Respaldo de material de tanatología

¿QUE SON LOS ATAQUES DE PANICO?

¿QUE SON LOS ATAQUES DE PANICO?

Según la American Psychiatric Association las crisis de angustia o ataques de pánico y la agorafobia son manifestaciones que pueden aparecer el curso de una serie de trastornos de ansiedad tales como el trastorno de angustia con o sin agorafobia; la agorafobia sin historia de trastorno de angustia; la fobia específica; la fobia social; el trastorno obsesivo-compulsivo; el trastorno por estrés postraumático; el trastorno por estrés agudo; el trastorno de ansiedad generalizada; el trastorno debido a enfermedad médica; y el trastorno de ansiedad inducido por sustancias.
Las crisis de angustia se caracterizan por “la aparición súbita de síntomas de aprensión, miedo pavoroso o terror, acompañados habitualmente de una sensación de muerte inminente”. Pero queda claro que en cada uno de los trastornos antes mencionados, si las condiciones de vida o factores de estrés (internos o externos) empeoraran podrían aparecer los temibles ataques de pánico. Estas crisis pueden repetirse periódicamente ocasionado gran limitación en las actividades cotidianas por temor a padecer un nuevo episodio, creando así, ansiedad anticipatoria.

¿Qué es el pánico?]
Es una vivencia de miedo intenso o terror, que genera una sensación tal de descontrol que se percibe como que podría llevar a un desmayo, a la locura o a la mismísima muerte. Estas vivencias, junto con una serie de síntomas que luego describiré, se producen súbitamente; alcanzan su pico máximo a los 10 minutos pudiendo durar de 20 a 30 minutos; producen una urgente necesidad de escapar; pero sólo se dan en personas predispuestas. Las crisis de pánico suelen llevar a un deterioro laboral, que se reflejará en ausentismo, disminución de la productividad y consecuente desempleo.

CARACTERISTICAS DE LAS CRISIS

Para que hablemos de “crisis de pánico” deben aparecer al menos cuatro de los trece síntomas siguientes, que agruparemos, siguiendo al Dr. A. Cía en:
A. Síntomas fisiológicos o somáticos: Palpitaciones o taquicardia; sudoración; temblores o sacudidas; sensación de ahogo o disnea o hiperventilación; sensación de atragantamiento; opresión o malestar torácico; náuseas o molestias abdominales, e inestabilidad, mareo (aturdimiento) o sensación de desmayo.
B. Síntomas cognoscitivos: Desrealización o despersonalización; miedo a volverse loco o a descontrolarse; miedo a morir; síntomas fisiológicos o somáticos; parestesias (hormigueos o entumecimientos), y escalofríos o sofocaciones.

¿MUNDO “PSI” O EMERGENCIAS MEDICAS?

Dada la prevalencia de los síntomas somáticos sobre los cognoscitivos, el paciente que no tiene aún un diagnóstico asertivo de trastorno de ansiedad supone que se trata de un problema clínico, cardiológico o neurológico y por eso se dirigirá muy probablemente, a un servicio de emergencias médicas. Y está bien que así lo haga porque mientras no se descarten problemas orgánicos, convendrá tomar ese camino. Sólo cuando se descarten otras patologías que pueden dar síntomas similares (angina de pecho, infarto de miocardio, prolapso de válvula mitral con arritmia, hipertiroidismo, diabetes, etc.), el paciente podrá ser asistido de manera integral por un médico psiquiatra y un psicólogo entrenados en trastornos de ansiedad.

Las crisis de angustia se clasifican en:

1.Inesperadas o espontáneas: son aquellas en las que el comienzo de la crisis no se relaciona con estímulos ambientales que pueden interpretarse como causales o desencadenantes. Suelen darse en el trastorno de angustia con o sin agorafobia.

2. Situacionales:en ellas las crisis de angustia aparecen casi inmediatamente después de la exposición a un estímulo atemorizante o por su sola anticipación imaginaria. Suelen darse en la fobia social (en una fiesta) y en las fobias específicas (al ver una serpiente, una araña, etc.).

3. Más o menos relacionadas a situaciones determinadas: se presentan algunas veces frente a la exposición a estímulos probablemente ansiógenos como por ejemplo viajar en un avión o en un tren. Suele darse en la agorafobia.

Para hablar de “trastorno de pánico” deben darse ataques de pánico inesperados recurrentes y además uno de ellos debe ser seguido de uno o más de los siguientes síntomas:

A. Inquietud persistente frente a la posibilidad de que aparezcan nuevas crisis.
B. Preocupación por las consecuencias de los ataques.
C. Cambio de la conducta relacionada con las crisis.
La mayoría de los trastornos de pánico conducen a una agorafobia, es decir al miedo más o menos o permanente a estar solo, desamparado o imposibilitado de recibir ayuda frente a un ataque de pánico y a no poder escapar de la situación. Los que padecen agorafobia tienen una serie de limitaciones como dejar de trabajar o estudiar o de llevar una vida plena. Por eso de la agorafobia se suele pasar a la depresión y con ésta aumenta el riesgo de suicidio.

SEXO, EDAD, CAUSAS Y EVOLUCION

El trastorno de pánico puede aparecer en cualquier clase social, cultura o raza, pero siempre será preponderante en las mujeres en una relación de 3 a 4. Generalmente comienza entre los 25 y los 30 años, pero puede iniciarse también en la adolescencia. Su aparición depende de factores neurobiológicos (vulnerabilidad somática), psicológicos (traumas psíquicos o sexuales antes de los cinco años, “que alterarían el patrón neurobiológico” y ambientales, que oportunamente: serán gatillados por:
1. Desencadenantes psicológicos: la sobreexigencia, el estrés y los conflictos intrapsíquicos.
2. Desencadenantes físicos: el exceso de actividad corporal y el consumo exagerado de sustancias adictivas (como el café, el alcohol y la cocaína, que por deprivación generan efecto rebote) o medicamentos que producen ansiedad.
La crianza del panico estuvo marcada por padres que habrían tenido una actitud sobreprotectora pero con escaso cuidado en lo que se refiere a la expresión de las emociones y a un real acercamiento afectivo. El porcentaje (prevalencia) de personas afectadas de este trastorno de por vida, oscila entre el 2 y el 5%. O sea, que en Argentina podrían padecerlo más de 1 millón de personas, teniendo en cuenta que la mayoría están subdiagnosticadas. La evolución suele ser crónica y discapacitante si no se trata adecuadamente.
Los intentos de suicidio, pueden llegar al 20 %.

¿COMO SE TRATA?

Ante todo partiendo de un diagnóstico precoz; pero hay que tener en cuenta que por la variedad de los síntomas, la brusquedad con que se presentan y la predominancia del carácter somático de los mismos, puede tardarse alrededor de siete años en llegar a un diagnóstico correcto. El tratamiento debe ser integral y debe reunir al menos a un psiquiatra que indique la medicación más apropiada según el caso y a un psicólogo entrenado en trastornos de ansiedad que trabajen en equipo. No se descarta la posibilidad de que se indiquen terapias complementarias como los ejercicios de relajación o la meditación. Además de esto es fundamental la información al paciente y a su grupo familiar sobre las características de la enfermedad para que sepan cómo controlar los ataques y colaboren con el tratamiento. La remisión suele durar un par de años aunque los resultados comienzan a notarse al cabo de unos meses.

Codirectora del Centro Psicoanalítico Argentino

Centros de ayuda Psicológica gratuita: En Capital Federal, Buenos Aires, Argentina.

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