PHOWA
La transferencia de la conciencia hacia la Verdad
(1) Para realizar está práctica empieza reposando calmadamente e invocando de corazón la presencia de la encarnación de la Verdad, representada por Buda, Cristo, un santo o maestro divino por el que sientas devoción, visualizándolo como una presencia de energía y luz radiante, amorosa y compasiva.
(2) Ábrete ahora y se consciente de aquellos aspectos de tu ser que necesitan ser reconocidos, purificados, sanados, y perdonados, al tiempo que reconoces y aceptas cualquier mal pensamiento, remordimiento, o emoción destructiva que te aflija. Hazte consciente incluso de aquellas zonas de tu cuerpo donde sientas debilidad, tengas una enfermedad, o incluso tengas miedo a enfermar. Entonces visualizate como una esfera de luz situada en el corazón, que sale proyectada del centro de tu pecho como una estrella fugaz y vuela hacia el corazón de la presencia divina que tienes delante, dirigiéndote a ella con sinceridad y humildad, solicitándole ayuda y guía.
(3) La presencia divina invocada responde en forma inmediata, enviando amor, compasión y paz desde su corazón, manifestándose como un haz de rayos de luz, que caen sobre ti como una cascada de amor puro, dejando que esa energía te bañe plenamente y te rodee; sintiendo que es una fuerza sanadora, compasiva, amorosa, repleta de divinas bendiciones, brindándote amor incondicional, paz, armonía interior, y confianza en ti mismo.
(4) Siente como esa energía disuelve tus temores, tus defensas, tu “sensación de un yo”, visualizándote entonces como una esfera de pura luz divina, al tiempo que recitas un mantram, una oración, o una plegaria.
(5) Entonces sientes que te disuelves y te fusionas con la presencia divina que has invocado.
(6) Para concluir siente que retornas a ti mismo, sintiendo en tu centro que nuestra esencia es una conciencia límpida y pura, amorosa, humilde y compasiva y sabiendo que esa es nuestra verdadera naturaleza, retorna a tus actividades cotidianas, sabiendo que ese es nuestro refugio y que siempre en cualquier circunstancia puedes volver a él.
(7) Al finalizar la práctica, comparte el mérito de las bendiciones recibidas con todos los seres, orando para hacer todo lo posible por aliviar su sufrimiento, para brindarles la felicidad, ayudarles en su evolución espiritual y para que reciban la guía divina que los lleve de la ignorancia del ego hacia la sabiduría divina.