Respaldo de material de tanatología

EN CASO DE MUERTE DE UN PERSONAJE FAMOSO

NECROSALES ESPECIALES
V. EN CASO DE MUERTE DE UN PERSONAJE FAMOSO
1
Estamos reunidos aquí con el propósito de manifestar nuestro amor hacia ti, ________________________________ (nombre del fallecido), que nuestras palabras te sirvan de guía por el sendero que hoy inicias:
Es la muerte el final de la vida orgánica, es la muerte la putrefacción de la carne;
es la muerte el despertar de la conciencia, el renacer del Ser que en tu cuerpo residía y el descubrir la verdad que hoy vivencias.
Todos aquellos que hoy por ti se preocupan, lloran, lamentan y sufren extrañan tu presencia física y vital; acuden a esta reunión con el deseo de que tu despertar transcurra en la paz y en el silencio necesarios; para afirmar tu persistencia más allá de la muerte como un ente real y consciente que a sus ojos escapa, que escucha y atiende a su deseo, que se aleja del mundo humano y de sus necesidades particulares.
Es nuestro amor pasajero de la muerte, que, como tu, persiste más allá de la misma;
atiende nuestras palabras y deseos, aléjate del mundo humano y continúa el camino que hoy se ha iniciado,
pues es el sendero que conduce a la verdad del Ser.
Que nuestro amor te sirva de apoyo y compañía.
2
Para todos aquellos que hoy asisten a esta reunión, para ______________________________ (nombre del fallecido) motivo de nuestra presencia, hablaremos del Ser Humano, su Esencia y el Significado de la muerte.
Nada de lo que aquí se diga debe ser motivo de creencia; cada uno de vosotros deberá reconocer como suyo aquello que su conciencia considere, y como tal, las consecuencias de dicha posesión deberán ser consideradas en la práctica:
En este cuerpo muerto ya nada queda, sólo materia putrefacta que retorna a su origen;
es esta la concepción orgánica del hombre.
En este cuerpo muerto ya nada queda, sólo materia putrefacta vehículo del Ser;
es esta la concepción íntegra del hombre. De ella hablaremos, a ella nos dirigiremos.
Verdad del hombre, propiedad de sí mismo, substancia del Todo integrada en el hombre;
inmortal, inmutable y persistente más allá de la muerte de cualquier cuerpo.
Es realidad para el hombre muerto, es duda para aquellos hombres cuya concepción de vida gira en torno a la vitalidad orgánica.
Como tal, hombre inmortal que eres, la muerte significa despertar, ser consciente de la realidad que a todos pertenece, iniciar el sendero que descubre lo que a los ojos del hombre corriente se esconde,
el sentido y el propósito de la existencia.
Sin limitaciones, acude a la Luz que ilumina tu camino pues ese es tu destino.
Que ningún deseo íntimo y egoísta de nuestros corazones distraiga tu atención; vete al lugar que te corresponde, el de los hombres que han abandonado su cuerpo físico ya muerto.
3
En el día de hoy muchos seres humanos han muerto; así como para _________________________________ (nombre del fallecido) van dirigidas nuestras palabras, también para aquellos desconocidos humanos se dirigen nuestros pensamientos.
Acudid pues todo aquel cuyo cuerpo muerto reside en algún lugar, y atended a nuestras palabras:
Es la muerte el final de la vida humana, de la manifestación orgánica del ser, del vehículo de la substancia.
Si es vuestra vida expresión de la vitalidad de un cuerpo, vuestra conciencia despierta con la muerte a la realidad que le es propia.
Si vuestra vida es la esencia que constituye vuestra conciencia, y el cuerpo un vehículo de tal esencia, vuestra conciencia libre de limitaciones orgánicas experimenta en la muerte la realidad de su vivencia.
Cualquiera que sea el caso en que vosotros os encontréis, la verdad se hace tan evidente que vuestro deseo de intervención en el mundo físico humano será grande.
Vuestra substancia sólo palpa nuestra substancia oculta en el cuerpo físico, inconsciente a nuestro pensamiento e intelecto.
Es por ello que os decimos que vuestro camino es otro: aquel que conduce al estado de vigilia de la conciencia que hoy rige vuestro pensamiento. Debéis continuar por él y descubrir la realidad que a todos pertenece, la inmortalidad del Ser.
Tanto tu, _______________________________ (nombre del fallecido) como aquellos que también nos escuchan, sois parte de la verdad que a nuestros ojos se oculta pero que a nuestra conciencia adormecida motiva.
¡Id pues con vosotros, por vuestra verdad!
4
_____________________________________ (nombre del fallecido) es quien motiva hoy nuestra reunión; no es este cuerpo muerto y putrefacto el que hoy nos llama a acudir, es nuestro pensamiento de lo que _______________________________ (nombre del fallecido) es, lo que nos trae aquí. Y es de él de quien vamos hablar.
Atended pues lo que os decimos:
La muerte no existe, son sólo apariencias; el Ser persiste más allá de la muerte de un cuerpo físico.
Con la conciencia despierta, con la libertad que la muerte orgánica da, con la realidad que se descubre,
el Ser reconoce su existencia y participación en el mundo humano.
Es esta la realidad que hoy ______________________________ (nombre del fallecido) inicia y descubre.
Es nuestro deber permitir que su camino transcurra sin incidencias y concluya con su verdad.
Tened siempre presente que con la muerte el Ser despierta a la realidad de su existencia y que la muerte es sólo una apariencia. Sed consecuentes con esto y actuad como tal.
5
Vosotros, que habéis admirado, seguido y amado a este ser humano cuyo cuerpo muerto hoy asistís, decidme qué es lo que vosotros decís que ha muerto:
¿Es este cuerpo putrefacto, consecuencia de la muerte de la materia orgánica, aquel que os hablaba y os decía lo que hoy extrañáis, sólo el reflejo de complicados mecanismos cerebrales y la expresión de la vitalidad de un cuerpo?
Si esto es lo que vosotros pensabais, vuestro sueño ha terminado. Vuestro hombre, pura materia orgánica, ha muerto, ha desaparecido su presencia vital.
Me decís que sus palabras, pensamientos y conducta persisten y viven en vuestra conciencia, y que por ello él continúa viviendo en todos aquellos que le seguían; sin embargo, sólo me estáis hablando de recuerdos, de palabras e imágenes corporales que vosotros acumulasteis en vuestro cerebro; no me estáis hablando de lo que sucede después de la muerte para este ser humano del que hoy hablamos. Vuestra existencia no es objetiva por lo que otros piensan y acumulan en sus cerebros de vosotros; sois más evidentes que unos recuerdos.
Si vuestro amor es como vuestra concepción de vida, con la muerte de este ser humano vuestro amor termina.
Si vuestra admiración es como vuestra concepción del hombre, con la muerte admiráis sólo un recuerdo.
Si vuestra confianza es como vuestra concepción de la existencia, con la muerte perdéis el motivo de la misma.
Por ello yo os pregunto ¿a qué habéis venido? ¿a quién dirigís vuestra última despedida?
Actuad de la forma que vuestros pensamientos os sugieran: es la única forma de ser consecuentes con vosotros mismos.
La realidad de la persistencia más allá de la muerte es sólo una: para aquel que ha abandonado su cuerpo físico.
Vuestro amor debe ser como la verdad de la existencia: pasajero de la muerte.
Vuestra admiración debe ser como el hombre: persistente más allá de la muerte.
Vuestra confianza debe ser como la verdad de la muerte: eterna.