Respaldo de material de tanatología

TABLÓN DE ANUNCIOS

?No debemos sentir miedo de soñar lo que parece imposible, si queremos que lo que parece imposible se convierta en realidad?. Vaclav Havel

    * Recuerde que el duelo es un “asunto de familia” y es allí donde debe intentar resolverse.

    * Puesto que el duelo no se resuelve con la razón ni con la inteligencia, sino con el corazón, no trate de pensar tanto o razonar cómo tiene que recuperarse: lo que debe hacer es sentir y expresar su dolor.

    * Aunque nuestra capacidad de comprensión en la fase inicial del duelo suele estar alterada, nuestra memoria visual y auditiva suelen estar bien conservadas. Durante esta fase somos hipersensibles a la comunicación infraverbal.

    * El dolor del duelo no se mide en tiempo cronológico, sino en tiempo subjetivo: “aunque hallan pasado 6 meses mi dolor es de ayer”. Esto es así especialmente en el primer año de la pérdida.

    * El dolor no envejece ni desaparece, se adormece, se hincha por tiempos o momentos y cambia de color. Es más, siempre conserva un color.

    * Es un dolor agudo/crónico que no tiene perspectiva de mejoría a corto plazo y que en lugar de mejorar empeora.

    * El duelo y la Curva del dolor: La angustia inicial es intensa, predomina sobre el dolor, y va disminuyendo progresivamente. Por el contrario, el dolor inicial, presente, no se ve (lo oculta la angustia) y va apareciendo a medida que va disminuyendo la angustia. Es decir, el dolor siempre está, pero no aparece (no se deja ver) hasta después (ver gráfico). Por otra parte, al principio hay mucha compañía, después no, justo cuando el dolor se deja ver completamente. A veces se asocia cierta “alodinia existencial” (“me duele hasta el propio aire”).

    * El duelo absorbe la mayor parte de nuestra energía y cualquier cosa que nos quite energía será molesta e irritante. Así pues, nuestro nivel de tolerancia disminuye. Esto hace parte de la “economía del duelo” a que nos vemos sujetos tras la pérdida de un ser querido.

    * Cuanto más corto es el ritual más complicado suele ser el duelo.

    * Para recuperarnos es preciso curar el dolor (los distintos tipos de dolor) y recuperar nuestro mundo (en sus tres grandes esferas). Estas son las 2 grandes tareas del duelo.

    * La pérdida de sentido de la vida, de la realidad y la fractura de nuestra personalidad  nos obligan a “compensar”,  magnificando, inflando o maximizando lo que queda de cada una de ellas. Muchas veces no es más que darles o devolverles su valor real.

    * No reprima los sentimientos, más bien articúlelos en palabras (hablar), en papel (escribir), en sonidos (gritar o cantar) o con el ejercicio físico.

    * En relación con las reacciones de aniversario, duele antes, durante y después, si bien uno se prepara es para el “durante” y se abandona el antes (la dolorosa anticipación) y el después (las “agujetas” o “molimiento”).

    * El hablar, como terapia de duelo, me permite: Reconocer la realidad de lo sucedido, descargar dolor, establecer los primeros pasos para un cambio en la relación (hablar en pasado y no en presente, cambiar de relación física a simbólica) y extender mi red social de apoyo.

    * La Regla de los 30´s: Contabilidad desde que murieron, mes por mes (de 30 en 30). Se cuentan los días sin y los días de dolor (los días de sufrimiento).

    * El Duelo es (o la dificultad del término):

    * Superación: de la tristeza, de la angustia, de las costumbres, de los miedos. PERO NO de la pérdida, del dolor, de la ausencia.

    * Resignación: de la ausencia y de la pérdida, más no de lo demás. Es una imposición.

    * Sanación: del dolor, de la herida.

    * Aceptación: de la ausencia, del vacío, del dolor. No es un hecho sino un proceso.

    * Acostumbrarse: a la ausencia, al dolor. Es aguantarse, sin muchos elementos constructivos.

    * Adaptarse: acomodarse constructivamente a lo que se está viviendo.

    * Recuperarse: de todo. Es, en mi opinión, el término más apropiado.

    * Resolución del duelo y asuntos pendientes: Dos bloques diferentes: el ?sin asuntos pendientes? está entero y es de bordes lisos, mientras que el de ?los asuntos pendientes? está roído, le faltan pequeñas partes que son, precisamente, los asuntos pendientes.

    * Visitas al cementerio: A pesar de ser una opción absolutamente personal (solo yo siento el dolor, solo yo se si me sirve) y de formar parte de los rituales del duelo, la visita al cementerio aporta, además: 1. Libertad de expresión: Se trata de un lugar donde puedes hacer cualquier cosa (llorar, gritar, patalear, hablar con una pared, etc.) sin que nadie te diga nada pues es un lugar propicio para hacer este tipo de cosas. 2. Aplicar la técnica de la silla vacía: El hablar con el cuerpo del ser querido detrás de un pequeño muro, imaginándose que está allí, escuchándonos -y aún sin hacerlo así-, es una forma muy adecuada de descargar tensión, dolor y angustia.

    * En la muerte por suicidio, es preciso separar la forma de la muerte (suicidio) del muerto mismo (del sujeto); hay que rescatarlos de la muerte, su vida de la forma de morir.

    * El amor es un sentimiento. El apego es un estado. El amor no muere, el apego se re-absorbe.

    * Además de la familia como grupo de apoyo principal (F), debemos contar con al menos dos grupos alternos: 1. Uno o más grupos de apoyo (F1) en nuestra comunidad (de amigos, grupo de oración, de tertulia, de juego de cartas, gastronómico, etc.) y 2. Un grupo de duelo (F2) local o itinerante como recursos para la recuperación.

    * El proceso de recuperación de la pérdida de un ser querido consume gran cantidad de energía, tanto por el proceso en sí como por lo que el deudo invierte en informar a otros en cómo ayudarle (pedagogía del duelo). Por ello, las instituciones y/u organizaciones deben invertir en la pedagogía del duelo de forma que la persona en duelo no gaste tanta energía en educar a otros sobre el cómo deben ayudarle y apoyarle.

    * De la misma forma que puede presentarse una discrepancia entre el tiempo cronológico y el tiempo biológico, lo mismo puede suceder entre el tiempo subjetivo y los demás; de hecho, a diario ocurre entre el tiempo biológico y el tiempo subjetivo: no nos sentimos tan viejos como el tiempo cronológico así nos lo dice. De esta forma, la discrepancia (asincronía) entre el tiempo cronológico (el tiempo que ha pasado desde el fallecimiento) y el tiempo subjetivo (lo que se ha vivido o trabajado el duelo) puede llegar a ser muy notable y crear gran confusión (duelo desfasado), tanto en la misma persona como en su entorno ?¿por qué me sigo sintiendo tan mal si mi padre ya lleva 2 años??. Antes de emitir un juicio es preciso conocer todos los detalles referentes a la evolución del proceso hasta ese momento; seguramente allí podrá objetivarse la razón o las razones que llevan a esta asincronía: ?aunque el tiempo cronológico es de 2 años, el tiempo subjetivo (lo trabajado del duelo) corresponde sólo a 8 meses?. No es si no pensar, por ejemplo, en lo que diferentes crisis concurrentes pueden hacerle al trabajo del duelo y a los diferentes tiempos involucrados.

    * En relación con las diferencias en la expresión y manejo personal de la aflicción, es importante señalar que en el duelo no hay “cosas buenas” o “cosas malas”, sino “cosas que me sirven o ayudan” y “cosas que no me sirven o no me ayudan tanto”.

    * Las cosas que pertenecían al ser querido fallecido “no estorban”, por ello no es necesario deshacerse de ellas “cuanto antes” si ese es el deseo personal. No debemos olvidar dos cosas en este sentido: 1. Nadie le dará el valor que nosotros le damos y 2. No es recomendable “precipitarse” a entregar o regalar las cosas. Cada cosa tiene su tiempo y cada persona lleva el duelo según su propio tiempo.

    * Cuando muere un miembro de la familia, “muere” la familia tal cual la conocíamos y entendíamos; debemos entonces “hacer un ritual” para la muerte de “esa antigua familia” y comenzar desde allí su reconstrucción. Algunos de los elementos a partir de los cuales puede comenzar esta reconstrucción son: replantear los términos que la definen, ilusión, sanar el dolor personal y colectivo y utilizar alguno o algunos de los elementos antiguos (reciclar).

    * Aceptación + FACTOR X = Bienestar. ¿Cuál es ese Factor X? Algunas de las ideas aportadas por los grupos son: a. Vivir el presente y no dolerse por el pasado o el futuro perdido (una muy interesante postura merecedera de un gran análisis y discusión grupal); b. ¿El perdón?; c. ¿La fe?; d. ¿El carácter?

    * Suele haber una gran DISPARIDAD entre la aceptación intelectual y la aceptación emocional; un factor que parece ser de buen pronóstico es si esta discrepancia es pequeña o menor; es decir, si la distancia (en tiempo) entre ambas es más corta.

    * Encontrar un “sustituto a lo perdido” (otro ser humano, estudiar, trabajar, realizar una actividad física o artística, unirse a un grupo o a un voluntariado) no depende del sustituto en sí mismo sino del hecho de que le “de o devuelva” al deudo la ilusión por volver a vivir.

    * Entre las cosas que pueden ayudar al deudo a aceptar la realidad de lo sucedido, además de los rituales funerarios correspondientes, están: ver fotos o películas del fallecido, hablar y hablar del hecho en sí, y usar los tiempos correctos (“le gusta” por “le gustaba”).

    * Frases que no ayudan en el duelo: “no llore”, “resignación”, “ya se fue a descansar”, “ahora es un angelito en el cielo”, “quien sabe lo que le iba a pasar más adelante o de lo que Dios le salvó”, “¿a qué va al cementerio?”, “él no quisiera verla lorar”, “tenga fe”, “usted es muy fuete y puede con todo”, “Dios no le da las cosas al que no puede”, “Dios da la llaga y da la medicina”.

    * Una forma de entender el “trabajo del duelo” es el esfuerzo que tiene que hacer la persona por volver a ser “buena persona”… “es que ser buena persona puede llegar a ser doloroso (aunque vale la pena)”.

    * ¿De que sirve tanto saber sobre el duelo si no se aplica o se difunde popularmente?

    * Cuatro interesantes estrategias para afrontar un duelo que empiezan por la letra “a” (las 4 “a”) son: amor, amistad, abrazos y azucar (¡cuidado con el engordar!).

    * Podemos ser Seres Espirituales, pero primero somos simples humanos.

    * Señalaba una madre como ejemplo de un indicador de su recuperación: “… al principio todo el tiempo era de mi hijo, ahora que estoy un poco más recuperada, NO TODO EL TIEMPO es de mi hijo…”.

    * Cuando uno está de duelo y rodeado de otras personas, “hay que saber y aprender DÓNDE QUEDARSE”. Esto hace parte de la difícil tarea de ponerle límites a los demás respecto a la propia recuperación.

    * La respuesta al ¿POR QUÉ?, pregunta muy común en el duelo, si que existe en cada uno de nosotros, más no es ahora, en este preciso momento, si no MÁS ADELANTE, cuando ya hayamos avanzado en nuestro proceso de recuperación; es decir, la “respuesta” está “más adelante”. Sólo puede encontrarse cuando se mira retrospectivamente lo sucedido.

    * ¿Y vos todavía estás llorando a tu hijo/a después de 2 años? Claro, por supuesto, !!!si es que todavía está muerta/o!!!

    * Algunos de los principales eventos que pueden convertirse en obstáculos para solucionar el duelo: la falta de empleo, la familia (a la cual se le debe involucrar, informar o crear grupos F2 y F3), la economía familiar, los vecinos, la sociedad (la cultura y sus mitos), la indiferencia, las múltiples tareas, el resentimiento (la ira, el rencor), mala salud, la intolerancia, la impotencia persistente, el carácter, los asuntos pendientes, otras crisis concurrentes, expectativas muy altas o poco realistas.

    * Signos de recuperación: más esperanza, tener ilusión por otro/a persona, más energía, ya no duele tanto, lo que antes angustiaba ya no lo hace o alegra, se compra uno cosas, se cocina más, se cuida uno más, se les recuerda con añoranza, se habla con más tranquilidad de ellos, ganas de volver a hacer cosas viejas o nuevas o estar con los amigos, aceptar vivir sin ellos, aceptar hablar de él o ella. El preguntarse cómo serían ellos -físicamente y como personas- dos o tres años después de la pérdida es también un signo de resolución del duelo.

    * Que tan buena es la muerte ahora (tras la muerte de mi ser querido), pues es ahora más práctica.

    * A veces no sólo enterramos o cremamos físicamente a nueatros seres queridos, SINO QUE TAMBIEN LO HACEMOS EMOCIONALMENTE, y los “ocultamos” en el lugar más lejano y oscuro de nuestro corazón como para que no “molesten” mucho.

    * No es que ahora uno no le saque gusto a las cosas, sino que las cosas ya tienen otro gusto.

    * Si bien los Objetos Transicionales sirven para disminuir la ansiedad de separación, deben evolucionar a Objetos Simbólicos, como elementos de recuerdo y homenaje.

    * Antes el mundo era “un mundo felíz”, ahora es simplemente “el lugar donde tengo que vivir”.

    * Quién le da el valor al llanto, ¿yo o el otro?

    * ¿Hasta cuando es normal sentir culpa irracional? Hasta siempre o al menos hasta que me perdone el no ser perfecto y acepte mi propia inperfección.

    * La aceptación no es un proceso tan simple y unitario (no es en singular) como las personas pretenden cuando dicen “Es que tiene que aceptarlo”. Por el contrario, se trata de un proceso de adaptación complejo y EN PLURAL: yo puedo aceptar que su cuerpo ya no está, que fue inhumado o cremado (una primera aceptación), pero aceptar que ya no le puedo abrazar (una segunda aceptación), besar (una tercera aceptación), conversar con él/ella (cuarta), caminar juntos (quinta y así), etc., ya es otra cosa.

    * Ri + Re =  R’ (Recursos internos más recursos externos igual a recuperación).

    * Condición esencial en el duelo (un fenómeno extremadamente inestable) es la flexibilidad: darse permiso, aceptarse uno mismo, ponerse límites, poder extirarse, informarse, adaptarse. El duelo es una situación frustrante que genera incertidumbre, miedo, angustia, vacío, desazón, desprotección, desconfianza, impotencia; es nueva y genera palabras nuevas. Por tanto, no es adecuada una posición ecuánime, rigida.

    * El dolor de la muerte no deja experiencia, siempre será nuevo, pues la relación perdida era única.

    * Cosas que se dicen en el duelo y que pueden interferir con mi recuperación (identificar mi postura ante ello): 1. Lo dice (mitos ajenos). 2. Lo digo (mitos propios). 3. Vengo con ello (mitos propios y ajenos). 4. Lo aprendo (mitos propios y ajenos).

    * ¿Hasta cuando llevo o llevaré la cuenta (de los meses de muerto mi ser querido)? ¿Qué comunico cuando lo digo? ¿En que posición quedo cuando lo hago?

Fuente: http://montedeoya.homestead.com/anuncios.html