Respaldo de material de tanatología

Osteoporosis


De: Alias de MSNLauragreen3  (Mensaje original) Enviado: 13/04/2006 10:14

http://www.msd.com.mx/msdmexico/patients/osteoporosis/boletines/bol0106.html

En esta guía del paciente usted podrá conocer acerca de: Un nuevo proyecto muy movido para luchar contra la osteoporosis, conocerá algunos métodos para identificar si se tiene la enfermedad y los principales parámetros de referencia, y encontrará algunas sugerencias para controlar la Hipertensión Arterial y la Osteoporosis.

¿QUÉ ES LA PRESIÓN ARTERIAL?

De: Alias de MSNsusanalola  (Mensaje original) Enviado: 04/04/2006 14:35

¿QUÉ ES LA PRESIÓN ARTERIAL?

Cada vez que late, el corazón impulsa la sangre, que transporta oxígeno y nutrientes, a través de los kilómetros de arterias y venas del organismo. La presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de las arterias. Todo el mundo ha de tener cierto grado de presión arterial para que la sangre llegue a los órganos y músculos del organismo.

¿CÓMO SE MIDE LA PRESIÓN ARTERIAL?

La presión arterial se expresa mediante un par de valores: 120/80 ó “120 sobre 80”, que es el valor más frecuentemente encontrado en población sana. Esto es así porque la presión que la sangre ejerce sobre las arterias no es siempre la misma. Se alcanza la máxima presión cuando el corazón bombea. Entre latidos, cuando el corazón está en reposo, la presión desciende a su nivel más bajo. Tanto la presión máxima como la mínima son importantes, y por eso la medición tiene siempre dos componentes. Los médicos llaman “presión sistólica” a la cifra más alta, y “presión diastólica” a la más baja. La presión arterial sana normal es inferior a 130/85 y se mide en milímetros de mercurio (mmHg). Se considera ya definitivamente anormal el tener estos valores constantemente en una medida igual o mayor a 140/90 y así es como se define a la hipertensión arterial.

¿QUÉ HAY DE MALO EN TENER PRESIÓN ARTERIAL ALTA?

Cuando la presión arterial sube demasiado y se mantiene así, con el tiempo puede lesionar las arterias y los delicados órganos internos del organismo: riñones, corazón, cerebro o partes del ojo. La hipertensión arterial también obliga al corazón a trabajar más, lo que puede terminar por modificarlo. En consecuencia la hipertensión finalmente lo que provoca es una reducción en los años de vida o en la esperanza de vida como de unos 10 a 15 años. Los jóvenes también pueden tener hipertensión arterial. Aunque muchos casos de hipertensión no se diagnostican hasta después de los 60 años, la mayoría se desarrollan antes de los 45. Hipertensión = presión arterial alta La presión arterial alta (el término médico es “hipertensión”) ejerce parte de su efecto perjudicial haciendo que el revestimiento de las arterias, que suele ser liso como un cristal, se vuelva áspero. Cuando esto ocurre, es más fácil que las grasas y el colesterol se depositen en ellas, lo cual, si la arteria se obstruye, puede ocasionar un infarto.

¿SIGNIFICA ESTO QUE ESTOY ENFERMO?

Tener la presión arterial alta, o hipertensión, no significa estar enfermo irremediablemente. Pero significa que está en una situación en la que puede enfermar si no adopta medidas adecuadas. La hipertensión arterial no tratada supone un riesgo extra de padecer un ataque al corazón o un ictus.

¿POR QUÉ TENGO QUE TOMAR MEDICAMENTOS PARA BAJAR LA PRESIÓN ARTERIAL?

El tratamiento adecuado para usted puede ser muy diferente al de otra persona. Algunas personas controlan la hipertensión arterial sólo con cambiar la alimentación y con ejercicio. Puede que algún amigo suyo que padezca hipertensión sólo necesite perder peso y reducir el consumo de sal. Aunque es importante introducir cambios en la forma de vida, en muchos pacientes no es suficiente. Su médico ha decidido que usted necesita además medicación. En las próximas páginas aprenderá lo que puede hacer para controlar su presión arterial (y mantenerla bajo control).

MI MÉDICO ME HA DICHO QUE TENGO UNA HIPERTENSIÓN LEVE ¿PUEDO OLVIDARME DE ELLA?

La mayoría de las personas diagnosticadas de hipertensión la tienen en grado “leve”. Pero hay que tratar toda hipertensión, por muy “leve” que sea. La hipertensión leve daña las arterias un poquito todos los días. A la larga, quizá se encuentre ante un problema grave que podría haberse evitado. Cuando se bloquea una de las arterias que alimentan al cerebro, el resultado se conoce como “ictus” o accidente cerebral vascular o apoplejía (en lenguaje popular frecuentemente se dice que el paciente tuvo una “embolia”). Cuando se bloquea una de las arterias que alimentan a los músculos del corazón, el resultado es un “ataque cardiaco” o infarto del miocardio.

Pacientes diplomados

De: Alias de MSNCPB_SALUD1  (Mensaje original) Enviado: 29/03/2006 8:03

Pacientes diplomados – Autor: Gonzalo Casino Lunes, 27 de Marzo de 2006

Sobre la formación universitaria de los enfermos y allegados

La imagen del paciente informado o en trance de buscar información se ha convertido en un lugar común en el actual escenario de la salud. Esta imagen resulta coherente con la transfiguración que parece estar sufriendo la figura del paciente, que deja de ser un sujeto pasivo para convertirse en un agente activo, autónomo y capaz de llevar las riendas de su salud. Según el cliché, los pacientes saben cada vez más, son cada vez más exigentes y tienen mayor capacidad de decisión. Y, ciertamente, esta imagen tiene una base real que está directamente relacionada con la facilidad de acceso a la información a través de internet, con el movimiento de la medicina basada en la evidencia y con una mayor madurez social, entre otros factores. Pero en el gran río de la información médica confluyen muchos intereses y muy diversos argumentos, por lo que no es tan sencillo estar bien informado. Y en estas, entra en escena la educación universidad para pacientes. La idea ha sido promovida por la Universidad Autónoma de Barcelona y la Fundación Biblioteca Josep Laporte, que acaban de crear la llamada ?Universidad de los Pacientes? con el objetivo principal de ofrecer a los enfermos información y formación de calidad. Para ello, además de realizar actividades de investigación y asesoría, organizará foros, portales de internet y cursos a distancia y presenciales.

En esta universidad, los pacientes, cuidadores y otros ciudadanos interesados podrán diplomarse en distintas enfermedades y asuntos relacionados con la salud; y, si superan ciertas pruebas, recibirán la acreditación pertinente para que a su vez puedan dirigir actividades formativas para otros pacientes. De momento, para el periodo 2006-2008 se prevén actividades educativas en 17 aulas monográficas sobre diversas enfermedades y otros asuntos de interés, como los derechos de los pacientes o la toma de decisiones compartidas. Lo que la Universidad de los Pacientes pretende, a la postre, es promover no sólo la educación de los enfermos, sino también la modernización y eficiencia del sistema sanitario, pues los pacientes informados gestionan mejor su salud y utilizan mejor los recursos sanitarios.

Esta iniciativa universitaria ?la primera a nivel mundial, según los promotores? parece una consecuencia lógica del actual proceso de transición desde un modelo paternalista a otro basado en decisiones compartidas. La educación sanitaria es un asunto importante, y en él ya están implicados los medios de comunicación, las sociedades científicas, las agencias gubernamentales y otras instituciones públicas, las compañías farmacéuticas y un variado conglomerado de agentes que quieren satisfacer las saludables necesidades informativas de la población y otras necesidades creadas. Pero darle rango universitario a la educación del enfermo se antoja algo excesivo que además trivializa todavía más el nombre de la universidad. Para ser un paciente informado y responsable, probablemente no hace falta ser un paciente diplomado.

Aterosclerosis

De: Alias de MSNDrTSM1  (Mensaje original) Enviado: 14/03/2006 7:05

Estudio de la Cleveland Clinic- Logran revertir el avance de la aterosclerosis usando fármacos

Recomiendan bajar el colesterol “malo” más de lo que estipulan las guías médicas

ATLANTA, Estados Unidos.- Hasta ahora, lo único que se creía poder hacer contra la peligrosa acumulación de grasa, calcio y otras sustancias en las paredes arteriales para prevenir un infarto o un accidente cerebrovascular era detener o hacer más lento ese proceso de avance de la aterosclerosis.

Sin embargo, un equipo de investigadores estadounidenses demostró que se puede revertir la formación de placas ateroscleróticas y al mismo tiempo reducir el colesterol “malo” (LDL) y aumentar el colesterol “bueno” (HDL). Esta reducción de la carga de riesgo coronario se logró en dos años. “Llegamos a la conclusión de que cuando se alcanzan niveles muy bajos de colesterol LDL, incluso por debajo de lo que recomiendan las guías de la práctica médica, junto con un aumento del colesterol HDL, la acumulación de placa grasa en las arterias coronarias se puede revertir parcialmente”, afirmó ayer el doctor Steven Nissen -autor principal del estudio y director interino del Departamento de Cardiología de la Cleveland Clinic- ante los medios acreditados en la 55» Reunión Anual del American College of Cardiology. El anuncio despertó curiosidad entre los más de 30.000 especialistas que ocupan algunas de las 22.457 sillas ubicadas en salas de los cuatro pisos del moderno Centro Internacional de Convenciones de Georgia. Para comprobar si un tratamiento intensivo contra el colesterol permitiría reducir la aterosclerosis, los investigadores suministraron a 507 pacientes altas dosis (40 mg) de estatina (se utilizó rosuvastatina), un tipo de droga que se prescribe para bajar el colesterol. Todos los pacientes debían reunir dos requisitos: tener 130 mg/dL de colesterol LDL y una arteria “objetivo” bloqueada (con estenosis) menos de un 50% en no más de 40 milímetros de extensión.

A los dos años, los investigadores observaron que el nivel de LDL se había reducido a 60,8 mg/dL (53,2%) y el DHL había pasado de una cantidad promedio inicial de 43,1 a 49 mg/dL. Una sorpresa “Este aumento de 14,7% del colesterol «bueno» no tiene precedente -dijo Nissen a LA NACION, minutos después de la conferencia de prensa-. La cantidad total de placas ateroscleróticas con un tratamiento intensivo para reducir los lípidos disminuyó un 6,8% en alrededor del 70% de los pacientes que participaron del estudio.” Los investigadores comprobaron estos resultados mediante ultrasonido intravascular, un estudio conocido como IVUS, por sus siglas en inglés, y que permite “ver” en las arterias estudiadas cuáles son los efectos producidos por los cambios en la composición de la placa aterosclerótica. “Se podría decir que, a los dos años de tratamiento, dos tercios de los pacientes lograron volver a tener las arterias en buen estado -bromeó Nissen-. Lo que hicimos fue volver el colesterol LDL de los participantes del estudio al nivel fisiológico adecuado y lograr la regresión parcial de la enfermedad coronaria.”

Sin embargo, según destacó con insistencia el director del estudio, la terapia utilizada no dio indicador alguno de reducción de la mortalidad por causas cardiovasculares en los pacientes en riesgo de infarto y accidente cerebrovascular. “Suponemos que al reducir el volumen de placa aterosclerótica, se reducirán las enfermedades asociadas y la mortalidad, pero aún no lo hemos comprobado y se necesitan más estudios para afirmarlo”, comentó Nissen, junto al doctor Roger Blumenthal, director de Cardiología Preventiva de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) y autor del artículo editorial que JAMA dedica al estudio Asteroid. Lo más bajo posible Para el cardiólogo argentino Alberto Lorenzatti, que presenció la conferencia plenaria sobre el estudio, el trabajo confirma la necesidad de reducir al nivel más bajo posible el colesterol “malo” en los pacientes con enfermedad vascular. “Los resultados muestran, a través de una tecnología que permite comparar y objetivar el avance o la disminución de la enfermedad, que en los pacientes tratados intensamente con una droga para reducir el colesterol durante dos años se puede reducir la obstrucción de las arterias coronarias”, señaló a LA NACION a la salida de la conferencia el jefe de la Sección Lípidos y Prevención Cardiovascular del hospital Córdoba.

En definitiva, esto permitiría prevenir infartos, accidentes cerebrovasculares y enfermedad obstructiva de las arterias en las piernas, entre otras afecciones. “Con los datos que tenemos, el nivel de [colesterol] LDL suficiente para frenar o revertir la enfermedad es de entre 50 a 70 mg/dL -dijo Lorenzatti, ex presidente de la Federación Argentina de Lípidos-. No sabemos todavía si cifras inferiores podrían tener mejores resultados. Hoy por hoy, el objetivo por alcanzar en el tratamiento del colesterol «malo» debería estar en ese rango.”

La presentación del estudio bautizado Asteroid se realizó en conferencia plenaria ante más de diez mil médicos y fue simultánea con su publicación on line en la revista JAMA, de la Asociación Médica de los Estados Unidos.

Por Fabiola Czubaj Enviada especial

http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=788604

LOS ENFERMOS TERMINALES Y SUS FAMILIARES CONTARÁN CON UNA MAYOR ATENCIÓN

LOS ENFERMOS TERMINALES Y SUS FAMILIARES CONTARÁN CON UNA MAYOR ATENCIÓN PSICOLÓGICA EN EL SNS 

  La atención psicosocial a enfermos terminales y a sus familiares es una necesidad aún no cubierta de manera adecuada en nuestro país y así parecen reflejarlo los datos de los que disponemos oficialmente. En lo que a dotación de recursos en Cuidados Paliativos por millón de habitantes se refiere, España ocupa el 11º lugar dentro de un grupo de 22 países de Europa Occidental estudiados, tal y como se recoge en la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud.

En este mismo texto se recoge que en nuestro país se estiman 2-3 camas de Cuidados Paliativos por cada 100.000 habitantes, una cifra muy por debajo de los países con mayor número de camas específicas para este campo, que se sitúan en torno a 5 (Reino Unido, Islandia, Polonia, Holanda, Luxemburgo y Noruega). Islandia y Reino Unido, con 20 y 15 servicios de Cuidados Paliativos por millón de habitantes respectivamente, contrastan con las cifras españolas, ya que en la actualidad el Sistema Nacional de Salud (SNS) ofrece 6 servicios específicos por millón de habitantes.

Siguiendo la información facilitada por el diario La Razón días atrás en su página Web, en la actualidad se calcula que unas 150.000 personas con enfermedad terminal y sus familias, están necesitadas de atención integral en Cuidados Paliativos, pero tan sólo 40.000 la están recibiendo en estos momentos.

Reconociendo la escasez de recursos existente en nuestro país, el pasado 3 de julio, el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, y el presidente de La Caixa y de la Fundación la Caixa, Isidro Fainé, firmaron un convenio de colaboración, con el que pretenden paliar, al menos parcialmente, esta situación, mediante la puesta en marcha de un programa de ámbito nacional de atención integral a personas con enfermedades terminales y a sus familiares.

Como parte de la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud, aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) el pasado 14 de marzo de 2007, este acuerdo permitirá, concretamente, la creación de una veintena de equipos de apoyo psicosocial que desempeñarán su labor en el total de las 17 Comunidades Autónomas de nuestro territorio. Para la configuración de estos equipos, se ha abierto una convocatoria a todas aquellas organizaciones sin ánimo de lucro que trabajen en este campo y que estén interesadas en participar, para que puedan presentar sus propuestas y proyectos. El plazo de presentación de propuestas está abierto hasta el 15 de septiembre.

Los equipos de apoyo psicosocial serán multidisciplinares y estarán formados por un psicólogo, un trabajador social, una enfermera y voluntarios, tal y como establece el protocolo elaborado por la Fundación La Caixa y el Instituto Catalán de Oncología en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Consumo. Estos profesionales trabajarán coordinadamente tanto en el ámbito hospitalario como a domicilio.

Los responsables de la iniciativa que ahora se pone en marcha prevén la incorporación de, al menos, 60 profesionales, y estiman que se podrá atender a unos 23.000 usuarios durante el primer año, de los cuales, 10.000 corresponderán a enfermos y el resto a sus familiares.

De manera paralela al abordaje integral que se brinde a pacientes y familiares en todo el territorio español, la Fundación La Caixa formará a especialistas en este campo, en colaboración con el Instituto Catalán de Oncología y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. Además, se editarán materiales de apoyo dirigidos tanto a las familias como a los profesionales que trabajen en el ámbito de los Cuidados Paliativos.

Tal y como se recoge en la nota de prensa emitida por el Ministerio de Sanidad y Consumo, esta iniciativa supone un complemento a las acciones y protocolos incluidos en la mencionada Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud y reconoce explícitamente la importancia que los profesionales de la Psicología tienen en el ámbito de los Cuidados Paliativos. En este sentido, el acuerdo recién firmado viene a añadir al modelo sanitario que actualmente se viene ofreciendo “una perspectiva integral que tenga en cuenta los aspectos psicológicos, especialmente el del apoyo emocional”.

EL MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO ANUNCIA LA ESTRATEGIA NACIONAL

EL MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO ANUNCIA LA ESTRATEGIA NACIONAL PARA EL DESARROLLO DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS 

La Ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, ha anunciado, en la inauguración de la Jornada de “Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud: presente y futuro”, celebrada el pasado 20 de diciembre en la sede del INGESA, que se está elaborando una Estrategia para el Desarrollo de los Cuidados Paliativos.

La asistencia a los cuidados paliativos, la atención individualizada a la persona afecta y a su entorno, constituyen un indicador de calidad de los sistemas sanitarios. En palabras de la Ministra, “regular y organizar bien estos cuidados, prestarlos con los niveles de accesibilidad y excelencia que son exigibles en nuestras sociedades desarrolladas, es hoy un reto de primer orden para las administraciones sanitarias y para los propios sistemas sanitarios modernos”. Con esta Estrategia el Ministerio pretende facilitar el acceso a los cuidados paliativos por igual en todas las Comunidades Autónomas.

La enfermedad terminal es una situación tan compleja que demanda un abordaje integral e interdisciplinar. Esto es así, sobre todo si tenemos en cuenta que supone un importante impacto emocional en el paciente, su familia y los profesionales sanitarios implicados en la intervención. Tal y como se desprende de la nota de prensa del Ministerio, el Sistema Sanitario tiene el compromiso de aliviar el dolor y el sufrimiento de los pacientes, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de la persona en proceso terminal y de su entorno.

Desde hace ya algún tiempo, los psicólogos han ido teniendo un papel destacado en el campo de los cuidados paliativos, tanto en asistencia directa a los pacientes y familiares, como en la formación a otros profesionales, incorporándose progresivamente a equipos interdisciplinares, especialmente en el ámbito hospitalario, en servicios o unidades de cuidados paliativos. Por lo que esperamos que esta Estrategia, que seguirá una perspectiva biopsicosocial de los cuidados paliativos, no olvide la importante labor de la Psicología en este ámbito.

El Documento, que se presentará en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, se diseñará en colaboración con las Comunidades Autónomas, y contará con la participación de todos los agentes implicados, profesionales sanitarios, sociedades científicas, asociaciones de pacientes y la sociedad en general. Además, el contenido de la Estrategia seguirá las indicaciones de las Organización Mundial de la Salud y de Europa, y recogerá las experiencias que ya están en funcionamiento en algunas Comunidades Autónomas o en dispositivos sanitarios pioneros en el ámbito de los cuidados paliativos.

INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN CUIDADOS PALIATIVOS – RAMÓN BAYÉS

INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN CUIDADOS PALIATIVOS – RAMÓN BAYÉS 

Ramón Bayés Sopena es Doctor en Filosofía y Letras (Sección de Psicología) y Diplomado en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Desde 1983 ha sido Catedrático de Psicología Básica en la Universidad Autónoma de Barcelona, siendo nombrado Profesor Emérito en 2002.

Desde mediados de los años 80, Bayés ha venido trabajando en el campo de los cuidados paliativos. Ha sido miembro co-fundador de la Sociedad Catalano-Balear de Cuidados Paliativos (1989) y vicepresidente de la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA.
 

Asimismo ha publicado “Psicología del sufrimiento y de la muerte” (2001) e “Intervención emocional en cuidados paliativos”, este último en co-dirección con P. Arranz, J. Barbero y P. Barreto (2003, 2005), y ha sido compilador de “Ética y sedación al final de la vida” (2004) y de “Dolor y sufrimiento en la práctica clínica”(2004).

Fue nombrado por el Col.legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya “Colegiado de Honor”.

ENTREVISTA

Llevas ya muchos años trabajando en el campo de los cuidados paliativos, ¿nos podrías definir en pocas palabras qué son los cuidados paliativos y en qué consiste la atención a los mismos?

No es fácil hacerlo en pocas palabras. Existen bastantes definiciones. Una de las más recientes, la de la OMS (WHO, 2004), señala que los cuidados paliativos constituyen un abordaje destinado a mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familiares, que afrontan los problemas asociados a una enfermedad amenazadora para la vida, a través de la prevención y paliación del sufrimiento, por medio de la identificación precoz, y la evaluación y tratamiento cuidadosos de todas las problemáticas que afectan al enfermo, sean éstas de tipo somático, emocional, ético, social o de otro tipo.

Es importante destacar dos características: que el sujeto de los cuidados no es sólo el paciente sino también su familia o personas afectivas, y que la atención que se lleva a cabo, dado que deben considerarse aspectos diferentes, es esencialmente interdisciplinar.

Mencionas la importancia de la interdisciplinariedad pero ¿hasta que punto la misma forma parte de nuestra realidad sanitaria?

Si existe un campo en el que la interdisciplinariedad no es sólo la expresión de un deseo utópico sino una realidad traducida a hechos, tanto en la práctica clínica que ya se lleva a cabo en algunos hospitales e instituciones de nuestra geografía, como en la preparación de ponencias y comunicaciones de congresos y reuniones científicas, éste es el de los cuidados paliativos. El enfoque paliativista precisa de un equipo preparado para atender, en cada momento que sea requerido, las múltiples necesidades de las personas que se encuentran al final de la vida. Enfoque que, asimismo, trata de abandonar, de una vez por todas, el viejo dualismo “cuerpo-mente” todavía vigente en bastantes servicios de nuestros hospitales. “Los que sufren ? nos señala con precisión Cassell (1982) ? no son los cuerpos; son las personas”.

De acuerdo con esto, ¿Crees que en el ámbito sanitario habría que sustituir el denominado “modelo médico” por un nuevo modelo?

Cuando, en la actualidad, algunos psicólogos siguen criticando las insuficiencias del “modelo médico”, contraponiéndolo, por ejemplo, a un modelo conductual, a veces olvidan que se están refiriendo a un modelo médico organocéntrico, conceptualmente muerto y en fase de exequias. En efecto, a partir del denominado Informe Hastings (Hastings Center, 1996), al modelo médico al que hay que referirse es al que se propone en dicho informe y en palabras de Diego Gracia (2002), uno de nuestros bioéticos más ilustres, “la tesis de este importantísimo documento es que lo que hoy está en juego no es una cuestión de medios (means) sino de fines (ends)”. En el siglo XXI, los fines del nuevo campo de la salud son resumidos por Callahan (2000), en dos, considerados de igual categoría, prioridad e importancia: a) prevenir y curar las enfermedades, el objetivo de la medicina de siempre; y b) ayudar a las personas a morir en paz. No se trata ya de preservar la vida a cualquier precio sino de aliviar en lo posible el sufrimiento y tratar de conservar la vida que, a juicio del enfermo, merezca ser vivida. Puede leerse, por ejemplo, en el Informe Hastings, cuya lectura recomendamos en extenso a todos los profesionales sanitarios y, en especial, a los psicólogos: “la amenaza que representa para alguien la posibilidad de padecer dolores, enfermedades o lesiones puede ser tan profunda que llegue a igualar los efectos reales que éstos tendrían sobre su cuerpo”. Sufrimiento, miedo, angustia, ansiedad y amenaza son términos psicológicos que aparecen con profusión en el nuevo modelo médico. Es obvio, por tanto, que los psicólogos tienen mucho que aportar a los equipos interdisciplinares de cuidados paliativos, en la tarea común de mejorar no sólo la sintomatología somática del enfermo sino también su calidad de vida emocional y existencial.

¿Podrías concretar un poco más lo que has mencionado sobre la influencia de los aspectos psicológicos en el proceso de morir?

En estrecha colaboración con otros psicólogos ? Pilar Arranz, Javier Barbero y Pilar Barreto ? llevamos más de diez años trabajando en un modelo de intervención en cuidados paliativos, fundamentado en las propuestas convergentes de Cassell (1982), Chapman y Gravin (1993), Laín Entralgo (1983), Loeser y Melzack (1999), y Lazarus y Folkman (1986), con énfasis en la percepción de amenaza como ingrediente fundamental del sufrimiento y en la misma línea del Informe Hastings. Lo que pretendemos es proporcionar un instrumento que sea útil en la práctica clínica para detectar, evaluar y atender, en cada momento, las necesidades del enfermo al final de la vida, con independencia de la taxonomía que se utilice para clasificarlas (Arranz, Barbero, Barreto y Bayés, 2004).

¿Hasta que punto ves factible el reconocimiento del papel del psicólogo en las unidades de cuidados paliativos?

En el momento de establecer un nueva unidad de cuidados paliativos nadie discute la necesidad de que médicos y enfermeras constituyan el núcleo central de la misma, pero suele ser más controvertida la presencia, prioridad y dedicación de otros profesionales sanitarios entre los que se encuentra el psicólogo. En principio, es lógico que así sea, debido en gran medida a que el control de los síntomas somáticos – en el que son expertos médicos y enfermeras – es, con frecuencia, un requisito necesario para un proceso de morir sereno. Pero, a veces, se olvida que el control de síntomas no es sino un objetivo intermedio de los cuidados paliativos y que, por sí mismo, es, insuficiente para que los enfermos alcancen el objetivo final de una buena muerte. En algunas ocasiones, incluso puede darse la paradoja de que el control de los síntomas somáticos enfrente bruscamente al paciente con la presencia del deterioro y la proximidad de la muerte, incrementando sus vivencias de ansiedad y malestar.

En cuidados paliativos existen, a mi juicio, varios niveles diferentes en el abordaje del ámbito subjetivo del paciente. En un primer nivel de detección molar de problemas e intervenciones básicas, todos los miembros del equipo deberían: dominar las estrategias de counselling (Arranz et al., 2004); ser capaces se aportar al equipo la riqueza de sus observaciones sobre el estado de ánimo del enfermo y los problemas relacionales con sus cuidadores primarios; poseer una sólida formación en bioética; tener una actitud empática; disponer de información suficiente sobre el trabajo de sus compañeros: escala analgésica, tipo de curas, comunicación no verbal, etc. Todos deberían, asimismo, estar dispuestos a implicarse, a deliberar con el enfermo y a responder a sus demandas si éste les interpela. Pero, desde el punto de vista subjetivo, hay un segundo nivel: el de la valoración de los síntomas psicológicos refractarios; la prevención precoz de la angustia vital de difícil manejo; la detección temprana de duelos complicados; la evaluación de los estados de ánimo ansiosos o depresivos; el tratamiento de los trastornos desadaptativos; la intervención en crisis; la prevención del burnout, la participación o iniciativa en investigaciones que impliquen aspectos psicológicos tales como, por ejemplo, el mantenimiento de la esperanza, etc. Y existe, finalmente, un tercer nivel, en el que un psicólogo externo al servicio tal vez fuera el profesional más adecuado para valorar la dinámica del equipo y atender a los profesionales “quemados” (Bayés, 2005).

¿Cómo han evolucionado en España los cuidados paliativos? ¿Cuál es nuestra realidad?

Aún cuando los antecedentes de las unidades de cuidados paliativos los podríamos remontar a los hospitales medievales regidos por órdenes religiosas, el referente moderno lo constituye el St Christopher?s Hospice, establecido en Londres en 1967 por Cicely Saunders. En España, los cuidados paliativos se inician, en 1984, en el Hospital Marqués de Valdecilla de Santander y, en 1986, en el Hospital de la Santa Creu de Vic (Barcelona). En veinte años han conseguido una notable expansión ? aunque de forma territorialmente muy desigual y con medios claramente insuficientes ? creándose, al mismo tiempo, sociedades especializadas de carácter multidisciplinar, a nivel autonómico y estatal (SECPAL), las cuales han dado lugar a numerosos congresos y reuniones científicas, así como a guías clínicas, libros, cursos y publicaciones. En este momento, las redes públicas más desarrolladas corresponden, probablemente, a Canarias, Cataluña y, últimamente, Extremadura. Quienes deseen mayor información sobre cuidados paliativos pueden encontrarla en www.secpal.com.

Desde un punto de vista psicológico y aun cuando en el conjunto pueda parecer anecdótico, me gustaría llamar la atención sobre una experiencia que viene desarrollándose en Barcelona. Actuando como moderador Manel Dionis Comas ? probablemente el primer psicólogo que trabajó en España en una unidad de cuidados paliativos ? unos 30 psicólogos de toda Cataluña, la inmensa mayoría clínicos (en este momento, sólo participamos dos académicos), que trabajamos en cuidados paliativos, nos venimos reuniendo, desde hace varios años, en un seminario mensual de formación continuada.

Y quizás sea éste un momento adecuado para recordar la labor pionera desarrollada a finales de la década de los ochenta y principios de los años noventa por algunos psicólogos, tales como Javier Barbero, Pilar Barreto (1990) o Pilar Arranz (1991,1992), a quién, por cierto, se debe uno de los primeros intentos de definir el papel del psicólogo en las unidades de cuidados paliatrivos.

En resumen, ¿cómo considerarías la situación de los cuidados paliativos en nuestro país?

Tal como antes he mencionado, a nivel autonómico existen, que yo conozca, planes en marcha para la organización y el desarrollo de los cuidados paliativos en Cataluña, Canarias y Extremadura, y se han creado unidades de paliativos ? algunas de ellas de gran calidad ? en toda la geografía española. Parece, asimismo, que, más recientemente, a raíz de los sucesos del Hospital de Leganés, algo se está moviendo en la Comunidad de Madrid, y es alentador que la Ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, haya anunciado, en el transcurso de la “Jornada de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud: presente y futuro”, que se está trabajando en una Estrategia para el Desarrollo de los Cuidados Paliativos en el Sistema Nacional de Salud. Ésta es, sin duda, una buena noticia. Confiemos que en ella se de prioridad el establecimiento de equipos interdisciplinares estables de calidad, en los que se disminuya en lo posible la presión asistencial y en los que se contemple la integración, a tiempo total o parcial, de la necesaria figura del psicólogo.

¿Te gustaría añadir algo?

Las últimas palabras me gustaría dirigirlas a mis compañeros psicólogos. Como me señalaba, hace pocos días, mi buen amigo el psicólogo Miguel Costa, en un mensaje electrónico en el que comentaba la atención a los enfermos al final de la vida: “En ocasiones he sido testigo de que la ayuda profesional especialmente intervencionista y sin atender a las sutilezas del contexto ha suplantado o sustituido el apoyo y la ayuda de la “red natural”, de los amigos, de la familia” . Debemos tener cuidado – lo mismo nosotros que los demás profesionales cuya labor se desarrolla en el ámbito de los cuidados paliativos – de no corporativizar la muerte. Y, en los casos en que nuestra intervención sea necesaria, debemos estar sólidamente preparados para llevar hasta el final el difícil compromiso ? producto de actitudes, habilidades y deliberación ética ? de ayudar a los enfermos a recorrer el último camino. No podemos defraudar a un ser humano que se está muriendo. Como escribía Simone de Beauvoir (1964) “He comprendido por experiencia, hasta el tuétano de mis huesos, que en los últimos momentos de un moribundo se puede encerrar el absoluto”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Arranz, P. (1991). Papel del psicólogo en los cuidados paliativos del enfermo no curable. Ponencia presentada a la III Reunión de Trabajo sobre Cuidados Paliativos y de Soporte en el Enfermo Oncológico. Santander, Octubre.

Arranz, P. (1992). Papel del psicólogo en los cuidados paliativos del enfermo no curable. Boletín Informativo de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, nº 1, 4-7.

Arranz, P., Barbero, J., Barreto, P. y Bayés, R. (2004). Intervención emocional en cuidados paliativos. Modelo y protocolos (2ª ed.). Barcelona: Ariel.

Barbero, J. y Barreto, P. (1993). Asistencia al enfermo de SIDA en fase terminal. Curso de Habilidades de Relación con Afectados VIH/SIDA. Madrid: F.A.S.E., policopiado.

Bayés, R. (2005). Medicina paliativa: psicología y cuidados paliativos (Editorial). Medicina Paliativa, 12 (3), 137-138.

Callahan, D. (2000). Death and the research imperative. The New England Journal of Medicine, 342, 654-656.

Cassell, E.J. (1982). The nature of suffering and the goals of medicine.The New England Journal of Medicine, 306, 639-645.

Chapman, C.R. y Gavrin, J. (1993). Suffering and its relationship to pain. Journal of Palliative Care, 9 (2), 5-13.

De Beauvoir, S. (1964). Une mort très douce. París: Gallimard.

Gracia, D. (2002). Prólogo. En J.A. Gómez Rubí, Ética en medicina crítica (pp 9-13). Madrid Triacastela.

Hastings Center (1996). Goals of medicine: setting new priorities. Traducción castellana: Los fines de la medicina, 2005 www.fundaciongrifols.org

Laín Entralgo, P. (1983). La relación médico-paciente. Madrid: Alianza.

Lazarus, R.S. y Folkman, S. (1984). Stress, appraisal and coping. Nueva York: Springer.

Loeser, J.D. y Melzack, R. (1999). Pain: an overview. The Lancet, 353, 1607-1609.

WHO (2004). WHO definition of palliative care. Obtenida el 17 de Noviembre en http://www.who.int//cancer/palliative/definition/en/

LA PSICOLOGÍA EN LOS CUIDADOS PALIATIVOS – ENTREVISTA A BEATRIZ MORENO

LA PSICOLOGÍA EN LOS CUIDADOS PALIATIVOS – ENTREVISTA A BEATRIZ MORENO 

Como ya se informó en Infocop Online, el pasado 7 de octubre se celebró el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, con el lema Cuidados Paliativos para todos.

En la actualidad, millones de personas en todo el mundo viven con una enfermedad avanzada y/o terminal e ignoran, o no pueden acceder, a la atención que los cuidados paliativos puede brindar en estos casos. Sin ir más lejos, en nuestro país, como en el resto de países desarrollados, se estima que el 55% de los enfermos con cáncer no cuentan con un adecuado control del dolor, aspecto que se podría evitar aplicando las estrategias de intervención propias de los cuidados paliativos.

Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, Infocop Online ha entrevistado para sus lectores a Beatriz Moreno Milán, Psicóloga de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital La Fuenfría, de Cercedilla, Madrid. En esta entrevista, la especialista en cuidados paliativos nos habla acerca de qué son los cuidados paliativos y cuál es el papel de la Psicología dentro de la atención integral que esta forma de atención ofrece.
 

Beatriz Moreno Milán es Licenciada en Psicología y Magíster en Bioética por la Universidad Complutense de Madrid. Además, es miembro integrante de la Asociación Madrileña de Cuidados Paliativos.

ENTREVISTA

¿Qué son los Cuidados Paliativos (CP)?

Llamamos cuidados paliativos a la atención integral y activa de los pacientes, cuya enfermedad ya no responde a un tratamiento curativo. Llegados a este punto, el principal objetivo como profesionales es aliviar, hasta donde sea posible, el sufrimiento del paciente y de sus seres queridos.

¿Qué aspectos se abordan desde el punto de vista psicológico en la atención integral en CP?

El trabajo del psicólogo en CP tiene unos objetivos generales, compartidos y consensuados con el resto del equipo multiprofesional e interdisciplinar, dirigidos a facilitar, hasta donde sea posible, el proceso de adaptación del enfermo y la familia a su situación de fin de vida.

Por otro lado, también tiene unos objetivos específicos, que tienen que ver con la intervención psicológica propiamente dicha.

Ésta puede estar centrada en el enfermo (manejo de reacciones emocionales desadaptativas ?tristeza, ansiedad, hostilidad, etc.-, aspectos psicológicos de síntomas físicos ? dolor, náuseas, disnea, etc.-, miedo a la muerte, psicopatología previa a la enfermedad, etc.); en la familia (comunicación con el enfermo, aspectos psicológicos y éticos del cuidado, preparación para la muerte de un ser querido, prevención del duelo patológico, etc.); y en el profesional sanitario (entrenamiento en comunicación con el paciente y la familia, prevención del desgaste psíquico, etc.).
 

¿Qué importancia tienen estos aspectos en la atención integral de los CP?

No podemos plantearnos una atención integral de calidad si separamos lo emocional de lo físico. Existen varias dimensiones en el ser humano: biológica, social, psicológica, espiritual y moral. Cuando una persona enferma, estas dimensiones se alteran en gran medida: baja laboral, cambio de funciones y roles en la estructura sociofamiliar, impacto emocional del diagnóstico, etc. Pero estos cambios se hacen más graves, y a veces irreversibles, ante un diagnóstico de terminalidad. Tanto el enfermo como la familia sufren una crisis vital existencial: se acaba una vida y llega una muerte.

Por todo esto, creo que la tarea del psicólogo en cuidados paliativos va mucho más allá del diagnóstico, la evaluación y la intervención psicológica. Debe incluir una premisa moral imprescindible: ayudar al paciente y a los suyos a darle sentido, desde sus valores, a su experiencia de sufrimiento, ante el proceso de fin vida. Pero también, ayudar a los profesionales que han formado parte activa de esa experiencia, a compartirla e integrarla desde los valores implícitos en el buen trabajo de equipo.

Desde tu punto de vista, ¿consideras que contamos con el número de psicólogos suficientes en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para abordar y cubrir las necesidades psicológicas en CP?

No. En España, en la gran mayoría de los casos, los psicólogos que trabajan en equipos de CP del SNS, tanto hospitalarios como domiciliarios, suelen pertenecer a Asociaciones y Fundaciones. Es decir, no están contratados por el propio SNS. En el caso de la Comunidad de Madrid, nuestros mejores hospitales cuentan con importantes Unidades de Oncología y Hematooncología de referencia nacional e internacional, que no tienen aún profesionales de la Psicología en plantilla.

Los que hay, no están contratados por el propio hospital. Considero que esto tiene importantes repercusiones negativas y más en el momento que vive la sanidad pública actualmente, donde es imperativo trabajar desde la excelencia en la calidad asistencial.

Para lograr esto, o mejor aún, para ir haciendo camino, deberíamos contar con unos mínimos cubiertos: respeto al principio de Justicia. El enfermo que se acerca al final de la vida, las personas que decidan que les acompañen y los profesionales de la salud que son parte activa en este difícil proceso, tienen derecho a contar con la atención de un profesional de la Psicología formado en cuidados paliativos.

X CONGRESO MUNDIAL DE PSICOONCOLOGIA- ENTREVISTA A SU PRESIDENTA

X CONGRESO MUNDIAL DE PSICOONCOLOGIA- ENTREVISTA A SU PRESIDENTA 

Tal y como anunciábamos meses atrás, del 9 al 13 de junio de 2008 tendrá lugar en Madrid el X Congreso Mundial de Psico-oncología, organizado por la Sociedad Internacional de Psico-oncología (IPOS).

El encuentro, que está organizado en torno a talleres, sesiones plenarias, simposia, comunicaciones orales y posters, reunirá a expertos nacionales y extranjeros con una dilatada experiencia en el ámbito de la Psico-oncología y de los cuidados paliativos, que abordarán temas tan diversos como la intervención en familias y parejas del afectado durante la trayectoria de la enfermedad, la psicoterapia de apoyo y habilidades de regulación emocional para los profesionales que trabajan con estos enfermos, la terapia de familia en cuidados paliativos o la ansiedad y actitudes antes la muerte y la búsqueda de significado en pacientes con cáncer avanzado, entre otros.

Con motivo de este evento, Infocop Online ha querido entrevistar para sus lectores a María Die Trill, Presidenta del congreso y coordinadora de la Unidad de Psico-oncología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

ENTREVISTA

En primer lugar, le queremos preguntar cuáles son los objetivos específicos del X Congreso Mundial de Psico-oncología y a quién va dirigido.

El 10º Congreso Mundial de Psico-oncología tiene como objetivos el favorecer la presencia de profesionales latinoamericanos facilitando recursos para que puedan asistir al congreso; y facilitar una mayor integración de los cuidados paliativos en los congresos de la Sociedad Internacional de Psico-oncología (IPOS), dado que en España contamos con excelentes profesionales en este campo.

El congreso va dirigido a todos aquellos que trabajen con o estén interesados en la atención integral y psicológica al paciente oncológico y a sus familiares: psicólogos, psiquiatras, médicos, enfermeras, trabajadores sociales, técnicos, etc. Es incluso interesante para aquellos que trabajan con pacientes que padecen otras enfermedades crónicas que amenazan la vida del individuo.

Con este congreso se cumplen ya diez ediciones ¿Qué novedades nos podremos encontrar en este encuentro? ¿Cuáles van a ser las áreas de mayor interés?

Entre las novedades podemos incluir talleres basados en la filosofía humanista, en los que el profesional aprenderá técnicas concretas para ayudar al paciente con cáncer avanzado a encontrar sentido a su vida; talleres dirigidos a la intervención psicológica en pacientes inmunodeprimidos; talleres centrados en el aprendizaje de técnicas grupales para trabajar con parejas en las que un miembro tiene cáncer; talleres de psicodrama y otros en los que se trabajará la experiencia del profesional ante la enfermedad y la muerte. Como novedad en este congreso se celebrarán los talleres en inglés con traducción en castellano, y sólo unos pocos únicamente en inglés.

Otra novedad serán las sesiones plenarias, originales y de gran contenido científico. En la primera, titulada Cáncer y creatividad: una afirmación de la vida, participarán representantes de diferentes modalidades artísticas que han padecido cáncer para reportar sobre cómo la enfermedad ha influido en su capacidad para crear. La segunda sesión plenaria, titulada Integrando la Psico-oncología y los cuidados paliativos, reúne a grandes expertos en ambos campos: W. Breitbart, Jimmie Holland, Matti Aapro, J.M. Nuñez-Olarte, Gary Rodin y Xavier Gomez-.Batiste. Y para finalizar con un toque de esperanza, en la tercera sesión plenaria: La narrativa de la esperanza, participarán Antonella Surbone (Comunicación Médico-Paciente); Diego Gracia (Bioética y Esperanza), y José Antonio García Monge (La esperanza en el contexto del sufrimiento).

Con el fin de facilitar la participación de nuestros profesionales, se traducirán todas las sesiones plenarias, habrá una de las seis sesiones simultáneas en español, y una de las tres sesiones de posters será igualmente en castellano.

Como presidenta, ¿cuáles son sus expectativas respecto a la celebración de este congreso?

En cuanto a asistencia, esperamos a unos 800 profesionales de todo el mundo. Espero que podamos facilitar un lugar en el que los profesionales, procedentes de todas partes del mundo, puedan compartir conocimientos en un entorno acogedor. Espero poder facilitar la asistencia y participación activa de nuestros profesionales en un congreso internacional, y que cada uno obtenga el mayor provecho posible de una actividad de gran valor científico. Espero que este congreso facilite el que las autoridades de nuestro país tomen conciencia de la necesidad imperiosa, que existe en nuestros hospitales, de tener a profesionales formados en Psico-oncología, como parte del cuidado integral del enfermo con cáncer.

La intervención tanto en pacientes oncológicos, como en sus familiares y en los profesionales que trabajan en este ámbito es un aspecto con mucho peso en este congreso. En este sentido le queremos preguntar cómo valora el papel de los psicólogos en esta área.

Siendo a lo que me dedico y a lo que he dedicado los últimos 25 años de mi vida, puede imaginarse la importancia que le adjudico al papel de los psicólogos en el ámbito de la oncología.

No obstante, la escasez de psicólogos en las unidades de oncología de los hospitales públicos, y en el sistema sanitario en general, sigue siendo una realidad en la actualidad. A este respecto nos gustaría conocer su punto de vista sobre esta situación.

Considero que la situación actual de los psicólogos dentro de los equipos oncológicos deja bastante que desear. Como he mencionado previamente, la ausencia de plazas para psico-oncólogos en los hospitales y en los centros sanitarios es notoria en nuestro país. Espero que el 10º Congreso Mundial de Psico-oncología, junto con los esfuerzos de la Sociedad Española de Psico-oncología, ayuden a paliar esta situación.

¿Le gustaría transmitir alguna otra cuestión a nuestros lectores?

Sí, qué acudan al congreso. Pueden encontrar mas información visitando nuestra página web.

PSICOLOGÍA Y CUIDADOS PALIATIVOS

PSICOLOGÍA Y CUIDADOS PALIATIVOS 

Ramón Bayés

Universidad Autónoma de Barcelona

Durante bastantes años, los psicólogos hemos insistido, año tras año, congreso tras congreso, artículo tras artículo, en las insuficiencias de un modelo médico basado en la enfermedad orgánica y sus terapéuticas curativas, para atender a pacientes que son, esencialmente, hombres y mujeres que sufren. Ha llegado el momento, la fruta está madura, para un cambio de paradigma. Y éste nos llega, lenta pero insistentemente, desde las filas de la misma medicina.

  Han transcurrido treinta años desde que Eric Cassell (1982), nos mostrara con claridad desde una revista médica emblemática ? The New England Journal of Medicine ? que “los que sufren no son los cuerpos; son las personas”. Pero en el campo de la salud, los cambios de perspectiva no obedecen a la lógica o la racionalidad. Es preciso que las nuevas ideas y actitudes vayan penetrando lentamente en el entramado social y profesional y, como una estalactita, vayan conformando el nuevo modelo; no es tanto cuestión de pruebas sino de décadas.

Mucho tiempo antes del artículo de Cassell, otro médico ilustre, Francis Peabody (1927) ya nos había indicado el camino al señalar que lo que se conoce como “cuadro clínico” no equivale a la fotografía de un enfermo en cama sino que “es una pintura impresionista del paciente enmarcado en su casa, su trabajo, sus relaciones, sus amigos, sus alegrías, tristezas, esperanzas y miedos”. Y podemos encontrar sin duda antecedentes en la obra de Sir William Osler, por ejemplo, considerado el mejor clínico de su tiempo. En fechas mucho más recientes, el denominado “Informe Hastings” sobre “Los fines de la Medicina” y un artículo de Daniel Callahan (2000) han rematado el trabajo. Ya no cabe marcha atrás. Las intervenciones terapéuticas basadas en el dualismo y la patología orgánica están cediendo el paso, insistentemente, a intervenciones integrales que tienen en cuenta la prevención de las enfermedades, la conservación y mejora de la salud, y la paliación del sufrimiento. En 2007, la misma revista médica mencionada al principio de este párrafo, titulaba uno de los artículos de fondo “El poder curador de escuchar en la Unidad de Cuidados Intensivos” (Lilly, C.M., y Daly, B.J., 2007), lo cual, personalmente, considero deliciosamente provocador y alentadoramente revolucionario. Todos los que trabajamos en el campo de la salud, académicos y clínicos, creo que tendríamos que felicitarnos por ello.

En la presentación del nuevo modelo médico al público español, Victoria Camps (2004) escribe que los fines de la medicina “han de poner un énfasis especial en aspectos tales como la prevención de las enfermedades, la paliación del dolor y el sufrimiento, han de situar al mismo nivel el curar y el cuidar, y advertir contra la tentación de prolongar la vida indebidamente”.

El Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos ha querido saludar con el presente monográfico sobre el sufrimiento y los cuidados paliativos, una iniciativa de la Fundación La Caixa, la cual, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Consumo, acaba de lanzar un ambicioso “Programa para la atención integral de personas con enfermedades avanzadas y sus familiares”, que puede constituir un hito relevante para el desarrollo de nuestra profesión en el campo de las personas que se encuentran al final de la vida.

Sin embargo, más allá de lo que este programa pueda representar, quisiera aprovechar la tribuna que se me ofrece, para incidir en dos aspectos del sufrimiento humano: el primero, conceptual, y el segundo, profesional, que han acaparado muchas energías, tanto mías como las de los entrañables compañeros que me acompañan en esta singladura (Pilar Arranz, Pilar Barreto y Javier Barbero), durante el par de décadas que viajamos juntos en busca de aventuras y conocimiento por los desconocidos mares de la proximidad de la muerte.

En la atención integral al enfermo ? él, y no la enfermedad, constituye el núcleo de todo el sistema de salud -, el tema del sufrimiento es capital. “Tal vez podamos llegar a establecer ? suele señalar Javier Barbero ? una red de hospitales sin dolor; no cabe siquiera pensar en el proyecto de un solo hospital sin sufrimiento”. Muchos han sido los autores, aparte de los ya citados, que nos han ayudado, desde un punto de vista académico, a entender el sufrimiento: Chapman y Gravin, Diego Gracia, Laín Entralgo, Lazarus y Folkman, Loeser y Melzack, Jerome Frank, Viktor Frankl, Kabat-Zinn, etc.

Desde el punto de vista existencial, el curso natural de nuestras vidas ha completado la obra. No sólo hemos aprendido a definir y evaluar, aunque sea de forma provisional y mejorable, el sufrimiento, sino que, a través de pérdidas personales de todo tipo, “sabemos” qué es el sufrimiento. Aunque se trate de una difícil tarea, desearía compartir con vosotros, lectores, colegas, amigos, unas pocas ideas, trabajos y sentimientos, que sin duda han recibido la influencia y las aportaciones de otros muchos compañeros: Manel Dionis, Marta, Dolors, Quim, Carmen, Carola, Cristina, Jorge, Estrella, Mariant, Tomás y, afortunadamente, un largo, casi interminable, etcétera.

Desde el punto de vista académico, podemos definir el sufrimiento como la consecuencia, dinámica y cambiante, de la interacción entre la percepción de amenazas y recursos, modulada por el estado de ánimo (Arranz, Barbero, Barreto y Bayés, 2004, Bayés, 2006). Cuanto más amenazadora nos parezca una situación y cuanto menos control creamos tener sobre ella, mayor será el sufrimiento que experimentaremos.

  Los cuidados paliativos nacen en España en los años ochenta en los hospitales Marqués de Valdecilla de Santander, Santa Creu de Vic (Barcelona), Creu Roja de Lérida y El Sabinal de Las Palmas de Gran Canaria. El primer Congreso de Cuidados Paliativos tiene lugar en España, en 1989, en Vic. Varios son los factores que, en nuestra pequeña, limitada y personal historia como psicólogos de cuidados paliativos, han atraído nuestra atención. Me gustaría destacar algunos de ellos:

a) La necesidad de entrenamiento de los profesionales sanitarios en estrategias de counselling, defendida con entusiasmo desde primera hora por Pilar Arranz en un artículo pionero (Arranz, 1992), en el que expone por primera vez en nuestro país, con detalle y claridad, el rol del psicólogo en las unidades de cuidados paliativos.

b) La elaboración de un modelo de sufrimiento, como primer paso para poder diseñar instrumentos capaces de evaluar la eficacia de las intervenciones en las unidades de cuidados paliativos (Bayés, Arranz, Barbero y Barreto, 1996).

c) La reivindicación ética y absolutamente necesaria de la figura del psicólogo, mencionado pero minusvalorado por la Estrategia de Cuidados Paliativos del Ministerio de Sanidad y Consumo (2007) dada a conocer recientemente. Señala Barbero (2008): “Se está perdiendo la dimensión preventiva del sufrimiento que nos propone la OMS. La OMS define el Cuidado Paliativo como . El trabajo preventivo psicológico se realiza precisamente porque no se pretende psicopatologizar el sufrimiento”.

En España mueren cada año 380.000 personas. Tú, lector, y yo mismo; y el presidente del gobierno, el ministro de Sanidad, los jefes de los servicios hospitalarios, los entusiastas de la investigación genómica y las enfermeras, aunque a todos en nuestro interior ? como al Iván Yllich del cuento de Tolstoy – nos parezca increíble, también vamos a morir. El problema no es si nos gustaría, sino cómo nos gustaría morir. ¿Cómo quisiéramos que fuese nuestra vejez, que está ahí, agazapada, aguardando, dentro de nosotros? ¿Cómo desearíamos que murieran nuestros padres, nuestras parejas, nuestros abuelos, nuestros hermanos, nuestros hijos? La muerte forma parte de la vida. Una vida sin pérdidas es inconcebible. Los psicólogos podemos ayudar a prevenir y aliviar el sufrimiento.
 

Estamos en momentos de cambio. “Los tiempos ? como lleva cantando desde hace años Bob Dyland- están cambiando”. Pero aunque esto sea cierto, tal vez no lo hagan con la suficiente rapidez:

¿Cuantas veces un hombre habrá de levantar la vista

para poder ver el cielo?

¿Cuántos oídos deberá un hombre tener

para escuchar al pueblo llorar?

¿Cuántas muertes habrán de ocurrir

para que sepa que son ya demasiadas?

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Sobre el autor:

Ramón Bayés es Catedrático de Psicología Básica y Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona. Cuenta en su haber con una dilatada experiencia en el ámbito de los cuidados paliativos, la Psicología del sufrimiento y la muerte.