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MOISÉS Y LOS ORÍGENES DEL MONOTEÍSMO

MOISÉS Y LOS ORÍGENES DEL MONOTEÍSMO
Por: César García

    ¿Quién fue Moisés realmente?

    La Biblia lo presenta como un hebreo que, abandonado en las aguas del Nilo por su madre, fue recogido por la reina y criado como príncipe junto a su hermano Ramsés.
    Luego de matar a un egipcio en defensa de un hebreo esclavo, escapa de su país hacia el Sinaí, donde recibe la palabra de Dios, que le dice que libere a su pueblo del yugo de la esclavitud. Entonces Moisés vuelve a Egipto y le exige al faraón que libere a su pueblo.
    El faraón rehúsa mostrar una falta de poder y supremacía y rechaza la petición de Moisés.
    Esto provoca la ira divina, que arrasa con siete plagas a Egipto y permite así a Moisés liberar a su pueblo.
    Se produce entonces el famoso éxodo, en el que Moisés conduce a los hebreos a través del Mar Rojo abriendo sus aguas. Luego, en el Monte Sinaí, recibe los diez mandamientos de las manos de Dios. Por su tardanza, su hermano Aarón, tomándolo por muerto, manda fundir todo el oro en el fuego, de donde saldría un nuevo dios, un ternero.

    Todos los hebreos, de acuerdo con Aarón, hacen fiestas y sacrificios en honor al nuevo dios. Baja entonces Moisés con las tablas, ve el espectáculo y el becerro, y tira los diez mandamientos, rompiéndolos.  Allí, con los que aún le seguían, mata a los impuros, incluyendo a su hermano Aarón. Luego, dios castiga a Moisés por desobediencia, por haber golpeado una roca en vez de hablarle para que de ésta manara agua que aplacase la sed de los hebreos.
    Fue así que no le permitió entrar en la Tierra Prometida.

    ¿Pero acaso podemos confiar en la Biblia como documento histórico?

    Como dijo Philipp Vandemberg: “El Antiguo Testamento como catecismo representa el mayor impedimento para un esclarecimiento histórico exacto de los acontecimientos relacionados con tan singular personalidad”.
    Sin contar el hecho de que la historia de Moisés fue contada de boca en boca, de generación en generación, durante cientos de años, hasta ser escrita, lo que ciertamente provocó una gran modificación en cuanto a su contenido.
    Sin embargo, existe otra teoría al parecer más contundente: la que formula el sacerdote historiógrafo egipcio Manetón, quien escribió en griego la Historia de Egipto, en treinta volúmenes, por encargo de Tolomeo I.

    Manetón dice que en Avaris, antigua capital de los Hicsos sobre el delta del Nilo, habitaba una tribu acaudillada por un sacerdote de Heliópolis llamado Moisés, quien rechazaba el politeísmo egipcio. En ese sentido, el Antiguo Testamento dice que Moisés aprendió todas las ciencias de los egipcios en la ciudad de On (Heliópolis) y es sabido que sólo los sacerdotes eran instruidos en todas las ciencias, por lo que, probablemente, Moisés fue un sacerdote.
    Ahora bien, los forasteros no solían tener acceso a los recintos sagrados de los templos, lo que nos hace pensar que Moisés bien pudo haber sido de estirpe egipcia. Además, según la Biblia, el nombre Moisés significa “el salvado de las aguas” o “pues de las aguas lo saqué”. Sin embargo, James Henry Breasted indica al respecto que la palabra Moisés significaría “niño” en lengua egipcia antigua.

    Si nos ponemos a pensar, nombres semejantes eran bastante comunes en Egipto, Ramosis, Tutmosis, Ahmosis, etc., todos ellos referidos a la palabra niño.
    De aquí sale una teoría que dice que Moisés seguramente fue llamado Ah mosis o Amenmosis, pero como los hebreos no comprendían bien estos términos, prefirieron la forma abreviada de “Moisés”. Sin embargo, Manetón dice que el verdadero nombre de Moisés era Osaref e, igualmente, habría sido llamado Moisés por los hebreos. Según las cartas de Amarna, los hebreos, provenientes de Caldea, eran unas tribus nómadas saqueadoras llamadas Apiru y Chabiri, que solían asaltar las ciudades de Siria y de Canaan.

    Por lo tanto, si durante el período de Akhenatón los hebreos todavía eran nómadas y, más aún, no estaban instalados en Egipto, no parece posible que el éxodo haya tenido lugar antes o durante este período, tal como ha sido propuesto por algunos autores.
    Parece entonces más verosímil la teoría que sitúa el éxodo durante el reinado de Ramsés II ya que, según lo escrito por Manetón, los hebreos, descendientes de los hicsos, vivían en Avaris, ciudad que se convertiría en Pi-Ramsés, nueva capital del imperio mandada construir por Ramsés II. Por ello, los hebreos tuvieron que haber trabajado en su construcción, tal como lo describe la Biblia cuando dice que trabajaron en Pitom (Pi-Ramsés).

    Seguramente, el éxodo ocurrió entre la guerra de Kadesh (durante el reinado de Ramsés II) y la construcción de la estela de Merenptha (Merenptha, sucesor de Ramsés II), ya que durante la guerra contra los Hititas la “Tierra Prometida” estaba ocupada por los canaanitas y no por los hebreos, mientras que en la estela de Merenptha se menciona por primera vez a los hebreos como un pueblo ya instalado en la “Tierra Prometida”, vencido y sumiso al Faraón.

    ¿Podrían unas tribus nómadas, sin duda primitivas, elaborar una religión monoteísta? ¿Pudo haber influido en su aparición la cultura milenaria egipcia?
    En principio, no parece probable que unas tribus bárbaras saqueadoras hayan creado la concepción de dios único que diera la base a las religiones monoteístas actuales.

    Precisamente un siglo antes de Ramsés II, durante el reinado de Akhenatón, se instauró en Egipto el culto monoteísta a Atón.
    Éste surgió por meras causas políticas, para contrarrestar el creciente poder que adquiría el clero de Amón. El culto a Atón nunca fue puramente monoteísta, ya que las costumbres adquiridas a través de los siglos no son tan fáciles de desechar y la mayoría de éstas se relacionaban con la religión politeísta antigua. Durante los comienzos, se podría decir que este culto era esencialmente monoteísta, pero después sucumbió ante la antigua religión, la que comenzó a tomar ventaja hasta que en el reinado de Tutankhamon se impuso de nuevo como la religión oficial. Esta breve experiencia religiosa probablemente sentó las bases para el nacimiento de la religión Mosaica, ya que muchas fuentes bíblicas parecen haberse fundado en la religión de Atón. Además, si situamos a Moisés en el reinado de Ramsés II, la diferencia de tiempo con el reinado de Akhenatón es de unos cien años; un hecho tan contundente como la aparición del monoteísmo en Egipto pudo haber perdurado fácilmente un siglo. Por algún motivo Ramsés II tuvo tanto empeño en destruir todo recuerdo de Akhenatón y su culto monoteísta, ya que posiblemente esta religión provocaba disturbios en su época. Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre el dios de Akhenatón y el de Moisés: el primero es un dios de amor y armonía y el segundo es un dios marcial y caótico. Esto es fácil de entender, ya que a pesar de que Moisés haya sido instruido, el pueblo era bárbaro e inculto, y dioses con estas características eran típicos de estos pueblos. Además, como en Egipto cada ciudad tenía su dios principal, que era el más adorado, tal vez los hebreos, que vivían en Avaris, tomaron características del dios de esta ciudad, llamado Seth, que era el dios del caos y de la guerra.

    Si las cosas fueron tal cual, Abraham, si es que existió, no fue el precursor del monoteísmo, sino un simple jefe guerrero de una tribu nómada. Entonces, el verdadero título de Abraham, como “gran precursor del monoteísmo”, yo se la daría realmente a Akhenatón.

    Herodoto informó que Egipto era el único pueblo que practicaba la circuncisión (por razones higiénicas), lo que se ha podido comprobar gracias al estudio de las momias y de las pinturas murales. Pero los hebreos tomaron esa costumbre seguramente porque no fueron los únicos en formar parte del éxodo.

    Es probable que los egipcios que seguían con el culto a Atón vieran una esperanza en Moisés y partieran con él, difundiendo entre los hebreos algunas de sus costumbres, tal cual la circuncisión. Manetón dice, en la Historia de Egipto, que Moisés no sólo partió con los hebreos, sino que los leprosos egipcios también lo siguieron.

    Seguramente él los llama “leprosos” no porque padecieran la enfermedad, sino porque los consideraba traidores a la religión y a su pueblo.

    ¿Eran los hebreos esclavos en Egipto? No se sabe con certeza.

    Por un lado, un pueblo instalado en una pequeña ciudad no da la impresión de ser esclavo, ya que comúnmente los esclavos estaban repartidos en todo el país opresor.

    Se sabe que eran los labradores los que trabajaban en las construcciones obligatoriamente, aunque con un sueldo, en el período de la inundación.

    Bien pudo haber sido éste el motivo por el cual en la Biblia se consideró a los hebreos como esclavos, ya que una vez instalados en Egipto, y más precisamente en el Delta, seguramente se dedicaron a la agricultura y, en el periodo de la inundación, les habrían obligado a trabajar en las construcciones como al resto de los egipcios.

    Los hebreos, no habituados a tales costumbres, debieron haberlas rechazado. Asimismo, Egipto era considerado el único pueblo sin esclavos en el mundo antiguo.

    Sin embargo, también es cierto que durante el Imperio Nuevo, los prisioneros de guerra tenían que cumplir una condena como esclavos y, al finalizar ésta, tenían la opción de quedarse en Egipto con los mismos derechos que el resto de las personas o de volver a sus respectivos países.

    En cuanto a lo que la Biblia menciona como las “plagas de Egipto”, eran fenómenos muy corrientes en este país. Hay muchas teorías que las explican de una forma muy racional, pero lo que no pueden explicar es la muerte de todos los primogénitos.

    Pero como bien sabemos, la Biblia fue escrita mucho después que estos acontecimientos ocurrieran, por lo que seguramente los escritores del Antiguo Testamento relataron los cuentos que se habían ido degenerando con el pasar del tiempo. Lo que realmente sucedió fue que durante el reinado de Ramsés II murió su primogénito, Amonerkepechef.

    Su muerte debió haber tenido un gran impacto en todo el país, incluso en los hebreos, por lo que seguramente se contó y magnificó hasta llegar a la historia que hoy conocemos.

    Pero no es de extrañarse que su primogénito haya muerto, ya que Ramsés II vivió aproximadamente noventa años y, durante su vida, no sólo murió su primogénito sino también los quince hijos que le seguían a éste.

    Además, si lo que el Antiguo Testamento cuenta es verdad, debería haber una gran cantidad de documentos referentes a la muerte de tantos niños, pero no los hay.  Los trastornos que hubiese sufrido Egipto por un suceso tan contundente habrían sido enormes y muy difícilmente habrían pasado desapercibidos en la historia.

    En cuanto al éxodo, la versión que nos da la Biblia es bastante irreal. Ésta dice que al cruzar el Mar Rojo los hebreos ya estaban libres y las fuerzas del faraón quedaban destrozadas.

    Sin embargo, el Sinaí y el Canaan pertenecían a Egipto en la época de Ramsés II y de su sucesor Merenptha, por lo que al cruzar el Mar Rojo y llegar a Canaan se hubiesen encontrado con las fuerzas del faraón nuevamente.

    Entonces, lo más seguro es que los hebreos se convirtiesen en un pueblo vasallo a Egipto, como lo plantea la famosa estela de Merenptha, que se refiere a ellos como un pueblo derribado y sometido al faraón.

    Además, parece ser que Moisés y sus seguidores no atravesaron el Mar Rojo, sino que cruzaron el lago Menzaleh o Mar de los Juncos, que durante cierto período del año, sus aguas eran lo suficientemente bajas como para atravesarlo a pié.

    La verdadera historia de Moisés es apenas conocida en nuestros días, estando impregnada de leyenda y carente de documentación histórica fidedigna.

    Los documentos que tenemos al alcance y que nos puedan dar información útil son realmente escasos. Por ello este es un tema que aun se trata con gran subjetividad.

    Pero si algo puedo decir de este personaje es que su estudio es del mayor interés para entender las bases del monoteísmo que hoy conocemos.

   

    Página:  http://mosquera.tripod.com.co/monoteismo.htm