Respaldo de material de tanatología

Trastorno Bipolar I

INTERVENCIONES PSICOSOCIALES EN EL TRASTORNO BIPOLAR —Contexto: Se ha demostrado que las intervenciones psicosociales mejoran el resultado fármaco terapéutico en el trastorno bipolar. —Objetivo: Examinar las ventajas de las 4 psicoterapias específicas del trastorno en conjunto con la farmacoterapia, sobre el tiempo de recuperación y la probabilidad de continuar sano después de un episodio de depresión bipolar. —Diseño: Ensayo aleatorio controlado. —Escenario: Quince clínicas afiliadas al programa de mejora del tratamiento sistemático para el trastorno bipolar. —Pacientes: Un total de 293 pacientes no internados referidos con trastorno bipolar I o II y depresión, tratados con el protocolo fármaco terapéutico, fueron asignados aleatoriamente a una psicoterapia intensiva (n=163) o a un cuidado de colaboración (n= 130), una intervención psico-educacional breve. —-Intervenciones: La psicoterapia intensiva se proporcionó semanalmente y dos veces por semana hasta 30 sesiones en 9 meses según los protocolos para la terapia enfocada a la familia, la terapia interpersonal y de ritmo social, y la terapia cognitivo conductual. El cuidado de colaboración consistió en 3 sesiones en 6 semanas. —-Principales medidas del resultado: Las valoraciones del resultado fueron realizadas por psiquiatras en cada visita de farmacoterapia. Los resultados principales incluyeron el tiempo de recuperación y la proporción de pacientes clasificados como sanos durante cada uno de los 12 meses de estudio

Resultados: Todos los análisis fueron por intención de tratamiento. Los índices de deterioro no diferenciaron en las condiciones de psicoterapia intensiva (35.6%) y de cuidado de colaboración (30.8%). Los pacientes bajo psicoterapia intensiva presentaron índices de recuperación significativamente mayores al final del año (64.4% vs. 51.5%) y periodos menores de recuperación que los pacientes bajo cuidado de colaboración (índice de peligro, 1.47; Intervalo de confianza 95%, 1.08-2.00; P=0.01). Los pacientes bajo psicoterapia intensiva fueron 1.58 veces (intervalo de confianza 95%, 1.17-2.13) más probables a estar clínicamente sanos durante cualquier mes de estudio que aquellos bajo cuidado de colaboración (P=.003). No se observó ninguna diferencia estadística significativa en los resultados de las 3 psicoterapias intensivas.

Conclusiones: El tratamiento psicosocial intensivo como adjunto a la farmacoterapia fue más beneficioso que el tratamiento breve al mejorar la estabilización de la depresión bipolar. Los estudios futuros deben comparar la rentabilidad de los modelos de psicoterapia para el trastorno bipolar. –Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original: http://archpsyc.ama-assn.org

TRASTORNOS DEL SUEÑO COMO PRINCIPAL MANIFESTACIÓN CLÍNICA DE ALTERACIÓN DE LOS RITMOS CIRCADIANOS EN LA DEPRESIÓN.

Las alteraciones del sueño son una característica clínica común de muchos trastornos psiquiátricos. Se ha estimado que el 90% de los pacientes con depresión se quejan sobre la calidad del sueño. No es sorprendente ya que las regiones cerebrales implicadas en la depresión también lo aparecen en la regulación del sueño y la vigilia. La posible explicación para las alteraciones del sueño en la depresión incluye el incremento de la ansiedad y los despertares en la mayoría de los pacientes, anomalías en los ritmos circadianos y el hecho de que los sistemas neurobiológicos incluidos en el estado del ánimo y la conducta podrían mediar en el sueño. —Las investigaciones polisomnográficas del sueño han demostrado que el sueño en la depresión se manifiesta con alteraciones en cuanto a su continuidad, caracterizadas por una reducción del sueño de onda lenta y una desinhibición del sueño REM, con un acortamiento de la latencia REM, una prolongación del primer periodo REM y un incremento de la densidad REM. —Distintos modelos teóricos han sido desarrollados para explicar las anomalías del sueño en la depresión, como los dos modelos del proceso del sueño y regulación, el modelo crisis de la hormona liberadora de hormona del crecimiento/hormona liberadora de corticotropina (GHRH/ CRH), y el modelo de interacción recíproca del sueño no REM (NREM) y de la regulación del sueño REM. La manipulación del ciclo sueño-vigilia, la privación del sueño, o una fase avanzada del periodo de sueño, alivia los síntomas de la depresión y los agentes depresivos más efectivos suprimen el sueño REM

Estos hallazgos indican una fuerte relación entre el sueño y la depresión. Esta revisión examina el conocimiento actual de los cambios del sueño en la depresión, discutiendo la contribución de esta información para nuestro conocimiento de la etiología de la depresión, con énfasis en las alteraciones de los ritmos circadianos en la depresión, y considerando las implicaciones clínicas de los indicadores del sueño como potenciales marcadores para la investigación y la monitorización clínica de la depresión.

Cómo es vivir con un dolor agobiante que no desaparece

Cómo es vivir con un dolor agobiante que no desaparece – Puede aparecer por una lesión, una enfermedad o la alteración del sistema nervioso

Las consecuencias psicológicas y sociales de este dolor pueden ser enormes, desde despojar a una persona de la capacidad de disfrutar de la vida hasta trabajar. Sólo la mitad de los pacientes que padece dolor crónico puede volver a trabajar. Para los especialistas en dolor, “nadie en su sano juicio cambiaría una vida plena por la miseria del dolor crónico”.

Fuente para todo el artículo: http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=961183&origen=premium

DEPRESIÓN EN MÉDICOS RESIDENTES Y ERRORES

13 FEB 08 | ?British Medical Journal? DEPRESIÓN EN MÉDICOS RESIDENTES Y ERRORES EN LA MEDICACIÓN

Un estudio aparecido en el “British Medical Journal” muestra que los errores farmacológicos son seis veces más frecuentes si los facultativos están deprimidos.

(Jano on line) Los residentes de medicina que están deprimidos son alrededor de seis veces más propensos a cometer errores en la medicación que los que no lo están, según un estudio publicado en la edición electrónica de ?British Medical Journal?, que evaluó a 123 residentes pediátricos de tres hospitales infantiles de los Estados Unidos. Los investigadores encontraron que el 20% de los residentes estaba deprimido y que el 74% sufría de desgaste profesional.

Durante el periodo del estudio, los residentes cometieron un total de 45 errores en la medicación y los que estaban deprimidos cometieron 6,2 veces más errores en los fármacos que los que no lo estaban. No pareció haber ninguna relación entre índices más altos de errores en los medicamentos y el desgaste profesional. Estos hallazgos sugieren que la salud mental de los médicos podría desempeñar un papel más significativo en la seguridad de los pacientes de lo que antes se sospechaba, apuntan los autores del estudio.

Además, el alto índice de desgaste profesional de los residentes de este estudio, que coincide con el de otros estudios, indica que los métodos para capacitar a los médicos podrían causar estrés que resulta nocivo para la salud de los residentes. Se necesita hacer más para estudiar y mejorar la salud mental, así como las condiciones laborales de los médicos, concluyen los autores del estudio.

En Estados Unidos, cada año hasta 98,000 pacientes mueren a causa de errores en los medicamentos. El estrés de la capacitación de los residentes, que incluye factores como la falta de sueño y de tiempo libre, está entre los motivos más comúnmente citados de tales errores, según la información del estudio.

DEPRESIÓN E INSUFICIENCIA CARDIACA

DEPRESIÓN E INSUFICIENCIA CARDIACA Aumento del riesgo de muerte u hospitalización. Dres. Sherwood A, Blumenthal JA, Hinderliter AL y colaboradores (SIIC)

Introducción y objetivos =La insuficiencia cardiaca se caracteriza por el compromiso significativo de la función del miocardio, elevado número de complicaciones y la reducción de la expectativa de vida. Las características de esta insuficiencia que contribuyen con el deterioro clínico son el empeoramiento de la función cardiaca y la activación neurohumoral. En general, los tratamientos tienen como objetivo mejorar la función circulatoria y bloquear el sistema renina-angiotensina y el sistema nervioso simpático.

La depresión es un factor de riesgo psicosocial significativo en los pacientes con enfermedad coronaria. Su presencia se asocia con aumento del riesgo de insuficiencia cardiaca en los pacientes con predisposición y tiene consecuencias negativas en quienes ya padecen la enfermedad. Se informó que los pacientes con insuficiencia cardiaca y depresión presentan mayores probabilidades de ser hospitalizados o de morir. En los pacientes con insuficiencia cardiaca, la depresión se asocia con la gravedad de la enfermedad. No obstante, no se sabe en qué medida contribuye con las consecuencias clínicas negativas de ésta.

Durante los últimos años se comenzaron a utilizar el péptido natriurético tipo B y el propéptido natriurético tipo B aminoterminal (NT-propéptido natriurético tipo B) como marcadores diagnósticos y pronósticos de insuficiencia cardiaca. Ambos son liberados por el tejido ventricular cardíaco y tienen propiedades vasodilatadoras y diuréticas. En el presente estudio se empleó el NT-propéptido natriurético tipo B para evaluar la gravedad de la insuficiencia cardiaca y la relación entre los síntomas de depresión y la muerte y la hospitalización durante 3 años de seguimiento.

Como la depresión se asocia con peor pronóstico en los pacientes con enfermedades cardíacas, hay gran interés en la identificación de un tratamiento eficaz para ese trastorno. Los fármacos antidepresivos disminuirían la mortalidad asociada con el infarto agudo de miocardio y mejorarían la función cardiaca con un perfil de efectos adversos adecuado. No obstante, aún no se estudiaron los efectos del tratamiento antidepresivo en pacientes con insuficiencia cardiaca. En consecuencia, también se evaluó la asociación entre el tratamiento antidepresivo, la letalidad y la hospitalización durante 3 años de seguimiento.

Pacientes y métodos = El presente fue un estudio prospectivo, observacional y de seguimiento, en el cual participaron 204 pacientes con insuficiencia cardiaca. Inicialmente se evaluaron los antecedentes clínicos y los tratamientos actuales, tanto cardiológicos como psiquiátricos. También se midieron los niveles plasmáticos de NT-propéptido natriurético tipo B y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo. Los síntomas depresivos se evaluaron mediante el Beck Depression Inventory.

El seguimiento consistió en la evaluación anual de los registros médicos de los participantes. Asimismo, se contactó a los pacientes con una frecuencia similar para reunir información sobre hospitalizaciones durante el último año y los tratamientos administrados. El parámetro principal de evaluación fue el tiempo transcurrido hasta la muerte o la hospitalización debido a enfermedad cardiovascular.

Resultados =La media de edad de los pacientes al comienzo del estudio fue de 56.8 años. El 31.9% de los participantes eran mujeres. La mayoría eran caucásicos y recibían beta bloqueantes o inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina. El puntaje inicial medio del Beck Depression Inventory fue de 10.3. Al principio, el 21.1% de los pacientes tomaba antidepresivos. Este grupo no se diferenció del resto respecto de la mayoría de las características. No obstante, los que tomaban antidepresivos y presentaban más síntomas depresivos tuvieron más probabilidades de recibir un beta bloqueante y presentar niveles más bajos de hemoglobina.

El seguimiento duró de 2 a 5 años. Durante su transcurso, 26% de los pacientes fallecieron y 62% fueron hospitalizados al menos 1 vez. Casi la mitad de las hospitalizaciones se debieron a enfermedad cardiovascular. Los niveles plasmáticos de NT-propéptido natriurético tipo B se asociaron en forma significativa con la muerte o la hospitalización por causa cardiovascular. El aumento de la sintomatología depresiva también se relacionó con el aumento del riesgo de muerte u hospitalización por causa cardiovascular. Los pacientes que tomaban antidepresivos tuvieron más probabilidades de morir o de ser hospitalizados por la enfermedad cardiovascular que los que no los recibían. En los pacientes en tratamiento antidepresivo, los niveles de NT-propéptido natriurético tipo B fueron similares a los hallados en el resto de los pacientes. Su aumento se relacionó con todas las causas de hospitalización o muerte. Asimismo, los síntomas depresivos y el tratamiento antidepresivo también se relacionaron con aumento del riesgo de todas las causas de muerte u hospitalización.

Discusión =En los pacientes con insuficiencia cardiaca relativamente estables que reciben tratamiento médico, la presencia de síntomas depresivos se asocia con aumento del riesgo de muerte u hospitalización por causas cardiovasculares. Estos hallazgos coinciden con lo informado en estudios previos. La depresión tiene consecuencias clínicas negativas más allá de la insuficiencia cardiaca. El nivel de NT-propéptido natriurético tipo B, que indica la gravedad de la insuficiencia cardiaca, también se relaciona con el riesgo de muerte o de hospitalización. No obstante, los efectos adversos de la depresión se observaron más allá del nivel de NT-propéptido natriurético tipo B, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo y otros factores de riesgo. Esto indica que la depresión no es un simple reflejo de la gravedad de la insuficiencia cardiaca. La presencia de síntomas depresivos puede tener consecuencias notables, con un aumento aproximado del 56% del riesgo de hospitalización o de muerte.

La relación entre la depresión y el peor pronóstico de estos pacientes puede deberse a diferentes factores relacionados con hábitos como el tabaquismo, el sedentarismo y la falta de adhesión al tratamiento. También se identificaron vías fisiopatológicas mediante las cuales la depresión afecta en forma directa el riesgo cardiovascular en los pacientes con insuficiencia cardiaca. Entre los factores relacionados con la depresión se menciona la disminución de la variabilidad de la frecuencia cardiaca y de la sensibilidad barorrefleja y con el aumento de la actividad simpática, la coagulabilidad sanguínea, la inflamación y la disfunción endotelial. Cada vía puede actuar de manera independiente o sinérgica para aumentar el riesgo en los pacientes con insuficiencia cardiaca.

La prevalencia elevada de depresión observada en el presente estudio coincide con lo hallado en estudios anteriores. Esto destaca la necesidad de evaluar a los pacientes con insuficiencia cardiaca para detectar la presencia de depresión y crear y evaluar estrategias terapéuticas seguras para disminuir la sintomatología depresiva y mejorar el estado clínico. Se observó aumento de la probabilidad de muerte o de hospitalización asociada con el tratamiento antidepresivo a pesar de la gravedad de la depresión y de la insuficiencia cardiaca y de la presencia de comorbilidades. Es decir, los peores resultados no pueden atribuirse a la gravedad de la insuficiencia cardiaca.

El tratamiento antidepresivo puede indicar la presencia de depresión crónica, recurrente o resistente al tratamiento. De acuerdo con lo hallado en un estudio previo, los pacientes con antecedentes de depresión luego de un infarto de miocardio que permanecían depresivos a pesar del tratamiento tuvieron peores resultados clínicos que los tratados con eficacia. Por lo tanto, la depresión resistente al tratamiento puede ser indicadora de peor pronóstico. Más del 80% de los pacientes con insuficiencia cardiaca tratados con antidepresivos recibían inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Se sugirió que la administración de estos fármacos puede mejorar la supervivencia. En cambio, los antidepresivos tricíclicos pueden provocar arritmias ventriculares que ponen en peligro la vida del paciente.

En resumen, en los pacientes con insuficiencia cardiaca, el aumento de la sintomatología depresiva se asocia con peor pronóstico, lo cual no se debe a la gravedad de la insuficiencia. La asociación observada entre el tratamiento antidepresivo y los resultados clínicos más desfavorables podría indicar que los pacientes con insuficiencia cardiaca que requieren antidepresivos deben ser controlados en forma más exhaustiva.

Lic. Juan M. Covarrubias. Terapeuta tanatología, psioconcologia, pruebas psicosometricas

Una demencia que despierta la creatividad

Una demencia que despierta la creatividad
Un neurólogo de California develó cómo afecta el cerebro

Imagen de una migraña pintada por Anne Adams, en la que se basa en la estructura y la repetición Foto: NYT12-04-08

NUEVA YORK.? Si Rod Serling todavía estuviera vivo escribiendo los episodios de Dimensión desconocida, seguramente se hubiera interesado en la historia de Anne Adams, una científica canadiense convertida en artista, que murió el año pasado a causa de un extraño trastorno mental. Tras estudiar matemática, química y biología, la doctora Adams dejó su carrera de profesora y científica teórica en 1986 para comenzar a pintar.

“Anne estaba en su estudio de 9 a 5 todos los días”, dijo su marido, Robert Adams, matemático retirado. En 1994, la doctora Adams sintió fascinación por la música de Maurice Ravel y pintó Desentrañando el Bolero, obra que tradujo la música a una forma visual.

El doctor Bruce Miller, neurólogo y director del Centro de la Memoria y el Envejecimiento de la Universidad de California en San Francisco, publicó recientemente en la revista Brain un estudio que explica cómo la enfermedad mental que padeció Adams, además de Ravel, puede dar lugar al surgimiento de talentos artísticos.

Ravel compuso El Bolero en 1928, cuando tenía 53 años y comenzaban a evidenciarse los signos de su enfermedad en los errores de escritura, tanto en su música como en sus cartas. El Bolero alterna entre dos temas melódicos principales; los repite ocho veces en los 340 compases, con volumen e instrumentación crecientes. “El Bolero es un ejercicio de compulsión, estructura y perseverancia -dijo Miller-. Aumenta sin cambiar de clave hasta el compás 326. Entonces, se acelera hacia el colapso final.”

Adams pintó un rectángulo vertical por cada compás del Bolero . La transformación del sonido en una forma es clara y estructurada. La altura corresponde al volumen; la forma, a la calidad de la nota y el color, al tono. Los colores se mantienen unidos hasta el cambio de clave en el compás 326, donde un grupo de figuras rosadas y anaranjadas anuncian la conclusión.

Miller explicó que Ravel y Adams sufrían las primeras etapas de una extraña enfermedad llamada demencia frontotemporal (FTP, según sus siglas en inglés) cuando hicieron ambas obras. La enfermedad alteró los circuitos de su cerebro: cambió las conexiones entre sus partes anterior y posterior, y los dotó de una creatividad inusual.

Remodelación cerebral

“Estamos acostumbrados a pensar que la demencia ataca el cerebro de manera difusa -opina Miller-. Es incorrecto. Ahora nos damos cuenta de que cuando unos circuitos específicos se dañan o se desintegran, pueden llegar a causar o liberar actividad en otras áreas. Es decir, si una parte del cerebro funciona mal, otra parte puede remodelarse y volverse más fuerte.”

Por eso, algunos de estos pacientes desarrollan habilidades artísticas cuando las áreas frontales del cerebro declinan y las posteriores toman el control.

Desde 1997 hasta su muerte, Adams se sometió periódicamente a estudios cerebrales, lo que les permitió a sus médicos vislumbrar los cambios. “En 2000 tuvo problemas para encontrar las palabras -dijo su marido-. Aunque era una matemática dotada, no podía sumar números de un dígito.”

Para entonces, los circuitos del cerebro de Adams ya se habían reorganizado. Las áreas frontales del lenguaje mostraban atrofia. Pero mientras tanto, ciertas áreas de la parte posterior del cerebro, utilizadas para el procesamiento visual y espacial, se habían fortalecido.

Cuando el cerebro de los artistas se daña en la parte posterior derecha, pierden su capacidad de ser creativos, sostiene Miller. La historia de Anne Adams es al revés. Su caso y otros sugieren que los artistas en general exhiben una dominancia de esta parte del cerebro.

En un cerebro sano estas áreas se dedican a integrar percepciones multisensoriales. Colores, sonidos, sensaciones táctiles y espacio son entrelazados de maneras novedosas. Pero suelen estar inhibidas por la dominancia de la corteza frontal. Cuando se liberan, surge la creatividad.

Miller ha sido testigo de cómo pacientes con FTD se convertían en talentosos diseñadores de paisajes, pianistas, pintores y otras artes creativas mientras su enfermedad continuaba progresando.

La doctora Adams continuó pintando hasta 2004, cuando no pudo sostener más el pincel.

Su arte, incluyendo Un ABC de los invertebrados , una interpretación de la relación matemática pi, una imagen de aura de migraña y otros trabajos están en dos sitios web: www. members.shaw.ca/adms y www. memory.ucsf.edu/Art/gallery.htm .

Por Sandra Blakeslee
De The New York Times

CUIDADOS PALIATIVOS (II) Los componentes de una buena muerte

CUIDADOS PALIATIVOS (II)
Los componentes de una buena muerte

por ÁNGELES LÓPEZ

¿Cómo le gustaría morir? Si piensa que ésta es una pregunta simple, está equivocado. Un estudio realizado por médicos de la Universidad de Washington, en Seattle (EEUU), pone de manifiesto que, aunque sí hay ciertos aspectos comunes en cómo entiende un enfermo terminal el final de su vida, no todos los pacientes coinciden sobre cómo sería una muerte digna.

Lo mejor, es que tanto médicos como familiares, hablen con el paciente y respeten sus preferencias.

En general, casi todo el mundo teme morir con dolor o tener un sufrimiento prolongado. Por este motivo, muchos pacientes piensan que lo mejor sería que el trance hacia la muerte se produjese mientras duermen, lo que significaría que el acontecimiento ocurriría sin perturbar a la persona, tranquilamente.

Aunque hay un acuerdo generalizado sobre lo que sería una mala muerte, no todos se ponen de acuerdo en cómo afrontarla. La mayoría opina que depender de otros, una agonía prolongada o que la enfermedad haga sufrir a los más cercanos es en esencia una mala muerte. Sin embargo, hay discrepancia en cómo minimizar estas circunstancias. Así unos opinan que lo mejor es fallecer en el hogar pero otros piensan que esto podría ocasionar demasiado sufrimiento a sus allegados.

Por otro lado, casi la mitad de los pacientes consultados querría morir acompañado por su familia pero el resto no quiere hacer pasar por esta situación a sus seres queridos. Ser consciente del propio fallecimiento es un deseo que algunos pacientes tienen pero la mayoría prefiere no darse cuenta del final de su vida. No obstante, otros piensan que saber que la defunción es inminente contribuye a una buena muerte.

Puntos de consenso

A pesar de las diferencias, algunas conclusiones de este estudio, publicado en ‘Archives of Internal Medicine’ coinciden con las observadas en anteriores investigaciones.

La ausencia de dolor y sufrimiento, la rapidez, morir mientras se duerme y el estar en paz con Dios son las circunstancias que la mayoría de pacientes considera ideales para tener una buena muerte.

“Lo único que me gustaría sería dormir una noche y no despertar. Sería muy fácil, una forma rápida de irse, sin fármacos, sin efectos secundarios, para mí eso sería lo mejor”, éste es un testimonio de un paciente terminal y participante del estudio.

Otro miedo común es perder la independencia, no poder alimentarse o cuidarse uno mismo. Este temor con frecuencia viene originado al haber observado a algún familiar en esta situación.

Sin embargo, el estudio muestra que pacientes, cuidadores y médicos tienen una visión distinta sobre el final de la vida. “Los resultados tienen implicaciones para los médicos que atienden a los pacientes terminales. Debido a que las definiciones sobre buena o mala muerte varían de forma individual, los facultativos deberían investigar lo que significa para cada paciente el término ‘sufrimiento'”, explican los autores del estudio.

Una vez conseguida esta información la cuestión se centrará en cómo el médico puede corresponder a los deseos del paciente. Aunque si no hay una conversación previa sobre el tema, la forma en como el enfermo entienda una muerte digna puede distar bastante de la idea que tenga su médico sobre este asunto. Además, como se muestra en otro estudio, el hecho de que el facultativo se siente y escuche al afectado aumenta la satisfacción y el bienestar de estas personas.

CUIDADOS PALIATIVOS (I) Morir sin dolor

CUIDADOS PALIATIVOS (I)
Morir sin dolor

  El debate sobre la eutanasia ha reavivado el interés en los cuidados paliativos de los enfermos terminales

  En España hay 350 equipos dedicados a administrar estos tratamientos, pero los especialistas reclaman más medios

por ÁNGELES LÓPEZ

                  Belén Moreno no es un número. Gracias al equipo de cuidados paliativos de su hospital, su madre, que acaba de morir, y su familia no se han sentido como una cifra más de la seguridad social. Ellos son un ejemplo de cómo este tipo de atención puede hacer mucho por los enfermos terminales. En nuestro país, son muchas las personas que cada día reciben un diagnóstico así. Sin embargo, no todos cuentan con el apoyo necesario para afrontar dignamente el final de la vida.

El equipo de medicina paliativa de la Fundación Hospital Alcorcón ha sido el que ha cuidado de la familia de Ana Belén en los últimos cuatro meses. Ésta es una unidad domiciliaria, es decir, sus pacientes no se encuentran en el hospital sino en sus propios hogares. Formado por una psicóloga, una médico y una enfermera que acuden a cada domicilio para proporcionar el mayor bienestar posible a los enfermos y a su familia.

“Son ‘las tres mosqueteras’. Así es como las llamamos porque han estado siempre ahí, ayudándonos y solucionando nuestros problemas. Nos han demostrado que les importamos de verdad, que no somos un número. El contacto con nosotros ha seguido después de la muerte de mi madre. Quieren comprobar que estamos bien”, explica Ana Belén.

A su madre de 54 años le diagnosticaron en 2004 cáncer de colon. La enfermedad estaba diseminada por todo su cuerpo. No tenía curación. “Estuvo ingresada un mes y medio. Tras ese tiempo los médicos nos aconsejaron que lo mejor para ella es que la lleváramos a casa. A pesar de que nos hablaron de que estaría atendida por el equipo de medicina paliativa, teníamos miedo de que al no estar en el hospital su dolor no estuviera controlado o de que tuviera algún tipo de crisis”.

Sin embargo, los temores fueron desapareciendo con el tiempo. Un infusor de medicación evitó en todo momento el dolor. La familia aprendió cómo tenía que movilizar a la madre para estar cómoda, cómo debía darle de comer, asearla, etc. “No ha sido tan duro como pensábamos. Mi madre estaba muy tranquila gracias a los cuidados que le dábamos y por cómo ellas la trataban… La manera cómo le hablaban, cómo la tocaban… Todos desearíamos tener un trato así”.

Debido a un ictus sufrido en los primeros días de la enfermedad, esta paciente no podía hablar. Por eso su familia tenía tanto empeño en interpretar sus deseos. “Mi madre lo expresaba todo con la mirada que le cambiaba mucho. Lo controlaba todo, sabía cuándo estábamos mal. Me preocupaba su dolor emocional”.

El apoyo familiar

La familia es uno de los grandes objetivos de la medicina paliativa. A diferencia de los hospitales clásicos en donde se aparta a los familiares de la visita y el cuidado médico, en este tipo de atención ellos son un pilar básico. “Se han centrado mucho en darnos apoyo, en explicarnos cuál iba a ser el proceso de la enfermedad de mi madre, la manera en cómo iba a terminar. Cada día te iban dando un poco más de información, a cuentagotas, para poder asimilarla”, comenta Ana Belén.

Hablar. Expresar las emociones. El equipo de atención domiciliaria sabe que los familiares pasan por distintas etapas durante la enfermedad terminal. Su labor consiste en darles un apoyo y eliminar ideas erróneas. “A veces tenía sentimientos de culpa por cualquier cosa, por reírme con un chiste, por dormir ocho horas seguidas. Ellas me los fueron quitando poco a poco, me hicieron entender que es imposible estar 24 horas llorando”.

Ana Belén y su familia están tranquilos. Saben que han hecho lo imposible para que su madre tuviera el mejor final posible. Dentro de su enfermedad, “mi madre tuvo una muerte perfecta: el dolor estuvo controlado, se fue apagando poco a poco”.

artículo extraído de www.elmundo.es

CUIDADOS PALIATIVOS (III) Un país que descuida el final de la vida

CUIDADOS PALIATIVOS (III)
Un país que descuida el final de la vida

por ÁNGELES LÓPEZ

En España existen unos 350 equipos de cuidados paliativos. La mitad de ellos son domiciliarios y el resto se reparte entre centros de media estancia y hospitales más grandes, universitarios, o de agudos. No obstante, la recomendación que hace la Sociedad Española de Cuidados Paliativos es que exista un equipo domiciliario por cada 100.000 habitantes y 80 camas hospitalarias por cada millón.

El primer equipo de Cuidados Paliativos se creó en 1984 en el Hospital Universitario de Valdecilla de Santander. Desde entonces, el desarrollo de la Medicina Paliativa ha sido continuo aunque no homogéneo en el resto del territorio español. En algunas Comunidades ha experimentado un mayor avance, como ha ocurrido en Cataluña y Canarias, donde se ofrece una cobertura del 70% y el 90% de la población respectivamente. En el resto, sólo un 25% de los pacientes se beneficiará de esta atención al final de su vida.

“El desarrollo de los cuidados paliativos mide el interés de un sistema o sociedad por la dignidad de las personas”, explica tajante Xavier Gómez Batiste, jefe del Servicio de Cuidados Paliativos del Instituto Oncológico del Cáncer y presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos.

Los cuidados paliativos se refieren a la atención integral del paciente en fase terminal para darle la máxima calidad de vida posible. Se intenta controlar los síntomas físicos, psicoemocionales y dar un apoyo al enfermo y también a los integrantes de la familia que son los cuidadores fundamentales”, explica Victoria Rodríguez Coto, responsable de la Unidad de Cuidados Paliativos que depende del Hospital de Valdecilla y de la Asociación Española contra el Cáncer.

La de Santander es una unidad domiciliaria, es decir, van a las casas de los pacientes terminales para ofrecerles la atención que precisen. Llegado el momento, si no hay tratamientos eficaces para aliviar el sufrimiento se recurre a la sedación, “siempre que haya un consenso entre equipo y familiares”, afirma tajante Victoria Rodríguez. “No existe un acuerdo sobre si este tipo de medicación acelera la muerte”.

Según la doctora Rodríguez, la mayoría de sus pacientes (el 72%) fallece en el domicilio porque así lo prefieren cuando se sienten apoyados y seguros.

Expresar los sentimientos

Para Antonio Pascual, director de la unidad de cuidados paliativos del Hospital de Sant Pau, son pocos los grandes hospitales (los universitarios) que cuentan con este tipo de equipos. El equipo de la unidad de paliativos de este hospital catalán está formado por médicos, enfermeras, auxiliares, administrativos y otros colaboradores como psicólogos, trabajadores sociales, un agente pastoral y un arteterapeuta que, a través del arte (dibujo, pintura) intenta que los pacientes expresen sus sentimientos.

“Nuestro objetivo es, además de tener controlados los síntomas, ofrecer el mayor confort posible y dar el máximo apoyo emocional”, explica el doctor Pascual.

La comunicación con el paciente y la familia es fundamental en esos momentos. No todos tienen la misma idea sobre cómo desean afrontar la muerte. “Ante un enfermo terminal no se puede tener una actitud de ‘no hay nada que hacer’ porque eso no es así y además puede provocar una depresión”, se queja Antonio Pascual.

Como explica el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Valdecilla e impulsor de estas unidades en España, “la Medicina Paliativa profesa con plena convicción el orden subjetivo. El hombre vive esencialmente en un mundo subjetivo y personal: toda actividad representa la expresión de elecciones y de metas estrechamente personales. El conocimiento humano es una realidad siempre inacabada”.

Respuestas del Dr. Manuel Gonzalez Barón a pacientes oncológicos y familiares

Los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer son quizá una de las cuestiones que más preocupa a los pacientes y a sus familiares. Para hablar de éste y otros aspectos relacionados con las terapias oncológicas estuvo con los internautas el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital de la Paz, en Madrid, y director de la cátedra de Oncología y Medicina Paliativa de la Universidad Autónoma, el doctor Manuel González Barón. Estas fueron las preguntas y sus respuestas.

09 de Marzo de 2005

Manuel González Barón

1. Hola, preguntas típica. ¿Beneficia realmente el cannabis los efectos secundarios de la quimioterapia? Gracias

Efectivamente los derivados del cannabis pueden producir efectos que contrarresten los efectos secundarios de la quimioterapia, pero además son analgésicos y pueden usarse contra el dolor en el cáncer, pero yo creo que ha habido una sobrevaloración de estos productos probablemente por el morbo que despiertan. Es como si la morfina no estuviera tan asentada y empezaremos a decir que algunos derivados del opio producen efectos contra el dolor, pero no es la panacea universal. Está claro que cualquier producto que se utilice terapéuticamente tiene que pasar unos estrictos controles de comités científicos y de investigación, que son muy rigurosos y que son la norma habitual a la que cualquier médico o investigador tiene que someterse.

2. ¿cómo afecta psicológicamente la quimioterapia y la radioterapia? ¿El paciente tiene que estar preparado psicológicamente para afrontar la quimioterapia y la radioterapia?

La quimioterapia sobre todo, más que la radioterapia, puede afectar psicológicamente a los pacientes, pero para combatir los efectos psicológicos de estos tratamientos lo mejor es contar con una muy buena y completa y sincera información referente al diagnóstico, y al pronóstico y referente también a los efectos beneficiosos y por supuesto a los efectos indeseables de los tratamientos. La información es la base de la normalización psicológica de los pacientes, para ello hay que gastar tiempo, el médico tiene que dedicar el tiempo suficiente, y además la información tiene que ser veraz, aunque esto no consiste en decir toda la verdad porque a veces esto no lo conocemos ni nosotros mismos, pero sí tiene que ser sustancial. Sobre todo lo que el enfermo exige es la coherencia entre lo que médico dice y lo que hace, incluso, entre lo que el médico piensa, dice y hace. Evidentemente hay algunos casos en los que el impacto es tan grande, probablemente porque el enfermos estaba predispuesto a tener alteraciones psicológicas, que requiere el concurso de un psicólogo en el equipo de atención que le ayudará a afrontar estos problemas que le alteran.

3. Me gustaría que hiciera -por favor- algún breve análisis de tratamientos alternativos a los habituales y su validez y eficacia. Gracias

Yo creo poco en los tratamientos alternativos, pero no porque sean alternativos, sino porque no están apoyados por ensayos clínicos controlados. Cualquier tratamiento que esté en uso tiene que pasar por una serie de estudios, primero preclínicos, antes de aplicarse a los pacientes, que van desde el ensayo en laboratorios con cultivos de células de cepas de tumores conocidos; después pasar por ensayos ya en animales de laboratorio en los que se inoculan tumores también conocidos, y después tienen que pasar por las distintas fases de los ensayos clínicos. Hay cuatro fases; en la primera se estudia y se determina la dosis máxima tolerable, y eso requiere unos controles de niveles de dosis rigurosos en los que se aplica a un grupo concreto de pacientes y se va determinando la toxicidad. En el momento en el que la toxicidad es grave se baja al escalón inmediatamente anterior de dosis. Una vez que se ha conseguido la dosis máxima tolerable se pasa a la siguiente fase, la llamada fase dos, en la que fundamentalmente se estudia es qué tipo de toxicidad produce ese fármaco, sobre todo en órganos concretos, y por otra parte también se va a estudiar ya en tumores concretos y se puede obtener ya un índice de respuesta al tratamiento (es decir, qué número de respuestas concretas o parciales logra el nuevo tratamiento), o bien las estabilizaciones o los fracasos de tratamientos e incluso las muertes. Una vez realizada esa fase, se llega a la tercera, en la que una serie homogénea de enfermos se compara el tratamiento que queremos estudiar con un tratamiento ya establecido y estándar para medir las diferencias entre los beneficios de la terapia estándar y la nueva. Igualmente se comparan ambas toxicidades y una vez que ya se ha obtenido la ventaja clara del tratamiento nuevo frente al antiguo, las autoridades sanitarias de los países o de las agencias internacionales (que básicamente son dos, en Europa y Estados Unidos) lo pueden aprobar. Y aún así no se ha acabado la investigación, porque queda una cuarta fase en la que se sigue viendo el fármaco nuevo una vez ya comercializado en grandes números de pacientes de diversas características. Como se comprende que todo esto requiere un esfuerzo enorme, tanto económico, como de reclutamiento de enfermos en los que los investigadores tienen que ser muy cuidadosos en la recogida de los datos y homogeneización de los grupos de pacientes, la puesta a punto de un nuevo fármaco es un proceso muy costos, muy laborioso y muy largo, sometido a estrictos controles de ética médica. Se comprende que la medicación alternativa, probablemente tenga algún fundamento, pero tiene que pasar por todo esto y en ese caso dejan de ser ya alternativas.

4. Dr. tengo CA de mama en estadio I con ganglios axilares negativos. Estoy a punto de iniciar la quimioterapia y tengo grandes dudas con este tratamiento por las acciones colaterales de las drogas usadas y de sus consecuencias.

El estadio I en el cáncer de mama con ganglios negativos depende de las características biológico-moleculares del tumor que en el estudio de anatomía patológica debe constar. Si no consta hay que pedirlo. Por otro lado depende también de la situación hormonal de la paciente. Si el tumor es menor de un centímetro, y los ganglios negativos, dependerá de la situación hormonal. Si las células tumorales expresan positividad para los receptores de estrógenos o progesterona, y por lo tanto es lo que en nuestro argot decimos que expresa receptores positivos, y la enferma es posmenopáusica, esa paciente probablemente no va a recibir quimioterapia, y bastará uno de los modernos hormonoterápicos orales, como pueden ser los inhibidores de la aromatasa de tercera generación, o el tamoxifeno. Pero si la enferma tiene receptores estrogénicos negativos, el tumor mamario es mayor de un centímetro, ella es premenopáusica, y los factores moleculares característicos de la célula tumoral son desfavorables la paciente sería susceptible de quimioterapia. En ese caso no tiene la quimioterapia que tendrá que recibir no le va a producir muchos efectos secundarios, es un tratamiento complementario necesario.

5. Durante y tras tratamiento quimioterapia esquema FEC para tratamiento neoplasia mama, ¿puede ser que haya afectado a la sensibilidad en traquea-esófago?; al comer ciertos alimentos por la noche como mantequilla, embutidos…al acostarme me sobreviene un reflujo ácido a la boca el cual perdura durante bastantes horas. Gracias y saludos,

Esa y muchas otras combinaciones de quimioterapia pueden producir a los enfermos falta de plenitud del gustos, las cosas les saben de otra manera. Por otra parte, también es verdad que la quimioterapia produce trastornos de la motilidad involuntaria visceral, que unido a una discreta hipersecreción de jugos gástricos pueden producir efectos gastroesofágicos por la noche. Esto se puede tratar tomando una asociación de antiácidos y de un regulador de la motilidad gastrointestinal, metoclopramida.

6. Saludos cordiales, me planteo la siguiente cuestión: ¿aconsejaría la quimioterapia, con la disminución de la calidad de vida que conlleva, en un paciente terminal en el que sabemos que su pronóstico va a ser fatal a corto plazo?

Si efectivamente el enfermo es terminal no requiere, sino que está contraindicada la quimioterapia, pero como ya comprenderá hay que estar muy seguro de que el enfermo padece una enfermedad ya en fase terminal o preterminal. Las características de la terminalidad en un paciente con cáncer son muy claras, por lo tanto lo más importante es saber que el paciente tiene una enfermedad irreversible; es decir, que es incurable. En segundo lugar, que la expectativa de vida sea menor de dos meses, o de seis meses si es preterminal; tercero, que sea muy dudoso que la medicación específica anticancerosa que se la va a administrar produzca un aumento de la supervivencia. Cuarto, que el enfermo tenga una funcionalidad que sea incapaz de realizar los cuidados higiénicos personales por sí mismo y que esté o permanezca más del 50 por ciento del día en cama etc. Si el paciente tiene todas estas características, los tratamientos anticancerosos específicos están contraindicados. Realizar un tratamiento a un enfermo en esas condiciones sería una trasgresión ética que se llama ensañamiento terapéutico.

7. Dr. Glez Baron, como paciente consorte y muy agradecido por haberla curado, me gustaría que valorara si puede los avances dados a conocer ayer a los medios de comunicación, aun a sabiendas que este tipo de avances suelen ser aun prematuros

Efectivamente es muy prematuro, se trata de un acercamiento a un eslabón que interviene en la capacidad inmunitaria, es decir, defensiva, que el propio paciente tiene para defenderse de la célula tumoral. Un descubrimiento de este orden, sin dejar de ser tan importante, es el comienzo de un largísimo itinerario que podría terminar en un producto que una vez comercializado inhibiera la capacidad invasora y que seguramente no será el único, sino que al final todo es de gran complejidad. Pero nada de esto le quita mérito a los trabajos del doctor López-Collazo.

8. Buenos días. Después de cada sesión de quimioterapia ¿se puede observar una pérdida de apetito general? de ser así, ¿se debe al estado de ánimo o a la medicación que el paciente está recibiendo? ¿Cómo se podría estimular la alimentación? Muchas gracias.

Hay numerosas y muy distintas causas que confluyen para que un paciente pueda perder el apetito. Como usted dice, hay un efecto psicológico indudable e igualmente un efecto producido por los fármacos. Pero luego también depende del propio tumor, que produce unas sustancias que interactúan con estructuras del paciente de tal manera que afecta tanto al apetito como a la sensación de cansancio del paciente. Se producen unas reacciones en cascada por las que al final el paciente no sólo tiene falta de apetito sino que empieza a adelgazar. Para combatir estos problemas hay numerosas medidas terapéuticas, como por ejemplo algunos estimulantes del apetito, productos de base hormonal, así como ciertos derivados de los ácidos grasos omega 3. Hay preparados en los comercios de estos ácidos que favorecen extraordinariamente al paciente al evitar la falta de apetito como el adelgazamiento. De cualquier manera lo mejor para estos casos es la combinación de una serie de fármacos que tengan diferentes mecanismos de acción. Independientemente de esto, hay que hacer saber que en general a los pacientes oncológicos en tratamiento les resulta sumamente agradable los alimentos fríos en lugar de los calientes, los magros frente a los grasos… yo recomiendo muchas veces alimentos nutritivos pasados por la batidora mezclados con una bolita de helado de distintos gustos.

9. ¿qué fármacos hay nuevos (2004) que abran nuevas esperanzas en Oncología?

Desde luego hay motivos para la esperanza. Hay una serie de fármacos nuevos, del grupo de los anticuerpos monoclonales (producidos mediante ingeniería genética); algunos otros que intervienen sobre dianas moleculares, por la vía de las kinasas; algunas vacunas… es decir, que se nos abre todo un nuevo panorama que verdaderamente va a revolucionar en cierta manera la sistemática del tratamiento médico del cáncer que hasta ahora conocíamos.

10. Buenos días, gracias por su tiempo. Mi marido es un superviviente de un LNH de células tipo T y estadio IV. Ha sido tratado hace 10 años con varios ciclos de quimioterapia y con radioterapia. En este momento el linfoma está en remisión total. Mi pregunta es acerca de las secuelas que pueden quedar de forma definitiva tras un quimio tan agresiva y si hay más riesgo de padecer otro cáncer por esta misma causa. Muchas gracias y un cordial saludo.

Enhorabuena en primer lugar. Los linfomas agresivos o de alto grado son potencialmente curables pero efectivamente hay algunas secuelas que pueden aparecer. Entre ellas, la quimioterapia podría haber afectado alas células germinales y haberse producido una azoospermia (problemas de infertilidad), mientras en otras ocasiones también aparecen neuropatías periféricas (falta de sensibilidad, hormigueo…) más o menos duraderas, aunque por lo que usted cuenta no parece ser el caso. Además, el linfoma no protege a su marido de padecer otro tipo de tumor maligno años después, al menos en otro tiempo, por el efecto combinado de las quimioterapias antiguas con la radioterapia. No es raro observar que enfermos que fueron curados de un linfoma, Hodgkin o no, a lo mejor padecen otro tipo de tumor 20 años después . Pero esta proporción cada vez va siendo menor y probablemente no le va a pasar nada.

11. cuando se ha perdido todo esperanza ¿que pasos tendría que dar un enfermo para poder entrar en un ensayo clínico con nuevos fármacos? gracias anticipadas

Lo primero es preguntar en los distintos servicios de oncología médica de hospitales punteros, que están en la vanguardia, ya sean nacionales o internacionales, bien por una web que tengan o directamente, acudiendo a una segunda consulta.

Despedida

Muy agradecido por la confianza que tienen en el medio, siempre estaré de su parte. Me he pasado más de 38 años de mi vida atendiendo a pacientes con cáncer y es una experiencia impagable en enriquecimiento de mi personalidad que nunca pude imaginar. No pierdan la esperanza, continuamente se está investigando con nuevos fármacos, y con nuevos tipos terapéuticos, entre los distintos tipos de cirugía, radioterapia, a su vez combinados con las diversas combinaciones de quimioterapia y otros tratamientos médicos. Gracias

Extraído de www.elmundo.es