Respaldo de material de tanatología

CARTA DE ESCULAPIO A SU HIJO

CARTA DE ESCULAPIO A SU HIJO
? Q U I E R E S S E R M E D I C O , H I J O M I O ?

Aspiración es esta de un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia. ¿Deseas que los hombres te tengan por un Dios que alivia sus males y aleja su espanto?
¿has pensado bien lo que va a ser de tu vida?> Tendrás que renunciar a tu vida privada; mientras la mayoría de los ciudadanos pueden, una vez terminada su tarea, aislarse lejos del infortunio, tu puerta deberá estar abierta a todos. A toda hora del día o de la noche vendrán a tumbar tu descanso, tus placeres, tu meditación. Ya no tendrás horas que dedicarle a tu familia, a los amigos o al estudio. Ya no te pertenecerás. Los pobres acostumbrados a padecer no te llamarán sino en caso de urgencia, pero los ricos te tratarán como su esclavo, encargado de remediar sus excesos, sea por una indigestión o por un catarro.
¿eras estricto en escoger a tus amigos, buscabas la sociedad con hombres de talento, con artistas, de almas delicadas?.En adelante no podrás desechar a los fastidiosos o a los escasos de inteligencia, a los
despreciables. El malhechor tendrá tanto derecho a tu asistencia como el honrado. Prolongarás la vida de nefastos y el secreto de tu profesión te prohibirá impedir crímenes de los que seas testigo.
¿Tienes fe en tu trabajo para conquistarte una reputación?. Ten en cuenta que te juzgarán no por tu ciencia, sino por casualidades del destino, por el corte de tus ropas, por la apariencia de tu casa, por el número de tus criados, por la atención que dediques a las charlas y por los gustos de tu clientela. Los habrá quienes desconfíen de t si no usas barba, si no vienes de Asia, si crees en Dioses, otros si no crees en ellos.
¿Te gusta la sencillez?. Habrás de adoptar la actitud de un augur. Eres activo, sabes lo que vale el tiempo, no habrás de mostrar fastidio ni impaciencia, tendrás que soportar relatos que arrancan desde el principio de los tiempos para explicar un cólico, ociosos te consultarán solo por el placer de charlar, serás el vertedero de las nimias vanidades.
Sientes placer por la verdad, ya no podrás decirla tendrás
que ocultar a algunos la gravedad se su mal, a otros la insignificancia pues les molestaría. Habrás de ocultar secretos que posees, consentir en parecer burlado, ignorante o cómplice.
No cuentes con agradecimiento cuando el enfermo sana, la curación es debida a su robustez, si muere, tu serás el que lo ha matado. Mientras está en peligro, te tratará como a un Dios, te suplica, te promete, te colma de halagos. No bien está en convalecencia, ya le estorbas. Cuando se trata de pagar los cuidos que le has prodigado, ya se enfada y ya te denigra.. Cuanto mas egoístas son los Hombres, mas solicitud exigen.
No cuentes con que este oficio penoso te haga rico,. Te lo he dicho: esto es un sacerdocio. Te compadezco si sientes afán por la belleza; verás lo mas feo y repugnante que hay en la especie humana, todos tus sentidos serán maltratados. Habrás de pegar tu oído contra el sudor de pechos sucios, respirar el olor de nauseabundas viviendas, los perfumes subidos de las cortesanas .palpar tumores, curar llagas verdes de pus, contemplar orines, escudriñar esputos, meter el dedo en muchos sitios.
Cuantas veces un día hermoso, soleado y perfumado, al salir de un banquete te llamarán por un hombre que molestado por dolores de vientre te presentará un bacín nauseabundo diciéndote satisfecho: Gracias a Dios que he tenido la precaución de no tirarlo. Recuerda entonces que habrá de parecerte interesante aquélla deyección hasta la belleza misma de las mujeres, consuelo del hombre se desvanecerá para ti. Las verás por la mañana, desgreñadas y desencajadas desprovistas de bellos colores, olvidando sobre los muebles parte de sus atractivos. Cesaran de ser Diosas para convertirse en pobres seres afligidos por la desgracia. Sentirás por ellas menos deseos que compasión.
Tu oficio será para ti una túnica de Neso. En la calle, en los banquetes, en los teatros en tu misma casa los desconocidos, tus amigos, tus allegados te hablarán de sus males para pedirte un remedio. El mundo te parecerá un vasto Hospital, una asamblea de individuos que se quejan.
Te verás solo en tus tristezas, solo en tus estudios. La conciencia de aliviar males te sostendrá en tus fatigas, pero dudarás si es acertado hacer que sigan viviendo hombres atacados por un mal incurable, niños enfermizos que ninguna probabilidad tienes de ser felices.
Cuando ha costa de mucho esfuerzo hallas logrado que la existencia de algunos se prolongue, vendrá una guerra que lo destruirá todo.
Piénsalo bien mientras estés a tiempo. Pero si indiferente a la ingratitud, si sabiendo que te verás solo entre las fieras humanas, tienes un alma lo bastante estoica para satisfacerse del deber cumplido sin ilusiones, si te juzgas pagado lo bastante con la dicha de una madre, con la cara que sonríe porque ya no padece, con la paz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte; Si ansías conocer al hombre, penetrar a todo lo trágico de su destino, entonces , hazte médico, hijo mío.

EL ARTE DE MORIR OSHO

EL ARTE DE MORIR

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La vida es vivir. No es una cosa, es un proceso. No hay  otra forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella. Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado.
La vida no te está esperando en ninguna parte; te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas, es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás. El hombre ha estado haciendo esto durante siglos.
Los conceptos se han vuelto muy importantes, las explicaciones se han vuelto muy importantes y lo real ha sido olvidado por completo. No vemos lo que de hecho ya está aquí, queremos racionalizaciones.
Oí una hermosa historia.
Hace unos años un americano de renombre tuvo una crisis de identidad. Buscó la ayuda de la psiquiatría, pero no resolvió nada porque no encontró a nadie que pudiera revelarle el significado de la vida, que era lo que él deseaba conocer. Poco a poco se fue enterando de la existencia de un venerable e increíblemente sabio gurú que vivía en una misteriosa y casi inaccesible región de los Himalayas. Llegó a creer que solamente ese gurú le podría revelar lo que la vida significaba y cuál debía ser su destino.
De modo que vendió todas sus posesiones y empezó su búsqueda del gurú que todo lo sabía. Estuvo ocho años yendo de pueblo en pueblo por todos los Himalayas, buscándole. Y un día acertó a encontrarse con un pastor que le dijo dónde vivía el gurú y como debía llegar a ese lugar.
Tardó casi un año en encontrarle, pero lo consiguió. Se presentó a ese gurú, que desde luego era venerable y tenía más de cien años de edad. El gurú accedió a ayudarle, especialmente cuando escuchó todos los sacrificios que el hombre había realizado buscándole.
«¿Qué es lo que puedo hacer por ti, hijo mío?», le preguntó el gurú.
«Necesito conocer el significado de la vida», le contestó el hombre.
A lo que, sin dudar un instante, replicó el gurú, «La vida», dijo, «es un río sin fin».
«¿Un río sin fin?», dijo el hombre con asombro. «¿Después de recorrer todo este camino para encontrarte, todo lo que tienes que decirme es que la vida es un río sin fin?»
El gurú se quedó estupefacto, anonadado. Se enfadó mucho y le dijo, «¿Quieres decir que no lo es?»

Nadie puede darte el significado de tu vida. Es tu vida y el significado ha de ser también el tuyo. Los Himalayas no te servirán de ayuda. Nadie más que tú puede encontrarlo. Es tu vida y solamente es accesible a ti. Solamente con el vivir te será revelado el misterio.
Lo primero que me gustaría decirte es: no lo busques en ninguna otra parte. No lo busques en mí, no lo busques en las escrituras, no lo busques en inteligentes explicaciones; son sólo justificaciones, no explican nada. Simplemente atiborran tu mente vacía, no te hacen consciente de lo que es. Y cuanto más está la mente atiborrada de conocimiento muerto, más torpe y estúpido te vuelves. El conocimiento hace a la gente estúpida, adormece su sensibilidad. Se atiborran de él, cargan con él, refuerzan su ego con él, pero no les aporta luz y no les indica el camino. No puede hacerlo.
La vida ya está burbujeando en tu interior. Solamente puedes contactar con ella allí. El templo no está en el exterior; tú eres su santuario. Por eso lo primero que has de recordar, si quieres saber lo que es la vida, es: nunca la busques en lo exterior, nunca trates de descubrirla en alguien. El significado no puede ser transferido de este modo. Los Maestros más grandes nunca han dicho nada sobre la vida, siempre te han devuelto a ti mismo.
Lo segundo que has de recordar es: una vez que sepas lo que es la vida, sabrás lo que es la muerte. La muerte es parte del mismo proceso. Por lo general creemos que la muerte llega al final, por lo general creemos que la muerte se opone a la vida, por lo general creemos que la muerte es el enemigo, pero la muerte no es el enemigo. Y si consideras a la muerte como el enemigo esto simplemente demuestra que no has sido capaz de saber lo que es la vida.
La muerte y la vida son dos polaridades de una misma energía, del mismo fenómeno, el flujo y el reflujo, el día y la noche, el verano y el invierno. No están separados y no son opuestos ni contrarios. Son complementarios. La muerte no es el fin de la vida; de hecho es una culminación de una vida, la cresta de la vida, el clímax, el gran final. Y una vez conoces tu vida y su proceso, entonces comprendes lo que es la muerte.
La muerte es una parte orgánica, integral de la vida y es muy amistosa con ella. Sin ella la vida no puede existir. La vida existe debido a la muerte, la muerte le da un trasfondo. La muerte es, en efecto, un proceso de renovación. Y la muerte sucede a cada instante. En el instante en que inhalas y en el instante en que exhalas, ambas se dan. Al inspirar, la vida entra; al expirar, viene la muerte. Por eso al nacer un niño lo primero que hace es inspirar; entonces la vida empieza.Ycuando un viejo muere, lo último que hace es exhalar; entonces la vida se va. El exhalar es la muerte, el inspirar es la vida. Son como las dos ruedas de una carreta. Vives tanto debido a que inspiras  como a que expiras. El exhalar es parte del inhalar. No puedes inhalar si dejas de exhalar. No puedes vivir si dejas de morir.
El hombre que ha comprendido lo que es su vida, permite que la muerte suceda, le da la bienvenida. Muere a cada instante y a cada instante resucita. Su cruz y su resurrección suceden continuamente como un proceso. Muere al pasado a cada momento y nace una y otra vez al futuro.
Si observas lo que es la vida podrás saber lo que es la muerte. Si comprendes lo que es la muerte, solamente entonces serás capaz de comprender lo que es la vida. Forman un organismo. Por lo general, debido al miedo, hemos creado la división. Creemos que la vida es buena y que la muerte es mala. Creemos que ha de desearse la vida y que ha de evitarse la muerte. Creemos que, de alguna forma, hemos de protegernos contra la muerte. Esta idea absurda crea interminables desgracias en nuestras vidas, porque una persona que se protege  contra la muerte se vuelve incapaz de vivir. Es la persona que teme exhalar y entonces es incapaz de inhalar y se queda embarrancada. Entonces simplemente mal vive, su vida deja de ser un fluir, su vida deja de ser un río.
Si realmente deseas vivir has de estar dispuesto a morir. ¿Quién en ti teme a la muerte? ¿Teme la vida a la muerte? No es posible. ¿Cómo puede la vida sentirse asustada por su proceso integral? En ti hay algo más que está asustado. El ego es el que teme en ti. La vida y la muerte no son opuestos. El ego y la muerte sí son opuestos. La vida y la muerte no son opuestos. El ego y la vida sí son opuestos. El ego está en contra de los dos, de la vida y de la muerte. El ego teme el vivir y el ego teme el morir. Teme vivir porque a cada paso, al esforzarse en pos de la vida, hace que la muerte se acerque.
Si vives, te estás acercando a la muerte. El ego teme morir, de ahí que también tema vivir. El ego simplemente mal vive. Hay mucha gente que ni está viva, ni está muerta. Esto es lo peor. Un hombre que está vivo plenamente también está lleno de muerte. Ese es el significado de Jesús en la cruz. Jesús acarreando con su propia cruz no ha sido plenamente compren-dido. Y les dice a sus discípulos, «Tendréis que llevar vuestra propia cruz». El significado de Jesús llevando su cruz es muy simple, no es nada más que esto: todo el mundo a de acarrear continuamente con su muerte, todo el mundo ha de morir a cada momento, todo el mundo ha de estar en la cruz porque éste es el único modo de vivir plenamente, totalmente.
Siempre que te encuentres con un momento de total vitalidad, de repente también verás ahí a la muerte. Sucede en el amor. En el amor, la vida alcanza un clímax, de ahí que la gente tema al amor.
Me siento asombrado continuamente  por la gente que viene a mí y que me dice que teme al amor. ¿De dónde proviene este temor al amor? Se debe a que cuando realmente amas a alguien tu ego empieza a desaparecer y a fundirse. No puedes amar con el ego, el ego se convierte en la barrera. Y cuando quieres destruir la barrera, el ego te dice, «Esto se convertirá en una muerte, ¡cuidado!»
La muerte del ego no es tu muerte. La muerte del ego es en realidad tu posibilidad de vida. El ego es simplemente una cáscara sin vida a tu alrededor. Tiene que ser hecha pedazos y tirada. Surge de forma natural, del mismo modo que cuando un transeúnte pasa, el polvo se deposita sobre sus ropas, sobre su cuerpo y ha de darse un baño para limpiarse de ese polvo.
Al movernos en el tiempo, el polvo de las experiencias, del conocimiento, de la vida vivida, del pasado, se acumula. Ese polvo se convierte en tu ego. Al acumularse, se convierte en una cáscara que ha de ser rota y tirada. Uno se ha de bañar continuamente, cada día, de hecho, a cada instante, de forma que esta cáscara nunca se convierta en una prisión. El ego teme al amor porque en el amor la vida alcanza una culminación. Pero siempre que hay una culminación de la vida también hay una culminación de la muerte. Van de la mano.
En el amor mueres y renaces. Lo mismo sucede cuando meditas o rezas o cuando acudes a un Maestro y te entregas. El ego crea toda suerte de dificultades, de justificaciones, para que no te entregues. «Piénsatelo, medítalo, sé inteligente». Cuando acudes a un Maestro, el ego sospecha, se llena de dudas, crea ansiedad porque de nuevo estás volviendo a la vida, estás volviendo a una llama donde la muerte va a estar tan viva como la vida. Recuerda que la muerte y la vida se alimentan mutuamente, nunca están separados.Si estás un poco, mínimamente vivo, en el mínimo, entonces verás a la vida y a la muerte como dos cosas separadas. Cuanto más te acerques a la cima, más se irán aproximando. En el ápice, se encuentran y se funden en uno solo. En el amor, en la meditación, en la confianza, en la oración, siempre que la vida es algo total, la muerte está allí. Sin muerte, la vida no puede ser total.
Pero el ego siempre está pensando en divisiones, en dualidades. Lo divide todo. La Existencia es indivisible, no puede ser dividida. Eras un niño, luego te hiciste mayor. ¿Puedes delimitar cuándo te hiciste mayor? ¿Puedes señalar el lugar en el tiempo cuándo de repente dejaste de ser un niño y te volviste un joven? Un día te vuelves viejo. ¿Puedes indicar cuándo te vuelves viejo?
Los procesos no pueden ser delimitados. Sucede exacta-mente lo mismo cuando naces. ¿Puedes señalar cuándo naciste? ¿Cuándo comienza realmente la vida? ¿Comienza cuando el niño empieza a respirar, cuando el doctor da unos azotes al niño y el niño empieza a respirar? ¿Es entonces cuando nace la vida? ¿O es cuando el niño entra en el útero, cuando la madre se queda embarazada, cuando el niño es concebido? ¿Empieza entonces la vida? ¿O incluso antes que esto? ¿Cuándo comienza exactamente la vida?
Es un proceso que no tiene ni fin ni comienzo. Nunca empieza. ¿Cuándo está muerta una persona? ¿Muere cuando deja de respirar? Muchos yoguis han demostrado científicamente que pueden dejar de respirar y seguir vivos y luego regresar. De modo que el dejar de respirar no puede ser el final. ¿Dónde acaba la vida?
Nunca acaba en parte alguna, nunca empieza en ninguna parte. Estamos sumergidos en la eternidad. Hemos estado aquí desde el mismo comienzo, si es que hubo alguna vez un comienzo, y vamos a seguir aquí hasta el final, si es que va a haber un final. De hecho no puede haber un principio ni puede haber un final. Somos vida, aun cuando la forma cambie, los cuerpos cambien, la mente cambie. Lo que llamamos vida es solamente la identificación con un determinado cuerpo, con una determinada mente, con una determinada actitud, y lo que llamamos muerte no es más que el salirse de esa forma, de ese cuerpo, de esa idea.
Cambias de casa. Si te identificas demasiado con una casa entonces el cambiar de casa será algo muy doloroso. Creerás que te mueres porque la casa antigua era lo que tú eras; esa era tu identidad. Pero esto no sucede porque sabes que solamente estás cambiando de casa, que tú sigues siendo el mismo. Aquellos que han mirado en su propio interior, aquellos que han descubierto quién son, llegan a descubrir un proceso eterno, sin fin. La vida es un proceso sin tiempo, más allá del tiempo. La muerte forma parte de él.
La muerte es un revivir continuo, una ayuda para que la vida resucite una y otra vez, una ayuda para que la vida se libre de las viejas formas, para librarse de los edificios desvencijados, para librarse de las anticuadas estructuras de modo que seas capaz de fluir y puedas de nuevo volverte fresco y joven y seas otra vez virgen.

LA MUERTE EN EL MEXICO PREHISPANICO

LA MUERTE EN EL MEXICO PREHISPANICO

DEMETRIO RODRIGUEZ QUIROZ  Enviando en: viernes, 18 de abril, 2003 – 11:23 am

EL CULTO A LA MUERTE EN MÉXICO:
Motivo de temor o tristeza, de burla, de honor y respeto, pero sobre todo, desde hace cientos de años, la muerte es motivo de culto y alabanza. Desde la época prehispánica, nuestros antepasados veneraban a estos personajes con el objetivo primordial de solicitar a los dioses su protección.
Los antiguos mexicanos tuvieron la extraordinaria creencia de que la vida era un paso para la muerte y de nuevo, el regreso a la vida. El códice Chimalpopoca relata que los primeros hombres fueron creados con los huesos de los difuntos, claro ejemplo de esta concepción que tuvieron los prehispánicos para quienes la vida y la muerte estaban relacionadas.

Mictlantecuhtli,(dios de la muerte ), le entregó los huesos de los hombres y mujeres difuntos a Quetzalcoatl ( serpiente emplumada ),quien se dirigió a Tamoachán ( lugar de orígen ) para dárslos a Coatlícue ( diosa de la tierra ). Allí los molió en un metate ( piedra para moler maíz) y enseguida Quetzalcóatl y los demás dioses creadores, fecundaron la masa y crearon al hombre, con su propia sangre.

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DEMETRIO RODRIGUEZ QUIROZ  Enviando en: viernes, 18 de abril, 2003 – 12:04 pm

En EL CODICE FLORENTINO y en la HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, se relatan y describen las diferentes moradas en las que los muertos continuaban su existencia. Y, justamente, esta última creencia, es una de las grandes diferencias que distinguió a nuestro pueblo de muchas otras culturas, especialmente de las monoteístas, ya que para nuestros antepasados el lugar donde se estará el resto de la inmortalidad despues de muertos, tiene mucho que ver con la manera en que se vivió la vida, con las actitudes y con los sentimientos. En cambio, para los antiguos mexicanos lo que predeterminaba el lugar donde transcurriría su inmortalidad lo determinaban principalmente, las causas y la forma en que moría.

EL MICTLAN
Para los prehispánicos la cosmovisión vertical del mundo, estaba conformado por varios paraisos y varios infiernos que no tenían un significado moral. En su conjunto integraban un mundo superior y otro inferior donde los muertos moraban.
Uno de estos paraisos correspondía a Tláloc, y se llamaba Tlalocan y ahí eran recibidos los que morían ahogados o por otras causas que tuvieran relación con el elemento agua. Se pensaba que en este lugar había gran regocijo ya que existía una gran cantidad de vegetación y alimento.
Estos paraisos se dividían de acuerdo al paso del sol de oriente a occidente. El oriental era el lugar de los guerreros, de los caidos en batallas y de los que nutrían al sol (Tonatiuh ) con su sacrificio para prolongar su diaria existencia.
El occidental era el hogar de las mujeres que morían en el parto ( las Cihuateteos ), sacrificandose al procrear futuros guerreros.
El paraiso del sol era llamado Tonacalli. Y los militares, después de cuatro años de acompañar al sol en su recorrido diario, se convertían en colibríes de hermosos plumajes, siéndoles permitido bajar a la tierra para alimentarse del néctar de las flores.
Los n¡muertos que no era elegidos para habitar en el paraiso de Tonatiuh, hiban al MICTLAN ( lugar de los muertos ), o mundo inferior.
El Mictlán era reinado por Mictlantecuhtli y la reina Mictlancihuatl ( señora del lugar de los muertos ). En este mundo se establecian todos los que moraban por muertes naturales no relacionadas con otras moradas. ahí tenian que vencer varios retos y peligros para que pudieran continuar su existencia. Por ese motivo hiban provistos por amuletos y objetos para el viaje. Ese viaje duraba cuatro días ( número sagrado ).
El viajero iniciaba su camino a travéz de dos montañas enormes que chocaban entre ellas, amenazando con aplastarlo, luego se enfrentaba a una terrible lagartija , la Xaltichonal,que trataba de detener su paso , despues tenia que escapar de un cocodrilo,despues tenia que cruzar 8 desiertos y subir 8 colinas. asimismo tenia que soportar un viento helado que le arrojaba piedras y cuchillos de obsidiana, el Itzehecayán.
Luego de esta travesía llegaba al ancho rio Chiconauápan, que cruzaba montado en un perrito bermejo, el Techichi,este era un perrito Izcuintle que no tuviera ni una sola mancha en la piel, ya que el perro manchado era un perro que en otra existencia ya había encaminado otro dueño. cada alma debía tener su propio guía.
a veces en las ofrendas funerarias era incluido uno de estos perros para que acompañara al muerto a travéz del rio.
Finalmente el alam llegaba a su destino, y ofrecia obsequis al señor de los muertos y a su señora, quien lo llevaba a alguna de las 9 regiones en que se dividía el Mictlán.

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DEMETRIO RODRIGUEZ QUIROZ  Enviando en: viernes, 18 de abril, 2003 – 12:14 pm

El Mictlán no era un lugar en tinieblas ni un lugar de castigos, simplemente era la morada de los muertos. Incluso para los prehispánicos, cuando el sol se ocultaba en el horizonte, “bajaba” al Mictlán, era cuando se levantaban de dormir los muertos.
Había otros mundos para los muertos. Uno muy importante, era donde moraban los que habían muerto durante la infancia…La morada se llamaba Tonacuahtitlán ( árbol de los mantenimientos ), donde se encontraba un árbol de nombre Chichihualcuahtli ( árbol de la mamazón ) del cual escurría leche que servía para que los niños se alimentaran.

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Zarina (Huésped no registrado)  Enviando en: viernes, 18 de abril, 2003 – 03:05 pm

Demetrio:

Los mayas incluyeron tambien a una diosa del suicidio.

Xtabay, su origen se encuentra relacionado con la diosa prehispánica Ixtab que se aparecía cerca de los árboles frondosos para conducir a los suicidas al paraíso, lo que representa un enfrentamiento total con los valores religiosos cristianos dentro de los cuales el suicidio figura como el peor de los pecados.

Los antiguos mayas creían que los suicidas se iban directamente al paraíso. Tenían una diosa especial que era la patrona de los que se habían privado de la vida ahorcandose, Ixtab.

El propósito de la religión en la muerte

El propósito de la religión en la muerte

      DEMETRIO RODRIGUEZ QUIROZ (Demis) Miembro Intermedio
Enviando en: domingo, 04 de mayo, 2003 – 11:18 pm              

Freud , 1932-1936, volúmen XXI pag. 149:
“La religión es un poder inmenso que dispone de las emociones más potentes de los seres humanos.
La religión cumple tres funciones :

PRIMERA: Satisfacer la curiosidad natural del hombre de saber, ya que le informa sobre el orígen y el génesis del universo.

SEGUNDA:Calmar la angustia que siente el hombre ante las crueldades de la vida y el destino inevitable de la muerte. Lo consuela en la desdicha y le asegura un buen final.

TERCERA:Difundir reglas y consejos de cómo comportarse en la vida, con la finalidad de obrar con justicia.

El mayor poder de la religión , dice Freud, radica en su segunda función,que es la de satisfacer la necesidad de protección y calmar la angustia y el medio que se tiene hacia la muerte. Todas las religiones que hasta ahora conocemos le dan una respuesta al gran enigma de la muerte, en todas las religiones hay esperanza de otra vida o forma de existencia.
En Mesopotamia sólo hay un lugar de sufrimiento, los mitos escatológicos de la cultura mesopotámica llaman al reino de la Muerte :” El pais sin retorno ” o ” La casa de las tinieblas”, este era considerado un mundo sin esperanza, sin recompensa pero tampoco sin castigo. ( Lacarriere, 1984 )
En contraste con los mesopotámicos, los egipcios creían en un más alla feliz, semejante al de la tierra, pero mejor aún, pero antes había que estar en un juicio donde el corazón del difunto era pesado en una balanza, teniendo como contrapeso una pluma, que representaba a la verdad y a la justicia, los que habían tenido buena conducta o habían recitado correctamente un conjuro en donde negaban haber cometido una lista de pecados, tenian el pase seguro al más allá, los que no, eran destruidos por un monstruo que los devoraba ( Bleeker, 1969, Ruffle, 1985).Vemos que en esta cultura no existia el infierno.

En el pensamiento religioso del hinduismo , la muerte consiste en la unión del alma individual con el alma universal, con ello se cree que con la muerte no se pasa a otra vida como la que conocemos en la tierra, sino se pasa a otra forma de existencia, que es escencialmente espiritual y aún desconocida, una forma distinta de existencia, basada en la unión con el Absoluto o el principio Supremo , como lo indica los sagrados Rig Veda,y Los Upanishads .( Metafisica pura, Zarina )
En las culturas de Mesoamérica, dependiendo de como se moría , había diferentes destinos ( tema ya abordado en Tanatologia )
Por lo anterior deducimos que en el ser humano siempre ha existido una necesidad psicológica por pensar que no todo se acaba con la muerte, por creer que hay algo más despues de la vida.

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      ZARINA (Zarina) Moderador
Enviando en: miércoles, 07 de mayo, 2003 – 02:44 pm              

Dado que existe una confusión entre la palabra ?religiosidad? y ?espiritualidad?, defino: lo religioso como aquellas prácticas que realizan los que profesan una fe (oraciones, lectura de escrituras, recepción de sacramentos, prácticas devocionales, etc.).

En tanto que lo espiritual: es nuestra opinión, al interrogante existencial del hombre, que no está relacionado con su naturaleza física o material, sino más bien con la fuerza vital que nos guía, que controla nuestras intuiciones, sentido de valores morales y filosofía y nos hacer ser lo que somos.

El como resolver este dilema es una preocupación compartida por todos los hombres y mujeres conforme se aproximan a la muerte.

Toda persona puede tener una dimensión espiritual de su vida que no guarda siempre una relación con lo religioso y que no se expresa o explora necesariamente a través de una practica religiosa.

Ante la necesidad de apoyo espiritual que tiene el paciente con una enfermedad grave que trastorna toda su forma de vivir, su seguridad y esperanzas, los médicos mantienen por lo general diversas opiniones.

Así, mientras que unos no investigan mas allá de lo físico y psicosocial porque no ven aquello dentro de su responsabilidad, o les falta tiempo, otros piensan que viviendo como estamos en la época de la especialización, y que con personas muy entrenadas en los temas espirituales, como son los sacerdotes, estos serian los mas indicados a intervenir en dichos asuntos.

La enfermedad terminal, por la proximidad de la muerte, determina, tanto en los creyentes como en lo no creyentes, un proceso de interiorización y de reencuentro en la soledad del espíritu.

Incluso las tareas que han de llenar el tiempo hasta que ocurra la muerte, plantean la cuestión del sentido de lo verdadero o lo trascendental, pues ninguna de las cosas que uno ansia en esta vida, se pueden retener hasta el final.

En este estado es frecuente que nos preguntemos. ¿Cuál es el significado de la vida? ¿Qué es el hombre? ¿Existe Dios? ¿Cuida Dios de nosotros, nos escucha y comprende? ¿Por qué sufro? ¿Existe algún motivo para el sufrimiento y la enfermedad? ¿Es ésta inevitable? ¿Qué pasa después de esta vida? ¿Ha valido la pena vivir?

Estas inquietudes no resueltas pueden dar origen a una sensación de incapacidad o de sentirse indigno de vivir y pueden crear a su vez otro motivo de sufrimiento: El Espiritual.

La mayoría de los pacientes desearía poder dialogar sobre su enfermedad, sus cosas, sus esperanzas y los aspectos espirituales de la vida y muerte con su medico, pero encuentran mas fácil hacerlo con un miembro del equipo, otro enfermo o familiares cercanos, por ser estos frecuentemente mas accesibles.

Es importante para los profesionales que asisten al enfermo terminal (tanatólogos principalmente) aprendan a reconocer que el moribundo tiene estas preocupaciones, para ser capaces de apoyarle adecuadamente si desea revelarlas.

El problema para los médicos, es que no siempre comprenden lo que ellos les quieren decir o no les permiten expresarse porque no han sido entrenados para percibir lo que esta más allá de las palabras y para adentrarse en estos temas.

El lenguaje del espíritu es el lenguaje habitual, el común de toda la sociedad.

El vocabulario de la religión (liturgia, sacramento, intercesión, etc.) es el que puede necesitar ocasionalmente una traducción simultánea.

Si el paciente habla de perplejidad ante lo que le acontece, de soledad, tristeza, remordimiento, culpabilidad y que desea averiguar el sentido de las cosas, esta hablando de temas que le son lejanos a los médicos así pues necesita el paciente que alguien se siente a su lado y le escuche.

La angustia espiritual deberá ser considerada en términos del pasado (memorias dolorosas, culpabilidad), presente (aislamiento, ira) y futuro (temor y desesperanza).

Una persona es normalmente responsable de su reacción a la enfermedad y se adapta mejor cuando permanece realista y esperanzada en cualquier situación.

Pocos pacientes esperan o necesitan una receta para todos sus males y afortunadamente, son mas escasos los que esperan milagros.

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      Filosofo (Filosofo_sxxi) Novato  Enviando en: miércoles, 07 de mayo, 2003 – 09:07 pm              

Estimada Zarina

La angustia que manifiesta el hombre al final de sus días es efectivamente quizás uno de los dolores mas profundos que pueda padecer el espíritu. Sin embargo el conocimiento de su condición de ser espiritual y corporal, le ayuda a configurar ese trance en un reto, el mas importante ciertamente de ser perseverante y coherente a lo que su conciencia le pueda reclamar.

La existencia del espíritu que fue creado por Dios para regresar a El, se cuestiona de una manera intensa si realmente ha cumplido con su fin en este tránsito por el mundo.

He tenido oportunidad de acompañar a varias personas en sus últimos días por este mundo y he podido constatar que aquellos que han vivido esforzándose por cumplir con el deber propio de su estado y circunstancia, pasan este trance de una manera podría yo decir hasta admirable, con garbo y señorío, con esa paz interior que da la de saber que a pesar de las propias miserias, se vivió buscando rectificar y enmendar los errores cometidos dándose a los demás con generosidad y el olvido de si mismos.

Algunos otros que solo se ocuparon de sus cosas de manera egoísta, manteniéndose al margen de toda oportunidad por llevar la comprensión y ayuda a su alrededor, pasan esos últimos días en un profundo conflicto por tratar de encontrar una justificación ante la falta de amor a los que cercan pasaron por su existencia.

Sin embargo algunos de estos casos pudieron alcanzar finalmente una reconciliación consigo mismos al reconocer esta realidad y humillar su entendimiento ante la Misericordia del Creador que solo busca y arde en deseos por la salvación de todas las almas. 

Por su puesto te estoy planteando la óptica desde la cual los fieles de la Iglesia Católica percibimos y vivimos este trance que para nosotros es el comienzo de nuestro fin último…..la felicidad eterna.

El auxilio de un Sacerdote que administra los sacramentos de la Reconciliación, la Sagrada Eucaristía y la Unción de los Enfermos es un medio para obtener la salud espiritual requerida para enfrentar la última batalla.

Muchos hombres y mujeres en su lecho de muerte han tenido la oportunidad de recibir esta ayuda espiritual que requiere en muchos casos del apoyo de un buen amigo que nos prepara para poder aprovechar de la mejor manera la Gracia Santificante que se otorga a través de estos Sacramentos.

La Religiosidad es el andamiaje y columna vertical sobre la que se construye la espiritualidad de los miembros de la Iglesia Católica. Solo el conocimiento de Dios nos puede permitir el amarle y este conocimiento es posible gracias a las prácticas religiosas de esos Sacramentos, la Oración y la Tradición de la Iglesia.

La Religiosidad da esas herramientas con las que nuestro espíritu construye sus vínculos y puentes con la Divinidad, son lo que le permite reconocer al Creador y al mismo tiempo su filiación divina, así como la Gracia para que la propia voluntad se adecue a la Voluntad Divina.

Para un Católico que se encuentre en una etapa terminal, será indispensable el auxilio y consuelo que ofrece Dios mismo a través de todos estos medios que están contenidos en la Religiosidad.

Existen casos de muchos que después de haber recibido todo este auxilio y soporte espiritual, han recibido ese momento de la muerte con una sonrisa en los labios pronunciando bendiciones y alabanzas a Dios.

Atentamente,

Filosofo SXXI.

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      Zarina Moderador  Enviando en: viernes, 09 de mayo, 2003 – 02:03 pm              

Filosofo:

Justamente la ayuda que brinda el Tanatólogo está enfocado precisamente, a que el enfermo terminal logre ésa paz y ésa reconciliación, que muchas veces no logra obtenerlo solo, ya que tiene que digerir muchas cosas que en la mayoría de los casos no logran hacerlo por sí mismos, ademas incluye la angustia y la soledad que sienten.

Por otro lado, piensa que no todos los que están en ésas circunstancias son católicos, es por ello que se hace énfasis no en la religión, sino en la espiritualidad del ser humano, como ya lo describí arriba.

Saludos y ojala y sigas participando aquí, para poder hacer un rico y buen debate.
 

Un Mensaje a mi Familia

Un Mensaje a mi Familia.

Zarina  Enviando en: domingo, 11 de mayo, 2003 – 02:14 pm

En algún momento un médico determinará que mi corazón ha dejado de funcionar y que en verdad mi vida se ha terminado.

Cuando esto suceda, no traten de revivirme artificialmente por medio de aparatos, y dondequiera que me encuentre no lo llamen “mi lecho de muerte”. Llámenlo “mi lecho de vida” y dejen que mi cuerpo vaya de allí a ayudar a que otros gocen de una vida plena.

Den mi vista a alguien que nunca haya visto un amanecer la cara de un bebé o el amor en los ojos de una mujer.

Den mi corazón a alguien a quien el suyo no le haya causado más que interminables días de dolor.

Den mi sangre a algún adolescente rescatado de entre las ruinas de un automóvil accidentado, para que pueda vivir y llegar a gozar del juego de sus nietos.

Den mis riñones a quien dependa de una máquina para seguir existiendo semana tras semana.

Tomen mis huesos, todos mis músculos y todas y cada una de las fibras y nervios de mi cuerpo y encuentren la manera de hacer caminar a un niño lisiado.

Exploren cada rincón de mi cerebro. Si fuera necesario tomen todas las células para que algún día un niño pueda gritar con la emoción del deporte y una niña sorda pueda oír el sonido de la lluvia contra los cristales de la ventana.

Cremen lo que quede de mí y echen mis cenizas a los cuatro vientos, para ayudar a que crezcan las flores.

Y si tienen la necesidad de enterrar algo, les dejo mis defectos, mis debilidades y todos mis perjuicios contra mis semejantes.

Mi alma dénsela a Dios.

Y si por casualidad alguien quiere recordarme, hágalo con una buena palabra o acción hacia quien lo necesite. Si hacen lo que les pido, viviré eternamente.

🙂

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Zarina  Enviando en: domingo, 11 de mayo, 2003 – 02:24 pm

Centro Nacional de Trasplantes.
www.centra.gob.mx
Teléfono:
(0155) 56311499
Fax:
(0155) 56311499 ext.1309
Dirección:
Carretera Picacho Ajusco
No. 154 6to. Piso
Col. Jardines en la Montaña
Del. Tlalpan
C.P. 14210
Correo:
rnt@ssa.gob.mx

01 800 201 78 61 y 62

Pregunta:
Zarina:

Hace unas horas oí en la radio algo sobre la donación de órganos. creo haber entendido que ya no se va a poder donar mas que a parientes.

¿Sabes tú algo sobre eso? Según creo haber oido, acaban de rechazar unos médicos (no me preguntes de que lugar, porque no lo alcancé a oir) un órgano para transplante porque no era de un familiar del paciente.

Saludos
LUZ

Respuesta De: Sor Juana ¡otra vez! 🙂
Luz de Luna:

Es que hay un proyecto de ley para que ahora puedas donar (en vida) algún órgano a algún amigo tuyo, parece ser que la ley sólo lo permite en el caso de familiares pero sí eres compatible con un amigo (a) y deseas donarle algo ¡podrás hacerlo!

Respuesta De: Zarina.
La Donación como los Trasplántes de óranos está regulada en México desde 1985 por la
LEY GENERAL DE SALUD.

ACUERDOS DEL EJECUTIVO D.O.F.

Acuerdo por el que se crea el Consejo Nacional de Trasplantes como una Comisión Intersecretarial de la Administración Pública Federal, que tendrá por objeto promover, apoyar y coordinar las acciones en materia de trasplantes que realizan las instituciones de salud de los sectores público social y privado. 19-01-1999.

Sobre tú punto aquí te pongo lo que dice ésta ley:

ART 333. Para realizar trasplantes entre vivos, deberán cumplirse los siguientes requisitos respecto del donante:

– Ser mayor de edad y estar en pleno uso de sus facultades mentales;
– Donar un órgano o parte de él que al ser extraído su función pueda ser compensada por el organismo del donante de forma adecuada y suficientemente segura;
– Tener compatibilidad aceptable con el receptor;
– Recibir información completa sobre los riesgos de la operación y las consecuencias de la extracción del órgano o tejido, por un médico distinto de los que intervendrán en el trasplante;
– Haber otorgado su consentimiento en forma expresa, en términos del artículo 322 de esta Ley, y
– Tener parentesco por consanguinidad, por afinidad o civil o ser cónyuge, concubina o concubinario del receptor.

Cuando se trate del trasplante de médula ósea no será necesario este requisito.

Saludos.

Tres dones…

Tres dones…

Nanahuatzin Moderador  Enviando en: miércoles, 14 de mayo, 2003 – 07:22 pm

En la novela “el Señor de los Anillos” leemos que los dioses (los Valar) le han otorgado a el heroe Aragorn tres dones.

– Longevidad
– El don de curar con las manos
– El morir a voluntad.

No se tata de suicidio sino de escoger el momento de abandonar la vida. Los tres dones estan relacionados con la vida, pero cada uno es un aspecto especial.

En la actualidad dificilmente considerariamso al ultimo como un don. Pero no seria mejor asi?.

Enla novela Aragorn se retira con su esposa (quien abandono la inmortalidad), le toma la mano se despide y muere.

No seria esta una vision mas serena que la muerte en una anonima cama de hospital?

Tendriamso la sabiduria de vivir y morir asi?

Dime como te mueres.

Dime como te mueres.

Zarina Moderador  Enviando en: viernes, 27 de junio, 2003 – 03:12 pm

Cambiar la muerte es cambiar la vida
Edgar Morin

O, como decía Heidegger, el hombre es un ser-para-la-muerte», y Unamuno que el hombre es el único animal que entierra a sus muertos o el «morir, dormir, tal vez soñar» de Hamlet o que la muerte, lo más natural del hombre, dice el mismo Edgar Morin, es también lo más imbuido de símbolos, de discursos, es decir, lo más cultural, junto con la reproducción y la alimentación. Y Óscar de León: «Ahora nadie se muere de amor».

La muerte es un fenómeno definitorio del que el hombre no se repondrá nunca, con sus aparatos ceremoniales o sus catedrales intelectuales para recubrirla, como las ostras con perlas un cuerpo extraño.

La muerte es inconcebible, el máximo disparate y también la máxima sensatez, si se la compara con el disparate todavía mayor de la inmortalidad. Por eso nacimos con la muerte a cuestas. La representación de la muerte transcurre por cada espacio del tejido social y le da forma y sentido.

No se trata de volver al viejo universo español que determinaba otrora entre nosotros, sus herederos, un duelo perpetuo y solemne, en que la muerte era el espectáculo por excelencia y los lutos se superponían unos a otros como capas arqueológicas. Venía «el hombre de las sillas negras» , se sustituían las cortinas de colores por colgaduras negras y el retrato del finado se atravesaba con una banda negra. Ese patetismo católico, en su versión española, no nos dejaba vivir porque convertía la vida entera en prefacio de la muerte, umbral de la «Verdadera Vida». Se vivía en la muerte, para la muerte, como Heidegger, porque nadie había descubierto la liberación que encontró aquel cantante de protesta alemán oriental ?de cuando había una Alemania que era oriental y hasta democrática según parece?, que dijo: «Yo creo en la vida antes de la muerte».

Nuestro proyecto es otro: el respeto por los muertos implica el respeto por los vivos, que morir no sea una contingencia miserable de atracador drogado, ni un arreglo de oscuras cuentas, ni en una autopista sin elementales normas de seguridad o a manos de un policía sicópata. Que si nos toca morir en violencia, que al menos se nos permita la alternativa del héroe, para merecer los héroes, o que si vamos a morir en paz, que se nos permita la muerte del sabio y del digno, para merecer a los sabios y a los dignos.

Ya que no podemos evitarla, porque finalmente forma parte de la vida, que tengamos alternativas mejores que la muerte clínica o el asesinato sin relieve en el país que nos han hecho un puñado de audaces sin escrúpulos, asesorados por pragmáticos ineficaces.

Es un proyecto por el que vale la pena morir

Zarina Moderador Enviando en: viernes, 27 de junio, 2003 – 03:18 pm

Canto a los hijos en marcha

Madre, si me matan,
que no venga el hombre de las sillas negras;
que no vengan todos a pasar la noche
rumiando pesares, mientras tú me lloras;
que no esté la sala con los cuatro cirios
y yo en una urna, mirando hacia arriba;
que no estén las mesas llenas de remedios,
que no esté el pañuelo cubriéndome el rostro,
que no venga el mozo con la tarjetera,
ni cuelguen las flores de los candelabros
ni estén mis hermanas llorando en la sala,
ni estés tú sentada, con tu ropa nueva.
Madre, si me matan,
que no venga el hombre de las sillas negras.

Lléname la casa de hombres y mujeres
que cuenten el último amor de su vida;
que ardan en la sala flores impetuosas,
que en dos grandes copas quemen melaleuca,
que toquen violines el sueño de Schumann;
los frascos rebosen de vino y perfumes;
que me miren todos, que se digan todos
que tengo una cara de soldado muerto.

Lléname la casa de flores regadas, como en una selva.
Déjame en tu cuarto, cerca de tu cama;
con mis cuatro hermanas, hagamos consejo;
tenme de la mano, tenme de los labios,
como aquella noche de mi padre muerto,
y al cabo, dormidos iremos quedando,
uno con su muerte y otros con su sueño.

Madre, si me matan,
que no venga el coche para los entierros,
con sus dos caballos gordos y pesados,
como de levita, como del Gobierno.
Que si traen caballos, traigan dos potrillos
finos de cabeza, delgados de remos,
que vayan saltando con claros relinchos,
como si apostaran cuál llega primero.
Que parezca, madre,
que voy a salirme de la caja negra
y a saltar al lomo del mejor caballo
y a volverme al fuego.
Madre, si me matan,
que no venga el coche para los entierros.

Madre, si me matan,
y muero en los bosques o en mitad del llano,
pide a los soldados que te den tu muerto;
que los labradores y las labradoras
y tú y mis hermanas, derramando flores,
hasta un pueblo manso se lleven mi cuerpo;
que con unos juncos hagan angarillas,
que pongan mastranto y hojas y cayenas
y que así me lleven hasta un cementerio
con cerca de alambres y de enredaderas.
Y cuando pasen los años,
tráeme a mi pedazo, junto al padre muerto
y allí, que me pongan donde a ti te pongan,
en tu misma fosa y a tu lado izquierdo.
Madre, si me matan,
pide a los soldados que te den tu muerto.

Madre, si me matan, no me entierres todo,
de la herida abierta sácame una gota,
de la honda melena sácame una trenza;
cuando tengas frío, quémate en mi brasa.
Cuando no respires, suelta mi tormenta.
Madre, si me matan, no me entierres todo.

Madre, si me matan,
ábreme la herida, ciérrame los ojos
y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo
y esa pobre mano por la que me matan,
pónmela en la herida por la que me muero.

Llora en un pañuelo que no tenga encajes;
ponme tu pañuelo
bajo la cabeza, triste todavía
por la despedida del último sueño,
bajo la cabeza como casa sola,
densa de un perfume de inquilino muerto.
Si vienen mujeres, diles, sin sollozos
?¡Si hablara, qué lindas cosas te diría!
Ábreme la herida, ciérrame los ojos…
Y una palabra: JUSTICIA
escriban sobre la tumba.

Y un domingo, con sol afuera,
venga la Madre y las Hermanas
y sonrían a la hermosa tumba
con nardos, violetas y helechos de agua
y hombres y mujeres del pueblo cercano
que digan mi nombre como de su casa
y alcen a los cielos canto de victoria,
Madre, si me matan.

Autor: Andrés Eloy Blanco.

Técnica del Espejo

Técnica del Espejo

Zarina Moderador  Enviando en: viernes, 04 de julio, 2003 – 03:12 pm

Nuestra forma más fundamental de aprendizaje es por medio del ensayo y el error. Así comenzamos a caminar. Si tienes un niño cerca para observar, puedes notarlo fácilmente. Trata de erguirse, cae, y vuelve a intentarlo. Así hasta que de tanto ensayo y error, lo consigue.

Repetiremos estas conductas toda nuestra vida y en objetivos cada vez más complejos y abstractos. Como no nacemos perfectos ni realizados, sino que debemos seguir todo un desarrollo psicoevolutivo, durante nuestra existencia cometeremos muchos errores. Habrá muchos ensayos que terminarán en fracaso. Tendremos tropezones y caídas. Son parte inevitable de la vida.

Lo que te permitirá evolucionar y realizarte, es aprender de tus errores. Reflexionar sobre ellos para no repetirlos. Te equivocaste en algo y aprendiste cómo no debe hacerse. Luego, estás más cerca del éxito pues cada vez es más posible dar con la fórmula correcta.

Por ignorancia, por falta de experiencia o madurez, seguramente habrás dañado a más de alguien en tu vida. Lo hecho, hecho está. Sin embargo, es conveniente meditar para no cometer el mismo error ahora que tienes mayor conocimiento de la vida.

Si has cometido equivocaciones, y seguro que es así, aprende a perdonarte. Lo importante es que no vuelvas a tropezar en lo mismo. No culpes a nadie de lo sucedido, ni a ti ni a los otros. Perdónate y te será más fácil perdonar a los que puedan haberte ofendido o herido. Lo han hecho por falta de experiencia y madurez, quizás igual que tú alguna vez lo hiciste con alguien.

Vive con más paz tu existencia: perdónate y perdona. Ámate y amarás mejor. Es una maravillosa forma de realizarte en tu vida como un mejor ser humano para tí mismo, pues nadie da lo que no tiene.

Saludos. 🙂

En busca de la inmortalidad.

En busca de la inmortalidad. 
Zarina Moderador  Enviando en: viernes, 27 de junio, 2003 – 03:08 pm
           

Hay que ser un dios para merecer la inmortalidad. Hay incluso dioses que no la tienen, como los germánicos.

El hombre es el único animal que sabe que morirá. Eso conmovió tanto a Prometeo que desafió a Zeus brindando a los hombres el fuego divino, esto es, la cultura. Zeus lo condenó a permanecer encadenado a una roca donde un águila le devoraba el hígado, diariamente restablecido para prolongar el suplicio durante treinta mil años. De ello lo liberó Hércules. Favores así se agradecen.

Los filósofos han estipulado sobre la muerte: filosofar es aprender a morir; solo muere la carne, pues el alma es eterna; para conocer un sistema filosófico hay que saber qué dice de la muerte; el hombre es el único animal que entierra a sus muertos; el hombre es un ser para la muerte; la vida es una pasión inútil; morir es transfigurarnos en neutrino, nube, ventisca, gruñido selvático.

Luego de pensarlo durante mis décadas tengo dos preguntas:¿cómo sabré durante la vida eterna que después de ella no habrá otra y después de ella otra? ¿Conviene ser eterno en la Tierra?

Comencemos por las ventajas de ser inmortal: contemplar la vida humana sin la intermediación de historiadores. A uno le constará qué fue por fin lo que pasó en la trifulca de 1848 en el Congreso de Venezuela; cómo era la vida en Versalles; qué voz usó Bolívar para convencer a los llaneros de ir a guerrear en el Alto Perú, hoy Bolivia; leer los libros perdidos de Aristóteles; reunirse con los sabios de toda época. Ser ratón de la Biblioteca de Alejandría. ¿Imaginas una persona que vio animarse la Revolución Francesa o la Revolución Neolítica? Según Jorge Luis Borges un hombre inmortal es todos los hombres.

Nuestra vida es tan corta que apenas puede alcanzar excepcionalmente los cien años de mi abuela que vio subir la falda; hablar radios y fisgonear televisión; caer el Liberalismo Amarillo, subir Castro, vio nacer valses decimonónicos en Valencia, surgir Gardel y estallar los Beatles. Dos Guerras Mundiales, incluyendo Hiroshima y Nagasaki. No fue poco, pero tampoco suficiente.

Jonathan Swift pone a Lemuel Gulliver en un país de inmortales. Lemuel imagina lo bueno que columbro arriba y más, pero se decepciona cuando ve que la decrepitud de los inmortales no tiene fin.

Conjeturo cosas peores, aun conservándote joven: verás morir a todos tus hijos, que resentirán que los sobrevivirás y estarás joven mientras ellos envejecen. Verás chochear y morir a todas tus parejas, a tus familiares, a tus amigos, a tus hijos. Terminarás dejando de amarlos para no impregnarte generación tras generación de tristeza tanta. Se invertirán los papeles: en lugar de tener hijos para tener quien te sobreviva no los necesitas porque te sobreives a ti mismo. Te quedarás, pues, solo en cada generación. Los mortales te adorarán como dios, pues serás dios; o te execrarán como monstruo, porque serás monstruo. Saben que se irán y tú te quedarás para ver la continuación de la película. Los mortales te pareceremos tan provisionales como pomposos. ¿Y si descubres que el tiempo humano es empalagoso, que cada hombre es en acto o en potencia todos los hombres y que entonces la inmortalidad no solo es inútil sino desesperante porque te aburres de todos y hasta de ti mismo? ¿Y si un día te hartas de tiempo tanto ?les pasa a muchos viejos, a ciertos jóvenes; pasó al Holandés Errante? y no puedes dejar de ser?

Terminarías escondiéndote como tal vez el Dios de los monoteístas. Tal vez Dios sí existe y solo se ocultó porque se cansó de desentonar. Tal vez hay inmortales viviendo desde hace milenios en cuevas profundas.

Sí, estoy reconciliándome con la muerte, pero ¿verdad que la inmortalidad luce peor?

Saludos.

Dios mio que solos se quedan los muertos

Dios mio que solos se quedan los muertos

Chaneke Miembro Señor  Enviando en: domingo, 13 de julio, 2003 – 12:40 am

RIMA LXXIII

Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.

La luz que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho;
y entre aquella sombra
veíase a intérvalos
dibujarse rígida
la forma del cuerpo.

Despertaba el día,
y, a su albor primero,
con sus mil rüidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:

?¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

*

De la casa, en hombros,
lleváronla al templo
y en una capilla
dejaron el féretro.
Allí rodearon
sus pálidos restos
de amarillas velas
y de paños negros.

Al dar de las Ánimas
el toque postrero,
acabó una vieja
sus últimos rezos,
cruzó la ancha nave,
las puertas gimieron,
y el santo recinto
quedóse desierto.

De un reloj se oía
compasado el péndulo,
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba
que pensé un momento:

¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

*

De la alta campana
la lengua de hierro
le dio volteando
su adiós lastimero.
El luto en las ropas,
amigos y deudos
cruzaron en fila
formando el cortejo.

Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo.
Allí la acostaron,
tapiáronle luego,
y con un saludo
despidióse el duelo.

La piqueta al hombro
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdió a lo lejos.
La noche se entraba,
el sol se había puesto:
perdido en las sombras
yo pensé un momento:

¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

Zarina Moderador  Enviando en: domingo, 13 de julio, 2003 – 03:15 pm

Chaneke:

Mil gracias por el poema, fijate que ahora si me leiste la mente, andaba buscando éste poema precisamente, jejeje.

Gracias