Respaldo de material de tanatología

Feuerbach y Dios

Feuerbach y Dios

Ludwig Feuerbach fue discípulo de Hegel

Es obligado recordar la estrecha relación de Feuerbach con Hegel:

“Mi relación con Hegel fue más íntima y enriquecedora que con ninguno de nuestros antepasados intelectuales; porque yo lo conocí personalmente; durante dos años fui oyente suyo, oyente atento, entregado y entusiasta.”

Más tarde adopta una postura ideológica generalmente opuesta a Hegel.

Evolución del pensamiento de Feuerbach

Feuerbach describe la evolución de su propio pensamiento con estas palabras:

“Días fue mi primer pensamiento, la razón el segundo, y el hombre, mi tercer y último pensamiento.?

En el primer periodo de su vida fue creyente; como otros filósofos de la escuela idealista alemana, procede de la escuela protestante, en la que recibió formación religiosa. Según costumbre de la época, en un segundo período centró su pensamiento en el culto a la razón. Filosofía y religión serán irreconciliables. En un tercer período, la razón pasa a segundo plano.

Tenemos el Feuerbach humanista, con su culto al hombre, entendido en sentido colectivo: el culto a la especie humana. El individuo es sólo un eslabón de la inmensa cadena.

Inversión de términos

Al contrario de Hegel, a quien critica, Feuerbach afirma que lo infinito deriva de lo finito, parte de los seres reales y finitos.

Esta inversión de términos influirá después en Carlos Marx. Lo que es sujeto pasa a predicado, y viceversa, el predicado a sujeto. Si la teología dice que Dios crea al hombre, la “nueva filosofía” de Feuerbach dirá que el hombre crea a Dios. El idealismo de Hegel afirma que la idea ó espíritu crean el cosmos, la naturaleza; la filosofía de Feuerbach dirá que la naturaleza crea todas las manifestaciones del espíritu.

Una religión del hombre

En esta inversión de términos, el hombre es el ser supremo de la naturaleza, Si el hombre es el ser supremo de la naturaleza, la teología no puede ser otra cosa que antropología. “El ser humano no sólo es el fundamento, sino también el objeto de la religión.”

En su libro “La esencia del cristianismo” escribe: “El hombre es el comienzo, el centro y el fin de la religión.”

“El hombre no puede pensar, imaginar, representar, sentir, comer, querer, amar y adorar ninguna otra esencia como absoluta y divina, sino la esencia humana?.

La “Gattug”, la especie o el género humano, es el dios secularizado de Feuerbach, el dios lejano hecho hombre, la infinitud convertida en indefinidad. (Cfr. M. Cabada, pág. 30).

El hombre crea a Dios: alienación

Feuerbach rechaza la mediación de Dios; porque Dios es sólo una proyección del hombre. Dios es unía creación del hombre. El hombre lleva dentro una grandeza, aún sin desarrollar, que proyecta en lo que llama Dios. Entonces tenemos que llamar hombre a ese Dios, pues ése es su nombre.

?El hombre es el ser supremo para el hombre.? Si el hombre necesita de Dios para decirse a sí mismo su propia aspiración, algo suyo se pierde, queda alienado. ¿Porqué el hombre se aliena creando a Dios? Feuerbach recurre a la presión de la psicología humana que exige un ser que realice la felicidad de sus anhelos y aspiraciones.

“En Dios el hombre se completa, en Dios esa el hombre perfecto, Dios es para él una necesidad; a él le falta algo, sin saber lo que le falta. Dios es este algo que le falta, Dios es indispensable. Dios pertenece a su esencia.?

Aquí aprovecha Feuerbach para sacar los aspectos negativos de la religión.

El Amor Es Dios

“En el objeto, lo exterior a él, toma el hombre conciencia de sí mismo.” El propio “yo” no existe sino en relación mutua con el objeto, con el “tú “.

“El hombre no es hombre por o en virtud de su nacimiento, sino que se hace hombre a través del hombre; únicamente en el otro se hace él consciente de sí mismo y surge así en él la idea de la humanidad y de la divinidad. De este modo es propiamente el hombre mediador de Dios para el hombre. ” ( En la carta a su novia, Bertha Low).

El amor es para Feuerbach la raíz profunda antológica: “Tú existes solamente si amas; el ser solamente es ser si es el ser del amor.” “Lo que no es amado, no es. . . ; no hay verdad.”

?El amor es una verdad y un poder superiores a la divinidad. El amor supera a Dios. Al amor sacrificó Dios su majestad divina, . . ¿Quién es, pues, nuestro Redentory Mediador? ¿Dios o el amor? El amor, puesto que no ha sido Dios en cuanto Dios, el que nos ha redimido, sino el amor, el cual es por encima de la diferencia entre la personalidad divina y humana?, ?El amor que implica en sí mismo la libertad ha de anteponerse a un ‘dios’ concebido y manejado con frecuencia según los propios intereses y conveniencias.? (Tomado de M. Cabada, o,c, págs. 34-35 ).

En este contexto es donde Feuerbach escribe que no se ha de decir ?Dios es amor? sino viceversa: ?el amor es Dios, el amor es la esencia absoluta?. En contestación a las diversas críticas dirigidas contra su libro: “La esencia del cristianismo?, escribe:

?La esencia del cristianismo consiste en que únicamente el amor incondicional y total del hombre hacia el hombre, el amor que tiene en sí mismo su dios y su cielo, es la verdadera religión.? Puesto que la religión ha de serlo más opuesto al egoísmo, ?no tener religión quiere decir pensar únicamente en sí mismo, tener religión es pensar en los demás.?

Crítica al cristianismo

En su crítica al cristianismo, Feuerbach tiene más presente a los cristianos que al cristianismo. El contraste entre la realidad social y la vida de los cristianos da la razón a Feuerbach en muchos aspectos de su crítica a los cristianos. Su reto es actual. Por ejemplo, la temática suscitada por Feuerbach de la aparente oposición en el cristianismo entre el “más allá” y el “más acá” que conduce a la evasión de las tareas de este mundo, ha tenido repercusión en la autocomprensión del mismo cristianismo. El Concilio Vaticano II afirma:

“La esperanza de la nueva tierra no debe aminorar la preocupación por la construcción de este mundo. . ., sino que debe, por el contrario, fomentarla.”  (Gaudium et spes, núm. 34).

En éste y otros puntos se debe recoger con sinceridad la crítica que Feuerbach hace de la religión.

Feuerbach saca la conclusión de que Dios es un simple predicado humano

Se da una coincidencia entre la expresión de Feuerbach “el amores Dios” y el sentido griego de Dios. El autor alemán saca la conclusión de que Dios es un simple predicado humano. Pero su error lo podíamos ver por partida doble: ya el sentido filosófico del predicado es el superar de alguna forma al mismo sujeto. Pero se equivoca, sobre todo, al no tener en cuenta la evolución histórica del término Dios.

El “dios-predicado” de los griegos era dicho de un acontecimiento grandioso, por ejemplo del amor, y se diría ?él amor es Dios?, algo grande, divino.

Pero eso misterioso, grande, se ha manifestado como persona, sujeto; pasa a ser sustantivo no sólo filosóficamente, sino gramaticalmente. Dios es amor. Casi unánimemente se atribuye hoy día al cristianismo la aportación del concepto de persona. El pensamiento griego no podía atribuir a su dios-predicado la categoría de persona, no podía decir dios es amor, que es aportación de la nivelación cristiana. Feuerbach olvida esta justificación histórica y filosófica.

Ambigüedad en Feuerbach

Según Cabada, “Feuerbach parece haber confundido, de hecho, indefinidad (potencial) e infinitud (real) y no haber visto, por tanto, la necesidad de fundamentación de la primera en la última”. ¿De dónde le procede al hombre, si no su ansia de superación, de infinitud, sino de una cierta experiencia de Alguien infinito?

De esta confusión de dimensiones se origina la ambigüedad de Feuerbach al ensalzar al amor, ¿Se trata de la relación del hombre con el hombre, del hombre con el género humano, o del hombre con Alguien superior a él? Feuerbach rechaza esta última suposición. Entonces, ¿de dónde tanto entusiasmo por algo que no supera la humanidad? La realidad es que al ensalzar el amor sobre todas las cosas no se refiere al afecto particular de una persona a otra, sino de una fuerza que impulsa al hombre a actuar.

La antropología de Feuerbach pretende construirse negando aquello que él dice siempre escisión en el hombre: la fe, Dios, Con ello va recortando el campo del ser hasta identificarlo con el hombre; el hombre no depende ya del ser, sino que es él la realidad total, Ya no hay una fuerza, un ser que suscite los deseos, los pensamientos del hombre, sino que los pensamientos y los deseos superiores del hombre son sueños que el hombre elabora por sí mismo. Feuerbach cae así en un subjetivismo que él tanto trataba de combatir. “Si existe Dios – dice -, ¿para qué y por qué han de desearlo los hombres?” La consecuencia es clara: Dios no es porque el hombre lo desea.

Sin embargo, Feuerbach ve la dificultad de su lógica y dice, con poca lógica consigo mismo: ?El espíritu finito presupone un espíritu infinito.?

Teoría humanista de la religión

El equívoco continuo de la teoría humanista de la religión de Feuerbach estriba en su inducción subjetivista de todo cuanto afecta de un modo u otro al hombre. El hombre se hace así el centro y la medida de todo a la manera del sofista Protágorás.

La posible influencia o causalidad exterior al hombre mismo queda eliminada. El pensamiento feuerbachiano resulta de este modo decididamente subjetivo y proyectivo, no “receptivo”.

“Feuerbach ha radicalizado demasiado el aspecto antropológico o subjetivo de la religión, es decir, su variante histórico-antropológica descuidando y olvidando su fundamentación más profunda. ” (M. Cabada).

Acepta la religión como mero sentimiento

Otro aspecto de esta radicalízación del carácter subjetivo de la religión en Feuerbach es el haber aceptado la religión como mero sentimiento y haber señalado al hombre como originante de este sentimiento. Después encontrará dificultad en dar explicación al origen del sentimiento y tendrá que recurrir al “egoísmo” como fuente de ese sentimiento, y calificará de infantil la actitud religiosa por el sentimiento de “dependencia”.

La verdad es que la dependencia crea en el hombre la verdadera libertad “independizándolo” de lo concreto y relativo. Por otra parte, el sentimiento religioso viene originado por la presencia del misterio en el hombre, a quien compromete en toda su vida.

El materialismo de Feuerbach

Frecuentemente se une el materialismo a Feuerbach. No obstante, en la esencia del cristianismo toma una postura antimaterialista. Dada la importancia que concede a la realidad sensible, a la naturaleza, “habría que calificar la postura de Feuerbach como una postura intermedia entre el espiritualismo o idealismo y el materialismo: ‘no materialista ni idealista’, dice de sí mismo”.

?No existe diferencia especial entre el cerebro del hombre y el del mono; pero, qué diferencia entre la cabeza o la cara de un hombre y la de un mono? (Feuerbach).

El ateísmo de Feuerbach

“El ateísmo de Feuerbach se presenta como un ateísmo naturalista.” La “naturaleza ejerce las funciones de un Dios laico que está por detrás y por encima del hombre mismo” (M. Cobada). Insiste en que la idea de Dios es superflua, porque todo lo que se diga de él está dicho de la naturaleza o en función de ella. De Dios se puede prescindir, pero no del mundo.

Feuerbach reconoce que su doctrina conduce lógicamente al ateísmo, pero no se inquieta excesivamente por la expresión “ateísmo” que para él dice muy poco, como la del teísmo: “Cambian -dice- los tiempos y con ello los dioses de los hombres.”

Él prefiere hablar de “antropocentrismo” en vez de ateísmo, ya que lo que pretende en su “nueva filosofía ” es la negación tanto del teísmo como del ateísmo.

Antagonismo entre Dios y el hombre en Feuerbach

Dios y el hombre, ¿han de ser, necesariamente, antagonistas? La afirmación del. hombre, ¿exige la negación de toda trascendencia?

En Feuerbach se echa de menos el concepto de participación. Una de las partes de la relación hombre-Dios es inútil. Si el hombre es el absoluto y Dios es un opositor, esa participación se hace imposible, al mismo tiempo que inútil.

Por otra parte, la creencia de que una vez suprimida la mediación de Dios, el hombre va a encontrar la felicidad, no fue, ni puede ser, el camino abierto a la felicidad.

La afirmación del hombre, de su libertad, de su personalidad, no sólo no es contradictoria con la afirmación de Dios, sino que encuentra su propio fundamento en Dios como ser.

?El reconocimiento de Dios no se opone en modo alguno a la dignidad del hombre, Va que esta dignidad del hombre tiene en el mismo Dios su fundamento y perfección. Es Dios creador el que constituye al hombre inteligente y libre en la sociedad. Y, sobre todo, el hombre es llamado, como hijo, a la unión con Dios y a la participación de su felicidad.? (Vaticano 11, Gaudium et spes, núm. 22)