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Una investigación reciente desafía y confirma algunas de las creencias del duelo

Una investigación reciente desafía y confirma algunas de las creencias más comunes sobre el proceso de duelo.

MARTES 20 de febrero (HealthDay News/HispaniCare) –El estudio encontró que, para los adultos mayores afligidos por una muerte por causas naturales, el proceso de duelo comienza con un anhelo por el ser querido y una aceptación de su pérdida. Esto contradice la teoría estándar de las “cinco etapas del duelo” de los psicólogos que incluye negación, anhelo, ira, depresión y aceptación como las fases de emociones por las que los individuos en duelo pasan típicamente. En su lugar, “este estudio básicamente muestra que el anhelo es el síntoma dominante de duelo después de la pérdida, no la negación, la tristeza o la depresión”, afirmó Holly Prigerson, directora del Centro de investigación en psicooncología y atención paliativa del Instituto contra el cáncer Dana-Farber de Boston. “Y, en general, la reacción principal era un alto grado de aceptación”, añadió.

Los investigadores encontraron que, poco después de una muerte, la aceptación se convierte en la emoción experimentada más comúnmente por el afligido, en lugar de la negación o la depresión esperadas. Anotaron que la aceptación es también la última emoción en alcanzar su punto máximo. El estudio aparece en la edición del 21 de febrero del Journal of the American Medical Association.

Los investigadores también encontraron que las emociones negativas, como la ira, habían alcanzado principalmente su punto máximo seis meses tras la pérdida. Esto sugiere que si alguien parece quedarse estancado en su duelo después de este período de tiempo, tal vez esté experimentando dificultades para conllevar su pérdida y podría necesitar asesoría o apoyo adicional.

La teoría del duelo en cinco etapas ha evolucionado con el tiempo, pero se desarrolló originalmente como una teoría del duelo en cuatro etapas: negación y aislamiento, anhelo y búsqueda, desorganización y desesperación, y reorganización. Entonces, la mundialmente famosa psiquiatra Dra. Elisabeth Kübler-Ross escribió un libro llamado Sobre la muerte y los moribundos, que adaptaba el duelo en cuatro etapas a una respuesta en cinco etapas de las personas terminalmente enfermas a su muerte inminente.

Según la información de fondo del estudio, ese trabajo evolucionó hacia las cinco etapas del duelo comúnmente reconocidas actualmente. “Las cinto etapas se han aceptado como la verdad definitiva, sin estudios. No ha habido investigaciones empíricas anteriores”, apuntó Prigerson. Y esa es la razón de este estudio.

Para evaluar las cinco etapas del duelo, que en este estudio fueron renombradas como los cinco indicadores del duelo, Prigerson y sus colegas de la Facultad de medicina de la Universidad de Yale reclutaron a 233 adultos que vivían en Connecticut que habían perdido a un ser querido recientemente para que participaran en el estudio. Los participantes del estudio eran predominantemente blancos (el 97 por ciento), la mayoría eran cónyuges del fallecido (el 84 por ciento) y tenían una edad promedio de alrededor de 63 años. Sus seres queridos habían muerto por causas naturales y en muertes no traumáticas. Según los autores del estudio, esta población representa a la persona en duelo típica de los Estados Unidos. Los voluntarios del estudio fueron entrevistados a los seis, once y veinte meses después de la pérdida de su ser querido.

Los investigadores crearon una escala indicadora de duelo de uno a cinco para indicar qué tan fuerte era la emoción de duelo que se sentía. Una puntuación de cinco significaba que la emoción era muy fuerte. En los primeros seis meses tras la pérdida, la puntuación promedio de la aceptación era de 4.11 y del anhelo 3.77. La depresión era la siguiente emoción más común, con una puntuación de 2.29, seguida por la negación con 2.27 y la ira con 1.87. Durante los siguientes seis meses, todos los indicadores negativos de duelo, con excepción de la depresión, disminuyeron y el nivel de aceptación aumentó. Las puntuaciones de depresión permanecieron iguales en el periodo de seis a 12 meses después de la pérdida.

Durante los siguientes 12 meses, todos los indicadores negativos de duelo se redujeron, mientras que la aceptación siguió en aumento. “Los indicadores negativos de duelo llegan a su punto máximo seis meses tras la pérdida”, afirmó Prigerson. “La expresión del duelo es un fenómeno muy complejo, con mucha variabilidad individual”, señaló Shirley Otis-Green, investigadora principal especializada del Centro médico nacional City of Hope de Duarte, California. Y esa expresión no sigue necesariamente una programación ordenada, aseguró Kristin James, coordinadora del Heartlight Program, un programa de duelo familiar del Hospital conmemorativo infantil de Chicago. “Cuantificar el duelo es importante, si se puede, pero aunque este estudio puede que describa lo que sucede en promedio, hay tantos eventos que pueden desencadenar estas emociones nuevamente. Decir que en un mes o seis meses estas emociones deben haber desaparecido no es fácil”, señaló James.

James añadió que, sobre todo con las muertes no típicas (el tipo que no se estudió aquí), definir lo que constituye un duelo “normal” y lo que no es difícil. Por ejemplo, señaló, si un niño pierde a un padre, probablemente apenas empiece a sentir duelo a eso de los seis meses, porque con frecuencia el duelo se retrasa en los niños.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare Traducido del inglés: miércoles, 21 de febrero, 2007 HealthDay (c) Derechos de autor 2007, ScoutNews, LLC