Respaldo de material de tanatología

Isauro Guerrero García: testimonios

Isauro Guerrero García

Región Mazateca Alta del estado de Oaxaca

El presente trabajo es resultado quizá un poco de la casualidad o ?porque así lo han querido los seres mágicos de la mazateca?. Yo no era responsable de su realización, mi interés como pasante de etnología dentro de los Programas Rurales de la UNAM ?en este caso para el CCI de Huautla de Jiménez y para la COIMA?, se enfocaba hacia las ceremonias de pasaje: bautizos, bodas y funerales, así como las mayordomías. En esas fechas en que fui invitada a participar en el equipo de salud para la investigación de ?Historia de vida de médicos indígenas tradicionales?, me encontraba persiguiendo huehuentones para conocer acerca de las actividades de estos grupos de danzantes (actores-músicos) que hacen su aparición en la mayoría de las comunidades indígenas mazatecas durante la semana de Todos los Santos.

Me agradó la invitación pues me pareció importante incursionar en esa rama de la cultura, aunque creí que resultaría difícil por las reticencias que, a veces, acostumbran los practicantes de este tipo de medicina. Afortunadamente no fue así, ya que desde un principio la idea fue aceptada y apoyada por los integrantes de la agrupación Médicos. Tradicionales Indígenas Agua Bendita del municipio San José Tenango, y en especial por las personas que resultaron electas en la asamblea efectuada para ese fin. Su colaboración ha sido sumamente valiosa, no sólo porque han tenido la paciencia suficiente para responder cada una de las preguntas planteadas (algunas complejas, por intermediación de las intérpretes), sino porque además nos brindaron la oportunidad de convivir con ellos y sus familias permitiéndonos entrar a su espacio cotidiano. Debido a la limitación de no comprender el mazateco, fue necesario recurrir a un intérprete, por lo que se propuso que éste fuera un familiar del curandero, ya que el afecto que los une permitiría que el trabajo se desarrollara en un ambiente de confianza y paciencia para expresar libremente sus ideas, con el fin de que las próximas generaciones conozcan y reconozcan lo valioso de la vida de estos guardianes de la salud, y para que el estímulo económico quede entre su gente. La información registrada por la entrevistadora se obtuvo con algunas dificultades, ya que la comunidad de Cerro Liquidambar no cuenta con energía eléctrica como para utilizar la grabadora por tiempo prolongado y el difícil acceso no permitió llevar los implementos necesarios para el uso de la misma A pesar de ello, se intentó conservar la expresión textual de los intérpretes (que en el trabajo se manifiestan en tercera persona) así como las escasas participaciones del actor principal en idioma español (en primera persona), aunque el relato está salpicado por algunas palabras de quien escribe. Durante nuestra estancia en la casa del chjota chjine Isauro, observamos aspectos de su personalidad. Es un hombre tierno y cariñoso con sus hijos así como con otros niños, es demasiado religioso y respetuoso, por ello, para plantearle las preguntas relacionadas con sus impulsos sexuales, tratamos de hacerlo en forma sutil y respetuosa. Es expresivo y en su afán de darse a entender en su limitado castellano o en su lengua natal, sus explicaciones siempre fueron acompañadas de mímica.

Orgulloso de ser un chjota chjine, se considera uno de los mejores curanderos de la región y siempre está ansioso por aprender más sobre la medicina tradicional y la alópata. Esto demuestra que algunos terapeutas tradicionales ya reconocen la existencia de enfermedades difícilmente tratadas con sus conocimientos, sin dejar de aceptar a la medicina tradicional como una valiosa preservadora de la cultura indígena a través de sus diversas manifestaciones.

Comentarios sobre el trabajo de campo

El 4 de noviembre, Pánfilo de la Luz López, director del CCI de la sierra mazateca, ubicado en Huautla de Jiménez, Teotitlán, Oaxaca, me solicitó colaborar con el equipo de salud para la realización de la investigación del programa Tópicos selectos ?Historias de vida de médicos indígenas tradicionales?.

Dos días después, la responsable de Cultura del CCI, Rosalba Terán Carrera, y yo nos trasladamos al municipio de San José Tenango para sostener una reunión al día siguiente con los médicos tradicionales de la agrupación. Agua Bendita integrantes de la organización de terapeutas tradicionales mazatecos ?María Sabina?, para informar sobre la investigación y pedirles su apoyo, así como elegir, democráticamente, a los médicos tradicionales que a su juicio eran los indicados para hacerles su historia de vida, resultando electos dos de ellos: el curandero y partero Isauro Guerrero García, de la comunidad de Cerro Liquidambar, y la partera y hierbera Teodora García Idelfonso, de la congregación San Jorge. Debido a la lejanía de la comunidad de Cerro Liquidambar, se acordó trasladarnos durante tres días a la vivienda del señor Isauro, donde se realizó la primera parte de la investigación de campo.

Con el apoyo de la responsable de cultura como intérprete, trabajamos aproximadamente dos horas y media por sesión realizando dos por día, una en la mañana y otra en la tarde. La premura del tiempo nos obligó a consultar la guía de manera regular dada la difícil comprensión lingüística durante la entrevista.

Esta primera etapa concluyó el 10 de noviembre. La segunda parte de la investigación de campo se realizó del 13 al 16 del mismo mes, periodo en el que se convivió de tiempo completo con el curandero y su familia, y se platicó con algunas otras personas de la comunidad. Contamos también con el apoyo de la hija del entrevistado como intérprete, de ahí que el formato y el trabajo se expresen en tercera persona, tal como se fue traduciendo; en contadas ocasiones el médico Isauro hizo comentarios en español, éstos quedan diferenciados (con letra cursiva) de las traducciones de su hija.

Creo importante comentar que permanecer en la casa de nuestro informante fue de gran utilidad, ya que además de conocer otras de sus labores (cultivo de café y maíz y cría de chivos), se logró una relación de afecto y confianza que facilitó la labor durante las entrevistas. Después de revisar el formato y darnos cuenta de las lagunas de información faltantes, invitamos a don Isauro y a Ofelia a visitarnos para platicar y completar esos datos; así lo hicieron, mejorando notablemente el trabajo.

Relatos de la historia de vida del Chjota Chjine

Antepasados

De sus antepasados, indica nuestra intérprete, ?fue su abuelo materno, Juan García, quien le enseñó la sabiduría de la curación, ya que él hacía ese trabajo con velas, maíz, cacao y copal; también era chupador y partero?, y de igual forma ?aprendió todo de su padre ?es decir, el bisabuelo de Isauro Guerrero?; estos personajes murieron a los 95 y 105 años de edad, respectivamente?. Añade la intérprete que ?no cualquier persona puede ser curandero, se necesita de una fuerza o poder especial; debe ser elegido por Dios como él lo fue a la edad de 10 años cuando por primera vez compartió los hongos con sus abuelos maternos?. Sin embargo aunque no es indispensable pertenecer a una familia de curanderos, sí es necesario ser elegido.

Pautas de crianza

Por la situación precaria en que vivía la familia de don Isauro, y por ser el segundo hijo responsable y el mayor, ?desde los 8 años ?comenta el médico en voz de la traductora? empezó a trabajar en el campo, chapeando con el machete perico?; él considera que ?a partir de ese momento empezó a dejar de ser niño?, aunque en su tiempo libre aún ?jugaba con sus hermanos y sus amigos al trompo, las canicas y el balero?, siendo los dos primeros sus favoritos. Sus padres no tenían tiempo para elaborarle sus juguetes debido al trabajo, ni para jugar con él; él mismo los elaboraba con madera (trompo y balero) o ?compraba las canicas a escondidas de sus padres? para evitar ser regañado.

Cuidados durante el embarazo y el alumbramiento

?Cuando su madre estaba embarazada de él, ella se sintió bien?, normal, nada especial; ?al momento de nacer le ayudó en el alumbramiento el abuelo materno, que era curandero y partero, siendo además quien le enseñó desde joven el trabajo de médico?; los hongos se lo habían dicho a los 10 años de edad durante un viaje: ?Cuando se fue por un túnel muy largo él escuchó que el señor Jesucristo le dijo que tenía el poder para curar, igual que su abuelo?. Esto sucedió una ocasión que sus abuelos maternos estaban tomando los hongos y él interrumpió la velada, por lo que la abuela ?le dio un par? (los hongos siempre se toman en pares).

Cuando él nació no hubo ceremonia alguna, ?sólo lo bañaron en temascal después de los 20 días del alumbramiento junto con su mamá, para protegerlos?; el baño, además de ser curativo por los vapores, evita infecciones por el parto; el corte del cordón umbilical también cumple la función de ser limpia de protección. ?No era costumbre meter al recién nacido al temascal, pero como lloraba mucho, lo metieron y se lo dieron a su mamá para abrazarlo?.

A pesar de que no era considerada como una ceremonia sino como cuidados del embarazo, era costumbre que su abuelo revisara a la mamá de don Isauro después de los seis meses le sus juguetes debido al trabajo, ni para jugar con él; él mismo los elaboraba con madera (trompo y balero) o ?compraba las canicas a escondidas de sus padres? para evitar ser regañado.

Cuidados durante el embarazo y el alumbramiento

?Cuando su madre estaba embarazada de él, ella se sintió bien?, normal, nada especial; ?al momento de nacer le ayudó en el alumbramiento el abuelo materno, que era curandero y partero, siendo además quien le enseñó desde joven el trabajo de médico?; los hongos se lo habían dicho a los 10 años de edad durante un viaje: ?Cuando se fue por un túnel muy largo él escuchó que el señor Jesucristo le dijo que tenía el poder para curar, igual que su abuelo?. Esto sucedió una ocasión que sus abuelos maternos estaban tomando los hongos y él interrumpió la velada, por lo que la abuela ?le dio un par? (los hongos siempre se toman en pares).

Cuando él nació no hubo ceremonia alguna, ?sólo lo bañaron en temascal después de los 20 días del alumbramiento junto con su mamá, para protegerlos?; el baño, además de ser curativo por los vapores, evita infecciones por el parto; el corte del cordón umbilical también cumple la función de ser limpia de protección. ?No era costumbre meter al recién nacido al temascal, pero como lloraba mucho, lo metieron y se lo dieron a su mamá para abrazarlo?. A pesar de que no era considerada como una ceremonia sino como cuidados del embarazo, era costumbre que su abuelo revisara a la mamá de don Isauro después de los seis meses de lo de ser necesario, según indicaran los maicitos la posición del niño.

Con el fin de darle más fuerza, le hacían a la futura madre limpias con trece granos de cacao, una pluma roja o morada de guacamaya (ave que habla y lleva el mensaje a los dioses), copal, cinco huevos, dos de gallina y tres de totola (hembra del guajolote), velas y rezos para pedir por ellos. No existía dieta alimenticia para la embarazada, podía comer de todo lo que había en la región y durante la época.

Según comenta la intérprete, ?cuando había un eclipse toda la familia se reunía para protegerla rodeándola?, de tal manera que quedara en medio durante el transcurso del fenómeno. ?También es costumbre que antes de atender el alumbramiento se prenda una vela y se reza a Jesucristo y a la Virgen de Guadalupe?.

Aproximadamente a los cinco minutos de nacer, antes de cortarle el cordón umbilical, se le amarró después de darle dos vueltas con un hilo que puede ser de cualquier color; ?su abuelo le cortó el ombligo con un carrizo afilado a los cinco centímetros de largo, después lo limpió a base de fomentos de agua caliente para que la punta no se infecte y seque rápido; a los tres días ya debe caerse. Si el ombligo se infectaba era costumbre curar con el orín del recién nacido. Una vez que ha caído, se dejaba colgado de una planta hasta que se secaba o desaparecía. La placenta se mete en una bolsa y se entierra a un metro de profundidad y 100 metros de distancia de la casa; se cuida mucho de los gusanos y de los animales, tanto domésticos como del monte. Si los gusanos la llegan a ver el niño queda ciego, si la come un perro, el niño se vuelve egoísta?.

Nacimiento y status

?Su nacimiento, al igual que el de sus hermanos, fue recibido con alegría tanto por la familia como por la comunidad; se ponen contentos por tal acontecimiento, las amistades de la familia llevan atole, caldo de pollo o res, tortillas? y otros alimentos a la nueva madre ?para que se recupere pronto?. Antes de los 40 días se debe tener mucho cuidado, tanto por la madre como por el hijo; si el padre va a un velorio o entierro, se tiene que bañar y cambiar totalmente de ropa antes de entrar a verlos, ya que ?se trae el mal del difunto?, de lo contrario ?puede enfermar a su familia?. Según el médico Isauro, era igualmente recibido en la familia ?una niña o un niño, ya que ambos son el resultado de que una pareja esté junta, y ambos son seres humanos?. La madre los atendía porque el padre tenía que ir a trabajar, pero había ocasiones en que ella se enojaba con ellos y era el papá el encargado de defenderlos. Don Isauro, a través de su intérprete, continúa: ?En algunas otras familias se quería más a los varones porque trabajan y llevan dinero a la casa, mientras que las mujeres, aunque también laboran, sólo lo hacen en el hogar?. El orden en que los hijos han llegado al mundo tiene importancia especial, aunque no siempre es percibida. A continuación se enlistan los nombres que se les da a los hijos, según el orden en que van naciendo o lugar que ocupan dentro de la familia:

El tercero tí ma, jan
El cuarto tí ma, ño
El quinto tí ma, aón
El sexto tí ma, jaon
El séptimo tí ma, ñato
El octavo tí ma, jin
El noveno tí ma, ñajan
El décimo tí ma, te
El onceavo tí ma, tejngo
El doceavo tí ma, tejaó
El último o menor jetá – ti xifetá

Del segundo al penúltimo son considerados ?los de enmedio?, stina xitjio gabase.

De acuerdo con el trabajo y respeto que un ser humano adquiere a lo largo de su vida, también recibe varios nombres o categorías sociales; en el caso de nuestro protagonista.son:

ti xikjié male síxá Niño que todavía no puede trabajar

ti xijie male xá Gente trabajadora (ya pueden trabajar)

n´in xikjé tjínle chjoon Hombre que ya tiene mujer (casado)

n´in xikjé tjínle xtí Hombre con hijos chjota chjine Gente de sabiduría (curandero)

chjota chjínga Gente de edad (de respeto)

chjota chjine b´enda Gente de gran sabiduría.

Don Isauro es visto así porque conoce mucho, ya que es curandero, partero y adivina con hongos y maicitos, cuando tomo los hongos despierta más mi sabiduría. Según don Isauro, cuando llega el primer hijo varón (ti j?chjinga) se dice: ?Él va a ir a la escuela, va a ser alguien importante, me va a ayudar en la milpa, va a cuidar mis terrenos, va a ayudar a mantener a sus hermanos menores y va a ser respetado por esto como a un padre. Cuando llega una niña se piensa: va a ayudar a la señora (la esposa) en el que hacer de la casa, va a darle de comer y cuidar a los animales de traspatio, va a echar las tortillas, también va a ir a la escuela; el trabajo más delicado es el de la mujer; ella nos va a cuidar cuando ya seamos grandes en las atenciones que un hombre no hace?. ?Al primero se le nombra ti j?chjinga o hijo mayor, y se le da tanto la responsabilidad como el respeto, ya que va a ser el padre de sus hermanos; los siguientes tienen que acatar las órdenes del mayor en todos los trabajos, ya sea dentro de la casa o en la milpa; con él se deben poner de acuerdo. ?La hija más chica debe cuidar de los padres y del hermano mayor que es también considerado como un papá?.

Herencia

Al hijo mayor se le deja la casa de los padres; los terrenos se dividen entre los otros hijos varones. A las mujeres no se les acostumbraba heredar, ya que al casarse es el esposo el encargado de proporcionarles casa y comida. Don Isauro añade que ?en la actualidad es al más chico a quien se le deja la casa de los padres y si las hijas mayores quieren terreno ya pueden pelear por él, ya no es como antes?.

Rito de pasaje: bautizo

Isauro Guerrero García no tuvo ninguna ceremonia previa al bautizo, ?a él lo bautizaron cuando tenía 6 meses de edad en la iglesia de San Miguel Huautepec, los padrinos fueron. Erasmo Pedro y María Tiburcia, sus tíos maternos, ellos le regalaron el ropón, los zapatitos, una cera y el rosario (chaski) y pagaron 20 centavos? por la ceremonia católica. De acuerdo a Isauro, ?no se le hizo fiesta, sólo se entregó a sus padrinos una ofrenda?, un kilo de panela, dos kilos de carne de res, $5.00 de pan, un kilo de café, en agradecimiento (por su ropa) y por haber aceptado ser los compadres de mis papás.

La cera (vela) es muy importante, por eso cuando trabajo siempre tengo que prender una cera; es el significado de que me bautizaron. Don Isauro no recuerda haber tenido primera comunión.

Alimentación

Desde que nació hasta los 2 años de edad, ?lo alimentaban con sikaki? (leche materna) y ?atolitos, después le empezaron a dar comidas: tortillas, arroz, pollo, carne de res.

Baño

?A los niños pequeños se les bañaba con agua tibia y ja-bón de lavado. Se les tallaba con un estropajo el cuerpo y el cabello, y cuando no se tenía éste, utilizaban otra hoja llamada xkanopa?, en el agua no se mezclaba hierba al-guna, sólo se cuidaba que fuera limpia; ésta, ?se traía para los hermanos mayores de un arroyo que quedaba a tres minutos de camino de su casa?.

A él le tocó acarrear agua a partir de los 7 años de edad, ya que era el segundo en orden de los hermanos, pues los menores aún no podían hacerlo; a partir ?de los 7 u 8 años se bañaban en el arroyo?. ?Él vivía en una casa de techo de zacate con paredes de madera con cartón y piso de tierra; la cocina era de los mismos materiales; tenían un fogón en una hornilla elevada?, no contaban con energía eléctrica, por lo que ?para alumbrarse usaban candiles con petróleo. No tenían excusado, acostumbraban hacerlo al aire libre?; dormían en petates con la madre hasta los 6 años y posteriormente con algún hermano; ?él lo hacía con su hermano mayor?.

?En su casa vivían catorce personas; sus dos padres, sus once hermanos y él?, para ese entonces ya trabajaban cinco de sus hermanos y él para mantener a la familia.

Salud y enfermedad

?Su familia lo cuidaba mucho y cuando se enfermaba lo curaban con la medicina tradicional; lo protegían de la gente extraña?, ya que ?se cree mucho en el mal de ojo, para ello se utiliza pisiate y se le reza a san Pedro y san chivo, puerco, sopa de pasta, frutas (naranja, plátano, guayaba, etc.)?, y verduras de la época y de la región. ?Ya tomaba, además de atole y agua, un poco de café. Él y sus hermanos comían en la cocina juntos dos o tres veces al día?, de acuerdo a la situación económica de su padre en esa temporada.

Indumentaria

La forma de vestir de los pequeños varía de acuerdo con la edad y el sexo. A los niños de 0 a 3 años ?no se les ponía pantalones, sólo se les cubría la parte de arriba con una camisetita o suéter si hacía frío?; de 3 a 7 años, ?les ponían pantaloncitos con tirantes y camisetita?; de 7 a 15 años, ?calzón y camiseta de manta así como huaraches de cuero?.

A las niñas de 0 a 3 años ?se les ponía vestidito o camisetita con calzoncito?; de 3 a 7 años,?vestido corto y calzoncitos?; de 7 a 15 años, ?vestido más largo y hua-raches o zapatos de hule?. A los 15 años de edad me puse mi primer pantalón de vestir.

?Tanto para la fiesta grande del santo patrón de la comunidad (en La Providencia, San Agustín, el 28 de agos-to) como para Todos los Santos, se les compraba a los niños ropa nueva y huarachitos y se les arreglaba muy bien; para ir a la escuela no llevaban uniforme sólo para algún desfile?. El uso de calzado variaba según las condiciones económicas de la familia; antes comenzaban a usarse a partir de los 3 años zapatos de cuero o plástico y ahora, desde que caminan, si se puede, se les compran sandalias de hule.

Cuando se le preguntó a don Isauro cuál era el momento de más satisfacción y cuál el recuerdo menos importante de cuando era niño, comentó que el más importante fue ?cuando empezó a trabajar en el campo a los 8 años, ya que podía llevar dinero a su casa?, Dios me dio la fuerza para seguir adelante; y se sintió menos importante a los 5 años porque escuchaba que sus padres hablaban de la necesidad económica y de que él aún era muy pequeño para trabajar y ayudarles?.

División del trabajo por edad y sexo

En lo relacionado con el trabajo, los niños y niñas desde la edad de 7 años empiezan a imitar a sus mayores en las tareas domésticas o del campo, pero ¿qué tareas pueden realizar?, ¿cuáles son sus primeros trabajos y a qué edades? ?A los varones de 8 a 10 años los mandan a la escuela?, si hay una cercana a su vivienda o comunidad; ?los mandan a traer agua, a cuidar a sus hermanos menores, ir a llamar a sus papás (o parientes cercanos), llevar recados y soplar la lumbre?.

De los 10 a 15 años, ?los llevan al campo y ahí se les enseña a trabajar: cargar leña, chapear, cortar las cerezas del café, sembrar, doblar y bajar elotes y el frijol?; a los 15 un joven ya puede desempeñar las mismas labores que su padre. ?Las niñas desde los 7 años empiezan a aprender a tejer, coser, atender a los animales (gallinas, cerdos o chivos), traer agua, barrer y buscar trozos de leña? en las cercanías de la comunidad. A medida que van creciendo, sus tareas son más complejas; ?lavan la ropa, cocinan, hacen el nixtamal, lo muelen y hacen las tortillas; al campo sólo van a cortar café, frijol y lo traen cargando? hasta la casa con ayuda de su rebozo. Una muchacha de 16 años ya puede realizar todas las tareas del hogar igual que su madre.

?Hay hombres que ayudan a sus mujeres en algunas tareas, como atender a los animales y traer la leña, no para acarrear el agua?, es casi siempre responsabilidad de los hijos y las mujeres.

En el caso particular de don Isauro, ?él a la edad de 8 años salió a trabajar al campo; sembraba caña con su padre, chapeaba el terreno y exprimía las cañas para sacarle el jugo con el que se hacía aguardiente o panelas; a los 15 años ya podía cuidar el cocido de éstas?.

?Más tarde trabajó en el cultivo de café; él prefería este trabajo porque es menos cansado que el de la caña. También fue aprendiendo a curar?, por lo que a los 25 años su labor era más completa; no sólo ayudaba en la caña, trabajaba el café y atendía a sus chivos, sino que ya era reconocido como un buen curandero, y empezaba a ser un hombre de sabiduría.

Educación formal

?Cuando él era niño, Isauro hablaba en mazateco, no sabía castellano?, igual que los otros niños de su edad de la comunidad donde vivía. ?Fue hasta los 10 o 12 años cuando empezó a entender el castellano; cuando fue a la escuela aprendió un poco?; en la actualidad no lo habla, ni lo entiende bien completamente.

Pero si en su forma de hablar como niño y joven no hubo nada especial, sí lo hay en su forma de expresarse como curandero; ?un chjota chjine b?enda debe hablar en forma fuerte, pausada y clara para que se le escuche y entienda bien?, tanto en el más allá como con sus pacientes.

A los 12 años de edad, empezó a asistir a la escuela primaria ?Agustín Zaragoza?, de la comunidad de Río Santiago, municipio de Huautla de Jiménez; todos los días bajaba caminando 5 km para llegar a la escuela, mismos que subía para regresar a su hogar, en La Providencia. Durante dos años de estudio terminó el segundo grado de primaria, donde aprendió a leer y escribir el castellano de manera deficiente; ahí en las canchas de la escuela le agradaba jugar al baloncesto con sus compañeros de estudio; cuando los mayores de la escuela o la comunidad no la ocupaban jugaban con una pelota ya que no tenían dinero para comprar un balón. Los mejores amigos de su infancia, que aún recuerda, fueron: Ángel, José Martínez, Ricardo Martínez y Felícito Guerrero.

Cuando murió su hermano mayor a los 15 años, él dejó la escuela y se dedicó a ayudar a su padre; ?sus abuelitos y el resto de su familia lo veían con respeto por que era un joven muy trabajador?.

Como ya comentamos, asistió a la escuela primaria a los 12 años. ?Sí le agradaba, sobre todo porque platicaba y jugaba con sus compañeros que también eran sus amigos y como era de pensarse, si eso era lo que más le gustaba, al maestro era precisamente lo que más le molestaba, por lo que les pegaba con varas en la espalda porque no atendían la clase y no aprendían bien, aunque el maestro sí les enseñaba; éste se llamaba Modesto y venía de Huautla de Jiménez?; a don Isauro le disgustaba que los regañara y golpeara, ?también le molestaba que los niños mayores no los dejaran jugar en las canchas de la escuela?.

El libro preferido de Isauro, que recuerda con cierto cariño, es Arma campesina (alma campesina). Las clases se daban frecuentemente en mazateco, ya que la enseñanza del español era casi nula; ?éste lo medio aprendió a leer y escribir a la edad de 45 años, en Teotitlán, gracias al maestro Casimiro Quina, en una escuela nocturna de educación para adultos?. Don Isauro Guerrero considera que ?ir a la escuela sí le sirvió, aprendió a hacer su firma, a leer y escribir un poco en castilla y a hacer cuentas con los números, sobre todo la suma?.

Su relación con los niños fue normal, era buena; a su escuela asistía puro niño mazateco, pero si con éstos la relación era buena, no lo fue así con los maestros, ya que eran groseros y les pegaban a los niños. Sus padres ?no le ayudaban en las tareas, sabían menos que él? y ?lo regañaban cuando no las hacía?; no siempre cuidaban su asistencia ya que eran ellos quienes en épocas de mucho trabajo lo llevaban al campo ocasionando que faltara a la escuela.

Testimonio de Feliza González Moreno: testimonio

Testimonio de Feliza González Moreno, paciente y prima de María Guadalupe Narciso

?Quién sabe cuántos años ya tenemos (de conocerse), como desde hace 22 años. Vivía allá en el ejido cuando supe, pos, cuando vine por acá ella ya curaba. ?Yo estaba enferma, ella todavía no usaba eso con lo que ahorita cura. Me dijo que era puro frío que yo tenía porque tuve, creo, tres niños; pero nada más duró Miguel. Ya después fui al doctor, para que naciera mi otro hijo, el que tiene 17 años. Antes de que yo fuera al doctor, una tía, de las que andan curando, me hizo un lavado y me dio medicina, para tomar. Creo que me barrió mucho el estómago, me daba así como diarrea y no se me quitaba. Entonces, ella (su prima, doña Guadalupe Narciso) mandó a su hija, estaba chiquita su hija, la que vive en México. Me mandó decir que me fuera para que me hiciera otro lavado; entonces le dije a su hija, ?no, yo no me voy a eso porque me va a hacer igual, así como me hicieron, que ya no puedo caminar?. La niña me dijo, ?no, dice mi mamá que nos vamos, que no te va a hacer lavado, te va a echar pura medicina, nada más en tu estómago, que así se te va a enfriar?. Pues me fui, y cuando llegué me hizo lavado.

Me dijo ?éste no te va a hacer como el que te hizo mi tía; éste te va a enfriar?. Me dio medicina que yo me echaba. Pero era pura hierba. Poco a poquito se me quitó y ya me bañó, así, con puro alcohol, porque antes todavía no usaba esas medicinas que ahorita tiene; ya poco a poco compró sus medicinas. Todo me quitó, me bañó con el alcohol. De eso tiene como 18 ó 19 años, antes de que yo tuviera a mi hijo. Ya después me embaracé de mi hijo, ahora él vive. No me cobró. Me fui al médico cuando mi otro hijo nació. ?Antes, cuando ella curaba hacía puro limpias, así, con yema (huevos); luego, pues ya bañaba con puro alcohol. Usaba, también, otra medicina que le decían alimento fuerte, compraba éter que era para aire, que era para sentimiento. Con eso los bañaba también; echaba harta hierba en el alcohol, con eso también bañaba.?

La utilización de nuevos medicamentos o recursos para atender problemas de salud

?Luego empezó a ir a comprar hierbas con la señora a quien le compra. Compró pomadas como las que ahora usa. Compraba pomada de coyote, de esa que tiene el jorobadito; alumbre y otras medicinas. Poco a poco le dijo a la señora Lupe, ?esto le sirve, mire esto?. Como siempre, mi prima me llevaba cuando íbamos a comprar las medicinas. Ella vio que con eso sí, ya después a los que venían de fuera así los curaba. Ya muchos le compraban, ?véndeme a mi también una?, le decían. Entonces ella ya las vendía y con eso compraba más, pero ahora ya casi no les vende porque sólo las usa para bañarlos, porque dice que no la quieren pagar. Sí, ya ves, se dio usted cuenta que la otra señora que vino, dice que le debía.?

Limpia

?A mí no me ha hecho limpia ella; le hizo limpia a mi hijo. Lo llevaba yo, le hacía limpia, luego le hacía lavado. Cuando se me ponía grave lo llevaba con ella, a veces ya se le121 vantaba, le hacía lavado, le bañaba con alcohol. Cuando le hacía limpia a mi hijo era con pura yema (huevo), nada más. Luego me decía que mi hijo estaba enfermo de puro aire. Lo agarraba la virgencita, prometíamos ir a San Juan de los Lagos o al señor de Chalma. A veces nos decía eso y luego me contestaba, ?cómprate nomás una veladora, ahorita la limpias y la prendes ahí en el adoratorio, para que tu hijito la vaya a dejar?. Luego, pues mi hijo ya comía, ya hacía bien del baño. Ella siempre me lo curaba, pero también siempre lo llevaba al médico, porque mi hijo no obraba bien, no hacía del dos.?

La relación de doña Lupe con su paciente

?Es que luego vienen unos nomás a dejar una servilleta, le vienen a dejar un chal o un rebozo; luego ya no vienen por su servilleta. Les dice, ?no, cómo te voy a curar si tú me debes?. Como ella tiene su carácter, ya no los cura. Cobra $30.00 la limpia y si le dicen ?si hace lavado o me baña ¿cuánto me vas a cobrar??, ella les dice, ?es grande, te cobro $70.00 y de la limpia ya son $100.00?. Le pagan y sí los cura.?

?Esa señora hace limpias?. Se corrió el rumor

?Me acuerdo que cuando me vine para acá, ella ya curaba. Yo escuché cuando ella andaba diciendo a una señora que su niño quién sabe qué tenía y ella le dijo, ?a ver tráelo para acá? le vamos a hacer una limpia a ver qué tiene?. Luego esa señora decía que le hizo limpia a su niño, le dijo qué es lo que tenía. Ya después de eso, la señora lo contó a otra señora y así, empezaron a venir. ?Cuando ella hace limpia y quiebra la yema (huevo) en el vaso se ve también, cuando se sube harto (la yema), cómo limpia; ?ese es puro aire, aire seco, aire caliente es que uno tiene mucho calor adentro. Este es la Virgen de Guadalupe, este es santa Cruz, que este es san Juanita?; bueno entonces ella dice pos que si tenemos esto, ?vas a ir a prender una veladora?, porque casi no vamos a verlos, no nos dejan. Ella dice, ?pídele el favor, ve a ofrecer una veladora a ese santo y verás que sí te deja?. Luego ya viene uno, que si ya te pregunté. Cuando prometemos que vamos a ir a visitar, por ejemplo a San Juan de los Lagos, o nuestro señor de Chalma decimos que sí vamos a ir y luego no vamos; después cualquier cosa nos pasa, hasta que se enferme un hijo o nosotros, nos da calentura o le da al bebé diarrea, y así, hasta que ya le dice uno qué es lo que tiene, le ofrece su veladora y ya se le quita. ?Se puede enfermar de muchas cosas, por ejemplo, ahorita que es tiempo de lluvia, por comer alguna fruta, como una ciruela o capulín; se botiga uno. Entons ella le dice, ?no, pues ese está abotigado, está empachado?necesita un lavado?, o ?dale carbonato con sal de uvas, exprímele limón? dale que lo tome y luego ya le sobas bien el estómago?, así le dice.?

?Ella sabe?

?Yo no sé cómo sabe que es aire, que es santo, que agarra a los niños. La imagen no la encuentro. ?Si me dice ?fíjate ahora, este es santa Cruz?, que este Todos los Santos, no lo veo pues no conozco. Quiero decir que curar, porque, bueno, sólo le ayudo cuando estoy allá con ella. Le voy a lavar sus vasos, le traigo su agua.

Luego me dice, dame esto, dame el alcohol, ese alimento fuerte, el frasco ese y ya me dice cuál, pero así, para prepararlo, para curar a alguien no, nunca. ?Hay dos opciones, la hierbera y el médico. Si a uno ya lo llevaron mucho con el doctor o a la clínica o centro de salud y no se compuso, van con la hierbera? o se van antes con la hierbera y si no se cura, mejor lo llevan al médico. ?Una limpia es puro aire. Si el niño se cayó, por ejemplo, aquí de la cerca, pues ya se lo agarró el Salvador del Mundo; necesita que lo limpien con una vela que van a poner allí donde se cayó; lo van a bañar con alcohol, así lo hacen. Pues la tierra, es el Salvador del Mundo. Hay unos niños que les da diarrea cuando se caen por ahí. Y pregunta que a dónde se cayó, pues allí, contestan y dice límpiale y luego le bañas con alcohol y prendes la veladora; háblale al Salvador del Mundo para que lo deje y se le corta la diarrea? se le va.?Sí, como Dios es Salvador del Mundo. Ya tiene mucho que he escuchado eso, dicen que cuando se cae uno por ahí, que es Salvador del Mundo. ?Según, me platicó ella, hace un tiempo se enfermó y me dijo que vivía en México; entonces, la señora que le curaba, creo que ella vio cómo lo hacía y luego su papá se enfermó, lo llevaron con una curandera por acá en Ixtlahuaca; ella dice que estaba con su papá y creo que vio cómo hacía la señora esa, y pos aprendió.

?Nada más su abuelita que era matrona? ella le dijo cómo. Le dijo que no, que cómo iba a saber ella qué tanto le faltaba, entonces le decía, mira si a ella le falta, tú le haces el dedo (medio dedo), ella le dijo que cómo le iba a hacer. ?También aquí nosotros, aunque no sabemos hacer de limpias, muchos sabemos de hierbas, que juntamos orita que es tiempo de lluvias y hay hartas hierbitas. ?Lo que sabe la gente y lo que ella sabe es lo mismo. El avance que ella lleva es que cura con otras medicinas, por ejemplo, usa la víbora de cascabel, echa esa comadreja, el zorrillo, luego otra medicina, el alimento fuerte, el éter para tomar, el éter para bañar. Luego lo junta, eso no se compara con los que nomás pura hierbita, ella va adelante de otros con medicinas que ella conoce, aunque a veces las compra también.?

Testimonio de Cirila Reyes González, partera-hierbera de 80 años de edad

Testimonios de Vida de Médicos Indígenas Tradicionales

María Guadalupe Narciso Álvarez

Testimonio de Cirila Reyes González, partera-hierbera de 80 años de edad

En el presente testimonio la narración está en tercera persona debido a que doña Lupe Narciso traduce a doña Cirila Reyes del mazahua al español (lo que aparece entre comillas es la traducción de las palabras de doña Cirila). Los temas, siguiendo la metodología, son sugeridos por la historiadora de estos testimonios.

Aprendizaje

?Su vecino la llamó en la noche y lo fue a ver. Estaba la señora con su esposo nomás, y le dijo que viera tantito a su bebé porque ya había nacido. Entonces, lo garró al bebé, lo levantó y le limpió la boquita; lo que tenía. Entonces, ella acostó a la mamá, al bebé lo bañó y lo acostó junto a la mamá. Ya supieron de allí, ya nomás las señoras le gritaban que fuera a ayudar a los partos. Así fue para siempre, para siempre le gritaban. ?Sí le asustó cuando curó la primera vez. Primero no, pero ya después le preguntó al señor, ¿dónde están las tijeras?, ?no tengo tijeras, vete a ver el cuchillo que está en la cocina?, así le dijo, y con eso le cortaron el ombligo al bebé. Ella rápido lo amarró. Cuando llegó con su marido le dijo que quién la mandó allí, a dónde fue y si le iba a matar al bebé, o a la señora. Entonces, ella la iba a llevar a la cárcel y su marido le dijo, ?si te van a llevar a la cárcel, no te voy a seguir, regla a ver cómo arreglas tus asuntos?, así le dijo. ?Cuando aprendió, tenía 40 años. Ella hizo lo posible por ganar el dinerito. Para comprar algo, lo que necesitaba en la cocina o su ropa.

?Ella bañó al bebé, a la mamá y coció hierbas para aire. A los tres días lavó la ropa del bebé, la de la mamá, y lo cambió. Durante tres días ella no se fue. ?Vivía allá arriba una señora que gritó, ?vente para acá, tía Lila, córrele; vente, vente a ayudarme, esta señora ya se alivió; vente a verme tantito, que me vas a ayudar aquí?. Su marido le dijo ?vete, córrele a ver; pobre señora está sola?? entonces ya se fue. Pues así ya se enseñó? ya después gritaron. Cuando vivía allá arriba en el monte, entonces, se fue en el ejido y lo mismo, los vecinos ya llamaron. Ya llamaron, ya se fue a tal parte.? Posteriormente, doña Cirila narró quién le enseñó a atender partos: ?Fue una partera que vio ella, la difunta Maliciana Marín, la que le ayudaba a sus hijos. Ella vio que le echó el veliz así, tapó el muñeco, le fajó, le echó el rebozo, como esa señora partera que me ayudó a mí. La vi que me hizo así sobado y pues también lo voy a hacer, lo voy a echar. Entonces preparo la hierbabuena (Gnaphalium luebmannii Sch), le echo tantito alcohol, y lo meto acá en el ombligo, y ya con eso se le quita el dolor que tiene. Nomás puro fue así de muchachas que la ayudó. Nadie más que esa señora dijo que le enseñó, que le ayudó.?

Doña Cirila platica su experiencia como partera, respecto a la atención de los recién nacidos. ?Cuando se desmayan los niños los baña con cigarros, Faros; los tibia con alcohol y los baña; cuando quieren agarrar pulmonía, con eso se les quita. Se calienta al bebé y se duerme, ya no llora. ?De la boca, pa? que ya no pase suciedad así, cuando ya se alivia, dice que garra un trapo y le limpia todo de la boquita, todo de los ojitos, todo de la cabecita, entonces, ya lo tiende a la mamá. Los bebés que se aliviaban, los levantaba, les limpiaba la boca y luego los traía a la mamá a la casa a donde ella llegaba. ?Veía cuando platicaban, ?cuando no está nadie quien te ayude, cuando ya se vino el bebé, nomás la placenta se viene, es fácil para venir, entonces, ya vamos a ayudar?. Cuando estaba trabajando oía a las señoras que andaban así, que decían, ?ese bebé, ya se cayo?, ?ese bebé, si no lo encuentra la partera, quién te va a ayudar?, ?ya se cayó el bebé? agárrale con un trapo, límpiale la boca para que no pase suciedad, con eso ya se le quita, ya no se enferma, porque si no, le garra como cólico?, así decían.?

Práctica médica. Cultura médica

?Pos ella sabe cómo bañar al bebé. Lo baña con alcohol y le unta tantito esa pomada. Luego le arregla la molleja, le empina la cabecita para abajo. Cuando se aliviaba su nuera – tiene dos -ella la sigue viendo; cuando la vienen a llamar las sigue. Va a ir, le gritan, ?que vayan a ver tantito a mi esposa, o mi tía?; o así, y a ver si le falta o ya llega la hora que nace. Cuando llega la hora, rápido ella la ve; pero cuando le falta pues tiene que andar su paso, para acá y para allá. ?Nace bien el bebé, bien gordito y fuerzudo. Si es mujer tiene fuerzas y nace muy bien, no tiene problemas. ?Cuando se quiere bajar el bebé, le da dolor, nomás le echa cebolla con ajo y lo unta en el estómago, en la espalda, o cigarro. Después le unta alcohol y ya con eso se le baja el aire que tiene; porque es aire lo que tiene, lo que quiere bajar, pero ya con ese alcohol, la pomada que le echa o vick vaporub y cebolla; es calmante.

?Ya nada más lo baña con cebolla y ya. Nada más la mamá le dice, ?no tía, ya vete, ya estoy bien, ¿cree que todavía me falta?, aún no me voy a aliviar, ya se me quitó todo el dolor, todo lo que tengo?. Cuando está abajo, se le baja como el moco, es cuando ya nace el bebé. Cuando ya nació su bebé la gente se va y ni siquiera se acuerda de ella, ni cuánto le deben. ?Cuando la gente grande no regla bien, va ir a cortar árnica (Arnica montana, L.), le echa tantito alcohol y se toma caliente. Ya con eso se le calma o se le baja la regla bien.? Doña Cirila recomienda a estas personas para que eviten estas enfermedades que ?le echen una sobada en todo en el pulmón y, así, en el pecho. Si le da dolor en la cabeza, le unta tantita pomada y lo baña con tantito alcohol. Entonces a los tres días ya está bien. Son como 20 personas que ya ha curado de dolor: sus vecinos y sus nietos. El sobado de los huesos, con la pomada que les unta con alcohol.?

El nacimiento de un niño

?Cuando todavía le falta una hora para el nacimiento es cuando ya le dice a la mamá que se siente, que haga sus pasos. Cuando ya se le bajó su agua, que viene como moco, entonces llega bien el bebé. Ya se nace. ?Le hace el sobado (en el muñeco) en el estómago para que la hemorragia no se pelee mucho. Entonces eso lo apachurra, para que se le baje? para que ya no se pelee mucho con la mamá del bebé; hemorragia es lo que tiene, porque luego le da retorcijón? pero esa sangre se le cuaja? se le hace dura. Entonces, ella lo magulla, le coce algo, un ajenjo o lo que le da para que tome y se calienten sus tripas. Le echa unas cuatro gotas de alcohol a un vaso y medio para que tome. Se le calienta todo el cuerpo y bien que se duerme contenta la mamá. ?Aquí nosotras levantamos pesado. Algunas después de ocho días que se alivian ya alzan pesado, así tumba al metate para que muela, o la olla o algo nixcomel. Nosotras acostumbramos amarrar esa faja, porque si no, se le riega el histérico. Se le va todo de la cabeza, de la mano y de los pies, y por eso allí ayuda el muñeco que se amarra con rebozo.

?Ese histérico que ya se regó todo, ya se subió a la cabeza, a los oídos, al pulmón, a los pies y a los dedos. Se cura sobado para arriba, desde los pies. De las manos se hace así, para arriba, y luego el dedo lo hace así, así lo jala, entonces ya el histérico se sube. Sobado en las manos y en la cabeza. Después lo baja y lo mete así, hacia el muñeco. El rebozo ya lo tiene acá, ya nada más lo baja así? sobado y todo esto así. Ya lo siente cuando el histérico está en el muñeco y amarra el rebozo, entonces ya está bien. El histérico todas nosotras lo tenemos. Cuando estamos muchachas todavía no sentimos nada, pero cuando ya tenemos 30 ó 33 años ya se siente el histérico; porque se riega por el trabajo que tenemos, excavamos o acarreamos piedras, cargamos pesado y todo eso, eso es lo que trabajamos nosotras. El histérico brinca mucho cuando ya se junta, pero cuando no tiene nada no brinca nada del ombligo.?

Cuando una persona tiene histérico

?Le duele mucho el estómago, siente que no tiene tripas; como vacío del estómago, entonces, le dice a la señora que va curar el histérico, ?vente pa?ca tía, me vas a ver tantito a sobar mi estómago, porque quién sabe qué cosa tengo; siento que no me aguanto, me duele mucho mi estómago; no tengo hambre y tengo como asco?, así le dicen. Entonces con su puño le agarra, así pa? arriba y ya después la soba así. Ya la faja, la baña en tantito alcohol tibio y ya con eso y con la hierbabuena (Gnaphalium luebmannii Sch), con eso se le calma el dolor que tiene. ?Dice que va a ir a ver el doctor, pero con el doctor no se compone. Hasta que le pone un vaso de ventosa, entonces, ya con ese se le quita el dolor que tiene, porque es aire lo que tiene. ?Por ejemplo, ahorita que estás muchacha todavía no sientes nada, pero el día que va a nacer un bebé o dos, vas a sentir el dolor. Pero toda la gente sí tiene el histérico porque trabaja fuerte, pesado.

?Ella, cuando nació su primero y segundo hijo no sintió; ya en el tercero, ya dio brincos del estómago, se agarró como desmayada, ya no tenía fuerzas, le daba asco comer todo, por lo mismo del histérico.? Doña Cirila narró entonces cómo fue que aprendió a curar el histérico: ?Ella solita aprendió, porque sola se aliviaba de sus muchachos. Ella sentía que su ombligo brincaba. Se lo arregló solita con un muñeco, sola se fajó, entonces el dolor que le daba se le quitó.?

María Guadalupe Narciso Álvarez: testimonios

María Guadalupe Narciso Álvarez

Región Mazahua del Estado de México

Las prácticas terapéuticas de los pueblos indígenas de México hablan de procesos de transmisión cultural de un bagaje de conocimientos médicos que abarcan los ámbitos supralocales en los que nace y se desarrolla el individuo y reflejan también procesos socioeconómicos y culturales de estas comunidades.

En México se ha dado un sincretismo de diversas formas terapéuticas (de tradición prehispánica, indígena, colonial, española, europea, africana y árabe) que a través del tiempo han generado una oferta de tratamiento a los problemas de salud, que no sólo ha abarcado el aspecto biológico del individuo, sino que además se ha desplegado una intensa actividad en la curación a través del pensamiento sicorreligioso y del ritual curativo. Estas concepciones acerca de la salud-enfermedad han perneado el espíritu de pueblos como el mazahua, con lo que su mezcla ha dado lugar, por determinadas características, a llamar de diversas maneras a los sistemas o subsistemas médicos vigentes (ejemplos: etnomedicina, medicina indígena tradicional, medicina popular, espiritualismo, etcétera). La conceptualización y definición de estas prácticas a veces se entremezcla, según la experiencia misma de las parteras mazahuas, por lo cual consideramos que no es pertinente proponer un límite tajante entre una y otra; es decir, en dónde lo podríamos marcar.

Precisamente, uno de los enfoques en que hemos puesto la atención en el presente estudio ha sido entender cómo se da el proceso de transmisión cultural de conocimientos especializados (como el de partera-hierbera) de un individuo a otro y de generación en generación. Asimismo, cómo es la interacción entre el recurso humano portador de un determinado conocimiento, y las personas a las cuales presta sus servicios para que exista una continuidad a través del tiempo.

Un aspecto importante de estos testimonios es haber contemplado además los de otras personas del ámbito especializado (parteras-hierberas), así como de quienes demandan su atención. Aun sin la necesidad metodológica de ?cruzar información?, debido a que se trata de personas ampliamente reconocidas en la organización de médicos indígenas tradicionales, resulta indispensable presentar la evidencia de su pertenencia a un medio cultural más que a una historia particular.

María Guadalupe Narciso Álvarez

Relatos de la historia de vida de la partera-hierbera mazahua

Antepasados

?Mi güelito era carpintero, hacía cajas para muertos, mesas, puertas. Me dijo una vez su nuera: ?hija, a tu güelito, le faltan tijeras?, cuando estaba trabajando yo en México. Cómprame eso hija, cómprame esto, quiero, pobrecita de ti hija, fuiste a San Juan de los Lagos. Y conque, pos sí, a poco voy a decir a mi güelito que no le voy a comprar; le tengo que comprar, ni modo, le tengo que comprar. Pos si, a mi güelito le compraba todo lo que me pedía, porque tenía miedo, cuando era chiquita, chispaba su huarache y me pegaba.

?En San Pedro el Alto nacieron mi papá y mi güelito Guadalupe Álvarez Cortés. Su esposa de mi güelito? mi güelita, Crescencia Mateo, nació en San Pedro Chico. ?Mi mamá se quedó huérfana, fue triste su vida. Mi abuelo le decía a la madrastra de mi mámá: ?Catarina, ¿ya le diste de comer a mis hijos? ?Sí, quién, Lupe, ya les di de comer, sí cierto, ya le di de comer a Ciana, ya le di a Lino, ya le di a Pedro, pásate pa?ca vamos a comer?. Entraba, cerraba la puerta. Ellos, como los perros, estaban en la puerta viendo. Pero un día que supo mi güelito que no le daba de comer a mi mamá ni a sus hermanos, a male Catarina la golpearon; mi güelito la corrió de su casa, porque quería una mujer que cuidara a sus hijos, pero no, a mi mamá le daba una mamila delgada, una a Pedro y otra a Lino. Cuando creció mi mamá, molía nixcomel, pero quedito, porque si hacía ruido esa vieja le iba quitar su masa. La iba a aventar, para dar a los perros.

No la iba a dejar moler. Mi mamá tenía hambre y la madrastra era así. Cuando murió esa señora, hasta le dio gusto a mi mamá.?

Pautas de crianza

?Antes encendíamos petróleo por litro; una vela costaba un centavo, que me daba mi abuelita, y yo iba a comprarla. Me decía ?vete hija a comprar esos charales, los vamos a cocer con agua y vas a comprar ajo y cebolla? y luego comía ajo, cebolla, y epazote bien picoso. ?Cuando tenía 10 años, me di cuenta dónde vivía, dónde estaban las casas, todas retiradas, no como ahora que están juntas. Podías andar de noche, nadie te espantaba, andaba uno libre. No había luz antes, encendíamos petróleo nomás. El litro lo pagábamos a dos centavos. Una vela costaba un centavo, me daba cuatro mi güelita, con lo que iba yo a comprar. Le hacía su comida a mi güela.

No había el mismo dinero antes, yo conocí lo que eran cuatro centavos; pero los ntigüitos estaban chiquitos, pero con eso, llevaba ocho centavos, humm, traía harto, muchas cosas, y en cambio, ahorita todo está caro. ?Mi papá nunca tuvo un lápiz, nunca usó un cuaderno, ya que antes no había. Mi padre iba con su compañero a la barranca, buscaba esa laja, con esa laja lo letraba en su mano, lo escribía en su mano, o en sus pies. Ya cuando llegaba de la escuela en la tarde le decía mi güelito, ?a ver las letras que trais tú, Pedro, ¿fuiste la escuela o no fuiste, fuiste a jugar? Si no quieres estudiar es tu culpa, no mía, pero te estoy dando tu estudio, pero si no quieres es tu culpa. Dime de una vez si vas a la escuela o no vas, para sacarte. Te vas a quedar, hijo, a llevar a los burros, si no tienes burros yo te compro unos puercos para que los cuides.Si no te gusta estudiar, eso es lo que voy hacer?. Mi padre respondía, ?no papá, yo sí, mira aquí está mi mano, mira todo esto; mira, aquí están mis brazos, aquí vienen mis pies; mira, aquí están las letras, lo que me mandan, papá. Yo sí te obedezco, papá, porque tú ya eres anciano, porque ya mi mamá es la segunda, porque tu esposa ya se murió, la primera. Yo sí te entiendo, papá, yo sí te quiero?.

?Yo vivía en el ejido. Cuando llegaba a la casa iba a traer miel para venderla. Hacía mi lucha para encontrar con qué comer, con qué dar a mi hija, con qué ayudar en algo a mi papá. Entonces, cuando todavía no dejaba mi maleta que cargaba, mi mamá me decía: ?apúrate, déjala allí, ¿qué no piensas dar de comer a tu tío?? Tenía coraje mi madre, porque mi tía nomás garraba su niño y se sentaba en el fogón en donde molía mi mamá. Mi tío no hacía caso, no le daba nada, entonces mi mamá tenía coraje y se desquitaba conmigo.

Mi tío sí me llevaba al doctor y nos mandaba con su esposa a Toluca. Mi papá, Gregorio Narciso, tenía algo, nosotros no sufrimos, mi papá decía: ?hijo, hija, ustedes no sufren, te falta ropita, pero para comer no te falta, tienen todo?. Porque mi papá raspaba, tenía maguey, pero la demás gente no, y sufría mucho. Los niños lloraban de necesidad, me acuerdo. El difunto güelito decía a mi mamá: ?vete a cortar un nopal que voy a comer, tengo hambre, no me lleno, siento que me muero de hambre?, así decía.?

Aprendizaje

?Mi guelito cuando era viejito ya no podía caminar, le dolían mucho sus pies. Me decía que le agarrara tantito hierba de burro (Dalea scanes pavaifolia), que le tallara; luego le echara alcohol con cebolla, que le untara y con eso se le quitaba. Si no, me decía: ?vete a quitar esa penca que está allí, hija, vete a guisar en el comal, échale sal, échale tantito carbonato, alcohol, hija. Úntamelo aquí, aquí te enseño, acá arribita, aquí en mi espalda, más abajo, de este lado, aquí, mira; úntame acá abajo, mira, apriétamelo como lo haces, duro, ansina. Cuando me haces así, sí puedo caminar. Quién sabe tu abuelita, creo que ésa, como que no te quiere, ¿verdad?, pero si no te quiere, cuando vayamos para allá le voy a dar sus golpes para que te cargue?. Yo decía, ?sí, güelito, yo puedo caminar?. ?No, tu de noche ya no puedes caminar porque estás chiquita?.

?Me decía que le agarrara tantita hierba mora (Solanum cf. nigrum) tallada, luego le chara alcohol con cebolla tapada. Me mandaba a cortar una penca de sábila (Aloe saponaria L.) para asarla en el comal, que le echara sal, carbonato y se la pusiera en la espalda.?

Condiciones de vida

?Yo no los quiero porque son malos los hombres. Es verdad lo que te digo. No tengo marido, duré nomás un año con él. Tenía dos meses de casada y me pegaba mucho; ya cuando ajusté un año, no quería yo caminar, ya no quería comer, ya la ropa que traía no me quedaba bien. ?Los corajes, se junta todo eso, de bilis, del estómago, del dolor de estómago, de la cabeza, de los ascos, de lo que les da a veces a las mujeres que son débiles, o no están fuertes de espíritu. Hasta cuando ve que llega su marido tiembla; pero es puro coraje. Pues cómo no le va a tener miedo, hasta la garra con palo, le pega, o la trata de matar.

?Me acuerdo cuando trabajaba, cuando me fui pa? México, cuando abandoné a mi marido. Yo no sabía hablar. No sabía hacia dónde iba garrar carro pa? llegar allí a México, ni dónde iba a bajar. Nomás me dijo el señor, el que era delegado de mi casa: ?no hija, no puedo detenerte, cada rato tu marido te pega mucho. Ése no te dio la vida para que te esté pegando. Vete, cuando veas que la gente se baja en Tacuba, bájate, y pregunta por trabajo. Vas a ver, sí lo vas a encontrar?. Así lo hice y pregunté por trabajo.

La primera casa que visité, allí me quedé. Duré trabajando en ese lugar ocho años. La patrona me quería mucho, me trataba como hija, no como sirvienta. Tenía dos hijos jóvenes. Uno me trataba como su hermana, no como sirvienta. ?Me querían mucho. Cuando estaba enferma mi patrona me llevaba al doctor y hasta lloraba por mí. Cuando mi papá fue a recogerme, no lo dejó mi patrón, y le dijo: ?si se muere Lupe aquí la voy a sepultar?, y me quedé hasta que me compuse. Ahí me curó una señora, una viejita que conocí, se llamaba doña Mari. Tenía varios años enferma cuando fui a hacerme una limpia; me dijo: ?no Lupe, tienes ocho días nomás, porque te vas a morir hija ¿Cómo le vamos a hacer ahorita? Te vamos a curar tres veces. Te voy a dar una limpia tres veces y te tomas esta medicina. Aquí vas a estar conmigo, vas a vivir, tienes que quedarte; todavía no te vas a morir?. Ella me curó. Hace años que murió. Así me dio vida nuevamente.?

Práctica Médica, Causas de demanda de atención

Los motivos más frecuentes que llevan a las personas de San Pedro el Alto, y otras comunidades a solicitar los servicios de la ?tía Lupe?, como suelen llamarle, son: ?espanto, dolor de estómago, tos, gripa, empachos, partos, mal de ojo, abotigados, vómito, anginas, limpia buena (aire), cuando no pueden tener hijos, caída de la mollera y cuando hay riesgo de aborto.?

Enfermedades de los niños

En este apartado hemos optado por presentar, de la práctica médica de doña Lupe, las enfermedades y los llamados ?síndromes de filiación cultural? (señalados con cursivas). Para ello, en una primera parte de cada problema de salud, aparece el relato textual (con un leve ?retoque?) de la hierbera-partera; y, enseguida, en algunos de ellos, una breve sistematización (algunas causas, síntomas y tratamientos). En algunos casos las palabras íntegras de doña Lupe aparecen entre comillas y en otros la redacción es de la coautoría.

Abotigado con aire

?Cuando los niños están abotigados, les soplo alcohol en el pechito, después en el corazón, el pulmoncito y luego la espalda. Luego, le pongo alcohol en todo el cuerpo; con toda la medicina que tengo, lo baño, lo sobo con la pomada; ya con eso el niño se calma y queda bien, y pos se lo devuelvo sano a su mamá. Se lo lleva cargando y bien dormido. Se despierta a las tres y media de la tarde, o si no todo el día se duerme. Cuando se despierta, su mamá le da pecho y come bien. Entonces ella se queda contenta y dice: ?mi niño ya está bien?. ?Los niños que tienen deposición, vómito y lloran mucho están abotigados. Entonces, le digo a la mamá: ?qué le hiciste?, ?nada, no le hice nada? nomás llegué y lo acosté, y ahorita pos no puede dormir, por más que lo cargo, no quiere tomar su chichi, llora mucho?. Dije, voy a ir a San Pedro con la tía, ella me lo va a curar, porque si lo llevo con el doctor no me lo cura. Yo le creo al doctor, pero no le tengo fe. Porque vale más una hierbita (con la) que lo baña la tía y con eso ya se le quita el vómito, la deposición.

Lo curo, le coso hierba maestra (Artemisia artemisiae folia, L.), hierba pegajosa (Desmodium axillare, Swartz Dic), y le doy una cucharada de aceite de cocina. Se toma calientito y se le quita ese dolorcito de estómago. Cuando se duerme le digo a la mamá que lo cargue para que no despierte, porque si lo despierta nomás lo va a espantar. Entonces, la mamá pregunta: ?¿qué le voy a hacer tía??. Pos lo mismo, esa hierba que viste que cocí dásela a tomar; le vas a dar baños de alcohol, échale tantito Altamira (Ambrosía cumanensis, H.B.K.) con hierbabuena (Gnaphalium luebmannii, Sch), y con poleo (Menta pulegium) o tantito ruda (Ruta Chaleponsis, L.), pa? que se le quite ese aire que le da; todo se toma calientito.?

Abotigado con aire (sistematización)

Algunos de los síntomas son: ?deposición, vómito, lloran mucho?, no comen, les duele el estómago. Tratamiento: se les sopla alcohol en el pecho, en el corazón, pulmones y espalda; darles baño ?con alcohol y con toda la medicina que tengo??, les unta pomada y les soba. Baños de alcohol, altamiza, hierbabuena, poleo y ruda. Té de hierba maestra y hierba pegajosa cocidas y con ello tomar ?una cucharada de aceite?, caliente.

Atención al recién nacido

En una de las ocasiones en las que se reunieron a platicar la historiadora, la protagonista y doña Cirila Reyes, partera- hierbera de mayor edad (quien hablaba de la atención a la parturienta y al bebé), doña Lupe describió su manera de atender a un recién nacido: ?Les hago un lavado a los niños, le echo toronjil blanco (Agastache mexicana), azul Chenopodium foetidium, L.), que es difícil de encontrar, hierbabuena, alcanfor (Petunias parviflora), poleo, rosa de castilla (Rosa cientifolia, L.), altamiza, hierbabuena de la casa, del monte; epazote de perro (Chenopodium botrys, L.) y hierbamora (Solanum cf. Nigrum). Es lo que le echo para bañarlo con esa medicina y ya el niño se contenta con su mamá. Si no se compone y me lo trai de vuelta, con dos o tres veces lo curo; cuando lo lleva al doctor, no lo cura, y cuando viene conmigo, me dice la mamá: ?no, tía Lupe, tú estas acostumbrada a curar a los niños. A mis niños siempre que les llevo al doctor o a otro lado a limpiar, no se componen, hasta que te los traigo?. Esa enrizquini la muelo bien, la revuelvo con otzbegui y lo muelo también con siempreviva (Dudleya Lanceolata Nutt). Le pongo en la cabecita, los piecitos, o el pulmoncito, o el pecho, y con eso lo curo. Pero si al niño le da vómito y se desmaya mucho? y le da mucho cólico, entonces no se lo voy a poner en sus pies, nomás en su espaldita, su pechito y su cabecita; porque ese es bien fresco? que sí cura.?

Abotigado en recién nacido (3 meses)

?Le reviso su estómago por si está abotigado. Si es así, le digo, mamá (a la mujer), dónde te fuiste a aliviar, con ese doctor o con quién?, ?no, nomás en la casa?, y ¿quién te ayudó, vio la partera? ?Una viejita que ya no puede?. Lo que le pasa al bebé creo que es su suciedad, no le limpiaron la boquita. Vale más limpiar la boquita, los ojitos, por eso los niños se enferman y les agarra el cólico.?

Abotigado en recién nacido (3 meses), Sistematización

Algunas causas son: la partera que atendió al niño no le limpió bien la boca, por lo que ingirió desechos placentarios. Algunos síntomas: cólicos.

Caída de mollera (o ?molleja?)

?Los niños que me traen porque se les cai la molleja, pos yo les hago tantita pomada para la garganta con la que voy a sobarlo tantito? y con eso ya se le quitó. Entonces, le digo a la mamá, le revuelves bien ese vaporub que te punté con la pomada. No le pasa nada con él, no se va a inflamar. ?Los niños que me traen así, es porque no pueden mamar o bien abren mucho la boquita para mamar. ?Pos no mama, aunque quiera (mamar) no puede porque tiene inflamada la garganta? y luego la mollera se le cai?. Por eso no puede comer el niño. Yo le unto en la boquita esa pomada para quitarle el dolor y la inflamación que tiene en la garganta, entonces, la revuelvo con mi dedo y así también se le quita. Luego el niño se duerme y cuando se despierte ya come bien.

?Para las pomadas que hago no junto hierba sucia, porque a los niños que voy a curar les puede hacer mal. Junto hierba limpia. Cuando no hay porque es tiempo de secas, voy a Ixtlahuaca y la compro.?

Tos

?A los niños que tienen tos les coso (cuezo) gigante (Nicotiana glauca, Graham), flor de durazno, flor de capulín (Xylosma cf. Panamensis, Turcz), moco de maguey, moco de nopales (Oputina, sp.) y se los doy a tomar en té calientito. Le echo azúcar y ya con eso que tome queda bien, porque se le calentó el estomaguito, la gargantita y ya no tose mucho. Por los granitos que tiene, le meto el dedo y le tallo con la pomada para quitarle la comezón que tiene.?

Tos (sistematización)

Algunos síntomas: tos y granitos en la garganta. Tratamiento: té de gigante, flor de durazno, flor de capulín, moco de maguey, moco de nopales y azúcar. Se talla la pomada en la garganta.

Anginas

?A los niños que tienen anginas les apachurro tantito su manita, sus piecitos y sus oídos. Les tallo su garganta y con eso se les quitan. ?Sé que tiene anginas porque le reviso todo cuando el niño llora: la gargantita? le garro su manita, le toco? el niño no se deja? su ombliguito, sus pies, y lo sobo con la pomada. Con eso se le quita, le unto harta pomada? lo jalo hasta atrás.?

Enfermedades de personas adultas, Histérico

?Cuando dice la esposa: ?ya tenemos los hijos grandes, ya se van a la escuela, ya los demás ya se casaron, todavía estamos muchachos?. Dicen los señores: ?que te lleven al doctor, a poco no te va a curar ese pa? que vas a tener un bebé. Ay, yo quisiera que encargaras lo más rápido un bebé, si no te curan allí, te llevo a una limpia, a ver cómo te curas?. Así me llega (la mujer): ?Cúrame tía, cúrame tía Lupe?, ¿pero a usted qué cosa voy a curar?, ?es que mi señor todavía quiere un bebé, dice, y ya curé mucho, me fui a ese que cura, pero no cura como usted, sólo usted cura más mejor? me fui a Atlacomulco y no me curaron?. Cuando viene le sobo la cabeza, las manos, los pies. ?Pos lo que pasa es que tienes histérico? (doña Lupe a su paciente). El histérico ya se le regó en todo su cuerpo, ya se le fue y de allí, pos no puede tener. Ya cuando lo junto, le digo: agárrate aquí, mira, apriétale como garro mi mano. ¿Qué sientes?, me dice, ?ya panza (estómago), ya panza buena?. Ahora agárrate fuerte, tú, señor, garra ese rebozo, acomódalo bien que ya le eché hierba. Ayúdame, yo te enseño cómo vas a hacer, yo lo garro de este lado, es fácil para que se cure. Ese rebozo estíralo bien y ora mételo, ora esa punta gárralo, ahora espérate, acomódalo así, mira, jálalo bien, la hierba? comódala así pa? que no se caí, ora, ayúdame a jalar, usted va a decir si ya está bien (sujeto) tu rebozo o falta poquito, jala otro poquito, allí va, ora sí, ya está bien. ¿No trajeron un trapo para hacer un monito (muñeco) arriba de la hierba?

?No, no trajimos nada?, dicen. Bueno, ahorita voy a buscar. Le encuentro un trapito, ya con ese le amarramos. ?Llegas y te acuestas , ya no vas a levantar nada pesado, te cuidas como cuando tenemos bebé, no te vas a mover. Te acuestas y recoges los pies, no vayas a estirarlos, porque si los estiras, entonces tu histérico se va a regar de vuelta; haces como te digo, bajas tu rebozo para acomodar las hierbas. Llévate unas rebanadas de esa cebolla grande y échalas en el ombligo, de allí, le rocías tantito alcohol y vas a ver, esa cebolla va a apestar mucho. Quién sabe si tu señor va a querer acostarse contigo. Luego, el señor dice: ?no, yo tía, me acuesto aparte?, ?no, pos si mi señor quiere hijo, pos tiene que sufrir?. ¿Dónde va a estar ella acostada? Se acuestan juntos. Cuando viene de vuelta (la paciente) dice: ?con dos veces que me fajaste tía, luego, luego ya encargué? tía?, así dicen.?

Histérico (sistematización)

Algunos síntomas: no se puede tener hijos. Diagnóstico: es necesario sobar los pies, la cabeza, las manos para saber si el histérico esta pegado en todo el cuerpo. Tratamiento: sobada en todo el cuerpo, dirigiendo los movimientos hacia el estómago para juntar el histérico. Se le pide a la paciente apriete con su mano su estómago, mientras tanto, doña Lupe y el marido de la paciente, le amarran un rebozo alrededor apretándole el estómago. En el rebozo, del lado que coincide con el ombligo, debe llevar una mezcla de hierbas que se conoce como ?monito? o ?muñeco?.

Recomendaciones: no levantar objetos pesados, tener los pies flexionados al momento de acostarse; no soltarse el rebozo, al cual posteriormente se le deben poner rebanadas de cebolla grande en el ombligo y echarle alcohol.

Cuando no pueden tener hijos las mujeres, Esterilidad

?La señora que viene a que la cure, viene porque le dura un mes su regla. Sangra mucho, a la vez dice que hace (sangra) negro. Le hago lavado y la fajo con la hierba. Le doy medicina que toma. Le echo ese panocha negra? de los ratones. Con eso, ya se le baja bien. Entonces, con dos veces, ya va a tener su bebé, ya encarga su bebé.?

Riesgo de perder al bebé. Riesgo de aborto

Como suele hacerlo doña Lupe, para explicar su experiencia médica, prosigue su relato e imagina que la misma mujer, a quien resolvió el problema de infertilidad, le consulta acerca de un posible desprendimiento del feto. Doña Lupe habla como si ella misma fuese la paciente que ha llegado a consultarle: ?Me duele mucho, me da el retorcijón como cuando ya nos vamos a aliviar y siento? como que ya quiero aliviar? le digo que no tiene nada? lo que tienes es aire, eso es lo que ya te va a bajar tu bebé. Pero no, vente pa? ca, te voy a bañar con esa medicina y te voy a poner tantita pomada; El bebé ya está frío, es el bebé el que está enfermo. Cuando sentimos dolor nosotras, un dolor que sentimos mucho, porque creemos que estamos enfermas, no es cierto, nosotras no estamos enfermas, el bebé sí; tiene mucho frío, tiene aire, por eso siente que ya se va, pero todavía no, todavía le falta. Si quieres te hago un lavado con hierbas, le digo, puras frías para que se quite ese aire que tienes adentro. ?Pero eso va a ser calientito, pa? que se caliente?, me dice y ya así le hago ese lavado. Ya le digo ora vente acuéstate. Me dices cuando ya se te calmó el dolor y te paras. Se acuesta media hora o una hora, luego me dice, ?ya me voy a parar tía, ya estoy bien, ya no me duele nada, ni porque dejé mis animales y no haya quién los cuide. Ya nos vamos, ya me voy a ir con mi marido, ya estoy bien?, así dicen.?

Riesgo de perder al bebé. Riesgo de aborto, (sistematización)

Algunas causas: que el feto tenga frío y aire. Algunos síntomas: le duele el estómago a la señora, siente como que ya quiere parir. Tratamiento: se le baña con medicina y se le pone pomada. Se hace un lavado con hierbas frías.

Ojo. Ronchas

Así visualiza doña Lupe el ojo entre adultos: ?El joven allí está con su amigo, le dice: ?no chavo, yo te gano?, ?no, tú no me vas a ganar?, ?acuérdame, dice, yo te voy a ganar?, ?no, esa va a ser mía, voy primero yo? ?cómo crees? si somos amigos, me vas a hacer así, ¿me vas a quitar la que me gustó??, ?pero también me gusta a mí, mejor busca tu otra, mejor deja ésa?, ?bueno, está bien, ¿chocamos o no chocamos?, sí, chocamos pa? qué pelear, amigo, quedamos?, ?está bien, órale, pero yo cuando encuentre lo mío también me vas a acompañar?. ?Como no se casó conmigo, pos ora el ojo que le eche tiene que enfermar. Lo que usa ella, a eso le voy a echar algo, para que le salga algo en su cara, como paño, para que nadie la vaya a querer, porque va a quedar bien fea. Pero si ella me va a querer, yo no lo voy a hacer?, así dicen.

?Esas ronchas que tienes, ese paño que tiene tu cara, le echas esa pomada que yo preparo. Vas a sentir fresca tu cara, tus ojos. Así se te quita eso. Puede comprar eso que usamos para los labios, para que no se le partan, y lo tallas en toda la cara, como crema, nomás el de los líos.?

Ojo. Ronchas o paño (sistematización)

Algunas causas: cuando una persona no es correspondida por otra, ocasiona que el ofendido le eche ojo. Cuando una persona le pone a otra algo en sus cosas que usa. Algunos síntomas: comezón, aparición de paño y ronchas en la cara. Tratamiento: aplicar pomada preparada por doña Lupe en la cara, también se puede usar pomada para labios partidos o resecos y untarla en el rostro.

Aire. Ardor de estómago y cuerpo

?Cuando a las señoras les arde mucho el estómago, sienten como cuando comemos salsa bien picosa. Sienten que quieren tomar un pedazo de hielo para que se refresque el estómago, su cara, la cabeza, las manos y los pies.? Doña Lupe platica como si estuviera con un paciente, para mostrar de qué manera les habla y los atiende. ?Te da asco esa medicina que apesta como perfume, pero con esa se te va a quitar ese dolor que tienes en tu estómago. Te va a quitar lo que te arde, todo lo que tienes en tu cuerpo, tus pies; en tres minutos se te va a quitar. Te voy a bañar con alcohol, con toda esa medicina y la pomada que te voy a untar en tu estómago, pa? que se te quite ese aire. Al rato o mañana ya vas a tener hambre.?

Aire. Ardor de estómago y cuerpo (sistematización)

Algunos síntomas: ardor de estómago y cuerpo. No puede comer. Tratamiento: baño de alcohol y medicina de herbolaria preparada por doña Lupe. Untar pomada en el estómago.

Quemaduras en las manos

?Algo roban, o tal vez algo que hacen. Muchas personas los queman o no sé lo que hacen. Creo que les queman las manos, porque las traen chamuscadas. Ellos lo niegan, pero pienso que a lo mejor sí hacen eso. Hasta les digo ¿por qué roba, qué no puede trabajar? No es bueno eso. Te baño con esa medicina, vas a ver. Vas a ver, no te va a durar tres días. Ya se te quitó todo eso que tienes. Yo lo baño con alcohol con hierbas y loción Siete Machos. Le digo que se eche también pomada, la que hacemos. Se lo echa, es fresco, lleva muchas hierbas y con ese se lo quita rápido, ?pero ya te pones a trabajar cuando vayas a México?.?

Quemaduras en las manos (sistematización)

Algunas causas: Es posible que se trate de un castigo por robar algo. Algunos síntomas: manos como quemadas y siente ardor. Tratamiento: baño de alcohol con hierbas o loción Siete Machos (durante tres días); aplicación de pomada. Recomendaciones: ponerse a trabajar y ya no robar.

Ezequiel Quintanar Hernández: testimonios

Ezequiel Quintanar Hernández

Región Mixteca Baja del estado de Oaxaca

La entrevista tuvo lugar en un ambiente de cordialidad y buena cooperación por parte del médico, así como una adecuada disposición para llevar a cabo los trabajos programados; sin embargo, fue necesaria la presencia de un traductor con el fin de obtener los datos con mayor certeza. En ocasiones hubo dificultad para el entendimiento y traducción de los temas.

La necesidad económica impulsó a don Ezequiel a curar. Es importante señalar los elementos que intervienen en este ritual, el atuendo y la atmósfera generadas por el médico tradicional.

Por la confianza que existia con el personal del INI se logró observar un ritual de curación que por lo general es secreto y privado entre el enfermo y el curandero.

Otros elementos importantes son el profundo sincretismo entre la religión católica y el ritual ?mágico?; también acerca de la vida familiar y las relaciones de don Ezequiel con la gente de su comunidad, y con los curanderos que le enseñaron sobre rituales comunitarios de protección a casas y niños. Es necesario ahondar en los temas y costumbres de la comunidad en el trato a los niños; el significado de la música y de la gorra que don Ezequiel utiliza en los rituales, para diferenciar las enfermedades.

Ezequiel Quintanar Hernández

Antepasados

?Yo soy Ezequiel Quintanar Hernández, nací en San Martín, correspondiente al municipio de Silacayoapan, del estado de Oaxaca. Mis padres fueron Juan Quintanar Suárez y Juliana Hernández Castillo. Mis abuelos también nacieron en el mismo lugar. Yo no tengo noticias de que alguno de ellos se dedicara a curar; la persona con esta gracia más cercana que conocí fue mi suegro. Fue él quien me invitó a aprender, pero cuando él así lo hizo, a mí aún no me llamaba la atención. Tiempo más tarde me interesé por aprender debido a la enfermedad de mi esposa, Plácida López Martínez, que duró mucho tiempo en cama y necesitaba frecuentemente atención, cosa que por la pobreza en que estábamos no era posible realizar, por lo que empecé a poner mucha atención en la forma en que curaban las distintas personas que la atendían y poco a poco fui aprendiendo a hacerlo; también pedí favor a un curandero muy bueno para que me enseñara, dándome él de mucho gusto su mano derecha, enseñándome la forma de hacer las curaciones.?

Pautas de crianza

?Mi niñez la pasé bajo el cuidado de mis padres. Fui el tercero de cinco hermanos. Vivíamos en un chinamito con mucha pobreza, pero muy contentos. Mi casa era de paja y vivíamos allí siete personas; yo dormía en un petate, con todos los hermanos; ahora ya vivo en otra casa; en donde me crié ya no existe, está muerta, todo está desbaratado.

?Siempre fui muy inquieto y platicón, cuando estaba chiquito mi papá jugaba conmigo al columpio y más mediano jugábamos con otros niños del pueblo a las canicas y al seco. Como apodo me llamaban ?Cheque?.

?El nacimiento de un niño o de una niña siempre se recibía con gusto y alegría, con los brazos abiertos, pues no existía ninguna diferencia si era niño o niña, era lo mismo, todos sentían la misma alegría. Era igual tener un varón o una mujer, aunque en algunas ocasiones era más conveniente una mujer, ya que desde pequeña se le buscaba pareja y los padres del que iba a ser su esposo tenían la obligación de dar para la alimentación hasta el casamiento. Era importante para el pueblo el nacimiento de muchos niños para que el pueblo creciera más. Cuando se moría un niño o una niña existía tristeza y dolor.

?No había una diferencia al nombrar a los niños según el orden de nacimiento; los nombres únicamente se tomaban del calendario de acuerdo con el día en que nacía.

?Yo fui el tercero y también me pusieron el nombre que me tocó en el calendario el día en que nací. Mi nombre oficial es Ezequiel, pero de cariño me dicen ?Cheque?. Nunca he tenido otros nombres.

?Cuando yo era niño hablaba como todos los niños, ahora como un curandero o lector, con la verdad y en forma sincera y clara sin ser de dos caras o mentiroso.

?Antes no se permitía a los niños hacer preguntas y la mujer embarazada ocultaba su embarazo sobre todo a los niños; nunca se les pedía plática sobre los embarazos, sobre los cuidados, esas cosas sólo se platicaban entre personas mayores.

?Por pláticas de los grandes me enteré que cuando yo iba a nacer, el parto fue atendido por mi abuela, pues la partera vivía muy lejos y no había tiempo de irla a traer. También escuché que la placenta se ponía por costumbre en una bolsa, formando un envoltorio con ella y la amarraban después en la rama de un árbol, para que allí se secara sin que se la comieran los animales. También en la tripa del ombligo se podía saber cuántos hijos más iba a tener la mujer, por unas pequeñas bolitas blancas que se le forman; asimismo, el pedacito de tripa que me quedó cuando se me cayó lo fueron a tirar a la plaza para que tuviera suerte y fuera buen vendedor.

?Para atender el nacimiento se acostumbraba tener cerca un pedazo de carrizo, vela de sebo, cerillo, un mecate colgado en el techo para que la mujer se sostuviera durante el parto, un petate en donde lo recibía la partera, una cuna chiquita y una sábana para ensomar al niño y protegerlo. Era la partera quien se iba a hacer cargo un mes antes del parto, checaba para ver cómo estaba acomodado el niño, si había algún mal manteaban a la mujer para acomodar al niño. A mi mamá durante el parto la atendió la abuela, y se cortó el cordón umbilical con carrizo filoso.

?Cuando nacía un niño se dejaba solo, en un lugarcito, a la madre y la partera; en el chinamito se ponían a orar para que el niño naciera bien. La partera hacía una división para que la gente no entrara como quiera. Cada niño que nace trae su suerte, pero se busca protegerlo con un ojo de venado o con un cordón colorado, para que no le hagan ojo u otra maldad. Había que proteger el alma de los niños de los malos espíritus o de la mala influencia de la gente de mala voluntad, con rezos y amuletos, y se tenía cuidado de que no les hicieran ojo poniéndolos fuera de la vista de las visitas, o con un ojo de venado colgado de un cordón rojo. También se protegían de las embarazadas porque aún se piensa que tienen la vista pesada y hacen ojo. También con algunas personas se debe tener cuidado porque tienen la vista pesada y el espíritu fuerte. Pero si tienen, si está protegido, cuando sale el sol se agarra una rama de azomiate o ruda y con aguardiente se limpia al niño para que no moleste el espíritu. También cuando hay un enfermo grave o un muerto, una mujer que tiene un niño tierno no lo lleva al velorio ni al entierro porque le afecta la enfermedad o el aire del difunto.

?Fui alimentado con la chichi por tres años. Durante mi infancia después de que me quitaron la chichi me daban de beber atole de maíz, café, agua pura y comíamos frijoles, tortillas, algunos animalitos y hierbas del campo, así como diversos insectos y gusanos (de maguey), chinche de cáscara, chinche amarillita, que son buenos también para el aire. Sólo de vez en cuando comíamos carnitas de otros animales. Por lo general se comía tres veces al día, en la mañana, al medio día y por la noche, en unas jicaritas y en platos de barro. Como no había mesa se comía en el piso sobre un petate o se sentaba uno en un banco, en el petatito, en el suelo. Ahora ya es diferente porque la mayoría tiene su mesita y sillas. Dormíamos en el suelo, en un petate todos juntos hechos ?rollitos? para no pasar frío.

?A los niños se acostumbraba bañarlos en una bandeja o tina, porque si los bañaban en el río se enfermaban de espanto, porque el río tiene espíritus malos. Con el agua se mezclaban algunas hierbas como la salvia, el azomiate, la ruda, la hierba mora, que debería ser fresca para mayor efecto bueno, y el agua era acarreada de un pozo por cualquiera de la familia, para quitarle lo frío.

?Al niño con menos de cuarenta días de nacido le daban los cuidados necesarios y se le veía como un pequeño más, se pensaba que era una bendición tener un niño pequeño. Ya desde pequeño se acostumbraba vestir el niño con un paño de algodón desde el cuello, y así seguía.

?Cuando moría algún niño no me acuerdo si había alguna ceremonia especial, no estoy enterado de cómo eran las ceremonias, pero actualmente sólo se visten y se les pone su corona y sus alas.

?Cuando niño a mí me bautizaron. Yo nunca he preguntado cómo fue mi bautizo, no me acuerdo.

?Cuando yo era niño jugaba en las calles, en el atrio de la iglesia o en el patio de la presidencia, con los niños de la comunidad; jugábamos a las canicas, al seco (un palo con un gancho para levantar pelotas de trapo) y con los columpios; una vez mi padre me construyó uno. Los juguetes que me compraban eran las canicas que nos repartíamos entre todos los hermanos. Mi papá jugaba conmigo canicas: se hacía un círculo y quien sacaba más era el que ganaba.

?Cuando yo estaba chico las enfermedades de los niños se veían como algo natural, se veía como normal que se enfermaran de acuerdo con las estaciones del año, sobre todo cuando es más pesado, como en la canícula. Y sí, se enfermaban frecuentemente y hasta morían muchos de viruela, sarampión, tosferina y diarreas, porque no había doctor. Se usaban puras hierbas, los viejos no tenían conocimiento de las plantas medicinales, sólo las usaban así, para ver si pegaban o no. Los señores grandes usaban hierbas medicinales que poco a poco iban conociendo que eran buenas como medicina, también los baños de hierbas, cola de caballo, cáscara de mezquite blanco, y otros.

?Cuando fui niño siempre fui sano, pero de mayorcito me enfermé de viruela y me dejó inválido porque se me pudrieron las rodillas y mi abuelita me curó. Siendo ya grande me enfermo muy poco. Sólo a veces me da calentura o tos. Yo creo que ahora la gente nace más débil porque la alimentación ya no es la misma, pues antes el maíz y las hierbitas contenían la sangre pura de la tierra y ahora con los fertilizantes también ella está más débil.

?Hasta los diez años se consideraba ser niño y, a partir de los diez años se empezaba a trabajar para ayudar a la casa en el trabajo del campo, cuidando los animalitos o levantando milpa, y así va creciendo uno entre juego y trabajo. La pobreza era tanta que no alcanzaba para comer, mucho menos para vestir, siempre sólo teníamos una muda de ropa y ?guarachitos? de palma y en ocasiones a pie pelado. Por eso desde pequeño me enseñaron a trabajar, por lo cual ya no fui a la escuela aunque a mí me gustaba mucho, pero la necesidad mayor era trabajar.

?A la edad de cinco años los niños empezaban a imitar lo que hacían los padres, los hermanos mayores y las demás personas. De los siete años en adelante lo primero que hacían los niños era el aseo de la casa, las calles, el aseo de su cuerpo y también acarrear el agua del pozo y del río. Salían al campo por primera vez, dependiendo del niño, según su desarrollo, entre los ocho y nueve años. Entre los doce o trece años se consideraba que el trabajo del niño era igual al del padre.

?La niña desempeñaba los trabajos de la madre entre los nueve y diez años de edad, dependiendo de su agilidad; la mujer desde pequeña tenía que moler y encargarse de los quehaceres del hogar y del cuidado de los animales.

?Para la fiesta grande las personas con más posibilidades compraban ropa nueva para sus hijos y algunos utilizaban sólo la que tenían; algunos estrenaban y otros se ponían la ropa de diario, dependiendo la situación económica. El día del bautizo se vestía al niño de equipaje de color blanco con un lienzo del mismo color. En las fiestas del pueblo los niños usaban ?guarache? de copalillo y palma, por lo general andaban a pata limpia (descalzos).

?Cuando yo era niño me iba al campo a sembrar el terrenito, poniendo la semilla en el surco; me gusta el campo y me siento feliz de trabajar en él. También recuerdo de manera especial algunas fiestas del pueblo, pero sobre todo las religiosas, porque a veces podíamos participar en ellas.

?Me gustó mucho ir a la escuela y recuerdo muy en especial a mi abuelito, que estaba siempre pendiente de acompanarme porque había que pasar el río y para hacerlo siempre me cargaba; cuando salía yo de la escuela estaba listo para volver a cargarme de regreso, sobre todo en tiempo de lluvia, porque el arroyo crecía mucho. Pero sólo pude asistir durante un año porque en mi casa había mucha pobreza y necesidad de trabajo. En la escuela me enseñaron el español, pues el mixteco lo hablamos en todo momento; la escuela me enseñó para que no nos engañe la gente, para saber leer y hacer cuentas. La relación con mis compañeros fue buena, era feliz porque me querían mucho. En la comunidad no había mestizos, así que no conviví de niño con ninguno. En el año que asistí a la escuela el profesor nos trataba cariñoso; mis padres me ponían a hacer siempre la tarea, querían que aprendiera pronto.

?Al último hijo le correspondía heredar la casa de los padres, a los demás un pedazo de terreno para hacer su casa, como de ocho a diez metros. A las mujeres se les daba también una porción de terreno; tenían los mismos derechos, porque la mujer sufre más que el hombre, porque dependen de la vida matrimonial. En la actualidad todavía se respetan estas costumbres de la herencia.?

Tradición oral

?Las personas mayores acostumbraban contar muchas historias como la del tabayuco, los duendes, la bandolera, la Llorona y diferentes aparecidos, unos en el monte, otros en las casas y en las calles, fantasmas. Una historia decía que en el cerro del Águila los abuelos fueron a pizcar, al bajar a un llano llamado Tusiyoco, en donde se encuentra el arroyo de Los Gachupines, vieron a tres señoras lavando y cuando se pararon no doblaron las rodillas, pues andaban derechas. Al poco tiempo los que las vieron se enfermaron de mal espíritu.

?Había también la historia del ?Cuidador de mina?, quien no deja que le saquen nada, y la historia de ?Cuando canta el tecolote?: depende del tono que éste le dé para saber si sólo viene la enfermedad o la muerte; cuando canta de madrugada la muerte está cerca. Hay también una historia sobre los hechiceros muy poderosos que dominan el rayo y la muerte.

?Una vez estábamos en una reunión varios curanderos y un perro empezó a ladrar con furia molestando mucho con su ladrido. La esposa del curandero, dueño de la casa, le pidió a éste que lo callara, entonces el hechicero sacó de su bolsa una bolita de copal, la puso entre sus manos y comenzó a soplar sobre ella; como a los cinco minutos el perro cayó muerto y poco tiempo después, como a los 15 minutos más, ya tenía gusanos y moscas verdes saliendo de su hocico.

?Antes había mucho respeto para los mayores y cuando el niño hacía alguna travesura o se portaba mal, era regañado con palabras fuertes y se ponía algún castigo. A los niños se acostumbraba hablar con respeto y con cariño en su lengua materna, con consejos. Los adultos se dirigían a los niños con alegría, cariño y palabras honorables, aunque cuando se portaban mal o no obedecían se les regañaba y se les corregía con algunas manaditas para que no siguieran con esa mala idea. Y los niños se dirigían a las personas mayores siempre con respeto, admiración y amabilidad. Ahora ya es diferente, los niños actualmente ya no obedecen, ni respetan a sus mayores, ellos quieren agarrar sus otros caminos. En este tiempo está mal porque antes se respetaba a los mayores; los jóvenes saludaban de mano, se quitaban el sombrero y se agachaban para decir ?buenos días? o ?buenas tardes?.?

Aprendizaje

?Cuando mi esposa estuvo en cama mucho tiempo sentí la necesidad de aprender a curar. Fue una enfermedad muy larga y ella necesitaba frecuentemente curarse y no había dinero; puse empeño para ver cómo le hacían para curarla y después me animé a hacerlo yo. A partir de esta vez sentí una necesidad de saber más, por lo que pedí a un curandero bueno que me enseñara. Éste me dio la mano derecha y me enseñó con mucho gusto. Después de un tiempo de haberme iniciado en las curaciones tuve un sueño, en donde un hombre me llevó volando a pueblos desconocidos muy lejos; visité un lugar donde estaban todas las formas de curar: las buenas y las malas. El hombre que me llevó me dijo: ?Mira Ezequiel, a la izquierda están las cosas malas y a la derecha las cosas buenas de curación, tú cura siempre con la mano y el pie derecho, nunca con el izquierdo?. Además me dijo: ?Ten mucha fe en Dios y te irá bien?. En este tiempo tenía yo aproximadamente 30 años de edad y mi primer paciente lo curé de pérdida de la sombra, y de los malos espíritus, pero como ha pasado mucho tiempo no tengo claro qué fue lo que sentí con mi primer enfermo, pero me acuerdo que tuve muchas palabras de agradecimiento de algunos de los enfermos que logré ayudar.

?Cuando estaba yo aprendiendo comía igual que siempre: atole, frijoles, tortillas, chile, hierbas del campo y también algunos animalitos; no era necesario tener cuidados especiales.?

Sueños

?Los sueños provienen de la mente, el alma es la que nos da la virtud de humanos, es la que dirige los sentimientos. Si el alma está enferma los sueños son malos y cuando el alma está bien los sueños son bonitos, felices. El sueño es también una manera de comunicarse con el alma, porque a través de los sueños podemos ver lejos y cosas que van a venir, y también nos hacen ver algo que está en el mundo muy interior nuestro, en el centro mismo de nuestro ser. Cuando se sueña se está más cerca de Dios, porque en los sueños felices no hay odio ni envidia, estamos en paz; pero también los espíritus malignos se pueden apoderar de nuestros sueños.

?Cuando yo hago la primera de tres curaciones, en la noche tengo un sueño que, si es feliz o que voy por el campo contento, o levanto un objeto del suelo, éste me indica que sí puedo curar la persona. Si por el contrario es un sueño feo o de un muerto es contra sueño: no voy a poder ayudar a la persona y mejor no la atiendo. Sólo en muy pocas ocasiones, pues los espíritus se meten en los sueños para darnos avisos como la muerte de un familiar. Si se sueña agua clara es buena suerte y si se ve lodosa son malas noticias.

?Hay veces en que el sueño previene de peligros, de accidentes o de enfermedades de algún familiar cercano; los sueños predicen cosas que podemos ver en el futuro.

?Cuando se sueñan animales depende del animal que se sueña, porque unos indican que algo malo va a pasar, y otros que va a tener buena suerte.

?También personas que no curan tienen sueños que les avisan algo pero no siempre saben lo que va pasar. En ocasiones la persona se está defendiendo de algún mal que le quieren hacer, por eso amanece cansada, pues si se acuerda uno de lo que soñó y evita el camino del sueño puede cambiar las cosas.

?Cuando hay una relación muy fuerte entre dos personas, principalmente entre madre-hijo, padre-hijo o entre vecinos o compañeros, éstos se pueden comunicar en los sueños. A través de un sueño es posible recibir un mensaje, sin embargo casi nunca se puede adivinar a tiempo lo que el sueño nos está diciendo. Cuando estaba aprendiendo a veces tenía sueños muy pesados, muy malos, pero también en otras ocasiones los sueños eran felices.?

El diagnóstico

?Hay forma de saber quién causó la enfermedad; se pregunta al enfermo qué fue lo que pasó o cómo empezó el problema. Generalmente yo veo a toda la persona, pero también la mente, pues si una persona piensa y tiene fe en la curación es más fácil ayudarla. Para curar es necesario que el paciente platique todo lo que hizo y cuanto le ocurrió para que los lectores puedan defenderlo bien, para que puedan curarlo. Cuando se llega a la mitad del trabajo se toma un limón, se le pone el nombre del enfermo y se rodea de incienso; se pregunta qué enfermedad tiene: si es por hechicería o por espíritu natural.?

Ezequiel Quintanar Hernández

Cultura y Práctica Médica

?El curandero lucha contra los enemigos?
Ezequiel Quintanar

?Un curandero para mí es una persona que tiene el corazón sano y tiene el permiso de Dios para curar. Yo no siento nada en especial, sólo estoy en paz conmigo y con los demás. El poder curar, en mi vida personal, ha sido de mucha utilidad, pues me ha ayudado a dar salud a mi familia en la vida diaria, y el poder servir a mi gente me hace feliz y estar en paz conmigo mismo y con Dios.

?Mi manera de vestir sigue siendo la misma, el ser curandero no ha influido para nada en mi vestuario, más bien las salidas fuera de mi comunidad, como al norte. Tampoco en la forma de alimentarme hay diferencia porque esto es de acuerdo con lo que tenemos para comer. El probar algunos alimentos diferentes es de acuerdo con el pueblo donde me llaman a curar. Sólo he modificado un poco en cuanto al aseo personal y la alimentación, más por la convivencia en los encuentros de intercambios de conocimientos y por la recomendación del personal del INI en hervir el agua, en el aseo de manos y en el de la vivienda.

?Mi trabajo principal sigue siendo el de campesino; sin embargo, he tenido que salir a otros pueblos a curar porque poco a poco se van haciendo palabras de mí en otras partes. Como únicamente vivo con mi esposa, la relación no ha cambiado, ni me ha afectado ser curandero. Al principio mi pueblo me trató muy bien, pero actualmente mi pueblo me desprecia con críticas.

?Una persona que está hecha para curar ya sabe cómo hacerlo, antes de curar hace una pregunta, y si no puede ayudar no mete la mano. En cambio un aprendiz no puede hacerlo porque a veces no tiene suerte o no tiene corazón sano, ni el permiso de Dios para curar. Cada quien tiene un destino. En la comunidad hay varias personas que saben curar con hierbas, curan de manera diferente a la mía porque ellos no hacen ceremonia ni ofrecen presentes, curan con puro remedio de hierbas. Ellos trabajan bien, pues se necesita gente que conozca de hierbas para curar.

?La gente del pueblo, cuando quiere sanar a alguien, sólo utiliza remedios caseros y el curandero lucha contra los enemigos y ofrece presentes en la ceremonia, así como también el sacrificio de la sangre de un animalito (gallina o guajolote). Hay unos que sí alcanzan una gracia para curar, hay otros que no curan natural. Hay diferencias en las curaciones y hay personas que saben más que otras, pues si tienen fe en Dios también ellos pueden curar aunque no sean lectores especiales.

?Yo hago la lucha por curar a las personas peleando con los enemigos, porque son varios y cada uno tiene su casa y así voy atacando casa por casa. Hay veces que me llevo toda la noche de trabajo. Existe una fuerza especial para curar, pero primero voy a pedir a la cruz a un cerro, para que me dé todo el conocimiento para curar a las personas que están enfermas de envidia y de odio, para que tengan la paz. Existen también fuerzas que causan daño a la gente sobre todo en lugares pesados, solitarios como barrancas, cuevas, ríos y en donde se cruzan los caminos. El curandero, cuando limpia a la persona, se pelea con el enemigo causante del daño. Hay hechiceros que aprovechan estas fuerzas para hacer el mal.

?Cuando curo yo pido principalmente la ayuda de Dios porque los santos sólo son sus discípulos, y me dirijo con mucha fe y respeto, con el corazón sano y el espíritu feliz. Dependiendo de la enfermedad que se va a curar me dirijo a un santo o a otro, pero siempre primero pido a Dios. En las mujeres se recurre a santa Justina y san Toribio, y en los varones a Jesús el maestro y a san Marcos. Los santos son sólo para ayudar o curar a las personas, pues ellos no causan enfermedad. En algunas ocasiones sí es necesaria la intervención de un antepasado, tanto para ayudar como para hacer daño, pues los hechiceros utilizan al difunto que murió en forma violenta para hacer sus trabajitos en contra de algunas personas.

?Constantemente me buscan de diferentes pueblos para ayudar a los enfermos. Mis viajes son casi siempre para curar, aunque en ocasiones salgo a visitar a mis hijos, pero también allá curo. En estos viajes he aprendido mucho – sobre todo he comprado libros – y las pláticas de intercambio con otros curanderos. No he tenido oportunidad de conocer por la televisión ninguna curación, y en la radio sólo de vez en cuando se escuchan programas de remedios caseros.

?Cuando uno no está bien preparado se corre algún riesgo porque el daño puede pasarse a nosotros. Hay ocasiones en que se me cierra la garganta y siento feo cuando estoy curando; tengo que curarme con unas gotas de fuerte (mezcal) y un poco de humo de cigarro, y empiezo de nuevo la curación. El pago para las curaciones es por voluntad porque Dios da la mano, no vende su palabra, no vende su caridad. Sí cobro un poco, cuando la curación es de corazón y hasta que Dios de permiso.

?Un curandero no se despinta, no se muestra, no se desmaya y no toma color. Trata al enfermo con cariño, con corazón sano y contento, igual hombres, mujeres o niños porque es un solo corazón, un solo sentimiento y una sola voluntad para ayudar. El curandero puede ayudar a las personas, en primer lugar con una limpia para que se domine la gente, en segundo lugar con oración a una imagen para que nos ayude en ese corazón, con una ofrenda de una vela y un ramo de flores para pedir a los espíritus que dejen en paz a esa persona. Se puede guardar en secreto el lugar en donde se llevó a cabo la curación, para que se defienda bien al enfermo de todos los enemigos. Éste no se comparte, sólo el corazón, nadie más debe de saberlo aunque a veces sólo se confía a una persona de mucho respeto, honrada, para que no sea divulgado a más personas. Para que yo pueda curar, porque debo estar en paz con Dios y conmigo mismo, se debe ser responsable porque el trabajo es serio y secreto. Para curar se lleva la ofrenda a los espíritus: velas e incienso, y así poder ayudar a los enfermos.

?A veces uso el agua: yo aconsejo a una persona que no tiene paz en su espíritu y que no puede dormir que ponga un vaso en la cabecera de su cama y que le rece tres padres nuestros para que, cuando los demonios que atormentan a la persona bajen, al tomar de esa agua se alejen. En la curación a veces uso agua bendita. Tengo libros que utilizo para las curaciones. Los he conseguido en diferentes lugares y también un ídolo que encontré en el cerro al estar haciendo una curación y al que recibí con mucho cariño.

?Para curar sólo tenemos que pedir a Dios que nos dé fuerzas, y el lugar puede ser un cerro, la iglesia, el campo, un árbol grande y fuerte. Los días especiales son lunes y martes para los espíritus más malignos, y la hora las diez de la noche o la una de la mañana. De la mala sombra cualquier rato y cualquier día.

?Hay varias clases de enfermedades. Las naturales que se ayudan con remedios de plantas medicinales, y las malas, en las que se necesita la ceremonia y el presente. Entre las malas se encuentran las que se dan por envidia, por odio, por espanto, pérdida de la sombra y, entre las naturales: diarrea, tos, reumatismo, etcétera. Un enfermo de hechicería tiene malos sueños, siente que su vida está en peligro, no puede dormir y no tiene paz. Cuando se pierde la sombra se siente dolor de cuerpo, se siente muchos partimientos de huesos, no se siente a gusto, tiene asco.

?Las enfermedades del espíritu son las que se manifiestan de noche por el sueño de una persona difunta. No se ve ninguna diferencia porque el alma y el espíritu son iguales, es un sólo padecimiento porque si está enfermo del espíritu, está enfermo del alma.

?Hay otras situaciones que pueden causar la enfermedad como el frío, las primeras lluvias, alguna caída o golpe; y todos los fenómenos naturales causan enfermedad de susto, miedo y temor. También los fenómenos sobrenaturales que causan enfermedad porque rompen con la paz interior. Las principales causas, tanto de enfermedades como de problemas de salud, por las que la gente busca mis servicios, son esencialmente cinco: la pérdida de la sombra, ña cuan ña yuñan; la hechicería, ña saha ndtaxin; el espanto, cue niyu; el mal aire, ña cani ndachin; y la envidia, na nduxin hinio.?

Ña cuan ña yuñan, pérdida de la sombra

?No sé si esta enfermedad tenga otros nombres, pues yo la conozco como pérdida de la sombra. No podría decir cuántos pacientes he atendido de esta enfermedad; hay veces que tengo varios en una semana y otras que no entra ninguno y así se presentan cada vez. El problema de este padecimiento se conoce mediante las preguntas que se le hacen al enfermo; esta enfermedad se presenta cuando una persona tiene un accidente, una caída, el ataque de un animal o es testigo de algo malo o desagradable. El enfermo se encuentra pálido, sin ganas de trabajar, se siente cansado y triste. A veces no llega al sueño o no duerme tranquilo, se le quitan las ganas de comer y a veces siente muy molesto su cuerpo.

?Se cura por medio de una limpia que se lleva a cabo en donde el enfermo se asustó o donde estuvo presente en algún accidente. A esa forma de curar se le llama recoger la sombra. Los recursos terapéuticos que se ocupan para realizar la curación son huevos, azomiate, albahaca, aguardiente, copal, flores amarillas o blancas, velas y cerillos. Las plantas se usan completas, es decir con hojas, ramas y flores y se utiliza un manojo regular; de aguardiente se usa medio litro. La forma de curar es a través de presentes u ofrendas y también se barre el cuerpo del enfermo en forma circular, primero con un huevo y después con las hierbas; se utiliza aguardiente que el curandero y el enfermo toman sin exceso. Se realizan tres curaciones, lunes, miércoles y viernes, de 6:00 a 8:00 de la noche; a la segunda el enfermo ya se empieza a recuperar. Se le recomienda al paciente que no se vaya a bañar después de la curación.

?Si no se cura a tiempo, la enfermedad puede consumir al enfermo y matarlo.

?Para evitar este mal se necesita ser juicioso, no buscar el peligro y estar acompañado por la buena suerte.?

Ña saha ndtaxin, hechicería

?El número de pacientes es variable. Se conoce como brujería o mal tirado. La forma de conocer el problema de salud es adivinando en las barajas. Esta enfermedad es causada por personas de mal corazón que tratan de acabar con la vida de las personas con las que han tenido problemas graves. Para curar hay que sacar el mal en las personas o en el lugar donde éstas viven. Este mal se trata con una serie de limpias y llevando presentes a diferentes lugares como ríos, barrancas y cerros, donde hay malos espíritus. Se utilizan las hojas y las flores de hierbas, como son: ruda, albahaca, ajo, así como otros recursos que son el aguardiente, cigarro, copal, huevos de guajolote y un gallo o gallina negra. En primer lugar se deshoja la hierba, se mezcla con el aguardiente y se frota al enfermo con esto. Por último se sacrifica el animal, su sangre es esparcida en el lugar donde se encuentra el presente, y con el humo del cigarro se sopla en forma de cruz. Con el copal se insoma al enfermo. La hora especial para curar es de 11:00 p.m. a 3:00 a.m., durante los días lunes y martes.

?Si no se cura la persona a tiempo se muere. Para que no se dé este problema se debe evitar enfrentamientos, la violencia, robos con nuestros semejantes y así vivir en armonía con los que nos rodean.?

Cue niyu, espanto

?No sé exactamente cuántos pacientes he atendido de espanto porque no llevo ningún control. Que yo sepa esta enfermedad no tiene otro nombre. El problema de salud que padece el paciente se conoce mediante la palpación de los pulsos y se le llama pulsar. Esta enfermedad es causada por un susto, ya sea de algún animal, malos espíritus o una sorpresa desagradable. El enfermo se encuentra triste, se sobresalta cuando está dormido, no tiene apetito, se encuentra pálido y tiende a adelgazar.

?Este mal se cura por medio de una limpia en donde se utilizan diferentes tipos de hierbas, como son: albahaca, ruda, azomiate, santa María, mirto. Las partes de las plantas utilizadas son las hojas, los retoños y las flores. También se usan otros recursos como el huevo, copal, aguardiente, tabaco, etcétera. Se utiliza un manojo de cada hierba y un cuarto de aguardiente durante cada limpia. El remedio se prepara haciendo una mezcla de todas las hierbas con el aguardiente y después con un huevo que se unta con las hierbas y se frota en el cuerpo del enfermo.

?Se empieza a curar al paciente por las manos, donde está el pulso; después se coloca la masa del tabaco con el aguardiente en las orejas y en la mollera, después a nivel del corazón y cuello, después en los tobillos. A las doce del día se le rocía por atrás y le grita uno de repente por su nombre.

?La limpia se puede realizar en cualquier día y a cualquier hora. Se recomienda bañarse a los dos días después de la limpia. Si esta enfermedad no se cura luego, con el tiempo el enfermo llega a morir. Para el espanto no existe ninguna recomendación, ya que se presenta en cualquier momento inesperado.?

Ña cani ndachin, mal aire

?Aunque hay un gran número de personas que asisten a que los curen de este mal, no sé exactamente cuántos he atendido porque no llevo ningún orden. No conozco otro nombre para el mal aire. La forma de conocer el problema de salud es mediante preguntas. Esta enfermedad se presenta o se produce cuando se toca un difunto, o al pasar donde mataron a una persona, o al salir en una mala hora durante la noche (espíritu maligno).

?El paciente se nota muy triste, presenta diferentes tipos de malestar y empieza a adelgazar. Este tipo de mal se caracteriza por la presencia de ronchas en la piel, falta de sueño, moretones en cualquier parte de su cuerpo sin causas, ardor en el ojo o en cualquier parte del organismo. Este padecimiento se cura con una limpia, en la cual se utilizan diferentes tipos de plantas y otros recursos. Las plantas utilizadas son: azomiate, ruda, albahaca, mirto, además el tabaco, aguardiente o alcohol. Las partes de las plantas utilizadas son las hojas, flores y retoños.

?El remedio se prepara despedazando las hojas de las diferentes hierbas, que se humedecen con el aguardiente y se frotan en la persona asustada en forma circular, al mismo tiempo con el humo del cigarro se insoma en forma de cruz y se le frota un huevo. Si no se cura a tiempo el enfermo puede perder el sentido o a veces la vida. No existe ninguna recomendación ya que este problema lo puede padecer cualquier persona dependiendo del lugar donde se encuentre.?

Na nduxin hinio, envidia

?No tengo el control de las personas atendidas por este mal. Yo conozco esta enfermedad como envidia y no sé si tenga otro nombre. Por medio de la entrevista con el enfermo y con la pasada de un huevo o limón sobre su cuerpo se llega a conocer este padecimiento; mediante el limón o el huevo me contesta si se puede curar o no. A la forma de conocer el problema de salud yo le llamo ?adivinar?.

?La persona de un momento a otro cambia su estado de ánimo y tiene diferentes molestias, desde un pequeño dolor de cabeza o cambio de humor hasta un trastorno o locura. Es una enfermedad producida por malos sentimientos hacia las personas que tienen bienes codiciados por otras personas. Este mal se cura con una limpia y se utilizan diferentes tipos de plantas, como: ruda, mirto, albahaca, azomiate, y otros recursos, como aguardiente, vela de cebo, de cera y huevos de guajolote. Las partes de las plantas que se utilizan son las hojas y retoños; la cantidad de las plantas que se utilizan es al cálculo (puño, ramo); se frotan con el aguardiente y se talla con el huevo en el cuerpo del enfermo. La curación se puede hacer a cualquier hora y en cualquier día. Son mejores los días lunes y martes y el enfermo se siente mejor cada día hasta restablecerse.

?Si no se atiende a tiempo la enfermedad avanza y puede llevar al enfermo hasta la muerte. Esta enfermedad no se logra evitar ya que uno no sabe los malos deseos de las personas.?

Historia de su cuerpo

?Nosotros, nuestro cuerpo, sólo somos una arenita en el universo. La salud depende de mi corazón limpio y sano, de vivir en paz con los demás y conmigo mismo y del respeto de todos. El cuerpo humano debe estar sano y la mente debe estar limpia, así como el corazón alegre para vivir en paz. Desde que empecé a curar – que yo recuerde -no hubo algún cambio especial, casi siempre me encuentro bien de salud, sólo a veces un poco de gripa, pero ya estoy cansado y viejo; sin embargo me gusta trabajar. La única enfermedad grave que recuerdo fue la viruela, pero no influyó en mi decisión para ser curandero.

?Yo me curo casi siempre con remedios caseros y cuidados en casa; sólo a veces voy al doctor de la clínica, pero muy poco.

?Para no enfermarme, por lo general soy respetuoso con los demás, trato bien a la gente para que me traten igual, no hago daño a nadie y para el resfriado no ando descubierto durante la noche; cuido de las discusiones en casa, la envidia de la gente, los problemas de crítica y el odio, que es lo que más me hace daño, pues yo creo que para que no nos dañen los impulsos, los deseos o instintos, debemos ser sanos de corazón, trabajar y respetarnos nosotros y a los demás. El sudor, las heces, la orina, son sustancias que el cuerpo no necesita. La muerte es cuando al cuerpo se le acaba toda la energía, se pierde toda la conciencia, se acaba el odio, la envidia, se descansa.?

Concepción salud-enfermedad

?Tener salud depende de no criticar, de no andar casa por casa, porque a veces se piensa mal y no toda la gente se lleva bien y de allí resulta todo el problema. Cuando la gente está enferma no se siente a gusto ni está en paz con los demás. Vive peleando, no duerme, tiene dolores y no tiene suerte; se puede curar, se puede hacer la lucha para vencer a los enemigos. El saber médico está íntimamente unido al equilibrio de fuerzas entre el mundo interno del ser humano o el mundo externo y la naturaleza, ya que solamente estando en paz con uno mismo, con los demás y con la naturaleza, se siente uno feliz.

?Las personas se enferman porque no tienen respeto para los demás y a uno mismo, porque todo lo malo que hacemos a los demás puede regresar y dañarnos también. Las enfermedades vienen de uno mismo porque hace uno corajes por cosa de nada.

?El cuerpo humano está formado por la mente, cuerpo y alma, en la mente y el alma es donde está la vida; la esencia de las personas son los sentimientos del corazón y el alma. Las partes más importantes son los siete sentidos, que es donde pega el maligno, se ponen los sesos muy duros, allí es donde pega el aire y es en donde llevamos la vida. Las personas están formadas por los sentimientos, su forma de ser y de portarse.

?Las personas que pueden causar enfermedades son las que no tienen fe ni buena voluntad porque están a favor del enemigo y ya no cuentan con el señor Dios; están de acuerdo con las personas que actúan de mala fe y pueden causar enfermedades a las personas que les tienen envidia u odio por tener algún bien que otros no tienen: la mala voluntad causa daño y mucha mortificación con los vecinos, porque son de mal corazón y han hecho daño.

?El conocimiento acerca de los cuatro puntos cardinales para mí tiene un gran significado, ya que éstos representan la vida y la enfermedad. Donde nace el sol significa tiempo de larga vida y de buena suerte; el lado donde se oculta quiere decir que tiene vida corta y también significa enfermedad y desgracia.

?La tierra es la madre que necesita de la fuerza del sol, la lluvia, la luna y el viento para que los hombres, animales y plantas, vivan felices y contentos. Las tormentas, los rayos, los remolinos y los temblores a veces pueden ser un castigo de Dios por portarse mal y no vivir en armonía; a veces se hace la lucha para apaciguarlos, aunque a veces se consigue y en ocasiones no, pues si es un enojo de Dios, él manda. Si no se cumplen las promesas a los santos o a alguna virgen, los santos se enojan y mandan un espíritu en la noche para que los moleste y no los deje dormir, y cuando sueñan recuerdan la promesa que no cumplieron.

?Por la envidia se dan problemas en las comunidades, porque existe mucha gente inconforme que codicia lo que otros tienen. En las personas la envidia se nota porque los labios se ven dulces pero el corazón está amargo, saludan con mala voluntad. Hay la mala fe; la mala voluntad, el coraje o el odio siempre existe; hay quien causa enfermedad rogando a los espíritus malos para que enfermen a las personas o poniendo tierra del panteón por donde van a pasar o también regando sal en la casa que se quiere dañar o agua bendita a la persona que se quiere correr.?

Vínculos Comunitarios

?Yo participo en cada reunión que tiene el pueblo, como ciudadano, o según el cargo que tenga, aunque ya estoy grande y el pueblo ya no me obliga, pero es mi voluntad servirlo. A veces cualquiera del pueblo me pide consejos, especialmente los jóvenes que ocupan algún cargo en el Cabildo, sobre asuntos relacionados con el desempeño de los cargos de autoridad, porque son jóvenes y tienen poca experiencia, pero siempre como ciudadano mayor de edad y no como curandero.

?Para mi trabajo no tengo apoyo por parte de la comunidad, ni de las autoridades, ni de los líderes y ancianos de la comunidad, sólo con el equipo de salud del INI he tenido apoyo. El personal del INI con quienes hemos participado desde hace años, siempre nos ha tratado bien; con otros médicos no he tenido relación de trabajo, sólo algunas pláticas con el doctor de la Unidad Médica Rural (UMR) que estuvo años antes. Me gustaría que el gobierno me ayude en forma económica y con una constancia para poder trabajar más fácil. Aquí he tenido dificultades ya que han llegado curanderos de otras partes y esto hace que yo me dedique a curar a mis familiares y a salir a otros pueblos. Hay bastante falta de interés entre los de mi pueblo, así que mejor no les enseño, no hay aprendiz, no interesa a ninguno de mi pueblo, no hay tradición para transmitir el conocimiento.

?La relación con otros terapeutas es buena, nos ayudamos y nos tenemos respeto. A veces nos acompañamos a curar, intercambiamos experiencias, especialmente en las reuniones del INI. Y he participado con el grupo de curanderos de Silacayoapan en los encuentros que realiza el Instituto, platicamos los casos difíciles que se nos presentan y en ocasiones nos acompañamos para defendernos de la fuerza mala.

?Por costumbre siempre las familias participan en la organización de las fiestas de diferente forma de acuerdo con las mayordomías. Yo he ocupado diferentes cargos en las fiestas: mayordomo, diputado, y la tradición es igual y todos participamos. Las costumbres de mi pueblo son buenas; antes eran mejor, porque había más respeto por la gente grande. Actualmente la juventud es menos atenta y no respetan como debe ser a la gente mayor.?

Relato de un ritual curativo en San Pedro Silacayopan

Dra. María Josefina Montaño Corza
C. D. Espiridión Nolasco González
C. Soledad Santiago López

El ritual de curación consistió en tres etapas:
1. Invocación de los espíritus.
2. Ofrenda y peticiones.
3. Agradecimiento y despido de los espíritus.

1. El ritual comenzó con música para pedir por la paz de la señora Plácida López Martínez y para que los malos espíritus no le causaran daño. El curandero Ezequiel invocó a Dios con una oración y le pidió socorro y auxilio de la vida y de la suerte para poder curar.

2. En un círculo de flores amarillas el curandero colocó la ofrenda: un ídolo de piedra que significa buena suerte y salud; al centro del círculo cuatro velas de cera y más adelante dos de cebo; entre las velas Ezequiel hizo dos triangulitos con cuatro huevos de guajolote. Afuera del círculo el curandero colocó cervezas, refrescos, aguardiente. Por cada huevo se acostumbra poner tres bolitas de copal. Mientras el curandero las arrima, dice lo siguiente: ?diez tallos, diez blancas, diez presentes, tómalo con la voluntad de ella, lo cual es de mi hija Plácida López Martínez, para que ella esté sana y viva feliz, amen.?

La finalidad de rezar, mientras el curandero prendía el copal cerca del huevo, fue para que el huevo le contestara de dónde venía el mal. El curandero llamó cada huevo con diferentes espíritus, encarnados en divinidades que contestan al revelarse antes. Mientras el curandero rezaba, colocó los huevos sobre la cabeza de la enferma soplando. Después hizo un pequeño agujero al huevo y más adelante lo puso entre las flores por ser de buena suerte; prendió el copal y volvió a rezar. Al terminar puso una melodía para que los espíritus estuvieran contentos e invitó a todos los presentes a acercarse a la ofrenda. Siguió rezando y al terminar la oración limpió a la enferma con un guajolote, lo acercó al altar, lo degolló y esparció la sangre del animal sobre la ofrenda, como presente para la tierra. Al final, el curandero regó toda la ofrenda con aguardiente.

3. Ezequiel terminó el ritual despidiéndose de los espíritus y agradeciéndoles su presencia con música y rezos para que se fueran contentos y en paz.

Testimonios de Vida de Médicos Indígenas Tradicionales

Testimonios de Vida de Médicos Indígenas Tradicionales

La historia de vida de los médicos tradicionales, es el marco perfecto para entender la trascendencia de los conocimientos empíricos de las comunidades indígenas. Los terapeutas tradicionales son personas que producen, mantienen, renuevan, exponen y analizan los componentes espirituales y materiales del ritual de curación y pone al alcance de toda la sociedad el saber de los médicos populares que son, en muchos casos parte fundamental del equilibrio de la comunidad a la que pertenecen.

La publicación de la serie de 10 libros “Testimonios de Vida de Médicos Indígenas Tradicionales”, es un esfuerzo de redignificar la noble labor de quienes cuidan el bienestar de los otros y reafirmar su cultura. Publicados en el año 2000 por el entonces Instituto Nacional Indigenista se hace un reconocimiento a los pueblos indígenas de México, a la vez que confirma la invaluable riqueza pluricultural y multiétnica que define y constituye la identidad de nuestra nación.

Los pueblos y médicos presentados en la serie son: la mixteca baja de Oaxaca por Ezequiel Quintanar Hernández; la región zapoteca de Oaxaca por Alfonso Hernández Salinas; loa nahuas de Xoxocotla, Morelos por Ricardo Alberto Castañeda, la región chatina de la sierra madre sur, Oaxaca por Sixto Sánchez López; el pueblo Mayo de Sonora por Vicenta Parra Valenzuela; la región de la Mazateca alta, Oaxaca por Isauro Guerrero; la región Mixteca de la costa, Oaxaca por Galdino Hernández Castellanos; la región Cuicateca dentro de la cañada de Oaxaca por Efer Cruz Gómez; la región Mazahua del Estado de México por María Guadalupe Narciso Álvarez; región Mixe, Oaxaca por Ofelia Hope Illescas. Aquí sólo se presentan fragmentos de 5 de los libros, para mostrar un panorama general de la práctica curativa y las experiencias de médicos mixtecos, mazatecos, mazahuas y mixes.

Hablar de regiones dentro de la medicina tradicional determina en mucho las formas de curación y terapia de los médicos al igual que las plantas que se pueden utilizar en ellas. Además influye de manera importante en el proceso organizativo de los médicos indígenas tradicionales y forma parte de la contribución de los pueblos indios a la construcción de una sociedad nacional más justa y humana.

En este marco, la obra Testimonios de vida de médicos indígenas tradicionales es, en sí, una aportación de sus valores más preciados, que ponen a disposición de la sociedad nacional como una muestra de su interés por generar una atención de salud justa y democrática para elevar la calidad de vida de los hombres, las mujeres, los niños y las niñas de México.

La recopilación fue realizada por técnicos del extinto Instituto Nacional Indigenista (INI), y ahora retomada para su publicación en este portal por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI); es una labor dirigida a propiciar la búsqueda de espacios donde los pueblos indígenas plasmen con realidad sus necesidades de alternativas de desarrollo.

Medicina Tradicional Indígena

Medicina Tradicional Indígena

22/02/2006
Se considera medicina tradicional indígena mexicana, al conjunto de sistemas de
atención a la salud que tiene sus raíces en profundos conocimientos sobre la salud y la enfermedad  que los diferentes pueblos indígenas y rurales de nuestro país han acumulado a través de su historia, fundamentados en una interpretación del mundo (cosmovisión), de la salud y enfermedad de origen prehispánico, que ha incorporado elementos provenientes de otras medicinas, como la medicina antigua española, la medicina africana y en menor medida por la interacción de la propia medicina occidental.

Se les llama curanderos, médicos tradicionales ó  terapeutas tradicionales, a las personas que ofrecen algún servicio para prevenir las enfermedades, curar o mantener la salud individual, colectiva y comunitaria, enmarcada su practica y conocimiento en la cosmovisión del sistema indígena tradicional. En muchas comunidades indígenas, reciben en lengua un nombre con un significado especifico que va más allá de “curandero” y que les confiere un vínculo comunitario y un profundo respeto por la población.

La medicina tradicional indígena esta reconocida en la Constitución Política (art. 2) como derecho cultural de los pueblos indígenas. En sus expresiones más profundas, comprende:

  1. El universo como totalidad interconectada, el cuerpo humano, que incluye a la mente y el espíritu,
  2. conectado estrechamente a ese universo
  3. Un entendimiento y clasificación (nosología) de las diferentes enfermedades, coherente con toda la cosmovisión y concepción de la salud y enfermedad.

  4.  Un entendimiento de las causas de enfermedad que toma en cuenta mecanismos que rompen el equilibrio frío-calor del cuerpo, derivados del comportamiento individual y de las relaciones sociales, ambientales y espirituales, así otras causas como los desórdenes alimenticios, movimientos bruscos, alteraciones de la fuerza vital.

  5. Un conjunto amplio de procedimientos preventivos, enfocados a la exclusión y control de los factores desequilibradores, sobre todo con respecto al equilibrio de frío ? calor.

  6. Una serie de estrategias para diagnosticar las enfermedades y los desequilibrios, inmersa en el conjunto del sistema.

  7. Y un amplio  conjunto de elementos terapéuticos,
  8. que incluyen la herbolaria, el uso de productos animales y minerales y:

          o Diferentes tipos de masajes, entre los que encontramos fricciones, acomodamientos, succiones y apretadas, entre otros.
          o Punciones con diferentes tipos de espinas vegetales y animales.
          o La utilización del frío y humedad a través del uso de barro, y del calor y humedad, a través del temascal y el calor de brazas de carbón.
          o La medicina tradicional también comprende otros procedimientos como la utilización de limpias, ensalmos, y diversos ritos. Entre éstos destacan los relacionados con la agricultura, con el objetivo de encontrar la armonía con las fuerzas y divinidades de la naturaleza, con el nacimiento, con el hogar y también con la salud.

2. Servicios

La Medicina Tradicional Indígena constituye un elemento básico de afirmación cultural, por lo que el establecimiento de un sistema pluricultural de salud se ha convertido en una demanda de los pueblos indígenas. Aunque la medicina tradicional se utiliza ancestralmente por la población, hasta fechas recientes que se inicia un proceso para lograr su reconocimiento y el marco jurídico adecuado para su desarrollo en coordinación con las Instituciones de salud.

Las instituciones de Salud que han impulsado acciones a favor de la Medicina Tradicional son:

La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI, antes Instituto Nacional Indigenista).

Testimonios de Vida de Médicos Indígenas Tradicionales

El proyecto de Interrelación con  la medicina Tradicional del Programa IMSS OPORTUNIDADES.

La Dirección de Medicina Tradicional y Desarrollo Intercultural de la Secretaría de Salud.

Otras Instituciones:

El GRAMIT (Grupo Regional de Apoyo a la Medicina Tradicional, conformado por el IMSS, la Universidad Veracruzana, la CDI, la Secretaria de Salud) del Estado de Veracruz.

Otros espacios y Servicios

Oaxaca: Clínica de Medicina Tradicional en Calpulalpan de Méndez (En coordinación  con la Secretaria de Salud).

La Unidad de Medicina Tradicional de los Servicios de Salud de Oaxaca.

Nayarit: Hospital  Mixto de Jesús María. Municipio Jesús Maria Nayarit (Secretaria de Salud).

Michoacán: Modulo de Medicina Tradicional adjunto al Hospital General  de Pátzcuaro.

Puebla: Proyecto Hospitales Integrales con Medicina Tradicional.

En diversos Estados de la República, se han conformado organizaciones de terapeutas Tradicionales indígenas y parteras rurales. Algunas de estas cuentan con espacios apoyados por instituciones oficiales y Organizaciones no Gubernamentales; otras con apoyo de grupos de particulares y asociaciones civiles.

Enseñanza

La medicina tradicional como práctica de atención a la salud, se enseña exclusivamente por terapeutas tradicionales reconocidos por sus comunidades a nuevos aprendices, basados en la tradición oral y en el método del maestro?aprendiz.

Distintas Universidades han contemplado contenidos de antropología médica y medicina tradicional en sus cursos de formación y diplomados. El objetivo es que los alumnos comprendan éste modelo de atención a la salud, puedan acercarse a sus terapeutas sin prejuicios y respeten a la población indígena. Algunas Escuelas y universidades son las siguientes:

§        Instituto Politécnico Nacional. Escuela Superior de Medicina.

§        Escuela Superior de Ciencias Biológicas IPN.

§        Universidad del Valle del Anáhuac, Carrera de medicina.

§        Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

§        Escuela Superior de Medicina (Facultad de Estudios Superiores Zaragoza UNAM)

Investigación y Desarrollo

Algunas instituciones que realizan investigación sobre medicina tradicional son:

§        Instituto Nacional de Antropología e Historia (DEAS) Dirección de Etnología y Antropología Social,  Exconvento del Carmen Av. Revolución No. 4 y 6, esquina Monasterio, Col. San Ángel, C. P. 01000, México, D.F. Tels: 56 16 51 79, 56 16 07 97, 55 50 80 43, Fax 56 16 20 73 Correo electrónico: dir_etno.as.cantro@inah.gob.mx

    * Instituto Nacional de Antropología e Historia. (Jardín Etnobotánico y
    * Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, Cuernavaca, Morelos).
    * Universidad Autónoma Chapingo. Programa Universitario de Medicina Tradicional y Terapéutica Naturista.

Marco Legal

El Articulo 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reconoce los derechos de los pueblos indígenas a “preservar todos los elementos que les brindan su identidad cultural, así como a aprovechar debidamente la medicina tradicional”    Legislación Federal (Vigente al 30 de noviembre de 2005)

Medicina Tradicional en la Ley Estatal de Salud. Acuerdo 256 de la Ley Estatal de Salud de Oaxaca (2001).

Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. 

                                                                                             

¿Debemos siempre prolongar la vida por cualquier medio?

ZARINA  Enviando en: lunes, 28 de abril, 2003 – 02:34 pm

¿Debemos siempre prolongar la vida por cualquier medio?

Al contrario de lo que los propagandistas en pro de la eutanasia alegan, la Iglesia Católica nunca ha enseñado que debamos prolongarle la vida a todo enfermo terminal hasta el último momento utilizando para ello todo medio posible. “La Iglesia enseña que Dios es Quien determina el momento de la muerte de toda persona, y que por lo tanto es tan ilícito el intentar extender dicho momento como abreviarlo”

Pero, ¿qué es lo que constituye una prolongación ilícita de la vida y qué es lo que constituye una abreviación ilícita de la misma? En otras palabras, ¿cómo podemos distinguir entre, por un lado, la eutanasia y la distanacia (= el otro extremo de la eutanasia, la prolongación ilícita de la vida), y por el otro, el dejar morir en paz y dignidad? La respuesta está en la distinción entre “medios proporcionados” y “medios desproporcionados”, y en el siguiente principio moral: no estamos obligados a utilizar “medios desproporcionados” (siempre y cuando respetemos los legítimos deseos del enfermo), pero sí estamos obligados a utilizar siempre “medios proporcionados”. El no utilizar o el retirar “medios desproporcionados” (teniendo en cuenta los legítimos deseos del enfermo) no es eutanasia y el utilizar dichos medios sin respetar los legítimos deseos del enfermo es distanacia (también conocido como “encarnizamiento terapéutico”). Por otro lado, el no utilizar o el retirar “medios proporcionados” es eutanasia.

Pero, ¿qué son “medios desproporcionados” y qué son “medios proporcionados”? Antes, se distinguía entre “medios extraordinarios” y “medios ordinarios” Pero estos términos pueden ser imprecisos. Por eso la Declaración sobre la eutanasia de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe prefiere usar los términos “proporcionados” y “desproporcionados” para mejor clarificar la distinción entre lo constituye eutanasia y lo que no lo es.

La Declaración clarifica el sentido de estos términos pidiendo que se comparen las cargas, tanto económicas como humanas, y los beneficios que se derivan del uso de un determinado medio de la medicina: “En cada caso, se podrán valorar bien los medios poniendo en comparación el tipo de terapia, el grado de dificultad y de riesgo que comporta, los gastos necesarios y las posibilidades de aplicación con el resultado que se puede esperar de todo ello, teniendo en cuenta las condiciones del enfermo y sus fuerzas físicas y morales”.

A continuación la Declaración ofrece las siguientes clarificaciones para facilitar la aplicación de estos principios generales:

“1. A falta de otros remedios, es lícito recurrir, con el consentimiento del efermo, a los medios puestos a disposición por la medicina más avanzada, aunque estén todavía en fase experimental y no estén libres de todo riesgo. Aceptándolos, el enfermo podrá dar así ejemplo de generosidad para el bien de la humanidad.

2. Es también lícito interrumpir la aplicación de tales medios, cuando los resultados defrauden las esperanzas puestas en ellos. Pero, al tomar una tal decisión, deberá tenerse en cuenta el justo deseo del enfermo y de sus familiares, así como el parecer de médicos verdaderamente competentes; éstos podrán sin duda juzgar mejor que otra persona si el empleo de instrumentos y personal es desproporcionado a los resultados previsibles, y si las técnicas empleadas imponen al paciente sufrimientos y molestias mayores que los beneficios que se pueden obtener de los mismos.

3. Es siempre lícito contentarse con los medios normales que la medicina puede ofrecer. No se puede, por lo tanto, imponer a nadie la obligación de recurrir a un tipo de cura que aunque ya esté en uso, todavía no está libre de peligro [es decir, constituye el riesgo de causar una carga desproporcionada] o es demasiado costosa. Su rechazo no equivale al suicidio: significa más bien o simple aceptación de la condición humana, o deseo de evitar la puesta en práctica de un dispositivo médico desproporcionado a los resultados que se podrían esperar, o bien una voluntad de no imponer gastos excesivamente pesados a la familia o la colectividad.

4. Ante la inminencia de una muerte inevitable, a pesar de los medios empleados, es lícito en conciencia tomar la decisión de renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares. Por esto, el médico no tiene motivo de angustia, como si no hubiera prestado asistencia a una persona en peligro.”

Podemos resumir el significado de “medios desproporcionados” diciendo que dichos medios son aquellos que o son inútiles para conservar la vida del paciente o para curarlo y que constituyen una carga demasiado grave, en términos de dolor y sufrimiento, para el enfermo y cuya carga es mayor que los beneficios que reportan. Por el contrario, “medios proporcionados” son aquellos que sí son útiles para conservar la vida del paciente o para curarlo y que no constituyen, para el enfermo, una carga grave desproporcionada a los beneficios que se pueden obtener.

Reiteramos que el negar el uso de “medios desproporcionados” o el retirarlos, respetando los legítimos deseos del paciente, no constituye un acto de eutanasia, sino de dejar morir en auténtica paz y dignidad. Por el contrario, el negar el uso de “medios proporcionados” o el retirarlos sí constituye un acto criminal de eutanasia.

La pregunta que surge ahora es: en concreto, ¿qué son “medios desproporcionados” y qué son “medios proporcionados”? Es importante aclarar enseguida que la definición general que hemos dado de estos términos es una definición moral y no simplemente una definición médica. En otras palabras, estos términos, aunque incluyen el dato médico, no se reducen a él, sino que toman en consideración también, como lo dice la Declaración, “las condiciones del enfermo y sus fuerzas físicas y morales”. Esto implica que no es posible, al menos no siempre, dar una lista de “medios desproporcionados” y de “medios proporcionados” antes de tomar en cuenta el efecto de dichos medios en este paciente concreto aquí y ahora. Para un paciente determinado un tratamiento determinado podría ser “desproporcionado”; mientras que para otro, el mismo tratamiento podría ser “proporcionado”. Se debe proceder caso por caso en la aplicación de estos principios.

Hay que aclarar la confusión que existe en torno al ambiguo término de “medios artificiales”. Debemos evitar el uso del término “medios artificiales” en lugar del correcto término de “medios desproporcionados”, ya que los “medios artificiales” en relación con la medicina son prácticamente todos los medios que la medicina utiliza: los medicamentos y todos los aparatos — aún los más sencillos y usados, como por ejemplo los lentes, las muletas, etc..

Por lo tanto, el usar este ambiguo término es muy peligroso, sobre todo en el contexto de pacientes terminales. Puede incluso llevar a la eutanasia. Por lo que es aconsejable realizar un Testamento de Vida.

Esta distinción entre “medios desproporcionados” y “medios proporcionados” y los principios que guían la aplicación de su uso podrían crear la actitud negativa de que en algunos casos será difícil dicha aplicación y que para qué entonces existen estos principios. A esos tales respondemos que el hecho de que en algunos casos sea difícil aplicar estos principios, ese hecho no los invalida ni nos exime del esfuerzo por encontrar la verdad de lo que debemos hacer.

Ese esfuerzo es parte de nuestra actitud de solidaridad y compasión para con el enfermo, evitando así las fáciles pero falsas “soluciones” de la eutanasia y la distanacia. La vía del medio aquí es la más estrecha, pero es la de la paciencia y el amor.

Por otro lado, la complejidad de las situaciones no significa que los principios morales sean los complicados. Son los factores de la situación que rodea al enfermo y a los medios de la medicina los que complican a veces la evaluación moral de lo que se debe hacer. Los principios nos ayudan a desentrañar la situación, no a complicarla.

El tener esos razonables y válidos principios a mano es precisamente lo que nos ayuda a resolver el problema moral en cuestión. ¡Qué sería de nosotros si no los tuviéramos! Si no fuera por estos principios caeríamos en la trampa de la eutanasia, que es lo que quiere el movimiento en pro de ese crimen.

Fuentes: 1. Brian Clowes, Ph.D., The Facts of Life (Front Royal, Virginia, EE.UU.: Human Life International, 1997), 118.

Adolfo J. Castañeda, S.T.L.,
Coordinador Auxiliar para Latinoamérica de Vida Humana Internacional.

Derechos de un Enfermo Terminal

Zarina  Enviando en: lunes, 14 de abril, 2003 – 06:49 pm           

¡SER FELIZ CUIDANDO!

No se puede pretender cuidar a un moribundo por obligación impuesta, sino por obligación libremente elegida.
Obligación como derecho del ser humano y estrategia por el amor que tenemos a la persona.
La FELICIDAD que proporciona el cuidar al moribundo en el trayecto final de su camino, es algo que merece la pena experimentar.
El cuidado profesional signo de evolución y progreso en nuestra comunidad.
Cuidar a enfermos terminales como experiencia humana profesionalizada, enriquecedora y gratificante. Enfermos, familiares y miembros del equipo nos darán a diario lecciones de dignidad.
El saber ser y el saber estar se conjugan como nunca al lado de enfermos terminales.
El hombre y la mujer, son luz y amor y ésas son las cosas que lleva cuando sale de esta vida ?la LUZ y el AMOR con que VIVIÓ en la tierra?.

Cuando la evolución de una enfermedad arrastra a uno mismo, o a un ser querido, hacia un fin próximo e inevitable, ¿es lícito adoptar cualquier estrategia médica a fin de intentar retrasar ese momento de la extinción?, ¿es justo mantener la vida en quien, a causa de su estado terminal, ya no es dueño de aquello que más humanos nos hace: voluntad, libertad y dignidad?

Muchos responderemos sin titubear con un no rotundo a ambas preguntas, pero no pocos, influidos por motivaciones diversas, se decantarán por un sí con más o menos matices.

Sin duda no se trata de imponer la opinión de los unos a los otros, ni viceversa, pero, en cualquier caso, debajo de la discrepancia ideológica anida un aspecto básico que debería ser indiscutible: cada cual es el único dueño de su vida y de su muerte y, por ello, el único con derecho a decidir cuándo y cómo quiere poner término a un proceso vital doloroso y/o degradante del que sabe que no puede evadirse.

Sólo uno mismo puede y debe decidir en qué punto y bajo qué condiciones el seguir vivo ha dejado de ser un derecho para convertirse en obligación.

Si la dignidad es una cualidad inherente a la vida, con más razón debe serlo en el entorno de la muerte, que será la última vivencia y recuerdo que le arrancaremos a este mundo al apagar nuestro postrer suspiro… y también la última imagen de uno mismo que dejaremos en herencia a parientes y amigos.

¿Hace falta sufrir y hacer sufrir a quienes nos aman para pasar por este trance? ¿le sirve de algo, al enfermo o a su entorno familiar, una agonía larga o una progresiva pérdida de facultades que desemboca en lo meramente vegetativo?

En muchas culturas y en no pocas personas, incluso dentro de nuestra propia sociedad, el acto de morir rebosa dignidad, amor y hasta belleza, pero, en general, en la sociedad industrial, para tratar de hurtarle al destino un tiempo que tampoco podemos vivir -la enfermedad nos lo impide-, somos capaces de privarnos a nosotros de dignidad y cargar a los demás con el peso del dolor que causa contemplar tal degradación.

El artículo 15 de la Constitución Española, por ejemplo, al igual que hacen sus equivalentes en las cartas magnas de otros países, establece que “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que en ningún caso puedan ser sometidos a tortura ni a pena o tratos inhumanos o degradantes”.

El texto es claro y rotundo, aunque algún segmento social, con criterio secuestrado por sus creencias religiosas, persista en una interpretación miope e interesada de este derecho fundamental que atañe tanto a la defensa de la vida, como a la de la integridad física y moral y, claro, al derecho de no tener que sufrir tratos inhumanos o degradantes; aspectos, estos últimos, que, en enfermos terminales, a menudo son vulnerados cuando se les somete a “encarnizamiento terapéutico”, eso es manteniéndoles con vida artificialmente y en condiciones que degradan notablemente la dignidad de la persona.

Por ello, son muchos los juristas y organizaciones profesionales de juristas que vienen reclamando desde hace tiempo que este artículo que proclama el derecho a la vida se interprete de manera que reconozca igualmente el derecho a una muerte digna, dado que la vida impuesta por otros -por muy médicos o familiares que sean- no puede ser de ninguna manera un bien jurídico a proteger en un Estado de Derecho.

Esta postura, defendida también en todo el mundo por los colectivos que luchan por lograr el derecho a una muerte digna, se traduce en una serie de puntos que dibujan los derechos que debería tener -y exigir- cualquier persona afectada por una enfermedad terminal e irreversible:

Los derechos del enfermo terminal
? Tengo el derecho de ser tratado como un ser humano vivo hasta el momento de mi muerte.
? Tengo el derecho de mantener una esperanza, cualquiera que sea ésta.
? Tengo el derecho de expresar a mi manera mis sentimientos y mis emociones por lo que respecta al acercamiento de mi muerte.
? Tengo el derecho de obtener la atención de médicos y enfermeras, incluso si los objetivos de curación deben ser cambiados por objetivos de confort.
? Tengo Derecho a que se respete y en lo posible se alivie el dolor de mis familiares, allegados y amigos.
? Tengo derecho de expresar mis sentimientos y emociones, en todo momento y enfocar a mí manera mí propia muerte.
? Tengo el derecho a poder acceder y emitir un documento legal de últimas voluntades donde se establezcan por escrito las disposiciones oportunas respecto a las condiciones en torno a mí muerte (documento que en este aspecto es conocido como “testamento vital”).
? Tengo el derecho de no morir solo.
? Tengo el derecho de ser liberado del dolor.
? Tengo el derecho de obtener una respuesta honesta, cualquiera que sea mi pregunta.
? Tengo el derecho de no ser engañado.
? Tengo Derecho a decidir si deseo estar consciente, dentro de las limitaciones de mi enfermedad hasta el fin y ser trasladado a mi domicilio a mi solicitud.
? Tengo derecho a participar en las decisiones que incumben a mis cuidados y a mí vida.
? Tengo el derecho de recibir ayuda de mi familia y para mi familia en la aceptación de mi muerte.
? Tengo el derecho de morir en paz y con dignidad.
? Tengo el derecho de conservar mi individualidad y de no ser juzgado por mis decisiones, que pueden ser contrarias a las creencias de otros.
? Tengo el derecho de ser cuidado por personas sensibles y competentes, que van a intentar comprender mis necesidades y que serán capaces de encontrar algunas satisfacciones ayudándome a enfrentarme con la muerte.
? Tengo el derecho de que mi cuerpo sea respetado después de mi muerte.
? Tengo Derecho a que mi cadáver sea tratado con dignidad y respeto, dentro de los límites de lo posible amortajado y velado, del modo que yo o mis familiares o allegados hallamos solicitado.

CLÁUSULA FINAL
Las decisiones del paciente, en su caso, quedarán debidamente documentadas en la historia clínica.

La presente Declaración de Derechos del Enfermo Terminal no excluye la validez y necesidad de respetar las normas éticas y legales que rigen la investigación científica, la docencia clínica, la extracción de órganos, y/o tejidos para trasplantes o injertos o de sustancias biológicas con fines diagnósticos o terapéuticos, la confidencialidad y el secreto profesional en el manejo de los datos clínicos u otras normas aplicables a casos singulares y concretos de enfermos terminales.
Aunque no hay, ni mucho menos, una sola posibilidad de reacción y actuación ante el anuncio de estar inmerso en un proceso irreversible y/o terminal, puede servir de alguna ayuda u orientación, a quien se encuentre en este trance, el comenzar a caminar por una senda que ha sido trazada por la experiencia previa de los médicos y enfermos que ya la han recorrido. Veamos:

Tras recibir el diagnóstico y, claro está, su confirmación, resulta aconsejable preparar la siguiente visita al médico especialista con bastante antelación, dándose tiempo suficiente para poder reflexionar sobre todos los aspectos y dudas relativos al caso

Puede ser una buena idea confeccionar un listado por escrito a fin de no olvidar ninguna pregunta.

Dada la naturaleza del proceso, será recomendable intentar establecer con el médico especialista una relación de confianza, de cercanía emocional, haciéndole partícipe no sólo de los síntomas experimentados a causa de la enfermedad -que como técnico le competen-, sino, también, de los aspectos clínicos, psicológicos o sociales que sean causa de ansiedad, temor, duda o preocupación, puesto que su experiencia en muchos casos similares podrá ser de gran ayuda para obtener orientación.

Será primordial entablar un conocimiento estrecho y cercano con el médico, dialogar acerca de las opciones que propone a fin de controlar los síntomas negativos ligados a la enfermedad -ansiedad, debilidad física, insomnio, agitación, dolor, vómitos, falta de apetito y/o dificultad para ingerir alimentos o bebidas, etc.- y darle tiempo -durante dos o tres visitas- y oportunidad para que pueda apoyar emocionalmente al enfermo.

Salvo que el deceso se prevea muy cercano, en esas primeras visitas no resultará todavía apropiado reclamar algún tipo de ayuda concreta para morir dignamente -evitando agonías y encarnizamientos terapéuticos inútiles-, aunque sí puede ser ocasión para sacar a colación cuanto se relacione con el “testamento vital” del paciente, ya sea su intención de suscribirlo o las condiciones de uno ya previamente protocolizado.

La actitud y respuesta que el médico y el Tanatólogo manifiesten ante el “testamento vital” del paciente podrá ser un indicador muy importante para poder valorar sus intenciones y, fundamentalmente, la predisposición que tiene a respetar la voluntad de la persona que tiene ante sí.

Un paciente con las ideas claras acerca de su derecho a tener una muerte digna no debería aceptar respuestas ambiguas por parte de su médico, ni tampoco una actitud de rechazo o indiferencia acerca de este derecho.

En cualquier caso, independientemente de la actitud del médico respecto al “testamento vital” del enfermo, éste deberá obtener una aclaración precisa de hasta dónde está dispuesto a respetar su voluntad ante posibilidades tales como realizar pruebas diagnósticas o tratamientos no deseados, control del dolor, hospitalización, alimentación forzada mediante sonda nasogástrica, tratamiento antibiótico, sedación terminal, etc.

Si un médico rechaza respetar la voluntad lícita y libremente expresada por su paciente acerca de las condiciones que atañen a su muerte, valdrá la pena modificar ese riesgo cuando todavía se está a tiempo.

Hay que tratar de poner lo que quede de vida y la propia muerte en manos de otro médico que respete a la persona y merezca su confianza. En todos estos momentos la ayuda de un Tanatólogo es indispensable.

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL DUELO

Zarina  Enviando en: martes, 10 de junio, 2003 – 05:15 pm           

Como ya se ha dicho,aún cuando hayan elementos comunes, la pérdida de un ser querido es vivida de manera única e individual por cada uno de los dolientes.

Cuatro grupos de factores afectan de manera importante al duelo:

– Los factores psicológicos,
– Los recursos personales,
– Las circunstancias específicas de la muerte,
– Los apoyos externos.

1.-Los factores psicológicos.

La pérdida y el sentido de la pérdida es único. Una misma pérdida tiene un significado diferente para diferentes personas, porque cada uno la percibe de manera distinta, dependiendo del:

? Sentido, calidad e inversión emocional de esa relación para el doliente.
? Dependencia o independencia que ha generado,
? Cantidad y calidad de los «asuntos» sin resolver entre el doliente y el fallecido, características del fallecido, (edad, sexo, personalidad),
? Percepción del doliente sobre la «realización, satisfacción y cumplimiento « que la vida ha deparado al fallecido.
? Rol y funciones del fallecido para el doliente, su familia y el sistema social en que se movía, que van a dar lugar a determinado número de pérdidas secundarias.

Si las relaciones con el ser querido han sido conflictivas, el dolor no solo es por la pérdida; el doliente también se culpa de no haber tenido mejores relaciones con el fallecido; no le queda ni la esperanza de poder mejorarlas algún día.

En este caso, la muerte del ser querido resucita viejos conflictos, no resueltos con anterioridad: miedos, ansiedades, sentimientos de abandono infantiles; y conflictos de ambivalencia, dependencia, seguridad en las relaciones padres-hijo.

El doliente tiene que enfrentarse a la pérdida actual y a viejas pérdidas.

Existe más riesgo de encronización del duelo, cuando la relación previa entre el fallecido y el doliente (padres-hijo,relación de pareja) no era ya sana. Puede producir el « síndrome de duelo ambivalente», en el que se mezcla la sensación de alivio con los sentimientos de culpa.

El impacto que una pérdida produce en una persona no se puede «normalizar», de manera que se pueda asumir «a priori» qué pérdida va a afectarle más.

Pero la pena es mayor cuando muere un hijo pequeño o adolescente, y el esposo/la esposa.

2.-Los recursos personales

La respuesta a la pérdida y la manera de afrontar el traba o del duelo es análoga a otras respuestas vitales de la persona.
Dependen de:
? Sus comportamientos adaptativos, personalidad , carácter y salud mental.
? El grado de confianza en sí mismo,
? El nivel de madurez e inteligencia, relacionados de manera positiva con una buena resolución del duelo, al dar más posibilidades de entender el sentido e ¡aplicaciones de esa muerte.
? El haber o no sufrido otros duelos, que pueden afectarle de manera positiva – sabe que «sobrevive» a la pérdida – o negativa.
? La posibilidad de expresar el duelo.
? La concurrencia de otras crisis personales, que complican el duelo. Cada una de ellas demanda energía y atención, en momentos en que se está «vacío».

La comprensión, implicaciones, manera de afrontar y expresar la pérdida, están influídos siempre por el propio sentido de la existencia y la fundamentación religioso-filosófica, cultural y social del doliente.

3. Circunstancias específicas de la muerte.

El modo y momento de morir influye en los supervivientes. No es lo mismo:
? La muerte de un anciano que la de un niño. Los padres experimentan ésta como antinatural e injusta.
? La muerte por una enfermedad terminal, que la súbita e imprevista.
? La muerte por suicidio o actos violentos.

La primera, da a los allegados la oportunidad de prepararse al desenlace.

Un accidente de tráfico o laboral, un infarto, origina muertes muy difíciles de aceptar.

Todavía más dramática resulta la muerte por suicidio, que deja sentimientos de culpa profundos o la que resulta de actos violentos (asesinatos, violaciones).

Los dolientes pueden obsesionarse con el pensamiento de cómo habrá vivido su ser querido aquellos últimos momentos.

4. Los apoyos externos

Los dolientes viven su duelo en una determinada realidad social, que influye en el proceso de recuperación.

La familia es el contexto fundamental y puede ayudar o entorpecer la elaboración de un duelo, permitiendo,por ej., exteriorizar la pena o por el contrario, premiando «la fortaleza» y «entereza» del que «se controla».

Toda «cultura familiar» implica comportamientos, tradiciones, valores sociales y expectativas.

Los amigos, los profesionales, los «grupos de pertenencia», la Iglesia, los «grupos de ayuda mutua» -formados por personas que han sufrido experiencias similares- pueden ser otras tantas posibilidades de apoyo y consuelo.

Las reacciones atípicas del duelo

La intensidad y duración de las reacciones en el tiempo es quizá lo que distingue un duelo normal de otro anormal.

En el duelo anormal el proceso queda bloqueado y el dolor no se elabora.

Las actitudes de rechazo y no aceptación del hecho y los sentimientos de rabia, culpa y tristeza no resueltos, pueden originar este bloqueamiento.

Los mecanismos de defensa que permiten a las personas gestionar la angustia, afrontar situaciones difíciles o controlar reacciones emotivas, no tienen en estos casos una función saludable. Bloquean, retrasan o distorsionan un proceso de crecimiento y maduración.

Son mecanismos de rechazo, fijación, represión, racionalización, aislamiento, regresión, somatización o identificación (con el difunto).

Tipos de duelo.

? Anticipatorio, en caso de muertes anunciadas
? Retardado, en aquellas personas que «se controlan», «no tienen tiempo de ocuparse de sí mismas» o escapan al dolor y a la realidad de la muerte del ser querido mediante una «hiperactividad». Durante meses o incluso años, cualquier recuerdo o imagen, desencadena el duelo no resuelto.
? Crónico, que arrastra el doliente durante años, absorbido por los recuerdos, incapaz de reincorporarse a la vida normal.
? Patológico, caracterizado por un agotamiento nervioso, síntomas hipocondriacos, identificación con el fallecido o dependencia de los fármacos o el alcohol. Requiere ayuda profesional.

Los objetivos del duelo
.
1. Aceptar la realidad de la pérdida, que es el paso más difícil.
2. Dar expresión a los sentimientos, identificarlos y comprenderlos, para así aceptarlos y encontrar cauces apropiados de canalización e integración.
3. Adaptarse a la nueva existencia sin el ser querido.
4. Invertir la energía emotiva en nuevas relaciones.

La resolución del duelo

En general, puede decirse que el duelo ha sido resuelto cuando el doliente ha cumplido los citados objetivos.

La duración del duelo es siempre variable y dependiente de factores particulares que influyen en la respuesta individual a la pérdida.

Los síntomas más intensos del duelo agudo pueden durar entre 6 y 12 meses, pero se conocen procesos que necesitan 3 años y más.

Hay aspectos de la pérdida que acompañan al doliente para siempre o del duelo mediato, que se prolongan durante años y a veces hasta su muerte.

El tiempo es terapéutico porque da una perspectiva, ayuda a resituar los hechos, adaptarse al cambio y procesar sentimientos.

Sin embargo, que «el tiempo todo lo cura», «sólo se necesita tiempo», «con el tiempo el dolor es menor», sólo es cierto si se toma el duelo como un trabajo, se afronta la pérdida sin negarla inhibirla o posponerla y se atraviesa el dolor, sin evitarlo o circunvalarlo.

Dos signos concretos de recuperación:
? Que el doliente pueda hablar y recordar al ser querido con naturalidad tranquilidad,sin llorar.
? Que haya establecido nuevas relaciones significativas y aceptado los retos de la vida.

PAPEL DE LOS PROFESIONALES: TANATOLOGOS

El profesional debe comportarse con los familiares del fallecido con tacto, respeto y empatía.

El lenguaje a utilizar debe ser claro, directo y sencillo.

Objetivos de la ayuda al doliente.

1. Proporcionar apoyo emocional.
2. Aliviar el sufrimientoen la primera fase del duelo.
3. Facilitar el duelo, al ayudar a expresar sentimientos y aceptar de manera progresiva la realidad.
4. Detectar riesgos incipientes y corregirlos en una fase precoz.
5. Tratar posibles problemas superpuestos (lipotin-úas, hipoglucemia en diabéticos, crisis psicóticas).
6. En el caso de un donante potencial de órganos, el Coordinador de trasplantes puede ofrecer una al temativa a la familia: la donación

Evaluación del duelo inmediato.

Los dos aspectos a considerar son: el sufrimiento del doliente y los riesgos aparejados.

Es difícil distinguir entre el dolor y la aflicción «normales» y «anormales», hasta que transcurran unos cuantos meses o más, desde la muerte del ser querido.

Pero siempre el sufrimiento del doliente es mayor si se trata de: muertes inesperadas, «inoportunas» por la edad o las circunstancias, un hijo de corta edad o incluso adolescente, el cónyuge.