Respaldo de material de tanatología

Características de la agorafobia

Características de la agorafobia
La angustiosa situación en la que viven las personas con agorafobia va a conllevar una serie de características a nivel de comportamiento, pensamiento y de sensaciones corporales que suelen aparecen en la mayoría de los casos.

En cuanto al pensamiento es frecuente encontrar alteraciones cognitivas, es decir, pensamientos irracionales en relación a su miedo fóbico:

Anticipación de consecuencias negativas:
        â??si salgo a la calle me voy a desmayarâ?
Creencia de falta de habilidades propias o recursos:
        â??no voy a ser capaz de aguantar la película entera, no voy a poderâ?
Observación constante de las propias sensaciones corporales y mala interpretación de estas:
        â??me va a dar un ataque al corazón, me estoy volviendo locaâ?
Pensamientos repetitivos de escapar a un lugar seguro y de evitar las situaciones temidas:
      â??necesito salir corriendo de aquí o me va a dar algoâ?
Estos pensamientos van a aumentar la ansiedad y provocar que la persona evite las situaciones que le dan miedo para aliviar su sufrimiento y sentirse segura. Es frecuente que en cuanto al comportamiento la persona utilice alguna de estas estrategias:

Evitar lugares públicos
Esta forma de afrontar el miedo está siempre presente y es, la forma menos dolorosa de enfrentarse al problema.
Estrategias tranquilizadoras
La persona puede recurrir a diferentes estrategias que le ayuden a manejar el miedo como salir a la calle solo en coche, no salirse de una misma ruta diaria o de los lugares seguros (estar cerca de casa, cerca de una tienda conocida, etc.) o salir solo a lugares donde hay cerca un centro médico.
Búsqueda de compañía
El miedo puede ser mucho mayor cuando la salida debe realizarse a solas, por ello la persona puede buscar miles de excusas para encontrar compañía para salir de casa.
Llevar objetos que disminuyen la ansiedad, distractores
A veces la persona tiene algunos objetos que le dan sensación de seguridad como unas pastillas ansiolíticas, un paraguas, un bastón, un libro, etc., y son incapaces de salir a la calle sin ellas.
Estas estrategias son un arma de doble filo porque a corto plazo alivian la ansiedad, pero a largo, mantienen el problema fóbico en el tiempo agravándolo.
En cuanto a las sensaciones somáticas hablamos de las propias de la ansiedad, es decir, palpitaciones, sensación de ahogo, sudoración, temblores, mareos…, y, en el peor de los casos, ataques de pánico.