Respaldo de material de tanatología

NUEVA TECNICA DE RCP: MANOS SOLAMENTES

NUEVA TECNICA DE RCP: MANOS SOLAMENTES

La ASOCIACION AMERICANA DEL CORAZON, AHA, (siglas en Ingles) ha dado nuevas orientaciones para la realización de la Reanimación Cardio Pulmonar, lo ha denominado “MANOS SOLAMENTES” (Hands-Only CPR)

RCP. Una acción de salvamento.

Cuando un adulto tiene un repentino paro cardiaco, su supervivencia depende en gran medida de conseguir inmediatamente una RCP de alguien cercano. Desafortunadamente, menos de 1 / 3 de las personas que experimentan un paro cardíaco en su hogar, trabajo o en un lugar público puede obtener ayuda. La mayoría de los transeúntes están preocupados de que pudieran hacer algo mal o empeorar la situación. Esa es la razón por la que la AHA ha simplificado las cosas.

Rcp usando solo las manos

No es normal que un adulto se desplome de repente, lo que si es normal es sorprenderse cuando esto sucede, puede pasar en un momento antes de que usted se de cuenta de lo que realmente esta sucediendo, pero cuando lo haga, es importante actual rapidamente.

Pero no se preocupe, ayudar a un adulto que se ha desplomado de repente, es mas sencillo de lo que usted piensa. Nada mas realize la RCP usando solo las manos, probablemente ya usted conozca los dos únicos pasos requeridos, mande a alguien que llame a la línea local de ayuda (911 en USA) o llame usted mismo. Después, presione fuerte y rápidamente en el centro del torax.

Esperemos que nunca tenga que usar la rcp usando solo las manos, sin embargo, si un adulto se desploma repentinamente, no se espante e intentetelo. Llame a su línea local de auxilio y luego oprima fuerte y rápidamente en el centro del torax, sus acciones solo pueden mejorar las cosas.

Se recomienda usar la RCP usando solo las manos en adulto que se desplomen repentinamente

http://circ.ahajournals.org/cgi/reprint/CIRCULATIONAHA.107.189380

Documento en PDF

Se Feliz Siempre…

Lic. Ysrrael Cardozo Castillo
Cranford, NJ USA
I was born to serve, not to be served
(Nací para servir, no para ser servido)

¿Qué espera enfermería?

¿Qué espera enfermería?
Carmen García Rivas

Martes, 01 de abril de 2008

 
Ésta es una pregunta que se vienen haciendo, desde los distintos foros y centros de opinión enfermeros, sobre el papel que tendrá la profesión enfermera en el sistema sanitario en los próximos cuatros años, con una mayoría parlamentaria socialista consolidada y un presidente que tendrá ante sí el reto de desarrollar sus políticas sanitarias sin la necesidad de contar, en la mayoría de los casos, con el apoyo de los grupos parlamentarios nacionalistas o de otras minorías parlamentarias para imprimir un liderazgo sanitario a esta nueva legislatura que ahora empieza y de la que se espera tanto, no sólo en la esfera económica y social, sino sobre todo en Sanidad y en Dependencia, dos pilares básicos del Estado del Bienestar.

En el último año, y especialmente durante la campaña electoral, se ha venido hablando mucho sobre el papel de la profesión enfermera en el Sistema Nacional de Salud. Existe una corriente de opinión multidisciplinar dentro del propio sistema sanitario, deseoso de una mayor responsabilidad de la profesión enfermera en la toma de decisiones no sólo en el contexto de los cuidados, sino en la profundización en otras áreas en que hasta ahora venía atendiendo, como es el caso de las consultas de enfermería e incluso entrando en el territorio de los medicamentos, con la prescripción, o en la gestión de los recursos sanitarios, donde ya se vislumbra un marco de posibilidades mayores para toda la profesión de Enfermería. El liderazgo de los enfermeros y enfermeras en la dirección sanitaria está llamado a ocupar un papel fundamental en los próximos años, como nos demuestra el documento aprobado recientemente por la consejera de Sanidad de la Generalitat catalana, Marina Geli, con el Consejo de la Profesión Enfermera de Cataluña, abriendo en canal un río de nuevas competencias para la Enfermería española, marcando un rol hasta ahora insospechado para nuestra profesión.

¿Será capaz Rodríguez Zapatero de impulsar la profesión enfermera al máximo nivel competencial en un Sistema Nacional de Salud que tiene que enfrentarse a nuevos retos como los cambios demográficos, la inmigración, el envejecimiento de la población o la introducción de las nuevas tecnologías en el sistema sanitario? Ahora es el momento adecuado para aumentar las competencias enfermeras, en una etapa en que éstas acceden al grado (licenciatura), al master y al doctorado, ampliando su formación universitaria y capacitándola para ampliar sus competencias en el sistema sanitario no sólo en aspectos como la prescripción, sino accediendo además , con una preparación universitaria adecuada , a otros campos como la cirugía menor, como ya vienen realizando otros colectivos universitarios del mismo nivel que la profesión enfermera, sin que nadie levante la voz ni vean invasión de competencias.

Entramos en una legislatura nueva, llena de expectativas y con retos importantes que tenemos que resolver todos: el Gobierno, las Comunidades Autónomas y los agentes sociales, especialmente en Sanidad. Si tenemos un potencial profesional de primer nivel, como muy bien reconocen otros Estados miembros de la Unión Europea ?en donde Enfermería tiene un marco competencial mayor? no se entiende que renunciemos a la capacitación de nuestros profesionales por cierto temor a abrir el melón de las nuevas competencias, algo que la sociedad quiere y le vendría muy bien a las carencias que hoy presenta nuestro sistema sanitario, que serán mayores ?no cabe la menor duda? en los próximos años si no se introducen modificaciones en el marco competencial de la profesión enfermera a escala nacional, como ya viene anunciándose en algunas Comunidades Autónomas. Ése es el camino. Y la esperanza que se tiene en esta nueva mayoría gubernamental de Rodríguez Zapatero para desarrollar políticas enfermeras de liderazgo, como ya viene practicándose con normalidad en los países punteros de la Unión Europea.

Aires nuevos desde las autonomías

Con insistencia, venimos reclamando mayores reformas en el sistema sanitario. Éste no puede paralizarse, tiene que adaptarse e incluso adelantarse al futuro. Por ello, nos alegra el impulso que se está retomando desde algunas Comunidades Autónomas buscando soluciones, estrategias y plasmando nuevas alternativas para movilizar el Sistema Nacional de Salud, asegurando su viabilidad para las nuevas generaciones. Así, hay que ver las aportaciones que se realizan desde Cataluña o Andalucía sobre prescripción enfermera, o la visión que tiene Marina Geli al apostar por nuevas funciones directivas para el personal de Enfermería. En esta fuente deberían beber no sólo las autonomías, sino el Gobierno central, proyectando un nuevo rol de la profesión enfermera en todos los niveles del sistema sanitario.

>> Carmen García Rivas es enfermera y secretaria general autonómica del sindicato de Enfermería SATSE en Galicia.

http://www.xornal.com/article.php3?sid=20080401092533

Se Feliz Siempre…

Lic. Ysrrael Cardozo Castillo
Cranford, NJ USA
I was born to serve, not to be served
(Nací para servir, no para ser servido)

DEMANDAS ANTE UN PROCESO DE MUERTE

Campos Aranda**,M.; Rojas Alcántara*, P.; Armero Barranco*, D.; González Quijano*, A.; Muñoz Pérez*, G.; Hernández Rojas***, V.M.

Profesores del Departamento de Enfermería* y Bioestadística** de la Universidad de Murcia. ***Enfermero de Atención Domiciliaria.

INTRODUCCIÓN
Los futuros profesionales de enfermería deben estar científica y humanamente preparados para escuchar, acompañar y ayudar realmente a cualquier persona en los
difíciles momentos que preceden a su muerte, así como comprender y acompañar a los que sufren la pérdida de sus seres queridos1.

Virginia Henderson dice que el rol esencial de la enfermera consiste en ayudar al individuo sano o enfermo al mantenimiento o recuperación de la salud, o bien asistirlo
en sus últimos momentos para que tenga una muerte feliz.2

Es muy importante formar profesionales que den respuesta a la demanda de la sociedad en materia de salud y que sean capaces de satisfacer las necesidades de las
personas en el proceso de la muerte3, proporcionando una atención multidisciplinar, que va desde la asistencia cotidiana hasta los grupos de apoyo 4.

Los profesionales de enfermería tienen, entre otras, la función de cuidar, tanto en la salud como en la enfermedad, desde la concepción hasta la muerte, lo que requiere
conocimientos, actitudes y destrezas que deben adquirir durante su formación. Es por tanto muy útil conocer la actitud de los jóvenes ante estos aspectos, para poder
optimizar los resultados en su proceso de aprendizaje. En último termino y fundamentalmente, la calidad de los cuidados de enfermería depende de la calidad de
aquellos que los proporcionan 5.

El objetivo del presente trabajo ha sido conocer la actitud de estos jóvenes ante la muerte a través de la valoración de los distintos aspectos que rodean su propio proceso de muerte.

MATERIAL Y MÉTODO

A 666 jóvenes, estudiantes de Enfermería, Medicina, Fisioterapia y Odontología, durante el curso 2001-02, se les pasó un cuestionario en el que se contemplan: en primer lugar datos que podrían influir sobre las respuestas que están relacionadas con el objetivo del trabajo como son: sexo, si han presenciado la muerte de alguna persona, creencias religiosas y cómo ven la muerte en cuanto a su proximidad, mediante una escala visual analógica, que va del 1 al 10, (considerando el uno como muy lejana y el diez como algo inmediato), en la que debían indicar en qué punto ven su muerte.

En segundo lugar se les pidió que valoraran en qué medida determinados aspectos unos de orden físico y otros de orden espiritual, les ayudarían a morir en paz, entre los que hay cuestiones relacionadas con el sentido a la vida, el dolor, el sufrimiento, pérdida de las facultades físicas y psíquicas, creencias, relaciones personales.

En tercer lugar se les pregunto sobre algunos aspectos que les inquietan en su proceso de muerte.

Las preguntas se realizaron con cinco posibles opciones de respuesta LICKERT, que van desde mucho a nada, con lo cual los items son ordenables, lo que nos permite dar un peso a cada una de las respuestas.

Con los datos recogidos se ha realizado un estudio descriptivo de las distintas variables, junto con análisis de varianza simples, para comparación de grupos utilizando las variables ordenables como cuantitativas, completados con contrastes de medias de dos a dos mediante la t de Studend y se ha realizado también contrastes de igualdad de proporciones y análisis de regresión simple y múltiple.

RESULTADOS

El 75% son mujeres y el 25% hombres con una media de edad de 20 años. Comprobamos como alrededor del 75 % puntúan la muerte en la escala visual analógica en < 3, es decir lejana o muy lejana, y sólo un 2% como algo cercano > 7 dato que está asociado con los alumnos de > de 30 años.

En cuanto a la creencia en otra vida después de la muerte el 22’2 % creen rotundamente que hay otra vida, un 24’1% probablemente sí, 29% dudan, el 10’9% creen que probablemente no la hay y el 13’8% dicen que no creen en otra vida.

El 35% han estado presentes en el momento de la muerte de alguien. Respecto de la valoración de los aspectos que les ayudarían a morir en paz destacamos los porcentajes correspondientes a los que les han dado la puntuación máxima de mucho o muchísimo.

El tanto por ciento más alto es el 89’1 % que corresponde a pensar que mi vida ha tenido algún sentido.

En segundo lugar con un 81’5% el poder sentirse cerca, comunicarse y estrechar vínculos afectivos con las personas queridas.

En el tercero tenemos con un 62’6% no sentirse culpable por conflictos personales del pasado. En cuarto lugar con un 59’4% el no poder controlar hasta el final mis pensamientos.

El quinto con un 58’3% poder disponer de ayuda para morir con rapidez.

En sexto lugar tenemos con un 51’4% pensar que si no tengo una esperanza real de recuperación, no se prolongará artificialmente mi vida en una unidad de cuidados ntensivos. El séptimo con un 43’8% el controlar el dolor y otros síntomas generadores de malestar.

En octavo lugar con un 42’9% que el proceso de morir sea corto si se produce sufrimiento.

Y en noveno con un 32’6% pensar que podré morir en casa.

En cuanto a lo que más les inquieta, en su muerte, dándole una valoración de mucho o muchísimo tenemos en primer lugar que a un 89’7% sería el deterioro de sus capacidades físicas.

En segundo con un 86’7%, la posibilidad de morir solo, sin la presencia de los seres queridos.

En tercer lugar, un dolor continuo con un 83’6%.

En cuarto la pérdida de control sobre sus funciones fisiológicas con un 75’9%. En quinto lugar, la incertidumbre que acompaña al proceso de morir con un 57%. A las
mujeres les importa más que a los hombres sentirse perdonadas por conflictos personales del pasado, el dolor continuo e insoportable y el sentirse sola a la hora de su muerte P< 0'0005. A los que han presenciado la muerte les ayudaría más a morir en paz el creer que hay otra vida después de la muerte y el sentirse perdonados por conflictos personales P< 0'01. A los que no creen rotundamente que haya otra vida después de la muerte, les importa menos a la hora de producirle paz en su muerte, el que su vida haya tenido un sentido y el sentirse perdonados por conflictos personales P<0'02. Y los que creen en otra vida les inquieta menos la perdida del control sobre sus funciones fisiológicas P<0'02. Los que no creen en la otra vida les inquieta menos el morir solos sin la presencia de los seres queridos y les inquieta menos la incertidumbre que acompaña el proceso de morir P<0'01. A los no practicantes son a los que más les ayudaría a morir en paz el hecho de que no se prolongara artificialmente su vida P<0'005. Sin embargo les inquieta menos el morir solo sin la presencia de seres queridos, a aquellos que no creen en otra vida. DISCUSIÓN La edad de estos jóvenes y el hecho de que se suele pensar en la muerte como algo que les ocurre a otros, justifica que vean la muerte como muy lejana, así como que les preocupe más la muerte de un ser querido que la suya propia. Y a pesar de ver la muerte en general muy lejana, manifiestan una gran preocupación e inquietud ante un proceso de muerte que puede ser a veces insoportable. Preocupación e inquietude que se ve acentuada si han tenido la experiencia de presenciar la muerte, hecho que se da en menos de la mitad de los encuestados. Vemos como a la mayoría de estos futuros profesionales les preocupa sobre todo la parte espiritual, dando la máxima puntuación al sentido a su vida como lo que más les ayudaría a morir en paz, es curioso que en una sociedad materialista y consumista, donde impera el valor del poder y no la moral, a la hora de la muerte no se valoren, la pérdida de posesiones ni poderes sino todo lo contrario, se valora muchísimo el que su vida haya tenido un sentido. Esto puede ser un punto de reflexión para las personas que estamos en la docencia, debemos tratar de intentar inculcar estos valores, de los cada día están más alejados los jóvenes, pero que sin embargo si los tienen presentes si se les plantea la muerte. En cuanto a lo que más les inquieta vemos que también tiene relación con la espiritualidad y la afectividad ya que valoran muchísimo el deseo de no morir solos, sin la presencia de los seres queridos. Vemos como el sexo, el haber presenciado la muerte y el creer en otra vida influye en algunas de las valoraciones que se hacen sobre los distintos aspectos, fundamentalmente aquellos espirituales y afectivos. De nuevo viene a confirmarnos la importancia de la espiritualidad en el hombre ante su muerte. CONCLUSIONES Como conclusiones de este trabajo tenemos que lo que más les preocupa a los jóvenes es lo relacionado con la espiritualidad y la afectividad del individuo. Y que esta actitud se ve influenciada por el sexo y el haber presenciado la muerte. Por lo tanto entendemos que los futuros profesionales de Enfermería necesitan una formación específica en cuidados a pacientes en situaciones terminales que les ayude a enfrentarse a la muerte y a aportar una ayuda no sólo física si no también psíquica y espiritual que es lo que demandan en este momento. BIBLIOGRAFÍA 1. KLÜBER-ROSS, E.: La muerte: un amanecer. Barcelona:Luciernaga; 1997. 2. HENDERSON, V.: La Naturaleza de la Enfermería. Reflexiones 25 años después. Madrid. INTERAMERICANA ? McGRAW- HILL. 1994. 3. LUIS RODRIGO, M.T.: Los diagnósticos enfermeros. Revisión crítica y guía práctica. Barcelona: Masson; 2000, 269-272. 4. BLEDA, M.: Competencias de la atención de duelo en una Unidad de Cuidados Paliativos. Medicina Paliativa 2002; vol. 9, supl.1: 38. 5. SHERWIN, B.; NULAND.: Cómo morimos. Reflexiones sobre el último capitulo de la vida. Madrid: Alianza Editorial; 1995. 6. CLAVÉ, E.: Ante el dolor. Reflexiones para afrontar la enfermedad y la muerte. Madrid: Temas de hoy; 2000. 7. BAYES, R.: Psicología del sufrimiento y de la muerte. Barcelona: Martinez Roca; 2001. 8. KLÜBER-ROSS, E.: Morir es de vital importancia. Barcelona: Luciernaga;1995. 9. QUITANA, O.: Por una muerte sin lágrimas. Problemas éticos al final de la vida. Barcelona: Flor del viento ediciones. ISSN 1695-6141 © COPYRIGHT Servicio de Publicaciones - Universidad de Murcia

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO – UNA CONEXIÓN ENTRE EL PENSAR FILOSÓFICO Y EL ESPIRIT

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO – UNA CONEXIÓN ENTRE EL PENSAR FILOSÓFICO Y EL ESPIRITUAL.

R. M. Fenili, L. H. Takase Gonçalves, S. M. Azevedo dos Santos

Resumen

El presente artículo trata de una reflexión inicial desde el punto de vista teórico, filosófico y espiritual sobre el dolor y el sufrimiento. Se sabe que esos temas son poco discutidos en la sociedad moderna, cuya tónica es evitar los dolores y los sufrimientos a cualquier costo. Las autoras buscan comprender el real significado de esos conceptos adentrándose en el pensamiento del filósofo Schopenhauer. Según ese autor el dolor y el sufrimiento son frutos de una voluntad contrariada, pero que la persona que sabe vivenciarlos está más cerca de la salvación. En el campo de la espiritualidad las diferentes corrientes religiosas y filosóficas tienen diversas percepciones sobre el significado del dolor y del sufrimiento humano. En este
artículo, nos adentramos más en la búsqueda de la comprensión de los mismos según la doctrina espírita, en que son percibidos de manera positiva por representar la posibilidad de evolución, crecimiento y purificación del espíritu. Ciertamente, encontramos diferentes comprensiones acerca del sufrimiento del dolor si miramos desde el punto de vista de la cultura, de la tecnología, de las dimensiones físicas y psíquicas, entre otras. No tuvimos aquí la pretensión de agotar el tema, sí, de comenzar a reflexionar sobre el mismo.

Palabras clave

dolor; sufrimiento; filosofía; espiritualidad; dor; sofrimento; filosofia; espiritualidad

El texto completo se puede descargar en Español o Portugues en: http://www.um.es/ojs/index.php/eglobal/article/view/383, son 12 páginas y está en formato PDF

DECISIONES ANTE UNA ENFERMEDAD TERMINAL CON DOLOR EXTREMO.

DECISIONES ANTE UNA ENFERMEDAD TERMINAL CON DOLOR EXTREMO.

DECISIONS CONSIDERING A TERMINAL ILLNESS WITH EXTREME PAIN.

*Rojas Alcántara, P.,
**Campos Aranda, M.,
*González Quijano, A.,
***Campo y Moreno, J.,
****González Guardiola, M.D.,
***Gutiérrez Andrés, M.

*Profesores del Departamento de Enfermería. **Profesora del Departamento de Bioestadística. ***Diplomados Universitarios en Enfermería. ****Alumna de Enfermería. Universidad de Murcia.

Palabras clave: Dolor. Enfermedad Terminal. Sedación paliativa.

Key words: Pain, Terminal Illness, Palliative Sedation.

RESUMEN

La importancia de asumir y facilitar el proceso de dolor y muerte, así como el modo de afrontarlo, hace que siempre esté vigente en el individuo y puede resultar interesante profundizar en las actitudes de la población ante los mismos. El objetivo de este trabajo ha sido conocer las preferencias de los individuos sobre cómo quieren ser tratados ante un proceso de enfermedad terminal con dolor y qué factores inciden en dichas preferencias.

SUMMARY
The importance of assuming and facilitating the pain and death process, as well as the way of facing up to it, it is something that always exists in the individual. Therefore, it may be interesting going into the population attitudes before those processes in depth. The goal of this essay has been to get to know the preferences in individuals about how they want to be treated before a terminal illness with pain process and which factors affect those preferences.

INTRODUCCIÓN

El nacimiento y la muerte son acontecimientos inherentes a la existencia humana y, desde el momento de nuestro nacimiento, nuestros progenitores desean que nuestra vida sea plena y tenga el menor sufrimiento posible. También ellos y cada uno de nosotros deseamos una calidad de vida y que en la última etapa de la vida se mantenga el máximo de esta calidad, o al menos sea con el menor sufrimiento posible.

Ramón Bayés en su articulo ?La sociedad contemporánea ante el dolor y la muerte ?(1), hace referencia a una frase de David Callahan, publicada en ?The New England Journal of Medicine?, que dice: los objetivos de la medicina del siglo XXI deben ser dos: luchar contra la enfermedad y, cuando llegue la muerte, conseguir que los pacientes mueran en paz.

Según Jesús de Miguel y M. Marí-Klose (2) los rasgos principales de la muerte ideal o muerte de alta calidad revelados en su estudio son, entre otros, los siguientes: sin dolor, inconsciente y durmiendo, rápido aunque no por accidente, acompañado por familiares o amigos, en casa, y con bajo coste para los demás.

Conforme van pasando los años las personas piensan con más frecuencia en la muerte porque la ven más próxima. En una encuesta realizada en España por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en el año 2002, en el grupo de los mayores de 65 años, más de dos tercios de los entrevistados declaraban pensar en la muerte frecuentemente, o algunas veces (3).

Por otra parte, la agonía y la muerte suponen una situación difícil de manejar, que precisan un gran apoyo del equipo sanitario a todos los niveles, para cubrir las necesidades tanto del paciente como de la familia, ya sea en el hospital como en su propio domicilio.

Pero el crecimiento de los gastos por hospitalización y sobre todo el criterio de que la situación idónea de la persona enferma es estar, siempre que sea posible, en su entorno familiar y social y no en el hospital, precisa una red de apoyo socio sanitario bien estructurada, y reforzar para estos pacientes, esta alternativa más eficaz y eficiente que la hospitalaria (4).

En el momento actual, y según datos de J. de Miguel, un tercio de la población española muere en el hospital, alguno de ellos conectados a máquinas, intubados, aislados y sin posibilidad de comunicarse con sus familiares (2).

En esta fase terminal de algunas enfermedades puede haber síntomas desagradables como son: dolor intenso, confusión mental, espasmos musculares, sensación de ahogo y agitación (5), síntomas muy difíciles de manejar en el domicilio y por los familiares, lo que justificaría los datos reflejados en el estudio de J.de Miguel, según el cual cada día mueren más personas en el hospital.

Al no responder estos síntomas a las intervenciones habituales, el personal sanitario, los familiares e incluso el propio paciente, si está consciente, puede solicitar la sedación paliativa. Consiste esta sedación paliativa en la administración deliberada de fármacos, para reducir la consciencia de un paciente con enfermedad avanzada o terminal, para aliviar los síntomas, y con su consentimiento explícito, implícito o delegado (6). Con la sedación paliativa se alivia el sufrimiento extremo, produciendo un estado de inconsciencia, mientras la enfermedad sigue su curso. Este tratamiento, pues, no pretende causar la muerte o acortar la vida, sino que el paciente esté relajado y tenga el mayor bienestar posible, pero indudablemente le lleva a una situación que le deja desconectado del mundo exterior.

Ante todos estos antecedentes, nos ha parecido de interés, plantearnos los objetivos de este trabajo que han sido conocer las preferencias de los individuos sobre cómo quieren ser tratados ante un proceso de enfermedad terminal con dolor y qué factores inciden en dichas preferencias.

MATERIAL Y MÉTODO

A una población de 700 individuos se pasó un cuestionario en el que se recogían además de datos biográficos, otras circunstancias relacionadas con el objetivo de este trabajo. Con los datos recogidos en dicho cuestionario se ha realizado una estadística descriptiva de cada variable calculando la distribución de frecuencias y, en las variables cuantitativas se obtuvieron, además, medidas de posición y de dispersión. La comparación de grupos con variables cualitativas se hizo con análisis de tablas de contingencia con el test de la ? 2 de Pearson, complementado con un análisis de residuos. Para la comparación de grupos con
variables cuantitativas se utilizó el test de la t´student para datos independientes.

RESULTADOS

Datos descriptivos:

Las edades de la población encuestada están comprendidas entre los 18 y los 89 años. El 65´9% son mujeres y el 34´1% hombres. De esta población, el 30´6% tiene estudios relacionados con la sanidad.

El 88´4% no ha padecido ninguna enfermedad grave; sin embargo, el 41´7% ha tenido alguna vez un dolor incapacitante y al 57´2% de éstos no se le calmaba con analgésicos o algún otro tipo de medicación. El 32´2% ha convivido con personas con enfermedad grave y el 48% ha tenido algún tipo de relación con personas con dolor intenso.

Cuando se les pregunta si han conocido o convivido con una persona con enfermedad en proceso terminal y dolor y saben cómo se les trató, el 59´1% dice que fue con alivio del dolor y un 40 % con sedación.

En caso de tener una enfermedad grave con dolor incapacitante, el 74% es partidario de estar sedado, mientras que el 26% opta por mantenerse consciente. Sin embargo cuando se trata de un familiar, preferiría la sedación el 89,5%, aunque ello supusiera acortar la vida y sólo el 10,5% que estuviera consciente. Es evidente que el 16% cambia de opinión con respecto a sus preferencias personales, cuando se trata de la actuación ante familiares, deseando para éstos la sedación.

De aquellos encuestados a cuyo familiar se le trató sólo con alivio del dolor, el 73´7% piensa que fue una actuación adecuada. De los que fueron tratados con sedación, el 96% están de acuerdo con esa actuación.

Relación de variables:

En cuanto a preferencias personales: Referente al sexo existe asociación de los hombres con estar conscientes y de las mujeres con la sedación (p< 0,01) Existe asociación entre las personas que han tenido una enfermedad grave y su preferencia a estar conscientes hasta el final (p< 0,05) Las edades comprendidas entre los 23 y los 60 años están asociadas con la sedación con inconsciencia, y la opción de mantenerse conscientes se asocia con jóvenes y mayores de 60 años (p< 0,01) La experiencia de haber vivido la sedación con inconsciencia en familiares está asociada con la preferencia de esa opción a nivel personal. (p< 0,001) El haber tenido algún contacto con la sanidad está asociado con la opción de sedación con inconsciencia (p< 0,01) En cuanto a preferencias personales para un familiar: La elección de sedación con inconsciencia para un familiar está asociada con las mujeres y la opción de la consciencia está asociada con los hombres (p< 0,001) Existe asociación entre haber padecido dolor y desear para sus familiares el tratamiento con sedación (p< 0, 05) El haber presenciado en sus familiares que se les alivió el dolor pero estaban conscientes está asociado con la elección de dicha opción para ellos mismos (p< 0,05) El ser mayor de 40 años y haber convivido con un enfermo grave está asociado con la preferencia sobre la sedación con inconsciencia (p< 0,001) El haber tenido algún contacto con la sanidad está asociado con la opción de sedación con inconsciencia para un familiar (p< 0,001) De los que han tenido la experiencia de vivir la situación de la elección de una de estas opciones para un familiar existe asociación entre los que opinan que se tomó la decision adecuada y la opción con inconsciencia (p< 0,01) DISCUSIÓN El que tres cuartas partes de la población encuestada prefieran la sedación con inconsciencia, aunque ello suponga acortar la vida, nos hace pensar que el individuo tiene miedo al dolor y el hecho de que la elección de dicha opción aumente en el caso de un familiar, se puede justificar por el deseo de no verlo sufrir. Los que tienen contacto con la sanidad, las mujeres y los que su edad está comprendida entre 23 y 60 años tienden a preferir la opción de la sedación con inconsciencia. Estos colectivos tienen en común que son los que suelen estar más en contacto directo con los enfermos en circunstancias de enfermedad terminal y dolor extremo. Aquellos que presenciaron la sedación e inconsciencia en un familiar están de acuerdo con esta actuación, e incluso este hecho condiciona su decisión de preferirla también para ellos, lo que evidencia una vez más su contacto íntimo con el enfermo. Los jóvenes y los hombres optan por mantenerse conscientes. En ambos casos, por tradición o circunstancias, su contacto con el dolor extremo es lejano o nulo. Aquellas personas que han padecido una enfermedad grave prefieren mantenerse conscientes. Es posible que con su experiencia deseen tener el control de la situación hasta el final y de esta manera mantener por más tiempo el contacto con su entorno familiar. Aquellas personas que por su experiencia han visto morir y sufrir prefieren la inconsciencia, aliviando así el sufrimiento al final de la vida, tanto para sí como para sus familiares. CONCLUSIONES 1.- La mayoría de la población prefiere la sedación con inconsciencia para la etapa final de su vida, ante una enfermedad terminal con dolor. 2.- La elección de sedación con inconsciencia se ve incrementada en el caso de un familiar. 3.- La convivencia directa con el dolor de otras personas es un factor determinante a la hora de elegir la opción de sedación con inconsciencia. 4.- La elección de la opción de mantenerse consciente en la etapa final de la vida ante una enfermedad terminal está, en la mayoría de los casos, hecha desde el desconocimiento de lo que significa realmente. Sólo excluiríamos los que han sufrido una enfermedad grave y toman esta decisión. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1.- Bayés R. La sociedad contemporánea ante el dolor y la muerte. Humanitas. Humanidades Médicas, enero?marzo 2003; (1): 67-74. 2.- De Miguel J, Marí?Klose M. El canon de la muerte. Política y Sociedad 2000 nº 35: 113- 144. 3.- Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). España 2002. Encuesta Nacional. 2500 entrevistas personales a población mayor de 18 años. Número de estudio 2442. 4.- Palomar Gallardo C, Merino Navarro D, Polanco González I, Pérez Cambriles JM, Reyes Bautista JR. El apoyo socio- sanitario prestado a los pacientes terminales de cáncer en domicilio y grado de satisfacción de los mismos. Med Pal 2002 (Madrid); 9 (1): 3-5. 5.- JAMA The Journal of American Medical Association. Sedación paliativa. Patient page October 12, 2005; 294(14): 1850. 6. - Porta I Sales J. et al. Comité de Ética de la SECPAL. Aspectos éticos de la sedación en Cuidados Paliativos. Med Pal 2002 (Madrid); 9(1): 41-46. ISSN 1695-6141 © COPYRIGHT Servicio de Publicaciones - Universidad de Murcia Enfermería Global Nº 11 Noviembre 2007 Página 1

EL MALESTAR EN LA ENFERMERÍA

EL MALESTAR EN LA ENFERMERÍA
THE DISCOMFORT IN THE INFIRMARY
*Martínez, Marco Antonio
*Lcdo. en Enfermería y Psicología. Profesor Asociado de la Nueva Escuela Lacaniana Caracas-

Pronunciamiento. Venezuela.

Ponencia presentada en las VI Jornadas en Cuidados de Salud Mental de la Universidad Central de Venezuela, Facultad de Medicina, Escuela de Enfermería, en Caracas, Junio de 2006.

En 1930 Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, publicó un texto llamado El malestar en la cultura, en donde aborda lo trágico de la condición humana. Es un ensayo sombrío, en el que aborda sin rodeos, con el tono más grave, la cuestión de la miseria humana. Freud advierte que como está ordenado el mundo no es posible alcanzar eso llamado ?felicidad?, y en contra parte, se vale afirmando el hecho de que toda actividad humana pretende lograr establecer de forma prevaleciente o exclusivamente un sentimiento de felicidad.

El hombre emprende una búsqueda de la felicidad que, inevitablemente, en algún momento, se someterá a una realidad. Esto implica que los deseos o aspiraciones se verán confrontados con el mundo exterior y el hombre frente a los obstáculos impuestos por el medio, muchas veces renuncia a esa búsqueda de la felicidad y escudriña los medios para atenuar o suprimir su sufrimiento.

Una de las causas de sufrimiento humano trabajadas por Freud es el carácter insatisfactorio de las relaciones entre los hombres y coloca como función de la cultura remediar esta causa de sufrimiento. Los intentos de solucionar este malestar se promueven a través de las instituciones que conforman la cultura (por ejemplo: el estado o la familia). Sin embargo, en la medida en que los remedios propuestos para buscar la felicidad son coactivos y aparecen como otros tantos límites en la búsqueda de felicidad o de placer, la cultura aparece muy pronto como una nueva causa de sufrimiento.

Es decir, aquello que debería curar, nos enferma. Una cultura provista de malestar. La organización social se sostiene en un estatuto de compromiso precario: en ella el hombre no puede ser plenamente feliz, pero sin ella no puede sobrevivir.

El título del presente trabajo es un símil del título del trabajo de Freud. Lo que busco es plantear bajo una suerte de metáfora, una comparación, entre aquello que él llamó Cultura y lo que se conoce como Enfermería. Es claro que las complicaciones ulteriores de esta comparación arriban rápidamente y en eso versan las siguientes reflexiones.

En un primer sentido, es innegable que dentro de enfermería existe malestar; estoy seguro que al menos una vez todos los que estamos en este medio lo hemos comentado o sufrido en nuestra piel viva. Es natural que exista malestar, es imposible retirarlo de forma completa, el problema parece persistir porque enfermería recae continuamente enferma del malestar, existiendo una insistencia social y profesional que pretende hacer decaer la enfermería como disciplina del conocimiento. En segundo lugar, parecería que la carrera de enfermería
debería ayudar a sus profesionales a lograr alcanzar una noción de felicidad, pero al igual que la cultura, entiendo, desde este punto, que la enfermería aparece como una causa de sufrimiento e instala un malestar inherente a ella en sus profesionales. Este malestar lleva tiempo incubándose, se arrastra desde hace tiempo y es algo de lo cual hoy en día a las nuevas generaciones les cuesta deslastrarse.

El malestar en enfermería puede verse desde distintas posiciones desvelándose numerosas opiniones, mi intención no es hacer una lista larga, negra, ni compleja. Deseo puntualizar tres vertientes en la línea que vengo desarrollando, cada una de éstas significa una confrontación de elementos que se contraponen y desvinculan al enfermero con la enfermería, estas son:

1. Situación laboral vs. labor de saber.
2. Enfermería es una ciencia vs. enfermería no es una ciencia.
3. Investigación adecuada vs. el deseo de saber.

Sobre el primer punto: Situación laboral vs. labor de saber. Cuánto mal le ha hecho a la enfermería, el sobre trabajo de sus profesionales, se triplican en los turnos, guardias por aquí, guardias por allá y sólo se trabaja. Pareciera que la condición de ser enfermero implica el vivir y morir trabajando en busca de la condición económica favorable, en Venezuela ésta es la realidad más palpable.

La ecuación que domina a la mayoría de las masas en enfermería es: [a mayor (>) trabajo mayor (>) beneficio], esto sin duda alguna es una locura.

Aquí vemos como la profesión pareciese buscar más la disminución de sufrimiento que la búsqueda de felicidad. El problema radica en el descuido de la misión de la elaboración de saber que debe imperar en toda carrera del conocimiento. Elaboración de saber debe significar el producir conocimientos, realizar investigaciones, generar técnicas prácticas.

¿Cómo hacerlo? Si el profesional sólo trabaja, muchos de los enfermeros en la profesión cavan su propia tumba en las condiciones precarias y en decadencia producidas por el medio burocrático en enfermería.

El segundo punto, nos lleva a interrogarnos: ¿qué somos como disciplina de conocimiento? Siempre surge la interrogante en Enfermería sobre la disciplina: ¿es una ciencia o no es una ciencia? El estatuto social del enfermero ha afectado mucho a la concepción del profesional de enfermería. Están las enfermeras de otrora, auxiliares de enfermería, y parecería que lo que hace al licenciado es un parche en el brazo o un título pegado a la pared. Si el profesional realmente se hace es por una práctica congruente con un sistema de
conocimientos aplicados en distintas áreas como la clínica, comunitaria o administración.

Sin embargo deviene un efecto paradójico cuando el enfermero es introducido en el trabajo, éste comienza un automatismo del accionar: 6 a.m. comienza el turno, 6:30 tomo café, 7 a.m. medición de signos vitales, 8:00 administración de fármacos; instalándose una repetición de un día y otro día, hasta ser jubilados. Cuando las historias se dan con estos matices, simplemente son tristes historias. Se instaura un automatismo del cual a veces no se es ni consciente de que se cae en él. Esto hace que el profesional se haga un técnico en
cuidados, perdiendo el sentido profesional de una disciplina de conocimiento. Hay que producir saberes, llámense ciencia o no, para restituir el verdadero estatuto de profesional del enfermero en cualquier área en donde se desempeñe.
El tercer punto, Investigación adecuada vs. deseo de saber. Es realmente penoso que los Trabajos especiales de grado sean vistos por los estudiantes de pregrado como requisitos académicos y las tesis terminen siendo reproducciones. Mismos temas, mismas formas de abordarlos; la tesis, lo que viene a ser es un requisito académico. Son investigaciones adecuadas para conseguir un fin académico. No se puede proceder en este sentido, se deben realizar investigaciones basadas en el deseo de saber, no de aquello repetido, sino debe generarse preguntas en el estudiante, es la búsqueda de hacer algo con aquello que intrigue resultando enigmático. Hasta que no se produzca ese salto, no habrá mejora en los fundamentos. Los enfermeros serán cuidadores técnicos asalariados.

Enfermería pide a gritos ser investigada y trabajada. Las posibilidades son ilimitadas y por eso es aún más triste ver que las tesis caigan en lo adecuado, cosa bien aburrida por cierto.

Muchas veces he escuchado en los pasillos que hay que cambiar a enfermería, y no es allí donde está el problema. No se debe cambiar a enfermería sino trabajar en los elementos que producen malestar.

Freud decía que quien retrocede o abandona a su deseo siente culpa y malestar. Los profesionales de enfermería con la mística del cambio no deben retroceder a sus deseos y aspiraciones por efectos del medio en que está envuelta enfermería. Cada uno debe construirse un camino, en enfermería hay muchos y variados, sólo es cuestión de tomar las decisiones adecuadas.

ISSN 1695-6141
© COPYRIGHT Servicio de Publicaciones – Universidad de Murcia

Los páarrafosa han sido reslatados por Lic. Ysrrael Cardozo Castillo

http://www.um.es/ojs/index.php/eglobal/article/viewFile/424/395

Se Feliz Siempre…

Lic. Ysrrael Cardozo Castillo
Cranford, NJ USA
I was born to serve, not to be served
(Nací para servir, no para ser servido)

Facundo Cabral y la muerte

Me llegó este escrito que según dicen fue escrito por Facundo Cabral, y publicado en la revista SER

Dé mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le puedes decir: “BASTA” a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido, ahora mismo le puedes decir “BASTA” al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Que nada te distraiga de, ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste e1 más grande dolor.

Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.

Vive de instante en instante porque, eso es la vida. Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este, momento?

Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere.
Y si la historia es tan simple, ¿porqué te preocupas tanto?

No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra.

En la tranquilidad hay salud como plenitud dentro de uno.

Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo.

Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente por toda la vida está en cada instante, pero no digas NO PUEDO ni en broma porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.

Si quieres recuperar la salud ABANDONA la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.

PERDONA a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como. vivir sin enemigos.

Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.

Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.

El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta más al bien para que sea el VENCEDOR cada vez que tengan que enfrentaras.

Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

NO TE QUEJES, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia.

Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida.

Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.

El duelo en las personas con discapacidad intelectual

El duelo y sus complicaciones en las personas con discapacidad intelectual

Claire Brickell, Kerim Munir

Harvard Review of Psychiatry 16: 1-12, 2008

  RESUMEN

Durante mucho tiempo se ha pensado que las personas con discapacidad intelectual eran incapaces de sentir duelo ante la pérdida (muerte, ausencia, desgracia) de un ser querido, porque no tendrían capacidad para elaborar una relación significativa o para comprender de forma suficiente el significado de la muerte. Hoy sabemos que esto es falso.

¿Son las personas con discapacidad intelectual particularmente vulnerables a una situación de duelo complicado?

Lanzamos la hipótesis de que, por causa de varios factores de riesgo, las personas con discapacidad intelectual pueden tener más dificultad que la población general para afrontar el duelo. Vamos a considerar tres áreas que han sido consideradas en la literatura como importantes para recuperarse del duelo, y en las que nos parece que las personas con discapacidad intelectual muestran una importante vulnerabilidad:

De qué modo las personas con discapacidad intelectual, tanto niños como adultos,  pueden verse afectadas por las pérdidas secundarias que siguen a la muerte de un ser querido
Los problemas que las personas con discapacidad intelectual pueden tener para comunicarse de manera eficaz sobre su pérdida.
De qué manera las limitaciones cognitivas pueden afectar su búsqueda sobre el significado de la pérdida.
1. Pérdidas secundarias y el modo de afrontar el duelo

Cuando muere un ser querido, no sólo se pierde a la persona sino también se pierde el sistema de vida que esa persona contribuyó a crear. Se reconoce ahora que son muchas las pérdidas que acompañan a la pérdida del ser querido y por eso se trata de establecer un marco en el que se aborden tanto la pérdida primaria como las secundarias que abarcan infinitos matices, desde el partido semanal de fútbol hasta la pérdida de la propia casa. Adultos y niños, que ocupan papeles distintos dentro de la estructura familiar,  tienden a experimentar tipos diferentes de pérdidas secundarias, por lo que requieren estrategias diferentes de afrontarlas.

Adultos. En los adultos de la población general, aunque la pérdida primaria no tiene solución, muchas de las secundarias pueden ser corregidas o mitigadas mediante el llamado afrontamiento orientado hacia la recuperación, por ejemplo, una viuda puede volver a trabajar  para recuperar la seguridad financiera perdida tras la muerte de su marido. En el transcurso de la recuperación del duelo, normalmente los adultos valoran no sólo el daño personal que la pérdida les produce sino también la eficacia de las estrategias de afrontamiento que están utilizando. Es así como pueden aparecer realmente consecuencias positivas dentro de su aflicción, como puede ser el orgullo de conseguir nuevas tareas y asumir nuevas responsabilidades.

Como contraste, los adultos con discapacidad intelectual a menudo no son capaces de asumir un papel activo en la recuperación de la familia tras una muerte. Para una persona que no puede vivir sola o sostenerse económicamente, las pérdidas secundarias pueden ser tan inmutables y finales como la misma muerte. Y como raras veces se les reclama para que asuman las responsabilidades de los familiares muertos, no tienen oportunidad de ayudarse a sí mismos o a sus familias. Lo más probable es que el cuidado que se les preste sea una responsabilidad que necesita ser reemplazada, de la persona muerta a otra. Y más que experimentar el crecimiento de sí mismos, terminan por verse como una carga, o simplemente temen que no se les vaya a cuidar.

Niños. Los niños con discapacidad intelectual (y con frecuencia también los adultos), al igual que los demás niños que sufren la fase de duelo, dependen de sus padres para comer, vivir, ser atendidos en la vida diaria. En ambos grupos, la muerte de uno de los padres irá seguida probablemente por una serie de acontecimientos que alteran su vida ?rutinas domésticas, cambios de casa, de escuela- y que serán experimentados como pérdidas secundarias. Si los cambios son significativos, puede resultar para el niño muy difícil el afrontarlos. Las personas con discapacidad intelectual experimentan un trastorno psicológico y conductual como reacción a los acontecimientos significativos de su vida.

En los niños, los estudios realizados sugieren que los mejores predictores de un buen resultado en la fase del duelo son los que le protegen frente a las pérdidas secundarias; por ejemplo, una buena relación con el padre que sobrevive, que sea competente para ejercer su paternidad para con un hijo que se encuentra desconsolado, un ambiente familiar estable asegurado por una fuerte organización familiar en la que hay cohesión, comunicación y diferenciación de los diversos roles. Es razonable deducir que el mantenimiento de la estabilidad en la casa es un factor crítico para el bienestar de las personas con DI el fase de duelo.

Por desgracia, puesto que tienen necesidad de una atención especial y puesto que siguen siendo dependientes de otros miembros de la familia, a veces hasta bien avanzada la adultez, los jóvenes con discapacidad intelectual están en mayor riesgo de encontrarse con situaciones familiares inestables y con acontecimientos diversos y estresantes una vez que muere uno de los padres. Y conforme envejecen los miembros de la familia, aumenta la probabilidad de que lleguen a perder a los dos padres. La pérdida del segundo puede significar la pérdida del domicilio familiar y el tener que trasladarse a una residencia o a un piso tutelado. A veces, si no ha habido previsiones, los traslados durante el primer año pueden ser numerosos.

La literatura describe que los niños sin discapacidad intelectual que mantenían una estrecha relación con el padre que ha muerto y mucho menos con el superviviente, presentan un riesgo mayor de desarrollar problemas de conducta y psiquiátricos. Muchos individuos con discapacidad intelectual tienen a los dos padres fuertemente comprometidos en su cuidado y atención; sin embargo, debido a sus necesidades especiales, es posible que sea uno de ellos quien adopte un papel mucho más indispensable. Y como muchos suelen tener serias dificultades de comunicación, especialmente verbal, es posible que sea sólo uno de los padres el cuidador principal durante toda la vida, aquel con quien exprese más eficientemente sus necesidades y deseos. Y es posible que sea ese mismo padre el que haya ido adquiriendo durante décadas una mayor experiencia para tratar los problemas médicos y para navegar por ese mundo proceloso de la administración y las ayudas económicas. Es fácil comprender que la pérdida de esta persona puede resultar nefasta.

2. Conversar sobre la pérdida

Dada la tendencia de los cuidadores a minimizar los efectos del duelo de las personas con discapacidad intelectual, y dadas las dificultades de comunicación que tantas veces acompañan a los diversos tipos de discapacidad intelectual, las personas pueden tener pocas oportunidades, o ninguna, para conversar con familiares o con amigos sobre la pérdida que han sufrido. La cuestión de si el hablar sobre la muerte facilita el afrontarla es importante. Porque tiene consecuencias sobre cómo los profesionales de la salud han de educar a los cuidadores (sean familiares o profesionales), y suscita preguntas sobre la eficacia potencial de una intervención sobre el duelo basada en la psicoterapia.

Las personas con discapacidad intelectual que se encuentran afligidas por la muerte de un ser querido se vuelven hacia sus familiares en busca de apoyo emocional y de ayuda para comprender los acontecimientos que rodean a una muerte. Se sabe que ambos tipos de comunicación ?la que atiende a lo emocional y la que atiende a lo informativo? ayudan a los niños convencionales a afrontar la muerte de uno de los padres. Por ejemplo, es frecuente que un niño se sienta culpable por pensar que él ha sido el responsable de la muerte, o que se sienta herido porque su padre, en situación terminal, ya no juega con él y piensa que ya no le quiere. Es razonable deducir que a los niños con discapacidad intelectual, al igual que a los demás niños, hay que ofrecer una información sobre la enfermedad y sobre la muerte que sea comprensible y apropiada a su edad y a su nivel de inteligencia. Del mismo modo, los niños se beneficiarán si las familias se abren a la comunicación y conversan sobre sus sentimientos tras la pérdida de un ser querido.

Por desgracia, muchos padres encuentran difícil el hablar con sus hijos sobre la muerte, especialmente si son ellos mismos los que han de afrontar la  pérdida de su cónyuge. Hay mucha experiencia acumulada sobre la quiebra de la comunicación ?en el ámbito de la mera información sobre datos o en el ámbito de la comunicación afectivo-emocional- alrededor de la muerte de uno de los padres, incluso cuando el que sobrevive es consciente de la importancia de la comunicación. Esta situación puede ser aún peor en las familias de personas con discapacidad intelectual ?y especialmente en personas con síndrome de Down que de modo característico muestran una vulnerabilidad particularmente exagerada a la separación y a la pérdida. Todavía persiste la idea de que es mejor proteger a las personas con discapacidad intelectual de una información que ?les pueda preocupar? o que tenga consecuencias indeseables emocionales o conductuales. Incluso personas a las que se les dio formación especial y expreso compromiso para concentrarse en temas de duelo tuvieron problemas a la hora de hablar sobre el duelo con sus propios familiares con discapacidad intelectual?. Aunque muchos individuos con discapacidad intelectual, incluidos los que tienen síndrome de Down, muestran déficit específicos en la comunicación verbal, los estudios demuestran que, si se les pregunta, son capaces de conversar o expresarse sobre sus sentimientos y preocupaciones. Por otra parte, su lenguaje comprensivo es superior al expresivo y ellos pueden escuchar y comprender ?y agradecer? las expresiones de condolencia, de afecto,  y las explicaciones sobre los hechos y acontecimientos.

En consecuencia, al considerar la utilidad potencial de una intervención profesional sobre la fase de duelo, necesitamos considerar la probable escasez de oportunidades de comunicación que haya en la propia familia.

3. La búsqueda por el significado de la pérdida

Los seres humanos, y quizá ellos de forma exclusiva, responden a la desgracia en un nivel cognitivo. Nos tenemos que esforzar intelectualmente para ?volver a conocernos a nosotros mismos? y ?reaprender sobre el mundo? ante la ausencia de un ser amado que nos ayudó a estructurar nuestras vidas, nuestros objetivos vitales, y para recrear ?un sentido que tenga significado?  para explicar o al menos incorporar la transición que sigue a una pérdida. Por ejemplo, si un chico ya mayor se ha estado ocupando principalmente de ofrecer a su madre una buena y cualificada atención, una vez que muere su madre, ha de reconstruir la caracterización de sí mismo abandonando el papel de cuidador.

Algunos investigadores que trabajan sobre el duelo en los adultos destacan la importancia de ese saber ?elaborar un significado? como estrategia para encarar el duelo. Incluso se ha afirmado que ?la reconstrucción de un significado en respuesta a una pérdida es el proceso central del duelo?. Desde este punto de vista, muchos de los síntomas que se aprecian en el duelo traumático ?descreimiento, pérdida de significado, incapacidad para proyectarse en un futuro valioso, pérdida de identidad, visión desesperanzada del mundo? no son más que manifestaciones de la lucha infructuosa del individuo por dar un sentido existencial a la pérdida.

Este énfasis por ?encontrar sentido? a la pérdida nos invita a preguntarnos sobre el grado en que, y de qué manera, la capacidad intelectual afecta a la capacidad de una persona para afrontar el duelo. Como hemos visto, se consideraba hasta hace muy poco que había que ahorrar a las personas con discapacidad intelectual el dolor del duelo porque carecían de la capacidad para entender lo que había ocurrido. Se ha visto en un estudio que algunas personas en su fase de duelo nunca se embarcan en buscar significados y, al parecer, les iba tan bien como a los demás; ciertamente, a quien peor les iba era a los buscaban un significado pero no lo encontraban. Hasta ahora, nadie ha investigado la relación entre  capacidad intelectual y éxito en el proceso de encontrar un significado. ¿Es más fácil que las personas con discapacidad intelectual acepten la muerte sin necesidad de buscar un significado, en comparación con las demás? ¿O por el contrario, es más fácil que se embarquen en una búsqueda infructuosa? Estas preguntas sin respuesta se complican más todavía si se considera la importante heterogeneidad  y el amplio rango de capacidades (como también de limitaciones) que muestran las personas con discapacidad intelectual. No obstante, son varios los estudios que sugieren que la mayoría de los adultos realizan una búsqueda cognitiva, explícita, para encontrar el significado de la muerte de un ser querido, y que el conseguir la integración de esa pérdida en una estructura con significado más amplio ayuda a recuperarse mejor. Por tanto, la incapacidad o la menor capacidad de las personas con discapacidad intelectual para elaborar cognitivamente un sentido dentro de esa pérdida se convierte en otra fuente potencial de vulnerabilidad que le lleve a desarrollar un duelo patológico.

Hay autores que han ofrecido una nueva distinción entre ?crear un sentido? de la pérdida y ?encontrar un beneficio? en esa pérdida. Mientras que lo primero se refiere a encajar la pérdida en una visión de un mundo justo, lo segundo se refiere a descubrir un sentido de valor y de utilidad en la propia vida de uno mismo. Estos autores vieron que, en último término, sólo los que eran capaces de desarrollar un sentido nuevo y más fuerte de sí mismo habían mejorado los síntomas del duelo. Es decir, la capacidad para ?encontrar un beneficio? aparece íntimamente asociada a la capacidad de mitigar esas pérdidas secundarias antes descritas mediante una revisión de sus objetivos y prioridades en respuesta a la muerte ?por ejemplo, reevaluando el modo de abordar nuevas relaciones. Por desgracia,  este tipo de tareas puede ser extraordinariamente difícil para una persona con discapacidad intelectual. No sólo este tipo de reevaluación compleja resulta difícil para una persona que tiene limitada su flexibilidad cognitiva sino que muchas veces ocupa una posición de dependencia dentro de la estructura familiar en la que se le niegan oportunidades para cambiar y mejorar.

A todo ello se suma la personalidad del que está en la fase de duelo, a la hora de saber encontrar un beneficio a la muerte. Los que son pesimistas por naturaleza más difícilmente verán ningún aspecto positivo en la muerte de la persona. Por tanto, las características psicológicas tienen un papel importante en la conformación de la respuesta de duelo. No sabemos si las personas con discapacidad intelectual debida a síndromes específicos tienden a ser más o menos optimistas que la población general; pero sí sabemos que las personas con síndrome de Down presentan con mayor frecuencia trastornos afectivos y de ansiedad que la población general, y que pueden carecer de la fortaleza psicológica resistente, necesaria para encontrar un significado ?y sobre todo un significado que sea beneficioso? a la pérdida de un ser querido.

Consecuencias y derivaciones de carácter clínico

Uno de nuestros objetivos era determinar si está justificada en las personas con discapacidad intelectual una intervención rutinaria en caso de duelo. Según la literatura actual, sólo estaría justificada si mostraran un aumento significativo de riesgo de duelo complicado. Pero si nos basamos en el marco teórico que acabamos de presentar,  son muchas las razones por las que es más probable que necesiten un mayor apoyo profesional para afrontar el duelo. Y además, en contraste con la población general para la que hay actualmente una auténtica proliferación de servicios para afrontar esta etapa, la realidad indica una ausencia total de intervenciones de apoyo para personas con discapacidad intelectual, empezando por el hecho de que sigue sin reconocerse en ellas la existencia de duelo.

Es preciso conocer mejor los síntomas que pueden aparecer, y las bases teóricas o marco conceptual que expliquen la naturaleza del duelo y de aquellos hechos que lo facilitan. Si el marco teórico está sólidamente fundamentado, será posible identificar los aspectos más vulnerables en las personas con discapacidad intelectual, y consiguientemente será posible elaborar programas de intervención que serán posteriormente refinados en función de sus resultados.  Por ejemplo, si se considera que una persona se encuentra afectada porque carece de capacidad para rehacer  su papel familiar, la intervención del terapeuta irá dirigida a restaurar la confianza en sí misma y su reentrada en la vida, trabajando con ella para fijar y alcanzar pequeños objetivos. Y si aceptamos que disponen de pocas oportunidades para conversar y comunicar sus sentimientos, nos apresuraremos a diseñar y establecer sesiones de asesoramiento basadas en la comunicación. En este sentido entendemos que la psicoterapia es útil para las personas con discapacidad intelectual, tengan o no problemas de duelo.

COMENTARIO

Como las  autoras de este trabajo comentan, el tema del duelo en las personas con discapacidad intelectual suele ser evitado. Es decir, no es atendido lo que significa que las personas más vulnerables son las que quedan más desprotegidas, porque carecen en buena parte de resortes para resolver sus situaciones por sí mismas. El análisis que realizan constituye un sólido argumento para abordar este problema en toda su complejidad.
Desde un punto de vista operativo, recomendamos acudir a un manual de buenas prácticas de FEAPS-MADRID titulado:

BUENAS PRÁCTICAS EN SITUACIONES DE DUELO EN PERSONAS CON RETRASO MENTAL
que se puede bajar en PDF de Internet:
http://www.feapsmadrid.org/opencms/export/sites/default/feaps/recursos/descargas/CuadernosFeaps.html/AMARILLA_BBPPSituacionesDuelo.pdf

SOBRE LA MUERTE Jorge Luis Borges

Fragmento

Bueno, hay el tema de la muerte ahora. Porque siempre… ahora siento cierta impaciencia; me parece que debo morirme, y debo morirme pronto. Que ya he vivido demasiado. Y, además, tengo una gran curiosidad. Creo, pero no estoy seguro, que la muerte tiene que tener cierto sabor; tiene que ser algo peculiar que uno no ha sentido nunca. La prueba está… yo he visto muchas agonías, y las personas sabían que iban a morir. Y hace poco me dijeron, me dijo Alberto Girri, que había estado con Mujica Láinez un mes antes de su muerte; y Mujica Láinez le dijo que estaba por morir, que no sentía temor, pero que tenía esa certidumbre. Ahora, esa certidumbre no puede haber sido basada en razones, sino en ese sabor peculiar de la muerte, que uno lo sentirá y que sabe que es algo que no ha sentido nunca antes. Que no puede comunicarse, desde luego, ya que uno solo puede comunicar lo compartido por el otro. Las palabras presuponen experiencias compartidas; en el caso de la muerte todavía no. (…).

“Esa aproximación llega de cualquier modo; y además, yo no hablo de aproximación inmediata. Hablo de cierta impaciencia. Pero, quizá, cuando llegue el momento de la muerte, me mostraré muy cobarde. Aunque, en general, yo habré visto varias agonías “uno ve muchas agonías al cabo de ochenta y cuatro años”, y siempre el que estaba muriéndose sentía una gran impaciencia; estaba deseando morirse de una buen vez. (…)
“Y bueno… la muerte sería… sería un viaje, desde luego superior a los siete viajes de Simbad; sería un viaje mucho más grande, ¿no?

El Milagro De La Muerte

El Milagro De La Muerte

Traducción: Paloma Fernández Fernández. artesyoficios@arnet.com.ar
Reedición y correcciones: www.caminosalser.com

Queridos maestros, en el plano terrestre de la existencia, los seres humanos se regocijan por el nacimiento de un niño, ya que verdaderamente es un milagro de creación, mientras que la muerte de un ser querido los enluta, ya que lamentan profundamente la pérdida individual de esa persona. Sin embargo, la muerte también es un milagro y, desde el punto de vista espiritual, también es tiempo de regocijarse, ya que es un tiempo de retorno a un ?estado de la existencia? más auténtico.

Ya hemos hablado de la ?conciencia atenuada?, y es hora de que entiendan que el proceso de ascensión implica que expandan su consciencia para integrar todas las facetas de la expresión consciente. Ustedes no sólo son un ser humano con un alma, son seres maravillosos que han experimentado una enorme variedad de ?expresiones físicas de la conciencia?.

En la antigüedad, cuando experimentaron los reinos materiales en forma sólida o semisólida en diversos grados (mientras estaban en las dimensiones cuarta superior y quinta inferior, ya fuese en la Tierra o en otros planetas de su galaxia o sistema solar), ustedes mantenían su misma forma durante un tiempo mucho más largo que ahora. De hecho, seguían con el mismo vehículo físico durante miles de años de su cuenta temporal. El proceso de transición y el abandono de un vehículo físico al finalizar un periodo vital eran algo tan natural como desechar un traje viejo. La muerte tal y como ustedes la conocen no existió hasta que la humanidad se sumió en la densidad de las dimensiones tercera y cuarta, cuando ustedes olvidaron que su estancia en la Tierra no era más que un interludio muy breve de entre el enorme bagaje de experiencias acumuladas a lo largo de su asombrosa travesía por el cosmos.

Tras una conmovedora ceremonia de despedida, el alma que partía se introducía en una ?fontana de la transición? especial, en la que la Llama Violeta de la Transformación refulgía con brillantez (La Llama Violeta no es caliente, sino suave y apaciguadora), y él o ella eran transportados inmediatamente al entorno dimensionalmente superior más apropiado. Los que se quedaban en el reino físico podían comunicarse telepáticamente con los seres queridos que habían partido, sabiendo que volverían a encontrarse con ellos nuevamente en algún momento futuro. También sabían que les iba a ser posible interactuar etéricamente con sus seres queridos durante sus viajes nocturnos, que eran tan reales y memorables como sus experiencias diurnas.

En algún momento futuro, la humanidad dejará de temer a la muerte y entenderá que es parte integrante del proceso creativo. Hay un flujo natural de nacimiento, muerte o transición, descanso y asimilación, y renacimiento, cuya finalidad es que experimenten la asombrosa variedad de modelos, formas, tamaños y realidades que, como cocreadores, tienen a su disposición. Entretanto, deben liberar muchos de sus viejos tabúes e ideas ?fijas? sobre la muerte y lo que viene detrás de ella, hasta que lleguen a darse cuenta de que la vida que están experimentando actualmente no es más que un ?instante? en el tiempo universal.

Una de las cosas más importantes que deben entender es que todo lo que experimentan empieza ?adentro?. Ustedes son un microcosmos o un universo en miniatura dentro del macrocosmos que contiene a la totalidad de la experiencia Omniversal. A ustedes se los ha descrito como ?células? que están dentro del corazón/mente del Creador Supremo; es una descripción válida. Todo lo que existe en la Creación contiene ?Esencia?, la Energía de Amor/Luz de la Creación, una Chispa de lo Divino. Este espectro de Luz, de niveles de ?iluminación? progresivamente atenuados, fue proyectado por nuestro Padre/Madre Dios y los grandes Seres que ayudaron a crear este universo. Nada de lo que hay en los universos manifiestos podría existir sin ella, ni tampoco ustedes.

A menudo habrán oído o leído acerca de alguien que tuvo una ?experiencia cercana a la muerte? y fue atraído hacia la Luz. Con mucha frecuencia, la experiencia es la misma con muy pocas variaciones. Las personas, por lo general gravemente enfermas o en una situación traumática, son atraídas a la Luz e invadidas por una sensación de júbilo y de un amor abrumador e increíble. Es frecuente que vean a un Ser de Luz al que reconocen o, a veces, a un ser querido ya fallecido. Suelen tener un sentimiento de que lo único que pueden hacer es alejarse de esa Luz; después son atraídos de vuelta a su cuerpo físico otra vez. A veces, el Ser de Luz habla con ellos, pero no siempre. A veces se les da a elegir entre volver a su existencia física o continuar avanzando hacia la Luz, mientras que otras veces se les dice que tienen que volver porque aún no han completado su misión.

Ya hemos explicado que el ?Velo? no está ?ahí afuera?, sino en el interior de su propia estructura cerebral; lo mismo sucede con la experiencia cercana a la muerte. Todo sucede en el interior de su propia ?Mente Sagrada? dimensionalmente superior, estando orquestado todo ello por su Ser Superior. Una experiencia cercana a la muerte suele ser una encrucijada vital, un momento de decisión y una oportunidad de entrar en el sendero de la iluminación y, muy a menudo, pero no siempre, se produce la ?fusión álmica? de ustedes con la parte más inmensa de su Ser Álmico, que reside en su chakra de la Estrella del Alma (situado aproximadamente entre quince y veinte centímetros por encima de sus cabezas) y que se instala en el Centro de su Corazón Sagrado, dando inicio al proceso por el que ustedes se convierten en los directores de sus experiencias vitales en reemplazo de su personalidad del deseo egoico. Durante la experiencia cercana a la muerte se produce una reacción química que facilita la admisión de una porción de la mente superior, a partir de lo cual es posible tener acceso a zonas cerebrales específicas que contienen almacenados en su interior ?Paquetes de Luz de Sabiduría?. Estos Paquetes de Luz están compuestos por frecuencias superiores de Luz y contienen información a la que la persona no puede acceder comúnmente. Esto no sólo produce cambios en la apariencia de la persona y en la manera de sentir de su mente consciente, sino que a menudo le permite acceder a parte de su historia y, a veces, a su linaje y otras informaciones importantes.

Recuerden esto: todo lo que alguna vez hayan experimentado y todo lo que son, desde la primera vez que, como Chispa de lo Divino llegaron a tener una conciencia individualizada y se hicieron conscientes del hecho de que ?Yo Soy Eso, YO SOY ? YO SOY una Faceta del Creador?, queda almacenado en el interior de los Paquetes de Luz de Sabiduría que están en los niveles dimensionalmente superiores del cerebro. Almacenados en el interior de su estructura cerebral y de su sistema de chakras están todas las virtudes, atributos, cualidades y aspectos del Creador Supremo. Estamos esperando que ustedes reclamen sus ?llaves del reino? mediante la integración de las frecuencias superiores de Luz que les abrirán el paso a toda la magnificencia de su Herencia Divina.

Ustedes tienen un cuerpo etérico que contiene una réplica auténtica y completa de sus cuerpos físico, mental y emocional. Cuando mueren o abandonan por completo su cuerpo, su Cordón de Plata (como lo llaman), es cercenado y ustedes dejan totalmente vacío su vehículo físico que, inmediatamente, comienza a desintegrarse. Su alma va fusionándose lentamente con su cuerpo etérico y después se marcha a los reinos de las dimensiones superiores.

Muchos de ustedes tienen una falsa concepción de cómo son las dimensiones superiores. Los reinos superiores no son un entorno nebuloso desprovisto de sustancia, sino que para ustedes su aspecto no diferirá mucho del de sus ambientes físicos terrestres; sin embargo, cuando lo observen detenidamente verán que hay muchas diferencias. Al morir, ustedes tendrán forma y sustancia. Sí, su forma será más refinada y no tan sólida como lo es en el entorno de las dimensiones tercera y cuarta, pero la sentirán sólida y de la misma manera todo a su alrededor tendrá forma y orden. El nivel al que estén sintonizados o con el que sean compatibles será lo que determine lo ?conscientes? que estarán y las habilidades que tendrán, así como el aspecto de su entorno ambiental.

Repetimos que las frecuencias que proyecten o con las que resuenen determinarán a qué dimensión o sub-plano dimensional irán, así como el nivel de ?información cósmica? al que serán capaces de acceder. Su campo áurico es como un manto que rodea a su cuerpo etérico o astral, y puede ser un manto de Luz o un sudario tejido por la energía negativa e inarmónica que hayan acumulado a lo largo de sus muchas experiencias en esa vida pasada.

Ya les hemos explicado esto con anterioridad; sin embargo, es importante que tengan un entendimiento claro del proceso de transición, por lo que volveremos a ofrecerles una breve recapitulación de lo que pasa cuando el alma abandona el cuerpo físico. Los que están ?iluminados? y son conscientes de sí mismos son llevados de inmediato ante su consejo guardián para repasar su vida anterior; no es un juicio, únicamente una revisión para ver los desafíos y oportunidades acaecidos de manera positiva, con amor y compasión, así como las tareas que no hayan quedado completadas y que, por consiguiente, deberán ser experimentadas de nuevo. En los reinos superiores no se puede ocultar nada a nadie, ya que su aura cuenta su historia completa y cualquiera puede ver el ?resplandor y luminosidad? de su Ser, o su carencia de ellos. Su forma será bella y perfecta y podrán adoptar la apariencia correspondiente a cualquier edad o semblante que deseen.

Tras completar el ?proceso de repaso?, tendrán que hacer muchas elecciones. Pueden ir a las universidades de aprendizaje ubicadas en diversos sistemas estelares, pueden servir con multitud de capacidades, pueden disfrutar de la belleza de la Creación y ejercitar sus ?habilidades creativas? o vivir cualquier variedad de experiencias demasiado extensas para describirlas aquí. El avance del alma no es tan veloz en los reinos superiores como estando en un cuerpo físico, porque aquí ustedes son conscientes de las leyes universales y sus pensamientos y acciones tienen resultados inmediatos. Por eso todos están tan impacientes por encarnar en el plano terrenal, aunque esté plagado de desafíos, limitaciones y, a menudo, de dolor y sufrimiento. Aunque cueste creerlo, es una oportunidad maravillosa y un gran privilegio estar encarnado en el planeta Tierra en este tiempo de enorme transformación, y hay muchas almas que están ?con las alas desplegadas? a la espera de tener la oportunidad de volver a la Tierra y ser parte de este asombroso proceso evolutivo.

Por su disposición a venir a la Tierra y compartir su ?Luz? a fin de ayudar a la humanidad de su planeta, se les dio la oportunidad de encarnar tanta cantidad de su Ser Divino como puedan albergar y usar; esa es la Promesa Dorada que se les hizo antes de que regresasen a la Tierra para esta experiencia vital. Fue y es una oportunidad sin precedentes para que integren su Conciencia Divina y regresen a su verdadero estado como Seres de Luz.

La historia es diferente para los que hayan vivido una vida de odio, miedo y agresividad hacia los demás o tengan una gran acumulación de deuda kármica negativa que saldar. Esas almas son llevadas a lo que podríamos denominar una ?unidad de cuidados intensivos?, en la que son amorosamente atendidos por una hueste de Ángeles de la Misericordia. Dichas almas están encerradas en una prisión de su propia fabricación (formada por su campo áurico distorsionado) y vivirán en el estado de sueño constituido por sus creencias, acciones negativas y conceptos irreales. Es lo más parecido a lo que se podría llamarse ?infierno? o ?purgatorio?, ya que viven en un mundo de formas de pensamiento de baja frecuencia que han creado en la Tierra durante sus muchas experiencias vitales. Los Ángeles de la Misericordia irradian hacia ellos constantemente el Amor y la Luz del Creador y lentamente, con el tiempo y dependiendo de lo denso que sea el campo negativo, el elixir del amor va penetrando gradualmente y disolviendo esa costra instalada alrededor de su campo etérico y de su alma. Siempre hay oportunidad de hacer esta restitución aunque pueda llevar eones conseguirlo, dependiendo de la severidad y de la magnitud de la negatividad implicada.

Permítannos aclarar otra falacia: no es ?pecado? suicidarse o que una persona abdique de su vida antes de completar su misión. Hay muchas razones por las que la gente decide terminar con su vida o sacrificarla por otro. A veces ello se desencadena debido a alguna carga abrumadora de vergüenza, culpa o miedo; otras veces se debe a razones altruistas fuera de lugar (generalmente a resultas de algún complejo de mártir), o a que la persona tiene una enfermedad terminal y el dolor se hace insoportable. A esas almas se les enseñará a rectificar las situaciones que ocasionaron su sufrimiento, dolor o enfermedad, y se les dará otra oportunidad de ?arreglarlo?. Cuando la persona decide terminar su vida debido a situaciones dolorosas creadas por ella misma, le será imposible eludir esas mismas circunstancias en una vida futura, por lo que sólo habrá pospuesto los desafíos y las oportunidades de aprender sus lecciones vitales.

Recuerden que ustedes siempre son su propio juez y que son ustedes los que, con la ayuda de su consejo guardián, deciden cuáles serán los principales detalles de su próxima experiencia vital. En el ambiente de las dimensiones superiores, las almas siempre están ávidas de rectificar errores pasados, por lo que su campo áurico podrá ser limpiado de cualquier patrón vibratorio inarmónico; de esta manera, pueden proseguir su viaje hacia la iluminación. No importa que la gente niegue la verdad hacia la que estamos encaminándoles, es la Verdad Viva y la ley universal de que nunca se va a menos, y todas las almas son regidas y afectadas por los dictados del Plano Divino, lo crean o no. En esto, nuevamente, el velo interior está vigente; ustedes tienen que quebrar las limitaciones del ambiente negativo de las dimensiones tercera y cuarta para tener acceso a una prodigiosa conexión expandida con el Creador. Ustedes siempre han estado y siempre estarán conectados con el TODO LO QUE ES. La sensación de desconexión está sólo en su ?mente?, y la manera de ?abrir la puerta? al Río de la Vida está en el interior de su CORAZÓN SAGRADO. Abran su corazón, queridos, para que puedan llenarse a rebosar del Elixir Divino de Vida. Sepan que siempre estamos cerca para guiarlos, inspirarlos y protegerlos. YO SOY El Arcángel Miguel.

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Traducción: Paloma Fernández Fernández. artesyoficios@arnet.com.ar
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