Respaldo de material de tanatología

Hematofobia: la fobia a la sangre y a las heridas.

Hematofobia: la fobia a la sangre y a las heridas.
Las personas que tienen fobia a la sangre temen las heridas, cortes y las jeringuillas. Esta fobia presenta algunas características que la diferencian del resto debido que la respuesta corporal ante la sangre es diferente del resto de las fobias ya que se trata de una respuesta bifásica.

Cuando una persona con hematofobia está en presencia de sangre se va a producir un aumento de la respuesta cardiovascular, aumentando así el latido cardíaco y la presión arterial, sin embargo, justo después este aumento disminuye de forma brusca provocando nauseas, mareos, sudores, palidez y, en ocasiones, el desmayo. Es por esto por lo que las personas con este tipo de fobia suelen relatar una historia de episodios de desmayos recurrentes.

Las personas con fobia a la sangre suelen temer esta respuesta más que a la propia sangre o a las jeringuillas en sí, es decir, anticipan que pueda producirse un desmayo y las desagradables sensaciones de mareos y nauseas. Esta anticipación les causa un intenso miedo que les lleva a evitar cualquier situación relacionada con la sangre.

Este tipo de fobia puede tener importantes consecuencias para el individuo que es incapaz de realizarse unos simples análisis de sangre o proporcionarle ayuda a una persona que ha sufrido algún daño.

Las personas con hematofobia suelen sufrir también de fobia a padecer o sufrir cualquier daño. Esto va a suponer que la persona va a padecer un intenso miedo en relación a cualquier procedimiento quirúrgico o médico, siendo incapaz de observarlo o padecerlo. Este tipo de fobia puede llegar a limitar de forma grave la vida de la persona que puede ser incapaz de someterse a cuidados médicos.

La fobia a la sangre y a sufrir daño suele comenzar en la infancia o al principio de la adolescencia y pueden mantenerse a lo largo de la vida si no se realiza un adecuado abordaje psicológico. El tratamiento psicológico de este tipo de fobias va a tener características peculiares que lo diferencian del tratamiento del resto de fobias debido a la respuesta bifásica ya comentada.

Tratamiento de las Fobias específicas

Tratamiento de las Fobias específicas
La exposición al objeto fóbico es el elemento indispensable que todo tratamiento psicológico debe tener para que la persona con una Fobia específica supere sus miedos. A este elemento se le añadirán aquellos que puedan ayudar al fóbico a enfrentarse con sus temores sin evitarlos, y para ello, será necesario que el Psicólogo realice una adecuada evaluación del caso concreto. El tratamiento psicológico consistirá en:

1. Evaluación:
En primer lugar el psicólogo realizará una exploración sobre todas las situaciones que causan miedo y la intensidad de las mismas, así como los pensamientos y comportamientos asociados a estas situaciones. Así, el psicólogo tendrá toda la información relacionada con la Fobia necesaria para establecer el programa de tratamiento más adecuado con el caso concreto que se presenta.
2. Explicación de las fobias:
El psicólogo va a explicar a la persona que sufre la fobia todo lo relacionado con su fobia: qué es el miedo, cómo se ha producido la fobia, por qué se mantiene en el tiempo, las características peculiares de su fobia concreta, y todo aquello que sea relevante para el tratamiento de su problema psicológico.
3. Explicación del programa de tratamiento:
El psicólogo le explicará a la persona fóbica cuál será el procedimiento que se va a seguir paso a paso y por qué se va a realizar así, cuáles son los efectos y los posibles problemas que pueden surgir al realizarlo. De esta forma, la persona fóbica entenderá en cada momento de su tratamiento qué es lo que se va a realizar y cuál es la razón. El tratamiento será discutido y debatido hasta que el psicólogo y la persona fóbica lo acepten.
4. Tratamiento:
Una vez se han realizado los pasos anteriores la persona fóbica está preparada para llevar a cabo el programa de tratamiento planteado y superar así, su fobia. El número de sesiones que conlleva un tratamiento adecuado de fobias puede variar enormemente dependiendo del tipo de Fobia y de la propia persona fóbica. En ocasiones, en una sola sesión se puede llegar a superar la Fobia aunque lo recomendable es que el tratamiento se distribuya en varias sesiones para que la persona fóbica pueda ir de forma progresiva enfrentándose a sus miedos y no abandone la terapia. 

Depresión: una intensa tristeza

Depresión: una intensa tristeza
La Depresión es el trastorno de estado de ánimo más frecuente en la actualidad. Aproximadamente cinco de cada cien personas experimentará episodios depresivos en algún momento de su vida, y la proporción es mayor si hablamos únicamente de mujeres, quienes sufren más este problema psicológico.

La depresión se caracteriza fundamentalmente porque la persona experimenta una intensa tristeza de forma crónica así como una pérdida de interés y disfrute de las cosas que le rodean. Otras características que suelen diferenciar un estado depresivo son:

– Alteraciones del sueño: La persona duerme en exceso o tiene insomnio.
– Alteraciones del apetito: Puede producirse una pérdida de apetito o un aumento de éste provocando cambios en la silueta corporal.
– Enlentecimiento de la actividad: La persona parece no tener fuerza, estar decaída y realizar las actividades con excesiva lentitud. Menos frecuente es encontrarnos con una persona alterada y agitada aunque puede producirse.
– Fatiga crónica
– Sentimientos de inutilidad e incapacidad, baja autoestima
– Problemas para concentrarse
– En casos de extrema gravedad pueden aparecer pensamientos suicidas

Cuando una persona está deprimida, experimenta una de las condiciones más duras de malestar psicológico de un ser humano. Además de la intensa tristeza que sufren, se hallan en un agudo estado de pasividad que les lleva a no iniciar ninguna actividad. Debido a esta inactividad, no consiguen realizar o conseguir nada que les satisfaga, es decir, no disfrutan con nada, no reciben cosas positivas de forma permanente. La persona, en esta situación, se encuentra totalmente desvalida y sin salida.

Generalmente, si no se lleva a cabo ningún tipo de intervención psicológica, la depresión puede aliviarse con el paso del tiempo, sin embargo, es probable que vuelva a agravarse en diferentes momentos de la vida. Por ello, es importante realizar una terapia psicológica que permita que la persona afronte sus dificultades en el presente y aprenda como evitar volver a caer en la depresión en el futuro.

Afrontar el pánico y las crisis de ansiedad

Afrontar el pánico y las crisis de ansiedad
Lo ideal sería poder prevenir las crisis de ansiedad a través de las adecuadas técnicas psicológicas, sin embargo, si éstas ocurren podemos servirnos de estas sencillas reglas para enfrentarnos al miedo y no aumentar las sensaciones de pánico.

Diez pasos para afrontar el pánico: 
1. Recuerde que las sensaciones experimentadas no son más que una exageración de las reacciones corporales normales al estrés.
2. Las sensaciones que experimenta no son perjudiciales ni peligrosas, solamente son desagradables. No va a suceder nada peor.
3. Deje de aumentar el pánico con pensamientos atemorizantes sobre lo que está sucediendo y a dónde podría conducir.
4. Observe lo que está sucediendo en su cuerpo justamente ahora, no lo que usted teme que puede pasar
5. Espere y deje tiempo al miedo para que pase. No trate de huir de él, simplemente acéptelo y entonces se irá.
6. Observe como cuando deja de preocuparse por lo que va a suceder y deja de tener pensamientos atemorizantes, el miedo comienza a desaparecer por sí mismo
7. El objetivo es aprender a afrontar el miedo sin evitarlo. Tome esta crisis como una oportunidad para aprender.
8. Piense en lo satisfecho que va a sentirse si consigue superar esta crisis.
9. Cuando comience a sentirse mejor, mire a su alrededor y piense qué va a hacer después.
10. No hay necesidad de prisas, comience a hacer lo que ha planeado cuando esté dispuesto a continuar. 
(Mathews et al.,1986)

Crisis de Ansiedad: el ataque de pánico

Crisis de Ansiedad: el ataque de pánico
En torno a un 10% de la población ha experimentado en alguna ocasión una crisis de ansiedad y de todos ellos, para más de la mitad esto se ha convertido en un grave problema o trastorno. El sufrimiento para las personas que padecen esta patología es tal que es frecuente que a largo plazo aparezcan otros problemas asociados como la agorafobia, el alcoholismo y la depresión y todo ello, van a complicar seriamente la vida de la persona.

¿Qué es una crisis de ansiedad?
La crisis de ansiedad es un momento donde la persona experimenta un intenso miedo y malestar. Se identifican al menos cuatro de los siguientes síntomas:

Fuertes palpitaciones, taquicardia
Sudoración excesiva
Temblores
Sensación de ahogo o falta de respiración
Sensación de atragantarse
Dolor en el pecho
Nauseas o molestias estomacales
Mareos y vértigo
Sensaciones de irrealidad o de separación del propio cuerpo
Miedo a volverse loco
Miedo a morir
Sensaciones de hormigueo
Escalofríos o sofocos
 

Estos ataques suelen ser repentinos y bruscos, la persona puede ser incapaz de identificar la causa o lo que ha causado tal crisis y experimenta ésta con un intenso temor. Por lo general la duración de un episodio de crisis no suele exceder los 10 minutos aunque su intensidad es tal que hace pensar a la persona en la muerte.

Cuando una persona experimenta crisis de ansiedad con cierta frecuencia, el problema no suele desaparecer con el paso del tiempo de forma espontánea sino que suele hacerse crónico. Es por ello, fundamental que la persona solicite ayuda profesional y se realice un tratamiento psicológico adecuado.

Debido a las características de las crisis de ansiedad y el predominio de síntomas físicos, lo más frecuente es que las personas con este problema acudan a los servicios médicos convencidos de presentar una enfermedad médica. Sin embargo, la terapia psicológica ha sido lo que ha mostrado una mayor eficacia en el tratamiento de esta patología.

Ludopatía: el juego patológico

Ludopatía: el juego patológico

Hablamos de ludopatía cuando la persona no es capaz de controlar sus impulsos a jugar acarreándole numerosos y graves problemas personales, familiares, sociales y laborales. La característica fundamental de la ludopatía es que siempre va a consistir en una apuesta monetaria donde la posibilidad de ganar o perder solo depende del azar. Entre los juegos de azar que más se practican en relación con la ludopatía están:

Juegos de casinos (ruleta, blackjack…) y bingos
Máquinas recreativas (por ejemplo las tragaperras)
Apuestas deportivas
Loterías y cupones
Juegos de cartas privados y con apuestas
Hoy en día, el juego ha adquirido una importancia social sin precedentes debido a los importantes intereses económicos que implica. Su legalización y la facilidad para acceder a este tipo de juegos es un buen ejemplo de ello.

La ludopatía es un trastorno progresivo que implica una continua pérdida de control sobre el juego que puede comenzar como un juego puntual y llegar a convertirse en una forma de vida.

¿Por qué son tan adictivos los juegos de azar?
Los juegos de azar son tan adictivos porque no se gana (o se pierde) siempre. Esta afirmación que parece tan contradictoria explica el poder adictivo del juego. Si en un juego descubriéramos que podemos ganar el 100% de las veces que jugamos, probablemente perdería toda la emoción y solo jugaríamos por la ganancia económica. Si esto fuera así, evidentemente el juego no existiría porque la empresa que lo mantiene quebraría. En el caso contrario, si siempre que jugamos perdemos sistemáticamente, lo más probable es que dejásemos de jugar (no tendría emoción).

Sin embargo, lo que realmente ocurre es que a veces ganamos y otras no, y ésta es precisamente la trampa de la adicción. Cuando una persona está apostando en un juego de azar sabe que lo puede perder todo pero también sabe que puede ganar mucho, esta sensación (que un ludópata conoce bien) genera un estado de activación en el organismo muy intenso que, en el caso de que gane se convierte en una intensa sensación de emoción positiva. Esta sensación, es la que está buscando la persona que juega una y otra vez a los juegos de azar.

Esta espiral de juego patológico puede ser difícil de romper provocando importantes pérdidas económicas para el ludópata así como otros problemas graves en su vida personal como la pérdida de la pareja, del trabajo e incluso de la vivienda.

Tríptico Abuso Sexual Mujeres ( Gabinete psicopedagógico, UGR)

Fuente: Gabinete Psicopedagógico, Universidad de Granada (España)
Enlace: http://www.ugr.es/~ve/pdf/abuso.pdf

¿Qué es el abuso sexual?

El abuso sexual comprende cualquier forma de contacto sexual con fuerza o intimidación, cuando la persona se halle privada de razón o sentido, o sea menor de 12 años. Los actos en los que se puede manifestar el abuso son muy variados, y pueden implicar desde tocamientos obscenos hasta la penetración.
El abuso puede ser perpetrado por cualquier persona independientemente de su sexo, pero con frecuencia el perfil se aproxima al de un varón conocido de la víctima. De hecho, la agresión por parte de un amigo, compañero o pareja es el más frecuente entre la población universitaria (de un 35 a un 70% de los casos).

¿Cómo afecta a la vida cotidiana?

La agresión sexual es una experiencia difícil, y como tal se puede reaccionar ante ella de muchas formas. Aunque cada persona y situación es única, las siguientes son reacciones normales tras un asalto:

· Shock emocional: â??Me siento tan abatida. ¿Por qué estoy tan tranquila? ¿Por qué no puedo llorar?â?

· Incredulidad: â??¿Esto ha pasado realmente? ¿Por qué a mí?â?

· Vergüenza: â??¿Qué pensará la gente? No puedo decírselo a mi familia o a mis amigos.â?

· Asco: â??Me siento tan sucia, hay algo extraño dentro de mí. Necesito lavarme las manos y ducharme todo el tiempo.â?

· Depresión: â??Me siento tan desvalida. Tal vez estaría mejor muerta.â?

· Ineficacia: â??¿Retomaré el control de mi vida en algún momento?â??

· Desorientación: â??No sé realmente qué día es hoy, o a qué clase tengo que ir. Soy incapaz de recordar mis compromisos.â?

· Reexperimentación: â??Sigo pensando en lo sucedido. Aún lo revivo. Veo su cara todo el tiempo.â?

· Negación: â??Aquello no fue realmente una violación.â?

· Miedo: â??Estoy asustada de todo. ¿Y si me he quedado embarazada? ¿Y si me ha contagiado de alguna enfermedad? No puedo    dormir porque tengo pesadillas. Tengo miedo de ir fuera, de quedarme sola…â?

· Ansiedad: â??Sufro ataques de pánico. ¡No puedo respirar! No puedo dejar de moverme. Soy incapaz de quedarme quieta en clase.â?

· Odio: â??¡Desearía que la persona que me atacó estuviera muerta!â?

· Tensión o malestar corporal: â??Con frecuencia me duele la cabeza, el estómago, la espalda… Me siento nerviosa y no tengo ganas de comer.â?

· Culpabilidad: â??Me siento como si hubiese sido mi error, quizá hiciera algo para que esto pasara.â?


¿Qué puedo hacer en caso de sufrir una agresión sexual?

Si acabas de ser víctima de un acto de abuso sexual

· Resguárdate en un sitio seguro.

· Contacta con alguien que pueda ayudarte: un familiar, un amigo, la policía (091)…

· No te duches, no te cambies de ropa ni bebas o comas. Eso puede destruir pruebas físicas importantes si decides denunciar al agresor.

· Pide atención médica. Puedes tener heridas ocultas y además los médicos te ayudarán a prevenir la posibilidad de quedarte embarazada o de contraer enfermedades infecciosas.

· Escribe todo cuanto recuerdes sobre lo sucedido, con todos los detalles posibles. Esto puede ayudar a tu propio proceso de recuperación y en cualquier acción legal que decidas emprender.


Estrategias para afrontar la vida tras la agresión

· Obtén apoyo de amigos y familiares. Trata de identificar aquella gente en la que puedes confiar para compartir tus sentimientos y reafirmar tus avances en el proceso de afrontamiento.

· Habla sobre la agresión y expresa tus sentimientos. Escoge el momento, lugar y compañía con la que hablar de lo sucedido.

· Utiliza técnicas de relajación. Puedes probar con ejercicio físico como el footing, aeróbic… o técnicas de relajación como el yoga, masajes, baños calientes…

· Mantén una dieta equilibrada y respeta tu ciclo de sueño tanto como sea posible. Evita abusar de estimulantes como la cafeína o la nicotina.

· Descubre tu lado creativo. El juego y la creatividad son importantes para afrontar los malos momentos.

· Tómate pequeños respiros. Date la posibilidad de tomar momentos para reflexionar y relajarte, especialmente cuando te sientas estresada o insegura.

· Trata de leer. La lectura puede ser una actividad relajante.

· Considera la posibilidad de escribir un diario como forma de expresar pensamientos y sentimientos.

· Libera parte del daño y el sentimiento de odio de formas saludables: escribe una carta a tu agresor contándole cómo te sientes sobre lo acontecido. Siempre puedes mandar la carta o no.

· Abraza a aquellos que amas. El abrazo hace que nuestro cuerpo libere de forma natural analgésicos contra el dolor.

· Recuerda que estás segura, incluso si sientes lo contrario. La agresión ya pasó. Puede que pienses que el malestar va a durar toda la vida, pero con el tiempo te sentirás mejor.

Recursos a tu alcance

Fondo para la prevención de la violencia de género
www.fundacionmujeres.es/fondo/violencias/violencias.htm

Información para la mujer (24 h)
900 200 999

Mujeres maltratadas
900 100 009

Servicio de orientación e información para mujeres
900 191 010

Centro de la Mujer
958 259 351

Comisaría de policía. Servicio de Atención a la Mujer
958 808 000

Instituto Andaluz de la Mujer
958 290 303 / 958 209 304 /958 22 14 17

Centro Asesor de la Mujer Granada
958 25 59 11

Asociación de Mujeres Víctimas de Malos Tratos Granada
958 29 25 03

Si deseas obtener más información sobre éste u otros temas,
la oferta de talleres o de cómo recibir atención individual,
acércate al GPP.
Hospital Real s/n
958 24 85 01 · 958 24 63 88
www.ugr.es/~ve/gpp.html
gpp2@ugr.es

¿Qué es el Maltrato a niños, niñas o adolescentes?

Fuente: Red para la Prevención y Atención del Maltrato y Abuso Sexual a Niños, Niñas y Adolescentes en Guatemala
Enlace: http://www.eduquemosconternura.org/contenido.php?link=Maltrato%20(P%20y%20M)

El Maltrato de niños, niñas y adolescentes es cuando los padres golpean, pegan, les dicen malas palabras o cuando , abusan de sus hijas e hijas.
Se maltrata a un hijo o una hija, cuando se les castiga constantemente, cuando se les grita, cuando se les amarra, se les cuelga, se les queman las manos, cuando se les deja parados bajo el sol, se les prohíbe  la entrada a la casa o se les niega la comida.
Estas son algunas de las formas que padres y madres a veces usan creyendo que están educando a sus hijos e hijas para que sean mujeres y hombres de bien. PERO NO FUNCIONAN PORQUE EL MALTRATO NO EDUCA.

Formas de maltrato:

El físico: es cuando se lastima a los hijos e hijas en su cuerpo, provocándoles lesiones internas, externas o ambas.con fuerza, para causar dolor. Se da por golpes, heridas, quemaduras, pellizcos, fracturas.  También se considera maltrato físico el castigo crónico, no severo,  es decir, que el daño no se da por  intensidad del maltrato sino por  la frecuencia con que ocurre.

El emocional:
es mas difícil de identificar afecta la estima de la niñez, se da cuando se les rechaza, se les insulta, se le hacen chisten, se le grita, amenaza, cuando se les dice que no se les quiere, cuando se les dice tonto, feo, haragán.

Incluye los insultos constantes, el no reconocer aciertos, ridiculizar, rechazar, manipular, explotar, comparar y tener expectativas irreales (la persona cree lo que le dicen principalmente si son sus padres o encargados quienes lo dicen).
Descuido o negligencia: es producto de la irresponsabilidad de los padres y madres cuando no se da alimento, vestido, protección, cuidados higiénicos, cuando no se les manda a la escuela, cuando no se les lleva donde el doctor, teniendo posibilidad de hacerlo.

Que ocasiona el maltrato en los niños, las niñas los y las adolescentes:

Los niños y las niñas, por naturaleza, piensan que los adultos siempre tienen razón. En consecuencia, los niños y las niñas que han sufrido maltrato pueden crecer pensando que ellos y ellas son malos o malas  y que merecen ser maltratados y maltratadas.

    * A nivel social la pobreza, desempleo, inciden en los padres y madres acentuando sentimientos de estrés, frustración o impotencia.
    * Predominancia de patrones  de crianza autoritarios en donde la â??mano duraâ? se considera necesaria para que los hijos e hijas â??tomen un buen caminoâ?.
    * Muchas veces los padres y madres piensan que los niños y niñas son de su â??propiedadâ? por lo que pueden hacer lo que quieran con ellos y ellas.
    * Estrés y tensión de los padres y madres, en este caso el maltrato no es un patrón pero a partir de la situación de crisis se incurren en ello.
    * Migración de uno de los padres, dificultades económicas, excesiva presión laboral, separación o divorcio, duelo, hacinamiento, En estos casos los padres pueden tomar conciencia de que están incurriendo en comportamientos inadecuados y están dispuestos a recibir ayuda.
    * Familias con patrones crónicamente maltratadotes: El maltrato es parte de la â??cultura familiar â?? que se transmite de generación en generación. Los padres  y madres no tienen mayor conciencia del nivel del maltrato que tienen hacia sus hijos e hijas y rechazan cualquier forma de apoyo u orientación.
    * Historia de los padres en la que se manifiesta el maltrato en la infancia.
    * Percepción negativa del niño/a.: . el niño, niña o adolescente no son lo quwe los padres y madres esperaban.
    * Abuso de alcohol y la drogadicción por uno o ambos padres y madres.

¿Qué es prevenir?

Prevenir es evitar que ocurra.

La prevención contra el maltrato y el abuso sexual a niños, niñas y adolescentes se refiere a eliminar las causas que lo provocan o favorecen, por eso la prevención debe realizarse en los lugares donde el niño, niña o adolescente está, como la casa, la escuela, las instituciones y la comunidad.

Las acciones de prevención deben basarse en la sensibilización y la promoción de valores, respeto, tolerancia, diálogo y formas alternativas de corrección y disciplina.

En el abuso sexual la prevención se da promoviendo mecanismos de protección hacia los niños, las niñas y los adolescentes y enseñarles diferentes maneras de cuidarse y protegerse a si mismos de aquellos adultos y adultas que les quieren causar daño.

Formas de evitar el maltrato a niños, niñas y adolescentes en la familia

Antes de gritar o golpear, respiremos profundamente, contemos hasta un número y  pensemos que los niños y las niñas son seres humanos que merecen respeto y comprensión.

Promueva a través del diálogo una buena comunicación con sus hijos e hijas para fortalecer la seguridad y confianza entre la familia.

Bríndeles a sus hijos e hijas la oportunidad de expresarse y participar activamente dentro de las discusiones familiares y promueva que expresen, en la escuela, lo que piensan y sienten.

Si su hijo o hija realiza alguna actividad, sin fijarse en los riesgos de accidentes, no le grite, ni castigue, aproveche el momento para orientarlo y enseñarle cómo tomar precauciones.  Esto será más beneficioso para él o ella.

No espere más de lo que su hija o hijo hacen de acuerdo a su edad y posibilidades, no los compare con otros u otras, recuerde que cada ser humano, niño, es único e incomparable.

Recuérdele a sus hijos e hijas que los niños y las niñas, al igual que nosotros los adultos, necesitan sentirse útiles, valiosos y muy importantes.

La próxima vez que le levante la mano o la voz, a su hijo o hija, que sea para acariciarlo o felicitarlo.

Recordamos por un momento como nos sentimos nosotros y nosotras cuando fuimos niños o niñas y nuestro papá, nuestra mamá o ambos utilizaron el maltrato como una forma de educarnos y corregirnosâ?¦ y utilicemos el diálogo, la comprensión y la ternura para educar y corregir a nuestros niños y niñas.

Es importante estar interesados en todo lo que nuestros hijos e hijas hacen y dicen, creámosles y confiemos en ellos y ellas.

â??NI GOLPES QUE DUELEN, NI PALABRAS QUE HIERANâ?
â??EDUQUEMOS CON TERNURAâ?

Campaña contra el maltrato a niños y niñas en Centro América y México.

SOLO POR HOY, TODOS LOS DIAS,
Cambie sus pensamientos violentos y autoritarios en demostraciones de afecto.
Verá como a su alrededor todo se transforma.

    * Dígales a sus hijos cuánto los ama y cuán importantes son en su vida.
    * No grite, ni utilice el castigo físico.
    * No descalifique a nadie.
    * Resuelva los conflictos en forma pacífica, sin violencia.
    * Enseñe con amor y respeto a niños y niñas.
    * Póngase en el lugar de otro ser humano.
    * Si tiene un arma, guárdela en un sitio seguro y olvídela.
    * Solo use las armas de la razón y la ternura.

Recomendaciones muy importantes

Es importante y necesario explicar y analizar con nuestros hijos e hijas los riesgos y peligros a los que se pueden enfrentar a diario en la CASA, en la CALLE y en la ESCUELA o COLEGIO.

Debemos como padres y madres enseñarles como PREVENIR y como PROTEGERSE.

Por ellos es bueno:

    * Que nuestros hijos e hijas SIEMPRE vayan acompañados por una persona adulta, tanto a la entrada como a la salida de la escuela, cuando van al parque, a la tienda, o a lugares para recrearse.
    * Explíqueles cual es el riesgo y el peligro que tiene subirse a un carro con una persona que no conozcan.
    * Dígales que no deben darle a personas extrañas su número de teléfono o la dirección de su casa.
    * Cuando salgan a jugar a la banqueta o enfrente de su casa, siempre este pendiente de ellos y ellas.
    * Si les damos permiso para ir a la casa de amiguitos o amiguitas, informémonos primero quien estará a cargo de cuidarlos y cuidarlas.
    * Si nuestros hijos e hijas son pequeños, NO los mandemos a hacer mandados o a la tienda.
    * Escuchemos sus preguntas y respondámosles con calma y con detalle trasmitiéndoles confianza.
    * Digámosles que si alguien dice o hace cosas que les parecen extrañas o desagradables o que les dan miedo y les pide que guarden el secreto, deben contárnoslo.
    * Dígales como y a quien puede pedir auxilio si tienen problemas en la calle, el parque, el centro comercial u otro sitio publico.

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Tips para mejorar la relación entre padres y madres, hijos e hijas

    * Dialoguemos con nuestros hijos e hijas, recordemos que el diálogo facilita la comprensión de los valores que queremos inculcarles y que una buena conversación puede convertir una falta en un hecho positivo para él y para ella y aprender como evitarlas en el futuro.
    * Es necesario expresar y demostrarles cuanto los queremos.
    * Hay que ser consecuentes, consistentes y amables, y cuando cometan un error hay que explicarles el por que.
    * No todos los niños y las niñas aprenden al mismo ritmo, por eso hay que tener la paciencia necesaria y felicitarles por sus pequeños triunfos.
    * Conozca y confíe en las capacidades de sus hijos e hijas, aunque cometan errores, todos y todas los cometemos y por lo tanto hay que enseñarles a sacar las lecciones de los mismos.
    * Si le tiene confianza a sus hijos e hijas, eso hará a que se acostumbren a expresar la verdad sin temor.

Sugerencias para padres y madres para una relación de respeto con niños y niñas

Generalmente los padres y madres piensan que sus hijos son adultos pequeños y que pueden realizar todas aquellas cosas que les ordenan.  Muchas situaciones de maltrato se dan porque los padres y las madres exigen demasiado de sus hijos e hijas, al no tomar en cuenta que ellos y ellas pasan por diferentes etapas donde van creciendo y aprendiendo nuevas cosas.  En cada momento de su vida son capaces de hacer ciertas cosas dependiendo de su tamaño, edad y madurez y de allí la necesidad que las mamas y los papas, conozcan esas etapas y no les exijan mas de lo que pueden hacer.

Todas las niñas y los niños son seres humanos, cada uno con sus diferencias individuales, ningún niño o niña se parece a otro, ni físicamente, ni en su forma de ser.

La tarea de educar a nuestros hijos e hijas con cariño y respeto no es fácil, pero es necesario tener la paciencia y perseverancia necesaria, hay que dar el ejemplo.

Si queremos que nuestros hijos e hijas nos recuerden con cariño y respeto es importante que los tratemos bien, que no les regañemos sin motivo, ni descarguemos en ellos nuestro mal carácter, nuestros problemas de trabajo y económicos o los problemas que tengamos como pareja.

Nuestros hijos e hijas necesitan saber y sentir que les queremos, y que son importantes para nosotros.  El Dr. James C. Dobson en su libro Tener Hijos no es para Cobardes dice: â??Nuestros hijos llegarán a la edad adulta muy pronto, los días que hoy pasemos juntos en el hogar no serán nada más que un lejano recuerdo. Aprovechemos al máximo cada momento que estemos con ellosâ?.

Los padres y madres deben prestar atención a sus hijos e hijas cuando se comportan bien, dándoles una sonrisa, elogiando su comportamiento, abrazándolos.

Compartir su tiempo con sus hijos e hijas, escuchando sus problemas y conociéndolos.

Los padres y madres debemos siempre prestar atención a nuestros hijos e hijas.  Cuando se comportan bien, demosles una sonrisa, elogiando su comportamiento, cuando no se portan bien, tengamos paciencia y reprendamos la conducta inadecuada, explicándoles que no estamos de acuerdo con su conducta, pero que a él o ella los seguimos amando igual.

Compartamos tiempo con nuestros hijos e hijas, escuchemos sus problemas, no les digamos siempre que hacer, estimulémosles que tomen sus propias desiciones evaluando las consecuencias de sus actos.

Hay cosas que los padres y las madres no debemos hacer:

    * No hagamos sentir culpables a nuestros hijos e hijas al decirles: â??Has arruinado mi vidaâ?, â??Nunca haces las cosas bienâ?, â??Eres un fracasadoâ?, no los humillemos ni los avergoncemos.
    * No inventemos justificaciones para usar la violencia en contra de nuestros hijos, aceptemos cuando somos nosotros los que perdemos el control de nuestros actos.
    * Nunca hay que perder el control, no golpear, LOS GOLPES NO EDUCAN.
    * Por eso es importante:
    * Dar a los hijos e hijas, afecto, seguridad y confianza.
    * Abrace a sus hijos e hijas y dígales cuanto los ama.
    * Felicítelos por las cosas positivas que hacen.
    * Alabe a sus hijos e hijas por sus esfuerzos.
    * Hable de buena manera con ellos, no les grite, explíqueles.
    * Permita que sus hijos e hijas lloren.
    * Cuando sienta que está a punto de golpear a su hijo o hija, salga de su casa y de un largo paseo para recobrar la calma.
    * Si no puede salir de su casa, haga ejercicio, o algún que hacer, si no, cuente hasta donde haga falta y tómese un vaso de agua.
    * Los padres y las madres son los responsables del manejo y administración del hogar, para esto se hace necesario ejercer la autoridad basada en el respeto, responsabilidad y amor, la autoridad debe siempre realizarse con firmeza, con cariño y con el ejemplo.
    * Para ejercer la autoridad es necesario apoyarse en la disciplina, cuando hablamos de disciplina debemos entenderla como el conjunto de reglas que permiten la convivencia en el hogar; a través de ellas los padres y las madres pueden ayudar a sus hijos e hijas en su formación como individuos.
    * La disciplina debe comenzar estableciendo límites y reglas, que deben platicarse primero entre los padres y madres y luego con los hijos e hijas.  Estos límites y reglas deben ser claras y precisas, tomando en cuenta la edad de sus hijos e hijas, sus intereses y las necesidades de la familia.

Para que la disciplina sea efectiva hay que tomar en cuenta que sea:

    * Inmediata: No se debe esperar horas y días.
    * Debe ser para todos los hijos e hijas.
    * Debe ser sin cólera, en una forma tranquila, sin agresión e insultos.
    * No lo haga en presencia de otras personas, mucho menos cuando esté acompañado o acompañada de sus amigos o amigas, no les haga quedar mal.
    * No los encierre en un cuarto sin luz, o diciéndoles que se los va a llevar el viejo, esto es un grave error que se comete y que no cumple una función de corrección.
    * En muchos hogares la madre espera a que llegue el padre para aplicar la disciplina a los hijos e hijas, esto no es correcto porque el padre va a parecer ante los niños y las niñas como una persona mala, tanto el padre como la madre tienen la misma autoridad, ambos deben corregir.
    * Los padres y las madres no deben ni pueden disciplinar con golpes, con humillaciones, con palabras que hieran a sus hijos, lo único que se logra con eso es que los odien y acumulen sentimientos de venganza y puede destruir la unión de la familia.
    * Recuerde: hable con sus hijos e hijas, quiéralos, apóyelos, compréndalos, ayúdelos a crecer, no los golpee ni los humille.

¿Qué es el abuso sexual a niños, niñas y adolescentes?

Fuente: Red para la Prevención y Atención del Maltrato y Abuso Sexual a Niños, Niñas y Adolescentes en Guatemala
Enlace: http://www.eduquemosconternura.org/contenido.php?link=Abuso%20Sexual%20(P%20y%20M)

¿Cuándo se da?

El abuso sexual de niños, niñas y adolescentes se da cuando una persona adulta, comete un acto sexual con un niño, una niña o un o una adolescente, aprovechándose de la confianza y el respeto que ellos y ella le tienen.
El abuso sexual se da por el poder y dominio que ejerce una persona adulta sobre el niño o niña para satisfacerse sexualmente, se usa la amenaza, el engaño, la fuerza para conseguir lo que quieren.
Se debe entender que los niños y las niñas, no comprenden lo que esta pasando, y no saben como evitar o detener el abuso. Los agresores son los únicos responsables y culpables.

Son formas de abuso sexual el Incesto y la violación:

El Incesto, es el abuso sexual que un familiar, padre, hermano, primo, abuelo, padrastro, hermanastro, padre adoptivo, que se comete contra un niño o una niña.

La Violación, es un acto premeditado e intencionado por el cual un niño, una niña un o una adolescente es forzado a tener relaciones sexuales contra su voluntad.

El abuso sexual no se da únicamente cuando se da una violación o el incesto, se da también cuando:

    * Las personas mayores tocan o acarician los genitales de los niños, niñas o  adolescentes.
    * Cuando un adulto introduce sus dedos o el pene en el ano de un niño o el ano o la vagina de una niña.
    * Cuando un adulto pone su pene en la boca de un niño, niña o adolescente o pone el pene del niño en su boca.
    * Cuando un adulto se masturba frente a un niño, niña o adolescente o le pide que lo masturbe.
    * Cuando se le pide al niño, niña o adolescente que mire o lea material pornográfico.
    * Cuando un adulto le pide u obliga a un niño, una niña un o una adolescentes a dejarse tomar fotos o filmar para elaborar material pornográfico.
    * Cuando una persona adulta se desnuda de una manera provocativa ante un niño, niña o adolescente.
    * Cuando un adulto espía  a un niño, niña o adolescentes cuando esta desnudo.

Muchas veces se culpabiliza a los niños, niñas y adolescentes del abuso sexual o que el abusador sexual utiliza la fuerza física o los golpes para introducirles en una actividad sexual impropia, lo cierto es que:

El agresor (la persona adulta que abusa de un niño, una niña un o una adolescente) generalmente no golpea para no dejar marcas. Lo que le interesa es mantener en secreto lo que le hace al niño, la niña o el o la adolescentes, y mantener el control, por lo tanto utiliza la amenaza,  el engaña, o les da dinero y  regalos.

Muchas familias prefieren creer que los agresores son personas extrañas, pero en realidad la mayoría de los agresores son personas conocidas,  el padre, el padrastro un vecino, un amigo de la familia, que se ha ido ganando la confianza del niño, niña o adolescente.

Causas del abuso sexual:

    * Desconocimiento del tema de la sexualidad por parte de los padres, madres y de los niños, niñas y adolescentes.
    * La falta de apoyo, comprensión y comunicación dentro de la familia.
    * El alcoholismo.
    * Las drogas.
    * Hacinamiento.

Las Consecuencias:

    * Culpabilidad y sentimientos negativos.
    * Lesiones físicas o miedo al daño físico o a las relaciones sexuales.
    * Señalamiento social manifiesto o encubierto hacia la victima.
    * Depresión (tristeza, aislamiento, indiferencia).
    * Incapacidad de confiar en las personas.
    * Dificultad de identificar claramente el papel que juega la victima dentro de una experiencia de abuso sexual.
    * Adopción de una madurez prematura.
    * Sentimiento de perdida del poder y control de su propio cuerpo.
    * Baja autoestima, intento de suicidio, alcoholismo en los niños, niñas y adolescentes y drogadicción.
    * Quienes pueden cometer abuso sexual


¿Que se puede hacer para proteger a los niños, niñas y adolescentes y para prevenir el abuso sexual?

Proteger significa avisar, advertir, informar y alertar a los niños y niñas que se encuentran en situación de riesgo.

Prevenir significa, evitar que ocurra, cuidar, defender.

Es importante proteger y prevenir, pues los agresores son personas que conocen a los niños, niñas y adolescentes y se aprovechan de la confianza y el poder que tienen sobre ellos para abusarlos y abusarlas.

Porque ni una madre ni un padre pueden supervisar y cuidar a sus hijos e hijas las 24 horas del día y los agresores siempre van a encontrar el momento adecuado para abusar a un niño, una niña un o una adolescente.

Para que los niños, las niñas los y las adolescentes aprendan técnicas que los ayuden a prevenir y enfrentar situaciones de abuso.

    * Indicarle y decirle a los niños, niñas y adolescentes que su cuerpo les pertenece y que deben decir NO a las propuestas que les hagan personas adultas de tocarles.
    * Enseñarles e insistirles en que tienen derecho a negarse a cualquier contacto o caricia que les haga sentirse incómodos, que les quiera hacer un miembro de su familia, un conocido o alguna persona extraña.
    * Explicarles claramente que sus genitales son  partes privadas y NADIE debe tocárselas.
    * Explicarles que tipo de caricias son aceptables y cuales no.
    * Repetirles constantemente que tienen derecho a decir no cuando algo no les agrade.
    * Enséñeles el nombre correcto de sus órganos genitales, evitando que usen sobre nombres para estos.
    * Hábleles francamente sobre lo que es el abuso sexual.
    * Adviértales que algunos agresores pueden amenazarlos diciéndoles que sus padres pueden sufrir algún daño si cuentan acerca de lo que esta pasando o lo que quieren hacerles, pero que esto es falso y que deben contar si les pasa.
    * Déles toda la confianza para que le cuenten inmediatamente de cualquier amenaza o acción que les moleste.
    * Aconseje y adviértales a su hijo o hija que jamás acepte un secreto entre tu y yo con un adulto, Los agresores sexuales recurren muy seguido a esta clase de mecanismos para cometer sus actos.
    * Si sus hijos o hijas les cuentan algo que les esta sucediendo, denles mucha confianza, motívelos a confiar en ustedes y nunca los culpen. Ellos no tiene la culpa.
    * Enséñeles a no aceptar regalos, ni dinero de una persona que no conozcan o de alguna persona que les pide algo a cambio.


Que debemos enseñarles a nuestros hijos e hijas para protegerlos contra el abuso sexual.

    * Que no deben de salir solos y solas principalmente cuando no haya luz natural.
    * Que deben avisar siempre a donde  van y  con quien salen.
    * Que expresen con confianza si hay caricias que les han producido o les producen miedo, dolor, tristeza, enojo. ¿Cuáles son? ¿Las han recibido de alguien?
    * A no dejar que nadie juegue o toque sus genitales.
    * A no callar y decir cuando alguna persona los amenace.
    * A no confiar en todas las personas aunque sean conocidas.
    * A no hablar con personas que no conozcan.
    * A decir si alguien los hace sentir incómodos por algo que les dijo les hizo o les hace.
    * A no aceptar regalos de ninguna persona que se los ofrece a cambio de algo.

¿Qué debo decirle a un niño o una niña acerca del abuso sexual?

Comience hablándoles de reglas generales de seguridad, discuta medidas de seguridad vial, prevención de accidentes en casa y fuera de ella.

Hábleles de seguridad personal, de cómo protegerse de diferentes peligros, de lo importante que es cuidar todas las partes de su cuerpo.

Enséñele a sus hijos e hijas los nombres correctos de sus órganos sexuales (ano, pene, vulva, pecho, vagina, mamas).

Dígale a sus hijos e hijas que nadie  debe tocar, manosear o jugar con sus órganos sexuales.  Los padres y las madres, los doctores y las doctoras y las enfermeras pueden tocarlos con cuidado y respeto  por razones de higiene y salud.  Además, adviértales que ellos tampoco deben tocar a otras personas.  Esto incluye a parientes y amigos, aunque se lo pidan.

Mencioneles siempre que si algo de lo anterior les ocurriera, NO deben guardarlo como secreto, sino confiarlo a sus padres, madres, maestros o maestras.

Demuéstreles siempre que cree en ellos y ellas.  Dígale a su hijo o hija que usted le creerá si él o ella le contara una experiencia de abuso, insistiendo siempre en que ellos y ellas no son culpables del abuso, son víctimas de él.  El padre y la  madre, deben tomar una actitud madura y responsable y no de cólera ni de maltrato.

Insista en decirles a sus hijos e hijas la importancia que tiene su auto cuidado:  siempre que salgan deben hacerlo en compañía de alguien mayor y de avisarles  a donde van y que siempre deben consultarles antes de aceptar una invitación, dinero, reglaos o un trato especial por parte de otra persona aunque sea conocido o conocida.

Explíqueles que hay  personas mayores que ellos y ellas, que pueden tratar de engañarlos hasta llevarlos a situaciones de peligro, en las cuales, están indefensos.

Revise con sus hijas e hijos la lista de personas a quienes pueden recurrir en busca de ayuda.

Informarles que hay papas que cometen abusos sexuales contra sus hijos e hijas.

¿Qué hacer cuando un niño, niña o un o una adolescente ha sido abusado sexualmente?

Nunca desconfíe de su hijo o hija si les cuenta que ha sido abusado sexualmente.  Hágale saber que usted cree el relato, que el o ella no tiene la culpa, que es valiente al revelar la situación y que no está solo.

Crea y escuche la revelación que hace su hijo o hija respecto al abuso que sufrió.

No culpe, ni reproche a su hija o hijo.  Tenga presente que la responsabilidad del abuso es siempre de la persona adulta, nunca de la víctima.

Si ha tenido el coraje de hablar, venciendo su propio miedo o vergüenza, hay que apoyarlo y condenar la conducta del abusador.

No muestre alarma ni excesivo disgusto, esto puede provocar que su hija o hijo se inhiba.

Dígale que el abuso sexual es un delito y que el agresor debe ser castigado.

Busque ayuda profesional.

Información básica de abusos sexuales a menores

Fuente: CEPTECO (Centro Psicológico de Terapia de Conducta), España
http://www.cepteco.com/Articulos/articulo5.htm

Cueto, M.A. CEPTECO (León)
Actas de las I Jornadas de Sexología de Castilla y León, 10-13, 2001.

Concepto de abuso sexual

El abuso sexual es una forma de violencia que atenta contra la integridad psicológica del menor. Suele generar problemas de diversa índole a quien lo padece.
No existe un concepto suficientemente preciso y aceptado por la comunidad científica sobre lo que representa el abuso sexual. Los tres criterios más utilizados han sido:

    *      La diferencia de edad entre la víctima y el agresor. Así el abusador será mayor que el menor en 5 años si el menor tiene menos de 12 años y de 10 años si tiene más de esta edad (Finkelhor, 1979). Habría por tanto una relación de desigualdad entre ambos.
    *      El tipo de estrategias que el agresor realiza para conseguir sus fines que irían desde la coacción, el uso de la fuerza, la sorpresa, la seducción hasta el engaño (López, Hernández y Carpintero, 1995).
    *      El tipo de conductas sexuales que tiene lugar entre ambos que pueden realizarse con o sin contacto físico, con contacto anal, genital u oral, caricias sexuales, peticiones sexuales, pornografía hasta exhibicionismo.

Existe un consenso en que deben existir dos criterios básicos para que sean definidos como abusos sexuales: una relación de desigualdad entre agresor o víctima y la utilización del menor como objeto sexual (National Center of Child Abuse and Neglect, 1978; Echeburúa y Guerricaechevarría, 1998).

Prevalencia de los abusos sexuales

Aunque el abuso sexual a menores está presente en todas las culturas, en los países occidentales es una conducta ampliamente sufrida por los menores. Las tasas de prevalencia mediante estudios retrospectivos definiendo los abusos en sentido amplio oscilan entre un 15% en los varones y un 30% en las mujeres. No obstante, el abuso sexual percibido por el menor y que le genera un malestar clínicamente significativo e interfiere en el normal desarrollo evolutivo sería del 4% al 8% de la población infantil (Sanmartín, 1999).

La mayor parte de los abusos son cometidos en el hogar familiar, por miembros de la propia familia o personas muy allegadas a ellos.

Los abusos se cometen en todas las clases sociales, ambientes culturales o razas (Madansky, 1996). Pero pensemos que el 20 % de las violaciones las realizan menores de edad y casi el 50 % de los agresores cometen su primer abuso antes de los 16 años. Los abusadores suelen ser personas integradas socialmente y sin ningún tipo de problema mental.
Falsas creencias sobre los abusos sexuales

Existen generalmente en la población una serie de errores y falsas creencias sobre los abusos sexuales. Irían desde la escasa frecuencia de los mismos o de que solo lo sufren las niñas (recordemos que en España el 23% de las mujeres y un 15% de los hombres han sido víctimas de algún tipo de abuso sexual en la infancia -López, 1995-), hasta que quienes los realizan son personas desequilibradas, que solo se da en clases sociales bajas, que los menores tienden a fabular y mentir sobre ellos, pasando por pensar que la responsabilidad es del propio menor que podría haberlo evitado, que nos enteraríamos si fuera un menor cercano a nosotros, que van aparejados a violencia física o que las consecuencias suelen ser nimias.
Síntomas que pueden generar los abusos sexuales

Los menores que han sido víctima de abusos sexuales tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas interpersonales o psicológicos que otros que no han sufrido estos abusos (Kendall-Tackett, Williams y Finkelhor, 1993; Briere y Elliot, 1994; Belinner y Elliot, 1996; Cortés y Cantón, 1999). Dichos síntomas irían desde la depresión, trastorno de estrés postraumático, despersonalización, menor competencia social, problemas sexuales futuros, menor autoestima, hasta graves problemas de conducta. En otras ocasiones puede no generarse una patología.

Se ha estimado que el 60% de los menores abusados sexualmente presentan problemas psicológicos. Dichos síntomas serían tanto más acusados cuanto más graves han sido, más frecuentes y cuánto más tiempo han durado (intensidad, frecuencia y duración), más fuerza se ha ejercido y si el abuso ha sido realizado por un miembro muy cercano al menor con el que tenía una estrecha relación afectiva (padre o padrastro). Igualmente, también depende de las estrategias cognitivas del menor abusado, las sensaciones de vergüenza generadas o las atribuciones y estrategias de afrontamiento que ha realizado para evitarlo. A mayor edad existen mayores niveles de gravedad en su conducta.

Apoyo familiar en menores que han sufrido abusos

La revelación, proceso por el que los abusos afloran al conocimiento social o familiar, repercute en la mayor o menor gravedad y consecuencias de los síntomas posteriores. Es más fácil que el menor los revele cuando está en edad escolar, se prolonguen los abusos durante más de 4 meses, hayan sido conductas graves y sufra alguna sintomatología asociada.

Podemos afirmar que a mayor apoyo materno menores síntomas se suelen presentar en el futuro. Normalmente, la mayoría de los padres creen al niño y toman las medidas oportunas para su protección. Cuanto más próxima sea la relación del perpetrador con la madre más problemas de ayuda tendrá el menor por parte de ésta. En el incesto, la probabilidad de que la madre crea al adulto es mayor cuanto el niño sea más pequeño, no haya habido maltrato físico y el abusador no tenga historial alcohólico. La conducta protectora de la madre depende del tipo de abuso (peor si ha habido penetración), edad de la víctima (peor si eran adolescentes) y de los sentimientos de la madre hacia el abusador (peor cuanta más unión emocional, sea su compañero sentimental y exista un conflicto de lealtades).

Detección del abuso sexual

Las conductas de abusos sexuales a menores suelen mantenerse en secreto y ocultas por miedo, obtención de beneficios, desconocimiento o vergüenza del menor a revelarlas. Sólo un 2% se conocen en el momento en el que ocurren. Son escasos los abusos que llegan a ser denunciados formalmente. Dichas denuncias serían más frecuentes cuantas mayores manifestaciones y signos físicos hubiera (Vázquez, 1995; Pérez y Borrás, 1996; Arruabarrena y otros, 1996; Calvo y Calvo, 1997; Noguerol, 1997). Los síntomas pueden ser orgánicos, comportamentales o sexuales. No obstante, no existe una relación directa entre uno o varios síntomas con la existencia de abusos sexuales.

Evaluación de la validez del testimonio en abusos sexuales

La gran mayoría de los menores no suelen mentir cuando relatan que han sufrido abusos sexuales. Los factores que pueden condicionar la credibilidad del testimonio irían desde la edad del menor, el grado de fabulación del mismo, las limitaciones propias de la memoria hasta la posible sugestionabilidad de este por parte de un adulto. Para valorar la validez del testimonio se suelen utilizar una serie de protocolos y estilos de entrevista que analizarían el realismo de la declaración, la existencia de detalles precisos que se repiten, la resistencia a dar información y los motivos de la misma, la descripción de la secuencia de abuso, la existencia de emociones congruentes, el tipo de vocabulario usado y la forma de la narración, la existencia de una progresión de las conductas por parte del abusador, el contexto previo y posterior que describe, los efectos que tuvo en su relación con el abusador y los efectos físicos que pudiera presentar.

Tratamiento de los abusos sexuales

Como ya señalamos los menores que han sufrido abusos sexuales tienen mayor probabilidad de desarrollar problemas psicológicos que han de ser tratados. Dicha intervención iría encaminada a evitar la continuación del abuso, el rechazo de la familia, el uso de estrategias educativas desculpabilizadoras y el uso de técnicas psicológicas específicas para manejar las secuelas sufridas.
La intervención en la familia vendría ligada a un asesoramiento psicoeducativo, modificación de creencias erróneas, el uso de adecuación para solucionar problemas y estrategias en el control de contingencias.

Con el menor víctima de abusos sexuales se suelen utilizar técnicas para controlar las alteraciones cognitivas, afectivas, sexuales y conductuales que pueda presentar el menor en función de la variable más alterada y con relación al análisis funcional del propio niño o niña.

Bibliografía

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