Respaldo de material de tanatología

Los riesgos que conlleva un Duelo y Conclusiones.

Los riesgos que conlleva un Duelo y Conclusiones.

Zarina Moderador  Enviando en: martes, 10 de junio, 2003 – 05:20 pm

Los riesgos que puede conllevar un duelo:
Son factores de riesgo el tipo de muerte, las características de la relación doliente fallecido ya mencionadas, las características del superviviente y las circunstancias sociales.

? Las ideas de suicidio son frecuentes en el caso de la muerte de un niño pequeño de manera súbita e inesperada, en viudos, ancianos y hombres que pierden a su madre.
? Los supervivientes más vulnerables pueden ser: las amas de casa que no trabajan fuera del hogar, las personas con niños pequeños en casa, los cuales sufren asimismo un riesgo; aquellos que expresan intensos sentimientos de autorreproche.
? Las circunstancias sociales adversas se dan en personas de baja condición socioeconómica, aquellas que tienen apoyo social inadecuado, las que viven solas; las que han tenido trastornos psiquiátricos previos; también en las que abusan del alcohol u otras drogas.
? Crisis agudas de desorganización conductual, en las que es mejor no intervenir si lo solucionan familiares o amigos. En otros casos, el profesional debe mantener una actitud tolerante, empática, sin crfticas ni juicios de valor y tratando siempre de calmar la angustia del doliente.
? La posible demora potencial del duelo y su encronización.
Estos riesgos deben valorarse cuidadosamente y si se duda, avisar al psiquíatra.

Ayuda en el duelo inmediato

La ayuda al doliente al resto de la familia, de restarse mediante intervenciones en distintos momentos:
? Cuando el paciente está muy grave.
? Cuando fallece.
? En las primeras horas del duelo.
Cuando el paciente está muy grave:
? Procurar a los dolientes una sala donde encuentre una cierta intimidad.
? Avisar a otros familiares y amigos, que forman grupos de autoayuda.
? Informar de manera precisa, sencilla y clara.Inicialmente el médico, luego, haciéndoles visitas frecuentes una persona del equipo.
? Prestar apoyo empático, que pen-nitirá que expresen su ansiedad y otros sentimientos.
? Asegurarles que se está haciendo todo lo humanamente posible, empleando todos los recursos y cuidados intensivos, para ayudar al paciente.
? Preguntar si desean algún servicio religioso.

Cuando el ser querido fallece:

? Procurarles un ambiente acogedor y ofrecerles bebidas calientes -que alivian tensiones-.
? El médico comunicará la muerte y les explicará como ha ido el proceso. Se quedará unos minutos más para preguntarles cómo se sienten; puede utilizar algún contacto físico respetuoso y ofrecerse para hablar con ellos más adelante, si lo desean.
? Permanecerá con ellos la persona que les ha ido informando periódicamente; «les permitirá», animará y aceptará cualquier tipo de expresión de sus sentimientos, manteniendo una actitud empática.
? La contemplación del cuerpo del fallecido es muy importante para evitar posteriores fantasías, temores y fantasmas. La persona que se haga cargo de los familiares del fallecido :
? Les advertirá si el cuerpo presenta alteraciones visibles o cual es su aspecto actual (intubado, conectado al respirador si es donante de órganos,etc.)
? Les permitirá que le toquen y le hablen, «que puedan despedirse».
? Les acompañará durante todo el tiempo que permanezcan con el cadáver. No suele prolongarse más allá de 15 minutos. Les invitará a salir transcurrido ese tiempo.

Durante las primeras horas del duelo, se tendrán en cuenta las siguientes directrices:
? Se avisará, si lo desean, a algún familiar o amigo.
? Se les ayudará a expresar sus sentimientos «a su modo y manera», manteniendo una comprensión empática.
? Se les animará a que hablen de sus sentimientos hacia el fallecido, sin forzar nunca la situación. Respetar el silencio. Acompañarles.
? Ayudarles a asumir la hostilidad, especialmente la dirigida contra el difunto, el médico, el sistema sanitario.
? Ayudarles a iniciar las gestiones necesarias.
? En los casos en que no toman decisiones, sugerirles que vayan a comer, dormir, cte.
? Evitar al máximo tranquilizantes e hipnóticos. A veces resultan cómodos para el personal o determinados familiares, pero son peligrosos porque pueden posponer o patologizar el duelo.

CONCLUSIONES

La vida está sembrada de pequeñas y grandes pérdidas.

La muerte de un ser querido es una experiencia humana atroz, por la que todos tenemos que pasar en algún momento de nuestra existencia.

Un proceso de duelo, al que no podemos escapar, que es inevitable, que siempre se producirá, es la única respuesta posible.

Cuanto más activo sea, menor será su duración y el riesgo de que resurja de modo distorsionado en el futuro:

La manera más «sana» es hacer un duelo.
A pesar de la carga de sufrimiento que origina, puede transformar una experiencia aparentemente negativa en positiva, por el potencial creativo y de crecimiento que conlleva.

De la muerte surge la esperanza y con la esperanza, una nueva vida.

Los profesionales, están actualmente muy cerca de los dolientes y sus familiares. Si tienen conocimientos científicos del duelo y experiencias vitales del dolor humano, están en condiciones de ayudar y consolar a las personas que pasan por el trance de perder a un ser querido.

«No me quites mi duelo»
Doug Manning