Respaldo de material de tanatología

Duelo por Pérdida de hijos (RIAD, Red Iberoamericana de Intervención en Duelo)

Aunque el grado de parentesco no es un buen indicador de la intensidad de la pérdida, los seres humanos depositan en sus hijos gran parte de su mundo; son más que familiares, son parte esencial de cada uno, de los sueños y proyecciones, y representan el futuro y la continuidad de los padres. Con todo, es considerada la peor de las pérdidas en la cultura occidental.

Cualquiera que sea la causa, su muerte ejerce un profundo efecto emocional sobre la familia como un todo, y en cada uno de sus integrantes. Los sentimientos de culpa y enojo son frecuentes, y la hostilidad y agresividad se desplazan habitualmente hacia el cónyuge, hermanos u otras personas conocidas.

Si el entorno paternal ha sido demasiado protector y se busca – mediante determinadas conductas – la sustitución del miembro perdido, se puede estimular artificial e inadvertidamente tal comportamiento en los supervivientes y perturbarla. Por otra parte, cuando se pierde a un hijo, es posible que pierda más que un lazo de unión; la familia puede haber utilizado la enfermedad de aquel como un medio de evitar problemas mutuos y conflictos no relacionados con la enfermedad. Con su fallecimiento, y ante la imposibilidad de recurrir a estos modelos desviados, el grupo fraternal debe, por consiguiente, enfrentarse a los hechos de forma adaptativa y directa, buscar otras alternativas para evitar el conflicto o desintegrarse.

El grave impacto que causa este tipo de pérdidas exige un abordaje protocolizado y multidisciplinario ante las graves consecuencias que conlleva sobre cada uno de los supervivientes, particularmente si existen niños pequeños.

http://www.missfoundation.org/spanish/myths.html

http://www.bereavementmag.com/

http://www.centerforloss.com/pg/default.asp

http://www.krisalida.com/html/krisalida2.html

http://www.death-dying.com/

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