Respaldo de material de tanatología

CÓMO AYUDAR A ALGUIEN QUE HA PERDIDO UN SER QUERIDO

CÓMO AYUDAR A    ALGUIEN QUE HA PERDIDO UN SER QUERIDO

  El amigo que está en silencio con nosotros, en un momento de angustia o incertidumbre, que puede compartir nuestro pesar y desconsuelo… y enfrentar con nosotros la realidad de nuestra impotencia, ése es el amigo que realmente nos quiere. HENRI NOUWEN

Si quieres acompañar a un familiar o amigo que ha perdido un ser querido, y no sabes cómo hacerlo, te propongo una serie de indicaciones sobre la mejor manera de ayudarle.

Evitar las frases hechas

La incomodidad nos mueve a recurrir a expresiones que no ayudan para nada: ?Tienes que olvidar?, “Mejor así, dejó de sufrir?, “El tiempo todo lo cura”, ?Manténte fuerte por los niños?, “Es la voluntad de Dios”, “Es ley de vida”?

Lo que más suelen necesitan al principio es hablar y llorar. No decirle que tiene que sobreponerse, ya lo hará a su tiempo.

Si no sabes que decir, no digas nada. Escucha, estate presente, sin pensar que tienes que dar consejos constantemente o estar levantando el ánimo.

Si no sabes que hacer, colaborar en algunas tareas cotidianas (hacer la compra, ir a buscar a los niños…) o encargarte del papeleo, puede ser una buena manera de ayudarlo/a.
Tener en cuenta las actitudes que no ayudan

No le digas que le comprendes si no has pasado por una situación similar.

No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido.

No te empeñes en animarle/a o tranquilizarle/a. Posiblemente lo que necesita sólo es que le escuches.

No le quites importancia a lo que ha sucedido hablándole de lo que todavía le queda.

No intentes hacerle ver las ventajas de una nueva etapa en su vida. No es el momento.

Dejar que se des ahogue

Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia, el miedo?por la muerte de un ser querido, suele ayudar a elaborar el duelo.

Estás equivocado/a si piensas que verle o dejarle llorar y emocionarse no sirve más que para añadir más dolor al dolor.

Estas equivocado/a si crees que ayudar a alguien que sufre es distraerle de su dolor. Mediante la vivencia y expresión de los sentimientos, la persona en duelo suele sentirse  aliviada y liberada.

No temas nombrar y hablar de la persona fallecida por miedo a que se emocione. Si llora, no tienes que decir o hacer nada especial, lo que más necesita en esos momentos es tu presencia, tu cercanía, tu compañía y tu afecto.

No temas tu mismo llorar o emocionarte. No hay nada malo en mostrar tu pena, en mostrar que a ti también te afecta lo que ha pasado, en mostrar que te duele ver a tu amigo/a o familiar en esa situación.
Permitir que hable del ser querido que ha muerto

Permitir que hable todo el tiempo y todas las veces que lo necesite.

Una pareja de padres expresaba su pesar con estas palabras:
?Los parientes y los amigos rehuyen hablar o pronunciar el nombre de nuestra hija, desviando la conversación hacia cualquier otro tema. Tal vez tengan miedo de alterarnos o hacernos llorar. Pero, ¿qué pretenden? ¿qué la olvidemos o que no lloremos más?

Comparte con tu familiar o amigo/a recuerdos de la persona fallecida (ver fotos, contar anécdotas…)

Recordar a la persona amada es un consuelo para los supervivientes. Repetir y evocar los recuerdos es parte del camino que tienen que recorrer. 

Hay personas que viven un duelo privado y no les gusta exteriorizar sus emociones.  Respetaremos también su necesidad de no hablar.
Mantener el contacto

Una viuda se lamentaba: “había más de 400 personas en el funeral de mi marido. Entonces se ofrecieron muchos para ayudarme. ¿Dónde están ahora, después de tres meses?”

El contacto puede mantenerse de muchas maneras. Puedes hacerle una visita, quedar para tomar un café o dar un paseo, enviar una carta o un email. Con una llamada telefónica, por ejemplo, puedes romper su soledad y recordarle que no está solo/a, que alguien está pensando en él o ella.

Las fiestas y aniversarios son momentos particularmente dolorosos en los que podemos hacer un esfuerzo especial para estar cerca de la persona en duelo.

Admiro tu intención y preocupación por ayudar a tu amiga y te aseguro que es muy importante para ella. Dado que por lo que cuentas ha sucedido todo hace muy poco tiempo, creo que lo mejor que puedes hacer es que ella sienta que te tiene cerca, si te es posible estar a su lado, sólo escucharla, abrazarla y dejarla que exprese todo lo que siente. No es hora de dar “lecciones” de esperanza, ni de creencias, ni de fortalezas, símplemente que estés ahí, que sienta que no está sola, que puede hablar y expresar todo lo que siente, sin llevarla la contraria. Probablemente dirá cosas sin sentido, hablará de culpabilidades, tendrá rábia, no intentes hacerla ver nada, no la contradigas, tampoco la des la razón si sientes que no la tiene, sólo estate ahí, cercano y cálido. Y cuando pasen unos días es aún más importante que sigas estando ahí, que no sienta que todo el mundo se ha esfumado, que no se sienta sola.

Espero haberte podido ayudar un poquito. Un abrazo 

QUIERO AYUDAR A UN AMIGO EN DUELO

    “Acompañar desde la compasión es difícil porque requiere la disposición interna de ir con los otros, allí donde se sienten débiles, vulnerables, solos y rotos. Nuestra respuesta espontánea al sufrimiento del otro es intentar apartarle de él, huyendo o buscando una solución rápida. Como personas de apoyo, amigos o profesionales ocupados, activos y relevantes queremos sentirnos bien haciendo una contribución real efectiva. Es decir que lo primero y más importante es intentar hacer algo que muestre que nuestra presencia realmente marca una diferencia. Y así ignoramos nuestro mayor don, que es la capacidad de entrar con compasión en el dolor de aquellos que sufren.”

    Henri Nouwen
    “El camino del corazón”

ACÉRCATE A LA PERSONA EN DUELO

Muy a menudo cuando un amigo está en duelo, tenemos el impulso natural de acercarnos pero nos detiene no saber qué hacer o qué decir que sea apropiado. La incomodidad, no tener respuestas al dolor, el miedo a decir algo impropio a veces nos hace replegarnos e incluso evitar el contacto. Eso hace que la persona en duelo se sienta más aislada e incomprendida. A pesar de no tener las palabras ni el gesto adecuado es importante acercarnos con cariño y humildad: el mero hecho de dar nuestra cálida presencia, a menudo silenciosa, es ya una ayuda para la persona en esos momentos.

PUEDES DECIR:

Me gustaría mucho poder decir algo que alivie tu dolor,
pero no encuentro las palabras.
Pero quiero que sepas que estoy aquí
y que pienso en ti muy a menudo.

    A la gente no le gusta escribir cartas de condolencia y tienen miedo a no encontrar las palabras adecuadas y de no saber qué decir que pueda servir de consuelo. Y muy poca gente se da cuenta de que cuando has perdido a un ser querido estas cartas son como una bendición. Las cartas que llegaban de los amigos y conocidos de Jorge hacían mi día más memorable. Me hacían llorar. Me hacían sentir cerca de él. Me hacían sentir como si el amor de los que le querían me llegaba a mí.
    Las mejores eran las más largas, las más concretas, las que mencionaban algún recuerdo que el amigo guardaba de una forma esencial y las que me explicaban alguna historia de Jorge totalmente desconocida para mí. Otras, las frías e inexpresivas llenas de frases hechas, son las únicas que me hacían daño.
    Antes, yo misma me habría negado a escribir cartas de condolencia pensando en qué cosa más horrible hacer recordar cosas dolorosas, como si fuese echar sal a una herida abierta. Pero hoy sé que eso no es así Agradezco estas cartas como un tesoro muy apreciado, y el dolor que siento al releerlas siempre se mezcla con sentimientos de amor y gratitud.
    Rosa, madre de Jorge

ERRORES COMUNES

Queremos compartir contigo los errores más comunes que se cometen al intentar acompañar a personas en duelo. Son frases hechas , tópicos y falsas creencias que hemos aprendido de nuestra sociedad y que reflejan la dificultad que tenemos para estar presentes sin pretender minimizar ni negar el dolor del otro sino, simplemente, haciendo compañia.

LO QUE NUNCA DEBES DECIR:

Sé fuerte
Anímate: hazlo por tus..hijos?
Distráete que te irá bien
No llores más que te estás torturando
La vida continúa
Es ley de vida
Resígnate. Ha sido la voluntad de Dios
Ahora ya no sufre
El primer año es el peor, luego ya verás….

MUESTRATE DISPUESTO A ESCUCHAR

    La persona en duelo puede que tenga ganas de hablar sobre lo que ha sucedido, las circunstancias de la muerte, su soledad, culpa, enfado o simplemente recordar y rememorar el tiempo vivido. También puede ser que en ese momento no desee hablar de todo esto y agradezca que le propongas alguna actividad de distracción. La única manera de saber qué es lo adecuado en ese momento es preguntárselo a la persona.

    Es la primera vez desde la muerte de mi mujer que siento que alguien me escucha de verdad.
    He contado más en diez minutos aquí que lo que le he contado a mis amigos y a mis hijos en los dos años que hace que se murió..
    José, en el primer día de su participación en el grupo de apoyo

INTERESATE POR LO QUE PIENSA, SIENTE, Y LE PREOCUPA

En seguida notarás si tu amigo/a desea o no hablar de sus sentimientos. Si lo desea, el mejor regalo que puedes hacerle es escuchas en silencio, sin intentar minimizar, aconsejar, ni paliar. Hazle alguna pregunta interesándote por lo que te cuenta. El arte de escuchar es el arte de hacer buenas preguntas.

Si se emociona al contarte lo que vive, no intentes evitar o parar su expresión. No te preocupes, llorar no hace daño a nadie. Lo que hace daño son las lágrimas no vertidas que se pudren dentro del corazón cerrándolo.

    No puedo mencionar su nombre en casa. Me dicen que me calle y que me estoy atormentando inútilmente. Mi marido especialmente se enfada si me ve mal. Me dice que eso no sirve para nada que ella no regresará. Cuando le pido que me acompañe al cementerio, que es mi único consuelo me dice que estoy loca, que no voy bien y que todo esto que hago no sirve para nada. Solo por las noches cuando él ya duerme, lloro abrazada a la almohada procurando no hacer ruido.

    Déjame llorar, si no sabes qué decirme abrázame.
    No me critiques por mi manera de expresar mi dolor.
    Y si tú estás triste también,  estoy dispuesta a escucharte.

APOYA LA EXPRESIÓN RITUAL

Los símbolos o rituales nos permiten expresar aquello para lo que no tenemos palabras. Los objetos, fotografías, los días especiales, el funeral, una música, ayudan a la persona en duelo a conectar con recuerdos y sentimientos. Este reabrir del dolor no debemos verlo como una recaída o algo que se deba evitar, sino como una nueva oportunidad de reexperimentar el dolor y de encontrar nuevos significados que nos ayuden a aceptar lo sucedido. Acompañar a nuestros amigos al cementerio, a revisar el álbum de fotos, a pasear por los sitios que traen recuerdos es una buena manera de ayudar y facilitar la elaboración del duelo. Al servir de apoyo y compañía, esos objetos, símbolos o ritos pueden facilitar a la persona en duelo la elaboración de una nueva narración de lo sucedido, con significados más aceptables que permitan la restauración del sentido de conexión, plenitud y paz.

    Cuando murió mi hijita de tres meses, no me dejaron estar con ella después. Me hubiera gustado acariciar su cuerpo por última vez y despedirme: ¡le hubiera dicho tantas cosas!

    El médico me dijo que volviera a casa y hiciera mi vida como si esto no hubiera sucedido. ?Imagínate que no has tenido ningún hijo y que estás comenzando tu vida de pareja: eres joven y tendrás otros hijos?- me aconsejó

    Cuando llegué a casa a la mañana siguiente, habían sacado todas sus cosas: la ropita, la cuna y sus primeros juguetes. Han pasado muchos años, he tenido otros hijos, pero el recuerdo de mi pequeña siempre estará conmigo.

    Dejad que las madres estemos con el cuerpo de nuestros niños si lo necesitamos.
    Todo el dolor que podemos expresar ahí nos libera y alivia. Dejadnos guardar las cosas el tiempo que necesitemos, nos ayuda a conectar con nuestro dolor, el sentido de lo que hemos vivido y mantener el recuerdo. No hagáis como si nada hubiera pasado. Aunque nuestro hijo haya muerto, tuviera la edad que tuviera, sigue siendo nuestro hijo.

    Margarita, madre de Elizabeth