Respaldo de material de tanatología

Después de la muerte

De: montedeoya Enviado: 19/09/2002 17:37

(…) “Mientras duermes, molesta, si bien al despertar se alivia”. La muerte es lo que cada uno quiere que sea (y hoy, probablemente, no será lo mismo que mañana). Poco ha de importar aquello que no ha de molestar. En verdad, lo importante no es lo que hay después, sino más bien como he de llegar (acompañado de qué y de quién) hasta ese ANTES DEL DESPUÉS.

Montedeoya.

:::::

De: MTP Enviado: 20/09/2002 5:15

(…)Yo creo que lo que no conocemos, si bien nos causa desconfianza, más allá a duras penas nos quita el sueño. Las preocupaciones de la vida cotidiana siempre nos llevan a pensar en la vida. Ni siquiera aparece la reflexión por la muerte cuando nos enfrentamos a las noticias sobre la guerra, la pobreza y la desnutrición que matan a millones de personas en el mundo. Creo que por eso mismo el problema no está en lo que  pasa después, porque al fin y al cabo, muerto el cuerpo que es el vehículo de expresión de nuestro propio ser, de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos, se acaba la preocupación, se acaba la vida, en el sentido en que la conocemos de primera mano.
Comparto la idea de Montedeoya, el problema está en cómo llegamos a ella. El problema consiste en llegar a ella con el menor sufrimiento posible y con la certeza de haber hecho lo suficiente, como dice la canción.

Un abrazo
MTP 

:::::

De: montedeoya Enviado: 21/09/2002 3:32

(…) En verdad la muerte, en el momento de presentarse, no será más que aquello que en ese justo momento deseemos que sea. Y eso, como tu bien dices, depende en parte de lo que en este momento pienso de ella, momento en el que, en principio, no parece presentarse (no me siendo o no me doy cuenta de que estoy enfermo). No obstante, como siempre está presente (piense o no piense en ella), ¿qué mejor momento para decidirme que justamente este? ¿Y si ahora me coge? Como decía conocido personaje norteamericano (caballo loco), “hoy es un buen día para morir puesto todo lo que tengo o necesito está conmigo”. Asi, y sin quererlo, como quien no quiere, mantego mi equipaje preparado.
(…)

Montedeoya