Respaldo de material de tanatología

Etapa de prediagnostico

Mensaje enviado el 02/06/2005 18:36

(…) el dia de ayer le hicieron una biopsia en donde el medico advierte una probabilidad de 80% maligno, lo menos sería una mastectomia, lo peor la muerte fulminante por los antecedentes familiares.

1) Cómo abordo esta situación para apoyar a la familia ? (…), quisiera poder tener las palabras justas para aliviar su dolor.

2) Cómo sería la mejor manera de hacerle saber su condición en caso de ser maligno el tumor extirpado ?.

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De: vieja Enviado: 06/06/2005 9:39

(…) soy gineco- obstetra y te dire, te estás apresurando al valorar como maligno lo que todavia no tiene diagnostico, me diras que te dijeron que tenia un alto % de serlo, entonces calma…… si asi fuera hay muchas posibilidades que sea : extirpado. irradiado y o quimioterapia. (…) Hoy en todos los paises del mundo hay posibilidades muy grandes de que una paciente con tumor de mama pueda tener una sobrevida espectacular , pero cuidado tiene que ver mucho la actitud positiva de la paciente y para esto es imprecindible el apoyo de la familia ,… unidos ala esperanza y la fe en que todo saldra bien.

Tu actitud debe ser de mucho amor, de tranquilidad, de confianza en el méico y o los méicos, realizar consultas con otros médicos, sin perder tiempo,”sin prisa ,pero sin pausa.” Tú debes hacerte fuerte y ayudar (…), informate con el medico de cabecera y ten mucha fe, luego del dianostico aqui te espero. (…)

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De: 1959Asun Enviado: 07/06/2005 0:05

Se como te sientes porque yo ya pasé por ese trance (…). Mira, lo primero de todo es no agobiarse, yo siempre he
confiado en Dios, aunque en estos casos sea a veces dificil y te cuestiones muchas cosas. Lo que ha de ser será. Intenta tranquilizar a todos los que estan a tu alrededor. (…) La inmensa mayoria de los enfermos de cáncer saben lo que tienen. Por mi experiencia te diré que (…) yo sabia que él sabia todo, pero a veces nos quieren hacer creer que no pasa nada para que no suframos. Yo entonces lo dejaba estar. Si él queria profundizar más en el tema ,con mucho tacto, ibamos hablando. Poco a poco como un bebe cuando empieza a comer sólido para que no se atragante. Todo te vendrá rodado ,no te preocupes. Ten fe. Estar todo lo tranquilos que podais. Nosotros estabamos preocupados porque pensabamos que si llamabamos a un sacerdote, a lo mejor (…) le sentaria mal y cosas así. Pero sin angustiarse y sin agobios fue él mismo quien nos dijo que le llamásemos en el momento que lo teniamos que hacer y dejó todo dicho para
que no hubiese problemas. Qué teniamos que hacer con su cuerpo y dónde queria que dejasemos sus cenizas. Asi que ánimo. No te puedo decir más salvo lo que os he dicho al principio que no os agobies. (…)

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De: conejos1956 Enviado: 13/06/2005 15:50

(…) Estas en la etapa de prediagnostico, en esta fase se vive de acuerdo a los antecedentes  relacionados con la patologia, lamentablemente esto hace que nos anticipemos a las consecuencias,  bien como te lo dice vieja y 1959 asun,  aun no es el tiempo tal vez de gastar fuerza y energias, muchas de las veces el anticiparse , hace que vivas un duelo anticipado, esto sirve al yo para no vivir un duelo patologicos, pero hasta el momento hay que tener calma aùn no se sabe que pasará, ahorita es importante prepararse para seguir viviendo, vivir el presente ya vendrá el futuro (…) a lo mejor se adelantan a situaciones que tal vez, no sean como ahorita lo piensas (…) en caso que sea lo que vieja te anticipa, bueno pues a vivir y compartir el momento el hechos de que se le brinde alguna terpaia es con el fin de que  sane, no de que se enferme màs, asi es como hay que vivir esta tsercer fase  el tratamiento, donde tambien se trata de vivir con anticipacion, lamentablemente siempre se recueradan los dessenlaces fatales y no lo bonitos, estos ews, no todas las personas mueren, no todas las personas vivien el  trataminto con dolor y temor, pero para lograrlo hay que inyectar amor y deseos de vivir (…), que aprenda a vivir desde este momento con otro estilo de vida, pero al fin vida,  y que busque metas factibles.(…). 

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De: Raúl Enviado: 27/06/2005 6:54

(…) Seguramente no voy a decirte nada mágico ni milagroso, no sé si tengas que ya ponerles palabras a tus palabras… Tal vez el amor que surga de tu corazón, desde la vida y por la vida, sea la orientación más saludable…

Por favor “instálate” en la vida, se me ocurre el mejor lugar para pelear…

Mi XXX fue la primer mujer que le aplicaron cobalto en nuestra ciudad, hace muchosa años… Y las técnicas de ese entonces eran muy cruentas, duras… Ya han pasado muchos años de que su cancer de utero nos dio una lección de vida…

Si cuenta con tu afecto, con el amor deivino, con la responsabilidad profesional, tiene las mejores opciones…

(….)

Se me olvidó decirte que el “deber ser” te permita un tiempo para responderte que te está pasando a vos en este momento en que a veces la fe no es suficiente, las fuerzas están muy cansadas, en que las lágrimas no cesan… Siempre la amenaza de la muerte no coloca en el lugar exacto y real de nuestra identidad para poder reconocer quienes somos y como somos ante la crisis que ahora es nuestra… Tal vez tendrás que cruzar el Mar Rojo sin Moisés y sin la vara, pero el Dios es el mismo…

No se lo logre trnasmitir, pero no te hablo desde las palabras, sino de pelar la vida día por día…

Prolongación del duelo

Mensaje Enviado: 08/05/2005 0:34

Solo deciros que hace dos años murió XXX y no lo he superado. No se a quien acudir, pues cada vez que intento hablar del tema de su muerte con alguien me echo a llorar desconsoladamente.Yo creo que no es normal que no lo haya superado ya. Su enfermedad la afronté, creo que bastante bien, dentro de lo que cabe (fue cancer) y se marchó en tres meses, pero el no verle ni hablar con (…) no puedo superarlo. Se que tengo que pasar el duelo pero no entiendo porque no puedo hablar de ello.

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Respuesta enviada: 10/05/2005 6:20

(…)  Para empezar iniciaré diciendo que no es nada fácil afrontar la pérdida de un ser querido, mas aun si es la de una persona tan cercada a nosotros (…)  No te sientas mal si ves que han pasado ya dos años y aun no puedes hablar del asunto.  Al contrario, mi opinion es que entre mas te acerques a personas que te puedan escuchar, tanto mas podrás sacar lo que aun te ahoga en tu pecho,(…) Algunas bibliografías dicen que son máximo dos años para superar la pérdida, y que si no lo has hecho puede ser un duelo patológico, realmente pregúntate que es lo que has hecho para sacar adelante tu duelo, pregúntate que has hecho o que has dejado de hacer para que vomites todo ese dolor que sientes.  La respuesta solamente tu las vas a tener, y si crees que no puedes salir adelante, busca ayuda con una persona especializada que te ayudará a superar tu pérdida (…) siempre hayaras un camino que elegir, si quieres salir adelante.

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Respuesta enviada: 11/05/2005 17:42

Ojala te pudieras incorporar a algun terapia de grupo, a mi me funciono (…) en este grupo vivi mi duelo, llore hasta que me canse y los compañeros me escucharon porque ellos habian pasado las mismas circunstancias que yo, un enfermo entiende a otro enfermo,si me entiendes? Tuve la libertad de que cuando tenia crisis de dolor y de angustias asi como de soledad acudia con mi grupo y siempre me escucharon,tienes que hacer algo, busca ayuda (…)

La despedida

De: conejos1956  (Mensaje original) Enviado: 22/02/2005 21:49

La despedida siempre va ser dificil, por más preparado que estes, por teoria que se maneje, la sepración siempre sera una sepración.

Hace tiempo tuve la oportunidad de atender psicologicamente a una mujer  que esta deprimida,  su gran enojo y tristeza fué porque su esposo en ultimo momento, le pidio que se fuera a su casa, él estaba en un hospital,  y le pido que se quedara su hijo mayor, cuando llega a casa le habisan que su esposo habia fallecido.
Sus preguntas eran, porque si siempre tuvimos tanta confianza porque no permito que me despidiera de él, le pregunte que hubiera pasado si su esposo le hubiese invitado a despedirse y le digese, creo que hoy me voy a morir, Usted tal vez hubiere dicho no, no digas eso, tus vas a vivir, por favor no  hables de esto.

El temor de la despedidad nos austa. Otro paciente que atendí en el Hospsital, me dijo al final de la sesión, ya es todo conmigo o le falta por terminar, si quiere nos vemos en mi casa porque me van a dar de alta, le dije que pasaria, a su casa, este señor tenia 58 años con un cancer invasivo, mestatasis. Esto fué un viernes, al lunes que llego, me informaron que aun siguia en el hospital, pase a verle y no quizo platicar más conmigo, se volteo, un  cuñado me  dijo, que durante el sabado me estuvo llamando, me buscarón, no sabian que sabados y domingos descanso.
Me pregunto  (…) si existe el tiempo de despedirse y luego el paciente ya no quiere tomarlo o simplemnete quiere en ese momento vivirlo con  su familia.

Otro caso de un señor de 48 años, lo habia estado atendiendo durante 3 años, sufrió de insuficiencia renal, a causa de diabetes millitus, amputación de ambas piernas, ceguera paracial, durante sus ultimos dias su esposa le habia abandonado, llegando al divorcio. Al pasar por urgencias le vi en una camilla me acerque le pregunte que como estaba. Contesto que muy mal.  Apenas si podia hablar, pero tambien me dijo, ” me voy a morir”, inmediatamente le dije “No,  ya estas saliendo te estan sacando de la crisis”, guardó silencio. Al otro dia supe que murio durante la noche.

Cuántas veces no queremos escuchar ese ultimo momento, dar  y darnos la opurtunidad de la despedida, aún, negamos la muerte aunque en el umbral. Que tan bonito sería aprovechar ese momento, hoy me toco asistir a una pareja de 68 y 64 años ella de 64 murio, invite al esposo a despedirse y lo hizo aunque me dijo de que sive, lo mismo hace más tres años con otra persona de 74 años con metastasis logró despedirse y  dejar tranquilos a toda la familia, se vivió el dolor, pero el duelo fue menos dificil.

PSICO-ONCOLOGIA EN EL SIGLO XXI

Fuente: http://vida.copso.cl/mod/resource/view.php?id=20

PSICO-ONCOLOGIA EN EL SIGLO XXI

Jennifer Middleton

Psicóloga Clínica

(Artículo Publicado en la Revista Actualidad Psicológica – Junio 2002)

INTRODUCCION

?El cáncer es un síntoma de una enfermedad que desconocemos? según palabras del Dr. Miguel Maturana, Jefe del Servicio de Cirugía Mamaria del Hospital San Juan de Dios, o como lo señalan Stoller y Marmorston, ?Hay que llegar al convencimiento de que el tejido canceroso no es en sí mismo el problema que debe resolverse, sino que lo importante es la aberración que ha permitido la existencia de un medio favorable para la enfermedad. El cáncer no es sino un síntoma, y aislar el síntoma mediante el solo tratamiento es como tratar la esquizofrenia de manera esquizofrénica. Un virus puede ser la causa bioquímica, pero si lo que ha permitido el desarrollo del cáncer, es decir, la etiología básica, reside en la psique, sólo puede producirse la curación si se conoce esta etiología?. (1)

Esta enfermedad está afectada por múltiples factores, tanto en su aparición y curso, como en su recuperación. Esto significa, que una aproximación al cáncer rigurosa y éticamente impecable, debe considerar todos los aspectos involucrados, tanto biológicos como psicológicos, tanto sociales como espirituales.

La psico-oncología ha surgido como respuesta a esta necesidad y, a pesar de que hay psicólogos trabajando en esta área desde hace muchos años, recién en la década de los 80 esta disciplina es considerada una rama de la psicología y se funda la Intenational Psycho-oncology Society en 1984.

Sin embargo, la psico-oncología entendida como tal, es ?reactiva?, preocupándose del apoyo al paciente de cáncer, su familia y el equipo, siendo en este sentido altamente necesaria y eficiente.

Cubre aspectos relacionados con la psicoprofilaxis de los tratamientos, manejo del dolor, asistencia al paciente en etapas avanzadas de la enfermedad (Cuidados Paliativos), elaboración del duelo y asesoría y apoyo a la familia y al equipo de salud.

Esta es la psico-oncología que se estudia e investiga en los principales Centros de esta disciplina en el mundo: Sloan-Kettering en Nueva York, liderado por la psico-oncóloga

Jimmie Holland (2), en Kiel con el Dr. Kollenbaum, en Paris en especial en cuidados paliativos y en otros centros del mundo.

Nosotros consideramos que ésta es sólo una parte de los objetivos de la psico-oncología y que, si pretendemos ser profesionales de avanzada en este campo, debemos dedicarnos también a la psico-oncología proactiva. Esto implica colaborar con el paciente, para descubrir las características de su estilo de vida que puedan haber influído en la presentación de su enfermedad y su curso, y, ayudarlo a revertir estas características, así como desarrollar políticas de prevención.

No es una excusa que las investigaciones cuantitativas que se realizan a nivel mundial, no hayan entregado suficientes resultados (¿cuántos son suficientes?) que relacionen estilos de vida y presentación y curso de la enfermedad, o no asocien stress y cáncer, o sistema inmune y cáncer en forma categórica (1 y 3).

Por otra parte, el Dr. Claus Bahnson, en 1980, al resumir una parte de las pruebas recientes, concluyó: ? Así pues, existen datos concluyentes derivados de los campos neurológicos y endocrinológico que respaldan la idea de que acontecimientos psicológicos mediados por el sistema nervioso pueden influir en las reacciones endocrinas e inmunitarias a los procesos malignos?(1).

Cabe hacer notar, en primer lugar, que las investigaciones cuantitativas en este campo son difíciles, por los problemas que se presentan en la aislación de variables psicológicas (no es lo mismo evaluar el efecto de una quimioterapia que el de un cambio de vida).

En segundo lugar, como todos sabemos, no sólo las investigaciones cuantitativas son válidas científicamente; las investigaciones cualitativas y los estudios de casos, realizados adecuadamente, también arrojan resultados de validez científica.

En tercer lugar, sí existen investigaciones tanto cualitativas como cuantitativas que relacionan aspectos psicológicos y presentación y curso de la enfermedad, cuya historia empieza con Galeno, sigue en los siglos XVII y XVIII, y continúa haciéndose presente en el Siglo XIX y en el Siglo XX, detalle que se puede encontrar en el libro de Bammer y Newberry (1).

La investigación de Spiegel en relación a terapia de grupo y sobrevida de mujeres con cáncer de mama marcó un hito en la historia de la psico-oncología (4) aunque desde nuestro punto de vista los resultados habrían sido mucho más reveladores si se hubieran evaluado factores de cambio y no sólo asistencia al grupo. También queremos citar aquí la investigación de Bücher y Moya (5), Eysenk (citado en 6), Simonton (7), LeShan (8) para sólo nombrar algunas que nos han sido más cercanas en nuestro trabajo.

Con esta visión, el campo profesional de la psico-oncología se amplía a todos los aspectos preventivos del cáncer, lo que nos permite participar en forma activa en detectar los modelos de alto riesgo cancerígeno y contribuir a revertirlos oportunamente, investigar en estas áreas y contribuir con una aproximación éticamente responsable.

Después de 23 años trabajando con estos pacientes, hemos constatado una y otra vez, que una actitud proactiva es una parte fundamental en un proceso de recuperación o de prolongación de la vida (6).

Así mismo, hemos visto que se repiten características y se presentan denominadores comunes en nuestros pacientes (6), lo que nos permite realizar una prevención primaria real y no sólo una detección precoz de la enfermedad.

Lawrence LeShan y su discípula y colaboradora Ruth Bolletino, trabajan desde hace años en Nueva York con una aproximación proactiva, estimulando a sus pacientes a ?volver a cantar su propia canción?, es decir, ir al encuentro de aquello que dejaron en el camino y cuya pérdida llevó a vivir en forma frustrada, tensa, poco satisfactoria (8).

PSICO-ONCOLOGIA REACTIVA

El campo de acción de la psico-oncología reactiva es enorme y permite al psico-oncólogo apoyar al paciente de cáncer desde su diagnóstico hasta su recuperación o muerte, a la familia durante todo este proceso, acompañándola si es necesario en la elaboración del duelo, y al equipo oncológico, permitiéndole una mayor coordinación e integración.

Con respecto al paciente, al recibir el diagnóstico siente que se le detiene la vida abruptamente, queda invadido y paralizado por terribles temores, está desorientado y perdido entre múltiples opciones. Esta persona requiere ser apoyada inmediatamente por un equipo multidisciplinario, y no esperar a que haga crisis de angustia o caiga en un estado depresivo.

Cualquiera de estas situaciones agravará el problema, hará más difícil la aplicación de tratamientos y permitirá que la persona se deje llevar por un sistema común de creencias frente al cáncer, como que es sinónimo de muerte, de dolor y de desesperanza, etc.

Los médicos parecen dessconocer el potencial de trabajo de un psico-oncólogo y con frecuencia no recurren a él hasta que el enfermo está en crisis o cuando sienten que la proximidad de la muerte a ellos los desborda o no saben como tratar este tema con el paciente o la familia.

Más adelante, una adecuada psicoprofilaxis de los tratamientos, permitirá una mejor tolerancia de ellos y, como consecuencia, posiblemente una mayor efectividad. Basta decir que una persona que entra relajada y bien preparada a una cirugía, se recuperará más pronto, procesará mejor las eventuales mutilaciones y se reinsertará antes en su vida familiar, social y laboral.

Lo mismo ocurre con una adecuada preparación a la quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, etc.

Con respecto al manejo del dolor, el trabajo del psico-oncólogo está relacionado con un diagnóstico diferencial del dolor, con su evaluación y tratamiento. Si consideramos el dolor clínico como una manifestación subjetiva, producto de la integración de factores físicos, psicológicos, sociales, espirituales y culturales, queda en evidencia que la sola participación del médico es insuficiente para un buen manejo.

Hoy día existen múltiples alternativas de manejo psicológico del dolor, que representan un gran aporte tanto en los problemas de dolor agudo o crónico, tanto en las etapas iniciales de la enfermedad como en cuidados paliativos. El no abrir al paciente estas opciones, es por decir lo menos, irresponsable. Todos sabemos que hoy es inadmisible que una persona sufra un dolor sin control, considerando las múltiples opciones que posee un equipo multidisciplinario para su manejo.

En el área de cuidados paliativos, considerando la tríada ? paciente, familia, equipo ? (9)

la responsabilidad del psico-oncólogo es aportar sus conocimientos y experiencia a todos los integrantes de esta tríada, evitando al máximo el sufrimiento de cada uno. Esta labor es profunda, sacrificada y muchas veces agotadora, pero la vivencia de acompañar a un paciente y su familia en etapas avanzadas de la enfermedad y en la proximidad de la muerte, es una de las experiencias más enriquecedoras de la vida. El equipo debe autocuidarse y optimizar sus energías en este trabajo, recibiendo por parte del psico-oncólogo las herramientas adecuadas para dar lo mejor de sí sin extenuarse.

Si a todo esto agregamos los talleres de duelo para la familia, las intervenciones de pareja y familiares, las asesorías en relación a la sexualidad del paciente con cáncer, los entrenamientos en imaginería, visualización, relajación, yoga y meditación, arte-terapia, consejería telefónica e intervenciones psico-educativas, creemos haber mencionado las áreas más importantes que cubre la psico-pncología reactiva, tanto en el trabajo con niños, adolescentes, adultos como adultos mayores.

En el ejercicio de la psico-oncología reactiva, es frecuente recibir pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad. Por un lado la familia necesita un apoyo y guía para tratar al paciente y tolerar mejor la tragedia que están viviendo, por otro, el paciente está dispuesto a recibir cualquier ayuda que le alivie y, por último, muchas veces el médico tratante acepta la presencia del psicólogo aunque no entienda la utilidad, presionado por la familia y el paciente que están desesperados y piden cualquier ayuda que les alivie.

Otras veces, al formar parte de equipos de cuidados paliativos la labor del psico-oncólogo es parte habitual del tratamiento en etapa avanzadas.

Hace unos meses, me llamaron a una clínica para atender a una mujer de 40 años con cáncer de pulmón y metástasis cerebrales que se negaba a morir, pese a sus sufrimientos y a conocer su diagnóstico cabalmente. Cuando llegué a verla, estaba en un profundo estado de angustia que le impedía dormir hacía varios días, pese a la medicamentación ansiolítica e hipnótica que estaba recibiendo.

Se trataba de una mujer separada con dos hijos de 12 y 10 años de su segundo matrimonio. Los hijos del primer matrimonio vivían fuera del país y, por conflictos de familia, ella no se relacionaba con su familia de origen.

Su drama era que sentía que estaba abandonando a los hijos, se negaba a aceptar su muerte y el no dormir estaba íntimamente relacionado con la posibilidad de no volver a despertar.

En el curso de la entrevista, quedó claro que también había una parte de ella que estaba agotada, que sí quería descansar y dejar de pelear por vivir. Mi única intervención fue escucharla y posteriormente arreglar una entrevista entre ella y el padre de sus hijos, donde ella pudo expresar sus reservas y temores respecto a su rol de padre. A su vez, pudo escuchar lo que su exmarido estaba dispuesto a hacer por sus hijos, la planificación que de hecho ya estaba poniendo en práctica para recibirlos y varias medidas futuras para su bienestar.

La paciente falleció esa misma noche sin angustia. Esto demuestra que a veces, con muy poco, el aporte puede ser determinante para una persona.

Muchas veces, y debido a los tabúes sociales que existen respecto a la muerte y el morir, las personas no están dispuestas a abordar el tema fácilmente y se requiere la concurrencia de una persona entrenada para romper las reservas. Este es uno de los roles que debe saber realizar un psico-oncólogo.

PSICO-ONCOLOGIA PROACTIVA

Este término ha sido acuñado en el Centro de Desarrollo de la Persona y se basa en el modelo teórico desarrollado en este Centro y que fue creado por Jens Bücher (10).

Sostenemos que para que una persona vuelva a ser sana, debe flexibilizar los ?filtros? (modelos, experiencias, roles, mandatos, imposiciones, etc.) que le impiden ser inocente y que le han llevado a stress, luego a disfunciones y, finalmente, a una enfermedad. Sólo el reencuentro con su inocencia, su integración emotiva, su íntimo modo de ser, su entusiasmo vital, su autonomía, y el quiebre de la instrumentalización de sí misma, va a permitir que vuelva a ser una persona sana nuevamente.

Una y otra vez hemos constatado que, personas con malos pronósticos que hacen cambios profundos, muchas veces recuperan su salud y, como otras, con mejores pronósticos, que no están dispuestas a hacer cambios, vuelven a hacer una recurrencia.

En 1990 realizamos una investigación cualitativa en más de 1000 casos e identificamos algunos denominadores comunes que se presentan en las personas con cáncer (6). Durante 12 años hemos hecho el seguimiento de algunos de esos casos: personas con mal pronóstico que hicieron cambios notables y profundos y que aún están vivas y enamoradas de la vida.

El trabajar con personas en base a este continuo Inocencia-Enfermedad, nos ha permitido crear Talleres de Prevención del cáncer, tanto en el ámbito privado como institucional.

La Corporación Nacional del Cáncer está realizando una investigación prospectiva a 5 años para identificar personas con alto riesgo genético de presentar cáncer de mama. A todas las personas que participan en esta investigación (a la fecha 1300 aproximadamente) se les ha evaluado psicológicamente, identificando también modelos de alto riesgo psicológico.

Hemos invitado a estas personas a charlas informativas para contarles la influencia que pueden tener sus estilos de vida en la presentación de la enfermedad y enseñarles las posibilidades de participación que pueden tener en disminuir los riesgos.

A continuación las invitamos a talleres terapéuticos y corporales, para ayudarles a modificar aquellas características y comportamientos que hemos correlacionado con la enfermedad, como bloqueo de las emociones, baja autoestima, autopostergación, altos niveles y mal manejo de tensión, alto sentido del deber y rigidez valórica con baja vitalidad y dinámica.

Hemos visto como en familias donde el cáncer se repite de generación en generación, aunque no siempre se encuentra el gen responsable (BRCA1 o BRCA2), muchas veces las evaluaciones psicológicas de madre, hijas y hermanas son muy similares. Esto nos abre un enorme campo de trabajo e investigación. En este sentido, podemos decir que la labor de la psico-oncología está recién empezando a perfilarse.

Hace 6 años recibí como paciente a una mujer de 54 años operada de cáncer de mama, con compromiso ganglionar. Se trataba de una mujer que, gracias a su esfuerzo e inteligencia, tenía un cargo ejecutivo en una gran empresa, a pesar de no tener un título profesional.

Había dedicado su vida a trabajar y construirse una seguridad económica y había tenido éxito.

Estaba casada hacía 20 años y tenía dos hijos.

Su infancia había sido difícil debido a que su padre era una persona autoritaria y machista, que había sido infiel abiertamente. Su madre era una mujer sumisa, débil y había muerto de cáncer de mama el año anterior.

La paciente había elegido como pareja un hombre débil, incapaz de mantener a su familia, pero según la paciente ?incondicional, bueno y fiel?.

Durante el curso de la terapia apareció toda su sensibilidad reprimida por años, sus emociones bloqueadas, sus temores por no repetir el papel de la madre. Apareció su agotamiento, se derrumbó su fachada de seguridad y dureza y se contactó con una mujer dulce y blanda que había sido postergada por años. Fue necesaria una intervención de pareja para que aprendiera a dar espacio a su esposo que también había reprimido parte importante de su virilidad y masculinidad para ?evitar conflictos?.

Hoy esta persona está bien físicamente, ha reestructurado su vida, trabaja media jornada, con mucho menos tensión y ha dejado espacio en su vida al arte, a la naturaleza, a la relación de familia y al yoga. Es el típico ejemplo del reencuentro con la inocencia, con los potenciales postergados, con la emotividad y con la alegría de vivir.

El trabajo en el ámbito proactivo no es fácil, porque muchas veces el paciente siente que está haciendo todo lo que puede hacer para sanarse y, sin embargo, no avanza en su recuperación, o lo que es peor, su enfermedad es cada vez más grave. En estos casos, la labor profesional debe ser apoyadora e impulsadora de cambios más radicales, lo que muchas veces es resistido por el paciente, especialmente por su falta de energía. Y entonces nos preguntamos ¿dónde está el equilibrio? ¿cuánto podemos intervenir? ¿cuándo debemos retirarnos, respetar o darnos por vencidos?

Cuando me ha tocado saber de la muerte de un paciente que yo claramente sentía que sus cambios eran superficiales y no profundos y donde yo no fui lo suficientemente categórica, muchas veces he cuestionado mi labor profesional y me he preguntado si no debí haber sido más clara, más directa, más decidida y más estimuladora.

La respuesta no es fácil y cada persona es un mundo nuevo de interrogantes a las que debemos someternos con humildad, para mejorar la calidad y eficiencia de nuestro quehacer, sumar e integrar esfuerzos para investigar y aprender más cada día en una disciplina que recién comienza, y que se va a constituir en breve plazo en un pilar fundamental del tratamiento de una enfermedad que, a pesar de los esfuerzos de la ciencia médica, es cada vez más frecuente, seña inequívoca que es a la persona a la que hay que tratar y no sólo al órgano.

BIBLIOGRAFIA

1.- Bammer K. y Newberry B. “El stress y el cáncer” Ed. Herder, Barcelona, 1985

2.- Ed. Holland J. “Psycho-oncology” Oxford University Press, NY, 1998

3.- Ed. Schedlowski M. and Tewes U. “Psychoneuro-immunology – An Interdisciplinary Introduction” Ed. Kluwer Academic/Plenum Publishers NY 1999

4.- Spiegel D. and Classen C. “Group Therapy for Cancer Patients” Ed. Basic Books, 2000

5.- Bücher J.y Moya A. “Elecciones vitales y cáncer”” Ed. CDP, 2000

6.- Middleton J. “Yo (no) quiero tener cáncer” Ed. Grijalbo, Stgo. de Chile, 2001

7.- Simonton y Mathews “Getting Well Again” 1978

8.- LeShan L. “Cancer as a turning point” Ed. E.P. Dutton NY 1989

9.- Bayés R. et al. “Propuesta de un modelo integral para una intervención en terapéutica paliativa” Medicina Paliativa Vol.3 No.3 1996

10.- Bücher J. “Ingeniería de la Acción” Ed. CDP 1999

Etapas del camino de las lagrimas…

De: Cityofangels_sergio  (Mensaje original) Enviado: 15/06/2005 3:33
Etapas del camino de las lagrimas

Imaginemos que alguien se lastima.
Supongamos que un joven sano jugando al fútbol descalzo con sus amigos en un campo. Corriendo un pase para meter un gol pisa algo filoso, una piedra, un pedazo de vidrio,una lata vacía y se lastima. El joven sigue corriendo, alcanza la pelota y a pesar del dolor que siente al afirmar el pie para patear le pega a la pelota con todas su fuerza venciendo al arquero y ganando el partido.

Todos festejan.
Un compañero le advierte de la mancha roja que deja en el pasto en cada pisada.
El joven se sienta en un banco y al mirarse la planta del pie se da cuenta del tajo sangrante que tiene cerca del talón.

¿Cómo sería la evolución normal y saludable para esta herida?
¿Cuáles son las etapas por las que va a pasar esta herida?
Tal como vimos, muchas veces, en un primer momento todo ocurre como si no pasara nada.
El muchacho sigue corriendo la pelota, la señora sigue cortando el pan con el cuchillo filoso y el carpintero no nota que se lastimó hasta que una gota de sangre mancha la madera.

En ese primer instante, muchas veces, ni siquiera hay sangre;
el cuerpo hace una vasoconstricción, achica el calibre de los vasos sanguíneos,
inhibe los estímulos nerviosos y establece un período de impasse,
un mecanismo de defensa, más fugaz cuanto mayor sea la herida.

Inmediatamente aparece el dolor agudo, intenso y breve, a veces desmedido,
que es la primera respuesta concreta del cuerpo que avisa que algo realmente ha pasado.
Y después la sangre, que brota de la herida en proporción al daño de los tejidos.
La sangre sigue saliendo hasta que el cuerpo naturalmente detiene la hemorragia.

En la herida se produce un tapón de fibrina, plaquetas y glóbulos:
el coágulo, que sirve entre otras cosas para que la herida no siga sangrando..
Cuando está el coágulo hecho, empieza la etapa más larga del proceso.
El coágulo se retrae, se seca, se arruga, se vuelve duro y se mete para adentro.
El coágulo se transforma en lo que vulgarmente llamamos “la cascarita”.

Pasado un tiempo, los tejidos nuevos que se están reconstruyendo de lo profundo
a lo superficial empujan “a cascarita” y la desplaza hacia afuera hasta que se desprende y cae.
La herida de alguna manera ya no duele, ya no sangra, está curada;
pero queda la marca del proceso vivido: la cicatriz

Etapas de Sanación de una herida.

1- Vasoconstricción.
2- Dolor agudo.
3- Sangrado.
4- Coágulo.
5- Retracción del coágulo.
6- Reconstrucción fisular.
7- Cicatriz.

Este es más o menos el proceso evolutivo normal de una herida cortante.
Si esto no sucede, algo puede estar funcionando mal.
Quiero decir, si un paciente ante una herida cortante más o menos importante no sangra, está mal.

Uno podría pensar “mirá que suerte, no perdió sangre”;
a veces puede no ser una gran suerte, un herido en estado de shock no sangra y podría morir.
Y por supuesto cuanto más grande es la herida, más larga, más tediosa y más peligrosa
es cada etapa. Siempre es así, cuánto más grande es la herida, más tarda en cicatrizar
y más riesgo hay de que algo se complique en algún momento de la evolución.

Si nos estancamos en cualquiera de estas etapas siempre vamos a tener problemas.
De todas maneras no traigo esto para explicar cómo evoluciona una herida cortante
sino porque hace poco me sorprendí al darme cuenta de la enorme correspondencia que existe entre las etapas que cada uno pude deducir por su propia experiencia con lastimaduras y la situación aparentemente compleja de elaborar un duelo.

Un duelo es, como hemos dicho, la respuesta normal a un estímulo, un hecho que nos hiere y que llamamos pérdida..Porque la muerte de un ser querido es una herida,
dejar la casa paterna es una herida, irse a vivir a otro país es una herida,
romper un matrimonio es una herida.
Cada pérdida funciona, en efecto, como una interrupción en la continuidad de lo cotidiano, como una cortadura es una interrupción en la integridad de la piel.

Si entendimos cómo se sana una herida, vamos a tratar de deducir juntos qué pasa
con la elaboración de un duelo.
Por esta coherencia del ser humano veremos que los pasos que sigue la sanación emocional son básicamente los mismos, no se llaman igual, pero como vamos a ver, con un poco de suerte, quizás resulten equivalentes.
Lo primero que sucede es que decimos “no puede ser”.
Pensamos que debe ser un error, que no puede ser,
decimos internamente que no, pensamos que es demasiado pronto,
que no estaba previsto, que en realidad “estaba todo bien”…
Esta primera etapa se llama la etapa de la incredulidad.

Hay un impasse, un momento de negación y cuestionamiento donde no hay ni dolor;
la sorpresa y el impacto nos llevan a un proceso de confusión donde no entendemos
lo que nos están diciendo.
Después de todos nuestros intentos para ignorar la situación, de pronto nos invade toda la conciencia junta de que ese ser no esta mas a nuestro lado…
Y entonces la situación nos invade, nos desborda, nos tapa, de repente un golpe emocional tan grande desemboca en una brusca explosión.
Esta explosión dolorosa es la segunda etapa del duelo normal.
Es la etapa de la regresión.

Así como en la herida física de pronto el dolor me avisó y me di cuenta de que me había lastimado, y cuando supe empecé a sangrar, así mismo cuando las emociones desbordadas empiezan a salir para afuera, empiezo a sangrar.
Y la sangre que sale no es la de la tristeza.
Es el primer sangrado, la tercera etapa, la que empieza tras tener conciencia de lo que pasó: se llama la etapa de la furia.

Esta furia que aparece aquí, en esta tercera etapa, es la furia que esconde la tristeza
que se viene.
La tristeza todavía no va a aparecer porque el cuerpo está preparándose para soportarla.
Por ahora la furia es lo que priva y, si todo va bien, va a pasar.
Pero hemos visto que para que pare la sangre habrá que taponar la herida con algo.
Algo que sea justamente el resultado del sangrar.

Porque si el paciente siguiera sangrando se moriría.
Si el paciente siguiera furioso se moriría agotado, destrozado por la furia.
Algo tendrá que parar esta sangre, algo tendrá que actuar como tapón, como si fuera un coágulo. Este derivado construido de la misma sustancia de la furia que la reemplaza y la frena se llama culpa.
En el proceso natural de la elaboración de un duelo aparece tarde o temprano
una etapa de la culpa.
Nos empezamos a sentir culpables. Culpables por muchos motivos…

La culpa no dura porque es ficticia y cuando se queda nos estanca en la parte
mentirosa omnipotente y exigente del duelo. Pero si no hacemos algo que nos detenga, naturalmente aparece la retracción del coágulo, como pasa con la herida.
Voy metiéndome para adentro, voy volviéndome seco.
Y llego a una etapa, la quinta, desde lo subjetivo la más horrible de todas,
la etapa de la desolación.

La etapa de la desolación es la de la verdadera tristeza.
Esta es la etapa más temida. Tanto que gran parte de lo anterior pasó para evitar esto,
para retrasar nuestra llegada aquí.
Aquí es donde está la impotencia, el de darnos cuenta de que no hay nada que podamos hacer..
Este es el momento más duro del camino.
En honor a esta etapa se llama el camino de las lágrimas.

esta es la etapa de la tristeza que duele en el cuerpo, la etapa de la falta de energía,
de la tristeza dolorosa y aplastante.
La depresión aparece justamente cuando me declaro incapaz de transformar mi emoción en una acción. A veces los deprimidos no están tristes, están deprimidos, pero no están tristes.
Y éstos están tristes, no sé si están deprimidos, quizás sí, quizás no, pero lo que seguro están es desesperados… Están verdaderamente desesperados.

Pero no es la desolación de la sinrazón. Cuando nos encontramos con estas personas
y las miramos a los ojos, nos damos cuenta de que algo ha pasado,
de que algo se ha muerto en ellos.
Y es bien triste acompañar a alguien que está en este momento.
Es triste porque comprendemos y sentimos.

Porque nos “compadecemos” de lo que le pasa, quiero decir “padecemos con” esa persona.
Es lógico que así sea..
Los intentos para salirse de esta situación tan desesperante son infinitos.
Durante el camino de las lágrimas algunas personas tienen tanto deseo de que sea cierto que el otro está cerca que quisieran poder percibirlo.

Están tan deseosos y tan necesitados que a veces podrían enredarse en creer cualquier cosa. Un momento de tristeza, de visiones, de creencias, de miedos
y de incertidumbres. Un tiempo muy expuesto al engaño de los estafadores de ilusiones.

Y así sucede, lamentablemente, demasiadas veces. Lo malo de esta etapa de desolación
es que es desesperante, dolorosa, inmanejable.
Lo bueno es que pasa, y que mientras pasa, nuestro ser se organiza para el proceso final, el de la cicatrización , que es el sentido último de todo el camino.
Pero cómo podría prepararme para seguir sin la persona amada si no me cierro a vivir mi
proceso interno, cómo podría reconstruirme si no me retiro un poco de lo cotidiano.

Eso hacen la tristeza y el dolor por mí, me alejan, para poder llorar lo que debo llorar
y preservarme de más estímulos hasta que esté preparado para recibirlos,
me conectan con el adentro para poder volver al afuera a recorrer los dos últimos
tramos del camino de las lágrimas: el de la fecundidad y el de la aceptación.

Ahora podemos comparar los esquemas para confirmar la correspondencia más completa.

Herida Duelo

Vasoconstricción = Incredulidad
Dolor agudo = Regresión
Sangrado = Furia
Coágulo = Culpa
Retracción del coágulo = Desolación
Reconstrucción tisular = Fecundidad
Cicatriz = Aceptación

En el final mismo de esta etapa de desolación empezamos a sentir cierta necesidad de dar, muchas veces darle algo al que se fue.
Desde el punto de vista psicológico profundo quizás tenga que ver con el deseo de escaparnos de ese odioso cepo de la impotencia que siempre termina incomodándome.
Salimos de este lugar donde sentimos que no podemos hacer nada.
Esta sensación inexplicable, seguramente tiene que ver con mis lazos vitales con el mundo de lo que amo.

Seguramente está muy lejos de ser la salida, pero es el principio de ella,
un intento de resolver en mi cabeza lo que no puedo resolver en los hechos.
Este principio de salida se llama identificación y me acerca al establecimiento de la etapa
de fecundidad
De la desolación se empieza a salir identificándonos con algunos aspectos del que fue,
focalizando transitoriamente algunas características para poder hacerlas mías.
Cuando el proceso es normal sucede como una revaloración un poco exagerada de las
virtudes reales del ausente y da lugar a la razonable crítica posterior.

Hablando de una persona que se fue puedo decir “era tan lindo, el más inteligente,
era maravilloso y estaba llamado a grandes cosas”
Pero si sigo diciendo que era la encarnación de lo perfecto, que era el más lindo
que nunca existió y que era demasiado mi persona para el y por eso Dios quiso
que las cosas se den asi, estoy perdido.
Erré el camino y la revaloración se transformó en idealización.
Ya no estoy viendo las cosas. No hay nada peor que confundir valorar con idealizar;
una me permite elaborar el dolor, al otra lamentablemente es una manera de no salirse de él.

Después de haber penado y llorado la ausencia me doy cuenta de que me alegra escuchar un tango cuando antes yo nunca escuchaba tangos, que me empieza a gustar cocinar, como a ella le gustaba, o que empiezo a disfrutar de los paseos al aire libre,
que en realidad nunca aceptaba compartir y empiezo a probar los dulces caseros que ella dejó y que tanto le gustaban y termino diciendo “pobres los viejos que siempre criticaba y ahora aquí estoy yo haciendo lo mismo”.

Esta es la cuota de identificación irremediable con el que no está.
Que empieza cuando me doy cuenta de en cuántas cosas éramos parecidos
y termina cuando sin darme cuenta empiezo a hacer cosas para parecerme.
El proceso de identificación es un puente a lo que sigue.
¿Por qué es un puente para empezar a salir?
Porque sin identificación no puede haber fecundidad. ¿Qué es fecundidad?

Es empezar a hacer algunas cosas dedicadas a esa persona,
o por lo menos con conciencia de que han sido inspiradas por el vínculo que tuvimos con ella.
Voy a transformar esa energía ligada al dolor en una acción.
Este es el principio de lo nuevo.
Esta es la reconstrucción de lo vital, este es el comienzo:
lograr que mi camino me lleve a algo que de alguna manera se vuelva útil para mi vida o parala de otros. Inspirados en la estructura original de los grupos de autoayuda que se expandieron por el mundo a partir de la exitosa experiencia de Alcohólicos Anónimos,
se han creado infinidad de grupos autogestionados, grupos de personas que comparten lo que les ha pasado.

Hay grupo de padres que han perdido un hijo, grupo de huérfanos,
grupos de familiares accidentados, grupo de gente que sufre de la misma enfermedad que yo sufro.
“Grupos de tarea” que se ocupan de brindar ayuda a aquellos que atraviesan un momento del camino que ellos ya recorrieron y que son la materialización de esto que estoy llamando duelo.
La transformación del duelo sólo doloroso y aislado en una historia que le dé un sentido adicional a la propia vida. Si esto se puede hacer entonces se llegará a la aceptación.
La última etapa del camino de las lágrimas, el equivalente de la cicatrización,
es la etapa de la aceptación.

Aceptación quiere decir dos cosas. La primera es discriminarse.
La palabra no es linda, pero no hay otra Discriminarse de la persona que se fue, que ya no esta, separarse, diferenciarse, asumir sin lugar a dudas que esa persona no esta mas a nuestro lado
Quiere decir, la vida no terminó para mí.
Quiere decir resituarse en la vida que sigue.

La segunda cosa que quiere decir aceptar es “interiorizar”.
Recuerden, venimos de la identificación (Él era como yo) y de la discriminación (pero no era yo).
Y sin embargo yo no sería quien soy si ni siquiera lo hubiera conocido.
Algo de esa persona quedó en mí. Esto es la interiorización.
La conciencia de lo que el otro dejó en mí y la conciencia de que por eso siguen vivas en mí, las cosas que aprendí, exploré y viví.

Lacan dijo algo fantástico respecto del duelo:
“Uno llora a aquellos gracias a quienes es.”

Y a mí me parece increíblemente sabio este pensamiento,
esta idea gracias a algunas personas yo soy quien soy, sea yo consciente o no del proceso.
De hecho, todos los seres que quiero en el mundo han tenido que ver con esto que yo soy hoy y por eso los lloraré cuando no estén. (…)

http://cityofangels.webcindario.com

Murió Cicely Saunders

De: montedeoya  (Mensaje original) Enviado: 17/08/2005 21:41

EN RECUERDO DE LA GRAN MAESTRA

Fallece Dame Cicely Saunders a los 87 años de edad.

Saunders, Dame Cicely (Mary Strode)
(1918? 2005)

Fundadora del movimiento “Hospice”. Nacida en Londres, Reino Unido, estudió en Oxford, y realizó su entrenamiento en la escuela médica del hospital de St Thomas y en la escuela de enfermería de Nightingale.

Fue fundadora (1967), director médico (1967-85), y presidente (a partir de 1985) del “St Christopher Hospice”. Promotora indiscutible del principio de morir con dignidad, sosteniendo que la muerte es un proceso natural y se puede facilitar por unos sensibles y adecuados cuidados de enfermería, así como el control eficaz del dolor.

Escritora de innumerables publicaciones en la materia, es considerada como pionera en este rubro y fue galardonada por diversos premios y reconocimientos internacionales entre el que destaca el premio “Templeton” en 1981.

Dame Cicely Saunders murió este 14 de Julio en su propio Hospice, el St. Christopher’s en la ciudad de Londres, Inglaterra.

En paz descanse.

Algo nuevo para mí

De: montedeoya  (Mensaje original) Enviado: 19/04/2005 14:23

“Quisiera que me ayudasen a morir, porque será nuevo para mi, algo que no he hecho nunca, así que no tendré idea de si lo estoy haciendo bien. Me gustaría que me ayudaran con mi familia. Me encantaría recibir algo más que un ofrecimiento de apoyo emocional para quienes seguirán con vida tras mi muerte: me gustaría tener la certeza de que alguien ayudará a mi familia a aprender las cosas que yo no podré enseñarles cuando muera”. Obershaw, R.J.: Llora hasta que rías (Para afrontar el dolor de una pérdida). Neo Person, Madrid, 2002

Kübler-Ross

De: montedeoya  (Mensaje original) Enviado: 29/08/2004 14:10

Hola Tod@s: Los aporte de Kübler?Ross al desarrollo de la tanatología clínica han sido de la más enorme importancia, sin olvidar que su trabajo continuó produciendo una mayor comprensión del proceso de ir?murién­dose hasta esta semana de su muerte. De su primer trabajo podemos desta­car lo siguien­te:

(1) Con sus entrevista, Kübler?Ross estableció una red de comunicación que a personas socialmente muertas les devol­vía de nuevo el sentimiento de ser miembros valiosos de la sociedad; esto es, pone de manifiesto dos de los más grandes pro­blemas del moribun­do: el de la comunicación y el de ser “toda­vía seres vivos motivo de un intercambio conversacio­nal”.

(2) Pone en evidencia la resistencia de los profesiona­les sanitarios a establecer una relación con el paciente moribun­do.

(3) Desvela algunas de las circunstancias que involucra la dimensión individual en el proceso de ir?muriéndo­se.

(4) Señala la necesidad de establecer un modelo de ense­ñanza?a­prendizaje para aquellos que trabajen con pacientes moribundos, particularmente estudiantes de medicina.

(5) Ofrece la oportunidad de reconsiderar al paciente como un ser humano, hacerle participar en diálogos y aprender de él lo bueno y lo malo de la asistencia ofrecida en los hospitales.

(6) Propone una aproximación psicoterapéutica.

(7) Sienta las bases que definen la dinámica del proceso de ir?muriéndose (etapas por las que el moribundo puede o no transcu­rrir en su totalidad, orden o complejidad).

El trabajo de Kübler?Ross, y sus posteriores publicacio­nes, eleva­ron el tema de la muerte y el ir?muriéndose a otro nivel.

Gracias por estar con nosotros y hacernos llegar tu trabajo.
montedeoya

De: montedeoya Enviado: 29/08/2004 14:15

Hola a To@s: La muerte de Kübler-Ross me recuerda a otra gran mujer, quizás no tan famosa, pero no por ello menos importante: “….. la importancia del movimiento tanatológico, que durante esta década (años 60) se desarrolló extensamen­te, llegó a su clímax en 1967 en Syden­ham (Inglaterra), donde la Dra. Cicely Saunders funda el primer Hospi­cio ?St. Chris­topher`s Hospice?, pionero en el movi­miento de asisten­cia a estos enfermos, y que posterior­mente se extendería en toda Inglate­rra, en Escocia, Irlanda, Estados Unidos y Canadá. En este mismo año, E. Kü­bler?­Ross publica su libro “Sobre la Muerte y los Moribun­dos”, el cual rápidamen­te se convirtió en un clásico de la materia..”. Dos enormes mujeres….. gracias.
montedeoya

Notas sobre el suicidio

De: montedeoya Enviado: 04/06/2004 15:50

(…) Difícil, muy difícil situación. Una de las cosas más complicadas con el suicidio es lograr separar al muerto de la forma de morir. Hay muchos mitos respecto al suicidio y la tarea de recupeación está llena de dolor, culpa, estigma, miedo y pensamiento distorsionado. Nuestro grupo de suicidio tiene una página http://groups.msn.com/suicidio3/homepage donde puedes encontrar información útil. Lo primero a hacer será informarte bien sobre el suicidio y, en la medida de lo posible, establecer un grupo de duelo con la familia. Quizás más que en otros tipos de muertes, es necesario hablar, hablar, hablar y hablar. No pretendas quitar el dolor (el tuyo o el de ellos) -pues no se quita-, más bien, aprende a vivir con él y ayúdales a ellos a vivir con él. Solo como grupo, como familia, podrán sobrevivir. Respecto a los niños…. ya hablaremos. Mucho que hacer con ellos.

Un abrazo.
montedeoya

De: montedeoya Enviado: 09/06/2004 3:40

(…)
Una de las tantas cosas molestas y difíciles del suicidio es la necesidad persistente (a todo lo largo del proceso) de encontrar una explicación racional, medianamente aceptable, del hecho del suicidio. En ello se termina casi siempre: ¿por qué lo hizo? No hay explicación (se las llevaron ellos), solo hechos. Así sucedio y no hay nada que justifique tanto dolor en aquellos que quedais. Deja de preguntarte, separa la forma de morir de XXX de XXX mismo, y disponte a recuperarte por su ausencia. No es fácil, lo se, pero la tarea sin hacer esta separación es terriblemente más complicada.

Un beso.
montedeoya

De: montedeoya Enviado: 10/06/2004 13:02

(…) Lo más importante no es lo que tu digas sino lo que tu permites que te digan. No tienes que hacer nada, solo estar allí. Utiliza tus oídos para escuchar una y otra vez, tus hombros para que recuesten su afligida cabeza y tus brazos para abrazarles (muchos, muchos abrazos). Más que en ninguna situación, debes estar allí, indefinidamente. Recuerda que hay tres condiciones que favorecen un duelo sano: información, compañía y conversación. Ya sabrás como utilizarlas. Solo tienes que ser lo que ya eres, una buena amiga. Una buena amiga que es capaz de reconocer su impotencia y el no saber que hacer. Más, ya sabes algo que hacer: estar allí. Ahora te queda la difícil tarea de controlar tu impotencia y convertirla en un “bien” para ellos y para ti.

Un abrazo.
montedeoya

El problema no es la muerte.

De: montedeoya Enviado: 13/07/2003 15:44

El problema no es la muerte.

Hola: Si la muerte siempre será lo mismo, es decir, un cambio (cualquiera el que sea que vosotros considereis o la opinión que tengais de ella), lo que tendríamos que hacer es el tener una actitud suficientemente laxa-flexible (es decir, adaptativa) para enfrentarnos a ella (para enfrentarnos a ese cambio). Os pregunto, ¿no será más bien que “nunca estamos preparados para la vida?” ¿Cómo prepararnos para la vida? Nacimos con ella y nos prepararon para enfrentarnos a problemas y demás, ¿es que la vida es solo esto (problemas y demás)? ¿Qué es la vida? ¿Qué es vivir? ¿Estamos preparados para ello? El problema no es la muerte, es la vida. Matriculémonos en un curso de vida: ¿quién se anima?
montedeoya