Isauro Guerrero García
Región Mazateca Alta del estado de Oaxaca
El presente trabajo es resultado quizá un poco de la casualidad o ?porque así lo han querido los seres mágicos de la mazateca?. Yo no era responsable de su realización, mi interés como pasante de etnología dentro de los Programas Rurales de la UNAM ?en este caso para el CCI de Huautla de Jiménez y para la COIMA?, se enfocaba hacia las ceremonias de pasaje: bautizos, bodas y funerales, así como las mayordomías. En esas fechas en que fui invitada a participar en el equipo de salud para la investigación de ?Historia de vida de médicos indígenas tradicionales?, me encontraba persiguiendo huehuentones para conocer acerca de las actividades de estos grupos de danzantes (actores-músicos) que hacen su aparición en la mayoría de las comunidades indígenas mazatecas durante la semana de Todos los Santos.
Me agradó la invitación pues me pareció importante incursionar en esa rama de la cultura, aunque creí que resultaría difícil por las reticencias que, a veces, acostumbran los practicantes de este tipo de medicina. Afortunadamente no fue así, ya que desde un principio la idea fue aceptada y apoyada por los integrantes de la agrupación Médicos. Tradicionales Indígenas Agua Bendita del municipio San José Tenango, y en especial por las personas que resultaron electas en la asamblea efectuada para ese fin. Su colaboración ha sido sumamente valiosa, no sólo porque han tenido la paciencia suficiente para responder cada una de las preguntas planteadas (algunas complejas, por intermediación de las intérpretes), sino porque además nos brindaron la oportunidad de convivir con ellos y sus familias permitiéndonos entrar a su espacio cotidiano. Debido a la limitación de no comprender el mazateco, fue necesario recurrir a un intérprete, por lo que se propuso que éste fuera un familiar del curandero, ya que el afecto que los une permitiría que el trabajo se desarrollara en un ambiente de confianza y paciencia para expresar libremente sus ideas, con el fin de que las próximas generaciones conozcan y reconozcan lo valioso de la vida de estos guardianes de la salud, y para que el estímulo económico quede entre su gente. La información registrada por la entrevistadora se obtuvo con algunas dificultades, ya que la comunidad de Cerro Liquidambar no cuenta con energía eléctrica como para utilizar la grabadora por tiempo prolongado y el difícil acceso no permitió llevar los implementos necesarios para el uso de la misma A pesar de ello, se intentó conservar la expresión textual de los intérpretes (que en el trabajo se manifiestan en tercera persona) así como las escasas participaciones del actor principal en idioma español (en primera persona), aunque el relato está salpicado por algunas palabras de quien escribe. Durante nuestra estancia en la casa del chjota chjine Isauro, observamos aspectos de su personalidad. Es un hombre tierno y cariñoso con sus hijos así como con otros niños, es demasiado religioso y respetuoso, por ello, para plantearle las preguntas relacionadas con sus impulsos sexuales, tratamos de hacerlo en forma sutil y respetuosa. Es expresivo y en su afán de darse a entender en su limitado castellano o en su lengua natal, sus explicaciones siempre fueron acompañadas de mímica.
Orgulloso de ser un chjota chjine, se considera uno de los mejores curanderos de la región y siempre está ansioso por aprender más sobre la medicina tradicional y la alópata. Esto demuestra que algunos terapeutas tradicionales ya reconocen la existencia de enfermedades difícilmente tratadas con sus conocimientos, sin dejar de aceptar a la medicina tradicional como una valiosa preservadora de la cultura indígena a través de sus diversas manifestaciones.
Comentarios sobre el trabajo de campo
El 4 de noviembre, Pánfilo de la Luz López, director del CCI de la sierra mazateca, ubicado en Huautla de Jiménez, Teotitlán, Oaxaca, me solicitó colaborar con el equipo de salud para la realización de la investigación del programa Tópicos selectos ?Historias de vida de médicos indígenas tradicionales?.
Dos días después, la responsable de Cultura del CCI, Rosalba Terán Carrera, y yo nos trasladamos al municipio de San José Tenango para sostener una reunión al día siguiente con los médicos tradicionales de la agrupación. Agua Bendita integrantes de la organización de terapeutas tradicionales mazatecos ?María Sabina?, para informar sobre la investigación y pedirles su apoyo, así como elegir, democráticamente, a los médicos tradicionales que a su juicio eran los indicados para hacerles su historia de vida, resultando electos dos de ellos: el curandero y partero Isauro Guerrero García, de la comunidad de Cerro Liquidambar, y la partera y hierbera Teodora García Idelfonso, de la congregación San Jorge. Debido a la lejanía de la comunidad de Cerro Liquidambar, se acordó trasladarnos durante tres días a la vivienda del señor Isauro, donde se realizó la primera parte de la investigación de campo.
Con el apoyo de la responsable de cultura como intérprete, trabajamos aproximadamente dos horas y media por sesión realizando dos por día, una en la mañana y otra en la tarde. La premura del tiempo nos obligó a consultar la guía de manera regular dada la difícil comprensión lingüística durante la entrevista.
Esta primera etapa concluyó el 10 de noviembre. La segunda parte de la investigación de campo se realizó del 13 al 16 del mismo mes, periodo en el que se convivió de tiempo completo con el curandero y su familia, y se platicó con algunas otras personas de la comunidad. Contamos también con el apoyo de la hija del entrevistado como intérprete, de ahí que el formato y el trabajo se expresen en tercera persona, tal como se fue traduciendo; en contadas ocasiones el médico Isauro hizo comentarios en español, éstos quedan diferenciados (con letra cursiva) de las traducciones de su hija.
Creo importante comentar que permanecer en la casa de nuestro informante fue de gran utilidad, ya que además de conocer otras de sus labores (cultivo de café y maíz y cría de chivos), se logró una relación de afecto y confianza que facilitó la labor durante las entrevistas. Después de revisar el formato y darnos cuenta de las lagunas de información faltantes, invitamos a don Isauro y a Ofelia a visitarnos para platicar y completar esos datos; así lo hicieron, mejorando notablemente el trabajo.
Relatos de la historia de vida del Chjota Chjine
Antepasados
De sus antepasados, indica nuestra intérprete, ?fue su abuelo materno, Juan García, quien le enseñó la sabiduría de la curación, ya que él hacía ese trabajo con velas, maíz, cacao y copal; también era chupador y partero?, y de igual forma ?aprendió todo de su padre ?es decir, el bisabuelo de Isauro Guerrero?; estos personajes murieron a los 95 y 105 años de edad, respectivamente?. Añade la intérprete que ?no cualquier persona puede ser curandero, se necesita de una fuerza o poder especial; debe ser elegido por Dios como él lo fue a la edad de 10 años cuando por primera vez compartió los hongos con sus abuelos maternos?. Sin embargo aunque no es indispensable pertenecer a una familia de curanderos, sí es necesario ser elegido.
Pautas de crianza
Por la situación precaria en que vivía la familia de don Isauro, y por ser el segundo hijo responsable y el mayor, ?desde los 8 años ?comenta el médico en voz de la traductora? empezó a trabajar en el campo, chapeando con el machete perico?; él considera que ?a partir de ese momento empezó a dejar de ser niño?, aunque en su tiempo libre aún ?jugaba con sus hermanos y sus amigos al trompo, las canicas y el balero?, siendo los dos primeros sus favoritos. Sus padres no tenían tiempo para elaborarle sus juguetes debido al trabajo, ni para jugar con él; él mismo los elaboraba con madera (trompo y balero) o ?compraba las canicas a escondidas de sus padres? para evitar ser regañado.
Cuidados durante el embarazo y el alumbramiento
?Cuando su madre estaba embarazada de él, ella se sintió bien?, normal, nada especial; ?al momento de nacer le ayudó en el alumbramiento el abuelo materno, que era curandero y partero, siendo además quien le enseñó desde joven el trabajo de médico?; los hongos se lo habían dicho a los 10 años de edad durante un viaje: ?Cuando se fue por un túnel muy largo él escuchó que el señor Jesucristo le dijo que tenía el poder para curar, igual que su abuelo?. Esto sucedió una ocasión que sus abuelos maternos estaban tomando los hongos y él interrumpió la velada, por lo que la abuela ?le dio un par? (los hongos siempre se toman en pares).
Cuando él nació no hubo ceremonia alguna, ?sólo lo bañaron en temascal después de los 20 días del alumbramiento junto con su mamá, para protegerlos?; el baño, además de ser curativo por los vapores, evita infecciones por el parto; el corte del cordón umbilical también cumple la función de ser limpia de protección. ?No era costumbre meter al recién nacido al temascal, pero como lloraba mucho, lo metieron y se lo dieron a su mamá para abrazarlo?.
A pesar de que no era considerada como una ceremonia sino como cuidados del embarazo, era costumbre que su abuelo revisara a la mamá de don Isauro después de los seis meses le sus juguetes debido al trabajo, ni para jugar con él; él mismo los elaboraba con madera (trompo y balero) o ?compraba las canicas a escondidas de sus padres? para evitar ser regañado.
Cuidados durante el embarazo y el alumbramiento
?Cuando su madre estaba embarazada de él, ella se sintió bien?, normal, nada especial; ?al momento de nacer le ayudó en el alumbramiento el abuelo materno, que era curandero y partero, siendo además quien le enseñó desde joven el trabajo de médico?; los hongos se lo habían dicho a los 10 años de edad durante un viaje: ?Cuando se fue por un túnel muy largo él escuchó que el señor Jesucristo le dijo que tenía el poder para curar, igual que su abuelo?. Esto sucedió una ocasión que sus abuelos maternos estaban tomando los hongos y él interrumpió la velada, por lo que la abuela ?le dio un par? (los hongos siempre se toman en pares).
Cuando él nació no hubo ceremonia alguna, ?sólo lo bañaron en temascal después de los 20 días del alumbramiento junto con su mamá, para protegerlos?; el baño, además de ser curativo por los vapores, evita infecciones por el parto; el corte del cordón umbilical también cumple la función de ser limpia de protección. ?No era costumbre meter al recién nacido al temascal, pero como lloraba mucho, lo metieron y se lo dieron a su mamá para abrazarlo?. A pesar de que no era considerada como una ceremonia sino como cuidados del embarazo, era costumbre que su abuelo revisara a la mamá de don Isauro después de los seis meses de lo de ser necesario, según indicaran los maicitos la posición del niño.
Con el fin de darle más fuerza, le hacían a la futura madre limpias con trece granos de cacao, una pluma roja o morada de guacamaya (ave que habla y lleva el mensaje a los dioses), copal, cinco huevos, dos de gallina y tres de totola (hembra del guajolote), velas y rezos para pedir por ellos. No existía dieta alimenticia para la embarazada, podía comer de todo lo que había en la región y durante la época.
Según comenta la intérprete, ?cuando había un eclipse toda la familia se reunía para protegerla rodeándola?, de tal manera que quedara en medio durante el transcurso del fenómeno. ?También es costumbre que antes de atender el alumbramiento se prenda una vela y se reza a Jesucristo y a la Virgen de Guadalupe?.
Aproximadamente a los cinco minutos de nacer, antes de cortarle el cordón umbilical, se le amarró después de darle dos vueltas con un hilo que puede ser de cualquier color; ?su abuelo le cortó el ombligo con un carrizo afilado a los cinco centímetros de largo, después lo limpió a base de fomentos de agua caliente para que la punta no se infecte y seque rápido; a los tres días ya debe caerse. Si el ombligo se infectaba era costumbre curar con el orín del recién nacido. Una vez que ha caído, se dejaba colgado de una planta hasta que se secaba o desaparecía. La placenta se mete en una bolsa y se entierra a un metro de profundidad y 100 metros de distancia de la casa; se cuida mucho de los gusanos y de los animales, tanto domésticos como del monte. Si los gusanos la llegan a ver el niño queda ciego, si la come un perro, el niño se vuelve egoísta?.
Nacimiento y status
?Su nacimiento, al igual que el de sus hermanos, fue recibido con alegría tanto por la familia como por la comunidad; se ponen contentos por tal acontecimiento, las amistades de la familia llevan atole, caldo de pollo o res, tortillas? y otros alimentos a la nueva madre ?para que se recupere pronto?. Antes de los 40 días se debe tener mucho cuidado, tanto por la madre como por el hijo; si el padre va a un velorio o entierro, se tiene que bañar y cambiar totalmente de ropa antes de entrar a verlos, ya que ?se trae el mal del difunto?, de lo contrario ?puede enfermar a su familia?. Según el médico Isauro, era igualmente recibido en la familia ?una niña o un niño, ya que ambos son el resultado de que una pareja esté junta, y ambos son seres humanos?. La madre los atendía porque el padre tenía que ir a trabajar, pero había ocasiones en que ella se enojaba con ellos y era el papá el encargado de defenderlos. Don Isauro, a través de su intérprete, continúa: ?En algunas otras familias se quería más a los varones porque trabajan y llevan dinero a la casa, mientras que las mujeres, aunque también laboran, sólo lo hacen en el hogar?. El orden en que los hijos han llegado al mundo tiene importancia especial, aunque no siempre es percibida. A continuación se enlistan los nombres que se les da a los hijos, según el orden en que van naciendo o lugar que ocupan dentro de la familia:
El tercero tí ma, jan
El cuarto tí ma, ño
El quinto tí ma, aón
El sexto tí ma, jaon
El séptimo tí ma, ñato
El octavo tí ma, jin
El noveno tí ma, ñajan
El décimo tí ma, te
El onceavo tí ma, tejngo
El doceavo tí ma, tejaó
El último o menor jetá – ti xifetá
Del segundo al penúltimo son considerados ?los de enmedio?, stina xitjio gabase.
De acuerdo con el trabajo y respeto que un ser humano adquiere a lo largo de su vida, también recibe varios nombres o categorías sociales; en el caso de nuestro protagonista.son:
ti xikjié male síxá Niño que todavía no puede trabajar
ti xijie male xá Gente trabajadora (ya pueden trabajar)
n´in xikjé tjínle chjoon Hombre que ya tiene mujer (casado)
n´in xikjé tjínle xtí Hombre con hijos chjota chjine Gente de sabiduría (curandero)
chjota chjínga Gente de edad (de respeto)
chjota chjine b´enda Gente de gran sabiduría.
Don Isauro es visto así porque conoce mucho, ya que es curandero, partero y adivina con hongos y maicitos, cuando tomo los hongos despierta más mi sabiduría. Según don Isauro, cuando llega el primer hijo varón (ti j?chjinga) se dice: ?Él va a ir a la escuela, va a ser alguien importante, me va a ayudar en la milpa, va a cuidar mis terrenos, va a ayudar a mantener a sus hermanos menores y va a ser respetado por esto como a un padre. Cuando llega una niña se piensa: va a ayudar a la señora (la esposa) en el que hacer de la casa, va a darle de comer y cuidar a los animales de traspatio, va a echar las tortillas, también va a ir a la escuela; el trabajo más delicado es el de la mujer; ella nos va a cuidar cuando ya seamos grandes en las atenciones que un hombre no hace?. ?Al primero se le nombra ti j?chjinga o hijo mayor, y se le da tanto la responsabilidad como el respeto, ya que va a ser el padre de sus hermanos; los siguientes tienen que acatar las órdenes del mayor en todos los trabajos, ya sea dentro de la casa o en la milpa; con él se deben poner de acuerdo. ?La hija más chica debe cuidar de los padres y del hermano mayor que es también considerado como un papá?.
Herencia
Al hijo mayor se le deja la casa de los padres; los terrenos se dividen entre los otros hijos varones. A las mujeres no se les acostumbraba heredar, ya que al casarse es el esposo el encargado de proporcionarles casa y comida. Don Isauro añade que ?en la actualidad es al más chico a quien se le deja la casa de los padres y si las hijas mayores quieren terreno ya pueden pelear por él, ya no es como antes?.
Rito de pasaje: bautizo
Isauro Guerrero García no tuvo ninguna ceremonia previa al bautizo, ?a él lo bautizaron cuando tenía 6 meses de edad en la iglesia de San Miguel Huautepec, los padrinos fueron. Erasmo Pedro y María Tiburcia, sus tíos maternos, ellos le regalaron el ropón, los zapatitos, una cera y el rosario (chaski) y pagaron 20 centavos? por la ceremonia católica. De acuerdo a Isauro, ?no se le hizo fiesta, sólo se entregó a sus padrinos una ofrenda?, un kilo de panela, dos kilos de carne de res, $5.00 de pan, un kilo de café, en agradecimiento (por su ropa) y por haber aceptado ser los compadres de mis papás.
La cera (vela) es muy importante, por eso cuando trabajo siempre tengo que prender una cera; es el significado de que me bautizaron. Don Isauro no recuerda haber tenido primera comunión.
Alimentación
Desde que nació hasta los 2 años de edad, ?lo alimentaban con sikaki? (leche materna) y ?atolitos, después le empezaron a dar comidas: tortillas, arroz, pollo, carne de res.
Baño
?A los niños pequeños se les bañaba con agua tibia y ja-bón de lavado. Se les tallaba con un estropajo el cuerpo y el cabello, y cuando no se tenía éste, utilizaban otra hoja llamada xkanopa?, en el agua no se mezclaba hierba al-guna, sólo se cuidaba que fuera limpia; ésta, ?se traía para los hermanos mayores de un arroyo que quedaba a tres minutos de camino de su casa?.
A él le tocó acarrear agua a partir de los 7 años de edad, ya que era el segundo en orden de los hermanos, pues los menores aún no podían hacerlo; a partir ?de los 7 u 8 años se bañaban en el arroyo?. ?Él vivía en una casa de techo de zacate con paredes de madera con cartón y piso de tierra; la cocina era de los mismos materiales; tenían un fogón en una hornilla elevada?, no contaban con energía eléctrica, por lo que ?para alumbrarse usaban candiles con petróleo. No tenían excusado, acostumbraban hacerlo al aire libre?; dormían en petates con la madre hasta los 6 años y posteriormente con algún hermano; ?él lo hacía con su hermano mayor?.
?En su casa vivían catorce personas; sus dos padres, sus once hermanos y él?, para ese entonces ya trabajaban cinco de sus hermanos y él para mantener a la familia.
Salud y enfermedad
?Su familia lo cuidaba mucho y cuando se enfermaba lo curaban con la medicina tradicional; lo protegían de la gente extraña?, ya que ?se cree mucho en el mal de ojo, para ello se utiliza pisiate y se le reza a san Pedro y san chivo, puerco, sopa de pasta, frutas (naranja, plátano, guayaba, etc.)?, y verduras de la época y de la región. ?Ya tomaba, además de atole y agua, un poco de café. Él y sus hermanos comían en la cocina juntos dos o tres veces al día?, de acuerdo a la situación económica de su padre en esa temporada.
Indumentaria
La forma de vestir de los pequeños varía de acuerdo con la edad y el sexo. A los niños de 0 a 3 años ?no se les ponía pantalones, sólo se les cubría la parte de arriba con una camisetita o suéter si hacía frío?; de 3 a 7 años, ?les ponían pantaloncitos con tirantes y camisetita?; de 7 a 15 años, ?calzón y camiseta de manta así como huaraches de cuero?.
A las niñas de 0 a 3 años ?se les ponía vestidito o camisetita con calzoncito?; de 3 a 7 años,?vestido corto y calzoncitos?; de 7 a 15 años, ?vestido más largo y hua-raches o zapatos de hule?. A los 15 años de edad me puse mi primer pantalón de vestir.
?Tanto para la fiesta grande del santo patrón de la comunidad (en La Providencia, San Agustín, el 28 de agos-to) como para Todos los Santos, se les compraba a los niños ropa nueva y huarachitos y se les arreglaba muy bien; para ir a la escuela no llevaban uniforme sólo para algún desfile?. El uso de calzado variaba según las condiciones económicas de la familia; antes comenzaban a usarse a partir de los 3 años zapatos de cuero o plástico y ahora, desde que caminan, si se puede, se les compran sandalias de hule.
Cuando se le preguntó a don Isauro cuál era el momento de más satisfacción y cuál el recuerdo menos importante de cuando era niño, comentó que el más importante fue ?cuando empezó a trabajar en el campo a los 8 años, ya que podía llevar dinero a su casa?, Dios me dio la fuerza para seguir adelante; y se sintió menos importante a los 5 años porque escuchaba que sus padres hablaban de la necesidad económica y de que él aún era muy pequeño para trabajar y ayudarles?.
División del trabajo por edad y sexo
En lo relacionado con el trabajo, los niños y niñas desde la edad de 7 años empiezan a imitar a sus mayores en las tareas domésticas o del campo, pero ¿qué tareas pueden realizar?, ¿cuáles son sus primeros trabajos y a qué edades? ?A los varones de 8 a 10 años los mandan a la escuela?, si hay una cercana a su vivienda o comunidad; ?los mandan a traer agua, a cuidar a sus hermanos menores, ir a llamar a sus papás (o parientes cercanos), llevar recados y soplar la lumbre?.
De los 10 a 15 años, ?los llevan al campo y ahí se les enseña a trabajar: cargar leña, chapear, cortar las cerezas del café, sembrar, doblar y bajar elotes y el frijol?; a los 15 un joven ya puede desempeñar las mismas labores que su padre. ?Las niñas desde los 7 años empiezan a aprender a tejer, coser, atender a los animales (gallinas, cerdos o chivos), traer agua, barrer y buscar trozos de leña? en las cercanías de la comunidad. A medida que van creciendo, sus tareas son más complejas; ?lavan la ropa, cocinan, hacen el nixtamal, lo muelen y hacen las tortillas; al campo sólo van a cortar café, frijol y lo traen cargando? hasta la casa con ayuda de su rebozo. Una muchacha de 16 años ya puede realizar todas las tareas del hogar igual que su madre.
?Hay hombres que ayudan a sus mujeres en algunas tareas, como atender a los animales y traer la leña, no para acarrear el agua?, es casi siempre responsabilidad de los hijos y las mujeres.
En el caso particular de don Isauro, ?él a la edad de 8 años salió a trabajar al campo; sembraba caña con su padre, chapeaba el terreno y exprimía las cañas para sacarle el jugo con el que se hacía aguardiente o panelas; a los 15 años ya podía cuidar el cocido de éstas?.
?Más tarde trabajó en el cultivo de café; él prefería este trabajo porque es menos cansado que el de la caña. También fue aprendiendo a curar?, por lo que a los 25 años su labor era más completa; no sólo ayudaba en la caña, trabajaba el café y atendía a sus chivos, sino que ya era reconocido como un buen curandero, y empezaba a ser un hombre de sabiduría.
Educación formal
?Cuando él era niño, Isauro hablaba en mazateco, no sabía castellano?, igual que los otros niños de su edad de la comunidad donde vivía. ?Fue hasta los 10 o 12 años cuando empezó a entender el castellano; cuando fue a la escuela aprendió un poco?; en la actualidad no lo habla, ni lo entiende bien completamente.
Pero si en su forma de hablar como niño y joven no hubo nada especial, sí lo hay en su forma de expresarse como curandero; ?un chjota chjine b?enda debe hablar en forma fuerte, pausada y clara para que se le escuche y entienda bien?, tanto en el más allá como con sus pacientes.
A los 12 años de edad, empezó a asistir a la escuela primaria ?Agustín Zaragoza?, de la comunidad de Río Santiago, municipio de Huautla de Jiménez; todos los días bajaba caminando 5 km para llegar a la escuela, mismos que subía para regresar a su hogar, en La Providencia. Durante dos años de estudio terminó el segundo grado de primaria, donde aprendió a leer y escribir el castellano de manera deficiente; ahí en las canchas de la escuela le agradaba jugar al baloncesto con sus compañeros de estudio; cuando los mayores de la escuela o la comunidad no la ocupaban jugaban con una pelota ya que no tenían dinero para comprar un balón. Los mejores amigos de su infancia, que aún recuerda, fueron: Ángel, José Martínez, Ricardo Martínez y Felícito Guerrero.
Cuando murió su hermano mayor a los 15 años, él dejó la escuela y se dedicó a ayudar a su padre; ?sus abuelitos y el resto de su familia lo veían con respeto por que era un joven muy trabajador?.
Como ya comentamos, asistió a la escuela primaria a los 12 años. ?Sí le agradaba, sobre todo porque platicaba y jugaba con sus compañeros que también eran sus amigos y como era de pensarse, si eso era lo que más le gustaba, al maestro era precisamente lo que más le molestaba, por lo que les pegaba con varas en la espalda porque no atendían la clase y no aprendían bien, aunque el maestro sí les enseñaba; éste se llamaba Modesto y venía de Huautla de Jiménez?; a don Isauro le disgustaba que los regañara y golpeara, ?también le molestaba que los niños mayores no los dejaran jugar en las canchas de la escuela?.
El libro preferido de Isauro, que recuerda con cierto cariño, es Arma campesina (alma campesina). Las clases se daban frecuentemente en mazateco, ya que la enseñanza del español era casi nula; ?éste lo medio aprendió a leer y escribir a la edad de 45 años, en Teotitlán, gracias al maestro Casimiro Quina, en una escuela nocturna de educación para adultos?. Don Isauro Guerrero considera que ?ir a la escuela sí le sirvió, aprendió a hacer su firma, a leer y escribir un poco en castilla y a hacer cuentas con los números, sobre todo la suma?.
Su relación con los niños fue normal, era buena; a su escuela asistía puro niño mazateco, pero si con éstos la relación era buena, no lo fue así con los maestros, ya que eran groseros y les pegaban a los niños. Sus padres ?no le ayudaban en las tareas, sabían menos que él? y ?lo regañaban cuando no las hacía?; no siempre cuidaban su asistencia ya que eran ellos quienes en épocas de mucho trabajo lo llevaban al campo ocasionando que faltara a la escuela.