiciones normales y naturales de la vida, no sabemos si por lo inesperado o impensado, nos deja en una situación de estupor, aturdidos, y sin palabras que nos permita describir o expresar nuestras sensaciones y sentimientos.

Nos apegamos a seres queridos que nos acompañan, nos complementan y terminan siendo partes nuestras. Toleramos su ausencia, si sabemos que ésta no es duradera y que a pesar de la distancia, podremos recuperarlo, pero si tenemos que confrontarnos con la irreversibilidad de la muerte, entonces, ya nada nos consuela, y la angustia y el miedo, se transforman en nuestra diaria compañía.

¿Será por eso que la perdida de un ser amado nos hiere haciéndonos sentir un dolor insoportable, como si nos hubieran arrancado una parte vital de nosotros mismos?

En este trance se resquebraja nuestro mundo, lo que era hasta ese momento, ahora ya no lo es más, perdemos el timón de nuestro barco, no sabemos cómo ni para dónde seguir.

Nuestra vida pierde sentido y muchas veces anhelamos la muerte como única salvación, en una fantasía loca y desesperada de reunión con ese ser querido en algún otro mundo.

Nos duele el cuerpo y el alma, nada nos calma, la tristeza y el anhelo de recuperar lo perdido, nos agota, nos abocamos en una búsqueda sin fin. Nuestras cabeza trabaja a un ritmo alocada en su intento de encontrar respuestas a tantos interrogantes, pero como un disco rayado, se repiten escenas, se reviven recuerdos en un intento de recuperar a ese otro aunque sea a través de la memoria.

Nuestras lágrimas se transforman en el mejor modo de sintetizar el desasosiego, el vacío y el miedo de tener que enfrentar el mundo sin ese otro. La culpa de no haber podido evitar de algún modo la muerte, y tener que lidiar con ella ahora, nos deja impotentes y nos hace sentir que yano podremos nada.

¿Cómo poder frente a una realidad tan devastadora, encontrar a esta altura algún camino con salida? Quizás éste constituya el gran desafío, si bien frenar y evitar todas estas emociones, es una actitud frecuente a la hora de mitigar el dolor del duelo, es necesario la creación de estrategias de afrontamiento que permitan un buen drenaje emocional, transformando al duelo en un trabajo activo que lo convierta en una oportunidad para el crecimiento y el cambio.

Zarina Moderador  Enviando en: martes, 08 de febrero, 2005 – 02:32 pm

Consejos para cuidados del paciente encamado: úlceras por presión

Consejos para cuidados del paciente encamado: úlceras por presión

Las úlceras por presión (UPP) forman un problema habitual en pacientes encamados. Al llegar a la edad avanzada uno de los mayores factores de riesgo para la formación de estas UPP es la falta de movilidad y la necrosis que esta situación produce. Así, en los últimos estudios realizados para la prevención de este tipo de heridas, podemos concluir que lo más importante es la obtención de una buena movilidad de las personas de riesgo, para ello: la realización de unos adecuados cambios posturales; y la utilización de productos que hidraten la piel y mantengan la integridad de la misma.

Definición.

La UPP es una lesión de origen isquémico (tejido muerto), consecuencia del aplastamiento tisular entre dos planos duros: uno perteneciente al paciente (hueso) y otro generalmente externo a él (el plano del lecho, del sillón o de un objeto cualquiera).

Fisiopatología de las úlceras.

La formación de estas lesiones tiene su origen en la falta de circulación de sangre en una zona (necrosis) durante un período prolongado ya que se produce una compresión capilar, originándose acidosis tisular y destrucción de los tejidos.

Manifestaciones clínicas de la isquemia.

Podemos clasificar las UPP en diferentes fases dependiendo su grado de lesión e isquemia.

ESTADÍO 1 o UPP DE PRIMER GRADO
Es la fase inicial de la UPP, se caracteriza por un pequeño edema y enrojecimiento de la zona. Afecta a epidermis y dermis. En esta fase es muy importante la prevención. Para ello la utilización de productos que mantengan la zona hidratada y mucha movilidad es lo esencial.

ESTADÍO 2 o UPP DE SEGUNDO GRADO
En esta segunda fase se forma un pequeño eritema situado justo encima de un relieve óseo. Se ve afectada epidermis, dermis y tejido celular subcutáneo superficial. En este grado es imprescindible la intervención de personal sanitario y especializado para evitar que la herida pase al estadío siguiente.

ESTADÍO 3 o UPP DE TERCER GRADO
Se forma un flictena, esto es, la herida toma aspecto enrojecido y se puede observar la aparición de esfacelos (tejido de aspecto amarillento que anuncian la gravedad de la lesión), estos tejidos se deben desprender con la utilización de cremas y pomadas que ayuden al desbridamiento químico. Se ve afectada la zona hasta el tejido celular subcutáneo profundo.

ESTADÍO 4
Se produce una pérdida total del grosor de la piel con destrucción extensa, necrosis del tejido. En este estadío pueden presentarse zonas necrosadas que ya no pueden regenerarse y el tejido por tanto ya no crece en esas zonas. Se afecta también el tejido muscular e incluso en ocasiones el hueso pudiendo producirse infección sistémica. El desbridamiento de la zona necrosada es muy importante para poder tratar la úlcera.

Zarina Moderador  Enviando en: martes, 08 de febrero, 2005 – 02:34 pm

Reacciones frente al cambio en el trabajo

Reacciones frente al cambio en el trabajo

  1. Negación
  2. Ira
  3. Exploración y aceptación
  4. Compromiso
  5. Conclusiones

Los cambios en la rutina establecida o en la forma en que las cosas se venían haciendo suponen un shock para el empleado. Shock que suele demostrarse a través de una serie de etapas. Qué esperar en estos casos.

Es inevitable que, al producirse un cambio, las reacciones de los empleados sean mas bien negativas, rayando en la total negativa al mismo. Esto se debe, principalmente a que el cambio genera muchos sentimientos negativos en los seres humanos, sentimientos de miedo, falta de la rutina, de estar perdido ante una situación nueva.

Así que rara vez podemos esperar que, al anunciar un cambio en las políticas laborales, los empleados se pongan en nuestro lado o, tan siquiera, en nuestra posición como jefes.

Con el paso del tiempo, a medida que comprendan la importancia del cambio y puedan adaptarse a la nueva situación y comprometerse con la misma, los empleados irán aceptando lo que se ha hecho

Pero, antes de llegar a la aceptación final, la gente pasa por una serie de etapas, que debemos comprender y ser capaces de aceptar, para no sobredimensionar los problemas que puedan acarrear. Estas etapas suelen parecerse a las que todos atravesamos cuando sufrimos la pérdida de un familiar cercano o de una persona amada.

Negación

La primer etapa a la que nos enfrentamos es la negación, un total desprendimiento de lo que realmente está pasando, un estado en el que se cierra los ojos a la realidad para mantener la ?vista? fija en la situación como era antes del cambio, negándose (justamente) a aceptar que algo ha pasado y que nada es lo mismo que solía ser. En un nivel menos poderoso, se reconoce que el cambio se ha producido, pero se niega que se vaya a mantener, tratándoselo como algo pasajero.

Es la etapa en la que se escuchan cosas como:

?Nah, no te preocupes, no va a pasar nada. Cada tanto hacen uno de estos anuncios y después no pasa nada?

?Es una de esas ideas que a veces tienen allá arriba, que nunca terminan de cuajar?

?Va a ser como todo. Van a estar un tiempo con esto, diciendo lo importante que es, dedicados a este cambio, y después se van a dar cuenta que no importa y todo va a volver a la normalidad?

?Lo voy a creer cuando lo vea?

El mecanismo psicológico que se esconde detrás de la negación es la esperanza de que no habrá necesidad de adaptarse a una situación nueva, que genera miedo y falta de seguridad. Si negamos que el cambio se producirá, no habrá necesidad de adaptarse a él.

La principal problemática que acarrea esta etapa es que se hace casi imposible preparar a las personas para lo que pasará en el futuro próximo, ya que para ellos no ocurrirá. No hay forma de planear los cambios y adaptaciones necesarios cuando la idea imperante en la persona con la que se está trabajando es que esos cambios y adaptaciones no ocurrirán. Entonces, ¿cuál es la necesidad de trabajar en ellos?

Pero llega un momento en que permanecer en la etapa de negación se hace prácticamente imposible, y es cuando finalmente tenemos evidencia sólida, tangible, empírica e irrefutable de que las cosas son diferentes. Cuando la realidad nos indica lo contrario, la mayor parte de nosotros (no todos, ya que en algunos la negación es lo suficientemente fuerte como para superar, por un tiempo, las trabas puesta por la realidad misma) saldremos del estado de negación y nos moveremos a la siguiente etapa.

Ira

Cuando la negación finalmente desaparece, ahuyentada por las pruebas de que el cambio efectivamente está en proceso, aparece la segunda etapa, la de la ira. Es una etapa en la que se demuestra el enojo que producen los cambios que otra persona (no nosotros) está propiciando en nuestra rutina. Además, la ira suele venir acompañada de una cuota de resistencia frente al generador del cambio y el cambio mismo.

Esta etapa es la mas critica a la hora de lograr que la implementación de un cambio sea aceptada plenamente. El liderazgo juega un papel vital en lograr que se supere la etapa de la ira y la resistencia, en lograr que la persona supere sus pre-conceptos y llegue a la siguiente etapa.

Pero, si el liderazgo es pobre o inexistente, la ira puede permanecer eternamente en el aire, aún mucho después de que el cambio y el miedo que generó se hayan desvanecido.

En esta etapa es que se escuchan comentarios agresivos, rayando en lo violento, como estos:

?¿Quiénes se creen que son para hacer este tipo de cosas con nosotros? Tenemos derechos?

?¿Por qué siempre se la agarran con nosotros? ¿Qué hemos hecho para merecer esto??

?¿Qué tienen de malo las cosas como están ahora? ¿Por qué tenemos que cambiarlas? ¿Para qué??

?¿Cómo pueden dejar que nos hagan esto??

A esto hay que sumarle comentarios mucho más agresivos, insultos y una actitud general de abierta oposición, que puede hacer que las cosas sean realmente desagradables en el lugar de trabajo.

Exploración y aceptación

Luego de que la negación ha desaparecido ya hace un buen tiempo y un buen liderazgo ha logrado reducir la ira y la resistencia a prácticamente nada (pueden no haber desaparecido, pero ya no ocupan un lugar central en la actitud frente al cambio) y las quejas ya no son ni siquiera un eco en los pasillos, se llega finalmente a la próxima etapa: la exploración y aceptación del cambio.

Esta es la etapa en la que los empleados finalmente empiezan a comprender y sumarse al cambio y lo que este trae consigo. Finalmente han conseguido entender mejor las razones del cambio y lo que se espera de ellos en la nueva situación. Se muestran dispuestos a explorar lo que deben hacer, ya no están cerrados a la idea de que el cambio pueda ser favorable, tanto para ellos como para la empresa. Abren su mente y se muestran dispuestos a colaborar en el planeamiento que el cambio necesita, para ser piezas participantes en el proceso de elaboración del cambio.

Se les escuchará decir cosas como estas:

?Bien, si es inevitable, lo único que nos queda por hacer es aprovecharnos de él lo mejor posible.?

?Tal vez podamos superarlo. Y, ¿quién sabe?, tal vez hasta pueda resultar un beneficio.?

?Bueno, hay que seguir trabajando.?

Compromiso

Esta es la ultima etapa, la que llega después de superar las trabas impuestas por la negación, la ira y la resistencia y que solo es posible con el empuje de la exploración y la aceptación. Es la etapa en que los empleados se comprometen con el cambio y se disponen a trabajar en pos de conseguir que sea tan beneficioso como sea posible. Ya saben que es una realidad y que es inevitable, por lo tanto se esfuerzan en hacerlo lo mejor posible, en lograr que sea exitoso, al menos.

Es cierto que algunos cambios nunca tendrán el apoyo de los empleados (reducciones de sueldo, de tiempo para comer, descansos, etc.), pero aquellos que puedan ser aceptados conseguirán en esta etapa el apoyo de los empleados.

Es su interés lograr que la organización sea efectiva, aún con las modificaciones que el cambio en las políticas laborales en la empresa haya traído. Superar la etapa de inefectividad y lograr resultados positivos. Con esto es que se comprometen los empleados.

Conclusiones

Aun cuando ya hemos hablado largamente de los cambios y las etapas, hay un par de puntos que es bueno remarcar.

Primero, nunca olvidemos que los procesos de cambio tardan un largo tiempo en estabilizarse y empezar a funcionar. No hay que entrar en pánico ni irnos a ninguno de los dos extremos: el de dejar que las cosas se resuelvan solas (ya que no lo harán) ni el de enloquecernos ante la resistencia razonable que sin lugar a dudas encontraremos.

Y, en segundo lugar, sí debemos preocuparnos si no encontramos ninguna resistencia frente al cambio planteado. Siempre hay reacciones, es inevitable. Y más aún si el cambio es grande. Si no las vemos, es porque nuestra gente las está escondiendo. Y toda reacción eventualmente sale a la luz. Si no las enfrentamos cuando recién comienzan, pueden aparecer violentamente y destruir todo nuestro trabajo. Es importante salir al cruce de las reacciones, aprender donde están y cuáles son, lograr que la gente las manifieste, para prevenir problemas posteriores.

Con todo esto dicho, se puede entender el proceso del cambio y lograr que no sea tan traumático.

Zarina Moderador  Enviando en: martes, 08 de febrero, 2005 – 02:40 pm

En qué me puede ayudar un tanatólogo?

En qué me puede ayudar un tanatólogo?

El tanatólogo es la persona capacitada para ayudar en el proceso de duelo, así como cualquier tipo de pérdidas significativas, al hombre que muere y a aquellas personas que lo rodean.

Otra la finalidad de la Tanatología es procurar que al paciente o cualquier ser humano que sufra una pérdida se le trate con respeto, cariño, compasión y que conserve su dignidad hasta el último momento.

El tanatólogo debe de tener la capacidad para “ponerse en los zapatos del otro”, con respeto, confidencialidad, cordialidad, en pocas palabras con CALIDAD HUMANA para poder ofrecer al usuario el apoyo que él busca.

Zarina Moderador  Enviando en: martes, 08 de febrero, 2005 – 02:45 pm

Insitituto Mexicano de Tanatología

Insitituto Mexicano de Tanatología

Instituto Mexicano de Tanatologia A.C.
Insurgentes sur 2047-1er.piso
col. san angel
Mexico, D.F.
56.62.08.02
www.tanatologia.org.mx

Puede ayudar la tanatotologia a un ATEO

Puede ayudar la tanatologia a un ATEO

Lo que pasa es que la Tanatologia no tiene nada que ver con ninguna creencia religiosa, veo que no has leido mi tema recomendado, pues ahi se habla largo y tendido sobre el tema.

Tanatologia solo trata de pérdidas de todo tipo, desde un divorcio, una jubilación, un trasplante de organos, hasta la muerte de una persona o una enfermedad terminal, pero nada de creencias de ningun tipo.

Sobre el morir pues… la muerte es el gran misterio, por más que estudiemos y supongamos miles de teorías, pues solo son eso: Teorias, ojalá y en verdad pudieramos saber en vida que existe despues, esta es una idea que a mi tambien me inquita muuuuuuucho, pero que despues de leer diferentes ideas pos, la verdad es que me he quedado igual, a mi tambien se me frunce la panza en pensar sobre mi muerte, pero esto es algo que no podemos librarnos y que sucede (¿?)lo sabremos hasta que muramos, solo tenemos que luchar porque éstas ideas no se nos hagan obsesión y angustia.

Enviando en: miércoles, 23 de febrero, 2005 – 05:44 pm