Galdino Hernández Castellanos
Región Mixteca de la Costa del estado de Oaxaca
El objetivo de los relatos de la vida de Galdino Hernández fue conocer la cultura y el saber del médico indígena tradicional, así como los métodos, elementos terapéuticos y las formas en que éste da solución a los problemas de salud enfermedad. Esto también se hizo con el propósito de establecer una comunicación constante, tratando de superar de manera conjunta sus actividades tradicionales e incrementar recíprocamente nuestros conocimientos en la atención de las enfermedades, y así conservar la salud de su comunidad. La gente le tiene mucha confianza porque él los trata con amabilidad y consideración. Ellos saben que es una costumbre curarse con hierbas naturales y de esa manera conservan lo que sabían sus antepasados. Galdino estuvo participando con el INI sin egoísmo, por lo que deben tomarse en cuenta los relatos de su historia y mostrarse al público, ya que en muchas ocasiones lo hacía sólo en privado. Él está consciente y considera de gran importancia el apoyo de los médicos institucionales para canalizar los casos pertinentes.
La labor social del médico indígena ha sido la de participar en su comunidad en diferentes cargos públicos y religiosos, y en diversos comités como por ejemplo el del agua potable, el de salud y saneamiento ambiental y mayordomo de diferentes santos de su capilla, etcétera. También ha prestado su apoyo económico para obras de beneficio comunitario.
Relato de la historia de vida
Antepasados
?Nací en Santa Catarina Mechoacan y me crié en Jamiltepec.
Mis padres y mis abuelos también nacieron en este lugar. Soy el primero de los cuatro hijos que tuvieron mis padres.
?Mi abuelo fue curandero y me encaminó hacia las actividades que hoy en día realizo; sin embargo, mi bisabuelo fue el primer curandero en la familia. Yo pienso que cualquier persona puede serlo, siempre y cuando Dios le dé el don de hacerlo, y que la persona sienta que le nace en su corazón ser curandero. Yo lo soy porque este don ha pertenecido a la familia desde tiempo atrás, en especial en mí, y es una herencia de mis antepasados?.
Pautas de crianza
?Mis padres me criaron con cariño y amor, manteniéndome con el producto de las cosechas, y me dieron una educación formal para ser útil en la vida. Recuerdo que cuando era niño ayudaba a mis papás a acarrear agua para el consumo de la casa, bañaba a mis hermanitos, jugaba con ellos, además de ir a la escuela y mis padres procuraron que yo cumpliera con las tareas.
?Recuerdo que cuando era niño los adultos pensaban y veían a los pequeños en una forma muy especial. Si los encontraban por los caminos les contaban el cuento del viejito y del burrito caminando juntos, y al terminar se despedían cariñosamente. Llegando los niños a su casa platicaban el acontecimiento a sus papás, quienes se sentían contentos por el cariño y amistad brindados a sus hijos por los adultos.
?Los niños de ahora no son iguales a los de antes, actualmente ya no respetan a sus mayores porque ven televisión, películas, novelas, los cuales pervierten su mente y ya no son inocentes como antes. Los adultos ponían cuidado de que los niños no se enfermaran, que no tuvieran un accidente con animales ponzoñosos y de sufrir algunas caídas. Enseñaban a sus hijos a respetar a sus mayores y a apreciarlos como personas de experiencia.
?Como fui el primer hijo, la tradición era que el papá se emborrachara de alegría y que la mamá pusiera una veladora a la virgen de Monserrat por el buen nacimiento.
A la partera se le daba un guajolote vivo y otro en guiso, y se hacía un convivió en casa entre parientes. Me recibieron con cariño, porque cuando nace un nuevo persona en la familia, va a ser útil en la vida viviendo en la misma casa.
Se quería que igual fuera hombre o mujer porque ambos trabajarán para su subsistencia; el hombre para laborar en el campo trayendo chepile y leña a la casa, la mujer para moler atole y hacer tortillas para el alimento del hombre. Yo me consideré niño hasta los 14 años de edad.
?Cuando se ha perdido a un ser querido, se atiende a la gente que les llega a acompañar, se contrata un violinista para que toque música dolorosa al angelito. Padres y padrinos sienten un profundo dolor?.
Denominaciones
?Por ser el primer hijo de la familia ocupé el primer lugar desde mi nacimiento. Según como nacen y crecen niños se les nombra niño grande o niño chiquito; el grande porque ya se cuida solo, y el nene necesita atención especial de sus papás y de sus hermanos mayores. Me nombraban siempre ?hijo querido, hijo hermoso, valiente y fuerte, gracias a Dios que ya puede trabajar por sí solo?, estas fueron las dulces palabras de mis padres cuando fui capaz de trabajar.
?Tengo dos nombres, uno por mis papás y otro por mis padrinos. El nombre se decidió así: mis padres adoraban a un santo y el nombre de éste me lo pusieron, y mis padrinos el nombre del santo que marca la fecha del calendario. Mis papás se acostumbraron a llamarme con un solo nombre que es el del santo de su devoción, y con éste me llaman y me conocen actualmente?.
Salud – enfermedad
?Recuerdo que durante los primeros años de mi vida, en mi pueblo la enfermedad se veía muy avanzada porque los niños la padecían mucho y se morían, entre ellas: alferecía, mal de ojo, coraje, ninañi, nahual y hechicería. Fallecían también si no se ofrendaba a los curanderos con presentes como pan, guajolote, gallinas y algo de dinero.
?Se acostumbraba tenerles cuidado en su comida, pero los niños andaban siempre descalzos y desnudos por la extrema pobreza de los papás. Vivían en casas de zacate, dormían en el suelo y estaban muy propensos a enfermarse.
Los padres se preocupaban pensando en la forma de cómo curar y dominar las enfermedades, algunos idearon descubrir la naturaleza de algunas plantas medicinales curativas de la madre tierra. Para poder curar hicieron experimentos con sus propias familias.
?Según las edades le hacían rosario cada mes al santo de su devoción para que cuidara el alma de los niños; así mismo, hacían promesas anuales para evitar accidentes, enfermedades y muertes. Se tenía cuidado de esconder a los menores frente a las visitas, porque muchos tienen miradas fuertes que causan calor de ojo al niño y éste puede enfermarse. Se tenía cuidado con las embarazadas en el eclipse de luna, de las miradas de gente con coraje, no salir en las noches para que no les pegue el mal de aire.
?Se tiene cuidado con las personas de más edad en no darles corajes, ver que coman a su hora, no dejar que trabajen duramente en el campo, que carguen poca leña, que muela menos y así disminuirles todo trabajo pesado.
?Se vio que al comer tierra los niños se hinchaban de la cara y del estómago, también se llenaban de lombrices por no tener limpieza en su alimentación y les salía sarna en su piel por jugar con tierra sucia. También se enfermaban de envidia y coraje. Yo estuve muy enfermo de diarrea y vómito, sarampión, tos, angina, fuego en la boca y alferecía. ?Cuando ya era mayor empecé a trabajar en el campo con mi papá, después me pusieron en la escuela cuando ellos lo creyeron conveniente. Estuve en la escuela con mucha ilusión de ser útil y poder ayudar a mis padres y a mi prójimo.
?De recién nacido sólo me alimentaron con leche materna hasta la edad de 2 años. Acostumbraron a darme tortillas, frijoles, atole, huevo, pollo, y toda clase de hierbas comestibles que hay en el campo. A los niños pequeños les daban de comer seis veces al día, porque en cada una comían poco.
Bebían atole, caldo de frijoles, de chepile, de calabacitas, ejotes y caldo de hierbamora, bebían estos alimentos para fortalecer su cuerpo. Comían en un plato de barro y bebían agua en jícara de palo sobre el suelo.
?A los niños se les bañaba en los arroyos, y los más chiquitos en casa con jabón de cebo de ternera, mezclando hierbas en el agua para evitar enfermedades, resfriados o mal de aire. El agua se conseguía en los arroyos de ojo de agua, se acarreaba en burro o en bule de palo cargado en el hombro. La acarreaban los papás o los niños mayores, ya que el arroyo estaba lejos de la casa.
?Mi casa era de hoja de bilijan con zacate y vivían en ella diez personas. Yo dormía en un petate de palma en el suelo y solo por ser el más grande.
?Hoy en día ya no vivo en la casa donde me críe, en mi comunidad de origen, ahora resido en otro lugar donde trabajo como médico tradicional?.
Juegos
?Recuerdo que jugaba en el patio de mi casa con muñecos de madera hechos por mi papá, con los niños que vivían cerca de mi casa y jugábamos además al gallo cantador, a la escondida y a la carrera del burro, a los trapiches de fabricar panela, cortar bejucos y machacarlo con el trapiche. También a los columpios de madera, trompos de madera y canicas de piedra. Mis preferidos fueron la carrera del burro y los trapiches de fabricar panela. Mis padres nunca me compraron juguetes en alguna tienda, ellos los hacían con las maderas de sus propios corrales, entre ellos payasos, carretilla, balón de cuero de vaca y silbato de palo. Por las tardes o en las noches jugábamos con mi papá al chaneque, al lobo, al coyote, al tigre y a la zorra?.
Status, indumentaria y herencia
?Los padres de un bebé recién nacido esperan que crezca fuerte y vigoroso. Se da más importancia al varón por su fortaleza para el trabajo del campo y porque es quien va a mantener a la familia. La mujer sólo está al mando del varón. Siempre ha sido muy importante el nacimiento de más niños para realizar mejor las reuniones de jóvenes y ciudadanos para acordar construir iglesias, municipios y escuelas, adorar al Dios de las lluvias y de las cosechas del campo.
?Con la llegada de la pubertad despertó en mi el amor por alguien, el anhelo de lograr algo en la vida. Cuando celebraron por primera vez mi cumpleaños, me sentí ese día el hombre más feliz de la tierra conviviendo con mis amiguitos, me regalaron frutas del campo y mi madre nos dio de comer tamales de gallina de rancho.
?Los primeros años de mi vida comenzaron a hacerse importantes a los 15 años de edad, cuando empecé a sentirme feliz con la ilusión de trabajar y un día casarme con una mujer de mi edad para hacer mi propia vida. Yo me sentía menos cuando era niño, porque aún no sabía qué hacer, no pensaba qué significado tenía el vivir, me sentía menos ante los compañeros más grandes. La forma de vestir del niño iba cambiando; a los 5 años de edad le ponían normalmente sus calzones y cotones de manta de algodón tejido para cubrir su cuerpo conforme iba creciendo. Se acostumbraba que los pequeños anduvieran desnudos hasta esa edad. En mi juventud era una tradición vestir un calzón y cotón especial bordado con el mismo hilo del tejido, adornando el bordado con pinturas de añil, usando huaraches de correa con sombrero de palma y un trapo rojo en el pescuezo para lucirse en la fiesta.
?Cuando los niños eran bautizados envolvían su cuerpo con una sábana blanca y amarraban un pañuelo rojo en su cabeza. Los niños más grandes vestían con calzón y cotón blanco y a las niñas se les cubría con sábana blanca y huipil; los niños usaban huaraches cuando había fiesta de mayor importancia como mayordomía, bautizos, casamiento, etcétera.
?Al repartirles la herencia los padres a sus hijos, se consideraba al mayor y al menor por ser el primero y el último en la familia para dejarles casa y terreno. A los demás les correspondía recibir animales como caballos, burros, vacas y chivos. Las mujeres heredaban metates, trastes de cocina, material de hilar y tejer. Aún se conservan estas tradiciones, igual que en el ambiente de los pueblos indígenas?.
Trabajo
?Cuando ya se tenían de 6 a 7 años de edad, a los niños se les notaba una inquietud de ser igual que sus papás.
Los primeros trabajos que se le encargaba a los varones era limpiar la milpa, y a las mujercitas a moler, lavar trastes, acarrear agua del arroyo, lavar la ropa y poner nixtamal en las ollas de barro. Entre los 10 y 12 años empezaban a encargarles trabajos y se les enseñaba a realizar las actividades del campo y la cocina. A los 10, el niño salía acompañado de su papá para aprender a laborar en la limpia de la milpa y del frijol. Se consideraba ya hombre de trabajo a los 15 años. La niña se sentía eficaz para el trabajo a esa edad y ya desarrollaba las actividades de su madre.
Los quehaceres que corresponden a las mujeres son: moler el nixtamal, hacer las tortillas, cocer frijoles, hacer atole de maíz y todas las demás cuestiones domésticas.
El agua la acarrean el esposo y los hijos mayores. De chico ayudaba a mi padre a vender leña en manojos y maíz por cuarto de litro en la casa de la gente para ganar dinero y comprar panela y café para que los demás hermanitos tomaran. Mi trabajo era sencillo y fácil de acuerdo a mi edad. Me gustaba la carpintería, la tejería y hacer los trabajos de barro?.
Educación formal
?Cuando fui a la escuela uno de los propósitos principales fue aprender a hablar español, saber escribir y leer. Los maestros fueron buenos conmigo, me educaron y gracias a Dios hoy en día me desenvuelvo un poco en la vida.
?En mi escuela no se hablaba casi en español, se platicaba más en lengua nativa dentro del salón de clases y en el pueblo. Para mí es muy importante haber asistido a la escuela, porque aprendí un poco el español y las demás enseñanzas de mis maestros, con las que actualmente me defiendo en la sociedad. La relación con mis compañeros era de amistad y cariño, nunca peleamos ni tuvimos envidias entre nosotros. En mi escuela hubo una cantidad mínima de niños mestizos con quienes llevé una relación amistosa a pesar de ser yo indígena, y nunca tuvimos disgustos durante el año escolar. Además, mantuvimos una relación amistosa, obediente y de respeto hacia los maestros.
?Para mis padres era muy importante que se cumplieran todas las tareas pues querían que sus hijos tuvieran un cambio en su vida; para ellos al estar su hijo estudiando éste debía tener siempre buenas calificaciones. Para mis papás también era muy importante acompañarme diario a la escuela, porque podían aprender un poco de toda la enseñanza que recibía. Yo fui poco a la escuela, sin embargo otros compañeros no pudieron ir por ser muy pobres y muchos padres en aquel entonces no comprendían la importancia de ir a la escuela, para ellos lo mejor era trabajar en el campo?.
Cultura Oral
?Al hablarles los padres a sus hijos acostumbraban hacerlo en mixteco llamándolos con cariño, diciéndoles ?mi pequeñito amado?. Los padres se dirigían a los pequeños y los regañaban cuando no hacían bien los mandados, los trataban enojados y cuando hacían bien los encargos recibían afecto, amor y cariño. A las personas mayores se les hablaba con mucho respeto. Actualmente en los jóvenes ha habido grandes cambios respecto a la conducta porque no se les ha obligado a este acto de respeto hacía sus mayores.
?En mi juventud me platicaron mis abuelos sobre la Revolución mexicana; narraciones acerca de la luna y el sol, el cuento de los brujos y de la bandolera. Me llamó la atención principalmente cuando contaron que la bandolera se llevó a un niño a su cueva y los padres asustados y preocupados lo encontraron hasta el siguiente día, vivo y salvo?.
Aprendizaje
?Empecé con interés a investigar plantas curativas porque unos de mis cuñadas estuvo muy grave de fiebre maligna; la curé con hierbas frescas, le di a tomar tés, le hice oraciones y ella se recuperó poco a poco; gracias a Dios respondió a las oraciones. Mantengo mi propio equilibrio y el espíritu de Dios lo bendice para estar sano.
?Yo imaginaba que algún día iba a conocer que ciertas plantas medicinales eran útiles, curativas, saludables, positivas y que darían buenos resultados en la sanación de las enfermedades que hay sobre la tierra.
?Para convertirme en curandero, tuve un sueño donde un santo me revelaba que tenía que curar porque él me daría el don de hacerlo. Fue una inspiración propia del sueño y el don de Dios de ser curandero; también mi abuelo me orientó.
?Por necesidad de salvar mi vida empecé a curar a mi propia familia. Una de mis hermanas se vio muy grave y luché lo que más pude para sanarla del espíritu maligno que la estaba atacando muy fuerte y gracias a Dios, poco a poco se recuperó siendo ésta mi primera experiencia.
En vida, mi abuelo me aconsejaba que el arte de sanar era importante para ayudar a la gente pobre que no tenía con qué curarse, por eso se morían de distintos males. Mi familia ha sido pobre y muchos se enfermaban. Mi abuelo era curandero y me enseñó a sanar empezando por la propia familia. Yo me acerqué más a Dios para que me diera el don de saber curar.
?Entendía que vivía en un mundo bonito, donde el sol alumbra la tierra para trabajar de día en el campo y respirar aire fresco, sano y limpio. Así como contemplar la luna en el cielo cuando entraba la noche en el campo, cuando no había luz eléctrica, pues con la luna nos distinguíamos en el patio de las casas y en las calles.
?Yo veía difícil curar las terribles enfermedades que sufrían los hombres, porque en aquel entonces no había medicamentos para atacarlas. Mi abuelo salía lejos a buscar las hierbas medicinales para sanar a sus enfermos. Yo escuché historias en las que se curaban con rezos, rituales, conjuros, y concentración en pensamientos sobrenaturales, visibles y telepatías, mentales y naturales. Durante el inicio de mi aprendizaje, viví situaciones terribles. Todas las noches me atacaban pesadillas asombrosas, que me dejaban paralizado, con la mente en blanco. Yo hacía ayunos con la esperanza de aprender más y convertirme en un verdadero curandero, comía solamente las hierbas nutritivas del campo. Guardaba dietas espirituales, era soltero, no tenía vicios de alcohol ni de cigarro, no hablaba groserías, depositaba una viva fe hacia Dios para que con el tiempo llegara a ser un buen curandero que pudiera ayudar a mi prójimo.
?Durante mi aprendizaje no tenía tiempo para jugar porque no quería interrumpir mi mente para poder concentrarme. Descubrí la capacidad de sanar cuando mi familia se enfermaba mucho y mi abuelo ya había fallecido, por lo que no había quién la curara. Entonces tomé la decisión de sentirme capaz de dar solución a los problemas de enfermedad que había en mi casa.
?Pensaba en Dios pidiéndole fuerzas y ánimo para poder dominar la enfermedad que atendía. Cuando mi paciente sanó por primera vez, me sentí seguro de curar porque ya empezaban a creer en mí, ya que podía ayudarles en sus problemas de salud.
?Empecé a pedir a Dios el don de curar a los 14 años y lo hice por primera vez a los 17. La enfermedad que curé fue la fiebre maligna que atacó duramente a mi hermana y quien se recuperó al poco tiempo?.
Sueños
?Recuerdo que en mi aprendizaje soñaba que andaba cortando flores y hierbas que curaban a los enfermos, haciendo ensomerios, rituales, prendiendo velas y veladoras para curarlos de espanto. Los sueños me sirvieron porque ahora curo de esa manera y con el santo de mi devoción; también hago ensomerios con aceite de olivo y copal, hago limpias con aguardiente y huevo, doy bañadas con hierbas curativas del campo.
Muchos de los sueños son realidades y otros son simples, porque no todos son iguales y no se puede confiar en los sueños negativos.
No soy muy bueno para interpretarlos, pero si se sueña con animales ponzoñosos es mala enfermedad, mal presagio para la salud de las personas y mala suerte. Esto es según la tradición de los antiguos en su creencia. En mi aprendizaje fueron importantes porque soñaba con el deseo de saber curar y dominar la enfermedad del paciente y ahuyentar espíritus malos que llegan a las casas además de los que caen directamente sobre la persona.
?No se platica con ninguna persona porque esto es secreto del curandero para que su don no se eche al lodo.
Yo no he platicado con nadie ajeno al trabajo. Las enfermedades con mucho tiempo en el paciente no sanan fácilmente y los que apenas empiezan se pueden curar en la mayoría de los casos. No comentaba con ninguno, solamente daba confianza y seguridad en los tratamientos que le proporcionaba para el restablecimiento de su salud. Solamente lo comentaba con mis familiares cuando lograba mejorar mis conocimientos.
?Por parte de mi abuelo recibí palabras de aliento y también por algunos ciudadanos el pueblo, conscientes que día a día aprendía más para obtener buenos resultados en los conocimientos de la medicina indígena.
Los pacientes se sentían contentos por haber sanado y como agradecimiento le daban al curandero regalos tales como gallinas, guajolotes, maíz, chile, ajo y cebolla.
Me sentía con ánimo, valor y decisión, dispuesto a cumplir con el don obtenido de Dios para el bien de la salud indígena. Me subía a un cerro solitario en donde se encontraban unas piedras y debajo de éstas rezaba para recibir el don de curar y las fuerzas espirituales.
?He tenido complicaciones con curanderos malos, como brujos y hechiceros, por la envidia y la competencia, ya que empecé a tener éxito por hacer el bien a los enfermos.
Me tiraron con arma de fuego y no estaba de Dios que me muriera. Él me salvó de la muerte.
?Al cuerpo humano Dios lo hizo en forma muy especial. Fue creado con sabiduría para que desarrolle todo tipo de trabajo en la tierra, y es natural que deseche todas las sustancias que ya no le sirven.
?Los sueños revelan lo que ha de suceder y si uno cree se convierten en realidad. Yo soñaba que uno de mis pacientes me atacaba cortándome uno de mis brazos. A la siguiente noche volví a soñar que un hombre desconocido me perseguía para matarme y que por poco me alcanzaba; de pronto desperté. Después estuve muy preocupado pensando en esos sueños. Pasados cuatro meses, éstos se convirtieron en realidad cuando un sujeto llegó a mi casa como a las 20:00 hrs., en 1995, y me tiró de balazos; por milagro de Dios no me morí, porque no he hecho ningún mal a nadie. La parte del cuerpo de donde provienen los sueños es la mente, guiada por el pensamiento, imaginariamente de lo que el corazón siente y se le revela. Asimismo, los sueños coinciden con el alma para revelar a la mente algo que va a acontecer. En todo ser viviente su alma tiene contacto con los sueños, ya sea para revelarles lo bueno o lo malo. Pero tienen su manera de comunicarse con el alma. En la vida se tienen sueños de diferentes formas: cuando son útiles se revelan sanos y limpios. Los sueños inútiles, son los que se muestran indecentes, porque caen fuertemente en el alma, guiados por los espíritus malos. Éstos son los que destruyen al hombre cuando se sugestiona. Muchos sueños sí se convierten en realidad y muchos no. Depende de cómo sea la fe de la gente hacia los sueños.
?A los curanderos, según su experiencia, los sueños les indican de dónde proviene la enfermedad para que explique a sus pacientes cómo tienen que curarse para que encuentren pronto alivio. También los sueños le indican qué clase de mal tiene el paciente, así como las hierbas curativas necesarias para su tratamiento. En la actividad de los curanderos, los sueños ocupan un segundo lugar, porque depende mucho de cómo se tiene el contacto y la fe en éstos para poder trabajar. Para mí son muy significativos por la comprobación de algunos en la realidad.
?El sueño es exclusivo de las personas especializadas en curar con este arte. Como los curanderos que adivinan y dan confianza a los pacientes en sus problemas de salud. El sueño se coordina con el alma, como un fenómeno biológico, al que la tradición asigna un sentido y una posición en el orden de la realidad.
?Además me ha mostrado la envidia que me tienen los compañeros curanderos, me muestra las duras luchas de competencia con ellos. Al final de cuentas, llegamos a empatar nuestros conocimientos. La acción que sucede en los sueños se manifiesta en los acontecimientos reales de la vida. Según la experiencia mística, se clasifican en húmedos cuando son positivos y en blancos cuando son negativos. Los sueños pueden mostrar cuál es la fuerza del alma o del espíritu de una persona. Según el pacto que se tenga con ellos para vivir y trabajar. Cuando se guarda fe, los sueños pueden ser un medio de comunicación. Cuando mi familia se encontraba lejos, oraba a Dios pidiendo que en sueños se revelara mi preocupación por ellos y el deseo de verlos. Al llegar el sueño a su alma y espíritu, les conmovió mi preocupación y a los cuatro días mi familia llegó a casa. Entonces oré más a Dios para agradecerle porque bendijo mi petición y se convirtió en realidad. Siempre que haya fe en el pacto con los sueños, nos pueden indicar cómo modificar la situación en la vida real. De acuerdo a la especialidad del conocimiento se tiene el tacto psicológico para ponerse de acuerdo con lo sagrado, éstos son secretos especiales del curandero?.
Ritos de pasaje
?Después de haber nacido, la partera hacia ensomerios para ahuyentar los malos aires alrededor del niño y de la madre durante ocho días. Los abuelos pagaban a la partera con velas grandes y gallinas gordas, la visitaban después llevándole tostadas y atole blanco hasta completar tres meses. Al recién nacido se le protegía no sacándolo al sol para que no se resfriara su cuerpecito, se evitaba que la gente extraña lo viera y se enfermara de alferecía, corajeo mal de ojo?.
Durante el nacimiento de Galdino se realizaron preparativos especiales, así como algunas ceremonias durante su primer año de vida, sin embargo éstos eran y son iguales para todos los niños.
?Hubo un trato especial porque rezaron en el vientre de mi madre para que cayera la placenta y cuando cayó continuaron rezando para dar gracias a Dios por haber escuchado la oración y salvar a la mujer y a su criatura.
Mi ombligo tuvo un significado muy importante, porque deca ahí se mantuvo latente y con vida el niño dentro del vientre de su madre.
?Durante mis primeros años de vida, se realizaron reuniones de niños para celebrar mi cumpleaños. Salíamos juntos al campo a comer cañas, a cortar flores y otras frutas que conseguíamos.
?Mis padres me platicaron que cuando me bautizaron el sacerdote me persignó y bañó mi cabeza con agua bendita estando en los brazos de mis padrinos.
?Recuerdo que cuando era menor participé en una misa cantada por los niños con el sacerdote en la celebración de una primera comunión y en tres evangelios.
?También recuerdo cuando murió el hijo de mi vecino ya que todos sus amigos quedamos muy tristes. Los padrinos del niño lo amortajaron adornándolo con flores y prendiendo velas alrededor de su caja. Tocaron violinistas y guitarristas música dolorosa y ensomaron con incienso de copal y aceite de olivo, rezaron los cantores rociando agua bendita al cuerpecito. Nosotros diariamente íbamos al panteón a jugar alrededor de su tumba, y así regresábamos contentos.
?Me comentaron que a mi madre durante su embarazo le hicieron limpias para protegerla a ella y a mi de algún mal aire; después de nacer, le pusieron veladoras a la virgen de Monserrat porque hubo un buen parto y en ese momento que nací se celebraba la boda eclesiástica de mis papás. Eran las 15:00 horas. Para la atención del alumbramiento había cerca hilo de algodón, machete limpio, aceite de olivo, vela de cebo y trapos limpios. Se tenía cuidado de acomodar bien al niño en el vientre de la madre y de que ella no cargara cosas pesadas, que comiera hierbas muy nutritivas y caldo de desarrollara bien y pudiera nacer sano. La partera la atendía, la revisaba y calculaba la fecha del nacimiento. Esta mujer tenía siempre el cuidado de acomodar bien al niño para mantenerlo en buena posición y hacerlo nacer bien. Ella atendió el parto y cortó el ombligo con un machete filoso y limpio?.