Respaldo de material de tanatología

PERSONA E INDIVIDUO

Se autoriza el uso de este material citando su procedencia:
Dominguez Prieto, X.M. (2000). Persona e individuo. NOUS: Boletín de Logoterapia y Análisis Existencial.  (4), 91-104.

PERSONA E INDIVIDUO

Xosé Manuel DOMINGUEZ PRIETO

1)  La desmoralización de los adictos.

Repítese hasta la saciedad que el alcoholismo, la ergomanía, la ludopatía, la sexoadicción, la drogadicción o el consumismo compulsivo son comportamientos psicopatológicos que precisan tratamiento especializado. Pero lo que no se suele decir es que esas alteraciones psíquicas y comportamentales tienen por fundamento un deterioro moral, una mala gestión biográfica, una opción personal y libre. Tratar de obviar o ignorar este desarreglo moral, señalando que se trata sólo de una patología psíquica, quizás responda a una soterrada intención: la de tratar de tranquilizar la sensación de culpabilidad, eliminando el reconocimiento de la propia responsabilidad en la situación en la que se encuentra. Porque la mayor parte de las compulsiones nacen de un hábito de comportamiento del que la persona es responsable.

Sabido es que la ética se ocupa, entre otras cosas, de reflexionar sobre el carácter moral de la persona, es decir, de aquello que cada uno hizo voluntariamente de sí mismo a lo largo de la vida1. Y eso que vamos haciendo de nosotros, porque así lo queremos, nos va configurando. La repetición habitual de actos y opciones configuran una segunda naturaleza: se trata de aquello que los filósofos griegos llamaban virtud (si era un hábito constructivo) y vicio (sí era un acto que desajustaba y estropeaba a las personas)2. Cada uno es, por tanto, no sólo actor en su vida sino autor de la misma, porque cada uno, con más o menos esfuerzo y con más o menos propensión a determinados actos, va adquiriendo unos hábitos y, en ellos, configurando su propio perfil personal.

Pues bien: asistimos desde hace décadas a un significativo cambio en la formulación de esta cuestión. A saber: ya no se dice que alguien tiene ‘el vicio de ver televisión’ sino que se afirma que alguien es un ‘teleadicto’. Ya no se habla de una sexualidad deformada o viciosa (expresiones que han terminado sonando a ‘moralina’) sino de ‘sexoadicción’. Nadie osa hoy hablar del ‘vicio del juego’, de la ‘intemperancia en el beber o en el comer’ sino que se prefiere una fórmula neutral éticamente, hablándose de ludopatía, alcoholismo o bulimia. Pero la verdad es que la ludopatía, la sexoadicción, la teleadicción, la drogadicción, el alcoholismo o cualquiera otra psicopatología, antes de enfermedades psíquicas suponen un deterioro moral, un quebranto biográfico.

¿Qué ha sucedido con la dimensión ética? ¿No será este esconder la dimensión ética un no querer reconocer la responsabilidad de la persona en esta situación? ¿No supone un intento de proclamar la inocencia de la persona eliminando su libertad? Siendo innegable que el resultado final es psicopatológico, ¿no supone esta reducción de la persona a su dimensión psíquica una promoción de la inmadurez afectiva y volitiva?

Lo que ha sucedido es que ha habido una dimisión de la condición personal, un significativo escamoteo de la dimensión ética. Se ha ignorado que la persona es aquel ser que es suyo, que es dueño de su vida, que es no sólo actor y agente de su vida sino autor de sí mismo, porque es libre y responsable de sí3. Al ser relativamente libre de sus impulsos internos y de las influencias externas, es capaz de optar en función de un proyecto vital y de lo que reconoce como valioso. Por eso, es responsable de lo que hace de sí. Pues bien: esto es precisamente lo que se ha diluido e ignorado. Al haberse ocultado esta dimensión ética, lo que ha sucedido ha sido algo realmente grave: se ha allanado el camino para la reducción de la persona a mero individuo. Se ha eliminado lo que es propio de la persona y se le ha reducido a su dimensión psíquica. Y esto supone, como luego veremos, un empobrecimiento de la propia realidad personal e incluso una desmoralización4 (entendida como parálisis y dimisión personal).

En conclusión: se ha pretendido comprender un fenómeno humano quedándose en la periferia psíquica del mismo. Y no es que no afecte a esta dimensión. Es que la raíz profunda de los problemas a los que aludíamos se encuentran en el nivel más profundo de la persona: en el nivel que la logoterapia denomina espiritual y que la filosofía personalista denomina la persona. Psicología sin antropología, es ciega (o, cuando menos, tuerta). Lo que se ha ignorado, digámoslo ahora dando un paso más, es la doble posibilidad que encierra toda vida humana en cada uno de sus actos: o bien hacerse dueña de sí o dimitir de sí, es decir, vivir como mera persona o como individuo5. Y estas ya no son categorías psicológicas sino antropológicas.

¿Cuál es, en este nivel en el que nos situamos, la diferencia entre persona e individuo?

2) El individuo

La distinción entre individuo y persona, tal y como aquí la vamos a describir, fue muy habitual en muchos de los pensadores e intelectuales que vivieron el periodo entre las dos Guerras Mundiales, sobre todo en los personalistas6. Así,  la encontramos en Lacroix, Nédoncelle, Marcel, Buber, Lévinas y, sobre todo, en Mounier. Éste, diferencia nítidamente ambas categorías indicando que, mientras que el individuo es fruto de un doble movimiento de dispersión en lo exterior y de repliegue en lo interior, la persona responde al doble dinamismo de apertura y donación exterior y de unificación interior desde el núcleo de la propia vocación. De este modo, el individuo sería una persona irrealizada, una persona malograda o una degradación de la persona, cerrada en los límites de su yo hipertrofiado.

Analicemos ahora, con cierto detalle, qué es lo que caracteriza al individuo:
a) Llama Mounier individuo “a la dispersión de la persona en la superficie de su vida y a la complacencia de perderse en ella” (RPC 210). El individuo es dispersión, disolución de la persona en la materia, en la acción, en los personajes que representa. Pérdida en lo múltiple e impersonal7.
b) Es un hombre anónimo, sin vocación, sin sentido, sin horizonte, sin familia, sin vínculos personales. Se repliega sobre sí, narcisista. “Un hombre abstracto, sin ataduras ni comunidades naturales, dios soberano en el corazón de una libertad sin dirección ni medida, que desde el primer momento vuelve hacia los otros la desconfianza, el cálculo y la reivindicación” (P, 474).
c) Es su actitud básica la de poseer, y por tanto, la de reivindicar, acaparar. En las cosas pone su seguridad8.
d) Pero, sobre todo, el individuo, separado de todos y todo, se cierra, se repliega sobre sí, opta por la disolución en la soledad9:

? Soledad frente a la verdad (se piensa en sí, sin los demás; piensa en sí sin horizonte de sentido).
? Soledad frente al mundo (perdido en la volubilidad de las propias sensaciones o de la propia razón).
? Soledad frente a los hombres: “individuo abstracto, buen salvaje y paseante solitario, sin pasado, sin porvenir, sin relaciones” (RPC 191). Vive la libertad-de, pero ni sospecha la libertad-para. Ha perdido el gusto de acoger y el deseo de dar. Solo se afirma a sí. Es ‘soporte sin contenido de una libertad sin orientación” (RPC 195).

A estas coordenadas ofrecidas por Mounier, podríamos añadir en congruencia con ellas, otras varias:
e) Sus actitudes son las de sumisión a los dictados del mercado, asume los ideales neoliberales. Busca seguridades: coche, ahorro, puertas, guardias, sexo. No quiere compromisos. Los demás o le son útiles (esposa, hijos, amigos) o estorban. No cree en la gratuidad de las relaciones. Incapaz de comprometerse con nada ni nadie que no de dinero. Quiere mantenerse libre-de pero no para ser libre-para. Al no querer tensiones ni problemas, huye, se anestesia (sobre todo mediante la actividad laboral). Consecuentemente, se siente mal en el tiempo libre porque le enfrenta a sí mismo.
f) Sus creencias se han diluido.  Ya no cree en las utopías y religión de cuando era joven. Ahora lo ve como romanticismo ingenuo. No cree firmemente en nada para no tener que comprometerse con nada de modo gratuito. Respecto de los valores personales es indiferente. No tiene ninguna cosmovisión de conjunto, es decir, no hace suyos ningún sistema moral, ni político, ni unas ideas religiosas. Identifica tener convicciones con ser un intolerante. Y por eso él mismo es relativista, escéptico y acrítico. Mas con una excepción: cree en el economicismo neoliberal de modo ciego, acrítico  y fundamentalista. Cree en la productividad, en la competitividad, en la especulación. Cree en todo lo que se puede comprar. Se auto-concibe como productor-consumidor. Compra y adora los objetos de última moda. Por eso sus valores son su visa, su coche, su móvil, sus viajes, sus fotos, sus fiestas. Él es lo que posee. Pero, en realidad, es poseido por lo que cree poseer.

3) ¡VAYA INDIVIDUO! : Lo que el individuo trae consigo.

a) ¿Cuáles son las consecuencias de esta opción vital? Disperso en la superficie de su vida, confiando su consistencia al tener, solo, sumiso, acrítico, sin creencias ni compromisos,  antes o después, termina por desmoronarse psíquicamente. Porque la realidad es tozuda. Y como  en esa situación antes descrita la persona se encuentra con que carece de un horizonte por el que vivir, de un sentido vital, de un proyecto de vida que vaya más allá de lo inmediato y de lo pragmático, termina por sentir que él mismo se ha perdido. Pero, aún dándose cuenta de su situación, se niega a responsabilizarse de sus errores morales (que no quiere percibir como tales): se niega a responsabilizarse de sí. Por ello, o bien trata de anestesiarse (con alcohol, drogas, trabajo, sexo, televisión, internet, etc.) o se abandona inerme a su vacío existencial y  se deprime. En estos casos, muchos optan por asistir al psiquiatra o al psicólogo, no para buscar la raíz de su vacío, sino para que lo cauterice y calme. Pero ocurre con alguna frecuencia que el propio psiquiatra no cree en la persona y comparte con el individuo-paciente el mismo entramado de valores, la misma postura vital anestesiante y nihilista. Por eso muchos terapeutas (??) se limitan a tratar el síntoma mediante fármacos anestésicos dejando intacta la etiología profunda de los conflictos. Todo con tal de no invitar a su paciente a la responsabilidad, a tomar las riendas de sí.

Por tanto, el resultado de esta dimisión personal, en el plano psicológico, es que el sujeto se viene abajo, se desmoraliza, se angustia.

b) Esta angustia o desmoralización ha sido descrita como uno de los rasgos que definen la sociedad actual. En este sentido dirá  Victor Frankl10 que sabemos cómo vivir pero no para qué vivir. Esta pérdida de apoyos y de firmezas sobre las que vivir, junto con el obligársenos a vivir a ritmo trepidante produce este fenómeno de la angustia o, en términos de la logoterapia, neurosis noógena.

Tecnólatra, el individuo descubre finalmente que la técnica no le salva y tras la ‘muerte cultural de Dios’ y la ausencia de cualquier ideal o mística, sólo le cabe sumirse en el narcisismo, que desembocará siempre en la angustia, la depresión o en la autoanestesia (con alcohol, droga, fútbol, Internet, trabajo, sexo o Valium). Todas ellas son formas de desmoralización. Porque todos estos fenómenos responden a algo mucho más radical.

Recordemos que la persona es aquel ser que tiene que hacer su propia vida. Y como la manera concreta en que tiene que ir realizándose es un problema para sí mismo, su vida es inquietud11 (que no angustia). Situada frente a la realidad, la persona se abre a ella para, a través de las posibilidades de realización que le ofrece, irse haciendo plena. En su plenitud reside su felicidad. No existe sólo libertad-de, como pretendía Sartre, sino también libertad-para12, libertad que se compromete. ¿Con qué? Con las posibilidades que descubre como mejores para su plenificación. Esas posibilidades son los llamados bienes. Por consiguiente, no se quiere cualquier cosa sino lo bueno, y lo bueno es lo que plenifica y, al ser apropiado, alegra. Pero también puede brotar la tristeza como fruto de apropiarse la persona de aquellas posibilidades que satisfacen inmediatamente pero no la construyen como persona. Es decir, es la manifestación del empobrecimiento por el que se opta. Pero cabe aún otra posibilidad: la des-moralización, es decir la pérdida de sentido, del para qué de la propia vida (situación ético-antropológica que podría llegar a dar lugar, en el plano psíquico, a la neurosis noógena).

En efecto, se puede dar la espalda a la realidad como fuente de posibilidades, cabe el ocluirse, el no abrirse a esa fuente principal de sentido y posibilidades que son los demás. Así, paralizado, retraído a su puro estado natural, abandonado a su ‘vida estética’, la persona se ve lanzada a actuar habiendo perdido el sentido de por qué actuar. Su inquietud biográfica deja de ser tal para pasar a ser inseguridad, ansiedad.

De este modo el desmoralizado está en situación de impotencia13 .Deja así de apropiarse de posibilidades que podría o debiera apropiarse, de modo que se va vaciando, empobreciendo, desintegrando, desvinculándose de la realidad y perdiendo creatividad. La vivencia de este vacío, de esta parálisis, de esta impotencia, es la esencia de la desmoralización, último destino del individuo que no haya huido de sí mediante alguna forma de anestesia.

4) El individualismo.

Pero en nuestra sociedad no sólo se ha dado una degradación de la persona en individuo, sino todo un êthos social o carácter moral colectivo que responde a estos mismos parámetros: es el individualismo.

Esta realidad social,  tan definitoria de la sociedad neoliberal, economicista y burguesa contemporánea, no es sino el fruto de la promoción social y cultural del individuo en el sentido preciso que lo hemos definido aquí.

a) Para el individualismo, los otros o son ayuda para la propia  realización o son obstáculos. El ‘yo’ exige, ante todo, realizarse (postura recogida por los existencialistas y por Maslow). El infierno es el otro (decía Sartre) si no coadyuva a este fin. Ya no hay, por tanto, ideales comunes. La persona existe, al margen de toda comunidad (aunque viva con otros). Coexiste pero no convive.

b) El individualismo constituye, por otra parte,  el último fruto cultural del liberalismo político unido a un sistema de mercado que se ha impuesto como ideología única. El liberalismo, como sabemos, es aquella doctrina política que defiende la igualdad ante la ley y pretende asegurar unas libertades básicas.

? Consiste, teóricamente, en la defensa del individuo frente a la sociedad y el Estado. Pero esta defensa a ultranza de lo individual acaba siendo un instrumento en manos del fuerte: una defensa del individuo fuerte frente al otro, más débil o ajeno, de la propia realización a toda costa y sin compromisos con otros. Es decir, el liberalismo desembocó históricamente en individualismo.
? La libertad de opción y la igualdad se convierten en el rechazo de toda necesidad, de toda norma, de toda vocación, adhesión o fidelidad que ate. Al cabo, queda una libertad sin ataduras, un individuo desnudo, rey de un corazón sin finalidad: Tal es, sin embargo, la aspiración titánica del liberalismo; se ha apegado tan fuertemente a los valores de la liberación pura y simple, sea cual sea su meta, que ha llegado a colocar la negativa por encima de la elección, la indeterminación por encima de la adhesión, el capricho por encima de la fidelidad, el acto inmotivado por encima de acto lleno de sentido14.
? Consecuentemente, lo que, en última instancia, promueve el individualismo, entendido como sistema moral, es la felicidad, pero entendida ahora como bienestar, como un estar sin tensiones15.

c) ¿Cuáles son los efectos del individualismo?  La corriente ética llamada comunitarismo lleva a cabo una de las críticas más demoledoras al liberalismo atendiendo a sus efectos. El comunitarismo es una doctrina ética surgida en la década de los 80 del siglo XX en la que se afirma que toda concepción del bien, la virtud, la felicidad y la vida buena, son siempre referentes a una determinada comunidad y tradición. Sólo desde la propia tradición y desde la comunidad se hace inteligible la propia identidad moral. La ética comunitaria critica al liberalismo porque promociona una sociedad individualista, insolidaria, en la que se produce anomia en la identidad, desarraigo afectivo y un empobrecimiento en las relaciones sociales y comunitarias. La enorme movilidad debida al trabajo, la movilidad afectiva (separaciones y divorcios) o la movilidad política dan lugar a individuos desarraigados, afectivamente inermes. La persona es un ser comunitario, y cuando le falta la comunidad, sucumbe.

d) En esto coincide con el diagnóstico de otro reciente grupo de pensadores: los de la Escuela de Francfort: Horkheimer, Marcuse o Habermas coinciden en que el individualismo, unido al economicismo neocapitalista, han aplastado al propio individuo al que decían servir en principio. ¿Qué es lo que ha postergado y cosificado a la persona?: los dictados del mercado. El individuo, reducido a ser un peón productor y consumidor, una pieza móvil del engranaje productivo, sacrifica todo (familia, tiempo, salud), en aras de este sistema economicista. Al final, su tiempo, su ocio, sus relaciones, sus acciones, se han cosificado, son tasadas como mercancías. Todo, incluso él mismo, se mide por su valor de uso. El individuo ha desaparecido convertido él mismo en mercancía16. El sistema económico neoliberal ya no sirve a las necesidades del individuo sino que es éste el que sirve dócil y ciegamente al sistema. Si en el siglo XIX se predicó la muerte de Dios, en el XX es la persona quien ha muerto17.

5) La persona

A diferencia del individuo,  la persona, desde la unificación y sentido que propicia el descubrimiento y experiencia de su vocación,  es “señorío y elección, es generosidad” (MSP 627), superación y desprendimiento (MSP 631).

a) Frente a la dispersión del individuo, la persona es dominio de sí, conquista de sí, pero no para vivir para sí.  Por eso, el primer deber de la persona no es salvar su persona sino comprometerla (con otros, en la acción, a favor de la vocación propia y de los demás,  asegurándoles un mínimo material). La libertad la emplea en adherirse a personas y valores personales: corre el riesgo del amor. Así, la vida de la persona es presencia y compromiso18. Pero para serlo, decíamos, necesita estar unificada desde su intimidad por su vocación19.

b) Desde su vocación, desde su particular llamada a ser persona, la persona se unifica y se hace fecunda. Pero es tarea primordial de la persona  la búsqueda y ejecución de esta vocación20. La familia, al igual que el Estado, el Derecho o la economía deben estar al servicio de la protección y promoción de la vocación de la persona. Pero no pueden substituirla: “sólo la persona encuentra su vocación y hace su destino. Ninguna otra persona, ni hombre ni colectividad, puede usurpar esta carga”(MSP 630).

c) La persona realiza esa vocación dándose, comunicándose a otros, sin caer en la tentación del repliegue. Y, por la comunicación, se abre a la comunidad. Así entendida, la persona genera comunidad, pues “no se encuentra sino dándose” (MSP 636), mediante un doble dinamismo de acogida y donación. En ello radica su riqueza, pues “solamente nos encontramos al perdernos; sólo se posee lo que se ama (…) Sólo se posee lo que se da” (RPC 194). Realizando su vocación, acogiendo y donándose, la persona se hace creativa.

d) Así las cosas, podemos intentar describir, que no definir,  la persona como aquella realidad valiosa por sí misma (digna), espiritual y de carácter psicosomático (esto es, con interioridad y exterioridad), sexuada, abierta al cosmos, a las demás personas (en su dimensión individual, social e histórica) y a la trascendencia, que constituye una tarea para sí misma. Esta autorrealización la lleva a cabo mediante proyectos que elabora desde un sentido que descubre para su vida, a partir de las posibilidades que se le ofrecen, apoyado e impelido por las cosas, las demás personas y la trascendencia. En este sentido, la persona es realidad dialógica y relacional de modo que para realizarse y llegar a la plenitud lleva una vida personal y comunitaria. Esta vida comunitaria se realiza mediante los encuentros interpersonales, los cuales son posibles porque la persona es el único ser que es capaz de salir de sí, ponerse en el punto de vista del otro, tomarlo sobre sí, donarse a él y permanecerle fiel.

6) Pero si la persona es esto, ¿cómo podemos recuperar a la persona de su individualismo?

Así las cosas, parece patente que se nos invita a una gran tarea: recuperar a la persona del individuo en que ha degenerado, desarrollando así una cultura personalista y comunitaria. Señala Mounier que “la persona no crece sino purificándose  incesantemente del individuo que hay en ella. No se logra a fuerza de atención sobre sí, sino por el contrario, tornándose disponible”21 ¿Y como se hace esto? Mounier también aporta unas líneas claras de acción:

a) Se recupera a la persona purificándola de lo individual, lo que comienza con la toma de conciencia de que estamos perdidos en el exterior, expulsados de nosotros mismos, prisioneros de nuestros apetitos, relaciones, del mundo que lo distrae. Vida inmediata, sin memoria, sin proyecto, sin dominio, es la definición misma de la exterioridad (P, 485).
b) Romper con el exterior, retirarse, hacer silencio. Esta  actitud permite romper con las distracciones exteriores y recuperar las voces interiores, que son las que permiten a la persona volver a tomar conciencia de su vocación. Lo que se busca, con este silencio y este retiro, es recuperar el secreto interior, la cifra de la propia persona. Se trata de recuperar las fuentes interiores como lugar fontanal del sentido de la persona.
c) Tras esto, esta recuperación supone una conversión, un cambio en el corazón en el que se dejan los valores no arraigados en la persona, y se opta por los que hacen crecer a la persona. Esta conversión tiene una dirección bien precisa: de lo exterior a lo interior y de lo interior a lo trascendente y comunitario.
d) Esta conversión permite recuperar  a la persona. Y esto significa que se recupera su vocación en tanto que llamada que permite unificar a la persona y llevarla más allá de sí misma, indicándole su lugar en la comunión universal.
e) Plegarse para recuperarse y desplegarse.
El repliegue en el interior no supone huida ni reposo sino tensión, experiencia de desposesión y desvalimiento, de riesgo y fragilidad. Se trata de recuperarse a sí en un doble movimiento de negación de sí y afirmación del otro, de concentrarse para desplegarse, empobrecerse para enriquecerse. Persona es, por tanto,  la que corre el riesgo del amor, la que es capaz de donación y acogida. La persona sólo se encuentra dándose. Sólo se recupera perdiéndose.
f) Recuperar a la persona es recuperar, también, su dimensión comunitaria: la persona sólo se encuentra a sí en la comunidad. Por eso debe purificarse del individuo para vivir inserto (no disuelto) en la comunidad, viendo sus problemas desde ella. ¿Qué exige esto?: la apertura de la persona a los otros y al Otro. Sólo desde la apertura a lo comunitario la persona es capaz de dar-de-sí. Desde una experiencia elemental e inmediata, lo que constatamos es que la esencia de la persona es dinámica y que el dinamismo más íntimo de la persona es el de crecer hacia su plenitud, dar-de-sí, aspiración a existir en plenitud o voluntad de ser22. Y esto ocurre en la medida en que va actualizando sus potencialidades de crecimiento y creatividad, se abre a la realidad, descubre un sentido, pone en orden todas sus dimensiones y se cura de todo lo que bloquea esta aspiración. Ahora bien: todo esto  sólo ocurre en el encuentro con los otros y con el Otro en tanto que son impulsantes, posibilitantes y soporte biográfico. En este sentido, la posibilidad radical es la de ofrecer un sentido para vivir. Y en esto consiste la segunda constatación: el viaje hacia la plenitud siempre se hace mediante la apertura a la trascendencia y a la fraternidad. Desde lo íntimo se descubre la necesidad de la relación con los otros como esencial. Sólo en el Encuentro fecundo con el otro y con el Otro, es posible la plenitud personal. Sólo en la donación al otro y al Otro es posible la plenitud personal.

Xosé Manuel DOMÍNGUEZ PRIETO es Doctor en Filosofía y miembro del Instituto Emmanuel Mounier.

SIGLAS de las obras de Mounier citadas

MSP: Manifiesto al servicio del personalismo. Sígueme, Salamanca 1992, tomo I de las OBRAS COMPLETAS pp579-756
RPC: Revolución personalista y comunitaria. Sígueme, Salamanca 1992, tomo I de las OO.CC, pp159-500
P: El personalismo. Sígueme, Salamanca 1990, tomo III de las OBRAS COMPLETAS pp449-550
PCPH: De la propiedad capitalista a la propiedad humana . Sígueme, Salamanca 1992, tomo I de las OBRAS COMPLETAS pp 501-578

NOTAS

1 El vocablo ‘ética’¸ procede del término griego ‘êthos’ que significa ‘modo de ser’ o ‘carácter’. Ya desde Aristóteles la ética es concebida como una reflexión sobre la construcción del carácter moral. El lector interesado puede profundizar en esta sugerente concepción de la ética en alguno de los siguientes textos:
– ARANGUREN, José Luís L.: Ética. Revista de Occidente, Madrid 1976(6ª edición). Primera parte, capítulo 2; segunda parte, capítulos 1, 2 y 23.
– ZUBIRI, Xavier: Sobre el hombre. Capítulo VII: ‘El hombre, realidad moral’. Alianza Editorial, Madrid 1986.
– CORTINA, Adela y MARTÍNEZ, Emilio: Ética. Akal, Madrid 1996. Capítulo I: Él ámbito de la filosofía práctica.

2 Cfr. ARISTÓTELES: Ética a Nicómaco, capítulos II a VII

3 La inseparable relación entre libertad y responsabilidad en la persona es una de las aportaciones más valiosas que a la antropología ha hecho Viktor E. Frankl y la logoterapia. Puede encontrarse una exposición clara y sabrosa en NOBLEJAS, Mª Ángeles: Palabras para una vida con sentido. Desclée De Brouwer, Bilbao, 2000. Capítulos I y II.

4 Recogemos el término en el sentido preciso en que lo emplean Ortega, Zubiri y Aranguren. Hablan estos pensadores españoles de desmoralización en contraposición al estar en ‘buena forma’ moral. Afirma Ortega, y recoge Aranguren en su Ética (op. cit. p.53) que un hombre desmoralizado es simplemente un hombre que no está en posesión de sí mismo, que está fuera de su radical autenticidad y por ello no vive su vida,  por ello no crea, ni fecunda, ni henche su destino.
También Zubiri utiliza el término, en el sentido propuesto, en Sobre el sentimiento y la volición. Alianza Editorial, Madrid 1992, pp. 267, 400-401.

5 No resultará baladí aclarar, dado que el término ‘individuo’ es polisémico y de uso coloquial frecuente, a qué acepciones del mismo no nos referimos. Ante todo, tenemos que distinguir la acepción concreta que le confieren algunos personalistas de las acepciones más cotidianas. Así, en nuestro empleo del término ‘individuo’ no nos referimos a un miembro singular dentro de una especie o género. Tampoco ‘individuo’ tiene, en este contexto, el sentido peyorativo de referirse a ‘un cualquiera’. Y, por supuesto, tampoco es sinónimo de ‘persona’. Por último, señalemos que esta acepción personalista difiere de la empleada en la filosofía griega (individuo como lo opuesto a lo universal), en la filosofía tomista (individuo como lo incomunicable e irrepetible que existe por sí mismo).
Digamos también que aunque esta doble posibilidad radical, persona e individuo, está estudiada de modo explícito por algunos pensadores personalistas, en el siglo XX, la distinción está ya presente a lo largo de la historia del pensamiento, especialmente en los existencialistas. Así, distinguía Kierkegaard entre vida estética y vida ética o Heidegger entre vida auténtica e inauténtica. Para profundizar más sobre el sentido preciso que aquí le queremos dar a los términos ‘persona’ e ‘individuo’ proponemos la consulta de las voces ‘individuo’, ‘persona’ y ‘personalismo’ del Diccionario de Pensamiento Contemporáneo. Dir. Mariano Moreno Villa. Ed. San Pablo. Madrid 1997.

6 Designamos con el término ‘personalismo’ aquellas corrientes filosóficas que afirman la primacía de la persona sobre cualquier otra realidad, y la toman como eje de sus reflexiones. No es tanto un sistema como una perspectiva desde la que se abordan los problemas. Pero una perspectiva filosófica, en la que se atiende a la teoría y a la praxis, y en la que la persona es tomada en su singularidad y en su dimensión comunitaria, como seres libres y creadores.  En concreto, nos referimos al pensamiento de un conjunto de filósofos del s. XX entre los que destaca primero Emmanuel Mounier y el grupo formado en torno a la revista Esprit  y al que se pueden adscribir otros pensadores como Marcel, Scheler, Buber, Ebner, Landsberg, Nedoncelle, Weil, Levinás, Ricoeur, Lacroix y, en España, Carlos Díaz, todos los pensadores vinculados al Instituto Emmanuel Mounier y, de un modo lato, José Luis L. Aranguren, Laín Entralgo y Julián  Marías.

7 Ejemplos de formas de dispersión: hacer del fútbol, la televisión, el internet, las modas, la continua diversión mojada en alcohol, el argumento vital o, al menos, del tiempo libre, que es el tiempo en que la persona dispone más plenamente de sí.

8 Cfr. MSP 627

9 Cfr. RPC 191

10 Cfr. FRANKL, Victor: El hombre en busca de sentido. Herder, Barcelona 1991, Parte II: ‘Principios de logoterapia’ passim. Especialmente p.104
Esta idea es una de las más extendida por toda la obra del afamado psiquiatra. Por ejemplo, se puede encontrar también en La psicoterapia al alcance de todos. Herder, Barcelona 1990, Cuarta Edición, pp. 13-25 y, especialmente, el capítulo XVII, ‘La angustia del hombre ante sí mismo’. Según Victor Frankl, la angustia tiene como radical motivo la ausencia de un sentido existencial.

11 Cfr. ZUBIRI, Xavier: El hombre y Dios. op. cit. p.52. Se trata según Zubiri, de tener que ser absoluto sin saber muy bien cómo serlo.

12 Cfr. ZUBIRI, Xavier: Sobre el sentimiento y la volición. Alianza Editorial, Madrid 1992, pp. 87-92

13 Cfr. Idem. p. 398

14 Emmanuel Mounier: Personalismo y cristianismo. Ed. Sígueme, Salamanca, 1992. Tomo I de las OOCC. pp. 875-876

15 Pero como mostró V.Frankl en El hombre en busca de sentido,  justo la persona crece gracias a sus tensiones y, si estas desaparecen, se desmorona: Considero un concepto falso y peligroso para la higiene mental dar por supuesto que lo que el hombre necesita ante todo es equilibrio o, como se denomina en biología ‘homeostasis’; es decir, un estado sin tensiones. Lo que el hombre realmente necesita no es vivir sin tensiones, sino esforzarse y luchar por una meta que le merezca la pena. Lo que precisa no es eliminar la tensión a toda costa, sino sentir la llamada de un sentido potencial que está esperando a que él lo cumpla” (FRANKL, Viktor E.: El hombre en busca de sentido. Herder, Barcelona 1991, 12ª edición. pp. 104-105).
Pero, como ya hemos señalado en el presente trabajo, si la persona se desmorona, se desmoraliza por falta de horizonte y compromiso, nunca puede ser solución enfriar o disfrazar el sentimiento de culpa o el malestar. Las terapias somáticas y psicoanalíticas curan síntomas pero no a la persona. En realidad, como enseña la logoterapia, y el sentido común, la persona sólo se (re)construye desde un horizonte de sentido, desde un sistema de valores y nunca anestesiando sus culpas o adormeciendola con Tranquimacín, tila alpina,Valium o Prozac.

16 A esta reducción mercantilizante, recogiendo el término del marxista Lukács, se le denomina reificación.

17 Incluso hay filosofías, como el estructuralismo, que afirman explicitamente la desaparición del sujeto humano, la muerte del hombre. En fin: ‘Dios ha muerto. El hombre ha muerto y yo mismo no me encuentro ya nada bien’.

18 Cfr. MSP 628

19 Cfr RPC 212: Para Mounier la persona presenta tres dimensiones: encarnación, vocación y comunicación.

20 Cfr. MSP 630

21 P, 474

22 El dinamismo básico de la persona es la aspiración a existir en plenitud en cierto modo semejante a la aspiración de perfección de toda substancia en Aristóteles, al deseo de ser en si y para sí de Sartre, o la tensión hacia el Bien de Platón.

FIABILIDAD DE LOS TESTS PIL Y LOGOTEST

Se autoriza el uso de este material citando su procedencia:
Noblejas de la Flor, M.A. (2000). Fiabilidad de  los tests PIL y Logotest. NOUS: Boletín de Logoterapia y Análisis Existencial.  (4), 81-90.

FIABILIDAD DE LOS TESTS PIL Y LOGOTEST

Mª Ángeles NOBLEJAS DE LA FLOR

INTRODUCCIÓN

Validar instrumentos o crear nuevas herramientas que ayuden en la praxis logoterapéutica es necesario para ubicar nuestro quehacer en el actual paradigma científico, en pos de su objetividad.

La ciencia es, al mismo tiempo, capaz de progresar y falible. Por ello, contando con una postura abierta, ha de reconocer sus límites, desde una actitud ética. En esta línea, suscribimos las palabras de Boado de Landaboure (1994, p. 1):

?La hiper o hipovaloración de test y técnicas, encubre muchas veces la inseguridad personal de quien maneja el recurso y conlleva a la empobrecida circunstancia de trastocar lo que es propiamente humano por el resultado de lo técnico. Esto, sin duda, ha engendrado distorsiones iatrogénicas originando fundadas críticas desde diversos enfoques. Estas críticas no invalidan los instrumentos si no que plantean la necesidad de conocer sus alcances y límites.
Tanto la rutina profesional como la innovación apresurada entrañan el grave riesgo de la despersonalización?.

Para avanzar en el conocimiento del hombre estudiamos aspectos particulares, pero nunca hemos de olvidar que el ser humano es siempre más de lo que sabe de sí y puede saber más de lo que algún otro sabe de él  (Jaspers, 1996).

Finalmente, debemos resaltar la necesidad de asumir lo que otras disciplinas, como pueden ser en este caso la estadística, han establecido como procedimientos objetivos; siempre que no nos sitúen en una visión reduccionista y determinista del ser humano.

En esta línea, en este artículo nos planteamos estudiar la fiabilidad de la versión española de los dos test logoterapéuticos más difundidos: el Purpose In Life (PIL) desarrollado en los Estados Unidos (Crumbaugh, 1969) y el Logotest desarrollado en Alemania (Lukas, 1986). Los lectores interesados pueden encontrar una breve descripción de ambos test en un trabajo anterior (Noblejas, 1999).

Dos son los requisitos fundamentales que han de cumplir los instrumentos de medición psicológicos para asegurar la calidad de los datos que serán analizados: la validez y la fiabilidad.

La validez se puede definir (Bisquerra, 1987) como el grado en que un instrumento mide lo que pretende medir. Esta afirmación parece algo obvio pero, por ello, es quizás el aspecto más complicado de objetivar. Se habla de varios tipos de validez ligados a procedimientos específicos de tratamiento del problema. La ?validez de contenido? se da cuando los items representan el contenido que se pretende medir. En este sentido, desde los conocimientos de la logoteoría se puede corroborar que los items representan los contenidos relacionados con la cuestión logoterapéutica del sentido; específicamente Lukas explicita el objetivo de cada una de sus preguntas y su conexión con la logoteoría. Este último aspecto nos llevaría directamente a otro concepto muy cercano que sería la ?validez de constructo?, que determina en qué medida el test es congruente con una teoría o un constructo hipotético. Hay varias formas de objetivar esta validez, una de las más habituales es el análisis factorial con el que se confirma la estructura que se asigna a un test. En este sentido, podemos recordar el ajuste de las partes del logotest a sus componentes factoriales (Noblejas, 1999).

La ?validez concurrente? consiste en comparar las puntuaciones de la prueba con otros indicadores paralelos o criterios externos. En este sentido se han realizado diferentes trabajos como comparar las puntuaciones de sentido con pruebas de psicohigiene general (Lukas, 1986),  ansiedad, autoestima, satisfacción en la vida, bienestar existencial (Shek, 1993), e incluso con el test cumplimentado por personas cercanas a las que lo rellenaban inicialmente (Crumbaugh, 1969).

Por último, la ?validez predictiva? ofrece un índice del grado en que una prueba sirve para predecir comportamientos futuros. En este sentido Crumbaugh (1969) fue capaz de predecir el orden de puntuaciones de varios grupos con ciertas características y Noblejas (1997 y 1998) el comportamiento de grupos de personas con problemas de drogadicción en programas de tratamiento.

La fiabilidad se puede definir (Bisquerra, 1987) como la constancia o estabilidad de los resultados que proporciona un instrumento de medida. Los coeficientes de fiabilidad se interpretan como una correlación, considerándose que valores superiores a 0,75 indican alta fiabilidad. La objetivación de los diferentes matices de los aspectos recogidos en el test en diversas preguntas conducen a una mayor fiabilidad y al mismo tiempo al aumento del número de items planteados. Esto aclara la regla que indica que a más items, mayor fiabilidad y que, incluso, nos permite calcular cuántos items necesitaríamos para alcanzar una fiabilidad deseada.

Hay varios métodos para evaluar la fiabilidad:

– Métodos de consistencia interna. Se basan en obtener coeficientes de consistencia de los datos recogidos en los diferentes tests rellenados. Los más empleados son los coeficientes de Kuder-Richardson (específicamente el que se conoce como fórmula 20) que se usan para tests con items dicotómicos y el coeficiente alfa de Cronbach, aplicable a escalas de varios valores posibles (y que coincide con el de Kuder-Richardson cuando se usa en su cálculo la varianza descriptiva en lugar de la estimada).

– Método del test-retest. Se basa en aplicar la prueba en dos ocasiones distintas a las mismos sujetos y evaluar la correlación entre ambas mediciones. Tiene el inconveniente de que nada asegura cambios en la situación de las personas entre una prueba y otra, variable que habrá que intentar controlar en lo posible.

– Método de formas paralelas. Se administran dos formularios similares, que no son iguales pero que intentan medir lo mismo, a un grupo de personas y se estudian la similitud de los resultados por medio de la correlación, pero con algunas correcciones de sesgo.

– Método de las dos mitades. Consiste en dividir el test en dos partes (pares frente a impares o la primera mitad frente a la segunda) y buscar la correlación entre ambas (para lo cual se puede usar el coeficiente de Spearman-Brown o los coeficientes de Guttman).

Estos métodos están tomados de la Teoría Clásica de los Test; no abordamos la aproximación de la Teoría de la Generabilidad o la de la Respuesta al Item (se puede consultar Martínez Arias, 1996) por estar considerando un test de autoinforme sencillo sin que se hayan considerado factores de variación como observadores, situaciones, ensayos, grupos de tareas, etc. Sin embargo, en futuros trabajos, se podría tener en consideración la Teoría de la Generabilidad para la puntuación de la parte libre del Logotest por varios observadores independientes.

MATERIAL Y MÉTODO

Los tests PIL y Logotest fueron rellenados por 841 personas en un muestreo no probabilístico de tipo casual.

La descripción de ambos instrumentos puede encontrarse en sus manuales (Crumbaugh y Maholick, 1969; Lukas, 1986) o en una síntesis presentada anteriormente (Noblejas, 1999). Para facilitar la lectura del presente artículo incluimos la agrupación de preguntas en factores y partes en las tablas 1 y 2.

      Tabla 1. Agrupación factorial de las preguntas del test PIL.

FACTORES PREGUNTAS (por orden de importancia en el factor)
Experiencia de sentido (FP2) P2 P5 P1 P9 P19 P20 P17
Percepción de sentido (FP1) P11 P16 P4 P6 P10 P12 P9 P20 P17
Metas y tareas (FP3) P13 P3 P8 P7 P20 P17 P19
Dialéctica destino-libertad (FP4) P14 P15 P18

    Tabla 2. Agrupación en partes y factorial de las preguntas del Logotest.

PREGUNTAS PARTES del test FACTORES
FL1 FL2 FL3 FL4 FL5 FL6
LI1

Parte I
Contenidos de sentido X
LI2 X
LI3 X
LI4 X
LI5 X
LI6 X
LI7 X
LI8 X
LI9 X
LII1

Parte II
Síntomas de frustración existencial X
LII2 X
LII3 X
LII4 X
LII5 X X
LII6 X
LII7 X
LIII1 Parte III
Casos propuestos y propio X
LIII2 X
LIII3A Escala de Sentido X
LIII3B Escala de Actitud X
Los nombres de los factores son: FL1 Frustración existencial, FL2 Balance existencial, FL3 Metas y tareas, FL4 Intereses y compromisos, FL5 Flexibilidad axiológica y FL6 Sentido en el entorno.

Como análisis estadísticos de la fiabilidad hemos seleccionado, de entre los más frecuentes en la bibliografía: el coeficiente alfa de Cronbach y los coeficientes de Guttman (en concreto recogemos el Lambda 4 o de ?límites inferiores? y el Lambda 6) y de Spearman-Brown para el análisis en dos mitades (por el método de preguntas pares frente a impares).

Todos los análisis se han realizado con el procedimiento RELIABILITY del paquete de estadística SPSS.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados encontrados para los dos test como conjuntos los recogemos en la tabla 3.

  Tabla 3. Estadísticos de fiabilidad de los test logoterapéuticos.

ESTADÍSTICO Test PIL   Logotest
Alfa 0.879 0.513
Alfa estandarizado 0.892 0.539
Guttman (Lambda 4) 0.838 0.412
Guttman (Lambda 6) 0.893 0.584
Spearman-Brown 0.838 0.591

Los estadísticos encontrados para el test PIL indican una gran fiabilidad, similar a la encontrada tanto por sus autores como por otros estudios: Shek (1986) en China (0.84 para la alfa de Cronbach y 0.82 para el coeficiente de Guttman) o Reker y Cousins (1979) en Estados Unidos (0.87 para Speraman-Brown y 0.79 para un test-retest).

Centrándonos, ahora, en el Logotest, podemos ver que los índices de fiabilidad son bajos. La autora del mismo (Lukas, 1986), informa en su baremación de un coeficiente de fiabilidad de Spearman-Brown de 0.835, para una división de la parte I del test en dos mitades, lo que supone un índice muy alto para un sub-test de 9 preguntas. Así mismo, justifica con la teoría de Rash la unidimensionalidad del test y la incorporación de items.

Las relaciones de las distintas partes del test con la estructura factorial y sus relaciones ya las estudiamos (Noblejas, 1999) con resultados muy similares respecto a los planteamientos de la autora en su construcción. Sin embargo, en el caso de la fiabilidad, la versión española no da resultados parecidos.

Intentamos, en todo caso, una aproximación más detallada a las diferentes partes del test, aunque sólo con el coeficiente alfa de Cronbach ya que permite el estudio de la fiabilidad con bajo número de preguntas (no hay que dividirlas en dos grupos) y porque las variaciones entre los distintos índices de fiabilidad no son importantes. Para ello se han estudiado: la fiabilidad de las partes originales de la prueba, de combinaciones de éstas, así como de los factores y algunas combinaciones de éstos. Se obtienen los resultados de la tabla 4.

  Tabla 4. Estadísticos de fiabilidad para algunas partes del Logotest.

LOGOTEST agrupaciones Coef, Alfa Coef. Alfa estandarizado
Total 0.513 0.539
Parte I 0.364 0.367
Parte II 0.507 0.527
Parte III 0.335 0.353
Partes I y II 0.459 0.493
Partes II y III 0.486 0.512
Factor 1 (? Parte II) 0.289 0.418
Factor 2 (LIII3 A y B) 0.635 0.687
Factor 3 0.342 0.332
Factor 4 0.400 0.400
Factor 5 (LIII 1 y 2) 0.604 0.604
Factor 6 0.299 0.307
Factor 3, 4 y 6 (? Parte I) 0.418 0.408

Para la definición de factores ver Noblejas (1999), aunque aquí se han considerado las preguntas sin coeficientes de ponderación.

Según estos datos, para la versión española del Logotest, la parte de la estructura original que más fiabilidad aporta sería la II o recogida de los síntomas de frustración, que cuenta con 7 preguntas. La parte I (que recoge las áreas de sentido con 9 preguntas) y la parte III (preguntas por la felicidad ?LIII1-, sufrimiento ?LIII2- y escalas de sentido ?LIII3A- y actitud ?LIII3B-), son las que aparecen con peor fiabilidad. Esta última parte III, sin embargo, analizada como los dos factores diferenciados que contiene (F2 y F5), aporta un importante incremento de la fiabilidad, máxime considerando que sólo están compuestas de dos puntajes cada uno, llegando a 0.60.

La consideración del resto de los factores no tiene mayor interés; simplemente resaltar que la corrección de la parte I y parte II en las dos preguntas que cambian de factor (ver Noblejas, 1999) hacen, respectivamente, aumentar y reducir su fiabilidad ligeramente.

Tenemos que destacar que hasta ahora no hemos tenido en cuenta uno de los aspectos que influye sobremanera en los resultados de fiabilidad: la longitud del test, o número de items que lo componen.
Basándonos en la ecuación de Spearman-Brown, podemos obtener la fiabilidad de un test con un número distinto de items paralelos al test original (ver Martínez Arias, 1996):

Cf = Nf ? Ci /( Ni + (Nf-Ni)? Ci )

Siendo Cf el coeficiente de fiabilidad para una longitud final Nf y Ci el coeficiente de fiabilidad de la longitud inicial Ni.

Aplicando esta corrección para un hipotético test (semejante al Logotest) de 20 preguntas, la parte II pasaría a tener una fiabilidad de 0.761 y la parte III, 1 y 2, (correspondiente al factor 5), tendría una fiabilidad de 0.813. Esto, considerando que se esté en disposición de desarrollar un test de 20 preguntas sobre los aspectos indicados sin problemas en las propiedades de los items, ya nos situaría en condiciones de fiabilidad más aceptables.

En definitiva, esta baja fiabilidad del Logotest puede estar ilustrando un viejo problema de la teoría clásica de los test. La fiabilidad (interna) exige altas correlaciones entre los items y la validez (predictiva) exige bajas correlaciones entre los mismos para atender a los diferentes aspectos del tema que se pretenden recoger. Recuérdese además que el Logotest pretendía abordar aspectos no presentes en el PIL y que tiene una estructura intrínseca más diferenciada.

En esta disyuntiva, muchos autores aconsejan (ver, por ejemplo, Guilford y Fruchter, 1978) que cuando se dan conflictos entre el interés de recoger aspectos diferenciados de un constructo y el deseo de obtener coeficientes de fiabilidad altos se opte por baterías de test y no por tests simples.

CONCLUSIONES

El estudio de la fiabilidad de los tests PIL y Logotest, a partir de los datos obtenidos en las baremaciones españolas, nos lleva a verificar el comportamiento del PIL como una prueba fiable. Sin embargo, se han encontrado unos coeficientes bajos para el Logotest. Esto último nos plantea la posibilidad de una mejora de este test, posiblemente a través de estudios y desarrollos estadísticos relacionados con el incremento del número de preguntas para cada uno de los factores que comprende.

Mª Ángeles NOBLEJAS DE LA FLOR es doctora en CC. de la Educación y Vicepresidenta de la Asociación Española de Logoterapia.

BIBLIOGRAFÍA

– Bisquerra, R. (1987). Introducción a la estadística aplicada a la investigación educativa. Barcelona: Promociones Publicaciones Universitarias.
– Boado de Landaboure, N.B. (1994). Escala existencial de A. Längle y C. Orgler. Un instrumento técnico para el abordaje preventivo, diagnóstico y terapéutico. Buenos Aires: Fundación Argentina de Logoterapia.
– Crumbaugh, J.C. y Maholick, L.T. (1969). Manual of instructions for the Purpose In Life test. Saratoga: Viktor Frankl Institute for Logotherapy.
– Guilford, J.P. y Fruchter, B. (1978). Estadística aplicada a la psicología y la educación. Bogotá: McGraw Hill.
– Jaspers, K. (1996). Psicopatología general. México: Fondo de Cultura Económica.
– Lukas, E. 1986 (Versión castellana de 1996) Logo-test. Test para la medición de la ?realización interior de sentido? y de la ?frustración existencial?. Ed. Almagesto: Buenos Aires. (Se ha confrontado también con otra traducción del original alemán de J.Coloma).
– Martínez Arias, R. (1996). Psicometría: teoría de los tests psicológicos y educativos. Madrid: Síntesis.
– Noblejas, M.A. (1997). Meaning levels and drug-abuse therapy: an empirical study. The International Foum for Logoterapy, 20, (1), 46-52.
– Noblejas, M.A. (1998). Evaluación de los abandonos en las primeras fases de un programa de tratamiento de drogadicción. NOUS, (2), 73-79.
– Noblejas, M.A. (1999). Estructura factorial de los tests PIL y Logotest. NOUS, (3), 67-84.
– Reker, G.T. y Cousins, J.B. 1979. Reliability of the Seeking Of Noetic Goals (SONG) and Purpose In Life (PIL) tests. Journal of Clinical Psychology. 35, (1), 85-91.
– Shek, D.T.L. 1986. The purpose in life questionnaire in a chinese context: some psychometric and normative data. Chinese Journal of Psychology. 28, (1), 51-60.
– Shek, D.T.L. (1993). The chinese Purpose-In-Life test and psychological well-being in chinese college studentes. The International Forum for Logotherapy, 16, (1), 35-41.

Depresión y suicidio

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Depresión y suicidio

Indice

1. Introducción
2. Trastornos  Mentales
3. Depresión
4. Suicidio
5. Conclusiones
6. Bibliografía

1. Introducción

Mediante el presente trabajo pretendemos dar a conocer las principales características de los fenómenos de la depresión y el suicidio.
Para los más destacados científicos, filósofos y psicoanalistas ha sido un desafío importante profundizar acerca de los orígenes del trastorno mental referente a la depresión y el posterior suicidio. Por esta razón nuestro trabajo pretende  ser una mera descripción de lo que nosotros consideramos como causas, características, síntomas y tipos de las patologías mencionadas.
Comenzaremos el desarrollo del trabajo mediante una breve descripción de los trastornos mentales en general y culminaremos con el análisis de una de las formas más frecuentes de autodestrucción: el suicidio.
Para la realización del presente informe nos basamos en el estudio de obras de diversos autores, material extraído de Internet, diccionarios y enciclopedias.

2. Trastornos  Mentales

¿Qué son?
Son afecciones o síndromes psíquicos y conductuales, causa de angustias y deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico; afectando el equilibrio emocional, el rendimiento intelectual y la adaptación social.
Los trastornos psíquicos también son considerados como una tensión emocional de larga duración, condicionada a la experiencia insuperable por las propias fuerzas. Produce menoscabo del estado de ánimo subjetivo de las posibilidades cualitativas y cuantitativas de experimentación, elaboración y acción; también genera disposición a la acción o reacción causante de una tensión subjetiva que es considerada por el individuo mismo y/o por otros como una desviación de experiencias y normas.
Se distingue de una tensión emocional <> (sobre todo), por la gravedad o por el menoscabo, las pérdidas y las presiones dolorosas subjetivas. Los trastornos mentales duran más, no pueden superarse por las propias fuerzas y se consideran como una <>.
Todos experimentamos abatimientos, incompetencia o desamparo en determinadas situaciones o personas. Así mismo experimentamos trastornos del sueño y otras molestias. También nos sentimos a veces desganados, pasivos y como ?paralizados?.

¿Cuáles son? (clasificación)
Trastornos infantiles
Son trastornos mentales que se hacen evidentes durante la infancia, la pubertad o la adolescencia.
El retraso mental se caracteriza por la incapacidad para aprender con normalidad y llegar a ser independiente y socialmente responsable.
La hiperactividad, desorden que parte de un déficit en la atención y la concentración, se traduce en un exceso de ímpetu en el individuo que la padece, haciéndole incapaz de organizar y terminar su trabajo, de seguir instrucciones o preservar en sus tareas, debido a una inquietud constante y patológica.
Los trastornos ansiosos comprenden el medio a la separación, evitar el contacto con los extraños y en general un comportamiento pusilánime y medroso.
Otros trastornos mentales se caracterizan por la distorsión simultanea y/o progresiva de varias funciones psíquicas, como la atención, la percepción, la evaluación de la realidad y la motricidad.
Algunos problemas del comportamiento pueden ser también trastornos infantiles: la bulimia, la anorexia nerviosa, los tic, la tartamudez y demás trastornos del habla y la enuresis.

Trastornos Orgánicos-Mentales
Están caracterizados por la anormalidad psíquica y la conductual, asociada a deterioros transitorios o permanentes en el funcionamiento del cerebro. Este daño cerebral, surge como consecuencia de una enfermedad orgánica, del consumo de alguna droga a lesiva para el cerebro o de alguna enfermedad que lo altere indirectamente por su acción lesiva en otras partes del organismo.
Los síntomas característicos de estos trastornos pueden resultar de un daño orgánico o de una reacción del paciente a la pérdida de capacidades mentales. Ciertos trastornos mantienen como principal característica el delirio o un estado de obnubilación de la conciencia, proporcionando así un impedimento para mantener la detención. Además se presentan errores perceptivos y pensamiento desordenado e inadaptado.

Neurosis
La neurosis se caracteriza porque su producto sucedáneo es una fantasía de proveniencia y significación individual.
En esta patología no podemos observar una verdadera pérdida del sentido de la realidad, sino que se trata sólo de una adulteración de ésta.
Dentro de la neurosis encontramos los siguientes trastornos:
*Histeria: Es una enfermedad mental que se manifiesta por medio de determinados síntomas físicos, tales como parálisis o movimientos espasmódicos acompañados a veces de falta o exceso de sensibilidad al dolor. Estos fenómenos también reciben el nombre de Histeria de conversión, y reacciones disociativas. En pacientes diagnosticados hipocondríacos, neuros-técnicos o esquizofrénicos y aun en personas normales se dan también ciertas reacciones corporales prácticamente indistinguibles de las que se observan en los histéricos.
*Trastornos de la Ansiedad: La ansiedad es el síntoma predominante en dos casos: el pánico y los trastornos ansiosos generalizados.
En las fobias y las neurosis observas compulsivas, el pánico aparece cuando el individuo intenta dominar otros síntomas como el miedo racional, desmedido, etc. Entre las perturbadoras esta la agorafobia, miedo a los espacios muy abiertos o cerrados (claustrofobia). Por otro lado las obsesiones consisten en pensamientos, imágenes, impulsos o ideas repetitivas y sin sentido para la persona, que se ve sometida a ellos. Finalmente, la compulsión tiende a repetir mecánicamente comportamientos inútiles, actitudes de previsión (un ejemplo es lavarse las manos más de 30 veces al día).
*Trastornos obsesivos-compulsivos: Una obsesión existe siempre que una persona no puede excluir ciertos pensamientos de la conciencia.
Los fenómenos obsesivos abarcan desde actos cotidianos y repeticiones de medida de precaución consciente hasta sistemas intrapsíquicos, de comportamientos altamente organizados, que dominan a la persona en la neurosis obsesiva y trastornos del carácter.

Un Trastorno Obsesivo
Es uno de los tipos de reacción en el que el individuo sufre la necesidad de realizar actos rituales lógicamente innecesarios (compulsiones) o bien tiene pensamientos que repugnan (obsesión). A estos trastornos los suele acompañar un impulso a la repetición que resulta irresistible a pesar de los grandes esfuerzos para suprimirlo. También a veces acompañan a estos trastornos diversos grados de duda, indecisión, ambivalencia, culpa, pensamientos mágicos y superstición, tendencias sádicas y masoquista, así como cavilaciones sobre el orden y desorden, el bien y el mal, la limpieza y la suciedad, el amor y el odio. Estos elementos generalmente no son comprendidos ni controlados por el individuo, aun cuando éste los considere disparatados, ridículos, penosos o humillante.
Para algunos autores estas reacciones neuróticas no se hallan totalmente determinadas por mecanismos de tipo hereditario (genético).
*Hipocondría: Se hace referencia a una sintomatología psíquica caracterizada por la hipervaloración de una serie de molestias corporales, sin justificación. Esta sintomatología aparece prácticamente en todos los grupos nosológicos, por lo que no puede hablarse de la hipocondría como una enfermedad, sino como un cuadro clínico, que caracteriza a pacientes que padecen diferentes enfermedades psíquicas.
Sydeham utilizó el término hipocondría para designar a la histeria del varón, constituyéndose en el grupo sociológico fundamental que más tarde se conocería con el nombre de neurosis.
Hay 2 formas fundamentales de hipocondría:.Hipocondría menor o neurótica, la que encontramos cuadros que clasifican las distintas formas de neurosis y en especial a la hipocondría obsesiva, ansiosa constitucional e histérica.
Hipocondría delirante o de psicosis, encontramos la psicosis endógena, la maniaco depresiva, las quejas hipocondríacas, muy frecuentes durante la fase depresiva. En la esquizofrenia lo más característico es un cuadro seudo neurótico, en el que durante mucho tiempo el enfermo mantiene otra cosa que sus quejas hipocondríacas, las cuales son delirantes, característica que domina todo el cuadro clínico.
*Fobias: Es temor irracional y persistente, inspirado por un objeto o lugar determinado, también implica ciertas repulsiones e inhibiciones mediante las cuales el sujeto trata de rehuir la ansiedad que lo asecha, ejemplo: un enfermo agorafórico permanecerá día y noche en su casa para evitar lo que invada la angustia. El paciente fóbico recurre a toda clase de subterfugios, en su afán por alejar de sino sólo el objeto de su aversión, sino cualquier alusión a éste, o a cualquier pensamiento relacionado con él.
Se le atribuye a las fobias vivencias de la primera infancia o reprimidas de las que falta recuerdo y que debe ser despertada, ejemplo: del inicio de una fobia puede haber sido porque un niño haya quedado encerrado alguna vez en una habitación produciéndole  una claustrofobia.

Psicosis
Constituye un trastorno psiquiátrico grave, suelen dañar algún conflicto visible de la realidad o una percepción de la realidad distinta a la que caracteriza a la mayoría de la población o un alejamiento respecto de las pautas conductuales aceptadas por la sociedad. No son psicóticas todas las personas que muestran tales divergencias o conflictos. Las personas que los especialistas consideran psicóticas no presentan necesariamente trastornos, ni cometen siempre actos que puedan resultar perniciosos para ellas mismas o para la sociedad. Durante la mayor parte de su vida no muestran síntomas patológicos patentes.
Dentro de la psicosis encontramos los siguientes trastornos:
*Trastornos de la personalidad: Estos trastornos duran toda la vida, algunos rasgos de la personalidad son tan rígidos e inadaptados que llegan a causar problemas laborales y sociales. Daños a uno mismo y a los demás.
La personalidad paranoide se caracteriza por la suspicacia y desconfianza. La esquizoide ha perdido la capacidad y el deseo de amar o establecer relaciones personales, mientras que la esquizotipica se caracteriza por el pensamiento, el habla, la percepción y el comportamiento extraño. Las personalidades históricas de caracterizan por la teatralidad de su comportamiento y expresión y se relacionan con la personalidad narcisista.
Las personalidades antisociales se caracterizan por respetar los derechos de los demás y no respetar las normas sociales, son inestables en su  auto imagen, estado de ánimo y comportamiento con los demás, hipersensibles al posible rechazó, humillación o vergüenza. La personalidad dependiente es pasiva, incapaz de tomar una decisión propia. Los compulsivos son perfeccionistas e incapaces de manifestar sus afectos. Los pasivos agresivos se resisten a las exigencias de los demás a través de maniobras indirectas como la dilación o la holganazanería   
*Trastorno de la afectividad: Son aquellos trastornos en los que el síntoma predominante es la alteración del estado de ánimo. El más típico, la depresión, se caracteriza por la tristeza, el sentimiento de culpa, la desesperanza y la sensación de inutilidad personal. Su opuesto, la manía, se caracteriza por un ánimo exaltado, expansivo, megalomaníaco y también cambiante e irritable, que se alterna casi siempre con el estado depresivo. (1)
*Trastornos paranoides: Se caracteriza por ideas delirantes, de persecución, grandeza y celotípicos. Este tipo de personalidad es defensiva, rígida, desconfiada y egocéntrica, tiende a aislarse y tiende a ser violentamente antisocial y suele iniciarse en la mitad o final de la vida.
*Esquizofrenia: Es un grupo de trastornos graves que se caracterizan por perturbaciones del pensamiento, la percepción y la emoción, unidas a un sentimiento perturbado sobre uno mismo y la pérdida del sentido de la realidad, hay una disociación entre las cogniciones y las emociones.
Estos trastornos paralizan el desarrollo humano en la juventud y suelen conducir al encierro en un mundo autístico, amenazado por el delirio, la alucinación y el temor por enfrentarse con la vida y con las personas. Hay una incapacidad del individuo para conseguir o mantener la integridad de su personalidad y para arrastrar los problemas insalubres que plantea la vida; lo que induce al enfermo a encerrarse en si mismo y tratar de resolver sus conflictos, rompiendo con las normas mentales, sociales y retrocediendo a un estado de su infancia regido por la fantasía y en el que no se distinguía claramente a sí mismo.

Tipos de esquizofrenia:
*Esquizofrenia Catatónica: Comienza de modo repentino, radica en la violenta excitación motora o en la completa rigidez del enfermo. Presenta alternancia de fases de extrema agitación y de inmovilidad total.
*Esquizofrenia Simple: Hay desinterés creciente y una progresiva degradación de la conducta, unidas a una indiferencia total respecto de cualquier pauta de vida.
*Esquizofrenia hebefrénica: Hay delirio y alucinaciones incoherentes e insolubles, el lenguaje suele fragmentarse y hacerse incomprensibles, utilizándose procesos verbales complejos.
*Esquizofrenia paranoide: El pensamiento y la conducta son delirantes, de índole persecutoria, y sometidos a una acción exterior unida a alucinaciones auditivas.
*Demencia: Es un déficit intelectual adquirido, intenso e irreversible. Pertenece a la sicopatología de la inteligencia.
Su causa inmediata es una lesión orgánica más o menos difusa de la corteza cerebral y, en casos raros, una lesión del tálamo óptico. Los procesos cerebrales responsables de la mayor parte de las demencias son: las parálisis generales, tumores de localización prefrontal y tálomica, ciertas epilepsias, como las enfermedades preseniles de Pich y Alzheimer, la ostereoclorosis, la involución senil y la corea de Huntington. Otras demencias de aparición mucho menos frecuente a las anteriores, se deben a ciertas endocrinopatías y las encefalopatías residuales traumáticas, tóxicas o infecciosas.

Psicosis maniaco-depresiva:
Se caracteriza por fases de depresión y manía, aunque también puede presentarse una de estas fases en forma predominante y aislada.
La manía se centra en forma a tres estructuras: el pensamiento, la afectividad y la psicomotricidad; la alteración es de sentido inverso en ambas fases. En la fase depresiva hay alegría, fuga de ideas y exaltación psicomotora. Estos tres síntomas son revelados por la actitud del paciente y se manifiestan en las funciones psíquicas, en la conducta y forma de vivir del mismo.
El enfermo es alegre, jovial e ingenioso, muy activo para emprender cualquier tipo de tareas, tomar decisiones y expresarse. Cuando la manía llega a su máxima exaltación aparecen graves síntomas psicopatológicos y trastornos de conducta.
En la hipomaníacas la manía se torna en una exaltación del ánimo, pero con irritación, dando lugar a trastornos de sociabilidad y a agresiones de palabra o de hecho. Estas personas dejan las actividades que han comenzado al poco tiempo y suelen ser desaseadas en lo personal y respecto de lo que las rodea.
Puede haber ansiedad, ideas de grandeza grotesca, graves trastornos de conducta y, debido a la exaltación de la libido pueden llegar a cometer delitos sexuales.         

3. Depresión

¿Qué es?
El termino depresión toma distintas significaciones radicalmente diferentes, en función de la cultura en que se da la depresión está relacionada con las presiones presentes en determinadas culturas, sobre todo en la infancia en sus periodos críticos.
Ciertas pautas de crianza familiar que ?protegen? al niño contra el riesgo de la depresión. El peligro de depresión ocasionado por muertes u otras pérdidas, puede ser reducido mediante determinados rituales de duelo y salidas de agresividad.
La depresión se refiere a una situación psíquica morbosa en la que se altera fundamentalmente el estado de ánimo, en el sentido de una disminución del mismo, y en el que la sintomatología se centra sobre la vivencia de la tristeza y la inhibición psíquica. Esta denominación ha ido adquiriendo más usos y prácticamente ha sustituido al clásico de melancolía, a pesar de que algunas escuelas mantienen la independencia psiquiátrica de ambos términos. La depresión psíquica constituye un síndrome muy frecuente en psiquiatría y prácticamente puede aparecer en todas las enfermedades mentales.
En síntesis, la depresión es un trastorno mental caracterizado por sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefinición y desesperanza profunda. La depresión patológica está determinada por una tristeza sin razón aparente que la justifique y además, grave y persistente. Puede aparecer acompañada de varios síntomas concomitantes, incluidas las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el auto castigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer, incapacidad para concentrarse o tomar decisiones, energía decaída, sentimientos de inutilidad, culpa y desesperación, desprecio de uno mismo, disminución del interés sexual, ideas recurrentes de suicidio, muerte, ataques de llanto. Afecta a hombres y mujeres, y las personas en ciertos períodos del ciclo vital parecen ser las más afectadas.

La Depresión Como Emoción Normal
La depresión es una emoción común, se trata de un sentimiento de desagrado, acompañado por condiciones somáticas, como envenenamiento, paréntesis dermáticas, alteraciones en el tono muscular y transpiración. La persona deprimida camina con la cabeza gacha, las piernas dobladas, con movimientos lentos, es débil, etc.
Pero, sobre todo, en el plano mental, las características de la depresión son más específicas. La ansiedad se caracteriza por el temor al peligro, va acompañada de un sentimiento de que el suceso peligroso, ya se ha dado y de que no está sufriendo el mal temido. En condiciones ?normales?, la depresión es una reacción provocada por procesos psicológicos como evaluaciones y estimaciones a nivel cognitivo.
En el proceso de depresión intervienen factores cognitivos y sociales.
Por su condición desagradable, la depresión parece tener una función: la de eliminación a sí mismo. Pero será así si la persona se ve obligada a reorganizar sus pensamientos y buscar nuevas ideas para reconstruir su vida. Sobre todo, organizará las ideas referentes a la persona perdida de modo que ésta no aparezca como indispensable.

La Depresión Como Emoción Anormal
Una depresión es anormal cuando no guarda proposición con el suceso (o sucesos) antecedentes que lo han provocado; cuando es excesiva con respecto a la causa o factor precipitante conocida; cuando se produce en sustitución de otra emoción más adecuada.
Para explicar esta depresión tenemos factores psicológicos y constitutivos. Estos factores están conectados con la depresión durante la psicosis maniaco-depresiva. La depresión no reorganiza las ideas sino que piensa los procesos de pensamiento portadores del dolor mental. Aparentemente funciona un mecanismo de adaptación que reduce la cantidad de pensamiento con el fin de disminuir el dolor, dejando en algunos casos solo pensamientos vagos y generales acompañados por un sentimiento de melancolía. La paralización de los pensamientos dolorosos es un mecanismo que se destruye a sí mismo, empeorando la situación general.

Mecanismos Psicodinámicos De La Depresión
Hay elementos o factores hereditarios y otros vivénciales que desencadenan procesos psicodinámicos que determinan los trastornos depresivos. Los mecanismos psicodinámicos se aplican principalmente a las depresiones de la psicosis maniaco-depresiva, depresión psicótica y melancolía de la involución. Abraham, discípulo de Freud, aplico los principios psicoanalíticos a la psicosis maniaco-depresiva mediante la comparación de la depresión anormal con la tristeza normal. Ambas condiciones son provocadas a veces por una perdida; la persona normal piensa en el ser perdido, mientras que el paciente depresivo se siente dominado por sentimientos de culpa. La hostilidad que se sentía hacia el objeto perdido se dirige hacia él mismo. Abraham presuponía una represión a un estado pregenital ambivalente de relación hacia el objeto, lo que es igual a volver al estado anal sádico. Freud aceptó esta idea de la existencia de una relación entre la aflicción y la melancolía, y observo que en la primera el objeto se siente perdido por la mente, mientras que en la segunda se da la perdida interna, porque la persona desaparecida ha sido incorporada. El sadismo existente en esta relación se dirige hacia el objeto de amor incorporado.
Radó insinuó que la melancolía representa una búsqueda desesperada de amor. El yo se castiga en prevención del castigo paterno.
Klein considero a una actitud depresiva un acontecimiento normal en la vida de un niño hacia los 6 meses, la época del destete. La madre ha sido vista por el niño como 2 personas, buena o mala. El niño teme que sus impulsos agresivos instintivos destruyan el objeto bueno e interpreta la perdida del pecho y su leche como el resultado de esos impulsos agresivos. La incapacidad de resolver esta ?actitud depresiva? puede conducir a una posterior depresión patológica.
Arieti observó que en los primeros años de vida de las personas propensas a la depresión psicótica hay fase de intensa gratificación de las necesidades. La madre se siente movida por un sentimiento de deber, al tener al niño y quererlo. Esto hace que el niño sea muy receptivo con respecto a los otros, a introyectarlos y, mas tarde, a ser introvertido y conformista.
A los 2 o 3 años la madre le presta menos atención que antes al niño, inculcándole más responsabilidades, un sentimiento de deber y obligación. En este cambio el niño puede sufrir un trauma. Trata de hallar soluciones o pseudo soluciones, utilizando dos mecanismos: el primero es hacerse más infantil, dependiente, agresivo, por lo que el adulto que lo rodea debe crearle la atmósfera de la primera infancia y felicidad; el otro es tratar de vivir de acuerdo con lo que la madre espera de él, así mediante la obediencia recuperará el primer amor y la primera felicidad.
Más tarde se descubre que estos mecanismos no funcionan. Por muy obediente o agresivo que se vuelva no recupera la primera felicidad, esto provoca sentimientos depresivos. Con algunos años más, la sintomatología de la depresión reproduce aquel primer trauma. Interpreta la pérdida de un objeto querido como si se debiese a él mismo. Esta pérdida puede ser la muerte de alguien querido como el fracaso de una interrelación personal o la desilusión con respecto a una institución u obra a lo que se había entregado la vida. En ocasiones la pérdida es más difícil de evaluar, pueden ser cosas abstractas, tales como ideales, el sentido de la vida y el valor de uno mismo como persona.
Factores etipatogénicos y teoría de la enfermedad.
Aunque se desconoce la causa de la locura maníaco- depresiva, existen una serie de hechos altamente significativos.
La herencia juega un papel indudable en esta enfermedad alrededor del 60% de los casos tiene una carga hereditaria. La auténtica psicosis circular (depresión y manía) está más condicionada genéticamente (alrededor del 70%). La depresión simple o periódica tiene una carga hereditaria de alrededor del 40%.
En íntima relación con la herencia, está la hipótesis constitucional. Kretschmer ha llamado la atención sobre la preponderancia del hábito pícnico y el temperamento ciclotímico en estos pacientes y es evidente que tales sujetos predominan entre los deprimidos.
Se han aducido otros factores biológicos, bioquímicos y neurofisiológicos, pero estos no pasan de ser meras hipótesis. Debe existir indudablemente una alteración científica, ya que en esta Enfermedad aparecen una serie de alteraciones de mecanismos biológicos regidos por este centro. Una cuestión muy debatida reside en la aceptación o no de factores psicológicos y ambientales, como agentes causales de esta enfermedad. La mayoría de los autores piensa que en las depresiones endógenas y las psicorreactivas, estos factores sólo tienen un papel desencadenante.
En conjunto, parece ser que el desencadenamiento psicológico de una fase depresiva es más significativo para las primeras fases que para las otras, que suelen aparecer automáticamente.
Debe restablecerse una línea continua desde el paciente en que la depresión es exclusivamente endógena, hasta la típicamente reactiva, y la significación del factor desencadenante hay que valorarla en relación con la importancia que éste tenga vivencialmente y en relación con las características esenciales de la personalidad: situación biográfica en el momento de la aparición de la fase y otras variables.

Fases de la depresión.
La enfermedad cursa con fases (períodos recortados), que al ceder no dejan efecto psíquico alguno. Estas fases duran por términos medios de 6 a 12 meses.
En la descripción clásica, el curso de la enfermedad va alternando períodos de depresión con fases de manía (?locura maníaco- depresiva?), pero son más numerosos los pacientes que sólo tienen fases de depresión.
Estas fases suelen aparecer en las mujeres alrededor de los 25 y 40 años, en períodos de desequilibrio hormonal (parto, lactancia, menopausia), en los varones, la distribución por edades no es tan característica.
La duración de la fase varía según se refiere a la primera o a las siguientes. En conjunto se aprecia que la duración suele aumentar en cada crisis, y además suelen ser más prolongadas a parir de los 50 años de edad.
En las ínter crisis, el paciente se encuentra totalmente libre de síntomas. La duración de estos períodos varía según se refiere al primer brote o a los siguientes. En conjunto se aprecia una tendencia a ir acortándose los períodos de ínter crisis.
Todos estos datos sólo pueden tomarse como una estimación estadística, ya que la variación de un paciente a otro es grande.
Es característico de esta enfermedad su buen pronóstico (las enfermedades son recortadas y dejan al paciente ?limpio? de síntomas), pero en algunos hay una tendencia la cronicidad, especialmente en los pacientes avanzados.
Muy característico es el cambio de sintomatología a lo largo del día y es usual que ésta sea mucho más intensa en las primeras horas del día que en el resto.
En algunos pacientes las fases no son típicas, en el sentido de mezclarse síntomas de depresión con otros de manía (depresión agitada y manía estupurusa, etc.).

Grupos de depresiones según kraepelin.
1º Grupo: Retardación simple: En la forma simple de depresión, hay ausencia de alucinaciones y delirios importantes. Comienza de modo gradual, se hace difícil pensar, la toma de decisiones y la expresión se tornan dificultosas al igual que el seguimiento de una idea tanto en la lectura como en el habla). El interés por lo que rodea al sujeto desaparece. Muestran carencias de ideas y pobreza de pensamiento, la memoria disminuye, su apariencia es indolente y explican que se sienten cansados y exhaustos.
En cuanto a lo emocional puede verse una depresión uniforme. El paciente es pesimista en cuanto a la visión de la vida, no logra adaptarse al medio, siente fracaso en su profesión, pierde la fe en la religión, frecuentemente expresan la idea de suicidarse, aunque raramente intentan esta acción. Son conscientes de su estado mental deteriorado.
2º Grupo: Caracterizado por alucinaciones, diversas ideas de persecución y auto acusación; El retardo psicomotriz y dificultad de pensamiento y estado emocional de tristeza; también son comunes las ideas hipocondríacas. El comienzo de esta forma es agudo o subagudo y sobreviene, generalmente, de un período de alegría y gran animación. También, en algunos casos, puede aparecer tras una enfermedad aguda o shock mental.
Síntomas físicos: ?atontamiento?, sensación de ?pesadez?en el pecho, palpitaciones, apetito escaso, la lengua sucia, estreñimiento, sueño ente cortado y alterado por sueños con ansiedad, ausencia de brillo en los ojos, piel macilenta y sin firmeza.
Tiene una duración de 8 a 18 meses.
3º Grupo: Estado de estupor: Se caracteriza por numerosas ideas delirantes, incoherentes (semejantes a los sueños) y alucinaciones. Además hay un elevado obnubilamiento de la conciencia.

Depresiones Reactivas, Psicógenas Y Endógenas
Las emociones anímicas graves que se presentan de una sola vez y que en su profundidad morbosas representan reacciones vivénciales anormales, se designan con el nombre de depresiones reactivas. Con frecuencia, no es el suceso en sí mismo lo más  importante, sino el grado de sensibilidad de la personalidad frente a él. En estos casos es más adecuado hablar de depresión psicógena.
Las depresiones reactivas suelen remitir en un lapso de tiempo relativamente corto o, al menos, pasar a grados normales de distimia tiste.
Las distimias son anormales cuando afectan al hombre a tal grado que resiente todo su concepto de la vida. Entonces, se abriga el deseo de que la vida termine y el suicidio o su intento, son consecuencia de esa forma psicológica.
En tales reacciones, a menudo, se trata de individuos cuyo estado de ánimo es débil por naturaleza. Entonces, si la reacción de suicidio no es inmediata se inicia prontamente la mejoría y ya no suele haber peligro.
Los enfermos con depresión reactiva que ingresan en una clínica por intento de suicidio, generalmente, recuperan su concepto normal de vida en pocos días, puede surgir una esperanza después de la grave desilusión.
En el caso de las depresiones endógenas, se diferencian de las reactivas no sólo por su origen y curso, sino también por su cuadro patológico. Incluso cuando la depresión reactiva ensombrece la vida,
Nunca afecta a toda la personalidad; y cuando los pacientes piensan o hablan de ella se incrementa la depresión. Si n embargo, cuando se consigue darle un giro a la conversación, sustrayendo su atención de la vivencia, se liberan de ello por completo. Entonces se reconoce que no enfermó la personalidad como tal, sino que sólo reaccionó patológicamente.
En las depresiones reactivas intensas puede ocurrir que la vivencia perturbadora, con su tono afectivo intenso, actúe fuertemente durante un breve período de tiempo y que fracasen luego todos los intentos para suprimirla.

Cuadro clínico de las depresiones.
Depresión reactiva o psiconeurótica:
– Sentimientos suaves de desaliento, culpa, menosprecio;
– Lentitud y reducción atenuadas de la espontaneidad y ausencia de preocupaciones hipocondrías;
– Inmediatamente después de un acontecimiento trágico o desagradable;
– No son endógenas, sino que es una reacción a factores externos;
– el paciente no la acepta como un estado de vida;
Tipo depresivo de la psicosis maníaco depresiva:
– Triada de síntomas: sufrimiento penetrante de melancolía (A), procesos mentases desordenados, lentos y de contenido poco normal (B) y lentitud psicomotora (C);
– Ocurre más en las mujeres;
– Es periódico y no constante;
– Los intervalos de depresión están separados por intervalos de normalidad.

(A)- Sentimiento de melancolía: la aparición de este sentimiento suele ser aguda y espectacular, y en algunos casos lenta y solapada; en lugar de aparecer luego de un tiempo de transcurrido el suceso trágico, se agudiza, hasta en algunos casos surgen ideas de suicidio.
(B)- Procesos mentales desordenados: corresponde al contenido y tipo de la actividad mental; ha poca variedad de pensamientos y sólo escoge los negativos, desagradables con el fin de prolongar la melancolía en sí mismo; aparecen ideas de culpa, pecado y condenación externa.
(C)- Lentitud psicomotora: hay una hipo actividad, la conversación se reduce al mínimo, se descuida la imagen del paciente; cuando se llega al estupor no puede moverse.
? Episodios maníacos: estado de euforia, desorden en el proceso mental con revuelo de ideas y satisfacción agradable y aumento de la movilidad; son menos frecuentes que los ataques depresivos.
? Disfunciones somáticas: pérdida del sueño, apetito, peso, deseo sexual y menos secreción de glándulas parótidas (saliva).
Depresión psicótica:
– No va acompañada de ataques maníacos;
– No se diferencia de la psicosis maníaco- depresiva;
Melancolía de involución (psicosis de involución, tipo melancólico):
– Se da más en las mujeres;
– Sentimiento de depresión en la edad involutiva;
– Iguales características de la psicosis maníaco- depresiva;
Otros tipos de depresión
– Senil (en la vejez);
– Esquizofrénica (aparece con la esquizofrenia);
– Psicosis esquizoafectiva (combina características esquizofrénicas y maníaco- depresivas).
– Síndrome de Cotard (depresión más estado alucinatorio de negación);
– Depresión analítica (los niños separados de sus madres por tres meses sufren un sentimiento de privación).

Tipos de depresión.
Trastornos depresivos primarios:
Se subdividen en dos grandes grupos:
*Trastorno depresivo mayor:
Se caracteriza por la presencia de uno o más episodios depresivos mayores, el cual abarca 5 o más de los siguientes síntomas:
+ Estado de animo depresivo la mayor parte del día
+ Disminución importante del interés o de la capacidad para el placer (disfrutar la vida) en todas, o casi todas las actividades.
+ Pérdida o aumento significativo de peso o del apetito.
+ Insomnio o hipersomnia (sueño durante todo el día)
+ Agitación o retardación psicomotora.
+ Fatiga o pérdida de la energía.
+ Sentimiento de inutilidad o de culpas excesivas o inapropiadas.
+ Disminución de la autoestima y confianza en sí mismo.
+ Disminución de la capacidad para pensar, tomar decisiones o concentrarse.
+ Visión pesimista, poco promisoria del futuro.
+ Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa
de suicidio.
Estos síntomas persisten, por lo menos, 2 semanas, alterando la vida social, familiar, laboral, etc. Si estos episodios se repiten, suele haber un intervalo libre de síntomas entre uno y otro.
En la forma melancólica de la depresión mayor se incluyen los siguientes síntomas típicos:
+ Falta de reactividad a los estímulos placenteros.
+ Una cualidad distinta del estado de ánimo depresivo.
+ La depresión es mayor en la mañana, mejorando el estado de ánimo al anochecer.
+ Despertar precoz y angustiante.
*Distimia:
Presenta síntomas similares a la depresión mayor, pero se diferencian entre sí respecto de:
+ Tipo de evolución: El estado de ánimo depresivo es crónico y dura, por lo menos, 2 años.
+ Severidad de los síntomas: Los mismos suelen ser leves o moderados, sin una alteración significativa de las relaciones sociales, familiares y laborales del individuo.

Trastornos depresivos secundarios:
Comprenden:
*Depresión debido a sustancias: sus causantes son:
– píldoras antidepresivas
– analgésicos
– antibacterianas
– antihipertensivos
– hormonas esteroides
– cocaína
– anfetaminas
– alcohol en altas dosis.
*Depresión debido a enfermedad o condición médica: sus causantes son:
– posparto
– alteraciones neurológicas
– alteraciones hormonales
– infecciones
– cáncer
– anemia
– déficit de vitaminas
*Depresión secundaria a otros trastorno mentales: sus causantes son:
– trastorno de pánico
– trastorno obsesivo-compulsivo
– trastorno por estrés postraumático
– trastorno sicóticos
– fase de agotamiento del estrés
*Depresión por duelo? Como reacción normal ante la muerte de un ser querido, si se produce durante un periodo de tiempo prolongado, acompañado por un sentimiento de inutilidad, deterioro marcado del funcionamiento y retardo psicomotor grave, pueden significar un trastorno afectivo importante.
*Depresión en la infancia: Ej. En la adolescencia
Se manifiesta a través de cambios de conducta y en los aprendizajes.

Tratamiento
El tratamiento ha de ser abordado por profesionales de la salud, psiquiatras o psicólogos y los métodos son diversos según los casos. Si estamos ante un episodio agudo de depresión o un periodo de progresivo deterioro, estará indicada la hospitalización. En depresiones graves puede incluirse el uso de la terapia convulsiva.
Suelen emplearse 3 tipos de terapia:
1) Psicopatía: De orientación psicoanalítica y existencial a depresiones reactivas, psicóticas  de intensidad moderada y a psicosis con intervalos de síntomas.
2) Farmacoterapia: En depresiones moderadamente severas
3) Electrochoque: En la melancolía de la involución.

El tratamiento médico con medicación es siempre adecuado, alivia sufrimientos innecesarios. Al igual que la psicoterapia de apoyo que ayuda al enfermo a desahogarse e identificar y asimilar los eventos de su vivencia. Las personas desarrollan defensas para afrontar y superar las depresiones leves que se originan por las frustraciones cotidianas.
No se debe acusar a la persona deprimida de aparentar enfermedades o flojera ni esperar que salga inmediatamente de la depresión. Con el tratamiento adecuado mejorara en 2 o 3 semanas. La ansiedad hace a las personas trabajar cuando es funcional; cuando es disfuncional, las paraliza y solo cuando altera sus vidas acuden al médico; aunque con la depresión se vuelen más sensibles, receptivos, crecen y entienden más la vida.

Antidepresivos:
Los estimuladores introducidos en los años `30, no resultaron útiles en los tratamientos de los estados depresivos graves. Para llenar el vacío de la farmacología de los trastornos mentales de tipo depresivo, se elaboraron a los pocos años, drogas antipsicosomáticas (tranquilizantes mayores), otro tipo de sustancias psicoactivas: Las drogas antidepresivas que pueden dividirse en dos: las inhibidores de la monoaminoxidasa y las que no la inhiben o antidepresivos tricíclicos.
La monoaminoxidasa es una enzima que degrada las neurohormonas, que en el cerebro se relacionan con estados emocionales.
Las sustancias químicas que inhiben la enzima ya mencionada y permiten que aumente el nivel cerebral de noradrenalina y serotosina, pueden reducir la duración de una depresión de varios meses o años a un periodo de 3 o 4 semanas.
Existen otras sustancias que no inhiben ninguna enzima, pero muestran un estrecho parecido químico con las fenotiacinas y que resultan igualmente eficaces en los tratamientos de los casos graves de depresión.
Son aun incompletos nuestros conocimientos relativos al tipo de antidepresivos que resultan específicamente indicados para las diversas formas de depresión. A pesar de ello, la farmacoterapia antidepresiva ha representado un avance en el campo de la psiquiatría, ya que las drogas antidepresivas resultan eficaces en un 60% de los casos. Estas tardan de una a tres semanas en ejercer su acción terapéutica.
Algunas producen, además, efectos estimuladores. Los inhibidores de la monoaminoxidasa, tienden a provocar una ligera euforia; mientras que los antidepresivos tricíclicos que no inhiben a la monoaminxidasa, se limitan a eliminar los síntomas depresivos.
A veces los antidepresivos producen efectos secundarios, sobre todo los inhibidores de la monoamonoxidasa.
Aquellos que resultan eficaces pueden potenciar síntomas psicoticos, como por Ej. Alucinaciones, ideas delirantes y estados sicóticos de carácter tóxico.

INVESTIGACION SOBRE SUICIDIO Y RORSCHACH

INVESTIGACION SOBRE SUICIDIO Y RORSCHACH

Alicia Martha Passalacqua
María Teresa Herrera
Dolores Orcoyen

Revista del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Psicología – Año 2 – No. 1 – 1997
Email: instinve@noduno.psi.uba.ar

RESUMEN

Esta es una síntesis del último informe de la investigación que venimos realizando sobre la detección del potencial suicida a través del Psicodiagnóstico de Rorschach, desde el año 1988.

Transmitimos acá los resultados de la comparación entre la población de suicidados, la de potencial suicida y la de pacientes, con una muestra control de no pacientes de los que obtuvimos 20 protocolos, divididos en partes iguales entre varones y mujeres.

El objetivo fue seleccionar los signos más relevantes que nos permitan agilizar la tarea de prevención, con una escala más reducida que la que utilizábamos hasta el momento y que tuviera también mayor consistencia estadística.

Construimos una escala de 44 signos, más 4 signos suplementarios, que si bien no son tan frecuentes en su aparición, se encuentran exclusivamente en la población de suicidados.

Obtuvimos la Media y los Desvíos Estándar en estas poblaciones, que han demostrado estadísticamente ser diferentes, lo cual aumenta su grado de confiabilidad y validez.

Reiteramos también la importancia del análisis cualitativo de esta técnica, que abarca tanto el análisis del discurso y sus fantasías implicadas, como así también la interpretación cualitativa de los datos cuantitativos, sin dejar de lado el análisis de la contratransferencia.

Presentamos acá los resultados de una investigación iniciada en el año 1988 sobre la detección del potencial suicida a través del Rorschach. Haber llegado a la decisión de investigar sobre este tema, tuvo su origen en la circunstancia azarosa de acceder a  algunos protocolos Rorschach de suicidados, así como haber podido evaluaren otros protocolos, sus evidentes posibilidades preventivas.

Diez años antes habíamos detectado con esta técnica el potencial suicida en varios de los casos, algunos de los cuales tenían buenas posibilidades pronósticas.

Probablemente esto se deba al relativamente fácil acceso que permite el Rorschach a los tres niveles de conciencia: consciente, preconciente e inconsciente. A esto contribuyeron los signos propuestos por varios autores desde lo teórico y a través de investigaciones basadas en suicidios realmente efectivizados poco tiempo después de la toma de esta técnica (Exner, 1994: 282). La Constelación del Suicidio de Exner (1994: 282) constituyó un valioso aporte, precisamente por basarse en casos concretos de suicidados, a diferencia de la mayoría de los otros autores que investigaron con muestras de intentantes o potencial. Es ése uno de los elementos que la distingue positivamente de los trabajos preexistentes.

Antes de poder ?desenterrar? nuestros protocolos de suicidados sin tener una sensación de sacrílega profanación, pasaron todavía unos años más. Las posibilidades pronósticas positivas mencionadas fueron evaluadas a través de los siguientes índices del Rorschach: el Indice de Conflicto o Porcentaje de Respuestas de Determinantes Múltiples No Integrados (de diferente nivel de predominio formal entre sí) y el Porcentaje de Siniestros y Perturbadores de Alcock (Alcock, 1965: 85- 89). Estos pronósticos positivos fueron luego confirmados de modos diversos.

El comprobar que muy pocos de los casos de suicidados que teníamos daban positivos, de acuerdo a la Constelación de Suicidio de Exner, y nuestro interés por la prevención; nos llevó a planificar esta investigación, que fue autoconvocada y autofinanciada (de ahí el tiempo insumido). La misma tuvo los siguientes pasos:

Paso 1: con aportes teóricos sobre suicidio en general y sobre Rorschach en particular y con los datos obtenidos del primer análisis de los casos que se tenían y de la experiencia clínica personal, construimos una escala de 65 signos para probarla en diferentes poblaciones. El objetivo era aportar al Profesional Psicólogo de cualquier ámbito, que trabaje con el psicodiagnóstico, elementos cuantificables que le permitan detectar a tiempo el potencial suicida peligroso de ser actuado.

Si bien, como opinan diversos autores, al provenir del instinto de muerte, el potencial suicida es universal (y por ello alguno de estos signos se pueden encontrar en la población en general), lo importante es evaluarlo cuando resulte preocupante por su magnitud, o por la posibilidad de pasaje al acto. Esto, sin dejar de lado lo cualitativo, que en esta técnica abarca tanto la interpretación cualitativa de los datos cuantitativos, como el análisis del discurso y sus fantasías implicadas, incluyendo su repercusión transferencial.

Pudimos sistematizar cuatro tipos de fantasías que se reflejan en el Rorschach:
a) relacionadas con la muerte en general.
b) relacionadas con el suicidio en especial y sus fantasías asociadas.
c) relacionadas con los psicodinamismos subyacentes descriptos por la mayor parte de los autores psicoanalistas consultados, y
d) relacionadas con el modo en que se está fantaseando la muerte por propia determinación (o un homicidio, pero que les resulta inaceptable), cuando aún dudan sobre cómo hacerlo, lo cual es independiente de que luego ese sea efectivamente el método elegido.

Transcribiremos acá algunos ejemplos de las cuatro fantasías a través de respuestas dadas por suicidados, intentantes o potenciales suicidas.

a) Ilustrando las fantasías respecto a la muerte en general, Marisa, en la Lámina I: ?Mariposa negra y fea, no me gusta mucho, parece la que hay en el museo? hay así disecadas? unas negras que son horribles, parecen de cementerio, pero de noche?.

Celeste era una adolescente que había decidido matarse. A consecuencia de la devolución que se le hizo del psicodiagnóstico, aceptó la idea de hacer psicoterapia, con muy buena evolución (psicoterapia que finalizó hace incluso algunos años). Ella decía en la Lámina X: ?? flores venerándome el día de mañana??

Isabel, con varios intentos de suicidio con pastillas, daba en la Lámina V: ?una mariposa negra, exótica, el más bellos insecto de la creación, pero también me inspira mucha lástima., porque viven un día nada más??, y en la Lámina VII: ?lo demás sigue pareciéndome vegetación o nubes y vendría a decir que estoy entre el cielo y la tierra, ¿no??

b) Con respecto a las fantasías asociadas al acto de matarse, coincidimos ampliamente con los autores consultados (principalmente Abadi, Rolla, Garma y Yampei) sobre todo después de haberlas comprobado, al haberlas hallado expresadas directa o indirectamente en los casos estudiados. Las fantasías que más encontramos son las que relacionan al suicidio con un acto agresivo, de intenso sadismo y de autocastigo incluso paroxístico (similar al orgasmo). Por algunos visto como modo (paradojal) de librarse de un intenso miedo a la muerte (tal vez para ?evitarse? su angustiosa e impredecible espera). También es común el vivirlo como una salida o liberación ante la ilimitación del vacío de afuera (o del que se vive como interior); o relacionado al renacimiento o a la recuperación de la belleza, salud o juventud; o como modo de evitar su pérdida. Algunas veces responde también a un sometimiento atemorizado al código del clan (como surge de los suicidios rituales o de sectas) o es un método para forzar  al otro a dar amor (padres y/o parejas, generalmente). También puede significar la necesidad de huir del sentimiento de soledad y de pérdida de la protección, en una forma extrema y masiva de negación de la realidad externa o interna.

En muchos otros casos, el suicidio es vivido como un tránsito a otro mundo ?rico en posibilidades vitales en donde se vivirá eternamente y se será inmortal?, o donde se tendrá la posibilidad de reencontrarse con seres queridos. Esto suele estar acompañado de sentimientos muy religiosos, pero  contradictorios, ya que, también paradojalmente, la mayoría de las religiones condena al suicidio por estar posiblemente asociado con un acto omnipotente exclusivo de Dios.
Esta fantasía suele coincidir con la de expiación purificadora de culpas y la de intento de huida de lo mundano, instintivo y erótico (considerado como malo, pecaminoso y de alto voltaje) para buscar paz, frialdad tranquilizadora y ascenso espiritual a través de la unión con una figura idealizada y superior. A menudo es un mecanismo de identificación con el agresor.

Las fantasías de expiación purificadora de culpas y de reinfetación son las que encontramos con mayor frecuencia. Esta última implica un retorno persecutorio o defensivo al antro materno, al estado de Nirvana, en la expectativa de una unión indisoluble y eterna con la imago de la madre. Dicha fantasía tal vez esté siempre subyacente en cualquiera de las otras.

Ilustrando esto, María Teresa decía en la Lámina VI: ?la línea media me hace acordar al fondo de un abismo que, al ir emergiendo, se va aclarando? los dos extremos fuerzas que tiran hacia arriba? fuerzas débiles; en los extremos laterales, fuerzas que tiran hacia abajo, más fuertes? unas hacia lo superior, lo alto, sublime, bueno, y las otras hacia lo inferior, brutal, grosero?.

Diana dice en la lámina X: ?Dos personas en búsqueda de camino, de sendero, y después ahí lo espera una persona, como vendría a ser un Dios, ¿no?. Lo de arriba sería Dios, lo blanco, y lo del medio: la luz y el sendero para llegar a Dios?.

Celeste, ya mencionada, daba la siguiente respuesta en la Lámina II: ??parece una caverna? que yo estuviera dentro del pozo y fuese hacia fuera? hay claridad, hay una grieta, un pozo, mucha sangre en todas las paredes (¿?) parece que yo estuviera dentro del pozo? claridad por lo blanco, la luz? como alma, choca y se desprende acá?.

c) Con respecto a los dinamismos subyacentes, los autores coinciden en que parece existir entre los suicidas una intensa ansiedad persecutoria (componente objetivable de la depresión melancólica) que también suele expresarse en el Test. Así, María Marta, decía ante la Lámina II: ?Es un murciélago; no, un vampiro. Acá hay maldad. Tiene una mirada de saciedad aberrante?.

Mabel, ante la misma lámina, respondía: ?? cuando atacó a alguien, o le hizo mal a alguien, se despedazó él mismo??. Enrique frente a la LI decía: ?un helicóptero atravesando nubes oscuras, negras? entra en pánico al ocultarse el sol. Está siendo bombardeado y pierde el control??.

Isabel (de la cual ya dimos ejemplos) decía en la L VIII: ?un felino dando un salto? ¿por qué acecha? Todo el mundo lo va a atacar y está a la defensiva, en una posición elevada para poder dominar la cosa?, y en la IV: ?vegetación? una flor y a los costados unas ramas, como lúgubres, como esas películas de fantasías de los chicos, donde las ramas los atrapan??.

d) El modo en que se fantasea matarse, sea o no el que realmente se utilizó o se utilizará, se deja también translucir en los contenidos. Así, Eugenio, ex combatiente de Malvinas al que le faltaban las piernas y que se pegó un tiro en la sien, decía en la L IV: ?el cerebro de alguna víctima de la guerra, combatiente, combatido, cualquier persona de una guerra (¿?) cerebro castrado, por las oscuridades, le veo profundidades que no les temo, que no entiendo y que me invitan a matarme?.

Oscar, que se tiró de un balcón, dio en la Lámina I: ?una persona parada, con un gran manto desplegado al viento?? y en la L IV: ?? en este caso parece un pájaro al viento. Sin embargo es una figura, porque está sujeto a lo que es el universo. Se eleva a lo alto, pero tiene los pies en la tierra? Es una figura elevada hacia lo divino, y también en el Universo??. En relación a los puntos c) y d), para Rolla (1973: 164) el suicidio sería equiparable a un homicidio con un intenso sentimiento de culpa persecutoria, que se traduce en la imposibilidad de externalizar la ansiedad originada en los vínculos interpersonales primarios. Esto se percibe como ?la inminencia del crimen?, que producirá, con el incremento de la proyección y su posterior inhibición, la transformación de esa ansiedad persecutoria en confusional, presente seguramente siempre en los momentos de desencadenamiento de la autoagresión.

Es importante aclarar esto porque, según los datos del Rorschach y de la clínica misma, no se suicidan sólo los depresivos como muchos llegaron a suponer. Sin embargo, aunque también ocurra ocasionalmente en neuróticos, el suicidio implica siempre un momento psicótico y un intenso estado regresivo con defensas primitivas, maníacas y esquizoides. ?el acto suicida es siempre patológico y destruye al individuo, quitándole toda posibilidad de adaptarse a la realidad?, dice Morón (1992: 77). Y agrega que el hombre en estado normal no se suicida.

Paso 2: aplicamos la escala resultante a las siguientes poblaciones:

1) casos de suicidados que hasta el momento teníamos y que iban en aumento a través de la generosa contribución de colegas, incluso de países vecinos;
2) casos de potenciales suicidas confirmados posteriormente en el transcurso de su psicoterapia, en la devolución del psicodiagnóstico, o por haber realizado intentos posteriores;
3) casos de intentantes cuyo intento había sido previo a la toma del Rorschach, habiendo quedado alguno, hasta con secuelas físicas;
4) población de 20 pacientes provenientes de nuestra tarea clínica, que no presentaban esta problemática; y
5) por último, una muestra testigo de 20 personas de la población general.

De los sucesivos análisis en las diferentes poblaciones y la consiguiente ampliación de la muestra de suicidados original, sacamos las siguientes conclusiones:
Coincidimos con Exner en que el intento anterior parece agotar el potencial suicida. La población de intentantes tiene un promedio de signos (16,21) menor que la población de suicidados (20) y casi igual que la de potencial (16,20).

Esto alerta sobre la validez de tomar en cuenta población de intentantes para investigar sobre este tema. Con respecto a esto, decíamos en un trabajo publicado en la Revista de ALAR (1995: 55): ?si pasamos a comparar los resultados del grupo de intentos con el de suicidados vemos que hay coincidencia en el sentido de algunos signos? pero en porcentajes inferiores, e incluso, no coincidencia en otros? Tampoco hay total coincidencia en los Fenómenos Especiales? en referencia a las fantasías muchas veces inconscientes que muchos autores asocian con la muerte o el acto de matarse? un 40% de la población? no tiene ninguna respuesta significativa. Esto no había sucedido en ningún caso de los suicidados.

Las estadísticas nos dicen que las tasas de suicidio en nuestro país han ido en aumento constante en los últimos años. Argentina ocupa el primer lugar en América Latina en este momento, tal vez como producto de una larga etapa de inestabilidad política y económica. También nos aportan otros datos: entre el 40 y el 65% de suicidios consumados, constituyen el último acto de una serie de intentos, aunque sólo del 10 al 14% de los que intentaron alguna vez matarse lo logran, en ese momento o a posteriori? a su vez, el hecho de no encontrarse en la población de intentos datos tan significativos como en la de suicidados (tanto cuantitativos como cualitativos), apunta a confirmar nuestras hipótesis previas a este respecto, así como la referente a la peligrosidad de la subsistencia de signos. También lleva a ponerse a pensar sobre los motivos por los cuales parece haberse ?agotado? el potencial suicida (hipótesis sustentada también por Exner), sobre todo en los casos en los que, por haber sufrido algún daño corporal (muchas veces permanente) o algún tipo de reclusión (cárcel, internación) se ha recibido un castigo temido pero también anhelado.

Para otros autores, como Abadi (1973: 115- 127), en la fantasía, el suicidio deseado, imaginado o frustrado tiene las mismas connotaciones y psicodinamismos que el realizado y logrado. Creemos que muy probablemente  en la fantasía el paciente  crea haberse matado realmente  y se haya librado (por lo menos momentáneamente) de lo que quería librarse, interponiendo entre él y el objeto persecutor el abismo infranqueable de la muerte, renaciendo, para comenzar lo que cree ser una nueva vida. Esto parece corroborarse por la aparición de algunas respuestas que parecen tener esa significación, y por ciertas verbalizaciones de pacientes, en el transcurso de sus tratamientos. Adela, que hizo un intento con pastillas, dice: ?fue el aniversario de mi muerte, hace dos años porque yo me maté?.

Otra de las ideas que tuvimos con respecto a esto (sin contradecir lo anterior) se asocia a que parece darse con los que han hecho intentos suicidas algo similar a lo que ocurre con cualquier persona que, al correr un real peligro de muerte (incluso por enfermedad o accidente) parece salir con importantes cambios, en muchos casos positivos, en donde se replantean y modifican (para bien) muchas de sus conductas anteriores. Que se siga teniendo la intención de matarse, dependerá del monto del potencial que sus series complementarias determinan, de la predisposición (hay familias de suicidas), pero también de la situación actual, primordialmente el contexto y la interacción familiar, social, laboral, y la posible y positiva intervención de un proceso terapéutico?.

Paso 3: en el trabajo sucesivo con todas estas poblaciones, categorizamos todos los cómputos obtenidos en la Hoja de Síntesis de los resultados cuantitativos y Psicograma o Sumario Estructural, incluidos los Fenómenos Especiales y su incidencia.

Paso 4: De todo esto surgió la actual Escala de 44 signos, a través de la eliminación de los signos originales no significativos y la incorporación de otros que así resultaron, algunos de ellos un tanto sorpresivamente. Dividimos estos signos en concernientes a Localizaciones, Determinantes, Contenidos, Fórmulas y Fenómenos Especiales. La Escala y sus porcentajes respectivos en la población de suicidados y de no pacientes, figuran en el Apéndice y en el Cuadro 1.

Conviene destacar acá que los signos complementarios, si bien no son demasiado frecuentes en la población de suicidados, son exclusivos de ella. Ellos son:
La presencia de Color, Cromático o Acromático Simbólico con cualquier predominio formal, asociados a la idea de la muerte, sobre todo si están dados con contenidos vitales (ej: ?Mariposa de la muerte, porque es negra?).

Movimientos en Detalle de tirarse, arrojarse, caerse, sobre todo en contenidos humanos, en consonancia con el trabajo de Marta Pagola y Vera Campo sobre este tema.

Respuestas de dudas, secretos o confabulaciones de sectas.

Respuestas de Pies como contenido.

Asimismo hay otros dos signos: shock al color y shock al gris (sobre todo el primero) que son muy frecuentes tanto en la población de suicidados como en pacientes en psicoterapia (50% en ambos casos), pero que no incluimos porque no permiten hacer un diagnóstico diferencial. Sin embargo, estos signos son muy poco frecuentes en la población en general (5% shock al color y 10% shock al gris).

Al mismo tiempo, el aumento del Tiempo Promedio por Respuesta (tiempo total dividido R, TPR, mayor de 50 seg.) se presenta en todos los casos de suicidados en que ha sido tomado, y por eso seguimos incluyéndolo dentro de los signos, a pesar de que sin él la Escala sería aún más consistente. Como este indicador ha sido registrado en muy pocos casos, la evaluación sobre su permanencia se hará más adelante. Esto lleva, una vez más, a confirmar la conveniencia de administrar el Rorschach teniendo en cuenta todos los factores involucrados en esta privilegiada técnica, por su riqueza y profundidad, sin escotomizar ninguna de sus partes (y el tiempo es una de ellas).

Aplicando nuevamente la Escala resultante a la población de suicidados, surge de ellos un promedio de 20 signos con un Desvío Standard de 4,09, lo cual lleva a considerar peligroso lo que oscila entre 16 y 24 signos. El 53,8% de esta población tiene 20 o más de estos signos. En cambio, la población de no pacientes presenta un promedio de 6,9 signos con un Desvío Standard de 2,04 lo cual la ubica entre 5 y 9 signos. Aplicando puntajes estadísticos (Test de diferencia de medias de Student que trabaja con un nivel de alfa = 5% del programa de computación STATISTIX 4.0), surge que, con un alto nivel de confiabilidad, hay diferencias significativas en cuanto a la producción de signos Rorschach entre la población de suicidados y de no pacientes.

Por otro lado, el hecho de que la mayoría de los signos estén entre los Fenómenos Especiales, nos hace pensar en la importancia de hacer un registro exhaustivo de todo el discurso, sin excluir nada, único modo en que los Fenómenos Especiales pueden ser evaluados.

Nos queda como tarea pendiente analizar las causas por qué se presentan estos signos, aunque de acuerdo a ellos se pueden sintetizar ciertas características de personalidad comunes en los que se suicidan. Esto es independiente de los cuadros psicopatológicos en los que se los ubicaría individualmente, que son variados. En este sentido en la Mesa de Suicidio del 2do. CONGRESO INTERNACIONAL DE PSIQUIATRIA, realizado en Buenos Aires a fines de octubre de 1995, el Dr. Yampei (ya mencionado) coincide con esto y define a los suicidas como personas que han internalizado rígidamente las pautas culturales y que demuestran ser muy sensibles al fracaso. Este es vivido por ellos con vergüenza y culpa, con grandes dificultades para cambiar de metas y de roles. Afectivamente, muestran desapego y aislamiento.

De acuerdo a los resultados de los Rorschach administrados a nuestra muestra de suicidados, todos ellos evidencian una sensible disminución de las funciones yoicas básicas que discriminan patología: prueba, juicio y adaptación a la realidad. La primera se ve fundamentalmente a través de la disminución del F+% y la Anulación y/o Disminución de la Conciencia de Interpretación. La segunda en Fenómenos Especiales también asociados a fallas en la lógica: Contradicción, Lógica Autista, Secuencia, Disociación, Ilusión de Semejanza, Transparencia, Contaminación Atenuada y algunas Fabulaciones. La tercera en el Índice de Realidad, populares, Animal % y Proporción Color disminuidos.

Aparecen también algunos rasgos de personalidad comunes: agresión no reconocida, disociada y con posibilidad de actuación (Acción Padecida, Dividido y Mor) acompañada de un sufrimiento intenso, vivido como que las cosas les suceden sin hacerse cargo de su participación (Crítica al Autor, Crítica de Objeto, y Movimientos Pasivos). Todo esto denunciando otra de sus características relevantes, que es la hipercrítica.

En cuanto a la represión que evidencian, a través del tipo de Respuestas de Defecto que suelen dar, podemos decir que la caracterizamos como de un nivel más regresivo, que no se muestra tan directamente sino que se infiere. Por lo tanto está ligada a un momento muy primario en la evolución de la libido. Otros rasgos serían la poca capacidad de movilización interna, la terquedad, la obstinación y la restricción de intereses (esto por la escasez de Movimientos humanos, los Detalles Inusuales y espacios en Blanco aumentados y el A% disminuido.

Por último, recordamos que lo numérico es relativo, ya que los comportamientos humanos son siempre imprevisibles, por lo cual hay que observar también la indudable contundencia de algunos signos, o su peligrosa combinación con otros, aunque no se llegue al número considerado de riesgo. Por el contrario, un número de signos elevado en alguien de buen pronóstico, puede, afortunadamente, indicar la posibilidad de revertir esta terrible perspectiva, aunque siempre hay imponderables.-

APENDICE 1
INDICES DE SUICIDIO EN EL TEST DE RORSCHACH

Localizaciones
1) Dd + S mayor a 10%

Determinantes
2) FM disminuido o igual a cero
3) C puro
4) Colores cromáticos y acromáticos (blanco o gris) coexistiendo en la misma respuesta (cualquier predominio formal)
5) Combinación de m, K o c con C o C´(coincidencia de por lo menos 2 de estos determinantes en una misma respuesta y con cualquier predominio formal)

Contenidos
6) Abismo, pozo, agujero, entrada o salida, puerta, camino, escalera (generalmente en S solo o complementario)
7) Abstractos
8) Manchas
9) Respuestas simbólicas de la muerte como solución (ej, ascenso asociado a ideas de búsqueda de paz)
10) Místicos
11) Seres humanos como ?figura?, ?sombra?, ?esqueleto?  o ? ?personaje?.

Fórmulas
12) TP aumentado (> de 50?)
13) A% disminuido (< de 30%) 14) Pop% disminuido (< de 25%) 15) I. R. disminuido (< de 5) 16) Algunos de los F+% disminuidos (sobre todo F+ext %): F+ < de 80% y/o F+ extendido < de 75%. 17) H+A / Hd+ Ad aumentados los parciales (Hd+Ad > que la mitad de H+A)

Fenómenos Especiales
18) Acción Padecida
19) Combinación Confabulatoria
20) Contaminación Atenuada
21) Contradicción
22) Crítica al Autor, al examinador o a las láminas
23) Crítica de Objeto
24) Desvitalización
25) Disminución o Anulación de la Conciencia de Interpretación
26) Disociación
27) Dividido o escisión
28) EQa
29) Evidencia
30) Fabulación o Sobreelaboración
31) Fusión Figura Fondo
32) Ilusión de Semejanza
33) Lógica Autista
34) MOR
35) Movimiento Klein
36) Perseveración
37) Respuesta de Defecto
38) Respuesta de Uno
39) Respuesta ?o?
40) Secuencia
41) Shock al vacío o al blanco
42) Shock Kinestésico
43) Simetría
44) Transparencia

Signos suplementarios (con porcentajes no tan altos, pero exclusivos o casi exclusivos de población de suicidados)

? Color cromático o acromático simbólicos (cualquier predominio formal) asociados a la idea de la muerte, sobre todos en contenidos vitales (ej, ?mariposa de la muerte, porque es negra?).
? Respuestas de dudas, o personas dudando, o de secretos y/o confabulaciones de sectas.
? M en D de tirarse, arrojarse, caerse (más en H)
? Respuestas de pies como contenidos (solos o como parte de otra respuesta, pero con especial énfasis en ellos)
? En no pacientes agregar también Shock al Color y Shock al Gris.

PROBLEMAS TIPICOS DE LA JUBILACIÓN

PROBLEMAS TIPICOS DE LA JUBILACIÓN

Basado en la conferencia dictada por el Psicólogo
Miguel Ángel Santiago R del departamento de Rel.
Industriales de Ecopetrol El Centro, Santander.

Revisado Por: CARLOS ENRIQUE ACEVEDO
        Psicólogo Industrial
          CIB-REI-ECOPETROL

PROBLEMAS TIPICOS DE LA JUBILACIÓN

La jubilación trae consigo, algunas veces, problemas de orden psicológico que si no se saben superar causan una serie de conflictos  a la persona y a la familia del jubilado.

Darlos a conocer es uno de los propósitos de este Seminario Y buscarles solución es una tarea en la cual ustedes mismos pueden colaborar,
Ellos son:
1. Desorientación.
2. Incapacidad para la toma de decisiones.
3. Inactividad.
4. Desadaptacion ? nostalgia por la organización.
5. Estados de ansiedad y melancolía.
6. Complejo de vejez.
7. Conflictos familiares.

1. DESORIENTACIÓN.

Se manifiesta por la ausencia de un objetivo claro por llevar a cabo durante la etapa del retiro. La persona no sabe que va hacer ni se ha preparado para ello.

Muchas personas por falta de una adecuada asesoría, se acogieron a la jubilación sin una meta definida, sin saber a que iban a dedicarse durante este tiempo. Tampoco existen los recursos de preparación que hoy se dan, ni probaron otro tipo de ocupación distinta a la que han venido realizando por tantos años en la empresa.

Por ello, sabemos que algunos que comenzaron hacer ensayos en diferentes clases de negocios hasta gastar el ultimo peso de su liquidación. Otros se dejaron engañar o ?meter por los ojos? la venta de un negocio con aparente rentabilidad.

Hay excepciones. Sin embargo y dignas de mostrar. Son personas que se iniciaron en una actividad lucrativa mucho antes de pensar siquiera en el retiro, cuando se acogieron a la jubilación ya estaban desempeñando otra labor alterna con su trabajo , que si no daba iguales entradas económicas al menos si enriquecía el monto de su salario devengado.

Estar desorientado es como quedar abandonado en medio de la selva o el desierto sin punto de referencia: es como estar dentro de una embarcación a la deriva sin remos ni control, es como llegar a la confluencia de varios caminos sin saber cual es el rumbo. La desorientación crea confusión, incertidumbre y ansiedad.

Este seminario trata, por tanto, de brindar las guías que todo individuo  necesita para acogerse a la jubilación libre de incertidumbre y con un objetivo preciso y realizable.
Cuando se les ha preguntado la razón de su progreso a jubilados que han tenido algún éxito en su vida de retiro ellos la han atribuido a que:

? Iniciaron una actividad comercial u ocupacional distinta a la desempeñada en la Empresa, muchos años antes de solicitar la jubilación. Ensayaron varias alternativas y se fortalecieron en la que les fue mejor, involucrando la familia y afianzándose en el salario que recibían por su trabajo.
? Observaron el proceso y crecimiento de la ciudad y averiguaron y ensayaron áreas comerciales no comunes.
? Aprendieron otro oficio
? Formaron a los miembros de la familia en una actividad profesional o en otros tipos de ocupación.
? Fundaron pequeñas empresas o negocios.
? Fundaron sus propios talleres u oficinas en donde practicaban la actividad en que eran expertos.
? Buscaron asesoría
? Hicieron sus economías y las invirtieron poco a poco en diferentes renglones comerciales e industriales.
? Aprovecharon mejor sus ratos libres antes de pensionarse.

2. INCAPACIDAD PARA LA TOMA DE DECISIONES.

La desorientación trae consigo una incapacidad para correr riesgos y tomar decisiones. De igual manera a muchos jubilados se les ofrece infinidad de alternativas de inversión al momento de su retiro que no saben como definir, ni como escoger la solución mas adecuada.

La indecisión lleva gran parte de las veces al fracaso y es la causante de errores frecuentes  en los campos del trabajo, familiar, de estudios y de negocios.

Si logramos aprender a tomar decisiones adecuadas en las situaciones que se nos presentan, tendremos una vida mas sosegada y productiva que nos ayudara a afrontar los innumerables problemas de nuestro diario transcurrir y de nuestra vida futura.

Tomar una decisión es encontrar una solución a un problema, a un conflicto.

Siempre nos vemos abocados a tomar pequeñas y grandes decisiones en nuestra vida laboral, familiar y social, por ejemplo:

? Cuando queremos hacer varias cosas que nos gustan y nos sirven pero tenemos que elegir solamente una.
? Cuando ninguna posibilidad nos interesa, pero tenemos que elegir una para evitar las consecuencias.
? Cuando queremos hacer algo pero sentimos miedo de hacerlo.

El aprender a TOMAR DECISIONES  elimina la incertidumbre del fracaso, el temor y la angustia.

Saber tomar una DECISIÓN es un acto de madurez, de inteligencia y de creatividad.

Para aprender a TOMAR DECISIONES  existe un método sencillo que con el ejercicio permanente se convierte en una norma de acción y de éxito.

a) Definir el problema
Consiste en aclarar que es lo que se busca, que es lo que se quiere, cual es el objetivo que se persigue.
            b) Recoger información.
Es recopilar todos los datos existentes sobre el problema o sobre las posibles vías de solución.
Se escoge la información mediante la consulta a personas de mayor conocimiento del asunto, a entidades o personas expertas, mediante la observación a través de libros y revistas.
c) Señalar Alternativas.
Una vez recopilados los datos en pro y en contra, se deben fijar dos o tres alternativas de solución. La mejor forma de llegar a la meta es tener varios caminos y la oportunidad de escoger el más conveniente, siempre hay uno mejor.
d) Evaluar datos
Es pesar la información que se tiene. Es hacer un balance entre las conveniencias y las desventajas de cada alternativa. Así se logra saber cual es el más factible y cual presenta mayores dificultades.
Una forma fácil consiste en descartar las alternativas de menor peso y colocar las restantes en un orden de prioridad, de conveniencia, analizando las consecuencias que traerá cada una de las posibles soluciones.
            e) Escoger la mejor alternativa.
La cual tiene menor incertidumbre, la de más ventajas en inconvenientes, la de información adecuada y suficiente.
Cuando se cuenta con información abundante, no hay peligro de fracaso, los riesgos se disminuyen, se elimina la improvisión y la carrera.
F) Decidir.
Es llevar a la práctica la alternativa escogida. Es correr el riesgo. Es actuar. Es comprar la casa, el carro el negocio mas conveniente. Si se ha hecho una adecuada toma de decisiones no debe haber temor al fracaso.

3. LA INACTIVIDAD.

Siempre he dicho ?el que no trabaja no come? otra máxima afirma ?Quien nada aporta a la colmena no tiene derecho de probar la miel?
Todo el que trabaja cumple con un deber de producir y tiene el derecho de consumir.

Todo lo que es orgullo de la humanidad ha sido fruto del trabajo, el trabajo da vigor al pensamiento, esperanza, sanos propósitos, firmeza, confianza, templa el carácter.

Es frecuente que las personas de edad ansíen su jubilación para tomar el merecido descanso. Pero cuando esta llega solo la disfrutan algunas semanas. Acostumbrados a una vida activa, pronto se aburren y no saben como ni en que emplear todo el tiempo que tienen disponible.

Estas personas caen en la indisciplina y la desorganización. No hay horas fijas para el sueño, para el ejercicio, para el hogar, para las diversiones.

No hay nada más perjudicial para un jubilado como el que permanezca INACTIVO.

Se han llevado a cabo estudios para analizar el significado del ocio, tratando de averiguar con hombres y mujeres, si las personas consideraban su actividad de ocio como satisfactorias como su trabajo. Para el 54% el trabajo era mas satisfactorio, mientras para un 15% era el ocio y el 31% consideraban que ambos eran igualmente satisfactorios.

Los que se retiraron para descansar en la mecedora tienden a descubrir que su cuerpo se atrofia por falta de ejercicio y empiezan a aislarse del mundo y a deprimirse. Esta situación se presenta con mayor frecuencia entre personas con escasa educación que no han querido o podido desarrollar intereses o habilidades ajenas al trabajo habitual, pero también ocurre entre personas de clase media, muy ambiciosas profesionalmente, que nunca tuvieron tiempo de desarrollar actividades paralelas a su profesión u ocupación.

En las ciudades es típico y preocupante el problema que ofrecen los jubilados. En Barrancabermeja, por ejemplo, los vemos en los parques llenando de ocio sus bancas, en las afueras de las casas de los barrios antiguos donde pasan todo el dic tomando brisa o viendo pasar buses de los trabajadores, en las ventas de chance viendo o probando fortuna , en las salas de juego y galleras matando la mayor parte del día y de la noche, y por doquier hordas de jubilados dedicados a no hacer nada, contando los días de su infortunio y esperando resignados a que el cielo se los lleve.

A pesar de que el tiempo libre ha sido una de las aspiraciones constantes del hombre en la etapa de jubilación hay mas tiempo libre porque se ha liberado de los horarios y pito. El tiempo libre es necesario pero sabiéndolo emplear útil y placenteramente.

El ocio es oxidación en la vejez y en los metales, dice Gonzalo Canal Ramírez en su libro ?envejecer no es deteriorarse?. No hacer nada es precipitarse en la senilidad, la decrepitud y el vació. El jubilado vicioso de ordinario acelera su muerte. Con no hacer nada la persona empieza a frenarse mental y físicamente, disminuyendo hasta e ritmo y la distancia de su paso.

El mejor método es no dejar morir el tiempo. Esto se logra con el trabajo que da vida al espíritu y a los años y a través del deporte, con las caminatas, con la lectura, el arte asistencia a espectáculos, distracciones y el estimulo a nuestros intereses. Tengamos siempre entre manos alguna actividad, algún proyecto que no deje morir nuestro tiempo.

No hay nada más perjudicial para un jubilado como el que permanezca INACTIVO.

La desocupación del jubilado como forma de vida, es equivalente a su suicidio espiritual y a que se le considere inútil e intelectualmente incapaz por la sociedad.

Una de las principales obligaciones de un jubilado es  BUSCAR LA FORMA DE MANTENERSE ACTIVO.

Aunque no tenga problemas económicos la vida del jubilado no puede ser satisfactoria mientras no llene su tiempo en forma productiva.

4. DESADAPTACION.

Podríamos llamarla también ?Nostalgia por la Organización?.
El antiguo empleado se encuentra de pronto separado de su trabajo, de sus amigos, de su ambiente ordinario de vida y reducido a un estado de inactividad e inutilidad. Este cambio puede dar origen a desajustes psicológicos.

Se ha considerado el retiro como una nueva transición que ocurre cuando la persona deja de realizar el trabajo que había mantenido durante gran parte de la vida y tiene que solucionar el problema de encontrar otra ocupación.

Algunos empleados después de su jubilación, no soportan la idea de alejarse de su empresa. La forma como se van desprendiendo poco a poco del lugar de trabajo al que se han entregado en los últimos años, es yendo todos o casi todos los días a las instalaciones de la empresa con cualquier pretexto, aunque sea a la hora de salida para poder saludar a sus amigos de siempre, conocidos y compañeros de trabajo. Esto depende, Sin embargo del grado de satisfacción e integración del individuo con la organización.
Otros madrugan a ver pasar los buses de trabajadores que vana a trabajar o a verlos llegar a atardecer.

Esta costumbre se va desvaneciendo poco a poco con el tiempo, con el cambio de actividad o de trabajo que asuma el jubilado después de un corto descanso, con el cambio de lugar de residencia y con una reflexión positiva y realista del nuevo modo de vida que le ha correspondido llevar.

La necesidad de trabajo y ocupación del tiempo libre es un factor definitivo en la adaptación de la persona. No solo por aspectos psicológicos sino especialmente por la presión que tiene el jubilado de aumentar sus ingresos, de sentirse útil, de continuar aportando a los requerimientos del hogar.

Es conveniente recalcar la necesidad que tienen las personas jubiladas de una programación flexible de actividades laborales, sociales y recreacionales de modo que puedan mantenerse ocupados , sintiéndose  la vez útiles , responsables de algo e integradas socialmente , durante el próximo tiempo posible del día y de la semana , y hasta programar diferentes actividades para evitar la monotonía.

Se necesita de la interacción con personas de su misma condición o de comunidad a fin de recibir respaldo emocional y afecto. Así  mismo se facilita la comunicación de las propias experiencias y conocimientos. Las personas intelectuales no deben abandonar la lectura. Ya que esta mantiene lucidez y agilidad intelectual, buena memoria y voluntad activa.

Una obligación de todo jubilado es buscar nuevas fuentes de servicio a la comunidad y aportarle a esto los beneficios de su experiencia y conocimientos.

5. ESTADOS DE ANSIEDAD.

Sino se saben abordar y resolver, todos los problemas que hemos descrito lleva, indudablemente, a un estado de frustración y tristeza de melancolía y muchos casos a la depresión.

A la depresión se le ha llamado ?el resfriado común de los trastornos psicológicos ?. Es muy frecuente en las personas de la tercera edad cuando se dan cuenta que va cuesta debajo de la vida.

Todos nos sentimos de vez en cuando un cuanto tristones, pero la autentica depresión es mucho peor que eso y altera la vida de los afectados y de quienes le rodean. EN un extremo de la escala pudiera no ser más que una intensa infelicidad, pero al otro pudiera tratarse de una verdadera enfermedad conducente al suicidio.

Los síntomas de la depresión mas frecuentes son, tristeza, desilusión y llantos. También suelen verse una pérdida del apetito, insomnio, desinterés en la vida sexual, abandono personal, temores, perdida de la propia estima, pobreza en la toma de decisiones, falta de concentración y cansancio.

Los casos graves de depresión requieres atención médica y hospitalaria. Pero en casos leves son muchas las cosas que pueden hacer la persona por si misma y aun los miembros de la familia por el paciente deprimido.
La ocupación racional del tiempo libre, el sentido de utilidad, los ejercicios físicos y las prácticas de relajación, los pensamientos positivos, la confianza y la estima por nosotros mismos, ayudan a controlar ese difícil problema. Muchos de estos aspectos se van a proporcionar en este curso.

Y finalmente. Los problemas siempre estarán acechándonos y a menudo y por doquier nos los encontramos. Seria muy harta la vida si no existieran los problemas y no paladeáramos las satisfacciones de vencerlos.

Los problemas son las cuchillas de afeitar que según por donde Ud. las coja o le sirven o lo cortan.

6. COMPLEJO DE VEJEZ.

Muchas personas piensan que al momento de jubilarse se esta en una edad en la que los demás lo perciben como un individuo senil, inútil o incapaz, que se moriría a los pocos años. Esto lo lleva a una situación depresiva y a adoptar una conducta de aislamiento.

Un individuo de 60 años generalmente se siente fuerte y con posibilidades de desarrolla una labor productiva.

En el caso de ECOPETROL sucede un fenómeno curioso: El personal se esta jubilando a una edad muy temprana, con una edad promedio de 48 años. A los 48 años una persona esta en plena madurez, es una etapa más interesante de la vida: La adultez. Una etapa que se distingue por la estabilidad emocional, técnica y de realización. Una etapa en la que deberíamos alcanzar cierta estabilidad económica.

¿A los 48 años no podemos estar pensando en irnos a descansar?
¿A los 48 años quien dijo que la vida terminaba?

En nuestro país el promedio de vida esperada es cercano a los 70  y cada vez este índice tiende a aumentar por e dominio que esta ejerciendo la medicina, la higiene , la ciencia y la técnica en general sobre muchas enfermedades que antes no se les veía posibilidad de curación y que causaron grandes perdidas de vidas humanas.
A los 48 años se esta en plena capacidad de iniciar nuevas actividades que enriquezcan nuestra mesa pensional, nuestra salud física y mental y nuestras relaciones familiares y sociales.

Seria largo enumerar los múltiples ejemplos de personas que a su edad avanzada siguen en plena actividad aportando a sus comunidades y naciones el fruto de su capacidad intelectual, de madurez y de su experiencia.

Actualmente las escalas de edades clasifican las siguientes etapas:

I  PRIMERA EDAD:  Juventud o 21 años    Niño———-Información

                                                                Adolescente-Estructuración

                                                                Joven——–Preparación.

II SEGUNDA EDAD: 22-50 años 
                                 
                              Adulto joven —– Creatividad
                             
                              Adulto ———— Tecnificación

                              Adulto Maduro—- Estabilización, Realización.

III RETIRO LABORAL  50 ? 56 Años.

IV TERCERA EDAD:        56-77 Años

                              Activa
                              Hábil                    Cumbre intelectual
                              Pasiva                              Económica

V CUARTA EDAD: Senilidad  Senectud probable  (77 ?84 años)
                                            Senectud posible    (84-91)
                                            Senectud excepcional (91-105)

Todo esto indica que la edad en la que se están jubilando, se encuentra en plena capacidad de continuar activos, sin apoltronarse de trabajar y aportar a sus familias y al país todas sus energías y experiencias. Su edad se caracteriza por la confianza en si mismos , por el conocimiento que uno tiene de sus lagunas y busca aprender lo que necesita, porque se comprende las incapacidades y se trata de vencerlas, porque hay mayor estabilidad emocional y debe haberla en lo económico.

Al realizar el ejercicio AÑOS DE VIDA ESPERADA  han podido ustedes notar que a cada uno de nosotros nos queda un buen remante de años que podemos aprovechar para bien nuestro y el de los demás, que hay algunos aspectos que debemos empezar a controlar, como el sobrepeso, cigarrillo, alcohol, nuestro mal genio y la despreocupación por la salud. Estos aspectos minan nuestra vida, es decir, reducen nuestras posibilidades de una mayor expectativa de vida.

Así mismo otros son los aspectos que debemos reforzar como el ejercicio adecuado y periódico, el cultivo del buen carácter, las visitas al medico y al dentista, el mejorar las relaciones familiares y sociales, disminuir los índices de colesterol etc.

7. CONFLICTOS FAMILIARES
Al estar desocupados, estos pasan la mayor parte del tiempo en la casa, entrometiéndose en labores por las que nunca se fijaron, supervisando actividades hogareñas que nunca les preocupo. Se levantan temprano como estaban acostumbrados, hacen levantar toda la familia, destapan las ollas, critican la comida y la hora en que se sirve, les irrita el tinto frió y también el muy caliente.  La escoba mal puesta, el pasto crecido, la ropa arrugada.  La llegada tarde del muchacho y la visita de los amigos a la niña. En fin se fastidian todo el tiempo y por todo.

Todo lo anterior acarrea conflictos familiares, la señora y los hijos se quejan permanentemente por las molestias que causan estas personas al vivir desocupadas todo el día fiscalizando las labores y los movimientos.

Por otra parte la familia no llega acostumbrarse a tener todo el día en casa a una persona que antes no permanecía ahí largas horas, en unos casos terminan optan por partir ellos mismos de la casa.

Otros jubilados han optado por ceder el mando a la señora y les traspasan el valor de la pensión, aun cuando antes nunca llegaron a permitirlo. Terminan aislados por la familia misma y se convierten en u mueble viejo que estorba y que nadie mira.

No sucede esto en aquellos hogares en los cuales el jubilado sigue ocupado, donde continua desempeñando una labor productiva y enriquecedora que enorgullece a la familia y en la que sus propios miembros participan, donde se dejan muy claro los papeles de cada miembro de la unidad familiar debe desempeñar. Donde se respetan las relaciones y donde tanto la actividad de trabajo, recreación y estudio, se comparte en grupo.

Es conveniente sin embargo, que se practique una ?jubilación de prueba?. Permanezca en su casa durante 20 días o un mes y trate de desarrollar nuevos intereses, nuevas formas de vida y nuevas aspiraciones. Al jubilarse no se siente a esperar a que la gente lo llame. Insista UD en los contactos sociales y en recuperar viejas amistades. Fije horarios para sus actividades: horas para trabajar, para juegos o deportes, para descansar a solas y para estar con amigos y parientes.

Suicidio en niños y adolescentes

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Suicidio en niños y adolescentes

Indice

1. Consideraciones Generales
2. Suicidio en adolescencia
3. Mitos y falacias sobre el suicidio

1. Consideraciones Generales

Creemos conveniente partir del significado de la palabra suicidio. Deriva del latín y se compone de dos términos: sui, de sí mismo y caedere, de matar, lo que sería ?matarse a sí mismo?.
Para Durkheim, se trata de todo caso de muerte mediante una acción, producida por la víctima misma y ante la cual tiene absoluta consciencia del resultado a producirse.
Propone distintos tipos de suicidio:

a) El altruista, en el que la motivación hacia la muerte está originada por una rígida estructuración en la sociedad en la que se vive. La muerte en sí misma no es tan importante como preservar el ?honor?.
b) El egoísta, en el cual el individuo se orienta más por sus intereses particulares que por los de su grupo de referencia. No interesa lo que los demás opinen
c) El anómico, que se produce ante una confusión de valores sociales, que lleva a una crisis individual acerca del sentido de la existencia.

Otros autores clasifican al suicidio según:
a) El origen: puede ser psicótico, neurótico, psicodisplásico o filosófico. En el psicótico la persona se halla desconectada de la realidad y de lo que pasa en su entorno. Sufre alucinaciones y tiene ideas ilógicas no aceptadas por los demás. El neurótico se caracteriza por manifestaciones teatrales con escasa intención real de suicidio. En el psicodisplásico, el psicópata dirige la agresividad hacia sí mismo. El filosófico se produce en personas que sienten un vació en su existencia.
b) La forma: puede ser impulsivo, obsesivo y refléxico. El primero se lleva a cabo súbitamente, sin avisos previos de la intención. El obsesivo se produce por una idea de autodestrucción, que resulta imposible rechazar. El refléxico se caracteriza por un análisis detenido de la idea de suicidio, siendo más frecuente en personas deprimidas.

En general, esta vez sin diferenciar los tipos anteriormente expuestos, existen factores, denominados de riesgo que pueden dar indicios sobre la posibilidad de una conducta suicida en un individuo. Algunos de ellos son:

? Ideacion suicida: es el más importante indicador de suicidio, pues se refiere a la existencia misma de la idea.
? Intentos previos: aumenta el riesgo de suicidios en un futuro.
? Plan y método: entre más estructurado sea el plan y más peligroso el método, mayor es el riesgo.
? Sexo: si bien los intentos de suicidio son más numeroso en mujeres, el 75% de los consumados corresponde a los hombres.
? Edad: las tasas de suicidio van aumentando con la edad, aunque las tentativas en personas jóvenes.
? Estado civil: está más presente en las personas viudas, solteras y separadas que entre las casadas.
? Pérdidas recientes: muerte de familiares, desaparición de un miembro de la familia.
? Trastornos psicopatológicos

A su vez, existen indicadores de la proximidad de un intento de suicidio:
? Hablar de suicidio.
? Interés sobre temas como el suicidio o la muerte.
? Despedidas y repartición de bienes.
? Recuperaciones espontáneas.

2. Suicidio en adolescencia

Particularmente, el suicidio entre los adolescentes ha tenido un aumento dramático en los años recientes, siendo la tercera causa de muerte más frecuente para los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, y la sexta causa de muerte para los de entre 5 y 14 años.
Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas sobre sí mismos, presión para lograr éxito, inquietudes financieras y otros miedos mientras van creciendo. Para algunos adolescentes, el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastros, o las mudanzas a otras nuevas comunidades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí mismos. En algunos casos, el suicidio aparenta ser una “solución.”
La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento. Cuando los padres sospechan que el niño o el joven puede tener un problema serio, un exámen psiquiátrico puede ser de gran ayuda.
Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión. Los padres deben de estar conscientes de las siguientes señales que pueden indicar que el adolescente está contemplando el suicidio. Los psiquiatras de niños y adolescentes recomiendan que si el joven presenta uno o más de estos síntomas, los padres tienen que hablar con su hijo sobre su preocupación y deben buscar ayuda profesional si los síntomas persisten.

? Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
? Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
? Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa.
? Uso de drogas o del alcohol.
? Abandono poco usual en su apariencia personal.
? Cambios pronunciados en su personalidad.
? Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar.
? Quejas frecuentes de dolores físicos tales como los dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.
? Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones.
? Poca tolerancia de los elogios o los premios.

? El adolescente que está contemplando el suicidio también puede:

? Quejarse de ser “malo” o de sentirse “abominable.”
? Lanzar indirectas como: “no les seguiré siendo un problema”, “nada me importa”, “para qué molestarse” o “no te veré otra vez.”
? Poner en orden sus asuntos; por ejemplo, regalar sus posesiones favoritas, limpiar su cuarto, botar papeles o cosas importantes, etc.
? Ponerse muy contento después de un período de depresión.

Si el niño o adolescente dice, “Yo me quiero matar” o “Yo me voy a suicidar”, hay que tomarlo muy en serio y hacer una consulta a un psiquiatra de niños y adolescentes o a otro médico para que evalúe la situación. A la gente no le gusta hablar de la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no ha de “ponerle ideas en la cabeza”; por el contrario, esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.
Con la ayuda de la familia y con tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo.

3. Mitos y falacias sobre el suicidio

Siendo el suicidio un tema tabú en nuestra sociedad, parece existir una tendencia a ocultar el hecho y asumir que es un fenómeno poco frecuente. Si bien es cierto que en términos de proporciones no posee las mismas magnitudes que otras problemáticas (Infección por VIH, maltrato infantil, abuso y acoso sexual), no por esto podríamos decir que es una conducta que no se presenta entre algunos miembros de la población.
Por otra parte, las reacciones emocionales de las personas ante el conocimiento de un suicidio suelen pasar desde la estupefacción y sorpresa macabra hasta la consumación de otro suicidio. Así mismo, también se tiende a buscar culpables para poder dar una explicación lógica y aceptable a la muerte de alguien. En ese mismo sentido, también existen falsas creencias que podrían reconfirmar la actitud de negación y censura hacia el suicidio.
Los siguientes son algunos de los mitos existentes alrededor del suicidio y tal y como la evidencia lo señala, son más el desconocimiento y las falsas creencias las que prevalecen alrededor del tema (Wekstein, 1979; Davison & Neale, 1996).

1. Mito: Los que hablan sobre suicidio no lo llevan a cabo.
Hechos: De cada 10 personas que se suicidan, 8 habían advertido de forma clara sus intenciones suicidas.

2. Mito: El suicidio se produce sin previo aviso.
Hechos: Los estudios realizados muestran que las personas suicidas proporcionan muchos indicios y advertencias sobre sus intenciones suicidas.

3. Mito: Las personas suicidas están decididas a morir.
Hechos: La mayoría de las personas suicidas están indecisas entre vivir o morir; lo que hacen es apostar por la muerte dejando que sean los otros los que los salven. Casi nadie se suicida sin que los otros sepan cómo se sienten.

4. Mito: Una vez que una persona está en estado suicida ya lo estará siempre.
Hechos: Las personas que desean quitarse la vida están en estado suicida sólo por un tiempo.

5. Mito: La mejoría después de la crisis suicida viene a significar que el riesgo de suicidio se ha superado.
Hechos: Son muchos los suicidios cometidos al cabo de 3 meses de comenzada la mejoría, cuando la persona tiene la suficiente energía como para poner sus ideas y sentimientos mórbidos en práctica.

6. Mito: El suicidio es mucho más frecuente entre los ricos o, a la inversa, se presenta casi exclusivamente entre los pobres.
Hecho: El suicidio no es una enfermedad de ricos ni la maldición de los pobres. El suicidio está representado proporcionalmente en todos los niveles de la sociedad.

7. Mito: El suicidio se hereda o está en la familia.
Hecho: Es un patrón individual.

8. Mito: Todas las personas suicidas son enfermos mentales y el suicidio es casi siempre la actuación de una persona psicótica.
Hechos: Los estudios realizados sobre cientos de notas de verdaderos suicidios indican que, aunque la persona suicida es extremadamente infeliz y se halla alterada, no es necesariamente un enfermo mental. De hecho, hay evidencias de pensamiento racional y de estar en contacto con la realidad.

9. Mito: Ser miembro de un grupo religioso en particular, es un buen predictor de que la persona no considere el suicidio.
Hechos: Es un error creer que la fuerte prohibición que existe dentro de la religión católica, es un freno eficaz para evitar la actuación suicida de una persona. Además, que una persona se identifique con una religión particular no es una representación de sus creencias particulares.

10. Mito: El motivo del suicidio se puede establecer fácilmente.
Hechos: La verdad es que es muy difícil entender por qué una persona decide suicidarse. Por ejemplo, un revés en la situación económica precedido de la actuación suicida, no es una causa que explique fácilmente el suicidio.

11. Mito: Todos los que comente suicidio están deprimidos.
Hechos: Esta falacia radica en el hecho de que muchos de los signos de las actuaciones suicidas frustradas son ignorados porque la persona no actúa como si estuviera deprimida. Muchas de las personas que se suicidan no están deprimidas. De hecho, algunas personas se muestran calmadas y en paz consigo mismas.

12. Mito: Una persona con una enfermedad física terminal, no contempla la posibilidad del suicidio.
Hecho: Teniendo en cuenta las condiciones de padecimiento tanto físico como moral, propios o de los seres amados, el suicidio es una posibilidad que frecuentemente pueden contemplar, en miras de darle fin lo antes posible la sufrimiento, aun cuando la muerte se perciba como un hecho inminente.

13. Mito: El suicidio es influido por las estaciones del año, la latitud y las condiciones climatológicas en general o los días de la semana.
Hecho: No hay datos suficientes para sostener estas creencias

14. Mito: El suicidio es influido por factores cósmicos como las fases de la luna.
Hecho: No hay evidencias que confirmen lo anterior.

15. Mito: El suicidio es un evento aislado.
Hecho: Aun cuando existe un debate muy amplio en este sentido, se hace clara la conexión como factor desencadenante, sin que este factor pueda llamarse como tal la causa del suicidio.

16. Mito: Pensar en el suicidio es algo más bien raro.
Hecho: Estimaciones hechas sobre estudios hechos con muestras no clínicas, sugieren que la idea del suicidio esta presente desde un 40% hasta un 80% de la población. Esto significa que han pensado al menos una vez en la vida en la idea del suicidio.

17. Mito (especialmente presente entre terapeutas): Preguntarle a una persona sobre sus ideas de suicidio, especialmente si está deprimida, puede llevar a que la persona realice un intento, que no se hubiese dado si no se le hubiese preguntado.
Hecho: Un de los principales aprendizajes en la labor clínica, es indagar en profundidad sobre la ideación y su estructura. Además, el hacer la pregunta es conceder tácitamente un permiso a la persona para que hable sobre algo que puede considerar como un secreto inconfesable. De hecho, muchas personas se siente más aliviadas al poder exponer sus ideas sobre el suicidio.

18. Mito: Las personas que realizan intentos con medios de baja letalidad, no están considerando seriamente la idea de matarse.
Hecho: Aquí se confunde la letalidad con el intento. Algunas personas no están bien informadas sobre la letalidad del método que van a emplear, como puede ser la utilización de píldoras. El método empleado no necesariamente está en consonancia con la intención subyacente.

Trabajo enviado por:
Javier Fittipaldi
jfittipaldi@infovia.com.ar

TARJETA DE AYUDA PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

TARJETA DE AYUDA PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

Si alguna persona que usted conoce:
? Amenaza con suicidarse
? Habla o escribe acerca de que desea morirse
? Parece deprimida, triste, taciturna, ajena o desesperada
? Presenta significativos cambios en su comportamiento, aspecto, humor o disposición
(Ya sea que cambie de “normal” a deprimida, o viceversa)
? Abusa de drogas o alcohol
? Se lastima a sí misma, deliberadamente
? Dice que si faltara nadie la extrañaría
? Regala sus más preciados efectos personales

Esta es la manera de ayudar:
? Permanezca calmado y escuche con atención
? Tome en serio las amenazas de suicidio
? Deje que el suicida potencial hable acerca de sus sentimientos
? Acéptelo; no lo juzgue
? Pregúntele si ha tenido pensamientos de suicidio
? Pregúntele con cuánta intensidad y frecuencia ha pensado en ello
? Pregúntele si tiene algún plan para llevar a cabo el suicidio
? Averigüe si esa persona cuenta con los medios para llevar a cabo su plan
? No le jure guardar el secreto; más bien comuníqueselo a alguien
? Asegure a esa persona que está bien y que es necesario que reciba ayuda…

OBTENGA AYUDA: USTED NO PUEDE HACERLO SOLO

Acompañe a esa persona a buscar ayuda en:
? La sala de urgencias de un hospital
? Algún servicio de salud mental
? La policía
? La familia, algún amigo o amiga, algún familiar
? Algún pastor, maestro o consejero
? El médico de la familia
? O llame por teléfono a alguna línea de servicios de emergencia

TÉCNICA PARA ENUMERAR INFINITOS

TÉCNICA PARA ENUMERAR INFINITOS
CARTA DESDE ÁFRICA DE GONZALO SÁNCHEZ TERÁN
(TEXTO SACADO DEL SUPLEMENTO DEL GRUPO VOCENTO XL SEMANAL Nº 1036 DEL 2 AL 8 DE SEPTIEMBRE DE 2007)

El hallazgo del hombre, su conquista en la escarpada pendiente de los siglos no ha sido la democracia sino el Estado de derecho. Usamos la democracia, tal y como la conocemos, porque no se nos ha ocurrido nada mejor: es una imperfección útil que nuestra molicie intelectual, antes que nuestra ambición, ha consagrado. Prueba de ello es que una mitad del mundo sobrelleva serenamente la concatenación de democracias prostituidas, y la otra mitad aspira a alcanzar ese mismo modelo. La democracia es una herramienta del Estado de derecho, no su esencia. No hemos logrado aún que los pueblos posean el poder, pero vamos consiguiendo que no lo padezcan. Los blancos tratamos de exportar un renqueante sistema político nieto de la sangre en lugar de compartir lo más grande que podemos ofrecer, unos sistemas jurídico y educativo nietos de la inteligencia y del espíritu, la dignidad no se cría en los gobiernos o en los parlamentos sino en los tribunales y en las escuelas.

Aquí, en la región Dar Sila, al este del Chad, la tasa de escolarización jamás ha sobrepasado el siete por ciento. En poco más de un año, la guerra ha confinado a dos tercios de la población en una decena de campos de desplazados. Donde se alquitara tanto dolor, como ya te conté, asombrosamente las personas prorrumpen en semilleros: las comunidades han levantado escuelas, vamos encontrando y formando maestros, y miles de niños, por primera vez, se sientan apretujados en esteras, bajo lonas de plástico, frente a una pizarra donde se trazan letras y números. Poco a poco, estos colegios deben repartirse en cada una de las aldeas, ahora desiertas, de Dar Sila, cuando la paz permita el regreso.

Esta mañana hemos abierto la escuela en el campo de desplazados de Koloma: seis angares para algo más de 700 críos. Como siempre, no había sitio para todos los que querían entrar. Hicimos la selección tratando de incluir a todos los pueblos presentes en el campo porque todos participaron en la traída de material para los hangares. Al acabar, me tuve que dirigir a los cientos de críos que permanecían en pie, aguardando para entrar en una de las míseras aulas atestadas. Con el corazón masticado, les dije que debían esperar unas semanas hasta que los nuevos hangares fueran completados, que no se desanimaran, que pronto también ellos estarían en la escuela. No había acabado de hablar cuando una chica de unos 13 años, ignoro su nombre, gritó en árabe chadiano: <>. Por aclamación, se decidió que aquella muchacha se incorporara en ese momento al colegio y los padres marcharon en busca de troncos y ramas. Así sucedió.

Apenas confío en los políticos que residen a ambos lados de la hipocresía ni en sus adineradas camarillas. Pienso contrariamente que por la voz de esa niña, por ninguna otra parte, linda el hoy con el mañana.

Chad, 15 de agosto de 2007.

VOLVER A EMPEZAR

VOLVER A EMPEZAR
JUAN CARLOS ZUBIETA IRÚN. TALLER DE SOCIOLOGÍA. UNIVERSIDAD DE CANTABRÍA
(ARTÍCULO DE OPINIÓN SACADO DEL PERIÓDICO ?EL DIARIO MONTAÑÉS DEL JUEVES 13 DE SEPTIEMBRE DE 2007)

      Unos dicen: <>; otros exclaman: <>. Los humanos precisamos de la novedad y también de la costumbre. De lo nuevo y de lo de siempre. De lo extraordinario y de lo común. La rutina del día a día nos lleva a soñar con la fiesta, pero el exceso de la celebración, termina por cansarnos y entonces se desea la tranquilidad. La monotonía cotidiana nos hace añorar lo diferente, pero el desorden también pierde su magia y entonces se aprecia lo de maravilloso que existe en el día a día.
      Según el mito griego, Sísifo fue condenado por los dioses a subir una roca hasta la cúspide de un monte, desde allí la roca volvía a caer y la tarea que tenía que comenzar, sin descanso, sin esperanza, sin fin, una y otra vez, el castigo eterno. Pues bien, para muchos, el fin de las vacaciones, comenzar a trabajar, es sinónimo de volver al penal (como se sabe, el término trabajar viene del latín ?tripaliare?, torturar, y el ?tripalium?, tres palos, era un instrumento de tortura al que se ataba al reo para azotarlo). Así, en estos días los medios de comunicación presentarán a expertos en Psicología hablando pomposamente del ?Síndrome posvacacional?, que, como todo el mundo sabe, se trata de un título muy rimbombante para denominar las consecuencias de la pereza, la desgana y el rechazo con la que se enfrentan a la obligación de trabajar todos los que tienen que desarrollar una actividad laboral alienante, poco gratificante, incómoda, mal pagada o en un ambiente humano o material hostil. Por supuesto, ante esa perspectiva cualquier individuo normal no da saltos de alegría; por el contrario, su humor suele estar torcido, el desánimo ataca y, en ocasiones, el estómago protesta y el sueño no llega; en definitiva, el cuerpo y la mente se quejan (sí, como les pasa a muchos niños el primer día de colegio). Perder la libertad es duro. Si a usted le ocurre eso tranquilícese, le sucede a mucha gente, es una epidemia. Y, por otra parte, según nos dicen por todos los lados: se soluciona comprando. Además tiene usted la suerte de que ha comenzado la liga de fútbol y los héroes están en el circo; y, por si fuera poco, para que no se desespere, enseguida llega la escapada del 12 de octubre.
      Dos anuncios que están presentes estos días en los medios de comunicación reflejan claramente los deseos-necesidades a lo que me he referido: la búsqueda de la novedad y la búsqueda del orden. Así, El Corte Inglés proclama: <>; Leroy Merlín indica: <>.
      La máquina comercial de la sociedad de consumo es muy sabia: se inicia un nuevo ciclo y la forma de comenzar con fuerza, con ilusión, es, nos aseguran, comprando. La ilusión está en estrenar ropa y tenemos la suerte de poder ir al centro comercial, al paraíso, y comprarlo todo (sí, además, en la escuela y en el trabajo nos encontraremos con los amigos y compañeros que no hemos visto en varias semanas). Por otra parte está el mensaje del orden: cansados de la anarquía, pretendemos la seguridad de lo cotidiano. La estantería, los armarios y los cajones que nos anuncia el comercio, constituyen una magnifica metáfora de lo que pretendemos hacer con nuestra vida: ordenarla.
        Ante el reto de volver a subir la montaña necesitamos algo donde agarrarnos, algo que nos ilusione; la industria lo sabe, nos lo ofrece en papel de regalo, y lo sugiere/impone: ¡Compra!, ¡Estrena! Y ante la ausencia de horizontes más elevados caemos en la trampa y acudimos, en masa, la centro comercial a hacer realidad el gran sueño.
        Ahora también es el momento de los buenos propósitos, y los dueños del negocio lo saben: se lanzan al mercado los cursos de inglés y mil tipos de colecciones (por supuesto, como cualquiera puede constatar con su propia experiencia, la mayoría se interrumpirán a la mitad, eso sí en el mes de enero, con el nuevo año, volverá a surgir el proyecto que no se ha cumplido… y que una vez más se interrumpirá). Además, muchos harán cola para inscribirse en el gimnasio; otros se harán la promesa de dejar de fumar (obviamente comenzarán dentro de unos días: ?Hombre, los primeros días de trabajo estoy más nervioso y…?) y, sin duda, todos los escolares asegurarán que este año van a estudiar desde el primer día.
      Como decía, frente al mito de las felices vacaciones muchos desean la vuelta a la normalidad. Ulises quiere regresar a Ítaca. Ya está bien de aventuras. Se quiere llegar a casa, al hogar, al refugio. Se añora el sosiego.
      Además, para los muchos que no han podido ir de vacaciones, y también para los muchos que han sentido el periodo de descanso como una carga, la vuelta a la normalidad, el fin de fiesta, es un alivio. Así, aunque sea en silencio, ahora mismo muchos celebran el término del ambiente festivo: los que han carecido de recursos para ir a esas playas idílicas que nos han enseñado en la televisión, los enfermos, los infelices, los que están solos, todos aquellos que se han considerado diferentes y han sufrido el bombardeo de imágenes que muestran que todo el mundo es feliz, que todos son amados, que todos, menos ellos, disfrutan sin parar. Tampoco son pocas las mujeres que desean la vuelta a la actividad cotidiana cansadas de que el reposo y el disfrute de los miembros de su familia, el placer de no hacer nada, se sostenga en el sobreesfuerzo de ellas (como se aprendió en los cuentos, los reyes tienen sirvientes). Por cierto, ¿saben que el número de rupturas de parejas se incrementa de forma considerable inmediatamente después del periodo de vacaciones?, sí, la convivencia estrecha durante muchos días es peligrosa.
      Después de la descripción y los juicios, permítanme concluir formulando un interrogante: ¿No sería conveniente que todos pusiéramos la vista en metas más elevadas que el cambio de ropa y la reforma de la cocina? Claro que está muy bien volver a iniciar el curso de inglés y que tampoco debemos olvidar la vieja aspiración de hacer algo de ejercicio y de seguir un dieta equilibrada, pero no está de más que junto a los propósitos más prosaicos también pensemos en asuntos de mayor calado.
      Aunque a algunos les puedan sonar a mensajes huecos, y aunque sé que son muchos más difíciles de lograr, me atrevo a recordar algunos metas que nos han señalado muchas veces: 1. Que es una obligación de todos ayudar y ser solidarios con aquellos que no tienen la misma suerte que nosotros. 2. Que todo ser humano comenzando con el que está a nuestro lado, merece respeto y consideración. 3. Que ser honrado, en las relaciones personales y en el trabajo, es una buena forma de estar en el mundo. 4. Que también nos corresponde denunciar a los impresentables. 5. Que, asimismo, es una obligación de todos cuidar y defender nuestro medio ambiente. 6. Por último, que somos personas, además de consumidores de los productos de Carrefour, y, por tanto, que es un derecho y una obligación perseguir el crecimiento personal y social.

20 respuestas a los problemas de comunicación

20 respuestas a los problemas de comunicación

No se trata sólo de timidez. Existen muchos motivos por los cuales las personas no se relacionan bien con los demás.

1) En la “era de las comunicaciones”, donde se prioriza la cantidad-y la velocidad-a la calidad, a mucha gente se le complica comunicarse.

2) Los problemas para entablar conversaciones se dan ya sea por pudor, vergüenza, miedo y prejuicios.

3) Hay sujetos que transmiten su malestar cuando se sienten invadidos por la presencia de los otros, aunque sólo sea realizando una simple pregunta de rutina.

4) Estas personas se arman de corazas para evitar el sufrimiento y cada vez les cuesta más confiar y creer en alguien.

5) Para comunicarse con los demás, es necesario sentirse bien con uno mismo.

6) Los seres que viven lamentándose por todo y arman vínculos sólo por el hecho de no sentirse solos, serán incapaces de establecer lazos auténticos.

7) Hay diferentes maneras de comunicarse: quien tiende a ser cerebral, se comunica a través de la palabra.

8) La persona que habitualmente gusta de la síntesis, desarrolla una comunicación reflexiva, madura y bien dosificada.

9) Otro estereotipo en comunicación son los sujetos nacidos para las relaciones públicas: seducen mientras se comunican.

10) A todos aquellos que tienden a medir las palabras, en realidad, les resulta muy difícil comunicarlas verbalmente. Intentan encontrar las palabras adecuadas en el momento indicado, por eso necesitan tiempo para hacerlas madurar.

11) A pesar de que uno cree que habla claro, el interlocutor puede interpretar algo distinto de lo que se quiso decir. El significado que le atribuya a las palabras estará relacionado con su sensibilidad y su tipo de personalidad. También, en una comunicación, existen maneras de recibir un mensaje, y éstas, por supuesto, estarán vinculadas con la propia subjetividad, con lo que uno quiere-y puede-escuchar y viceversa.

12) Lo que se debe meditar, en todo caso, es que se presentan situaciones en las cuales es preciso reaccionar de inmediato, comunicarse de un modo claro.

13) Quien sea dueño de un temperamento muy ansioso, devolverá una agresión como respuesta, aunque ésta haya sido formulada de un modo gentil. El motivo de esta reacción se debe a que este tipo de personalidad cree que todos desean hacerle mal. Siempre percibe como agresiones los argumentos del otro.

14) El fóbico, en cambio, toma toda alocución del otro como una acusación. También permanece a la defensiva. Es tan temeroso de la palabra de su interlocutor que no puede distinguir el tono empleado por éste en cada ocasión.

15) El que tiene un lado paranoico, constantemente siente que quieren violar sus derechos, entonces aprovecha cualquier pregunta para afirmarlos, aunque se trate de la conversación más banal.

16) En el caso del obsesivo, se comunica con un gran exceso de precisión. Utiliza ese código para, en medio de una discusión, hacer “caer” a su interlocutor.

17) Es importante tener en cuenta que para vencer las dificultades que impiden entablar relaciones armónicas, hay que auto cuestionarse sobre cuáles son los aspectos o actitudes de uno que están flaqueando, remediarlas y así poder disfrutar de vínculos sin obstáculos.

18) Cada uno tiene su modo de comunicarse con los demás; el parámetro para saber si sirve el modo en que se establecen los lazos es si ambas partes están satisfecha con su forma de relacionarse.

19) Lo que puede resultarle a una persona para comunicarse con éxito puede no resultarle a otra. Es sabido que en lo que se refiere a relaciones humanas no existen fórmulas exactas. Lo importante es tratar de ser sincero y mostrar, a través de la expresión, los propios sentimientos.

20) Un consejo que puede ser útil para llevar adelante cualquier tipo de relación es que siempre hay que dejar un espacio para poder ponerse en el lugar del otro y pensar las cosas desde esa posición; tal vez así se lo pueda entender mejor.

FUENTE:  http://es.groups.yahoo.com/group/otrasinteligencias-social/message/1205