Respaldo de material de tanatología

MORIR, ALGO HUMANO (ANÓNIMO)

MORIR, ALGO HUMANO (ANÓNIMO) 
http://www.ua-ambit.org/she005hermosi.htm

Propuesta para el diálogo:
Mucha gente se prepara, con esfuerzo especialmente hoy en día,
para hacer frente al futuro; y éste suele ser un tanto incierto.
Sorprende que, por el contrario, a menudo no se quiera reflexionar
sobre el único dato cierto que tenemos del porvenir de cada uno de
nosotros: nuestra finitud, que se rechaza o hasta se reniega de ella.
Es obvio que si no abrazamos con alegría el hecho de tener que
morir, no podemos abrazar con plenitud de alegría nuestra vida que
es mortal. Ser mortal significa que existimos. En este mundo sólo los
que no existen son los que no mueren. Con coherencia, pues, cada
uno puede decir: “He de morir, ¡qué bien!, eso quiere decir que
existo”.
(Hasta aquellos cristianos que afirman el “alma” reconocen que ésta,
si no fuera sostenida por Dios,  de suyo se aniquilaría. El
advenimiento de un nuevo don, indudable para los creyentes, pero
gratuito, no elude ni disimula la caducidad de la vida humana en
cuanto tal. Más aún, al ser humano le es necesario morir para que
pueda darse su resurrección).
Desearíamos vivir, sí, pero de otra manera: con una vida que no
fuera mortal, que fuera inmortal. Es decir, no estamos contentos de
ser lo que somos, seres humanos, que es nuestro real modo de ser
en vez de no haber sido nunca; desearíamos ser una especie de
dioses.
Esta frustración, ese descontento, influyen más o menos
conscientemente en todos nuestros pensamientos y actuaciones.
Nos roba en el fondo la verdadera alegría y solidaridad.
PREGUNTAS
¿Qué pensamientos y actuaciones nuestros vemos que están
influidos por esa frustración  y el descontento que tenemos de
nuestra contingencia?
¿Qué obstáculos que impiden la aceptación gozosa de tener que
morir podría aportar la pedagogía para que fluya más espontáneo y
pleno el gozo de vivir?