Respaldo de material de tanatología

La perdida de un animal domestico

Cuando se Muere un Animal Domestico (Pet) No. 78

No. 78  (09/00)

Para muchos niños, su primera experiencia real de una pérdida ocurre cuando se les muere un animal doméstico (pet). Cuando se muere el animal, los niños necesitan que se les consuele, ame y respalde y que se les brinde afecto en vez de dárseles explicaciones médicas o científicas complicadas. Las reacciones de los niños ante la muerte del animal van a depender de su edad y nivel de desarrollo. Los niños de 3 a 5 años de edad ven la muerte como algo temporero y potencialmente reversible. Entre las edades de 6 a 8 años, los niños comienzan a desarrollar un entendimiento más realista sobre la naturaleza y consecuencias de la muerte. Generalmente no es hasta los 9 años de edad que los niños entienden en su totalidad que la muerte es permanente y final. Por esta razón, a los niños muy jóvenes se les debe decir que cuando se muere un animal éste se deja de mover, ya no puede oír ni ver y no se va a volver a despertar. Puede que ellos necesiten el que se les repita varias veces esta explicación.

Hay muchas formas mediante las cuales los padres pueden decirle a sus niños que se ha muerto su animal. A veces ayuda el poner a los niños lo más cómodamente posible (usar una voz calmada, tomarles las manos y ponerles el brazo alrededor de ellos) y el decírselos en un ambiente familiar. Es también importante ser sincero cuando se le dice al niño que se ha muerto su animal. Tratar de protejer al niño con explicaciones vagas o inexactas puede crearle ansiedad, confusión y desconfianza.

Los niños a menudo tienen preguntas después que se muere su animal incluyendo: ¿Por qué se murió mi animal? ¿Fue culpa mía? ¿A dónde va el cuerpo de mi animal? ¿Volveré a ver a mi animal? Si yo lo deseo mucho y me porto muy bien, ¿puedo hacer que mi animal regrese? ¿La muerte dura para siempre? Es muy importante contestar tales preguntas de manera sencilla pero sincera.

Los niños pueden experimentar tristeza, ira, temor, negación y culpabilidad cuando se muere su animal. También pueden ponerse celosos de los amigos que todavía tienen sus respectivos animales.

Cuando el animal se enferma o se está muriendo, saque el tiempo para hablar con su hijo acerca de sus sentimientos. Si posible, es de gran ayuda el que el niño le diga adiós al animal antes de que éste muera. Los padres pueden servir de modelos al compartir sus sentimientos con los niños. Permita que su hijo se dé cuenta de que es normal extrañar a su animal después que muere y estimule a su niño a que venga donde usted con sus preguntas o para consuelo y alivio.

No hay una manera preferible en la cual los niños lamenten a sus animles. Ellos necesitan que se les dé tiempo para recordar a sus animales. Hablar acerca del animal con amigos y familiares ayuda. El niño tiene que penar por su animal a su forma.

Después que el animal se muere los niños pueden querer enterrarlo, llevar a cabo un acto conmemorativo o tener una ceremonia. Otros niños pueden escribir poemas e historias o hacer dibujos de su animal. No es siempre preferible el reemplazar al animal muerto enseguida.

La muerte del animal puede causar que el niño recuerde otras pérdidas dolorosas, o eventos inquietantes. Un niño que aparenta estar abrumado por la pena y no es capaz de funcionar en su rutina normal se puede beneficiar de una evaluación por un siquiatra de niños y adolescentes u otro profesional de la salud calificado.


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  1. El vínculo que nosotros formamos con los animales es único. La pérdida de un animal puede tener un impacto en usted que es tan grande o aun mayor que la pérdida de un miembro familiar o amigo. Este vínculo hace que nuestras interacciones con los animales sean valiosas y agradables, pero también hace que el proceso de sufrimiento sea muy complicado. Después de que su animal se ha muerto o ha estado perdido, es natural y normal sentir aflicción y tristeza. Aunque el pesar es una respuesta interna y privada, hay ciertas fases de dolor que experimenta la mayoría de las personas. Entendiendo el proceso, usted estará mejor preparado para manejar mejor su pesar y así ayudar a otros miembros de la familia y amigos que comparten su sentido de pérdida.

    Las fases de pesar

    Hay muchas fases de pesar, pero no todos las experimentamos en el mismo orden. Usted puede experimentar rechazo, enojo, culpa, depresión, aceptación, y resolución.

    Su primera reacción puede ser de rechazo – rechazo que el animal se haya muerto o esa muerte es inminente. El rechazo puede empezar cuando usted aprende por primera vez la gravedad de la enfermedad de su animal o sus lesiones. A menudo, lo súbito de la muerte, hará más difícil aceptar la pérdida.

    El enojo y culpa siguen a menudo al rechazo. Su enojo normalmente puede dirigirse hacia las personas que usted ama y respeta, incluyendo a su familia y su Médico Veterinario. Las personas que hacen frente a la muerte dirán a menudo cosas que ellos realmente no quieren decir, quizás hiriendo aquéllos a quienes ellos no quieren herir. Usted puede sentirse culpable o reprochar a otros por no reconocer la enfermedad más temprano, por no hacer algo más pronto, por no poder permitirse el lujo de otro tipo de tratamiento o un tratamiento extenso, o por ser descuidado y permitir dañar al animal.

    La depresión también es la parte del rango de emociones experimentada después de la muerte de un animal especial. Las lágrimas fluyen, hay nudos en su estómago, y usted sufre la percepción que ha agotado toda su energía. Las tareas diarias pueden parecer imposibles de realizar. A veces usted puede preguntarse incluso si usted puede seguir su vida sin su mascota. La respuesta es sí, pero hay tiempos cuando la ayuda especial puede ser útil para tratar con su pérdida.

    Finalmente, usted aceptará las condiciones de sus sentimientos. Usted puede empezar a solucionar y aceptar la muerte de su animal. Incluso cuando usted ha alcanzado la resolución y aceptación, los sentimientos de enojo, de rechazo, culpa, y depresión pueden reaparecer. Si esto pasa, estos sentimientos normalmente serán menos intensos, y con tiempo serán reemplazados con los recuerdos entrañables.

    Aunque las fases de duelo afectan a la mayoría de las personas, el grado de sufrimiento siempre es un proceso personal. Algunas personas toman mucho más tiempo que otros en aceptar situaciones como el rechazo, enojo, culpa, y depresión, porque cada pérdida es muy diferente. Si usted entiende que éstas son las reacciones normales, usted estará mejor preparado para hacer frente a sus sentimientos y para ayudar a otros a enfrentar el suyo. La familia y los amigos deben tranquilizarse y se les debe asegurar que la tristeza y el dolor son las respuestas normales y naturales a la muerte.

    Ellos no pueden entender

    La familia y a veces los amigos bien-intencionados no pueden comprender que tan importante era su animal para usted o la intensidad de su pesar. Comentarios que ellos hacen pueden parecer crueles y sin cariño. Sea honrado con usted y con otros sobre cómo usted se siente. Si aumenta la desesperación, hable con alguien que escuche a sus sentimientos sobre la pérdida de su animal. Hable sobre su dolor, pero también acerca de los tiempos divertidos que usted y su animal pasaron juntos, las actividades que usted disfrutó, y los recuerdos que fueron significativos.

    Si la herida es tan profunda

    Si usted o un miembro familiar tienen gran dificultad en aceptar la muerte de su animal y no pueden solucionar los sentimientos de pesar y se afligen a menudo, usted puede discutir estos sentimientos con una persona que está entrenada para entender el proceso de duelo. Su Médico Veterinario entiende en detalle la estrecha relación entre usted y su mascota que ha perdido y puede sugerirle varios grupos de apoyo y líneas telefónicas de asesoramiento, consejeros de consuelo, clérigos, asistentes sociales, médicos, o psicólogos que pueden ayudarle.

    ¿Debo conseguir otro animal?

    La muerte de un animal puede perturbarlo emocionalmente, sobre todo cuando la eutanasia complica la situación. Algunas personas pueden sentir que ellos nunca querrán otro animal. Para otros, un nuevo animal puede ayudarlos a recuperarse más rápidamente de su pérdida. Así como el pesar es una experiencia personal, la decisión de cuando, si alguna vez, obtener un nuevo animal en su vida es una decisión muy personal. Si un miembro familiar tiene dificultad de aceptar la muerte de su animal, conseguirle un nuevo animal antes de que esa persona haya resuelto su pesar puede insinuar que el afecto por su mascota ha disminuido por lo tanto su pesar no tiene valor aunque todavía sienta mucha aflicción. Los miembros familiares deben estar de acuerdo en el tiempo apropiado para adquirir un nuevo animal. Aunque usted nunca puede reemplazar al animal que perdió, usted puede obtener otro para compartir su vida.

    Recordando su animal

    El período del nacimiento a la vejez es más corto para la mayoría de los animales domésticos que para las personas. La muerte es parte del ciclo de vida. No puede evitarse, pero el entendimiento y la compasión puede ayudarle, su familia, y sus amigos a administrar el pesar asociado con esta situación. Trate de recordar y valorar los tiempos buenos que usted pasó en compañía de su animal. Usted también puede desear establecer un recuerdo conmemorativo de algún tipo o contribuir a una caridad en honor de su animal.

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