Respaldo de material de tanatología

NECROSALES RITUALES

NECROSALES RITUALES

I.
1
Estamos reunidos aquí con el propósito de atraer la atención de aquellos que hoy han muerto; os rogamos estéis atentos a nuestras palabras y pensamientos. Todo lo que hoy se pronuncie es dirigido a vosotros; la certidumbre de vuestra existencia es la base de la cual partimos, el propósito que nos planteamos y la evidencia que confirma vuestra muerte en el mundo de los hombres. No hay mayor verdad que la que estáis objetivando, no hay otra realidad que la que hoy vivís, sois el motivo de nuestro interés. Estad pues atentos a nuestras palabras y pensamientos.
2
Son nuestros pensamientos unidos una llamada de atención para que vosotros, muertos en la tierra de los hombres, atendáis a nuestras palabras:
Sois conscientes de vuestra posición; escucháis y os preguntáis que os sucede en estos momentos que observáis vuestros cuerpos muertos.
Nuestra intención confirma vuestra existencia más allá de la muerte, vuestra vivencia evidencia tal realidad. Sois la verdad de la muerte,
sois la esencia que persiste íntegra y que ahora despierta a la verdad de la vida humana; el Ser que habitaba el deshecho cuerpo que hoy apreciáis, el Ser Eterno que vive más allá de la muerte de un cuerpo físico. Sois aquello que pensáis, aquello que escucha y atiende; eso sois vosotros: Verdad, integridad y conciencia despierta.
3
A todo aquel cuyo cuerpo muerto observa, aquel que ha muerto para el mundo de los hombres, aquellos que evidencian la verdad que la muerte revela, atended a nuestras palabras:
Habéis muerto para nuestro mundo físico, vuestra esencia se manifiesta en lo que vuestro pensamiento intuye, vivís en la realidad que vuestra conciencia aprecia, sois tan eternos como la substancia que hoy evidencia vuestra verdad. Sois aquello que observa, escucha y atiende; sois sensibles a vuestra posición, actuad como tales y acudid hacia la luz que iluminará vuestro camino. Ese es vuestro destino.
4
Vosotros, llamados muertos en el mundo de los hombres, acudid a nuestra llamada:
Nada hay porqué temer, sois vosotros quienes atendéis; es vuestra conciencia despierta, es vuestra esencia íntegra la vivencia que hoy tenéis.
Nada es más vuestro. La muerte no existe, es sólo la apariencia de una vitalidad orgánica finita. La evidencia de la verdad es vuestra; sois la realidad que la muerte oculta, el despertar que la muerte encierra, la razón que hoy os da vida y la esencia que en aquel cuerpo muerto residía.
Sois lo que hoy sois, vida más allá de la muerte.
5
Aquellos que han muerto el día de hoy, aquellos que sin rumbo transitan por el sendero de la incertidumbre, a todos vosotros nos dirigimos;
nuestras lejanas palabras pretenden atraer vuestra atención, escuchad lo que os decimos: Habéis muerto para nuestro mundo, mundo físico de materia finita, sujeta al tiempo y a las impresiones externas. Hoy, libres de vuestras vestiduras orgánicas, podréis reconocer la verdad que tras la muerte se descubre, la permanencia íntegra de la conciencia del Ser que constituye vuestra esencia viva. Es en ella donde vuestra confianza reside, es ella quien os conduce, es ella la verdad de todo cuanto existe. Sois vosotros lo que ella es, vida siempre viva.
6
Todo aquel que escuche, todo aquel que dude; a todo aquel que acuda, a todos vosotros os decimos: La muerte de un cuerpo es el final de la vida humana orgánica, física y social; ya no podéis intervenir en el mundo de la materia humana, estáis tan muertos como el cuerpo que hoy apreciáis. Esa es vuestra realidad. A vosotros nos dirigimos:
Morir es desechar un cuerpo que ya no es útil a vuestros propósitos, morir es conservar vuestra integridad como esencias conscientes, morir es despertar a la verdad de la existencia del Ser Humano, morir es descubrir vuestro origen inmortal. Con la muerte la realidad persiste, con la muerte el sentido se aclara, con la muerte vuestra existencia se hace evidente. Sois tan íntegros como vivos y conscientes, sois tan reales como objetivos y precisos. La muerte es convicción.
7
Es el final del tiempo humano, del orgánico cuerpo que alojaba vuestra esencia; es el final de la carne limitante, del sueño físico-vehículo de vuestro Ser; tan sólo el principio de vuestro despertar, de la verdad de la existencia humana; tan sólo el principio de la realidad tras la muerte,
de la conciencia íntegra y lúcida. Final de los tiempos, principio del Ser consciente, esencia libre de limitaciones. Esa es vuestra verdad, nuestra verdad.
II.
1
Es también nuestro propósito llamar a aquellos cuya existencia posterior a la muerte se prolonga en un período de incertidumbre, incapacidad de acción y sufrimiento:
Debéis entender que una vez muerto el cuerpo físico vuestra esencia es intangible e inabordable por nuestros sentidos físicos; sólo nuestras palabras y pensamientos pueden llegar a vosotros. El dolor que hoy apreciáis en vuestros seres queridos es sólo la consecuencia de su ignorancia respecto a vuestra verdad, verdad que también a ellos pertenece, la inmortalidad de la esencia del Ser Humano; ignorancia de las necesidades que vosotros hoy requerís, paz y tranquilidad en vuestro proceso de desenvolvimiento. Por ello os decimos que debéis prestar atención a nuestras palabras y continuar vuestro sendero. Escuchad pues atentos lo que os decimos.
2
Vosotros, que habéis muerto y aceptado la realidad tras la muerte, atended:
Ya el mundo humano no es susceptible a vuestra influencia, lo orgánico a lo orgánico, vosotros a vuestro lugar;
debéis permitir que los llamados vivos en la tierra de los hombres continúen su existencia y descubran la verdad de sus vidas;
debéis alejaros de cuanta posesión material dispusisteis, ellas pertenecen ahora al mundo de lo mutable, tangible y finito.
Sois pasajeros de la muerte y vuestro camino debe continuar; acercaros a la luz que iluminará la verdad de vuestra existencia y descubrid la razón de la misma. ¡Marcharos y desenvolveros del mundo humano!
3
La muerte en el mundo humano es el final de todo propósito; morir significa abandonar, relegar todo lo poseído pues tan sólo eso pertenece a su mundo orgánico y relativo. Una vez que habéis muerto, nada de ese mundo os pertenece; tan sólo vuestra consciencia despierta, tan sólo vuestra esencia viva, tan sólo la evidencia de la existencia más allá de la muerte es vuestra; el mundo humano se escapa a vuestro deseo.  No permitáis que vuestro amor os atraiga al mundo del Ser Humano, debéis continuar por el sendero ya iniciado.
4
Cuando vuestro cuerpo físico murió abandonasteis cualquier posibilidad, cualquier intervención quedó reducida a simple observación; es vuestra esencia, pensamiento y conciencia quien os conduce ahora, libre de límites y despierta a la verdad. Es vuestra esencia, siempre presente, quien ahora os empuja por el sendero del desenvolvimiento, del descubrimiento de vosotros mismos y de vuestro propósito. Es vuestra esencia, íntegra e inmortal, la razón de vuestra actual existencia y vehículo de manifestación. A pesar de la independencia del tiempo, vuestro destino es continuar, sin detenerse en atracciones humanas, hacia el origen de la historia. ¡No os detengáis, continuad vuestro camino!
5
En todo momento vuestra esencia es consciente, sois partícipes de la realidad tras la muerte; conocéis vuestra integridad, independencia y libertad. Reconocéis las limitaciones y apegos humanos, su ignorancia de la verdad y su dependencia al tiempo. Es su destino reconocer la verdad que se oculta tras el manto orgánico y material; vosotros les conocéis, sois parte de ellos. Por vuestra posición actual debéis permitir que ellos continúen su labor en la tierra de los llamados vivos. Para ellos habéis muerto y es vuestro deber continuar el camino que con la muerte se inició, desenvolverse del mundo humano y encontrar la verdad que se encierra en la esencia de cada cual. Es el amor que por ellos sentís la razón que os obliga a dejarlos continuar su historia, tanto ellos como vosotros tenéis un propósito. Y es la muerte tan sólo un comienzo.
6
Es necesario que continuéis vuestro camino, quienes por vosotros se esfuerzan os esperan; tan sólo un paso os separa de la libertad de todo cuanto hoy os obliga a permanecer cercanos al mundo humano; despertad del sueño que os envuelve y aceptad vuestro destino sin igual. Acudid con la confianza que la realidad de hoy os manifiesta, existencia íntegra, consciente y autónoma más allá de cualquier incidencia. Id prontos hacia la Luz que iluminará vuestra verdad, inmortalidad de la esencia que constituye a vuestro Ser. Es ahora el momento de partir, sed conscientes de vuestra posición.
7
Con estas palabras que hoy pronunciamos, con la intención que hoy se hace manifiesta, vuestra espera deberá terminar. Es nuestro deber estimularos a continuar el sendero ya iniciado, a ser conscientes de vuestra actual realidad, ayudaros en el proceso de desenvolvimiento y a que aceptéis la evidencia de vuestra existencia. No hay otro lugar donde podáis acudir, habéis muerto para el mundo humano y es vuestro destino esclarecer la verdad que tan cerca a vosotros está. ¡Alejaros del mundo humano y acercaros a vuestra esencia inmortal!
III.
1
Finaliza la reunión con las palabras que dan el significado a nuestra existencia y al motivo que aquí nos reúne. Hemos hablado de la muerte y de la vida, hemos llamado a aquellos que han muerto hoy, lejos de nosotros, desechando sus cuerpos finitos. También hemos llamado a aquellos cuyo período posterior a la muerte se ha visto prolongado por la incertidumbre, incapacidad de acción y sufrimiento. Todos ellos son conscientes de su posición y de la realidad que hoy objetivan. Es ahora el momento de hablar de nuestra actual vivencia, existencia que es limitada por un cuerpo pero infinita en esencia e inmortal por su origen. Escuchad pues lo que de nosotros se dice, permitiendo que nuestra conciencia sedimente la verdad de todo cuanto se habla.
2
Nacidos en el seno de un cuerpo orgánico, vehículo de manifestación de nuestra esencia, sujetos al tiempo estamos. Morir es nuestro límite físico, existir más allá de la muerte nuestra verdad. Somos substancia de la Substancia, conciencia en la Conciencia, integridad en el Todo Uno.
Vivir la Unidad del Ser, vivir con la conciencia despierta y con la responsabilidad de la igualdad son nuestros objetivos. Despertar a la realidad del Ser Humano, despertar a la realidad de toda existencia y a la verdad de la vida son nuestros propósitos. Así como antes, así después.
3
Somos pequeños en cuanto Individualmente nos vemos, mínimos en cuanto al Universo destacamos, temporales en cuanto a lo Orgánico expresamos. Pero también, inmensos en cuanto a Unidad nos apreciamos, eternos en cuanto al Universo consideramos, inmortales en cuanto a Esencia somos. Nacer y morir en un espacio limitado de tiempo, es esa nuestra verdad corporal; nacer y morir en el ilimitado espacio atemporal, es esa nuestra verdad esencial. Tanto lo uno como lo otro, la muerte y el nacer son sólo una ilusión. La Eternidad no nos pertenece, somos ella misma.
4
Nuestro cuerpo vivo es la evidencia de la existencia orgánica, somos objetivables gracias a él. Con la muerte la objetividad del cuerpo se pierde, transformándose en la evidencia de nuestra muerte. Es nuestra esencia la evidencia de la existencia íntegra, somos conscientes gracias a ella.
Con la muerte la conciencia despierta, descubriendo la verdad de nuestra muerte. Tanto cuerpo como esencia, es la existencia íntegra,  anifestaciones de la misma substancia. Así nuestra vida doblemente participa, así nuestra muerte doblemente indica.
5
Es la vida una expresión de la esencia, somos como nos manifestamos. Es la muerte una expresión de lo orgánico, vitalidad sujeta al tiempo y a las circunstancias. Ante todo final un principio se aclara, cíclica existencia es la nuestra; imperturbable nuestra esencia en el tiempo transcurre. Cada extremo descubre su razón, tanto uno como el otro se repiten en el tiempo. Oníricos nacimientos, vidas somnolientas, despertar de la muerte. Es el sueño finito de nuestra existencia. Muda la piel, renace el Nuevo Ser.
6
No es paralela nuestra existencia, la dicotomía del Ser es aparente, es la ilusión a que el tiempo nos sujeta; vehículo orgánico, esencia íntegra.
Inmortales por origen, finitos en manifestación física. Vivir es descubrir, tiempo orgánico; morir es reconocer, tiempo esencial. Es nuestra conciencia quien nos dice: envejece tu cuerpo; es nuestro cuerpo quien nos dice: envejezco. Yo digo: Vivo temporalmente sujeto al tiempo, vivo lo aparente.
7
Final de los tiempos, despertar de la conciencia. Es esta nuestra verdad. Vivir en la Unidad, vivir con la responsabilidad del compromiso, vivir con aquellos que viven y mueren, son estos nuestros objetivos. Para aquellos que viven nuestra vida es su servicio, para aquellos que mueren nuestra meta es su desenvolvimiento. En la igualdad que la muerte nos demuestra, en la identidad que El Todo nos manifiesta, nuestro existir es la Eterna Vivencia.