Respaldo de material de tanatología

Los enfermos inconscientes sienten dolor

De: Alias de MSNMyrna6758  (Mensaje original) Enviado: 23/10/2008 8:55

Los enfermos inconscientes sienten dolor: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/10/13/dolor/1223922707.html

ESTUDIO CON PET
Los enfermos en estado de inconsciencia también sienten dolor

    * Estos pacientes tienen activas las áreas cerebrales involucradas en la sensación de dolor

Actualizado miércoles 15/10/2008 12:33 (CET)

PATRICIA MATEY

MADRID.- Estar inconsciente no significa, al parecer, dejar de experimentar ciertas sensaciones. Un estudio belga acaba de constatar que los pacientes con daños cerebrales que permanecen en un estado de mínima consciencia (MCS, siglas en inglés) sí sienten dolor, por lo que deberían recibir analgésicos que palien su sufrimiento.

Su autor principal, Steven Laureys, del Grupo Científico Coma del Departamento de Neurología de la Universidad de Lieja, afirma a elmundo.es que “los nuevos datos están en la misma línea de trabajos previos en los que hemos constatado que los enfermos en MCS preservan el procesamiento emocional. Por ejemplo, hemos comprobado que el ruido sin significado emocional (hablar a uno de estos enfermos) provoca una activación neuronal más pequeña que la que desencadena el llanto de un bebé o pronunciar el nombre del enfermo”.

Las personas en estado vegetativo persistente (PVC, siglas en inglés) poseen una inconsciencia completa, lo que implica que son incapaces de reconocerse a sí mismas ni a su entorno. Por el contrario, los pacientes en MCS tienen un cuadro clínico que muestra momentos intermitentes de consciencia. Sin embargo, el personal sanitario que los atiende tiene enormes dificultades para confirmar si están o no sufriendo en función de cuál sea su comportamiento.

Es más, “actualmente no existe una guía clínica sobre el cuidado y tratamiento analgésico de los enfermos en estado de mínima consciencia. Y en los enfermos en estado vegetativos los manuales determinan que no se les den analgésicos porque, por definición, no sufren”, recuerda el director de la investigación. Pero gracias a su trabajo, que ha visto la luz en el último ‘The Lancet Neurology’, puede que pronto los expertos decidan ponerse manos a la obra y realizar nuevas actualizaciones terapéuticas.
Visualizar las zonas activas

En la investigación, los científicos compararon la actividad cerebral, tras inducir un estímulo eléctrico del nervio mediano (que afecta a la movilidad y a la sensibilidad de la mano), en cinco enfermos en MCS (con una media de edad de entre 18 y 74 años) que fueron comparados con 15 personas sanas y con otros tantos enfermos en PVC, de edades similares.

Dicha actividad cerebral se observó gracias al uso de agua marcada con oxígeno 15 y el escáner PET (Tomografía por Emisión de Positrones). “Este trazador permite ver cómo llega el flujo sanguíneo al cerebro y por tanto observar que zonas del mismo se activan. Su uso es muy habitual en los trabajos de investigación”, declara Antonio Maldonado, jefe de la Unidad de Imagen Molecular y PET-TAC del hospital Ruber Internacional de Madrid.

Durante el trabajo, los autores observaron que las áreas cerebrales involucradas en la sensación de dolor eran más activas en los pacientes en MCV que en los enfermos en PVC. Además, y como dato significativo, hallaron que la actividad era muy similar a la que experimentan las personas sanas. Comprobaron, también, que los que están en un estado de mínima consciencia tienen una mayor conexión cerebral entre dichas áreas que los que están inconscientes completamente.

“El dolor es una experiencia subjetiva, pero los enfermos en MCS son incapaces de comunicar de una forma efectiva sus experiencias. Incluso si uno de ellos pudiera contestar a la pregunta: ¿Tiene usted dolor?, el especialista que le atiende no puede estar seguro de que su respuesta sea fiable”, destacan los autores en las conclusiones que insisten en que sus datos “son una prueba objetiva de que estos pacientes pueden sufrir”.
Necesidad de controlar el dolor

La trascendencia de los resultados reside, precisamente, en “que la terapia del dolor en estos enfermos tiene importantes connotaciones clínicas y éticas. Sobre todo, porque son muchos los investigadores que han reconocido la necesidad de llevar a cabo estudios de dolor en los que se puedan procesar las imágenes del cerebro en personas con estados alterados de la consciencia. Pero porque también ayudan a entender este proceso en las personas sanas”, agregan.

El doctor Laureys está convencido de que “el estudio va a modificar claramente la forma de tratar a los enfermos en MCS ya que deberían recibir analgesia aunque no comuniquen verbalmente o con señales o gestos que tienen dolor. Incluso también podrían modificar la forma en la que se está tratando actualmente a los enfermos en el final de la vida”, señala.

Las palabras de John Whyte, del Instituto Moss de Rehabilitación e Investigación en Pensilvania (Estados Unidos) y firmante del editorial que acompaña al trabajo, respaldan las declaraciones del investigador belga. “Desde luego que los datos apoyan la idea de proporcionar cierta medicación continuada a los enfermos en los que se sospecha que están en MCS”.

Whyte va más allá al considerar que los enfermos totalmente inconscientes también deben ser tratados. “El coste de la analgesia en los pacientes en PVC que, además tienen otras enfermedades o van a ser sometidos a distintas pruebas que sabemos que causan dolor, es pequeño comparado con el riesgo de fallar a la hora de tratar su experiencia dolorosa mientras se le somete a una prueba”, agrega.