Manual de Ética
Cuarta Edición
American College of Physicians *
El secreto de la atención del paciente está en interesarse por él.
Francis Weld Peabody (1)
res médicos, jurídicos y sociales no son estáticos. Por ende, se hace necesario
ar los principios éticos del ejercicio de la medicina y su aplicación en circunstancias
En la cuarta edición del Manual de Ética del American College of Physicians se
os asuntos emergentes en la ética médica y se vuelven a visitar los antiguos. Se
a sobre muchas de las tensiones éticas que los internistas y sus pacientes enfrentan
a de arrojar luz sobre la forma en que los principios existentes se extienden a las
es también emergentes. Asimismo, reiterar los principios éticos que han ofrecido
ón para solucionar problemas éticos en el pasado podría ayudar a médicos a evitar
s en el futuro. El Manual no es un sustituto de la experiencia e integridad de los
individuales, sino que puede servir como recordatorio de las obligaciones y los
comunes a los que ejercen la profesión médica.
spectos de la medicina son fundamentales y eternos. En cambio, el ejercicio de la
siempre está cambiando. Los médicos deben estar preparados para hacer frente a
ios y para reafirmar aquello que es fundamental.
la cuarta edición del Manual de Ética del American College of Physicians, se
n asuntos emergentes de la ética médica y se vuelven a visitar otros más antiguos
inúan siendo muy relevantes. Los cambios que se han hecho al Manual desde su
visión en 1992 incluyen secciones nuevas sobre las pruebas genéticas, el entorno
e del ejercicio de la medicina y la atención administrada, la donación de órganos y
ación de discapacidades. También se ha añadido un método de casos para la toma
siones éticas (Apéndice). Se tratan más extensamente asuntos como la
bilidad de los pacientes y la discriminación y se ha corregido substancialmente la
sobre las decisiones cercanas a la muerte (que incluyen el suicidio asistido por
. La literatura sobre la ética biomédica se está expandiendo a una velocidad que
posible mantener actualizada la bibliografía (2); por lo tanto, en esta edición del
o se incluye una lista exhaustiva de material de consulta ni lecturas sugeridas.
al tiene el propósito de facilitar el proceso de toma de decisiones éticas en el
de la medicina y la investigación médica, así como de describir y explicar los
subyacentes de dicho proceso. Debido a que la ética debe entenderse dentro de
xto histórico y cultural, la segunda edición del Manual incluía una breve perspectiva
de los puntos de sostén culturales, filosóficos y religiosos de la ética médica
. En esta edición remitimos al lector a esa perspectiva general (3, 4) y a otras
5-8) que analizan más a fondo el rico patrimonio de la ética médica.
El Manual plantea problemas éticos y presenta lineamientos generales. Al aplicar estos
lineamientos, los médicos deben considerar las circunstancias del paciente individual y usar
su criterio de la mejor forma posible. Los médicos deben rendir cuentas desde el punto de
vista moral y legal, mas éstos podrían no ser concordantes entre sí. Por ejemplo, la
participación de médicos en actividades de tortura es legal en algunos países, pero nunca es
defendible moralmente. Los médicos deben tener en mente los posibles conflictos y
distinciones entre las obligaciones éticas y legales al tomar decisiones clínicas y deben
obtener asesoramiento cuando les inquieten las posibles consecuencias legales de sus
decisiones. En este Manual aludimos a la ley únicamente con fines de ilustración; estas
alusiones no deben interpretarse como declaración de la ley ni de las consecuencias
jurídicas de las acciones de un médico, mismas que pueden variar de un estado a otro. Los
médicos deben adquirir y conservar un conocimiento adecuado de los componentes clave de
las leyes y los reglamentos que afectan a sus pacientes y al ejercicio de su profesión.
La ley no siempre establece los deberes positivos (es decir, lo que uno debe hacer) en la
medida en que la ética profesional, especialmente la ética médica, lo hace. Nuestra
comprensión actual de la ética médica se basa en los principios de los que emergen los
deberes positivos. Estos principios incluyen la beneficencia?el deber de promover el bien y
actuar como mejor le convenga al paciente y a la salud de la sociedad?, así como la no
maleficencia ?el deber de no hacer daño a los pacientes. También se incluye el respeto por
la autonomía del paciente; el deber de proteger y promover las decisiones libres, sin que
obre coacción sobre los pacientes (9). A partir del principio de respeto por la autonomía se
derivan las reglas de veracidad, revelación de información y consentimiento informado. El
peso relativo que se otorga a estos principios y los conflictos entre ellos a menudo dan
cuenta de los problemas éticos que los médicos enfrentan. Los médicos que enfrentarán los
desafíos de solucionar dilemas deben contar con virtudes como compasión, valor y paciencia
ante cada uno de los aspectos del ejercicio profesional.
Además, las consideraciones de justicia informan la función del médico como ciudadano y las
decisiones clínicas acerca de la asignación de recursos. El principio de justicia distributiva
exige que tratemos de distribuir equitativamente las oportunidades de mejorar la vida que
ofrece la atención médica. La forma en que logremos esta distribución es el enfoque de un
intenso debate. Más que nunca, las inquietudes sobre la justicia desafían al papel tradicional
del médico como el defensor del paciente.
Los sistemas de atención médica están cambiando. Las localidades de atención están
cambiando y la atención administrada continúa creciendo, mas, sin embargo, el sistema de
atención médica estadounidense no atiende a todos sus ciudadanos adecuadamente y es
necesaria una reforma importante. Si bien no está claro la forma en que debe reformarse el
sistema para alcanzar ese objetivo, se sabe que el financiamiento de la atención médica es
un problema grave. Los valores de la sociedad se pondrán a prueba en las decisiones que se
tomen sobre la asignación de recursos.
Los asuntos éticos atraen la atención pública generalizada y la prensa cubre el debate sobre
ellos regularmente. A través de legislación, medidas administrativas o decisiones jurídicas, el
gobierno cada vez participa más en la ética médica. Hoy, la convergencia de diversas
fuerzas ?los avances científicos, la educación pública, los derechos civiles y movimientos de
geneidad de nuestra sociedad?exigen que los médicos expresen claramente los principios éticos que
guían su conducta, independientemente de si esto sucede en la atención clínica, la
investigación o la docencia o bien, hasta como ciudadanos. Es crucial que se escuche una
perspectiva médica responsable a medida que se tomen las decisiones sociales.
Desde las pruebas genéticas previas a la concepción hasta los dilemas que presentan los
pacientes cercanos a la muerte, se pide a los médicos, los pacientes y sus allegados que
tomen decisiones éticas difíciles. En la década de los setenta se vio el desarrollo de la
bioética hasta convertirse en un campo, seguido por una serie de reportes realizados por la
Comisión Presidencial Estadounidense para el Estudio de Problemas Éticos en Medicina y la
Investigación Biomédica y Conductual. Entonces y ahora, los asuntos importantes incluyen el
consentimiento informado (10, 11), el acceso a la atención médica (12), la detección selectiva
y la ingeniería genéticas (13, 14), así como la renuncia al tratamiento para mantener la vida
(15, 16). Éstos y otros asuntos ?el SIDA, suicido asistido por médicos, la cada vez mayor
computarización de las historias clínicas y el médico como empresario? nos retan a
reconsiderar periódicamente temas como la relación médico-paciente, las decisiones de
limitar el tratamiento y la confidencialidad.
Este Manual se escribió para nuestros colegas en medicina. En el American College of
Physicians se considera que este Manual ofrece el mejor abordaje hacia los retos que en él
se tratan. Esperamos que estimule un debate razonado y sirva como consulta para aquéllos
que desean informarse sobre las posiciones del American College of Physicians en relación
con asuntos éticos. Los debates sobre la ética médica también pueden estimular la
evaluación y discusión crítica de la política jurídica y pública en lo que concierne a los temas
éticos difíciles que enfrentan los pacientes, los médicos y la sociedad.
El médico y el paciente
La relación médico-paciente implica obligaciones especiales para el médico de atender el
interés del paciente debido al conocimiento especializado que tienen los médicos y al
desequilibrio de poder entre los médicos y sus pacientes.
El compromiso fundamental del médico siempre debe estar dirigido hacia el bienestar y lo
que mejor le convenga al paciente, independientemente de si el médico está previniendo o
tratando una enfermedad o ayudando al paciente a lidiar con enfermedades, discapacidades
y la muerte. El médico debe apoyar la dignidad de todas las personas y respetar su
singularidad. Los intereses del paciente siempre deben promoverse sin importar las
disposiciones financieras, el marco en que se suministra la atención médica ni las
características del paciente, como su capacidad para tomar decisiones o su condición social.
Al principio de la relación médico-paciente, el médico debe entender las quejas, los
sentimientos subyacentes, las metas y las expectativas del paciente. Después de que el
paciente y médico convengan en el problema y el objetivo del tratamiento, el médico
presenta uno o más planes de acción. Si ambas partes están de acuerdo, el paciente puede
autorizar al médico para que dé comienzo al plan de acción; en ese momento el médico
puede aceptar esa responsabilidad. Esta relación implica obligaciones mutuas. El médico
debe ser competente profesionalmente, actuar responsablemente y tratar al paciente con
bondad y respeto. El paciente debe entender y dar su consentimiento para el tratamiento que