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Constructivismo y Formalismo: Dos formas diferentes de ver la matemática

Constructivismo y Formalismo:
Dos formas diferentes de ver la matemática

    En las próximas líneas hablaremos de dos tendencias que han coexistido a lo largo de la historia de las Matemáticas y que a lo largo de ella han aparecido enfrentadas la una con la otra, hablamos del constructivismo y del formalismo.

    Desde la época de Aristóteles y Platón se ha creído que las matemáticas existen con independencia del conocimiento humano y que son una verdad absoluta, y así, el trabajo de los matemáticos era el descubrir esa verdad. Pero antes de dar ninguna opinión veamos como se desarrolló esta idea a lo largo de la historia.

    El embrollo viene cuando algunos matemáticos niegan esta idea de matemáticas independientes del conocimiento humano. Así, un matemático alemán llamado Leopold Kronecker escribió: “Dios creó los números enteros y todo lo demás es obra del hombre”. Según el, el trabajo de los matemáticos ya no es descubrir, sino inventar. Esta es la principal idea de la llamada matemática constructivista, que afirma que para probar la existencia de un objeto matemático existe es necesario mostrar como puede construirse. El filósofo Immanuel Kant afirmó en el s.XVII que la razón ultima de veracidad en la matemática residía en el hecho de que sus nociones puedan ser construidas por la mente humana.

    Sobre todo, la idea matemática que a producido mayor controversia en la historia de las matemáticas ha sido la noción de infinito.

    Ya los griegos procedieron con extrema cautela en lo concerniente al infinito. Euclides, al referirse a rectas se refería a segmentos cuya longitud la podemos hacer todo lo larga que queramos, y esta es la noción de infinito potencial. Podemos pensar también que existen en verdad rectas infinitamente largas que es la noción de infinito actual y es metafísicamente muy distinta a la anterior.

    Esta noción de infinito actual no es utilizada por los matemáticos hasta bien entrada la era moderna de la matemática que comienza en el s.XVII cuando René Descartes y Pierre de Fermat introducen las coordenadas cartesianas produciendo un cambio fundamental en el desarrollo de las matemáticas: los objetos empiezan a ser números y no longitudes.

    Isaac Newton y Gottfried Wilhelm Leibniz desarrollan a partir de ese cambio el cálculo diferencial, que maneja números infinitamente pequeños pero distintos de cero.

    Pero este descubrimiento produjo serias discusiones con los matemáticos de la época y pasó algún tiempo hasta que estos vieron su innegable utilidad y comenzaron a aceptarlo, aunque dudando de su base filosófica.

    Aun así, toda esta controversia produjo a finales del s.XIX una de las teorías más importantes (y porqué no decirlo, más discutidas) de la historia de las matemáticas: la teoría de conjuntos, que fue desarrollada sobre todo por el matemático Georg Cantor.

    Cantor definió los conjuntos como colecciones de objetos reales o abstractos. Idea que tuvo grandes consecuencias sobre la noción de infinito, ya que hay conjuntos que por su naturaleza son infinitos actuales, como por ejemplo R .

    El estudio de estos objetos condujo a Cantor a la conclusión de que igual que varía la cardinalidad de los conjuntos finitos, también varía la de los conjuntos infinitos, por ejemplo, R y N no tienen la misma cardinalidad ya que R es “más infinito” que N . Cantor demostró también que para cada conjunto infinito, existe otro de mayor cardinalidad. Y aunque ahora nos parezca extraño, muchos matemáticos de la época encontraron absurda la noción de conjunto infinito como ente individual.

    No obstante, todavía produjo más escándalo las aplicaciones que Cantor dio a los conjuntos infinitos. Una de ellas fue el procedimiento que ideó para demostrar que existen infinitos números transcendentes, esto es, números que no verifican ninguna ecuación de la forma :

    anxn+an-1xn-1+…+a1x+a0=0 con aiÎ Z ” i

    Demostró primero que el conjunto de los números algebraicos (los que si verifican alguna de las ecuaciones anteriores) es infinito numerable y luego supuso que el conjunto de los números trascendentales también es infinito numerable, pero como R es infinito no numerable, llegó a una contradicción.

    Esta forma de demostración por reducción al absurdo fue criticada por Kronecker y sus seguidores ya que demostraba existencia sin construcción, y según ellos, para establecer la existencia de un objeto era necesaria la construcción de este, es decir, era necesario un procedimiento por el cual el objeto fuese construido al menos en principio, aunque no era necesario que tal procedimiento fuese llevado a la práctica, lo único que pedía era que la construcción fuese llevada a cabo en un número finito de pasos y que en cada paso no hubiese ninguna duda de como se procedería en el paso siguiente. No hace falta decir que Cantor no cumplía ninguno de estos requisitos en su demostración ya que no generaba en ella ningún número trascendental.

    La demostración que dió Cantor fue la primera de las llamadas demostraciones de pura existencia. Él establecía la existencia de los números trascendentales demostrando que la no existencia nos llevaba a una contradicción. Estas demostraciones por reducción al absurdo eran aceptadas por todos los matemáticos si se trataban de conjuntos finitos ya que se podía mostrar cualquier objeto inspeccionando todos los miembros del conjunto, pero esto no es posible para un conjunto infinito como el de los números trascendentales y este es el motivo por el cual muchos matemáticos no aceptaban la demostración de Cantor.

    Pero entonces apareció el bueno de David Hilbert y lo hizo todavía más difícil, ya que en 1889 publicó una demostración de pura existencia en la que demostraba la existencia de ciertos objetos que nadie ha visto jamás y de los que no se tiene la menor idea de construirlos.

    Tras la muerte del Kronecker en 1891, la teoría de conjuntos fue produciendo valiosos resultados, y la lucha que mantenían los matemáticos constructivistas contra los métodos de Cantor y luego Hilbert se fue haciendo cada vez más débil hasta que apareció en escena el matemático L.E.J. Brouwer. Este opinaba que había que hacer distinción entre la existencia real, constructiva y la existencia pura o de lo contrario las matemáticas llegarían a carecer de significado.

    Brouwer no negaba la posibilidad de demostrar la existencia de objetos que no pueden se construidos, el afirmaba que si les damos la misma validez que a los objetos reales, es decir, finitamente construidos, entonces las matemáticas serian inciertas. Según el, no podemos aplicar la ley aristotélica del tercero excluido a los conjuntos infinitos.

    A partir de 1900, según se reorganizaba las matemáticas sobre los fundamentos de la teoría de conjuntos aparecieron algunas paradojas que indicaban que los fundamentos teorico-conjuntistas de las matemáticas debían de tener defectos y, según Brouwer, estos defectos eran debidos a la introducción por parte de Cantor de objetos ideales. Brouwer propuso que todas las matemáticas hasta entonces fuesen reconstruidas según procedimientos constructivistas. A esta corriente se la denominó intuicionismo.

    Muchos matemáticos, incluidos algunos seguidores de Brouwer eran susceptibles a esta nueva corriente ya que daba al traste con todo lo descubierto hasta entonces.

    Hilbert ideó otro plan llamado formalismo. Según el, aunque los objetos ideales carecieran de significado, de estos se podrían deducir objetos y teoremas que si tuviesen significado. El sistema ideado por Hilbert requería presentar la matemática como un sistema formal axiomático utilizando las reglas de la lógica, así, todo razonamiento que pudiera provocar paradojas quedaría al descubierto. Con todo esto, Hilbert introdujo la llamada teoría de la demostración (o también metamatemática).

    Aún así, Brouwer no quedó satisfecho y prosiguió con sus intentos de demostrar que las matemáticas se podían realizar de forma constructivista.

    Y aunque en 1931, Kurt Gödel demostrase que el esquema formalista de Hilbert estaba condenado al fracaso, era tal la aceptación que tenía el formalismo que era imposible su rechazo. Hoy en día, la mayoría de los matemáticos prefieren la elegancia del formalismo de Hilbert al intuicionismo de Brouwer.

    No obstante, el debate sobre algunos aspectos de la teoría de conjuntos (y en especial sobre el axioma de elección) está produciendo un renacido interés sobre las ideas constructivistas. Este interés ha sido impulsado sobre todo por Errett Bishop, que en 1967 publicó su libro The Foundations of Constructive Mathematics. El trabajo de Bishop pone en relieve que los métodos constructivistas pueden ser tan beneficiosos como los métodos formalistas para el desarrollo de las matemáticas.

    La principal diferencia entre Bishop y Brouwer es que el primero no rechaza la teoría de conjuntos de Cantor, sino que intenta modificarla para dotarla de validez constructivista. Según esto, el axioma de elección, que fue el más criticado de la teoría de conjuntos de Cantor por Brouwer y sus seguidores, es ahora totalmente aceptada.

    Según Bishop, tan pronto se viesen claramente las ventajas de su programa, las matemáticas modernas dejarían de existir y pasarían a ser parte de las matemáticas constructivistas, y la razón es que, a fin de cuentas, en matemática aplicada lo importante es encontrar la solución a cierto problema y no solo saber su existencia.

    Página web: http://www.lafacu.com/apuntes/filosofia/cons_forma/default.htm

SUBJETIVISMO Y RELATIVISMO

SUBJETIVISMO Y RELATIVISMO

    A- DEFINICIÓN

    Subjetivismo es: “Toda teoría del conocimiento donde el carácter de verdad se hace dependiente en una forma o, en otra, de la constitución del sujeto que conoce […] Toda teoría que pueda afirmar que lo que es verdad para un sujeto puede no serlo para otro.”

    El subjetivismo en general es la reducción de toda verdad y moralidad a la individualidad psíquica del sujeto particular, siempre variable e imposible de trascender, sin posibilidad alguna de validez de una verdad absoluta universal. El subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga.

    El relativismo, se asemeja mucho al escepticismo, pues tampoco admite ninguna verdad absoluta, que tenga validez universal: “Pero mientras el subjetivismo hace depender el conocimiento humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, el relativismo subraya la dependencia de factores externos. Como tales considera la influencia del medio, del espíritu, del tiempo, la pertenencia a un determinado círculo cultural y los factores determinantes contenidos en él.”

    B- ORIGEN DEL SUBJETIVISMO Y RELATIVISMO

    Esta doctrina filosófica, al igual que el escepticismo, aparece en la antigüedad. El subjetivismo se origina en el siglo V a.C.: “Para el griego, la patria constituía una necesidad absoluta, sin la cual no podía vivir. Los sofistas, los maestros de la sabiduría, fueron los primeros que aportaron la reflexión subjetiva y la nueva doctrina, en la que cada cual ha de obrar según su propia convicción.”

    La reflexión sobre la naturaleza había llegado a un callejón sin salida, y no es extraño que el hombre volviera la vista hacia sí mismo, para preguntarse sobre el sentido de su propia vida, abandonando provisionalmente la consideración de la naturaleza. En Atenas se establece una vida democrática que le hace propicia para el pensamiento atento al vivir personal (subjetivismo), dejando las cosmologías y las cosmogonías.

    C- REPRESENTANTES EN LA ANTIGÜEDAD

    1. Protágoras

    a. Vida. Nació en Abdera en el año 480 y murió en el 410 a.C. Llamado a Atenas por Pericles, a petición de éste redactó la constitución de Turtos (Sicilia) en el 444 a.C. Fue procesado por blasfemia a causa de sus ideas religiosas, y se dice que murió ahogado durante una tempestad al huir de Atenas.

    b. Obras. La obra de Protágoras debió de ser extensa. Según el historiador griego Diógenes Laercio en el siglo III d.C., se conservaban: El Arte, La Herística, Sobre la lucha, Sobre las matemáticas, Sobre el Estado, Sobre las virtudes. Pero las más importantes son: La verdad y Sobre los dioses. Es de anotar que gran parte de estas obras se ha perdido, sólo quedan algunos fragmentos citados por autores posteriores.

    c. Pensamiento. Toda la filosofía de Protágoras está basada en una concepción heraclitiana de la realidad, del ser. “De Heráclito y Anaxágoras toma la idea de que las cualidades contrarias están simultáneamente presentes en todas las cosas.” Al presentarse la realidad como algo en constante cambio, tanto el sujeto como el objeto, es lógico que no pueda admitirse nada inmutable, universal y necesario.

    “La sensación es la única forma admitida por Protágoras, se transforma constantemente en función, ya del objeto sentido, ya de las mismas disposiciones del sujeto sentiente.” En esta tesis está encerrada en un modo potencial la totalidad de su doctrina.

    “La materia, es decir, el ser, es percibido por los sujetos cognoscentes. Según sus diferencias individuales, a distintas disposiciones del sujeto, corresponderán distintas representaciones del objeto, y estas disposiciones se puede decir que nunca son idénticas.” Esta concepción de la realidad y del conocimiento servirá de base para la famosa teoría de que el ser es fluyente; el alma no es otra cosa que sensaciones que, por su naturaleza y pluralidad de disposiciones naturales dadas en cada hombre, son fluyentes. Por eso:

    “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, y de las que no son en cuanto que no son” (Frag. 1). Este aforismo nos da a entender que: “el conocimiento no puede ser universal y necesario para cada uno y todos los hombres, sino individualizado en cada uno de ellos sin que pueda haber ninguna comunidad cognoscitiva.” También expresa este aforismo un relativismo absoluto.

    2. Gorgias

    a. Vida. Nació en Leontino (Sicilia) en el año 483 y murió en el 390. Fue discípulo de Empédocles y Tisias. Fue un impulsador y divulgador del ideal del helenismo. En el 417 fue embajador de Atenas. Abandonó la filosofía para dedicarse a la oratoria. Es considerado también como uno de los grandes sofistas.

    b. Obras. La obra de Gorgias se asemeja a la de Protágoras, se ha perdido en su mayor parte, excepto los discursos “El elogio de Helena” y “La defensa de Palamedes”. De los otros escritos no quedan sino unos fragmentos como: el tratado “Sobre el no ser o sobre la naturaleza”, la obra fundamental de Gorgias en la que están las doctrinas ontológicas, base de sus demás teorías. El “Epitafio” es otra obra de él considerada en la antigüedad como una de las obras maestras en el ámbito retórico.

    c. Pensamiento. Gorgias también perteneció al grupo de los que suprimieron el criterio de verdad, no por las mismas dificultades que Protágoras y su escuela, En su libro “De la naturaleza o sobre el no ser”, establece gradualmente tres tesis que constituyen la más alta expresión del “nihilismo filosófico”: “La primera, nada es; la segunda, si algo fuese, sería incognoscible; la tercera, si algo fuese y lo conociésemos, sería incomunicable a los demás.”

    Con la primera proposición niega Gorgias la realidad; con la segunda, el conocimiento, y con la tercera, la validez del lenguaje. Un escepticismo tan radical jamás se ha vuelto a dar en la historia.

    Defiende la primera proposición así: nada es, ya que si algo fuese, o habría comenzado a ser, o sería eterno. No puede comenzar a ser, según demostraron ya los eleáticos, luego tendría que ser eterno; mas lo eterno es infinito, pero lo infinito no existe en parte alguna. La incognoscibilidad de lo real la intenta justificar por la falta de homogeneidad entre el ser y la mente; el defecto de validez en el lenguaje, por la incongruencia entre la palabra y el pensamiento que ella expresa.

    La moral para Gorgias es puramente circunstancial, en cambio para Protágoras es un conjunto de reglas establecidas por cada grupo social, lo que deriva que la moral puede ser enseñada y aprendida. Con Gorgias y Protágoras se extingue la primera generación de sofistas, ellos contribuyeron a dar nuevos rumbos a la especulación filosófica griega.

    D- PRINCIPAL REPRESENTANTE CONTEMPORÁNEO

    Federico Nietzsche

    1. Vida. Nació en Röcken (Alemania) en 1844 y murió en Weimar en 1900. Vivió principalmente con Sils-Maria y en Niza. Estudió en Bonn y Leipzig. Descubrió a Shopenhauer a través de la obra fundamental de éste, El Mundo como Voluntad y Representación. Fue amigo de Wagner. Con la influencia de éste comienza a redactar el Origen de la Tragedia. Fue profesor de Filología Clásica en la Universidad de Basilea. En Turín en 1889 sufre un colapso mental y es recluido en una clínica psiquiátrica en Jena en 1890, la enfermedad que le aqueja es la esquizofrenia.

    2. Obras. A la edad de los trece años, atormentado con el problema del mal y de la muerte escribió su primera autobiografía. Sus dudas le inspirarían en 1861 su primer poema titulado: “Al Dios Desconocido”

    Sus obras más importantes son :

    “Más allá del bien y del mal”, “El nacimiento de la tragedia en el origen de la música”, “El corpúsculo de los ídolos”, “El Origen de la Tragedia”, “Ecce Homo”, “La gaya ciencia”, “Humano, demasiado humano”, “Así habló Zaratustra”, “La genealogía de la moral”, y “El Anticristo”.

    3. Pensamiento. La originalidad de Nietzsche se evidencia en su carácter inclasificable. Educado en la rígida escuela post ? romántica, que retoma “la imposibilidad del conocer”. “En él no se encuentra un voluntad de sistema, no por ello carece de unidad su obra filosófica, la cual brilla por su expresión. El aforismo es la forma en que se plasma su pensar instantáneo”.

    Cuando Nietzsche ataca el idealismo no se dirige a una escuela filosófica en particular sino a la categoría misma de ideal. Nietzsche es el máximo exponente del nihilismo, el cual significa que “nada tiene valor, nada es conocido. El Nihilismo de Nietzsche es más una posición teórica sofística que filosófica. El pensamiento de Nietzsche es un pensamiento negativo”.

    El pensamiento de Nietzsche está enteramente expresado en los principios de su nueva valoración, que comprende la subordinación del conocimiento a la necesidad vital e inclusive biológica, la formación de una lógica para la vida, el establecimiento de un criterio de verdad según la elevación del sentimiento de dominio, la negación de lo universal y necesario, la lucha contra todo lo metafísico y lo absoluto.

    La filosofía de Nietzsche es, en buena parte, una destrucción de los supuestos básicos de la filosofía tradicional, destrucción que se concibe como el acto impío de supresión de los presupuestos teológicos encubiertos de la tradición. “La ilusión del conocimiento absoluto es uno de los supuestos: no hay conocimiento más que en los límites de la especie humana y validez para ésta, exclusivamente; no tenemos un conocimiento del ser en sí de las cosas, sino de su ser para nosotros, para los miembros de una especie biológica determinada”.

    Nietzsche después de haber abandonado a sus maestros Wagner y Shopenhauer es influido totalmente por la ilustración y los hombres de ciencia, y hasta por el positivismo. De entonces son sus ideas del agnosticismo metafísico y del eterno retorno, así Nietzsche se atreve a negar la posibilidad de la metafísica al igual que todo conocimiento de Dios y la inmortalidad del alma. Conjuga esta pérdida de la fe con la afirmación de la voluntad de vivir presente en su inicial periodo de pensamiento:

    “Si el mundo es múltiple, cambiante y aparente, y el hombre está guiado por esa multiplicidad a través de los instintos, no podrá existir nunca la verdad absoluta ; frente a la metafísica platónica y cristiana, Nietzsche reclama una visión irracional del Universo. La verdad no puede ser algo absoluto ni definitivo, sino que será siempre relativa, individual, o como el mismo lo expresó “la verdad consiste en estar siempre en el error”. Dentro de esta relatividad, será más verdadera aquella perspectiva que favorezca la vida, aquella que siga los instintos vitales”.

    E- ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO

    Casi todo el pensamiento negativo del siglo XX se encuentra en Nietzsche, más o menos desarrollado. El subjetivismo es el pensamiento que forma ambiente de nuestra época. Se presenta de dos formas: psicologismo y la biologista; el razonamiento de ambas tendencias es el mismo, sólo que ésta última avanza un paso más.

    El psicologismo actual afirma que las leyes de la verdad son leyes constitutivas, negativas del sujeto que piensa. En cambio, el biologismo no hace sino reducir a su vez el psicológico a una función orgánica y considerarlas tales leyes del intelecto, junto a las leyes del a herencia y de la evolución como resultado de la ley biológica general, según la cual el organismo subviene a su conservación por los medios más breves y derechos.

    Para los griegos esto es un absurdo. Pensar que las cosas son lo que son no porque ellas lo sean, sino porque nuestra constitución así lo manda. “El subjetivismo manifestándose a través de la forma del biologismo está elevando la estructura biofísica del hombre sobretodo en la disposición hereditaria y el entorno a fundamento exclusivo y horizonte único del sentido de su vida. Con esto se niega todo poder normativo del espíritu sobre la vida. Esta doctrina en sentido más amplio presenta que la realidad entera no es sino manifestación de una vida universal que se crea su propia forma en cada ente particular”.

    Ya el hombre obra por voluntad de poder como principio de una nueva posición de valores. Es la forma más extrema del nihilismo pone eternamente el absurdo de la nada, se ha caído en el olvido del ser, el hombre así es un ser para sí, en su libertad limitada, lleva a cabo el anonadamiento del ser.

    http://www.monografias.com/trabajos2/sintefilos/sintefilos.shtml

La filosofía de David Hume

    La filosofía de David Hume
    El conocimiento en Hume

    A diferencia del racionalismo, que afirmaba que la razón era la fuente del conocimiento, el empirismo tomará la experiencia como la fuente y el límite de nuestros conocimientos. Ello supondrá la crítica del innatismo, es decir, la negación de que existan “ideas” o contenidos mentales que no procedan de la experiencia. Cuando nacemos la mente es una “tabula rasa” en la que no hay nada impreso. Todos sus contenidos dependen, pues, de la experiencia. En el caso de Hume, como veremos a continuación, la experiencia está constituida por un conjunto de impresiones, cuya causa desconocemos y, estrictamente hablando, no debe identificarse con “el mundo”, con “las cosas”.

    Al igual que el racionalismo, el empirismo tomará como punto de partida de la reflexión filosófica el análisis de la conciencia; ante el fracaso de la filosofía antigua y de la filosofía medieval, que habían tomado como referencia el mundo y Dios, respectivamente, la filosofía moderna se caracteriza por tomar el sujeto como punto de partida de la reflexión filosófica. Así, del mismo modo que Descartes, una vez descubierto el “yo pienso”, pasa a analizar el contenido del pensamiento, los empiristas comenzarán sus indagaciones analizando los contenidos de la conciencia.

    EL ANÁLISIS DEL CONOCIMIENTO

    “He aquí, pues, que podemos dividir todas las percepciones de la mente en dos clases o especies, que se distinguen por sus distintos grados de fuerza o vivacidad. Las menos fuertes e intensas comúnmente son llamadas pensamientos o ideas; la otra especie carece de un nombre en nuestro idioma, como en la mayoría de los demás, según creo, porque solamente con fines filosóficos era necesario encuadrarlos bajo un término o denominación general. Concedámosnos, pues, a nosotros mismos un poco de libertad, y llamémoslas impresiones, empleando este término en una acepción un poco distinta de la usual. Con el término impresión, pues, quiero denotar nuestras percepciones más intensas: cuando oímos, o vemos, o sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos, o queremos.” (Investigación, sec.2)
   

    1.-Los elementos del conocimiento.

    Tanto en el Tratado como en la “Investigación sobre el entendimiento humano” Hume comienza la presentación de su filosofía con el análisis de los contenidos mentales. A diferencia de Descartes, para quien todos los contenidos mentales eran “ideas”, Hume encuentra dos tipos distintos de contenidos: las impresiones y las ideas. La diferencia que existe entre ambas es simplemente la intensidad o vivacidad con que las percibimos, siendo las impresiones contenidos mentales más intensos y las ideas contenidos mentales menos intensos. Además, la relación que existe entre las impresiones y las ideas es la misma que la del original a la copia: “o, para expresarme en un lenguaje filosófico, todas nuestras ideas, o percepciones más endebles, son copias de nuestras impresiones o percepciones más intensas”. Es decir, las ideas derivan de las impresiones; las impresiones son, pues, los elementos originarios del conocimiento; de esta relación entre las impresiones y las ideas extraerá Hume el criterio de verdad: una proposición será verdadera si las ideas que contiene corresponden a alguna impresión; y falsa sino hay tal correspondencia.

    “Por tanto, si albergamos la sospecha de que un término filosófico se emplea sin significado o idea alguna (como ocurre con demasiada frecuencia), no tenemos más que preguntarnos de qué impresión se deriva la supuesta idea, y si es imposible asignarle una; esto serviría para confirmar nuestra sospecha”.

    Las impresiones, por su parte, puede ser de dos tipos: de sensación, y de reflexión. Las impresiones de sensación, cuya causa es desconocida, las atribuimos a la acción de los sentidos, y son las que percibimos cuando decimos que vemos, oímos, sentimos, etc; las impresiones de reflexión son aquellas que van asociadas a la percepción de una idea, como cuando sentimos aversión ante la idea de frío, y casos similares. Además, las impresiones pueden clasificarse también como simples o complejas; una impresión simple sería la percepción de un color, por ejemplo; una impresión compleja, la percepción de una ciudad.

    Las ideas, a su vez, pueden clasificarse en simples y complejas. Las ideas simples son la copia de una impresión simple, como la idea de un color, por ejemplo. Las ideas complejas pueden ser la copia de impresiones complejas, como la idea de la ciudad, o pueden ser elaboradas por la mente a partir de otras ideas simples o complejas, mediante la operación de mezclarlas o combinarlas según las leyes que regulan su propio funcionamiento.

    2.-Las leyes de la asociación de ideas.

    “Es evidente que hay un principio de conexión entre los distintos pensamientos o ideas de la mente y que, al presentarse a la memoria o a la imaginación, unos introducen a otros con un cierto grado de orden y regularidad”.

    La capacidad de la mente para combinar ideas parece ilimitada, nos dice Hume. Pero por poco que nos hayamos detenido a reflexionar sobre la forma en que se produce esta combinación de ideas podremos observar cómo “incluso en nuestras más locas y errantes fantasías, incluso en nuestros mismos sueños”, esa asociación se produce siempre siguiendo determinadas leyes: la de semejanza, la de contigüidad en el tiempo o en el espacio, y la de causa o efecto.
    Cuando la mente se remonta de los objetos representados en una pintura al original, lo hace siguiendo la ley de semejanza. Si alguien menciona una habitación de un edificio difícilmente podremos evitar que nuestra mente se pregunte por, o se represente, las habitaciones contiguas; del mismo modo, el relato de un acontecimiento pasado nos llevará a preguntarnos por otros acontecimientos de la época; en ambos casos está actuando la ley de asociación por contigüidad: en el espacio, el primer caso; y en el tiempo, en el segundo caso. El caso de pensar en un accidente difícilmente podremos evitar que venga nuestra mente la pregunta por la causa, o por las consecuencias del mismo, actuando en este caso la ley de la causa y el efecto.
    Según Hume, pues, son estas tres leyes las únicas que permiten explicar la asociación de ideas, de tal modo que todas las creaciones de la imaginación, por delirantes que puedan parecernos, y las sencillas o profundas elaboraciones intelectuales, por razonables que sean, les están inevitablemente sometidas.

    3.-Los tipos de conocimiento.

    En la sección cuarta de la “Investigación sobre el entendimiento humano”, que lleva por título “dudas escépticas acerca de las operaciones del entendimiento” se plantea Hume la cuestión de determinar cuáles son las formas posibles de conocimiento. Siguiendo la distinción que había hecho Leibniz entre verdades de razón y verdades de hecho, Hume nos dirá que todos los objetos de la razón e investigación humana puede dividirse en dos grupos: relaciones de ideas y cuestiones de hecho.

    Los objetos de la razón pertenecientes al primer grupo son “las ciencias de la Geometría, Álgebra y Aritmética y, en resumen, toda afirmación que sea intuitiva o demostrativamente cierta”. La característica de estos objetos es que pueden ser conocidos independientemente de lo que exista “en cualquier parte del universo”. Dependen exclusivamente de la actividad de la razón, ya que una proposición como “el cuadrado de la hipotenusa es igual al cuadrado de los dos lados de un triángulo rectángulo” expresa simplemente una determinada relación que existe entre los lados del triángulo, independientemente de que exista o no exista un triángulo en el mundo. De ahí que Hume afirme que las verdades demostradas por Euclides conservarán siempre su certeza. Las proposiciones de este tipo expresa simplemente relaciones entre ideas, de tal modo que el principio de contradicción sería la guía para determinar su verdad o falsedad.

    El segundo tipo de objetos de la razón, las cuestiones de hecho, no pueden ser investigadas de la misma manera, ya que lo contrario de un hecho es, en principio, siempre posible. No hay ninguna contradicción, dice Hume, en la proposición “el sol no saldrá mañana”, ni es menos inteligible que la proposición “el sol saldrá mañana”. No podríamos demostrar su falsedad recurriendo al principio de contradicción. ¿A qué debemos recurrir, pues, para determinar si una cuestión de hecho es verdadera o falsa? Todas los razonamientos sobre cuestiones de hechos parece estar fundados, nos dice, en la relación de causa y efecto. Si estamos convencidos de que un hecho ha de producirse de una determinada manera, es porque la experiencia nos lo ha presentado siempre asociado a otro hecho que le precede o que le sigue, como su causa o efecto. Si oímos una voz en la oscuridad, estamos seguros de la presencia de una persona: no porque hayamos alcanzado tal seguridad mediante un razonamiento a priori, sino que “surge enteramente de la experiencia, cuando encontramos que objetos particulares cualesquiera están constantemente unidos entre sí”. Las causas y efectos, por lo tanto, no puede ser descubiertas por la razón, sino sólo por experiencia.
    Podemos hablar, pues, de dos tipos de conocimiento en Hume: el conocimiento de relaciones de ideas y el conocimiento de hechos. En el primer caso el conocimiento depende de las operaciones de entendimiento reguladas por el principio de contradicción; en el segundo caso las operaciones del entendimiento están reguladas necesariamente por la experiencia, ya que al depender de la ley de asociación de la causa y el efecto, siendo una distinta del otro, no hay razonamiento a priori posible que nos permita deducir una a partir del otro, y viceversa:

    “Cuando razonamos a priori y consideramos meramente un objeto o causa, tal como aparece a la mente, independientemente de cualquier observación, nunca puede sugerirnos la noción de un objeto distinto, como lo es su efecto, ni mucho menos mostrarnos una conexión inseparable e inviolable entre ellos. Un hombre ha de ser muy sagaz para descubrir mediante razonamiento, que el cristal es el efecto del calor, y el hielo del frío, sin conocer previamente la conexión entre estos estados”.

    Por lo general, se tiende a pensar que el empirismo supone la aceptación de la existencia de objetos externos al sujeto, “las cosas”, que son la causa de todas mis impresiones y, por lo tanto, de todos mis conocimientos. Esta interpretación del empirismo puede ser aceptada, siguiendo a Hume, siempre que se tenga en cuenta que ello significa una concesión al “sentido común”, una “creencia razonable”, pero que no se puede demostrar que los supuestos objetos externos sean la causa de mis impresiones. El conocimiento de hechos se funda en la experiencia, pero ¿en qué se funda la experiencia?¿hay alguna forma de justificar la regularidad que suponemos en la experiencia, sin caer en una petición de principio?. Son esas las dudas escépticas a que se refiere el título de la sección IV, que se verán ampliadas y reforzadas por la crítica de la idea de conexión necesaria entre la causa y el efecto que nos ofrecerá Hume en la sección VII de la Investigación.

Texto de la página: http://www.webdianoia.com/moderna/hume/hume_conoc.htm

El Estructuralismo

    EL ESTRUCTURALISMO

    DEFINICIÓN

    Es un movimiento heterogéneo que inicialmente aparece como una metodología científica, convirtiéndose luego en una ideología filosófica que pretende elaborar teorías objetivas y verificables, a través del control científico a las ciencias del espíritu. En el estructuralismo el hombre pasa de ser sujeto de la historia y de la cultura, a ser objeto que se conoce por la objetividad y la neutralidad científica.

    Quienes asumieron el estructuralismo “buscaron la permanencia y estabilidad de las estructuras que duran y derivan su significado solamente de sí mismas y de sus raíces en una naturaleza humana, en cuanto realidad plenamente determinada como los demás objetos del mundo.”

    Los estructuralistas comenzaron por combinar el marxismo y el psicoanálisis, pero sobre todo es el positivismo quien más marca a esta corriente. El estructuralismo plantea la manera de comprender al hombre para pasar a mirarlo como objeto de observación y análisis, como cualquier otro objeto de la ciencia, porque el inconsciente precede a lo consciente.

    Se opone al causalismo y al historicismo sobre todo en su visión del hombre, que de sujeto pasa a ser objeto del conocimiento y eso implica que los hombres estén sometidos a las estructuras. El gran desarrollo de este movimiento se dio a partir de 1960 encontrando en Lévi Strauss su mayor exponente, hoy es criticado y acusado por su desprecio a la historia y por la devaluación de la autonomía individual.

    REPRESENTANTES

    1. Claude Lévi Strauss

    a. Vida. Nace en Bruselas el 28 de noviembre de 1908, de familia francesa judía. Estudia en París, obtiene su licenciatura en Filosofía en 1931 y doctorado en Letras en 1948. Enseña en diversos institutos, forma parte de la misión cultural francesa en Brasil, como profesor de la Universidad de Sao Paulo de 1934 a 1938. Es el organizador de las expediciones etnográficas al Mato Grosso y a Amazonía.

    Después de la segunda guerra mundial vuelve a Francia, luego va a Estados Unidos y allí se une al grupo de los intelectuales franceses y funda la ” École Libre del Hautes Études”.

    b. Obras. Su obra más importante es la titulada “Antropología Estructural”, también tiene otra de importancia llamada “Las Estructuras Elementales del Parentesco”. Publicó igualmente varios artículos, entre ellos “El estudio estructural del mito”.

    c. Pensamiento. “Denomina su trabajo una “antropología estructural”, señalando la nueva orientación del estudio positivo de las ciencias del hombre.” La estructura de la historia donde mejor puede verse y discutirse la ideología estructuralista es en la relación entre estructura e historia. Frente a esto, la ideología estructuralista es desesperanzadora.

    El cosmos es un sistema cerrado, y por consiguiente, también la humanidad. Esta última está incluso sometida a la ley de la entropía. Para él, en vez de antropología, debería hablarse de Entropología, es decir, la disciplina que se ocupa en la investigación del proceso de desintegración en sus formas más altas. La cultura no es más que un monstruoso y complejo mecanismo, cuya única tarea es producir lo que los físicos llaman antropía y nosotros inercia. “Lévi Strauss no deshecha la importancia de un estudio diacrónico e histórico”.

    La oposición entre naturaleza y cultura sólo tiene valor metodológico, pues toda cultura se reduce a la materia. Dice que el día en que lleguemos a comprender la vida como una función de la materia inerte, será para descubrir que ésta posee propiedades muy diferentes de las que le atribuimos con autoridad.

    La explicación científica ya no sería el paso de la complejidad a la simplicidad, sino la sustitución de una complejidad menos inteligible por otra más inteligible. De esta manera Strauss postula una resolución de lo humano en lo no humano, hacia un marcado materialismo.

    “Finalmente, la antropología entra de lleno en el campo de las investigaciones sociales, en el ámbito de la sociología. Lévi Struss llama con frecuencia ?sociólogos? a los investigadores de la etnología. Pero se distinguen, dice, ambas disciplinas. La sociología, en la acepción ordinaria de los estudiosos franceses y otros europeos, se entiende como “reflexión de los principios de la vida social y de las ideas de los hombres que la han sustentado”; entonces se reduce a ?la filosofía social?, ajena a su estudio e interés.”

    Lévi Strauss llevó a cabo la completa aplicación del método estructural a ese primer nivel etnológico de las relaciones sociales que se dan en la vida matrimonial. “Las leyes matrimoniales y los sistemas de parentesco representan, pues, la regulación de ese intercambio de bienes entre los distintos grupos indígenas.” Así da a entender el sistema de la organización y comunicación en los primitivos grupos humanos.

    En su obra el “El pensamiento salvaje” esclarece su postura metodológica y teórica, reiterando sus elogios al alto nivel mental del pensamiento salvaje.

    2. Michel de Foucault.

    a. Vida. Nació en Poitiers en 1926, cursó sus estudios superiores en París en la Escuela Normal Superior, donde fue discípulo de Althusser y obtuvo su título como filósofo en 1950. Comienza a enseñar como auxiliar de filosofía con lecturas sobre Dumézil y sobre Russel, sobre el cual publica un ensayo.

    Al igual que sus compañeros de trabajo se deja atraer por el marxismo siendo después miembro del partido; aunque sus interpretaciones acerca de Marx y la historia fueron desaprobadas por el comunismo ortodoxo. Así mismo, se inició en el estructuralismo a sugestión de :Lévi Strauss y de Lacán, los cuales le indicaron que el sentido del discurso no se halla en algo superficial, sino que, por encima del espacio y del tiempo, reside en el sistema como un conjunto de relaciones que subsiste y se transforma a sí mismo independizado de las cosas que envuelven en relaciones.

    En 1960 obtiene el doctorado, y enseña filosofía y literatura francesa en diversos centros, como Lílle, Upsalo, Varsovia, Hamburgo, Sao Paulo, y de manera especial, como profesor permanente en Clermont-Ferrand.

    b. Obras. Tiene obras como: Enfermedad mental y personalidad (1961), El orden del discurso, Arqueología del examen médico, Una arqueología de las ciencias humanas (1969), La arqueología del saber (1970), Historia de la sexualidad (1977), Las palabras y las cosas.

    c. Pensamiento. Arqueología: Foucault pretende ser un pensador original; la influencia de la lingüística estructural es en él la más importante, sus investigaciones se centran en el lenguaje, el discurso y la estructura de los enunciados como punto de acceso al estudio de las ciencias humanas.

    El pensamiento que Foucaul presenta en su obra reduce el hombre y los elementos de las ciencias a un sistema de estructuras, intenta introducir un nuevo tipo de análisis más oscuro, que es un análisis lingüístico estructural y los objetos de la ciencia y la cultura abarcan una nueva aplicación.

    El método que Foucaul plantea lo denomina análisis arqueológico, que se ocupa del tema del discurso. “Para él ya existen bastantes métodos y disciplinas capaces de analizar y describir el lenguaje, y así en su arqueología permite introducir nueva especificidad de método que no sea ni formalizador ni interpretativo.”

    En Foucaul es necesario en su arqueología la dimensión histórica, para así comprender los cambios en sentido gnoseológico y filosofía de la historia. Foucaul desplaza los acentos del sujeto a las estructuras sin provocar un conflicto entre sincronía y diacronía, igualmente los problemas históricos se entienden según un modelo lingüístico.

    “En Foucault la historia entra dentro del triángulo epistemológico del pensar estructuralista: Lingüística, Antropología cultural y Psicoanálisis”; aunque con todo ello no se lleva a cabo en su totalidad, Foucaul persigue con su filosofía un análisis de formaciones dircusivas, de sistemas de aserciones que presentan una regularidad.

    3. Rolando Barthes.

    a. Vida. Nació en Bayona en 1915, cursó sus estudios superiores en la Sorbona, donde continúa sus estudios clásicos, y en 1936 tiene una experiencia en el teatro con el grupo antiguo de teatro de la misma Sorbona. Filosóficamente es influenciado por Marx y por Sartre ya desde los primeros años de la postguerra así como del psicoanálisis de Freud. Estas influencias que por lo demás, venían adheridas a la filosofía estructuralista, que justamente adoptó inspiró ya sus trabajos primeros. Desde 1977 fue profesor en el Colegio de Francia. Su incansable actividad de docencia y de escritor ha sido opacada, junto con su vida por un accidente trágico en este año. Al cruzar una avenida importante en Francia fue atropellado por un automóvil, lo cual le costó la vida en el año 1981.

    b. Obras. El grado cero de la escritura (1953), Ensayos críticos (1964), Crítica y verdad (1966), Nuevos ensayos críticos (1972), El placer del texto (1973), Mitologías (1957), Elementos de semiología ( 1965), y Sistema de la moda (1967).

    c. Pensamiento. Ha desarrollado el enfoque estructuralista sobre todo en el campo literario, y en especial de la crítica literaria siguiendo la sugestión de otros autores los cuales aplicaban la crítica de inspiración estructuralista a la estética en general y a las diversas formas del arte.

    “El método estructural parecía tener especial afinidad con la consideración de la obra de arte, ya que lo más característico de ésta es su forma o estructura y no el contenido.”

    Para Barthes, la literatura representa un caso especial entre las artes, ya que su instrumento es el lenguaje, el cual es usado en la comunicación y a la vez, va ligado al contenido, es decir a su mensaje. “El lenguaje es por ello estudiado bajo el aspecto de lingüística estructural, sin que tal aspecto científico haya de excluir otros, como el psicológico o el estético.”

    El estructuralismo en Barthes es reducido a una actividad estructuralista tratándose así de un punto de vista más firme, de un “cuerpo de conocimientos científicos o filosóficos” y también caracterizado en una “actividad, un hacer” y no de un saber, y así estas consideraciones de Barthes no determinan un fin u objetivo en sí mismas, sino el objeto de la actividad estructuralista.

    “La actividad estructuralista tiene que reconstruir un objeto, de tal modo que se manifieste conforme a qué reglas funciona. En consecuencia, la estructura descubierta aquí cuenta con un simulacro del objeto.”

    Las indagaciones de Barthes se dirigieron en su ensayo “Elementos de semiología” a un estudio claro y preciso de la lingüística referida a la ciencia general de los signos y que tiene por objeto las grandes unidades significantes del discurso. Su exposición se presenta de la siguiente manera:

        * Lengua y habla.

        * Significado y significante.

        * Sintagma y sistema.

        * Denotación y connotación: referida esta última al doble plano de expresión y contenido.

    Para Barthes, “en toda obra literaria se afirma la escritura, considerada como la relación que mantiene el escritor con la sociedad; es el lenguaje literario, transformado por su destino social.”

    Barthes además, se ocupa de las significaciones internas y trata de revelar la inmanencia de la estructura de la obra literaria en un esfuerzo por comprender su significado como distinto de su sentido, es decir, el mensaje que viene comunicado del autor.

    “La literatura no es más que un lenguaje, esto es, un sistema de signos, su ser no está en su mensaje, sino en el sistema.” Los términos que se usan son signos, pero éstos vienen definidos, no por relación a los cuentos o cosas externas, sino a las internas relaciones y a otros signos dentro del sistema.

    Barthes ha sido entonces quien evolucionó la literatura moderna, y quien dio una orientación estructural, penetrando también en el dominio de la persona, de la música y de las artes plásticas, puesto que estos elementos tienen en su estructura una recíproca relación interna de sus características.

    ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO

    Con el estructuralismo se dio el florecimiento de todas las ciencias, la historia adquirió un nuevo sentido, en cuento que el hombre transformó de manera radical y sistemática los antiguos esquemas que se traían desde tiempos atrás, donde cada cultura manejaba a su manera conceptos y formas de comportarse en cuanto se le exigía étnicamente.

    Actualmente el estructuralismo sigue planteando al hombre como un ser potencial, y a la vez objeto de conocimiento, a partir del cual se sigue dando el despliegue de las ciencias, puesto que es el único que cuestiona y modifica las estructuras.

    Así mismo, con el estructuralismo se abrió campo a lo que son hoy las investigaciones sociológicas en las cuales el punto de reflexión es todavía la vida social y la manera como los individuos aportan progresivamente al desarrollo de ésta.

    En el campo de la ciencia es relevante presentar una organización, puesto que el estructuralismo aportó nuevos tipos de análisis que permiten una aplicabilidad y confrontación entre lo que es ciencia y mundo. Dentro de esta organización sistemática de las ciencias cabe también aclarar que éstas adquirieron un avance en cuanto que las estructuras gramaticales y lo géneros literarios también de manera positiva fueron replanteados, puesto que se permitió mediante ésta darle una interpretación más estricta en cuanto el sujeto como autor y la realidad como medio de trascender, y a la vez de establecer una relación, donde el significado original se presente ante los otros sujetos como significante.

    http://www.monografias.com/trabajos2/sintefilos/sintefilos.shtml

El Existencialismo

    1- INTRODUCCIÓN

    1.1 El contexto filosófico

    El existencialismo es una corriente filosófica de finales del XIX y principios del XX, cuyas influencias van más allá de la Segunda Guerra Mundial. El existencialismo es sucesor de la filosofía de Nietzsche; no existe como teoría filosófica propiamente dicha, más bien es un conjunto de autores que piensan y viven existencialmente. La más clara influencia de Nietzsche es la negación a considerar el hombre en abstracto, o sujeto de categorías metafísicas. No les interesa qué es el hombre (su esencia) sino profundizar en su existencia real y completa.

    Los acontecimientos que dominan la primera mitad del siglo XX (casi 60 millones de muertos entre las dos Guerras Mundiales, las revoluciones rusa y china, las dictaduras en Italia y Alemania, la crisis económica de los años 30 y la energía atómica con fines bélicos) determinaron un proceso de despersonalización según el cual el individuo pierde identidad diluido en una masa social fácilmente manipulable.

    Además las dos corrientes filosóficas predominantes al comenzar el XX (idealismo de origen hegeliano y mecanicismo positivista) habían mantenido el criterio común que considera al sujeto humano como un ser pasivo, carente de esencia y personalidad completas.

    La respuesta existencialista es una protesta contra la despersonalización, considerando al hombre como actor de su propia historia. Quieren abandonar la actitud distante de la filosofía tradicional que analiza al hombre como espectador de los acontecimientos. El existencialismo no quiere ser objetivo ni académico; se declara apasionadamente comprometido con el individuo. En síntesis, otorga prioridad a lo siguiente:

    1. a la existencia sobre la esencia;
    2. a la vida sobre la razón (rechaza la abstracción);
    3. a la praxis sobre la teoría; y
    4. a la libertad sobre la determinación.

    1.2 Diferentes tendencias existencialistas

    Muchos autores han hecho clasificaciones diferentes, que sólo permiten concluir que no existe el existencialismo sino, en plural, existencialismos. Empecemos por exponer una clasificación que distingue tres tendencias:

    a) Tendencia amplia: es una clasificación excesiva y confusa que pretende incluir como existencialistas a Sócrates, Pascal, Nietzsche y Sartre, entre muchos otros. En realidad, considera existencialistas a todos aquellos en los que predomina la antropología sobre otras posibles “partes” del quehacer filosófico (Mounier).

    b) Tendencia intelectual: otro francés (Jacques Maritain), un neotomista, mantiene que ser existencialista es simplemente afirmar la existencia como un acto vivido y ejercido; y, por otro lado, un planteamiento académico que permite desarrollar ideas y teorías.

    c) Tendencia religiosa: algunos clasifican los existencialistas según su dimensión religiosa. La respuesta del ateísmo existencial ante la despersonalización (Sartre y Heidegger) y el existencialismo cristiano ante el mismo problema (Jaspers y Kierkegaard).

    Otros autores han distinguido otros tres tipos fijándose en que el existencialismo no consiste en ser, sino en la relación con el ser:

    d) E. negativo, es decir, pesimista porque entiende al hombre dirigido hacia la nada, a la angustia y a la muerte (Sartre).

    e) E. teológico, es decir, optimista por el convencimiento en la existencia de una realidad absoluta que garantiza las posibilidades de realización del hombre (personalismo cristiano).

    f) E. positivo. ni pesimista ni optimista; las posibilidades de realización del hombre son reales, no estando condenados a un fracaso irremediable pero tampoco la realización es infalible (Merleau-Ponty).

    Todas estas clasificaciones sólo se entienden si distinguimos entre actitud existencial y pensamiento existencialista. Así llamamos existencialistas a los filósofos que mediante el método fenomenológico (Husserl) pretenden un análisis sistemático de la existencia; y filósofos de la existencia a los pensadores que adoptan la actitud que hemos descrito antes, según la tendencias.

    1.3 Orientaciones fundamentales

    Las cuestiones que resumen los contenidos más importantes del ex. son seis:

    – El uso del método fenomenológico de Husserl como análisis de la existencia humana.
    – La distinción entre existencia auténtica y existencia inauténtica, referidas al individuo.
    – El principio de que la existencia es anterior a la esencia.
    – Interés por el hombre concreto y el sentido de su existencia.
    – Interés por el hombre “mundano”, que obliga a preguntarse por el sentido del mundo y la historia.
    – Interés por el ser angustiado ante el problema de la muerte.

    a) El método fenomenológico. El e. pretende ser un humanismo (filosofía del hombre) como persona individual, y ser social en consonancia con sus circunstancias históricas. El método utilizado será el propuesto por Husserl; filósofo más bien esencialista, es decir, preocupado por lograr que la filosofía alcanzara el nivel de ciencia estricta. Su método no quería limitarse a dar teorías abstractas (intelectualismo, marxismo, idealismo), sino a describir con exactitud los fenómenos tal como aparecen en la conciencia.

    El método se adaptaba bien a los objetivos de la temática existencialista, pero se limitan al uso de él, no adoptando el pensamiento global de su autor.

    b) Existencia auténtica y existencia inauténtica. Frente al espectáculo de muerte y ruina de la posguerra, la ciencia ofrecía al hombre un avance tecnológico que propiciaría la sociedad de consumo. Esta plantea una doble opción: tener más o ser, es decir elegir la identidad propia.

    La existencia auténtica consiste en elegir la segunda opción. Sin olvidar que el hombre es un ser temporal e histórico, limitado por una circunstancias concretas; la existencia auténtica se caracterizará por vivir de acuerdo con el propio ser y tener conciencia de la propia limitación; y en el extremo de su limitación se encuentra la muerte. El hombre auténtico no escapa de la angustia de la nada, de la experiencia consciente de ser para la muerte. La existencia auténtica, que vive la angustia, permite despertarse de falsas ilusiones o seguridades, y reconocerse “desnudo”. A partir de aquí, podrá tomar la opción radical de realizarse a si mismo (frente al absurdo mundo consumista sin sentido que le rodea). La existencia auténtica es la realización de la libertad de elección, es decir, frente al sentimiento del absurdo de la muerte elegimos libremente crear valores propios.

    La existencia inauténtica es la del sujeto que renuncia a la libertad de realizarse a si mismo, caracterizándose por el anonimato (una más en la “masa”), la mediocridad (hace lo que la gente hace), la frivolidad (prefiere la charlatanería superficial), la irresponsabilidad (no se plantea problemas, no se esfuerza en buscar soluciones y no prevé consecuencias) y es inconsciente (se evade de las grandes cuestiones de la existencia humana).

    c) La existencia es anterior a la esencia. Definir al hombre por su esencia (animal racional, por ejemplo), considerando accidental lo que la caracteriza como individuo concreto, es lo propio de la filosofía tradicional. Para el e. no es lo importante en el hombre concreto ser animal racional, sino precisamente lo que le individualiza o le distingue de cualquier otro. Lo que distingue a una persona de otra son sus decisiones individuales, su ejercicio de la libertad de elección.

    Es lo concreto, los caracteres individuales que adquiero al cabo de la vida, lo que constituye mi yo. Ese conjunto de caracteres es mi esencia real, no realizada hasta el final de la vida (existencia). Por tanto, la existencia precede a mi esencia, porque ésta sólo será completada al final de aquélla. Además esto ocurre con cualquier objeto.

    d) Interés por el hombre concreto. El e. no está interesado por el hombre en general, sino por el existir cotidiano individual de cada hombre, el que existe de verdad y está en el mundo.

    El sentido de la vida humana no debe ser una generalización, sino que se trata de la orientación que cada uno queremos dar a nuestra propia vida. Cada uno elige su manera de vivir, depende de nuestra libre elección condicionada por el entorno social e histórico en el que se vive. No elegimos existir o no existir; el ejercicio de la libertad sólo determina la forma de la existencia.

    e) Interés por el hombre “mundano”. El hombre concreto está abierto al futuro, a un abanico de posibilidades y no puede escapar de las circunstancias que le rodean. El hombre se ve “arrojado” a un mundo concreto: las cosas, las personas, las situaciones concretas condicionan la existencia real, y, a la vez, la hacen existencia humana. Esta es un proyecto que se va realizando pagando el precio de perder muchas posibilidades que jamás serán realizadas. El hombre es actor y autor, a un tiempo, de su historia. Sólo cuando el hombre asume esa realidad, cada día, se encuentra a si mismo y construye su existencia auténtica.

    f) Interés por el hombre angustiado. Abandonado a sus propias fuerzas, el hombre concreto se encuentra “desnudo”, sin nada. Todas sus actividades están dirigidas a un límite no traspasable: la muerte. El hombre no puede controlar su propio tiempo y se angustia: “La vida es absurdo” (Albert Camus); “El hombre es una pasión inútil” (Sartre).

    La autenticidad de la existencia humana consiste precisamente en aceptarla como su propia realidad, a pesar de la angustia. Se compromete con su mundo y su historia luchando contra falsos absolutos (Dios, Estado, Patria, familia, dinero, prestigio, etc.) que pretenden hacerle huir de la realidad de la muerte; que le impiden realizarse como “ser en el mundo”.

    La muerte no es la “última estación”, como dice el tópico, no es algo que viene desde fuera: ¡soy yo unido con mi propio fin! Yo me defino por mi fin: soy “ser para la muerte”. La muerte está en la estructura constitutiva de mi existencia.

    2- SU PENSAMIENTO

    Sartre se caracterizó por ser el principal representante y difusor del pensamiento existencialista. Es el que más ha contribuido a su formación y desarrollo, no sólo con obras de carácter filosófico, sino también con su obra literaria, con la que logro mayor influencia y difusión.

    Lo que más destaca de su pensamiento es su ontología fenomenológica: parte de la afirmación de que lo que existe es lo que aparece, lo que se manifiesta, el fenómeno; lo que es lo mismo, la apariencia no se esconde, sino que revela su esencia; la esencia misma que se manifiesta se revela tal como es.

    Esta descripción fenomenológica le lleva a distinguir entre el ser en sí y el ser para sí. En realidad el ser en conjunto consiste en una relación dialéctica entre estos dos polos: el ser y la nada.

    2.1 El ser en sí y el ser para sí

    El ser en sí es el objeto, la cosa. El ser es lo que es, y nada más. Es una entidad densa, encerrada en sí misma, no mantiene relación con ningún otro. No existe fuera de sí y se agota en sí mismo. No puede llegar a ser otro, y de esta carencia de relación se explica su incognoscibilidad.

    Este ser no es todo el ser. Existe una extraña relación de ser y no ser: el ser para sí. Es la conciencia o realidad humana. Es un ser incompleto, no acabado, que ha de realizarse. Es, sobretodo, conciencia de la nada, puesto que puede ser de otra manera, aspira a otro ser. En el ser para sí encontramos el no ser.

    Mientras el ser en sí es lo que es; el ser para sí, el hombre, es un proyecto, que existe en la medida que se realiza. El hombre debe romper la opacidad del ser en sí para relacionarse con el mundo, con la temporalidad concreta. El ser en sí es tranquilo, porque no se cuestiona nada. El ser para sí vive la intranquilidad de ser más o de otra manera. Esta proyección hacia la realización es un sentimiento de vértigo que Sartre denomina náusea.

    2.2 La existencia humana es libertad

    Sartre identifica la nada con la libertad: el hombre tiene que existir en una actividad, en una serie de actos que él mismo elige para llegar a ser él mismo. La nada puede llegar a ser, porque tiene en ella la posibilidad, la capacidad de realizarse a sí misma. La nada es el hombre. El hombre es angustia, la angustia de la libertad de elección: “estamos condenados a la libertad”. En el verso de Machado se reconoce el concepto de libertad existencialista: “se hace camino al andar”.

    No existe, desde este punto de vista, más ética que la de la situación, una ética concreta en la que la conciencia de libertad es el fundamento de los valores. La vida no tiene sentido antes de ser vivida, no se justifican por tanto las morales materiales teleológicas.

    2.3 Antropología

    La ontología de Sartre se reduce a antropología. No cabe entender al hombre, existencialmente, mas que como subjetividad. No es una subjetividad abstracta (el “yo pienso” cartesiano), sino una subjetividad en la que la existencia concreta es anterior a la esencia. Una subjetividad caracterizada por el compromiso de la realización del proyecto propio.

    Además se entiende como intersubjetividad. Es imposible concebir el “yo” sin el “tú”. La libertad es en realidad dialéctica de libertades. Mi libertad de elección se enfrenta con la libertad de elección de los otros. En este contexto se entiende la frase: “el infierno son los otros”. La contemplación del ejercicio de la libertad de otros es objetivar o cosificar al otro. Así instalamos en el orden del “ser en sí” a los demás. Al contrario, dialécticamente, en la mirada del otro reconozco mi esclavitud (alienación). Esto genera relacionas conflictivas, que en unos casos buscan la asimilación de la libertad de uno en la del otro, y en otros casos el intento de afrontar desde mi libertad la del otro. Esta lucha conlleva que la experiencia de la libertad pague el precio de la soledad.

    El humanismo existencialista de Sartre no toma como fin al hombre, sino que lo considera siempre fuera de sí mismo, trascendiéndose en la subjetividad (intencionalidad). El hombre, ser para sí, es el legislador y creador de valores, que sustituye a Dios. “El humanismo existencialista es un esfuerzo por sacar todas las consecuencias de una posición atea coherente” que no hunde al hombre en la desesperación.

    http://www.terra.es/personal/ofernandezg/10.htm

Principales Sectas

Sectas

Podríamos decir, según algunas personas piensan, que cualquier creencia religiosa puede ser el origen de una secta, pero realmente sabemos que no todas las corrientes religiosas derivan en secta, ni tampoco que toda secta tiene su origen en creencias religiosas.

Los libros definen a las sectas como una comunidad religiosa que en sus creencias, ritos y demás aspectos se aleja de una iglesia o confesión socialmente consolidada, de la que formaba parte, o también en el otro extremo más cruel, como a un conjunto de seguidores de una doctrina, filosofía o religión, considerad falsa o peligrosa por el que habla, o a sus principios o creencia.

Pero realmente todas las sectas no son peligrosas, aunque sí la mayoría, ya que encierran intereses ocultos, generalmente de tipo económico.

La característica de la secta es el individualismo; el grupo particular religioso ve su esencia en oponerse, en cuanto a grupo determinado de elegidos, al universalismo de la iglesia. Comunidad de elegidos, la secta exagera sus exigencias morales y cae en un rigorismo ético, estrictamente relacionado con su entusiasmo fanático y una expectación escatológica próxima, que conlleva, en la mayoría de los casos como dije anteriormente, no siempre, a una hostilidad hacia la cultura y un distanciamiento respecto al mundo.

A continuación será mostrado un pequeño número de sectas, que no están consideradas como malignas, que han tenido su historia de fundación hace mucho tiempo, y que no obstante, siguen un régimen muy severo y desentendido con el mundo fuera de sus fronteras

Los Adventistas del Séptimo Día

Esta Iglesia se formó entre los años 1844 y 1855, aunque no se estableció formalmente sino hasta el año 1863. Dentro de la teología de esta Iglesia, cuentan con dos principios fundamentales: creen en la segunda venida de Cristo como un hecho concreto y visible; este retorno debería producirse en un corto plazo, pero sin una fecha exacta. También mantienen la observancia del sábado como el Sabbath. Para los miembros de esta Iglesia, la Biblia es su única autoridad religiosa, por lo que tienen fe en ella y en su interpretación literal. Sostienen que la gracia divina por sí sola es suficiente para lograr la salvación; administran el bautismo por inmersión y practican el lavado de los pies, para mantener una semejanza con respecto a la práctica de la Cena del Señor.

El cuerpo humano es considerado como el templo del Espíritu Santo, por lo que los adventistas ponen especial énfasis en todo lo referente a la salud, evitando comer carne, y usar estimulantes o narcóticos. Tienen a su cargo el mantenimiento de más de 360 hospitales y clínicas en el mundo. Esta organización también cuenta con programas educativos, misiones, y proyectos filantrópicos, auspiciados por un sistema de donaciones voluntarias (cada fiel entrega el 10% de sus ingresos) y por ofrendas al libre arbitrio de cada cual. Existen miembros activistas de esta Iglesia en todo el mundo, quienes editan publicaciones de la secta en más de 197 idiomas y dialectos. Dentro del conjunto de las iglesias protestantes, ésta maneja uno de los sistemas educativos más importantes del mundo.

Los Mormones

Es una secta cristiana fundada en 1830. En un principio eran tan sólo unos cuantos miembros, pero el movimiento ha ido incrementando de forma constante. El movimiento mormón, cuyo nombre oficial es Iglesia Cristiana de los Santos del Último Día, es una confesión cristiana que surgió ante lo que consideraban corrupción del cristianismo, restaurando el verdadero mensaje evangélico cristiano. Sin embargo, esa restauración necesitaba una nueva revelación de Dios, para que entregara las verdades del cristianismo en una forma pura y para que restableciera la divina autoridad sacerdotal de los antiguos apóstoles. Como se había perdido esa autoridad, sólo podría recobrarse por medio de un impulso divino. Apoyan y practican la tolerancia religiosa y sostienen que todas las religiones contienen elementos de verdad, por lo que es positivo que existan. Sin embargo, piensan que sólo su religión cuenta con autoridad verdadera y con un total consentimiento divino por lo que la consideran “la única verdadera iglesia viviente sobre la faz de la tierra”. Este derecho exclusivo sobre la verdad y la autoridad que defienden y ostentan, hace que los mormones recorran el mundo entero predicando sus creencias, convenciendo incluso, a grupos cristianos de otras denominaciones. El culto mormón es sencillo; está compuesto por himnos, oraciones, el sacramento de la Cena del Señor (celebrado con pan y agua) y sermones pronunciados por miembros de la comunidad laica de la congregación.. Los matrimonios entre mormones devotos son consagrados “en el tiempo y para toda la eternidad”.

Testigos de Jehová

Es una secta cristiana, fundada en 1872 en Pittsburgh, Pensilvania. Los miembros de la secta creen en la segunda venida de Cristo; se consideran seguidores de la cristiandad primitiva y consideran a cada testigo como un pastor. La secta insiste en el conocimiento y estudio de la Biblia y en la absoluta obediencia a los preceptos bíblicos. La difusión de las doctrinas la realizan sobre todo los miembros que predican de puerta en puerta y distribuyen folletos entre los transeúntes por las calles. Las clases de estudios bíblicos son impartidas por lo general en hogares privados. Las Salas del Reino es el nombre que reciben los lugares donde los Testigos de Jehová celebran sus reuniones y asambleas.

Los Testigos reconocen lealtad tan sólo al Reino de Jesucristo. Por lo tanto, se niegan a saludar bandera alguna, votar, realizar el servicio militar o a expresar lealtad de otro modo a ningún gobierno. Esta política les ha creado conflictos con las autoridades institucionales de muchos países.

Los testigos de Jehová proclaman que Cristo comenzó su reinado invisible como rey en 1914. Creen que muy pronto las fuerzas del bien, guiadas por Cristo, derrotarán a las fuerzas del mal, dirigidas por Satán, en la batalla de Armagedón. Después Cristo gobernará en la Tierra durante 1.000 años; durante este milenio los muertos se levantarán de nuevo y todas las personas tendrán una segunda oportunidad de lograr la salvación. Al final del milenio, Satán regresará a la Tierra y junto con los que lo apoyaron, será destruido definitivamente. Una humanidad perfecta disfrutará entonces de vida eterna en la Tierra.

La secta mantiene un extenso programa de publicaciones, que comprende libros y panfletos en numerosas lenguas. Su publicación más importante, ?La Atalaya? se imprime en más de 100 idiomas. A finales de la década de 1980 el número de adeptos en todo el mundo se acercaba a los 4 millones, con congregaciones establecidas en más de 90 países.

Los Anabaptistas

Es el nombre aplicado a ciertas sectas religiosas que surgieron en Europa durante la Reforma, principalmente en países como Alemania, los Países Bajos y Suiza. El nombre significa ?el que se bautiza nuevamente?; se refiere a la práctica anabaptista de bautizar a adultos, aunque la persona ya hubiera sido bautizada en su infancia.

Al igual que los luteranos y los calvinistas, los anabaptistas creían que la fe que cada persona tuviera en Dios era de suprema importancia, en oposición a los rituales y al derecho a juicios independientes y personales. Sin embargo, los anabaptistas se diferenciaban de los luteranos y de los calvinistas porque ellos defendían, entre otras prácticas, la no-violencia y estaban en contra de las iglesias gobernadas por el Estado. Este movimiento se basaba en congregaciones voluntarias de conversos, los que se habían sometido a la experiencia del bautismo siendo adultos y por decisión personal. La Iglesia del Estado estaba organizada de forma jerárquica, basada en la parroquia que a cada persona le correspondía, ya fuera porque había nacido allí o porque vivía cerca de ella. Algunos anabaptistas querían establecer comunidades cristianas comunales e igualitarias, y no estaban de acuerdo con participar en el gobierno civil y con prestar juramentos. El último estatuto disciplinario de la Iglesia, la exclusión, llevaba a la excomunión y al ostracismo a los pecadores impenitentes.

En los inicios de 1520, muchos líderes religiosos comenzaron a predicar en contra de la Iglesia y de las prácticas sociales en Suiza, Alemania y Austria. Conocidos como los Hermanos o los Hermanos Suizos, creían que la Biblia negaba el bautizo a niños y el celebrar la misa. Los anabaptistas insistían en el bautizo de creyentes adultos, que eligen bautizarse por libre elección, y en la cena conmemorativa del Señor. Debido a que los anabaptistas no aceptaban la jerarquía de la Iglesia ni la autoridad de los organismos civiles en temas de tipo religioso, fueron acusados de sedición y herejía, siendo víctimas de persecuciones y martirios. Bajo su dirección, la poligamia era muy castigada y los bienes materiales, propiedad de todos.

El anabaptismo se preocupaba principalmente de la gente pobre y de los campesinos y artesanos sin educación. Los anabaptistas fueron muy perseguidos por toda Europa, principalmente porque dos grupos muy influyentes de la sociedad, los aristócratas y los líderes de la Reforma ortodoxa, se unieron en contra de su igualitarismo y su oposición a las iglesias gobernadas por el Estado. Ciertos reformadores ortodoxos usaban el nombre de Anabaptistas para referirse en forma despectiva a cualquier secta protestante radical o que no fuera ortodoxa.

Muchos de los estudios históricos más recientes han reivindicado el movimiento anabaptista. Hoy en día el movimiento es visto como una corriente importante que existió durante el periodo de la Reforma, especialmente por su modo de ver la vida como un sacramento.

El Opus Dei

Es una organización católica dedicada a la aplicación de los principios del cristianismo en la vida secular y en el trabajo. La organización fue fundada en 1928 por José María Escrivá de Balaguer y Albas, un clérigo español. En la actualidad ha superado los 70.000 miembros procedentes de todos los estamentos sociales y está representada en más de 80 países. La importancia e influencia del Opus Dei recibió un destacado impulso a finales de la década de 1950 cuando el dictador español Francisco Franco recurrió a sus miembros para que aplicaran reformas económicas destinadas a estimular la economía. A la muerte de Franco más de la mitad de los miembros del gobierno que él había nombrado pertenecían al Opus Dei. La organización estuvo representada en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, participando en la redacción de la Constitución de 1980 de forma activa.

En 1982 un decreto pontificio situó de hecho al Opus Dei en una posición similar a la de otras órdenes religiosas, permitiendo al máximo representante de la organización, que es nombrado por el Papa, cambiar su título de presidente general por el de prelado. Sin embargo, como el Opus Dei permanece bajo la supervisión de los obispos católicos de cada Estado, podría argumentarse que su rango eclesiástico sigue estando subordinado a ellos.

En el plano estructural el Opus Dei está dividido en dos organizaciones, una dispuesta para hombres y otra para mujeres. Las actividades de sus miembros se realizan al margen del público general pero pueden, si lo desean, vivir con sus familias. No impone ideología política alguna a sus miembros, que sin embargo deben cumplir estrictos votos ascéticos. Aunque algunos de sus socios pertenezcan a la clase obrera, la organización en su conjunto es muy elitista y está organizada sobre bases jerárquicas muy severas. Los miembros de más alto rango son conocidos como numerarios mientras que los inferiores se denominan cooperantes. Los numerarios asisten cada mes a reuniones y todos los años pasan un tiempo determinado en retiro. Se cree que el Opus Dei cuenta con grandes recursos económicos. Entre las instituciones que dirige se encuentran centros de formación profesional y agrícola en todo el mundo, escuelas, residencias universitarias, escuelas empresariales y centros culturales, así como instituciones benéficas. Dirige dos universidades, una en Navarra (España) y otra en Piura (Perú).

http://html.rincondelvago.com/principales-sectas.html

FENOMENOLOGÍA

FENOMENOLOGÍA

DEFINICIÓN

Es la doctrina filosófica que estudia lo que aparece, es decir, los fenómenos. Fue iniciada por el filósofo J.H. Lambert (1728-1777), al investigar sobre el tema de las apariencias. En la modernidad surge en el siglo XX en Alemania con Husserl. “La fenomenología es el estudio de la ciencia del fenómeno, puesto que todo aquello que aparece es fenómeno”.

La fenomenología es una ciencia de objetos ideales, por tanto a priori y universal, porque es ciencia de las vivencias. “Es una ciencia esencialmente nueva, alejada del pensar natural, por lo que tiene de peculiar y por desarrollarse sólo en nuestros días se llama a sí misma ciencia de fenómenos”.

REPRESENTANTES

1. Edmund Husserl.

a. Vida. Nació en 1859 en Prossnitz (Moravia), de familia judía. Fue discípulo de Brentano, estudió matemáticas y filosofía y fue profesor en Gottinga y Friburgo donde finalmente murió en 1938.

Se dice que “su principal discípulo fue Martin Heidegger, quien lo sucedió en su cátedra de Friburgo cuando el régimen nazi lo obligó a abandonar la docencia. Otro discípulo suyo, el Franciscano Belga P. Van Breda, temiendo el antisemitismo hitleriano, transportó clandestino a Lovaina la biblioteca y los escritos inéditos de Husserl”.

b. Obras. Entre sus principales se resaltan:

“Filosofía de la Aritmética”, “Investigaciones Lógicas”, “Ideas para una Fenomenología Pura y Filosofía Fenomenológica”, “Lógica Formal y Trascendental”, “Filosofía como Ciencia Rigurosa”, “Meditaciones Cartesianas”.

c. Pensamiento.

1) La Fenomenología como Método. Lo mismo que Descartes, Husserl quiere darle a la filosofía un método absoluto sobre el cual basa su sistema de verdades. Así como Descartes se había inspirado en la firmeza de las matemáticas para lograr su método, Husserl hace una distinción en la evidencia que aparece a nuestro espíritu, de la cual dice que hay dos clases: Evidencias acertóricas, que se refiere a una verdad pero no hace imposible que lo contrario sea verdadero, este tipo de evidencias se encuentran en los hechos que continuamente palpamos. Y evidencias apodícticas, es superior a la anterior pues no sólo se refiere a algo verdadero sino a lo necesario, de tal modo que sería absurdo pensar lo contrario como verdadero; este tipo de evidencias lo encontramos en verdades rigurosas como las de las matemáticas.

“Husserl piensa que todas la ciencias han procurado basarse en verdades apodícticas, mientras que la filosofía todavía no lo ha hecho, pues continúa enunciando proporciones que carecen de validez universal, o sea, que no son válidas para toda conciencia. En consecuencia Husserl propone para tal fin un método que él denomina fenomenológico”.

En síntesis esta fenomenología consiste en remontarse por intuición hasta las esencias que posibilitan las captaciones ordinarias; así por ejemplo, hacer la fenomenología del amor no consistirá en describir experiencias concretas y realistas del amor, sino las vivencias necesarias para experimentar el amor como un valor.

“La fenomenología echa mano de la descripción de lo que aparece, pero de aquello que surge con evidencia apodíctica. Deja entonces de lado la explicación de las cosas por los primeros principios y por las causas, y establece que es la intuición intelectual el procedimiento propio de la filosofía, pues no se puede aceptar nada con evidencia apodíctica si no se capta directamente en su manifestación donde el objeto aparece”.

Descripción neutra se refiere a la descripción del objeto presente sin asociarlo con ideas o creencias corrientes e ingenuas acerca de su existencia real. La aceptación de esa existencia real es necesaria en la vida cotidiana pero no en el rigor filosófico, esto no quiere decir que se niegue tal existencia, pero tampoco que se afirme, simplemente se permanece en una postura neutral.

2) El Centro de la Fenomenología y su Objeto Principal. Son las esencias, dejando de lado que es simplemente fáctico o contingente o singular, interesándose sólo por ese centro o unidad de características que se entrelazan. Pero estas esencias no son de cualquier tipo sino que son aquellas que caracterizan las vivencias o sea, a los modos de captar por la conciencia algún objeto.

3) La Reducción. El término central utilizado por Husserl en su fenomenología es el término Reducción o Apojé, que en resumen, es la operación mental por la cual se coloca entre paréntesis o se prescinde o se deja fuera de consideración, algún dato que ordinariamente se presenta.

El apojé intenta centrar la atención en un objeto determinado pero dejando de lado intencionalmente algún dato que generalmente perturbaría la atención y el rigor deseado. Husserl menciona muchos tipos de apojé pero los principales son:

    * Apojé Filosófica: Consiste en poner entre paréntesis toda teoría filosófica y todo presupuesto, con el fin de enfocar la atención únicamente en los objetos. Husserl considera que no se aprende filosofía estudiando a los filósofos sino yendo directamente a los objetos; además piensa que es necesario dejar de lado los principios lógicos, pues de lo contrario tendríamos que caer en largas discusiones acerca de su validez.

    * Apojé Fenomenológica: Consiste en colocar entre paréntesis todo lo accidental, fáctico y contingente, para enfocar en el objeto solamente lo esencial, lo necesario, lo a priori.

    * Apojé Eidética: Es el que hasta ahora había practicado Husserl para llegar a una fenomenología pura como intuición de las esencias, constituyendo las diversas ramas de conocimientos eidéticos. Se reduce al fenómeno a su estructura esencial, poniendo entre paréntesis todos los elementos individuales y contingentes, todo lo que no es dado en la pura esencia del fenómeno; muy similar a la abstracción tradicional.

4) La Intencionalidad. Es una propiedad esencial de la conciencia por la cual ésta se tiende hacia un objeto, gráficamente se podría representar como una flecha tendida hacia el objeto. La conciencia no debe entenderse entonces como una substancia sino como una actividad, como un estar lanzado hacia la conciencia, es siempre conciencia de, y cada tipo de objeto tiene siempre un tipo de intencionalidad.

En este tema Husserl distingue entre Noesis que es el aspecto subjetivo de acto de conocer, mientras que el Noema es el aspecto objetivo, o sea, lo captado en el conocer, aunque ambos polos son necesarios en la fenomenología puesto que ésta consiste en pasar del noema a la noesis correspondiente, que en ese momentos se vuelve noema puesto su contenido es lo que se quiere analizar en ese nuevo acto.

2. Max Scheler.

a. Vida. Nació en Munich en el 1874 y murió en 1928; de una familia proveniente de Franconia. Sus antecesores de línea paterna habían residido desde el siglo XVI en Coburgo; entre ellos se encuentran pastores protestantes y juristas que ocupaban altos cargos. Su padre, un campesino bárbaro, al casarse se convirtió al catolicismo, del lado materno desciende de una familia judía.

Cursó sus estudios medios en Luitpold y en Ludwig-Gymnasium de Munich. Bajo la influencia del capellán del liceo se convirtió al catolicismo, a los quince años se hizo bautizar.

Terminados los estudios de humanidades, siguió primero cursos de filosofía y de ciencias en su ciudad natal. En 1901 inicia Scheler su actividad docente en la Universidad de Jena y después en las Universidades de Munich y Colonia, es en este mismo año cuando tiene su primer contacto y conocimiento personal con Husserl hasta el punto de llegar a ser su discípulo .

Max Scheler fue también discípulo de Eucken, pero adoptó pronto el método fenomenológico, aplicándolo a esferas que Husserl había dejado inéditas. Recibió también influencias de Bergson y de Dilthey. “Los filósofos que más poderosamente gravitaron su pensamiento fueron Nietzsche y San Agustín”. Primeramente triunfa en Scheler, San Agustín contra Nietzsche, e inclusive se convierte al catolicismo, cuyos sacramentos recibió con toda solemnidad en la pascua de 1916.

Critica a Nietzsche y desarrolla un riguroso pensamiento personalista y teísta. En 1925 se apartó de la Iglesia y se hundió cada vez más en la heterodoxia. Es el triunfo de Nietzsche sobre San Agustín. Cambia la dirección de su pensamiento, reconoce la preponderancia de los instintos y la impotencia del espíritu y desemboca en una especie de panteísmo evolucionista.

b. Obras. Las obras más representativas son:

“El Resentimiento y el juicio moral de los valores”, “El Formalismo en la Ética y la Ética Material de los Valores”, “Esencia y Formas de la Simpatía”, “La Crisis de los Valores”, “De lo Eterno en el Hombre”, “Las Formas de Saber y la Sociedad”, “El Puesto del Hombre en el Cosmos y Concepción Filosófica del Mundo”.

c. Pensamiento. Su pensamiento, tan agudo y claro no es metafísico en sentido estricto y, además, esto tiene la consecuencia de que carece de unidad sistemática, sus visiones geniales iluminan diferentes zonas de la realidad, usa la fenomenología como conocimiento de esencias y prepara el camino para una metafísica actual, ha concentrado su atención en los temas del hombre y de su vida.

“Max Scheler propugna una ética basada en los valores. Estos valores, en cuanto entidades ideales, se presentan como universales y necesarios. A través de la intuición el ser humano descubre tales valores de un modo natural; el resultado de esta intuición de los valores lo llama Scheler “Sentimiento de Valor”. Los valores se nos presentan, pues, de un modo intuitivo, no racional y, además, de forma individual y colectiva”.

El ser humano asume el sentimiento de un valor y ante ello, puede aceptarlo, criticarlo o realizarlo. Para él, hay en el individuo un sentido dinámico de la persona, en tanto que lleva a cabo aquellos valores que cree útil y necesario realizarlos. La función del valor reside, por tanto, en que da sentido a los actos del ser humano.

CLASES DE FENOMENOLOGÍA

La Fenomenología está dividida en tres partes principales, que corresponden a las tres fases más importantes de la conciencia.

“La primera de éstas fases es la conciencia, es decir, la Conciencia del objeto como cosa sensible que se opone al sujeto; la segunda fase es la de la Autoconciencia, que trata con gran amplitud el problema de la conciencia social; la tercera fase es la de la Razón, a la que se presenta como la síntesis o unidad de las fases precedentes en un nivel superior, en otras palabras, la razón es la síntesis de la objetividad y la subjetividad”.

ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO

Al hablar de consecuencias de la fenomenología para el mundo de hoy, hay que comenzar por situarlas en el plano intelectual y de conceptos lógicos, pero no de contextura social o práctica.

Sin duda que la fenomenología le ha inyectado vida a las ciencias, oxigenando las estructuras que las caracteriza, pero pasar a cuantificar y a enumerar las consecuencias y efectos de esta disciplina para nuestro tiempo es sumamente difícil.

Concebir al mundo, las cosas, y el hombre como fenómenos es hacerlos objetos de conocimiento. Posibilidad de conocimiento, y éste es un avance fenomenológico en cuanto que quita el mito y el carácter sagrado o prohibido a muchos, que antes históricamente no podían ser escrutados e investigados, esto permite que la ciencia crezca y el acercamiento a la verdad aumente, porque la fenomenología no tiene prejuicios.

La fenomenología acaba con las verdades terminantes y definitivas y empieza a darle paso a la especulación, a la investigación, a la duda, al replanteamiento, en el fenómeno cabe todo esto.

Teniendo en cuenta que esta fenomenología no tiene fronteras, sino que puede llegar a todas las disciplinas de conocimiento, se puede concluir que su gran riqueza es la de posibilitar el método científico en todos las ramas del saber y acercar a la verdad.

Además, hay que entender que la fenomenología es nueva, apenas aprende a identificarse, se están descubriendo sus aplicaciones, se está identificando, por lo tanto, hablar de consecuencia en el día de hoy puede sonar apresurado y carecer de objetividad, porque tales consecuencias apenas se puede estar gestando.

http://www.monografias.com/trabajos2/sintefilos/sintefilos.shtml

El Neopositivismo

Neopositivismo

El neopositivismo o Círculo de Viena surgió en los primeros años de la década de los veinte cuando el filósofo y físico Moritz Schlick ocupó, reclamado por Kiel, la Cátedra de Filosofía de las Ciencias Inductivas de la Universidad de Viena. Animado por un grupo de jóvenes físicos, matemáticos, filósofos y teóricos sociales que ya se reunían en un café en Viena, y entre los que se encontraban Philipp Frank, Herbert Feigl, Hans Hahn, Otto Neurath, se creó con Schlick un grupo de discusión en torno a problemas epistemológicos y cuya pretensión era seguir el camino abierto por el positivismo en muchos de cuyos puntos fundamentales estaban de acuerdo: la defensa del empirismo, el rechazo rotundo de la metafísica y una orientación unificadora de la ciencia en sus lenguajes y en sus métodos.

En torno a este grupo se unieron posteriormente otros estudiosos como Rudolf Carnap y Kurt Gödel y pronto surgieron nuevos grupos en Berlín (Hans Reichembach, Carl Hempel, Olaf Helmer y Alexander Herzberg), ciudad en la que se creó la Sociedad para la Filosofía Científica” y en Inglaterra, grupo de entre cuyas figuras destaca Alfredo J. Ayer.

La sociedades de Berlín y de Viena mantuvieron numerosos intereses compartidos y una rica colaboración que fructificó en la publicación de la revista Erkenntnis, dirigida por Carnap. Otros grupos surgieron en Polonia, pero cuando los nacionalsocialistas subieron al poder y, tras el asesinato de Moritz Schlick a manos de un estudiante nazi, el grupo se disuelve emigrando muchos de sus miembros a Inglaterra y a Estados Unidos, lugar en el que fueron gratamente acogidos por los teóricos del pragmatismo.

En 1939 saldrá a la luz la Enciclopedia internacional de la ciencia unificada, a cargo de Neurath, Carnap y Morris, en la que se recogían y se hacían públicos los trabajos e investigaciones de diferentes científicos y epistemólogos.

Pues bien, a pesar de esta heterogeneidad de grupos, el neopositivismo, denominado también positivismo lógico o neoempirismo se vertebró en torno a ciertas ideas compartidas, como por ejemplo la asunción de las principales tesis positivistas antes mencionadas y la aceptación del empirismo. Sobre este último, los neopositivistas aceptaron la distinción hecha por Hume entre las relaciones de ideas (a priori) y las cuestiones de hecho (a posteriori), distinción que sirvió de base a su epistemología.

Entre otras fuentes cabe destacar la doctrina empiro-criticista de Ernst Mach que afirmaba que los hechos de la experiencia constituían el fundamento último del conocimiento, invalidando toda distinción entre hechos, sobre todo la que diferenciaba entre lo físico y lo psíquico.

Influyeron también en sus ideas las tesis de Bertrand Russell y el primer Wittgenstein. De hecho, cuando fue publicado el Tractatus en 1921, se convirtió en tema principal de discusión para los miembros del Círculo de Viena. Wittgenstein había denunciado que la mayoría de las cuestiones filosóficas, sobre todo las referentes a la metafísica, carecían de sentido si se las examinaba a la luz de un análisis lingüístico. Este postulado fue completamente asumido por la mayoría de los neopositivistas. Moritz Schlick, por ejemplo, aceptó identificar la metafísica con una perversión del lenguaje. Si se parte de la base de que todo conocimiento corresponde y ha de ser vertido en dos tipos de juicio, las cuestiones de hecho, que versan sobre acontecimientos existentes y que son conocidos a través de la experiencia, y las cuestiones de sentido, que son reflexiones y análisis sobre el sentido que damos a los hechos (es decir, se trata de cuestiones meramente lingüísticas que se sustraen a la cuestión de la existencia y que nada pueden decidir sobre ella) habrá que admitir que la metafísica da un paso ilícito al tratar las consideraciones de sentido o los objetos lógico lingüísticos como si fueran cuestiones de hecho o realidades extramentales y extralingüísticas.

La metafísica ha de quedar circunscrita a la esfera de un pseudo-arte, imperfecto y torpe. Audazmente hizo gala Nietzsche de esta intuición cuando escribió su obra Así habló Zaratustra, escrito que por su género se asemeja más a una creación literaria y poética que a un ensayo pretendidamente filosófico.

Ahora bien, el desprecio de la metafísica sirvió para excluir de toda investigación científica todo hecho extralingúístico y para depurar a la filosofía de multitud de pseudoproblemas. Además, esta cuestión entronca con una de las prioridades básicas de los neopositivistas: la afirmación de la necesidad de la unificación de las ciencias, sean cuales fuere sus contenidos disciplinares. Para lograr esta unificación se hacía imprescindible analizar el significado de los enunciados utilizados por ella, así como delimitar y construir un lenguaje propio minuciosamente preciso que desalojara toda ambigüedad y error. Por este motivo el Círculo de Viena hizo un análisis lógico del lenguaje, es decir, de los conceptos y enunciados utilizados por las ciencias que desocultara su sintaxis lógica.

Los neopositivistas sólo aceptan como dotadas de significado las proposiciones analíticas (a priori), que no se refieren a nada real y son propias de la lógica y la matemática, y la proposiciones sintéticas (a posteriori) o verdades de hecho, siempre que éstas sean verificables a partir de la observación directa de lo real.

“Un lenguaje consta de un vocabulario y una sintaxis, es decir, de un conjunto de palabras que poseen significado y de reglas para la formación de las proposiciones. Estas reglas indican cómo se pueden constituir proposiciones a partir de diversas especies de palabras. De acuerdo con esto, hay dos géneros de pseudoproposiciones: aquéllas que contienen una palabra a la que erróneamente se supuso un significado o aquéllas cuyas palabras constitutivas poseen significado pero que, por haber sido reunidos de un modo antisintáctico no constituyeron una proposición con sentido”. (La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje, de Rudolf Carnap, editado en la revista Erkenntnis, 1932).

Ahora bien, las proposiciones analíticas se reducen siempre a una generalización sobre lo aportado por la experiencia, entendida como el único criterio posible de verificación de un enunciado o de un conjunto de enunciados, es decir, una teoría. Así, la proposición “Dios existe” o “el fundamento de todo lo real son las pulsiones inconscientes” son proposiciones carentes de sentido y tan absurdas como lo puede ser la afirmación “César es un número primo”. Este tipo de proposición no es verificable bajo ningún dato de la experiencia.

El problema de la verificabilidad se agudiza cuando se analizan las proposiciones universales, ya que éstas no pueden nunca contrastarse totalmente con lo dado a la experiencia. Por ejemplo, puedo verificar que los mirlos de mi jardín son negros, pero no que todos los mirlos sean negros. La cuestión se vuelve todavía más compleja y abstrusa si lo que se pretende verificar es una hipótesis teórica de la ciencia o una proposición meramente subjetiva, como por ejemplo la afirmación “me duelen las muelas” que, aunque tiene significado, sin embargo no es verificable intersubjetivamente.

Carnap intentó solucionar esto sustituyendo la verificación por la confirmación (una validación parcial y limitada que no anticipa todos los casos futuros) y la traducibilidad (dirigida a aquellas proposiciones cuyos términos no sean observables, pero que han de ser traducibles a elementos sí observables).

Es precisamente sobre estas cuestiones sobre las que surgirá una crítica y un revisionismo de los postulados del neopositivismo, como por ejemplo la desarrollada por Karl Popper, que no admitió la fundamentación empírica ni sus criterios de verificación, reemplazados por él por un concepto negativo, el de la falsación. Actualmente, el debate epistemológico en torno a la verificabilidad de las ciencias y la delimitación de su campo (el problema de demarcación) sigue todavía en plena discusión.

http://www.cibernous.com/glosario/alaz/neopositivismo.html

El Escepticismo

Qué es el escepticismo?

    Doctrina que niega la posibilidad de alcanzar el conocimiento de la realidad, como es en sí misma, fuera de la percepción humana. Por extensión gradual de su significado, la palabra escepticismo significa también duda de lo que es generalmente aceptado como verdad.

    El escepticismo es otro de esos movimientos en los que la actitud de sus miembros es tan importante como su doctrina teórica. A grandes rasgos el escéptico después de examinar cuidadosamente todas las proposiciones concluye que no hay ninguna verdad que se pueda considerar dogmática, por lo que recomienda la suspensión de todo juicio (epoché).

    Una vez suspendido el juicio, se está en disposición de dar el siguiente paso que es conseguir la ataraxía, es decir, la serenidad de ánimo, la imperturbabilidad necesaria para llegar a la felicidad. Sképsis, es la palabra griega que da origen al movimiento y significa hacer una reflexión cuidadosa de lo que se observa. Skeptikós son los que miran o examinan cuidadosamente.

    El escepticismo tiene dos partes: una teórica, que es una doctrina del conocimiento según la cuál no hay ningún saber firme, y otra práctica, que es una actitud que consiste en no apegarse a ninguna opinión, suspender el juicio y conseguir la ataraxía.

    Nada es más, este el lema del movimiento escéptico: ninguna cosa es más, ni más cierta, ni más falsa, ni mejor ni peor. Después de diversos esfuerzos para conseguir un criterio para saber la verdad, el resultado es que ningún argumento resulta claramente definitivo para develar las apariencias, por lo que recomiendan la suspensión del juicio, en ese momento se logra la liberación de la inquietud. Esto da paso a una nueva forma de ver el mundo, de relacionarse con la realidad, liberados de las ataduras dogmáticas. El escepticismo es un modo de liberación que pretende alcanzar la felicidad mediante la suspensión del juicio y la ataraxía.

Periodos

    El escepticismo puede dividirse en tres periodos, separados más claramente que en otras escuelas: el escepticismo antiguo o pirronismo en honor a su fundador, el escepticismo medio o académico, llamado así porque el grupo de filósofos eran miembros de la academia, y la escuela escéptica, en la que tuvieron un destacado papel los médicos empíricos.

    Aunque casi todos los manuales hablan de predecesores, los propios escépticos se consideraban seguidores de Pirrón de Elide, de ahí el nombre de pirronismo con que se conocía este movimiento.

    Pirronismo

    Pirrón nació alrededor del año -365, y es otro de esos personajes que su vida es inseparable de su forma de pensar. Se inició en la escuela megárica, simpatizó con el cinismo y participo en la expedición de Alejandro a la India. En esta expedición tomo parte también Anaxarco y nos cuenta Diógenes Laercio que ambos frecuentaron la compañía de los gimnosofistas y de los magos hindúes.

    Pirrón no escribió nada, sus enseñanzas eran totalmente orales conforme a la costumbre de algunos filósofos de esta época, pero tuvo un discípulo Timón de Flio, que recogió por escrito las teorías de Pirrón. Según Timón, Pirrón declaraba que las cosas eran igualmente indiscernibles, inconmensurables e indeterminables, por esta razón no debemos fiarnos de los sentidos ni hacer juicios. Con esta actitud se consigue no hacer afirmaciones y es una manera de librarse de la inquietud. Una cuestión más polémica es que para Pirrón la suspensión del juicio no afecta solo a las cuestiones materiales sino también a los conceptos morales, pero es aquí sobre todo donde uno se libera de la inquietud. Con esta disposición de ánimo podremos llegar a no pronunciarnos sobre nada y conseguir la ataraxía o serenidad de espíritu. Timón de Flio, escribió obras en verso y en prosa, también simpatizó con el cinismo y el carácter de sus obras fue satírico.

    Escépticos de la Academia

    En la misma época en que Timón ejercía su actividad, Arcesilao llega a ser el director de la Academia platónica, dando un giro en dirección a un antidogmatismo que pronto fue calificado de escepticismo. Arcesilao nació hacia el -315 y pasó primero por la escuela peripatética, cuyo director era entonces Teofrasto y posteriormente por la Academia. Arcesilao presto una atención especial al problema del conocimiento y su validez y a la dificultad de precisión entre conocimiento verdadero y opinión, recomendando la suspensión del juicio.

    Unos años después llego a la dirección de la academia otro escéptico, Carneades que nació hacia el -215, y que admitió un cierto probabilismo en algunas cuestiones, lo que le valió numerosas críticas. Tanto Arcesilao como Carnéades expusieron sus enseñanzas oralmente, pero por suerte un discípulo de este último Clitómaco de Cartago se encargo de escribirlas. Hacia el año -80, la Academia abandona su orientación antidogmática y centra su interés en otros temas.

    Escuela Escéptica

    Con este cambio de orientación y abandono del escepticismo por parte de la Academia, se produce una vuelta al pirronismo inicial, pero ya como escuela independiente. El fundador de esta nueva escuela es Ptolomeo de Cirene, hacia el año -100, según Diógenes Laercio. Pero el escéptico más importante de este periodo es Enesidemo de Cnosos, del que se conocen varias obras, sobre todo la que lleva por titulo “Argumentaciones pirrónicas”, donde se exponen algunos de los más conocidos tropos para la suspensión del juicio, que serían recogidos por los escépticos posteriores y sobre todo por Sexto Empírico.

    El empirismo médico

    A partir de Zeuxis de Laodicea todos los dirigentes de la escuela escéptica fueron médicos de la corriente empírica. Estos ejercieron en la escuela de medicina empírica situado en el santuario de Men Caru, en las afueras de Laodicea. Solo al final, a partir de Herodóto la sede de la escuela escéptica volvió a Alejandría.

    Origen

    Pirron de Elide (Peloponeso) (-365 o -360 a -275 o -270). Considerado el fundador del movimiento escéptico. Según Diógenes Laercio fue pintor. Comenzó en la escuela Megárica, simpatizó con los cínicos y viajó a la India en compañía de Anaxarco de Abdera de quien aprendió dialéctica. No escribió nada, sus enseñanzas fueron siempre orales.

    Timon de Elide (Peloponeso) (-325 o -320 a -235). Fue discípulo de Pirrón y puso sus enseñanzas por escrito, principalmente en poemas satíricos. En su juventud se dedicó al teatro y a la danza. También pasó por la escuela megárica. Según Diógenes Laercio era elocuentísimo, y escribió mucho, poemas, tragedias, sátiras y varias “obscenidades”.

    Escépticos en tiempos modernos

    El filósofo escocés David Hume está considerado uno de los mayores escépticos en la historia de la filosofía. Pensaba que nadie puede conocer nada ajeno a la experiencia y que incluso ésta se basa en la percepción subjetiva de uno mismo, por lo que nunca proporciona un conocimiento auténtico de la realidad. Para Hume, la ley de causa y efecto era una teoría injustificada: si se deja caer una pelota, no se puede estar seguro de que llegue al suelo; sólo es posible afirmar que en experiencias pasadas la pelota llegó a contactar con el suelo.

Fuente:  http://es.geocities.com/escepticosdemadrid/Doctrinas/Escepticos.html
Fuente:  http://groups.msn.com/AteosTeistasEsepticosAgnosticosyotragenterara/esepticos1.msnw

Racionalismo

Racionalismo

    Se ha criticado el idealismo subyacente a los postulados racionalistas, acusándolo de “petrificar” y “falsificar” la realidad en detrimento de “lo vital”. Pese a ello, su mérito consistió en liberar e higienizar a la razón de todos los prejuicios heredados.

    Si en el lenguaje ordinario se denomina racionalista a aquella persona que rehuye de toda creencia infundada o superstición y que no reconoce más evidencia que la aportada por la sola luz de la razón, en el contexto de la filosofía este término hace relación a una particular corriente filosófica surgida en el siglo XVII de manos de René Descartes (La Haye, Francia, 1596-1650) y cuyos máximos exponentes fueron Baruch Spinoza (Amsterdam, 1632-1677) y Wilhelm Leibniz (Leipzig, 1646-1716).

    Tradicionalmente se suele contraponer el racionalismo a otro movimiento aparecido paralelamente en Inglaterra, el empirismo de Locke, Berkeley y Hume, aunque ambas corrientes mantienen ciertos rasgos generales propios de la modernidad a la que representan.

    Rasgos epocales de la filosofía racionalista

    Cabría destacar en primer lugar, la primacía otorgada al problema del conocimiento. Efectivamente, los filósofos modernos se caracterizan por anteponer la gnoseología a toda otra cuestión, gnoseología que posee un carácter genético, es decir, se investiga el origen, la génesis de los procesos de conocimiento, cuyo valor de verdad o falsedad es determinado con posterioridad a su origen.

    La segunda característica que comparten las corrientes filosóficas de la modernidad consiste en la asunción de una postura claramente subjetivista. El hombre se encuentra imposibilitado para conocer directamente la realidad, las cosas en sí, tal y como son. Perdida la ingenuidad de un realismo goseológico, se hace necesario reorientar la pregunta acerca de lo real: ¿Conocemos las cosas tal y como son o son las cosas tal y como las conocemos?. La realidad ha dejado de ser evidente, porque no puede ser conocida más que mediatamente, a partir de nuestras ideas o representaciones mentales, esto es: a partir del propio sujeto cognoscente y no del mundo en sí.

    Racionalistas y empiristas tendrán que enfrentarse antes que nada con la cuestión del sujeto como origen de todo conocimiento acerca de lo real y con la cuestión de las posibilidades y límites de tal conocimiento. Lo obvio es el sujeto que conoce, a partir del cual se construye lo real, el mundo “extramental”:

    Subjetivismo y gnoseología tienen como consecuencia inmediata la importancia otorgada a la investigación sobre el método. Se tiene conciencia de una ruptura con el Renacimiento y la seguridad de que se está haciendo y estrenando un nuevo saber. De la preocupación fundamentalmente filológica de los renacentistas, de su revolución orientada hacia el pasado, se pasa a una revolución que, desde el presente, se ordena hacia el futuro desde una perspectiva optimista de progreso.

    El paulatino despegue de las ciencias particulares, favorecido por la independencia gradual de toda investigación respecto a los dogmas de la religión y la tradición hacía necesaria la investigación de un método que desechara todo aquello que no pudiera diferenciarse rigurosamente ni de lo verdadero ni de lo falso. El ámbito de la conjetura, de lo probable no puede mantenerse si lo que se pretende es construir una ciencia cuya característica fundamental sea la certeza, su absoluta indubitabilidad. Por eso, la preocupación por establecer un método seguro y riguroso fue uno de los intereses primordiales de esta época.

    Características fundamentales de la filosofía racionalista

    1. Plena confianza en la razón humana

    Los filósofos racionalistas le otorgan un valor extremo a la razón entendida como la única facultad susceptible de alcanzar la verdad. La oposición típica en la Edad Media entre razón y fe (Revelación) o entre filosofía y religión, es sustituida ahora por la contraposición entre las verdades racionales frente a los engaños o ilusiones de los sentidos. Razón se opone a sensibilidad, experiencia, conocimiento sensoperceptual, no a fe.

    2. Existencia de ideas innatas

    Siguiendo la tradición abierta por Platón, para el cual el conocimiento verdadero podía ser alcanzado a través del recuerdo, al estar las Ideas de algún modo “presentes” en el alma humana, los racionalistas afirman que la conciencia posee ciertos contenidos o ideas en las que se encuentra asentada la verdad. La mente humana no es un receptáculo vacío, ni una “tabla rasa” como defendieron los empiristas, sino que posee naturalmente un número determinado de ideas innatas o naturalezas simples (como las denomina Descartes) a partir de las cuales se vertebra y fundamenta deductivamente todo el edificio del conocimiento. La característica fundamental de tales ideas es su simplicidad, claridad y distinción, es decir, la evidencia. En Descartes las ideas innatas y en particular la idea de Dios garantizan y son los pilares desde los que reconstruir con plena certeza todos los saberes, desde la física hasta la metafísica. En Leibniz, por ejemplo, las mónadas contienen (“como semillas”) una perspectiva parcial de la totalidad del universo, son un microcosmos en el que se refleja el macrocosmos.

    3. Adopción de un método de carácter matemático

    Todos los racionalistas tomaron como modelo el método utilizado por la matemática y la geometría: Descartes lo desarrolló en su obra Reglas para la dirección del espíritu; Spinoza en el Tratado de la reforma del entendimiento y Leibniz en su De Arte combinatoria, que estaba inspirado en Ramón Llull.

    La utilidad del método estriba no sólo en escapar del error, sino que persigue una intención clara: la unificación de las ciencias e incluso la creación de una “Mathesis Universalis” o ciencia cierta de carácter universal que pudiera utilizar un lenguaje simbólico matemático con el que analizar y reducir a lo simple (y cierto) toda proposición compleja de la ciencia.

    En las Regulae ad directionem ingenii (Regla IV) define Descartes el método de la siguiente manera:
    “Así pues, entiendo por método reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales, el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero, y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino aumentando gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero de todo aquello de que es capaz.”

    El método es una propedeútica: sana, cura el entendimiento y lo orienta a la conquista de la verdad, reduciendo toda cuestión compleja a elementos simples, claros y distintos (evidentes) que son conocidos mediante una intuición intelectual, despojada de toda sensibilidad e independiente del ámbito de la experiencia (a priori).

    4. Metafísica basada en la idea de substancia

    La metafísica racionalista desvía la atención del ser (to ón) a la substancia (substantia) y adelgaza la división categorial de Aristóteles a tres únicos fundamentos: substancia, atributos (esencia o naturaleza de la substancia) y modos (cualificaciones, afecciones y variaciones de la substancia).

    Por substancia entienden los racionalistas “aquello que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra cosa para existir” (Descartes). Ahora bien, no todos estos filósofos admitieron el mismo número de ellas ni le otorgaron las mismas características. Descartes afirmó la existencia de tres substancias distintas (res infinita o Dios, res cogitans o pensamiento y res extensa o substancias corpóreas), lo cual le condujo al establecimiento de un acusado dualismo que escindió la realidad en dos ámbitos heterogéneos (lo corporal o material y lo espiritual) irreconciliables entre sí y regidos por leyes absolutamente divergentes (leyes mecánicas para el mundo físico).

    Spinoza afirmó la existencia de una única substancia, “Deus sive substancia, sive natura”, que le hizo desembocar en una postura panteísta: pensamiento y extensión son atributos de Dios, única substancia existente, por lo que tanto el pensamiento (alma) como las cosas materiales no pueden ser consideradas sino como sus modos, no como entidades independientemente existentes.

    Leibniz, sin embargo, adoptó un pluralismo metafísico que afirmaba la existencia de infinitas substancias simples o mónadas caracterizadas por ser inextensas,, simples, impenetrables y dotadas de percepción y apetición. La mónada es una cierta energía, fuerza o entelequia (alma) que sigue el orden inexorable de una armonía preestablecida por Dios.

    5. El mecanicismo

    Aunque no fue adoptado por todos los racionalistas (Leibniz, por ejemplo), el mecanicismo fue el paradigma científico predilecto para la mayoría de ellos. Según éste, el mundo es concebido como una máquina, despojada de toda finalidad o causalidad que vaya más allá de la pura eficiencia: todo se explica por choques de materia en el espacio (lleno) y no existen fuerzas ocultas o acciones “a distancia”. El mundo es como un gigante mecanismo cuantitativamente analizable.

    http://www.cibernous.com/glosario/alaz/racionalismo.html