Respaldo de material de tanatología

LA ALEGRIA DE VIVIR LA MUERTE

De: SUNSHINE  (Mensaje original) Enviado: 15/04/2002 5:52

Mi punto de vista ante la muerte no es tan trágico como la gran mayoría de las personas lo conciben, hay situaciones en las que la muerte sería el inicio del verdadero descanso y la meta en la búsqueda de la tranquilidad.  Aunque para muchos la muerte pinta un escenario desolador, para otros víctimas o no de la desesperanza y el dolor representa el paraíso de la felicidad.

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De: Rafael Enviado: 31/05/2002 0:39

(…) La muerte de la gente, a mi juicio, siempre es triste. No puede haber alegría que provenga de ella. Pienso que el sentimiento más cómodo que pueda surgir ante la muerte es la indiferencia. Como cuando abrimos el periódico y encontramos que alguien ha muerto, e incluso vemos su fotografía. Podríamos estar seguros, no obstante, que ?esa muerte? tiene su cercano, su doliente; que no le puede dar alegría al que la mira como pérdida.

Si la muerte es un desaparecer ajeno, un extinguirse algo vinculado a nosotros, debemos verla como un evento que nos quita, que nos hace ver que siempre habrá un momento en que no podemos tener lo que tenemos, y eso significa, por ejemplo, no tener más una caricia, una voz, una figura sólida, alguien que supo de nosotros, que participó de nuestra historia y cuyos actos ya no nutrirán nuestra memoria. Eso es muy triste, siempre será triste

No menos pasa cuando se trata de nuestra propia muerte. Uno vive una vida al tiempo que se construye a sí mismo. Y terminamos siendo muchas cosas, tantas como los sentidos y la imaginación nos han permitido crear a partir del mundo: mis padres, mi esposa, mis hijos, mi perro, mis amigos, la brisa salobre del mar, una canción de amor, mis éxitos, mis fracasos, mi forma de escribir, mi forma de hablar, como percibo, como me perciben, mis recuerdos, el sexo, mi música, mi coraje, la forma como me figuro el futuro… Son muchas cosas las que perderíamos si muriéramos y pienso que una sóla de ellas, bien vivida, bastaría para sentir tristeza al morir.

Me atrevo a concluir que precisamente porque la muerte es triste debemos aprender a afrontarla. Mirarla con serenidad en tanto es ineludible. Padecer la ajena con la seguridad de que nos enseña; y la propia, con la calma que deberíamos tener cuando renunciamos a algo que siempre supimos que no era para siempre.
(…)

Rafael

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De: montedeoya Enviado: 31/05/2002 3:07

(…) Pensar en cómo la muerte es esto o aquello precisamente porque la vida es esto o aquello. Si la muerte es triste ¿será porque la vida es alegre? Si no se trata de opuestos, entonces qué es cada una? ¿Y si solo son lo mismo? Lo que debemos cambiar no es la muerte, es nuestro concepto de vida: la muerte siempre será lo mismo, un cambio y nada.
(…)
montedeoya

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De: montedeoya Enviado: 01/06/2002 4:03

(…) “Nada” en relación a la muerte hace referencia a que ésta es un cambio y “nada más” (lo demás se lo ponemos nosotros, nuestro prejuicios, nuestro temores y nuestras angustias).
Cuando digo que lo que debemos cambiar no es la muerte sino nuestro concepto de vida me refiero a que a medida que conoces la muerte descubres la vida, y te das cuenta que la vida no es lo contrario a la muerte y que la muerte no es la negación de la vida: todo es lo mismo. Ninguna niega a la otra y tampoco son complemento. Son lo mismo. Cambiar nuestro concepto de vida es amar sin temor a perder (puesto que no se pierde), es amar por la simple razón de existir, de ser, de estar. Nuestro concepto de vida cambia cuando descubres que la muerte no existe, que son solo apariencias; ya no te peocupas porque las cosas puedan o no seguir, simplemente siguen y tu sigues ahí. Se pierde el concepto de lo temporal y comienza a vivirse el ahora (que es un para siempre). Todo está bien, todo es bello, todo es lo mismo. Allí es donde me dirijo, sin dirigirme, tanto es arriba como es abajo, etc…
La muerte es confirmación, la confimación de tu verdad, verdad que a todos pertenece: la inmortalidad del ser.
(…)
Jorge Montoya