Respaldo de material de tanatología

Descartes y Dios

Descartes y Dios

    La existencia de Dios y del mundo:

    Descartes descubre la idea de infinito, que apresura a identificar con la idea de Dios (Dios=infinito)
    Con argumentos convincentes demuestra Descartes, que la idea de Dios no es adventicia (evidentemente, ya que no
    poseemos experiencia directa con DIos), y con argumentos menos convincentes se esfuerza en demostrar que tampoco
    es facticia.
    Contra la opinion tradicional de que la idea de infinito proviene, por negacion de los límites, de la idea de lo finito, Descartes
    afirma que la noción de finitud, de limitación, presupone la idea de infinitud: ésta no deriva pues, de aquélla; no es facticia.

    En relaciòn con la idea de Dios, Descartes, se plantea las siguientes cuestiones.

    ¿Puedo se yo mismo la causa de la idea de Dios en mí?
    ¿Podría existir yo con la idea de Dios en mí si, al mismo tiempo, Dios no existiese?

    La respuesta a la primera cuestión parte del análisis de la significación del concepto de Dios como substancia infinita. Pues bien, según Descartes, yo soy tambien substancia, y, en este sentido podría ser la causa de una idea que represente a una substancia (recordar que esta es la forma de argumentar que utilizó para justificar que uno mismo pudiera ser la causa de las ideas que se refieren a las cosas materiales); ahora bien, lo que es evidente tambien es que soy una substancia finita y la idea de idea de Dios representa una substancia infinita. Pues bien, si yo, como substancia finita, fuera la causa de la idea de una substancia infinita, entonces lo menos perfecto sería causa de una idea más perfecta, y eso, como ya hemos visto anteriormente, sería, según Descartes, algo inadmisible. En definitiva, parece que nos hemos encontrado con un tipo de idea, acerca de la cual, uno mismo no podría ser la causa.
    Ahora bien, aunque yo mismo, afirma Descartes, no pueda ser la causa de la idea de Dios, lo que es evidente es que tal idea existe en mí. ¿De dónde procede? ¿Quién es la causa de tal idea? La respuesta de Descartes es clara: como es imposible que algo finito (yo mismo) sea la causa de una idea infinita, es necesario concluir no solamente que yo no puedo ser la causa, sino tambien que tiene que existir un ser infinito que la ha puesto en mí. Ese ser infinito es Dios. Por lo tanto, Dios existe.
    ¡Sorpresa! Descartes se ha topado con Dios. A partir de ahora ya nada será lo mismo.

    La respuesta a la segunda cuestión, es decir, al tema de si uno mismo podría existir con la idea de Dios si, al mismo tiempo, Dios no existiese, la respuesta de Descartes es la siguiente:

    Si puedo existir yo, con la idea de Dios en mí, sin que, al mismo teimpo, Dios no exista, entonces ello significaría que mi existencia (con la idea de Dios en mí) debería proceder…..

    De mi mismo.
    De seres o causas menos perfectas que Dios.
    De mis padres.
   

    Descartes somete a prueba, con el objeto de refutarlas, a cada uno de estos supuestos.

    En relación con el primer supuesto, Descartes, demuestra que no puede ser uno mismo la causa de su existencia con la idea de Dios en él mismo. Y es que, según Descartes, si fuera uno mismo la causa de su existencia, con la idea de Dios, entonces todas las perfecciones cuyas ideas tenemos en la mente acerca de Dios, la podría tener tambien uno mismo. Pero lo que es evidente es que no es asi.
    Por otro lado, dado que la conservación difiere de la creación unicamente en el pensamiento, es decir, como la vida se puede dividir en innumerables partes que no dependen entre sí, con lo que, aunque haya existido hace un rato, no implica necesariamente que esté existiendo ahora, es evidente que no tengo ningún poder para, existiendo ahora, saber que seguiré existiendo despues de ahora.
    En definitiva, según Descartes, yo no puedo ser la causa de la idea de Dios en mí  (tal como hemos visto en la primera prueba)  ni tampoco he podido darme la existencia con la idea de Dios en mí. Eso implica que Dios no solamente es la causa de que en mí exista su idea, sino que tambien es la causa de mi existencia con su idea en mí.

    En relación con el segundo supuesto, Descartes, demuestra que no pueden ser, tampoco, seres menos perfectos que Dios los que me hayan dado la existencia con la idea de Dios en mí. Y es que, según Descartes, debe existir, por lo menos, igual realidad y cualidades en la causa y en el efecto. Pue bien, si suponemos que la causa de mi existencia, con la idea de Dios en mi, es algo menos perfecto que Dios, entonces esa realidad tendría que ser, al menos, una cosa que piensa (ya que estoy seguro de yo soy eso). De lo contrario, la causa de mi existencia, con la idea de Dios en mí, sería una realidad menos perfecta que el efecto (yo mismo). Ahora bien, si tal realidad menos perfecta que Dios, es igual al yo pensante, entonces podríamos preguntarnos  tambiem, si tal realidad existe por sí misma o por otra causa. Si respondemos que existe por sí misma, entonces tal realidad no puede ser un ser pensante sino Dios. Y si repondemos que existe por otra causa, entonces nos podríamos preguntar tambien si esa otra causa existe por sí misma o por otra….Y así sucesivamente. Pero no puede haber un proceso ad infinitum  (aquí la coincidencia con Tomás de Aquino es significativa), ya que no se trata unicamente de mi creación en el tiempo sino de mi conservación.

    En  relación con el tercer supuesto, Descartes, demuestra que tampoco pueden ser mis padres la causa de mi existencia con la idea de Dios en mí. Y es que, según Descartes, ellos ni me han creado como cosa pensante, ni me conservan.

    CONCLUSION FINAL Descartes finaliza esta refutación de los tres supuestos señalando:
    Del hecho de que yo exista y de que posea la idea de un ser pefecto, es decir, Dios….se sigue necesariamente que Éste existe.

Texto sacado de la página:     
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