Respaldo de material de tanatología

La ley del Karma

La Ley del Karma

    H. Saddhatissa, nació en Ceilán y fue ordenado monje budista en 1926. Posteriormente se desempeñó como profesor de budismo en la Universidad de Benarés (India) y en Toronto (Canadá). Es un representante calificado de la escuela Theravada del cual existen algunos libros en español del cual recomendamos, por su claridad y concisión el que figura en la nota 1.

    Kamma o Karma, según lo escribamos en Pali o en Sánscrito, está producido -para Saddhatissa- por todas las acciones que cada individuo efectúa. Karma es la manera como “el pasado influye sobre el presente, pues ‘Kamma’ es pasado al igual que presente. El pasado y el presente influyen sobre el futuro -en esta vida o en la venidera-. Buda ha dicho: ‘Es al acto mental de la voluntad, oh monjes, al que llamo Kamma. Después del deseo viene la acción mediante el cuerpo, la palabra o el pensamiento’ (Anguttaranikaya)”

    Habitualmente, y no sólo en el budismo, se usa “Karma” como nombre genérico para denotar la conducta y sus resultados. Dichas consecuencias forman una intrincada madeja, interactuando entre si hasta el punto de no poder seguir la cadena causal. Cadena que puede llegar a ser muy compleja dado que nuevos efectos reaccionan con los anteriores, generando consecuencias de toda clase.

    Es de hacer notar que, según el budismo (Theravada), no son todas las acciones humanas son provocadoras de Karma: “la voz Pali “Kamma” (…) significa literalmente “acción”, “actuar”. Pero en la teoría buddhista del karma tiene un sentido específico: expresa únicamente la “acción volitiva”, y no todas las acciones. Además, esta palabra no significa, como muchos suelen emplearla errónea y libremente, el resultado del karma, pues en la terminología buddhista, el karma no significa nunca su propio efecto, sino que éste es conocido con el nombre de “fruto” o “resultado” del karma (Kamma-phala o Kamma-vipaka)

    Tampoco debe confundirse la acción de la ley kármica con “recompensa” o “castigo” por la conducta llevada a cabo. No es la acción de la justicia humana o divina, es el resultado de una ley natural. Una clase de acción volitiva genera unos efectos, otra clase genera distintos. “La idea de justicia moral o de recompensa y castigo, proviene de la concepción de un ser supremo o de un Dios que juzga, dicta sentencia y decide qué es lo bueno y qué es lo malo”

    El budismo considera que no se pueden eliminar las consecuencias kármicas que operan hasta su extinción; como las ondas provocadas por lanzar una piedra en un lago se extienden hasta llegar a la orilla o perderse en la distancia. La consecuencias (vipaka) de la conducta volitiva se extienden hasta que sus efectos quedan cumplidos. Esta acción puede abarcar más de una vida. De ahí la dificultad para establecer la cadena causal en la determinación del estado presente; deberíamos incluir también vidas anteriores, con los inconvenientes de no saber que hechos son los que provocaron los actuales efectos.

    Siendo una cuestión básica para la comprensión no sólo del budismo sino de las tradiciones orientales este concepto ha sido bastante mal entendido, al asimilarlo incorrectamente al destino; a una especie de predestinación que está más allá de la voluntad humana.

    No es el “destino”, porque éste se nos impone. En cambio la ley kármica es el resultado de acciones que pueden ser cambiadas por la acción de la libertad humana. “Nuestra vida -dice Saddhatisa- es, a la vez, vipaka [resultado] del pasado y Kamma [productora de consecuencias] del futuro. La ley del “Kamma/vipaka” explica la razón por la que el Budismo es frecuentemente considerado como la doctrina del aquí y del ahora. Pues el aquí y el ahora es el único campo de acción en el que el hombre puede influir sobre la cadena del Kamma/vipaka y, finalmente interrumpirla”

    Pagina; http://usuarios.iponet.es/casinada/080504.htm