Respaldo de material de tanatología

El vínculo codependiente en los hombres.*

El vínculo codependiente en los hombres.*
Jaime A. Castrellón Díaz*

“Si quieren conocer a los hombres, díganles
que les hablen de sus amores”.
Jaime Sabines (1998).
El presente trabajo abordará desde la perspectiva de la teoría psicoanalítica y de las configuraciones vinculares los dinamismos patológicos del vínculo que establece el hombre codependiente1 con su pareja. Intento describir como debido a déficit narcisísticos durante la infancia se estructura un yo débil, voluble y dependiente en estos hombres que complica sus posibilidades de relaciones sanas con las mujeres.

Los orígenes de los temas sobre “codependencia”, se remontan a los años de 1950, cuando en la literatura sobre alcoholismo se hacía referencia a las esposas de estos enfermos, como “co-alcohólicas”. Posteriormente, en los setentas, con la proliferación de las “dependencias a sustancias químicas” el término se transforma y a las personas vinculadas en el plano emocional a dichos adictos se les comenzó a nombrar “codependientes”. (Crothers y Warren; 1996).

Si bien es cierto, que el uso del término de codependencia o codependientes, se ha circunscrito al ámbito de las adicciones y más recientemente, a las dependencias relacionales dentro de las parejas, precisaría que: “el o la codependiente, es aquella persona que sufre de ansiedades, tristeza, enojo, confusión mental y trastornos psicosomáticos entre otros, debido a una fuerte dependencia emocional y vida conflictiva con el enfermo adicto. Ahora bien, el padecimiento se ha extendido ya que la codependencia abarca tanto a los que se relacionan con los que usan cualquier tipo de sustancia tóxica al organismo, como a los que se vinculan con personas que presentan algunas tendencias obsesiva -compulsivas al trabajo, al juego o a las compras, al sexo, ante la comida y/o que tienden a relacionarse con los “adictos” a las relaciones destructivas”. (Castrellón, 2002).

Al respecto, poco se ha escrito en relación a la codependencia en hombres, haciéndose siempre el énfasis de este padecimiento en las mujeres. Ahora bien, tendría que mencionar que tanto a nivel de los tratamientos individuales como en los grupales, la atención a los hombres es menor debido a que el malestar psicológico en los hombres no está valido por cuestiones socioculturales y de género, y justamente, cuando estos se presentan a consulta, sufren por lo general, en algunas de sus facetas de lo que se ha dado en llamar “codependencia”.

Según la literatura especializada sobresalen en las personas codependientes: 1- la presencia de disturbios emocionales expresados en fragilidad yoica, dependencia emocional y sentimientos de ansiedad, enojo y tristeza; 2- daño narcisístico reflejado en baja autoestima, sentimiento persistente de vacío, temor al abandono y fuerte necesidad de reconocimiento externo. Poseen también: 3- dificultades en las relaciones interpersonales por la dificultad en marcar límites, la aceptación de conductas destructivas y de maltrato físico y/o psicológico y por ser aferrados(as), celosos(as) y controladores(as). (Beattie, 1990; Cantú, 1995; Kalina, 1995; Crothers y Warren, 1996).

Curiosamente, si tomamos en cuenta el párrafo anterior, a la consulta no llegan los hombres por fragilidad yoica, llegan por ser explosivos, distantes o egoístas con sus parejas. Ninguno osa, tan fácilmente como es el caso de las mujeres, de padecer con una baja autoestima, para nada- más si por el contrario, esgrimen desplantes de que todo marcha bien, poco sufren de vacíos emocionales ya que generalmente “se curan” la inseguridad y sus pesares a través de la prepotencia, la tendencias a la impulsividad, mediante la evasión con amigos, “el trabajo”, el alcohol y la sexualización de los vínculos. A donde voy con estas observaciones, a que no se diagnostica y/o se trata tan fácilmente en la consulta con hombres, su codependencia.

Son múltiples los autores que encuentran en el seno familiar disfuncional, los factores determinantes que predisponen el desarrollo de la conducta o personalidad codependiente. (Cermak, 1986; Cooper, 1995; Irwin, 1995; Hinkin y Kahn, 1998). Cuenta en estas familias una niñez triste, enfermedad psicológica en los padres, fuertes y continuos traumas que incluyen abandono afectivo, separaciones múltiples, divorcio, maltrato físico, psicológico y abuso sexual en la familia, prácticas de crianza violentas y erráticas, problemas de uso de alcohol y drogas en sus miembros y familiares que ya padecen de y/o actúan los patrones codependientes. Asimismo frecuentemente hallamos padres violentos y distantes, madres abandonadoras y sometidas, hecho que hace que el niño(a) no tenga de donde “agarrarse” y/o nutrirse afectivamente.

Al respecto, Lyon y Greenberg (1991), Morgan (1991) y Melody (1989) citados por Crothers y Warren (1996) han reconocido en el concepto de “dependencia mórbida” planteado por K. Horney (1950) una temprana descripción de lo que en la actualidad es conceptualizado como codependencia. Horney identifica en los dependientes mórbidos, datos clínicos en donde describe que estos están “compelidos a una total entrega”, poseen una intensa “ansia de encontrar unidad a través del fundirse con un compañero” y tienden a “perderse en el otro” (Horney, 1950, pág. 157). Aclara que conductualmente estos impulsos tienden a caracterizar la parasitación, las relaciones simbióticas, la autodestructividad y la necesidad de aprobación externa.

Horney teoriza que la dependencia mórbida se desarrolla en el niño como una defensa contra la influencia parental adversa que se expresa a través de la coerción, la impredecibilidad, la intimidación, actuaciones de dominación, sobreprotección y la indiferencia materna-paterna o ambas, condiciones estas que exacerban la inseguridad, el aislamiento y el miedo en el niño. Como resultado el niño sufre una pérdida en la habilidad para expresar sus deseos y la fortaleza interna para determinar su propia vida.

Cermak (1991a, 1991b) por su parte ha planteado una relación entre codependencia y el desarrollo del narcisismo (de la autoestima). De acuerdo a este autor, ambas la codependencia y el narcisismo surgen en la niñez temprana durante la fase simbiótica del desarrollo e impiden la progresión a la fase de separación- individuación (Mahler, 1977). Ambos tipos de rasgos representan procesos de “espejeo” defectuosos: las personas narcisistas se relacionan buscando aspectos de ellos mismos en los otros. Los codependientes, también buscan relacionarse con otros para ser espejeados. En ese sentido el origen de la codependencia y el narcisismo involucran defectos en el espejeo, en este caso, por parte de los padres.

Más recientemente, Diamondstein (1994) plantea una similar línea de pensamiento en torno a la dependencia a las drogas, señalando que el origen de las mismas se genera por el efecto que tiene sobre la personalidad del sujeto los vínculos familiares enfermantes que se manifiestan en un déficit de narcisización, un vacío, en el cual el sujeto coloca la droga, destacando que en relación a la codependencia, acontece lo mismo, es decir, el codependiente presenta una similar deficiencia de narcisización, resultado de una historia familiar caótica y desorganizante, que se refleja en un profundo vacío emocional, el cual el codependiente trata de llenar con el adicto.

Haciendo una reflexión teórico-clínica en torno a la codependencia, tendríamos que por cuestiones de asignación de roles según los géneros y aspectos culturales, la codependencia en el hombre, se expresaría de diferente forma con respecto a las mujeres, por ejemplo y solo me referiré a dos conductas típicas, el rol de proveedor y las actuaciones de infidelidad en el hombre. Desde la perspectiva psicosocial a las mujeres que “sacan a sus casas e hijos adelante, que toleran a un hombre alcohólico o uno más medido, (pero adicto en el fondo, al trabajo o a las mujeres), autoritario e indiferente, se le ha llamado clínicamente, “mujeres codependientes”.

Cuando el hombre saca adelante a la familia, padece una relación con una pareja adicta a las relaciones destructivas por colérica, tiene una que otra adicción “light” (tabaquismo, trabajadora obsesiva en el hogar o hacia afuera, adicta al juego y/o al café, y/o a la televisión, algo compradora compulsiva o comelona), no se le dice codependiente, sino que es un “buen proveedor”.

En ese sentido, muchos hombres son utilizados y hasta explotados (como la codependiente) cuando se han vinculado con quienes se han posicionado en la filosofía de vida de que “el hombre es el proveedor”, indicio de que hombres “muy proveedores”, también pueden ser “muy codependientes”. Así, muchos hombres en la actualidad, presionados psicológica y socialmente por el ideal masculino de protección y bienestar familiar, se acostumbran y se convencen de que “ellos son los que dan”, cueste los que cueste (infartos al miocardio, trastornos gastrointestinales, insomnio, disfunciones sexuales, entre otras), y por ser “dependientes-activos” tienen dificultades para recibir y de invertir esta tendencia.

En esta misma línea de ideas, presentan una hepertolerancia al desgaste físico y emocional y tratando de ser “buenos”, son “adictos al trabajo”, “salvadores” de la empresa donde trabajan, son excelentes esposos, papás y extensivamente buenos hijos y hermanos, son los que mantienen a sus padres, suegros , algún hermano(a), sobrinos, a uno que otro cuñado y hasta a ahijados(as).

En el ámbito de la familia, los hombres codependiente suelen ser padres controladores y ver a sus hijos(as) como una extensión de ellos, por tanto se empecinan en querer decidir lo que es mejor para ellos(as) (que deben estudiar, como deben vestir, de quién se deben enamorar, con quién se deben relacionar). Como resultado de este tipo de crianza observamos posteriormente rebeldía adolescente, adultos inseguros y devaluados o coraje reprimido, el cual se puede manifestar en comportamientos auto destructivos, que muchas veces lleva a que el hijo(a) sea pasivo-dependiente, reedite patrones codependientes en su vida adulta o desarrolle un trastorno adictivo, y/o codependiente, entre otros padecimientos psicológicos.

Por otro lado, debido a sus rasgos pasivos y devaluados, cuando un hijo(as) está “activo(a)” en la adicción, al padre codependientes se le complica diferenciar su función paterna, de actitudes codependientes, por lo que en ocasiones confunden el rol de apoyo psicológico necesario, con sobreprotección, o se previenen de no caer en codependencia, descuidando (evitando) sus funciones. Así están: “los que no meten la mano” y los que “se hacen de la vista gorda” ante las adicciones, delegando toda la responsabilidad de la crianza en la madre u otros parientes cercanos.

Posteriormente, si la persona tiene mucho resentimiento debido a la sobreprotección de los padres, visualizará en su cónyuge a una persona que desea controlarlo, lo cual lo llevará a dificultades para la intimidad en la relación. Por otro lado, pueden apegarse también excesivamente a cualquier persona que les brinde amor, o lo que ellos piensan que puede ser el amor (por ejemplo: llamar por celular a la pareja unas 15 veces al día). Por otro lado, he visto personas irse al otro extremo, al no haber tenido amor llegan a temerle y viven la vida evitando involucrarse en relaciones sentimentales.

Según Puget (2001), “el ir siendo sujeto (sano, maduro y autónomo) proviene de un estar en un vínculo, habitando un espacio, adquiriendo nuevas características y cualidades al ser “dos”. Ese proceso de “subjetivación”, o sea, cuando hay espacio para la ajenidad y se tolera y acepta, esto se convierte en el elemento potenciador del vínculo”. La fuerza de la función vinculante, es la que constituye la entidad vincular, la cual es promovida por el juego de las diferencias entre los miembros de la pareja, cosa que no ocurre en el vínculo codependiente.

Pasando al rubro de cómo se configura la infidelidad en los vínculos de pareja, pareciera que los hombres, desde sus historias de maltrato y abandono infantil, no están carentes de afecto, a ellos solo “les gana la hormona”, sin embargo, frecuentemente relacionado a sus búsquedas de intimidad con la primera mujer que se les ponga enfrente, observamos un mero aferramiento y un ego hambriento de afecto, como es el caso de las mujeres codependientes (“ella me sedujo y yo me deje atrapar”), algunos disfrazan el asunto de su codependencia, diciendo que son: “hombres fáciles”.

Ya en el matrimonio, buscan una cónyuge criticona o adoptan el rol de perseguidor y demandante de atenciones y fidelidad. También pueden apegarse a parejas que le manifiesten y demuestren, casi incondicionalmente, admiración u aprobación o sea que, se da un encuentro de narcisismos maltrechos, por necesidad de resarcir autoestimas vulneradas. Ahora bien, las dificultades que tiene el hombre codependiente de intimidad, de poder comprometerse con la pareja y tener la fortaleza de consolidar un proyecto creativo adulto, se debe a que el ideal de mujer para un hombre que es codependiente, es una mujer rescatadora, cosa que hace que estos hombres se desilusiones rápidamente de sus parejas y regresen con su amantes, con sus mamás o se protejan del compromiso a través del “donjuanismo”.

En la clínica con las parejas evidenciamos igualmente en los vínculos codependientes, la presencia del imaginario “tú y yo somos uno”, con la negación y desconocimiento de la “ajenidad del otro”, “la diferencia” del cónyuge. La consecuente patología, es generadora de insatisfacción en las parejas, aún siendo estas funcionales en muchos aspectos, sumergiéndose estas en el reproche “por que el otro tiene vida privada”, gestándose vivencias de atrapamiento, miedo al estar solo y de empobrecimiento vincular debido a necesidades de sometimiento y control en uno y las vivencias del abuso, por parte del otro.

Desde esta perspectiva vincular actual, encontramos que como menciona Castoriadis (2000) impera un “imaginario radical”, expresado en la necesidad de la pareja unida (a ultranza “hasta que la muerte los separe”), representada en la poesía, en los medios masivos de comunicación (novelas y revistas) y en la música romántica, la cual ofrece un discurso y modelo que exalta la identificación, la idealización, la completud y la complementariedad. No hay espacio mental para el reconocimiento y menos para la aceptación y procesamiento de la diferencia y la ajenidad. De allí, las grandes ansiedades y dificultades para la terminación de estos vínculos o las conductas fallidas de control, búsqueda y/o expresión de amor a través de los celos. Solo como un ejemplo, salgamos al rato y escuchemos las canciones: “Miedo” de Pepe Aguilar, “Lloro” de Sin Bandera, “Una vez nada más” de O.V., y “Contigo hasta morir” de Jair y estos cantantes tocaran con su estribillo lastimero los “huesos” de la codependencia en el hombre.

En consulta, el vínculo codependiente patológico dificulta la toma de conciencia en los miembros de la pareja en cuanto al deterioro y el pronóstico pobre sobre su situación. Al explorar más detenidamente estas resistencias, a menudo se encuentra que buscan soluciones rápidas y cambios en el afuera; no se adhieren al tratamiento, ni siguen las indicaciones psicológicas, adoptando comúnmente actitudes de manipulación a través de cuadros psicosomático (en este grupo están los codependientes cardiacos-infartosos a la primera de cambio, los diabéticos-comatosos, débiles pero controladores y los nerviosos, pero obstinados y agresivos a fin de que no se aborde la simbiosis patológica (su codependencia), no se toquen las fallas caracteriales expresadas en incomunicación, agresión física y verbal, actos de infidelidad, atentado a las normas familiares, pérdida de los límites y la autoridad, entre otros.

Existen también los trastornos duales en los codependientes y un subtipo clínico sociopático caracterizado por parasitismo, búsqueda de sensaciones a través de las drogas, el juego y las mujeres, manipulación sistemática, egoísmo y egocentrismo, que se expresa a través de la violencia doméstica al instaurar un aislamiento social progresivo hacia la pareja, intimidación y/o coerción económica hacia la pareja.

Algo que es importante destacar dentro de la atención al codependiente, es el hecho de que la comprensión del problema por parte del afectado no equivale a querer solucionarlo, ya que lo que determina el vínculo es la indolencia en estas personas. La actitud indolente es clave, como también el pensamiento mágico (omnipotente) que los escuda del dolor, ya que al sujeto parece no dolerle o importarle el sufrimiento al existir una fuerte negación del problema, un mecanismo irracional o racionalizador para justificar su comportamiento (“se que esta relación está mal, pero no la puedo dejar y prefiero seguir con ella”). También existe una fuerte tendencia a repetir los mismos esquemas vinculares con sucesivas parejas, sobresaliendo una especie de fobia a la autonomía (Sirvent, 2001) y la compulsión a la repetición de Freud, en estos hombres.

En tratamiento, muestran una actitud dependiente hacia el terapeuta a través de la postura del “dígame doctor”, situación que expresa una frecuente tendencia en los codependientes a abandonar el rol paternal en los terapeutas, las instituciones, en los “padrinos”(*) o en el resto de la familia codependiente (abuelos, tíos, hermanos, etc.). Abandonan también los tratamientos porque esperan cambios rápidos, casi mágicos y debido a que se mantienen en la indolencia de pronto en la contratransferencia provocan en los terapeutas impotencia, y hasta indiferencia en muchos casos, situación ante la cual el terapeuta debe estar muy atento para darle el manejo adecuado.

*Trabajo leído en el XVI Congreso de la Federación Latinoamericana de Psicoterapia Analítica de grupo. (FLAPAG.) Y X Congreso de la Asociación Mexicana de Psicoterapia Analítica de Grupo (AMPAG.). 11-14/Noviembre/2004, Guadalajara, Jal., México. Dirección: Ave. Amores # 703-2 Col. del Valle. C.P. 03100. México D.F. Tel. 5536 2614. e-mail: jcastrellon@gruporeflexion.com.mx

1 Codependiente: el prefijo “co” se entiende como el “estar al lado”, se refiere a alguien que está junto, que está ayudando. Habría que destacar que la persona que está al lado “ayudando”, de hecho, a lo que ayuda es a prolongar el padecimiento del “dependiente” a sustancias tóxicas al organismo.

FUENTE: http://www.gruporeflexion.com.mx/publicaciones/vinculocodependiente.htm#nota_1

Links sobre violencia domestica

VIOLENCIA DOMESTICA /INFORMATE MUJER  AUNQUE LOS LINKS SEAN DE MEJICO, DA PAUTAS PARA COMENZAR A BUSCAR EN CADA PAIS

Serie de Violencia Intrafamilar*
Índice de Violencia Intrafamiliar
http://www.nuestraedad.com.mx/violenciaintrafamiliar.htm|

Información y conceptos http://www.nuestraedad.com.mx/violenciainformacion.htm |

Recibí flores hoy
http://www.nuestraedad.com.mx/recibifloreshoy.htm|

Mitos y Realidades http://www.nuestraedad.com.mx/violenciaintrafamiliar-mitos.htm

**Personalidad de los Agresores
http://www.nuestraedad.com.mx/violenciaintrafamiliar-agresor.htm

El Gran Escape http://www.nuestraedad.com.mx/violenciaintrafamiliar-escape.htm

Cómo protegerse http://www.nuestraedad.com.mx/comoprotegerse.htm

Mujeres maltratadas| http://www.nuestraedad.com.mx/mujeresmaltratadas.htm

Gritos sepultados entre cuatro paredes http://www.nuestraedad.com.mx/gritossepultados.htm

Violencia Intrafamiliar AcosoMoral http://www.nuestraedad.com.mx/acosomoral.htm

http://www.nuestraedad.com.mx/mujeresqueamandemasiado.htm

**Mujeres que aman demasiado* http://www.nuestraedad.com.mx/mujeresqueamandemasiad.htm

*No volviste a estar contenta* http://www.nuestraedad.com.mx/novolvisteaestarcontenta.htm

*No volviste a estar contenta http://www.nuestraedad.com.mx/novolvisteaestarcontenta.htm>

*Hostigamiento sexual
http://www.nuestraedad.com.mx/hostigamiento.htm

**Violencia perversa * http://www.nuestraedad.com.mx/violenciaperversa.htm

*Grupo de autoayuda para mujeres que aman demasiado
On line*
http://www.siamasdemasiado.tk/

Violencia doméstica: protegiéndose a sí misma y a sus hijos

Violencia doméstica: protegiéndose a sí misma y a sus hijos
¿Qué es la violencia doméstica?
La violencia doméstica es el abuso por parte de alguien que proporciona cuidados, padre, esposo o pareja sexual de una persona. Puede tomar muchas formas. Aquí les describimos algunos tipos de abuso: el abuso físico es el uso de la fuerza física; el abuso sexual quiere decir cualquier actividad sexual forzada; el abuso emocional incluye amenazas, crítica constante y degradaciones. Controlar el acceso al dinero y las actividades son otros comportamientos abusivos.
¿Qué debo saber acerca de la violencia doméstica?
La violencia contra una pareja o un niño o niña es un crimen en todos los estados. Cada año, por lo menos 2 millones de mujeres son abusadas en este país. El abuso les ocurre a las personas de todas las razas, edades, estratos económicos y religiones.
Las personas que son heridas por sus parejas o padres no causan el abuso. El alcohol y las drogas no causan el abuso, aunque sí pueden empeorar la violencia. El abuso puede empezar, continuar y aumentar durante el embarazo.
¿Qué puedo hacer si yo o mis niños somos abusados?
Primero, asegúrese que usted y sus niños se encuentren seguros. Vaya a un lugar seguro, tal como la casa de un amigo o familiar o a un refugio de emergencia. Llévese a sus niños consigo. Llame a la policía si piensa que no es seguro para usted dejar la casa por sí sola, o si quiere intentar acusaciones legales en contra su abusador.
Si es posible, llévese llaves de su casa, dinero y papeles importantes consigo. No use drogas o beba alcohol en esta situación, porque necesita estar alerta en caso de una crisis. Los miembros del personal de los refugios de emergencia pueden ayudarle a presentar una solicitud para una orden de protección de la corte.
¿Cuáles son otras maneras en que puedo encontrar ayuda si soy abusada?
Hable con su médico quien puede darle tratamiento para cualquier problema médico, brindarle apoyo y referirla. Llame al refugio de emergencia y pida información sobre asesoría sicológica y grupos de apoyo para usted y sus hijos. Enfermeros o enfermeras, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud también pueden ayudarlo.
Para mayor información:
Si usted desea obtener más información acerca de la violencia doméstica y los nombres y teléfonos de los refugios en su área, entre en contacto con las siguientes organizaciones:
National Domestic Violence Hotline (Línea de Emergencia Nacional de la Violencia Doméstica) 800-799-7233  http://www.ndvh.org
National Coalition Against Domestic Violence (Coalición Nacional Contra La Violencia Doméstica) www.ncadv.org

La Violencia Doméstica hacia el Varón

La Violencia Doméstica hacia el Varón: factores que inciden en el hombre agredido para no denunciar a su pareja
Autores: Carol Fontena Vera; Andres Gatica Duhart
Referencia: Fontena, C. & Gatica, A. (2000). La violencia domestica hacia el varón: Factores que inciden el hombre agredido para no denunciar a su pareja. [en línea]. Congreso internacional de políticas sociales, Universidad del Bio-Bio. Extraído de: www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p10.4.htm.
No cabe duda que los Derechos Humanos deben comenzar en el hogar, pero ¿qué pasa con los derechos humanos del varón?. La inmensa variedad de literatura existente alude a la violencia en la pareja, principalmente a la mujer, realidad que es constatable y cruda, pero también es cierto que cada día se acrecientan casos de varones que son agredidos física, psicológica y por que no decirlo sexualmente. Más de una persona debe conocer o haber escuchado alguna de estas situaciones de primera o tercera mano en que un hombre ya sea casado y/o conviviente es agredido por la pareja, y solo se dedica a comentar como la “gran novedad” o motivo de burla por los grupos pares de esta persona en lugar de ayudar.
Dicho de esta manera, diversas interrogantes hacían presagiar un enorme desafío a investigar, puesto que tras indagar en diversas fuentes de información, no se encontró bibliografía referida a la problemática aludida, salvo algunos artículos periodísticos. En este sentido, al conocer en nuestra búsqueda a varones que expresaban la realidad en que vivían, motivó a que se desarrollara la siguiente investigación de carácter exploratorio, cualitativo, que pretende ser un aporte significativo para la comunidad en general, titulándose “La violencia doméstica hacia el varón: Factores que inciden en el hombre agredido para no denunciar a su pareja”. Dentro de este marco, afloraron supuestos tales como:
â?¢ El elemento sociocultural es determinante en el varón para no formular denuncias por violencia.
â?¢ Este fenómeno se presenta porque el varón no hace uso substancioso de sus derechos desconociendo que existe la Ley 19.325 que tipifica la violencia doméstica hacia el varón.
â?¢ Al no existir una institución exclusiva para varones estos no denuncian.
Por tanto, tomando esa problemática social de esta manera, que tiene ribetes de tipo cultural, religioso, político, económico, etc., y que es desconocido por legisladores y por la sociedad en su conjunto ¿por qué? ¡porque no se considera como violencia!, se minimiza o se ridiculiza, pero “existe”. Vale la pena hacer memoria a los primeros movimientos feministas que se organizaban para proteger a las víctimas en nuestro país a principios de los ochenta, donde las denuncias eran escasas, por que no se consideraba como problema y se guardaba al interior de la familia. Sin embargo, han transcurrido ya 20 años aproximadamente para que se legisle y aumenten de manera explosiva las denuncias de las mujeres, siendo los primeros estudios de esta problemática pioneros y que sustentaron la base más otras iniciativas para posteriormente promulgar la Ley 19.325 de violencia intrafamiliar.
En este sentido, hay una lógica un tanto unilateral en su abordaje, apoyado por el feminismo, que a contribuido ostensiblemente a la intervención de esta problemática, pero que ha tenido sus costos al señalar a un solo tipo de agresor: al varón, manteniendo oculta esta problemática.
En el contexto anterior, habiendo transcurrido cuatro años de vigencia de esta ley, se constata una baja cifra de denuncias de varones en comparación con las mujeres por concepto de violencia íntima estimándose la existencia de una cifra negra que encierra la problemática.
Actualmente la violencia hacia el varón apenas se consigna, situación que hasta el momento no permite precisar la real magnitud de varones que vivencian esta violencia invisible, manteniéndose presumiblemente en el ámbito privado, por tanto siendo la interrogante: ¿Qué factores sociales, culturales e individuales influyen en el varón para que no denuncie a su pareja por violencia doméstica?.
Dentro del espectro de la violencia intrafamiliar, la que se manifiesta con mayor frecuencia, según investigadores es la violencia en la pareja (en cualquiera de sus manifestaciones). Sin embargo su abordaje ha estado tradicionalmente supeditado a opciones valóricas de tipo género, en la lucha reivindicativa de esta perspectiva, situaciones que de cierta manera ha limitado consciente o inconscientemente la intervención a esta problemática como fenómeno social.
Diversos autores en violencia intrafamiliar, coinciden en lo difícil de trabajar el tema, porque entra la campo de las contradicciones, polarizaciones, conforme se explica la problemática, pero ¿qué pasa con la violencia en la pareja cuando se manifiesta contra lo percibido como común?. En este término no es posible vislumbrar que esta temática haya sido abordada en términos de explicar de alguna manera como se manifiesta la violencia hacia el varón por parte de su pareja y cual es el trasfondo que hay detrás de ello. De ahí la importancia y justificación de abordar este fenómeno que servirá de base para futuras investigaciones y diseño de nuevas estrategias de intervención que generen mayor apertura hacia el tema, mayor profesionalización y especialización de las personas que atienden y /u orientan a las víctimas, ampliando la perspectiva, disminuyendo prejuicios tendientes a disminuir la victimización secundaria de modo que se realicen las respectivas denuncias tal como lo estipula la ley. Se pretende por tanto aportar mayores antecedentes para ampliar el horizonte de comprensión de la violencia doméstica, que por su desconocimiento no ha alcanzado la connotación de problema social, por tanto reflexionando acerca del marco normativo, políticas sociales y las formas de aproximación más eficaces en la intervención del problema.
El papel del trabajador social es fundamental en este tipo de problemáticas e intervenciones, puesto que en esta área es tratado principalmente a modo de intervención familiar, en el ámbito especializado en la familia y relaciones familiares considerando los diferentes contextos relacionales de sus integrantes, estando enfocada la atención al apoyo de los integrantes hacia la autovaloración para que estos mismos sean ejecutores y entes activos en la solución de sus problemas. En este sentido, uno de los roles que se confiere al Trabajador Social en la familia es el de mediador de conflictos, puesto que se dirige y se enfoca en las dificultades, obstáculos y problemas presentes en el vivir cotidiano de los requerientes de atención, por tanto estando presente la mediación a través de una solución justa y equitativa a través de la negociación que permite él dialogo entre los involucrados, siendo tan necesaria para resolver los conflictos en la pareja. A lo anterior, es sumamente relevante manifestar que estos no son los únicos roles presentes en nuestra profesión, puesto que somos ejecutores y actores activos de las políticas sociales, estando los roles de orientador familiar, consejero, informador, educador social informal, facilitador, gestor, entre otros.
En el tema de violencia en la pareja, reviste especial importancia asumir los roles los que dependen indudablemente del contexto que se tenga que intervenir y la utilización de técnicas adecuadas para su abordaje en pro no solo del bienestar de la pareja, sino de la familia en su conjunto.
La investigación se sustento en el paradigma fenomenológico cualitativo, siendo de carácter descriptivo comprensivo caracterizado a partir de las percepciones de los participantes de los grupos focales y entrevistados, cuya validez del conocimiento esta dada por los propios sujetos.
Las principales categorías de análisis fueron:
â?¢ Categoría de maltrato: descripción de la violencia expresada por el varón en su relación de pareja, ya sea psíquica, física, sexual y las características que le rodean.
â?¢ Categoría percepción de roles en la pareja: Creencias culturales acerca de lo que se percibe como roles de la mujer y hombre.
â?¢ Categoría creencias populares: Son todas aquellas percepciones generalizadas acerca del aspecto determinado, constituyendo una visión parcializada de la realidad, siendo utilizadas por la sociedad y expresadas de manera absoluta.
â?¢ Información acerca de la Ley 19.325: Tipo de antecedentes que manejan los varones con respecto a la Ley 19.325 de violencia intrafamiliar

Presentación de resultados:
â?¢ Causas que determinan que el varón no denuncie a su pareja cuando es agredido: de las respuestas se desprende, la ideología patriarcal de estereotipos rígidos del varón con respecto a lo que se espera de él como “hombre” en relación de pareja y por tanto frente a eventuales agresiones para no romper este “esquema social” de proveedor, jefe de familia, protector, étc., que en caso de denunciar, significaría trastocar los esquemas establecidos.
….es muy grande la vergüenza de que tu mujer te pegó frente a los demás… porque el varón tiene que llevar las riendas de la familia y eso influye que no denuncie…si fuera a denunciar me dejarían preso por leso o como castigo por mentirosos que la mujer me pega… el hombre cuando ama aguanta hasta el final…
â?¢ Razones por las cuales la mujer ejerce violencia hacia el varón: Aquí se diferencian tres aspectos:
Causales atribuibles al varón: Las principales aluden a la ingesta de alcohol, cuando el varón presta mayor atención a cosas triviales como ver televisión, el fútbol, étc. “…cuando el hombre llega curaâ??o con trago lo pescan a palos…cuando se junta más con los amigos y se pone a ver puros partidos de fútbol en la tele…”
Causas atribuibles a la mujer: Existe consenso en cuanto a contextura física de la mujer, carácter irritable, entre otros.”….cuando el hombre gana menos y afecta al ingreso familiar y la mujer gana más y por eso se siente superior con poder y con derecho a mandar…cuando le llega el período hay que arrancar…”
Causas atribuibles a la pareja: Cuando hay mala comunicación en la pareja poco fluida, no conversando los problemas y las soluciones probables de éstos, sin afectividad. “…muchas personas no conversan con la pareja y por eso se van a las manos y se agarran a palmetazo limpio y ninguno de los dos se comunica… por incapacidad de comunicación y de superar situaciones difíciles y por eso viene la respuesta agresiva…”
â?¢ Tipo de conocimiento acerca de la Ley de violencia intrafamiliar: La mayoría de los varones plantea que la ley se creo para la mujer y por tanto ella es la única favorecida en violencia intrafamiliar. Se identifica además, que los varones desconocen los contenidos de la Ley. “…creo que hay una Ley que salió, pero no la conozco…la mujer es favorecida desde el punto de vista legal, si la mujer diera un par de coscachos no se iría presa… es la Ley de la mujer”.
â?¢ Papel de los medios de comunicación: La opinión casi unánime, es que los “medios de comunicación ya sea radio, televisión, diario u otros”, no contemplan a los varones agredidos en sus estrategias de prevención de violencia intrafamiliar, argumentando que no se visualiza como un problema social este tipo de violencia. “porque si hubiera un porcentaje más alto, recién ahí se podría empezar a hacer campaña…no abordan a los hombres porque no creen que sufren…se cree que es siempre la mujer quien sufre, pero nunca se ha colocado en un spot publicitario al varón o en el mea culpa…”

â?¢ Manifestaciones de violencia: La principal agresión es la psicológica, siendo catalogada como la peor dentro de la gama de agresiones, traducida en descalificaciones, insultos, desatenciones, indiferencia, en general. Luego le sigue la física como la menos probable. “…la psicológica, no permitir relaciones sexuales, mala atención en las comidas, andar regañando todo el día, mujer desaliñada, mal vestida…se da física y emocionalmente, combos, patadas, ollas, palos, raguñones…la infidelidad es un tipo de agresión… la psicológica, es que soy imbécil, no aporto nada, no sirvo para nada, no aporto monetariamente…”
â?¢ Instituciones que atienden a varones agredidos: Se deduce de las opiniones vertidas la “falta de existencia de una institución exclusiva que los atienda por violencia intrafamiliar”, siendo mínimas las opiniones con relación a alguna institución. “…carabineros se ríen de uno…no conocemos ninguna institución…ninguna.”
â?¢ Califican al varón agredido: Los apelativos más comunes en la jerga masculina, se destacan por la espontaneidad en manifestarlos, caricaturizando al varón, siendo objeto de burla, atribuidos al machismo, como lo son “calzoneaâ??o” “te tiran de la jeta”, “no se pone los pantalones”: “… a voâ?? te pega la vieja…masoquista, que te gusta que la mujer te pegue…polleruâ??o, eso para el hombre es como sacarle la madre”.
â?¢ Como ven al varón agredido: Implica mayor reflexión de los participantes.”…tiene problemas, esta mal en su casa…menoscabado cuando la mujer lo agrede…vive maltratado porque esta enamorado de su mujer y por eso no procede como corresponde”.
â?¢ Nivel socioeconómico en que se manifiesta: Hay unanimidad que se manifiesta en todos los niveles socioeconómicos, sean bajos, medios o altos y que nadie esta libre de ello.” …en el nivel alto se por el billete, porque los sitios son más grandes…no hay distinción…la psicológica se da en le estrato más alto y medio y la física se da en los más bajos… se nota más en la baja en la opinión pública porque la gente de clase media no ventila sus problemas”
â?¢ Hombres que denuncian: Evidencian que los varones que denuncian es porque hay maltrato crónico en el cual han llegado a un límite de tolerancia.”…son personas que revientan, que no están “ni ahí” con los demás y no le importa lo que digan los vecinos… porque se arrastra de harto tiempo y el hombre tiene un limite… debe ser valiente para enfrentar el problema y estar dispuesto que lo molesten para apechugar”.
â?¢ Medidas que proponen para evitar la violencia hacia el varón: Existen variadas opiniones destacando en su mayoría que si existiera un Servicio Nacional del Hombre aumentarían las denuncias y se atreverían a denunciar. “…si hubiera un Servicio Nacional del Hombre, aumentarían las denuncias… podría ser bueno porque uno se desahogaría…de diez denuncias, aumentarían a cien”.
â?¢ Profesionales que deberían atender a los varones: Se mencionan a variados profesionales, pero cuando se menciona a la profesional Asistente Social mujer es cuestionada, ya que explícitan que tendría una postura feminista y un tanto prejuiciada para atender a los varones y que solo podría atender si estuviera bien capacitada, sin prejuicios. “…psicólogos, asistentes sociales, abogados, médicos, terapeuta familiar…debe ser un psicólogo que sepa harto, asistentes sociales que te vayan a ver a la casa que es verdad que la señora te pega y lo ideal es que sea un Asistento Social â?? se refieren al profesional hombre- para que a uno lo entienda o una Asistente Social, pero ¡que cumpla su función!, un abogado y médico para constatar lesiones”
â?¢ En caso de que fueran víctimas de violencia: Es difícil establecer una respuesta tipo dada la variada gama de respuestas. “…si la retas va donde la Asistente Social por maltrato psicológico porque le dijiste fea y al final no se puede hacer nada…si le pegas te denuncia y te vas preso, por eso hay que tratarlas con palabras…no denunciaría porque los Carabineros se reirían y lo contarían…primero me daría la indiá y le pego al tiro un palmetazo y le digo que pesque sus cosas y se vaya…me escaparía, me separaría, me mando a cambiar porque no respondería a la violencia física.
â?¢ Como perciben el rol de la mujer hoy en día En este aspecto hay dos tipos de respuestas:
Positivo: “el rol tradicional era de dueña de casa y encargada de la crianza de los hijos y ahora hay equiparidad de que son los dos los que pueden tener los roles de proveedores por lo que se comparten los roles en la crianza…se ha avanzado, conquistado espacios de respeto de dignidad de la mujer”.
Negativo: “…los hijos son criados por nanas, lo que los puede dejar individualistas en el futuro ya que no tienen el afecto de la mamá…antes quien le pegaba a los cabros chicos era el hombre, ahora es al revés, el hombre llega a la casa y escucha ¡papi la mamá me pego!
â?¢ Como perciben el rol del varón hoy en día: Son coincidentes en que ha habido un cambio paulatino de roles, adaptándose a este cambio. ” No hay ningún tramite que pueda hacer solo, todo hay que hacerlo con la señora…sí o si hay que acondicionarse porque la sociedad esta así…lo ha asumido no queda otra…a mis hijos les enseño a planchar, lavar porque la mujer ha cambiado y así se evitan problemas…debemos valorar lo que tenemos en casa, no reprimir a la mujer y que no este encerrada en cuatro paredes”

ANALISIS DE RESULTADOS:
En relación con el análisis se mencionaran los que se sitúan principalmente desde la óptica macro y exosistemica por razones de espacio destinados para este efecto. Los principales datos apuntan sobre los factores sociales, culturales e individuales que influyen en el varón para no formular denuncias cuando son agredidos por su pareja, tales como machismo, vergüenza, ignorancia legal u otros factores de índole personal que le impiden a los varones denunciar a su pareja cuando es afecto de violencia. Según el modelo ecológico el análisis consta de:
â?¢ En el nivel macrosistémico: se sitúan los sistemas de creencias y estilos de vida que prevalecen en una cultura determinada, los cuales manifestaron sus opiniones bajo el contexto de la ideología patriarcal y/o machismo light, este último que se viene gestando conforme evolucionan los estereotipos y roles de lo que es ser hombre y ser mujer hoy en día.
En este contexto, la ideología patriarcal influye notoriamente para que los varones que vivencian algún tipo de violencia no denuncien ya sea “por orgullo de hombre o por temor al ridículo”, entre otros, manifestada por la espontaneidad de las apreciaciones y/o calificativos de los varones cuando se refieren a catalogar a sus apreciaciones cuando se refieren a catalogar a sus pares, siendo las expresiones mayormente vertidas la de “calzonuâ??o” con risas constituyendo el pick de los grupos focales, pero al referirse en el sentido de cómo observan a los varones como seres humanos iguales a ellos, reflexionaron y meditaron señalando en su mayoría que son “personas que sufren” , lo que evidencia que la violencia hacia el varón existe y conocen “muchos casos que no son denunciados”, ya sea por el elemento sociocultural como factor preponderante para no denunciar y factores de índole personal como es el amor a la pareja o por los hijos para que no sufran.
En relación con la evolución de roles que han experimentado tanto hombres como mujeres, en el mundo cada vez más exitista y competitivo, los varones manifiestan en torno a la relación de pareja que las decisiones y/o acuerdos “deben efectuarlos ambos” para que prime la armonía en la pareja y de esta manera no herir susceptibilidades, en donde el hombre ha asumido la mayor participación de la mujer en general como positivo, inclinándose por una relación igualitaria, donde ninguno tenga más derechos sobre el otro, adaptándose a este tipo de cambios.
â?¢ En el nivel exosistémico: resaltan claramente aspectos como lo son la difusión de la ley 19.325 y las instituciones que trabajan con violencia intrafamiliar, puesto que los varones se perciben como desprotegidos de la legislación existente, ya que la mayoría la desconoce y la atribuye a la mujer, señalando que es la “ley de la mujer” , evidenciando dos aspectos, uno que la ley no ha sido debidamente difundida, tal vez por ser dirigida hacia la población femenina en las campañas de prevención. Además se plantea que se pone énfasis en los derechos de las mujeres y que, estas están protegidas como lo demuestran los estudios, omitiendo según estos que al varón también lo protege la ley, presumiblemente porque las personas encargadas de realizar estas acciones no los consideran como cifras de víctimas significativas, hecho que no se pude comprobar. En segundo lugar como desencadenante de lo primero al no difundir la Ley a todos los sectores de la población y grupos étarios, el hombre desconoce que efectivamente existe la ley y por tanto, relacionado con otros puntos, no denuncia porque no sabe que están protegidos, implicando una falencia del sistema sociojurídico y del estado por ser este el ente encargado de poner en práctica las Políticas Públicas al bienestar de la población en su conjunto.
En este mismo plano, cabe mencionar lo que se refiere al SERNAM, institución que no es cuestionada, pero que se le atribuye como agente canalizador de las diferentes problemáticas que presenta la mujer, teniendo para ellas un innegable apoyo que en el caso del hombre el Estado los dejaría desprotegidos, puesto que no contarían con un organismo para desahogarse, de orientación o de ayuda, no tan solo en lo que respecta a la violencia en la pareja, sino en otros sentidos. En tal sentido, se plantea que si se creara una institución tipo SERNAM, recién ahí podrían canalizar sus problemas e inquietudes que los afectan al sentirse escuchados y comprendidos en esta sociedad que les asigna un papel rígido que es reticente a que el hombre exprese sus emociones o llore por estereotipos asignados a lo que se espera del hombre y la mujer, constituyen do de vital importancia que los profesionales que atiendan estén debidamente preparados para intervenir en la pareja, en especial en lo que respecta al profesional Asistente Social, cuestionado ampliamente en el caso de la mujer al atribuírsele su forma de operar como prejuiciada con relación a los varones no dando lugar a que ellos se expresen “desmereciendo su situación”, considerándola como otro factor preponderante para no concurrir a efectuar la correspondiente denuncia en los supuestos casos de violencia en la pareja, privilegiando a la mujer tanto cuando es agredida y cuando es agresora.
Con relación a lo anterior, existe opinión unánime que si fuesen a denunciar “por antecedentes que conocen, los Carabineros se reirían y ridiculizarían”, sintiéndose doblemente agredidos, señalando un participante “si fuera a denunciar lo dejaría preso por leso”, siendo también un factor de abstención para no denunciar a fin de evitar esta doble victimización.
En virtud de lo anterior el estudio muestra una realidad distinta a la que habitualmente estamos acostumbrados cuando se aborda la problemática de violencia intrafamiliar, que ha motivado diversas reflexiones en torno al abordaje e intervención de la violencia al interior de la familia desde la óptica multidimensional del modelo ecológico de Jorge Corsi.

COMENTARIOS FINALES
Dada las características del presente estudio, representa una mirada diferente, que evidencia la necesidad de considerar la inclusión de los elementos individuales, sociales y culturales para explicar este fenómeno y, como se manifiesta en los varones, por ser esta una problemática de connotación reciente y que augura un potencial crecimiento en cuanto a varones agredidos.
En síntesis, los factores que influyen y/o se relacionan con esta tendencia, que acusa la ignorancia legal de los varones con respecto a la Ley 19.325 de Violencia Intrafamiliar e Instituciones que trabajan con la problemática, además de elementos socioculturales e individuales que tienden a evitar que los varones no denuncien esta situación, se agrupan en:
Factores preponderantes:
â?¢ Ideología patriarcal y/o neomachismo
â?¢ Ignorancia legal
â?¢ Instituciones prejuiciadas con relación a la atención del varón.
â?¢ Medios de comunicación (en menor grado)
â?¢ Factores personales del varón
Por tanto, estos cinco componentes que engloban el todo descrito en el cuerpo de la investigación, se relacionan con la multicausalidad de este fenómeno complejo, constituyendo las causas que limitan al varón para no denunciar.

LAS FUENTES INTERACTIVAS DE LA RESILIENCIA

LAS FUENTES INTERACTIVAS DE LA RESILIENCIA

Según Edith Grotberg para hacer frente a las adversidades, superarlas y salir de ellas fortalecido o incluso transformado, podemos tomar como factores de resiliencia de cuatro fuentes, que son:

1. Tengo
Personas alrededor en quienes confío y que me quieren incondicionalmente
Personas que me ponen límites para que aprenda a evitar los peligros o problemas
Personas que me muestran por medio de su conducta la manera correcta de proceder
Personas que quieren que aprenda a desenvolverme sólo
Personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender

2. Soy
Una persona por la que otros sienten aprecio y cariño
Feliz cuando hago algo bueno para los demás y les demuestro mi afecto
Respetuoso de mí mismo y del prójimo

3. Estoy
Dispuesto a responsabilizarme de mis actos
Seguro de que todo saldrá bien

4. Puedo
Hablar sobre cosas que me asustan o me inquietan
Buscar la manera de resolver mis problemas
Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien
Buscar el momento apropiado para hablar con alguien o para actuar
Encontrar a alguien que me ayude cuando lo necesito

Lo que aporta el concepto de resiliencia es entonces una mayor comprensión y conocimiento empírico de los factores que protegen al sujeto de los efectos deletéreos de las malas condiciones del ambiente humano y social que lo rodean y permite el diseño de métodos prácticos de promoción de dichos factores para asegurar un desarrollo favorable que prevenga la aparición de enfermedades físicas y/o mentales.

La violencia juvenil. El papel de los padres en la educación de los hijos

La violencia juvenil. El papel de los padres en la educación de los hijos

¿Qué está pasando con los jóvenes de hoy? Esta es una cuestión que se escucha cada vez con mayor frecuencia y, entre otros muchos aspectos, hace referencia a la violencia que los adolescentes muestran hacia su familia, sus padres o tutores.
En la última década es un hecho conocido el incremento de la agresividad y actos violentos en centros escolares (entre jóvenes y hacia la figura del docente), de la delincuencia juvenil (empezamos a conocer sucesos como secuestros o asesinatos, como los que en la década anterior pensábamos que sólo ocurrían en EE.UU  o fuera de España) y de la agresividad o maltrato de los hijos hacia sus padres (factores que influyen en la  agresividad juvenil).

Ã?stos son factores influyentes en la violencia juvenil en general, pero ¿y la violencia de hijos a padres en particular?
Muchos niños y jóvenes parecen presentar, cada vez más, carencia de responsabilidades,  ausencia del sentido del esfuerzo para el logro, e inexistencia de límites desde el ámbito familiar.
Los estudios apoyan la idea de que la violencia y la agresividad infantil y juvenil están  relacionadas con la carencia de actuaciones educativas o con carencias relacionales y de límites. Los padres o no ponen  límites ni actúan educativamente, o cuando lo hacen es de manera incoherente o aversiva, agresiva para  sus hijos. Este tipo de actuaciones de los padres es la que aparece más asociada a la violencia juvenil.
En las familias en las que los padres utilizan la violencia y la agresividad -entre ellos y/o  con sus hijos- se observa con mayor frecuencia el uso de la misma en sus hijos. Es decir, nuestros hijos aprenden de lo  que ven y vivencian en casa; nuestra manera de actuar y relacionarnos con ellos es de suma importancia. Es por ello  que, además del factor hereditario, la violencia se presenta con frecuencia, pero no exclusivamente, en familias  cuyos componentes la utilizan e incluso tienen o han tenido problemas con la ley.
Otro factor importante es el uso y abuso de sustancias tóxicas como el tabaco, el alcohol,  la marihuana, las anfetaminas, la cocaína, etc. Los chicos que usan, abusan o dependen de dichas sustancias realizan  mayores actos violentos, en casa y fuera de casa.
En los casos de violencia de los hijos hacia sus padres, hallamos con elevada frecuencia  la presencia de trastornos psicológicos, mayoritariamente el llamado trastorno disocial en los varones y el trastorno  por negativismo desafiante en el sexo femenino; trastornos que se caracterizan por la agresión a personas y animales,  destrucción de la propiedad, fraudulencia o robo y violaciones graves de normas en el trastorno disocial y por un  patrón de comportamiento negativista, hóstil y desafiante en el caso del negativismo desafiante.
El fracaso escolar es otro factor muy presente en jóvenes con trastorno disocial,  delincuencia juvenil y uso de la violencia con sus padres y fuera de casa. El joven que fracasa en el ámbito escolar recoge  recriminaciones y castigos de casa, desvalorización personal de su entorno, se inicia en la práctica del absentismo escolar,  ausencias escolares o campanas, se junta con otros jóvenes en su misma situación, se inicia en el uso de drogas, etc. Es un proceso frecuente en los casos de violencia juvenil.
¿Qué podemos hacer los padres para favorecer que nuestros hijos no sean agresivos ni violentos?
La clave está en la formación para la educación de nuestros hijos, para la detección de  dificultades o trastornos psicopatológicos y la colaboración en su tratamiento con el psicólogo infantojuvenil.
â?¢ Intentar actuar educativamente, de manera coherente, estableciendo límites adecuados a  su edad y apreciando y valorando los aspectos positivos de nuestros hijos.
â?¢ No utilizar la agresividad en casa, ni insultar, ni pegar, recriminar, ridiculizar o gritar.
â?¢ Ser un modelo para nuestros hijos en cuanto a resolución de problemas o conflictos  mediante la palabra, el consenso y la comunicación en nuestras actuaciones hacia ellos y con nuestra pareja, amistades, etc.
â?¢ Favorecer al máximo una comunicación positiva padres-hijos, una relación en la que nuestros hijos disfruten y valoren positivamente el hecho de contar sus cosas a sus padres, pedir consejo. Cuanta más  confianza y bienestar sientan nuestros hijos cuando nos cuenten cosas suyas, más sabremos de ellos fuera de casa y  podremos ayudarles en caso de dificultades, de abuso sexual, etc.
â?¢ Establecer unos límites en franjas horarias, duración y contenidos a la hora de ver  programas de televisión, conectarse a
Internet, o utilizar videojuegos. Nunca deben de ser predominantes respecto al resto de  actividades sociales, de hobbies o actividades personales posibles.
â?¢ Inculcar en nuestros hijos desde pequeños el placer por la lectura, la construcción de un  hábito de trabajo escolar y el valor del esfuerzo. En el caso de detectar dificultades en el rendimiento escolar,  consultar y llevar a cabo una intervención psicopedagógica adecuada para su resolución y/o llevar a cabo un asesoramiento  profesional.
â?¢ Ser conocedores de las herramientas educativas, pautas educativas que nos puede  aportar la psicología, a través de la participación en escuelas de padres, lectura de libros de divulgación, y/o consultas de  asesoramiento educativo con psicólogos infantojuveniles.
â?¢ Ser padres informados también respecto a la detección y prevención del uso de drogas  en los jóvenes, dado que la detección precoz del uso de sustancias tóxicas es de suma importancia para su detención  o intervención.
â?¢ En general, ser padres activos, capaces de pedir ayuda a los profesionales para la  detección precoz de cualquier tipo de dificultades.
Susana Beltrán
Psicóloga infantil de ISEP Clínic Barcelona

http://www.isepclinic.es Potenciado por Joomla! Generado: 7 June, 2008, 04:17

AMOR Y ADICCIÓN

AMOR Y ADICCIÓN
Según las palabras de Stanton Peele, autor de amor y adicción:
“Una experiencia adictiva es aquella que absorbe la conciencia de una persona y, al igual que los analgésicos, alivia su sensación de ansiedad y dolor. Quizá no haya nada tan bueno para absorber nuestra conciencia como una relación amorosa de cierta clase. Una relación adictiva se caracteriza por un deseo de tener la presencia tranquilizadora de otra persona… El segundo criterio es que disminuye la capacidad de una errónea para prestar atención a otros aspectos de su vida y para ocuparse de los mismos”.
Una relación verdaderamente horrible cumple para nosotras la misma función que una droga fuerte. No tener un hombre en quien concentrarnos es como suspender el consumo de una droga, a menudo con muchos de los mismos síntomas físicos y emocionales que acompañan la verdadera suspensión de una droga_ náuseas, sudor, escalofríos, temblor, ansiedad, una forma obsesiva de pensar, depresión, imposibilidad de dormir, pánico y ataques de angustia. En un esfuerzo por aliviar esos síntomas, volvemos a nuestra última pareja o buscamos una nueva con desesperación.
Todas las mujeres que aman demasiado cargan con la acumulación emocional de experiencias que podrían llevarlas a abusar de substancias que alteran la mente a fin de escapar de sus sentimientos. Pro los hijos de padres adictos tienden a heredar una predisposición genética de desarrollar sus propias adicciones.
Tal vez porque el azúcar refinado es casi idéntico en su estructura molecular al alcohol etílico muchas hijas de alcohólicos desarrollan una adicción a ella y adquieren una forma compulsiva de comer. El azúcar refinado no es una comida sino una droga. No tiene valor alimenticio; sólo calorías vacías. Puede alterar en forma dramática la química cerebral y e una sustancia altamente adictiva para mucha gente.
Si bien somos muy buenas para intuir lo que otra persona siente o para descubrir lo que otra persona necesita o debería hacer, no estamos en contacto con nuestros propios sentimientos y somos incapaces de tomar decisiones acertadas en aspectos importantes de nuestra vida que son problemáticos ara nosotras. A menudo no sabemos en realidad quiénes somos, y el hecho de estar enredadas en problemas dramáticos nos impide tener que detenernos a averiguarlo.
Nada de esto significa que no podamos emocionarnos. Podemos llorar y gritar y aullar. Pero no somos capaces de usar nuestras emociones para guiarnos en la tarea de tomar las decisiones necesarias e importantes en nuestra vida.
Si usted alguna vez tuvo un accidente automovilístico en el cual no sufrió heridas graves, quizás haya experimentado una sensación de euforia un día o dos después del accidente. Eso se debe a que su cuerpo sufrió una conmoción extrema y de pronto tuvo cantidades inusualmente altas de adrenalina. Esa adrenalina explica la euforia. Si usted es alguien que lucha con la depresión, inconscientemente buscará situaciones que la mantengan excitada, en forma muy similar al accidente automovilístico (o al matrimonio con un alcohólico), a fin de mantenerse demasiado eufórica para deprimirse.
El hombre inestable nos resulta excitante; el hombre que no es confiable nos parece un desafío; el hombre imprevisible, romántico; el hombre inmaduro, encantador; el hombre malhumorado, misterioso. El hombre furioso necesita nuestra comprensión. El hombre desdichado necesita nuestro consuelo. El hombre inadecuado necesita nuestro aliento, y el hombre frío necesita nuestra calidez. Pero no podemos “arreglar” a un hombre que está bien tal como es, y si es amable y nos quiere tampoco podemos sufrir. Lamentablemente, si no podemos amar demasiado a un hombre, por lo general, no podemos amarlo.

¿Qué es el "bullying"?

¿Qué es el “bullying”?
DEFINICIÓN Y CONSEJOS

Resulta complejo definir el fenómeno “bullying”, y más aún traducir literalmente este vocablo inglés al castellano. Implica a veces el golpear o dar patadas a otros compañeros de clase, hacer burlas, “pasar de alguien”, etc. Pero estas situaciones resultan bastantes comunes en los centros educativos (colegios e institutos), y pueden llegar a ser muy dañinas para quienes las sufren, generalmente en silencio y en soledad.

La palabra “bullying” se utiliza para describir estos diversos tipos de comportamientos no deseados por niños y adolescentes, que abarcan desde esas bromas pesadas, el ignorar o dejar deliberadamente de hacer caso a alguien, los ataques personales, e incluso los abusos serios. A veces es un individuo quien hace el “bullying”, o un grupo (pandilla).

Lo más importante no es la acción en sí misma, sino los efectos que produce entre sus víctimas. Nadie debe subestimar el miedo que un niño, niña o adolescente intimidado puede llegar a sentir.
Por tanto, estas situaciones de acoso, intimidación o victimización son aquellas en la que un alumno o alumna está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otros compañeros.

Por acciones negativas entendemos tanto las cometidas verbalmente o mediante contacto físico, como las psicológicas de exclusión.

No hay que confundir estas situaciones con los típicos altibajos que se producen en las relaciones entre los alumnos, especialmente a lo largo de la etapa de la adolescencia y pre-adolescencia. Los conflictos y las malas relaciones entre iguales, los problemas de comportamiento o de indisciplina son fenómenos perturbadores pero no son verdaderos problemas de violencia, aunque pueden degenerar en ellos, si no se resuelven de una forma adecuada.

Para prevenir y atajar posibles brotes, es muy conveniente centrar el tema y aclarar entre todos de qué estamos hablando y dejar de pensar “que todo esto es normal entre escolares” ni “que se trata sólo de bromas”.

Ejemplos concretos:

Cuando un chico o una chica se mete con otro compañero o compañera insultándole, poniéndole motes, burlándose de él o ella, amenazándolo/a, tirándole sus cosas, pegándole o diciendo a los otros que no se junten con él o con ella,â?¦
Cuando en el patio de recreo, en los pasillos, en los servicios y en la propia clase sucede, a veces, que unos compañeros/as se meten con otros/as, se burlan de su aspecto, se ríen de ellos, y luego dicen que ha sido jugando o que el otro es un quejica, pero la verdad es que eso molesta,â?¦
Cuando algunos chicos y chicas les dicen a los demás que no le hablen a otra chica o chico, para que no tenga amigos ni amigas, o le acusan de algo siendo mentira,â?¦
Cuando un chico o una chica abusa de su fuerza o se pone chulo o chula y se hace el guay, porque otros chicos y chicas les ríen las gracias cuando se hacen los graciosos, chulean, pegan o amenazan a otro compañero o compañera que no es tan fuerte, o que le da vergüenza enfrentarse con él o con ella y siempre se calla y aguanta,â?¦
Cuando un grupo de chicos o chicas levanta rumores falsos sobre un chico o una chica, simplemente porque no quiere salir con ellos o no están dispuestos a hacer lo que ellos quieren ni aguantar sus cosas y empieza a perder sus amigos/as y a tener cierta fama,â?¦

¿Quiénes son responsables?
Los profesores/as y los padres tienen una responsabilidad especial en el cuidado de niños/as y adolescentes, y eso incluye ayudar a quien están siendo víctima de estas conductas no deseadas en la escuela. Pero los adultos no pueden hacerse cargo estas tareas, sin la ayuda de los propios niños/as y adolescentes.

Cuando alguien está siendo víctima del fenómeno “bullying” en un centro educativo, el resto de compañeros que no están implicados directamente, si saben sobre lo que está sucediendo en el aula, en el recreo o en la calle. Aunque ellos no estén envueltos, podrían ayudar a quienes sufren estas conductas no deseadas.

Podrían animarles a hablar directamente con un adulto, o bien podrían ofrecerle hablar con un adulto en su favor. Así, puede ser que los compañeros agresores dejen de actuar contra otros, pues no les gustará saber que hay adultos que saben que están haciendo y que no pararán hasta verlos actuar de este modo.

Todos los miembros de una comunidad educativa (alumnado, padres/madres, profesorado,…) tienen una responsabilidad importante en la ayudar a quiénes están siendo víctimas y hablar de quienes tienen estos comportamientos violentos.

Consejos sobre acciones a tomar:
Si alguien en su familia es víctima del “bullying” en el colegio/instituto, usted tiene que hacer algo para ayudarle: lo primero, hablar con un profesor o profesora.
Si se preocupa que alguien en su familia puede ser un agresor (“bully”), debe tratarlo inmediatamente con un profesor o profesora.
Si desea ayudar a evitar este fenómeno en la comunidad educativa de sus hijos e hijas, trabaje con el profesorado y otros padres/madres para lograr un colegio/instituto más seguro para todos.
Si usted no está satisfecho con la respuesta de los responsables del colegio/instituto, no abandone, busque otros medios y recursos disponibles para prevenir estas conductas infantiles-juveniles.
La ayuda y la comprensión en el hogar, en la familia, son fundamentales para cualquiera que quiera hacer frente a este fenómeno. Haga todo lo que puede por ayudar a que estos niños, niñas y jóvenes puedan auto-valorarse.
Los niños, niñas y adolescentes que son testigos o conocen de casos de ‘”bullying”, puede estar inseguros de que hacer y si deben decir algo a alguien responsable. Asegúrese de que hablen con sus padres o profesores sobre estos hechos que están ocurriendo entre sus compañeros.

Consejos para hermanos/as y amistades:
Los/as hermanos/as y amigos/as saben a menudo que alguien está siendo intimidado por sus compañeros/as de clase, mucho antes que lo sepan los propios profesores y padres de unos y otros.
¿Qué debería hacerse? Algunas veces, la persona que está siendo intimidada de alguna manera por sus compañeros, le piden a sus hermanos/as o amistades que no digan, ni hagan nada. En ocasiones, no hacen nada para que los agresores (“bullies”) no hagan lo mismo con ellos.

Pero no hacer nada significa generalmente que estos chicos o chicas que abusan de sus compañeros continuarán haciéndolo, o que estos lo hagan en secreto, e incluso elijan a otras víctimas cercanas a las víctimas (hermanos/as, otros amigos y amigas,…). Parte de la diversión que estos chicos y chicas consiguen con estos comportamientos, es la reacción de miedo y respeto de otras personas presentes, hacia éstos/as como agresores.

Si no haces algo, los agresores pueden pensar que apruebas lo que están haciendo.

Algunas cosas que pueden hacerse:
Si cualesquiera de ellos no actúan, no abandone. Intente siempre algo más.

Persuada a la persona que es víctima de estas conductas que hable con algún adulto responsable de su educación y protección. Puede ser un/a profesor/a o padre/madre.
Anime a estas personas a que cuenten lo que está sucediéndole.
Ofrézcale hablar a un adulto sobre las conductas de estos compañeros/as que abusan.
Deje que los agresores sepan que no están asustados de ellos, que usted no hará nada y que está dispuesto a verlos hasta que paren.
Plantee este asunto en el Consejo de escolar del colegio/instituto, como si se tratara de un debate sobre otras materias (inglés, educación física,…).
Implique a tanta gente como sea posible. En particular, intente asegurarse que el profesorado conozca lo que está sucediendo, pero sobretodo, háblelo con otros miembros de la comunidad educativa.

Cosas que no deben hacerse:
No use la violencia contra los agresores. Puedes ser acusado de malos tratos a hacia los mismos, que suelen ser menores de edad.
No le diga al niño/a o joven víctima que se ocupe de solucionar sus propios problemas. Si ellos pudieran, no le habrían pedido ayuda.
No intente ocuparse de este problema por su cuenta.

Mensajes para hacer entender a personas víctimas de tales conductas:
“No tienes la culpa de ser intimidado por otros compañeros de clase”
“Tu no tienes que hacer frente a esta situación, sólo”

TESTIMONIOS REALES
Una víctima:
Cuando estaba en la escuela, me cogieron manía y no pararon durante dos años. Nadie hablaba conmigo. No hice nada por culparles, y todavía no sé la razón por que siempre me intimidaban. No era más rica o más pobre, ni era de una raza diferente.

Solía llorar cuando me acostaba cada noche. Era desgraciada. Cuando mis padres lo supieron, hablaron con el director, pero él no estaba interesado y les dijo que no podría hacer nada. Mis padres conocían a los padres de los chicas que me amenazaban. Una incluso vivió en la misma calle y habíamos sido amigas desde los dos años. Como una oveja, ella descargó porque nadie más hablaba conmigo.

Todo esto sucedió a los 6 años y perdí casi toda mi autoconfianza y empecé a odiarme. Odiaba pensar que esto pudiera ocurrirle a cualquier otra chica. Tengo un miedo si una chica no me habla, ellos empezaron todo y nunca pararán. No quisiera que continuara durante el resto de mi estancia en el colegio. No podría hacer frente.(Chica, 14 años)

Un agresor (“bully”):
Nunca he intimidado a nadie. Si lo haría, si alguien me molestara y se riera de mí, entonces me defendería. Yo no soy un valentón, aunque puede tener dudas más adelante. No creo que haya alguien en el colegio que abuse de otros compañeros de ésta u otra forma.” (Chico, 16)

Un padre :
Mi hija ha sido intimidada por otros compañeras, desde que estaba en el colegio. Diariamente le llamaban con nombres como ‘perra’ y ‘basura’. Hemos intentado todo, pero nadie escucha. Ella intentó suicidarse. Lo único que ella desea es ser una chica feliz en la escuela con sus amistades. No quisiera que ningún padre sufriera lo que hemos sufrido. Nosotros continuaremos luchando.”

La escuela:
La gente podría decir cualquier cosa como “eso es una escuela terrible porque han sido intimidados por otros compañeros’, o podrían decir, ‘”ese es un buen colegio porque están haciendo frente a ello”. Decidimos asumir el riesgo” (Director de un colegio que desarrolló un programa anti-bullying).

ENLACES
bullying.org Página informativa desarrollada por la Red Internacional de Recursos Educativo (Canadá)
aacap.org Academia Americana de Psiquiatría infantil y adolescente (EEUU)
averroes.cec.junta-andalucia.es/ Red Telemática Educativa de Andalucía (España)
aidex.es Asociación para la investigación y desarrollo educativo en Extremadura (España)
antibullying.net/ Red educativa anti-bullying de la Facultad de Educación de la Universidad de Edimburgo (Escocia)

COMO AYUDAR AL NIÑO VÍCTIMA DE BULLYING O ACOSO ESCOLAR

C�MO AYUDAR AL NI�O VÍCTIMA DE BULLYING O ACOSO ESCOLAR

– Muchos niños que sufren acoso en el colegio, no lo cuentan a los adultos, ni a sus profesores ni a sus padres. Por eso, si éstos tienen alguna sospecha de abusos de compañeros, deberían hablar con el niño. Se le podría preguntar de manera indirecta quién es el matón de la clase, con quién se mete o a quién pega, etc.
– Si un niño se queja de acoso, debemos creerle. Le pediremos detalles de la situación y llevaremos un registro o diario de lo que nos vaya contando.
– Aunque el niño nos pida que no se lo contemos a nadie porque teme que pueda ser peor, debemos dejarle claro que vamos a hablar con los profesores en privado para que pongan fin a esa situación.
– No debemos culpabilizar en ningún sentido al niño por lo que le está sucediendo. El es sólo una víctima de la situación.
 

– No tratar este asunto ni con el niño acosador ni con sus padres. Este tipo de actuaciones â??directasâ? suelen empeorar las cosas.
– Tampoco es buena idea el pedir al niño que se defienda o que devuelva los golpes, ya que por lo general el â??bullyâ? suele ser más fuerte, además de que la pelea le puede servir de justificación para continuar el maltrato.
– Lo más urgente que debe hacer es pedir una entrevista al tutor de su hijo. La escuela debe conocer la situación como punto de partida para solucionar el problema y evitar que vuelva a presentarse en el futuro.
– Debe también apoyar a su hijo. Puede pasar más tiempo con él, darle confianza, animarle a expresar sus sentimientos, darle la posibilidad de colaborar para sentirse útil, etc.
– El niño debe tener claro que debe pedir ayuda cuando le amenacen y debe contar al adulto cualquier agresión o episodio de acoso que sufra.
– Poner etiquetas con el nombre del niño a sus ropas puede evitar que se las roben, como sucede en muchos casos de acoso o bullying.
– Aunque las víctimas del acoso nunca son culpables, muchas veces adolecen de falta de habilidades sociales y en ocasiones â??provocanâ? con su conducta reacciones negativas, que los acosadores injustamente utilizan como justificante de la agresión. Si hay algo que el niño puede cambiar para no ser objeto de acoso, debemos ayudarle a que lo intente.
– Para hacer frente al acoso el niño debe ser más asertivo. Es bueno permitirle que se enfrente a usted en algunas situaciones y que exprese ideas contrarias a la suya.
– Ayúdele a aprender estrategias de afrontamiento del acoso. Puede jugar con él a hacer una representación ó â??role playingâ? de una situación de acoso, enseñándole cuál sería la mejor manera de reaccionar, y luego que él la practique. Por ejemplo, debe tener claro que ante una amenaza de robo con intimidación es preferible dar lo que le pidan a que le hagan daño físico.
 

– Si usted no es capaz de ayudarle en ese sentido, puede recurrir a un psicólogo o inscribirle en un curso de habilidades sociales donde se practiquen tales conductas.
-Hay también actividades cómo el kárate o el judo que entrenan el autocontrol y la seguridad en uno mismo y en ese sentido pueden resultar un aprendizaje útil para estos casos.
– También es conveniente animarle a participar en situaciones sociales (equipos deportivos, grupos scouts, etc.) de modo que mejoren sus habilidades sociales y se encuentre más a gusto consigo mismo.
– Asimismo, invitar a algún niño de la clase a casa, u otras acciones tendentes a favorecer las relaciones sociales con sus iguales, pueden resultar muy favorables. Así, por ejemplo, el ir o regresar del colegio acompañado de algún compañero reduce el riesgo de acoso en el trayecto.

¿Qué son los malos tratos?

A Elena se le había hinchado tanto el dedo que no podía sacarse el anillo. No creía que estuviera roto porque todavía lo podía doblar. Ya había pasado una semana desde que su padre la agarró bruscamente de la mano y la empujó contra la pared, pero el dedo le seguía doliendo mucho. Estaba tan avergonzada que no se lo había contado a nadie. Elena odiaba el modo en que su padre la insultaba – y la acusaba de todo tipo de cosas que ella no había hecho – sobre todo cuando el había estado bebiendo. Le hacía sentirse fatal. Ella habría deseado que su padre dejara de comportarse así, pero no tenía muchas esperanzas de que las cosas fueran a cambiar.

¿Qué son los malos tratos?
Los malos tratos en el seno de la familia pueden adoptar muchas formas diferentes. Podemos distinguir entre malos tratos físicos, malos tratos psicológicos, que incluyen tanto los emocionales como los verbales y abusos sexuales. Asimismo, podemos encontrarnos con cualquier combinación de estas variantes. La desatención – cuando los padres no atienden las necesidades básicas de los menores que dependen de ellos – puede ser una forma de malos tratos.
La violencia familiar puede afectar a cualquier persona, independientemente de la religión, el color de la piel o la clase social. Se da tanto en las familias acomodadas como en las pobres y tanto en las monoparentales como en aquellas donde están presentes ambos progenitores. A veces el padre o la madre maltratan al otro  cónyuge, lo que puede ser muy difícil de sobrellevar para los hijos que son testigos de los malos tratos. Algunos padres maltratan a sus hijos utilizando la crueldad física o verbal para disciplinarlos. Tanto las chicas como los chicos pueden ser objeto de malos tratos en forma de castigos corporales impuestos por sus padres -pero los chicos reciben más palizas que las chicas.
Los malos tratos físicos suelen ser el tipo de malos tratos más fácil de detectar. Incluyen cualquier forma de golpear, sacudir, quemar, pellizcar, morder, ahogar, aplastar, arrojar, azotar, dar palizas, o cualquier otra acción que provoque lesiones corporales, deje marca o produzca dolor físico importante.
Los abusos sexuales incluyen cualquier tipo de contacto sexual entre un adulto y un  menor o entre dos menores entre los que exista una diferencia de edades considerable. Cuando los abusos sexuales se dan en el seno de la familia inmediata, reciben el nombre de incesto.
Los malos tratos psicológicos pueden ser difíciles de detectar porque no dejan marcas corporales. Es obvio que las personas se gritan las unas a las otras, expresan enfado y se insultan, y expresar el enfado a veces puede ser saludable. Pero los malos tratos psicológicos suelen ocurrir cuando los gritos y la expresión del enfado van demasiado lejos o cuando un padre desprecia, amenaza o humilla constantemente a un hijo hasta que su autoestima y sus sentimientos de valía personal se ven negativamente afectados. Y, del mismo modo que los malos tratos físicos pueden dejar cicatrices corporales, los malos tratos psicológicos pueden dejar secuelas emocionales.
La desatención es probablemente el tipo de malos tratos más difícil de definir. Ocurre cuando un niño no tiene el alimento, la vivienda, las ropas, las atenciones médicas o la supervisión que necesita. La desatención emocional ocurre cuando un padre no proporciona a su hijo suficiente apoyo emocional o le presta poca atención a ninguna atención en absoluto de una forma deliberada y consistente. Pero no se puede considerar desatención cuando un padre no le da a su hijo algo qué éste quiere, como un nuevo ordenador o un teléfono móvil.
Por descontado, los malos tratos no sólo se dan dentro de la familia. El comportamiento típico de los “abusones” del colegio o del instituto es una forma de malos tratos que se da en seno de muchos grupos de escolares – aunque los malos tratos se dan entre personas de cualquier edad. Intimidar, amenazar, acosar o humillar a alguien se pueden considerar formas de malos tratos al mismo nivel que darle una paliza. Las personas que se comportan de este modo a menudo han sido víctimas de malos tratos. Esto también es cierto cuando los malos tratos se dan en el seno de la pareja. Pero el hecho de haber recibido malos tratos no es ninguna excusa para maltratar a nadie.
Los malos tratos también pueden adoptar la forma de delitos motivados por prejuicios,  cuando se dirigen contra determinadas personas sólo por su raza, religión, capacidades, género u  orientación sexual.
Reconocer los malos tratos
Por extraño que pueda parecer, a la gente a veces le resulta difícil reconocer que está siendo víctima de malos tratos. Por ejemplo, Elena ha sido objeto de malos tratos, pero ella no lo ve así. Reconocer los malos tratos puede resultar particularmente difícil para aquellas personas que llevan muchos años conviviendo con ellos. Aceptan la situación como algo natural y creen que no se puede hacer nada al respecto. Las personas maltratadas pueden pensar equivocadamente que son ellas quienes provocan los malos tratos, por su mala conducta o por no estar a la altura de las expectativas de otra persona.
Una persona que se ha criado en una familia violenta o donde se infligen malos tratos puede no saber que los miembros de una familia pueden tratarse de otra forma. Una persona que sólo conoce este tipo de relaciones puede creer erróneamente que golpear, empujar, aplastar o insultar son formas perfectamente normales de tratar a los demás cuando uno está muy enfadado. Cuando un niño se acostumbra a presenciar malos tratos entre sus padres, puede acabar creyendo que la relación que mantienen sus padres es completamente normal. Es importante que la gente que crece en un entorno caracterizado por los malos tratos sepa que eso no es una forma normal, sana o aceptable de tratar a la gente.
¿Por qué ocurren?
No hay una única razón de los malos tratos, aunque hay algunos factores que parecen incrementar las probabilidades de que una persona se convierta en maltratadora. Por ejemplo, el hecho de crecer en una familia donde ha habido malos tratos puede enseñar a una persona que los malos tratos son una forma de vida. De todos modos, afortunadamente, mucha gente que se ha criado en familias donde ha habido malos tratos se da cuenta de que este comportamiento no es aceptable y son capaces de romper el círculo vicioso de los malos tratos.
Algunas personas maltratan a los demás porque no saben controlar adecuadamente sus sentimientos. Por ejemplo, las personas que no son capaces de controlar el enfado o aquellas que no saben afrontar las situaciones estresantes (como quedarse sin trabajo o tener problemas de pareja) pueden pagarlo con otras personas. Algunos trastornos de la personalidad y algunas enfermedades mentales también pueden interferir con la capacidad de una persona para relacionarse con los demás de una forma sana, o motivar que tenga problemas con la agresión y el autocontrol. Pero, por descontado, no todo el mundo que tiene un trastorno de la personalidad o una enfermedad mental tiene que convertirse necesariamente en un maltratador.
El abuso de sustancias, como el alcoholismo o el consumo de drogas, también pueden desempeñar un papel en los malos tratos, al interferir con el autocontrol.
Por descontado, el hecho de que una persona tenga un problema no tiene que implicar automáticamente que se convertirá en un  maltratador. De todos modos, si tú eres una de las miles de personas que viven una situación de malos tratos, te puede ser de gran ayuda entender por qué algunas personas infligen malos tratos – y darte cuenta de que la violencia sólo es responsabilidad de la persona que la inflige, nunca la culpa de quien la recibe.
Aún en el caso de que alguien cercano a ti tenga problemas de comportamiento u otro tipo de problemas que le hagan más proclive a maltratar a otras personas, esto no implica que los malos tratos sean aceptables, normales o excusables. Los malos tratos siempre se pueden corregir, y todo el mundo puede aprender a ponerles freno.
¿Cuáles son los efectos de los malos tratos?
Cuando una persona es víctima de malos tratos, éstos pueden repercutir sobre todos y cada uno de los aspectos de su vida, y especialmente sobre su  autoestima. La medida en que los malos tratos afectan a una persona depende de las circunstancias que rodean a los malos tratos, la frecuencia de los mismos, el tiempo durante el que se infligen, la edad de la víctima y muchos otros factores.
Por supuesto, en todas las familias hay discusiones. De hecho, lo raro es que en una familia no haya nunca momentos difíciles, desacuerdos y enfados. En la mayoría de las familias se utilizan a veces los castigos y la disciplina -como quitar privilegios a los hijos o prohibirles que salgan de su habitación o que salgan con sus amigos. Pero, cuando el castigo provoca daños físicos o psicológicos, se convierte en un problema. Y esto recibe el nombre de malos tratos.
Los adolescentes que son objeto de malos tratos suelen tener problemas para conciliar el sueño y para concentrarse. Y su rendimiento académico puede verse negativamente afectado porque están enfadados o asustados o porque no se pueden concentrar.
Muchas personas que han sido víctimas de malos tratos desconfían de los demás. Algunos sienten rabia contra sí mismos y contra los demás y les cuesta mucho hacer amistades. Algunos adolescentes que han sido víctimas de malos tratos se deprimen. Algunos se involucran en comportamientos autodestructivos, como autolesionarse o abusar de sustancias, como las drogas o el alcohol. Y hasta es posible que intenten suicidarse.
Es normal que una persona que haya sido maltratada por alguien a quien quiere, no sólo se sienta dolida y preocupada, sino también confundida sobre lo que le ha ocurrido. Puede sentirse culpable o avergonzare de lo ocurrido, sobre todo si ha sido objeto de abusos sexuales. Pero los malos tratos nunca son culpa de quien los recibe, por mucho que el maltratador intente echarle las culpas.
Los maltratadores a menudo intentan manipular a quienes maltratan para que crean que ellos son los culpables de los malos tratos y/o para que los mantengan en secreto. Un maltratador puede decir cosas como: “Esto será un secreto entre tú y yo”, o “Si se lo cuentas a alguien, te haré daño o se lo haré a tu madre”, o “Si intentas explicárselo a alguien, tendrás problemas. Nadie te creerá e irás a la cárcel por mentiroso”. Ã?sta es la forma de conseguir que la víctima crea que no hay nada que pueda hacer y, por lo tanto, no merece la pena tomar medidas para poner fin a los malos o denunciarlos.
A las personas que son objeto de malos tratos puede resultarles difícil obtener ayuda, porque para ello tienen que acusar a alguien a quien quieren – alguien que puede ser maravilloso con ellos gran parte del tiempo y desagradable sólo parte del tiempo. De ahí que los malos tratos no se suelan denunciar.
¿Qué debería hacer una persona que recibe malos tratos?
Las personas que son víctimas de malos tratos necesitan ayuda. El hecho de mantenerlos en secreto no les protege de futuros malos tratos sino todo lo contrario – lo único que consiguen ocultándolos es incrementar las probabilidades de que continúen los malos tratos.
Si tú o alguien que conoces está siendo objeto de malos tratos, habla con alguien en quien confíes o en quien confíe tu amigo – un familiar, un amigo, un profesor de confianza, un médico o una adulto que trabaje con menores, sea en tu colegio o instituto o en tu lugar de culto. Por ejemplo, hay muchos profesores y psicólogos escolares que tiene la formación necesaria para detectar y denunciar los malos tratos.
En el listín telefónico y las guías sobre recursos sociales de tu localidad, puedes encontrar números de teléfono de atención a las víctimas de los malos tratos infantiles y la violencia familiar a los que puedes llamar en busca de ayuda. También puedes llamar en Estados Unidos al Childhelp USA al teléfono (800) 4-A-CHILD [(800) 422-4453] o en España a la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo): 900 20 20 10.
A veces las personas que son víctimas de malos tratos en su propia familia tienen que buscar un lugar seguro para vivir temporalmente. Tener que irse de casa nunca es fácil, pero a veces es necesario para evitar futuros malos tratos. Las personas que necesitan abandonar su casa para estar seguras pueden encontrar los datos de refugios y casas de acogida de su localidad en (el listín telefónico o) en las guías sobre recursos sociales de su localidad. Algunas veces podrán quedarse en casa de un familiar o un amigo.
Las personas que reciben malos tratos a menudo sienten extrañas y solas. Pero no están solas. Nadie se merece que lo maltraten. Pedir ayuda y apoyo es un primer paso sumamente importante para cambiar la situación. Muchos adolescentes que han sido víctimas de malos tratos se dan cuenta de que las emociones dolorosas pueden persistir incluso después de que cesen los malos tratos. Trabajar con un terapeuta es una forma de elaborar y afrontar los complejos sentimientos y reacciones que conlleva el hecho de haber recibido malos tratos, y el proceso puede ayudar a recuperar la seguridad, la confianza y la autoestima perdidas.