Respaldo de material de tanatología

Homenaje a Elizabeth Kubler Ross (RIAD)

  Elisabeth Kubler-Ross ha muerto
El pasado día 24 de agosto en Scottsdale, Arizona, falleció a los 78 años de edad Elisabeth Kubler-Ross, pionera del movimiento de cuidados paliativos en el mundo entero. Autora de más de 20 libros sobre la muerte y el cuidado a los moribundos, traducidos a 26 idiomas, murió placidamente rodeada de sus seres queridos. No hay que temer a la muerte. La muerte no existe es solo una transición solía afirmar esta mujer considerada por el Times como una de los 100 pensadores más importantes de nuestro siglo.

Elisabeth, allá por el año 60, trabajó en varios Hospitales de Chicago, Colorado, y Nueva York y se sintió horrorizada por los tratamientos que se daban a los entonces llamados moribundos: ?Se les aislaba, se abusaba de ellos; nadie era honesto con ellos?. En contra de sus colegas médicos decidió sentarse cerca de sus enfermos, perder tiempo con ellos, y escucharles para conocerles mejor: ?mi objetivo era romper la capa de negación social y profesional que les prohibía expresar sus preocupaciones más íntimas acerca de la propia muerte?. Los médicos y personal del hospital de Chicago negaron las existencia de enfermos terminales, otros la acusaron de explotarlos, pero poco después sus seminarios dónde les entrevistaba frente a una audiencia de personal sanitario, fueron tan populares que tuvieron que pedir el auditorio del hospital. En 1968 estos seminarios se convirtieron en cursos acreditados. Hoy la formación sobre la muerte y el morir forma parte del currículum de medicina en los Estados Unidos. En 1969 publicó un libro dónde explicaba sus experiencias con más de 500 enfermos al final de la vida. ?Sobre la muerte y los moribundos? fue un best seller y una revolución en su momento: una revolución porqué era una llamada a la humanización, al trato con los enfermos en esta última etapa de la vida, una invitación al diálogo honesto y franco acerca de sus preocupaciones, y un signo de esperanza de que esta etapa puede tener un significado de esperanza y plenitud si se afronta sin dolor físico, con conciencia y acompañado de los seres queridos, todo ello con la ayuda de profesionales sensibles, honestos y preparados.

En 1970 Kubler-Ross empezó a explorar la posibilidad de la existencia de vida después de la muerte. La Universidad de Chicago cuestionó su trabajo y la despidió. A partir de entonces decidió dedicarse a la práctica privada dando conferencias, escribiendo y promocionando servicios de atención a personas en duelo y enfermas. Diseñó un curso /taller llamado ?Vida Muerte y Transición? para personas afrontando todo tipo de pérdida. El símbolo que utilizó para estos cursos fue una mariposa ahora popularizada como icono de la muerte y la transición. Estos talleres llevan ofreciéndose desde hace más de 30 años en todo el mundo. En 1975 Elizabeth publicó entrevistas y testimonios de personas que habían vivido experiencias en el límite y habían regresado. En estas experiencias, hoy muy conocidas y estudiadas, la gente habla de la muerte como una experiencia maravillosa y del reencuentro con personas amadas que han muerto antes. ?No sólo creo que hay una vida después de la muerte, sino que lo sé, tenemos datos suficientes verificables y es importante compartir este conocimiento con la gente?. Su trabajo sobre el más allá supuso un alejamiento de muchos estamentos médicos que habían valorado su trabajo como pionera del movimiento de paliativos.

En España su mensaje ha calado e inspirado varios centros de atención a personas en duelo como el centro AVES en Barcelona o nuestro servicio de Apoyo al Duelo de Girona, entre otros. El taller ?Vivir y Dejar Partir?, dirigido por personal entrenado por ella misma se imparte en nuestro país desde hace más de 10 años. Sus libros se venden y son una esperanza para todos aquellos que afrontan la muerte de un ser querido. Estas iniciativas son signos de que se ha avanzado algo……. pero queda aún mucho pendiente. Su mensaje sobre la humanización en el trato al enfermo moribundo está aun muy lejos de ser una realidad en nuestros hospitales.

En España se muere muy mal: el personal sanitario no es honesto con los pacientes- no se habla del tema, se engaña a los pacientes y se siguen aplicando tratamientos fútiles sin consultarles, se sigue medicalizando el sufrimiento psicológico. La mayoría de los médicos no saben ayudar a morir, y están más interesados en sus investigaciones sobre fármacos y tratamientos que en aprender a cómo escuchar las necesidades, preocupaciones y miedos de los pacientes y de sus familias. La mayoría del personal sanitario carece de la formación adecuada en paliativos, y desde sus propios miedos y con la excusa de que ? hay que hacer todo lo posible..? el encarnizamiento médico sigue siendo una práctica común en la mayoría de los hospitales de nuestro país dónde??la enfermedad? es mucho más importante que ?la persona. (Después de este tratamiento los análisis hematológicos están mucho mejor… es una lástima que el paciente haya muerto).

A parte de honrosas y meritorias experiencias aisladas de profesionales motivados y sensibles por el tema, el único lugar dónde tratar las necesidades globales de la persona enferma – físicas, emocionales y espirituales- es más importante que la mera lucha contra enfermedad, y dónde se trata con cierto cuidado el tema de la muerte, es en las unidades de cuidados paliativos. Lamentablemente esta atención no alcanza a todo el mundo y además los pacientes son derivados a ella muy tarde cuando a penas hay tiempo para que el equipo pueda facilitar a esa familia una experiencia de buena muerte tal y como Kubler-Ross la describe.

Las gente no tiene miedo a morir, la gente tiene miedo a morir en una unidad de cuidados intensivos, alejados del alimento espiritual que da una mano amorosa , separados de la posibilidad de experimentar las cosas que hacen que la vida valga la pena. En este sentido, el mensaje de Kubler ?Ross sigue siendo hoy en día para todos nosotros un reto pendiente y una revolución.

Falleció – hizo su transición – como a ella le gustaba llamar a su muerte rodeada de sus seres queridos. Su funeral fue emocionante, irreverente y hilarante. Asistieron fundadores de unidades de cuidados paliativos, de centros de duelo, centros para niños, programas para víctimas de abusos — un montón de personas que emprendieron estos proyectos simplemente porque Elisabeth les dijo… ¡hacedlo! . Nos recordaron una vez más su mensaje…No atreverte puede ser mucho más dañino que atreverte y equivocarte… Esto último al menos les da a los demás algo que perdonar, lo primero no les da nada

En el entierro un rabí pronunció el responso, una india americana (hermanada con ella) purificó a Elisabeth con humo para su viaje y un monje tibetano cantó textos del libro tibetano de los muertos… Mientras, se soltaron centenares de mariposas que se posaron sobre las personas presentes, y globos de ET – uno de sus personajes favoritos – con ?Bienvenida EKR? escrito. Finalmente se esparcieron pétalos de rosas sobre su ataúd antes de depositarlo en la tierra.

Gracias Elisabeth por tu valentía, tu sentido del humor, por tu no-miedo a la muerte y tu capacidad de trasmitirlo. Has sido un regalo y una inspiración para muchos de nosotros. Has impactado a muchas vidas …… no sé si el cielo va a seguir siendo el mismo desde que tú has llegado ahí…… seguramente ya has empezado allí algún tipo de revolución…… y aquí en la tierra nos has dejado un buen legado…. esperamos ser capaces de seguir trasmitiéndolo.

Alba Payás
Servicio de Apoyo al Duelo. Girona.

www.externalizationworkshops.com
www.elisabethkublerross.com

Obstaculos para el duelo (escala de recuperacion)

EL TRABAJO DEL DUELO
1. Cargas Propias del Duelo
Son los componentes -síntomas y signos- propios de la aflicción: dolor, angustia, rabia desesperación, sensación de vacío, soledad, ansiedad de separación, etc.
2. Cargas no intrínsecas al proceso
Se trata de los obstáculos que entorpecen y dificultan el desarrollo del proceso del duelo y que están directamente relacionados con la aflicción y la pérdida: falta de información, evitación, represión, aislamiento, rechazo, entorno conflictivo no sano para el desarrollo del duelo, etc.
3. Asuntos Pendientes
Son todas aquellas cosas relacionadas con pérdidas previas de todo tipo (además de los asuntos pendientes por la pérdida actual) y que no fueron adecuadamente resueltas en su momento, generando una impronta en la situación actual y/o alterando la capacidad de la persona para resolver la pérdida actual.
4. Crisis concurrentes
Se trata de los obstáculos que entorpecen, dificultan y retrasan el desarrollo del proceso del duelo y que no están directamente relacionados con la aflicción y la pérdida: problemas económicos, obligaciones múltiples, enfermedad de otro familiar, desplazamientos, violencia, etc.

ESCALA DE EVALUACIÓN DEL TRABAJO DEL DUELO
La Escala de Evaluación del Trabajo del Duelo es un diseño personal del autor y no ha sido validado ni homologado; su única utilidad es obtener una impresión global del trabajo del duelo de la persona en particular.

Al analizar el Trabajo del Duelo ?todo lo que debe hacer y a todo lo que se tiene que enfrentar para recuperarse de la pérdida de su ser querido- encontramos varias cosas que pueden hacerle más pesado o difícil su trabajo de recuperación. En las siguientes preguntas encontrará algunas de ellas. Le rogamos responda lo más sinceramente posible que pueda si considera que ese problema en especial le genera más o menos problemas para su recuperación en base a la escala siguiente:

0: No (no me genera problema)
1: Un poco
2: Bastante
3: Mucho

I. Cargas Propias del Duelo (ponga en la casilla de enfrente el número correspondiente):
1. Incredulidad (   )
2. Negación (   )
3. Aceptación (   )
4. Inquietud (   )
5. Crisis de angustia (   )
6. Pesadillas (   )
7. Miedo (   )
8. Temor al muerto (   )
9. Boca seca (   )
10. Suspiros frecuentes (   )
11. Debilidad muscular (   )
12. Llanto (   )
13. Rabia (   )
14. Temblor incontrolable (   )
15. Perplejidad (   )
16. Trastornos del sueño (   )
17. Cambios del apetito (   )
18. Manos frías y sudorosas (   )
19. Náuseas (   )
20. Orinadera (   )
21. Diarrea (   )
22. Bostezos (   )
23. Palpitaciones (   )
24. Mareos (   )
25. Disminución de la concentración (   )
26. Trastornos de memoria (   )
27. Ansiedad de separación (   )
28. Sensación de vacío (   )
29. Pérdida de control (   )
30. Estrés prolongado (   )
31. Buscar al ser querido en todas partes (   )
32. Culpa (   )
33. Sentir la presencia del muerto (   )
34. Aislamiento (   )
35. Fatiga  (   )
36. Debilidad (   )
37. Repasar lo sucedido una y otra vez (   )
38. Soledad (   )
39. Necesidad de sueño (   )
40. Desesperación (   )
41. Desamparo (   )
42. Impotencia (   )
43. Reasumir el control de la propia vida (   )
44. Abandonar roles anteriores (   )
45. Buscar un significado a lo sucedido (   )
46. Perdonar (   )
47. Aprender a vivir sin esa persona (   )
48. Otro (especifique):

Puntuación: _____  Promedio: ______

II. Cargas no intrínsecas al proceso (ponga en la casilla de enfrente el número correspondiente):
1. Falta de información (   )
2. Evitar sentir (   )
3. No pensar (   )
4. Reprimir los sentimientos (   )
5. Llorar solo (   )
6. Entorno represivo (   )
7. Aislarse de otros (   )
8. Rechazar los sentimientos (   )
9. Ansiedad (   )
10. Depresión (   )
11. Soledad (   )
12. Otros (especifique):

Puntuación: _____  Promedio: ______

III. Asuntos Pendientes (ponga en la casilla de enfrente el número correspondiente):
1. Muerte del papá (   )
2. Muerte de la mamá (   )
3. Divorcio o separación de los padres (   )
4. Encarcelamiento de uno o ambos padres (   )
5. Muerte de un familiar que vivía en la misma casa (   )
6. Enfermedad/incapacidad grave en papá, mamá o hermano (   )
7. Abusos sexuales en la infancia (   )
8. Llegada de un nuevo miembro a la familia (   )
9. Cambios importantes a nivel económico (   )
10. Muerte de un amigo íntimo (   )
11. Discusiones frecuentes de los padres (   )
12. Hermano/a abandona hogar por matrimonio o estudio (   )
13. Cambio de residencia (mudanza) (   )
14. Cambio a una escuela nueva (   )
15. Muerte de una mascota (   )
16. Pérdida de objetos amados por robo (   )
17. Pérdida de objetos amados por incendio (   )
18. Pérdida amorosa (   )
19. Pérdida de año escolar (   )
20. Violencia intrafamiliar (   )
21. Violencia en el barrio, ciudad o pueblo (   )
22. Miseria económica (   )
23. Desplazado de otro pueblo o dentro de la ciudad (   )
24. Haber sufrido amputaciones de alguna extremidad (   )
25. Haber sufrido quemaduras visibles (p.ej., en cara) (   )
26. Haber sufrido cirugías visibles (p.ej., en cara) (   )
27. Muerte sin despedida (   )
28. No haberle dicho que le amaba (   )
29. No haberle dicho ? (   )
30. No haberle pedido perdón (   )
31. No haber hecho ? (   )
32. No haber sido mejor padre, madre, hijo/a, hermano/a, amigo/a, esposo/a, etc. (   )
33. No haber cumplido sus deseos (   )
34. No haber estado allí en ese momento (   )
35. No haber hecho las paces (   )
36. Otras (especifique):

Puntuación: _____  Promedio: ______

IV. Crisis concurrentes (ponga en la casilla de enfrente el número correspondiente):
1. Pobreza (   )
2. Leves dificultades económicas (   )
3. Moderadas dificultades económicas (   )
4. Graves dificultades económicas (   )
5. Obligaciones múltiples (   )
6. Sufre de enfermedad grave (   )
7. Cirugía pendiente (   )
8. Enfermedad de otro familiar (   )
9. Desplazamientos (   )
10. Violencia local (   )
11. Violencia intrafamiliar (   )
12. Abandono (   )
13. Ambiente familiar conflictivo (   )
14. Otro (especifique):

Puntuación: _____   Promedio: ______

PUNTUACION TOTAL: _____  PROMEDIO TOTAL: _____

ESTRÉS DE LOS CUIDADORES

ESTRÉS DE LOS CUIDADORES
El tratamiento de la EA necesariamente incluye el tratamiento de la familia, especialmente del o los cuidadores primarios. El estrés emocional, físico y a menudo financiero asociado con el cuidado de un familiar con EA es enorme; así, no es sorprendente que más del 50% de los cuidadores se quemen; este puede presentarse en forma de depresión, ansiedad, aislamiento, abuso de sustancias o enfermedad física. El consejo individual y familiar, así como el apoyo y/o el ingreso en grupos de apoyo (Asociación de Alzheimer local) puede evitar o retrasar en 1 año el ingreso en instituciones especializadas del familiar paciente de EA. Las estrategias para la intervención con las familias son más efectivas en los estados precoces e intermedios de la enfermedad que en las fases terminales, reforzando de nuevo la necesidad de un reconocimiento precoz de la enfermedad. Los servicios de respiro también pueden ser una fuente de alivio para las familias puesto que les permite estar en sus casas algún tiempo cuidando de ellos mismos y renovando sus relaciones sociales. En este sentido, las Asociaciones de Alzheimer son una excelente fuente de información y apoyo.

LOS CUIDADORES
La mayoría de los pacientes con EA reciben sus cuidados en marcos no-institucionales (es decir, en sus propias casas) por los propios familiares. No obstante, solo hasta hace poco se ha llegado a saber quiénes son los cuidadores, cuánto tiempo gastan en dar los cuidados y cómo estos cuidados les afecta a ellos mismos.

El siguiente es el retrato típico del cuidador y de cómo el cuidado le afecta:

1. Las mujeres son las cuidadoras primarias en el 70-80% de los casos.
2. El rango de edad varía desde adolescentes a mayores de 90 años, pero el cuidador típico tiene entre 50 y 60 años.
3. Una tercera parte de los cuidadores proporciona los cuidados sin ningún tipo de ayuda.
4. Los cuidadores gastan un promedio de 70 horas semanales en los cuidados suministrados a los pacientes. Si el cuidador trabaja, invierte cerca de 40 horas en los cuidados; si no trabaja, 100 horas o más semanales.
5. El 50% de los cuidadores viven con el paciente.
6. Más del 60% de los cuidadores han suministrado los cuidados por más de 2 años consecutivos.
7. Cerca del 60% de los cuidadores refiere que su ser querido no puede bañarse o vestirse solo, e ir al baño sin ayuda; 7 de cada 10 cuidadores rechaza dejar solo a su ser querido aún por poco tiempo.
8 La mayoría de los cuidadores (cerca del 96%) realizan la función de cuidados por amor a su ser querido: el 50% cuidan al padre, el 30% al esposo y el 20% a otros familiares (abuelos, abuelas, tíos, amigos).
9. El 90% de los cuidadores considera los cuidados como frustrantes, desgastadores y dolorosos.
10. El 75% refiere sentimientos depresivos ocasionales; de estos, el 60% presenta síntomas significativos de depresión y un 30% está deprimido frecuentemente o casi todo el tiempo.
11. El 50% refiere que los cuidados causan considerable estrés dentro de sus familias.
12. El 50% se quejan de que no tienen suficiente tiempo para ellos.
13. Casi el 50% no duerme bien.
14. El 50% dice que su salud se ha deteriorado desde que iniciaron los cuidados.
15. Una tercera parte refiere estar casi ?quemado? (burn out).
16. Casi 6 de 10 cuidadores contribuyen financieramente con los cuidados de su ser querido EA.
17. Casi el 50% de los cuidadores refiere que el cuidado de su ser querido con EA les ha obligado ha hacer sacrificios económicos.
18. Cerca del 33% de los cuidadores se ven forzados a reducir sus horas de trabajo, con la consiguiente pérdida de productividad y reducción de sus ingresos.
19. Cerca del 20% tiene que dejar de trabajar por las demandas impuestas por los cuidados.
20. 1 de cada 10 cuidadores se queja de que los cuidados obstaculizan ascensos laborales.
21. Un promedio de 17 días laborales/año son perdidos por los cuidados y las demandas impuestos por estos.
22. La mayor demanda de los cuidadores es la de ayuda, cualquier tipo de ayuda, con la pesada carga de los cuidados del paciente con EA.
23. La gran mayoría de los cuidadores son conscientes de los recursos y ayudas comunitarias para los pacientes y familiares de pacientes con EA (Asociaciones de Alzheimer, Centros de Día, Servicios de Salud, programas de Comida Sobre Ruedas, Servicios de Transporte Para Adultos Mayores, Hogares o Residencias, Servicios Seculares o Religiosos de apoyo), si bien, sólo el 60% de los cuidadores los utilizan.
24. Los aspectos más difíciles del cuidado son, en orden decreciente: encontrar tiempo para uno mismo, para los amigos y otros miembros de la familia; encontrar ayuda disponible; encontrar la energía necesaria para ser cuidador.
25. Los consejos más importantes de los cuidadores experimentados para aquellos que consideran ser cuidadores son: conozca bien en lo que se va a meter; aprenda tanto como sea posible acerca de la EA; consiga ayuda, tanta como pueda alcanzar; busque siempre un cuidado de respiro (atención prestada por otras personas, generalmente centros especializados) al menos una noche a la semana; no esconda a su ser querido con EA de otros familiares o amigos.

Si bien este perfil es de países donde los cuidados organizados a los pacientes con EA están plenamente desarrollados, la situación para países dónde no se contemplan servicios, donde casi nadie sabe nada sobre los cuidados al paciente con EA y a su familia, donde el estado no se preocupa por ello, donde no existen recursos y ayudas comunitarias(Asociaciones de Alzheimer, Centros de Día, Servicios de Salud, programas de Comida Sobre Ruedas, Servicios de Transporte Para Adultos Mayores, Hogares o Residencias, Servicios Seculares o Religiosos de apoyo), la situación de los cuidadores y de los mismos pacientes no puede ser menos que dramática y desastrosa.

El comprender sus propias emociones le ayudará a manejar satisfactoriamente los problemas de su familiar y los suyos; algunas de las emociones que puede experimentar son: pena, culpa, enojo, vergüenza, soledad, deseos de acabar pronto y posiblemente otras y muy variadas.

Pena: Se trata de una respuesta normal y natural para alguien que haya experimentado una pérdida. Por causa de la EA puede sentir que ha perdido un compañero, un amigo o a uno de sus padres y lamentar lo que esa persona fue y lo que ahora es. Justo cuando usted se está adaptando a los cambios, la persona vuelve a cambiar de nuevo, llegando a ser devastador cuando su familiar ya no le reconoce. En esto caso, los grupos de auto-ayuda pueden ser muy útiles para algunos cuidadores.
Culpa: Es frecuente sentirse culpable por tener sentimientos de incomodidad por el comportamiento de la persona, por enojarse y desesperarse por su comportamiento irracional o por sentir que ya no puede continuar más y pensar en su internamiento en una institución. No se culpe ni haga lo mismo con el paciente por los problemas que atraviesa. Recuerde que la causa es la enfermedad. Si su relación con otros familiares o amigos se está deteriorando, no se culpe ni los culpe; trate de buscar las causas de la ruptura y discútalas con ellos. No deje que las cosas se queden como están pues su relación con otros es una fuente importante de apoyo para usted. En estos casos puede serle muy útil hablar con otros cuidadores y amigos sobre estos sentimientos y darse cuenta que lo que usted siente y piensa es una verdad de todos los cuidadores.
Enojo: Se trata de un sentimiento que tiene múltiples direcciones: puede estar dirigido al paciente, a usted, a sus otros familiares por dejarlo solo con la pesada carga, a la vida y a Dios por el trabajo impuesto, al médico o a la situación misma. Siempre será importante que establezca las diferencias entre su enojo por el comportamiento del paciente-producto de la enfermedad y su enojo con el propio paciente. Trate de descargar constructivamente su enojo: haga ejercicio, golpee con fuerza una almohada o saco de boxeador, grite con fuerza en un lugar cerrado que usted previamente rotulará como ?cuarto o habitación de desahogos?, rompa algo que no sea muy costoso. Si aún así persiste su enojo, busque ayuda profesional o de su grupo de auto-ayuda.

Vergüenza: Es normal que usted sienta vergüenza en todos los casos en que su familiar tiene un comportamiento inapropiado en público. Su incomodidad puede desaparecer si comparte sus sentimientos con otros cuidadores y si sus amigos y vecinos conocen la situación.
Soledad: Es tal la absorción que imponen a veces los cuidados en EA que muchos cuidadores se aíslan  y apartan de la sociedad. Esta soledad, por otra parte, dificulta el sobrellevar los problemas. Así, siempre es importante que mantenga sus contactos sociales; los grupos de auto-ayuda son una excelente fuente de apoyo en este sentido.
PREPARÁNDOSE PARA SER CUIDADOR
Nunca será fácil tener a un ser querido con EA en la propia casa; por ello, no sea impulsivo. Aquellos que han alcanzado mejores resultados planean cuidadosamente la transición y se toman un buen tiempo (varios meses) para pensarlo y hacerse a la idea, permitiéndole a cada miembro de la familia hacerse también a la idea.

Para lograr los mejores resultados, todo posible cuidador debe considerar:

1. División de responsabilidades: El saber aceptar ayuda puede resultarle nuevo. A menudo, miembros de su familia, amigos o vecinos quieren hacer algo auténtico por usted y su familiar con EA, pero pueden no saber cómo ayudarle; algunas sugerencias por su parte o cualquier idea les dará una oportunidad para ayudar. Esto puede ayudar a alguien a sentirse útil, ayudar al paciente con EA y proporcionarle a usted algún alivio. Para algunos cuidadores la familia es la mayor fuente de ayuda, para otros es la mayor fuente de angustia. Dentro de lo posible, obtenga el mayor número de ayuda posible de sus familiares, pregúntele a cada miembro si desea colaborar en los cuidados, reparta tareas de forma que cada miembro participe, se sienta cómodo con su función y tenga la opción de rotar por diferentes labores para evitar su agotamiento. Recuerde que usted solo no podrá hacerlo por mucho tiempo. Considere siempre los cuidados de respiro suministrados por los servicios comunitarios, Centros de Día u otras instituciones.
2. Su matrimonio: ¿Qué piensa su cónyuge de tener en casa a un paciente con EA por muy familiar que sea? Aunque su cónyuge sea muy comprensivo, las responsabilidades añadidas por tener que cuidar a un paciente con EA crearán tensiones sobre su relación. ¿Podrá usted manejar esto? Una buena comunicación siempre será útil: hablen acerca de cómo se sienten y permitan que lo implícito se haga explícito. Pregunten a otros cómo el cuidado del paciente con EA afecta la relación de matrimonio y/o que han hecho para afrontar las tensiones.
3. Sus hijos: Mucha de la actividad y conducta diaria de los niños puede ser muy molesta para el paciente con EA; al contrario, poco de lo que el paciente con EA hace suele molestar a los niños. ¿Cómo se sienten los niños al tener que compartir su casa y el cariño de sus padres con una persona con EA? ¿Qué dirán sus amigos? ¿Afectará el cuidado del paciente la relación con sus hijos?
3. Los hermanos y otros familiares: Cuando usted cuida de su ser querido con EA, el resto de la familia, particularmente los hermanos, reaccionarán de forma muy variada: algunos colaborarán y otros no, a veces usted se sorprenderá y otras se decepcionara, pero siempre encontrará que usted será quien lleve el mayor peso y que los demás no piensan o sienten como usted. Habrá enfrentamientos, dudas y cuestionamientos muy molestos sobre su capacidad de dar cuidados. ¿Cómo se sentirá respecto a esto?
4. Su trabajo: ¿Puede usted proporcionar cuidados de calidad y trabajar al mismo tiempo? Aunque usted pueda -y poca gente puede- tener a su familiar en casa mientras usted trabaja puede mantenerle muy distraído y disminuir su rendimiento. ¿Tiene usted una relación con su jefe y compañeros de trabajo lo suficientemente flexible y comprensiva como para que entiendan su distracción? Recuerde que esta situación no es por poco tiempo, sino, quizás, por varios años. ¿Cómo manejará esto? Considere trabajar medio tiempo y tener ayuda en casa medio tiempo. Apóyese en su familia y/o en los servicios sociales comunitarios.
5. Su casa: Al tener en su casa a su familiar con EA, deberá estar dispuesto a hacer adaptaciones y modificaciones que faciliten la vida de su ser querido y que alterarán el funcionamiento normal de la vida diaria . ¿Está dispuesto a ello? ¿Cuenta con habitación individual para el paciente? ¿Tiene el mobiliario adecuado, tanto en el baño como en el resto de la casa? ¿Ha sacrificado un rincón de la casa, una biblioteca, un salón de estudio, una habitación de huéspedes para poder alojar a su ser querido? Si es así, ¿cómo funcionará con menos espacio? Organícese y anticipe dificultades para una mejor y más sana adaptación. Pregunte y aprenda de otros.

6. Su economía: Es muy costoso tener en casa a un paciente con EA y, a medida que la enfermedad progresa, más costoso se hará. ¿Tiene suficientes recursos financieros como para soportar el cuidado? ¿Colaboran económicamente otros familiares? ¿Tiene la persona afectada por la EA recursos financieros que usted pueda utilizar? ¿El resto de la familia conoce esas fuentes y está dispuesta a que usted las utilice sin limitaciones? Si usted tiene que disminuir sus horas de trabajo, o dejar de trabajar, por cuidar a su ser querido, ¿tendrá los recursos suficientes?
7. Su tiempo de ocio: Una de las cargas más duras que conlleva el cuidar a un paciente con EA es que el tiempo libre disponible para las actividades de ocio y recreación se verá profundamente afectado, y a medida que la enfermedad progresa, el efecto será mayor. ¿Cómo podrá luchar con esto? Recuerde la función de otros cuidadores, los centros con servicios de respiro, una ayuda domiciliaria, etc.
8. Su sueño: De igual forma que lo hacían sus hijos cuando eran pequeños, el paciente con EA podrá despertarse con frecuencia en la noche. Esto significa que su sueño se verá afectado; puede que una noche no sea muy importante, pero la alteración continuada del sueño se asocia a irritabilidad, humor depresivo, disminución de energía, falta de concentración, disminución del sentido del humor (tan necesario en esta enfermedad), sensación de incapacidad y muchas otras cosas que disminuirán su capacidad de dar cuidados efectivos. ¿Qué estrategias ha desarrollado para enfrentarse a esto?
9. Sus cosas personales: Tener un familiar con EA en casa no significa que todo se vaya a desordenar; puede que rompa algo y no le moleste, pero ¿que pasaría si encuentra sus joyas esparcidas por el jardín, su porcelana antigua rota, el trabajo de su hijo estudiante de arquitectura desecho, el computador de su marido humedecido completamente con agua o el armario de su hija lleno de hormigas por comida depositada allí por su familiar con EA?
10. Su vida social: El tener a una persona con EA en casa puede alterar notablemente su vida social; sus amistades pueden dejar de visitarle por temor, vergüenza o por simple incomodidad de ver a una persona ?demente? desnuda, deambulando por la casa y defecando en cualquier lugar, aunque este no sea el caso de su ser querido. Hay muchos mitos y un gran desconocimiento respecto a la EA; en cualquier caso, usted tampoco tendrá mucho tiempo para visitarles, ¿cómo se sentirá?
11. Sus vecinos: La presencia de un paciente con EA en casa también puede afectar la vida diaria de los vecinos, tanto en un sentido positivo como negativo. El paciente puede vagabundear dentro de sus casas, pararse enfrente de sus coches y evitar que salgan,  intimidar a sus hijos o pasear desnudo a la vista de ellos; por otra parte, también puede darles la opción de cuidar y ser una ayuda muy útil. No obstante, prepárese para cualquier imprevisto e infórmeles de su situación y lo que puede pasar.
12. Su propia salud física y mental: La responsabilidad de cuidar a un paciente con EA puede ser apabullante y sobrepasar sus estrategias de afrontamiento. Mientras usted organiza todos los cuidados y maneja todos los cambios necesarios en su casa, economía y familia, también deberá cuidar de sí mismo.

SIGNOS DE ESTRÉS EN EL CUIDADOR
Un cierto grado de estrés o excitación es esencial para nuestra salud y rendimiento (“euestrés” o niveles óptimos de estrés que se asocian a una eleva¬ción de la salud y el rendimiento). Es más, el aburrimiento y la falta de estímulo -producto de un grado insufi-ciente de estrés-, pueden perjudi¬car nuestra salud y nuestro rendimiento.

En situaciones de estrés, el deterioro de los proce¬sos automá¬ticos de mantenimiento del organismo es mínimo, pero si el estrés rebasa un punto críti¬co, las conductas de adaptación -estrategias de afrontamien¬to- pueden desor¬ganizar¬se. Así, hablamos de estrés positivo o “activación” cuando nos referimos a la preparación biológica del organismo (activación) para afrontar situa¬ciones a través de conductas adaptativas; se trata pues de una activación saludable. Cuando el estrés sigue aumen¬tando y nuestra salud y rendimiento comienzan a disminuir, hablamos de estrés negativo o “acti¬vación patoló¬gica”.

El funcionamiento en la fase positiva del estrés tiene como resultado vitalidad, entusiasmo, optimismo, perspectivas positivas, resisten¬cia a la enfermedad, vigor físico, lucidez mental, relacio¬nes humanas óptimas, alta productividad y creatividad. Por el contrario, en la fase negativa del estrés estamos propensos a padecer ¬fatiga, irritabilidad, falta de concentración, depresión, pesimis¬mo, enfermedades, accidentes, dificultades de comunicación y baja productividad y creatividad.

Nuestra posición en esta ?curva del estrés? es dinámica y varía en función de numerosos factores, que incluyen la hora del día, la naturaleza de los estresores y la eficacia de nuestras estrategias de afrontamiento. Cada uno de nosotros posee distintos umbrales de euestrés y las características cinéticas de la curva difieren de un individuo a otro. No obstante, todos tenemos un punto traspasado el cual el estrés deja de ser un recurso para convertirse en un inconveniente para la salud y el rendimiento.

Un cúmulo de estresores encontrados a lo largo del día pueden hacer que nuestro ascenso por la curva del estrés se acerque a niveles peligrosos. Si no somos conscientes de ello y no reconoce-mos los signos del aumento del estrés, podemos situarnos gradualmen¬te en la parte negativa de la curva. El objetivo no consiste en eliminar el estrés, lo que además de imposible no sería deseable, sino en permanecer en la fase positiva, determinada por el grado idóneo de estrés.

Todos los cuidadores experimentados coinciden en que cuidar a un paciente con EA es muy estresante y que cada cuidador reaccionará de forma individual. La siguiente es una lista de preguntas con posibles reacciones que usted puede tener; si su respuesta es afirmativa, estará sufriendo del estrés del cuidador. A mayor número de respuestas afirmativas, más cerca estará usted de estar ?quemado? (Burn Out).

1. La responsabilidad de cuidar a un paciente con EA generalmente significa una disminución de sus contactos sociales, pero si se ha aislado de sus amigos más íntimos, está estresado: ¿Se ha aislado de sus amigos más cercanos? ¿Tiene pocas visitas? ¿Sus conversaciones por teléfono son cada vez más cortas? ¿Rechaza invitaciones de forma rutinaria?
2. Como hemos visto, las demandas impuestas por el cuidado siempre significan menor tiempo de ocio, pero si las ha suspendido total o casi totalmente, está estresado: ¿Ha renunciado a sus pasatiempos favoritos?
3.  Cuidar a un paciente con EA, ver como su personalidad se destruye poco a poco y darse cuenta que el ser que usted amaba ha desaparecido es tremendamente doloroso y se asocia a sentimientos depresivos. Si tiene algún síntoma depresivo, aunque sea en menor grado, significa que está estresado.¿Se siente constantemente triste, desvalido o desesperado? Si la respuesta es afirmativa, está deprimido.
4. ¿Pequeñas cosas o problemas le hacen llorar con facilidad? Este es otro síntoma de depresión. Es normal sentirse molesto y hasta llorar cuando su ser querido olvida habilidades muy apreciadas por usted, pero si llora por pequeñas cosas o problemas, lo más probable es que esté estresado.
5.  Cuidar a un paciente con EA puede significar que su temperamento se mantenga en el filo de la navaja y que su nivel de tolerancia caiga por los suelos; no obstante, si se irrita porque un amigo llega 15 minutos tarde a una cita, porque unos de sus hijos deja un plato sin lavar, porque alguien se tarda más de lo habitual en realizar una tarea determinada que para usted no debe de tardar más de 10 minutos, está estresado.¿Se enoja con facilidad por problemas menores? ¿Últimamente le grita con más facilidad a su ser querido? ¿Está más irritable de lo habitual con otras personas?
6. ¿Su peso ha cambiado de forma apreciable por otros en los últimos meses? El cambio apreciable en su peso es un signo de estrés.
7. Cuidar a un paciente con EA se asocia a despertares nocturnos, disminución de la calidad del sueño y pesadillas ocasionales; no obstante, si sus problemas de sueño son permanentes, está estresado.¿Tiene problemas con su sueño?
8. Las demandas del cuidado del paciente con EA son agotadoras, pero si se levanta todos los días (a pesar de haber dormido bien) con la sensación de no poderse levantar y con el deseo de permanecer muchas horas en la cama, está estresado.¿Se siente cansado todo el tiempo?

9. El estrés, la fatiga y la depresión se encuentran entre los factores más importantes que deprimen el sistema inmune, por lo que será frecuente que usted se resfríe con más facilidad. No obstante, si los cuadros infecciosos son muy repetitivos o aparecen otras enfermedad, está estresado. Si el cuidador primario es una persona mayor de 65 años, mayor vigilancia tendrá que tenerse, especialmente por la descompensación de enfermedades previas, ya sea por olvido, descuido o por el mismo estrés. ¿Se está enfermando con más frecuencia de lo habitual?
10.¿Está sufriendo recientemente de dolor de cabeza, pecho o cintura, malestar en el estómago, diarrea, estreñimiento, palpitaciones u otros síntomas similares que persisten casi todos los días hasta hacerse crónicos? Es normal sentir alguna de estas cosas por un corto período de tiempo, pero si son persistentes y rebeldes a las medidas caseras y/o médicas utilizadas para controlarlos, está estresado
11. ¿Últimamente piensa que ya no puede más, que está agotado y apunto de explotar? Es normal pensar esto en algunos momentos, pero si llega a ser persistente no dude que está usted estresado.

Síndrome “Burn Out”: Un enfoque hacia los cuidados en EA
Este síndrome se define como el deterioro o agotamiento produ¬cido por la demanda excesiva de recursos físicos y emocionales que lleva consigo la realización de una determinada actividad (el cuidado del paciente con EA) y que en castellano lleva implícito el significado de “quemarse”. Es un síndrome de agotamiento emocional, de despersonalización y de reducción de la capacidad personal que se presenta en las personas que, por su profesión u oficio, se ocupan de la gente. Por ello, siempre se refiere a los oficios que tienen por misión ayudar a los demás (es “el precio de ayudar a los demás”): médicos, enfermeras, profesores, policías, asistentes sociales, funcionarios de prisiones, cuidadores primarios en EA, etc. Los síntomas de estrés crónico más frecuentes son cefalea tensio¬nal (dolor de cabeza predominantemente en cuello o en forma de banda tipo sobrero), agotamiento, fatigabili¬dad, insomnio y trastornos gas¬troin-testi¬nales, síntomas que habi¬tualmente no tienen una causa orgánica explica¬ble, que frecuente¬mente se asocian a quejas físicas y dolo¬res, y que a menudo son cuestionados como signos de algo malo (cáncer, leucemia o linfoma).

SÍNDROME BURN OUT

NI¬VEL
GRADO DE ESTRÉS
SINTOMATOLOGÍA

1
Leve
Dificultad para le¬vantarse, cansan¬cio, que¬jas di¬ver¬sas, fati¬ga, ago¬ta¬miento

2
Moderado
Actitud negativa, cinismo, suspica¬cia, ali¬ena¬ción

3
Grave
Absentismo, enlente¬cimiento del tra-ba¬jo, aver¬sión, abuso de alcohol o dro¬gas

4
Extremo
Aislamiento, colap¬so, riesgo suici¬da

Dentro del grupo de síntomas psicológicos de estrés que confor¬man este síndrome (absentismo laboral, abuso de drogas, aumento de conducta violenta, comportamientos de alto riesgo, distanciamiento afectivo, irritabilidad, recelos, incapacidad para concentrarse, baja autoestima, deseos de abandonar el trabajo, ideación suicida, negación de las emociones, atención selectiva sobre los clientes, ironía, racionalización, desplazamiento de afectos), y en relación a los cuidados en EA, puede extrapolarse:

a) “Síndrome del odio a los cuidados”, caracterizado por falta de entusiasmo por los cuidados; dificul¬tad para levantarse e iniciar los cuidados; depresión, tensión, irritabili-dad, frustración; cinismo y negativis¬mo asociado a falta de “sinto¬nía” con el medio, reducción de las horas de trabajo efectivo, relajación de las obligacio¬nes y el tópico caracte¬rístico “¿por qué moles¬tarme si esto no tiene cura?”.

b) “Síndrome del debo hacerlo todo”, caracterizado por un excesivo compromiso y dedicación, aumento de las horas diarias de trabajo aunque con menor productividad, disminu¬ción de la sensibilidad a las necesida¬des emocionales del paciente y de otros, adelanto de trabajo que puede ser aplazado para otro momento y tópicos caracterís¬ticos como “sólo yo lo hago bien”, “sólo yo trabajo”.

Sus signos de alarma son:

Cambios de comportamiento no habituales, cambio de actitud hacia los pacientes que pueden ser vistos, por primera vez, como difíciles, pesados, no cooperativos, proble-máticos, etc.; cambio de actitud en relación a otros cuidadores; rechazo a iniciar los cuidados; intensifi¬ca¬ción de los mecanismos de defensa; disminución de la autoestima; rigidez de conducta; cambios físicos (fatiga emocional y física, aumento de la tensión arterial, jaquecas, tensión muscu¬lar, niveles bajos de energía, pérdida de interés); cambios emocio¬nales (depresión, fatiga, tristeza, insatisfacción, sensación de estar emocionalmente “vaciado”, falta de energía para afrontar un nuevo día, sensación de incapacidad o de dar más de sí); tras¬tornos en los hábitos de vida (trastornos del sueño, del apetito y sexuales).

ALGUNOS CONSEJOS GENERALES

1. Vivir con un familiar afectado por EA es una prueba para la que usted no está preparado: conserve la calma y busque información. Recuerde que la persona que usted cuida es todavía un individuo con sentimientos, por ello, evite discutir su condición delante de ella.
2. Frecuentemente usted se sentirá irritado, nervioso, desasosegado y con ganas de que ?todo acabe pronto? por la conducta de su familiar: no se encolerice. Esto no le sirve de nada pues su familiar no se comporta según las reglas habituales de convivencia (familiares y sociales) por que las olvida. Su conducta no responde ya a una lógica reconocida. El paciente no tiene la intención de ponerle en una situación desagradable o disgustarle. Reacciona simplemente en función de un estado mental que no es como el suyo.
3. Si usted adopta una actitud agresiva, corre el riesgo de desencadenar una reacción desmesurada. El paciente reaccionará a su enfado encolerizándose, gritando, agitándose sin proporción a la causa que ha desarrollado esta reacción. Es su manera de reaccionar ante una situación que ya no domina. Estas reacciones desmesuradas (que pueden parecerle a usted incomprensibles o verdaderos despropósitos) incrementarán el estrés y le harán la vida imposible. Trate, al máximo, de no desencadenarlas. En fin, usted necesitará de toda su calma para hacer frente a las situaciones inesperadas que, a veces, pueden poner en peligro la vida de su familiar.
4. No intervenga sistemáticamente en su manera de vivir: dejele realizar actividades caseras aunque las lleva a cabo mal o de una manera que a usted no le gusta. Ya llegará el momento en que no será capaz de hacerlas. Evite llamarle la atención por algún fracaso y mantenga la calma. El enojo empeora la situación. Recuerde que es la enfermedad y no la culpa del enfermo. Muchas veces, por nuestro afán de protegerles, los enfermos permanecen postrados, inactivos y olvidan mucho más rápidamente las costumbres de la vida cotidiana. NO GENERE MÁS INCAPACIDAD. En su lugar, intente mantener su independencia el mayor tiempo posible y estimule la salud física y de los órganos de los sentidos (que oiga y vea bien); esto le ayudará a mantener su auto-estima y disminuye la carga que deberá soportar sobre usted mismo.
5. Mientras la actividad del paciente no sea peligrosa para él o para los demás miembros de la familia, déjele libertad para continuarla, incluso si su actitud es extraña o inhabitual. Si quiere acostarse con su sombrero, déjele. Si ella juega con una muñeca creyendo que se trata de su hija, permítaselo.
6. Manténgase firme impidiéndole actividades que pueden llegar a ser peligrosas.
7. Déjele tiempo para realizar lo que ha pedido hacer. La gente suele creer que la pérdida progresiva de la memoria y de los hábitos se disminuye si se somete al enfermo a estímulos permanentes. Es un error. Si usted le pide a su familiar demasiado (muchas preguntas, actividades muy difíciles o muy continuadas) se encolerizará, gritará y romperá objetos. Esta es la manera de reaccionar ante una situación que no puede, ya, controlar.

8. Déjele respirar: déjele tiempo para colocar sus útiles de aseo aunque tarde más de media hora. No encadene las actividades unas tras otras. Si le pregunta, dele tiempo para comprender la pregunta y para formular la respuesta. Conserve una comunicación adecuada: hable claro, despacio, cara a cara y mirando los ojos; demuestre cariño a través de abrazos si esto le es cómodo a la persona; preste atención al lenguaje corporal del enfermo (las personas que tienen el habla deteriorada se pueden comunicar a través de formas no verbales) y sea consciente de su propio lenguaje corporal; investigue qué combinación de palabras, señales y gestos se necesitan para comunicarse efectivamente con la persona; asegúrese de tener su atención antes de hablarle.
9. Siempre será bueno que se sienta integrado en las actividades de la casa, que tenga la noción de sentirse útil. Si bien, no le sobrecargue.
10. Ingénieselas para encontrarle actividades sustitutorias a comportamientos no efectivos o que pueden crearle complicaciones al paciente, a usted o a los vecinos.
11. Organice su vida de forma rutinaria: debido a que pierde poco a poco la memoria y que progresivamente es menos capaz de aprender nuevos comportamientos, la única solución es echar mano a una rutina precisa para el desarrollo de sus actividades (comer, lavarse, vestirse, etc…). Así, establezca rutinas pero mantenga las cosas normales. Una rutina puede disminuir la toma constante de decisiones y traer orden y estructura a la vida diaria, que de otra forma resultaría un tanto confusa. Una rutina puede, además, representar seguridad para la persona con EA. En la medida en que lo permita la situación cambiante, trate a la persona de la misma manera que lo hacía antes de la enfermedad.
12. Cuando se vista, preséntele la ropa siempre de la misma manera, en el orden en que debe ponérsela.
13. Cuando se le vaya a bañar, hágalo de manera que los acontecimientos se desarrollen siempre a la misma hora, que se desnude siempre siguiendo un orden, que tenga siempre su cepillo de dientes, su jabón y su toalla en el mismo sitio.
14. Evítele el tener que elegir. Trate de simplificar al máximo las cosas presentadas al paciente. ¿Qué chaqueta hay que ponerse con un determinado pantalón?, ¿qué corbata?, etc…No le ofrezca demasiadas posibilidad para elegir o bien elija por él.
15. Evítele que tenga que acordarse de los sitios donde están las cosas: Estas ?ayudas-memoria? pueden serle útil para recordar y ayudarlo a prevenir la confusión (serán menos útiles en las fases avanzadas de la enfermedad). Tendrá que ingénieselas para lograrlo: exhiba fotos grandes, claras y con los nombres de la familia para que la persona los reconozca; ponga etiquetas en las puertas de las habitaciones con palabras y/o dibujos brillantes). De esta forma le será a usted más fácil llevar a cabo las actividades cotidianas con tranquilidad y sin nerviosismo.
16. Las decisiones que tendrá que tomar serán múltiples y diferentes: algunas relacionadas con la economía de la familiar, otras relativas a la vida en común y a los hijos e, incluso, decisiones ?médicas? (p.ej., poner una sonda para alimentar al enfermo). Busque apoyo en otros miembros de la familia, en el equipo asistencial o en la Asociación de Alzheimer local.
17. Ante decisiones graves lo más angustioso es encontrarse solo, no poder intercambiar opiniones o escuchar consejos. Si usted no es el único familiar que tiene el enfermo, prevenga esta eventualidad. Constituya con sus hijos, sus hermanos y hermanas y, eventualmente, con otros familiares y amigos, un grupo que pueda apoyarle a usted en las decisiones. Así, al menos, éstas habrán sido discutidas, sopesadas y, finalmente, compartidas.
18. Simule situaciones (tan angustiosas como usted se pueda imaginar) y desarrolle planes de acción: siempre es difícil reaccionar con eficacia ante una situación imprevista. La improvisación, sobre todo en un contexto angustioso, es mala compañera. La pérdida de coordinación física y de la memoria aumentan las posibilidades de lesionarse; por eso debe mantener su casa lo más segura posible.
19. Cuídese: la persona que cuida a un enfermo de EA trabaja ciento sesenta y ocho horas semanales, ¿cuánto tiempo resistiría usted si no se concediera plazos par a descansar, para dormir o, simplemente para tener un respiro? En este caso, pensar en uno mismo no es egoísmo: los cuidados y la atención que usted presta al enfermo serán de mejor calidad si está en forma para realizarlos. Recuerde que usted es importante para usted mismo y para la vida de su ser querido: sin usted la persona se sentiría perdida; esta es la razón más importante para que usted se cuide. Organícese en función de sus posibilidades y de las que ofrecen las Asociaciones de familiares de Enfermos de Alzheimer y Otras Demencias Relacionadas.
20. Comparta sus problemas: Es necesario que comparta con otros sus sentimientos y experiencias como cuidador. Si se los guarda para sí mismo, puede ser más difícil cuidar a su familiar con EA. Si puede ver que lo que usted está viviendo es una respuesta normal y natural a su situación, le será más fácil el manejo. Trate de aceptar ayuda cuando otros se la ofrezcan, aunque tenga la sensación de que esto lo pueda molestar. Trate de pensar con anticipación y tener a alguien a quien recurrir en caso de urgencia.
21. Doce pasos para los cuidadores primarios (usted):

1.Aunque usted no pueda controlar el proceso de la enfermedad, necesita recordar que sí puede controlar muchos aspectos de cómo le afecta a su familiar. No obstante, necesitará saber hasta dónde llegan sus límites: ¿Cuánto más puede aguantar antes de que sea demasiado? Antes de que suceda una catástrofe, que el cuidado lo derrumbe, se enferme o su vida se vuelva insoportable, pida ayuda para evitar la crisis.
2.Necesita tener tiempo para usted y para atenderse a sí mismo(a), de esta forma podrá seguir haciendo las cosas que son sumamente importantes de hacer, y usted es una de ellas.
3.Necesita simplificar su modo de vida para que su tiempo y energía estén disponibles para las cosas que son realmente importantes en este momento.
4.Necesita cultivar el don de dejar a otros que le ayuden, porque el cuidar a su familiar es un trabajo muy grande para ser hecho por una persona. Además, le ayudará buscar asesoramiento sobre su situación cambiante y los cambios que le ocurren a su ser querido.
5.Necesita tomar un día a la vez en lugar de preocuparse acerca de lo que puede o no suceder en el futuro.
6.Necesita estructurar su día porque un horario regular hace la vida más fácil para usted y su familiar.
7.Necesita tener sentido del humor: la risa ayuda a poner las cosas en una perspectiva más positiva. Ríase con la persona con EA y no de ella. El humor puede aliviar el estrés.
8.Necesita recordar que su familiar no está siendo difícil a propósito: recuerde que su comportamiento y las emociones están distorsionados por la enfermedad.
9.Necesita centrarse en y gozar lo que su familiar todavía puede hacer en lugar de constantemente lamentar sobre lo que está agotado.
10.Necesita cada vez más depender de otras relaciones para el amor y el apoyo.
11.Necesita recordarse con frecuencia que está haciendo lo mejor que puede en este mismo momento.
12.Necesita obtener inspiración de la Potencia Más Alta que crea está a su alcance.

REGLA N°1
Conserve la calma y busque información. No se encolerice
REGLA N°2
Dejele realizar actividades caseras. No genere más incapacidad
REGLA N°3
Manténgase firme impidiéndole actividades que pueden llegar a ser peligrosas
REGLA N°4
No le pida demasiado
REGLA N°5
Intente mantener el mayor tiempo posible aquella función que el paciente todavía es capaz de hacer
REGLA N°6
Busque actividades sustitutorias
REGLA N°7
Organice rutinas
REGLA N°8
No le haga elegir
REGLA N°9
Simule situaciones y desarrolle planes de acción
REGLA N°10
Cuídese usted mismo

SÍNDROME DE BURNOUT EN MÉDICOS

SÍNDROME DE BURNOUT EN MÉDICOS:
El Dr. Ernesto Gil Deza es oncólogo, Director del Dpto. de Docencia e investigación del Instituto Henry Moore, Buenos Aires, Argentina.

Vamos a analizar el problema del burnout y la responsabilidad de que yo esté aquí es exclusivamente de los organizadores y el libro de quejas está a su disposición.

El problema del burnout es un tema en el cual hemos logrado comprender que los médicos somos humanos. Como los médicos somos humanos, tenemos problemas con nuestro conocimiento: nuestro conocimiento es frágil. Antes éramos omniscientes, hoy sabemos que lamentablemente nuestros conocimientos son frágiles, escasos e inciertos.

Tenemos problemas éticos: los conflictos de intereses versus la sacralidad médica.
Aun cuando el juramento hipocrático obligara a que educáramos a los hijos de nuestros maestros y obligara a que respetáramos la sexualidad de aquellas casas de las personas que visitábamos, siempre nos consideramos mucho más cerca de los santos que de los hombres, hoy sabemos que somos hombres. El conocimiento no está desprovisto de intereses espurios.

Un problema práctico: antes éramos omnipotentes, hoy lamentablemente sabemos que tenemos dificultades con nuestra práctica. Esto no sólo nos afecta a nosotros, sino afecta a todo aquel que trabaje en el área de salud, o puede afectarlo.

Claramente el burnout es la etapa final del estrés profesional y se caracteriza por tres cosas: estar emocionalmente exhausto, estar despersonalizado, tener baja estima e insatisfacción, y puede afectar hasta al 66% de los oncólogos clínicos.

¿Cuál es el máximo estrés que vivimos en nuestra práctica profesional?
El máximo estrés que vivimos en nuestra práctica profesional se da en dos situaciones diferentes. Aquella situación donde el curso es infausto, es decir, lamentablemente prevemos lo que va a suceder indefectiblemente y además, somos incapaces de actuar. Por eso la mayor presión, el mayor estrés, la vive una enfermera de neonatología: sabe lo que va a suceder y, lamentablemente, no está en condiciones de actuar para modificar ese curso.

El otro problema son las expectativas desmedidas, la insatisfacción: es la relación entre la desmesura de lo que esperamos y la realidad de lo que obtenemos. Aunque eso puede definir desde un matrimonio, hasta casi cualquier otra cosa digamos, lo cierto es que esta frustración entre lo que esperamos y la realidad nos genera una enorme limitación y tensión.

La incidencia de burnout varía en toda la profesión médica, entre el 10% y el 70%, es decir, no hay área médica libre de estrés, no hay área médica libre de burnout, no hay persona que trabaje en salud que no pueda exponerse a ello.

Hace apenas 15 días, The New England Journal of Medicine publica una perspectiva sobre el problema del suicidio médico, tema del que no se habla pero que todos conocemos y del que todos tenemos alguna experiencia próxima. 25 estudios distintos muestran un 40% más de suicidio entre los médicos y un 130% más de suicidio en las médicas con respecto a los profesionales de la misma edad y sexo de la población general. Esta diferencia se debe fundamentalmente a dos cosas: el acoso sexual de las médicas en el trabajo, hay una correlación directa entre acoso sexual e intento de suicidio; la insatisfacción laboral por no poder acceder a puestos de dirección y la eficacia en que los intentos de suicidio se transforman en suicidios reales.

¿Cuál es la causa esencial de esta diferencia que nosotros tenemos en nuestra profesión con respecto a las demás profesiones?  Fíjense, (puede sonar viejo esto), pero la verdad es que nuestra profesión es una verdadera vocación en la cual los miembros no pueden separar su profesión de su vida.  ¿Esta es la primera frase de qué libro?  Esta es la primera frase del primer capítulo del ?Cecil?. Así empieza el Cecil, es decir, lo primero que nos dice el libro más estudiado en medicina clínica es: señores, ustedes acaban de abrazar un estilo de vivir, lo cual implica no sólo una manera de hacer sino una manera de ser.

¿Cuáles son los desafíos en nuestra vida profesional que nos colocan antes estas situaciones de estrés que a veces nos ?queman??
.. El manejo de la verdad
.. El problema de la enfermedad.
.. El cuidado de la familia.
.. El enfrentamiento de la muerte.

? El manejo de la verdad es una arte que lamentablemente aprendemos después de recibirnos, y no antes. El órgano más importante para manejar la verdad no es la lengua, es la ?oreja?. Entrenarse en escuchar, en ser capaz de percibir lo que el otro necesita.

? El problema de la enfermedad es claro: hay enfermedades que son prevenibles, hay enfermedades que son curables, hay enfermedades que son paliables, pero todas son temibles y todas son mortales, sino no son enfermedades.  La enfermedad nos enfrenta a nuestra debilidad radical: a la muerte. Sino, no la consideramos enfermedad. Y esa fragilidad está presente desde nuestros tiempos de estudiantes (yo creo que fuera de embarazarme padecí todo lo que estudiaba).

? El cuidado de la familia es un desafío muy claro. Cuando ingresa alguien al consultorio o cuando vemos a alguien en el hospital estamos viendo junto, detrás y siempre, a la familia. Porque cualquier grupo humano que cuida a un paciente mugiente es familia. No estamos hablando de familias bien constituidas, mal constituidas, relativamente constituidas, desconstituidas, contracturada o lo que fuere. Estamos diciendo, cuando hay un grupo humano que cuida a un paciente, eso es una familia. Y tenemos que saber cuáles son sus enfermedades, cómo fueron sus duelos previos, qué estructura familiar, qué roles se han roto y, en el caso particular de la atención de pacientes murientes, tenemos que ver a los chicos, porque la mayoría de las veces, los niños, en esas condiciones, son alejados y no son vistos y sufren enormemente.

? El dilema de la muerte, al cual la mayoría de la población tiende a no mirar, es existencial, es instantáneo, es irreversible, es indefectible, es incierto, es insoluble, es impactante y es inexplicable y si alguien quiere agregarle algo más puede. Lo cierto es que decía Marañón: ?nadie que se enfrenta a un ser que acaba de morir y tiene corazón pude dejar de sentir?. Y nadie que tiene cerebro puede dejar de pensar.

Entonces, esta realidad que nosotros vivimos, del manejo de la verdad, del control de la enfermedad, del cuidado de la familia y del enfrentamiento de la muerte está en cada uno de los pacientes que vemos todos los días de nuestra vida, todas las horas de nuestro día.

Observen ustedes que, teóricamente, de esto no se habla y entonces la mayoría de los conflictos que surgen en los matrimonios médicos son muy claros: ?estoy casada/o con un mudo?.

Hay desafíos que son clásicos en la Medicina: ¿Qué es una buena medicina? o ¿Qué es un buen médico? o ¿Qué es buena calidad médica? Aquél que tiene buena comunicación, disponibilidad, calidad y experiencia: junte Ud. estas cuatro cosas y tiene un buen médico.

La esencia de una buena comunicación es entender que el paciente es una persona y no un problema médico a resolver. Claro que la primera vez que lo sabemos es después que nos recibimos, porque hasta ahí lo que hemos estudiado son sólo enfermedades. De hecho, aún hoy, la bioética nos enseña mucho más a cómo analizar, resolver y poder lidiar con problemas que probablemente nunca vamos a ver, como la terapia génica, y nos somos capaces de resolver el problema de cómo tratar mejor a nuestros pacientes cotidianamente, que también es un problema ético.

De hecho, en una medicina moderna nanotecnológica, una corte suprema autoriza un aborto porque no podemos cuidar un embarazo.

El paradigma actual es gravísimo porque no tenemos tiempo, no sabemos para qué, pero no tenemos tiempo. Eso es seguro. Y si no tenemos tiempo, yo te puedo decir con qué te puedo dar tiempo. Entonces hay una enorme medicalización de la cultura. Todo el mundo cree que nosotros tenemos que tener una solución, solución que tiene que ser un medicamento. Y una enorme cantidad de medicamentos se consumen fundamentalmente para poder resolver problemas existenciales que no solucionan los medicamentos.

¿Quiénes son los más importantes consumidores de medicamentos?: Los médicos. Los más importantes consumidores de medicamentos son los médicos. Solamente somos superados en la ingesta alcohólica por los escritores.

Pero hay desafíos de la modernidad además de los desafíos clásicos. Para todos o para algunos ¿ahí hay personas?, y tenemos que tomar decisiones nosotros y muchas veces, apenas sabemos quienes somos, mucho menos podremos saber quiénes son.

Diagnóstico del Síndrome de Burnout:

El diagnóstico del síndrome de burnout es relativamente fácil y nos vamos a basar en una de las pocas normas que hay para su diagnóstico, prevención y tratamiento que hizo la Sociedad Internacional de Oncopediatría.

1. La primera evidencia de burnout es el cansancio. Cansancio, depresión, trastornos del sueño y cambios del apetito. Esta es la primera etapa.

Cuando uno tiene evidencias de que eso está sucediendo debe empezar a prender las alarmas, ¿por qué? Por que eso significa que nosotros como instrumento empezamos a tener dificultades y nuestros pacientes pueden sufrir las consecuencias.

Empezamos con cosas que parecen banales pero no lo son. Ahí es donde tenemos que empezar a prestar atención.

2. La segunda es insatisfacción: perdemos felicidad y perdemos grado de placer en lo que estamos haciendo. Aparece entonces la indiferencia, el resultado no me importa, el cinismo que una enorme cantidad de veces lo empleamos en el entrenamiento de los residentes cuando jugamos al célebre “no, usted no tiene razón”. Si la tiene: su conocimiento es absolutamente azaroso no fruto del razonamiento. Acertó. Si acertó y es viejo es tan clásico que es obvio. Si es nuevo: no está probado. Si está probado: no está en un estudio randomizado. Si es randomizado: no se publicó en el New England, olvídese…

Pero muchas veces lo empleamos en nuestra relación con todo el grupo que está trabajando en nuestro entorno. Eso genera irritabilidad y falta de participación. La persona deja de estar presente en las actividades grupales. Esto lleva a la sensación de fracaso profesional, y a la sensación de fracaso personal por esa condición que decíamos al principio: se ha abrazado una manera de vivir, una manera de ser.

3. Por lo tanto se incorporan los hábitos tóxicos y el abandono laboral. Esto es la tercera etapa de algo que empezó con el cansancio, siguió con la insatisfacción y llegó a este nivel. Por supuesto, esto se traduce rápidamente en el trastorno de relación social más próxima que es el marital y el familiar, la tasa de divorcios médicos es notablemente más alta que la de la población general y en la muerte permanente ya sea por el abandono profesional donde dejamos una manera de ser o directamente por quitarnos la vida.

Todo esto, como ustedes ven, no se produce de un día para otro. No se produce sin señales de alarma, no se produce sin tener evidencias de que algo está ocurriendo. Este evento final es algo que no se quiso ver. Es una negación activa a entender lo que nos está pasando. Hay instrumentos, muchos, que uno puede intentar poner en evidencia. Algunos muy complejos y otros muy simples. Pero lo cierto es que, independientemente del instrumento que ustedes elijan, lo más importante es tomar conciencia de lo que a uno le está pasando.

La prevención y el tratamiento del síndrome de burnout se basan en comprender que el cuidado de uno mismo debería ser parte esencial de nuestra actividad profesional.  En tomar conciencia que el cuidado que uno debe hacer con uno mismo no es solamente para que uno esté mejor, sino para que todos estemos mejor, incluyendo la salud de nuestros enfermos. Porque en la medida de que nosotros estamos mejor, nuestros diagnósticos son más certeros, nuestros tratamientos son mejores y nuestros enfermos están mejor. Es decir, debería formar parte de la obligación del médico cuidarse a sí mismo porque él es el factor pronóstico más adverso para una enfermedad. No se olviden ustedes, que la única oportunidad que tiene un paciente de salvarse si un médico equivoca el diagnóstico es que también equivoque la terapéutica. Si un médico equivoca el diagnóstico, la única oportunidad que le queda al paciente de zafar es que se equivoque en la terapéutica también. Sino, lamentablemente el enfermo padecerá las consecuencias.

También es claro que el burnout resulta de un desequilibrio entre las demandas del trabajo y las características individuales. Y esto pone una enorme responsabilidad en los encargados de seleccionar a las personas para los trabajos. ¿Por qué? Por que es posible que la demanda no pueda ser satisfecha por todos de la misma manera. Y es totalmente lícito decirle a alguien: “me parece que usted no es el capacitado para llevar a cabo esta tarea”.  Pero es una responsabilidad de los jefes, que tienen que prevenir la destrucción de una persona evitando que inicie un camino que lo llevará al fracaso.

El primer paso para poder resolver el problema del burnout es entender nuestras limitaciones. Y eso supone descubrir nuestros límites y respetarlos. Y esto exige una cosa que no nos damos: tiempo y autoconocimiento.

¿Para qué sirvo y hasta dónde puedo? Y uno tiende a creer que sirve para todo y que lo puede todo. Ahí se destruye.

El segundo paso es entender los conflictos. Y esto significa descubrir las barreras y tratar de sortearlas. Y esto también exige tiempo y reflexión.

Solamente para ver los problemas de las Medicinas. Nosotros vivimos en un mundo en el que se ejerce la medicina. Si ustedes se disiparan un segundito de lo que ustedes hacen y miran alrededor van a ver que la Medicina tiene conocimientos mágicos, históricos. Si, si, del conocimiento mágico ya hay evidencias en la prehistoria. Pero también hay tribus salvajes y urbanas actuales donde claramente el conocimiento no tiene absolutamente nada de científico: el diagnóstico es impuesto, la terapia es conjurada, el conocimiento es esotérico y la transmisión es clonada. Pero está en la televisión y en Internet. Si, si, y los pacientes lo leen, sí, claro, y lo creen, por supuesto.

Está el conocimiento clínico, que en principio es empírico, racional, experimental, el diagnóstico es expuesto, el conocimiento es universal y la transmisión es escolar y teóricamente se da en una relación diádica, íntima, secreta, plena: la relación médico-paciente. Pero pocas veces podemos ejercitarlo con precisión.  Cuando eso se hace, raramente es adecuadamente remunerado.

A fines del siglo XIX se incorpora otro conocimiento que es patológico, donde además del conocimiento clínico viene la certificación del conocimiento de alguien que habitualmente no ve al enfermo pero sí tiene razón. Es un conocimiento que funda una dicotomía muy importante y falsa que es la que hay un cuerpo y un alma. Pero básicamente es un conocimiento certificado, por lo tanto, lo que el médico piensa será certificado o no por lo que el patólogo muestre.

A mediados de la década del 50 nace el conocimiento asistido, donde ya participa otro más que tampoco ve el enfermo. Hay un conocimiento clínico, hay una certificación y hay un estudio complementario donde el laboratorio e imágenes dicen cosas del enfermo. Al enfermo no lo ven, pero la imagen está.

Desde 1953, pero sobre todo desde el 2000, nace un conocimiento predictivo esto significa: con la genómica la transgenómica o la proteomica: ?yo te voy a decir lo que te va a pasar?. Es decir hay un nuevo oráculo que escribe con 4 letras “ACTG”, si, y que además en capas a descifrar nuestro código: 6000.000.000 de letras.

A ver si esta claro, ¿alguien sabe lo que son 6000.000.000 de letras?  No es tan habitual, dado que estamos en la informática es muy fácil: abran el Word tomen por default Times New Roman 12, una hoja A4 escriban dejando 2 cm. de margen a la derecha y a la izquierda, 2cm abajo y 3 cm. arriba y escriban 6.000.000.000 de letras, serán 60 metros de altura de hojas. Si cuando ustedes van por la calle ven un edificio de 23 pisos piensen que de la vereda hasta el techo esta escrito el ADN y así se escribe ?hombre?.

Te falta una letra: la anemia falciforme, 2 letras: deficiencia mental severa, te faltan 3 letras: sos mono, es así de fácil.  Ahora a pesar de eso yo te voy a decir como vas a envejecer, desde cuando te vas a olvidar como se llamaba tu primera novia, en que momento vas a tener un cáncer, el infarto, o la insuficiencia tiroidea, si antes no te atropella el 60 o no te agarran los piquetes. Hay detalles contextuales que pueden relativizar esto, pero el conocimiento está.  Hay conocimientos desiderativos, si yo quisiera ser Nikole Kidman seria difícil, pero alguien podría decir bueno, con táctica paciencia y mucha ?guita? podemos lograrlo.

Y hay un conocimiento coactivo, descubre un remedio y te diré que enfermedad tienes. British Medical Journal, 2 artículos brillantes. Una serie de enfermedades que eventualmente son trastornos funcionales o banalidades se pueden transformar en trastornos gravísimos si yo tengo el medicamento adecuado.

La mentalidad mágica persiste en el menor de nuestros gestos, no se olviden que cada vez que yo escribo r/p, “recipe”, todo lo que estoy haciendo es trasladar al latín el signo de Orus con el que se iniciaban los papiros de aquellas prescripciones médicas. Es decir cada vez que yo pongo “recipe” lo que estoy pidiéndole a Orus es que ilumine y logre que esa receta sea eficaz aunque no lo sepa.

La relación medico/médico, es decir la relación entre colegas, es la más difícil de todas, ¿porque es la más difícil de todas? Porque no hay nada peor que un colega, así de fácil tanto es así que hay dos relatos de la creación: el primer relato es aquel en el cual se dice: Dios tomó tierra y agua e hizo muñecos de barro y así creo el hombre, pero en las cuevas de Cunram hace poquito se encontró otro parrafito que dice: y después tuvo un cólico y creo un colega, entonces digamos este es un problema grave porque habitualmente el colega no tiene razón. Entonces tenemos que tener mucho cuidado en las segundas opiniones porque generalmente los oncólogos opinamos de cardiología, los endocrinólogos de psiquiatría, todos opinamos fundamentalmente de lo que no sabemos y le decimos con la autoridad que nos da el ser médico y que nos crean, mucho peor si son colegas de la misma especialidad. Es importante entender que esto genera aun más ansiedad.

El tercer paso para combatir el burnout es construir equipos de trabajo.

Pero los equipos de trabajo no se declaman, los equipos de trabajos se construyen. Como dice Vincent; cuando viene alguien y me dice yo trabajo en equipo yo le digo, mostradme la cicatriz.  Fíjense ustedes no hay nada mas claro para conformar equipos que un equipo de fútbol o una orquesta, ellos entrenan 40 horas por semana para trabajar a lo sumo 2, y nosotros con suerte entrenamos 2 horas para trabajar 40 horas.

Los equipos se construyen con roces con fricciones con dificultades con fracasos con éxitos con historia y no crean ustedes que sólo los malos médicos pueden tener burnout.  Sir. William Osler uno de los mas grandes médicos del siglo XIX y principios del siglo XX dejó la John Hopkins y se fue a Oxford porque sufría lo que en esos momentos se llamaba surmenage, que no es mas que burnout.

El trabajo en equipo exige normas y entrenamiento diario porque las normas facilitan la tarea, ayudan a que la toma de decisiones. Pero es cierto que uno tiene que tener un número limitado de normas eficaces, porque cuantas menos sean mejor se cumplen.

Las vocaciones personales, no todos estamos llamados a lo mismo, yo he asistido mas de 1000 enfermos hasta su muerte. Entre otras muchas cosas porque vocacionalmente no me generan conflicto, bueno, no todos queríamos ser cura cuando éramos chicos y decidimos casarnos después, entonces es comprensible que alguien diga, que a mi vocacionalmente no me interesa eso.

Las vacaciones periódicas, la vacación no es solamente un momento de distensión, es también un tiempo de reconstrucción.

Las postas críticas, cuando alguien ha perdido a un familiar recientemente es importante que no se enfrente a enfermos que tienen la misma patología o la misma edad del familiar que murió.

Nietszche decía: ?Todo aquel que tiene un porque vivir, siempre encuentra un como?.  Empezamos a estudiar Medicina porque queríamos aliviar y ayudar a la gente, no debemos olvidar eso porque el médico es siempre aquel que busca ayudar al sujeto.

La contención del paciente, los cuidados paliativos, la investigación clínica, la docencia institucional, la educación junto con los talleres recreativos, todo puede incorporarse a la tarea de un médico y darle un mejor significado a su acción y generar una Medicina integrativa y participativa.

Esto supone incorporar al paciente, a la familia y a la sociedad en la Medicina, y es nuestra función hacerlo, porque ellos son, o por lo menos deben ser parte del equipo y claramente hay una utilidad grande en hacer participar a los pacientes en la toma de decisiones, se alivia enormemente la tarea.

Si este es nuestro núcleo causante del problema: el manejo de la verdad, el alivio de la enfermedad, el cuidado de la familia y el problema de la muerte.

Si estos son los desafíos: el tiempo y los dilemas éticos y prácticos cotidianos.

Si esta es la solución: entender que somos limitados, descubrir cuales son las barreras y formar equipos, la decisión de hacerlo o no hacerlo, descubrir cuales son las barreras y formar equipos, la decisión de hacerlo o no es absolutamente individual.

Recuerden ustedes que la mas vieja, la mas clara la mas útil definición de médico la dio un filósofo romano en el siglo IV y definió al médico con cuatro palabras: ?hombre bueno experto en el arte de curar?.

No se puede lograr un médico sólo con expertitud, no se puede lograr un médico sólo con humanidad; humanidad y expertitud es lo que logran un médico y nosotros debemos cuidarlo.

Muchas gracias.  ? La conferencia del Dr. Ernesto Gil Deza tuvo lugar el día 1º de Julio de 2005 en la sede de la AMA como parte del programa de las Jornadas IntraMed 2005

DUELO INFANTIL

DUELO INFANTIL

INTRODUCCIÓN:

El anhelo del hijo por el padre muerto es especialmente intenso y penoso, sobre todo cuando las cosas se vuelven más difíciles de lo que eran antes. Ante la noticia de pérdida de un padre algunos niños lloran otros, en cambio, no. La tendencia a llorar se manifiesta poco en niños menores de 5 años y en los mayores de 10 es prolongada.
Al igual que los adultos, algunos niño tienen en ocasiones imágenes vívidas del padre muerto, las que están vinculadas con la esperanza de su regreso.
Cuando las condiciones son favorables, el duelo se caracteriza por recuerdos e imágenes de la persona muerta, además de tristeza por su muerte.
En el duelo patológico, el niño tiene dificultades para expresar lo que siente, generalmente se debe a que los padres reprimen sus sentimientos, o porqué no saben como ayudar al niño a superar esto.
Luego de la pérdida de un padre se debe estar atento al comportamiento o reacción de un niño para poder ayudarlo a tiempo y evitar que algún tipo de conducta desadaptativa se fije en él.
Finalmente, creemos que sería importante el pronto inicio de una investigación seria en este campo ya que la bibliografía e información son escasos, lo que puede presentar problemas al clínico en un caso de éstos, ya que tendría que actuar en forma experiencial lo que implica un gran gasto de energía tanto para él como para el paciente.

ASPECTOS QUE INFLUYEN EN LA SITUACIÓN DE DUELO.

El camino que tome el duelo, esta profundamente influido por la manera en que sea tratado, el padre sobreviviente, por sus parientes y amigos durante las semanas y meses que sigan a la pérdida.

1.- Lo que se le dice al niño y cuando se le dice:

Los adultos suelen estar presentes cuando muere un deudo o pariente, si no lo están, la información le llega de todas maneras en forma pronta. En cambio, en nuestra sociedad, esto no ocurre con los niños, y la información suele llegárles en forma tardía y equívoca. Debido a esto muchas veces la respuesta del niño no está en consonancia con lo ocurrido.
Cuando muere uno de los padres, casi siempre es el progenitor sobreviviente el que informa a los hijos de éste hecho, lo que obviamente es un paso penoso y difícil.
En la mayor parte de los casos, esta información se entrega en forma inmediata, pero en algunos llega a postergarse por semanas e incluso meses.
Generalmente, se le informa al niño que el padre muerto se ha ido de viaje o que está en el hospital. El padre sobreviviente es muy llevado a decir, también al niño, que el otro se fue al cielo, esto en una familia devota no presenta mayores dificultades, pero cuando la familia no lo es se crean dificultades pues hay una discrepancia entre lo que el padre cree y lo que se le dice al niño. En este caso, el cielo, para el niño, no pasa a ser diferente de otros lugares físicos como Rancagua, Arica, etc, y el niño comienza a preguntar donde queda este lugar, quienes viven ahí, etc. El niño, suele creer entonces que el padre muerto regresará pronto; Ej: a un niño de 4 años le dijeron que su padre muerto se había ido al cielo, el día de su cumpleaños lloró porque éste no llegó a verlo.
Otra explicación que se les da a los niños cuando muere alguien es que esta persona se ha ido a dormir, el niño no entiende que se trata sólo de una metáfora y para él, el irse a dormir, pasa a convertirse en un hecho peligroso.

Ahora bien, los dos tipos de informaciones decisivas que se le deben entregar al niño son:

– El padre muerto no regresará.
– El cuerpo se encuentra sepultado bajo tierra.

Esta información es difícil de entregar porqué el padre sobreviviente busca proteger al hijo de la impresión de muerte y de la situación de duelo.
Por lo común no se lleva al niño al entierro, y si se lo lleva, no se le explica la razón de estar ahí; Ej: dos hijos son llevados al entierro de uno de sus padres, pero ellos no sabían que es lo que estaba sucediendo allí, ni tampoco se atrevían a preguntar.
Se debe tener en cuenta que los niños interpretan rápidamente los signos, y cuando un padre teme expresar sus sentimientos, los hijos también reprimen los suyos y dejan de hacer preguntas al respecto, por este motivo algunos niños suelen negar la muerte de un padre.
– Lo que se debe hacer:

-El 1º paso consiste en brindar apoyo al padre sobreviviente de manera tal que pueda reflexionar sobre lo ocurrido. Se le debe ayudar a expresar sus sentimientos e impulsos, de esta manera el duelo toma un camino sano. Una vez producido esto, se hace menos dura la tarea de incluir a los hijos en el proceso de duelo.

-El padre y los hijos pueden expresar en común sus sentimientos.

-Finalmente debe considerarse que sólo patologías y confusión nacen al ocultar la información de muerte a un niño, o cuando se reprimen sus sentimientos. Sólo cuando se les da información verdadera y el apoyo necesario, los niños son capaces de asumir y responder al duelo en forma realista y sana.

2.- Ideas del Niño sobre la muerte:

Las ideas de muerte de un niño derivan de sus tradiciones familiares y de la relación con su grupo de pares.
Los niños comienzan a preguntar sobre la muerte cuando ven a un insecto o a un ratón muerto; es importante, en este momento, responder todas sus dudas para que se forme en él una adecuada idea de muerte. Lo más importante es decir al niño desde pequeño que todos vamos a morir algún día, que esta es una ley de la naturaleza y que en ese momento es natural sentir pena y deseos de que esa persona regrese con nosotros.

3.- Consideraciones Favorables al Duelo

Siempre que las condiciones sean favorables, todo niño va a llorar a un padre desaparecido, igual que en el duelo sano del adulto.
Las condiciones para el duelo infantil no son tan diferentes a las del duelo del adulto. Las más significativas son:

– Que haya mantenido una relación razonablemente segura y afectuosa con sus padres antes de sufrir la pérdida.

– Que se le dé información precisa sobre lo ocurrido, que se le permita hacer toda clase de preguntas y se le conteste del modo más honesto posible, que participe en la aflicción de la familia e incluso en las ceremonias fúnebres.

– Que cuente con la consoladora presencia del padre sobreviviente, sino es posible, de un sustituto de confianza y que tenga la seguridad de que esa relación habrá de continuar.

Reconocemos que en la realidad estas condiciones son difíciles de reunir. Después de la muerte de un padre, el niño o el adolescente generalmente anhela su presencia con tanta persistencia como un adulto, a veces abriga la esperanza de que el padre desaparecido pueda volver, otras veces reconoce de mala gana que eso no puede ser y se pone triste. A veces se puede comprobar que experimenta una viva sensación de la presencia de la persona muerta. Puede tener estallidos de cólera por la pérdida sufrida y en otras sentimientos de culpabilidad, también teme que el padre sobreviviente muera, es decir el resultado de una pérdida es temer sufrir otra pérdida. A menudo se encontrará ansioso y tendrá conductas difíciles de comprender.
Cuanto menor es el niño menos posibilidades hay de que el duelo se parezca al de un adulto. Cuando las condiciones son favorables, el duelo de los niños se caracteriza por recuerdos e imágenes persistentes de la persona y por repetidos accesos de anhelo y tristeza, especialmente en reuniones de familia y aniversarios o cuando una nueva relación empieza a marchar mal, esto es importante cuando se espera que un niño con duelo establezca una nueva relación. El niño debe aprender a diferenciar la relación anterior de la nueva para que ésta prospere, esto es más decisivo aún cuando se trata de una nueva figura parental, pues surgen las comparaciones que son inevitables y penosas.
El niño responderá mejor a los nuevos rostros si el padre sobreviviente y/o la nueva figura parental son sensibles al recuerdo del niño por la relación anterior.

4.- Respuesta a la Partida

El niño frente a la pérdida reacciona de diferentes maneras, algunas de las respuestas a la pérdida que tienen implicaciones prácticas son la ansiedad, cólera y culpa:

La ansiedad: un niño que sufrió una pérdida teme sufrir otra. Esta actitud lo hará especialmente sensible a toda separación de la figura que cumple con las funciones de maternidad y también a cualquier hecho que le parezca indicar otra pérdida, es propenso a buscar consuelo en algún juguete viejo o manta, algo esperable a su edad.

Cólera o ira: algunos niños pequeños que pierden a un padre se ponen extremadamente furiosos por el hecho. Suelen pasa inadvertidos y por lo tanto no se consignan, especialmente cuando la cólera se expresa de manera indirecta.

La culpa será abordada más adelante

PÉRDIDA EN LA NIÑEZ Y TRASTORNO PSIQUIATRICO

Cuando las condiciones de duelo son desfavorables, los niños a los que se les murió un padre suelen convertirse más que otros en pacientes psiquiatricos. La sintomatología dependerá de la forma en que fue elaborado el duelo. Estos niños muestran extremada pesadumbre emocional durante la primera parte de la vida adulta.
Se ha hecho un estudio con la intención de seguir la evolución de niños que sufrieron una perdida hasta sus 30 años y compararlos con la evolución de niños que no sufrieron ninguna pérdida.
Existe una significativa correlación entre el sexo del niño remitido a tratamiento y el sexo del padre muerto. Es más frecuente en niñas que se les murió la madre, y en niños que se les murió el padre. Los síntomas y problemas presentados por los niños suelen, a si mismo, tomar la forma de enfermedades neuróticas o trastornos neuróticos, como conducta antisocial o delincuencia.
Los factores posteriores a la muerte son tan o más importante que la muerte misma en cuanto a la aparición de la misma. La mayoría de los procesos patológicos son el producto de la interacción de condiciones adversas posteriores a la pérdida con los procesos de duelo puestos en marcha por ello.

De todas las atribuidas a la pérdida temprana la conducta suicida es la que más aparece en el testimonio, otras son

– Mostrar alto grado de apego ansioso (sobre dependencia).

– Desarrollar afecciones depresivas de gravedad que llegan incluso a calificarse como psicóticas.

Con respecto a las depresiones, las ideas suicidas son más elaboradas y persistentes que en los otros grupos (separación y divorcio), muchas veces les resultaban difíciles de controlar por lo que buscan ayuda para protegerse. Muchos de los intentos suicidas estaban precedidos por la pérdida o por la amenaza de una pérdida de una persona importante para ellos.

1.- Motivos que conducen al suicidio:

    * 1. El deseo de reunirse con una persona muerta.
    * 2. El deseo de vengarse de una persona muerta por haberse ido, deseo que puede tomar la forma de deseos asesinos contra uno mismo suscitados por una persona que se ha ido o bien deseos de abandonar a otra persona en represalia.
    * 3. El deseo de destruir el sí-mismo a fin de acallar un abrumador sentimiento de culpa por haber contribuido a una muerte.
    * 4. La sensación de que la vida no vale la pena de ser vivida sin ninguna futura perspectiva de una relación amorosa con otra persona.

2.- Motivos para hacer una amenaza de suicidio:

    * 1. El deseo de obtener una respuesta solícita de una figura de apego a la que se siente negligente; éste es el bien conocido grito de ayuda.
    * 2. El deseo de castigar a una figura de apego para obligarla así a ser más atenta.

VARIEDADES PATOLÓGICAS

1.- Ansiedad Persistente.

A) Temor a sufrir otra pérdida:
Quienes pierden a un padre temen perder también al otro, ya sea por abandono o por muerte. Esto puede evitarse si es que se le explica en forma clara al niño la causa de muerte del otro padre, respondiendo, además todas sus preguntas al respecto. También deben evitarse observaciones que directa o indirectamente hagan al niño sentirse responsable de la muerte del padre o del estado de salud del sobreviviente.
Otra cosa que generalmente no se considera, es el efecto que tienen en un niño las palabras del padre sobreviviente cuando dice que la vida ya no vale la pena vivirse, o cuando expresa ideas suicidas.
En el niño es inevitable el temor de ser abandonado cuando uno de los padres muere, esto se incrementa si se deja al niño con algún deudo o extraño por algún tiempo.
La patología comienza cuando no se reconocen los temores del niño de que pueda suceder tal cosa, y se agrava cuando son rechazados o reprimidos por el padre sobreviviente.

B) Temor de morir también:
Este tipo de razonamiento es bastante natural, aunque sea equivocado. Como los niños se identifican con el padre del mismo sexo, suelen creer que cuando muere el padre del mismo sexo, deben morir ellos también.
Otro problema es que los niños suelen asociar la muerte con algún hecho cercano y tratan de evitarlo, en lo futuro, para no morir; Ej: A una madre embarazada se le detecta un cáncer y, debido a su estado y a que este cáncer se encontraba muy avanzado, la madre muere. Tiempo después la hija manifiesta, en el colegio y en la casa, que no desea tener hijos y que cuando grande va a ser monja. Una vez en terapia la niña manifiesta que este temor se debe a que ha asociado el embarazo con la muerte.

2.- Esperanzas de reunión y Deseos de Morir El También:
Es común que los niños guarden la esperanza de reunirse con el padre muerto. Esto se manifiesta de dos maneras:

– O bien cree que el padre muerto regresará a este mundo
– O bien, el niño desea morir para reunirse con él. Estas se ven fortalecidas por circunstancias como:

– Promesas hechas por el padre muerto y que no alcanzó a cumplir, y
– Tener buenas relaciones con el hijo, y luego de la muerte, el cuidado y afecto se vuelven penosos y desdichados para el niño

3.- Persistencia en Culpar o Culparse.
Es muy fácil que un niño le eche la culpa a algo o alguien (incluso a sí mismo) por la muerte de uno de los padres, ésto se debe a dos razones:

– En general un niño no tiene ideas claras sobre lo que causa la muerte.
– Los niños asignan gran importancia a lo que ven, a lo oyen, o a lo que se les dice.

El 60% de los niños se culpa, o culpa al padre por la muerte del otro. Un niño se echará la culpa si el padre que muere o el padre sobreviviente trataron de controlarlo diciéndole que su conducta estaba enfermándole o que sería la causa de su muerte, así mismo cuando oye que un padre amenaza a otro.

4.- Hiperactividad:
Cuando un niño se muestra excesivamente activo o agresivo, resulta difícil asociar ésto con la pérdida de uno de los padres. Los niños suelen responder de esta manera cuando el padre sobreviviente no demuestra cariño por el niño o cuando ambos se llevan mal.
Esta respuesta se da cuando se es incapaz de una adecuada respuesta de duelo, también se da en los adultos por esta causa.

5.- compulsión a Entregar Cuidados y a Confiar en Sí Mismos:
Se da cuando se hace sentir responsable al niño de los cuidados de un padre. También cuando el niño ha sido cuidado en forma inapropiada; luego de mostrarse triste y de anhelar amor y apoyo, se preocupa intensamente de la tristeza de otros y se siente impulsado a hacer lo posible por ayudarlos y sostenerlos; Ej: Un niño que, luego de la muerte del padre, siente que debe ocupar el vacío dejado por éste.

6.- Euforia y Despersonalización:
Cierto grado de euforia es común en niños que no han pasado por el adecuado proceso de duelo, algunas veces parece probable que se deba a una expresión de alivio por quedar ahora anuladas las molestas restricciones impuestas por el padre muerto. También se da porqué los niños manifiestan que no quieren estar tristes, el razonamiento es que la persona feliz no muere.
Otro motivo para presentar euforia, se debe a lo descrito por Mitchel en 1966: ?La característica más típica de la persona muerta es su inmovilidad, por lo tanto es natural que un niño que tema morir se mantenga en constante movimiento. Incluso la idea de mantener con vida a otras personas contribuye a esta respuesta?.

7.- Síntomas Identificatorios y los Accidentes:
Particularmente notorios son aquellos casos en que la pérdida se manifiesta en síntomas que son la réplica de aquellos que tuvo la persona muerta; Ej. Un niño, que perdió a su madre producto de un ataque al corazón, manifiesta constantemente que le duele el pecho y que necesita de un médico, sin que se le halla detectado nada en los exámenes que se le han practicado.
Muchos clínicos creen que aquellos niños que han sufrido una pérdida son más proclives a sufrir accidentes que otros, muchos antecedentes circunstanciales apoyan esta tesis, aunque no se ha hecho un estudio serio al respecto.

PERDIDA EN LA CONDUCTA DEL PADRE SOBREVIVIENTE CON LOS HIJOS

Viudas: Cuando un padre muere es inevitable que cambie el modo de tratar a los hijos del sobreviviente, pues ahora se encuentra en un estado de aflicción y además es el único responsable de los hijos. La madre sobreviviente debe desempeñar dos roles.
La muerte modifica todos los planes y esperanzas del futuro y precisamente cuando un niño está más necesitado de afecto, paciencia y comprensión de los adultos que están a su lado, éstos no se encuentran en condiciones de brindárselos. Una de las posibilidades que se presentan es la de enviar a los niños a otra parte, otra forma frecuente de reaccionar es la contraria, es decir, que el padre busque consuelo para sí en los hijos, en estos casos los hijos suelen compartir la cama con el padre sobreviviente. También es común que se abrume al niño con responsabilidades o exigencias demasiado elevadas que no le son fáciles de llevar, en otros casos se le exige al niño que sea una replica del padre muerto, asimismo se observa ansiedad y preocupación por la salud del niño y de la propia.
Ansiosa y emocionalmente inestable una viuda suele ser excesivamente laxa en los modos de disciplina con los hijos, pasando frecuentemente de un extremo a otro, o sea puede llegar a ser muy estricta también.

Viudos: Cuando se trata de hijas, los padres viudos suelen exigirle demasiado en cuanto a la compañía y el consuelo. Cuando se trata de hijos pequeños, el padre encarga el cuidado de los hijos a otra persona y los ve menos.
Finalmente, muchas de las dificultades que experimenten los niños luego de la pérdida de uno de los padres dependerá de la conducta del padre sobreviviente con ellos.

INTERVENCIÓN TERAPEUTICA

– Rectificación de las fantasías de muerte.
– Trabajar la idealización del padre muerto.
– Terapia familiar:

a) Trabajar la elaboración de su propio duelo.
b) Aceptar al niño tal cual es, sin asignarle funciones del difunto.
c) Eliminar los beneficios secundarios que obtiene el niño en relación con el manejo de la pérdida.
d) Colaborar en la desidealización del padre muerto.
e) Aceptar las emociones que se vivencian en relación al padre muerto.

CIENCIA MODERNA Y SABIDURÍA TRADICIONAL

TITUS BURCKHARDT

Los cinco ensayos que componen este volumen tienen un solo fin en común: recordar que existe un tipo de conocimiento que trasciende a la razón discursiva.

Al haberse olvidado, en el mundo moderno, lo que es la simbología y al no tener conciencia de las consecuencias del pensar en términos científicos, el autor, Titus Burckhardt, pone en evidencia los límites de la ciencia moderna y sus contradicciones, tomando como base algunos ejemplos típicos: la «física relativista» de Einstein; el «biologismo evolucionista» de Teilhard y la «psicología de las profundidades» de Jung.

INDICE

Introducción

Capítulo I:
Cosmología perennis

Capítulo II:
Ciencia no sabia

Capítulo III:
El origen de las especies

Capítulo IV:
Psicología moderna y sabiduría tradicional

Capítulo V:
Reflexiones sobre la Divina Comedia de Dante, expresión de la sabiduría tradicional

Títulos originales de los ensayos:

1, Cosmologia perennis; 2, Unweise Wissenschaft; 3, Díe Herkunft der Arten; 4, Moderne Psychologie und Ueberlieferte Weisheit; 5, Zu Dantes Divina Commedia.

Versión castellana de Jordi Quingles y Alejandro Corniero.
TAURUS EDICIONES, S. A., Príncipe de Vergara, 81, 1.º, MADRID, 1979.
ISBN: 84-306-5010-5
Depósito legal: M. 8.661-1982                         

Introducción

Los cinco ensayos que componen este volumen, que desde el punto de vista de la temática no parecen estar estrechamente relacionados entre sí, tienen en común un mismo fin: recordar que existe un tipo de conocimiento que trasciende con mucho a la razón discursiva.

Dos son los obstáculos que hoy, aún más que en el pasado, ocultan este conocimiento, y ambos están íntimamente ligados entre sí.  Ante todo, se ha olvidado qué es la simbología, es decir, que existen modos de expresión que aluden más que enunciar expresamente, sin que por ello sean menos verídicos y exactos.  En segundo lugar, el pensar en términos científicos, en su forma más general, ha dado a la capacidad imaginativa de la gran mayoría de los hombres modernos una dirección determinada que a la vez la limita.

Esta es la razón por la que ha sido necesario poner en evidencia los límites de la ciencia moderna y sus contradicciones intrínsecas sobre la base de algunos ejemplos típicos tomados del campo de la física, del de la biología y del de la psicología, que corresponden a su vez al campo de la materia, al de las formas vivas y al del alma.

A la ciencia natural moderna, que a pesar de su agudeza y precisión incurre en gravísimos errores, contraponemos la cosmología clásica y medieval, a menudo «ingenua» en los detalles, pero profundamente verdadera en lo que a las cuestiones esenciales se refiere. Al principio de la obra describimos sus fundamentos más generales. Las conclusiones sobre la Divina Comedia de Dante quieren poner en evidencia cómo cosmología tradicional y contemplación, es decir, estudio del orden cósmico y conocimiento de la Verdad divina, pueden entrelazarse.

Capítulo I: COSMOLOGÍA PERENNIS

En el mundo tal como es realmente, por el hecho de que estamos insertos en él y de él formamos parte, los modos existenciales corpóreos, psíquicos y espirituales se entrelazan en un conjunto que el método puramente analítico de la ciencia moderna no puede captar. La más mínima percepción, el hecho de aprehender con los sentidos un objeto cualquiera, de incorporarlo a la red de imágenes interiores y que el espíritu lo reconozca como verdadero y real, constituye un proceso indivisible que demuestra cómo, en este mundo, condiciones de tipo muy diverso se insertan unas en otras, unas en modo espacio-temporal, otras en modo temporal no espacial y aun otras en modo supraespacial y supratemporal.  De ello resulta que la «realidad» no consiste en meras «cosas», sino que representa un orden de inconcebible sutileza y multiplicidad de niveles.  Todos los pueblos que no están deformados por la modernidad lo saben.  El tener conciencia de la múltiple gradación interna de la existencia forma parte de la experiencia primordial humana.  Sólo en virtud de una evolución muy particular del pensamiento podía ignorarse este complejo de experiencias hasta llegar al punto de aceptar una ciencia basada exclusivamente en datos numéricos como explicación satisfactoria del cosmos.

Por nuestra parte, no ignoramos que existen algunos científicos espiritualmente despiertos que no se hacen la ilusión de poder penetrar, con el método analítico propio de la ciencia moderna, más allá de un campo bastante limitado y superficial de la realidad.  No obstante, hay una especie de concepción moderna de la realidad con pretensiones totalitarias, condicionada como está no tanto por determinados resultados de la investigación actual como por su punto de vista particular y prácticamente exclusivo de la misma: es por el hecho de que la ciencia moderna se limita a los datos que pueden ser contados, medidos, pesados y, en última instancia, registrados estadísticamente sobre la base de repetidas observaciones, por lo que buena parte de la humanidad contemporánea ha llegado hasta el punto de considerar como «reales» sólo estos elementos.
No es por casualidad por lo que el método empírico de la ciencia obtiene el propio «nihil obstat» de la filosofía cartesiana; ésta, en efecto, divide la realidad en dos esferas, la material y la espiritual, separando al hombre, como un caso especial, del resto del cosmos: sólo en él coincidirán materia y espíritu.  Descartes no conoce otra materia que la corpórea, ni otro modo de ser del espíritu que, el conceptual; ello reduce tanto el espíritu como el alma.  Por el contrario, según las doctrinas cosmológicas y metafísicas de los pueblos antiguos, el universo, el cosmos, consta de numerosos niveles existenciales que, de acuerdo con la naturaleza humana, pueden subdividirse en tres esferas, la del cuerpo, la del alma (o psique) y la del espíritu, mas que si se examinan a fondo, constituyen una multiplicidad casi ilimitada.  En la esfera corpórea se incluye todo lo que está sujeto a la materia (en el sentido corriente del término), al número, al espacio y al tiempo; la esfera psíquica se substrae de tales condiciones, sin que por ello se vea libre de otras, también limitativas, pero menos separativas, sólo el espíritu puro, que como tal es incomparablemente superior a la mera razón, se libera por encima de todas estas condiciones existenciales; está, por así decirlo, ?hecho de conocimiento?, y no está sujeto ni a la forma ni al cambio.
La filosofía cartesiana, con su dualismo de la existencia, está, como tal filosofía, casi olvidada, pero aún sobrevive uno de sus aspectos: el de haber limitado el pensamiento científico a lo cuantitativamente verificable.
Ni siquiera los progresos de la psicología moderna han aportado ningún cambio a este hecho.  Aparecen como un mero oscilar entre dos aspectos irreconciliables de la realidad: mientras que para la ciencia «exacta» la verdad coincide con la efectividad de las cosas exteriores, con lo cual lo conocido no presupone un sujeto que conoce, para la psicología más reciente no hay ya ninguna verdad cierta; amenaza con reducirlo todo a lo subjetivo.  Por consiguiente, el hombre moderno se ve privado de un seguro sostén interior y, al mismo tiempo, queda como encerrado en una coraza que lo separa del riquísimo tejido cósmico.  Ésta, de cualquier modo, es la situación de quien no comprende los presupuestos conceptuales y las formas artificiosas del mundo moderno, convirtiéndose en su víctima.  De hecho, la pretensión totalitaria de la ciencia moderna quizá se explique del modo más eficaz a través del escenario técnico que ella misma ha contribuido a montar; en él se representa el repertorio sensorialmente perceptible de las abstractas tesis científicas, por lo que actúa aún más violentamente sobre el alma. Tal visión exterior y cuantitativa ha llegado a ser tan habitual entre la mayoría de los hombres que viven bajo el influjo de la ciencia moderna, que ahora ya son incapaces de sentir la profundidad inconmensurable de todo lo real. Existe una visión materialista del mundo, aun independiente de la filosofía materialista; y que se encuentra incluso artificialmente conectada con la fe en Dios.
Santo Tomás de Aquino escribía: «Es profundamente erróneo suponer que, en lo que a las verdades de fe respecta, sea indiferente lo que se piense sobre la creación con tal de que se tenga una concepción exacta de Dios … ; puesto que un error sobre la naturaleza de la creación siempre se reflejará en una errónea noción de Dios.. Habla de «naturaleza» de la creación, no de tal o cual de sus aspectos, puesto que el conocimiento de las cosas creadas es infinito.  Una visión exacta de lo creado sólo puede referirse a su naturaleza total, y ésta se volverá, a su vez, cognoscible siempre que no se tome en lugar del todo lo que no es sino una parte, un sector definido de condiciones determinadas.  En este sentido será mucho menos erróneo considerar a la Tierra como centro del universo o incluso considerarla plana, que identificar, por ejemplo, la percepción sensorial con un proceso físico, olvidando así incluso lo que «ven» el ojo y la propia vista.  Conocer la naturaleza de lo creado significa percibir íntegramente sus sucesivas gradaciones, que se extienden desde lo corpóreo hasta lo espiritual puro.  Una vez comprendidos los inconmensurables niveles de la existencia, el hombre advertirá igualmente la unidad que queda expresada en la coordinación de esos diversos niveles entre sí: si espíritu, alma y cosas corpóreas no estuvieran coordinadas entre sí, no habría ningún conocimiento; objeto y sujeto se escindirían; la conexión de las cosas corpóreas escaparía a cualquier lógica, el alma quedaría encerrada irremisiblemente en su propio sueño y el mundo corpóreo sería incognoscible no sólo parcialmente, sino también en su propia esencia. ¿Cómo se demostraría la verdad si no hubiese más que empirismo? ¿Quién puede garantizarnos que la actividad de las células cerebrales corresponde de alguna manera a las leyes reales del mundo?

… Las cosas todas
guardan entre sí un orden: forma
que, al universo, a Dios hace semejante .

«Las cosas todas: es decir, no sólo las corpóreas.  Por «forma», Dante no entiende una conformación definitivamente delimitada o claramente espacial, sino, en el sentido peripatético de la palabra, la unidad cualitativa inherente a un ser o cosa creada. «Forma» que es ley interior, y este significado es ya intrínseco al término griego kósmos, que ante todo significa orden.  Una ciencia que se limite al mundo corpóreo-material no puede, en razón de ello, ser designada como cosmología en sentido estricto, aun cuando pudiera incluir en su propia visión la totalidad del espacio astronómico.
Resulta evidente que la ciencia moderna, con los medios de que dispone, no puede llegar a conocer la unidad cualitativa del universo y la íntima ley de su estructura de múltiples niveles; mas esto no significa finalmente que la capacidad cognoscitiva humana no pueda tener acceso a esa ley.  No existe únicamente una razón calculadora; existe, además, una intuición espiritual, que René Guénon define adecuadamente como «intuición intelectual» , y que se refiere a las verdades universalmente válidas innatas al espíritu.  Esto no tiene nada que ver ni con el sentimiento ni con la «intuición» basada en la fantasía que podría permitir a un científico genial establecer una nueva teoría . La verdadera intuición o visión espiritual tiene un carácter tan poco “subjetivo” como la certeza de que dos por dos son cuatro o que todo triángulo equilátero es inscribible en un círculo: En realidad, la inmediata certeza inherente a estos y otros axiomas del pensamiento, y sin la cual no existiría ninguna ciencia pragmática , corresponde aún en mayor medida a las verdades a las que se refiere, en última instancia, toda cosmología tradicional.
Hablamos de cosmología «tradicional» porque sin una tradición que aporte los necesarios puntos de apoyo, el espíritu humano difícilmente podría superar el plano del pensar consuetudinario a fin de extraer las verdades universalmente válidas, subyacentes al propio pensamiento, para cristalizarlas en la conciencia. Este proceso no consiste en repetir simplemente algunos esquemas conceptuales, puesto que las verdades de las que aquí se trata son conceptualmente inagotables; su manifestación se limitará siempre a un reflejo incompleto que sólo podrá estimular una nueva expresión de la intuición más profunda.
Las máximas intuiciones de que sea capaz el espíritu humano -y en este sentido es más que humano, pues coincide con la fuente luminosa interna de todo conocimiento- se refieren a la esencia de Dios mismo, llegando a cubrir un campo, por lo tanto, más amplio que el teológico en el sentido moderno de la palabra.  En realidad y sobre todo, compete a la teología comentar determinados dogmas revelados: ella deduce y enseña. La intuición espiritual, por el contrario, no está como tal ligada a ninguna forma prefijada. En segundo lugar, la teología se limita por norma  al puro Ser, correspondiente a la visión personal de Dios como creador, conservador y redentor. La intuición espiritual, en cambio, tiene la virtud de penetrar hasta el fondo primordial suprapersonal de la Divinidad, fondo que es, de suyo, absoluto: precisamente por el hecho de ser, el puro Ser ya está limitado a una primera aunque omnicomprensiva condición; por eso está, en cierto modo, autocondicionado, distinguiéndose así del Absoluto.

Llamaremos metafísica a la visión espiritual que se abre a lo Absoluto y a lo Infinito .
La cosmología no se refiere, como tal, ni al Absoluto ni al puro Ser, antes bien a la existencia, a la totalidad de los mundos creados o manifestados.  Sin embargo, como sin origen divino no habría cosmos, y éste, desde un punto de vista existencial, no puede ser más que una imagen limitada de lo divino, la cosmología se interesa también, indirectamente, por las verdades metafísicas, extrayendo de ellas sus certezas últimas.
Rigurosamente hablando, una teología puede subsistir aun sin una infraestructura cosmológica.  En las religiones monoteístas , por ejemplo, la conciencia de la omnipotencia divina es suficiente para colocar al mundo en su justo lugar, mientras que la conciencia de la omnipresencia de Dios desmonta, por así decirlo, la estructura cosmológica del mundo: siendo Dios omnipresente en su totalidad, y teniendo la virtud de revelarse en cualquier momento y de una manera conforme a quien reza, lo único decisivo es la relación entre el hombre y Dios.  Esto presupone, sin embargo, que el conocimiento de la omnipotencia y omnipresencia divinas no se vea invalidado por una falsa valoración del mundo, como ocurre inevitablemente cuando se le atribuye al mundo material una realidad prácticamente autónoma. Lo que obstaculiza la conciencia de Dios no es el hecho de tomar los progresos materiales por lo que son, sino el trastorno metódico de las jerarquías visibles de este mundo, la subordinación de los aspectos cualitativos de la existencia a los cuantitativos, el hecho de hacer derivar a los seres superiores de los inferiores, de reducir datos psíquicos a datos meramente fisiológicos, y otros juicios erróneos que pueden surgir de la ciencia moderna.  No se presentan aisladamente: actúan en conjunto como un muro impenetrable que se opone a cualquier visión realmente espiritual de las cosas.  En realidad, son los aspectos más sutiles, indivisibles, y no cuantitativamente mensurables del mundo los que sugieren su origen divino.  Sugerencia que necesita sostenes conceptuales: el hombre no puede referir el mundo a Dios sin entenderlo -al menos en principio- como un orden lógico.  La distancia entre el mundo y Dios hace, así, que en aquél nunca falten elementos sin sentido aparente; pero ningún hombre puede tolerar vivir totalmente en el absurdo, porque ello corta las alas de su espíritu.  Para el hombre, vivir en el absurdo es la mayor de las desdichas, ya que se ve obligado a evadirse con sofisticaciones terrenas.  Lo cual nos autoriza a decir que una civilización que no posea una cosmología en el verdadero sentido de la palabra, no es una auténtica civilización.
En verdad, sólo la visión metafísica de Dios es independiente de la cosmología y al mismo tiempo inmune a cualquier error cosmológico; para aquélla, el mundo no es sino un reflejo del Absoluto: no se puede oponer el mundo al Absoluto, como si coexistiera junto a él; frente al Absoluto, el mundo es simplemente nada; pero en la medida en que posee realidad, en su esencia, el mundo es el propio Absoluto.
Esta visión es quizá más directamente explícita en el Vedanta hindú, si bien informa también al Budismo Mahâyana en su doctrina de la unidad última de samsâra y Nirvâna.  Entre las religiones monoteístas, esta verdad, aun estando contenida en ellas, sólo se pone en evidencia en la dimensión esotérica; la encontramos expresada en sufíes como Muhyi-I-din lbn ‘Arabi, ‘Abd-al-Karin al-Yili, al-Sabistari y otros, así como en ciertos esoteristas hebreos y algunos maestros cristianos representantes de la gnosis en el sentido auténtico, no herético, de la palabra .
La enunciación vedántica por la cual el mundo no sería sino apariencia o ilusión, no debe entenderse como si con ello se pusiera en duda la realidad empírica del Mundo en sí; tomado en sí mismo, el mundo es lo que es; sólo que este -tomar en sí mismo- incluye un engaño o, mejor dicho, cierto punto de vista provisional, casi onírico, en la medida en que el mundo no posee ninguna realidad autónoma; es totalmente relativo, un mero reflejo que, sin el Sí divino que en él se contempla y sin el espejo divino que lo manifiesta no sería del todo.
La concepción metafísica no caerá nunca en la tentación de considerar un aspecto parcial del cosmos, por ejemplo, el mundo corpóreo, como algo independiente, ni se dejará inducir a atribuir al pensamiento una realidad mayor de la que efectivamente le corresponde: el espíritu humano no podría comprender del todo el universo si no fuera, en su más profunda esencia, idéntico al Origen de éste.
Por esta razón, la clave de cualquier auténtica cosmología es la doctrina de la Esencia universal del espíritu: en realidad, sólo tiene garantía una ciencia cuando se la puede llevar hasta el punto en que ser y conocer, objeto y sujeto, coincidan: esto es lo que ocurre con la Esencia universal del espíritu.
No pretendemos decir con ello que la cosmología como tal tenga por objeto el espíritu puro; su ámbito más real es la existencia, el mundo «objetivo» en su estructura, aun permaneciendo siempre en conexión con la doctrina de la Esencia universal del espíritu.  Un ejemplo muy claro de esto es la cosmología hindú representada por la escuela; o, mejor dicho, el «punto de vista» doctrinal (darshana) del Sânkhya: el fundamento de todo lo que se contempla, desde este punto de vista, es Prakriti, la materia prima que, aun siendo de suyo indefinible-, lleva en sí todos los posibles modos de existencia; Prakriti es la raíz de toda multiplicidad; todos los niveles y todos los contrarios se desarrollan a partir de ella. Sin embargo, es totalmente pasiva y los modos que contiene potencialmente se despliegan sólo por intervención de su polo complementario «esencial» y activo, Purusha. Este no interviene personalmente en el devenir cósmico; no participa en ninguna de las transformaciones determinadas por su presencia; a través de todos los estados cósmicos permanece inmóvil en sí mismo, aun siendo acción pura, así como Prakriti por sí sola es siempre pasividad imperturbable e inmutable. En cierto modo, todo «tomar forma» parte del polo activo, Purusha; mientras que el polo pasivo, Prakriti, se limita a reflejar; y desde otro punto de vista, todo cambio y limitación vienen determinados sólo por la materia prima, Prakriti, mientras Purusha, el contenido puro de todas las cosas, permanece intacto.
Purusha puede ser equiparado al espíritu, así como Prakriti puede considerarse como materia prima; sin embargo, la relación entre los dos polos existenciales, tal como los concibe la cosmología hindú, no tiene nada en común con el dualismo cartesiano de «espíritu» y cmateria»: Purusha no consiste en pensamiento, y Prakriti no tiene extensión ni masa; Purusha es ciertamente cognoscitivo, pero su conocer es esencial, y como tal no sólo comprende a la existencia, sino que, además, la determina en su esencia.
Purusha y Prakriti, por otra parte, sólo se distinguen entre sí en lo que respecta a sus efectos cósmicos; en su origen, en el Ser puro, están unificados, no teniendo la acción pura otro objeto que la pasividad pura, ni ésta otro contenido que la acción pura, determinada sólo por sí misma .
Tomando al cosmos como tal, se puede considerar cada campo o cada modo existencia, bien desde la perspectiva de la esencialidad activa y formativa, Purusha, bien desde la perspectiva de la materia prima, Prakriti. Considerando los impulsos de la esencia de las cosas, su configuración material parece accidental, y, partiendo de ésta, la esencia no puede captarse simultáneamente.  Es como si de una casa se dijera que consiste en piedras, cimientos, vigas y tejas y presupusiéramos tácitamente la forma global de la propia casa.  Volvemos a encontrar estos dos puntos de vista o «dimensiones» de la realidad cósmica en la distinción peripatética entre «forma» y «materia». La «forma» en este sentido esencial se refiere al polo existencial, activo, Purusha; mientras la materia primordial, la hyle o materia prima, corresponde a Prakriti  .
La cosmología del Sânkhya parece ocuparse sólo de lo que nace de Prakriti, como conviene a una visión anclada en la existencia «objetiva», aunque siempre presupone la presencia de Purusha.
En realidad, a toda auténtica ciencia le corresponde una visión más o menos limitada y tiene el derecho a limitarse a esa visión con tal que reconozca los principios de una visión más amplia. El objeto de la cosmología es la existencia diferenciada; su presupuesto es la doctrina del Ser unitario, comprendida a su vez en la doctrina del Infinito y del Absoluto de la metafísica pura.
En virtud de sus tres niveles, espíritu, alma y cuerpo, el hombre es como una imagen del universo entero.  Aunque no puede captar los diversos planos de la existencia en todo su alcance y en todas sus variaciones, puede saber, en principio, mediante la contemplación de sus propias «dimensiones» externas e internas, cómo está «construido» el universo; su espíritu, que «hacia abajo» se ramifica en los sentidos y «hacia arriba» alcanza con su raíz al Ser indiferenciado y al Ente supremo, le permite captar, de algún modo, el eje entero del universo. El saber tradicional garantiza, por lo tanto, conocimientos incomparablemente más profundos y reales que todas las enseñanzas de la ciencia moderna, aunque a veces, en el plano meramente empírico, sus representaciones sean «ingenuas», es decir, simplemente humanas. En el terreno de los fenómenos infinitamente múltiples y al mismo tiempo limitados, todo conocimiento no puede ser, de cualquier modo, más que provisional.
De acuerdo con la visión cristiana del mundo, el conocimiento de la esencia universal absoluta del Espíritu, en que se basa cualquier auténtica cosmología, viene dado por la doctrina joanea  del Logos, «por el que todas las cosas han sido hechas»; y que, al mismo tiempo, es la luz que «ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Juan, I, 3-9); el Logos es el origen del universo, la quintaesencia de la existencia en la que se contienen las posibilidades de todas las cosas creadas; y al propio tiempo es la fuente luminosa de todo conocimiento, sin la cual ninguna percepción, ningún paso del «objeto» al «sujeto», serían posibles. El Logos es el Verbo divino; en su ser determinado se determina y se manifiesta también la multiplicidad de sus posibilidades, y, sin embargo, todo permanece en él y, con él, en Dios.
El aspecto cosmológico del Logos, que no descubre el secreto intrínsecamente divino de las tres Personas, está trazado en la concepción plotiniana del primer espíritu o intelecto (nous), y que escapa a la doctrina cristiana; el espíritu es la primera emanación del Uno supremo; por el hecho de que él mira al Uno y, reflejándolo, objetiviza el contenido inagotable de su visión, de él nace el mundo entero.  Si se entiende este nacer del espíritu a partir del Uno y del mundo a partir del espíritu en la manera en que es entendido, es decir, no como un surgir material, sino como una emanación o un reflejo que no añade ni quita nada al Uno supremo, en esta concepción no hay nada que refute la transcendencia divina; al contrario, se inserta como una dimensión cosmológica en la doctrina joanea del Logos, dando así origen, al mismo tiempo, a la teoría de la jerarquía de la realidad como una expresión de la infinitud contenida en la unidad divina.  Esta infinitud exige su espejo, el espíritu universal, de cuyo reflejo infinito nace el alma universal (psyche) que, reflejando a su vez al espíritu universal, produce la naturaleza (physis) y, finalmente, al mundo corpóreo; en cada nivel, la realidad se hace más exterior, limitada, fragmentaria, aun estando fundamentalmente contenida en el espíritu universal y, por ello, en el Uno supremo. Todo esto debe interpretarse no en un sentido literal, sino simbólico; no obstante, esta terminología puede dar razón de todas las representaciones concretas de la realidad cósmica.
Que el Cristianismo se vale de la doctrina plotiniana del reflejo o fragmentación gradual de la única luz divina, se evidencia, entre otros, en el siguiente pasaje de la Divina Comedia de Dante:
Lo que no muere y lo que puede morir
no son más que reflejos de aquella idea
que nuestro Señor engendra con su amor.
Porque la viva luz que de su luminar surge,
de él no se separa
ni del amor que a ambos entrelaza .

No hay duda, empero, de que existe una diferencia entre la representación bíblica de la creación y la doctrina plotiniana de la emanación de la existencia a partir del Uno; diferencia fácilmente superable, no obstante, si se miran con perspectiva ambas terminologías y se hace justicia al símbolo; ¿qué puede significar, en efecto, la afirmación bíblica de que Dios ha creado el mundo «de la nada» (ex nihilo) sino que Dios no ha creado el mundo de otra materia que exista fuera de Él?  Pero si el mundo no tiene otra realidad que la que le viene de Dios, en este sentido no es sino su reflejo o su emanación. Mientras que el símbolo del crear evoca la representación de una actividad divina, el símbolo del emanar es estática; recuerda a una luz cuya naturaleza es resplandecer, y que necesariamente resplandece, puesto que es.
En este sentido, los cosmólogos griegos y los filósofos posteriores concibieron el cosmos como expresión necesaria del Ente divino y, por lo tanto, como eterno.  A su entender, el cosmos tomado como entidad, no tiene ni principio ni fin temporales, mientras que, según la Biblia, el universo empezó en el mismo momento en que Dios lo creó.  La aparente contradicción entre ambas concepciones se resuelve, sin embargo, cuando se considera que el tiempo, como expresión del cambio y del tránsito, no puede ser anterior a la creación.  El tiempo fue creado con el mundo; por eso el principio del mundo no es de naturaleza temporal, aunque pueda expresarse en términos temporales con una visión que represente simbólicamente los efectos divinos como acción.  Lo que en la teoría de las emanaciones divinas aparece como una jerarquía que va desde una realidad superior hasta una realidad inferior, en el relato de la creación se presenta como un desarrollo temporal. Efectivamente, el mundo corpóreo tiene un principio temporal y un fin temporal; pero en un sentido fundamental o, si se quiere, lógico, el universo empieza y termina fuera del tiempo, desde el momento en que su imprevisible duración es nula respecto a la eterna «hora de Dios».
Los Evangelios no hablan de la estructura del universo y no parecen aportar ningún punto de referencia para una cosmología.  En realidad, la cosmología cristiana se refiere principalmente al relato de la creación tal como es referida en el Antiguo Testamento, utilizando al propio tiempo la herencia de los cosmólogos griegos. Se la puede definir, por lo tanto, como ecléctica, sin que ello signifique que de suyo esté dividida; las diversas tradiciones no coinciden por azar, sino que se complementan recíproca y providencialmente: a la creación bíblica, que reviste una forma mitológica, es decir, puramente metafórica, se añade, a modo de comentario, la cosmología griega, cuya terminología, relativamente racional, permanece neutra desde el punto de vista de la simbología y del de la doctrina de la salvación.
Todo esto no tiene nada que ver con el sincretismo, que sólo aparece cuando se entremezclan los planes y las terminologías espirituales.  El mito bíblico de la creación y la cosmología griega no son ni irreconciliables en sus puntos de vista ni intercambiables; sin embargo, sería imposible mezclar, por ejemplo, la cosmología budista con el lenguaje simbólico de la Biblia.  El relato bíblico de la creación adopta la forma de un drama, representando una acción divina que se desarrollaría simbólicamente en el tiempo, de modo que las condiciones primordiales y las condicionadas, es decir, lo eterno y lo efímero, se distingan como un «antes» y un «después».  La cosmología griega, por el contrario, corresponde a una visión estática del universo; describe su estructura tal como es «ahora» y «siempre», como una jerarquía de condiciones existenciales cuyos grados inferiores estarían determinados por el tiempo, el espacio y el número, mientras que los grados superiores escaparían del transcurso del tiempo, de los límites espaciales y de otras condiciones análogas.  Esta teoría se presenta natural y providencialmente como un comentario científico a los símbolos bíblicos.  El mito bíblico es revelado; sin embargo, la cosmología griega no es tampoco de origen meramente racional y, por lo tanto, puramente humana; aun en Aristóteles, que con mucha razón puede considerarse como el predecesor del racionalismo occidental, algunos conceptos fundamentales, tales como la distinción entre «forma» (eidos) y «materia» (hyle) no son, de suyo, de naturaleza meramente racional, y derivan, desde luego, de un saber sagrado y, por lo tanto, al margen del tiempo. Aristóteles tradujo una sabiduría transmitida a una dialéctica ontológica, en base a la ley de que, a su modo, la lógica tiene la virtud de reflejar la ontología, la unidad de la existencia (Ninguna cosa puede a la vez ser y no ser); pero la limitación de este método consiste exactamente en el hecho de que sólo representa la realidad en la medida en que ésta sea lógicamente representable, es decir, sólo en el marco de la existencia, con exclusión de las verdades supremas, puramente metafísicas. Platón y Plotino van mucho más allá; superan la cosmología «objetiva» de Aristóteles usando las formas conceptuales como meros símbolos y anteponiendo la visión espiritual al pensamiento lógico. La cosmología cristiana -y esto es válido para la cosmología islámica y la hebrea del medioevo- tomó de Aristóteles el pensamiento analítico y de Platón la teoría de los arquetipos, base de toda simbología .
La fusión entre el patrimonio cosmológico griego y el monoteísmo de tipo semítico  se completó con el intercambio, vivo entre los espíritus de los mundos cristiano, islámico y hebreo. De hecho, en estos credos la visión del mundo era esencialmente la misma hasta finales del medioevo.  Las diferencias sólo se producirían en la medida en que la simbología particular de cada fe se extendía también al campo cosmológico: la teoría de los nombres y de las cualidades divinas tiene sus aplicaciones cosmológicas y, por su contenido, la ciencia de los ángeles forma parte de la cosmología. Los contrastes reales sólo subsisten entre las diversas soteriologías, en las que el saber cosmológico apenas afloraba . No faltan, por otra parte, conexiones que se extienden de toda la cosmología occidental hasta las teorías correspondientes de las civilizaciones asiáticas.  Sin embargo, a partir de estas relaciones más o menos históricamente verificables, no puede llegarse a la conclusión de que una cosmología como la occidental de la Edad Media se haya desarrollado por azar y por razones exteriores a las que representa. La correspondencia entre la visión cósmica de los tres credos demuestra ya cómo los elementos antiguos utilizados en la estructura de la cosmología medieval sólo habían servido para estimular y expresar una visión de por sí unitaria, determinada por la Esencia del espíritu y la naturaleza de las cosas.

La cosmología es un modo indirecto de conocimiento de Dios; y aunque lo mismo pueda decirse de la fe, será en un sentido totalmente distinto. Si bien la fe empeña ante todo a la voluntad, como decisión personal hacia un objetivo presentido pero no totalmente conocido, la cosmología tiene desde el primer momento un carácter cognoscitivo y, por lo tanto, impersonal, en virtud del cual se acerca a la gnosis en el sentido real, no herético, de la palabra.  Por otra parte, la fe se relaciona con la gnosis por su incapacidad de subsistir desvinculada de una visión espiritual metafísica más sublime, que tenga por objeto, no al universo, sino al propio Dios, y que sepa interpretar la teoría de lo absolutos contenida en las Sagradas Escrituras y aplicarla a todos los aspectos de la realidad .
¿Debe, pues, una cosmología expresarse en los mismos términos forjados por los maestros medievales mediante una síntesis del patrimonio platónico y aristotélico?  Si bien no es necesario que se exprese con ellos, sigue siendo indispensable que los comprenda. En nuestros días, se considera con demasiada facilidad que una renovación espiritual pase por un desembarazarse de las formas transmitidas en favor de un contenido que aún no se posee ni se está en condiciones de fijar; sólo se consigue una auténtica renovación espiritual mediante un conocimiento mejor y más en profundidad de lo que encierran las formas tradicionales. Al espíritu no lo sofoca la forma, sino el uso desprovisto de sentido que de ella se hace.
En la visión antigua y medieval del mundo, cosmología y filosofía estaban estrechamente vinculadas entre sí.  Se separaron precisamente cuando la cosmología se redujo a una mera descripción del universo visible; así, la filosofía pierde su fondo universalmente válido y asume gradualmente el carácter solitario, oportunista y arbitrario que hoy la caracteriza. Las ciencias naturales y la filosofía moderna son como las dos mitades de una entidad perdida: una de ellas se desarrolla hacia la «objetividad», y la otra hacia la «subjetividad».  La entidad se perdió cuando se abandonó su eje seguro, que no es sino la doctrina transmitida del espíritu. Por otra parte, es perfectamente plausible que cualquier investigación sobre la verdad plantee ante todo la siguiente pregunta: ¿Existe alguna razón para que el hombre tenga la facultad de conocer la verdad en cualquier medida o respecto?  O la facultad cognoscitiva del hombre participa de una luz que nace a su vez de la fuente de toda verdad y de todo ser, o no existe verdad alguna.
Quizá el mejor modo de demostrar cuáles son los criterios de verdad propuestos por la cosmología tradicional consista en señalar los errores y contradicciones inherentes a la ciencia moderna de la naturaleza y que sólo pueden ser eliminados y superados con la ayuda de tina verdadera cosmología.  En los capítulos siguientes nos detendremos, por tanto, en tres aspectos típicos de las ciencias naturales modernas, relativos a la materia inorgánica, a la vida y a la psique humana, arrojando luz, de vez en cuando, sobre las tesis modernas desde el punto de vista de la cosmología tradicional.  Para demostrar finalmente qué posibilidades espirituales son inherentes a una visión cosmológica del mundo, añadiremos una interpretación de algunos pasajes del gran poema de Dante. Si con ellos nos desviamos del ámbito propiamente cosmológico, se demostrará, en cambio, cómo, en una «visión del mundo» auténtica y realmente provista de sentido, las cosas están entrelazadas y se produce una conexión entre lo ínfimo y lo más sublime.

LAS PARADOJAS DEL TIEMPO

LAS PARADOJAS DEL TIEMPO

Domingo Santos

(Recopilador)
Domingo Santos

© 1982 Ediciones Dronte Biblioteca Básica de CF nº 3.

ISBN: 84-366-0061-4 Edición digital: Umbriel R6 11/02

ÍNDICE

Introducción,
Las paradojas del tiempo © Domingo Santos

Ladrón en el tiempo
(A Thief in Time) © Robert Sheckley, 1954

Sobre el tiempo y Texas
(Of Time and Texas) © William F. Nolan, 1956

El programa del destino
(The Destiny Show) © Derek Lane, 1960

El fundador de la civilización
(¿?) © Romain Yarov, 1969

El armario temporal
(Time Locker) © Lewis Padgett, 1943

El cruce
(L’Incrocio) © Sandro Sandrelli, 1963

Introducción

Las paradojas del tiempo
En 1888, un joven escritor de veintidós años iniciaba la publicación de una serie de ensayos sobre el tiempo en una revista de aficionados. Siete años más tarde, sobre la base de estos ensayos, el mismo autor escribía una novela que en poco tiempo se convertiría en un clásico universal. El autor se llamaba Herbert George Wells, y la novela, por supuesto, se titulaba «La máquina del tiempo».
Desde aquel lejano 1895 hasta hoy, el tema del tiempo se ha convertido en uno los más apasionantes para los autores de ciencia ficción de todo el mundo. Sus posibilidades son infinitas, desde las simples paradojas temporales («Sí señor, fui al pasado, me enamoré de una chica y… ¡Bueno, pues resulta que ahora soy mi propio abuelo!») hasta las meras utopías sociales («Fui a doscientos años en el futuro, y la sociedad se había convertido en una tiranía militarista que…»), sin contar con la posibilidad de hacer cambiar el tiempo («Fui a 1889 y maté a Hitler en su cuna y…») con todas sus previsibles consecuencias.
Pero, de todas ellas, una de las posibilidades que más atraen al autor es precisamente la primera: las paradojas temporales.
A esas paradojas dedicamos este volumen. La paradoja temporal más sencilla de pergeñar es, por supuesto, el lazo cerrado, el pez que se muerde la cola, el clásico problema del huevo y la gallina. Supongamos el ejemplo más simple: nuestro protagonista recibe una extraña visita: un hombre le advierte que al día siguiente no debe tomar el avión con el que pensaba trasladarse a otra ciudad porque este avión se estrellará, y al mismo tiempo le hace entrega de un sobre para que lo abra cuando haya comprobado la veracidad de su aviso. Impresionado por toda el aura que rodea la advertencia, nuestro héroe decide hacer caso. Al día siguiente, efectivamente, el avión se estrella. El sobre que le ha entregado el desconocido, al ser abierto, resulta que contiene los planos de una máquina para viajar por el tiempo, y con los planos hay un nuevo aviso: «Quien te ha avisado eres tú mismo, el tú del futuro. Construye esta máquina del tiempo: su construcción te llevará cinco años. Cuando la hayas terminado, debes acudir al pasado a avisar a tu yo anterior del peligro que puede poner fin a su vida». Nuestro héroe construye su máquina, tarda cinco años en tenerla a punto, y una vez probada satisfactoriamente cumple las instrucciones: viaja al pasado y avisa a su yo de cinco años antes del peligro que corre, al tiempo que le entrega el sobre que a su vez le permitirá realizar todo el proceso. El círculo se ha cerrado. Pero, cabe preguntarse: ¿de dónde ha salido en su origen esta máquina del tiempo? De la nada, evidentemente…
Desde esta paradoja simple, que con más o menos variaciones han explotado casi todos los autores de ciencia ficción del mundo entero, las complicaciones pueden prolongarse al infinito: el primer relato que abre este volumen es un buen ejemplo de ello. Y, generalmente, todas estas paradojas desembocan en una aparente imposibilidad… y ahí reside precisamente su principal atractivo. Como también en sus consecuencias: si yo voy al pasado, pregunta el autor, y mato a mi abuelo antes de casarse, ¿qué me ocurrirá a mí? ¿Desapareceré, seguiré viviendo? ¿Me convertiré en algo distinto a lo que soy ahora?
Las paradojas temporales ponen sobre el tapete el problema metafísico del determinismo, del libre albedrío. De hecho, si el viaje por el tiempo es posible (y me refiero aquí al viaje al futuro), entonces es que todo existe ya a nuestro alrededor, la teoría de que vamos construyendo sobre la marcha el futuro con nuestras decisiones es falsa. Y las historias de paradojas temporales ponen muchas veces una coletilla a este determinismo: al igual que podemos viajar al futuro, ¿acaso podemos también viajar al pasado y cambiarlo?
Naturalmente, en este último aspecto, hay teorías (y relatos) para todos los gustos: desde los que apuntan a que seremos meros fantasmas, espectadores de un pasado al que podremos acceder pero sobre el que no tendremos ninguna influencia (¡por lo que incluso podremos organizar viajes turísticos a los tiempos antiguos!), hasta aquellos en los que, como en un celebre relato de Ray Bradbury, el simple hecho de matar una mariposa en la más remota prehistoria puede transformar por completo a toda la humanidad.
Y finalmente están también aquellas paradojas en las que el viajero del tiempo puede cambiar el pasado, transformando el mundo, pero sin que por ello desaparezca el actual.
Este último apartado de las paradojas temporales entronca directamente con otro tema de gran repercusión también en la ciencia ficción: los universos paralelos.
Pero de esto nos ocuparemos en otro volumen. El tiempo, y sus paradojas, son de por sí un campo lo suficientemente amplio como para que le podamos dedicar varios números. De momento contentémonos con las paradojas puras y simples. Ahora ya son suficientes…

Domingo Santos

LADRÓN EN EL TIEMPO
Robert Sheckley
La base de todo buen relato sobre paradojas temporales es que estas sean lo más complejas posible. Normalmente, el protagonista nunca debe saber de qué va la cosa hasta el final… y a veces ni siquiera entonces. Ha de saltar de sorpresa en sorpresa en su búsqueda de la explicación a todo lo que le sucede, haciendo saltar con él al lector. Situado bajo estas premisas, pocos relatos sobre paradojas temporales son tan absorbentes como este «Ladrón en el tiempo». El desconcierto del protagonista va parejo al desconcierto del lector, que se siente cada vez más fascinado por el enigma de la sucesión de sus aventuras. Claro que por último, como debe ser, todo queda convenientemente explicado… con la Gran Paradoja Final, por supuesto.
Thomas Eldridge estaba completamente solo en su habitación en Butler Hall, cuando oyó detrás de él un débil sonido chirriante. Esto casi no se registró en su consciencia. Estaba estudiando las ecuaciones Holstead, que habían causado tal revuelo hacía unos pocos años, con su insinuación de un universo no-relativista. Era un inquietante conjunto de símbolos, aunque sus conclusiones habían probado ser bastante erróneas.
A pesar de todo, si uno las examinaba sin prejuicios, parecían probar algo. Había una extraña relación de elementos temporales, con interesantes aplicaciones. Había… Escuchó el ruido otra vez, y giró la cabeza. De pie, detrás suyo, había un corpulento hombre vestido con bombachos púrpura, un pequeño chaleco verde y una porosa camisa plateada. Llevaba una cuadrada máquina negra con diferentes diales, y su expresión era decididamente poco amistosa.
Se miraron el uno al otro. Por un momento, Eldridge pensó que era una broma de los estudiantes. Era el profesor adjunto más joven en Carvell Tech, y algún estudiante siempre le estaba entregando un huevo duro o un sapo vivo durante la Semana Infernal.
Pero este hombre no era ningún estudiante retozando. Tenía al menos cincuenta años de edad, y era inconfundiblemente hostil.
?¿Cómo ha entrado aquí? ?preguntó Eldridge?. ¿Y qué es lo que quiere? El hombre alzó una ceja.
?¿Va a vanagloriarse aún de ello, eh?
?¿Vanagloriarme de qué? ?preguntó Eldridge, sorprendido.
?Le está hablando usted a Viglin ?dijo el hombre?. Viglin. ¿Lo recuerda?
Eldridge trató de recordar si había algún asilo de locos cerca de Carvell. Este Viglin parecía un lunático escapado.
?Debe haberse equivocado usted de hombre ?dijo Eldridge, preguntándose si debería pedir auxilio.
Viglin sacudió la cabeza.
?Usted es Thomas Monroe Eldridge ?dijo?. Nacido el 16 de marzo de 1926, en Darien, Connecticut. Estudió en la universidad Heights College, en la universidad de Nueva York, graduándose cum laude. Consiguió un puesto en Carvell el año pasado, a principios de 1953. ¿Correcto hasta ahora?
?Muy bien. De modo que ha investigado acerca de mí por alguna razón. Mejor que sea buena, o llamaré a la policía.
?Siempre fue un cliente sin nervios. Pero su bravata no le servirá. Yo llamaré a la policía.
Apretó un botón en la máquina. Instantáneamente, aparecieron dos hombres en la habitación. Llevaban uniforme de color naranja claro y verde, con insignias metálicas en las mangas. Entre ellos transportaban una máquina negra similar a la de Viglin, excepto que esta llevaba una marca en la parte superior.
?El crimen no paga ?dijo Viglin?. ¡Arresten al ladrón!
Por un momento, la placentera estancia de Eldridge en el colegio, con sus grabados de Gauguin, sus desaliñados montones de libros, su más desaliñado hi-fi, y su pequeña alfombra roja afelpada, parecieron girar aturdidoramente a su alrededor. Parpadeó varias veces, esperando que todo ello hubiera sido causado por el cansancio de sus ojos. O mejor aún, tal vez había estado soñando.
Pero Viglin aún estaba allí, desalentadoramente sustancial. Los dos policías sacaron un par de esposas y avanzaron.
?¡Esperen! ?gritó Eldridge, apoyándose contra su escritorio para sostenerse?. ¿Qué es todo esto?
?Si insiste en acusaciones formales ?dijo Viglin?, las tendrá. ?Se aclaró la garganta?. Thomas Eldridge: en marzo de 1962, usted inventó el Transportador Eldridge. Luego…
?¡Un momento! ?protestó Eldridge?. No estamos aún en 1962, por si ustedes no lo saben.
Viglin pareció molesto.
?No utilice subterfugios. Usted inventará el Transportador en 1962, si prefiere esta terminología. Todo es cuestión de un punto de vista temporal.
Eldridge necesitó un tiempo para digerir esto.
?¿Quieren decir… que ustedes son el futuro? ?dijo torpemente.
Uno de los policías dio un codazo al otro. ? ¡Qué actuación! ?dijo admirativamente.
?Mejor que un espectáculo groogly ?convino el otro, entrechocando las esposas.
?Claro que somos del futuro ?dijo Viglin ?. ¿De qué otro lugar podríamos ser? En 1962, usted inventó, o inventará, el Transportador Temporal Eldridge, haciendo posible el viaje a través del tiempo. Con él, usted se trasladó al primer sector del futuro, donde fue recibido con los más altos honores. Luego viajó a través de los tres sectores del Tiempo Civilizado, dando conferencias. Fue usted un héroe, Eldridge, un ideal. Los chiquillos deseaban crecer para ser como usted ?Con una voz ronca, continuó?: Fuimos engañados. Súbita y deliberadamente, usted robó una cantidad de mercancías de alto valor. ¡Nos sorprendió! Nunca habíamos sospechado que tuviera tendencias criminales.
Cuando lo tratamos de arrestar, usted desapareció.
Viglin hizo una pausa y se frotó la frente cansadamente.
?Yo era su amigo, Tom, la primera persona con quien se encontró en el Sector Uno.
Bebimos más de un tazón de flox juntos. Yo preparé su circuito de conferencias. Y usted me robó. ?Su faz se endureció?. Deténganlo, policías.
Cuando los policías avanzaron, Eldridge pudo ver bien la máquina negra que compartían. Como la de Viglin, tenía varios diales y una hilera de botones. Rotuladas en blanco en la parte superior, figuraban las palabras:

TRANSPORTADOR TEMPORAL ELDRIDGE
?
PROPIEDAD DEL DEP. DE POLICÍA EASKILL

Los policías se detuvieron y se volvieron hacia Viglin.
?¿Tiene los documentos de extradición? Viglin rebuscó en sus bolsillos. ?Parece que no los tengo conmigo. ¡Pero ustedes saben que es un ladrón!
?Todo el mundo lo sabe ?dijo el policía?. Pero no tenemos jurisdicción en un sector de precontacto sin documentos de extradición.
?Esperen aquí ?dijo Viglin?. Los conseguiré. ?Observó cuidadosamente su reloj de pulsera, murmuró algo sobre una media hora de desfase, y apretó un botón en el Transportador.
Desapareció inmediatamente.
Los dos policías se sentaron en el sofá de Eldridge y procedieron a mirar de soslayo los Gauguin.
Eldridge trató de pensar, de planear, de anticipar. Imposible. No podía creerlo. Rehusaba creerlo. Nadie le haría creer…
?Imagina a un individuo famoso como este siendo un bribón ?dijo uno de los policías.
?Todos los genios están locos ?filosofó el otro?. ¿Recuerdas al bailarín de stuggie que mató a su chica? Era un genio, dijo todo el mundo.
?Sí. ?El primer policía encendió un cigarro y tiró la cerilla sobre la pequeña alfombra roja afelpada de Eldridge.
Está bien, decidió Eldridge, era verdad. Tenía que creerlo bajo las circunstancias. Tampoco era tan absurdo. Siempre había sospechado que él podía ser un genio. ¿Pero qué había ocurrido?
En 1962, inventaría una máquina del tiempo.
Era lógico, ya que él era un genio.
Y viajaría a través de los tres sectores del Tiempo Civilizado.
Bien, ciertamente, suponiendo que tuviera una máquina del tiempo. Si había tres sectores, los exploraría.
Incluso podría explorar los sectores no civilizados.
Y entonces, sin ninguna advertencia, se convertiría en un ladrón… ¡No! Podía aceptar cualquier otra cosa, pero esta estaba completamente fuera de su carácter. Eldridge era un hombre joven intensamente honesto, muy por encima de las mezquinas deshonestidades. Como estudiante, nunca había hecho trampa en los exámenes. Como hombre, siempre había pagado el real y exacto impuesto sobre sus utilidades, hasta el último céntimo.
Y aún iba más lejos que esto. Eldridge no tenía ninguna motivación, ninguna necesidad material. Su deseo había sido siempre el establecerse en algún lugar cálido y soñoliento, contento con sus libros y su música, la luz del sol, los vecinos congeniales, el amor de una buena mujer.
De modo que estaba acusado de latrocinio. Incluso si era culpable, ¿qué motivo podía haberlo llevado a la acción? ¿Qué le había ocurrido en el futuro?
?¿Vas a ir al railly scrug? ?preguntó uno de los policías al otro. ? ¿Por qué no? Llega a Malm el domingo, ¿verdad?
No les importaba. Cuando Viglin volviera, lo esposarían y lo arrastrarían hasta el Sector Uno del futuro. Sería sentenciado y arrojado a una celda.
Todo por un crimen que él iba a cometer.
Tomó una rápida decisión, y actuó con idéntica rapidez.
?Me siento mal ?dijo, y empezó a deslizarse fuera de la silla. ? ¡Cuidado… puede tener una pistola! ?aulló uno de los policías.
Se precipitaron hacia él, dejando su máquina del tiempo sobre el sofá.
Eldridge buceó debajo de la mesa y apareció al otro lado, y saltó sobre la máquina. Pese a su prisa, se dio cuenta de que el Sector Uno sería un lugar poco saludable para él.
De modo que, mientras los policías corrían a través de la habitación, apretó el botón marcado Sector Dos.
Instantáneamente, se sintió inmerso en la oscuridad.
Cuando abrió sus ojos, Eldridge se encontró con que se hallaba sumergido hasta los tobillos en un charco de agua sucia. Estaba en un campo, a seis metros de una carretera.
El aire era cálido y húmedo. Tenía el Transportador Temporal firmemente sujeto bajo su brazo.
Estaba en el Sector Dos del futuro, y esto no lo emocionaba en lo más mínimo. Caminó hacia la carretera. A ambos lados de la misma había campos escalonados, llenos con los verdes tallos de las plantas de arroz. ¿Arroz? ¿En el estado de Nueva York? Eldridge recordó que en su propio sector temporal se había detectado un cambio climático. Se había predicho que algún día las zonas templadas volverían a ser cálidas, tal vez tropicales. Este futuro parecía probar la teoría. Estaba transpirando ya. El suelo era húmedo, como si hubiera llovido recientemente, y el cielo era de un azul intenso y sin nubes.
Pero, ¿dónde estaban los agricultores? Mirando al sol, que estaba directamente sobre su cabeza, tuvo la respuesta. Durmiendo la siesta, claro. Dirigiendo la vista carretera adelante, pudo ver edificios a casi un kilómetro de distancia. Se limpió el barro de sus zapatos y empezó a andar.
Pero, ¿qué es lo que haría cuando llegara a los edificios? ¿Cómo podría descubrir lo que le había ocurrido en el Sector Uno? No podía dirigirse a cualquiera y decirle: «Perdone, señor. Soy de 1954, un año del que usted tal vez haya oído hablar. Parece ser que en alguna forma…» No, eso no serviría. Tendría que pensar en algo. Eldridge continuó andando, mientras el sol lo golpeaba furiosamente. Cambió el Transportador al otro brazo, y luego lo inspeccionó de cerca. Puesto que lo iba a inventar ?no, ya lo había hecho?, sería mejor que averiguara como funcionaba.
En su superficie había botones para los tres primeros sectores del Tiempo Civilizado. Había un dial especial para viajar más allá del Sector Tres, hacia los Sectores Sin Civilizar. En un lado había una placa de metal que decía: ATENCIÓN: conceda un margen de medía hora entre saltos temporales, para evitar anulaciones.
Eso no le dijo gran cosa. Según Viglin, Eldridge había necesitado ocho años, desde 1954 a 1962, para inventar el Transportador. Para comprenderlo necesitaría algo más que unos pocos minutos.
Eldridge llegó a los edificios y encontró con que se hallaba en una ciudad de mediano tamaño. Había algunas personas en las calles, caminando lentamente bajo el sol tropical.
Vestían completamente de blanco. Se sintió aliviado al ver que los estilos en el Sector Dos eran tan conservadores y que su traje podía pasar por una versión rústica de lo que allí parecía habitual.
Pasó frente a un edificio de adobe. El letrero de su fachada decía:

LEEDURÍA PÚBLICA.

Una librería. Eldridge se detuvo. En su interior se encontrarían sin duda los archivos de los últimos cientos de años. Habría una crónica de su crimen ?si existía? y las circunstancias bajo las cuales lo había cometido. ¿Pero no sería peligroso? ¿Habría algunos carteles solicitando su arresto? ¿Existiría la extradición entre los Sectores Uno y Dos?
Tendría que arriesgarse. Eldridge entró, pasó rápidamente más allá de la delgada encargada de faz gris, y se dirigió hacia los estantes.
Había un gran departamento sobre el tiempo, pero el tratado más completo en un solo volumen era un libro titulado Orígenes del Viaje Temporal por Ricardo Alfredex. La primera parte decía que el joven genio Eldridge había, en un nefasto día de 1954, recibido el germen de la idea a partir de las controvertidas ecuaciones Holstead. Realmente, la fórmula era simple hasta lo absurdo ?Alfredex citaba las principales proposiciones?, pero nadie se había dado cuenta antes. La genialidad de Eldridge residía principalmente en percibir lo obvio.
Eldridge frunció el ceño ante este menosprecio: Obvio, ¿no es cierto? El aún no lo comprendía. ¡Y él era el inventor!
La máquina había sido construida en 1962. Funcionó al primer intento, catapultando a su joven inventor en lo que luego sería conocido como Sector Uno.
Eldridge levantó la vista y vio que una niña con gafas, de unos nueve años más o menos, estaba de pie al final de su hilera de libros, mirándolo. Se escondió fuera de su vista. Continuó leyendo.
El siguiente capítulo se titulaba «Las Falsas Paradojas del Tiempo». Eldridge lo hojeó rápidamente. El autor empezaba con la clásica paradoja de Aquiles y la tortuga, y la demolía con el cálculo integral. Utilizando esto como una base lógica, continuaba con las llamadas paradojas del tiempo: matar al propio tatarabuelo, encontrarse a uno mismo, etc.
Estas no tuvieron mejor suerte que la antigua paradoja de Zeno. Alfredex continuaba explicando que todas las paradojas temporales eran la invención de autores dotados para la confusión.
Eldridge no comprendió la intrincada lógica simbólica de toda esta parte, lo cual era perturbador, ya que se le citaba a él como la máxima autoridad.
El siguiente capítulo se llamaba «La Caída del Poderoso». Contaba como Eldridge había conocido a Viglin, el dueño de un gran almacén de artículos de deporte en el Sector Uno. Se convirtieron en buenos amigos. El negociante tomó bajo su protección al tímido y joven genio. Le preparó un circuito de conferencias. Luego…
?Perdone, señor ?dijo alguien. Eldridge levantó la vista. La encargada de faz gris se hallaba frente a él. A su lado estaba la niña con gafas con una sonrisa afectada en su rostro.
?¿Sí? ?preguntó Eldridge.
?No se admite a los Viajeros Temporal es en la Leeduría ?dijo la encargada austeramente.
Eso era comprensible, pensó Eldridge. Los Viajeros podían coger un montón de libros valiosos y desaparecer. Probablemente, y por la misma razón, tampoco eran admitidos en los bancos.
El problema es que no deseaba dejar el libro.
Eldridge sonrió, señaló su oreja, y continuó leyendo apresuradamente.
Al parecer el brillante joven Eldridge había dejado que Viglin se cuidara de todos sus contratos y documentos. Y un día se encontró, para su sorpresa, que había firmado un documento cediendo a Viglin todos los derechos sobre el Transportador Temporal a cambio de una discreta cantidad de dinero. Eldridge llevó el caso ante los tribunales. Los tribunales fallaron en contra suyo. El caso fue apelado. Sin dinero y amargado, Eldridge inició su carrera criminal, robándole a Viglin…
?¡Señor! ?dijo la encargada?. Sordo o no, debe marcharse en el acto. Si no lo hace, llamaré a la policía.
Eldridge dejó el libro, murmuró «chivata» a la niña, y se apresuró a salir de la Leeduría.
Ahora sabía porque Viglin estaba tan ansioso por arrestarlo. Con su caso aún pendiente, Eldridge estaría en mala posición detrás de unas rejas.
Pero, ¿por qué había robado?
El latrocinio de su invención era un motivo comprensible, pero Eldridge estaba seguro de que no era por esto. El robarle a Viglin no le haría sentirse mejor ni tampoco repararía el daño. Su reacción sería de luchar o de retraerse, de retirarse de todo el asunto. Cualquier cosa excepto robar.
Bien, ya lo averiguaría. Se escondería en el Sector Dos, quizá encontrara un trabajo. Poco a poco, conseguiría…
Dos hombres le asieron los brazos por ambos lados. Un tercero le quitó el Transportador. Lo hicieron con tal facilidad que Eldridge aún estaba boquiabierto cuando uno de los hombres le enseñó una placa.
?Policía ?dijo el hombre?. Tendrá que venir con nosotros, señor Eldridge. ? ¿Por qué? ?preguntó Eldridge.
?Por robo en los Sectores Uno y Do s. De modo que había robado aquí, también.
Fue llevado a la estación de policía y se le hizo entrar en la pequeña y desordenada oficina del capitán. El capitán era un hombre delgado, calvo, y de facciones joviales. Hizo señas a sus subordinados para que salieran de la habitación, indicó a Eldridge que se sentara en una silla y le entregó un cigarrillo.
?Así que usted es Eldridge ?dijo. Eldridge asintió tristemente.
?Desde chiquillo he estado leyendo cosas sobre usted ?dijo el capitán con nostalgia?. Usted era uno de mis héroes.
Eldridge supuso que el capitán tenía al menos quince años más que él, pero no hizo ningún comentario. Después de todo, se suponía que él era un experto en paradojas temporales.
?Siempre creí que le habían hecho una estafa ?dijo el capitán, jugueteando con un gran pisapapeles de bronce?. Aún as í, no pude comprender porque un hombre como usted se había dedicado a robar. Por un tiempo, creímos que se podría tratar de una locura pasajera.
?¿Lo fue? ?preguntó Eldridge esperanzado.
?Ni por casualidad. Comprobamos su historial. No lo es usted ni en forma potencial. Y eso hace las cosas bastante difíciles para mí. Por ejemplo, ¿por qué robó usted especialmente estos artículos?
?¿Qué artículos?
?¿No lo recuerda?
?Me he olvidado de todo ?dijo Eldridge?. Amnesia temporal.
?Muy comprensible ?dijo el capitán con simpatía. Le entregó un papel a Eldridge?.
Aquí está la lista.
ARTÍCULOS ROBADOS POR THOMAS MONROE ELDRIDGE

Sustraídos del Almacén de Artículos de Deporte Viglin, Sector Uno: Créditos
4 Pistolas Megacarga 10.000 3 Cinturones salvavidas, Hinchables 1005 Latas de Repelente de Tiburones Ollen 400

Sustraídos de la Tienda de Especialidades Alfghan, Sector Uno:
2 Volúmenes Microflex, Literatura Mundial 1.000
5 Cintas grabaciones de la Sinfónica Teeny-Tom 2.650

Sustraídos del Almacén de Productos Loorie, Sector Dos:
4 Docenas de Patatas, marca Tortuga Blanca 5
9 Bolsas de semillas de zanahoria (Surtidas) 6
Sustraídos del Almacén de Novedades Manon, Sector Dos:
5 Docenas de Espejos de mano, Plateados 95

Valor Total 14.256
?¿Qué es lo que quería hacer? ?preguntó el capitán?. Robar un millón de créditos está bien, lo puedo comprender, pero ¿por qué toda esa basura?
Eldridge sacudió la cabeza. No podía encontrar nada que tuviera sentido en la lista. Las pistolas de megacarga podían ser útiles. Pero, ¿por qué los espejos, cinturones salvavidas, patatas y el resto de los artículos que el capitán había calificado con propiedad de basura?
No podía comprenderlo. Eldridge empezó a pensar en sí mismo como si fuera dos personas. Eldridge I había inventado los viajes en el tiempo, había sido estafado, robado algunos artículos incomprensibles, y desaparecido. Eldridge II era él mismo, la persona que Viglin había encontrado. No tenía recuerdos del primer Eldridge. Pero tenía que descubrir los motivos de Eldridge I y/o sufrir por sus crímenes.
?¿Qué ocurrió después que hube robado esas cosas? ?preguntó Eldridge.
?Eso es lo que nos gustaría saber ?dijo el capitán?. Todo lo que sabemos es que se escapó con su botín al Sector Tres.
?¿Y luego?
El capitán se alzó de hombros.
?Cuando pedimos su extradición, las autoridades nos informaron de que usted no estaba allí. No es que le hubieran entregado. Son de la clase orgullosa, independiente, ya sabe. De todas maneras, usted había desaparecido.
?¿Desaparecido? ¿A dónde?
?No lo sé. Podría haber ido a los Sectores sin Civilizar que están más allá del Sector Tres.
?¿Qué son los Sectores sin Civilizar? ?preguntó Eldridge.
?Esperábamos que usted nos lo dijera ?repuso el capitán?. Es usted el único hombre que ha efectuado exploraciones más allá del Sector Tres. ¡Maldita sea, pensó Eldridge, se suponía que él era una autoridad en todo lo que deseaba saber!
?Esto me pone en una situación difícil ?dijo el capitán, mirando a su pisapapeles. ? ¿Por qué?
?Bueno, usted es un ladrón. La ley dice que debo arrestarlo. Sin embargo, también me doy cuenta de que a usted se le hizo una mala jugada. Y también sé que solo robó a Viglin y a sus afiliados en ambos Sectores. Hay una cierta justicia en ello… que desgraciadamente la ley no reconoce.
Eldridge asintió tristemente.
?Mi deber es arrestarlo ?dijo el capitán con un profundo suspiro?. No hay nada que pueda hacer, aunque lo quisiera. Tendrá que ser juzgado y probablemente le caerá una sentencia de unos veinte años, más o menos.
?¿Cómo? ¿Por robar morralla como el repelente de tiburones y las semillas de zanahorias? ¿Por robar basura?
?Somos muy severos para los crímenes en el tiempo ?dijo el capitán?. Ofensa temporal.
?Comprendo ?dijo Eldridge, derrumbándose en su silla.
?Claro que ?dijo el capitán pensativamente?, si de repente me atacara rencorosamente, golpeándome en la cabeza con ese pesado pisapapeles, cogiera mi Transportador Personal ?que está en el segundo estante de ese armario? y retornara a sus amigos en el Sector Tres, no habría realmente gran cosa que yo pudiera hacer al respecto.
?¿Huh?
El capitán se volvió hacia la ventana, dejando el pisapapeles al alcance de Eldridge.
?Son verdaderamente terribles ?comentó?, las cosas que uno haría por un héroe de la infancia. Pero, desde luego, usted es un hombre respetuoso de la ley. Nunca haría una cosa semejante y tengo informes psicológicos que lo demuestran.
?Gracias ?dijo Eldridge. Levantó el pisa papeles y golpeó débilmente la cabeza del capitán. Sonriendo, el capitán se desplomó detrás de la mesa. Eldridge encontró el Transportador en el armario, y lo preparó para el Sector Tres. Suspiró profundamente y apretó el botón.
Una vez más, fue rodeado por la oscuridad.
Cuando abrió los ojos, estaba en una llanura cuyo suelo estaba manchado de amarillo.
A su alrededor se extendía un terreno desértico, sin un solo árbol, y un viento polvoriento soplaba contra su cara. A lo lejos, pudo ver varios edificios de ladrillo y una hilera de tiendas, dispuestas a lo largo de un arroyo seco. Se encaminó hacia allí.
Este futuro, decidió, había pasado por otra variación climática. El ardiente sol había calcinado el terreno, secando los arroyos y los ríos. Si el clima tendía a ser así, podía comprender porque el siguiente sería Sin Población.
Estaba muy cansado. No había comido en todo el día, o en varios miles de años, según como uno lo mirara. Pero eso, se dio cuenta, era una falsa paradoja, una que Alfredex seguramente demolería con su lógica simbólica.
Al infierno con la lógica. Al infierno con la ciencia, las paradojas, todo. No escaparía a un lugar más lejano. Tendría que haber sitio para él en este país polvoriento. La gente de aquí ?de clase orgullosa e independiente? no lo entregarían. Creían en la justicia, no en la ley. Se quedaría aquí, trabajaría, envejecería, y olvidaría a Eldridge I y sus locos planes.
Cuando llegó al poblado, vio que la gente se había reunido para darle la bienvenida. Iban vestidos con túnicas largas y flotantes, como los albornoces árabes, la única vestimenta lógica para este clima.
Un patriarca barbudo se adelantó y con la cabeza asintió gravemente hacia Eldridge. ?Los proverbios antiguos tenían razón. Para cada principio hay un final. Eldridge convino cortésmente.
?¿Alguien puede darme un trago de agua?
?Y en verdad está escrito ?continuó el patriarca?, que el ladrón, teniendo un universo por el que vagar, volverá al final a la escena de su crimen.
?¿Crimen? ?preguntó Eldridge, sintiendo un molesto cosquilleo en su estómago.
?Crimen ?repitió el patriarca. Entre la multitud, un hombre gritó:
?¡Es un pájaro estúpido aquel que ensucia su propio nido! ?La gente rugió al reír, pero a Eldridge no le gustó el sonido. Era una risa cruel.
?La ingratitud engendra la traición ?dijo el patriarca?. La maldad es omnipresente. Te apreciábamos, Thomas Eldridge. Viniste a nosotros con tu extraña máquina, trayendo un botín, y te reconocimos por tu espíritu orgulloso. Te convertía en uno de nosotros. Te protegimos de tus enemigos de los Mundos Húmedos. ¿Qué nos importaba a nosotros que los hubieras agraviado? ¿Acaso no te habían agraviado ellos? ¡Ojo por ojo!
La multitud gruñó aprobadoramente.
?Pero, ¿qué es lo que hice? ?deseó saber Eldridge.
La multitud convergió hacia él, blandiendo palos y cuchillos. Una hilera de hombres vestidos con capas azul oscuro la retenían, y Eldridge se dio cuenta de que incluso aquí habían policías.
?Decidme lo que hice ?persistió mientras los policías le quitaban el Transportador.
?Eres culpable de sabotaje y asesinato ?le dijo el patriarca.
Eldridge miró a su alrededor, desesperado. Se había escapado de los cargos por hurto en el Sector Uno para verse acusado de ello en el Sector Dos. Se había retirado al Sector Tres, donde era buscado por asesinato y sabotaje.
Sonrió amistosamente.
?Lo único que realmente he deseado siempre ha sido un país cálido y pacífico, libros, vecinos amistosos, y el amor de una buena…
Cuando se recuperó, se encontró yaciendo sobre el duro suelo de tierra de una pequeña cárcel de ladrillos. A través de la rendija que era la ventana, pudo ver una insignificante porción de una puesta de sol. Detrás de la puerta de madera, alguien estaba gimiendo una canción.
Encontró un tazón de comida a su lado y comió con hambre de lobo su poco familiar contenido. Después de beber agua de otro tazón, se apoyó contra la pared. A través de la estrecha ventana, la puesta de sol iba desapareciendo. En el patio, un grupo de hombres estaba erigiendo una horca.
?¡Carcelero! ?gritó Eldridge. A los pocos momentos pudo oír el sonido de unos pasos.
?Necesito un abogado ?dijo.
?Aquí no hay abogados ?replicó el hombre orgullosamente?. Aquí hay justicia ?Y se marchó.
Eldridge empezó a revisar sus ideas acerca de una justicia sin ley Estaba muy bien como concepto… pero era horrible como realidad.
Se tumbó en el suelo y trató de pensar. No pudo. Podía escuchar a los trabajadores riendo y bromeando mientras erigían la horca. Trabajaron hasta muy avanzado el atardecer.
A primeras horas de la noche, Eldridge oyó girar la llave en la cerradura. Entraron dos hombres. Uno era de mediana edad, con una pequeña y bien cuidada barba. El otro tenía más o menos la edad de Eldridge, anchos hombros y curtido.
?¿Te acuerdas de mí? ?preguntó el hombre de mediana edad. ? ¿Debería?
?Sí. Yo era su padre.
?Y yo era su prometido ?dijo el hombre joven. Dio un paso amenazadoramente. El hombre con barba lo contuvo.
?Sé lo que sientes, Morgel, pero pagará sus crímenes en la horca.
?Colgarlo es aún poco para él, señor Becker ?arguyó Morgel?. Debería ser destripado, descuartizado, quemado y dispersadas sus cenizas al viento.
?Sí, pero nosotros somos un pueblo justo y misericordioso ?dijo Becker virtuosamente.
?¿El padre de quién? ?preguntó Eldridge?. ¿El prometido de quién? Los dos hombres se miraron el uno al otro.
?¿Qué es lo que hice? ?preguntó Eldridge. Becker se lo dijo.

Los mejores cuentos de ciencia ficcion

INTRODUCCIÓN
Los chinos tienen una ancestral maldición que reza así: Ojalá y vivan en tiempos interesantes. Afortunada o desafortunadamente, depende si aprueba este siglo, o si añora “buenos viejos tiempos”, nuestros tiempos actuales son los más interesantes vividos por toda la humanidad. Tal vez sea una maldición, tal vez no, pero la aceleración del cambio por la tecnología, la vida diaria, la salud, y la sociedad, jamás ha sido mayor ?y continúa a grandes pasos.
Más para tales movimientos de la sociedad humana, deben existir ajustes, atrasos y tendencias retrógradas. Las personas acostumbradas a estos cambios como el pan de cada día, se enfrentan a un vértigo de virajes repentinos, de sismos de duda, al preguntarse si todo esto nos lleva a la catástrofe o a alguna planicie de calma y orden, o si esta aceleración está más allá de todo control.
La ciencia-ficción es una casa matriz de aceleraciones para la consideración de estas cosas. La imaginación de sus autores y lectores explotan los eventos del presente para la especulación de sus extensiones hacia el futuro. Existen cosmogamas enteras sobre esos futuros con fluctuaciones que abarcan todo tipo de posibilidades, los indicadores reconocibles no sólo por lectores sino por el público en general, el cual ha sido expuesto a ellos, vía televisión y películas.
Sin embargo, la ciencia-ficción tiene una forma inmediata de reflejar tos ánimos y los tiempos. En volúmenes del pasado sobre estos anuales he notado tendencias hacia el optimismo, la utopía, y a los periodos de cautas reflexiones. Al recopilar el material, cristalicé tales tendencias. Yo lo llamaría terrestrealismo. Con esto quiero decir que estas historias tienden a pensar en las crisis y los futuros de la Tierra y la humanidad, más que al hecho de estancarse en conceptos de dimensionales galácticas de mundos colonizados y seres extraños. En resumen, los autores y los editores de ciencia-ficción se inclinaban hacia historias más “terrestres” que en los de años anteriores.
Así pues, de las historias seleccionadas para este anuario, considero como lo más extraordinario que la mayoría de ellas se desarrollan en escenarios razonablemente relacionados con lo terrestre, y sólo dos pueden clasificarse como historias sidero-locales. En esas dos, la de Bradley y la de George R. R. Martin, hay también valores básicos terrestres y humanos.
Los escritores de ciencia-ficción viven al día en este mundo de los 80s. No viven en torres de marfil ni en lamasterios tibetanos. No son inmunes a los ánimos o pensamientos del mundo que los rodea. Así que no pueden menos que reflexionar sobre ellos.
Por mi papel como editor de esta antología anual, así como por ser publicista-editor de novelas de ciencia-ficción, estas corrientes de pensamientos me llegan a través de la perceptibilidad. Los detecto en las novelas del año. El año pasado noté una tendencia hacia la ciencia-ficción mórbida, según mi criterio al poner como ejemplo a las novelas aclamadas Las sombras del torturador, La fuga del tiempo, Sobre alas de la canción, Jem, y lejos de lo por mí denominado como ciencia-ficción vibrante, como El alcance de las serpientes, Más allá del horizonte del Evento Azul y Los ingenieros del mundo de Aro.
Estas son reflexiones del viraje social vivido por el mundo de hoy. El hecho es, me atrevo a agregar, que tal viraje es sólo una gota de una contra-corriente. . . todavía. La ciencia-ficción continúa socialmente optimista.
1980 fue un año de cambios en el mundo publicitario de la ciencia-ficción. Galaxia, una vez primer adalid de esta rama, al final muere víctima de una larga dolencia terminal. Galileo muere con ella. Analogía fue finalmente arrojada de su hogar de Condé Nast y comprada de inmediato por los publicistas de las revistas que ya la habían relegado en sus ventas y aclamaban a la revista de ciencia-ficción de Isaac Asimov. Asombro se comió a su gemelo fantástico y sigue adelante con tumbos. Fantasía y Ciencia-Ficción conservan su alto nivel literario acostumbrado ?consistentemente superior a otras publicaciones.
Algunos de los libros editados indicaron recortes a la cantidad de publicaciones sobre ciencia-ficción / fantasía, al mismo tiempo que otros editores anunciaban nuevos programas y listas extensas, los cuales indicarían una especie de señales cruzadas en ese campo. Omni que en 1979 incluyó varias historias de ciencia-ficción suficientemente excelentes como para pagar premios, así como para convertirlas en antologías, sufrió un fuerte cambio político que dio como resultado una lista de ficción fuertemente criticada como trivial y efímera.
La ciencia-ficción británica parece estar estancada, sin publicaciones novedosas. En Europa, los libros de ciencia-ficción están en su apogeo, especialmente en Alemania, Francia y Holanda, así como en los países socialistas. En España e Italia los pronósticos se tambalean, mientras que en Japón la ciencia-ficción sigue tan fuerte como siempre.
Pero por todo el globo, la ciencia-ficción piensa en términos terrestres. Hay cambios en la economía, en la política, en las estructuras sociales, y toda especulación se encuentra bajo la influencia de estas presiones. El programa espacial norteamericano, mientras se vanagloria en resultados espectaculares con los descubrimientos de sus Saturnos y Júpiter, establece un tiempo basado en los éxitos de sus viajes espaciales. Los soviéticos avanzan en sus esfuerzos para conservar un laboratorio espacial en órbita y extender el tiempo que sus cosmonautas duren allá? así como pruebas futuras de exploraciones a Venus.
El conservadurismo cauto parece ser la orden general del día. Pero vigilen a su autor local de ciencia-ficción. ¡Podría proyectar indicios de un nuevo brote!

VARIACIÓN SOBRE UN TEMA DE BEETHOVEN
Por Sharon Weeb
La conservación y el desarrollo del genio es un prerrequisito para el progreso de la humanidad. Mientras avanzamos en la solución del problema de la longevidad, intentamos progresar en las demás esferas. Pero supongan que ese triunfo niega igualdad deseable en la aspiración humana. Si el costo de la inmortalidad es la aburrición universal o la fijación eterna, como muchos filósofos claman, ¿puede tener esta solución?
Lo trajeron ante el Comité de Vesta cuando tenía 11 años de edad. Su vejiga estaba tensa por la presión y le lastimaba. El sudor cubría sus palmas.
La noche anterior su nombre estaba iluminado sobre el gran tablero del dormitorio: DAVID DEFOUR. Nunca lo había visto antes.
?Tú eres ese ?dijo uno de los muchachos con mirada conocedora que lo hizo sentir aniñado e ignorante.
? ¿Yo soy qué? -Sus ojos aletearon la pregunta de un muchacho a otro y a otro?, ¿yo soy qué?
?Tú vas a ser.
?Sí ?dijo otro.
?Tú vas a ser castigado.
? ¿Porqué?
?Porque.
? ¿Porqué?
?Castigado no, estúpido ?dijo una nueva voz?. Escogido. ?El nuevo muchacho, un joven mayor del dormitorio de arriba, puso un brazo protector alrededor del hombro de David. ?Te escogieron ?dijo?. Debes de ser especial.
? ¿Escogido para qué? El temor crecía dentro de él, empujaba su corazón y lo desviaba hacia arriba hasta golpear y agitar su garganta.
Había oído antes de vez en cuando, algunas murmuraciones, pero las había ignorado en su mayoría. Ahora venían hacia él; sus labios tuvieron que preguntarlo. ? ¿Qué?
?Porque, tú serás fa-mo-so ?pronunció lentamente el nuevo muchacho, al apretar su hombro?. Tendrás todo lo que quieras. Pero después. . . tendrás que morir ?los ojos del muchacho escudriñaron los suyos?, me pregunto cómo será morir.
David escurrió su pequeño cuerpo fuera del brazo del joven y corrió con las piernas encorvadas al baño. Quería vaciar su vejiga. Deseaba llorar. Era como eso, ahora.
Los miembros del Comité, tres, llevaban sus batas con lunares grises porque estaban sentados en cónclave formal. La mujer alta de cara cuadrada, la Presidenta, tocó el sólido cojincillo frente a ella con un mazo de cristal. -David Defour ?dijo la mujer?, acércate a la Presidenta.
El miedo llameó a través de su cara delgada. Le temblaban las piernas y las rodillas.
?No tengas miedo ?dijo la segunda mujer rompiendo el protocolo, quizá porque era amable o tal vez porque recordaba lo que era tener 11 años y estar asustado.
Se paró ante ellas. Miraba hacia lo que parecía ser una gran altura, hacia los miembros sentados.
La Presidenta habló de nuevo. ?David Defour, ¿sabes por qué has sido llamado ante el Comité?
Parpadeó, empujó su barbilla, movió su cabeza casi imperceptiblemente.
? ¿Es tu contestación un no? Emplazó él su voz de soprano vacilante. ?Es no.
?Muy bien. Miembros de Conway, lean la Instrucción. Los miembros de Conway miraron a David con ojos grises y acerados. Luego él miró hacia abajo y empezó a leer:
?Desde las primeras sombras del tiempo, la humanidad sabía que era mortal. Para los eones eso significaba alcanzarlo más allá de él mismo. En un sentido había fallado; en otro sentido tuvo éxito. Y la búsqueda siempre se hacía presente. Se dirigió en muchas direcciones, encontró éxitos y fracasos en cada una. Entonces la humanidad encontró éxitos finales y fracasos también. Porque, cuando la humanidad mató a la muerte en sus laboratorios, mató la necesidad de la inmortalidad. Cuando la muerte murió, también murió la poesía de la Tierra y su música. La filosofía fue acallada; el Arte se hizo polvo; la Ciencia fue sofocada. Sólo quedaron los ecos. Y así fue como la humanidad se dio cuenta que grandes ganancias reflejan grandes pérdidas. Y reconoció la necesidad de escoger de entre sus miembros aquellos pocos que, cuando niegan su inmortalidad, deben crearla para ellos mismos, en beneficio de todos. Es por este propósito, David Defour, que has sido emplazado aquí este día. . .
Los miembros de Conway lo taladraron con fijeza. ? ¿Aceptas la responsabilidad que la humanidad te impone?
Frías oleadas soplaron a través de su pequeño cuerpo, sintió escalofríos en el vientre, sus huesos hormigueaban. Se paró, temblaba, con largos ojos dilatados, trataba de darle sentido a lo que había escuchado.
La  Presidenta  dijo  ?Es costumbre,  David, decir “acepto”.
Abrió la boca, la cerró, la abrió de nuevo. Su voz vibró en su garganta, como una abeja capturada que volaba fuera, al fin.
?”Acepto”.
-David, estoy aquí para ayudar a facilitar tu transición. ¿Tienes alguna pregunta?
Miró la cara dulce y tranquila a través del escritorio, intentó leer en ella, pero falló. Trató de darle un sentido al aturdido día y falló de nuevo.
Después del cónclave del Comité, fue llevado a Medicina Nivelada, impotente, mientras su cuerpo fue probado íntimamente hasta sentir su cara tornarse caliente con embarazo. Metales puntiagudos removieron muestras de sus tejidos, de su sangre. Luego, el veredicto: Tiempo Decisivo, sesenta meses lunares.
Lo alimentaron, le dieron algo de beber. Lo tomó agradecido; Empujó la comida alrededor de su tazón. Después fue traído aquí, al hombre de cara dulce y tranquila con mejillas sonrosadas y piel tan suave como la crema.
?Tú no vas a seguir en Vesta, David. Hoy saldrás para Renacimiento. Es en la Tierra. Vivirás ahí ?consultó el expediente de David?, por sesenta meses, hasta la Decisión Final. El consejero absorbió la mirada que pasó sobre el rostro de David. Sonrió débilmente; había visto esa mirada antes?. Te gustará, David. A todos les ha gustado. Lo preferirás después de un tiempo. En Renacimiento estarás con los de tu misma clase.
¿Dejar Vesta? ¿El dormitorio? ¿Todo lo conocido por él? Empezó a temblar. No había conocido ningún otro lugar. Lo iban a llevar fuera de su hogar, de los muchachos a quienes estimaba como a sus hermanos, lejos de su cama, de la Madre Jacobs y de la Madre Chin. Ardientes lágrimas chocaron contra sus pestañas, detenidas sólo por un pestañeo. Y su música. ¿Iban a llevársela también? ¿Sería arrancado de su flauta? ¿De su cítara??Por favor. ¡Déjenme aquí! ¡No quiero ir!
?No podemos hace eso David. Mañana, los muchachos con quienes vives comenzarán el tratamiento. La comida que ingieras, el agua que bebas será diferente a la de ellos. Lo siento, pero sales hoy.
Con pequeña voz vacilante dijo con desesperación. ? ¿Puedo tomar mis cosas?
?La Madre Chin te las empacó. Todo está a bordo de la nave ya.
?En respuesta a la esperanza reflejada en los ojos del muchacho, el consultor agregó?: Todo está ahí, David. Tus instrumentos musicales también. Especialmente aquellos. Encontrarás más en Renacimiento. Muchos más. ?Se levantó bruscamente?. Sube a bordo. Es un largo viaje.
?No puedo irme todavía, debo despedirme.
?No, David. Hemos pensado en una separación limpia y rápida.
Se acurrucó solo en un compartimiento en la nave. Cuando la puerta se cerró, fijó la vista en su soledad por unos minutos y dejó salir las lágrimas.
El piloto, al observar su desconsuelo, tomó nota y prudentemente lo dejó llorar por un tiempo antes de presionar el botón de sonido y activar el mirador del muchacho.
?Hola, David. Yo soy Heintz. Estaré aquí para ayudarte durante el viaje ?dijo la voz desde la pantalla?. Si miras a la derecha de tu compartimiento, verás un botón marcado ‘agua’ y otro marcado ‘jugo’. Te recomiendo el jugo, está muy bueno.
Estaba sediento. Presionó el botón y de la pared salió un tubo para beber. Estaba bueno. Apagó su sed.
Heintz esperó hasta que hiciera efecto el ligero sedante, entonces dijo. ? ¿Alguna vez estuviste en una nave?
David meneó la cabeza.
?El capitán acaba de abordar, David. Saldremos en unos minutos. Sintonizaré tu pantalla para que puedas ver el despegue, pero primero quiero que te ajustes el cinturón. Presiona la palanca frente a ti.
Una luz verde salió bajo sus narices; debajo de ella, emergió un pequeño manubrio. Lo empujó y un hilo sutil de luz emergió de las paredes del compartimiento y lo envolvió gentil pero firmemente. Sólo sus brazos quedaron libres.
?Bien, cuando estemos en camino, puedes desengancharte de mi señal. Mientras tanto, siéntete libre para explorar tu compartimiento. Si me necesitas, presiona el botón ‘asistente’ sobre tu cabeza.
La pantalla se puso en blanco.
Justo sobre su testa, un teclado de botones plateados centelleó. Uno decía ‘Música’. Lo presionó y se presentó un selector de números. Indeciso, oprimió una cifra al azar, se recostó y cerró los ojos.
La suave melodía de una cítara comenzó, seguida por el abotagamiento de un violonchelo. El arreglo de una vieja pieza de piano, pensó. ¿Qué era eso? Lo había escuchado antes en su clase de historia de la música, pero el nombre, el compositor, no lo recordaba. La música, inexpresivamente triste pareció envolverlo. Se marcó dos manchas cafés con los puños en sus ojos para detener el brote de las lágrimas, pero éstas corrieron a través de sus curvos dedos y trazaron su camino hacia la barbilla mientras la Patética de Beethoven surgía a través de su cinta plateada.
Una voz brillante le sacudió. ? ¿Lloras? Así son todos.
?Un suspiro?. ¡Qué aburrido! ?Una niña como de su edad lo atisbo desde el mirador. Sus ojos eran francos, azules, con un rocío de pecas como nuez moscada sobre la nariz?. Esperaba que fueras diferente. ?No estoy llorando ?se restregó vigorosamente los ojos?. Iba a tomar una siesta. ?Guiñó deliberadamente hacia la cara de la niña?. ¿Quién eres?
?Liss, ¿Cómo te llamas?
?David. ¿Dónde estás?
?En el compartimiento 17. Tú estás en el 8.
?Pensé que estaba solo.
La niña rió. ? ¿Tienes un vacío en medio de tus oídos? La risa lo hizo frenar. ? ¿Qué quieres decir?
? ¿Pensaste que la nave efectuaba un viaje sólo por ti?
?Bueno, no ?su barbilla sobresalió un poco hacia afuera.
?Lo hiciste ?ella rió de nuevo.
¿Quién pensaba que era ella, de cualquier modo? ¿Por qué no te vas de relámpago? ?Alcanzó el botón para privacidad.
?Espera, no me desconectes. Espera, por favor. El tono de pánico en su voz lo hizo detener la mano en el botón.
?Por favor ?dijo ella?, quiero hablar, estoy muy sola. El la miró por un largo tiempo. ? ¿Adonde vas?
?Al mismo lugar que tú.
? ¿Cómo sabes a donde voy?
?Tengo medios. Espera. ¿Oyes eso? Hemos iniciado el despegue. El susurro que subconscientemente escuchó desde que estuvo a bordo, dio lugar a una vibración pesada.
? Las turbinas comienzan a abrirse ?dijo ella?, mira.
La cara de la muchacha se apartó en un óvalo de 10 cms. en un rincón. El resto de la pantalla se llenó de una vista masiva de las turbinas de Vesta, las cuales sobresalían en fuerte vacío. Un millón de puntos estrellados taladraba lo negro del espacio.
Se formó un bulto en su garganta y no pudo tragarlo. Realmente partían. Dejaban su hogar. . . Quizás para siempre.
? ¿Vas a llorar de nuevo? Se armó de valor. ?No.
?Bien. No creo poder soportarlo. Mira, somos libres.
El último vestigio de chirridos de puertas se esfumó. Tan sólo había oscuridad y luces centelleantes sobre la pantalla y una imagen de 10 cms. de la pecosa cara de una niña.
?Pronto nos desengancharemos del cinturón ?dijo ella.
? ¿Cómo sabes tanto? ?demandó él. La encontró fastidiosa y al mismo tiempo infinitamente confortante para hablar, pero aún no sabía cómo definir sus sentimientos.
?Experiencia ?dijo ella?. He hecho todo esto antes. Escepticismo rosa. ? ¿Cuándo?
?Esta mañana. Yo fui la primera a bordo desde Hoffmeir.
? ¡Hoffmeir!
?Sí. No pensaste que ellos sólo escogieron Vesta. ?El meneó la cabeza. No había pensado acerca de todo aquello.
?Nos paramos cerca de Hebe. Después vinimos a Vesta. Esta es mi tercera partida ?dijo ella con aire de tempestuosa madurez.
? ¡Oh! ¿Cuántos de nosotros estamos aquí?
?Hasta ahora, nueve en los compartimientos. Más adelante se llenará de adultos en viajes de negocios y vacaciones. No estoy interesada en ellos. ¿Cuál es tu talento?
?La música.
?Yo voy a ser una escritora. Leo todo el tiempo. Incluso he leído los archivos. Tengo un enorme vocabulario. ?Lo miró especulativamente?. La mayoría de los músicos que he conocido son desmedidamente sensitivos. ¿Lo eres tú? El no supo qué contestar.
?Tal vez lo eres. Espero hayas estado protegido, intentaré llevarte de la mano. En Renacimiento necesitarás de alguien como yo.
?No necesito de nadie.
Ella suspiró. ?No quiero ser descortés. No puedo remediarlo. Pareces estar muy desamparado.
El apagó la pantalla durante 5 minutos, y cuando la soledad intentó abrumarlo, la encendió de nuevo en el compartimiento 17.
? ¿Liss? ? murmuró ?, ¿Liss?
Apareció la cara, pecosa, rosada, con una ligera hinchazón alrededor de los ojos. Sus mejillas mostraban huellas de lágrimas.
? ¿Me vas a hablar, David? ?Preguntó humildemente.
?Eso creo. Su barbilla temblaba  ligeramente. ?Siento haberte hecho enojar.
?No hay problema.
?Hablo demasiado. Siempre lo hago. No quiero decir nada con eso. La firme pero casi imperceptible aceleración desapareció de pronto. La luz del compartimiento vino tan pronto como la voz de Heintz dijo, ?Pasajeros, pueden desabrocharse el cinturón.
David jaló la palanca frente a él. La mayor parte del cinto limitado se retractó y tan sólo quedó una correa suave y elástica en su lugar. Se podía mover libremente alrededor y rebotar con suavidad en las paredes acojinadas del compartimiento. Volvió rápidamente al juego. Uno, dos (techo, pared), tres, cuatro (pared, pared) cinco, seis (asiento, pared).
Se enrolló como una pelota, los brazos alrededor de las rodillas. Se empujaba del asiento con los dedos de los pies, con el riesgo de impactarse contra el techo, por lo cual dirigía su espalda hacia el asiento. Techo, asiento, techo. Un poco fuera del centro hizo carambola hacia la pantalla. Pasó a corta distancia y logró detener la correa, vio a Liss en la pantalla, revoloteaba también, como un balón a la deriva en las alturas. Heintz los observaba desde su tablero, reía entre dientes y meneaba la cabeza. No había encontrado a ningún muchacho capaz de desaprovechar aquel juego. Características de nacimiento, pensó. Además, nunca había fallado respecto a las consecuencias.
En unos pocos minutos, un verdoso y pálido David, así como una sudorosa-Liss, se adhirieron a sus respectivos asientos con manos temblorosas mientras presionaban el botón de ‘Servicio’.
?Voy en camino hacia ustedes, chicos Heintz presionó la palanca para las cabinas 8 y 17 y una nube de neutralizador se esparció en los compartimientos?. Despacio, respiren profundamente. ?En 30 segundos desaparecieron las náuseas de David, así como su rigidez?. Tomaré una siesta ?dijo a la imagen de la pantalla.
?Yo también. Buenas noches, David.
Se estrecharon las manos a través de la pantalla como si se tocaran el uno al otro. Durmieron hasta la hora de ajustar el cinturón para el aterrizaje sobre la Tierra.
Desembarcaron en al terminal Atlantic-Biscayne en la mitad de una calurosa mañana azulada. Los ojos de David se deslumbraron por el reflejo de vidrio cortado sobre el océano. Las olas cercanas rompían sobre los campos burbujeantes de los almacenes y los econdos que habían brotado en el despertar de la terminal de la isla. Hecha por el hombre algunas millas hacia el oeste, el horizonte de la playa de Miami emergió del océano como un oasis de acero.
Aunque era un día caluroso, él se estremeció a la vista del océano. Nada que hubiera visto lo preparó para esto, nada que hubiera olido… El olor del mar se pegó a los poros de su nariz. El aire soleado presionó suavemente sobre su cuerpo y pareció resistir el movimiento dentro y fuera de sus pulmones. Una fina película de sudor aperló su frente.
Una mujer en uniforme azul decía algo… ?Te aclimatarás pronto. Procederemos de inmediato al revoloteo. Llegaremos a Renacimiento después del almuerzo.
Vio a Liss y se dirigió hacia ella. Era más alta que él, más grande de lo que él pensó que era. Atacado por repentina timidez se volteó y pretendió mirar al océano. Después de un momento, la mano de ella tocó la de él. La sintió tibia y amistosa.
En Tierra… suaves piernas que chocaron con efusión después de unos cuantos metros caminaron la corta distancia hacia el zontilator marcado “Frontera de Revoloteo”.
?Esta comida es desagradable ?dijo Liss al arrugar su nariz con disgusto.
El supo el significado. Tan lejos, la comida de la Tierra parecía extravagante y… bueno, terrestre, comparada con su dieta en Vesta, y el agua tenía un sabor a algo como metal.
?Tenemos que acostumbrarnos a ella. ?Liss empujó fuera su plato y acomodó su cuerpo a una posición confortable en el asiento del aparato revoloteador, junto a él. Su brazo regordete y suave apretado contra el huesudo de él. David tentativamente decidió que le gustaba. Descubrió que las niñas huelen diferente de los niños y pensó porqué no lo había notado antes. Pero él no había prestado mucha atención a niñas hasta ahora. Siempre las había encontrado exasperantes, incómodas y no valiosas. Liss era exasperante, pero era agradable en cierta forma. Decidió que Liss estaba bien. Probablemente ella no era una niña típica. Pensó si todas las niñas de Hoffmeir serían como ella.
? ¿Fue eso como regresar a casa? ?preguntó él.
? ¿Quieres decir comparado con Vesta? Bueno, Hoffmeir es más pequeño, desde luego, y más nuevo, como puedes esperar de una población hecha por el hombre, pero vivimos dentro, justo como tú hiciste en Vesta. Y la gente de Hoffmeir siempre es más inteligente. La miró con sorpresa y empujó su pequeño brazo regordete. ? ¿De qué hablas?
?Es verdad. Todos saben que los de Vesta son sólo técnicos. Hay variedad en Hoffmeir. La sola Universidad es la mejor del sistema. Eso dicen los archivos. Además, en una sociedad selecta, pequeña como Hoffmeir, hay un premio en cerebros.
Lo tenía casi como atontado. Era una niña típica, de acuerdo. De hecho, era tan típica que era sobresaliente. Apostó que Hoffmeir contaba con suficientes niñas de cerebro espacial tales como ella. La voz de él vertió desprecio. ?Apuesto que cualquiera en mi dormitorio es lo doble de listo que tú.
? ¿Vivías en un dormitorio? ?Los ojos de el la se dilataron y serpentearon a las esquinas?. ¡Oh! desde luego.
? ¿Qué quieres decir con ‘desde luego’? ¿Dónde viviste?
?Con mis padres.
Sintió él su boca abierta, caída. ‘Miente’. ‘Ella en realidad debía considerarlo estúpido si creía en una historia semejante. Nadie conoció a sus padres hasta el día que lo aceptaron en la comunidad adulta. Uno de dos años de edad tendría mejor sentido al decir tal relato.
?No es una mentira. Supe que los vestanos no eran tan inteligentes, pero tú eres la prueba que son estúpidos.
? ¿Yo soy estúpido?
?Sí, lo eres maniobró su cinturón y sacó fuera un pequeño ‘cubo mirador’-. Mira.
Presionó la luz con el pulgar. Un sonriente hombre y una mujer estaban sentados a una mesa decorada con cubos de luz verdes de Día de renovación. Una niña ?Liss?entró, I levaba una fuente de vino ceremonial. Lo bajó delante de ellos y el hombre alto vertió tres bebidas de él. Sus manos se alzaron en un brindis formal.
Un tri-dimensional saludo emergió:
?A nuestra hija en este día de regocijo. Que encuentre su camino y bienestar.
David clavó la vista en el “cubo mirador” incrédulo.
? ¿Ahora me crees?
?Yo no entiendo ?empezó él?. ¿Por qué. . .como tú???calló no sabiendo como pronunciar todas las preguntas que estaban en su cabeza. Solo los oficiales y un grupo de personas eran permitidos reproducirse a sí mismos para comenzar, pero ellos nunca crearon a los niños por ellos mismos?. Esos nunca se hizo, ?dijo él.
?Deben ser muy importantes.
?Lo son. ?Estiró ella sus hombros hacia atrás ligeramente? Mi padre pintó el retrato oficial del Primer Ministro Gerstein, y mi madre es una poeta laureada del cinturón, sin dejar de incluir tu preciosa Vesta.
Alzó una ceja y preguntó. ?Entonces, si ellos hacen eso, significa. . . significa.
?Si ?dijo ella?. Son mortales.
La nave se sumergió de repente bajo una cubierta de nubes ? ¡Mira! ?la nariz de Liss presionó la ventana curva seguida rápidamente por la de David. Un tapete verde arrugado de montañas se estrechaba bajo ellos.
La nave descendió entre dos montañas, y pasó a través de un paso angosto, se inclinó de nuevo, para continuar una línea curva plateada que se sumergía hacia abajo a un barranco pétreo para finalmente salir hacia un silvestre valle.
David se sintió aturdido con el vuelo y ligeramente borracho. Nada que hubiera alguna vez experimentado, no había caída libre en el skiptor, nada comparado a esto.
La nave se dejó caer de nuevo, libró escasamente las copas de los árboles. La línea plateada se volvió un río unido sobre las rocas en su trayectoria. Adelante, los árboles se adelgazaron dejando un pequeño claro. La embestida de la nave cesó cuando empezó su suave descenso vertical.
Varias personas los esperaban.
El hombre que lo había tomado a su cargo dijo ?Queremos que descanses hoy en vez de reunirlos a escuchar discursos aburridos. Les hemos arreglado orientadores privados.
Caminaron a lo largo de un sendero curvo de grava a través de profundos bosques. Un arroyo saltaba de piedra en piedra, gorgoreaba y coqueaba su camino hacia el río. Aquí y allá pequeños edificios de madera brotaban como hongos cafés bajo los árboles.
El esfuerzo de caminar, de jalar aire pesado, fue casi demasiado; sintió doblarse sus rodillas. Una mano firme lo sostuvo y lo auxilió ?Aquí estamos ?el hombre empujó y abrió la puerta de una de las pequeñas unidades.
La cabaña era un cuarto sencillo con un baño pequeño justo en un rincón. Una cama cilíndrica enrollada contra una pared. El hombre empujó una palanca y se abrió. ?Descansa por un rato, David, más tarde ?le indicó el tablero de comunicación sobre el muro contrario?, aprenderás más acerca de Renacimiento. Después de que hayas descansado vendrán a llevarte a comer.
Sonrió el hombre y pasó una mano larga a través del cabello del muchacho. ?Sé cómo es de confuso, David. Sé cómo te sientes. David miró hacia arriba con sorpresa e incredulidad. Nadie podía realmente saber cómo se sentía.
El hombre lo miró, pero fue como si David no estuviera ahí por el momento. Después dijo. ?Esta fue mi cabaña también. Hace 20 años.
Estaba demasiado cansado, demasiado incierto para dormir. Se recostó sobre la pequeña cama y miró estúpidamente a su alrededor. Las ventanas estaban abiertas y el suave aire caliente presionó dentro del cuarto y trajo extraños olores y sonidos. Una vez un pájaro cantó y trató de catalogar su sonido en su mente. Los únicos pájaros en Vesta eran los pollos y patos del Nivel de Sustento y las imágenes vacías de Educación.
El sol a través de la ventana trazó un rectángulo de luz como polvo de gis amarillo en el centro del cuarto. En el rectángulo un gracioso estante de música con manuscritos arreglados sobre él. Su propia cítara y su flauta, colocadas cerca del estante. Se sintió agradecido por ellas, como si ellas representaran una continuidad en su vida. Del otro lado del cuarto, pegado al tablero de comunicación había un teclado triple. Tenía barras amplificadoras. La curiosidad lo impulsó a pararse y cruzar el cuarto. Barras amplificadoras, no lo podía creer. Había un solo medidor de sinfonía en Vesta capaz de compararse a éste. El de él ?el que le dejaron ellos usar? era como un juguete comparado con éste.
Se paró frente a él, con los dedos suspendidos, temeroso de tocarlo pero tentado bajo redención. Oprimió el control marcado “soloboe” y tocó un fragmento de melodía que había pasado por su cabeza por un momento. El sinfonizador resonó en una quejumbrosa voz de tono delgado. “Recuerda” dijo al contener el aliento; presionó el control “Depósito”. El bajonista estaba en seguida, no… dos bajonistas. . .atravesó jocoso en los registros bajos. “Ahora, juntos” El trío resonó en el pequeño cuarto. David escuchó críticamente, presionó “demora” luego la clave del bajonista I y II “Repetir”, se dijo a sí mismo. Mejor, pensó, y los obscuros ojos brillaron al sonido que llenaba la cabaña. Mejor. Hizo acopio de todos y se maravilló de lo intrincado del sinfonizador. Podía contar una docena de pasos mecánicos y no creativos. No más esperas entre la idea y la realización. Activó las voces de los bajonistas de nuevo y tocó una contra la otra en un argumento. Las voces crecieron y trató de ocultar su risa al estridente graznido de pato. Ahora una persecución? un estallido. Una caricatura que terminaba ?dos airados bajonistas con pico de pato? se desplomaban encima y encima de cada uno para protestar salvajemente hasta quedar sin aliento, sus graznidos se apaciguaban hasta desaparecer.
Le llegó una idea. Sostuvo el sensor en su garganta y subvocalizó “Comedor de Patos, Comedor de Patos, Comedor de Patos, Comedor de Patos”. Presionó una palanca amplificadora, lo veía “C-o-m-e-d-o-r d-e-p-a-t-o-s. Ahora, lo atajó. . . ‘C’C’C’C’ P-a-t-o-s”. Tocó con los controles hasta que tuvo a su monstruo galopante detrás de los patos bajonistas. Empezó con una caminata determinada en los registros bajos: ‘C’C’Kuh’ Nefasto. Afinó en los patos en un graznido de tono medio. ‘C’C’Kuh.C’C’Kuh. Después un suspiro p-a-t-t-t-. Lo giró bajo 17 tonos p-a-t-o-s-s-s-. C’C’Kuh.
Nerviosos graznidos de patos y después la persecución C’C’Kuh P-a-t-o-s-s-s-Kuh ?con desprecio Ping.
Terminó con un deliciosamente horrible graznido de pato y el monstruo suspirante C-o-m-m-m-. Visiones de remolinos, plumas de pato flotaban en su cabeza. Halagado con la imagen lograda, se rió fuerte. ?Buenas tardes, David ?dijo una voz de mujer desde el comunicador. Perplejo la miró.
?Vamos a iniciar tu orientación ahora. Observa la pantalla por favor. ?La imagen del mapa de un satélite apareció en ella?. El skiptor aterrizó aquí… ?Un agrandamiento del mapa, después la escena del Atlántico Vizcaíno?. Abordaste la nave y llegaste aquí. ?Aparecieron las verdes montañas señaladas en el mapa?. Estás en un área conocida como la Montaña Salvaje, parte del Continente Norteamericano una vez conocido como Georgia. La desierta área tiene más de 4,000 kilómetros cuadrados, de la cual Renacimiento tiene permitido usar 180 kilómetros cuadrados. ?La imagen afocó una área pequeña.
David reconoció las cabañas cafés cerca del sitio de aterrizaje.
?Estás aquí, en Residencia 6.
Las imágenes dieron salida a un mapa estilizado que mostraba el centro de estudio, comedores y un lago de recreación. A la orilla del mismo, estaban colocados una serie de escenarios para tocar música.
?Pronto aprenderás a desplazarte alrededor, David. Ahora queremos contarte un poco sobre Renacimiento. Fuiste traído aquí, como lo fueron los otros, con muy poca información acerca de esta operación. Así es como fue planeado. Queremos que cada uno de ustedes descubra por sí mismo como es nuestra vida aquí. Aunque tu llegada fue brusca y tu descontento natural, esto fue preparado para que veas tu nueva vida sin prejuicios y actitudes preconcebidas.
?Tenemos una vida simple aquí, simple, pero enriquecida. Encontrarás suficiente complejidad en tu trabajo y en las relaciones con tus maestros y tus iguales. Esto, también, es deliberado. Hemos tratado de formar un ambiente conducido a creatividad, el cual, esperamos simule un temprano tiempo simplista cuando toda la humanidad encare una vida de breve extensión.
?Mientras estés aquí, aprenderás más de la disciplina de tu arte. En Renacimiento aprenderás a reverenciar las ideas y las culturas que la humanidad ha perseguido a través de su historia.
?Cada uno de ustedes ha recibido un tiempo de Decisión Final. En tu caso, David, el tiempo es de 60 meses lunares. En ese lapso, si decides no permanecer con nosotros, puedes hacer tu Decisión Final para el tratamiento de inmortalidad. Después de ese tiempo, tu cuerpo habrá madurado lo suficiente para empezar los tratamientos.
?Nosotros, desde luego, esperamos que durante tu estancia aquí escogerás quedarte. Sin embargo, si decides dejarnos no habrá reproches ni deshonra por lo que decidas. Conocerás a tus maestros pronto, David. Si tienes alguna pregunta, el comunicador te la contestará.
Calló la voz, calló. Se escuchó un toquido en la puerta, y después. . . ?tan sólo exploro ?dijo Liss al cerrar la puerta tras de sí.
? ¿Cómo supiste donde estaba?
?Fácil. Le pregunté al comunicador. Ven, te voy a mostrar donde habito. ?Apuntó fuera de la ventana a la ensenada oculta bajo un grupo de graciosos árboles obscuros?. ¿Ves aquellos árboles? El comunicador los clasifica como abetos. De todos modos, un poco más allá se encuentra un pequeño puente para peatones. Después de que cruzas, hay un sendero que da a mi puerta ?ocultó su risa?. Es un poco como la casa de la bruja en Hensel y Gretel, ¿no crees?
La miró con absoluta confianza.
Escudriñó la cara de él y suspiró. -¿No sabes nada acerca de mitología?? Meneó la cabeza?. Técnicos. Bueno, debo tomarte de la mano y ?calló?. Lo estoy haciendo de nuevo, ¿no es así? Lo siento. Por favor no frunzas tu cara. Eso me pone nerviosa.
Parecía tan apenada y tan sincera, él relajó su cara y apareció una sonrisa. ?Está bien.
?Realmente quisiera contarte acerca de Hensel y Gretel. Eso es ?agregó ella rápidamente?, si quieres oírlo.
?Bien, adelante entonces.
?Oh, ahora no. En la noche. Es una historia para ir a la cama. Enséñame tus cosas ?dijo ella?. Señaló al sintonizador?. ¿Qué es eso? Le explicó cómo trabajaba.
?Interesante ?admitió ella?. Entonces puedes trabajar de dos formas, justo como yo.
? ¿Qué quieres decir?
?Bueno, mi cabaña tiene un procesador sobre el comunicador. Puedo usarlo para escribir, pero a la mitad del cuarto, por donde está tu estante de música, está la cosa más graciosa. Es un mueble alto con un tope en declive, y tiene un banquillo hacia arriba para sentarse.
? ¿Qué se supone que hagas allí? ?le preguntó.
?Escribir. ?Esperó por su reacción y ocultó su risa cuando vio la perplejidad de su rostro?. Hay un montón de papel y plumas sobre el escritorio. ¿Puedes imaginar algo tan primitivo? Pregunté al comunicador acerca de eso. ¿Sabías que en la antigüedad muchos de los escritores escribieron realmente de esa manera?
Movió él su cabeza.
?Creo que debo intentarlo. Es más bien romántico, ¿no crees? De todos modos. Veo que tienes la misma distribución ?caminó hacia el estante de música?. ¿Qué es esto?
David examinó las hojas. Algunas estaban en blanco excepto por el pentagrama impreso sobre ellas. Otras eran composiciones para cítara y flauta.
? ¿Cómo suena esto? ?preguntó Liss al levantar una hoja al azar.
El la miró con sorpresa; estaba titulada “Canción de David”. El compositor era alguien llamado T. Rolfe. Tomó su flauta y empezó a tocar, despacio al principio, ya que era una pieza difícil, después más fluidamente mientras lo embargaba el sentimiento musical.
?Eso está bello ?dijo Liss cuando terminó.
?Estoy de acuerdo ?dijo la mujer a la puerta, quien había entrado sin notarse?. No puedo imaginar eso tocado con más sentimiento. David la miró sonrosado de placer pero éste desapareció cuando la vio. Sintió algo frío que serpenteaba como patas de araña en su estómago. La mujer era vieja. Vieja de manera que David nunca había visto. Pequeña y encorvada. Sus sabios ojos negros quemaban en una cara embutida en arrugas, marchitada la carne. Su pelo alborotado en salvajes cabos gris y blanco alrededor de su cabeza. La estirada piel hacía la mandíbula y garganta una mole continua de tejido. Se estremeció.
?Escuché cómo tocabas la canción que te escribí?dijo ella?, y por eso entré. Voy a ser tu maestra, David. Mientras él se quedó callado, Liss dijo. ? ¡Oh!, entonces usted es T. Rolfe.
?Tanya.
? ¿Aprenderá David a escribir música como usted? La anciana sonrió, aumentó diez veces las arrugas que coronaban su cara, en las esquinas de su boca y sus ojos. ?Veremos. Cuando se hubo ido, David permaneció parado en silencio. Contemplaba todavía aquella vetusta aparición.
?Es agradable ?dijo Liss?, ¿no lo crees tú? El la miró agobiado. ?Ella es. . . Ella es horrible.
?Es sólo vieja ?dijo Liss?. Debe tener cerca de 100. ¡Cerca de 100! La cara suave de la Madre Chin de su dormitorio era de cerca de 200. La Madre Jacobs era todavía más vieja. ?Sintió su quijada cerrada. ?Cómo pueden hacerlo. Cómo pueden. Ella acarició su hombro. ?Lo siento. Me olvidé. Nunca has visto mortales. ¿No es así? Movió su cabeza desdichadamente. Después la miró por largo rato.
?No estás asustada por eso. ¿Lo estás, Liss? La sorpresa flameó su cara. ?No. Creo que no. Y ahora ?dijo animadamente?, sugiero investiguemos la comida. Sospecho que será desagradable, pero ya no me importa.
Esa noche, más tarde, se acostó en su cabaña, tan solo, desdichado y tímido como un cachorro alejado de la cama de paja de sus hermanos por primera vez. A lo lejos cantó una lechuza. Cerca, otra respondió. Asustado se paró y miró, a través de la ventana, las sombras densas a la luz de la luna. Nada se movía.
Inquieto, se recostó de nuevo. Quería estar en casa, recogido en su cama en medio de Jeremy y Martin, arrullado por suaves ronquidos y sordos ruidos de sueño. No se estaría aquí. No podría. Ni aunque lo torturaran.
Lentamente lo alcanzó el sueño y el agotamiento. Se soñó que caminaba solo entre bosques cobijantes. Después de un tiempo se dio cuenta que estaba perdido. Se espantó y empezó a correr hasta que llegó a un grupo de árboles y un puente de peatones sobre la ensenada. Sus pies rascaban sobre el pequeño sendero, corrió y llamó ¡Liss! ¡Liss!
La puerta de la cabaña ?la perversa cara de la bruja?estaba abierta. Tanya Rolfe estaba parada camino a la puerta, le hacía señas con sus manos como garras. Se agitó y refunfuñó en su sueño. Fuera de su ventana, una lechuza descendió sobre alas silenciosas, con sus garras maniataba un pequeño ratón gris.

Introduccion al "herbario" de cuentos verdes de ciencia ficcion

Presentación

Así como compilé un bestiario de ciencia ficción, siquiera por una cuestión de completitud tenía que compilar un ?herbario?. Como ?herbario? no me suena bien va lo de ?cuentos verdes?, que a su vez es algo ambiguo…

Algunos comentarios:
En ?Los colmillos de los árboles? Silverberg describe las plantas alienígenas más memorables del compilado, pero lamentablemente el cuento se malogra por lo innecesariamente macabro. Los vegetales más originales, en cambio, son sin duda los Oscar de ?Lotófagos? de Stanley Weinbaum. Y entre lo mejor de la selección: ?Híbrido? de Keith Laumer y ?Regresa cazador?, bello relato de Richard McKenna.
Mención aparte para las bellas plantas venusinas que nos describe Leigh Brackett en ?Terror en el espacio? y ?Los venusianos evanescentes?. Y siguiendo con los grandes maestros de la scifi, debe leerse ?Simbiótica? de Eric Frank Russell con las aventuras de los muchachos del Marathon en un planeta predominantemente vegetal y hostil. En ?El armonizador?, A. E. van Vogt nos cuenta la historia del árbol de la paz. Ian Williamson por su parte nos describe el planeta de las ?Plantas químicas?.
Fredric Brown nos dice que, contrariamente a lo que la gente piensa, ?Las margaritas? hablan. Y ?La máquina del sonido? de Roald Dahl nos permite escuchar los gritos de flores y de árboles. Respecto a lo que puede decirnos una planta de interior hay que leer ?El judío errante? de Thomas M. Dish.
?Wood?stown? de Alphonse Daudet introduce el concepto del ser bosque, que se desarrolla en ?Proceso? de van Vogt, y que retoma luego, con más vuelo y sutileza, Ursula K. Le Guin en ?Más vasto que los imperios y más lento?. En clave de fantasía es muy grata la lectura de ?La mujer del bosque? de Abraham Merritt. Para una introducción al pensamiento vegetal debe leerse ?Flautistas en el bosque? de Dick.
El gran maestro Clark Ashton Smith en ?Siembra de Marte?, un cuento memorable y maravilloso, nos describe la entidad planetaria de Marte, la utopía que funda con sus ?fieles? en Venus, y la siembra que realiza en la Tierra. De imperdible lectura.
En ?Época de siembra? Adams y Nightingale hacen un buen uso, no obstante lo previsible, del procedimiento utilizado por algunas especies de orquídeas para alcanzar la fecundación cruzada. Y hablando de fecundación, Robert F. Young en ?Las arenas azules de la Tierra?, con un toque de humor y rizando el rizo por todos lados, nos explica como fecundar los árboles de cerveza. También en clave humorística tenemos a ?Luana? de Gilbert Thomas.
Y hablando de orquídeas, tenemos, de la mano de los clásicos: ?La floración de la extraña orquídea? de H. G. Wells, y ?La orquídea indecisa? de Arthur C. Clarke.
Asimov en ?Carne de su carne, sangre de su sangre? nos recuerda que a las plantas hay que fertilizarlas adecuadamente… ?La mañana verde? de Ray Bradbury nos da cuenta de la fertilidad del extraño y mágico suelo marciano. Y ya que estamos con árboles marcianos hay que leer de H. G. Oesterheld ?El árbol de la buena muerte?.
Howard Fast en ?Semilla pragmática? nos da una visión apocalíptica de nuestro planeta, en la línea de ?Pomada azul? de Sturgeon (en el Bestiario).
?Mujer de pie? del japonés Yasutaka Tsutsui es un notable relato de características kafkianas que presenta un futuro totalitario absolutamente terrorífico; y aportando verdor a las megaurbes del futuro, los patéticos hombrárboles.
Y ya que estamos en autores no norteamericanos, el cuento de Efremov ?La bahía de las corrientes irisadas? tiene un “sabor” muy particular; parece haber sido escrito en plena segunda guerra mundial, por las referencias a los fascitas alemanes y a los aviones “Messerchmitt”. La traducción es también extraña como de alguien que aprendió castellano por correo. De cualquier modo la antigua ciencia ficción soviética siempre ha sido para mí una especie de bálsamo mental con su idealismo, su visión positiva, su buscar lo bueno dentro de lo malo, y su confianza en que la humanidad en su conjunto alcanzará grandes logros espirituales y materiales. Al contrario la ciencia ficción ?normal?, mayoritariamente norteamericana generalmente presenta grandes logros materiales, de acceso restringido a grupos de poder, y paralelamente una gran involución ética y espiritual. Otro autor soviético, Victor Saparin, nos describe en ?Las botas mágicas? una posible aplicación de los microorganismos vegetales.
Hans Christian Andersen nos trae un cuento navideño: ?El último sueño del viejo roble?. Miriam Allen DeFord nos cuenta casi en tono de leyenda la historia de ?La hija del árbol?. ?Cad godeau?, anónimo, nos describe ?La batalla de los árboles?. Borges & Guerrero nos traen desde ?El libro de los seres imaginarios?, información sobre el borametz, la planta-cordero que devoran los lobos, y sobre la inefable mandrágora. Juan-Jacobo Bajarlía nos presenta ?Los árboles parlantes?. J. G. Ballard nos ofrece la fantasía surrealista de ?El jardín del tiempo?.
En la vertiente fantástica, y va con particular recomendación, ?La mansión de las rosas?, una hermosa novelette de Thomas Burnett Swann con abundantes referencias a las mandrágoras. Hay que mencionar que se publicó una versión ampliada de la novelette que aun no ha sido digitalizada, pero con el tiempo llegará… Clark Ashton Smith en su ciclo de Averoigne también escribió un relato sobre ?Las mandrágoras?
En ?Retoños?, y en una visión de notable fantasía Luisa Axpe nos presenta la casa que brota y crece a medida que se riega… De Ana María Matute otra bella fantasía: ?El árbol de oro?.
En lo que hace a visiones emparentadas más con el terror que con la scifi, tenemos que mencionar los magníficos relatos: ?La parra? de Kit Reed, ?Tierra extraña? de Edmond Hamilton, ?El pecado de Hyacinth Peuch? de Eric Frank Russell, ?Los comedores de lotos? de Fritz Leiber, ?El roble de Bill? de Brian Lumley, ?Próxima Centauri? de Murray Leinster. De H. P. Lovecraft van dos relatos: ?El árbol? y ?El árbol de la colina?. De Clark Ashton Smith ?El jardín de Adompha?, una fantasía del ciclo de Zothique.
En esta versión agrego (se me había pasado por alto en versiones anteriores) el ya legendario relato de Macedonio Fernández ?El zapallo que se hizo Cosmos?, texto notable si los hay.

El listado completo de los cuentos incluidos, junto con autores y digitalizadores es el siguiente:
Adams&Nightingale-Época de siembra [Umbriel]
Andersen-El último sueño del viejo roble [?]
Anónimo-Cad godeau [Bizien]
Asimov-Carne de su carne, sangre de su sangre [urijenny]
Axpe-Retoños [Sadrac]
Bajarlía-Los árboles parlantes [urijenny]
Ballard-El jardín del tiempo [diaspar?]
Borges & Guerrero-El Borametz-La Mandrágora [?]
Brackett-Los venusianos evanescentes [Umbriel]
Brackett-Terror en el espacio [Questor]
Bradbury-La mañana verde [Arácnido]
Brown-Margaritas [Kyo]
Clarke-La orquídea indecisa [Dabarro]
Dahl-La máquina del sonido [urijenny]
Daudet-Wood?stown [liBROdot.com]
DeFord-La hija del árbol [diaspar?]
Dick-Flautistas en el bosque [Daniel sierras de Córdoba]
Dish-El judío errante [Questor]
Efrémov-La bahía de las corrientes irisadas [urijenny]
Fast-La semilla pragmática [Sadrac]
FernándezM-El zapallo que se hizo Cosmos [urijenny]
Hamilton-Tierra extraña [urijenny]
Laumer-Híbrido [Tecum]
LeGuin-Más vasto que los imperios y más lento [Bizien]
Leiber-Los comedores de lotos [Umbriel]
Leinster-Próxima Centauri [diaspar]
Lovecraft-El árbol [?]
Lovecraft-El árbol de la colina [?]
Lumley-El roble de Bill [J.M.C.]
Matute-El árbol de oro [Bizien]
McKenna-Regresa cazador [Abogada Soltera & Jota]
Merritt-La mujer del bosque [clv]
Oesterheld-El árbol de la buena muerte [Sadrac]
Reed-La parra [urijenny]
Russell-El pecado de Hyacinth Peuch [diaspar]
Russell-Simbiótica [Umbriel]
Saparin-Las botas mágicas [Tecum]
Silverberg-Los colmillos de los árboles [Palazón-Kitiara333]
Smith C. A.-El jardín de Adompha [J. Ruiz]
Smith C. A.-Las mandrágoras [Enric Navarro & eldritchdark.com]
Smith C. A. & Johnson E. M.-Siembra de Marte [Conan]
Swann-La mansión de las rosas [diaspar?]
Thomas-Luana [Arácnido]
Tsutsui-Mujer de pie [urijenny]
vanVogt-El armonizador [urijenny]
vanVogt-Proceso [Sadrac]
Weinbaum-Lotófagos [pinypon2k1]
Wells-La floración de la extraña orquídea [liBROdot.com]
WilliamsonI-Plantas químicas [diaspar]
Young-Las arenas azules de la Tierra [urijenny]

Dado que los relatos de Wells y Clarke están muy relacionados y es conveniente leerlos secuencialmente los he incluido en un solo archivo. Todos los demás relatos van como archivos .rtf independientes, salvo los que contienen ilustraciones que van como .doc.

Entre las novelas relativas a las tremendas plantas alienígenas y a la devastación que provocan sobre la Tierra, cabe citar a: ?Los genocidas? de Thomas M. Dish, simple, entretenida, sin mayores pretensiones literarias, y, tal vez por ello, un texto excepcionalmente agradable y memorable (y que recomiendo con particular énfasis); y ?El día de los trífidos? de John Wyndham, que figura entre las cien mejores de David Pringle, y que cito de oídas puesto que no la he leído. Hay que citar también ?El crisol del tiempo? de John Bunner, y ?Más verde de lo que creéis? de Ward Moore.
Bueno para terminar va el deseo de que tengan una grata lectura de estos relatos.

urijenny (odoniano@yahoo.com.ar)

Palabra de Isis

Lo que sigue a continuaci�n, es la introducci�n del libro “El hombre Estelar”, de John Gaines. Cuando le� estas hojas mi entrenamiento no comenzaba todav�a, y sin embargo, las hojas prendieron un brillo en los ojos. Cada cierto tiempo vuelvo a leerlas, y el fuego vuelve a crecer.

Hace varios meses, la dama de abril ley� una parte de estas hojas, y se asust�. Ella, que se asusta de pocas cosas, se asust�.

Espero que estas hojas despierten el mismo efecto que tuvieron en m�, pero est�n sobre aviso, que pueden provocar lo mismo que a la dama de Abril.

——————————————————————————–

Palabras de ISIS
“Yo, ISIS, se�ora de los misterios de la naturaleza, me dirijo a ti:”

“T�, ne�fito que buscas atravesar el portal de la iniciaci�n, y t�, profano que lees por curiosidad, serena tu esp�ritu, aclara tu mente, calma tus emociones. Ap�rtate del mundanal ruido, cob�jate en el manto de tu propio YO para que puedas trasponer sin peligro el umbral que conduce a la morada de los brujos. Arroja tus prejuicios; desp�jate de tu ego�smo, huye por un instante del personalismo y la irreflexividad; analiza con serena mirada.”

“No temas sino a ti mismo, no dudes sino de lo que analices superficialmente, no niegues sin primero reflexionar. Sep�rate de la multitud que opaca tus ideas; s� tu mismo y piensa por ti mismo; no te limites”

“T�, buscador de maravillas, t�, candidato a la iniciaci�n, no mires hacia la distancia, re�ne todas tus energ�as en ti mismo. Olv�date de la India y del T�bet, no clames a Dios, Al� ni Jesucristo. Lo que buscas est� all� mismo donde tu est�s en este momento. S�, deja de mirar hacia afuera y sepulta tu mirada en lo m�s profundo de ti mismo. Aguza tu percepci�n, afina tus sentidos, y all� en el centro de tu ser est�s tu mismo, tu YO, tu verdadera esencia, la verdad detr�s de la mentira, la energ�a inmortal que anima el barro. Mira con unci�n y reverencia, porque es luz….esa luz que te ciega, es Dios. Escucha como dice: Yo soy el camino y la vida.”

“M�s…,�cuidado!, no se puede contemplar a Dios Cara a cara sin morir. �Est�s dispuesto a seguir? Puedo concederte un gran don. Te ofrezco…. �la muerte! No tiembles, esta muerte es el don de los inmortales, es la del f�nix que renace glorioso de entre sus propias cenizas. Para ser, es previo no ser; para nacer y ser, se debe morir primero. Si lo logras, ser�s llamado el Dos veces nacido. No desde�es mi oferta, pi�nsalo bien; m�s vale morir ahora que vivir a la espera de la muerte. No creas que si me rechazas podr�s seguir indemne tu camino, por el contrario, todos los caminos conducen hacia m�; ign�rame y ser�s como los hu�rfanos, que no conocen a sus padres. Solamente tienes dos caminos: o te devoro, o te desposas conmigo. Tuya, y s�lo tuya es la elecci�n.”

“Si eliges ser devorado, ded�cate a gozar de la vida, apura la copa del placer hasta la �ltima gota, cierra la mente a la voz de tu esp�ritu, entr�gate a la bestia, y disfruta del placer sensual de la materia. As�, casi sin darte cuenta, llegar� el momento de la antropofagia final. �Crees acaso que me compadecer� de ti? Te enga�as, no tengo sentimientos, estoy mas all� del placer y del dolor, mas all� del bien y del mal, soy como el sol que se levanta en las ma�anas para alumbrar a todos por igual. Despu�s de tu muerte ser�s solo un despojo y un recuerdo. Despu�s…ni siquiera eso.”

“Si anhelas desposarte conmigo debes estar dispuesto a sufrir la muerte inici�tica, tendr�s que pasar las pruebas a las cuales te someter� sin piedad la terrible Esfinge para aquilatar tu valor espiritual y la calidad de tu temple. Yo me entrego solamente al que lleg� a la crucifixi�n, resistiendo los embates de los cuatro elementos. Amo solamente a los que han sabido apurar la copa de la amargura, de las traiciones, del escarnio y la mofa, persecuciones, calumnias y difamaci�n; a los iniciados que han persistido con valor, sufriendo de la soledad del esp�ritu en un mundo de animales. A m� se llega despu�s de haber recibido la calumnia y la difamaci�n, que son las pruebas del aire; los golpes y las persecuciones, que son las pruebas de la tierra; los vicios y las tentaciones sensuales, que son las pruebas del agua, y despu�s de haber dominado las ambiciones descontroladas, que son las pruebas del fuego.”

“No creas que en el mundo existen s�lo los nacidos una vez y los dos veces nacidos; tambi�n existen, por desgracia, los una y media vez nacidos, y los abortados. Gu�rdate de engrosar sus filas convencido por su maquiav�lico lenguaje, ya que estos no viven ni este mundo ni en el otro; son aquellos que en verdad no son ni iniciados ni profanos, los imitadores de los maestros, los semisabios, los sembradores de mano sucia, los seguidores de la letra muerta, y los magos negros, que me codician y se ufanan de mi amor, cuando no son dignos siquiera de mi sonrisa. Unos pueden vestir Sari o T�nica; otros, collarines y mandiles, otros, los atav�os “rosacruces”; algunos se proclamar�n los “�nicos due�os de la verdad”, creyendo tener su monopolio; todos se jactan de mi amistad, pero son s�lo pordioseros que me imploran una migaja de sabidur�a. No se nace dos veces par�ndose de cabeza o meditando, ni en el ata�d de ceremonias puramente simb�licas, como tampoco, por obra y gracia del esp�ritu santo.”

“Si me desde�as, recibe mi bendici�n y prosigue tu camino; destinado est�s a ser alimento de los dioses; no todos pueden ser “hombres”; algunos, solamente animales, o peor todav�a, vegetales. Si vienes a m� por curiosidad, pi�nsalo dos veces: es f�cil ser temerario con lo que no se conoce. Si no tienes el valor necesario, retrocede, esc�date en tu vanidad y en tu orgullo, conf�rmate con mirar al suelo como tus cong�neres. Si no est�s preparado, no aspires a conocer mi rostro: desgraciado de aqu�l que pose�do de animal codicia o insana curiosidad, contemplare aunque fuera mi reflejo, porque no me olvidar� jam�s y morir� atormentado por el ansia de poseerme.”

“Si est�s preparado, si tienes ojos para ver y o�dos para escuchar, si tu intenci�n es noble y pura, prosigue sin desmayo, y sabe que a partir desde el momento que cruces la puerta de la oculta morada, yo te esperar� ansiosa como la novia adolescente con su primer amor. Estas hojas pueden ayudarte mucho, pueden ser el gu�a que te lleve hacia la escondida puerta que tantos buscan y que tan pocos encuentran. Busca y encontrar�s; no eleves preces a los dioses, lucha por m�. Me conquistar�s por la fuerza de tu decisi�n, y no orando.”

——————————————————————————–
Alfonso Orozco – Agosto 1999
ICQ 41907900