Respaldo de material de tanatología

Tiempos actuales con los indigenas norteamericanos

Casi todo el mundo coincide en que los habitantes de los continente americano provienen de de Asia. Hace al menos 20.000 años, los primeros humanos cruzaron lo que hoy en día llamamos estrecho de Bearing, entre Alaska y Siberia. En diferentes olas migratorias, fueron pasando hacia América, que poco a poco poblaron.

He dicho casi todo el mundo porque, entre otros, los lakota dicen tener su origen en este mundo al salir de una cueva a las He Sapa (Black Hills, en el estado de Dakota del Sur).
Sin entrar en discusiones, en lo que si que coincide todo el mundo es que los lakota se convirtieron a finales del siglo XVIII y mediados del XIX en el grupo tribal más poderoso de la gran pradera en el centro del continente americano, entre los ríos Missouri y las Rocosas. Eran un grupo cazador recolector, que gracias al caballo, seguía los grandes rebaños de bisontes, una fuente casi inagotable de alimento…

La llegada de los blancos (o europeos, como preferís llamar a nuestros antepasados que fueron a hacer fortuna a aquellas tierras) fue bastante tranquila en un principio, ya que se trataba de comerciantes. Pero pronto fueron llegando otros muchos, y con ellos, aquello que se demostró ser peor que todos los ejércitos: las enfermedades. Se calcula que un 90% de las bajas entre las tribus se produjeron debido a simples resfriados, gripes, viruelas…. en un solo invierno, la gran tribu de los Hidatsa quedó diezmada; los Pies Negros, que impedían el paso de los blancos durante más de veinte años, no tuvieron mes remedio que detener sus ataques: no quedaban apenas guerreros vivos al cabo de tres años de enfermedades!

Con pocas tribus fue necesaria la intervención de la caballería. Y de hecho, al contrario de lo que nos ha explicado Hollywood, sólo actuó a gran escala cuando los últimos en resistir estaban ya pensando como adaptarse al nuevo mundo que los caía encima. Desde un punto de vista militar, la estrategia más eficaz del gobierno de los Estados Unidos fue matar bisontes. La tribu que no enfermaba se moría de hambre!

La mayor parte de las batallas las ganaron los lakota, los cheyenne…. las diferentes tribus eran militarmente superiores a una caballería plagada de reclutas que en muchos casos, no hablaban ni inglés. Eran sociedades guerreras, defendían su tierra, y no les faltaban armas de fuego. Pero enfermos y sin bisontes, su mundo se hundió. El 1876 vencieron a Custer y su séptimo de caballería. Un año más tarde, todos se habían rendido o huido a Canadá… para volver unos años más tarde. Las películas tienden a explicar la historia en función de las batallas. Los indios pueden ser buenos o malos, pero siempre nos dicen que en pocos años, su mundo desapareció… con ellos incluidos. El último acontecimiento de las guerras indias, y que se considera el final de la conquista del continente americano, fue la masacre de Wounded Knee. Ya no quedaban indios.

Y no fue así. No muchos sobrevivieron, quedaron anímicamente destrozados…. pero seguían vivos. El siglo XX, las leyes y todos los esfuerzos siguieron, para hacer de ellos unos buenos americanos. Los han seguido robando tierras de las reservas que tenían que ser de ellos para siempre. Sus reservas fueron redefinidas (en algunos casos hasta desaparecer), muchas tierras vendidas a los blancos que a partir de 1910 empezaron a colonizar grandes partes de Dakota. Los han enviado a escuelas lejanas, internados, donde los avergonzaban por ser salvajes, y los ponían jabón en la boca por hablar lakota. Los han hecho emigrar a las ciudades (el 80% de la población india de los Estados Unidos vivo en gran ciudades, fuera de las reservas). Pese a todo, siguen siendo lakota, cheyenne, crow (absarooka)…. las tradiciones, no sólo no se han perdido, sino que muy lentamente, se recuperan. El alcoholismo hace estragos, pero algunos luchan contra ello y hay en estos momentos un gran movimiento de retorno a la religión tradicional. Los bisontes ya han dejado de ser una especie en peligro de extinción… Estan vivos, y la lucha para seguir siendo lakota no cesa. Y además, ya tienen a sus primeros maestros, abogados…

tradición y modernidad

Van con tejanos, conducen coches, juegan a baloncesto, hablan por móvil, les gusta el heavy metal y el blues, y siguen los seriales de la tele… ¿qué queda de aquellos guerreros de las películas, de los grandes líderes espirituales que los hacían vivir en una harmonía perfecta con la naturaleza?!? Bien, ni las películas debían de ser tan fieles a la realidad, ni el hecho de no vivir en tipis los ha hecho perder ni la identidad ni su espiritualidad.

Y afirmo que el cine no ha sido demasiado bueno con ellos (excepto contadas ocasiones) porque si hay un primer detalle que los define (y que nunca aparece) es un sentido del humor a veces corrosivo!!! Este sentido del humor los ha ayudado a superar los momentos más duros del siglo pasado, cuando no avistaban futuro alguno. En resumen, son seres muy humanos, y poco que ver tienen ni con las películas ni con los mitos que nuestra sociedad construye con ellos.

Por otra parte, es preciso señalar que entre los lakota, como entre la mayor parte de las sociedades del mundo, el conocimiento es hermético. Sólo se pasa a quien el merece.. si hay alguien que lo merece. Nuestros viajes no les introducirán a estos conocimientos, no seamos pretenciosos. Les ofrecemos descubrir a unas personas con un sistema de valores y creencias que van mucho más allá del mito, de lo que han leído, oido, visto e imaginado sobre ellos. No asistiremos a ninguna ceremonia secreta, ni conoceremos a supuestos chamanes… de hecho, entre los lakota no han habido chamanes!

Incluso, cansados de ?new age? y buscadores de la espiritualidad india, en algunas reservas ya han aplicado leyes con las que se protegen de lo que llaman de espolio de su espiritualidad, y castigan el abuso que se hace a través de ceremonias lucrativas, generalmente lejos de las reservas, por parte de supuestos líderes espirituales.

la pradera

Hay un elemento esencial en todo viaje a esta amplia parte de los Estados Unidos. Nos resulta muy complicado de describirlo. Tan solo podemos decir que se asemeja al infinito: la pradera. Un mar de hierba, un horizonte bajo, un cielo inmenso, espacio, mucho espacio… Estos itinerarios que les ofrecemos no tendrían nada que ver, sin este territorio vasto, sin barreras. Para entender a los lakota, para entender este mundo, es preciso ver la pradera, estar allí en medio.

Desde un punto de vista geográfico, la pradera es un espacio llano, con un suelo generalmente poco fértil, donde reina la hierba, y con un clima continental extremo. En verano se alcanzan con cierta facilidad los 40 grados, y en invierno también, ¡aunque bajo cero! Se forman grandes tormentas, que en verano son con gran aparato eléctrico. Y en algunas ocasiones, un tornado aparece. En invierno, nieva relativamente poco (el clima es seco), y de vez en cuando se producen tormentas de nieve y vientos del norte de grande fuerza: simplemente espeluznante.

política, el movimiento indio americano

Tenemos la tendencia a interpretar los acontecimientos bajo el punto de vista propio. Así pues, esperamos encontrar un movimiento político de resistencia. Y dado que las noticias de los años 60 y 70 nos lo presentaron, a él nos agarramos: nos refirimos al A.I.M., el Movimiento Indio Americano. Debemos destacar que fue éste un movimiento urbano, nacido en las grandes ciudades, fundado por los hijos de los que fueron más o menos obligados a emigrar a las ciudades en los años 50. Tiene poco que ver con los tradicionalistas, aunque en un determinado momento, se alían con ellos. Ello dio lugar al principal acontecimiento de la historia contemporanea india: el levantamiento de Wounded Knee de 1973. Desde un punto de vista inmediato, fue un fracaso. Sus líderes fueron encarcelados, la mayor parte de los lakota y otras tribus los menospreciaron… pero la prensa se hizo eco del aconteciemiento, y habló de una revuelta india, como en las películas. Por una vez, esta tergiversación fue positiva, y hoy en día, se considera Wounded Knee del 73 como un cierto inicio del despertar de los indios, y de los lakota más en concreto.

Del A.I.M. queda poco. Su lider más importante, Russell Means, participó como actor en varías películas, entre ellas ?El Último de los Mohicanos?. Otro de ellos, Robidoux, vive en Sitges. En las reservas, el A.I.M. no tiene ningún tipo de peso político.

CRONICAS DEL MEDIO OESTE EN EU

CRONICAS DEL MEDIO OESTE EN EU
Nada a cambio de un esforzado trabajo
Jim Cason y David Brooks, enviados, Tilden, Nebraska n John Dittrich, un granjero de tercera generación, maneja por las pequeñas carreteras de terracería que vinculan campo tras campo de siembra en esta zona rural. Cada terreno y casa que pasa, cuenta una triste historia: éstos abandonaron su granja hace cinco años, aquéllos rentaron todos sus campos después de 50 años de trabajarlos, estos otros se declararon en bancarrota el año pasado.
“Miren, tengo 3 mil 500 acres, cada acre tiene 24 mil plantas de maíz, tengo tractores, camiones y equipo agrario de último modelo –señala Dittrich, sentado en su oficina equipada con computadoras y servicios electrónicos de punta que monitorean cualquier cambio climático, económico y político que pueda afectar a un granjero–. Cualquier pequeño productor o campesino mexicano vería esto que tengo como lo más rico y próspero, pero enfrentamos el mismo problema que sufren ellos: no ganamos lo suficiente para pagar los costos de producción”.
Dittrich trabaja ahora más horas y produce más maíz que nunca en sus 17 años de cultivar estas tierras, pero también gana menos que nunca.
“Cuando empecé a trabajar la tierra, en 1982, mis 250 acres producían utilidades. Hoy, 17 años después, yo y mi hermano tenemos 3 mil 500 acres y no generamos ingreso, más bien pérdidas”, dice.
“A la gente que produce los alimentos que todos comemos no se les está pagando”, afirma Dittrich, que trabaja las mismas tierras de sus abuelos. Ejemplifica: un granjero podría trabajar en sus mil acres 60 a 70 horas a la semana, más otras 40 horas en otro empleo, y generaría una producción de 350 mil dólares, pero su ingreso sería cero después de pagar gastos.
El problema clave, señala Dittrich, es que un número muy reducido de agroempresas controlan hoy todo el sector maicero y de granos básicos en este país, y comenta: “Desearía que el público estadunidense y el Departamento de Justicia estuvieran tan interesados en investigar la concentración empresarial en el sector alimenticio como lo están en la capacidad de Microsoft de controlar un software de 30 dólares”.
Cuatro empresas controlan ahora casi tres cuartas partes de todo el mercado de maíz en este país de la abundancia, y concentraciones similares se están realizando en los otros sectores agrarios, según la Unión Nacional de Granjeros.
Entre estas cuatro está la ADM, la que tiene un convenio conjunto con Maseca de México, recuerda Dittrich. También, una fusión empresarial aprobada recientemente permitirá que otra agroempresa, Cargill, asuma el control de 50 por ciento del mercado de granos básicos a nivel mundial.
“Estas empresas son las que se encuentran entre nosotros los productores y los consumidores”, comenta Dittrich.
Como resultado, dice, los precios que se pagan a los granjeros se reducen mientras los precios al consumidor se elevan y los únicos que salen ganando son esas enormes empresas, por eso no hay ninguna relación entre el precio del maíz al comprarse del granjero y el precio de ese producto en el mercado.
Explica que el precio por bushell de maíz hace 17 años era de 3.17 dólares, pero hoy se vende a sólo 1.80 a pesar de una tasa de inflación acumulada en el periodo de 64 por ciento. Los 3.17 dólares de 1982 serían ahora 4.70.
Señala que hasta el propio Departamento de Agricultura calcula que le cuesta hoy a un granjero aproximadamente 2.40 dólares producir un bushell de maíz, y, con el precio en el mercado de sólo 1.80, los agricultores están perdiendo 60 centavos de dólar por bushell.
Los granjeros y sus tierras son básicamente colonias dentro de Estados Unidos que producen materias primas baratas para la nación madre: “Tenemos una economía en auge mientras que el sector que produce todo el alimento no recibe nada por ello”.
El granjero de 40 años dice que los esfuerzos anteriores para investigar los mecanismos utilizados por las empresas transnacionales para controlar los precios de los productos básicos, han fracasado por la enorme influencia política que han obtenido las empresas a través de sus contribuciones políticas en Washington, y que “nunca vamos a lograr cambiar todo esto hasta que se cambie todo el sistema del financiamiento de los políticos electos”.
Advierte que habrá consecuencias dramáticas en el carácter nacional de la economía si no se cambia este sistema.
“Lo que temo es que si no cambia nada, la situación agraria seguirá deteriorándose y la estructura pasará de una de granjas familiares a una donde las transnacionales tomaron un control total del sector”, y “entonces tendremos una estructura agraria que ya no responderá a las necesidades del pueblo, ni de su gobierno electo”, advierte John Dittrich.

La región lakota, tierra de heridas
Wounded Knee, Reservación Indígena Pine Ridge, Dakota del Sur n Aquí está el famoso sitio conocido como Wounded Knee (Rodilla Herida), y la escuela primaria se llama Little Wound (Pequeña Herida). Es tierra de heridas, de conquistadores, de rebeldes, de sangre que corre por este lugar tan antiguo, poblado por un pueblo que bajó de las estrellas y que enfrentó a otro cuya bandera de estrellas intentó domarlo.
Pero los antiguos guerreros de estas partes –Crazy Horse (Caballo Loco), Sitting Bull (Toro Sentado), y otros– siguen llamando a algunos a mantener viva la resistencia de un pueblo que nunca se rindió.
El sitio de la batalla de Wounded Knee de 1890 se encuentra en un cruce de caminos en la reservación Pine Ridge, marcada con un simple anuncio. Aquí unos 300 indígenas fueron masacrados hace un siglo, y un cementerio ubicado en una colina incluye las tumbas colectivas de los abuelos y bisabuelos de algunos artesanos que tratan de vender algo a los turistas que aparecen.
Este sitio marca el corazón de la resistencia indígena contra los ataques de los invasores, no sólo los de hace cien años, sino también los de hoy.
En el año 1890, 300 hombres, mujeres y niños indígenas fueron masacrados por fuerzas del gobierno estadunidense en Wounded Knee, que se volvió símbolo nacional de la resistencia india y una memoria viva de la historia brutal de la relación entre Washington y los pueblos indígenas.
Aquí los líderes Crazy Horse y Red Cloud (Nube Roja) lucharon contra los blancos que llegaron a robarse estas tierras.
En Wounded Knee, un siglo más tarde, en 1973, miembros del Movimiento del Indio Americano lucharon contra fuerzas del gobierno estadunidense en un sitio de 71 días y revivieron demandas por una soberanía real de los indígenas. Encabezados por Russell Means, Dennis Banks y Clyde Bellecourt, los activistas ocuparon un centro de comercio y durante más de dos meses sostuvieron un enfrentamiento armado con más de 300 agentes del FBI, del Servicio Federal de Alguaciles y de la policía del Buró de Asuntos Indígenas.
Este hecho inspiró un renacimiento del movimiento nacional de resistencia indígena por la dignidad y por la demanda nacional de respeto a los violados tratados de soberanía de las etnias.
La tierra aquí es de pastoreo, creada para el búfalo, con pequeñas colinas interrumpidas por arqueología volcánica. Vacas bien nutridas adornan casi todo espacio abierto y, de vez en cuando, puede verse un búfalo.
Las casas son frágiles, algunas son móviles, y hay esqueletos de carros usados por dondequiera, pero se ve muy poca gente en esta reservación que ocupa casi 5 mil millas cuadradas en la esquina sudoeste del estado de Dakota del Sur. Es la segunda reservación indígena más grande de las 314 que existen en este país.
Pero la belleza natural de esta tierra esconde otra realidad. La reservación indígena Pine Ridge, técnicamente una “nación indígena” separada establecida por el gobierno estadunidense, es considerada la zona más pobre de Estados Unidos.
El desempleo oficial supera 80 por ciento, los ingresos son un tercio del promedio nacional y dos de cada tres de los cerca de 20 mil habitantes viven en la pobreza. Tomando en cuenta las estadísticas del gobierno federal, el ingreso per cápita es inferior al de México.
De las más de 500 tribus reconocidas oficialmente dentro del territorio estadunidense, la de Pine Ridge registra los niveles más altos de alcoholismo, tuberculosis y diabetes. Rodeada por el país más rico del mundo, casi 20 por ciento de la población no tiene electricidad ni agua potable.
Esto es todo lo que queda de una nación indígena llamada Oglala Lakota o Sioux, que en 1830 contaba con entre 800 mil y un millón de miembros, pero que para fines del siglo pasado había sido reducida a menos de 10 mil; unos, muertos por balas del gobierno estadunidense, pero miles más a causa de las enfermedades del hombre blanco.
Pero los indígenas de estas partes, los abuelos y bisabuelos de los habitantes de Pine Ridge, fueron los que ofrecieron la mayor y más feroz resistencia al gobierno estadunidense invasor. Guerreros como Red Cloud y Crazy Horse fueron responsables de dos de las tres derrotas más graves que sufrió él ejercito estadunidense en las guerras contra los indígenas.
Red Cloud con su breve guerra contra Estados Unidos llevó a la negociación del tratado del Fuerte Laramie en 1868, donde se reconoce un territorio de los lakotas, que se extiende a lo largo y ancho de los que hoy son cinco estados de esta zona. Menos de seis años después, el gobierno estaduni-dense deseaba violar ese tratado –en parte por el descubrimiento de oro en este territorio– y se reinició el conflicto armado.
En la defensa del acuerdo violado, Crazy Horse derrotó y mató al general George Armstrong Custer y 200 de sus soldados en la famosa batalla de Little Big Horn.
El sitio donde está enterrado el gran guerrero indígena Crazy Horse se mantiene en secreto para que nunca lo descubran los blancos, y cuentan los lugareños, igual como se hace en México con Emiliano Zapata, que algunas noches se puede ver cabalgando a Crazy Horse llamando a su pueblo a la resistencia.
El baile comienza de nuevo…
Pine Ridge, Dakota del Sur n El pueblo indígena de Lakota Sioux empieza a bailar otra vez. Hace más de cien años, el 29 de diciembre de 1890, cientos de indígenas fueron masacrados por tropas federales estadunidenses, por bailar.
Rick Two Dogs (Dos Perros), un curandero, prepara a un grupo de su pueblo para el Baile del Sol (Sundance). “Es una tradición de miles de años, es un rito que fortalece, que recupera el equilibrio entre el hombre y la naturaleza, que da gracias al creador”, informa Two Dogs en entrevista con La Jornada.
Two Dogs fue instruido desde los ocho años por su abuelo para ser líder espiritual. Sentado bajo una foto del abuelo –un hombre con una cara de feroz dignidad– Two Dogs cuenta que en 1889 el gobierno estadunidense promulgó una ley –el Acta de Ofensas Indígenas– que prohibió las ceremonias indígenas, lo que perduró hasta los años 50. Sólo se permitían los bailes y los ritos como parte de exhibiciones para turistas, o en actos de carnaval. Los indígenas lakota o sioux tendrían que mantener sus tradiciones en la clandestinidad, “mi familia tuvo que hacer todo en secreto”.
Su abuelo, testigo a los 10 años de la derrota del ejército de Custer en Little Big Horn y vivió para ver la primera aventura astronáutica de John Glenn, pasó su sabiduría al nieto. “Tuve la fortuna de crecer sin electricidad, sin televisión”, dice.
“Mi abuelo fue mi guía, a través de los cuentos, los cuentos que contienen el conocimiento tradicional de las generaciones –cuenta–. Nuestro cuento de creación dice que antes que nada existía la roca, que nuestra gente llegó aquí de siete estrellas”.
Informa que el número siete es sagrado porque hay siete fuegos que sostienen este pueblo compuesto por siete familias extendidas, las cuales son parte de siete bandas del pueblo lakota.
“Nuestra soberanía surge de estos cuentos y cuando se olvidan es cuando perdemos nuestra soberanía –dice–. La esperanza para el futuro es recuperar estas historias, nuestro idioma, nuestras formas tradicionales; cuando los jóvenes las rescaten. Nosotros no medimos la riqueza por el tamaño de nuestras casas o coches. Seremos ricos cuando más de mi gente hable nuestro idioma, conozcan sus cuentos y tradiciones”.
Este pueblo, dice, “sólo podrá rescatarse si regresa a sus formas de vida, de conocimiento de su propia identidad. Aquí no había jefes, había líderes del pueblo, pero cada uno era líder por el respeto que merecía, por lo que lograba, por su integridad. Un líder no duraba mucho si no era honesto. Cuando los blancos llegaron y demandaron ver a nuestros jefes, pues no había… entre nosotros empujábamos a cualquiera, diciendo, hazla de jefe para éstos”.
Continúa: “Aquí ni Crazy Horse podía mandar a nadie. Uno como él podía tomar la decisión de irse a la guerra, pero cada individuo tomaba su propia decisión de seguirlo o no, y si no, se iba solo. Los blancos impusieron una forma de gobierno donde elegimos a nuestros líderes en elecciones cada dos años, pero eso no tiene nada que ver con nuestra forma de vivir. Los líderes verdaderos son los tradicionales, los naturales y no los electos.” 

El holocausto silencioso

América ya tenía campos de concentración mucho antes de los de la Alemania de Hitler… Las Reservas.

Floyd Red Crow Westerman (12 Octubre 2004)

UNA TRISTE DISTINCIÓN PARA LOS SIOUX: SU HOGAR, EL MÁS POBRE DE AMÉRICA. PINE RIDGE: LA VIDA EN EL LÍMITE: EL CONDADO MAS POBRE DE AMÉRICA.

Titulares de este tipo se leen casi a diario en los periódicos de Estados Unidos. Todos ellos describen las reservas, en especial la de Pine Ridge en Dakota del Sur, como lugares de desesperación. Toda la reserva apesta a pobreza.

Todo el mundo vive del sistema de subvenciones, de las ayudas GA (Asistencia General) y de las ayudas ADC (Ayudas a las mujeres solas que tienen hijos a su cargo), cupones de comida y commodities (bienes). Los ingresos medios anuales de Pine Ridge están alrededor de los 3.100 dólares, con el 65% de la gente viviendo muy por debajo de los limites de pobreza. Para la América blanca, los Indios siguen siendo sus residuos… Sus sobras. La mayoría de la gente vive de las ayudas GA. Van a solicitar trabajos para que al menos tengan eso en los registros, pero no hay trabajos, así que automáticamente entran dentro del sistema de subvenciones. Van a los servicios sociales de la Oficina de Asuntos Indios (BIA), y les cuentan su situación, los ingresos que tienen, las facturas que tienen que pagar, cuanta gente forma la familia, y ya cualifican para las ayudas, incluso si no tienes familia también cualificas para algún tipo de ayuda. Les dan muy poco, quizás para los gastos de una semana después de haber pagado las facturas.

Mucha gente hace artesanía, que venden clandestinamente porque si alguien se entera de que están sacando ingresos les pueden denunciar y quitarles las ayudas… intentan venderlas también en los Trading Post, pero hay demasiada gente haciendo esto y muy pocos sitios que lo compren, así que les resulta bastante difícil venderlo, por lo general lo acaban vendiendo por muy poco dinero…

Si estás recibiendo las ayudas de GA también te pueden dar los cupones de comida, pero no las commodities, es una cosa u otra. Aunque las commodities son muy precarias. Las mismas cosas de siempre, les dan leche en polvo, carne deshidratada, patatas deshidratas y cerdo. Luego les dan a elegir entre otras cosas como arroz, harina y cereales pero tienen que elegir que quieren porque no le dan todo. Lo que si les dan es muchísimo queso y mantequilla. Muchos jóvenes y gente de mediana edad son obesos, pero no es la gordura saludable, ese tipo de gordura que viene de comer bien, es una obesidad mórbida, nada saludable. La gente por lo general prefieren los cupones de comida porque al menos con ellos pueden comprar algo de comida fresca.

Para conseguir los cupones de comida o las commodities tienen que pasar por una interminable lista de papeleos. Tienen que probar que sus ingresos son muy bajos o que no tienen ningún tipo de ingreso. Eso es fácil. Es la situación general de prácticamente todo el mundo en la reserva, pero el proceso es muy lento. Para cuando les lleguen los cupones de comida el dinero del GA ya hace mucho tiempo que ha desaparecido. Con el dinero del GA les pagan el alquiler, nada más. Nada para comida, nada para ropa, nada para la luz, el gas y todas las cosas que se necesitan para vivir. Les suelen dar unos 30 dólares por persona ademas de los cupones de comida que no duran mucho… Entonces qué les queda?? La gente esta desesperada por dinero, así que venden sus cupones de comida a mitad de precio o venden sus commodities a grandes descuentos. Tienen que elegir entre comprar comida o comprar ropa a sus hijos para que puedan ir a la escuela.

Por supuesto es ilegal vender los cupones de la comida y las commodities y la gente suele ser detenida por venderlos. Las autoridades también hacen todo lo posible para que les corten las ayudas, normalmente suelen enviar a algún que otro burócrata a las reservas que si ven a alguien vendiendo cualquier cosa o ganando un par de dólares en un bingo lo denuncian y su cheque desaparece. Todo el mundo que ha intentado salir adelante montando pequeños negocios acaban siendo denunciados y se quedan sin ayudas de ningún tipo. Cada esfuerzo por intentar hacer o comenzar algún tipo de negocio, resulta siempre en un recorte en las ayudas o que las suspendan. Algunas personas se rinden de intentarlo una y otra vez y se dan a la bebida. Venden sus cupones de comida para comprar su alcohol, prefieren pasar hambre a quedarse sin alcohol. Algunas mujeres en cuanto reciben su ayuda de ADC, dan a sus hijos golosinas y comida basura para mantenerlos contentos, y justo después se van a beber.

Pero si lo miramos desde dentro, con semejante pobreza la gente bebe para olvidar su miseria. La vida es muy dura y mucha gente se ven sencillamente incapaces de salir adelante, ni siquiera vendiendo cualquier cosa que puedan conseguir. Ni siquiera los sueños tienen sentido para ellos, porque no hay dinero para convertir esos sueños en realidad. El 80% de la gente está en paro. Los líderes tribales y políticos, la mayoría “medio indios” son los únicos que tienen trabajo y les dan los trabajos a sus parientes. Todos los demás quedan fuera. El nombre del juego es… nepotismo. Pero cómo les puedes culpar o juzgar cuando están dando el tan necesitado trabajo a un hermano o sobrino?? A todos los demás, los burócratas les ofrecen cursos de todo tipo, carpintería, zapatería y mecánica de coches. Este último es de los mejores cursos, porque sus coches son tan viejos y decrépitos que tienen que estar arreglándolos todo el tiempo.

Los viejos cementerios de coches están siempre repletos de gente tratando de encontrar una pieza que aún funcione. Pero cuántos carpinteros, zapateros o mecánicos se necesitan en una reserva?? Muy pocos. En las Black Hills algunos empresarios blancos les ofrecen trabajos haciendo teatro en fuertes falsos, trabajando o hacer que trabajan en falsos poblados indios. A lo largo de las autopistas y carreteras hay carteles que anuncian:

INDIOS TRABAJANDO. VEAN COMO VIVEN. VEAN A VERDADEROS INDIOS SIOUX HACIENDO MOCASINES RECREACIÓN DE LA BATALLA DE CUSTER VERDADEROS Y VALIENTES INDIOS SIOUX EN CABALLO TODAS LAS TARDES DESDE MAYO A OCTUBRE

Este tipo de trabajos son denigrantes y además pagan muy poco, obligando a la gente a vivir durante toda la temporada a más de 100 km de sus hogares. Ben Black Elk, por ejemplo, un hombre muy inteligente, uno de los hijos de Black Elk, el único trabajo que pudo encontrar fue el de sentarse en un banco con su regalía bajo la sombra del Mt. Rushmore posando para turistas, siendo fotografiado una y otra vez con su vestimenta india, mientras abrazaba a alguna turista o sentaba en su regazo a algún niño blanco. Solía obtener 25 centavos por cada foto y después de unos cuantos años le daban 1 dólar. Un hombre que si le hubieran dado la oportunidad se hubiera convertido en un gran doctor o científico porque era algo natural en el. El gobierno trata de resolver el “problema indio” moderno desplazando a grandes números de hombres y mujeres Lakota a ciudades lejanas. Hay muchos Sioux en Los Ángeles, Denver, Cleveland, Rapid City, etc… donde forman sus propios guetos y están tan fuera de lugar como lo estaría un cocodrilo en Manhattan. Esto a menudo significa la perdida de identidad.

En esos lugares, lejos de sus tierras, algunos dejan de ser indios sin ni siquiera ser aceptados por los blancos. Luego están los que no aguantan el vivir por mas tiempo en la reserva donde no hay nada para ellos, así que empiezan a irse de un lugar a otro, con la esperanza de encontrar una vida mejor, cuando no la encuentran, vuelven de nuevo a marcharse a otro sitio. Así es que puedes encontrarte con Lakotas en los lugares más remotos y extraños. Allá donde vayas encontraras a un Sioux. En la reserva siempre existe ese sentimiento de inseguridad y desesperación. Podré pagar el alquiler el próximo mes? Me cortaran la luz? Todavía tendré teléfono o luz? Nunca sabes que pasará?Viven al día y ni siquiera eso. Viven en una cultura de la pobreza mezclada con sus costumbres indias. Dependen de su coche para todo, así que cuando se quedan sin gasolina o sin dinero para pagar la gasolina, se convierten en presos. No pueden ir a ningún sitio. No pueden moverse. Esto hace que muchas personas entren en tal grado de desesperación, sin nada que hacer ni nada que ofrecer, que acaban pagándolo con sus amigos, familiares? El hombre no tiene trabajo, no puede darle nada a su familia.

Las costumbres Sioux dicen que tienes que ser generoso, hacer regalos, pero los hombres no tienen nada que dar. La mujer es la única que puede conseguir dinero mediante las ayudas ADC pero para esto, el hombre no puede vivir en la misma casa, si alguien se enterara y denunciara se quedan sin ayuda. Algunas veces los hombres no pueden soportar este tipo de situaciones durante más tiempo y explotan. Casi cada semana alguien resulta asesinado. Las mujeres se pelean igual que los hombres, y muchas veces empiezan a discutir por cosas que han sucedido hace mucho tiempo y una cosa lleva a la otra, y al final todo el mundo acaba peleándose.

Las drogas son otro problema en las reservas. Hay poco pero de todo?y las prisiones se están llenando de gente detenida por posesión y, o distribución de todo tipo de drogas, desde marihuana, cocaína, ácido, speed, y heroína? A la gente le gusta el Pej, la palabra Sioux para “hierba”. Pero es tan caro que la gente solo lo fuma si se lo puede permitir en ocasiones especiales. Hay gente que lo cultiva, pero tienen que hacerlo con mucho cuidado porque si alguien lo encuentra ya se quedan sin Pej. La gente que tiene mazaska (dinero) paga lo que sea por Pej buena. Hay gente que todo el mundo conoce que llevan toda la vida vendiendo pero que nunca han sido detenidos. Posiblemente tienen amigos en las “alturas”. Los jóvenes que no tienen dinero para pagar Pej u otro tipo de drogas se han convertido adictos a la gasolina, esto es así, inhalan gasolina hasta que muchas veces pierden el conocimiento, o entran en coma, o en algunos casos se mueren. Luego esta la laca del pelo, pinchan una botella de laca, ponen una esponja en el agujero y luego lo beben o inhalan, o también pueden cocinar una sopa con los productos y ceras para limpiar los zapatos, lo calientan, lo disuelven y lo beben. La gente ya bebe cualquier cosa si no pueden pagarse cualquier botella de lo que sea. Beben perfume, jarabes, lo que sea. Lo “más” ahora es el MONTANA GIN, que es una botella de Lysol ( Lysol es un producto de limpieza y desinfectante que tiene alcohol, lejía, amoníaco… etc…), la botella de Lysol la disuelven en aproximadamente 5 litros de agua (1 galón) .

A algunos les da por cambiar las proporciones y se mueren. También echan el Lysol directamente en un trozo de pan y se lo comen. Mucha gente está en las dos cosas, drogas y alcohol. La vivienda es otro de los grandes problemas. Hay casas nuevas pero los alquileres son muy caros. Si vives de las ayudas de GA o ADC no puedes permitírtelo. Así que la única opción es buscar alguna casa en ruinas o casas móviles. Puede que puedan pagar el alquiler de un mes, pero luego ya no?Aguantan ahí hasta que el dueño los echa y otra vez a buscar, y otra vez la misma historia. Las cosas van de mal en peor. Si quieren conseguir una casa tienen que ir a la oficina de la ayuda para la vivienda y solicitar una casa en su comunidad. Pero lo primero que hacen es comprobar las finanzas, las deudas que tienen o que han tenido, el historial de pagos y no les dan la casa hasta que hayan pagado todas sus deudas. Mucha gente tiene tantas deudas que no podrían nunca conseguir una vivienda. Muchos otros viven en coches abandonados o en prehistóricas cabañas de tierra. El servicio sanitario tampoco es muy bueno. Muchos niños mueren de algo que llaman “diarrea infantil”. Para que les admitan en un hospital tienen que tener alrededor de 40 de fiebre, y si lo que tienen es algo grave ni siquiera se molestan en tratarlo.

Luego está el problema de las tierras. Hace años, un jefe tribal, un iyeska “medio indio”, comenzó el negocio de TLE Tribal Lands Enterprises, con esto se legalizó el alquiler o venta de tierras dentro de la reserva a los rancheros blancos. Una vez al año la gente que alquila estas tierras recibe el dinero, a menudo el único ingreso que tienen. Pero muchos ni siquiera han recibido nunca ese dinero porque se vieron atrapados y engañados una vez más entre los papeleos y asuntos del gobierno federal y tribal. La reserva ahora parece un tablero de ajedrez llena de cuadros de tierra vendidos o alquilados a blancos. No todo es malo?. La tierra es preciosa. Los días pasan despacio?en “indian time”, los jóvenes se reúnen para jugar, charlar, hacer nuevos amigos. Toman una o dos cervezas? Cuentan chistes?piropean a las muchachas, las muchachas se ríen?escuchan música rock o country?cantan? Alguien pregunta?Y tú, hace cuanto que no bebes?? Y alguien le responde? Desde ayer? Otro dice?No hagas nada que yo no haría?y alguien le contesta? Ya hice de todo?

Reflexiones sobre comunalidad

Benjam�n Maldonado Alvarado

Reflexiones sobre comunalidad

y

medicina ind�gena tradicional (1)

Primera edici�n cibern�tica, octubre del 2003

Captura y dise�o, Chantal L�pez y Omar Cort�s

Presentaci�n

El ensayo que aqu� publicamos, debido a la pluma del compa�ero, amigo, maestro e investigador, Benjam�n Maldonado Alvarado, aborda un tema, de suyo, sumamente interesante.

Las presentes reflexiones sobre las relaciones existentes entre el criterio comunal y la medicina ind�gena tradicional, de seguro no habr�n de pasar desapercibidas, tanto por lo atractivo del tema como por la pulcritud con que han sido escritas.

En efecto, en muchas regiones de la Rep�blica mexicana, donde la poblaci�n ind�gena es notoriamente mayoritaria, se mantiene una milenaria sabidur�a en cuanto a los medios medicinales tradicionalmente usados. Oaxaca, uno de esos Estados en los que ese tipo de sabidur�a se manifiesta.

Sin embargo, y como muy atinadamente se�ala el autor de estas reflexiones, lo que ha de servirnos de pauta para intentar un acercamiento a esa sabiduria, esta centrado en la forma de vida comunal de esas culturas, siendo precisamente lo comunal, el dato clave para poder comprender las diferencias existentes en los conceptos medicina tradicional y medicina tradicional ind�gena.

Siendo la vida comunal lo que caracteriza a las culturas ind�genas, resulta, hasta cierto grado, imposible diferenciar su visi�n de la salud y de la medicina, de su antiqu�sima forma de vida. As�, y como muy atinadamente lo especifica el autor, es posible seguir un paralelismo entre los criterios de salud en el campo socio-comunal, al igual que en el f�sico-individual. El cuerpo social, esto es, la comunidad, requiere, para lograr un �ptimo desarrollo, mantenerse plenamente sana, lo que implica contar con la medicina que sea capaz de prevenir cierto tipo de enfermedades sociales, al igual que medicina capaz de curar los desequilibros que alteren o pongan en severo riesgo su salud.

Desde tiempos inmemoriales las culturas ind�genas as� lo han comprendido y as� lo han vivido, siendo para ellas lo importante el mantener la salud de la comunidad en cuanto cuerpo social, ya que la salud de los individuos en cuanto cuerpos f�sicos, depende, b�sicamente, de la salud de la comunidad. As�, si el criterio de lo comunal llegase a desaparecer, o sea, llegase a morir, los cuerpos f�sicos de las individualidades que la conforman, perecer�an igualmente. Datos de esta verdad pueden escudri�arse en las aut�nticas tragedias que el proceso de colonizaci�n trajo consigo en diversos pa�ses del continente americano.

Esperamos que estas reflexiones despierten el inter�s por profundizar en tan actual como atrayente tema.

Chantal L�pez y Omar Cort�s

Introducci�n

Este texto contiene un conjunto de ideas a desarrollar. Se trata de ideas destinadas originalmente a m�dicos ind�genas de Oaxaca, y por lo tanto ten�an el fin de sugerirles pistas de reflexi�n. Fueron presentadas en un seminario organizado por el Consejo Estatal de M�dicos Ind�genas Tradicionales de Oaxaca, que es un organismo civil que agrupa a la mayor�a de estos sabios oaxaque�os y que tiene por objetivo agremiarlos para ejercer en mejores condiciones su oficio, con el cual se fortalecen las culturas locales.

La medicina ind�gena tradicional ha sido rescatada de su medio natural para ser llevada al mundo urbano como una m�s de las medicinas alternativas. Comercialmente se pueden adquirir medicinas tradicionales que no han sido elaboradas por ind�genas, y se puede acudir a cl�nicas mestizas de medicina ind�gena y los conceptos de salud y enfermedad que explican el estado de un enfermo y su curaci�n tienen m�s que ver con una explicaci�n positivista que con sus viejas explicaciones. Obviamente en estas condiciones se practica la medicina ind�gena en espa�ol y la comunidad, y sobre todo la familia, no son un referente importante dentro del proceso de curaci�n.

Por estas razones era conveniente reflexionar con m�dicos tradicionales sobre algunas de estas ideas y ubicar la discusi�n en un contexto pol�tico.

Benjam�n Maldonado

Medicina tradicional y medicina ind�gena tradicional

Empecemos con una pregunta que nos ayudar� a precisar la relaci�n entre comunalidad y medicina ind�gena tradicional: �podemos establecer diferencias importantes entre medicina tradicional y medicina ind�gena tradicional en Oaxaca? Aparentemente no, porque la medicina tradicional es de origen ind�gena: los m�dicos, las plantas, sus conocimientos y el conjunto de conceptos sobre el funcionamiento y disfuncionamiento del mundo constituyen la parte medular de ambos tipos de medicina.

�Qu� es entonces lo que definir�a el car�cter ind�gena en este caso? �Podr�amos decir que la medicina ind�gena tradicional es s�lo la que se conserva en comunidades ind�genas? Eso excluir�a la posibilidad de su existencia y desarrollo en comunidades rurales que ya no son hablantes de alguna lengua ind�gena o que ya no se identifican como tales. �Es s�lo la que se practica en lengua ind�gena? Eso excluir�a a los m�dicos ind�genas que la ejercen en espa�ol (2). Entonces, si la diferencia no se encuentra con claridad en su origen ni en sus caracter�sticas, esto nos lleva a proponer que la diferencia entre ambas medicinas radicar�a en el contexto en que se desarrolla, que en el caso ind�gena es la comunalidad o vida comunal. De acuerdo a esto, consideremos entonces que la medicina ind�gena tradicional es la que se practica en un contexto comunal, mientras que la medicina tradicional en Oaxaca es la misma medicina ind�gena pero que se practica en contextos descomunalizados, tanto en ciudades como en comunidades donde la comunalidad no es ya la forma de vida de quienes recurren a ella (3).

El espacio de la vida india es principalmente la comunidad, donde se vive comunalmente, por lo que el espacio propio de la medicina ind�gena tradicional es tambi�n la comunidad. Pero la migraci�n ha ampliado las fronteras de pertenencia a la comunidad y hoy es posible hablar de comunidad transterritorial al referirse a la reconstrucci�n organizativa de los migrantes de un mismo origen en sus lugares de destino (Kearney, 1996; Coloquio, 1999; Barabas, 2001). De manera similar, podr�a hablarse de una medicina ind�gena tradicional transterritorial cuando los m�dicos migran y contin�an practicando su actividad. Pero la reproducci�n de lo cultural fuera de la comunidad ocurre b�sicamente entre migrantes que no han perdido vinculaci�n con su comunidad y que contin�an articulados a la vida comunal, aunque a distancia, cumpliendo c�clicamente con sus cargos, servicios y cooperaciones, asistiendo a fiestas y apoyando a sus familiares. Entonces, si la ampliaci�n de la comunidad m�s all� de sus fronteras territoriales es posible cuando se contin�a articulado con la comunidad, podemos decir que la medicina ind�gena transterritorial funciona en condiciones similares y que por lo tanto es la vinculaci�n de sus actores a la vida comunal la que la mantiene en una l�gica espec�fica, que es la l�gica india.

La comunalidad o modo de vida ind�gena

La comunalidad, lo comunal, no es s�lo lo que ocurre en lo local, en la comunidad, porque al hablar de lo comunal no nos referimos a un espacio sino a una forma de ser en distintos espacios. Esta forma de ser es espec�fica, aunque no exclusiva, de los ind�genas. El ind�gena vive en una comunidad territorial en la que es parte de una comunidad etnopol�tica, es decir una colectividad culturalmente espec�fica, estructurada en un tejido de relaciones sociales basadas en el principio de reciprocidad, y es una colectividad que ejerce el poder en un territorio de manera permanente a trav�s de la asamblea, y tambi�n lo ejerce por periodos a trav�s de su sistema de cargos.

Cada persona ind�gena, que vive generalmente en comunidades peque�as, forma parte de un conjunto grande de relaciones: tiene numerosos parientes a trav�s de la ramificaci�n familiar, tiene tambi�n bastantes parientes rituales (compadres, padrinos, ahijados), y tiene algunos vecinos sin relaci�n parental pero con muchos de los cuales mantiene relaciones de intercambio de bienes y de ayuda mutua. Esta red es todav�a m�s densa por la participaci�n en los tequios, en las asambleas y en las fiestas es colectiva, abierta pero obligatoria. Los ind�genas son comunidad en un territorio comunal y reiteran c�clicamente su pertenencia a ella a trav�s de su participaci�n en lo colectivo, en el cumplimiento de sus responsabilidades y obligaciones.

La persona forma parte no s�lo de su comunidad de origen sino tambi�n de una comunidad menor dentro de ella, que es la familia. La familia ind�gena funciona como comunidad, donde los derechos se respetan a quienes cumplen con sus obligaciones con la comunidad. Ser comunal es una pesada carga que implica mucho trabajo gratuito, responsabilidad y gastos; es una carga a la que a veces se rehuye pero a la que generalmente se acepta hasta con gusto. Servir a la comunidad es la v�a para sentirse y ser reconocido como parte de ella.

Este concepto de vida est� relacionado con su expresi�n en una lengua espec�fica, distintiva y propia, y con un conjunto de conocimientos del entorno que permiten saber vivir la vida comunal entre los humanos y con los sobrenaturales. En todo ello, la medicina tradicional ocupa un lugar fundamental, al mismo tiempo que lo comunal ocupa un lugar primordial en la medicina tradicional.

Salud y enfermedad en el cuerpo social y en el cuerpo humano

Es interesante establecer un paralelismo entre el cuerpo humano y la sociedad concebida como cuerpo social, para observar algunas de sus caracter�sticas relativas a la salud en el caso de las comunidades ind�genas. Para ello, giraremos en torno a la idea de que el concepto curativo de la medicina ind�gena tradicional forma parte del concepto curativo de la sociedad.

Todos sabemos que no existe ning�n humano que haya sido siempre saludable y que adem�s est� exento de accidentes que lo pudieran lesionar. Aunque la salud total es una aspiraci�n humana, no existe ni existir� alg�n humano que la pueda tener durante toda su vida. En ese sentido, la medicina atiende el desequilibrio provocado por la enfermedad.

De la misma manera, tampoco existe ni ha existido ni existir� ninguna sociedad humana que est� libre de problemas y conflictos. Es decir, que no hay comunidad que sea un para�so terrenal, una tierra sin mal o un cuerpo social siempre saludable. El cuerpo social est� frecuentemente enfermo: algunas veces padece enfermedades curables de larga o corta duraci�n (como algunos conflictos agrarios o disputas entre familias), otras veces llega a tener enfermedades incurables (como en muchos casos es la divisi�n por intereses pol�ticos) o mortales (como el caciquismo), o a padecer fracturas e incluso mutilaciones (como las expulsiones).

Ni el cuerpo humano ni el social tienen condiciones de inmunidad, por lo que contar con una estructura de curaci�n ha sido una de sus preocupaciones y sobre todo de sus principales �xitos para perdurar. Esta estructura la han autogenerado por muchos siglos, y s�lo recientemente ambos cuerpos han cedido en alguna medida la atenci�n de su salud a instituciones externas a su cultura.

La estructura curativa del cuerpo humano es el sistema de medicina tradicional, conformado por m�dicos, medicinas y su conocimiento. La estructura curativa del cuerpo social ind�gena son b�sicamente la asamblea comunitaria, sus autoridades y el derecho tradicional o consuetudinario. A trav�s de la asamblea se diagnostica y soluciona los problemas que enferman a la comunidad; las autoridades tienen por funci�n tratar de evitar que los problemas se presenten, pero una vez presentes deben encontrarles curaci�n, tomando medidas o recurriendo a la asamblea para acordarlas, cuando la magnitud de la enfermedad lo amerita.

Para los cuerpos humanos -siempre expuestos a enfermedades-, son los m�dicos quienes recuperan su salud, constituy�ndose con ello en un elemento estructural cuya funci�n es lograr la mejor calidad de vida saludable para el cuerpo humano. De la misma manera, la asamblea y las autoridades son los elementos estructurales de la comunidad ind�gena que tienen por funci�n generar las mejores condiciones de vida para el cuerpo social, al encabezar a la comunidad en la b�squeda de las maneras de solucionar y enfrentar todo tipo de problemas.

Y al igual que en el cuerpo social, para que el cuerpo humano recupere la salud a la manera tradicional, se requiere de un contexto comunal de curaci�n, dado b�sicamente por la participaci�n familiar en torno al enfermo.

La estructura de salud que podemos llamar tradicional tanto para el cuerpo humano como para el social, se desenvuelve dentro de un contexto espec�fico, que es el contexto comunal. Tanto las personas como la sociedad han sido tradicionalmente comunales entre los ind�genas. Es con base en una concepci�n comunal, colectivista, de la vida, que han moldeado sus instituciones y que han adoptado elementos provenientes de otras culturas. Por ejemplo, el municipio es una instituci�n no ind�gena de gobierno que se adopta en Oaxaca durante el siglo XIX y que no requiere de una organizaci�n comunal para funcionar, como se puede ver en municipios grandes de Oaxaca y en municipios mestizos de diversos estados de la Rep�blica. Pero a pesar de ello, los municipios ind�genas de Oaxaca son, en general, municipios comunales, es decir, que se les ha dado una caracter�stica particular, espec�fica, que es propia de los ind�genas.

Gran parte de las comunidades ind�genas ya no tienen una estructura curativa constituida s�lo por la medicina tradicional y se ha incorporado en ellas la medicina al�pata, el m�dico hegem�nico, la ciencia excluyente y su templo, que es el centro de salud. Al igual que en el caso de la lengua, en ocasiones la convivencia entre lo propio y lo ajeno (a lo que se tiene derecho) es relativamente equilibrada, pero en otras significa un proceso de desplazamiento o de sustituci�n de la medicina tradicional, quedando anclada la comunidad a una estructura que no es autogenerada sino que depende del subsidio gubernamental para funcionar, y por lo tanto su funcionamiento est� fuera de sus manos. La medicina occidental no es inocua y al curar genera trastornos tanto en el cuerpo humano como en el social (4).

Lo importante es considerar que una sociedad como la india, que genera su estructura de curaci�n y la pierde o abandona, est� condenada a ser consumida por la enfermedad o a recurrir a nuevas estructuras; en un contexto colonial, este cambio es generalmente inducido por el gobierno, de manera que la sociedad es orillada a renunciar a lo propio y transformarse. Los gobiernos no ayudan a los pueblos indios a curarse sino que los presionan para dudar de su salud, aceptarla como enfermedad y buscar las formas cient�ficas de curarla.

Medicina tradicional y autonom�a

Finalmente, es necesario no perder de vista que el momento actual de las luchas indias muestra una tendencia a la construcci�n de formas auton�micas de vida no exclusivas en el seno de la sociedad nacional. Esta autonom�a, en el caso de los indios, est� cimentada en su experiencia hist�rica de organizaci�n comunal, y es a partir de esa comunalidad que la autonom�a adquiere una dimensi�n cercana.

La autonom�a no es tal si se le separa de la autogesti�n, y es precisamente la comunalidad la que ha generado experiencias autogestivas s�lidas en la vida india: por ejemplo, en el ejercicio del poder local, en la articulaci�n econ�mica regional, en la procuraci�n de justicia, de salud, de educaci�n. Si entendemos a la autogesti�n como la capacidad social de hacerse cargo de sus cosas sin el concurso indispensable del Estado u otros agentes externos, debemos reconocer que las comunidades indias han sido autogestivas, y la medicina ind�gena tradicional es uno de sus aspectos m�s evidentes: a trav�s de ella, la sociedad india -ya sea a nivel comunitario o regional– ha contado con todos los recursos necesarios para curarse (m�dicos, medicinas, conceptos). Por siglos, no hubo intervenci�n del Estado en la atenci�n a la salud de los indios, y con sus recursos fueron lo suficientemente saludables para rehacer su vida y adem�s cumplir con el pago de tributos e impuestos. Tampoco necesitaron de maestros para educar a sus hijos, ni de abogados para resolver sus conflictos cotidianos.

Es en su articulaci�n subordinada con la cultura totalitaria (Jaulin, 1989), tanto virreinal como mexicana, que los indios han ido perdiendo sus capacidades autogestionarias para depender cada vez m�s de agentes externos para la atenci�n de sus problemas y necesidades, lo que se ha traducido en que son cada vez m�s dependientes del Estado. Una perspectiva auton�mica no puede ignorar esto y proponer una sociedad completamente nueva o totalmente reconstruida del pasado, sino encontrar las formas en que lo occidental pueda ser incorporado a una estructura propia y autocontrolada.

Los m�dicos ind�genas tradicional son una estructura autogenerada fundamental en la conservaci�n con vida y salud tanto del cuerpo humano como del cuerpo social con base en su cultura originaria. En otras palabras, son una estructura autogestiva propia para la autonom�a. Adem�s, si consideramos los esfuerzos de los m�dicos ind�genas oaxaque�os por organizarse (el Consejo Estatal de M�dicos Ind�genas Tradicionales de Oaxaca tiene m�s de 600 miembros de distintos grupos etnoling��sticos), podemos ver en ellos un aporte adicional a la construcci�n de la autonom�a a trav�s de la vinculaci�n de intelectuales indios, que son los m�dicos.

Notas

(1) Este texto fue presentado como ponencia en el Seminario Permanente sobre Derechos Ind�genas y Medicina Tradicional convocado por el Consejo Estatal de M�dicos Ind�genas Tradicionales de Oaxaca y la delegaci�n estatal del INI, Oaxaca, 15 de mayo del 2003.

(2 Cada vez es m�s claro que la identificaci�n de lo indio con la lengua es insuficiente: las comunidades indias en las que la lengua originaria ya no es hablada por la mayor�a de sus habitantes, no por eso dejan de ser indias, pues en algunos casos sus habitantes siguen identific�ndose como indios en espa�ol y en muchos casos las comunidades siguen organizadas tal como las comunidades indias. Esto es evidente por ejemplo en el hecho de que son 418 municipios los que eligen a sus autoridades por el sistema llamado de Usos y Costumbres (que tiene como estructura a los cargos y como �rgano de expresi�n a la asamblea general de la comunidad), mientras que son apenas unos 250 municipios oaxaque�os los que son habitados mayoritariamente por hablantes de lengua ind�gena.

(3 Un contexto descomunalizado es un contexto en el que el individualismo tiende a desplazar al colectivismo comunal tanto a nivel de toda la comunidad como a nivel familiar y personal. Es en un contexto individualista en el que queda desubicada la medicina ind�gena tradicional: las pr�cticas curativas tradicionales no tienen la misma l�gica en un contexto comunal que en uno individualista aunque la forma de la pr�ctica m�dica pueda ser id�ntica.

(4 La salud del cuerpo social indio es apenas recientemente reconocida pero s�lo en algunos de sus aspectos (como el tequio y su utilidad); pero lo m�s com�n es que esa salud cultural sea concebida como enfermedad por la poblaci�n actualmente mayoritaria y tratada como tal por los gobiernos nacionales.

Bibliograf�a

Barabas, Alicia 2001 – Traspasando fronteras: los migrantes ind�genas de M�xico en los Estados Unidos, en: Cuadernos del Sur N�m.16, mayo, Oaxaca.

Coloquio 1999 – Coloquio nacional sobre pol�ticas p�blicas de atenci�n al migrante (Memoria). Oaxaca: Gobierno Constitucional del Estado.

Jaulin, Robert 1989 – Los indios y las m�scaras del totalitarismo (entrevista a Robert Jaulin), primera parte, en: El Medio Milenio N�m. 5, Oaxaca.

Kearney, Michael 1996 – La migraci�n y la formaci�n de regiones aut�nomas pluri�tnicas en Oaxaca, Coloquio sobre derechos ind�genas, Oaxaca: Instituto Oaxaque�o de las Culturas.

Maldonado, Benjam�n 2002 – Autonom�a y comunalidad india. Enfoques y propuestas desde Oaxaca. Oaxaca: INAH-Oaxaca / Secretar�a de Asuntos Ind�genas del gobierno del estado / Coalici�n de Maestros y Promotores Ind�genas de Oaxaca / Centro de Encuentros y Di�logos Interculturales.

¿Qué es la medicina tradicional indígena?

Se denomina “medicina tradicional indígena” al sistema de conceptos, creencias, prácticas y recursos materiales y simbólicos destinado a la atención de diversos padecimientos y procesos desequilibrantes, cuyo origen se remonta a las culturas prehispánicas, pero que, como toda institución social, ha variado en el curso de los siglos, influida por otras culturas médicas (española, africana, moderna), por los cambios en el perfil epidemiológico de las poblaciones y por factores no médicos de diversa índole (económicos, ecológicos, religiosos). Constituye un recurso fundamental para la atención a la salud de millones de mexicanos y es ejercida por terapeutas conocidos popularmente en español como curanderos, parteras, hueseros, hierberos, rezanderos, sobadores o graniceros, y en las lenguas indígenas como h’men (mayas), mara’akáme (huicholes), h’ilol (tzeltales, tzotziles), etcétera. En gran parte de las áreas rurales del México indígena, la medicina tradicional forma parte de un sistema real de salud junto a la medicina académica o científica y a la medicina doméstica o casera.

Ofrecemos aquí -como resultado de diversas investigaciones y de nuestros propios trabajos- una serie de rasgos que son comunes a las medicinas tradicionales indígenas de México y de otras regiones del continente americano:

1. Las medicinas tradicionales coexisten con los sistemas médicos occidentales en la mayoría de los países que poseen manifestaciones importantes de cultura médica tradicional o popular.

2. Los terapeutas tradicionales mantienen con respecto al sistema médico occidental (llamado también académico, científico o alopático) relaciones de conflicto y complementación.

3. Usualmente, las medicinas tradicionales no constituyen dominios autónomos, independientes de la religión y de los sistemas de creencias, de los grandes mitos populares o de formas ancestrales de la cosmovisión tradicional.

4. Su modelo terapéutico, generalmente no organicista o biologista, con frecuencia es un importante factor de control social y de modulación de las conductas del individuo y del grupo.

5. Se hallan estrechamente ligadas a otros componentes de la vida social y aparecen como una derivación directa de la cultura del grupo.

6. Asocian elementos pertenecientes al mundo material inanimado y al de los seres vivos, compartiendo categorías, características o cualidades (v.gr. el frío y el calor, la posibilidad de que síndromes de filiación cultural como el mal de ojo o los aires afecten por igual al hombre o a los animales, e incluso a plantas y objetos).

7. En ellas, el mundo humano es frecuentemente un microcosmos que refleja el universo natural, social y sobrenatural, siendo el medio físico y las relaciones humanas factores determinantes de la causalidad de numerosas enfermedades.

8. Muestran una ausencia casi total de cirugía y un rechazo a la disección y a la autopsia.

9. Los conceptos de balance y equilibrio constituyen nociones básicas que el terapeuta interpreta en sentido físico, psíquico, mítico, moral o religioso, a veces sin distinción de dominios (p. e. La higiene y la ética suelen estar estrechamente ligadas).

10. La mayoría de ellas reconocen centros o soplos anímicos, determinantes para la vida (p. e., el tonalli, el ihíyotl y el yollo en la tradición nahua del México central).

11. La socialización de la enfermedad se apoya con frecuencia en la triple experiencia del terapeuta, el enfermo y el grupo, por lo que las formas de eficacia simbólica encuentran un respaldo comunitario que excede los límites de la consulta médica.

12. Los conceptos relativos a la causalidad de las enfermedades son compartidas por el terapeuta, el enfermo y el grupo. A diferencia de lo que usualmente ocurre en el sistema médico occidental, en las medicinas tradicionales el marco ideológico-técnico es común a varios actores del proceso terapéutico, y base de numerosas curaciones.

13. En general, en la práctica médica aparecen cuatro dominios bien definidos que dan lugar a la existencia de terapeutas con tipos de prácticas específicas: parteras, curanderos, hueseros y hierberos, cuyas funciones suelen combinarse.

14. Posesión y desposesión constituyen grandes órdenes causales de un gran número de padecimientos. Factores naturales, personales y preternaturales o sobrenaturales viabilizan la posesión y la desposesión, y el diagnóstico puede variar -con respecto al agente causal- según el progreso de la enfermedad.

15. En la medida en que la mayor parte de los países que poseen una importante medicina tradicional han sido objeto de la explotación colonial, vastos sectores de sus taxonomías muestran indicios de sincretismos (lo que se revela en los nombres de las enfermedades, en la explicación de su etiología, en los tratamientos y las maniobras, en los remedios utilizados, etcétera) o de francas alteraciones de los modelos ancestrales.

16. Las asociaciones, gremios, organizaciones y, en general, toda forma de institucionalización de los terapeutas tradicionales constituyen fenómenos históricos recientes o, por el contrario, muy antiguos (preexistentes a los procesos de conquista y colonización). En general, no existen en los sistemas médicos tradicionales auténticas estructuras burocráticas encargadas de la planificación, la formación de recursos humanos, la investigación, el desarrollo tecnológico, el sistema de pagos, las relaciones con los servicios de salud institucionales, etcétera.

17. La formación de los terapeutas obedece a muy diversos patrones, generalmente: entrenamiento con otro terapeuta más experimentado y de mayor edad, herencia, habilidades personales excepcionales, defectos físicos o trastornos mentales característicos, signos reconocidos al momento del nacimiento o en el entorno del sujeto, asociaciones míticas con un doble, un animal-compañero, experiencias existenciales inusuales, etcétera.

18. Poseen un vasto conocimiento del medio físico (particularmente del mundo vegetal), que constituye la base de su materia médica.

19. El reconocimiento social del ejercicio de los terapeutas -generalmente personas adultas maduras, investidas de prestigio técnico y moral-, los convierte en agentes de reproducción ideológica y cultural, y de control social.

20. El mecanismo de transmisión oral de los conocimientos constituye la base esencial para la formación de los recursos humanos.

21. El cobro de honorarios suele ser simbólico o adecuado a la condición socio-económica del paciente, compartiendo con el terapeuta necesidades materiales y principios ideológicos.

22. La coexistencia de la medicina tradicional no sólo se establece con el sistema médico institucional o académico; existe una estrecha relación con las formas domésticas o caseras de la terapéutica médica, siendo éste el ámbito desde donde derivan hacia la práctica pública numerosos terapeutas.

23. La mayoría de las medicinas indígenas establece una distinción entre “enfermedades del médico” y “enfermedades del curandero” (o “del brujo”, “de la gente”, “tradicionales”, etcétera).

24. Poseen una escasa tecnología cuyo uso ancestral indica variaciones mínimas o insignificantes a lo largo del tiempo (un buen ejemplo de esto lo constituye el empleo del baño de vapor o temazcal -cuyo empleo aparece ya documentado para el mundo prehispánico-, característico en el tratamiento de diversas enfermedades y en el proceso del embarazo, el parto y el puerperio). (ZOLLA,1987:72-74).