Respaldo de material de tanatología

Las recomendaciones para disminuir el el riesgo del SMSL

RECOMENDACIONES

Las recomendaciones detalladas a continuación  tienen por objetivo disminuir el riesgo del SMSL entre la población general. Según la definición de los especialistas en epidemiología, ?riesgo? es la posibilidad de que algo ocurra en presencia de determinado factor o grupo de factores. Estas asociaciones identificadas científicamente entre los factores de riesgo (características socio económicas, determinados comportamientos, exposición al ambiente) y un hecho final como el SMSL, no siempre implican una relación de causalidad.
Asimismo, las últimas investigaciones relativas al SMSL sugieren la posibilidad de múltiples escenarios o trastornos preexistentes causales del mismo.
Por lo tanto, al analizar las recomendaciones vertidas en el presente informe,  sería erróneo considerar un único factor de riesgo o cuantificar el riesgo de un niño en particular. Por ende,  tras analizar los potenciales riesgo y beneficios, el médico podría realizar una recomendación diferente a la vertida en este informe, si observara en el niño determinada patología.

1. Posición boca arriba: Los niños deben ser acostados a dormir siempre en posición supina  (boca arriba). La posición de costado no es segura y está desaconsejada.
2. Utilice una superficie firme para acostar a dormir al bebé: No debe acostar al niño sobre superficies blandas como almohadas, acolchados o pieles de abrigo. La única superficie recomendada para acostar a dormir a un niño es un colchón duro cubierto por una sábana.
3. En la cuna del niño no debe haber ropa de cama suelta ni objetos blandos, como por ejemplo almohadas, frazadas, edredones, pieles de abrigo, juguetes. En caso de utilizarse chichonera en la cuna del niño, esta debe ser delgada, firme, segura y nunca acolchada. Asimismo, es peligrosa la presencia de sábanas o frazadas sueltas. En caso de utilizarse una sábana, esta debe ajustarse firmemente a la cuna para que el rostro del niño nunca quede al descubierto. Cuando se coloca la sábana en la cuna, los pies del niño deben tocar el extremo de la misma y la sábana sólo debe colocarse hasta la altura de su pecho y ajustarse firmemente al colchón. También se recomienda utilizar una bolsa de dormir especialmente diseñada para el bebé, la cual mantiene su rostro al descubierto y no requiere la utilización de abrigos adicionales. 
4. No fume durante el embarazo. La mayoría de los estudios epidemiológicos demostraron que el hábito de fumar de la madre durante el embarazo constituye un importante factor de riesgo del SMSL. Otros estudios demuestran que el tabaquismo pasivo del niño luego de nacer también constituye un factor de riesgo. No obstante, resulta difícil para los investigadores separar esta última variable del tabaquismo materno durante el embarazo. Es muy importante que el niño no esté expuesto al humo del cigarrillo luego de nacer, no sólo por el SMSL.
5. Se recomienda acostar a dormir al bebé cerca de la madre pero en una cuna separada a la cama.  Hay evidencia de que el riesgo del SMSL es menor cuando el niño duerme en la misma habitación que sus padres. Se recomienda una cuna o moisés que se adecue a las normativas de seguridad  de la Comisión de Seguridad del Consumidor (Consumer Product Safety Commission)  y del ASTM. La cercanía de la cuna a la cama de la madre proporciona una proximidad entre la madre y el niño, especialmente para amamantarlo.
A pesar de que el índice de colecho (cuando el lactante duerme en la cama de sus padres) está en aumento en los Estados Unidos de América y otros países de Occidente por varias causas -entre ellas la proximidad para amamantar al niño- este Grupo de Trabajo afirma que es una práctica que implica mayor riesgo que acostar al bebé en una cuna separada de la cama de los adultos.  Por lo tanto, recomendamos que los niños no duerman en la misma cama que los adultos.  La madre puede llevar al niño a su cama para reconfortarlo o alimentarlo, pero luego debe acostarlo en su cuna cuando los adultos se dispongan a dormir. El niño no debe ser acostado en la cama de los adultos cuando estos se encuentran excesivamente cansados  o cuando consumieron alguna sustancia o medicación que pudiera disminuir su grado de alerta.
Este Grupo de  Trabajo recomienda colocar la cuna del niño próxima a la cama de los padres. Esta cercanía facilita el amamantamiento  y el contacto con el niño.  El bebé tampoco debe compartir la cama con otros niños.
Debe evitarse dormir en un sillón o sofá con el bebé, ya que constituye una práctica muy peligrosa.
6. Considere la posibilidad de ofrecer un chupete al niño durante la siesta o el sueño nocturno.  A pesar de que aún se desconoce el mecanismo causal, existe una disminución en el riesgo del SMSL asociada a la utilización del chupete. Asimismo, no existe evidencia de que el chupete pueda causar un prejuicio en la lactancia materna o problemas dentales en el futuro. Por lo tanto, este Grupo de Trabajo aconseja la utilización de chupete durante el primer año de vida  teniendo en cuanta las siguientes consideraciones:
? Debe ofrecer el chupete al niño cuando lo acuesta a dormir, y no introducirlo forzadamente en su boca cuando el niño ya está dormido. Si el niño rechaza el chupete, no debe obligarlo a utilizarlo.
? No debe embeber el chupete en ninguna sustancia o solución dulce.
? El chupete debe higienizarse con frecuencia y reemplazarse en forma regular.
? Si la madre amamanta al niño, debe ofrecerle el chupete recién al mes de vida, cuando la lactancia esté bien establecida.

7. Evite abrigar al bebé en exceso. La temperatura de la habitación debe ser agradable para un adulto y el niño no debe ser vestido con demasiado abrigo para dormir.  Debe evitarse que el niño sienta demasiado calor.
8. Evite los dispositivos de venta comercial que alegan disminuir el riesgo del SMSL. No existe suficiente evidencia de que los dispositivos para acostar al niño a dormir en determinada posición sean eficaces ni seguros.
9. No utilice monitores domiciliarios para disminuir el riesgo del SMSL. Los monitores respiratorios o cardiacos electrónicos pueden detectar un paro cardiorrespiratorio. Por lo tanto, sólo se aconsejan para aquellos niños que sufren problemas cardiorrespiratorios de gravedad. Sin embargo, no existe evidencia de que estos aparatos disminuyan el riesgo del SMSL. Tampoco existe evidencia de que este tipo de monitores puedan determinar qué niños poseen mayor riesgo de SMSL.
10. Evite la plagiocefalia posicional:
? Coloque a su bebé a jugar boca abajo cuando está despierto y cuando puede ser supervisado por un adulto. Esta práctica estimulará el desarrollo motriz;
? Evite que el bebé pase demasiado tiempo sentado en la silla de paseo, ya que su cabeza presionará siempre sobre la misma superficie. Se recomienda alzar al bebé y mantenerlo en posición erguida.
? Alterne la posición de la cabeza del bebé para dormir. Se recomienda cambiar la posición del bebé en la cuna semanalmente, para que el niño pueda variar la posición de su cabeza cuando observa la actividad exterior;
? Las recomendaciones mencionadas con anterioridad deben analizarse especialmente en el caso de aquellos niños que sufren algún daño neurológico o retraso en el desarrollo;
? En el caso de los niños que presentan una plagiocefalia muy pronunciada, debe derivárselos en forma temprana. En algunos casos, los dispositivos ortopédicos pueden evitar una cirugía.

11. Debemos continuar con la ?Campaña Bebés boca Arriba?. Debemos capacitar a las personas dedicadas al cuidado infantil, a los abuelos, a los padres adoptivos y a las niñeras.  Debe ponerse especial énfasis en las poblaciones de raza negra, en los grupos indígenas, en la población de Alaska, entre otras.  El personal de las maternidades debe implementar estas recomendaciones antes del alta del niño.

Task Force on Sudden Infant Death Syndrome
2005-2006
John Kattwinkel MD, Presidente
Fern Hauck, MD, MS
Maurice Keenan; MD
Michael Malloy, MD, MS
Rachel Moon, MD

Consultora
Marian Willinger, PhD

Staff
James Couto

EL LIBRO DE CRIS

PORQUÉ EL LIBRO DE CRIS

Porque si él no hubiera existido, esto no tendría razón de ser. ¿ Quién me hubiera enseñado todo lo que he aprendido de la vida?
Para que haya un aprendiz, es necesario un maestro.
Por eso este libro le pertenece.
Porque Cristhian Ezequiel existió y sigue existiendo en nosotros, en la memoria colectiva.
Cuando Cristhian era un bebé, para dormirlo solía poner un tema musical y lo apretaba contra mi pecho, mientras bailaba con él al compás de la música.
Casi diez años después, un frío domingo de Diciembre escuché el mismo tema. Esta vez colocaba un mensaje en un globo, junto a otros padres del grupo Renacer , para padres que han perdido hijos. Ahora Cris no necesitaba dormir. Era yo quien necesitaba despertar de un sueño que a veces se transformaba en pesadilla.
Siempre damos todo por sentado. Se nos enseña desde chicos que tendremos una buena familia, un buen trabajo, ganaremos bien y tendremos hijos que nos harán abuelos y luego nos enterrarán.
No se nos prepara para otra cosa. Se nos dice que toda vida tiene un ciclo, pero no que ese ciclo puede alterarse, o mejor dicho, que los ciclos no son todos iguales, que las vidas no duran lo mismo en los seres humanos. 
Obligatoriamente tendrían que enseñarnos  las dos caras de la moneda, ya que la muerte se ve como algo que les pasa a los otros, o a los viejos, y en esa idea crecemos, a veces con la suerte de que nada contradice esa regla, otras, con el duro choque que sufrimos contra la pared de la realidad.
Podemos no ser felices en nuestra vida de pareja, nuestro trabajo puede no ser del todo bueno, o podemos no ser abuelos, ni siquiera tener hijos, debiendo en cada caso ir adaptándonos a las circunstancias e improvisando sobre la marcha, algunos hasta intentarán nuevamente alcanzar la felicidad que no tuvieron, o cambiar de trabajo, o adoptar un niño.
Pero?y si todo se nos cumple, excepto la parte que dice que tendremos hijos que nos enterrarán?
A veces los padres tenemos que sobrevivir a nuestros hijos.
De eso trata este libro.

¿QUE SON LOS ATAQUES DE PANICO?

¿QUE SON LOS ATAQUES DE PANICO?

Según la American Psychiatric Association las crisis de angustia o ataques de pánico y la agorafobia son manifestaciones que pueden aparecer el curso de una serie de trastornos de ansiedad tales como el trastorno de angustia con o sin agorafobia; la agorafobia sin historia de trastorno de angustia; la fobia específica; la fobia social; el trastorno obsesivo-compulsivo; el trastorno por estrés postraumático; el trastorno por estrés agudo; el trastorno de ansiedad generalizada; el trastorno debido a enfermedad médica; y el trastorno de ansiedad inducido por sustancias.
Las crisis de angustia se caracterizan por “la aparición súbita de síntomas de aprensión, miedo pavoroso o terror, acompañados habitualmente de una sensación de muerte inminente”. Pero queda claro que en cada uno de los trastornos antes mencionados, si las condiciones de vida o factores de estrés (internos o externos) empeoraran podrían aparecer los temibles ataques de pánico. Estas crisis pueden repetirse periódicamente ocasionado gran limitación en las actividades cotidianas por temor a padecer un nuevo episodio, creando así, ansiedad anticipatoria.

¿Qué es el pánico?]
Es una vivencia de miedo intenso o terror, que genera una sensación tal de descontrol que se percibe como que podría llevar a un desmayo, a la locura o a la mismísima muerte. Estas vivencias, junto con una serie de síntomas que luego describiré, se producen súbitamente; alcanzan su pico máximo a los 10 minutos pudiendo durar de 20 a 30 minutos; producen una urgente necesidad de escapar; pero sólo se dan en personas predispuestas. Las crisis de pánico suelen llevar a un deterioro laboral, que se reflejará en ausentismo, disminución de la productividad y consecuente desempleo.

CARACTERISTICAS DE LAS CRISIS

Para que hablemos de “crisis de pánico” deben aparecer al menos cuatro de los trece síntomas siguientes, que agruparemos, siguiendo al Dr. A. Cía en:
A. Síntomas fisiológicos o somáticos: Palpitaciones o taquicardia; sudoración; temblores o sacudidas; sensación de ahogo o disnea o hiperventilación; sensación de atragantamiento; opresión o malestar torácico; náuseas o molestias abdominales, e inestabilidad, mareo (aturdimiento) o sensación de desmayo.
B. Síntomas cognoscitivos: Desrealización o despersonalización; miedo a volverse loco o a descontrolarse; miedo a morir; síntomas fisiológicos o somáticos; parestesias (hormigueos o entumecimientos), y escalofríos o sofocaciones.

¿MUNDO “PSI” O EMERGENCIAS MEDICAS?

Dada la prevalencia de los síntomas somáticos sobre los cognoscitivos, el paciente que no tiene aún un diagnóstico asertivo de trastorno de ansiedad supone que se trata de un problema clínico, cardiológico o neurológico y por eso se dirigirá muy probablemente, a un servicio de emergencias médicas. Y está bien que así lo haga porque mientras no se descarten problemas orgánicos, convendrá tomar ese camino. Sólo cuando se descarten otras patologías que pueden dar síntomas similares (angina de pecho, infarto de miocardio, prolapso de válvula mitral con arritmia, hipertiroidismo, diabetes, etc.), el paciente podrá ser asistido de manera integral por un médico psiquiatra y un psicólogo entrenados en trastornos de ansiedad.

Las crisis de angustia se clasifican en:

1.Inesperadas o espontáneas: son aquellas en las que el comienzo de la crisis no se relaciona con estímulos ambientales que pueden interpretarse como causales o desencadenantes. Suelen darse en el trastorno de angustia con o sin agorafobia.

2. Situacionales:en ellas las crisis de angustia aparecen casi inmediatamente después de la exposición a un estímulo atemorizante o por su sola anticipación imaginaria. Suelen darse en la fobia social (en una fiesta) y en las fobias específicas (al ver una serpiente, una araña, etc.).

3. Más o menos relacionadas a situaciones determinadas: se presentan algunas veces frente a la exposición a estímulos probablemente ansiógenos como por ejemplo viajar en un avión o en un tren. Suele darse en la agorafobia.

Para hablar de “trastorno de pánico” deben darse ataques de pánico inesperados recurrentes y además uno de ellos debe ser seguido de uno o más de los siguientes síntomas:

A. Inquietud persistente frente a la posibilidad de que aparezcan nuevas crisis.
B. Preocupación por las consecuencias de los ataques.
C. Cambio de la conducta relacionada con las crisis.
La mayoría de los trastornos de pánico conducen a una agorafobia, es decir al miedo más o menos o permanente a estar solo, desamparado o imposibilitado de recibir ayuda frente a un ataque de pánico y a no poder escapar de la situación. Los que padecen agorafobia tienen una serie de limitaciones como dejar de trabajar o estudiar o de llevar una vida plena. Por eso de la agorafobia se suele pasar a la depresión y con ésta aumenta el riesgo de suicidio.

SEXO, EDAD, CAUSAS Y EVOLUCION

El trastorno de pánico puede aparecer en cualquier clase social, cultura o raza, pero siempre será preponderante en las mujeres en una relación de 3 a 4. Generalmente comienza entre los 25 y los 30 años, pero puede iniciarse también en la adolescencia. Su aparición depende de factores neurobiológicos (vulnerabilidad somática), psicológicos (traumas psíquicos o sexuales antes de los cinco años, “que alterarían el patrón neurobiológico” y ambientales, que oportunamente: serán gatillados por:
1. Desencadenantes psicológicos: la sobreexigencia, el estrés y los conflictos intrapsíquicos.
2. Desencadenantes físicos: el exceso de actividad corporal y el consumo exagerado de sustancias adictivas (como el café, el alcohol y la cocaína, que por deprivación generan efecto rebote) o medicamentos que producen ansiedad.
La crianza del panico estuvo marcada por padres que habrían tenido una actitud sobreprotectora pero con escaso cuidado en lo que se refiere a la expresión de las emociones y a un real acercamiento afectivo. El porcentaje (prevalencia) de personas afectadas de este trastorno de por vida, oscila entre el 2 y el 5%. O sea, que en Argentina podrían padecerlo más de 1 millón de personas, teniendo en cuenta que la mayoría están subdiagnosticadas. La evolución suele ser crónica y discapacitante si no se trata adecuadamente.
Los intentos de suicidio, pueden llegar al 20 %.

¿COMO SE TRATA?

Ante todo partiendo de un diagnóstico precoz; pero hay que tener en cuenta que por la variedad de los síntomas, la brusquedad con que se presentan y la predominancia del carácter somático de los mismos, puede tardarse alrededor de siete años en llegar a un diagnóstico correcto. El tratamiento debe ser integral y debe reunir al menos a un psiquiatra que indique la medicación más apropiada según el caso y a un psicólogo entrenado en trastornos de ansiedad que trabajen en equipo. No se descarta la posibilidad de que se indiquen terapias complementarias como los ejercicios de relajación o la meditación. Además de esto es fundamental la información al paciente y a su grupo familiar sobre las características de la enfermedad para que sepan cómo controlar los ataques y colaboren con el tratamiento. La remisión suele durar un par de años aunque los resultados comienzan a notarse al cabo de unos meses.

Codirectora del Centro Psicoanalítico Argentino

Centros de ayuda Psicológica gratuita: En Capital Federal, Buenos Aires, Argentina.

Hospital Pirovano, Avenida Monroe 3555

Trastorno por Estrés Post-traumático

Trastorno por Estrés Post-traumático

La característica fundamental del trastorno por estrés post-traumático es el desarrollo de síntomas psicológicos de incapacidad luego de un acontecimiento traumático. Fue identificado por primera vez durante la Primera Guerra Mundial, al ver que los soldados sufrían ansiedad crónica, pesadillas e imágenes de los combates aún semanas, meses o años después de la guerra. A este estado se lo denominó neurosis de guerra.

El trastorno por estrés post-traumático puede ocurrirle a cualquier persona luego de atravesar una experiencia traumática severa fuera del espectro normal de experiencias humanas. Son experiencias traumáticas las que provocan un miedo intenso, terror, y una sensación de desamparo en cualquier persona. Entre estas situaciones se encuentran los desastres naturales tales como los terremotos o huracanes, accidentes de avión o automovilísticos, las violaciones, los asaltos y demás delitos contra la misma persona o su familia. También la situación traumática puede resultar de haber presenciado estos episodios. Pareciera ser que los síntomas son más intensos y duraderos cuando el trauma es personal, como en el caso de la violación.

Entre la variedad de síntomas que pueden aparecer en el trastorno por estrés post-traumático, los más comunes son los nueve siguientes:

? Pensamientos angustiantes recurrentes relacionados con el acontecimiento.

? Pesadillas relacionadas con el acontecimiento.

? Recuerdos tan intensos que la persona siente o se comporta como si el trauma estuviese sucediendo nuevamente.

? Intentos de evitar los pensamientos o sentimientos asociados al trauma.

? Intentos de evitar actividades o situaciones externas asociadas con el trauma, por ejemplo, la fobia a manejar que aparece luego de haber sufrido un accidente automovilístico.

? Entumecimiento emocional: sentirse alejado de los propios sentimientos.

? Sentimiento de distancia o alienación con respecto a los otros.

? Pérdida de interés en actividades que solían dar placer.

? Síntomas constantes de gran ansiedad, tales como la dificultad para dormirse o conciliar el sueño, dificultad para concentrarse, sobresaltarse con facilidad o irritabilidad y ataques de ira.

Se diagnostica trastorno de estrés post-traumático cuando estos síntomas permanecen durante por lo menos un mes (si duran menos de un mes, el diagnóstico posible sería el de “trastorno de estrés agudo”, que se verá a continuación). Otra condición es que la alteración tiene que causarle a la persona una angustia importante, que interfiera con la actividad social, vocacional o demás áreas importantes de la vida.

La persona que sufre de trastorno de estrés post-traumático tiende a estar ansiosa y deprimida. A veces se sorprende a sí misma actuando de manera impulsiva, mudándose repentinamente o emprendiendo un viaje que apenas ha sido planeado. Si ha atravesado una experiencia traumática en la que otros alrededor de la persona murieron, es probable que sufra de culpa por haber sobrevivido.

El trastorno de estrés post-traumático puede ocurrirle a personas de cualquier edad. Los niños que sufren este trastorno suelen no revivir el trauma conscientemente pero lo representan constantemente en sus juegos o en angustiantes sueños.

El principal tratamiento es la psicoterapia, que le permite al paciente elaborar los fuertes sentimientos de miedo, pérdida y/o culpa relacionados con el acontecimiento traumático originario. La terapia cognitiva conductual, incluyendo la modificación de los pensamientos y la exposición en imaginación y “en vivo”, ha sido el abordaje con mayor porcentaje de éxito. El psicodrama como técnica dentro de este abordaje ha dado resultados muy positivos.

Cuando Muere un Bebé

Cuando Muere un Bebé

Usted ha esperado a su bebé nueve meses, ha soñado con él, lo ha sentido patear e hipar, ha oido el palpitar de su corazón. Compró cuna, pidió el ajuar, preparó a sus amigas y a la familia y se preparó usted para una vida nueva con el recién nacido -y ahora resulta ue vuelve a su casa con las manos vacías.
Tal vez no hay mayor dolor que el que se sufre con la muerte de un hijo. Y aún cuando nada puede aliviarlo, sí hay algunos pasos que se pueden dar para hacer más tolerable el futuro y reducir la inevitable depresión que sigue a semejante tragedia.

    * Vea a su hijito, álcelo, póngale nombre. Sufrir es un paso vital para recuperarse de la pérdida, pero no se puede uno doler por un niño sin nombre a quien nunca ha visto. Aún cuando haya nacido con una deformidad, los expertos afirman que es mejor verlo que no verlo porque lo que uno se imagina suele ser peor que la realidad. Alzarlo y ponerle nombre hará la muerte más real para usted, y al fin y al cabo, más fácil de sobrellevar. Lo mismo se puede decir de hacer arreglos para las exequias y el entierro, que además le dan otra oportunidad de decirle adiós. Y la tumba será un sitio permanente donde podrá ir a visitarlo en los años venideros.
    * Comente los detalles de la autopsia y otros con el médico para aceptar la realidad de lo ocurrido y ayudarse a sobrellevar su dolor. En la sala de partos le informaron de muchos detalles, pero las medicinas, su estado hormonal y el efecto del golpe que ha recibido probablemente le impidieron comprenderlos del todo.
    * Si es posible, pida que cuando le den la noticia no le den sedativos, los cuales, si bien alivian momentáneamente el dolor, tienden a borrar su recuerdo de lo que ocurrió. Esto le hace más difícil afrontar la pena y al mismo tiempo los priva a usted y su esposo de la oportunidad de ayudarse el uno al otro.
    * Guarde una foto (muchos hospitales las toman) u otros recuerdos, para que tenga objetos tangibles en que fijar su afecto cuando piense en el futuro en el hijo que perdió. Aún cuando esto parezca mórbido, los expertos dicen que ayuda. Recuerde los atributos positivos: ojos grandes y pestañas largas, lindas manos y dedos delicados, la cabecita cubierta de cabello.
    * Pida a sus parientes y amigas que no hagan desaparecer de su casa todos los preparativos que usted había hecho para recibir al bebé. Dígales que usted misma lo hará. Ellos seguramente proceden con buenas intenciones, pero volver a su casa y encontrarla como si nunca se hubiera esperado un hijo sólo servirá para aumentar su sentido de irrealidad.
    * Llore todo lo que quiera o crea que necesita. Llorar es parte del proceso de la pena. Si no llora ahora, algo quedará pendiente y acaso tenga que atender a ello más adelante.
    * Prepárese para un período difícil. Durante un tiempo se sentirá deprimida; probablemente le costará trabajo dormir, reñirá con su marido, descuidará a sus otros hijos. Probablemente querría volver a ser niña para que la quisieran, la acariciaran y la cuidaran. Todo esto es normal.
    * Reconozca que los padres también sufren, aunque su pena pueda ser o parecer menos intensa, debido en parte a que, a diferencia de las madres, no llevaron a la criatura en su seno. Y a menudo tienen una manera distinta de hacer frente a su dolor. Por ejemplo, algunos lo reprimen y tienen fortaleza para ayudar a su mujer. Pero el sufrimiento se manifiesta en otras formas: mal humor, irresponsabilidad; o acaso busquen un alivio en la bebida. Infortunadamente, un padre adolorido no es mucha ayuda para la esposa, ni ella para él, y es posible que ambos tengan que buscar ayuda en otra parte.
    * No se enfrente sola con el mundo. Si vacila en volver a salir por el temor de que la gente le pregunte: “¿Pero qué te pasó?”, hágase acompañar por una amiga que pueda contestar las preguntas de las impertinentes las primeras veces que vuelva al supermercado, el parque, el banco, etc. Cuide de que a sus colegas en el trabajo, o en la Iglesia o sinagoga o cualquier otra organización de la cual usted haga parte se les informe antes de su regreso, de modo que no tenga que estar dando explicaciones difíciles.
    * Tenga en cuenta que su dolor disminuirá con el tiempo, pero prepárese para la eventualidad de que jamás desaparezca del todo. El proceso de la pena, con pesadillas y recuerdos amargos, muchas veces puede durar hasta dos años; pero lo peor pasa por lo general a los seis meses de la pérdida. Si transcurridos seis o nueve meses la pena sigue siendo el centro de su universo, si pierde el interés en todo lo demás y parece que no puede funcionar, busque ayuda. Búsquela también desde el principio si no ha sentido ningún dolor.
    * Busque apoyo. Es posible que ingresando en un grupo de ayuda mutua, de padres que han perdido hijos, obtenga la fortaleza que necesita, como la han obtenido otros. Pero cuide de que tal grupo no sea una manera de sostener su rabia o su dolor. Si después de un año (o menos si es el caso) todavía no se puede resignar a la pérdida que ha sufrido, es bueno que busque terapia individual.
    * Vuelva los ojos a la religión, si esto la consuela. Algunos padres afligidos por la desgracia se sienten demasiado resentidos para hacer esto, pero para muchos la fe en Dios es gran consuelo.
    * No espere que tener otro hijo la va a resarcir de su pena. Si su marido y usted quieren tenerlo, muy bien; pero esperen el tiempo que su médico les recomiende. No traten de concebir con el propósito de sentirse mejor, aliviar los remordimientos o la rabia, o lograr paz para su espíritu. Eso no funciona y podría constituir una carga injusta para el nuevo hijo. Cualquier decisión que tomen acerca de su futura fecundidad (o tener otro hijo o hacerse esterilizar) debe aplazarse hasta que pase lo más profundo de la pena.
    * Reconozca que el remordimiento complica la pena y hace más difícil resignarse a la pérdida. Si usted no estaba muy convencida de que quería tener un hijo (como les pasa a muchas mujeres), si su mamá no era afectuosa y usted teme no serlo tampoco y que por eso fue por lo que perdió al niño, si se sentía insegura acerca de su feminidad (temiendo que no podría dar vida a un hijo) y ahora sus dudas se han confirmado, o si siente que no ha sido capaz de dar de sí lo que su familia y amigos esperaban de usted, busque asistencia profesional que le haga comprender que tales sentimientos de responsabilidad por la pérdida no tienen ningún fundamento. Si siente remordimiento por el solo hecho de pensar en regresar a una vida normal, porque le parece que eso sería una deslealtad para con el niño muerto, quizá le ayude pedirle espiritualmente al bebé perdón o permiso para volver a gozar la vida.

Todos los bebes se van al cielo

La Iglesia Católica, eliminó el “Limbo” (considerado como un “dogma” de la iglesia), y ahora todos los bebes que mueren sin ser bautizados podrán ir al cielo.

La Comisión Teológica Internacional de la Iglesia Católica, este viernes 20 de abril decidió eliminar el concepto de Limbo (que era el lugar donde iban los bebes no bautizados).

Fue autorizado, finalmente por el Papa Benedicto XVI (quien había expresado sus dudas sobre la exitencia del limbo, y más bien creía que era una “Hipótesis Teológica”). La Comisión afirma que, “existen serias razones teológicas para creer que los niños que mueren sin ser bautizados se salvarán y disfrutarán de la visión de Dios”. Que bien que la iglesia, haya tomado esa decisión. Que más que Angelitos los bebes que desafortunadamente, se van de la tierra.