Respaldo de material de tanatología

No te mueras con tus muertos Renne Trossero

Me acerco a ti, hermano…

Con el religioso respeto con que se ingresa a un templo; con la cálida ternura con que se acaricia a un niño; y con la cuidadosa delicadeza con que se cura una herida, me acerco a ti, hermano que estás de duelo y sufres el desgarrón de la despedida, provocado por la muerte, para entregarte estas simples palabras.

Algunas te servirán de alivio y de consuelo otras te irritarán, ¡seguramente!, porque no dicen lo que tú sientes ahora. No te impacientes;
acéptalas como indicadoras de un camino, que hay que recorrer con tiempo, y no como preceptoras de un deber que ya debieras haber cumplido.

Si algo te choca hoy, déjalo, y tal vez lo leas mejor mañana.
Estas palabras mías no te dirán lo mismo en los comienzos, en el medio o al final del largo camino de tu duelo.

Tú tienes por delante un camino largo y doloroso, y el presentarte la meta no es para impacientarte, ni para reprocharte pomo haber llegado, sino para alentarte a seguir andando. Tú caminas por tu desierto y el sol y las arenas enardecen tu sed; si yo te hablo de un oasis no es para culparte
por no haberlo alcanzado, sino para alentar tus pasos. ¡Tal vez concluyas tu duelo cuando estemos de acuerdo, y hayas encontrado el oasis..!

Junto con lo escrito, estas páginas tienen espacios en blanco. Riégalos con tus lágrimas, llénalos escribiendo lo tuyo, lo que pienses y lo que sientas, tus propuestas, tu dolor, tus enojos y tus rebeldías..; y, en su momento, también tu aceptación y tu alegría.

quisiera compartir contigo…

Amigo:
tu propia muerte te asusta,
y la muerte de tus seres queridos te duele.
No voy a escribir una sola palabra para superar tu miedo o suprimir tu dolor, porque no tengo esa palabra mágica.
Tu verás cómo enfrentar tu propia muerte.
Yo sólo quisiera compartir contigo algunas cosas simples, para que te duelas sanamente y hagas tu dolor más llevadero, ante la muerte de los tuyos. Y eso es todo.

Que te duelas, dije, sanamente, a causa de tus muertos, que te deprimas un tanto y un tiempo, pero no que no puedas vivir, que te dejes morir porque murió tu madre, tu padre o tu hermano, tu esposo o tu esposa, tu hijo o tu amigo… Yo quisiera ayudarte, si me es posible y si tú quieres, a que sufras sanamente, para seguir viviendo; porque he visto a muchos MORIRSE CON SUS MUERTOS.

Tus muertos ya murieron, y en tu mente ya lo sabes. Pero tu corazón necesita tiempo para saber y aceptar que ya partieron. Por eso tu dolor resurge como nuevo, ante esa mesa familiar donde un lugar quedó vacío, en esa Navidad donde alguien falta, en ese nacimiento sin abuelo, en ese año nuevo en que se brinda y alguien ya no levanta la copa…

Así es el corazón humano:
siempre vive de a poco lo que la razón sabe de golpe. ¡Para la mente los muertos mueren una vez; para el corazón mueren muchas veces…!

resucitarán ?para ti?…

? Tus muertos resucitarán ?para ti?, cuando hayas aceptado que ?murieron para ti?; sólo los recuperas en su regreso, cuando aceptaste su partida. ¡No es posible la alegría del reencuentro, sin sufrir el dolor de la despedida!

? No te mueras con tus muertos; ¡llora la siembra de ayer con la esperanza puesta en la cosecha de mañana!

? Acepta que la muerte de tus seres queridos te despierta mucha rabia, aunque no sepas por qué y aunque no quieras sentirla. Tu resistencia ante la muerte te hace rebelarte, aunque no sepas del todo contra quién hacerlo… ¿Contra Dios…? ¿Contra tus muertos…porque te abandonaron?
¿Contra…?

? No te mueras con tus muertos; ¡déjalos dormir su tiempo como duerme la oruga en la crisálida, esperando la primavera para hacerse mariposa!

? Dios no es menos Dios, más justo o más injusto,
más bueno o más malo, cuando naces que cuando mueres.
O crees en El siempre, o no crees nunca;
pero una cosa es creer en El y otra es creer en tus explicaciones.
¡Ante la muerte se acaban tus explicaciones!

? No te tortures sintiéndote culpable ante tus muertos. ¡Los muertos no cobran deudas! ¡Además, si hoy resucitaran, volverías a ser con ellos como fuiste! ¿O no sabías con certeza que un día iban a morir?

? No te mueras con tus muertos; ¡muéstrales más bien, que como el árbol podado en el invierno, lejos de morirte, retoñas vistiendo tu desnudez, devolviendo frutos por heridas!

? Acepta y date cuenta, que tus muertos te plantean un serio desafío: el de tener una respuesta para el sentido de tu vida. Porque mientras no sabes para qué murieron ellos, tampoco sabes para qué vives tú. ¿O no piensas morir?

…la vida y la esperanza

? Ante tus muertos queridos tu corazón tiene mil interrogantes y tu razón, ninguna respuesta.
Resolverás mejor la cosa, cuando preguntes menos
y aceptes más.

? Las flores que regalas a tus muertos hablan de la vida y la esperanza.
También en tu corazón duermen la vida y la esperanza, esperando que tú las despiertes
para seguir viviendo esperanzado.

? No te mueras con tus muertos; ¡míralos marchar por su camino, hacia su meta, y aprende la lección que ellos te dejan, diciendo que tu andar de peregrino, también tiene un final, al que te acercas…!

? Más que con la frialdad de los mármoles, más que con suntuosos monumentos y grandilocuentes discursos, honra a tus muertos con una vida digna. ¡Piensa qué esperas para ti cuando hayas muerto!

? Aprende de tus muertos una lección para la vida:
es mejor amar a los tuyos mientras viven, que quitarte culpas por no haberlos amado, cuando ya se fueron.

? No te mueras con tus muertos; ¡despídelos, como despides las aguas del río que van al mar, sabiendo que volverán mañana nubes, y serán lluvias sobre tu rostro!

? Así como los cirios encendidos se queman y derriten dando luz y calor en la despedida de tus muertos, que tu corazón no se derrita en vano, quemándose en el fuego del dolor sino que arda en las llamas del amor y en la luz de la esperanza.

? No te mueras con tus muertos; ¡vive este invierno de dolor, que te desnuda como quitándote la vida; pero, recuerda que la savia duerme para retoñar y florecer en primavera!

? Parte del dolor que te golpea, cuando despides a tus muertos, se debe a una pregunta que golpea en tu interior, interrogando por el sentido de la vida. Si respondes de verdad, sincera y frontalmente, gracias a la muerte de tus muertos tú vivirás más plena y auténticamente.


One thought on

  1. ¿porqué apenarte…

    ? ¿Sabes que, cuando lloras a tus muertos, lloras por ti y no por ellos? Lloras porque los perdiste, porque no los tienes a tu lado. Porque, si todo concluye con la muerte, tus muertos ya no están, ni siquiera para sufrir por haber muerto; y si la vida continúa, más allá de la muerte, ¿por qué apenarte por tus muertos?

    ? Cuando hayas terminado de aceptar que tus muertos se murieron, dejarás de llorarlos y los recuperarás en el recuerdo, para que te sigan acompañando con la alegría de todo lo vivido…

    ? No te mueras con tus muertos; ¡recuerda
    que donde ardió el fuego del amor y de la vida, debajo de las cenizas muertas, quedan las brasas esperando el sopio, para hacerse llamas!

    ? Si dices que, sin tus muertos, tú no puedes seguir viviendo, no digas que es porque los amabas tanto, sino por cuánto los necesitabas, (y no es lo mismo amar que necesitar). Si lo aceptas así, tal vez descubras, para tu crecimiento, que tu vida consiste en ser tu vida… ¡y no en la de los otros!

    ? No frenes tus lagrimas cuando llegan, ni fuerces el llanto cuando se alejan. No dejes de llorar
    porque alguien lo reprueba, ni te obligues a llorar porque si no: ?¿Qué dirán los otros?? Respeta tu dolor y tu manera de expresarlo.

    ? No te mueras con tus muertos; ¡déjalos partir, como parten las golondrinas en otoño, para anidar
    en otros climas y volver más numerosas y crecidas, en otra primavera!

    ? Las lágrimas que ocultas, el dolor que escondes
    y la protesta que callas, no desaparecen:
    quedan al acecho del momento en el que puedan estallar.
    Y es mejor que lo vivas todo a su tiempo y en su hora.

    ? Es común que las personas guarden buena cantidad de culpas para reprocharse ante sus muertos. ¡No lo hagas contigo!
    Tus muertos no ganan nada con tus insomnios de remordimientos. Amalos ahora; recuérdalos con amor, y, quizás, sí ganen algo…

    …como otro nacimiento

    ? Tú y yo sólo vemos una cara de la muerte, la del otro lado se nos escapa. Si desde el seno de tu madre hubieras visto nacer un hermano, creo que lo hubieras llorado como muerto, hasta nacer tú y reencontrarlo. ¿Qué sentirías si miraras la muerte como otro nacimiento…?

    ? No te mueras con tus muertos; ¡déjalos que vayan como esta semilla que se lleva el viento, no por el capricho de llevarla, sino para sembrarla en algún lado, aunque tu no sepas dónde!

    ? No te castigues, encaprichada y resentidamente, prohibiéndote gozar de la vida porque perdiste un ser querido. Tu tristeza te destruye a ti, sin beneficiar a tus muertos. Y, cuando ellos partieron, no se llevaron consigo tu derecho a gozar de la alegría de la vida.

    ? Tus muertos tenían sus falencias; no sigas culpándolos por tantas cosas… ¡Los muertos no pagan deudas!
    Perdónalos, si es necesario hacerlo, dejándolos en paz a ellos y liberándote tú para vivir tu vida.

    …a la hora de cosechar

    ? Tus muertos no están en el cementerio. Nunca estuvieron ahí, salvo cuando estaban vivos. ¿Me preguntas donde están…? Y no puedo responder por ti. Yo sé dónde están ?para mí? los míos; pregúntate tú a ti mismo dónde crees que están ?para ti? los tuyos.

    ? El cementerio es como un surco donde se arrojan las semillas. Ningún sembrador vuelve a remover la tierra para buscar las semillas ya sembradas; regresa al campo a la hora de cosechar espigas…

    ? No te mueras con tus muertos; ¡diles tu adiós!, esperanzado, como despides el sol en el ocaso, la luna y las estrellas en la aurora, sabiendo que a su turno y a su hora, todos volverán hacia tu encuentro.

    ? Estos días de dolor profundo, grises de tristeza, de soledad y de silencio, son como el tiempo del invierno para las plantas… Pero confía en la vida, ¡que es siempre más fuerte que la muerte!, para que retoñe tu alegría y florezcan tus ganas de vivir.

    …que te contagien su alegría…

    ? No te rebeles frente a la alegría ajena.
    No pretendas que todos se mueran con tus muertos;
    que cada uno lleva su peso con llorar los suyos.
    Y es mejor para ti que te contagien su alegría
    y sus ganas de vivir, y no se hundan contigo
    en el pozo de tu pena.

    ? No te mueras con tus muertos; ¡llévalos vivos en tu amor y vive con ellos en tus recuerdos! ¡Sería triste y penoso que tu te dejaras morir y ellos
    siguieran viviendo…!

    ? Mientras esperas que tus muertos regresen como si no hubieran muerto, les impides volver de otra manera, a ocupar un lugar en tu corazón y en tu recuerdo. Es una ley de la vida: no se goza el despertar de la aurora sin pasar por la muerte del ocaso.

    andando tu camino…

    ? Tus muertos se van por una puerta, que tú no puedes trasponer, ¡ahora!, porque se cerró tras ellos. ¡No los esperes ahí…! Despídelos, para que puedas correr, y espéralos llegar por otra puerta, ¡al final de tu duelo!

    ? Si buscas un camino para reencontrarte con tus muertos, no lo busques, llorando, en tu pasado; búscalo, más bien, esperanzado, andando tu camino, hacia el futuro.

    ¡acepta la muerte y punto!

    ? ¡Deja de culparte! Que si le hubiera dicho… Que si le hubiera hecho… Que si hubiera sabido… Que si…
    ¡Todas torturas, inútiles para ellos y crueles para contigo! Además, ?si hubiera sido así?,
    ?si hubieras hecho eso…? hoy te reprocharías
    no haber hecho lo contrario.
    ¡Acepta la muerte, y punto!

    Yo soy la resurrección y la vida

    Si desde la fe cristiana te interesa escuchar la Palabra de tu Maestro, para iluminar el camino de tu duelo:

    Dijo JESUS DE NAZARET:

    ? ?Yo soy la resurrección y ¡a vida. El que crea en mí aunque muera, vivirá?.
                                                Jn.11,25

    ¿Puedes creer que tus muertos viven?

    ? ?Les puedo asegurar que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere da mucho fruto?.
                                                Jn. 12,24

    ¿Puedes creer, que después de la muerte, se puede vivir más intensamente que antes?

    ? ?Jesús dijo a los que tocaban música fúnebre:
    ?Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme?.
                                              Mt. 9,23-24

    ¿Puedes creer que la muerte es como un sueño, del que se despierta a una Vida Nueva?

    ? ?Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios?.
                                      Lc. 9,60

    ¿Puedes despedirte de tus muertos
    y continuar tu vida por un camino de esperanza?

    ? ?Les aseguro que se acerca, y ya ha llegado, la hora en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán?.
                                    Jn. 5, 25

    ¿Puedes creer que tus muertos
    oyeron una voz que los llamó a la Vida?

    ? ?El agua que yo les daré se convertirá en un manantial que brotará hasta la Vida eterna?.
                                  Jn. 4, 14

    ¿Puedes creer que la Vida que Dios te dio durará para siempre?

    ? ?Dios no es Dios de Muertos sino de vivientes?.
                                  Mc. 12, 27

    ¿Puedes creer que tu Dios es un Dios que da la vida para siempre?

    ? ?Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en El, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día?.
                                        Jn. 6, 40

    ¿Puedes creer que habrá un día último para la historía, y que después seguirás viviendo?

    ? ?El que cree en el Hijo, tiene Vida eterna?
                                      Jn. 3, 36

    ¿Puedes creer que la Vida que tienes durará para siempre?

    ? ?Sí, Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en El no muera.?
                                  Jn. 3, 16

    ¿Puedes creer que Dios quiere que vivamos para siempre?

    ? ?Yo soy la Luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la Vida?.
                                Jn. 8, 12

    ¿Puedes creer que las sombras de la muerte, serán vencidas por la Luz de la Vida?

    sentir tu ausencia

    No te sientas obligado a sentir todo esto en los comienzos de tu duelo. Prueba si puedes decirlo y sentirlo. Lo que te parece imposible hoy lo verás alcanzado mañana. Respeta tu tiempo y tu ritmo.

    PARA DESPEDIR UN MUERTO

    Te amé y te amo,
    por eso tu partida
    me hace sentir tu ausencia
    y te recuerdo con dolor y pena.
    Acepto tu derecho a partir,
    a tu hora
    y sin mi consentimiento.
    Acepto mi dolor al extrañarte
    y este enojo inexplicable,
    porque al partir me abandonaste.
    Sé que no fui perfecto contigo,
    pero fue mi vida,
    lo que me fue posible,
    por eso quiero despedirte
    sin quedarme con culpas por el pasado.
    Sé que no fuiste perfecto,
    pero no te culpo por nada;
    fue tu vida,
    lo que te fue posible,
    y no quiero vivir reprochándote
    culpas que ya no sientes.

    Te extraño,
    y me parece imposible
    poder vivir sin tu presencia.
    Porque te amé llegué a necesitarte;
    y ahora quiero aprender a amarte
    sin necesitar tenerte a mi lado;
    quiero que mi amor no muera
    sino que madure y crezca.
    Y aunque sienta que te necesito,
    sé que no te necesito
    porque mi vida tiene su autonomía
    y su propia consistencia,
    tan claramente como sé que viví
    antes de conocerte
    y que podré vivir cuando ya no te tengo.
    Si decidiste partir
    aquí estoy para despedirte.
    Nada ganaría con empecinarme
    en creer que no te fuiste.
    Me siento con derecho
    ¡y con obligación! de seguir mi vida.
    No quiero morir contigo,
    porque tú no ganarías nada,
    y no te mostraría con eso
    el amor que te he tenido
    sino cuánto te he necesitado.

    Hoy te lloro triste y apenado,
    angustiado y deprimido,
    ¡y me lo permito así,
    porque así lo siento!,
    pero, y aunque me cuesta decírtelo,
    sé que mañana, muy pronto,
    volveré a vivir el gozo de la vida,
    llevando conmigo tu recuerdo
    y también tu compañía…

    Mientras te digo todo esto,
    me parece imposible que te hayas ido
    y busco inútilmente explicaciones.
    Mejor, acepto la realidad,
    y te despido.

    Cada uno se comunica con ?su Dios?, ?a su manera?. Si estas palabras no te sirven, busca las tuyas.

    ORACION
    Dios,
    tú no eres Dios
    si no eres el Dios del Amor y de la Vida. Entonces iba a decirte que no creo en ti;
    que no creo que eres el Amor, porque murió…;  que no creo que eres la Vida, porque murió…;
    Pero, más bien te digo que creo como nunca, que creo en ti y te creo a ti, solamente, oscuramente, desnudamente, porque me siento impotente, sin ninguna explicación ante la muerte.. Por eso te confieso que me duele en el alma la muerte de… Siento dolor y rabia, angustia, impotencia y rebeldía. ¡Me siento una criatura acorralada! Y, finalmente, acepto la muerte de…, aunque no comprendo nada.
    Creo en Ti, Dios del Amor y de la Vida, porque necesito que la muerte tenga alguna explicación y algún sentido, y quiero pensar que tú lo sabes, aunque yo lo ignore, y espero que mis muertos vivan, aunque yo no sepa cómo ni dónde…

Comments are currently closed.