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La Sexualidad y su Educación de 0 a 6 años.

La Sexualidad y su Educación de 0 a 6 años.

Indice
1. Introducción
2. La educación de la sexualidad en la edad preescolar.
3. Principios de la educación de la sexualidad en la edad preescolar.
4. Bibliografía

1. Introducción

El inicio del tercer milenio se ha caracterizado por una revolución científico-técnica sin precedentes en la historia, que tiene lugar en condiciones de globalización del capital bajo el predominio de políticas económicas neoliberales; las cuales traen por consecuencia la agudización de problemas sociales y ambientales, como son el desarrollo desigual, la pobreza crítica, el desempleo, la marginalización, el incremento de la violencia, la carrera armamentista, y la degradación de los ecosistemas, entre otros.
En este contexto cobra una gran importancia el proceso de formación de las nuevas generaciones. Lo que seamos capaces de hacer en el presente, a fin de preparar a los más jóvenes para la vida, determinará el futuro de la humanidad.
Lograr un desarrollo armónico y multifacético en las generaciones venideras es el propósito de nuestra sociedad, y uno de los problemas más complejos que enfrenta. Este desarrollo pleno e integral no puede concebirse sin la sexualidad, que es fuente de felicidad y realización plena si es bien educada.
Desde las últimas décadas se impone cada vez más un enfoque personológico de la sexualidad humana entre los especialistas de este campo. La sexualidad es comprendida como una expresión vital de la personalidad, como una de sus dimensiones, como una parte indivisible del ser humano o un elemento constitutivo de su propia naturaleza (L. M. Aller Atucha 1991, M. Granero 1994, H. F. Segú 1994).
Sin embargo, a pesar de declarar esto, son pocos los que han logrado ofrecer una explicación teórica coherente acerca de cómo integrar la sexualidad en la estructura compleja de la personalidad y cómo ésta participa en su funcionamiento. Se limitan a exponer que la sexualidad es una expresión de la individualidad de la personalidad que mediatiza a todo el ser humano.
Entre los/as autores/as que han logrado conformar una propuesta teórica explicativa de este complejo problema, se encuentran algunos/as investigadores/as cubanos/as, que desde posiciones de partida de la escuela Histórico Cultural han abordado el tema; entre ellos/as podemos citar a B. Castellanos, A. González y F. González Rey.
Aunque estas concepciones explican la sexualidad en su compleja integración con la personalidad, consideramos necesario integrar estas posiciones teóricas a fin de tener una visión más dinámica de la sexualidad, concebirla como una configuración psicológica de la personalidad.
El hecho de asumir la sexualidad como configuración subjetiva de la personalidad lleva a plantearse que en cada etapa del desarrollo personológico se van a establecer relaciones peculiares entre sexualidad y personalidad. Esto fundamenta la afirmación de que no puede ser entendida la sexualidad en las diferentes etapas de la vida sin analizar el desarrollo de las características personológicas en esta etapa; de hecho, la sexualidad no tiene el mismo sentido para el sujeto a lo largo de todo su desarrollo como personalidad. (F. González, 1995)
Se reconoce en este enfoque sobre la sexualidad su naturaleza subjetiva y social, además del importante papel que juega la afectividad, tanto por su intensidad como por su profunda significación.
Analizar la sexualidad desde esta óptica impone una reconceptualización de la misma, por tanto se define como una configuración psicológica de la personalidad, la cual se conforma y desarrolla a partir de la interacción sistémica de premisas biológicas y sociales que en ella intervienen, expresando de forma personalizada las vivencias afectivas, las actitudes, los conocimientos y modos de actuación que el individuo interioriza activamente a partir de la cultura de la sexualidad construida en el contexto sociohistórico en el que vive y se desarrolla.
Se entiende como cultura de la sexualidad a todo el legado que se ha ido construyendo de generación en generación acerca de los modos de actuación de uno u otro sexo, los valores, los conocimientos, concepciones y visiones que se interiorizan a partir de la interacción de los individuos entre sí como seres sexuados y con el contexto socioeconómico en el que viven y se
desarrollan.
Las configuraciones psicológicas se constituyen como expresión de una lógica donde lo interno y lo externo se integran y dan lugar a un nuevo proceso; lo interno se externaliza permanentemente y viceversa, tomando una vital importancia el sentido psicológico de su sistema de relaciones. La dinámica se expresa en la interacción constante entre lo intrasubjetivo y lo intersubjetivo.
Por esto se puede afirmar que la sexualidad se va configurando a partir de la interacción del sujeto con otras personas, que actúan como mediadores entre el individuo y la cultura de la sexualidad. Es así como la conducta, los valores, los sentimientos con relación a la sexualidad que se han ido acumulando de generación en generación en lo que llamamos cultura de la sexualidad, van desde lo social, externo e intersubjetivo hacia lo interno individual e intrasubjetivo.
En la configuración psicológica de la sexualidad sus componentes psicológicos, identidad de género, rol de género y orientación sexoerótica, interactúan constantemente entre sí y con otros elementos y estados dinámicos relacionados con la vida del ser humano, matizando las funciones de la sexualidad (reproducción, placer erótico y comunicación) que se van a expresar en cada una de sus dimensiones en función del sentido psicológico que estos elementos tengan para el sujeto. De la misma forma, a partir del sistema de relaciones del sujeto, estos componentes se implican en configuraciones diferentes, de ahí el carácter dinámico de la configuración de la sexualidad.
Por ello se puede afirmar que la sexualidad es vivida y experimentada en cada sujeto a partir de su yo íntimo, de su forma de sentir, de su óptica de vivir; de ahí su diversidad. No por esto deja de trascender hacia una interacción donde, mediatizada por la cultura de la sexualidad y sin olvidar los límites individuales, se produce el encuentro con el otro en una relación abierta de comunicación posibilitadora del crecimiento de ambos, lo que influye al mismo tiempo en el desarrollo de la sociedad.
Esta concepción de la sexualidad permite analizar con mayor claridad el papel mediador del adulto y de los otros niños y niñas en el proceso educativo, a partir del sentido subjetivo que adquiere para el educando la comunicación, la interactividad y las condiciones en que estas se desarrollan; se resalta el papel del ser humano en la construcción de su sexualidad, y se expresa la unidad de lo afectivo y lo cognitivo en el proceso educativo de la sexualidad.

2. La educación de la sexualidad en la edad preescolar.

Estudiar el desarrollo de la sexualidad en la etapa inicial de la vida del ser humano, impone un análisis del desarrollo de la personalidad, por cuanto la sexualidad constituye una configuración subjetiva de esta.
La construcción y evolución de la sexualidad infantil se ha expresado en las diferentes perspectivas teóricas desde las cuales ha sido estudiado el desarrollo psíquico humano. Y, aunque estos estudios no siempre fueron acertados, sí permitieron describir las regularidades del desarrollo psicosexual en la etapa preescolar.
Ahora bien ¿Cómo educar la sexualidad de los niños y las niñas de edad preescolar?
La educación es un fenómeno social que está dirigido a la preparación del ser humano como ser social, donde este se apropia de forma personalizada de la cultura construida por las generaciones que lo antecedieron y así se capacita, se desarrolla y se prepara para insertarse exitosamente en su espacio y su tiempo. Una esfera importante en esa preparación lo constituye la sexualidad. Educar la sexualidad es una necesidad de los seres humanos; obviarla sería negar una importante esfera de la vida que, aunque no constituye el centro exclusivo del desarrollo de la personalidad, sí es una de sus configuraciones que proporciona la realización plena y la felicidad.
La educación de la sexualidad en la edad preescolar, no ha estado alejado de las tendencias que ha tenido el proceso educativo de la sexualidad en Cuba y también en América Latina, teniendo presente que aquí los tabúes y prejuicios son mayores porque, a pesar que en todos los documentos oficiales se hable de una educación de la sexualidad desde las edades más tempranas y muchos señalen desde el nacimiento mismo, esto no se ha concretado en la práctica pues ha estado por mucho tiempo (y aún lo está) arraigada, la concepción de equivalencia entre sexo y sexualidad. La familia y muchos/as educadores/as le otorgan una connotación erótica a las conductas asumidas por niños y niñas que están relacionadas con la sexualidad.
La educación de la sexualidad Alternativa y Participativa plantea como postulado esencial el respeto a la individualidad del ser humano y sus vivencias, sin separarlo del contexto. Esta posición propicia el desarrollo de la libertad responsable, ofrece opciones de vida y prepara al sujeto para que pueda, responsablemente, tomar la decisión de qué camino seguir, constituye un proceso dinámico que posibilita la amplia participación del sujeto, rescata el humanismo marxista sin hiperbolizar lo social en detrimento de lo personal. Estos elementos han sido enriquecidos, por nosotros, con los postulados de la escuela histórico cultural, partiendo de que aquí ha sido muy pobremente trabajada la esfera psicosexual.
Se parte de que la educación sexual es un proceso integral que prepara al ser humano para la vida y le permite aprender a ser un ser sexuado, no preso de sus genitales, según los cuales deberá actuar fielmente so pena de ser condenados por la sociedad como exigen otros modelos, sino a personalizar la sexualidad, a desarrollar su masculinidad o femineidad, libre de estereotipos, prejuicios; esto implica que deberán apropiarse de nuevos valores, actitudes más flexibles, conocimientos profundos acerca de lo sexual y la sexualidad, habilidades y recursos personológicos que les prepare paren el encuentro con su sexualidad y la de los demás, para desarrollar una sexualidad plena, responsable, sustentada en el principio de garantizar el protagonismo humano, en armonía con su yo y, a su vez, con su entorno, asumiendo responsablemente cada uno de sus actos.
La educación de la sexualidad forma parte del proceso de educación de la personalidad y en él desempeñan un papel primordial la actividad y la comunicación. La concepción que el sujeto tiene acerca de sí mismo como ser sexuado, las valoraciones sobre el otro sexo y sus relaciones, se van formando desde los primeros momentos de la vida, donde la familia como primer grupo de socialización juega un papel primordial, a partir de la interactividad y la comunicación que despliegan.
La edad preescolar tiene una particular importancia en la configuración de la sexualidad; es precisamente allí donde se sientan las bases para el desarrollo posterior y donde comienza a formarse el núcleo psicológico de esta, la identidad de género en relación sistémica con el rol y la orientación sexoerótica, estrechamente vinculado con el proceso de formación y desarrollo de la identidad del sujeto como ser humano.
La identidad de género tiene su período sensitivo en la edad preescolar mayor (3 a 5años), sin embargo su proceso de formación comienza mucho antes, cuando el niño o la niña inician el reconocimiento de su cuerpo en el primer año de vida, iniciándose un proceso de autopercepción.
Durante el segundo año de vida el hecho de alcanzar una mayor independencia del adulto, (a partir de la marcha) y tener la posibilidad de relacionarse más libremente con el mundo que lo rodea, comienzan a descubrir las relaciones entre los objetos, asimilan las funciones de estos, son capaces de identificar a partir de rasgos externos. En esa misma medida comienzan a reconocerse a sí mismos por su aspecto externo; en este proceso es capaz de identificarse como masculino o femenino por los genitales que porta, siempre que haya una adecuada orientación por parte de los adultos, que no recalquen esta condición a partir de otros atributos.
El reconocimiento de sí mismos como seres humanos sexuados se logra totalmente hacia finales del tercer año de vida, cuando comprenden que son ellos los que realizan las acciones, sobre todo, porque son capaces de prescindir del adulto. Aquí comienzan a compararse con los adultos a querer ser iguales a ellos, a realizar las mismas acciones a identificarse con los roles que realizan los adultos con su mismo sexo, a imitarlos, “soy como mamá, hago lo que hace mamá”.
El hecho de distinguirse entre las demás personas, como un ser sexuado además, propicia la aparición de sentimientos de orgullo por su sexo, en la medida que adecuadamente orientados por los adultos, asimilan las funciones de mamá y papá en los procesos de reproducción, embarazo, parto y lactancia, así como en las relaciones familiares, esto los lleva a imitar las conductas asumidas por los adultos cercanos a ellos, en el juego de roles, buscando la aprobación del adulto, lo que tiene una gran significación para la formación de estos sentimientos de orgullo
Todo este proceso de formación y desarrollo de la identidad de género y el rol de género debe ser adecuadamente orientado por la familia y los/as educadores/as. Es este precisamente un elemento distintivo de la educación de la sexualidad en la edad preescolar, el papel mediador del adulto.
En esta edad es el adulto quien organiza y dirige la vida de los infantes, de ellos dependen y comienzan a aprender, son los adultos, y en específico el marco familiar, los que proporcionan el primer modelo de hombre o mujer, de lo masculino y lo femenino, de los que el niño o la niña se apropian. La interactividad y la comunicación en el medio familiar tienen una gran significación en la configuración psicológica de la sexualidad en los primeros momentos de la vida, lo que no quiere decir que este se pierda en períodos posteriores, pero si es necesario resaltar que en este momento su papel es vital; sobre todo si tenemos en cuenta que la afectividad es un determinante esencial en la configuración de la sexualidad, tiene en ella una profunda significación.
Los niños y las niñas desde sus primeros años de la vida van a ir formándose una valoración de los sexos y sus relaciones lo que les permitirá, a partir de la cultura de la sexualidad que sus padres y madres le transmiten en su comportamiento cotidiano como pareja y para con ellos y ellas, ir formando su identidad y su rol de género.
Con respecto a esto L. S. Vigotsky plantea: “El niño comienza a aplicar con relación a sí mismo, aquellas formas de actuación que en forma habitual los adultos utilizan en relación con él, y esto resulta ser clave para el hecho del dominio sobre su propio comportamiento” (Vigotsky , 1987:137)
La comunicación y la interactividad no sólo tienen una marcada significación en el marco familiar, sino en todas las formas de relaciones que establecen los infantes, lo que constituye un pilar importante para el trabajo educativo, sobre todo por el papel que desempeña en este período de la vida en la construcción de la identidad de género, configuración subjetiva que constituye el núcleo psicológico de la sexualidad, y en la que juegan un rol importante el sentido subjetivo que para el niño o la niña adquiera su padre y su madre asunto este que depende mucho, precisamente, de la comunicación y la interactividad que entre ellos y ellas se despliegue.
Es también vital, en este complejo proceso de construcción de la identidad genérica, sus relaciones de comunicación flexibles, no sexistas, personalizadas, con los niños y las niñas y con los otros adultos que están a su alrededor. Fomentar desde esta temprana edad la necesidad de interacción y comunicación equitativa con los otros, estimula la formación de cualidades que le garantizarán un mayor éxito en la vida futura, de pareja, familia y en sus relaciones personales en general, como son: ser comprensivo/a, sentir desde la perspectiva del otro, ser flexible, respetar los límites ajenos, la espontaneidad y la autenticidad en la comunicación. Es por ello que una de las funciones más importantes de los/as educadores/as para educar una sexualidad sana, libre y responsable, es el desarrollo de la capacidad comunicativa.
La configuración psicológica de la sexualidad, al igual que el resto de las configuraciones que conforman la personalidad, se construyen a nivel psicológico pero al mismo tiempo expresan el contenido de las actividades y relaciones sociales en las que se ve involucrado el sujeto.
De ahí que se defina a la educación de la sexualidad como el proceso que conduce la formación y desarrollo de la sexualidad como configuración psicológica de la personalidad, promoviendo la apropiación activa por parte del ser humano de la cultura de la sexualidad construida en un contexto histórico ? social determinado.
Este proceso debe partir del desarrollo alcanzado por los niños y las niñas, estimulando el tránsito hacia niveles superiores en correspondencia con un determinado modelo deseable de la sexualidad, de ahí su carácter clasista. En el caso de Cuba, atendiendo a las aspiraciones de su proyecto social, el modelo deseable se perfila en una sexualidad autónoma (libre, plena y responsable), sobre la base de la formación de la masculinidad y la femineidad sustentada en la equidad entre los sexos.
Todo ello permite plantear que la educación de la sexualidad en la edad preescolar tiene como elementos característicos: el papel mediador del adulto, la significación de la comunicación y la interactividad no solo en el marco familiar, sino en todas las formas de relaciones que establecen los infantes y el inicio de la configuración de la identidad de género en relación sistémica con el rol.
Partiendo de esta concepción, y teniendo en cuenta los puntos de vista aquí expuestos acerca de la sexualidad y su educación en la edad preescolar, conociendo las características del proceso educativo en esta etapa de la vida y tomando como punto de partida los principios de la educación de la sexualidad alternativa y participativa que proponen B. Castellanos y A. González, (1996, 1997) se sugieren los siguientes principios:

3. Principios de la educación de la sexualidad en la edad preescolar.

    * Carácter socializador y personalizado:

El ser humano es, en esencia, social. La relación que se establece entre el ser humano y la sociedad, en esta etapa, se produce a partir de la apropiación por parte de los niños y niñas en su relación con los adultos (intersubjetivo), de la cultura de la que la humanidad ha ido acumulando, convirtiéndola de esta manera en algo suyo matizado por sus vivencias personales (intrasubjetivo) donde juega un papel primordial la familia y sobre todo las figuras de apego (que en este caso suele ser la madre). Con respecto a esto, F. González Rey, al referirse a esta relación plantea: “Esta comunicación con la madre se manifiesta básicamente por canales sensoriales, a través del tono muscular de esta, la suavidad de sus palabras, su temperamento, el ritmo de movimientos y muchos otro indicadores que expresan el estado emocional materno…” (González Rey, 1995: 125).
Es por ello que tiene vital importancia en la educación de la sexualidad de los niños y las niñas el proceso interactivo y comunicativo con el adulto, ya sea en el marco familiar o en el círculo infantil, aspecto que la educadora debe tener claro al asumir su rol en la dirección del proceso educativo, y al orientar a la familia.
Desde el primer año de vida los procesos y cualidades psíquicas se van formando bajo la influencia de las condiciones de vida, la enseñanza y la educación.
En ese proceso interactivo los niños y las niñas comienzan a configurar la identidad y el rol de género en una relación sistémica; la autoconciencia, autovaloración y la autopercepción que tienen los infantes de su pertenencia sexual les proporciona un sentimiento de pertenencia en virtud del significado que este le atribuya. Todo esto se produce en un proceso de interiorización de la cultura de la sexualidad la cual es transmitida por los adultos, y estará mediada por su óptica personal a partir de sus vivencias de cómo experimenta lo masculino y lo femenino.
Se trata de convertir al sujeto en un ente activo dentro del proceso, donde el niño y la niña construyan su identidad sobre la base de modelos flexibles que posibiliten un crecimiento individual, facilitando que esta cobre un sentido para el sujeto hasta que tenga una significación personal, un compromiso afectivo cognitivo y conductual.
De aquí que el/la educador/a juegue un papel primordial en la educación de la sexualidad de los niños y las niñas de esta edad. Ellas, por un período largo de tiempo, asumen un rol afectivo-educativo, con un mayor nivel de preparación en el orden pedagógico y psicológico, que la familia, por lo que deben orientar acertadamente a esta, logrando su estrecha vinculación, tanto en el trabajo como en el círculo infantil y las vías no formales. La familia constituye un modelo de aprendizaje social de los infantes, es fundamentalmente en su seno donde se reproducen los sentimientos, códigos, modelos y patrones de conducta, donde se interiorizan los primeros elementos de esa cultura de la sexualidad que irá asumiendo a lo largo de toda su vida en función de su óptica individual.

    * Carácter Humanista.

En el perfeccionamiento de la educación preescolar se plantea como principio que el niño constituye el centro del proceso docente educativo y esto significa que debe convertirse en sujeto del proceso. Es primordial en esta etapa respetar la individualidad del infante, propiciar el desarrollo de su independencia y creatividad, aprovechar al máximo sus potencialidades así se posibilitará sentar las bases para la autodeterminación y el desarrollo pleno de su sexualidad, no imponer ni dirigir autoritariamente la conducta de los niños y las niñas lo cual exige la utilización de modelos educativos flexibles que amplíen la zona de desarrollo próximo, dándole la posibilidad al sujeto de desarrollar sus potencialidades, para tributar a la formación de las bases de una sexualidad sana libre de tabúes y estereotipos. Para todo ello se deberán utilizar métodos educativos no directivos.

    * Carácter desarrollador.

En este principio, es necesario partir de, qué se entiende por desarrollo. El desarrollo es un proceso dialéctico complejo, que se caracteriza ? como señalara L. S. Vigotsky ? “por una periodicidad múltiple, por una desproporción en el desarrollo de las distintas funciones, por la metamorfosis o transformaciones cualitativas de unas formas a otras, por el complicado entrecruzamiento de los procesos de evolución, por la entrelazada relación entre los factores internos y los externos y por el intrincado proceso de superación de las dificultades y de la adaptación” (Vigotsky, 1987: 151)
Es imprescindible, además, tener presente la relación existente entre educación y desarrollo. Según las concepciones de la escuela Histórico Cultural, la educación va delante y conduce el desarrollo psíquico, como planteara L. S. Vigotsky: “…el proceso evolutivo va a remolque del proceso de aprendizaje; esta secuencia es lo que se convierte en la zona de desarrollo próximo.” (Vigotsky, 1988: 44)
La educación en sentido general y la educación de la sexualidad, en lo particular en el contexto del círculo infantil, es desarrolladora cuando parte del desarrollo actual y potencial de los niños y las niñas, en virtud de ir formando en ellos su autonomía a través de situaciones pedagógicas que los/as estimulen a alcanzar niveles superiores en el proceso de autotransformación.
De ahí que este proceso deba sustentarse en las particularidades psicológicas de la edad y en las individuales inherentes a cada niño y niña a partir de que se asume a la sexualidad como una configuración psicológica de esta, así como las características de los grupos etáreos y el entorno en que estos se desarrollan. Este proceso debe desarrollarse de forma tal que se logre preparar a los niños y las niñas para los cambios y transformaciones posteriores, debe crear las bases psicológicas que le permita a los infantes enfrentarse en el futuro a los problemas de forma independiente y flexible.
El hecho de asumir la sexualidad como una configuración psicológica de la personalidad exige que su proceso de educación sea un proceso desarrollador, el cual debe dar la posibilidad de construir las bases iniciales de la identidad de género, garantizando la unidad de lo afectivo-valorativo y lo cognitivo; para ir desarrollando progresivamente la independencia, que le permita transformar creadoramente su propia persona y su medio. En tal sentido debe garantizar que los niños y las niñas se apropien activa y creadoramente de la cultura de la sexualidad, para lo cual es necesario aprovechar las zonas de desarrollo próximo.
De acuerdo con el marco conceptual que propone la autora de este trabajo, el proceso de educación de la sexualidad, para que sea desarrollador, debe caracterizarse por:

    * Tomar como base las necesidades educativas actuales y potenciales, y estructurarse a partir de las vivencias del sujeto.
    * Una alta calidad en el espacio interactivo y comunicativo.
    * Ser activo e implicar al sujeto.
    * Tomar en consideración el sistema de influencias educativas del contexto familiar, comunitario y social en sentido general.
    * Motivar la autonomía, la autorrealización y la creatividad.

Es importante además que los/las educadores/as no olviden que las influencias educativas no tienen valor fuera del sentido que el individuo le atribuye a partir de su subjetividad, por tanto el proceso de desarrollo de la personalidad en sentido general, y de su sexualidad en lo particular como configuración psicológica de esta, tiene sus determinantes dentro del propio sujeto psicológico y en su espacio interactivo.

    * Vinculación con la vida

La vinculación de la educación con la vida es un principio universal de la pedagogía, no se concibe un sistema educativo alejado del contexto en que se desarrolla el sujeto, ajeno a los fenómenos reales que acontecen a su alrededor; pero desdichadamente la sexualidad ha sido la configuración de la personalidad que con más falsos conceptos se ha educado y en específico, en la edad preescolar esta ha sido obviada por mucho tiempo. Por esto es imprescindible puntualizar que la educación de la sexualidad debe desarrollarse a la par que las demás dimensiones de la vida, logrando un aprendizaje significativo.
“El aprendizaje significativo es aquel que potencia el establecimiento de relaciones: relaciones entre aprendizajes, relaciones entre los nuevos contenidos y el mundo afectivo y motivacional de los estudiantes, relaciones entre los conceptos ya adquiridos y los nuevos conceptos que se forman, relaciones entre el conocimiento y la vida, entre la teoría y la práctica. A partir de esta relación significativa, el contenido de los nuevos aprendizajes cobra un verdadero valor para la persona,relacionando lo nuevo con la experiencia cotidiana, y a su vez con lo afectivo-motivacional del sujeto, sin falsos conceptos ni omisiones.” (Castellanos, 2000: 31)
El hecho de que el aprendizaje sea significativo tiene mayores posibilidades de formar parte del sistema de convicciones del sujeto.
Es importante tener en cuenta que, en la educación de los niños y las niñas preescolares, tiene vital relevancia lo vivencial; como ya se ha reiterado, el desarrollo cognitivo está muy vinculado a lo concreto sensible.
Este principio exige además que el proceso de educación no se hipertrofie en ninguna, de sus múltiples direcciones, integrándose todos los factores que en él intervienen; solo así se garantiza el vínculo con la vida. No obstante la familia y la institución infantil son las que dejan una huella más profunda por la sistematicidad con que actúan y los vínculos afectivos que le son característicos.

    * Carácter sistémico y sistematizado.

El proceso educativo en sentido general es un sistema en el que intervienen un gran número de factores sociales. La educación de la sexualidad no escapa a este principio, la intervención de todas las instituciones y organismos que influyen en este proceso garantizan la calidad y la permanencia de los valores que se pretenden formar, por lo tanto este sistema de influencias debe ser sistémico, sistemático y permanente. La sexualidad se educa desde antes del nacimiento del ser humano; la preparación que tenga la pareja para recibir a su bebé tiene un importante papel en la educación sexual posterior de los niños y las niñas. Ya se ha planteado en reiteradas ocasiones que en esta etapa de la vida las vivencias emocionales son relevantes para el sujeto, de ahí la significación de que el/la niño/a sea deseado.
La sexualidad como configuración psicológica de la personalidad se comienza a desarrollar desde el mismo momento del nacimiento y continúa su evolución hasta la tercera edad, de ahí la necesidad de la sistematicidad en su educación.
A modo de conclusión debe quedar claro que la sexualidad exige ser estudiada desde un análisis integrador y holístico de la personalidad, porque constituye una manifestación vital de esta, una de sus configuraciones psicológicas que se conforma y desarrolla a partir de la interacción sistémica de premisas biológicas y sociales que en ella intervienen, expresando de forma personalizada las vivencias afectivas, las actitudes, los conocimientos y modos de actuación que el individuo construye o se apropia activamente a partir de la cultura de la sexualidad construida en el contexto sociohistórico en el que vive y se desarrolla.
Aunque la sexualidad es una configuración psicológica de la personalidad y por tanto constituye un proceso muy bien diferenciado en cada individuo, se presentan regularidades en cada etapa de la vida que deben ser del dominio de los/as educadores/as.
Han existido diferentes concepciones acerca de la educación de la sexualidad donde la educación de la sexualidad infantil se ha visto rodeada de falsos criterios acerca de sus manifestaciones, su desarrollo, su existencia y educación. De todas estas concepciones, la que ha logrado construir un marco teórico que no existe en otros autores cubanos es la desarrollada por B. Castellanos y A. González; sin embargo se le señalan como aspectos no desarrollados en ella la sistematización del papel de la mediación en el desarrollo, aspecto trascendente en la etapa preescolar y el papel de los/as educadores/as teniendo en cuenta el desarrollo potencial.
Precisamente estas limitaciones nos llevaron a replantearnos la educación de la sexualidad infantil sobre nuevas bases, una educación de la sexualidad alternativa, participativa y desarrolladora con un enfoque humanista crítico, contextualizado a la edad preescolar; la cual ponemos a la consideración de los lectores de este artículo.
La educación de la sexualidad en la edad preescolar es un proceso que conduce la formación y desarrollo de la sexualidad como configuración psicológica de la personalidad promoviendo la apropiación activa por parte del ser humano de la cultura de la sexualidad, construida en un contexto histórico ? social determinado. De ahí que se señalen como sus elementos distintivos en la edad preescolar: el papel mediador del adulto, el papel de la comunicación y la interactividad no solo en el marco familiar, sino en todas las formas de relaciones que establecen los infantes y el inicio de la configuración de la identidad de género en su relación sistémica con el rol, como núcleo psicológico de la sexualidad.

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– ¿Seré una madre sospechosa?

REFLEXIONES DESPUÉS DEL DOMINGO – ¿Seré una madre sospechosa?

Cumplo 40 años de maternidad.  Como tantas mujeres sentí siempre que mi destino (más allá de mi propio deseo) era ser madre. Es el mandato más poderoso de las mujeres. Creí que la maternidad era natural, fácil y obligatoria. Natural es, la anatomía ayuda.

Me llevó tiempo darme cuenta de que no es obligatorio ser madre, ni es fácil amar a los hijos adultos con la misma candidez con que se ama a los niños pequeños.

Escribo desde un cuerpo de mujer con estrías y episiotomías. He gestado, abortado, parido, amamantado y criado. Un dramático escándalo se desató en mi corazón cuando mis hijos crecidos y maduros se fueron a hacer su vida y me dejaron a solas con la mía. El asombro me tuvo desconcertada un tiempo. La casa permanecía ordenada, nada se movía de su lugar. Luego el silencio, el teléfono sonaba, pocas veces y sólo para mí, la ausencia de zapatillas embarradas y de su olor característico. La ausencia de ropa sucia y de toallas tiradas, los gastos que disminuían sensiblemente, pasaban los días y la comida sin tocar en la heladera, la música y el volumen a mi gusto, la liberación (¡por fin!) del fútbol por TV… Y otros deportes.

Comencé a sentirme deprimida. Mis amigas me felicitaban por la autonomía que yo misma les había enseñado a mis hijos desde chicos, pero nunca imaginé que se la iban a tomar tan en serio. Hasta ese momento yo era Rita Hayworth en la vida de ellos y ahora no figuraba en el casting de sus historias ni como extra. Me sentí súbitamente desempleada, con un oficio que había perfeccionado hasta la excelencia durante años y que ahora nadie necesitaba. Estaba jubilada “de prepo” de un rol ejercido desde la primera muñeca.

¿Qué hacer?, ¿qué hacer?, me repetía desconsolada. Tengo mi profesión, mi placer por la literatura, soy adicta al cine, amo la música, puedo viajar, tengo amigos, si quiero puedo volver a tener un gato, amo las plantas, tuve una tortuga. ¡En fin! Una vida llena de estímulos, pero el rol colgado en el ropero, y yo sin saber de qué disfrazarme. Tengo que escribir. Garabateo ideas:

– La maternidad es un rol y una identidad que absorbe nuestra personalidad hasta neutralizarnos como personas. También nosotras absorbemos a nuestros hijos/as, en muchos casos hasta neutralizarlos.

– Existe una contradicción básica entre los mandatos y sanciones creadas para mantener a las mujeres impotentes y las atribuciones sobrehumanas que se exigen a las madres.

– La maternidad y la paternidad, ¿no deberían ser materias obligatorias en las escuelas primarias y secundarias?, ¿no merecería este tema una reflexión desde la adolescencia, impulsada por profesores críticos, con información adecuada, y que además integre la interrogación acerca de su propia condición de hijos? Aunque todo esto fuera cierto -y lo es- ninguno de estos conceptos me alivia.

– ¿Acaso las madres somos conscientes de nuestro aporte a las tasas de natalidad / a los relevos generacionales / a las guerras / y a los malditos ejércitos?, ¿nos damos cuenta de que creamos y entregamos materia gris, sangre joven, carne de cañón o de diván, mano de obra, fuerza de trabajo, tiempo-vida, esperanza, futuro…?

– No tenemos capacidad de decisión sobre el porvenir de la población que generamos. La ley religiosa y civil pretende convencernos de que no podemos elegir. – ¿Qué nos hacen las leyes?, ¿por qué no podemos decidir sobre nuestros cuerpos?, ¿por qué el aborto todavía está penalizado?, ¿por qué hay tantos padres ausentes?

– Las leyes no dan a las madres más que un poder vacío de sustancia. ¿Es la ley del padre la que se impone todavía en lo social y en lo político? ¿Y si el padre no fuera más que un amo?, ¿un amo que no ama?, ¿amo a mi amo?

Las preguntas surgen a borbotones.

Han pasado 40 años. Mis hijos ya tienen hijos y yo les pregunto “¿qué haces viviendo con otra madre que no soy yo?”. No contestan. Escribo encerrada en el baño. La maternidad es un tema prohibido de interrogar o pensar críticamente. No se puede ser ambivalente con los hijos. Todo el mundo se asusta y nos morimos de culpa.

¿Qué hacer?  Los hijos crecen o no crecen, pueden gustarnos o no como personas, pueden ser nuestros amigos o bien no los elegiríamos, podemos convertirlos en nuestros padres o creer que son nuestros hermanos, dejar que nos tengan de hija o permitirles seguir siendo hijos ad infinitum. Pueden convertirse en eso que soñamos para ellos, o bien nunca serán lo que hubiéramos querido que fueran.

La maternidad es un enredo infernal e interminable. Mi abuelo rabino desde el cielo me mira atentamente y me señala con el dedo, él es uno de los consejeros de Dios pero no me importa, seguiré pensando.

¿Me condenarán al infierno de las malas mujeres, junto con las madrastras, las suegras, las consuegras, las cuñadas y otras brujas?

Pienso: ser madre es el compromiso de ayudar a crecer y cuidar a otro. No se trata de parir, sino de criar y sostener. Otra pregunta: ¿Por qué nos hacen creer que somos vacas sagradas y nos tratan como ganado? La maternidad está idealizada/envuelta en un halo de misterio y sacralidad, al mismo tiempo, directa o larvadamente se la ataca. Esa es “la mistificación de la maternidad”. La idealización del rol, hablar de la Madre con mayúscula, es el caballo de Troya donde están encerrados los mandatos y las sanciones, más toda la culpa que nos mata a las madres.

Escribí un libro, Madres en desuso, ése fue mi intento de aportar con humor algo a la comprensión de estas vivencias. Ahí digo: Una cosa es ser la madre de un hijo/a, en concreto, y otra cosa es pensar la maternidad como institución política, atravesada por ideologías e intereses económicos, valores religiosos y culturales. ¡Ah! Bueno, bueno. Yo no soy la única que no puede alcanzar el ideal de amor incondicional y de perfección que se pretende de las madres, no soy la única madre que se siente cansada, frustrada, ambivalente o confusa.

¿Seré una madre sospechosa? Yo sola me digo: no, no, me parece que no. La maternidad es una de las grandes tareas existenciales de las mujeres y solamente nosotras podemos decir, desde adentro, de qué se trata.

¿Y de qué se trata la maternidad, al fin de cuentas? De la maraña emocional más complicada que puede llegar a conocer una mujer. Un enredo amoroso gratificante-frustrante y reparador. Somos madres con el sello que traemos como hijas… y también con lo que somos capaces de hacer con ese sello y esa historia. Ser madre requiere coraje, porque el otro siempre es un riesgo. Y la otra que somos nosotras, también. Espero que hayan pasado un buen Día de la Madre.

Por Liliana Mizrahi * Licenciada en Psicología, ensayista y poeta, autora, entre otros libros, de Mujeres en plena revuelta y La mujer transgresora.

TRES MEDICAMENTOS COMUNES PROVOCAN LA MAYORÍA DE LAS VISITAS A EMERGENCIAS

TRES MEDICAMENTOS COMUNES PROVOCAN LA MAYORÍA DE LAS VISITAS DE LOS ADULTOS MAYORES A LA SALA DE EMERGENCIAS

Estudio señala que la warfarina, la insulina y la digoxina son responsables de la tercera parte de las visitas a la sala de emergencias por causa de un medicamento MARTES 4 de diciembre (HealthDay News/Dr. Tango) — Un estudio reciente halló que los efectos secundarios de apenas tres medicamentos son responsables por un tercio completo de las visitas a la sala de emergencia de los adultos mayores que presentaron reacciones alérgicas a los medicamentos. Los investigadores hallaron que en 2004 y 2005, la warfarina (un anticoagulante), la insulina y la digoxina (un medicamento para el corazón) causaron cerca de 58,000 visitas a la sala de emergencia al año de pacientes a partir de los 65. El principal problema es que resulta difícil determinar la dosis correcta para cada medicamento, según el Dr. Daniel Budnitz, autor líder del estudio y jefe médico de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). “Es todo un reto”, dijo, “toma algo de trabajo entre médico y paciente lograr la dosis justa”. Budnitz y sus colegas decidieron realizar el estudio para determinar el peligro que representa para los ciudadanos mayores una lista larga de medicamentos considerados como “potencialmente inapropiados” para usar en adultos mayores. Los investigadores examinaron varias encuestas sobre visitas a salas de emergencia entre 2004 y 2005. Los hallazgos del estudio aparecen publicados en la edición del 4 de diciembre de Annals of Internal Medicine.

En la lista, llamada criterio BEERS, hay 41 medicamentos considerados inapropiados para los adultos mayores. Pero representan apenas el 3.6 por ciento de un total de cerca de 177,000 visitas anuales a las salas de emergencia.

LA WARFARINA, TAMBIÉN CONOCIDA COMO COUMADIN, LA INSULINA Y LA DIGOXINA, que se vende con varios nombres de marca, no presentaron muchos más problemas. (La digoxina también está en la lista de medicamentos potencialmente inapropiados para los adultos mayores, pero sólo aparece en la lista como problema potencial si se toma en ciertas situaciones.) Los tres medicamentos son bien conocidos, se usan comúnmente y pueden crear problemas en algunos casos.

=La warfarina, que con frecuencia se receta para pacientes cardiacos, previene los coágulos de sangre adelgazándola, pero puede causar sangrado excesivo si se adelgaza demasiado.

=La insulina trata la diabetes, aunque a veces puede hacer que los niveles glucémicos bajen a niveles peligrosos.

=La digoxina, un medicamento usado por mucho tiempo, puede causar varios problemas, desde náuseas hasta arritmias.

En algunos casos, según anotaron los autores del estudio, no hay buenas alternativas para estos tres medicamentos, aunque algunos médicos consideran que la digoxina ha dejado de ser útil. Los médicos pueden monitorear los niveles de los tres medicamentos con pruebas de sangre, aseguró Budnitz. Ahora existen pruebas de sangre sencillas en las que basta pincharse un dedo para probar los niveles de glucemia y para pacientes que toman warfarina hay pruebas similares en algunas clínicas para medir la capacidad de coagulación, dijo.

Los resultados del estudio son “un recordatorio de que médicos y pacientes necesitan esforzarse para hacer el mejor trabajo posible para el manejo de esos medicamentos”; aseguró Budnitz. “La respuesta no es quitarles los medicamentos”: El Dr. Knight Steel, jefe de geriatría del Centro Médico de la Universidad de Hackensack en Nueva Jersey, aseguró que los resultados del estudio realmente no son sorprendentes. Por mucho tiempo, los médicos han conocido los riesgos de los tres medicamentos en cuestión, dijo, y agregó que la investigación no ofrece información nueva.

Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_58445.html (*Estas noticias no estarán disponibles después del 03/03/2008) Traducido del inglés: martes, 4 de diciembre, 2007 Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare, HealthDay, (c) Derechos de autor 2007, ScoutNews, LLC

DOS TESTIMONIOS DE PERSONAS QUE PADECEN UNA ENFERMEDAD MENTAL

DOS TESTIMONIOS DE PERSONAS QUE PADECEN UNA ENFERMEDAD MENTAL

(TEXTOS SACADOS DEL SUPLEMENTO “SALUD” DEL PERIÓDICO “EL PAÍS” DEL 11 DE OCTUBRE DE 2008)

SOY LA PRINCESA INCA

¿Cómo se ven a sí mismas las personas con una enfermedad mental? La idea de uno mismo se forma muchas veces a partir de la imagen que proyectan los espejos sociales. Sobrevivir con dignidad a las imágenes distorsionadas no es siempre fácil. Por Cristina Martín-Princesa Inca

        Soy Princesa Inca, la reencarnación de una de las muchas que hubo, una princesa inca muy especial, pelirroja y pecosa como soy yo.
        Esto, para un psiquiatra, es una paranoia y para muchos, una locura, pero nadie en el mundo puede con certeza definir el limite exacto entre lo real y lo irreal. Para mí hay locuras cotidianas más graves, la guerra, el abuso, el maltrato, el trabajo, el consumo, la Navidad, el querer estar delgados, el matrimonio, el hablar con los santos, los multimillonarios, la cocaína… La vida, en sí misma es un sinfín de locuras y paranoias globales aceptadas por todos. “Les llamé locos, me llamaron loco y ganaron por mayoría” porque no existe el loco sin el Otro que lo nombre.
        Creo que si la enfermedad mental denomina el sufrimiento de la mente, existe, peor si es una etiqueta para señalar a los diferentes y crucificarles por no seguir la norma, estamos hablando de mecanismos de control en sociedades deshumanizadas y estructuralmente enfermas, generadoras de gente enferma, un sistema psicótico (paranoico) qie destruye mentes sensibles. En la presentación del libro de Radio Nikosia dediqué este texto a esas mentes:
A TODOS ELLOS
A los que se quedaron dormidos en el nunca,
a los que sueñan sus verdades y las niegan,
a los que tienen mucho miedo, y lloran por cualquier cosa,
y se ocultan la cara de vergüenza.
A los tímidos, a los solos, a los raros,
a los que dudan y dudan y les llaman inmaduros débiles.
A los que duermen en la fría cama del psiquiátrico,
a las madres que cogen la mano de su hijo ingresado.
Os digo que no nos vendan verdades, que la verdad no existe,
la verdad y la razón son creaciones del hombre, para doler, para medir.
Hay que luchar contra el silencio, y la ignorancia,
Somos personas, no somos enfermos.
¿Quién tiene la Verdad absoluta, La Realidad Absoluta?
¡Es mentira, mentira, no existe!
A los que llevan cicatrices de haberse rajado las venas,
a los que consiguieron no rajárselas,
a los que les paraliza la angustia,
les paraliza para ser, amar, soñar.
A los que llaman vagos, idiotas, locos, débiles.
No escuchéis la voz de los que viven sólo para afirmar, controlar,
o los que saben adónde van, dónde están, quiénes son,
los que llevan la frente alta y no les tiembla la voz.
A los que la ansiedad-la sociedad les hace fumar dos paquetes diarios,
a los que no son sociables, ni aptos, ni lúcidos,
ni extrovertidos, ni empáticos, ni asertivos, ni normales.
A los que nunca superarán un test piscotécnico,
a los que llevan medicación en el bolso y el monedero vacío.
A los que ahora están atados a una cama y no nos oyen,
a los psiquiatras que abrazan a sus pacientes
y pidieron alguna vez consejo al que llamaron esquizofrénico.
A los que tenemos certificado de disminución
y leemos a Lorca y a Nietzsche y lo que haga falta.
A los que no soportaron el túnel y se fueron para siempre,
a los que atravesamos cada día el túnel agarrados a las paredes negras,
A todos los que saben o quieren escucharnos,
y no se fían sólo de los manuales, libros, tesis, estudios y estadísticas.
A los psicólogos que dan besos.
A los que hemos pasado ya el infierno y el cielo y no queremos volver nunca más allí.
A los que roban y dolor y devuelven en sonrisas, dice Sabina.
Y sobre todo, a todas esas pupilas dilatadas de tanta química que
miran aturdidas y absortas pero tienen luz más hermosas:
“Que no existe locura sin gente que sueña despierta”.
Cristina Martín – Princesa Inca, es miembro de Radio Nikosia

LA FALTA DE ATENCIÓN CONTINUADA AGRAVA EL DOLOR DE LAS FAMILIAS

      María del Mar, de 24 años, es una chica resuelta, agradable, comunicativa. Pide que se la cite en el reportaje como Estrella de Mar, el nombre con el que firma su blog (http://sadsec.blogspot.com), desde el que juega con las letras para elaborar los cambios de su estado de ánimo. “A veces es como una tormenta de aire que te va azotando”, cuenta su madre, Antonia, de 57 años. Con el tiempo y la ayuda de los grupos psicoeducativos de la Fundación ACAI-TLP de Barcelona, Antonia ha aprendido a ponerle límites y empieza a saber afrontar sus crísis, pero ha sufrido mucho.
        La historia clínica de su hija se inició a los 11 años, con un intento de suicidio, pero hasta los 18 no consiguieron un diagnóstico la que agarrarse: María del Mar tiene un tipo de trastorno de personalidad (TP) que se caracteriza por un patrón de inestabilidad en las relaciones y pensamiento inflexible y permanente, que odría afectar al 2% de la población.
        La historia de Estrella de Mar y su madre dibuja el retrato robot de muchas otras familias que han vivido verdaderos calvarios hasta conseguir un diagnóstico y que siguen luchando día tras día por conocerse, aceptarse y recibir el tratamiento adecuado. No es fácil, ni emocional ni económicamente. Antonia, cocinera de profesión, asegura que le sale más a cuenta pagar los 68 euros de la terapia individual en un centro privado que esperar durante meses una psicoterapia por la Seguridad Social y, luego, perder horas de trabajo en la sala de espera. A María del Mar, de hecho, no le ofrecieron esta posibilidad hasta hace dos meses, tras acudir a urgencias después de realizar una sobreingesta medicamentosa.
      “En España, hoy en día, no existen los recursos adecuados ni suficientes para cubrir la atención continuada que exigen este tipo de enfermedades”, asegura José María Sánchez Monge, presidente de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes). Las familias y los usuarios ven con buenos ojos la reforma psiquiátrica, pero insisten en que no se han destinado suficientes recursos para desarrollarla.

Doble morbilidad
Las cifras les dan la razón: según la Encuesta Nacional de Discapacidad (INE, 1999), EL 100% de los encuestados con trastormo mental grave (TMG) que contestan reciben cuidados de parte de sus familiares, y la presencia de una cuidadora o cuidador formal es anecdótica. Casi el 70% de estos cuidadores son mujeres, madres o hermanas a las que se pide, desde los servicios de salud mental, que vigelen la adherencia al tratamiento, movilicen al enfermo, controlen las conductas disruptivas y, todo ello, sin sistemas de apoyo adecuados. No es de extrañar que algunos estudios apunten que la morbilidad psiquiátrica de estas personas es el doble de la esperada.
      Según un estudio del IMSERSO, las pensiones son la fuente principal de ingresos para el 37% de estos hogares. Los casos con un grado de discapacidad al 65% tienen derecho a la pensión no contributiva por invalidez, cuya media mensual es actualmente de 328,44 euros. Sólo si acredita la necesidad de asistencia de otra persona, se puede obtener un complemento del 50% y subir el total a 492,66 euros.
      Con esta suma en el bolsillo, es difícil independizarse, si no se ha trabajado anteriormente y se recibe una pensión contributiva, que variará entonces según la cotización. Lo explica José Manuel Arévalo, coordinador de la Plataforma de Usuarios de Andalucía, que agrupa las diferentes asociaciones de usuarios de esta comunidad. En su sede, en Granada, los talleres de lectura, pintura o habilidades sociales, así como los servicios de asesoramiento, los llevan los propios enfermos, porque, insiste Arévalo, “uno tiene un TMG, pero éste no es toda la persona”. De hecho, hay muchísimos profesionales con trastorno bipolar o esquizofrenia por el mundo”, subraya.
      Arévalo cuenta, sin embargo, que les ha costado hacerse un hueco en el panorama del asociacionismo, porque las familias tienden a sobreprotegerles. El presidente de la Feafes admite que las familias también son fuente de estigma en este sentido, pero es, sobre todo, debido a que no hay suficiente información y a que “se tiende a vivir estas enfermedades con mucha culpa”. Todavía hay muchas familias que se esconden, explica Sánchez Monge. Su organismo tiene 42.000 socios. No es tanto si se tiene en cuenta que hay más de un millón de personas con enfermedad mental en España.

�Qu� es la Espina B�fida?

�Qu� es la Espina B�fida?
Salud / 30-09-2005

La espina b�fida es una malformaci�n cong�nita, que se adquiere
durante la gestaci�n y que se da en dos de cada cinco mil reci�n
nacidos cuando el �rgano que recubre la m�dula espinal no se cierra
bien, dejando parte de la m�dula al descubierto y en contacto con el
exterior; dependiendo de la altura a la que aparezca la lesi�n y de
la extensi�n de la misma, se producen diferentes alteraciones
neurol�gicas en el movimiento y en el funcionamiento de los �rganos.
As� pues, cuanto m�s cerca de la cabeza se encuentre la lesi�n
mayores ser�n las complicaciones, mientras que si el nivel de la
lesi�n es bajo, en la zona sacro-lumbar, los trastornos de movilidad
que aparecen son corregibles con el uso de aparatos ortoprot�sicos.
En muchos casos, la espina b�fida se acompa�a de un exceso de
l�quido cefalorraqu�deo en el interior del cerebro, lo que se
denomina hidrocefalia, que tambi�n provoca trastornos en la funci�n
motora y en el aparato digestivo; Adem�s, en algunos casos puede
aparecer retraso mental en distintos grados.

Existen dos tipos de espina b�fida; en la denomina `oculta’, los
arcos vertebrales no fusionan y la lesi�n est� cubierta de piel en
toda su extensi�n. En estos casos las disfunciones son muy leves y
su detecci�n es de forma ocasional, ya que apenas se aprecia ninguna
sintomatolog�a que ayude a detectarla. El segundo tipo de espina
b�fida, que es la m�s habitual, se conoce como Mielomeningocele;
aqu�, la lesi�n aparece recubierta por una membrana en forma de
quiste; En estos casos, el quiste no s�lo afecta a las meninges y al
l�quido cefalorraqu�deo, sino tambi�n a los nervios y en parte a la
m�dula espinal; asimismo, puede haber p�rdida de sensibilidad por
debajo de la regi�n afectada, problemas intestinales y de
incontinencia y suele estar acompa�ado de hidrocefalia.

La detecci�n de la espina b�fida en el feto puede realizarse durante
las 20 primeras semanas del embarazo con un an�lisis de sangre de la
madre, en el que los niveles de determinadas prote�nas indican la
posibilidad de la malformaci�n. Otros m�todos diagn�sticos son la
ecograf�a prenatal y la amniocentesis, o an�lisis del l�quido
amni�tico.

Tratamiento
No existe una curaci�n definitiva de la espina b�fida pero s�
diversas maneras de abordarla que contribuyen a minimizar las
consecuencias de la enfermedad y a mejorar la calidad de vida. En
este sentido, el tratamiento quir�rgico est� indicado en los casos
en que sea necesario reparar y cerrar la lesi�n; corregir los
problemas ortop�dicos, como las dislocaciones de cadera o de
tobillo; dar soluci�n a los problemas de intestino y vejiga y tratar
la hidrocefalia.

Adem�s de la cirug�a, que no se emplea en todos los casos, a menudo
es necesario el uso de aparatos ortoprot�sicos y una rehabilitaci�n
que mantenga la movilidad de las extremidades y refuerce los
m�sculos que funcionan.

Aquellos ni�os afectados por espina b�fida que tengan una lesi�n
alta, adquieren dificultad para llevar a cabo la marcha, por ello es
esencial que en los primeros a�os de la infancia consigan estar de
pie con bipedestarores y que anden con bitutores y bastones o
andadores que logran que el ni�o tenga un mejor desarrollo
psicosocial. Adem�s con la posici�n que adquieren al usar estos
aparatos evitar�n las rigideces articulares, las �lceras en la piel
y conseguir�n un mejor drenaje urinario y una disminuci�n de
osteoporosis.

Asimismo, los ni�os que tengan lesiones m�s bajas (inferiores a L4)
mantendr�n sus posibilidades de marcha ayud�ndose de un bitutor
corto; mientras que los pacientes con lesiones de L3 (es decir con
afectaci�n del cu�driceps) se encuentran en una posici�n intermedia;
as�, con bitutores largos y control del peso pueden conseguir una
marcha independiente.

En lo que se refiere a la terapia ocupacional que reciben los ni�os
con espina b�fida y en concreto, aquellos que son dependientes de la
silla de ruedas y que tienen deformidades en los miembros
inferiores, se persigue un buen posicionamiento en la silla para
evitar el aumento de la deformidad o la aparici�n de otras nuevas;
Adem�s, se lleva a cabo el trabajo de transferencias y actividades
de la vida diaria, para conseguir la mayor independencia posible. En
lo que respecta a los pacientes que consiguen realizar la marcha se
trabajan, principalmente, las tareas de vestido y la colocaci�n de
los aparatos.

RELACIÓN ENTRE LA DURACIÓN DE LA PSICOSIS NO TRATADA

RELACIÓN ENTRE LA DURACIÓN DE LA PSICOSIS NO TRATADA Y EL EFECTO EN EL PRIMER EPISODIO DE ESQUIZOFRENIA: UNA REVISIÓN CRÍTICA Y UN META-ANÁLISIS.

La duración de la psicosis no tratada puede influenciar la respuesta al tratamiento, reflejando un proceso patológico progresivo potencialmente manejable. Los autores repasaron la bibliografía sobre la relación de la duración de la psicosis no tratada con la severidad de los síntomas en el primer contacto con el tratamiento y con los resultados del tratamiento y condujeron un meta-análisis que examinaban estas relaciones.

Los artículos en lengua inglesa sobre la duración de la psicosis no tratada publicados en revistas peer-reviewed en julio 2004 se repasaron. Los estudios que determinaron cuantitativamente la duración de la psicosis no tratada; identificaron sujetos de estudio en los cuales se resolvieron los criterios para los trastornos psicóticos no afectivos o próximos al primer tratamiento; emplearon análisis seccionados transversalmente de la duración de la psicosis no tratada y de los síntomas de la línea de base, neurocognición, morfología cerebral, o medidas funcionales o cambio sintomático analizado anticipadamente, respuesta, o recaída; psicopatología determinada con los instrumentos clínicos; y el diagnóstico de los sujetos divulgados (un total de 43 publicaciones a partir de 28 sitios) fueron incluidas en el meta-análisis.

Una duración más corta de la psicosis no tratada se asoció a una mayor respuesta al tratamiento antipsicótico, según lo medido por la severidad de la psicopatología global, síntomas positivos, síntomas negativos, y resultados funcionales. A la hora de iniciarse el tratamiento, la duración de la psicosis inicialmente no tratada se asoció a la severidad de los síntomas negativos pero no a la severidad de los síntomas positivos, la psicopatología general, o la función neurocognitiva.

La duración de la psicosis no tratada puede ser un factor pronóstico potencialmente modificable. Entendiendo el mecanismo por el que la duración de la psicosis no tratada influencia el pronóstico podría conducirse a mejorar la comprensión de la patofisiología de la esquizofrenia y a mejorar las estrategias de tratamiento.
FUENTE: AMERICAN JOURNAL OF PSYCHIATRY 2005 OCT; 162 (10):1785-1804.

LOS FACTORES SOCIALES ADVERSOS VIVIDOS DURANTE LA NIÑEZ PUEDEN INFLUIR EN EL DESARROLLO DE ESQUIZOFRENIA EN LA EDAD ADULTA.

En un reciente estudio que se publica en la revista ?American Journal of Psychiatry? se evalúa si la presencia de factores sociales adversos en la niñez puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de la esquizofrenia.

Para ello los autores evaluaron una amplia gama de factores sociales dados durante la niñez y el posterior riesgo de padecer psicosis. La población estudiada era de niños nacidos en Suecia durante los años 1963-1983 y que posteriormente eran ingresados por esquizofrenia en el hospital. Se evaluaron factores indicadores del estatus socioeconómico (vivir en apartamentos alquilados, estado socioeconómico bajo, desempleo, vivir con sólo uno de los padres, etc.)

Los factores sociales adversos en la niñez eran un factor de riesgo para aquellos niños que finalmente desarrollaban algún tipo de psicosis.
FUENTE: AMERICAN JOURNAL OF PSYCHIATRY. 2005 SEP; 162(9)

Para acceder al texto completo es necesario suscribirse en la fuente original: http://www.ajp.psychiatryonline.org

Esquizofrenia:

Esquizofrenia: La enfermedad causa una deficiencia de la transmisión y de la adaptación de los impulsos nerviosos que conduce a un deterioro de la función cerebral.

Pueden aparecer las siguientes alteraciones:

Trastornos en el procesamiento de la información y en las percepciones sensoriales; Anomalías en las emocionales; Trastornos de concentración; Trastornos del pensamiento y de la capacidad de comunicarse.

La esquizofrenia afecta a más de 2 millones de personas. Más de 100.000 pacientes con esquizofrenia deben ser hospitalizados alguna vez en sus vidas. Al menos dos tercios de los pacientes necesitan ser hospitalizados. La prevalencia de esquizofrenia es de alrededor del 1-1,5% de la población según lo señaló el National Institute of Mental Health.

Aproximadamente un tercio de los vagabundos en EEUU padecen esquizofrenia. Un 50% de las personas con esquizofrenia tienen al menos un intento de suicidio; mientras que entre un 15% logra consumarlo.

La esquizofrenia es un trastorno grave, que presenta síntomas cos que se caracterizan por:

dificultad inguir fantasía de realidad, alteraciones del pensamiento (por ejemplo ideas delirantes), alteraciones de la percepción (por ejemplo alucinaciones), alteraciones en los afectos (imposibilidad de reaccionar de manera adecuada),
alteraciones de la comunicación, alteraciones dortamiento social y laboral.

Síntomas más característicos

Ideas delirantes extravagantes (por ejemplo, la persona cree que es Napoleón).
Alucinaciones auditivas (estas personas suelen escuchar una vo más conversando entre sí).
Grave deterioro en la evaluación de la realidad (esto quiere decir que les resulta difícil distinguir lo que es real de lo que no es).

Para la familia suele ser difícil convivir con una persona con esquizofrenia.

Es importante desmitificar el hecho que todos los pacientes con esquizofrenia son violentos y atacan o matan. Esto se debe a la falta de comprensión de las enfermedades mentales y a la publicidad desproporcionada de los pocos enfermos que manifiestan tas violentas o criminales.

La esquizofrenia es una enfermedad crónica e inhabilitante, y necesita de cuidados constantes. No obstante es tratable con psicofármacos, psicoterapia, rehabilitación social y laboral y psicoeducación al paciente y su familia. Si afrontamos la enfermedad en forma activa y coordinada por parte del paciente, su familia y el equipo de profesionales de salud podremos superar antiguas creencias acerca de imposibilidad de modificar el curso negativo de la enfermedad.

Los síntomas típicos de la esquizofrenia que deben estar presentes durante al menos 1 mes y persisten durante al menos 6 meses son:

Alucinaciones auditivas, visuales, táctiles, olfativas o gustativas (las primeras son las más comunes),
ideas delirantes, lenguaje desorganizado (por ejemplo: incoherencia), comportamiento gravemente organizado (agitación, incapacidad para organizar las comidas, incapacidad para mantener la higiene) o catatónico (implica una disminución de la actividad hasta una otal de atención y rigidez), pobreza del habla, incapacidad para pensar, para iniciar una actividad, pérdida del interés o del placer en actividades que antes a la enfermedad se disfrutaban.

Otras características son:

afecto inapropiado (risa, en ause a de estímulos apropiados), alteración del sueño (dormir durante el día y presentar activintranquilidad por la noche),
falta de interés en la comida, alteraciones en la marcha, balanceo, distractibilidad y discapacidad de fijar la atención, confusión, desorientación, falta de conciencia de su enfermedad, comportamientos raros, posturas raras.

La esquizofrenia afecta a las personas en el área social y laboral. Suelen tener problemas en las relaciones interpersonales, en el trabajo e incluso presentan dificultades en el cuidado de sí mismos.
Para el diagnóstico esquizofrenia se tiene en cuenta diferentes factores como la historia clínica, los síntomas, los antecedentes familiares, y las circunstancias estresantes por las que atraviesa el paciente.

Es importante que se efectúen estudios para descartar posibles patologías endócrinas o neurológicas, abuso de sustancias, enfermedades autoinmunes o hepátotras enfermedades mentales.

El comienzo de la enfermedad puede ser agudo, es decir, puede comenzar de un momento para otro con una crisis delirante, un estado maníaco, un cuadro depresivo con contenidos psicóticos o un estado confuso onírico. También puede surgir de una manera insidiosa o progresiva.

sexualidad y sindrome de Down

SEXUALIDAD Y SÍNDROME DE DOWN

Extraido de: http://ar.groups.yahoo.com/group/hablemosdepsicologia/

Uno de los objetivos de la educación es formar personas autónomas. Esta afirmación se repite constantemente y constituye uno de los mayores deseos de los padres de chicos con síndrome de Down. Pero, ¿realmente somos conscientes de lo que implica “ser personas”?

Ser persona implica, en oposición al resto de los demás seres vivos, ser capaz de tomar decisiones racionalmente venciendo el instinto, formar nuestra voluntad reconociendo nuestros derechos, nuestras obligaciones y asumiendo las consecuencias de nuestras acciones.

Todos los padres desean esto para sus hijos. Los padres de niños con síndrome de Down también, al igual que los profesionales implicados en su proceso educativo.

Sin embargo, esto parece olvidarse cuando se habla de la sexualidad de las personas con síndrome de Down, especialmente cuando se trata de las mujeres. Por un lado, se olvida o se niega que las personas con síndrome de Down, por el hecho de ser personas, son seres sexuados; por otro, se olvida que los chicos con síndrome de Down, que los hombres y mujeres con síndrome de Down tienen derecho a tomar las decisiones que les afecten directamente, como es todo lo relacionado con su sexualidad.

La sexualidad constituye para gran parte de la sociedad un tema del que, aunque se hable a menudo, no se sabe demasiado. La sexualidad es mucho más que mantener relaciones sexuales o evitar un embarazo. Implica el aceptarse a sí mismo como lo que cada uno es, como hombre o mujer, y el gustarse a sí mismo y querer gustar a los demás; implica el presumir, el querer estar guapo, limpio, aseado; implica el deseo y necesidad de relacionarnos con otros, de compartir y dar afecto, de establecer relaciones de amistad con nuestros iguales; el preocuparse por los demás; el confiar en uno mismo y en los otros; el saber diferenciar en quién debemos creer y cuándo debemos decir “no”, y un largo etcétera, que incluye, por supuesto, el sentirse atraído por otra persona de un modo especial, el enamorarse y el deseo de mantener con la persona querida relaciones sexuales.

A menudo la educación sexual de los hijos, con o sin síndrome de Down, se limita a explicar los modos de prevenir embarazos y enfermedades de transmisión sexual, y en el caso de las mujeres, se amplía a temas relacionados con la higiene íntima. Los medios de comunicación y algunas campañas publicitarias se encargan de reforzar esta concepción reduccionista de la sexualidad. Nuestras sociedad (al menos la española) ha pasado en pocos años de casi negar la sexualidad de los jóvenes, a tomarla como algo lógico, normal, que se debe aceptar sin condiciones. Casi se incita a ello desde los medios de comunicación, desde las series de televisión para jóvenes, desde las campañas publicitarias. Se ha pasado al otro extremo sin dar una formación previa desde la infancia que garantice una sexualidad sana.

Los jóvenes con síndrome de Down no son ajenos a estos mensajes. Sin embargo, a menudo les cuesta entenderlos e interpretarlos, especialmente si carecen de una base sólida. Es fundamental formarles en esta materia desde los primeros años, para que cuando llegue la adolescencia no les atrapen por sorpresa todos los cambios que tendrán lugar en su cuerpo. Y esta formación debe reunir las características pedagógicas que aconsejamos para otras materias, adaptándolas en tiempo y recursos a sus peculiaridades cognitivas.

Parece importante que todos reconozcamos la sexualidad de estas personas como un derecho inalienable de cada uno y que hagamos una reflexión honesta de la escala de valores que existe en la sociedad. ¿Qué está pasando con los valores de la sociedad? Se reivindica por parte de algunos colectivos el derecho de la madre a hacer con su cuerpo lo que desee (interrumpir su embarazo o continuar con él), a la vez que se habla sin el menor pudor de realizar una ligadura de trompas a las mujeres con síndrome de Down u otros tipos de discapacidad intelectual, para que no puedan quedarse embarazadas.
¿Con qué derecho podemos decidir lo que hay que hacer con el cuerpo de otra persona? Deseamos personas autónomas, que sean independientes, que trabajen, que tomen sus propias decisiones… pero no en todo.

Las personas relacionadas con el síndrome de Down, tanto padres como profesionales, no podemos negar la sexualidad de nuestros hijos o de nuestros alumnos. Debemos aceptarla como se acepta en el resto de los chicos, esto es, de manera natural, pero recordando que, como en otros muchos aspectos, los chicos con síndrome de Down necesitan más apoyo para entenderlo. No podemos taparnos los ojos, pensando que esto no pasará con nuestra hija o hijo, ni “protegerlos” yéndonos a vivir al campo, o evitando que se relacionen con otros chicos, ni evitando hablar del tema como si no existiera. Porque lo que es evidente es que existe, y si no se manifiesta de un modo sano, lo hará de un modo patológico.

Es preciso que ayudemos desde los primeros años a que los niños con síndrome de Down se conozcan a sí mismos, se acepten tal como son, sean capaces de decir “no” cuando algo no les gusta, y de preguntar a sus padres las dudas que van surgiendo. Estos son sólo algunos de los puntos indispensables para que lleguen a convertirse en adultos que conozcan y disfruten su sexualidad, que vivan en plenitud, que no sean víctimas de abusos, ni tampoco protagonistas de episodios que incomoden a otras personas.

Enfermedades Reumáticas

¿Cuáles son las consecuencias sociales al padecer un dolor de tipo crónico como en la mayoría de las formas de artritis?

Las formas más frecuentes de artritis son la osteoartritis y la artritis reumatoide, enfermedades crónicas que se asocian con alteraciones físicas, sociales y hasta psicológicas.

El dolor, en la mayoría de las ocasiones, limita las habilidades para desarrollar actividades, como trabajar, disfrutar e incluso para cuidarse de sí mismos. Estos cambios afectan de manera importante su autoestima, pudiendo originar estados depresivos y aislamiento social. Las personas que padecen dolor llegan a pensar que deben de vivir con dolor y aceptarlo; esto ocasiona cambios en la vida familiar y social.

Por ello es preciso, que toda persona que manifieste dolor articular o que tenga un dolor de tipo crónico, acuda de forma oportuna a su médico y, en caso necesario, reciba soporte psicológico con el fin de manejar de forma adecuada sus emociones y sentimientos, tratando de preservar ante todo la calidad de vida de la persona que sufre dolor.

PSICOSIS INFANTIL

PSICOSIS INFANTIL

El niño psicótico se comporta, permanentemente, de forma “estrafalaria” y desconcertante. Las conductas propias de una psicosis pueden describirse como:

-Aislamiento: presenta una clara falta de comunicación respecto al entorno. Ya desde los primeros meses, se observa una falta de contacto ocular, hay ausencia de sonrisa (propia ya del 3er mes), ausencia del miedo frente a personas o situaciones extrañas (ya presente en el 8º mes). Rechaza, generalmente, el contacto físico.

-Con frecuencia su tono muscular es hipotónico (tono bajo).

-Sus gestos son extraños, poco habituales.

-El niño se muestra como absorto o “embobado” en sus propios movimientos o gestos.

-Explora el entorno con formas especiales como el olfateo (de cosas, personas,…),…

-Se observan trastornos en el lenguaje, muy diversos según el grado. El niño psicótico adquiere el lenguaje más tarde de lo normal, de forma incompleta e inadecuada; también se ve afectada la entonación.

-Hay trastornos de las funciones intelectuales, aunque son difíciles de detectar, pues no hay apenas posibilidad de comunicación con el especialista infantil encargado de evaluarlo.

-Presenta una increíble capacidad retentiva (de memorizar).

-Su esquema corporal está muy alterado.

-Es característica la necesidad de realizar determinados rituales al acostarse, salir,… (el romper esa secuencia le hará “descontrolarse”)

-Pueden darse ideas delirantes (de tipo persecutorio,…), alucinaciones (auditivas, por ej.),…muy difíciles de constatar.

-Trastornos en el sueño (insomnio).

-Trastornos en la alimentación.

-Retraso en el control de los esfínteres.

Tipos de psicosis:

?Autismo precoz (suele darse antes de los 3 años de vida)

?Esquizofrenia infantil (cuanto mayor es el niño más se parece este trastorno al de edad adulta)

En el diagnóstico será fundamental discriminar si se trata de éste u otro trastorno que puede desarrollarse con síntomas similares. Cuanto antes se intervenga, más se podrá evitar el deterioro que implica sufrir este tipo de trastornos. El tratamiento básicamente es farmacológico, prescrito por el psiquiatra infantil, pero no es curativo (es paliativo de los síntomas).

A veces, se hará necesaria la hospitalización del niño.

Su educación deberá ser especializada.

La psicoterapia con el niño y con la familia puede ayudar mucho.