Respaldo de material de tanatología

Positivismo

Positivismo

El positivismo es una forma de perisamiento que surgió en el siglo XIX y llega a nuestro siglo. Aunque es un pensamiento muy ligado a la filosofía, tiene características muy antifilosóficas. Hay que considerar el positivisino como un pensamiento por un lado “idealista” y por otro cientifísta. Es idealista en el sentido de que lo verdadero es lo que se me presenta. Real es lo que el sujeto pone como fenómenos. Ya no se trata de descubrir la realidad de la cosa como tal, sino de descubrir la objetividad fenoménica de mi percepción. En esto no sólo no rompe con el paradigma de la metafísica idealista moderna, sino que además desarrolla su programa. Esto va ligado a la racionalidad instrumental. No se trata sólo de conocer la realidad, sino de conocer los medios para transformarla. Entonces la ciencia y la técnica van ligadas.

La ciencia es un conocimiento aplicable que da como resultado la técnica. Esta mentalidad ya se puede encontrar en Bacon y en Descartes. Para Bacon el hombre había de dominar la naturaleza y Descartes quería un conocimiento que hiciese posible satisfacer las necesidades materiales humanas. Esto ya implica un predominio de la poiesis sobre la praxis. El hombre tiene como finalidad la producción de cosas y no la acción que incide sobre sí mismo. Aquí podemos encontrar el origen filosófico de nuestras sociedades consumistas-industriales.

Ahora hay que ver la otra característica esencial del positivismo: El cientificismo. El único método que nos puede llevar al conocimiento de la verdad objetiva es el método de la ciencia empírica. Hay un intento de acabar con toda racionalidad que dé una explicación última de la realidad. Racional es sólo lo que puede dar cuenta de la realidad empíricamente dada. Entonces es real y verdadero sólo lo que se puede verificar empíricamente. Ahora bien, esto no quiere decir que los positivistas se puedan deshacer de la lógica y la matemática. Al contrario, la lógica y la matemática son necesarias para dar una explicación inteligible de la realidad empíricamente dada. Pero la lógica y la matemática sólo pueden dar verdades formales, no contenidos metafísicos. Los contenidos son todos empíricos y la lógica y la matemática no son realidades en sí, sino sólo una explicación de la realidad sensible. Entonces lo único que queda de la filosofía es, como mucho, la filosofía de la ciencia. Y además pretenden que ésta filosofía de la ciencia quede incluida dentro del método científico. El resultado es que todo es ciencia. No se ha de confundir la filosofía de la ciencia con tina filosofía primera que dé sentido a la ciencia empírica, porque no es una ciencia sustantiva o con objeto propio. El positivismo tiene la pretensión de llegar a un conocimiento objetivo y neutral de la realidad. La verificación empírica es la medida objetiva de la verdad. Quieren una ciencia sin presupuestos metafísicos. Estos los lleva a un realismo que no liga con su negación de la metafísica como explicación de la realidad de la cosa en sí. Además su pretensión de que verdadero sólo es lo que se puede verificar empíricamente es autocontradictoria, porque entonces han de partir de una verdad no verificable empíricamente para negar la misma posibilidad de esta verdad.

El fundador del positivismo moderno fue Comte. Este pensaba que la historia se encamina necesariamente al estadio positivo y éste es el estadio definitivo de la humanidad. En el siglo XX los neopositivistas han pretendido continuar este pensamiento. Pero su radicalismo positivista era tan grande que amenazaba con destruir la misma ciencia que defendían. La ciencia si sólo puede admitir como válido lo que se puede verificar empíricamente, entonces habría de eliminar numerosa hipótesis no verificables sin las cuales no se podría avanzar en el conocimiento. Por esto el neopositivismo ha sido moderado sobre todo por Popper. Éste además defendía que no hay posibilidad ni de inducción, ni de conocimiento neutral, ni de verificación. La inducción pasa de lo que es particular a lo que es universal y esto nunca se puede demostrar porque un sólo caso en contra ya hace falsa la inducción y cualquier cantidad de casos favorables no impide la posibilidad de un caso en contra. No hay conocimiento neutral porque siempre partimos de una teoría previa que es un presupuesto no verificado. Y no hay posibilidad de verificación por la misma razón que no puede haber inducción. Un sólo caso en contra ya hace falsa la teoría. Entonces sólo puede haber falsación. Una teoría se mantiene mientras no se encuentran razones en contra, pero nunca habrá razones suficientes para decir que es verdadera. Popper pone la demarcación entre metafísica y ciencia en que un enunciado sea refutable o no. Lo que no es refutable no es científico.

Las consecuencias éticas del positivismo son muy cercanas al subjetivismo, el escepticismo y el relativismo. Es evidente que si no hay ciencia que no sea empírica no se puede fundameritar una ética universal. Lo que es empírico es que los hombres se rigen por normas que éstas varían según el momento histórico y según la cultura y que por éstas se puede rriantener una determinada estructura social. Fundamentar una ética universal obligaría a buscar un fundamento metaempírico y a diferenciar validez de vigencia, porque la realidad ética es plural y no única y porque la vigencia es sólo empírica. Para que haya una validez desde la cual juzgar las normas empíricas es totalmente imposible partir de estas normas mismas, porque entonces ellas mismas se fundamentarían en sí mismas. Es lógico que entonces el positivismo acabe defendiendo un subjetivismo, un sociologismo o un relativismo ético.

Para algunos positivistas la norma ética río es más que lo que el sujeto quiere que sea aceptado universalmente, pero sin más fundamento que la propia subjetividad. No es más válida mi norma que la del otro. Durkheim defendía un sociologismo, o sea, que válido es lo que se impone socialmente, y entonces pueden ser válidas normas contradictorias entre sí. El relativismo cultural es un positivismo ético porque afirma que no se puede decir que es universalmente válido, sino que esto depende únicamente de las normas vigentes en cada cultura. Este no es el caso de Popper que afirma que aunque todo sea falible sí que podemos buscar los valores objetivos y éstos, por su misma objetividad, ya son universales. Pienso que en este punto Popper se separa mucho del positivismo, ya que la afirmación del tercer mundo no liga con la pretensión de que únicamente hay realidades empíricas. La consecuencia política del positivismo me parece evidente: un conservadurismo conformista. El positivista es un inmovilista de los hechos políticamente. Hay que aceptar lo que hay sin más. El único criterio para no aceptar lo que hay es si funciona o no funciona. En este aspecto Popper sí que se mantiene dentro del positivismo, ya que no quiere una superación de la sociedad existente en base a criterios éticos, sino únicamente hacer las reformas fácticamente viables.

La posición del positivismo respecto de Dios sólo puede ser o atea o agnóstica. Si no hay ninguna realidad última es inevitable que no haya Dios. Pero el positivista puede creer por vía fideista. No es que haya conocimiento posible de la existencia de Dios, pero que yo no pueda saberlo racionalmente no quiere decir necesariamente que no exista.

http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES/lasalle/logos/73/sec_8.htm
JUAN PEDRO SALMERÓN CLARÉS